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domingo, 27 de septiembre de 2009

Capitulo XL- EL TEST VOLADOR.

He visto aviones volando, pájaros volando, elefantes volando incluso a mi hermano pequeño volando a potencia por mi culpa, pero... ¿un test volador? XD



NEO
Después de cenar, me tomé mi copita de después, me fumé un cigarrito y acto seguido a la cama.
Entré en el camarote, Kara ya acaparaba mi cama, estaba leyendo un libro con una sonrisa feliz en los labios. Me encogí de hombros y me acerqué a la cama quitándome la camiseta, la dejé encima de una silla y me senté a su lado.
-¿Qué lees?- Dije apoyando la cabeza en su hombro.


KARA
Neo entró en el camarote, y no de mejor manera que quitándose la camiseta por el camino, apoyé el libro en mi pecho mientras le miraba acercarse y tumbarse a mi lado.
Cerré el libro y lo dejé a un lado.
-Pues ya nada, hombretón. –le tumbé, colocándome sobre él y le besé.



NEO
Sonreí cuando se tumbó encima de mí.
-Uuuh, la morena tiene ganas de divertirse esta noche, ¿eh?- La seguí el beso.
-Pero deja que papi vaya primero al baño.- Sonreí y la dejé a un lado de la cama con cuidado. Me levanté colocándome el pantalón que se me había bajado un pelín. Abrí la puerta del baño y entré, cuando me dispuse a hacer mis necesidades algo me llamó la atención en la papelera. Me agaché y cogí aquello.
-¿Qué es esto?- Pregunté mirándolo de cerca. Abrí los ojos como platos cuando lo descubrí.
-…Kara… Kara…-Salí del baño con el test en mi mano.
-¿Qué coño hace un test de embarazo en la papelera de mi cuarto de baño?



KARA
Me senté con las piernas encogidas.
-Yo… bueno… esto… -dios, menuda situación, me iba a dejar después de no haberle contado nada, ¡es que no podía! Se me estaba cayendo el mundo encima.
-Yo… Neo… bueno, da negativo y…



NEO
Suspiré y me senté a su lado mirándola.
-Sé que da negativo, tranquila, pero ese no es el caso. Lo que me extraña es… ¿Por qué no me lo contaste? No sé, creo que es algo que me influye a mí también, ¿no?- No quería agitarla ni angustiarla, éramos adultos y no era plan de ponerse a chillar y hacerla pasar el peor rato de su vida. Además, un test de embarazo no era una cosa para echarse a llorar.
La miré y me acerqué agarrándola de la barbilla para que me mirase.


KARA
Desvié la mirada, no podía mirarle a los ojos después de habérselo ocultado de esa forma, pero es que tenía miedo de su reacción, no sabía si algún día estaba dispuesto a ser padre o no, por eso me daba miedo. Faltaba comunicación en esta relación…
-Tenía miedo… -dije.
-Pero pensaba decírtelo, no iba a ocultártelo siempre, es sólo que… bueno… no estaba preparada para ello. Si me vieras comprando el cacharrito de los cojones… -me acordé de la ansiedad que me dio al entrar, el sudor, los temblores, el amago de desmayo…



NEO
Miré de nuevo el test y lo dejé a un lado de la cama junto con la caja. Suspiré y me senté detrás de ella apoyándola en mi pecho. La acaricié el pelo para consolarla.
-No tienes que tener miedo a la hora de contarme las cosas, Kara. Sabes que intentaré ayudarte en lo que pueda, sea un embarazo o una operación a vida o muerte.- La miré.
-¿Tan ogro parezco para que me tengas miedo?- Hice pucheritos cuando ella me miró.
-Soy muy malo…- Me tapé la cara con mis manos simulando que estaba llorando.


KARA
-No… -dije apenada, apartando sus manos de su cara.
-No, no eres un ogro, osito. –le abracé por el cuello.
-Es sólo que no sabía tu reacción, el si te deprimirías, si te afectaría moralmente, o… yo que sé…



NEO
La miré.
-¿¿Qué?? Claro que me deprimiría, ¿qué pensabas? Una cosa…-La señalé.
-Con otra cosa con mi careto en su vientre… puaj. Si cada mañana cuando me levanto y te miro digo: ¡¡Ahh!! ¿¿Qué es eso?? Ohm, es el gremblim de Kara.- Sonreí, era en broma, claro. Intentaba animarla como sea.


