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miércoles, 19 de mayo de 2010

CAPITULO- XCII- UN HERMANO QUE SE VA Y UN AMIGO QUE SE QUEDA

KAI
Cuando me desperté noté el sol darme en la cara, era bien de día, y agradecía haber dormido tan bien y tan largo rato, todo gracias a mi camita y a Saya y sus masajes, y con su mera presencia…
Me rasqué la frente y me senté en la cama, había dormido completamente desnudo, no me había acordado.



SAYA
Sentí algo de calorcillo en la cara. Abrí los ojos levemente y vi que la luz provenía de los rayos del sol que se colaban por la ventana de la habitación.
Cerré los ojos de nuevo sin moverme ni un ápice, estaba tan a gustito ahí tumbada que me daba pereza cambiar de postura.
Lo único que hice, fue llevar mi mano hasta el extremo del camisón y bajármelo, por la noche y con las sábanas debería de haberse subido.



KAI
Sonreí cuando vi a Saya bajarse el camisón, acaricié la parte trasera de su muslo aprovechando la situación.
-Buenos días… -la besé en el hombro y me levanté buscando mi ropa. Me preguntaba dónde estaría la toalla que había usado la noche anterior.


SAYA
Giré la cabeza y le miré cuando se levantó… abrí los ojos de par en par cuando vi su perfecto culo en primera plana… es verdad, había dormido tan solo con una toalla.
Dejé caer la cabeza sobre el colchón mordiéndome el labio inferior… que par de nalgas.
Suspiré y me giré en la cama, aun que… noté algo enredado en mi pierna izquierda.
Llevé la mano hasta ella y agarré un pedazo de tela algo húmedo. Tiré de él y lo miré…
Era la toalla de Kai…
Sonreí y miré a Kai.
-¿Echas en falta algo?



KAI
Miré a Saya.
-Sí. –me acerqué, la agarré de la nuca y la besé con pasión, un buen beso de buenos días. Cogí la toalla y la tiré sobre una silla buscando unos calzoncillos limpios que ponerme.



SAYA
Miré a Kai después de que me besase.
-Bueno… no me refería a eso, pero…- Me encogí de hombros y me senté sobre la cama. Miré la toalla y después a Kai.
-¿Cómo ha acabado tu toalla enroscada en mi pierna?- Ciertamente era porque por la noche ambos nos movemos y es muy normal que su toalla acabase en el sitio más rebuscado de toda la cama, pero quería saber la respuesta de él.



KAI
Miré a Saya cuando preguntó y me encogí de hombros.
-Creo que me dormí con ella puesta, pero puede haber sido cualquier cosa, a estas alturas nada me parece extraño. –me puse los pantalones mientras buscaba con mi mirada una camisa en el armario.
-Ay, mi ropa negra, cuánto tiempo sin verla.



SAYA
Me levanté y suspiré. Caminé acercándome al armario en el que se encontraba Kai admirando su ropa negra. Asomé la cabeza y miré las camisas negras y los pantalones del mismo color colgados de las perchas.
Sonreí y me acerqué a mi zona de armario, la cual abrí. Me quedé alucinada cuando vi tanta ropa…
-¿Toda esta ropa… es para mí?- Había vestidos elegantes y mil cosas más.
-Joder…


KAI
Alcé las cejas y miré a Saya cuando se quedó tan asombrada.
-Eh… claro que son para ti… Todos son tuyos, te los puedes poner cuando quieras sin que nadie te diga nada. –sonreí.
-A mí me gustaría verte con alguno puesto. –cogí un jersey y me lo puse.



SAYA
Miré la ropa aún con el asombro en mi rostro.
Todo era para mí…
-Hay cosas que reconozco, pero… hay otras cosas que no me suenan…- Suspiré, en fin, era la ropa que tenía y la verdad es que pegaba mucho con mi forma de vestir de antes…
-Pues nada, esto es lo que hay.- Miré a Kai.
-¿Cuál te gusta más?- La mayoría eran vestidos largos y ceñidos…



KAI
Miré a Saya y luego a su colección de ropa.
-No sé, son bonitos todos. Ponte uno que no sea muy llamativo pero que se note quién eres. –sonreí.
-Voy a darle una sorpresa a Kai despertándole. –la besé en la mejilla y salí del cuarto dirigiéndome al de mi hijo.



SAYA
Miré a Kai cuando se marchó.
-…gracias por la ayuda, eh…- Me había dejado igual que antes.
-“Ponte uno que no sea muy llamativo pero que se note quién eres”… cojonudo…- Suspiré y abrí los cajones. Al final me decanté por unos vaqueros normales y un jersey rojo, y a tomar por culo tanto vestido…
Cerré el armario y salí del cuarto, si no le gustaba a Kai, que se jorobase…
Que me explique que es algo que no sea llamativo pero que se note quien soy…



KAI
Entré sigilosamente en el cuarto de Kai, pero ya no estaba en la cama.
-¿Pero qué…? –encima la cama hecha un gurruño…
-Este niño acabará conmigo… -cerré la puerta suspirando y mandé a una de las sirvientas que hiciesen la cama del crío.


JIMMY
Me había despertado temprano. Ánima aún seguía dormida por lo que preferí no despertarla y que descansase un poco más.
Nada más salir, me topé con el pequeño Kai Jr. sonriente y con ganas de jugar conmigo… este niño me había cogido mucho cariño…
Bajamos los dos a desayunar y después salimos a los jardines a jugar un rato a la pelota.
Se le veía tan feliz que no me sentí capaz de negarme, así que nada, ¡a jugar!



KAI
Después de acabar de desayunar salí fuera, donde estaba mi hijo jugando con James, como algún día él decidiese irse, Kai iba a caer en una depresión, con el cariño que le había cogido…
Me acerqué y cogí la pelota cuando se les escapó.
-¿Mi hijo no viene a saludarme?


KAI JR.
La pelota se me escapó cuando le di una patada cayéndome de culo al suelo. Me reí y miré a Jimmy que también se rió.
-Qué tonto.- Me levanté y me froté el culito quitándome la nieve del pantalón.
Fui a por la pelota, pero mi Papá la había cogido antes. Le miré y sonreí.
-Hola Papá.- Le saludé con la mano.
-Estamos jugando con la pelota.


KAI
Le devolví la pelota a Kai y le revolví el pelo.
-Ya lo veo… ¿puedo jugar? –de pequeño había jugado muy poco, no había tenido muchos amigos con los que jugar, así que probablemente haría el ridículo, pero bueno.
Me acerqué, supuse que a Kai no le importaría y James no me iba a echar…


KAI JR.
Miré a Papá y sonreí cogiendo la pelota.
Me puse en frente de Jimmy y le pasé la pelota con el pie.
-Ahora se la pasas a Papá, Jimmy.- Miré a Papá y sonreí.
-Oye, Papi, me gustaría ir al cole este año, en vez de que el profesor venga a casa, así conoceré a más niños como yo.


KAI
Alcé las cejas cuando Kai dijo aquello.
-¿De verdad quieres ir al colegio? Estos profesores te atienden solo a ti y podrás estudiar mejor, en el colegio tienen que atender a muchos niños… Pero, bueno, comprendo que quieras conocer a más niños… ¿Estás seguro de ello? –me crucé de brazos, no sabía cómo se desenvolvería el crío ahora en el colegio, pero me gustaría que tuviese amigos.




KAI JR.
Miré a Papá y sonreí.
-Si, si, si, quiero ir al cole, con más niños. Mamá me llevaría por la mañana y tú vienes a buscarme a la salida, como hacen los demás niños.- Le di una patada al balón para que Jimmy lo parase.
-Estudiaré mucho, lo prometo.


KAI
Suspiré y le miré, a veces los niños trataban mal a los que eran distintos, quizá se meterían con él por ser de distinta clase social, pero era mejor que tuviese amigos, o acabaría siendo como yo…
-Está bien, hablaré con mamá y veré que haremos, el próximo curso intentaré apuntarte al colegio, con los demás niños.



KAI JR.
Sonreí y le miré.
-Que way, voy a ir al cole.- Miré a Jimmy y sonreí.
-Voy a ir al cole, Jimmy, con más niños.- Me reí y le pasé la pelota a Papá.
-Venga Papá, vamos a jugar.- Cogí la pelota y se la pasé a mi Papi.


KAI
Sonreí y cogí la pelota cuando Kai me la pasó, esperaba que si acababa yendo al colegio le fuese bien. La verdad es que a mí sin compartir mi niñez con otros niños me había ido algo mal en el mundo de la sociedad, y que le pasase a Kai también no era justo, era un niño muy abierto y simpático y pronto haría amigos.
Le volví a pasar la pelota.
Lo hablaría con Saya, pero estaba seguro de que ella estaría de acuerdo con la idea de Kai.



JIMMY
Miré a Kai padre y a Kai hijo hablar entre ellos. El pequeño Kai estaba emocionado con la idea de poder ir al colegio, era muy normal, era un niño pequeño y como tal debía divertirse, ¿y qué mejor que yendo al colegio con más chavales de su edad?
Sonreí y miré a Kai. Me acerqué mientras jugaba con el peque.
-Oye, Kai, ¿cuándo se reunirán los sabios? No es por que tenga prisa es que… - Me froté la nuca.-… es para ir preparado, la verdad es que no sé como reaccionará el consejo, pero no creo que me acepten con los brazos abiertos…




KAI
Miré a James mientras le pasaba la pelota a Kai.
-Tú tranquilo, se cómo eres y te será suficiente, puedes prepararte un pequeño discurso en el que expliques tus ideales y cómo podrías mejorar el sistema, siempre y cuando no lo hagas con argumentos contrarios a los suyos, tú me entiendes, el primer día hazles un poco la pelota para caerles bien y luego trabaja como creas que sea mejor. Lo más pronto que puedo convocar la reunión es dentro de tres días, ¿cuánto necesitas para prepararte?


JIMMY
Le miré mientras Kai Jr. le pasaba de nuevo la pelota a su padre.
Suspiré y me encogí de hombros.
-Creo que con tres días me vale… ya veré que puedo hacer…- Suspiré y miré al crío. Posé mi mano en el hombro de Kai y sonreí levemente.
-Bueno, me voy, que te vaya bien con la pelota.- Me alejé de allí y entré de nuevo en el castillo, debía ponerme a pensar en un buen argumento que les pueda convencer a los miembros de la sede a mi derecho de estar ahí…



KAI
Miré a James mientras se marchaba, no iba a ser necesario que les convenciese para entrar, de eso me encargaba yo, pero si desde el principio se los ganaba, iba a ser más fácil su estancia entre los sabios.
Cogí la pelota y luego cogí a Kai en brazos.
-¿Qué te parece si buscamos un buen colegio al que ir cerca de casa?



