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lunes, 28 de septiembre de 2009

Capítulo XLI - SEDUCIENDO AL MAL

Menudo movidón de capítulo, diré sólo tres palabras: BAR DE ALTERNE xD



KAI

Habíamos terminado de comer y aún seguía picado. Esa rubia de bote había reabierto heridas del pasado que no me gustaban nada, y no aguantaba más. Por si fuera poco, esa noche Saya había bebido y ahora, con la resaca, estaba también irascible, de modo que lo mejor era que no nos cruzásemos hasta que se nos pasase el cabreo a los dos.
Fui hacia el puesto de mandos, Neo estaba allí.
-Hola.


NEO
Kai entró en la cabina mientras yo miraba el GPS y la ruta que debíamos tomar ahora.
-Oye, Jefe… creo que estamos perdiendo el tiempo como bobos, Draco y James siguen por ahí haciendo de las suyas mientras nosotros estamos aquí sentados sin hacer nada, solo de visita…- Le miré y me crucé de brazos.
-Hace mucho que no sabemos nada de esos dos, ¿no crees que deberíamos tomar carta sobre el asunto?




KAI
Le miré de reojo.
-No estamos perdiendo el tiempo, Neo, averiguamos cosas y conseguimos provisiones, no vamos a divertirnos. –me acerqué hasta él.
-En estos momentos lo único que quiero es ponerme a cargarme gente, así que la verdad es que me interesa bastante encontrar a esos dos, y a su putita, los voy a matar. Intenta averiguar dónde podemos encontrarlos o tener una pista sobre ellos, es hora de actuar.


NEO
Sonreí y me giré junto con mi silla.
-Manos a la obra… je, je, je, je.- Me quedé pensativo un momento.
-Una cosa, Jefe, ¿cómo coño quieres que los encuentre? Esto es una nave, no un busca.- Asentí.
-No sé ni como empezar, ese tío es muy raro, y su hijo aún más… no sé…


KAI
Posé la mano sobre su hombro.
-Neo, tenemos aquí tecnología hasta para comerla, tenemos a un empollón que te puede hacer un clon de una rata en veinte minutos, piensa con esa cabeza que tú tienes. Sé que me sorprenderás. –me di la vuelta y salí, al menos ya estaba motivado, sabiendo que íbamos a cargarnos a unos cuantos hijos de puta.

NEO
Genial, me encasquetaba a mi el trabajo, pero que morro…
Suspiré y me puse a mirar que podía hacer. Llamé a Jim para que me echara una mano para ver que podíamos averiguar.


A la hora ya lo teníamos resuelto. Hice que toda la tripulación se reuniese en la cocina para comunicarles nuestra idea.
-Jefe, tenemos un plan, y será efectivo, ya lo creemos…- Sonreí y me crucé de brazos.
-Jim y yo tenemos una ligera idea de donde puede encontrarse Draco y su hijo.- Saqué un panfleto y lo coloqué encima de la mesa. Era un papel publicista de un local algo subido de tono. Arriba ponía el nombre de un bar en letras rojas con la silueta de una mujer desnuda.
-Aquí.



JIM
-El plan consiste en lo siguiente. –saqué de la cajita los micros que había preparado.
-Vamos a estar conectados en todo momento por estos micros, son mejores que los anteriores y no se notan, van detrás de la oreja. Y he aquí mi nueva obra maestra. –busqué en la caja los dos trasmisores.
-Tarán, trasmisores nano, son súper chiquititos, como podréis ver. –señalé a Kara y Saya.
-Vosotras os encargaréis de encasquetárselos a Draco y James, pan comido. Neo y Kai os acompañarán, Erika y yo nos encargaremos de lo demás en la sala de ordenadores.

NEO
-Es un genio de chaval.- Sonreí y le miré. Acto seguido miré el panfleto.
-Lo importante de todo esto es que tenéis que encasquetárselo sin que se den cuenta de que sois vosotras. James os ha visto antes, sobre todo a Saya. Os infiltráis como bailarinas de Streep tease y ya está. Un bailecito, os acercáis y a casita. ¿Qué os parece?- Mire a Kara y a Saya.

SAYA
Miré a Neo cuando me contó que teníamos hacernos pasar por prostitutas.
-¿¿Qué?? ¿¿Tú estás chalado?? No pienso meterme en ese antro y bailotear delante de un grupo de salidos medio desnuda.- Me crucé de brazos.
-Paso.


JIM
-Esto no es un viaje de placer, Saya, es una misión. Tenemos que sacrificarnos de alguna forma todos. A Neo tampoco le hizo gracia cuando supo que Kara tuvo que hacerlo, pero es la única manera, chicas, por favor. –les pedí, era la idea más eficaz y brillante de todas las que habíamos propuesto.


SAYA
Suspiré. El tener que hacerme pasar por una bailarina…
-Está bien, lo haré, pero sólo por encontrar a esos cerdos y darles caza, no penséis que me hace gracia ponerme a contonearme delante de un puñado de babosos asquerosos.
Miré a Kara y luego a Neo.
-De acuerdo, vale, si no hay otra manera… -Suspiré y miré los transmisores.
-¿Cómo se lo encasquetamos?


JIM
Sonreí, ahora se iban a negar de manera rotunda. Desvié la mirada.
-De manera oral. –la miré de reojo.
-Para entendernos mejor, tenéis que… besarles. –lo último lo dije casi con miedo, seguro que recibía algún golpe.

KARA
Me quité el guante y se lo tiré a la cara.
-¡Capullo! ¿No tenías otra manera más eficaz que ponernos de putas para arriba? ¿Por qué no vas tú y le comes la boca a los gilipollas esos? –suspiré y me crucé de brazos.
-Yo me pido a James.


SAYA
-… ¿Besarles?...Creo que me va ha dar algo…- Miré a Neo.
-Una cosa es hacerse pasar por putas y otra muy diferente tener que besar a esas sanguijuelas, coño.- Nadie decía nada, estaba claro que había que hacerlo si o si.
-Muy bien, entonces yo me ocuparé del gilipollas de Draco.- Salí de la cocina empujando a Neo con el hombro… Dios, que asco de gente.

KARA
Les miré cuando Saya salió.
-No me hace mucha gracia, pero es un buen plan. Buen trabajo, chicos, recordadme que os suba el sueldo. –salí tras Saya.


JIM
Miré a Neo guardando el material en la caja.
-¿Tenemos sueldo?



NEO
Miré a Jim y me encogí de hombros.
-Yo que sepa, no, pero bueno, déjale. No estaría de más que nos pagara.- Sonreí y salí de la cocina para poner rumbo al objetivo.


SAYA
Tenía un cabreo de narices, aquí la gente daba las cosas por hecho sin contar con los demás, me ponía enferma. Entré en el camarote de Kai y me fui al baño a refrescarme un poco, no me encontraba muy bien después de lo de anoche, me ardía la cabeza y lo último que desearía es ponerme a bailotear en un antro lleno de psicópatas borrachos deseando echar un polvo.


KAI
Seguí a Saya, que se encerró en el baño. Me senté en la cama a esperar.
-¿Por qué… te pusiste a beber? –le pregunté, no sabía que ella bebía.
-Pensé que te moderabas, pero llegaste un poco ebria, ¿es por algo de lo que ha pasado?


SAYA
-…No lo sé, bebí y punto, no hay más explicaciones.- Me mojé la cara con el agua para quitarme el atontamiento de encima. Me sequé con la toalla y salí del baño. Estaba sentado en la cama.
-Tenemos trabajo que hacer, ¿no?- Salí del camarote.

KAI
Estaba realmente cabreada.
Me levanté y la seguí, esto se complicaba y no nos iba a resultar fácil completar la misión con el humor de perros que llevaba Saya, y tampoco iba a facilitarnos la labor el que Kara sea tan feminista.
Suspiré y pasé de pensar más en ello, esperaba que el plan tuviese éxito después de todo.


NEO
Aterricé la nave junto con las demás naves visitantes, que no eran pocas. Kai y yo ya estábamos preparados, con los micros en la oreja esperando a las chicas que ya estaban inscritas en el bar.
Jim y Erika permanecían en la sala de ordenadores controlando el percal. Me puse mi chaqueta de cuero y abrí la puerta de la nave.
-¿Todo listo, chicas?



SAYA
Salí del camarote preparada para meterme en la boca del lobo. Al menos los propietarios del bar nos dieron las indumentarias y no teníamos que estar comiéndonos la cabeza para saber que nos debíamos poner. Me puse encima una chaqueta larga y salí de la nave sin mirar ni a Neo ni a Kai.


KARA
Suspiré al salir. Estaba tapada con mi abrigo, aunque tenía las piernas heladas, casi al descubierto por completo. Me coloqué al lado de Neo.
-En estos momentos siento desprecio hacia ti por esta idea absurda, pero siento más canguele que otra cosa, así que más te vale ayudarnos si las cosas se ponen feas. –me rasqué la cabeza.
-Esto es avergonzante.


NEO
La miré y sonreí.
-Tranquila, yo cuidaré de ti. Solo será un momento, estaremos allí para ayudaros en lo que sea, somos un equipo, ¿no?- Le di un golpecito leve a Saya en la cabeza.
-¡Saya! Alegra esa cara, hombre.

SAYA
Iba caminando delante de Neo y Kara. El gracioso de Neo me dio una colleja, me giré y le miré fulminante, no quería liarla, bastante tenía encima como para liarme a hostias con él.
Miré al frente y seguí caminando sin decir nada.

KAI
-Vale, tranquilidad, por favor. –posé la mano sobre el hombro de Saya.
-Tranquila, será rápido, si ves que no te sientes bien me avisas y nos vamos. –las miré a ambas.
-Recordad: os adaptáis al ambiente para no llamar la atención, disimuladamente os acercáis a nosotros y os daremos los trasmisores, ¿vale, chicas? –besé a Saya en la frente.
-Y no os preocupéis, saldrá bien.

SAYA
-Si… seguro, tú no eres el que tienes que despelotarte delante de ojos… lujuriosos.- Me dio un escalofrío.
Suspiré y miré a Kai.
-Nos vemos dentro… no os acomodéis mucho…


KARA
Suspiré y cogí el sombrero que Neo tenía en las manos, entré detrás de Saya sin dejar mucho espacio entre ella y yo, estaba segura de que no sabría controlarme si alguno me tocaba.

SAYA
Entré, Kara se puso detrás de mí. La agarré de la mano para que se sintiera más segura.
-Escucha, Kara… anoche me pasé mucho contigo y quería pedirte perdón… Estaba cabreada con Kai y bueno, conmigo misma… lo pagué contigo y me siento fatal.- La miré de reojo mientras caminábamos hacia los “vestuarios”.


KARA
Bajé la cabeza cuando algunos se giraron mirándonos.
-No es nada de importancia, es cierto que fue mi culpa, soy muy protectora con Neo, quizá soy bastante posesiva, y siempre intento cuidar de él no siempre de manera adecuada, así que supongo que estamos en paz.


SAYA
La miré.
-Te entiendo.- Sonreí.
-No estés tensa, Neo está ahí dentro, cuidará de ti, y si hace falta, yo también.- Llegamos al vestuario y me quité la chaqueta quedándome con el conjunto rojo bastante exótico y muy provocativo.
Uno de los propietarios entró con una urna tapada con un mantel de seda rojo. Lo destapó, me quedé alucinada, dentro había una pitón albina, enorme y hermosa.
-Ooh, que preciosidad.- Abrí la urna y la agarré entre mis manos.

KARA
Cuando me quité la chaqueta, quedándome con los pantalones cortos y el chaleco, parecido al traje de una vaquera, vi la enorme serpiente y di un respingo.
-¡Ah! ¡¿Pero qué coño es eso?! –Saya lo cogió, casi me da algo.
-¡Es una jodida serpiente! ¿¿Estás loca??

SAYA
Sonreí y miré a Kara con la serpiente enroscándose en mi cintura y en uno de mis muslos.
-Es un animal inofensivo, solo es peligrosa si te muerde.- Puse la cara de la serpiente frente a la mía.
-Eres una preciosidad.- Sonreí y miré a Kara.
-Anda, vamos.- Salí del vestuario y fui al escenario, todo estaba a oscuras ahí fuera.

KARA
Joder, menos mal que no tenía que tocar yo a ese bicho. Mientras salía tras Saya me coloqué el sombrero sobre la cabeza, y me mantuve a una distancia prudente de ella, la serpiente no me hacía ninguna gracia.
-Ya verás…


SAYA
Una cortina nos separaba del público que esperaba expectante, gritando y silbando.
Miré a Kara que se sentó en una silla en frente de mí. Asentí para que se sintiera más tranquila.
Miré al frente cuando los focos que nos alumbraban se apagaron, empezaron a correr las cortinas. Agarré la serpiente con suavidad que se deslizaba por mi hombro y mi cintura.
-Bueno… esto empieza…


KAI
Neo y yo nos colocamos no muy lejos del escenario, pero separados, cada uno en una esquina. Intenté pasar desapercibido entre ese puñado de salidos. Cuando retiraron el telón vi a Saya con una serpiente… Madre mía, seguramente me la ponía en la cara solamente para jorobarme.

NEO
Me senté en un taburete en la barra, lejos de la multitud y de Kai. Miré al escenario, Saya y Kara estaban allí… mierda, ¿una serpiente? Joder, que yuyu. Miré a Kara, estaba asustada, se le veía en la cara. Suspiré y me crucé de brazos.


KARA
Miré a Saya, me había quedado paralizada. Todos esos tipos babosos nos estaban mirando. Tragué saliva y me levanté de mi silla agarrando mi gorro, haciendo que no se me viese la cara, y me coloqué tras la silla despacio. Posé una mano en la silla, y contoneé mis caderas. Al principio estaba tensa, pero la mayoría miraba a Saya, y eso me alivió.

SAYA
Miré al público mientras la serpiente se deslizaba por mi cuerpo. Sonreí y me incliné hacia atrás sobre la silla dejando que el reptil reptara por mis caderas y mis curvas. La cabeza de la pitón se deslizó por entre mis pechos, eso aumentó el éxtasis entre el público masculino.

KARA
No sabía qué hacíamos las dos en el mismo escenario, sólo la miraban a ella. También era normal, estaba más tranquila, se movía con más gracia, era mucho más guapa…
Retiré la silla y posé mi mano sobre mi cinturón, moviendo mi cintura, agachándome, y acabé de rodillas, pasando mis manos sobre mi cuerpo, logré captar la atención de unos pocos.

SAYA
Me senté sobre la silla, levantándome y retirándola con cuidado. La serpiente recorría mi cuerpo con naturalidad. Hundía el vientre cada vez que notaba el cuerpo frío del reptil deslizarse por él. Miré de reojo a Kara, parecía más tranquila que antes, lo bueno es que había a penas luz y la música era tranquila.
Agarré la serpiente con cuidado y la besé en la cabeza. A los tíos se les caía la baba cada vez que veían a una mujer juguetear con un animal tan peligroso.
Busqué con la mirada a Draco y a James.

KAI
Parecían bastante desenvueltas las dos, sobre todo Saya, que parecía que disfrutaba con la serpiente. Me crucé de brazos observándola. Uno de los salidos del público gritó guarrerías a Saya. Fruncí el ceño, alcé la mano bajo mi otro brazo e hice que se crease hielo en su entrepierna, empezó a patalear y quejarse, sonreí satisfecho.