KARA
Me quedé mirándole medio deprimida cuando dijo eso.
-Si pretendes animarme diciéndome esas burradas sobre mí vas un poco mal encaminado, cielo… -desvié la mirada. Un gremblim…


NEO
Sonreí y la abracé contra mi pecho.
-Ayyy, pero mira que llegas a ser tontina.- La besé en la frente.
-Alégrate mujer, ¿cómo voy a pensar yo eso de ti si me tienes loco, eh?- La acaricié la mejilla cariñosamente.


KARA
Sonreí y le abracé.
-Jo, eres un cacho de pan, no, una baguet entera, un sol, un cielo… -le besé en la oreja.
-Y eres sólo mío…



NEO
Sonreí y la tumbé colocándome encima.
-Tuuuuyo, solo tuyo. Tienes Neo para aburrir.- La besé agarrándola de la cintura.
-Se me ha ocurrido algo.- Me senté a su lado y agarré el test. Sonreí malévolo y la miré.
-¿Qué te parece si le gastamos una bromita al Jefe?



KARA
Vaya, se nos había cortado el rollo. Otra vez.
-¿Una broma? –miré el test.
-Guooo, ya verás. –me levanté y tiré de él.
-Venga, venga…


NEO
Sonreí y salí del camarote camino del de Kai. Abrí la puerta con cuidado por si había alguien dentro, pero no, sonreí y entré, me metí en el baño y dejé caer el test en la papelera. Salí de nuevo y cerré la puerta del camarote vigilando que no nos pillasen. Agarré a Kara de la mano y tiré de ella suavemente para conducirla de nuevo a mi cuarto. Tan solo teníamos que esperar para que empezase el cachondeo.


KAI
Saya y yo volvimos al cuarto después de terminar de limpiar los platos, mira que obligarme a ayudarla…
-No vuelvo a hacerte caso para nada. –dije mirando mis manos arrugadas por el agua. Entré en el baño para secarme con la toalla y vi en la papelera algo sospechoso.
-Qué coño… -lo cogí.
-Esto me suena, pero no sé de… ¡¡Saya!! –salí y se lo puse frente a la cara.
-¿Por qué coño hay un test de embarazo en la papelera de mi baño?


SAYA
Entramos en el cuarto, como no, Kai se quejaba porque le había “obligado” a fregar los platos… hombres. Entró en el baño y salió gritando mi nombre eufórico. Me plantó en toda la cara un… ¿test de embarazo?
-Uy… cuanto hacía que no veía uno de estos….- Miré a Kai que me dedicó una mirada fulminante.
-Si piensas que es mío estas muy equivocado, majo.


KAI
-¿Y cómo explicas que esté aquí si no es tuyo? –oí unas carcajadas al otro lado de la puerta. Me dirigí allí y cuando abrí vi a Neo y Kara descojonarse de mí.
-Hijos de puta. –les tiré el test y cerré de un portazo.



NEO
Escuchamos la conversación de Kai y Saya con el test de embarazo. Me tapé la boca para que no me escuchasen reírme, pero fallé. Kai abrió la puerta y nos lanzó en test a la cara.
-¡Un placer, Jefe!- Seguí riéndome cuando cerró la puerta de un portazo.


KARA
Nos partimos el culo y Kai nos oyó y nos insultó, volví a reírme.
-Ay, que no puedo… ay que bueno… -me dejé caer de rodillas agarrándome el estómago.
-No puedo, pero qué malos somos… -me calmé y me levanté.
-Ay… -suspiré- ¿Ahora qué hacemos, gamberrete?


NEO
Me reí junto con Kara que se dejó caer de rodillas de la risa.
Cogí aire y la miré.
-¿Qué te apetece hacer, pillina?- La pregunté apoyando uno de mis brazos en la pared.



KARA
Sonreí y me acerqué.
-Antes me has dejado a medias, ¿qué te parece si sigues lo que hemos empezado? –apoyé las manos en sus hombros y le besé.