KAI JR.
Miré a Papá y sonreí.
-Me parece muy, muy bien. Nunca he ido al cole con más niños, ¿les caeré bien? Quiero tener amigos como los demás niños, pero tengo miedo de que no quieran ser mis amigos…- me encogí de hombros mirando mi pelota de goma.
Besé a Kai en la sien.
-Por supuesto que harás muchos, muchos amigos, Kai, eres muy buen chico, y los niños querrán tener amigos como tú. No te preocupes por eso. –caminé hacia el interior del castillo para ir hacia mi despacho para buscar información sobre los colegios de la zona.



SAYA
Vi a mis niños entrar dentro del despacho. Sonreí y les seguí hasta que entré detrás de ellos. Cerré la puerta y les miré sonriendo.
-¿Se puede saber que están tramando padre e hijo?- Me crucé de brazos y les miré acercándome a ellos.
El peque tenía una sonrisa de oreja a oreja, algo le iba a dar su Papi para que estuviese así de contentillo.



KAI
Senté a Kai sobre mi mesa y miré a Saya cuando entró.
-Pues estábamos pensando en apuntar a Kai a un colegio para que pueda conocer a más niños, ¿no? –sonreí y empecé a buscar entre mis archivos la información sobre los colegios de primaria.
-Mamá, dile a Kai lo fácil que le va a resultar hacer amigos, que a mí no me cree mucho
.



SAYA
Me acerqué y me senté en la mesa al lado del nene.
-Vaya, vaya, así que quieres ir al cole, eso es nuevo.- Sonreí y le froté el pelo.
-Me parece muy bien, siempre con esos profesores tan aburridos que traía Papá.- Sonreí de nuevo.
-El colegio es mucho más divertido y hay muchos niños, seguro que te harás mucho amiguitos.


KAI JR.
Miré a Mamá botando mi pelotita.
-Si, quiero ir al cole , y hacer muchos amigos.- Miré a Papá mientras buscaba entre muchos papeles.
-¿A qué colegio voy a ir? Donde vayan muchos niños, por fi…- Sonreí mirando sus papeles.



KAI
Saqué los archivos y cogí un par de folios.
-Kai, en todos los colegios hay muchos niños, no te tienes que preocupar por eso, ¿vale? –puse los folios sobre la mesa y los miré, eran los dos colegios más cercanos que había del castillo.
-Vale, podemos visitar estos dos colegios para ver cómo son, ¿qué te parece? –le enseñé las fotos de los colegios. No eran muy grandes, pero no tenían mala fama.



KAI JR.
Miré las fotos de los colegios.
-Como molan, son muy grandes, seguro que tienen un patio enorme una gran piscina para la natación.- Sonreí y miré el otro.
-Este es más pequeño, pero también me gusta.- Sonreí y miré a Papá.
-¿Cuándo vamos a ir?



KAI
-Pues… no lo sé, no sé si los colegios ahora están activos o siguen cerrados, llevamos varios días fuera… -fruncí el ceño.
-Pero hoy no tengo que hacer nada por el momento, puede que más tarde esté muy ocupado, si quieres… podemos acercarnos. –le miré y miré a Saya más tarde.


KAI JR.
Miré a Papá y asentí.
-Vale, si, si, vamos, vamos. Quiero ver los coles, a ver cual es el mejor, y si tienen campo de futbol, piscina, canchas de baloncesto.- Me bajé de la mesa y di saltos agarrando a Papá de la camiseta.
-Vamos, Papá, venga, vámonos ya.



KAI
Sonreí.
-Vale, vale, tranquilo. –guardé los archivos y miré a Saya.
-¿Nos acompañas, mamá? –ordené todo y salí del despacho mirando a Saya, Kai parecía muy contento con la idea.



SAYA
Miré a Kai y negué.
-No, yo tengo otras cosas que hacer, así que, encargaros vosotros dos de eso.- Salí del despacho.
-Que os vaya bien, ya me contaréis que tal os ha ido.- Le froté el pelo a mi niño cerrando la puerta del despacho.



KAI
Me encogí de hombros y miré a Kai.
-Pues bueno, vámonos tú y yo. Ponte una chaqueta y salimos. –le llevé hacia su cuarto y le puse una chaqueta.
-Venga, vámonos a ver esos colegios, pulga. –salimos los dos y nos dirigimos a los recintos.


KAI JR.
Me puse la chaqueta y miré a Papá agarrándole de la mano cuando salimos del castillo.
Sonreí y caminé a su lado sin soltar su mano.
-Qué ganas tengo de ver el colegio, ¿cómo serán los profes? ¿Habrá alguna profesora guapa?- Sonreí poniéndome colorado.


KAI
Miré a Kai poniendo los ojos en blanco.
-Kai, el colegio está para estudiar, no para ligar, si me entero que le eres infiel a Kara tendré que replantearme eso de apuntarte. –fruncí el ceño.
-Así que olvídate si hay profesoras guapas porque te va a dar igual, lo que importa es que sean buenas profesoras, que te enseñen y se porten bien contigo, acuérdate. –esperaba que a medida que creciese aprendiera a no ser superficial…



KAI JR.
Miré a Papá.
-Ya lo sé, Papi Chulo.- Sonreí agarrando su mano.
-Yo soy muy fiel a Kara, es con la chica que me casaré de mayor, ella me lo prometió.- Sonreí colorado cuando me acordé de Kara… mi dulce, dulce Kara.


KAI
Negué con la cabeza, este niño y su amor platónico por Kara… A medida que avanzábamos, la nieve cubría cada vez más, las zonas aún no estaban bien cuidadas, llevaba poco tiempo activo el reino de nuevo. Al pobre de Kai la nieve ya casi le cubría por las rodillas, por lo que le cogí en brazos para continuar el camino.
A los diez minutos de salir, encontramos el primero de los colegios, el pequeño. Estaba todo en silencio, por la hora que era, los niños debían estar en clase.
-¿Entramos?



KAI JR.
Miré el colegio y sonreí enseñando todos mis dientes. Asentí mirando a Papá.
-Venga, vamos, quiero ver como es por dentro.- Miré de nuevo el colegio. Era muy bonito y más grande que en las fotos.
-Estoy nervioso.- Me reí agarrándome a Papá.


KAI
Sonreí.
-No sé por qué, sólo vamos a preguntar y ver cómo es por dentro. –le agarré bien entre mis brazos.
Entré por la parte de conserjería y me dieron un par de folletos para inscribir a Kai en el próximo curso. Una de las profesoras se ofreció a guiarnos. Dejé a Kai en el suelo y la seguimos por los pasillos.



KAI JR.
Cogí a Papá de la mano y le seguí por ese enorme colegio. Una señorita nos llevó por las clases para que viésemos como era. Me crucé con muchos niños que me miraron raro… ¿es qué tenía un moco en la nariz o algo?
Me encogí de hombros y seguí a Papá mirando las clases.
Me paré soltando la mano de Papá y me asomé a una clase, los niños estaban pintando con temperas, tenían las manos manchadas y las pegaban en un trozo grande de papel blanco…
-Que chulo…


KAI
Sonreí mientras la profesora me explicaba el funcionamiento de las clases, Kai parecía muy emocionado y por supuesto, la dinámica del colegio era más divertida que la que le enseñaban en el castillo, iba a ser imposible ya hacerle cambiar de idea, y más viendo todos los niños que había. Había varias salas de música, de inglés, un gimnasio, un patio con columpios, un comedor… Estaba bien equipado para lo que era la gente de a pie que podía permitírselo ya que era enseñanza pública, el otro colegio era privado, había que ver las ventajas…
La profesora me detuvo para explicarme mientras estábamos en el gimnasio, los niños jugaban al fútbol.



KAI JR.
Entré en el gimnasio detrás de Papá. Había muchos niños jugando al futbol. Les miré metiendo mis manos dentro de los bolsillos de mi chaqueta…
Papá hablaba con la profesora mientras yo miraba a los niños y al profesor de futbol.
Suspiré y bajé la cabeza cuando sentí que algo me daba en los pies… era la pelota de futbol.
Miré a los niños que miraron el balón y después a mí.
-¡Eh! ¿Nos pasas el balón?- Miré a los niños y me encogí de hombros,
-Claro.- Le pegué una patada al balón pasándoselo al primer niño.
-Oye, ¿quieres jugar con nosotros?- Les miré de nuevo y después a Papá. Sonreí y asentí.
-Si, gracias.- Le di la chaqueta a Papá y fui corriendo con los demás niños.



KAI
Cogí la chaqueta de Kai cuando salió corriendo a jugar. En un principio el profesor me miró molesto, pero al reconocerme desvió la mirada y aceptó a Kai como si nada, eso era lo que más difícil le resultaría a Kai, integrarse como un niño normal, aunque no destacaba como príncipe, sólo por su puesto social recibiría un trato especial…
La profesora siguió explicándome el resto de las cosas en el gimnasio mientras Kai jugaba con los demás niños, cuando sonó el timbre, los niños salieron del gimnasio para dirigirse a otra clase, la última, nosotros habíamos acabado la visita y teníamos dos horas más para ver el siguiente, pues tenían un horario más largo.
Miré a Kai y le hice un signo con la cabeza de que se acercase.
-Vamos.



KAI JR.
Me acerqué a Papá corriendo y me puse la chaqueta.
-¿Has visto, Papi? Me han dejado jugar.- Le agarré de la mano y sonreí.
-Me gusta este cole, Papi, quiero venir ha este.- Le miré y sonreí.
-No hace falta que vayamos al otro, ¿puedo venir a este?- Me puse la capucha en la cabeza, había empezado a nevar.


KAI
Suspiré, este niño siempre tan acelerado y apasionado.
-Bueno, creo que deberíamos ver los dos, en este te lo has pasado bien, pero tendríamos que echarle un vistazo también al otro, ¿no? A lo mejor te gusta más que este, es más grande, tiene una piscina… Lo vemos, y si sigue gustándote este, te traemos a este, ¿trato? –le cogí en brazos al salir del colegio.


KAI JR.
Miré a Papá.
-Pero… yo quiero venir a este, el otro no me importa, además, está más cerca de casa.- Me encogí de hombros y suspiré.
-¿Tan importante es ir a ver el otro cole?- Hice una mueca de disgusto mirando a Papá.



KAI
Asentí.
-Tenemos que ver cuál es el mejor para ti, Kai, ese está bien, pero no sabemos cómo es el otro… Puede que te guste más. –caminé por la nieve en dirección contraria a la que cogí para llegar a este. Hacia el otro colegio había veinte minutos desde el castillo, pero me daba la impresión de que era mejor, al menos académicamente hablando.


KAI JR.
-Vaaaale, vamos a ver el otro.- Me agarré a Papá mientras íbamos hacia el otro cole.
El otro me había gustado mucho, jugaban al futbol y los niños eran simpáticos conmigo, pero… como decía Papá, el otro a lo mejor me gustaba más.