SAYA
Draco nos miraba desde un reservado. Sonreí y dejé la serpiente con suavidad sobre la silla. Miré a Draco y después a Kai. Tenía que ir a por el transmisor y… puaj… besar a aquel cerdo.
Volví la mirada al público y me subí encima de la mesa más próxima al escenario. Los tíos silbaron y algunos intentaron agarrarme. Yo se lo impedí disimulando un poco.
Bajé de la mesa con al ayuda de un tío del público y me acerqué a Kai hasta quedarme en frente de él.
-Creo que es la dama la que elige.- Dije señalándole con la mano. Los demás abuchearon.

KARA
Ya que Saya se movió decidí hacer lo mismo. Bajé del escenario gracias a dos que me ayudaron a bajar, rápidamente me aparté de ellos, pero no se notó mucho, sonreí mientras caminaba sinuosamente hasta Neo. Varios se llevaron un manotazo o un taconazo de mis botas por tocarme el culo, pero no me desvié del camino hasta apoyarme en la barra frente a Neo.
-Hola, vaquero.


NEO
Sonreí cuando Kara se acercó a mí.
-Vaya, creo que me ha tocado la lotería.- La miré de arriba abajo. Me acerqué a su rostro y bajé hasta rozar su cuello con mi nariz.
-Toma.- La di el transmisor en la mano disimuladamente.

SAYA
Kara ya tenía su chisme, ahora solo faltaba que lo cogiese yo. Miré a Kai y sin decir nada más, me senté sobre él y empecé a contonearme.
-¿Dónde tienes el dichoso transmisor?- Le susurré entre dientes.

KAI
Sonreí maliciosamente y recorrí su muslo con mi mano hasta llegar a las caderas, le pasé el trasmisor disimuladamente a su mano.
-Esto es para que te vayas con buen sabor de boca. –la besé antes de que se apartase.

SAYA
Agarré el transmisor que Kai me dio disimuladamente. Antes de levantarme de sus piernas, me besó… este aprovecha cualquier situación o bien para meterme mano o para meterme la lengua…
Le agarré del pelo de la nuca haciendo que echara la cabeza hacia atrás con suavidad. Deslicé la punta de mi lengua por la piel de su cuello hasta debajo de su oído.
-No te pases ni un pelo.- Le susurré y me levanté soltándole.

KAI
Sonreí malicioso cuando se marchó, si ella era una aprovechada yo no iba a ser menos, era mi mujer, coño.


KARA
Acaricié el pecho de Neo antes de retirarme y seguir a Saya, ahora venía lo difícil, tener que besar a ese criajo y que no me reconociese, era tonto, pero ciego…

SAYA
Miré a Kara y luego a Draco. Me giré sentándome encima de un tío cualquiera.
-Hola, cariño.- Sonreí y miré el reflejo de Draco y James en la copa que se estaba bebiendo mi acompañante.
Kara se acercó a James y se lo llevó lejos de mi objetivo, bien, así evitaríamos que el idiota de James me reconociese. Me levanté del tío, que me estaba sobando como si de una magdalena me tratase, le aparté las manos.
-Cielo, como trates así a todas las mujeres pensaran que las quieres devorar, no soy un suflé.- Sonreí y le empujé con suavidad con el pie en su pecho.
El camino estaba desierto, me acerqué a Draco y posé mis manos en sus muslos, esbocé media sonrisa.
-Me gustan los malotes.


DRACO
En esa maldita fiesta no había nada más que aficionadas, hasta que al fin vino lo bueno. Salieron al escenario dos chicas jóvenes, una con una serpiente y la otra vestida de cowboy, creatividad al poder…
Al rato, la chica de la serpiente se acercó hasta mí, con suerte se animaba un poco la fiesta.
Sonreí cuando se agachó frente a mí.
-¿Qué te hace pensar que soy malo?

SAYA
Sonreí y deslicé mis manos por sus muslos suavemente hasta las ingles.
-Si estás aquí, eso significa que no eres muy bueno…- Le miré con una sonrisa juguetona en mis labios. Era divertido ver como el gran señor de este mundo se derretía ante mí, pero por otro lado… puaj…
-Podrías demostrarme que eres bueno, pero en otras materias.


KAI
Saya se estaba saliendo del plan, no le estaba besando sin más, estaba flirteando con él, y me estaba tocando las narices el que le tocara tanto y encima él estuviese tan feliz. Me levanté y me acerqué a Neo, que también estaba picado.


KARA
Me llevé a James lejos de Saya, al menos a mi no me conocía personalmente. Le senté en una silla a un lado de la sala mientras otras chicas salían al escenario. Me senté sobre sus piernas de lado, colocando mi brazo por sus hombros, simulando ser una chica dulce mientras acariciaba su pierna con la mía.
-¿Cómo es que un chico como tú está aquí y no en el colegio jugando con los demás niños?

JAMES
La chica vestida de vaquera se acercó a mí y me sentó en una silla apartados. Se sentó encima de mí, sonreí y posé una mano en su muslo.
-Bueno, resulta que a todos los colegios que he ido, me han acabado expulsando. Además, no soy tan niño como crees, preciosa.


NEO
James toqueteaba la pierna de Kara, ¡mi pierna favorita! Me puse serio, estaba celoso, era capaz de acercarme y estrangular al mocoso ese con la serpiente. Rompí el vaso de tequila que tenía en una de mis manos, por suerte no me corté. Era tal la furia que sentía que ni el cristal me afectaba. Respiré hondo e intenté tranquilizarme… seguir con el plan.

KARA
-Oh, con que eres un chico malo… -dije pasando los dedos por su cuello. El chico no estaba del todo mal, pero donde estuviese mi Neo que este se fuera a jugar con sus muñecas.
-Me gustan los chicos malos, ¿y qué sabes hacer con las mujeres, si no eres un niño?

JAMES
Sonreí malévolo y la agarré de la cintura arrimándola más a mí. La besé mientras mi mano ascendía por su cintura hasta entre sus pechos y su cuello.

KARA
Aaaaggg… Bueno, al menos era él el que me había ahorrado el tener que besarle. Me estaba toqueteando y sentía el impulso de abrirle en canal, pero debía seguirle el rollo. O mejor aún, calentarle y darme el piro. Bajé mi mano hasta el interior de su pantalón, parecía que no hacía falta que hiciese mucho más, este ya venía así de fábrica. Mientras le besaba, busqué su lengua para pasarle el trasmisor, menuda guarrada nos estaban mandando hacer.
“Como te aprovechas”, me dijo el imbécil de Jim por el trasmisor del oído.
Niño cabrón, ya vería cuando subiese a la nave.

NEO
Bajé la mirada… Dios, que rabia me daba no poder hacer nada… Solo tenía ganas de que esto acabase y volver a la Quimera…
Suspiré y me giré hacia el barman que me sirvió otra copa.


SAYA
Kara había cumplido con su misión, ahora me tocaba a mí. Me entraban arcadas cada vez que pensaba que tenía que besar a esta pasa… Dios, ampárame.
Sonreí y acerqué mi rostro al suyo.
-Espero que tengas ganas de divertirte.- “Porque yo no, tengo ganas de devolver encima de ti, asqueroso hijo de puta”, tuve ganas de decirle, pero mejor no… me controlé.

DRACO
Sonreí.
-Veamos que puede ofrecerme una chica de tu clase, conste que no espero poco. -posé la mano sobre su ingle, esta no se escapaba.

SAYA
Joder con el chulo-putas este. Su mano fue directa a mi ingle. Le miré algo cohibida, iba en serio y no creo que me dejase escapar.
Me relajé y seguí con el plan, le rodeé el cuello con mis brazos y pegué mis labios a los suyos. Sentí como sus manos iban más allá de mis ingles… joder…
Introduje mi lengua con el transmisor en ella y se lo hice tragar, parece que no se dio cuenta.

KAI
Sabía que no iba en serio, pero ver a Saya besar a ese tío y ver cómo él la metía mano… Me levanté de la silla.
-Ya han acabado, vámonos. –dije, sin esperar a nadie más salí, no podía decir con claridad sin en ese momento sentía rabia o impotencia.


NEO
Me levanté del butacón y miré a Kara que se había subido al escenario para volver al vestuario, quedamos con que nos encontraríamos a fuera. Salí fuera junto con Kai y me apoyé en la pared a esperar a las chicas.


SAYA
Kara subió al escenario, esto ya había llegado a su fin. Me separé de Draco.
-Vaya, que pena, pero mi turno ha terminado, lo siento…- Me levanté.
-Ya nos veremos, chao.- Sonreí y le guiñé un ojo.

DRACO
-¿A dónde crees que vas? –la agarré de la muñeca.
-He pagado por estar aquí y que chicas como tú me hagan disfrutar, ¿crees que te voy a dejar irte?

KAI
Ese gilipollas estaba tratando de evitar que Saya se fuese. Yo no era de los que se dejaban llevar por las emociones, y menos estando en una misión, pero en ese momento sentía tanta furia que era capaz de rebanar cabezas a diestro y siniestro.
Agarré la espada escondida en mi espalda, alguna gente se alarmó. Me acerqué a paso ligero a Draco y le apunté en el cuello con la punta de la espada.
-Suéltala.

SAYA
Mierda, Draco no me dejaba ir…que mierda…vaya mierda, ¡coño!
Me agarró de la muñeca para que no me marchara…
-…yo…- Kai entró y desenvainó su espada, amenazó en cuello de Draco que parecía no inmutarse del acero que ahora ponía en peligro la piel de su cuello.

DRACO
Observé a mi atacante, sabía que había visto a esta puta en otra parte.
-Vaya, el rey del hielo. –me levanté sin soltar a la chica y expulsé una bola de energía contra el reycito, que cayó contra una mesa rompiéndola. Agarré a la chica del cuello.
-Así que tú eres la ninfa, me has engañado, ¿eh? –la tiré contra el suelo.

SAYA
Draco nos había descubierto. Atacó a Kai estrellándolo contra una mesa. Miré a Draco con furia cuando me agarró del cuello. Me lanzó contra el suelo con fuerza. Me giré en el suelo y le miré, le escupí en toda la geta demostrando mi desprecio.

DRACO
Aquella arpía me había escupido… La volví a agarrar del cuello, alzándola sobre mí.
-¿Qué pretendes hacer, niña? ¿Es que no ves que no tienes nada que hacer contra mí? –apreté la mano creando un halo oscuro a su alrededor.

KAI
Lancé una lanza de hielo contra Draco, le di justamente en el brazo que sujetaba a Saya, por lo que la soltó. Con el golpe que me había dado me había hecho sangrar el labio y me quedaría una buena marca en la espalda.
Alcé mi espada.
-No la toques, cabrón.


NEO
Draco había pillado a Saya y a Kai, estaban en peligro. Entré de nuevo y metí mis manos a cada lado de mi chaqueta de cuero sacando dos ametralladoras. Disparé al techo.
-Muy bien, caballeros, aquí no hay nada que ver, sacad vuestros traseros del bar si no queréis que os lo deje como un puñetero colador.- me hicieron caso, tanto las prostitutas como los clientes salieron por la puerta.
Miré a Draco y cargué una de las ametralladoras. Le apunté con ella y empecé a coserle a balazos, pero el muy cabrón creó una barrera para protegerse.


DRACO
Sonreí maliciosamente.
-Muy temerarios para tener a vuestras chicas bajo mi poder. –en el momento que salió la chica que acompañaba a la ninfa James la atrapó, menos mal, algo que hacía bien. Agarré a la ninfa del pelo.
-Tenéis dos opciones: Me quedo con la ninfa, o con el rey. –la miré.
-Personalmente la prefiero a ella, besa muy bien.


SAYA
Draco me agarró del pelo. Respiré agitada por la impotencia cuando dijo que quería quedarse con uno de los dos. No estaba dispuesta a dejar que hiciese daño a nadie y menos a Kai.
-….está bien…quédate conmigo, pero deja que se vayan…


NEO
James agarró a Kara, mierda… miré a Draco, no podía disparar, me arriesgaba a matar a Saya, el muy cabrón la puso en medio de la trayectoria de las balas… no podía hacer nada.

KAI
Negué.
-No quieres a la ninfa para nada, deja que se vaya, soy yo el que controla los movimientos rebeldes, soy yo el que ha atentado varias veces contra ti y el que acabará matándote, así que suelta a las chicas y deja que se vayan, es a mi a quién quieres. –dije aún con la espada en alto, si hacia falta me hacía el harakiri ahí mismo con tal de que Saya estuviese a salvo.

DRACO
Sonreí, era justamente lo que quería oír.
-Muy bien. –miré a James.
-Hijo, ¿por qué no llevas a las señoritas con el armamento humano? Estarán más cómodas con él que viendo como abro en canal a este infeliz. –empujé a la ninfa en su dirección y agarré al reycito del cuello, que bajó la espada.
-Me tienes la cabeza muy calentada, Fresquito, y no me gusta.

SAYA
Miré a Draco cuando dijo que iba a matar a Kai.
-¡No!- Intenté zafarme del agarré de James.
-¡Hijo de puta! ¡No le toques, cabrón!- James me sujetaba con fuerza, pero con más fuerza tiraba yo.
-¡Desgraciado, como le hagas daño te juro que el próximo cadáver en descomposición será el tuyo!


KAI
Miré a Saya.
-Tranquila, es un viejo que no tiene fuerzas ni para tirarse un pedo. –apretó más fuerte, esta vez dolió.
-Déjales irse, no tienen nada que hacer aquí. –dije con la voz cortada.

DRACO
Hice una señal a James de que los sacase de allí mientras apretaba con fuerza el cuello del reycito.
-¿Te apetece morir en soledad? Eso está bien. –rodeé mi mano con un halo negro.
-Despídete de la novia, Kai.

SAYA
James tiró de mí mientras forcejeaba para liberarme. Grité de impotencia y asesté un cabezazo a James haciendo que me soltara, acto seguido le pegué un puñetazo en el mentón haciendo que cayese al suelo de espaldas. Corrí hasta Draco y le empujé con el hombro con todas mis fuerzas apartándole de Kai.


DRACO
James no pudo sujetar a la jodida ninfa, maldito inútil. Tuve que soltar al rey, ya que me di contra la pared.
-Qué bonito es el amor, ¿verdad? –alcé la mano delante de mí y le lancé una bola de energía a la ninfa.


KAI
Draco me soltó. Tuve tiempo de reaccionar antes de que atacase a Saya y salté hacia ella, no fue suficiente con intentar apartarla, la bola de energía me dio de lleno en el brazo izquierdo y a ella la dio parte en el vientre, ambos caímos al suelo sangrando.

SAYA
Logré evitar que Draco matara a Kai, pero eso no evitó que se cabrease aún más. Me lanzó una bola de energía, Kai se puso en medio hiriéndole el brazo y a mí en el vientre. Caímos al suelo. Me llevé la mano al vientre dolorida y sangrando. Miré a Kai, tenía el brazo ensangrentado.
-Mierda… Kai…

KAI
Me había dado de lleno y me había destrozado el brazo, justamente el brazo bueno. Intenté aplicarme frío, pero dolía tanto que no pude usar el elemento.
-Sal de aquí…


DRACO
Cuando fui a darles el golpe de gracia una bala me atravesó el brazo, me agarré el lugar de la herida soltando un grito de dolor.