NEO
Sonríe y la agarré del culo con ambas manos alzándola rodeando mi cintura con sus piernas.
-Mmm… nena…- Sonreí y la besé el cuello mientras la llevaba al camarote metiendo las manos bajo su pantalón palpándola los cachetes.



JIM
Me encontraba en la sala de tiros. Últimamente, gracias a Erika, había mejorado bastante con la pistola. Estaba dando ya a la diana más lejana, me sentía realizado.



ERIKA
Fui a ver como le iba a Jim con las prácticas de tiro que yo le enseñé. Bajé al armero y me o encontré allí, dándole a la diana. Sonreí y me acerqué a él mientras cargaba de nuevo la pistola.
-Hola, vaquero.



JIM
Sonreí cuando Erika se acercó.
-Hola, vaquera. –le enseñé la pistola.
-Practicaba un poco, gracias a ti he mejorado. –sonreí.
-Mira. –apunté y disparé, conseguí dar a un par de centímetros del centro.
-¡Tarán!



ERIKA
Sonreí y le miré.
-Uuh, está hecho todo un pistolero.- Me puse detrás de él mientras apuntaba para disparar de nuevo. Le acaricié los costados con suavidad mientras le soplaba en la oreja haciendo que se desviase cuando disparó.



JIM
Bajé el arma y la miré.
-¿A ti te parece bonito desconcentrarme de esa manera? –la di un toque en la nariz.
-¿Por qué no lo hacemos al revés? Tú te pones y me enseñas como colocar las manos.
Me coloqué tras ella dándole la pistola en mano, y la hice alzar las suyas en dirección a la diana, agarrando sus manos con las mías.
Cuando fue a disparar también la soplé en el oído, pero dio en el centro.
-Mecachis…


ERIKA
Sonreí y le miré de reojo.
-No intentes desconcentrarme, rubio. Soy muy buena.- Dejé la pistola encima de una mesa llena de cargadores.
-No me distrae nada.


JIM
Sonreí y posé las manos sobre su vientre.
-¿Estás segura de ello? –posé mis labios sobre su cuello y comencé a darle besos desde el hombro hasta la barbilla, acariciándola el vientre.



ERIKA
Miré la diana y disparé unas cuantas veces mientras Jim intentaba distraerme. Miré la diana.
-Uy, me he desviado 3 milímetros, vaya…- Sonreí y posé mis manos encima de las de Jim mientras me acariciaba el vientre.


JIM
Esta mujer no se desconcentraba con nada, no era justo, un soplido y me barría, yo la intentaba calentar y se desviaba tres míseros milímetros.
Metí las manos bajo su camiseta, acariciándola encima del ombligo, dejando una marca en su cuello.



ERIKA
Cerré los ojos cuando me hizo el chupetón. Disparé de nuevo, los abrí y miré la diana. Sonreí, esta vez me había desviado, y mucho.
-Has ganado.



JIM
Sonreí.
-Parece que no eres perfecta después de todo. –la giré y empecé a besarla con pasión, agarrándola de la cintura.
-Así que te desconcentro, ¿eh? –la di besos traviesos, engañándola sobre si la besaba o no.



ERIKA
Sonreí y le seguí el juego intentando enganchar sus labios.
-Eres muy malo…- Me quejé, le agarré de la tira de su pantalón acercándole a mi.
-Primero me calientas y ahora no me dejas besarte, pero que malvado.



JIM
-¿Y eso te resulta malo? –pregunté pegando mi frente a la suya, volví a jugar con sus labios, pero me enganchó bien y la besé con ganas, llevé mis manos a sus cachetes



ERIKA
Le agarré de la espalda tirando de él sin dejar de besarle. Mi respiración empezó a agitarse y mis besos eran más intensos. Le agarré de la camiseta y empecé a subírsela suavemente dejando al descubierto su abdomen.


JIM
Erika pretendía que hiciésemos travesuras en la sala de tiro… qué mala se estaba volviendo. También metí las manos bajo su camiseta de nuevo, esta vez llegando hasta los pechos, mientras la seguía besando con fogosidad.


ERIKA
Le acaricié la lengua con a mía besándole con fuerza. Le quité la camiseta, le agarré de la nuca y le besé el cuello deslizando mis labios por su pecho mientras mis manos se encaminaban a su pantalón.