KAI
Llegamos al otro colegio, era mucho más extenso y tenía mejor presencia, pero claro, la primera impresión no siempre es la correcta.
Al entrar nos sugirieron una visita guiada más tarde, cuando los niños hubiesen salido, pero preferí hacerlo entonces, para que Kai viese a los niños.
Tardamos mucho en recorrer la mitad del colegio, que además tenía instituto. Sus instalaciones eran muy amplias con mucha equitación, los niños llevaban uniforme, y eran puntos que perdía con Kai…
Le miré, no sabía si ese colegio le estaba gustando…


KAI JR.
Miré el colegio… era más grande, pero… los niños eran muy serios y encima llevaban uniforme.
-Son todos iguales.- Le dije a Papá en voz baja.
Hice una mueca de disgusto y seguí mirando el techo, las escaleras y las clases.
Suspiré y bajé los hombros sin decir nada siguiendo a Papá… a mí me gustaba más el otro…


KAI
La cara de Kai decía todo, no le gustaba ese colegio para nada, prefería el otro.
Miré al conserje del colegio.
-Mire, he cambiado de opinión, creo que la visita acaba por hoy. –le devolví los folletos y cogí a Kai en brazos.
-Vamos, hijo, nos volvemos a casa, que es hora de comer. –miré al conserje de nuevo.
-Hasta luego. –salí del colegio.



KAI JR.
Miré a Papá y sonreí cuando me cogió en brazos. Miré después al conserje y me despedí con la mano.
-Adiós, señor conserje.- Miré a Papá y le di un beso en la mejilla colocándome la capucha de nuevo.
-Entonces… ¿iré al otro cole?- Le miré rodeando su cuello con mis bracitos.


KAI
-Sí. Prefiero que estés en el colegio que quieres con amigos y niños que te gusten y si necesitas ayuda que te atiendan en casa a que estés en un colegio que no te gusta. –caminé hacia el castillo, tenía ganas de volver a comer aquí, y llevábamos bastante rato mirando colegios, pero Kai ya había elegido el suyo.



SAYA
Vi a Kai y al niño volver a las tres horas. Volvían de ver colegios, esperaba que Kai Jr. no le hubiese dado mucha guerra a Kai…
Sonreí y salí fuera para recibirles poniéndome mi chaqueta, hacía algo de frío.
Me crucé de brazos y caminé hasta ellos a paso lento mirando la nieve que había en el suelo.
Les miré cuando estuve a su altura.
-¿Qué tal os ha ido?- Acaricié la mejilla de Kai Jr. con el reverso de mi dedo índice.
Por la cara que traía se notaba que habían ido muy bien



KAI
Miré a Kai.
-Bueno, hemos estado viendo un colegio muy bonito, con niños simpáticos que han querido jugar con Kai al balón y otro en el que todos los niños eran totalmente iguales… Así que Kai quiere ir al de los niños que juegan al balón, le ha gustado más.


SAYA
Miré a Kai Jr. y sonreí dulcemente.
-Anda, ven aquí, piojo.- Le cogí en brazos y le di un beso en la mejilla.
-Me parece muy bien que prefieras ir a un colegio donde los niños quieran jugar contigo al balón que a un colegio donde todos van vestidos iguales y parecen androides o militares.- Me reí levemente y le dejé en el suelo para que entrase, cosa que hizo en cuanto vio a Jimmy.
Sonreí y miré a Kai.
-Tendrás hambre, ¿no?- Le pregunté quitándole del flequillito un copo de nieve.



KAI
Asentí gravemente oliendo el delicioso aroma a comida que entraba por mis fosas nasales.
-Mucha, no sabes cuánta, me comería mi ración y dos más, seguramente repita plato… -sonreí y entré cerrando las puertas.
-¿Comemos ya?




SAYA
Le miré y sonreí.
-Anda, tira pa´lante.- Me reí y le empujé suavemente por la espalda.
Entramos en el gran salón. La comida ya estaba servida. En el centro de la mesa estaba el plato principal… un cochinillo.
-Joder…-Miré a Kai.
-Apuesto a que serías capaz de comértelo tú solo.


KAI
Aspiré bien el aroma de la comida cuando entramos y solté una risotada.
-No me tientes porque lo haré… -me senté en mi silla esperando que pudiésemos comer cuanto antes. Saqué el folleto del colegio público y lo dejé sobre la mesa para ojearlo de nuevo más tarde, no podría apuntar a Kai hasta el curso siguiente, pero era mejor ir preparándolo todo.



SAYA
Me senté al lado de Kai y miré el folleto del colegio. Lo abrí y empecé a ojearlo.
La puerta se abrió dejando pasar a Kai junto con Jimmy y Ánima. Les miré y sonreí.
-Hola.- Volví la mirada al folleto, era bastante interesante dada la casualidad de que yo nunca había ido al colegio.
Cada uno se sentó en una silla y esperamos a que Max y Natty apareciesen junto con las niñas… y como tardasen mucho yo sabía de uno que le hincaría el colmillo al cochinillo sin pensárselo mucho.



ÁNIMA
Jimmy, Kai y yo entramos a comer al comedor. Aún no me había acostumbrado a comer en un sitio tan “noble” y una comida con tanta calidad, y no sabía cuánto me iba a costar acostumbrarme, pero me gustaba.
Sonreí a Saya cuando nos saludó y busqué una silla en la que sentarme. Kai nos había contado, bueno, más bien a Jimmy, que iba a ir a un colegio con más niños, era una suerte que pudiese hacerlo.




MAX
Entré en el salón junto con las niñas y con Natty. Era la hora de comer, aun qué… el solo echo de ver a James ya me quitaba el hambre del todo.
-… hola…- Dije sin mucho ánimos. Desde que ese tío estaba aquí, la alegría de mi interior había desaparecido por completo…
Suspiré sentándome en la silla que estaba al lado de Saya sin quitarle ojo de encima a James… ver como jugaba con mi sobrino como si nada me ponía enfermo… ¿por qué teníamos que convivir con él? ¿Es qué Kai había olvidado todo lo malo que había causado ese… desgraciado?



KAI
Max no le quitaba el ojo de encima a James, no le dejaría tranquilo… Hice caso omiso, mientras no provocasen un alboroto estaba bien.
-Bueno, entonces se puede empezar ya, ¿no? –cogí una porción de la comida, no sabía si iba a ser suficiente para el hambre que tenía, pero por el momento me serviría.
-Que aproveche a todos.



JIMMY
Suspiré y miré a Kai Jr. que se puso de rodillas sobre la mesa ya que el pobre no llegaba al bol con el puré de patatas. Sonreí y alargué el brazo para poder acercárselo.
-Toma, enano, a ver si creces.- Solté una risotada frotándole el pelo.
Noté que Max, el hermano de Kai, no me quitaba ojo de encima, sobre todo cuando me dirigía a su sobrino.
Suspiré y negué levemente con la cabeza.
Kai Jr. me ofreció el bol de puré para que me sirviese.
-Gracias.- Lo agarré y me eché un poco en el plato.
Cogí el cuchillo y corté un pedazo de carne el cual me llevé a la boca.
Saboreé el pedacito y asentí.
-Vaya, nunca había probado algo así…


MAX
Miré a James y puse los ojos en blanco.
Por favor, era más falso que una moneda de plástico.
Cogí mi copa y bebí un sorbo de vino.
Miré a James de nuevo y carraspeé.
-¿Qué pasa, chico bueno? ¿Es qué la comida que te servían los esclavos de tu papi era mejor que esta? ¿Este sitio no es digno de ti? Por que si es así, ya puede largarte.- Señalé la entrada con la punta de mi cuchillo.



JIMMY
Miré a Max cuando saltó con eso. Fruncí el ceño extrañado dejando el cuchillo y el tenedor encima del plato.
-¿Qué? Max… yo en ningún momento me he referido a eso, no quería decir eso, de verdad…- Suspiré… ya se estaba liando una buena.
Alcé las cejas y seguí comiendo, lo mejor era no seguirle el juego.



MAX
Miré a James y solté una risotada.
-Oh, ya lo creo, y no solo yo, todos lo miembros de esta mesa saben muy bien a lo que te referías. Y escúchame bien, niñato de mierda, puede que al tontaina de mi hermano le hayas engañado con tus truquitos de niñito bueno y de: “miradme, miradme, soy bueno, muy bueno”. A mi no me la das niño, a mi desde luego que no.- Le señalé con el tenedor, si se descuidaba un poco sería capaz de clavárselo.



JIMMY
Miré de nuevo a Max.
-Pero bueno, ¿sé puede saber cuál es tú problema? No te he hecho nada para que me trates a…- Guardé silencio y bajé la cabeza… la verdad es que si que había hecho algo… y no solo a esa familia, también a otra miles de familias del mundo…
Suspiré y me levanté retirando la silla con cuidado.
-… lo siento… necesito estar solo un momento…- Kai Jr. me agarró de la mano pero me dejó ir…
Salí de allí y me dirigí fuera…


MAX
Le miré cuando se levantó.
-Adiós, y espero que no vuelvas por aquí.- Seguí comiendo como si nada.
-Ya era hora de que se diese cuenta de que aquí no pinta nada.- Bebí de mi copa y miré a Kai.
-¿Es qué no te das cuenta de qué se hace el víctima? Padre no le habría dejado pisar el castillo, ni si quiera un solo copo de nieve del Reino, es una alimaña y él le habría matado.- Suspiré y volví a lo mío.
-Aún no entiendo por que le mantienes aquí.


ÁNIMA
Fruncí el ceño enfadada cuando el hermano de Kai echó así a Jimmy. Me levanté y le miré.
-Jimmy ha hecho muchas cosas mal, pero no lo hizo porque quisiese, sino porque estaba obligado. Ahora está enmendando su error y está haciendo todo lo posible para que todos le perdonemos, y con una mano en el fuego digo que merece el respeto de todos vosotros. –suspiré fuerte, había dejado a Jimmy hecho polvo, ese tipo de situaciones eran las que más le marcaban, y hubiese sido peor si hubiesen salido a golpes.
-No vuelvas a tratar así a Jimmy. –aparté la silla y me largué. Recordé que Jimmy había pedido estar solo, pero no quería seguir delante de aquel hombre, no hasta que no pidiese perdón a Jimmy.



KAI
Miré a Max y negué con la cabeza.
-Eres idiota, Max. ¿Qué parte de la que te hablé no entendiste? Porque te recuerdo que hablamos sobre esto. James está aquí por sus actos, porque sin él habríamos muerto todos a manos de Draco, porque nos ha salvado de mil penurias, y personalmente porque me ha devuelto a Saya después de perderla, ¿entiendes? Sin él todos nosotros estaríamos en la tumba. En el pasado pudo hacer muchas cosas, pero ha rectificado, te recuerdo que yo también he hecho cosas mal y no me echas de la mesa en la que comes, así que empieza a comportarte o tendré que tomar medidas.