JIM
Había conseguido darle de lleno en el brazo.
-¡Vamos, corred! –Erika nos esperaba a los mandos de la Quimera siguiendo mis instrucciones, sólo teníamos que salir y subirnos.
-¡Rápido!


NEO
Me lié a tiros con Draco mientras Saya, Kai y Kara salían del bar. Draco creaba barreras junto James. Bueno, al menos los entretendría hasta que llegásemos a la nave. Una vez estuvieron fuera, saqué una granada, tiré de la anilla y la lancé al interior del bar.
Salí corriendo escopetado justo cuando la granada hizo explosión. Me libré por unas décimas de segundo.
Erika estaba en los mandos de la Quimera en marcha, subí el último comprobando que no nos seguían.


KAI
Cuando entramos en la nave apreté los dientes furioso y miré la herida, yo no podía reparar eso.
-Hijo de puta… ¡la izquierda, hijo de puta! ¡Este brazo lleva de adiestramiento tanto como tú de cabronazo! –me agarré fuerte, lo sentía arder, entonces me di cuenta de que Saya también estaba herida.
-Saya, ¿estás bien? Lo siento, déjame curarte.


SAYA
Entramos en la nave, al fin a salvo. Kai estaba furioso, Draco le había herido en su brazo izquierdo, con el que utilizaba la espada… Bajé la cabeza sentándome en el banco al lado de la compuerta. Kai se acercó para curarme.
-Estoy bien, Kai… no hace falta que me cures, preocúpate por tu brazo, lo mío es solo un rasguño…- Me sentía mal…como si todo hubiese sido culpa mía. Si no hubiese jugado tanto con Draco no habría intentado retenerme…


KAI
Me agaché frente a Saya y posé mi mano derecha sobre su vientre, como pude apliqué frío. Su herida por suerte no era ni mucho menos lo que tenía yo.
-Perdóname, no debí intervenir, todo estaba saliendo bien hasta que he metido la pata, perdonadme todos…

SAYA
Le miré, me agaché frente a él, de rodillas y le abracé. Había pasado un miedo terrible al pensar que podía haberle perdido de nuevo, la angustia y una vida sin él...
Apoyé la frente en su hombro acariciándole la nuca.

NEO
-No tenemos que perdonarte nada, Jefe, tú solo cumplías con tu deber. Saya estaba en peligro y lo entendemos. Yo habría hecho lo mismo…- Me crucen de brazos en mi silla mirando al Jefe.
-Somos un equipo… un poco desastre, pero lo somos.


KARA
Abracé a Neo por el cuello acercándome a él por detrás. Lo había pasado mal ahí dentro, como todos.
-Todos hemos hecho lo que hemos podido. –le besé en la cabeza.
-Lo siento, grandullón, sé que lo has pasado mal. –susurré a su oído.


NEO
Sonreí levemente y la miré.
-Tranquila…- Me levanté y abracé a Kara.
-Deberíamos irnos todos a descansar, y tú, Jefe, cúrate eso… Tiene mala pinta…

KAI
Asentí. La herida de Saya estaba casi curada, por suerte. La besé en la frente mientras la curaba, el resto se retiró, lo prefería así, más intimidad, Saya se sentía culpable y yo no estaba con la moral muy alta como para dialogar con ellos, posiblemente no podría volver a usar mi brazo.
Cuando la herida de Saya estuvo curada procedí a aplicar hielo a la mía.


SAYA
Me senté en el suelo al lado de Kai mientras se aplicaba hielo. Agarré mi abrigo y me lo coloqué encima. Me miré el vientre, donde Draco me había golpeado, la herida ya no estaba, solo quedaba una leve marca rosada cubierta por escarcha.
Miré a Kai y le ayudé a retirarse la manga rajada del brazo. Le vi la herida, tenía el brazo ensangrentado y la piel quemada por la bola de energía.
-No es bueno que te apliques hielo en la quemadura…espera…voy a por agua…- Me levanté y fui a la cocina, mojé un trapo con agua fresca y volví junto con Kai.
Escurrí el trapo encima de su brazo y dejé que el agua cayese limpiándole la sangre.


KAI
Respiré con fuerza mientras me curaba la herida, curar a un Frío no era lo mismo que curar a cualquier otro elemento, nosotros teníamos un porcentaje de hielo ya en el cuerpo que no dejaba trabajar bien con los tejidos, por eso no los estaba uniendo bien.
-Ese maldito hijo de puta me va ha dejado inútil… -dije cabreado e impotente a la vez.


SAYA
Limpié la sangre de alrededor de la herida. Le refresqué la quemadura y la herida en si, con mucho cuidado.
-Si tuviera mis poderes de ninfa podría curarte el brazo en un segundo…- Ahora si que echaba de menos ser ninfa, al menos, cuando alguien estaba herido yo le curaba y volvía a la normalidad… solo era una simple humana, sin elemento y sin poder ayudar a la persona que más quería.
-Entiendo que estés cabreado… si no hubiese tonteado con Draco y hubiese ido a lo hecho, no se habría fijado tanto en mí… Ha sido un grave error y os he conducido a esto…


KAI
-Eh. –la cogí de la barbilla.
-No quiero volver a oírlo, no se te ocurra volver a decir que ha sido culpa tuya, ¿me has oído? –suspiré, no podía hacer mucho más con el brazo.
-Quiero que lo agarres por encima de la herida con fuerza, intentaré curarlo a través de tu piel, a ver si funciona de alguna manera. –no tenía muchas esperanzas en ello, pero no posaba nada por intentarlo.


SAYA
Hice lo que me pidió, posé mi mano encima de su herida y agarré el bíceps con la otra. Le miré, no quería hacerle daño.
-…ya está.- Dije con la voz temblorosa.


KAI
Apreté los dientes y respiré fuerte cuando agarró directamente la herida.
-Así… -posé la derecha sobre sus manos y comencé a aplicar hielo. Gracias al calor de su piel pude guiarme un poco.
-Aguanta así. –sabía que haría lo que la pedía así que no me preocupé.
-Si te hago daño, avísame. –seguí uniendo tejidos, aunque me estaba costando lo suyo.


SAYA
Asentí cuando me dijo que aguantara. No me hacía daño, solo notaba el frío traspasare la piel, de mis manos a su herida. Antes, cuando se quedaba sin energías, aprovechaba mi elemento para renovarlas, yo le proporcionaba agua para que pudiese regenerar su hielo… pero ahora no podía…
Le miré mientras se curaba a sí mismo. Desvié la mirada hacia el suelo sin moverme, haciendo lo que él me decía.


KAI
Había empleado mucha energía y me estaba quedando sin ella, pero ya casi estaba, sentía los tejidos unirse gracias al hielo, no podía quedarme sin fuerzas ahora, podría perder el brazo.
Hice un último esfuerzo para unir el último tendón, y cuando sentí que quedaban solo un par de fibras el hielo dejó de salir, estaba sin fuerzas, no podía más.
Me dejé caer, cayese donde cayese me iba a dar igual, no iba a darme cuenta.


SAYA
Kai se estaba quedando sin energía, llegó al punto de perder el conocimiento. Antes de que cayese del todo, le agarré.
-Kai…- Le miré, estaba pálido y muy caliente, había perdido la totalidad de su hielo. Me levanté pasando uno de sus brazos por detrás de mis hombros.
Me erguí junto con él. Le agarré de la cintura y me encaminé con Kai hasta el baño. Una vez allí, le dejé sobre el suelo con suavidad y fui corriendo a la cocina y saqueé el congelador.
Cogí todo el hielo que había dentro, volví al baño y llené la bañera con agua fría, acto seguido, abrí las bolsas de hielo y las dejé caer en el agua.
Me acerqué a Kai y le desnudé, le agarré de nuevo como antes y le metí en la bañera. Me dejé caer agotada con la mano en el vientre. Respiré varias veces y me puse de rodillas al lado de la bañera. El agua estaba fría, a una temperatura bajo cero, esperaba que fuese suficiente para que Kai recuperase su energía. Le mojé la cabeza y la nuca. Me quedé allí, junto a él hasta que se recuperase.



KAI
Después de largo rato, noté frío a mi alrededor, a una temperatura bastante baja, y lo agradecí, Saya era un sol cuando se trataba de cuidarme. Cogí aire antes de abrir los ojos.
-Muy atenta, como siempre. –alcé la mano derecha en busca de la suya, aún sin abrir los ojos, la luz todavía me hacía daño.

SAYA
Kai se despertó al amanecer. No me había separado de él en toda la noche, no dormí si quiera, solo estuve pendiente de cómo iba recuperándose.
-Ya me conoces…- Dije agarrando su mano. Me acerqué y posé mi mano libre sobre su frente, tenía la temperatura más baja, de paso le miré la herida del brazo. Le había quedado señal....
-Bienvenido al club de cicatrices.


KAI
No quise mirar la cicatriz, sabía que no había funcionado.
-¿Cuánto he dormido, Saya? –pregunté colocándome de manera que no me resultase tan incómodo.


SAYA
Suspiré y me rasqué la nuca.
-Pues, toda la noche, desde que volvimos hasta ahora… creo que son las ocho o la nueve de la mañana… Tampoco estoy segura, no me he movido de aquí en todo el rato que has estado descansando.


KAI
Suspiré y la acaricié la cara con la derecha, abrí los ojos.
-Gracias por cuidarme, Saya, no lo merezco.


SAYA
Le miré.
-No seas idiota, Kai…- Me levanté y agarré una toalla.
-Vamos, te ayudaré a salir… Ya que has recuperado tu temperatura, deberías ir a descansar al camarote.- Le tendí la mano para que se sujetase mientras salía.


KAI
Me levanté con cuidado, agarrando su mano, pero estaba mucho mejor, no me hacía falta más ayuda. Salí y me rodeé la cintura con la toalla.
-Parezco un crío contigo cuidándome, ¿me llamarás ahora Kai Jr.?


SAYA
Sonreí y agarré otra toalla con la que le sequé el pelo.
-¿Aún no os habéis enterado, tanto tú como tú hijo, que me encanta, me chifla, adoro, cuidar de mis chicos?- Aparté la toalla y le miré.


KAI
Esbocé media sonrisa.
-Supongo que tendré que acostumbrarme, gracias. –la besé con ternura.

SAYA
Le acaricié la mejilla mientras me besaba.
Sonreí y le miré.
-¿Te ayudo a vestirte o puedes tú solo?- Le pregunté señalé la ropa limpia que estaba encima de la butaquita.


KAI
Miré de reojo la ropa.
-Creo que puedo vestirme, pero no sé de qué servirá cuando tú me desvistas más tarde. –me acerqué hacia la ropa.
-No te preocupes, estoy bien, gracias a tu técnica de recuperación estoy como nuevo, reina.

SAYA
Sonreí y negué con la cabeza.
-¿Tan seguro estás de que después te desnudaré?- Sonreí de nuevo y le lancé los calzoncillos a la cara.
-Anda, pimpollo, vístete, no sea que cojas un resfriado.


KAI
-Resfriado yo, antes lloverán sapos. –sonreí, intenté olvidarme del tema del brazo, Saya no se merecía sufrir por verme así.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Capitulo XL- EL TEST VOLADOR.

He visto aviones volando, pájaros volando, elefantes volando incluso a mi hermano pequeño volando a potencia por mi culpa, pero... ¿un test volador? XD



NEO
Después de cenar, me tomé mi copita de después, me fumé un cigarrito y acto seguido a la cama.
Entré en el camarote, Kara ya acaparaba mi cama, estaba leyendo un libro con una sonrisa feliz en los labios. Me encogí de hombros y me acerqué a la cama quitándome la camiseta, la dejé encima de una silla y me senté a su lado.
-¿Qué lees?- Dije apoyando la cabeza en su hombro.


KARA
Neo entró en el camarote, y no de mejor manera que quitándose la camiseta por el camino, apoyé el libro en mi pecho mientras le miraba acercarse y tumbarse a mi lado.
Cerré el libro y lo dejé a un lado.
-Pues ya nada, hombretón. –le tumbé, colocándome sobre él y le besé.



NEO
Sonreí cuando se tumbó encima de mí.
-Uuuh, la morena tiene ganas de divertirse esta noche, ¿eh?- La seguí el beso.
-Pero deja que papi vaya primero al baño.- Sonreí y la dejé a un lado de la cama con cuidado. Me levanté colocándome el pantalón que se me había bajado un pelín. Abrí la puerta del baño y entré, cuando me dispuse a hacer mis necesidades algo me llamó la atención en la papelera. Me agaché y cogí aquello.
-¿Qué es esto?- Pregunté mirándolo de cerca. Abrí los ojos como platos cuando lo descubrí.
-…Kara… Kara…-Salí del baño con el test en mi mano.
-¿Qué coño hace un test de embarazo en la papelera de mi cuarto de baño?



KARA
Me senté con las piernas encogidas.
-Yo… bueno… esto… -dios, menuda situación, me iba a dejar después de no haberle contado nada, ¡es que no podía! Se me estaba cayendo el mundo encima.
-Yo… Neo… bueno, da negativo y…



NEO
Suspiré y me senté a su lado mirándola.
-Sé que da negativo, tranquila, pero ese no es el caso. Lo que me extraña es… ¿Por qué no me lo contaste? No sé, creo que es algo que me influye a mí también, ¿no?- No quería agitarla ni angustiarla, éramos adultos y no era plan de ponerse a chillar y hacerla pasar el peor rato de su vida. Además, un test de embarazo no era una cosa para echarse a llorar.
La miré y me acerqué agarrándola de la barbilla para que me mirase.


KARA
Desvié la mirada, no podía mirarle a los ojos después de habérselo ocultado de esa forma, pero es que tenía miedo de su reacción, no sabía si algún día estaba dispuesto a ser padre o no, por eso me daba miedo. Faltaba comunicación en esta relación…
-Tenía miedo… -dije.
-Pero pensaba decírtelo, no iba a ocultártelo siempre, es sólo que… bueno… no estaba preparada para ello. Si me vieras comprando el cacharrito de los cojones… -me acordé de la ansiedad que me dio al entrar, el sudor, los temblores, el amago de desmayo…



NEO
Miré de nuevo el test y lo dejé a un lado de la cama junto con la caja. Suspiré y me senté detrás de ella apoyándola en mi pecho. La acaricié el pelo para consolarla.
-No tienes que tener miedo a la hora de contarme las cosas, Kara. Sabes que intentaré ayudarte en lo que pueda, sea un embarazo o una operación a vida o muerte.- La miré.
-¿Tan ogro parezco para que me tengas miedo?- Hice pucheritos cuando ella me miró.
-Soy muy malo…- Me tapé la cara con mis manos simulando que estaba llorando.


KARA
-No… -dije apenada, apartando sus manos de su cara.
-No, no eres un ogro, osito. –le abracé por el cuello.
-Es sólo que no sabía tu reacción, el si te deprimirías, si te afectaría moralmente, o… yo que sé…



NEO
La miré.
-¿¿Qué?? Claro que me deprimiría, ¿qué pensabas? Una cosa…-La señalé.
-Con otra cosa con mi careto en su vientre… puaj. Si cada mañana cuando me levanto y te miro digo: ¡¡Ahh!! ¿¿Qué es eso?? Ohm, es el gremblim de Kara.- Sonreí, era en broma, claro. Intentaba animarla como sea.