JIM
Jadeé y cerré los ojos, cogí su cara para volver a besarla mientra sus manos iban directas a mi pantalón.
-Erika… ¿y si pasan por aquí? –dije entre besos.



ERIKA
Sonreí.
-Están todos durmiendo, no pasaran por aquí.- Le volví a besar sentándome en una de las mesas que separaban la diana de la zona de tiro. Le agarré del cinturón de su pantalón para acercarle a mí. Me incliné hacia atrás levemente besándole fogosa.



JIM
Metí las manos bajo su camiseta por su espalda, subiendo hasta arrebatársela. Acaricié sus caderas mientras la besaba el cuello con fogosidad.



ERIKA
Jadeé agarrándole de la nuca mientras me besaba por el cuello. Pegué mi vientre a su abdomen mordiéndole en la oreja. Sonreí y le volví a besar agarrándole del culo con ansia.



JIM
La besé de nuevo, enredando nuestras lenguas, acaricié sus muslos y bajé mis labios hasta su pecho, dando pequeños besos mientras mis manos se dirigían a la cremallera de su pantalón.



ERIKA
Le desabroché el cinturón de su pantalón arrebatándoselo y tirándolo por ahí. Le besé agarrando con fuerza sus labios entre los míos. Sentí un pequeño calambre en la boca, pero no dije nada, mantuve mis labios pegados a los suyos como si nada hubiera pasado. Jadeé mientras le desabrochaba el pantalón del todo.


JIM
Antes de que se deshiciese también del pantalón, yo le bajé el suyo, y cogí el preservativo que estaba en mi bolsillo derecho. Lo dejé sobre la mesa donde estaba Erika y acto seguido la desprendí de su pantalón. Sonreí besándola y la incliné hacia atrás, haciendo que se tumbase en la mesa mientras daba besos por su vientre.


ERIKA
Jim sacó el preservativo de su bolsillo, lo miré y sonreí.
-Déjame que te lo ponga yo, por fi.- Le dije mordiéndome el labio. Agarré el preservativo y lo abrí con cuidado para no romperlo. Le bajé los boxer sentándome de nuevo en la mesa.


JIM
Suspiré cuando empezó a ponérmelo. Ambos éramos inexpertos en ello, pero ella parecía hasta ilusionada por ponérmelo. Tragué saliva y respiré varias veces mientras me lo ponía, me subía la adrenalina.



ERIKA
Le coloqué el condón mientras le besaba el cuello acariciando su piel con mi lengua. Una vez puesto me volví a tumbar sobre la mesa aprisionando su cintura con mis muslos.



JIM
La besé con ansia subiéndome a la mesa, colocándome sobre Erika, la agarré de la cintura y penetré despacio, soltando un gemido. La volví a besar para no hacer más ruido del que estábamos ya haciendo.



ERIKA
Jim penetró despacio y con suavidad. Jadeé de manera que se escuchaba bastante. La agarré de la espalda y gemí cuando aumentó la marcha. Me mordí el labio gimiendo de nuevo experimentando un placer asombroso. Le besé con fogosidad mientras aumentaba el ritmo.



JIM
Intenté mantener el ritmo, o al menos aumentarlo. Gemí varias veces entre los besos de Erika. Noté cómo mi espalda se cubría de sudor.



ERIKA
Jim intentaba aumentar el ritmo si perder el climax. Esta era la cuarta vez que lo hacíamos y Jim mostraba mejoría, a mi no me dolía y cada vez era más placentero. Gemí repetidas veces entre jadeos agarrando la espalda sudorosa de Jim.


JIM
Agarré sus muslos mientras besaba su cuello con ansia. Por lo menos llevaba ya tres chupetones en lo que llevaba de día, parezco una sanguijuela. Conseguí mantener un ritmo que proporcionaba bastante placer, al menos desde mi punto de vista. Jadeé con fuerza.



ERIKA
Jim me lo estaba haciendo pasar en grande, este chico era una máquina. Le agarré de la nuca y le besé con el fin de tener su boca entretenida, me estaba dejando el cuello plagado de marcas… Encogí las piernas tensando el cuerpo y arqueando la espalda hacia atrás. Gemí de nuevo, cada vez más alto e intensamente.