MAX
Miré a Kai y fruncí el ceño.
-¿Tomar medias? ¿Tú sobre mí?- Me levanté de la mesa y le miré.
-¿Cómo qué? ¿Encarcelarme? ¿Echarme del castillo?- Solté una risotada.
-No te preocupes por eso, soy capaz de irme yo solo, no conviviré en un castillo donde resida un maldito asesino y un necio.- Me retiré dejándoles ahí mismo.


NATTY
Suspiré y me levanté siguiendo a Max, las cosas se habían puesto feas. Y pensar que llevábamos dos días juntos sin que pasase nada y ahora se liase…
-Max… -le agarré de la mano en el pasillo.
-Max, por favor, cálmate, espera. –le miré y posé mi otra mano en su mandíbula.
-Eh, calma un poco… -intenté que se tranquilizase, pero no sabía si iba a surtir efecto, llevaba conteniéndose varios días.



MAX
Aparté la mano de Natty y me giré. Seguí caminando por el pasillo, no quería ver a nadie ni hablar con ninguno de los que estaban allí. Me largaría de ese castillo. Mientras “Jimmy” estuviese conviviendo en él, ya que Kai no sería capaz de echarle, no volvería.
Estaba harto de las decisiones de Kai, claro, como era rey no se le podía cuestionar nada. Mete a un asesino y no le puedes decir nada por que es el soberano, ¡y una mierda!
Me metí en el cuarto pegando un portazo y empecé a hacer mis maletas.


NATTY
Seguí a Max por el pasillo pero cerró la puerta de un portazo, me quedé en frente suspirando.
-Max, joder, no hagas esto. –me llevé la mano a la frente, a ver cómo le convencía yo de que se quedase mientras ese tipo seguía por aquí.
-Max, ¿no estarás haciendo la maleta? No te puedes ir de aquí. –suspiré con la mano en la cara.
-Dios, Max, ¿es que piensas irte y dejarnos a nosotras aquí? Esta es tu casa, no te puedes ir, si se tiene que ir alguien tiene que ser él, no tú.



MAX
Metí mi ropa en la maleta mientras escuchaba a Natty.
-Tú y las niñas os podéis quedar si queréis, pero yo me marcho. Es mi casa, lo sé, pero Kai no permitirá que ese hijo de la gran puta se marche por que supuestamente ya no es malvado, así que seré yo el que se vaya y punto, no me apetece hablar más.- Cerré la maleta y salí del cuarto y miré a Natty.
-Tú haz lo que quieras, pero no intentes convencerme de que me quede porque no lo lograrás.- Dicho esto, emprendí la marcha por el pasillo en dirección a la puerta para marcharme de allí.


NATTY
Me quedé parada en el pasillo cuando se marchó así, sin más, sin despedirse de nadie, sin dar explicaciones, a lo bestia. Menos mal que era un Frío, si llega a ser un Piro salimos los dos a hostias y a gritos.
Cerré los ojos.
-Será idiota. –volví al comedor y miré a Kai con el ceño fruncido, siempre estaba metiendo la pata y esto era lo último.
-Niñas, ir al cuarto y sacad mochilas que nos vamos. –me miraron entre asustadas por la tensión y asombradas.
-Mamá… ¿a dónde vamos? –preguntó mi Saya, ella ya se olía de qué iba la cosa.
-¿Nos vamos de vacaciones? –la pequeña consiguió sacarme del apuro aunque fuese por unos minutos.
-Sí, nos vamos de vacaciones. –respondí mientras la cogía en brazos.
-Adiós. –dije mirando a Saya y Kai Jr., me acerqué a Kai padre y le di un puñetazo en la cara.
-Adiós a ti también, cabrón. –salí de allí con las niñas. Si Max se marchaba nos íbamos con él, para algo éramos su familia.


SAYA
Miré a Natty cuando volvió a por las niñas… ¿es qué se iban de verdad?
-P-pero Natty…- No me dio tiempo a decirla nada más, se marchaban de allí.
Se había montado una buena y el pobre de Jimmy era el que peor lo estaba pasando con todo esto… fuese a donde fuese el pobre se sentía excluido de todo…
Suspiré, fue cuando Natty le golpeó a Kai… ¡pero que cojones hacía la muy zorra! Fruncí el ceño y seguí a Natty.
-¡Eh!- Cuando se giró agarré a su hija pequeña y la dejé en el suelo, acto seguido miré a su “mami” y sin pensármelo dos veces la devolví el puñetazo.
-¡No vuelvas a golpear a Kai si no quieres que te desfigure esa cara que tienes! ¿¿Te enteras?? Kai no tiene la culpa de que Max sea un idiota que no quiera comprender, él no es nadie para juzgar así a Jimmy, ni si quiera le ha dado la oportunidad de conocerlo bien.- La miré con el ceño fruncido. Ya estaba más que harta de que Kai siempre recibiese los golpes.



NATTY
Me llevé la mano a la cara cuando Saya me golpeó, no pensé que fuese a venir ella a defender así a Kai.
-El que no entiende nada es Kai, ese tío os va a acabar matando a todos como lo sigáis teniendo aquí, yo solo digo eso. –volví a coger a la niña en brazos, sabía que estaba a punto de ponerse a llorar.
-Todavía no se ha enterado de que la familia está antes, y Max es su hermano. –agarré a mis hijas y me las llevé, ya estaba bien de siempre salirse con la suya.



SAYA
Miré a Natty mientras se iba. La puerta se cerró a sus espaldas… algo me decía que esa sería la última vez que les veríamos.
Cerré los ojos y suspiré sacudiéndome la mano, me había hecho daño en los nudillos por golpearla…
Volví al comedor y miré a Kai que tenía la mejilla hinchada.
-¿Estás bien?


KAI
Suspiré asintiendo sin mirarla. Por mi culpa Max se había marchado con toda su familia, no sabía que la presencia de James era tan molesta para ellos, ahora me había quedado sin mi hermano pequeño…
Apoyé la frente en mis manos, apoyando los codos sobre la mesa.
-Kai, hijo, vete a tu cuarto, por favor… -el niño ya había presenciado bastante, y no quería que siguiese allí, viendo todo el panorama, aunque fuese, sería mejor que se mantuviese al margen hasta que se arreglase, era muy pequeño.


SAYA
Miré a Kai Jr. y le indiqué que se marchase con la cabeza, a lo que él obedeció levantándose de la mesa. Miré a Kai cuando la puerta se cerró quedándonos en el salón tan solo él y yo.
Suspiré y me puse a sus espaldas rodeando sus hombros con mis brazos. Posé mis labios sobre su sien y cerré los ojos.
-Lo siento, mi amor.- Max se había marchado sin ni siquiera mirar por su hermano… las cosas se había torcido mucho.


KAI
Agarré las manos de Saya entre las mías.
-Tú no tienes de qué disculparte, he sido yo el que ha metido la pata, no debí meter aquí a James tan pronto, primero debían conocerle y confiar en él, ahora… -suspiré.
-Ahora no hay oportunidad para ello. –lo peor era que seguramente James y Ánima querrían marcharse también…


SAYA
Le miré y negué.
-No, Kai…- Me senté en una silla y me acerqué a él. Le agarré de la barbilla para que me mirase.
-Tú no eres culpable, mi niño, tanto tú como yo sabemos que Jimmy ya no es el de antes, me salvó la vida y salvó la de los demás, él solo destruyó a Draco, tenemos razones sobradas para confiar en él.- Suspiré.
-Max no piensa en eso, él sigue pensando que Jimmy es un asesino, y no es así. Si no ha querido creerlo es cosa suya, pero tú no tienes que echarte todo el peso encima, no te lo permito.- Le acaricié la mejilla buena con mi mano.
-Tú eres el rey y si has decidido que Jimmy vive aquí, pues vive aquí, nadie puede reprochártelo, ni si quiera Max.

KAI
Negué con la cabeza.
-No pensé que iba a marcharse con toda su familia, Saya. Es mi hermano, el único que me queda de mi antigua familia, y no estoy haciendo nada por conservarle a mi lado. –desvié la mirada y suspiré.
-No sé hallarle solución a todo esto, si te soy sincero…



SAYA
Le miré con tristeza, todo esto le había afectado mucho… suspiré y bajé la cabeza.
-Kai… ¿qué puedo hacer?- Le miré de nuevo agarrando su mano.
Lo más seguro es que Max se hubiese marchado al Reino del Fuego, allí estaba la casa de Natty, al menos sabíamos que estarían bien, algo era algo.
Suspiré y me rasqué la frente.



ÁNIMA
Me quedé apoyada junto a la puerta de nuestro cuarto, supuse que Jimmy estaba ahí dentro. Como él pidió, no quise molestarle, pero me sentía preocupada por saber cómo estaba, era duro llegar a un lugar y que todos te tomaran por asesino, eso lo sabía yo…
Suspiré y me asomé a la habitación.
-¿Jimmy? –no estaba allí. Suspiré y caminé hacia fuera del castillo, quería encontrarle.



KAI JR.
Papá me había mandado a mi cuarto. El tío había sido muy malo con Jimmy y la tía Natty había pegado a mi Papi, ¿por qué eran tan malos? Jimmy era muy bueno y Papá no había hecho nada malo.
Como me había dicho Papá, me fui a mi cuarto, me hubiese gustado ver a Jimmy, pero quería dar un paseo solo por el bosque, así que nada… ya jugaría con él más tarde, ahora jugaría en mi cuarto con mis juguetes…


ÁNIMA
No logré encontrar a Jimmy, no conocía los jardines aún y quizá había salido a la ciudad… Decidí entrar de nuevo por si estaba con Kai Jr., aunque era algo improbable…
Me dirigí al cuarto de Kai Jr. y me asomé.
-¿Hola? –Kai estaba allí, pero Jimmy no. Suspiré.
-¿Puedo pasar, peque?



KAI JR.
Miré a la novia de Jimmy. La miré extrañado, pensaba que estaría con Jimmy…
Giré la cabeza y seguí con mis juguetes.
-Haz lo que quieras, yo estoy jugando.- Me encogí de hombros y saqué de debajo de mi cama un baúl con todos mis coches y muñecos.



ÁNIMA
Pasé y me senté a su lado, pero dejando distancia para que jugase tranquilo con sus juguetes. Pensé, que siendo tan pequeño, habría salido asustado de los gritos que había dado su tío, pero más que asustado parecía enfadado, él quería mucho a Jimmy…
-No sabes dónde puede estar Jimmy, ¿no? –si él había salido del comedor más tarde que yo era poco probable que lo supiese, pero por preguntarle no perdía nada…



KAI JR.
La miré y suspiré, volví la cabeza a mis muñecos.
-Si, sé donde está, pero no he bajado a verle porque ha dicho que quería estar solo.- Me encogí de hombros de nuevo y agarré un caballo blanco de juguete.
-Está muy triste por lo que le ha dicho mi tío, yo no quiero que esté triste, Jimmy es muy bueno.