KARA
Me quedé mirándole medio deprimida cuando dijo eso.
-Si pretendes animarme diciéndome esas burradas sobre mí vas un poco mal encaminado, cielo… -desvié la mirada. Un gremblim…


NEO
Sonreí y la abracé contra mi pecho.
-Ayyy, pero mira que llegas a ser tontina.- La besé en la frente.
-Alégrate mujer, ¿cómo voy a pensar yo eso de ti si me tienes loco, eh?- La acaricié la mejilla cariñosamente.


KARA
Sonreí y le abracé.
-Jo, eres un cacho de pan, no, una baguet entera, un sol, un cielo… -le besé en la oreja.
-Y eres sólo mío…



NEO
Sonreí y la tumbé colocándome encima.
-Tuuuuyo, solo tuyo. Tienes Neo para aburrir.- La besé agarrándola de la cintura.
-Se me ha ocurrido algo.- Me senté a su lado y agarré el test. Sonreí malévolo y la miré.
-¿Qué te parece si le gastamos una bromita al Jefe?



KARA
Vaya, se nos había cortado el rollo. Otra vez.
-¿Una broma? –miré el test.
-Guooo, ya verás. –me levanté y tiré de él.
-Venga, venga…


NEO
Sonreí y salí del camarote camino del de Kai. Abrí la puerta con cuidado por si había alguien dentro, pero no, sonreí y entré, me metí en el baño y dejé caer el test en la papelera. Salí de nuevo y cerré la puerta del camarote vigilando que no nos pillasen. Agarré a Kara de la mano y tiré de ella suavemente para conducirla de nuevo a mi cuarto. Tan solo teníamos que esperar para que empezase el cachondeo.


KAI
Saya y yo volvimos al cuarto después de terminar de limpiar los platos, mira que obligarme a ayudarla…
-No vuelvo a hacerte caso para nada. –dije mirando mis manos arrugadas por el agua. Entré en el baño para secarme con la toalla y vi en la papelera algo sospechoso.
-Qué coño… -lo cogí.
-Esto me suena, pero no sé de… ¡¡Saya!! –salí y se lo puse frente a la cara.
-¿Por qué coño hay un test de embarazo en la papelera de mi baño?


SAYA
Entramos en el cuarto, como no, Kai se quejaba porque le había “obligado” a fregar los platos… hombres. Entró en el baño y salió gritando mi nombre eufórico. Me plantó en toda la cara un… ¿test de embarazo?
-Uy… cuanto hacía que no veía uno de estos….- Miré a Kai que me dedicó una mirada fulminante.
-Si piensas que es mío estas muy equivocado, majo.


KAI
-¿Y cómo explicas que esté aquí si no es tuyo? –oí unas carcajadas al otro lado de la puerta. Me dirigí allí y cuando abrí vi a Neo y Kara descojonarse de mí.
-Hijos de puta. –les tiré el test y cerré de un portazo.



NEO
Escuchamos la conversación de Kai y Saya con el test de embarazo. Me tapé la boca para que no me escuchasen reírme, pero fallé. Kai abrió la puerta y nos lanzó en test a la cara.
-¡Un placer, Jefe!- Seguí riéndome cuando cerró la puerta de un portazo.


KARA
Nos partimos el culo y Kai nos oyó y nos insultó, volví a reírme.
-Ay, que no puedo… ay que bueno… -me dejé caer de rodillas agarrándome el estómago.
-No puedo, pero qué malos somos… -me calmé y me levanté.
-Ay… -suspiré- ¿Ahora qué hacemos, gamberrete?


NEO
Me reí junto con Kara que se dejó caer de rodillas de la risa.
Cogí aire y la miré.
-¿Qué te apetece hacer, pillina?- La pregunté apoyando uno de mis brazos en la pared.



KARA
Sonreí y me acerqué.
-Antes me has dejado a medias, ¿qué te parece si sigues lo que hemos empezado? –apoyé las manos en sus hombros y le besé.



NEO
Sonríe y la agarré del culo con ambas manos alzándola rodeando mi cintura con sus piernas.
-Mmm… nena…- Sonreí y la besé el cuello mientras la llevaba al camarote metiendo las manos bajo su pantalón palpándola los cachetes.



JIM
Me encontraba en la sala de tiros. Últimamente, gracias a Erika, había mejorado bastante con la pistola. Estaba dando ya a la diana más lejana, me sentía realizado.



ERIKA
Fui a ver como le iba a Jim con las prácticas de tiro que yo le enseñé. Bajé al armero y me o encontré allí, dándole a la diana. Sonreí y me acerqué a él mientras cargaba de nuevo la pistola.
-Hola, vaquero.



JIM
Sonreí cuando Erika se acercó.
-Hola, vaquera. –le enseñé la pistola.
-Practicaba un poco, gracias a ti he mejorado. –sonreí.
-Mira. –apunté y disparé, conseguí dar a un par de centímetros del centro.
-¡Tarán!



ERIKA
Sonreí y le miré.
-Uuh, está hecho todo un pistolero.- Me puse detrás de él mientras apuntaba para disparar de nuevo. Le acaricié los costados con suavidad mientras le soplaba en la oreja haciendo que se desviase cuando disparó.



JIM
Bajé el arma y la miré.
-¿A ti te parece bonito desconcentrarme de esa manera? –la di un toque en la nariz.
-¿Por qué no lo hacemos al revés? Tú te pones y me enseñas como colocar las manos.
Me coloqué tras ella dándole la pistola en mano, y la hice alzar las suyas en dirección a la diana, agarrando sus manos con las mías.
Cuando fue a disparar también la soplé en el oído, pero dio en el centro.
-Mecachis…


ERIKA
Sonreí y le miré de reojo.
-No intentes desconcentrarme, rubio. Soy muy buena.- Dejé la pistola encima de una mesa llena de cargadores.
-No me distrae nada.


JIM
Sonreí y posé las manos sobre su vientre.
-¿Estás segura de ello? –posé mis labios sobre su cuello y comencé a darle besos desde el hombro hasta la barbilla, acariciándola el vientre.



ERIKA
Miré la diana y disparé unas cuantas veces mientras Jim intentaba distraerme. Miré la diana.
-Uy, me he desviado 3 milímetros, vaya…- Sonreí y posé mis manos encima de las de Jim mientras me acariciaba el vientre.


JIM
Esta mujer no se desconcentraba con nada, no era justo, un soplido y me barría, yo la intentaba calentar y se desviaba tres míseros milímetros.
Metí las manos bajo su camiseta, acariciándola encima del ombligo, dejando una marca en su cuello.



ERIKA
Cerré los ojos cuando me hizo el chupetón. Disparé de nuevo, los abrí y miré la diana. Sonreí, esta vez me había desviado, y mucho.
-Has ganado.



JIM
Sonreí.
-Parece que no eres perfecta después de todo. –la giré y empecé a besarla con pasión, agarrándola de la cintura.
-Así que te desconcentro, ¿eh? –la di besos traviesos, engañándola sobre si la besaba o no.



ERIKA
Sonreí y le seguí el juego intentando enganchar sus labios.
-Eres muy malo…- Me quejé, le agarré de la tira de su pantalón acercándole a mi.
-Primero me calientas y ahora no me dejas besarte, pero que malvado.



JIM
-¿Y eso te resulta malo? –pregunté pegando mi frente a la suya, volví a jugar con sus labios, pero me enganchó bien y la besé con ganas, llevé mis manos a sus cachetes



ERIKA
Le agarré de la espalda tirando de él sin dejar de besarle. Mi respiración empezó a agitarse y mis besos eran más intensos. Le agarré de la camiseta y empecé a subírsela suavemente dejando al descubierto su abdomen.


JIM
Erika pretendía que hiciésemos travesuras en la sala de tiro… qué mala se estaba volviendo. También metí las manos bajo su camiseta de nuevo, esta vez llegando hasta los pechos, mientras la seguía besando con fogosidad.


ERIKA
Le acaricié la lengua con a mía besándole con fuerza. Le quité la camiseta, le agarré de la nuca y le besé el cuello deslizando mis labios por su pecho mientras mis manos se encaminaban a su pantalón.



JIM
Jadeé y cerré los ojos, cogí su cara para volver a besarla mientra sus manos iban directas a mi pantalón.
-Erika… ¿y si pasan por aquí? –dije entre besos.



ERIKA
Sonreí.
-Están todos durmiendo, no pasaran por aquí.- Le volví a besar sentándome en una de las mesas que separaban la diana de la zona de tiro. Le agarré del cinturón de su pantalón para acercarle a mí. Me incliné hacia atrás levemente besándole fogosa.



JIM
Metí las manos bajo su camiseta por su espalda, subiendo hasta arrebatársela. Acaricié sus caderas mientras la besaba el cuello con fogosidad.



ERIKA
Jadeé agarrándole de la nuca mientras me besaba por el cuello. Pegué mi vientre a su abdomen mordiéndole en la oreja. Sonreí y le volví a besar agarrándole del culo con ansia.



JIM
La besé de nuevo, enredando nuestras lenguas, acaricié sus muslos y bajé mis labios hasta su pecho, dando pequeños besos mientras mis manos se dirigían a la cremallera de su pantalón.



ERIKA
Le desabroché el cinturón de su pantalón arrebatándoselo y tirándolo por ahí. Le besé agarrando con fuerza sus labios entre los míos. Sentí un pequeño calambre en la boca, pero no dije nada, mantuve mis labios pegados a los suyos como si nada hubiera pasado. Jadeé mientras le desabrochaba el pantalón del todo.


JIM
Antes de que se deshiciese también del pantalón, yo le bajé el suyo, y cogí el preservativo que estaba en mi bolsillo derecho. Lo dejé sobre la mesa donde estaba Erika y acto seguido la desprendí de su pantalón. Sonreí besándola y la incliné hacia atrás, haciendo que se tumbase en la mesa mientras daba besos por su vientre.


ERIKA
Jim sacó el preservativo de su bolsillo, lo miré y sonreí.
-Déjame que te lo ponga yo, por fi.- Le dije mordiéndome el labio. Agarré el preservativo y lo abrí con cuidado para no romperlo. Le bajé los boxer sentándome de nuevo en la mesa.


JIM
Suspiré cuando empezó a ponérmelo. Ambos éramos inexpertos en ello, pero ella parecía hasta ilusionada por ponérmelo. Tragué saliva y respiré varias veces mientras me lo ponía, me subía la adrenalina.



ERIKA
Le coloqué el condón mientras le besaba el cuello acariciando su piel con mi lengua. Una vez puesto me volví a tumbar sobre la mesa aprisionando su cintura con mis muslos.



JIM
La besé con ansia subiéndome a la mesa, colocándome sobre Erika, la agarré de la cintura y penetré despacio, soltando un gemido. La volví a besar para no hacer más ruido del que estábamos ya haciendo.



ERIKA
Jim penetró despacio y con suavidad. Jadeé de manera que se escuchaba bastante. La agarré de la espalda y gemí cuando aumentó la marcha. Me mordí el labio gimiendo de nuevo experimentando un placer asombroso. Le besé con fogosidad mientras aumentaba el ritmo.



JIM
Intenté mantener el ritmo, o al menos aumentarlo. Gemí varias veces entre los besos de Erika. Noté cómo mi espalda se cubría de sudor.



ERIKA
Jim intentaba aumentar el ritmo si perder el climax. Esta era la cuarta vez que lo hacíamos y Jim mostraba mejoría, a mi no me dolía y cada vez era más placentero. Gemí repetidas veces entre jadeos agarrando la espalda sudorosa de Jim.


JIM
Agarré sus muslos mientras besaba su cuello con ansia. Por lo menos llevaba ya tres chupetones en lo que llevaba de día, parezco una sanguijuela. Conseguí mantener un ritmo que proporcionaba bastante placer, al menos desde mi punto de vista. Jadeé con fuerza.



ERIKA
Jim me lo estaba haciendo pasar en grande, este chico era una máquina. Le agarré de la nuca y le besé con el fin de tener su boca entretenida, me estaba dejando el cuello plagado de marcas… Encogí las piernas tensando el cuerpo y arqueando la espalda hacia atrás. Gemí de nuevo, cada vez más alto e intensamente.



JIM
La besé con ansia bajando el ritmo y aumentando la intensidad, sentí que llegaba al cénit, gemí fuerte y casi sin darme cuenta llegué al orgasmo. Lo más seguro es que Erika aún no llegase, pero no pude evitarlo.



ERIKA
Jim llegó al orgasmo antes que yo… aún me faltaba algo pero no importaba. Jadeé y le miré. Estaba agotado. Sonreí y le acaricié el pelo.
-Esto… te supera… ¿eh?- Dije entre jadeos. Podría decirse… que me quedé a medias, pero al ser inexpertos, no le tomé importancia, ya iríamos mejorando con el tiempo.



JIM
Respirando fuerte me senté a un lado, me aparté el sudor de la cara.
-Lo… lo siento mucho, Erika… -dije cogiendo aire.
-No es la primera vez que me pasa, perdóname… -tragué saliva



ERIKA
Me tapé el torso con mi camiseta.
-No te preocupes, Jim.- Sonreí y le miré apartándole el flequillo.
-No te disculpes, es algo que suele pasar, lo comprendo. Ya aprenderemos a controlarlo.- Apoyé la cabeza en su hombro.



JIM
Suspiré y pasé mi mano por sus hombros, la besé en la cabeza.
-Sí, supongo que iré aprendiendo a controlarme, tenemos todo el tiempo del mundo, ¿no? –la miré y sonreí, la besé.



ERIKA
Sonreí y asentí.
-Vámonos a dormir, anda, Romeo.- Sonreí y me levanté de la mesa vistiéndome. Era algo raro que no sintiese ni rabia ni decepción ni insatisfacción… Mi carácter era algo que ni yo misma entendía. Cualquier otra chica se habría cabreado, y mucho, en cambio yo… Me encogí de hombros y esperé a que Jim se vistiese para volver al camarote.


JIM
Agradecía que Erika fuese tan comprensiva conmigo, muchas veces la había cagado y bien, y aún así ella se limitaba a consolarme, me había tocado la lotería. Terminé de vestirme y la cogí de la mano.
-Vámonos, anda… -tiré de ella para salir de allí.



SAYA
Era muy de madrugada, las tres o las cuatro de la madrugada para ser exactos. No tenía nada de sueño y tampoco me apetecía estar metida en la cama, por lo que decidí salir un rato a cubierta. Estaba despejado y la brisa era suave, se escuchaban las olas del mar y las estrellas brillaban con fuerza aquella noche.
Estaba tumbada en el suelo de la cubierta, con una almohada bajo la cabeza mirando el cielo… Creía que no me encontraría con fuerzas de volver al lugar donde Tigre murió, pero no fue así. Sujetaba en mi mano una botella de absenta, de la reserva especial de Neo, bah, no lo echaría de menos.