JIM
La besé con ansia bajando el ritmo y aumentando la intensidad, sentí que llegaba al cénit, gemí fuerte y casi sin darme cuenta llegué al orgasmo. Lo más seguro es que Erika aún no llegase, pero no pude evitarlo.



ERIKA
Jim llegó al orgasmo antes que yo… aún me faltaba algo pero no importaba. Jadeé y le miré. Estaba agotado. Sonreí y le acaricié el pelo.
-Esto… te supera… ¿eh?- Dije entre jadeos. Podría decirse… que me quedé a medias, pero al ser inexpertos, no le tomé importancia, ya iríamos mejorando con el tiempo.



JIM
Respirando fuerte me senté a un lado, me aparté el sudor de la cara.
-Lo… lo siento mucho, Erika… -dije cogiendo aire.
-No es la primera vez que me pasa, perdóname… -tragué saliva



ERIKA
Me tapé el torso con mi camiseta.
-No te preocupes, Jim.- Sonreí y le miré apartándole el flequillo.
-No te disculpes, es algo que suele pasar, lo comprendo. Ya aprenderemos a controlarlo.- Apoyé la cabeza en su hombro.



JIM
Suspiré y pasé mi mano por sus hombros, la besé en la cabeza.
-Sí, supongo que iré aprendiendo a controlarme, tenemos todo el tiempo del mundo, ¿no? –la miré y sonreí, la besé.



ERIKA
Sonreí y asentí.
-Vámonos a dormir, anda, Romeo.- Sonreí y me levanté de la mesa vistiéndome. Era algo raro que no sintiese ni rabia ni decepción ni insatisfacción… Mi carácter era algo que ni yo misma entendía. Cualquier otra chica se habría cabreado, y mucho, en cambio yo… Me encogí de hombros y esperé a que Jim se vistiese para volver al camarote.


JIM
Agradecía que Erika fuese tan comprensiva conmigo, muchas veces la había cagado y bien, y aún así ella se limitaba a consolarme, me había tocado la lotería. Terminé de vestirme y la cogí de la mano.
-Vámonos, anda… -tiré de ella para salir de allí.



SAYA
Era muy de madrugada, las tres o las cuatro de la madrugada para ser exactos. No tenía nada de sueño y tampoco me apetecía estar metida en la cama, por lo que decidí salir un rato a cubierta. Estaba despejado y la brisa era suave, se escuchaban las olas del mar y las estrellas brillaban con fuerza aquella noche.
Estaba tumbada en el suelo de la cubierta, con una almohada bajo la cabeza mirando el cielo… Creía que no me encontraría con fuerzas de volver al lugar donde Tigre murió, pero no fue así. Sujetaba en mi mano una botella de absenta, de la reserva especial de Neo, bah, no lo echaría de menos.



KARA
Me encontraba tan mal que no podía dormir, vomité aquella noche dos veces, por suerte Neo seguía dormido. Si no estaba embarazada debía estar pocha, eso seguro. Me dolía la cabeza y no podía dormir. Decidí salir fuera a tomar el aire, no aguantaba un minuto más ahí dentro.
Salí a la cubierta, y nada más salir aspiré una gran bocanada de aire fresco, vi a Saya tumbada en mitad de la cubierta.
-¿Tú tampoco puedes dormir?


SAYA
Kara salió a la cubierta, tenía mala cara, ¿estaría enferma? Se acercó y se sentó a mi lado.
-No, Kai está con un humor de perros esta noche, prefiero estar lejos de él de momento.- Dije seguido de un suspiro.
La miré.
-¿Y a ti que te pasa?


KARA
Suspiré apoyando los codos sobre el suelo e inclinando mi cuerpo hacia atrás.
-Nada en especial, debe ser algo del estómago, gastroenteritis o algo de eso, nada de importancia… -suspiré- No puedo dormir, así que he decidido salir fuera.



SAYA
Asentí y dando un trago a la botella.
-Pues vaya, es muy jodido…- Dije simplemente mirando el cielo.
-Pues ya sabes, dieta blanda y mucho líquido.



KARA
-Sí… mucho líquido… -dije mirando la botella.
-¿Eso no es de Neo? –pregunté cogiendo la botella de absenta que tenía en las manos.
-Sí, es de Neo. –di un trago y puse mala cara cuando el alcohol atravesó mi garganta.
-Ojú, qué fuerte está. –le devolví la botella teniendo un escalofrío.