ÁNIMA
Suspiré y le acaricié el pelo, era un niño maduro para su edad.
-Lo sé, peque… Jimmy es muy buena persona, mucho mejor persona de lo que todos piensan, pero no le conocen y no quieren darle una oportunidad… Si le conociesen sabrían que no es quién todos piensan… -miré sus juguetes, estaba jugando, pero no muy animado, también debía estar muy preocupado por Jimmy.



KAI JR.
Suspiré de nuevo y le miré.
-Está en el jardín, no sé si querrá verte a ti, yo le veré después.- Me levanté, abrí la mesita que había al lado de mi cama.
-Toma, dale esto.- Le di a Ánima una baraja de cartas.
-Yo tengo muchas, así, cuando vaya a su cuarto a jugar con él ya tendrá una.


ÁNIMA
Sonreí y le acaricié la mejilla.
-Eres un buen chico, tan bueno como Jimmy. –le di un beso en la mejilla y me levanté.
-Gracias por decirme dónde está, le daré esto de tu parte. –sonreí y salí de su habitación, esperaba poder encontrar a Jimmy esta vez.



KAI JR.
La miré cuando se fue.
-Adiós.- Me senté en mi alfombra cuando cerró la puerta y volqué el baúl para ver mis juguetes. Hacía mucho que no jugaba y me gustaban un montón, sobre todo la colección de caballos que tenía, mi favorito era uno de color blanco, era el más grande de todos mis juguetes.
Suspiré y seguí jugando.



ÁNIMA
Salí a los jardines con la baraja de cartas entre mis manos, recorrí gran parte de él, mirando a todas partes. Suspiré mirando la baraja, Jimmy y Kai Jr. solían jugar antes de conocerme Jimmy, pero últimamente había estado más atento a mí que al niño, esperaba que eso no hiciese que Kai pensase que le quería robar a su amigo…
Alcé la cabeza de nuevo mirando a mi alrededor.
-¿Jimmy?


JIMMY
Estaba sentado en un banco del jardín. No quería ver a nadie, no en esos momentos, solo quería pensar… después del incidente con el hermano de Kai me sentía miserable.
Tenía mucha razón, podía y debía odiarme todo lo que quisiese, había sido y… era un asesino, no podía cambiarlo, era algo que residía dentro de mí aun que intentase de todas las maneras olvidarme de ello, pero… fuese a donde fuese la gente me señalaba y me llamaban asesino o cualquier otra cosa…
No encajaba ni encajaría en ningún lugar… ese era mi destino y debía afrontarlo…
Suspiré y me froté la nuca, escuché la voz de Ánima llamarme…
Alcé la cabeza y me froté la cara suspirando.
-Ánima, vuelve dentro, aquí hace frío…


ÁNIMA
Suspiré al oír la voz de Jimmy y le miré. Se me encogió el corazón, parecía cómo si le hubiesen arrancado el alma, maldito Max…
-Jimmy… -me acerqué y me arrodillé delante de él, cogiendo sus manos heladas entre las mías.
-Jimmy, no pienses en lo que te ha dicho… -me mordí el labio.
-Sé que quieres estar solo, pero así solo vas a conseguir machacarte y no puedo consentirlo… -le cogí de la cara, también muy fría.
-Tú ya no eres el mismo de antes, Jimmy, antes podías ser todo lo que digas, pero ahora no eres James, eres Jimmy, y no tienes nada que ver con aquel chico que sólo podía seguir órdenes de su padre…


JIMMY
La agarré de las manos separándolas de mi cara. Me levanté y suspiré.
-¿Qué parte de quiero estar solo no entiendes, Ánima? Quiero- estar- solo.- Me aparté y me alejé andando por el jardín.
-Vuelve dentro, y no me sigas, ¿me has oído?- Seguí caminando recorriendo el jardín, tenía todo el día, ¿no?


ÁNIMA
Miré a Jimmy mientras se alejaba por el jardín nevado. Suspiré bajando la cabeza y echando bao entre mis labios.
-Jimmy, no tienes por qué enfrentarte a esto tú solo, me tienes a mí, y a Kai Jr. Saya y Kai también te apoyan… -le mostré la baraja que Kai me había dado para él.
-Kai me ha dado esto para ti…


JIMMY
Resoplé frustrado, ¿es qué no tenía derecho a estar solo un rato?
La miré y cogí la baraja.
-Gracias, ahora vete, por favor, ya he dicho que no quiero ver a nadie, ni siquiera a ti.- Me guardé la baraja en el bolsillo del pantalón y seguí caminando.
Esperaba que me hiciese caso y se marcharse, sino, me cabrearía de verdad.


ÁNIMA
Tragué saliva cuando dijo eso. Supuestamente ya lo sabía, pero oírlo directamente de él era algo que había dolido…
Me di la vuelta y volví al castillo. Quería estar solo y debía dejarle, pero me preocupaba mucho las conclusiones que sacaría de todo aquello, habíamos conseguido que poco a poco su pasado fuese quedando atrás, pero con dos minutos de palabrería el hermano de Kai había conseguido recordarle todo lo malo…
Entré en el castillo tiritando, no me gustaría nada que Jimmy cayese enfermo, pero no podía hacerle volver…


JIMMY
Miré de reojo a Ánima cuando se marchó, suspiré y bajé la cabeza cerrando los ojos. Me llevé la mano a la nuca quitándome la nieve de encima.
-Joder…- Todo esto estaba resultando ser una verdadera mierda… y pensar que podía encajar en ese sitio, junto a Ánima, Kai, Saya y el pequeño Kai Jr.
¿Por qué me engañaba así? Mi lugar estaba donde está ahora Draco y Dark, por muy humano que pareciese ahora… siempre sería James…
Me senté sobre la nieve apoyando la espalda en la fachada del castillo, me quedaría allí un rato, al menos para despejarme…


KAI
Las sirvientas recogieron todo y yo me quedé sentado en el comedor junto con Saya, todo se había torcido nada más volver, si no era por la guerra tenía que ser otra cosa, pero nunca iba del todo bien…
Suspiré y miré a Saya.
-¿Qué crees que podríamos hacer?



SAYA
Miré a Kai mientras las sirvientas ponían sobre la mesa un par de tazas con café para tomar después de la comida… y vaya comida…
Suspiré y agarré la taza caliente entre mis manos.
-Pues…- Miré a Kai de nuevo.
-Bueno, no te preocupes, creo que podré llamar a Natty, disculparme por el golpe que le di y… bueno, intentaré contarle las cosas con más calma, convencerla de que vuelvan…- Bebí de mi taza.
-Ya me encargaré yo de eso…


KAI
Suspiré cabreado conmigo mismo.
-Es que… si le conociesen, si supiesen como es realmente, cómo cuida de Kai, todo lo que ha hecho por nosotros, las ideas de mejora que tiene… Pero es que ni lo han visto ni lo han intentado ver. –miré mi café, no tenía ninguna gana de meterme cafeína en el cuerpo.


SAYA
Le miré y posé una de mis manos encima de una de las suyas.
-Kai, no te angusties, sabes de sobra como es Max, es de esos que primero golpea y después pregunta. Hace las cosas sin pararse a pensar. Ha juzgado a Jimmy sin conocerle primero, tú le dijiste que había cambiado, que ya no era el mismo de antes y no te creyó… incluso dudo de que te escuchase si quiera…- Removí el café mirando la taza.
-Por eso hablaré con Natty e intentaré explicarle las cosas como son realmente, y si ella me cree, supongo que intentará que Max entre en razón…- Miré a Kai de nuevo.
-Esta también es su casa, no puede estar exiliado en el Reino del Fuego eternamente.


KAI
Miré a Saya y asentí.
-Supongo que tienes razón, no creo que esté fuera por mucho tiempo, quizá recapaciten… -suspiré.
-Creo que voy a ver a Kai, le he mandado a su cuarto y no sé cómo estará él… -me levanté, supuse que también subiría Saya.
Subí las escaleras y abrí la puerta del cuarto de mi hijo.
-Hola. –entré, estaba jugando con sus juguetes.



KAI JR.
La puerta de mi cuarto se abrió.
-Ohm, hola Papá.- Volví la mirada a mis juguetes y suspiré.
-El tío y la tía se han ido, ¿verdad? Estaban muy cabreados con Jimmy y no sé porqué, él no ha hecho nada, ¿a que no, Papá?- Me levanté y miré a Papi.
-No le eches, no quiero que Jimmy se vaya de aquí, por favor, Papá.- Me acerqué y la abracé.
-Por favor, Jimmy no es malo…


KAI
Posé la mano en la cabeza de Kai cuando me abrazó.
-¿Qué dices, Kai? Yo no quiero echar a nadie. –le agarré y le cogí en brazos.
-Claro que Jimmy no es malo, hijo, él te cuida, ¿verdad? –suspiré.
-Lo que pasa… es que antes sí era malo, y tu tío no sabe cómo es ahora, por eso… le tiene algo de miedo, ¿entiendes? Por eso no quiere estar con él.


KAI JR.
Miré a Papá y negué.
-No, el tío es tonto y si no trata bien a Jimmy...- Le miré enfadado.
-¡No quiero que vuelva!- Salí de mi cuarto corriendo y cerrando la puerta muy fuerte. Me fui corriendo por el pasillo muy, muy enfadado.
Ya no quería al tío Max ni a la tía Natty, eran malos…


KAI
Cerré los ojos suspirando, ahora tenía a mi hijo enfrentado con sus propios tíos… La verdad es que ellos mismos se lo habían buscado al no darle una segunda oportunidad a James.
Recogí los juguetes de Kai y salí de la habitación, me preguntaba dónde se había ido ahora.



SAYA
Al final había decidido llamar a Natty, pero esperaría dentro de dos días, ya que tardarían en llegar al Reino del Fuego y era mejor darles su tiempo en calmarse, ellos, y las cosas en general…
Después de terminar de tomarme el café, subí al cuarto a mirar un par de cosas, ya que Kai estaba con el nene tranquilizándole y hablando con él…
Entré en el cuarto y cerré la puerta a mis espaldas. Me acerqué a la cama y saqué de debajo de ella la caja que había encontrado en el Templo del Reino del Agua.
Me senté sobre el colchón con la caja entre mis piernas la cual abrí.
Saqué las cosas de ella mirándolas con detenimiento, cada una de aquellas cosas me traían recuerdos diferentes.
Agarré entre mis manos un sobre bastante grueso. Lo abrí y saqué las cartas que había escrito mi madre a mi padre…
Ahora que estaba en silencio el castillo, podría leer tranquilamente.


KAI
Conseguí que Kai se calmase un poco de su enfado con sus tíos, le dejé en su cuarto de nuevo, esperaba que pronto se solucionasen las cosas, que esto no durase.
Hacía rato que no veía a James, estaría hecho polvo y no querría volver a cruzarse con Max…
Suspiré y caminé hacia mi cuarto, cuando entré, Saya estaba allí.
-Ah, hola… -me acerqué, tenía la caja que había recuperado del Reino del Agua entre las manos.
-Mejor no te molesto… -me dirigí al cuarto de baño.