KARA
Me encontraba tan mal que no podía dormir, vomité aquella noche dos veces, por suerte Neo seguía dormido. Si no estaba embarazada debía estar pocha, eso seguro. Me dolía la cabeza y no podía dormir. Decidí salir fuera a tomar el aire, no aguantaba un minuto más ahí dentro.
Salí a la cubierta, y nada más salir aspiré una gran bocanada de aire fresco, vi a Saya tumbada en mitad de la cubierta.
-¿Tú tampoco puedes dormir?


SAYA
Kara salió a la cubierta, tenía mala cara, ¿estaría enferma? Se acercó y se sentó a mi lado.
-No, Kai está con un humor de perros esta noche, prefiero estar lejos de él de momento.- Dije seguido de un suspiro.
La miré.
-¿Y a ti que te pasa?


KARA
Suspiré apoyando los codos sobre el suelo e inclinando mi cuerpo hacia atrás.
-Nada en especial, debe ser algo del estómago, gastroenteritis o algo de eso, nada de importancia… -suspiré- No puedo dormir, así que he decidido salir fuera.



SAYA
Asentí y dando un trago a la botella.
-Pues vaya, es muy jodido…- Dije simplemente mirando el cielo.
-Pues ya sabes, dieta blanda y mucho líquido.



KARA
-Sí… mucho líquido… -dije mirando la botella.
-¿Eso no es de Neo? –pregunté cogiendo la botella de absenta que tenía en las manos.
-Sí, es de Neo. –di un trago y puse mala cara cuando el alcohol atravesó mi garganta.
-Ojú, qué fuerte está. –le devolví la botella teniendo un escalofrío.



SAYA
-Eso, tú bebe alcohol, te ayudará a cagar mucho más.- Le quité la botella para evitar que se pusiera a vomitar aquí en medio. Suspiré y la miré de reojo.
-Espero que no sigas molesta por la paliza que le di a tu novio.


KARA
Suspiré.
-Si tengo que estar molesta es con él por hacer el gilipollas, pero de todas formas… él también te atizó de lo lindo, no puedo recriminarte nada. –me dio un pinchazo.
-Joder, ¿qué lleva eso?



SAYA
La miré.
-¿Por qué no vas y te acuestas un rato? Beber absenta y estar con cagalera no es una buena combinación.- Cerré los ojos llevando mis manos a la nuca.


KARA
-¡No tengo cagalera, joder! Y ya te he dicho que no puedo dormir… -la miré.
-Tú estás borracha… -dije cuando vi el poco equilibrio que mantenía en una pierna apoyada sobre la otra.
-Te has puesto piripi con la absenta de mi novio. –cogí la botella.



SAYA
La miré y la quité la botella.
-Oye, ¿desde cuando te importa lo que hago o lo que dejo de hacer?- Dije agarrando la botella de nuevo.
-Si estoy piripi o no es cosa mía y no, no lo estoy.



KARA
-…Ya… no lo estás. –le quité la botella y me levanté.
-Esto ahora me lo llevo yo, tú ya has bebido demasiado por hoy. –miré la botella, no era la primera vez que la cogía, estaba casi vacía. Di otro trago. Tuve otro escalofrío.
-Se acabó el alcohol para ti, mona.



SAYA
-Eh, eh, eh, eh…trae para acá.- Me levanté como pude.
-No puedes…quitármela, tú estás con cagalera, no puedes beber.- Me señalé.
-Yo si…



KARA
Tiré la botella por la borda y me agaché delante de ella.
-¿Por qué bebes sola, Saya? ¿Estas deprimida por algo? –algo debía estar pasándola para que bebiese sola, no era normal.



SAYA
-A mi no me pasa nada- Miré la borda, Kara me había tirado la botella.
-Jo…- Me senté y me crucé de brazos.
-Ya te vale, Kara.



KARA
La cogí de la cara para que me mirase.
-Algo te pasa, sí no, no beberías sola, lo sé. ¿Es por Kai? ¿Por qué está cabreado? ¿Es eso? Puedes contármelo, soy de confianza. –sonreí.



SAYA
Desvié la mirada.
-No me pasa nada, Kara…- De confianza…ya.
-No sé porque te importa tanto…



KARA
Bajé la cabeza y me levanté dándola la espalda.
-Porque pensaba… que después de todo este tiempo éramos amigas. –la miré.
-Supongo que tendré que conformarme en tenerte como compañera. –cogí aire.
-Me iré a la cama, intentaré dormir un poco antes de que salga el sol. –me dirigí al interior de la nave, que se quedase ella sola con su borrachera.


SAYA
¿Amigas? ¿Después de lo que me dijo? ¿Qué no me acercara a Neo? ¿Qué no le gustaba tenerme cerca? Sí, claro… Suspiré y me tumbé de nuevo disfrutando de la brisa. Nunca se había preocupado por mí, ahora que no me venga con sus aires de santurrona.



KARA
Fui por el pasillo hasta el camarote de Neo, me quedé en la puerta y me paré antes de entrar. Me sentía mareada otra vez. Me dio otra punzada, esta vez supe localizarla, y era a la altura del estómago. Eso no era una simple gastroenteritis, era peor, y no me hacía gracia.
Cogí aire varias veces y decidí irme a mi cuarto, no quería despertar ahora a Neo, y prefería estar sola.


DARK
La Quimera, me introduje en ella después de que la tripulación saliese en el reino del Fuego. Por la noche, me dedicaba a caminar por la nave cono si fuese mi casa, conociendo a mis adversarios. Nadie se dio cuenta de que estaba allí, ilusos de mierda…
Pronto llegaría su fin y ellos no lo sabrían.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Capitulo XXXIX- EDI

Nos encontramos con un viejo amigo en el reino del Rayo, más coñas y más animación, ala...ya está todo dicho.


SAYA
Neo aterrizó en el reino del Rayo, tenía que repostar el combustible para la Quimera y ya de paso ir a ver a mi mejor amigo.
Kai no iba muy contento, le pregunté primero, pero es muy cabezota…
Estábamos ante la cada de Edward, antes de llamar miré a Kai.
-Te lo pregunto de nuevo… ¿Quieres que volvamos a la nave? No tenemos que hacer esto si tú no quieres, no quiero que pases un mal rato.



KAI
Le tapé los ojos con la mano mientras caminábamos.
-Cállate ya, pesada. –un niño pasó corriendo por delante de nosotros mientras huía de una niña cuando pasábamos por el centro de la ciudad. La niña se cayó a los pies de Saya. Me acerqué y la levanté.
-Arriba, pequeña. –la niña me miró sonrojada y salió corriendo de nuevo.
-Sigo dando miedo, eh.


SAYA
Sonreí mirando como ayudaba a la niña que se sonrojó. Me puse a su lado y le agarré del brazo dándole un beso en la mejilla.
-¿Miedo? Esa niña estaba sonrojada, no mostraba síntomas de miedo, más bien… fascinación.- Sonreí y me acerqué a la puerta de la casa de Edward
.


KAI
Sonreí.
-Entonces aún conquisto a las más jóvenes. –dije haciéndome el interesante, pasando mi mano por el mentón, ahora con barba.


EDWARD
Tenía que irme a buscar al pequeñajo al colegio, Xan estaba últimamente más vaga de lo normal y me tenía que encargar yo justo después de levantarme, qué rollo…
-¡Ahora vuelvo! –dije cerrando la puerta de casa, guardé las llaves en mi bolsillo y cuando fui a bajar el primer escalón del porche vi a unos metros de la casa a nada más ni nada menos que a Kai y a mi niña favorita.
Alcé las manos al cielo.
-¡Dios me premia con una ninfa después de todos estos años de esfuerzo! –la miré.
-¡Ven aquí, hermosa! –dije abriendo los brazos.



SAYA
Me giré y vi a Edward salir de su casa, sonreí ampliamente y corrí hasta él cuando me llamó.
-¡¡Edi!!- Cuando estuve a su altura, salté enganchándome a él como un mono a una rama.
-¡Grandullón!- Le cubrí de besos. Como me alegraba de verle, era uno de mis mejores amigos, como mi hermano mayor. Le abracé con fuerza y le di un pico.




EDWARD
-Guao, estás guapísima. –dije sin soltarla, la abracé con fuerza, posé mis manos bajo su espalda para sujetarla y poder mirarla.
-A ver, mírame. –realmente estaba muy guapa.
-Guaaaao, menudo pivonazo estás hecha, tus ojitos tienen un brillo especial… -palpé su trasero.
-Ui… esto… esto está… está más durito y… Uhhh, Saya, pero bueno…



SAYA
Sonreí y le miré, estaba muy cambiado, más mayorcito y atractivo. Me palpó el culo.
-Ey.- Me reí y subí sus manos a mi espalda.
-No te pases, ya sabes que Kai se pone muy celoso con estas cosas.- Susurré.
-Uuuuh.- Dije al notar sus prietos abdominales.
-Pero bueno, rubio.- Sonreí y miré a Kai.
-Jo, jo, Kai, tu no tienes esto.



KAI
Me crucé de brazos y desvié la mirada.
-Pché, porque yo los tengo más concentrados, no uno en cada extremo del cuerpo. –ya estaban toqueteándose otra vez, siempre lo hacían cuando estaba yo delante, qué mala hostia.



EDWARD
Me reí y luego miré a Saya.
-Oh, entonces eso significa que habéis vuelto… Ya me lo olía yo… Qué pena, pensaba ir a por ti en un día de estos. –dije a Saya.
-¡Ay, cómo te he echado de menos! –dije abrazándola contra mí como si fuese una niña.



SAYA
Le abracé y le besé en la mejilla.
-Bueno, nunca es tarde para probar, tigretón.- Me reí. Me subí levemente la camiseta hasta por encima del ombligo con un dedo.
-Este cuerpo se muere de ganas por probar tus rayitos.


EDWARD
-¡¡Ohh!! –grité como una nena cuando me enseñó su perfecta figura de ninfa.
-¡¡Pero qué súper divina!! –la agarré como si fuese un mono.
-Es mía, Kai, mía, no te la voy a devolver. –le saqué la lengua.



SAYA
Me reí y me abracé a él con mucha fuerza.
-Como te he echado de menos, Edward.- Sonreí y me bajé de sus brazos. Alcé la cabeza para poder mirarle a la cara.
-Dios, a parte de estar más bueno estás más alto.



EDWARD
-Es lo que tiene comer muchos petit suise. –marqué los músculos del brazo.
-Nah, es lo que tiene estar enamorado, ocupa mi tiempo junto con el pequeño Eddie, al cual tengo que ir a buscar… -abrí la puerta.
-Algodoncito de azúcar, amor mío, está aquí Saya, estoy algo ocupado, ¿puedes ir a por el crío?



XAN
Escuché la vos de Edward en la entrada, puse los ojos en blanco cuando dijo que fuera a buscar yo al crío, pero que morro le echaba el tío…
Bajé abajo y me encontré con Saya. Sonreí y la saludé con la mano.
-Hola, Saya, me alegro de verte por aquí…- Miré a Kai, sentí una punzada en el corazón cuando le vi. Desvié la mirada y miré a Edward.
-Claro, iré yo a por el crío, no te preocupes…- Esbocé una sonrisa forzada.
-Me alegro de volver a verte Saya, chao.- Dicho esto me fui calle abajo para ir a buscar al enano al cole.


KAI
Miré a esa arpía cuando salió de la casa, mi ira aumentó por segundos y sentí el impulso de saltar sobre ella y arrancarla la cabeza. Cuando pasó por mi lado a escasos metros la fulminé con la mirada aunque ella no me viese, di un paso al frente pero una mano se posó sobre mi hombro.



EDWARD
-Eyy, Kai, cuánto tiempo, eh. –intenté que se calmase esos humos. Mi mujer había cometido el error de vengar a su mejor amigo con la persona equivocada, y ahora Kai se la tenía jurada.
-Vamos dentro, os invito a algo.



SAYA
Saludé a Xan cuando salió, se fue en seguida y lo agradecí, pues Kai la fulminó con la mirada y ya me olía pelea… Edward le intentó calmar y nos invitó a entrar.
Me acerqué a Kai y le agarré de la muñeca.
-No, gracias Edi, pero tenemos que marcharnos ya, solo estábamos de paso, repostar y esas cosas, debemos irnos ya.- Le miré y luego a Kai que seguía mirando hacia el lado por donde se había ido Xan.
-Es una pena, pero ya pasaremos por aquí otro día que estemos menos ocupados.



EDWARD
-¿¿Quéee?? –bajé los brazos afligido.
-Jo, yo pensaba que te quedarías un ratito… -me giré con los brazos cruzados.
-Ahora me indigno. Ala, vete, no te ajunto.


SAYA
Suspiré echándome el flequillo hacia un lado.
-Lo siento, Edi, pero tenemos cosas que hacer…- Lo único que quería era irme de allí y llevarme a Kai, bastante mal lo estaba pasando ya y encima esa payasa de Xan se tomaba las cosas como si nada hubiera pasado.
-…Ya nos veremos….



EDWARD
-Bueeeeeno. Pero primero un besito de despedida. –la agarré de la cintura y la di un pico largo, después la abracé.
-Jo… te echo tanto de menos…



SAYA
Le abracé con cariño apoyando la cabeza en su enorme pecho. Sonreí y le miré.
-Yo también te echo de menos.- Le besé en la mejilla acariciándole la cara con dulzura.
-Cuídate, ¿vale, Tigretón?



EDWARD
Desvié la mirada con los ojos llorosos. Después de tanto tiempo sin verla ahora se iba sin más…
-Vale, seré un chico fuerte y más grande que los demás por ti… -dije como si fuese un crío.


SAYA
Sonreí y le agarré de la barbilla para que me mirase.
-¿Quién es mi grandullón preferido?- Me reí y froté mi nariz con la de Edi.
-Volveremos, te lo prometo.- Le solté y volví con Kai.
-Chao.- Le guiñé un ojo.



EDWARD
-¡Te tomo la palabra! –dije sentándome en las escaleras del porche.
-Jo… lo bueno siempre es muy breve…- olisqueé en el aire pollo quemado.
-Mmm, pasadito, como a mí me gusta… -abrí los ojos de par en par.
-¡Ay, Dios! –Me levanté a toda prisa y entré- ¡Menudo desastre de mujer!


SAYA
Nos alejamos de la casa de Edward directos a la Quimera, Kai estaba muy serio, cabreado y rabioso. Me mantuve algo alejada sin decirle nada para no cabrearle más. En estos momentos, Kai daba miedo, sentí un escalofrío cuando le volví a mirar de reojo.


KARA
Iba a salir de la nave cuando me choqué con Saya.
-Me… lo siento, Saya. –la esquivé y seguí adelante para irme a la ciudad.
-Voy a por medicamentos, nos faltan pastillas de la cabeza, no sé cómo han volado tan rápido. –me fui sin esperar respuesta.


SAYA
Me choqué contra Kara.
-Uy…-Me dijo que iba a por pastillas, sobre todo las de la cabeza…
-Je, je, je… vuelve pronto y ten cuidado.- Dije sonriendo y entrando en la nave detrás de Kai que le pisé la bota haciéndonos caer al suelo, el de cara y yo encima de su espalda.


KAI

……
No tenía suficiente cabreo encima y ahora esto. Me levanté y me fui por el pasillo hacia el gimnasio, tenía que descargar de alguna manera.