SAYA
-Eso, tú bebe alcohol, te ayudará a cagar mucho más.- Le quité la botella para evitar que se pusiera a vomitar aquí en medio. Suspiré y la miré de reojo.
-Espero que no sigas molesta por la paliza que le di a tu novio.


KARA
Suspiré.
-Si tengo que estar molesta es con él por hacer el gilipollas, pero de todas formas… él también te atizó de lo lindo, no puedo recriminarte nada. –me dio un pinchazo.
-Joder, ¿qué lleva eso?



SAYA
La miré.
-¿Por qué no vas y te acuestas un rato? Beber absenta y estar con cagalera no es una buena combinación.- Cerré los ojos llevando mis manos a la nuca.


KARA
-¡No tengo cagalera, joder! Y ya te he dicho que no puedo dormir… -la miré.
-Tú estás borracha… -dije cuando vi el poco equilibrio que mantenía en una pierna apoyada sobre la otra.
-Te has puesto piripi con la absenta de mi novio. –cogí la botella.



SAYA
La miré y la quité la botella.
-Oye, ¿desde cuando te importa lo que hago o lo que dejo de hacer?- Dije agarrando la botella de nuevo.
-Si estoy piripi o no es cosa mía y no, no lo estoy.



KARA
-…Ya… no lo estás. –le quité la botella y me levanté.
-Esto ahora me lo llevo yo, tú ya has bebido demasiado por hoy. –miré la botella, no era la primera vez que la cogía, estaba casi vacía. Di otro trago. Tuve otro escalofrío.
-Se acabó el alcohol para ti, mona.



SAYA
-Eh, eh, eh, eh…trae para acá.- Me levanté como pude.
-No puedes…quitármela, tú estás con cagalera, no puedes beber.- Me señalé.
-Yo si…



KARA
Tiré la botella por la borda y me agaché delante de ella.
-¿Por qué bebes sola, Saya? ¿Estas deprimida por algo? –algo debía estar pasándola para que bebiese sola, no era normal.



SAYA
-A mi no me pasa nada- Miré la borda, Kara me había tirado la botella.
-Jo…- Me senté y me crucé de brazos.
-Ya te vale, Kara.



KARA
La cogí de la cara para que me mirase.
-Algo te pasa, sí no, no beberías sola, lo sé. ¿Es por Kai? ¿Por qué está cabreado? ¿Es eso? Puedes contármelo, soy de confianza. –sonreí.



SAYA
Desvié la mirada.
-No me pasa nada, Kara…- De confianza…ya.
-No sé porque te importa tanto…



KARA
Bajé la cabeza y me levanté dándola la espalda.
-Porque pensaba… que después de todo este tiempo éramos amigas. –la miré.
-Supongo que tendré que conformarme en tenerte como compañera. –cogí aire.
-Me iré a la cama, intentaré dormir un poco antes de que salga el sol. –me dirigí al interior de la nave, que se quedase ella sola con su borrachera.


SAYA
¿Amigas? ¿Después de lo que me dijo? ¿Qué no me acercara a Neo? ¿Qué no le gustaba tenerme cerca? Sí, claro… Suspiré y me tumbé de nuevo disfrutando de la brisa. Nunca se había preocupado por mí, ahora que no me venga con sus aires de santurrona.



KARA
Fui por el pasillo hasta el camarote de Neo, me quedé en la puerta y me paré antes de entrar. Me sentía mareada otra vez. Me dio otra punzada, esta vez supe localizarla, y era a la altura del estómago. Eso no era una simple gastroenteritis, era peor, y no me hacía gracia.
Cogí aire varias veces y decidí irme a mi cuarto, no quería despertar ahora a Neo, y prefería estar sola.


DARK
La Quimera, me introduje en ella después de que la tripulación saliese en el reino del Fuego. Por la noche, me dedicaba a caminar por la nave cono si fuese mi casa, conociendo a mis adversarios. Nadie se dio cuenta de que estaba allí, ilusos de mierda…
Pronto llegaría su fin y ellos no lo sabrían.

1 comentario:

  1. ole,ole y ole se apuesto piripi saya XD!!! y deja de hacer volar a tu hermano XD

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