SAYA
Levanté la mirada de las cartas un momento para mirar a Kai.
-Hola.- Volví la mirada a las cartas.
-No… no molestas…- Le miré cuando fue al baño.
-En serio, quédate si quieres.- Guardé la carta que había terminado de leer y saqué otra…
Mi madre estaba muy enamorada de mi padre, al parecer, aunque él acabase marchándose y abandonándola con Mika recién nacida…


KAI
Miré a Saya, no parecía un tema en el que no pudiese intervenir. Me acerqué y me senté a su lado, había muchas cartas sobre la cama entre las demás cosas que Saya guardaba en su caja de recuerdos.
-Las echas de menos, ¿no?



SAYA
Asentí levemente y me encogí de hombros.
-En cierto modo si.- Miré a Kai y suspiré.
-Tengo recuerdos sobre ellas, pero la mayoría son borrosos, tengo lagunas debido a la poca edad que tenía cuando se murieron y cuando mi padre desapareció sin más, así que… supongo que si, las echo de menos.- Miré la caja y suspiré de nuevo.
-Pero bueno, lo importante es lo que tengo ahora y el futuro que me espera, así que, ¿qué más dará el pasado?


KAI
La miré y pasé un brazo por sus hombros.
-Supongo que eso es lo importante, pero el pasado también merece ser recordado de vez en cuando, sólo lo bueno, lo malo es mejor olvidarlo, sólo hace más daño… Por ejemplo, yo intento acordarme de mi madre, lo que nos cuidaba, cuando jugaba con nosotros… Mi niñez duró hasta que ella murió. –miré de nuevo a Saya.
-Recordar a tu madre y a tu hermana significa que te dieron algo bueno, ¿no?


SAYA
Miré a Kai y asentí.
-Si, por muy poco que fuese lo que recibía, al menos eran cosas buenas.- Sonreí levemente y miré una de las cartas para enseñársela a Kai.
-Como esta ahí una decena, más o menos. Todas ellas son cartas que le escribía mi madre a mi padre cuando él se fue.- Sonreí de nuevo.
-La pobre aún seguía con la esperanza de que algún día volvería…- Suspiré.
-Pero no lo hizo.

KAI
Miré la carta, aunque preferí no leerla mucho, eso quedaba en la intimidad de Saya.
-Vaya… tu madre debía querer mucho a tu padre… -la miré.
-Supongo que no quería rendirse de ninguna de las maneras. Yo jamás me iría, no volvería a cometer el mismo error. –la besé en la frente.
-Tu madre era toda una romántica… -miré todas las cartas que había escrito, que no eran pocas.


SAYA
Sonreí y guardé las cartas en la caja cerrándola a continuación y guardándola debajo de la cama de nuevo.
-Oh, si, mi madre estaba muy enamorada de mi padre y las únicas palabras de amor se las dedicaba a él, aun que nunca llegase a leer esas cartas.- Me senté sobre la cama y rodeé la cintura de Kai con mis brazos apoyando mi cabeza en su pecho.
-Algún día te escribiré yo una carta.- Solté una pequeña risotada. No sé para que quería yo mandarle una carta, si todo se lo podía decir con palabras y a la cara.


KAI
Solté una risotada y acaricié su espalda con suavidad. En la vida todos teníamos serios problemas, y Saya y yo no éramos ninguna excepción, por desgracia.
Apoyé mi cabeza en la suya y cerré los ojos.
-Siempre quise que fueses feliz… pero no sé si lo estoy logrando, Saya…


SAYA
Miré a Kai extrañada.
-¿Qué? Kai, ¿por qué dices eso? No es cuestión de lograrlo o no lograrlo, Kai, yo soy feliz mientras que tú estés a mi lado.- Le acaricié la mejilla con el reverso de mi mano y le miré a los ojos.
-Todos estos años que hemos estado separados… fueron una mierda para mí, me sentía muy perdida sin ti a mi lado… ahora me doy cuenta de que tú no tenías nada de culpa, tan solo cumplías con tu responsabilidad como rey y eso fue algo que yo no quise comprender… pero ahora lo comprendo y lo respeto.- No aparté la mirada de sus ojos.
-¿Dónde estaría mejor que a tu lado? Dímelo.


KAI
Suspiré y negué con la cabeza.
-No… no lo sé, Saya. Supongo que no me hago a la idea de que seas feliz a mi lado, se me hace extraño no estar peleando cada tres minutos por cosas estúpidas… ¿Crees que ya nos hemos acostumbrado el uno al otro? –sonreí, al final para lo único que servíamos era para estar el uno con el otro…


SAYA
Aparté la mano de su mejilla con suavidad y me separé de él mirando al suelo.
-Pues hazte a la idea Kai.- Le miré.
-Hazte a la idea.- Me levanté y le miré de nuevo.
-Y si… no nos peleamos como antes es porque no lo necesitamos y, créeme, prefiero seguir así que no andar con gritos, insultos y malas maneras como solía pasar antes.- Negué con la cabeza.
-Entonces si que no soy realmente feliz.


KAI
La cogí de la mano cuando se levantó.
-Por eso precisamente te pregunto si eres feliz, porque antes no lo eras, y me pregunto cada día si lo estoy haciendo bien. –la acerqué a mí y la besé.
-Nada de insultos, gritos ni malas maneras.



SAYA
Le miré algo dubitativa, no podíamos evitar pelarnos de vez en cuando, Kai y yo éramos muy distintos y cualquier cosa que marcase la diferencia entre él y yo era escusa suficiente para acabar enfadados.
Suspiré y me senté de nuevo en la cama, a su lado.
-Nada de insultos…- La miré de reojo.
-Capullo.- Sonreí.



KAI
Bufé.
-Pero si acabas de decir que nada de insultos, te llevas la contraria a ti misma. –la tumbé sobre la cama y le hice cosquillas en el vientre y las costillas.
-Capullo, soy un capullo, ¿no?



SAYA
-¡No, Kai, cosquillas no!- Empecé a reírme con ganas.
-¡Si, eres un capullo, un capullo de cuidado!- Me encogí e intenté agarrar sus manos para que parase de hacerme cosquillas.
-¡Para, Kai, para de una vez!- No podía, las cosquillas me ganaban.
-¡No soy una niña pequeña!- Me seguí riendo sin parar… en que momento le llamaría capullo…



KAI
Seguí haciéndola cosquillas, ella no dejaba de retorcerse.
-Sí, bien, sigo siendo un capullo, ¿no? –no paré, llegó hasta a soltar lágrimas de la risa.
-Si quieres que pare vas a tener que hacerme la pelota y retirar lo de “capullo”, nena. –intenté que no me apartase las manos ni que me diera ningún golpe.


SAYA
Le miré intentando agarrar sus manos.
-¿Qué? Pero tendrás morro.- Me limpié las lágrimas que me caían con la mano, eso si, sin dejar de reírme.
-¡Para, por Dios bendito!- Le miré de nuevo.
-Está bien… está bien, te haré la pelota y todo lo que tú quieras… ¡pero para, por favor!- Me encogí sobre el colchón… cualquiera que me oyese se pensaría que me estaban matando…



KAI
Sonreí y dejé de hacerla cosquillas, me tumbé a su lado con una sonrisa esperando a su peloteo prometido.
-Bueno, veamos con qué me peloteas… -me miré las uñas haciéndome el impaciente, la miré de reojo.



SAYA
Cogí aire secándome las lágrimas de los ojos y me senté de nuevo sobre la cama.
Le miré de reojo como sonría triunfal y esperando a que le pelotease.
Cogí aire por última vez y me levanté colocándome la camiseta.
-Bueeeeno, creo que yo me voy yendo.- Le miré.
-Hala, aquí te quedas, mozo.- Me dirigí a la puerta.


KAI
La miré entrecerrando los ojos, me levanté y la agarré de la tira de los pantalones vaqueros sin dejarla marcharse.
-No has cumplido tu parte del trato, hasta que no lo hagas no dejaré que te vayas de aquí, como tú lo veas. –la empujé hacia la pared apoyando su espalda en ella.
-¿Y bien?



SAYA
Miré a Kai y alcé las cejas cuando me dejó acorralada en la pared.
-¿Qué trato? Yo que recuerde no he hecho ningún trato contigo.- Me crucé de brazos.
-¿Me equivoco?- Alcé una ceja y sonreí.
-Además, solo lo he dicho para que dejases de hacerme cosquillas.- Me encogí de hombros.



KAI
-Mmm, entonces en la parte que decías “Está bien… está bien, te haré la pelota y todo lo que tú quieras…”, ¿dónde queda todo eso? –posé mis manos sobre la pared y acerqué mi rostro a su cuello, respirando bao.
-¿No me vas a pelotear aunque sea con mimos?


SAYA
Cerré los ojos soltando una pequeña bocanada de aire. Sonreí y me mordí el labio inferior.
-¿Con mimos?- Le miré y me reí levemente.
-¿A qué clase de mimos se refiere, mi señor?- Cerré los ojos de nuevo. Si esto fuese estar entre la espada y la pared, me pondría más a menudo.



KAI
Acaricié su cuello con mis labios y mis dedos.
-Bueno… eres tú la que tiene que pensarlo, échale algo de imaginación, ¿no? –besé la piel bajo su oreja acariciando el otro lado del cuello con la mano, ahora mismo era yo el que la estaba mimos a ella.


SAYA
Sonreí de nuevo sintiendo un estremecimiento por todo el cuerpo cuando empezó a besarme por el cuello. Cogí aire y le miré, llevé mis manos a sus costados y bajé hasta su cadera haciendo que se pegase a la mía. Sonreí de nuevo y acerqué mis labios a los suyos sin llegar a tocarlos del todo.
-¿Qué debo hacer para que me perdones el que te haya llamado “capullo”?- Pregunté casi en un susurro rozando la comisura de sus labios con los míos.



KAI
Sonreí y la besé sin dejar de acariciar su cuello con mis manos. Recorrí sus labios con intensidad. La miré a los ojos.
-Algo que lo contrarreste. –la cogí haciendo que rodease mi cintura con sus piernas y la volví a besar.


SAYA
Le agarré de la nuca presionando con fuerza sus labios sobre los míos. Cogí una buena bocanada de aire y le volví a besar con la misma fuerza que antes, saboreando bien la suave y excitante piel de sus labios carnosos.
Le agarré fuertemente de la nuca presionando mis muslos alrededor de su cintura.
¿Algo que contrarrestase? Pues como eso no fuese suficiente, ya no sabía que hacer más…



KAI
Acaricié sus muslos con suavidad, recorriéndolos desde las rodillas hasta la cintura con mis manos. Saboreé sus labios y su lengua con la mía. Transmití mi frío por su boca haciéndola soltar bao al separarnos. Sonreí.
-¿Crees que con esto valdrá o te quieres asegurar?