SAYA
Me levanté con la mano en las rodillas, me las había dejado en el suelo de la nave, seguro. Fui a pedirle perdón a Kai, pero ya se había levantado y se marchaba por el pasillo aún más cabreado… y todo por mi culpa. Me senté en el suelo frotándome las rodillas, suspiré, Kai había hecho muchas cosas por mí y yo en cambio le jodía el día con la visita a casa de Edward y con mi torpeza… Era un desastre…


JIM
Había decidido enseñar a Erika mi ciudad natal, le había enseñado el centro de la ciudad y la base militar, que era lo más interesante de mi País.
Ahora estábamos en el mercadillo de los domingos en la plaza, paseando por los tenderetes de souvenirs y comida típica, cogidos de la mano.


ERIKA
Jim me enseñó su país, donde vivía, los lugares que a él le gustaba visitar… Era interesante conocer más cosas sobre su vida privada.
Pasamos por al lado de un tenderete de comida casera, olía de maravilla y me sonaron las tripas.
-Vamos a comer algo.- Le dije a Jim tirando de él levemente conduciéndole al tenderete.


JIM
La seguí hasta el puesto de comida, había empanadas y demás productos caseros, esperé a que eligiese mientras sacaba el dinero del bolsillo.


ERIKA
Me acerqué al tenderete y miré las raciones que tenían preparadas.
-Mmm… hay de todo.- Sonreí y vi que una anciana se acercaba a mí, sonrió y me preguntó que deseaba con amabilidad.
-Pues… póngame dos raciones de empanadillas y una de… ¿Qué quieres, Jim?


JIM
La miré y me reí cuando pidió dos raciones para ella sola.
-Una ración de empanada de atún, por favor, ¿cuánto es? –pregunté mientras la señora nos preparaba los pedidos.


ERIKA
Le miré y sonreí, agarré mis dos bandejas y esperé a que Jim pagara.
-Te haré un regalo para compensarte.- Le guiñé un ojo y me senté en un banco que había libre en la plaza. Abrí la primera bandeja y esperé un poco a que se enfriaran.


JIM
Me senté al lado de Erika y empecé a comer mi ración de empanada, mirando como ella esperaba a que se enfriasen las empanadillas, me reí. Cogí una.
-Son frías, nena, ¿no ves que las tienen al aire libre? –pegué un bocado a una riéndome.


ERIKA
Le miré y sonreí.
-Mejor prevenir que curar.- Agarré una simulando que quemaba, la mordí y me llevé la mano a la boca.
-Uy, me he quemado la lengua.- Sonreí y miré a Jim.
-¿Ves? Debería haberla soplado antes.


JIM
Sonreí y la cogí de la barbilla.
-Tú tranquila, que para curarte la lengua ya estoy yo. –la besé acariciando su lengua con la mía, acercándola más a mí.



ERIKA
Le seguí el beso, pero tuve que parar, sonreí.
-Jim… como me sigas besando se me va a quitar el hambre.- Dije aún cerca de su rostro. Besaba de infarto y si encima lo hacia de aquella manera que tanto me gustaba…púes… ¡puf!…


JIM
Sonreí y me separé.
-Mis disculpas, la dejo comer, señorita. –pegué otro mordisco a mi empanada aún sonriendo, me encantaba estar con ella, y además en este sitio, era como si fuese mi novia oficial para todos, porque muchos allí me conocían y me miraban riéndose, sabiendo que Erika era mi chica.


ERIKA
Terminé mi primera ración y fui a por la segunda. Tenía mucha hambre y yo era de buenas tragaderas, siempre me preguntaba Kara: ¿Pero dónde coño echas todo lo que comes?
Desde siempre he sido una chica con un metabolismo muy raro, todo lo que como no me engorda.
Miré a Jim y sonreí. Se había dejado perilla, estaba mucho más guapo y le notaba más maduro. Me mordí el labio contemplando a aquel hombre que tenía sentado a mi lado.


JIM
Me estaba mirando y sonreí, entonces vi a lo lejos una melena rubia que casi me mata.
-¿Qué tal si terminamos de comer mientras caminamos? –me levanté y tiré de ella para que me siguiese.


ERIKA
Me levanté cuando Jim tiró de mí.
-S-si, claro.- No sabía que pasaba, estaba muy nervioso y miraba hacia atrás sin parar.
-Jim… ¿qué pasa?



JIM
Sonreí cuando divisé la melena que nos seguía más cerca.
-Corre. –la agarré de la mano y tiré mientras echaba a correr, se le cayeron las empanadillas sobrantes, pero yo me reí mientras escapábamos de aquella chica.




ERIKA
Le seguí corriendo a su lado. No sabía de quién huíamos, pero me lo estaba pasando bien. Corrimos entre la gente con cuidado de no llevarnos a nadie por delante. Una de las veces tuve que saltar por encima de un tío que hacía malabares en la calle tirando los bolos que sostenía.
-Lo siento.- Dije riéndome, seguí corriendo junto a Jim.


JIM
Me reí de nuevo cuando casi se carga a un malabarista en plena faena. Divisé un callejón y corrí hacia allí, tiré de ella para escondernos y me di cuenta de que era muy estrecho cuando entramos, solo cabíamos los dos juntos y bastante apretados, empecé a reírme cuando pasó de largo.


ERIKA
Me escondí junto con Jim en un estrechísimo callejón, me reí junto a él, no sabía de qué, pero la carrera que nos habíamos llevado los dos era para grabarlo. Cogí aire y le miré apoyando la espalda en la pared y agarrándole de la camiseta.
-Vale, ahora dime porque corríamos.-Le dije entre jadeos.


JIM
La miré.
-Era mi ex. –volví a reírme.
-Cuando me fui tuve que elegir entre ella y el barco, y me daba palo encontrarme con la chica que había dejado colgada… Pero ha sido divertido. –saqué la empanada que me había sobrado envuelta dentro del bolsillo.
-Aquí tienes, por las empanadillas perdidas.


ERIKA
Sonreí y cogí aire.
-Pobre chica.- Le miré cuando sacó la empanadilla, sonreí.
-La cogería con mis manos, pero…- Le miré, estábamos apretados en uno contra el otro. Mis manos estaban en su pecho agarrándole de la camiseta.
-Estoy un poco atascada.



JIM
Sonreí y la besé antes de salir y poder liberarnos del poco espacio que había.
-Hay que ver que mal señalizado está esto, ¿eh? –le dije, señalando el callejón.


ERIKA
-Si, cambia de tema, la culpa será de la señalización, ¿no?- Sonreí y aparté mis manos de su pecho para poder acercarme más a él y quedar totalmente pegados.
-No tienes tú cuento ni nada, pillín. ¿Querías tenerme aquí atrapada, eh?


JIM
-Eh, no sabía que era tan estrecho, no soy ningún aprovechado. –dije, cruzándome de brazos y subiendo la cabeza.
-Me indigno, me siento indignado.



ERIKA
Sonreí y le miré.
-¿Con qué indignado, eh?- Le empecé a besar por el cuello metiendo las manos bajo su camiseta.
-¿Ahora te sientes indignado?-Pregunté depositando intensos besos en su cuello acariciándole el abdomen.



JIM
-Oye… -me reí sonrojado.
-Que nos están mirando todos… -dije girándome para que no me viesen la cara.
-Termina de comerte esto, que nos tenemos que ir, anda… -dije cerrando los ojos.
-¡Stop! –la separé.
-No juegues conmigo, muñeca, que te veo…



ERIKA
Me reí juguetona y le miré.
-Está bien.- Encerré su labio inferior entre los míos y tiré suavemente.
-Tú te lo pierdes.- Salí del callejón con la empanada en la boca.



JIM
Me mordí el labio y la seguí. La enganché del culo y la besé en el cuello mientras caminábamos.
-Ala, camina si puedes. –la pegué un mordisco en el cuello.



ERIKA
Me enganchó del culo, pegué un leve respingo. Cada vez que sus manos iban directas a mi culo, soltaba una pequeña descarga… empezaba a pensar que lo hacía a posta.
Me mordió el cuello, sentí un escalofrío recorrerme todo el cuello.
-Después no te quejes si dices que te torturo mientras hacemos el amor…- Susurré para él solo.


JIM
Sonreí y la cogí de la cintura mientras nos íbamos hacia la nave, creo que no la dejé terminar de comer porque me estaba ganando el postre con su cuello.
Cuando entramos por la puerta, Kara pasó por nuestro lado casi derribándonos y se fue al interior.
-Ala, qué compañerismo.


ERIKA
Jim se estaba jugando mucho intentando excitarme con sus besitos en el cuello… este se iba a enterar quién era yo en cuanto entrásemos en la Quimera… aunque no fue así.
Kara pasó por nuestro lado, iba muy nerviosa y con una bolsa de la farmacia en la mano.
-Uy… No tenía muy buena cara… Debería ir a ver que la pasa.- adiós a nuestro momento de relax.



JIM
La solté.
-Claro, ve con ella, tranquila. Yo iré a practicar unos tiros, ¿vale? –la di un pico y me marché. Ella era muy buena chica y quería ayudar a Kara, no iba a reprochárselo.


ERIKA
Asentí y fui a ver a Kara que se había encerrado en su camarote. Llamé con los nudillos a la puerta.
-¿Kara? Soy Erika… ¿puedo pasar?- Pregunté, a lo mejor no tenía ganas de ver a nadie y no era plan el ir yo a molestar.



KARA
Erika llamó a la puerta, miré el test de embarazo que había comprado y lo escondí.
-Pasa, Erika. –dije sentándome sobre él.


ERIKA
Entré y la miré sonriendo.
-Hola.- Me acerqué hasta ella y me senté a su lado.
-¿Estás bien? Me ha parecido verte algo baja de ánimos y nerviosa cuando has entrado.


KARA
Guay, Erika me había pillado. Al menos no sabía lo que yo temía, pero… tenía que contárselo a alguien para que me ayudase, y precisamente a Neo no creo que le sentase bien saber que podría estar embarazada…
Suspiré y saqué la caja ligeramente aplastada de debajo de mí y se la enseñé.



ERIKA
Me entregó una cajita donde ponía en letras grandes y azuladas: “Test de embarazo”.
Miré a Kara y de nuevo a la cajita.
-Vaya… - Suspiré.
-¿Te lo has hecho ya?- Me refería al test, una no sabe a ciencia cierta si está embarazada hasta que no se ve el resultado.


KARA
Negué.
-Pensaba en si hacérmelo ahora o más tarde… -bajé la cabeza.
-Pero… es que es imposible, tomo la píldora, y no me he saltado ninguna… Pero es que últimamente no me encuentro bien, y no encuentro otra explicación… -la miré.
-¿Y si lo estoy? ¿Qué le voy a decir a Neo? “Oye, mira, me he quedado embarazada aún tomando la píldora”… -me llevé la mano a la frente.


ERIKA
Miré el test.
-No te angusties, Kara, no creo que estés embarazada. Tomas la píldora y es un buen anticonceptivo…- La miré.
-Para evitar más angustia y más mal estar, toma.- Abrí la caja y saqué el test.
-Háztelo y veamos el resultado, pero tu tranquila, seguro que es una falsa alarma.



KARA
Me mordí el labio y negué.
-No, lo siento, necesito estar sola… -lo volví a guardar.
-¿Querías algo? –dije intentando parecer más animada, debía olvidarme del tema al menos un momento.


ERIKA
Guardó el test de nuevo, suspiré y la miré cuando me preguntó.
-Pues… verás, quería darle una sorpresita a Jim, pero…- Me puse algo roja.
-¿Me prestarías… algo de tu lencería atrevida?



KARA
Abrí los ojos con amplitud cuando me propuso eso.
-Yo… bueno… esto… vale. –me levanté y me acerqué al armario, abrí el primer cajón.
-Ahí tienes para elegir, aunque te aconsejaría blanco… -me crucé de brazos. Ella sabría qué iba a hacer con ese chico ya a estas tempranas edades, era cosa suya.



ERIKA
Elegí uno sencillo, sujetador y culot blanco.
-Este mismo. Tal vez no lo utilice ahora, pero puede que para más adelante…- Sonreí y la miré.
-Gracias… otra cosa, cuando tengas el resultado, avísame, no es bueno hacer estas cosas sola.- Sonreí y me dirigí a la salida.



KARA
La seguí hasta la puerta.
-Gracias, Erika. –la abracé.
-Gracias por intentar ayudarme, yo sólo soy un desastre y tú, que eres más pequeña, eres más madura que yo…



ERIKA
Sonreí y la miré.
-No te preocupes, cuenta conmigo.- Salí del cuarto aún con el remordimiento en mi cabeza. No me gustaba dejarla sola y menos así, lo estaba pasando mal y encima no se lo contaba a Neo por miedo…
Suspiré y me dirigí a mi camarote a dejar el regalito de Kara y acto seguido fui a ver a Jim.



KARA
Miré el test otra vez y me mordí el labio.
-Venga, va, que sea lo que tenga que ser.
Entré al baño y cinco minutos después estaba con el dichoso test en la mano, esperando a que saliese el resultado. Estaba casi segura de que no lo estaba, pero… dichoso cuerpo mío, siempre haciendo de las suyas y… ¡¡ah!! ¡Que sale el color!
Me fijé con el test a pocos centímetros de mí.
Estiré los brazos tumbándome sobre la cama.
-¡Yuhu! ¡Viva los test negativos!

Capitulo XXXVIII- HOSTIAS SIN SENTIDO.

Acción y muchas leches, sangre, huesos rotos... etc... pues eso, resomiendo a las personas que tengan fobía a la sangre y a los tendones fracturados que no lean este capitulo.



NEO
Caí al suelo provocando un estruendo sordo cuando mi cuerpo colisionó contra el suelo. Me costó lo mío ponerme de nuevo en pié, estaba jadeando de cansancio y sudaba sin parar. Una vez en pie, me ajusté los guantes y me coloqué en posición de ataque de nuevo, me apreté bien el cinturón de mi kimono y miré a mi adversario, que lo contemplaba todo desde el otro lado del tatami. Esbocé media sonrisa cansada recobrando el aliento.
-Eres buena…- Dije entre jadeos, pues mi adversaria era dura de pelar, tan menudita pero a la vez salvaje y agresiva. Sonreí y me crují el cuello.
-¿Lista para la siguiente ronda?- Me coloqué en mi posición adelantando un pie, con los puños cerrados y en tensión esperando que mi contrincante diera el primer paso.



SAYA
Asesté un golpe potente con mi puño izquierdo al mentón de Neo que cayó al suelo en el momento. Yo seguía de pie, jadeando y saltando para no enfriarme. Me dolían los nudillos a horrores y noté que uno de mis dedos pulgares estaba fracturado, no podía a penas moverlo.
Neo se incorporó y se colocó de nuevo en el lado opuesto del tatami. Moví los dedos de las manos para desentumecerlos sin dejar de mirar a Neo. Sonreí y asentí.
-Tú también lo eres…- Cerré los puños y moví la cabeza hacia un lado para relajar el cuello.
-¿Listo?- Neo se lanzó a por mí, quiso barrerme, pero yo me adelanté y salté estrellando mi codo en su cara.