SAYA
Le miré jadeando levemente y echando bao por la boca.
Alcé una ceja sin apartar la mirada de sus ojos.
-A mi no me preguntes, ¿te ha valido a ti o te quieres asegurar?- Recorrí su nuca con mis dedos mirando sus impactantes ojos azules.



KAI
Solté una risotada acariciando su cintura y volví a besarla, moviendo nuestros labios a compás que mi mano recorría su cintura subiendo hasta su hombro.
Cogí aire y volví a besarla agarrando su cara entre mis manos. Me separé levemente y la miré a los ojos.



SAYA
Le miré después de que volviese a besarme soltando de nuevo bao por mi boca.
Respiré varias veces con el corazón acelerado… Kai hacía conmigo lo que quería y más.
-…- Fui a decirle algo, pero la puerta de nuestro cuarto sonó.
Miré de nuevo a Kai para que me soltase.
-Llaman a la puerta.- Miré hacia la puerta de nuevo.
-Siento molestarles, mis señores, pero tengo un recado para la señora Saya.- La voz de uno de los sirvientes sonó desde el otro lado de la puerta.
-¿Para mí?- Me bajé de los brazos de Kai extrañada y me acerqué a la puerta para abrirla.
Miré al sirviente que sostenía una caja enorme en sus manos.
-Ohm… vaya…- Me la entregó y se marchó inclinando la cabeza.
Cerré la puerta y dejé la caja sobre la cama. Había un sobre pegado a la tapa de la caja.
En la solapa ponía en nombre de Sharon
-Es de Sharon…


KAI
Suspiré cuando llamaron a la puerta y dejé que Saya abriese la puerta, había llegado un paquete para ella de parte de Sharon.
Me apoyé en la pared con las manos en los bolsillos, ¿qué querría enviarla ella a Saya si hacía nada que se habían visto?
-Ábrelo, entonces.


SAYA
Miré a Kai y suspiré.
-De acuerdo…- Volví la mirada a la caja y cogí la carta. La abrí y empecé a leerla en alto para que Kai se enterase también.
-“Querida hermanita del alma querida…- Fruncí el ceño algo perpleja, menuda manera de empezar una carta…
Suspiré y seguí leyendo.
-“Espero que te guste mi regalo, sé que desde nuestro último encuentro, las cosas no nos han ido muy bien entre las dos, pero, quiero que sepas que estoy dispuesta ha olvidarlo todo… incluso a olvidar que estás con un hombre tan soso…- Miré a Kai y le sonreí. Volví la mirada a la carta para terminar de leerla.
-En fin, es lo que has decidido y no puedo decirte nada. Lo único que te digo para terminar es que, espero que te guste. Te lo regalo como muestra de cariño y, ¿qué demonios? Por que sé que a ti te quedará mejor que a mí, y porque… no me vale ^/////^ y como tú siempre has estado hecha un palito, pues creo que te irá como un guante.
Pues nada, te deseo la mayor felicidad posible. ¡Te quiero, enana!
Sharon”.-
Sonreí y abrí la caja sin pensármelo dos veces.
Abrí los ojos ampliamente al descubrir un vestido de seda ligero y de color turquesa.
-Vaya…


KAI
Alcé una ceja cuando Saya abrió la caja, Sharon la había regalado un vestido de seda azul.
Me acerqué y lo miré, eso no le cabía en el cuerpo a Sharon ni untándola de grasa…
-Vaya, es bonito, ¿no? –miré a Saya.


SAYA
Agarré los tirantes del vestido para poder sacarlo de la caja.
Lo miré con detenimiento entre fascinada e impresionada.
-Si… es precioso…- Lo extendí encima de la cama. Parecía muy estrecho y la falda tenía un corte a un lado de manera intencionada y los volantes eran desiguales.
-¿Quieres que me lo ponga para ti?- Miré a Kai y sonreí.



KAI
Me crucé de brazos y esbocé media sonrisa.
-Claro. –retrocedí hasta apoyarme en la pared con los brazos cruzados sobre el pecho.
-Ya sabes que cualquier cosa te sienta bien, pero no me importaría verte con ese vestido puesto, siempre y cuando tu hermana no lo haya modificado para hacerte o hacerme alguna putada, que sería algo difícil en un vestido…



SAYA
Le miré y entrecerré los ojos cuando dijo eso.
-¿Ves como eres un capullo?- Sonreí y agarré el vestido con cuidado.
-Voy a cambiarme.- Negué con la cabeza y caminé hacía el cuarto de baño que había en la propia habitación. Cerré y acto seguido me quité las botas y los pantalones vaqueros.
Dejé el vestido colgado detrás de la puerta para que no se arrugase y me despojé del jersey quedándome en ropa interior.
Agarré el vestido y me lo puse por la cabeza con mucha suavidad, aunque la verdad es que el vestido se adaptó a mi cuerpo en seguida. Me alisé la zona de la cintura y me miré en el espejo.
Como pensaba, se ceñía a mi cuerpo de tal manera que marcase las curvas, la falda quedaba al vuelo con el corte sobre la pierna izquierda.
Sonreí y acaricié la tela, era muy suave al tacto.
Suspiré y salí del baño. Era muy cómodo, como si no llevase nada.
Miré a Kai y sonreí.
-¿Su veredicto?



KAI
Alcé las cejas cuando vi a Saya con el vestido puesto y asentí.
-¿Sabes? Creo que… me casaría contigo… -asentí de nuevo mirándola de arriba abajo, parecía el vestido que habían hilado los dioses para ella.
-Sí, me casaría contigo. –sonreí.


SAYA
Le miré y me reí algo avergonzada.
-Vaya, ¿y ha sido el vestido lo que te ha hecho cambiar de idea?- Le miré de nuevo girándome para que viese como me quedaba por detrás.
Me sentía muy ligera con ese vestido puesto, estaba hecho a mi medida… ¿de dónde lo habría sacado Sharon?



KAI
Me mordí el labio, realmente ese vestido la quedaba muy… sexy.
-Si no fuese porque te daría pena ahora mismo te lo arrancaría a mordiscos, Saya, no te acerques mucho o tu vestido sufrirá un accidente. –esbocé media sonrisa y me acerqué. Besé su nuca aprovechando que estaba de espaldas.


SAYA
Me giré y le miré posando un dedo sobre su pecho.
-Ni se te pase por la cabeza, majo, no pienso dejar que destroces este vestido.- Esbocé media sonrisa.
-Cuidadín si no quieres que sea yo la que te arranque alguna cosita a mordiscos.



KAI
Negué con la cabeza varias veces seguidas.
-No, me parece que prefiero que mi cosita se conserve en su sitio intacta. –sonreí.
-Pero no te prometo que tarde o temprano no vayas a acabar sin él, sólo avisto… -alcé las cejas y sonreí de nuevo.
La miré y posé mi mano en su vientre observando el vestido.
-Saya, ¿tienes ya vestido de boda?


SAYA
Miré a Kai y negué.
-No, aún no, pero… conseguiré uno, no es problema.- Asentí y le miré de nuevo, esbocé media sonrisa.
-No te preocupes, no pienso aparecer en el altar desnudita, aunque… ya te gustaría a ti, ¿eh?- Solté una risotada.



KAI
Solté una risotada y desvié la mirada.
-Pero que poco me conoces… -me reí y volví a mirar el vestido.
-Yo te lo decía… porque este vestido te queda como anillo al dedo, y no estaría mal que lo llevases como vestido de boda, si es que te gusta a ti, claro…



SAYA
Miré el vestido y asentí.
-Ohm… pues no lo había pensado.- Miré de nuevo a Kai y sonreí.
-Si, creo que estaría bien, tal vez lo lleve, pero hasta entonces…- Me separé y me quité el vestido sacándolo por la cabeza y con cuidado de que no se arrugase.
Miré a Kai de nuevo.
-… lo guardaré para que no se estropeé.- Me acerqué al armario y colgué el vestido en una percha con mucha suavidad, la seda era tan delicada que…
Suspiré y cerré la puerta del armario.
-Pues nada, voy a vestirme, no sería un buen plan que me pasease por ahí en pelotitas picadas.- Me reí levemente y me encaminé al cuarto de baño donde había dejado mi anterior ropa.



KAI
Alcé una ceja cuando entró en el baño para vestirse.
-¿Pero qué tienes tú en contra de la desnudez? ¿Es que tanto pudor tienes? –sonreí apoyándome en el marco de la puerta con los brazos cruzados.
-Me acabo de acordar de que tengo que hacer una cosa… Saya, ¿me acompañarías a una tienda de mascotas?


SAYA
Abrí los ojos como platos mientras me abrochaba el vaquero.
Salí del baño poniéndome el jersey y miré a Kai.
-¿Qué? ¿Repite eso?- Parpadeé varias veces.
-¿Tienda… de mascotas? ¿Vas a comprarle el perro al final a Kai?- Le miré y sonreí.


KAI
Alcé las cejas.
-Pues claro, lo dije, dije que se lo iba a comprar y lo voy a hacer. Lo único que no sé es qué raza comprarle, por eso te pido que vengas conmigo, para que me ayudes. ¿Vendrás? –me acerqué al armario para sacarla un abrigo.


SAYA
-Claro, iré, ¿por qué no?- Me acerqué hasta Kai para que me entregase mi abrigo.
-Me parece buena idea…- Sonreí.
-Es que… pensé que aquella vez se lo dijiste para que se estuviese tranquilo, pero… me alegro de que si le vayas a comprar un perro.- Me puse el abrigo y le di un beso en la mejilla.
-Vamos, papi.


KAI
Negué con la cabeza y la cogí de la mano para salir de la habitación.
-Menos cachondeo, que compro un caniche con lazo incluido… -solté una risotada y fuimos por el pasillo, me asomé al cuarto de Kai y le dije que íbamos a dar una vuelta, si necesitaba algo Ánima al menos debía estar por ahí…
Salimos del castillo en busca de la mascota de Kai.


SAYA
Salimos del castillo después de decirle a Kai que íbamos a dar una vuelta como escusa.
Era la primera vez que Kai y yo “salíamos” solos por el reino, al menos refiriéndome al tema de pareja…
Antes le daba vergüenza, pero menos mal que las cosas habían cambiado.
Caminamos por las calles nevadas, la gente nos miraba y nos saludaban o simplemente nos sonreían… a decir verdad, era algo cortante, pero, ¿qué había de malo en que una pareja, siendo reyes o no, saliesen a dar un paseo y a… compra una mascota?
Tardamos un poco en llegar a la tienda más cercana al castillo, ya que estaba en el centro.
La tienda parecía bastante grande por fuera….
-¿Es aquí?


KAI
Asentí mirando las puertas de la tienda.
-Aquí es. –le señalé con la cabeza que entrásemos y atravesamos las puertas al interior de la tienda. Olía, como no, a animal, a comida de animal, y a toda clase de malos olores que podían llevar consigo los animalillos…
-Supongo que tendremos que buscar los perros, ¿no? –caminamos por la tienda, era bastante amplia, y los perros se encontraban al final de la tienda, en una especie de vitrinas.
-Aquí están…


SAYA
Me acerqué a las vitrinas y miré a los perrillos. Eran todos unos cachorrillos, chiquitines y muy ricos.
Sonreí y miré a Kai.
-Que monos son.- Miré de nuevo a los perros que nos miraban a nosotros tras el cristal de la vitrina.
Había uno con muchos rizos y de color canela.
-Mire, ese me recuerda a Jim.- Me reí levemente y seguí mirando. Eran todos preciosos… no sabía cual elegir.
Giré la cabeza y vi que en el suelo había una especie de parquecito con más perros encerrados en él.
Me acerqué y me agaché para mirarles de cerca.
Eran de una raza que conocía, los Akita.
-Mira estos, Kai.- Uno de ellos me miró con sus ojos pardos. Era hermoso, tenía un color muy especial, entre canela y caoba. Su rabito estaba enrollado hacia arriba y una de sus orejas caídas.
Se acercó a mí con pasos torpes y gimoteó poniéndose sobre sus dos patas.
-Hola, chiquitín.- El perrillo ladró intentando captar toda mi atención.
-¿Desean alguna cosa?- Alcé la cabeza y miré a la dependienta.
-Si…- Miré al cachorro.
-¿Se pueden coger?- la dependienta sonrió y asintió.
-Oh, si, por favor.- Sonreí ampliamente y agarré al perrillo entre mis brazos. Me levanté y lo miré.
-Hola, pequeño.- El perro me lamió la cara con cariño mientras le acariciaba la cabeza.


KAI
Saya cogió un cachorro que estaba con sus hermanos en una especie de corral. La verdad es que era un perro de bonitos colores y por la apariencia no parecía ser muy revoltoso. Le acaricié la cabeza mientras lamía a Saya, se había encariñado con ella.
-¿Te gusta este?


SAYA
Miré a Kai y asentí.
-Si, es precioso, Kai.- Sonreí frotando mi frente con la cabecita del cachorro que no paraba de lamerme.
-Le encantará a Kai, ya verás.- Miré al animalito que gimoteó buscando algún lugar donde poder lamerme.


KAI
Me reí y acaricié el lomo del cachorro.
-Bueno, parece amor a primera vista. –miré a Saya.
-Estoy de acuerdo siempre y cuando… -señalé al cachorro.
-Este pequeñajo no me reemplace, creo que te ha dado más besos en un minuto que yo en toda la vida… -solté una risotada.


SAYA
Me reí y miré a Kai.
-Oh, no te pongas celoso, sabes que también te rascaré la tripita y te haré masajes detrás de la oreja.- Me reí de nuevo y le besé en la mejilla.
-Tú eres mi único cachorro.- Miré al perro.
-Este amiguito será para Kai.


KAI
Asentí y miré a la dependienta que nos atendió.
-Nos gustaría llevarnos a este pequeñajo. –la dependienta asintió y nos sonrió, me indicó que la siguiese.
-Saya, tú quédate con el cachorro, voy a arreglar todo el papeleo y tal… -seguí a la dependienta hasta una de las cajas para decirme lo que debía comprar para el animal, entre los artículos había un libro de cómo cuidar los Akita.
Miré a Saya mientras pagaba las mil baratijas, el perro estaba enamorado de ella. Sonreí y cogí la bolsa llena de todo lo que necesitaba y volví junto a Saya.
-Ces’t fini.


SAYA
Miré al animal mientras Kai iba a arreglar las cosas para poder llevárnoslo.
-Tú te vienes a casa con nosotros, pequeño.- El perrillo me lamió la punta de la nariz. Sonreí y lo agarré bien entre mis brazos.
Miré a Kai cuando volvió.
-¿Ya? Pues nada, a casa.- El perro ladró contento y meneando el rabo. Sonreí de nuevo salí junto con Kai.
Tapé al cachorrillo con mis brazos protegiéndole del frío.
-Hace frío, ¿eh?


KAI
Miré al perro, parecía feliz de haberse podido venir con nosotros, no dejaba de lamer la cara de Saya, por lo que supuse que ya la había cogido mucho cariño.
-Pues nada, Perro, te vienes con nosotros. –le acaricié la cabeza y las orejas, era un cachorro muy cariñoso.



SAYA
Miré a Kai y sonreí.
-Le encantará a Kai.- Me acerqué a su mejilla y le besé en ella con dulzura. El perro me lamió la barbilla gimoteando cuando vio que dejaba de darle cariños a él.
-Uy… vaya, me reclaman.- Sonreí y miré al animalito.
-Si, si, tranquilo, no me he olvidado de ti.


KAI
Miré al perro frunciendo el ceño.
-Mmm, a lo mejor el que se pone celoso es él, eh… -le di un toque en la punta de su nariz húmeda y cálida.
-Quiero ver la cara de Kai cuando lo vea.



SAYA
-¿La cara? No creo que le veas la cara, se lanzará encima de ti como un poseso y te llenará de besos y de abrazos y de: “Gracias, Papá, gracias, Papá, gracias, Papá”- Me reí y le miré.
-Ya verás como le gusta.- Acaricié la cabecita del perro con suavidad mientras caminábamos de vuelta a casa.


KAI
Caminamos de nuevo hacia el castillo, el perro parecía más feliz que nadie de venir con nosotros, no sabía quién estaría más contento, si el perro o Kai de poder tenerlo…
Llegamos al castillo, el perro ladró.
-Shh. –le acaricié la cabeza.
-Tienes que estar callado, o Kai te descubrirá. –sonreí y empezamos a subir las escaleras hasta el cuarto de Kai. Llamé a la puerta.
-Servicio a domicilio.


KAI JR.
Estaba tirado en el suelo muy aburrido. Jimmy no había vuelto a jugar conmigo y estaba muy triste porque él lo estaba…
Suspiré y miré la puerta cuando escuché la voz de mi Papá.
Me levanté del suelo sin muchas ganas.
-Ya… voy…- Caminé hacia la puerta y la abrí.
-Hola, Papá.


KAI
-Uhh… ¿y esa cara tan triste? –le cogí de la barbilla, se le veía decaído.
-Vaya… con esa cara no sé si el perrillo que mamá y yo te hemos comprado va a querer jugar contigo, eh… -alcé una ceja y miré a Saya con el cachorro en brazos aún.



KAI JR.
Miré a Mamá. Tenía un perrito muy pequeño en sus brazos.
-Es muy bonito, ¿es para mí?- Dije sin muchos ánimos.
Miré a Papá de nuevo y asentí.
-Gracias.


KAI
Miré a Kai, no parecía ni siquiera interesado en el perro. Suspiré.
-Bueno… Es tuyo, así que trátalo bien y cuídalo, ¿vale? –le revolví el pelo y miré a Saya.
-Dale… el cachorro si lo quiere. –miré de nuevo a Kai y esbocé media sonrisa, me marché por el pasillo. No había elegido un buen momento para comprarle el perro, la verdad.


SAYA
Miré a Kai mientras se marchaba por el pasillo… con la ilusión que le hacía comprarle al crío un perrito, resulta que el niño está de bajón.
Suspiré y miré a Kai Jr.
-Eh, Kai…- Me agaché y miré al niño.
-Mira, es un Akita. Son perros muy especiales, muy cariñosos y cuando notan que alguien está triste ellos le llenan de besos ¿Quieres probar?- Dejé al cachorro en el suelo para que Kai le acariciase.


KAI JR,
Miré a Mamá y después al perrito…
-¿De verdad hacen eso?- Dije mirando a Mamá. Me encogí de hombros y me senté en el suelo mirando al cachorro.
-… Hola...- Le acaricié la cabeza.
-Que suave es…- Sonreí levemente. El perrito se acercó a mí y me lamió la cara. Sonreí de nuevo y le acaricié.
-Jo… como mola.- El perrito me volvió a lamer y se subió encima de mí tirándome al suelo. Me reí y le acaricié mientras me lamía.
-Me hace cosquillas.


SAYA
Sonreí mirando al niño.
-¿Ves? Es muy cariñoso y ha hecho que te rías.- Me levanté y les miré.
-Cuida bien de él, ¿eh? Y dale las gracias a tu padre, anda.- Me crucé de brazos y miré a Kai Jr. correr hacia el cuarto de su padre seguido por el perrillo.
Sonreí de nuevo y me alejé por el lado contrario del pasillo.


KAI JR.
Me fui corriendo al cuarto de mi Papá. El perrito me seguía ladrando y corriendo detrás de mí.
-¡Papi!- Abrí la puerta.
-Papá, Papi, gracias por el perrito, mola mucho.- Me reí y abracé al perrito con fuerza mientras me lamía la cara.



KAI
Vaya, al final parecía que sí que le había gustado el perro. Me agaché delante de él y miré cómo el perro le cubría a lametones.
-¿Ves? Él será tu amigo y así no estarás solo nunca aunque Jimmy no pueda estar contigo. –le acaricié el pelo.
-¿Entonces te gusta?



KAI JR.
Miré a Papá y sonreí. Asentí mirando al perrito que no paraba de lamerme la cara.
-Si, me gusta mucho, es muy simpático y bonito.- Miré a mi amiguito.
-No sé que nombre ponerle.- Miré a Papá.
-¿Tú que nombre le pondrías?


KAI
Miré al perro y suspiré.
-No sé, hijo, yo soy muy bueno con los nombres, ni siquiera mis caballos tuvieron nombre, sólo les llamaba “Caballo”… Yo le llamaría Perro. –me encogí de hombros…
-Los nombres comunes de perros son Tobi, Rex… Aunque él no tiene nombre de dinosaurio si te soy sincero…



KAI JR.
Miré a Papá y suspiré.
-Pues no sé…- Me rasqué la frente.
-No se me ocurre nada… - Miré a mi perrito.
-¡Ya está! Le llamaré Ziper, como el perro que sale en la serie de la tele.- Sonreí.
-Ziper, Ziper, Ziper.- Canturreé.



KAI
Asentí mirando al perro, era del niño, así que su nombre sería el que él le pusiese.
-Muy bien, si quieres llamarlo Ziper, pues Ziper. –acaricié de nuevo la cabeza del perro.
-Espero que lo cuides bien, porque cuando sea un poco más grande él podrá cuidar de ti.



KAI JR.
Miré a mi Papá y sonreí.
-Si, cuidaré de él, seremos muy amigos, lo prometo.- Sonreí y me levanté del suelo.
-Vamos, Ziper, te enseñaré mi cuarto y mis juguetes.- Miré a Papi.
-Hasta luego, Papi.- Salí del cuarto con Ziper a mi lado.




KAI
Sonreí cuando Kai salió de la habitación con el perro. Al menos había conseguido alegrarle, y eso era algo bueno, eso le haría ameno el no estar con James, aunque, con sinceridad, esperaba que pronto volviese a la normalidad. Me incorporé y miré hacia la puerta.
-En fin. –suspiré.