ERIKA
Fui al armero a dejar unas cuantas armas nuevas que habíamos adquirido en el reino del Fuego. Pasé por al lado del gimnasio y miré por puro instinto. Solté un grito de emoción cuando vi a Neo y a Saya zurrarse a lo bestia y sin compasión. Dejé las armas y corrí a la cubierta donde estaban todos.
Abrí la puerta eufórica y les miré.
-¡Qué pasote! En el gimnasio, ¡Neo lucha con Saya! Se están dando de hostias.


JIM
-¡No jodas! –solté las cartas con las que Kara y yo jugábamos y seguí a Erika hasta el gimnasio, allí iba a correr sangre, por fin un poco de acción en esos días.


KARA
Saya y Neo se estaban zurrando… Ya verás si no me lo masacraba, con lo burra que era esa tía cuando quería.
Bajé corriendo las escaleras, adelantando a Jim y Erika y corrí al gimnasio.
Cuando le vi jadeado y cansado ya sabía que iba a perder, me llevé la mano a la frente.
-Ay, madre… ¡Neo! ¿Qué estás haciendo? –Kai llegó junto con Jim y Erika.



NEO
Saya me golpeó en la cara con el codo, hizo que me desequilibrara y cayese de nuevo al suelo. Me levanté de un salto y la agarré de los puños con ambas manos. Acto seguido golpeé una de sus rodillas haciendo que se agachara, giré sobre mí mismo y deposité una patada en su pecho haciendo que saliera disparada hacia atrás. No llegó a caer al suelo, pues se agazapó y fue frenando con las manos en el suelo. Volvió a la carga.



SAYA
Logré librarme de caer al suelo cuando Neo me golpeó en el pecho, por un momento me quedé sin respiración, pero como él me enseñó, controlé la situación llenando mis pulmones de oxígeno. Corrí hacia él cuando recobré el equilibrio y cesó el dolor de mi pecho. Neo me esperaba preparado para contraatacar, me dejé caer al suelo sintiendo el rocé del puño de Neo en mi mejilla. Derrapé por el tatami colándome entre las piernas de Neo. Me levanté de cara a su espalda, posé una mano en cada hombro de él y me impulsé hacia arriba golpeándole los omoplatos con mis rodillas. Cayó al suelo de cara tragándose el tatami.


ERIKA
Como molaba, estaba alucinando, nunca había presenciado una pelea de artes marciales, era un pasote. Entré en el gimnasio y me senté en los bancos contemplando la escena. Miré a Jim cuando se sentó a mi lado.
-Te apuesto 20 Giles a que gana Saya.



JIM
La miré.
-¿Estás de guasa? ¡Va a ganar Neo! Y 20 Giles es una apuesta de niñas, que sean 50.



ERIKA
Sonreí y saqué la pasta, la metí en la gorra que llevaba puesta. Se la pasé a Jim para que metiera su apuesta. Miré a Kara.
-¿Apuestas?



KARA
Miré a Erika.
-Mi novio está partiéndose la cara con una tía más fuerte que él, ¿crees que me interesa apostar? –Kai echó 100 Giles.- ¡Ah! –Le miré- ¡Tío! ¡Está tu mujer ahí dándose de hostias!


KAI
Me encogí de hombros.
-Ya lo sé, y va a ganar. 100 para Saya, -le dije a Erika y le revolví el pelo.
-Para que te lleves más con la apuesta. –me senté en un banco más alejado.



NEO
Agarré a Saya de la cabeza cuando estaba encima de mi espalda, cogí impulso y la lancé hacia delante estrellándola contra la pared. Saya cayó al suelo pero se levantó en un segundo rebotando con los pies en el suelo. Corrió hasta posicionarse delante de mí y se lió a puñetazos, algunos los lograba bloquear pero otros eran imposibles. Se puso de espaldas a mí y me golpeó con el codo en el tabique nasal haciendo que me sangrara.
-¡¡Hija de puta!!- Me llevé las manos a la cara, un despiste por mi parte, porque volvió a atacar dándome un rodillazo en el abdomen y acto seguido una patada en el mentón… De nuevo, volvía a estar en el suelo.



SAYA
Me aparté por si se le ocurría contraatacar. Le partí la nariz, estaba sangrando, pero él me lo dijo nada más empezar, no hay límites.
Caminé a su alrededor, se puso de rodillas, aproveché su confusión para acercarme. Posé mis manos sobre su cabeza agarrándole del pelo, me puse delante de él y cargué toda mi fuerza en la rodilla derecha. Justo cuando le iba a golpear, Neo me agarró de la pierna y me tiró al suelo, se puso encima de mí y me llenó la cara de puñetazos. Intenté bloquearlos poniendo mis brazos ante mi rostro. Cogí aire y rodeé su cintura con mis piernas, me impulsé hacia atrás liberándome de él que quedó en el suelo a cuatro patas. Me alejé jadeando.


KARA
No podía ver cómo estaba machacando a Neo, cuando le vi en el suelo di dos pasos para ir a socorrerle, pero Jim me agarró del brazo.
-¡Suéltame, joder!


JIM
-Él ha decidido hacer esto, no le está pegando para matarle, Kara, además, si vas ahora ahí herirás su orgullo.



KARA
Me dio rabia sólo de oír que sólo podía quedarme mirando como le desfiguraba. Me zafé de la mano de Jim con brusquedad y me alejé de allí sin mirar cómo me lo estaba dejando.



NEO
Me quedé a cuatro patas sobre el tatami, me dolía la nariz un montón, pero estaba disfrutando, nunca antes había tenido un rival tan fuerte. Sonreí y me levanté a gran velocidad, corrí hasta Saya llevándomela por delante. La tiré al suelo golpeándola el estómago con el puño. Esta cayó al suelo de rodillas.
-Si, pequeña, si, ¿duele, eh?- La golpeé la espalda con el pie quedando ella ahora a cuatro patas. Me puse a un lado y cargué contra ella dándola una patada en el costado derecho. Saya gritó de dolor cerrando los ojos con fuerza. Sonreí y volví a cargar unas cuantas veces más…Pero seguía levantándose. Se puso frente a mí, cerré el puño y lo descargué contra su cara partiéndola el labio inferior.



SAYA
Neo se cebó conmigo a base de patadas en mi costado derecho, se estaba quedando a gusto. Grité de dolor cuando ejecutó su última patada. Me llevé la mano al costado, por lo menos me había roto tres costillas… Me levanté y le miré, acto seguido me golpeó en la cara haciéndome escupir sangre por la boca. Di un par de pasos hacia atrás y me limpié la sangre que caía por la comisura de mi labio inferior.
Jadeé, tenía la vista desenfocada, lo veía todo borroso… Cerré los ojos un momento, cuando los volví a abrir, allí estaba Neo. Me golpeó la barbilla con una patada potente, pero no caí al suelo. Giré hacia atrás posando las manos en el suelo, mis piernas se impulsaron hacia arriba, primero una, que golpeó la nuca de Neo y después la otra que fue directa a su careto.



JIM
Estaba todo muy igualado, los dos estaban cubiertos de sangre, y lo más seguro que con algún que otro hueso roto. Kara estaba en una esquina sufriendo por Neo, Kai miraba atento… o eso parecía, sólo miraba a Saya.
Él también estaba sufriendo aunque su cara no lo demostrase.
-¡¡Vamos, Neo!! –grité. Sabía que él era más fuerte que Saya, debía ganarla.



NEO
Joder, esta tía era invencible, por más leches que la daba ella seguía levantándose y yo recibiendo. Sacudí la cabeza para quitarme el atontamiento. La miré, seguía mis movimientos con la mirada. Sonreí y caminé hasta ella que se agazapó. Frené y solté una risotada. Adopté posición de combate.
-Vamos, nena, ven con papá.


SAYA
Le seguí con la mirada, se plantó delante de mí y se puso en guardia. Cogí aire para relajarme y anduve en círculos alrededor de él. Cuando me sentí preparada volví al ataque con las patadas y los puñetazos. Neo intentaba bloquearlos y contraatacar con algún golpe suelto que yo recibía sin darme cuenta. Le golpeé la sien con el codo, se recuperó en seguida, me agarró de los brazos y me inmovilizó con una llave, no podía mover ni los brazos ni las piernas. Me golpeó tras la pierna cayendo al suelo de rodillas. Estaba perdida…



ERIKA
-¡¡No vale!! ¡La estás inmovilizando…! ¡Mierda!- Me crucé de brazos, iba a perder la apuesta.
-¡¡Vamos Saya, tú puedes, coño!!


KAI
Si perdía Saya ahora estaría arrepintiéndose durante un buen tiempo por su orgullo.
-¡Saya! ¡¿Eso es todo lo que te he enseñado?! –intenté motivarla, aunque no estaba seguro de si eso la hundiría más.
-¡Demuéstrame lo fuerte que eres!


NEO
La miré, estaba perdida, era absurdo malgastar saliva, iba a perder. Hice que girara bruscamente y cayera al suelo boca arriba con un simple movimiento de mi muñeca.
-Has perdido.- Sonreí y me incliné para mirarla.
-No puedes ganarme, nena.



SAYA
Terminó de hacerme la llave, choqué mi espalda contra el suelo. Cerré los ojos con fuerza gimiendo de dolor. Los abrí y le miré jadeando. No tenía fuerzas, estaba molida.
-Apuesto a que no.- Sonreí y le golpeé el careto con mi puño izquierdo, acto seguido le hice la zancadilla tirándolo al suelo. Me senté encima y le miré.
-¿Quién pierde ahora?



NEO
La miré y asentí.
-Está bien, has ganado, una cosa ¿Cómo coño metes esos izquierdazos? Joder, son bestiales.



SAYA
Sonreí y miré a Kai.
-Tengo un buen profesor.- Me levanté y le extendí la mano para ayudarle a levantarse.
-Ya sabes lo que te toca.- Sonreí y salté de alegría.
-¡Por listo limpias tú la nave, me he librado!



JIM
Abrí la boca.
-¡Cómo has podido perder! ¡La tenías! ¡Ya la tenías! ¡A la mierda mis 50 Giles! –di una patada al suelo, ¿cómo ha podido perder Neo contra Saya?



KARA
Ya había acabado el combate, los miré a los dos mientras el resto se repartía el dinero de las apuestas.



ERIKA
Me quedé con toda la pasta, bueno, la repartí junto con Kai.
-Que guay, sabía yo que Saya ganaría. Tiene más mala uva que Neo.- Sonreí y me quedé tan feliz con mis ganancias.



SAYA
Miré a Neo mientras se iba a curar y a ducharse. Sonreí, gracias a él había aprendido a luchar y a defenderme. Erika lo celebraba a lo grande, que cabrones, habían apostado… Miré a Kai y me acerqué hasta sentarme a su lado, como pude, tenía las costillas rotas y dolores por todos lados.



KAI
La miré.
-Pensé que querías que te enseñara yo, has llegado al extremo de partirte de todo, eres una bestia. –la limpié la sangre del labio.
-¿Quieres que vaya a curarte?



SAYA
Le miré.
-Aún quiero que me enseñes tú, lo que pasa es que Neo se ofreció para enseñarme la lucha cuerpo a cuerpo. Nos fuimos picando… y así hemos acabado.- Me llevé la mano al costado.
-Más te vale no cabrearme, sino, te partiré la cara…- Sonreí dolorida.


KAI
-Anda, vamos, desastre. –la cogí en brazos intentando no hacerla daño.
-Arriba, vaquera.



SAYA
Me agarré a Kai cuando me cogió en brazos.
-Cuidado…- Le dije cuando me agarró. Me dolía todo el cuerpo, necesitaba una ducha y meterme en la cama…
-Vamos al baño, las duchas estarán ocupadas por Neo…- Le sugerí.
-Además allí hay más espacio y una bañera para mí sola.- Sonreí.
Me llevó hasta el baño, me bajé de sus brazos con cuidado y cerré la puerta para que no me vieran. Me puse delante del espejo y me levanté la camiseta para verme el costado. Lo tenía colorado, amoratado y de todos los colores. Se podía apreciar las costillas rotas y las contusiones.
-Esto me va a doler.- Dije mirando a Kai, él sabía a lo que me refería.



KAI
-Tranquila, estarás bien. –la ayudé a quitarse la camiseta con cuidado.
-Te trataré como a una reina. –sonreí.



SAYA
Me quité la camiseta con la ayuda de Kai. `Puse cara de dolor cuando sentí que las costillas me ardían cuando movía los brazos.
-Aprovechas cualquier situación para desnudarme, ¿eh?- Bromeé y sonreí.



KAI
-Uf, no sabes lo que me pone verte destrozada, me estoy poniendo burro… -la ayudé con los pantalones, no me gustaban nada las heridas, Neo y ella se habían pasado muchísimo a la hora de pelearse de esa manera.
-Mira que habéis sido bestias.



SAYA
Le miré, estaba preocupado por mí…
-Lo siento… Neo solo me enseñaba, no tenía ni idea de que llegaríamos a este extremo…- Levanté una pierna cuando Kai me bajó los pantalones, acto seguido levanté la otra. Me quedé alucinada, estaba llena de hematomas.


KAI
-Por Dios, Saya… -me llevé la mano a la cabeza.
-Saya, yo no puedo curarte todo esto, mis poderes no dan para tanto. –tenía tantas heridas en el cuerpo que no quería ni mirar.



SAYA
Tragué saliva.
-Ya…bueno, solo cúrame las costillas… de lo demás me encargo yo…- Desvié la mirada. Puf… la había hecho buena, y eso que era yo la que menos había recibido, no quería imaginarme como estaría Neo…


KAI
Cogí el taburete que había a una esquina del baño.
-Será mejor que te sientes, no vaya a ser que te caigas. –la senté y me agaché a su lado, con una mano rodeé una suya, si recibía dolor querría soportarlo de alguna manera.
-Cógeme fuerte de la mano. –en ese momento recordé la última vez que necesitó mi mano y no pude dársela. Cuando nuestro hijo nació no pude asistir al parto y estuvo sola…
Empecé a aplicar hielo con cuidado, buscando la manera de devolver las costillas a su estado original.



SAYA
Me senté en el taburete como me había dicho Kai, que se agachó a mi lado agarrándome la mano. Esto me iba a doler, y no solo el dolor era lo realmente terrible, era el escozor y el ardor que me produciría después… y encima eran tres costillas…
Le miré y asentí agarrando su mano con fuerza, le iba a destrozar….
Respiré hondo varias veces antes de que empezara a aplicarme hielo. Al principio solo sentía el frío sobre la piel, pero poco a poco iba penetrando por los tejidos, las ligaduras el músculo hasta llegar al hueso dañado. Tragué saliva y cerré los ojos con fuerza cuando el hielo “tocó” la primera costilla fracturada. Aguanté todo lo que pude, pero no pude reprimir un alarido de dolor agarrando con mucha fuerza la mano de Kai.



KAI
Apretaba fuerte la mano y gritó cuando empecé a colocar la primera costilla, paré.
-No puedo, Saya, no puedo. –aparté la mano de su costilla



SAYA
Kai apartó la mano de mi costado. Jadeé y le miré.
-…Kai…- Le agarré de la mano cuando se levantó.
-Confío en ti… me has curado de cosas peores…si me duele, me tendré que aguantar…



KAI
-Tiene que haber otra manera, debemos tener algún tipo de calmante o algo que funcione con anestesia, a pelo sólo voy a hacer que te desmayes de dolor. –me sequé el sudor de la frente, realmente lo pasaba mal al verla sufrir.


SAYA
Bajé la cabeza sin soltar su mano.
-Kai, puedo aguantarlo… de verdad, solo es un momento…si esperamos más tiempo tal vez esto vaya a peor.- Me llevé la mano libre al costado.



KAI
-De verdad, Saya, déjame buscar algo para aliviarte el dolor. –la besé en la frente.
-Espérame aquí, no te muevas. –salí de los baños y me encaminé al botiquín, algo debía haber.


SAYA
Apoyé la frente en el lavabo cuando salió Kai. Cerré los ojos, sentía que me iba a caer del cansancio en cualquier momento. Me acordé que uno de mis dedos pulgares estaba fracturado también. Lo moví como pude al sentir que me dolía… solo estaba descolocado. Agarré el dedo con mi mano buena, cogí aire y me lo coloqué hasta que escuché un chasquido. No grité para que no me oyese Kai, pero me dolía a horrores.



KAI
Busqué por todo el botiquín, pero no encontraba nada útil. Maldita sea, esta nave era un verdadero asco.
-¡Joder! –apoyé el brazo en la pared y encima la frente. No podía ver sufrir a Saya, y menos si yo la estaba haciendo ese daño. Miré al suelo, había un bote de pastillas para el dolor de cabeza, me agaché y leí el prospecto. “Causa somnolencia”, genial. Era mejor eso que nada.
Me levanté y fui de nuevo hacia los baños, con suerte esto la ayudaría a aguantar el dolor.
Entré y me agaché a su lado.
-¿Estás bien?



SAYA
Kai volvió al rato, se acercó y se agachó a mi lado.
-Sí… solo que me mata el cansancio, nada más.- Me fijé en que llevaba un bote de pastillas en la mano. Le miré.
-¿Qué vas a hacer con eso?



KAI
-Esto te aliviará, una de dos, o no sientes nada, o te quedas roque, ambas están bien. –eché un puñado de pastillas en mi mano, en total conté cinco.
-Toma estas por el momento, esperaremos cinco minutos a que reaccionen.


SAYA
Le miré y luego las pastillas.
-Quieres que me drogue…- Suspiré y miré al suelo.
-No pienso tomarme esas pastillas, Kai…



KAI
La miré.
-Saya, no seas tiquismiquis, son solo antibióticos, Saya, te ayudarán a aliviar el dolor. –se los puse en la mano.
-Vamos, Saya, no puedo ayudarte si… si te hago tanto daño, por favor, no me lo hagas más difícil. –posé la mano en su cara y con la otra le agarré la mano libre.



SAYA
Respiré hondo y le miré.
-Está bien…- Miré las pastillas, suspiré y me las metí en la boca. Alcé la cabeza y tragué. Miré a Kai.
-Ya está…



KAI
La besé en la frente.
-Tranquila, pronto estarás bien. –posé la mano sobre su costilla y empecé a aplicar hielo de nuevo poco a poco. La besé mientras intentaba curarla, no podía oír sus gritos, pero estaba temblando.



SAYA
Kai volvió a colocar su mano en mi costado, me dolió tanto como antes pero Kai acalló mis gritos besándome.
Las pastillas empezaron a hacerme efecto, empezaba a verlo todo borroso y mi respiración era pesada. Cerré los ojos y dejé caer la cabeza sobre el hombro de Kai hasta dormirme del todo.



KAI
Se durmió, eso era lo mejor que podíamos esperar. Seguí aplicando hielo hasta que sus tejidos se unieron, me llevó una hora. La cogí en brazos y la metí en la bañera, terminé de desnudarla y llené la bañera a una altura en la que no cubriese más allá de su cuello. La bañé mientras dormía con agua fría, esperaba que cuando despertase se sintiese mejor.


NEO
Terminé de ducharme y de curarme las heridas que Saya me había causado. La herida más grave era la nariz, que me la había roto por el tabique. Por lo demás, no estaba tan grabe, un par de hematomas y contusiones.
Erika me comentó que Kara estaba cabreada conmigo... Pues vaya…
Fui a buscarla para explicarle el percal.



KARA
Iba a buscar a Neo a las duchas cuando él venía de ellas. Aceleré el paso y cuando estuve frente a él le di un tortazo en la cara, acto seguido le abracé.
-Eres un idiota y un descerebrado, ¿lo sabías? ¿Sabías lo preocupada que estaba, pedazo de mamonazo?


NEO
Kara me soltó una hostia en toda la cara… genial. Me abrazó y yo la correspondí un poco sin saber que hacer.
-Estoy bien… no me ha pasado nada grave, estaba dándole una clase de defensa a Saya, me lo pidió y bueno, no estaba de mal un poco de acción.



KARA
Me separé para mirarle, tenía la nariz destrozada. Le acaricié la cara.
-¿Pero cómo no me has dejado curarte? –posé los dedos sobre su nariz, puso cara de dolor.
-Ush… Ven, te daré algo para el dolor. –cogí su mano y tiré de él, pero me giré y posé un dedo en su pecho.
-Y no se te ocurra volver a hacer una gilipollez de ese calibre, ¿te ha quedado claro? –volví a emprender el camino al botiquín.



NEO
No dije nada ante sus amenazas ni sus avisos, simplemente asentí y la seguí para que me diese algo que me calmara el dolor de pelota que tenía ahora mismo.
-Muy bien, mami, te haré caso y seré un nene bueno.


KARA
Me giré.
-Lo digo en serio, grandullón, no os habéis controlado y mira como estás. –me llevé la mano a la frente un momento y suspiré. Le acaricié la mano.
-Lo siento… no quería cabrearme, perdona… -le solté y caminé sin molestarle, para que fuese a su ritmo mientras yo buscaba los medicamentos entre todo el montón que… sin saber por qué, ahora estaban esparcidos por el suelo. Me agaché y comencé a buscar.



NEO
Suspiré y me senté en mi silla de piloto. Los medicamentos estaban por los suelos…
-¿Quién coño ha tirado las medicinas al suelo?- Pregunté rascándome una ceja algo confuso.
-¿Qué pasa? ¿Qué tenemos un drogata a bordo?


KARA
Cogí el bote correcto y me levanté.
-Quizá Kai buscaba esto. –saqué dos y se las di.
-Voy a por un vaso de agua. –le acaricié la cara antes de salir y me dirigí a la cocina. Llené un vaso de agua pero se me cayó de entre los dedos, cerré los ojos y me agarré a la encimera. Cuando el mareo cesó abrí los ojos.
-¡No pasa nada! ¡Sólo se me ha caído un vaso! –dije en alto para que Neo me oyese. Recogí los cristales y volví a llenar un vaso.
Lo llevé a la sala de mandos.
-Soy una torpe… -sonreí avergonzada y le di el vaso.



NEO
Cogí el vaso y las pastillas. Me las tomé y dejé el vaso al lado del panel de control. Apoyé la cabeza en el respaldo de mi silla y cerré los ojos cansado.
-No tienes que preocuparte por mí cuando lo que hago es intencionado.- La miré y me levanté.
-Voy a echarme un rato…- La besé en la frente y me fui a mi camarote.



KARA
Tragué saliva y me senté en su silla, seguramente estaba molesto conmigo por echarle la bronca en vez de ir a cuidarle, como había hecho Kai con Saya. Si quería ser una buena mujer para Neo ese no era el buen camino para nada. Me eché el pelo tras la oreja y le seguí.
-¿Puedo… ir contigo? –le pregunté a dos pasos por detrás de él.


NEO
Me giré y la miré cuando noté que me seguía. Sonreí y la indiqué que me siguiera con un movimiento de cabeza.
-No hace falta ni que lo preguntes…


KARA
Sonreí y fui con él, al fin y al cabo no estaba enfadado, tenía un carácter mucho más tranquilo que el mío, y eso era algo que me compensaba.
Se acostó, estaba molido, así que dejé que durmiese en la cama cual largo era, y yo me quedé sentada en una silla mirándole.


SAYA
Me desperté cuando las pastillas dejaron de causarme el efecto. Estaba en el camarote de Kai, aún me sentía algo adormilada, pero mejor que antes. Me incorporé con cuidado, pues tenía agujetas por todos lados, además de los hematomas que aún se percibían en mi piel. Las costillas estaban sanadas y el labio partido curado…
Llevaba puesto una de las camisetas de Kai para dormir y uno de mis pantalones cortos. Me miré los brazos y las piernas, estaba hecha un desastre.


KAI
Salí del baño por tercera vez desde que Saya se durmió, esta vez estaba despierta.
-Vaya, al fin, pensaba que despertarías por la noche. –me acerqué y me senté a su lado.
-¿Te encuentras mejor?


SAYA
Kai salió del baño y se sentó a mi lado.
-Sí, aún estoy algo agilipollada, pero por lo demás… creo que estoy bien…- Le miré.
-…gracias…y lo siento por haberte hecho pasar por esto…


KAI
-Tranquila, no pasa nada. –la miré a los ojos.
-Pronto volveremos a ver a tu amigo Edward. –puse los ojos en blanco y la volví a mirar.



SAYA
Le miré, sabía de sobra que no le gustaba nada ir a ver a Edward, bueno… tal vez a él si, pero a su mujer….
-Si no quieres verle el careto a Xan… no hace falta que vayamos…- Kai lo pasó muy mal cuando Xan asesinó a su hermana pequeña… Tuve que llevármelo lejos de la ciudad y retirarnos al bosque para que tuviese tranquilidad, dejó de hablar, de comer… jamás le había visto y tan mal…


KAI
Desvié la mirada cuando mencionó a esa…
-Tranquila, no vamos a verla, y de todas formas, sé controlarme, no como ella… -apreté mi puño, aquella puta había matado a mi hermana y no podía hacer nada por vengarla. No podía vengar a mi hermana, no podía vengar a mi padre… me sentía tan… tan impotente…


SAYA
Miré a Kai de reojo, estaba tenso y cabreado… Posé mi mano encima de su puño cerrado y le miré, sonreí y apoyé la frente bajo su barbilla.
-Mi Copito…- Dije en tono mimoso para animarle un poco. Froté mi frente en su barbilla.



KAI
Otra vez con Copito, en qué día se le ocurriría… La acaricié el pelo aunque tenía el instinto asesino dentro queriendo salir.
-Sabes que no me gusta ese nombre, ¿verdad? Me gustaría al menos ponerte uno a ti que contrarreste, no sé… Gotita no te afecta.



SAYA
Sonreí y le di besitos en el cuello.
-Son nombres cariñosos, no sé porque te molesta tanto.- Hice ruiditos mimosos mientras le seguía besando en el cuello.



KAI
Sonreí.
-Oye… yo también quiero ponerte un nombre cariñoso, ¿qué tal… -hice un movimiento con el puño cerrado de arriba abajo- Cascada? –desvié la mirada esperando su reacción.



SAYA
Me quedé callada un momento, me aparté lentamente y le miré.
-¿Cascada?- Le golpeé el hombro con el puño.
-Eres un mamón y un asqueroso, no pienso darte mimos jamás.



KAI
-Oh, vamos, no te piques, Saya, con lo bien que haces tú eso, y no sólo con… esta. –dije alzando la mano izquierda.



SAYA
Entrecerré los ojos mirándole con cara asesina.
-Kai… ni se te ocurra seguir.- Le encantaba jugar a ese rollo: A ver quien es el primero que saca de quicio a la tonta de Saya.



KAI
-También con esta… -alcé la otra mano, me iba a llevar una leche, lo estaba viendo.



SAYA
-Kai.- Dije seria, cerré el puño y lo descargué en toda su boca.
-Te lo mereces, marrano. Pero mira que llegas a ser guarro y cerdo, todos los tíos sois iguales.



KAI
-Mmm… -me llevé la mano a la boca.
-Sí, también se te da bien con esta. –Cogí su barbilla- Con tus bonitos y preciosos morritos, grr. –me reí cuando se separó bruscamente.
-Con lo bien que haces tú ese tipo de cosas. Mmm, me estoy poniendo burro… -me volví a reír, sabía cómo la molestaba eso.



SAYA
Agarré la almohada y se la estampé en la cara.
-Ohm, ¿si? ¿te estás poniendo burro?- Aparté la almohada y le miré. Me tumbé encima de él.
-Yo puedo solucionar eso.- Sonreí y le acaricié el labio inferior con mis dedos.
-Que te la mame tú abuela.- Me levanté.



KAI
-Eh, cuidadito con mi abuela, mona. –la agarré del pantalón y tiré de ella hasta sentarla otra vez.
-Tú tienes que reposar, reina, tienes más heridas que cuerpo. –la acaricié los labios y me reí.
-Perdona, lo tenía a huevo.



SAYA
Le mordí uno de sus dedos.
-Cuidado, hielito, muerdo.- Sonreí y me aparté tumbándome de nuevo. Le miré y le saqué la lengua.
-Marrano.



KAI
Sonreí y la hice cosquillas,
-Este marrano te tiene loquita, así que cuidadito con los que hacemos si quieres que te siga teniendo loquita. –la besé mientras la acariciaba el cuello con los dedos.



SAYA
Sonreí y le agarré de las manos para que no me hiciese más cosquillas.
-Sí, me tienes loca, pero cuando te pones a soltar guarradas como ahora me dan ganas de matarte.- Le di un beso en la barbilla. Me le quedé mirando.
-Un momento…- Sonreí y le acaricié las mejillas.
-¿Te estás dejando barba o es cosa mía?


KAI
-Om… sí, bueno, esta mañana y ayer pasé un poco de afeitarme, pero tranquila, mañana engancho de nuevo la cuchilla. –dije pasándome la mano por el mentón.


SAYA
Sonreí.
-No, no hace falta, me parece mejor así, te hace más atractivo.- Le acaricié la barbilla.
-Siempre tan afeitadito y tan metro sexual…- Me reí levemente pasando mis manos a su nuca.



KAI
Sonreí.
-Con que metro sexual… lo que tú digas, guapa. –la volví a besar, cogiendo su mano y pasándola por mi mentón para que notase la barba.
-¿Más atractivo, eh? Quizá me la deje. –alcé las cejas.


SAYA
Le acaricié el mentón con suavidad con la yema de mis dedos. Acerqué su rostro al mío y le besé lentamente con dulzura.
-Así que me quedo con el mote de Cascada, ¿eh? Ya te vale, yo aquí con cariños y mimos y tú con esas vulgaridades, no es digno de un rey.



KAI
-Tampoco es digno tener un mote tan… no digo vulgar, pero tú me entiendes, tengo una reputación, si saben que me llamas “Copito” van a pensar que soy un blando… así que ya sabes… en privado. –la besé de nuevo.
-Y si no lo haces más, no te llamaré Cascada.



SAYA
Me crucé de brazos y le miré lastimera.
-P-pero…a mi me gusta llamarte Copito…- Le puse ojitos de corderita degollada.
-Copito, Copito, Copito.- Le llené de besos por toda la cara.



KAI
Puse los ojos en blanco, no podía competir contra ella, dejé que me lo llamase cuanto quisiese, si ella era feliz así… Seguimos besándonos y llamándonos gilipolleces un buen rato, no ganábamos a disgustos últimamente.