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lunes, 7 de septiembre de 2009

Capítulo XXI - Hogar, dulce hogar

Estamos en racha de capítulos largos, que guachi ^^ Menuda se monta por una mala bienvenida, no pue serrrr, no pue serrrr.


JIM
La luz se filtraba por la ventana de manera intensa, y me hizo despertar. Me encontraba en boxers, tumbado sobre la cama de Erika y… con Erika sobre mi brazo izquierdo. Lo tenía entumecido y no lo sentía, pero no me importaba, ella estaba tan guapa durmiendo…
Ella sólo llevaba un camisón corto que se le debía de haber subido por la noche, porque se le veía el culot.
Giré la cabeza avergonzado y sonriendo a la vez.



ERIKA
Me desperté y miré a Jim que estaba sonrojado y mirando hacia otro lado. Sonreí y me hice la dormida, me giré hacia el otro lado posando una mano sobre su pecho desnudo y una pierna sobre las suyas. Me reí en mi fuero interior.


JIM
Me quedé quieto cuando casi se colocó encima de mí. Su pierna estaba sobre las mías. Cogí aire y con suavidad y cuidado, pasé mis dedos dulcemente por su muslo, sonreí, tenía la piel muy suave y delicada. Vi cómo su piel se erizaba y levanté la mano.


ERIKA
Sentí sus dedos sobre la piel de mi muslo, se me puso la piel de gallina y me mordí el labio disimuladamente. Como respuesta, le acaricié el pecho bajando hacia su ombligo y su abdomen, incluso me atreví a bajar un poco más del ombligo.
Sonreí y le miré.
-¿Metiéndome mano mientras duermo, pillín?



JIM
Acto seguido de levantar la mano empezó a deslizar la suya por mi pecho y más allá. Se me puso toda la carne de gallina y la miré.
-¿Qué? No, yo… no… no pretendía… sólo estaba… -su mano bajó más y sentí como me sonrojaba.


ERIKA
Sonreí cuando empezó a tartamudear. Me incorporé y le miré. Me di la vuelta y tumbé medio cuerpo mío sobre el de él, pegué mis labios en los suyos fundiéndonos en un beso.



JIM
Se tumbó sobre mí y empezó a besarme. Seguí el beso colocando mis manos sobre su espalda, acariciando su piel, desnuda bajo el camisón, al cual se le habían caído los tirantes hacia los lados. Definitivamente, si esta mujer no acababa desnuda cada vez que duerme es porque Dios no quiere.


ERIKA
Seguí besándole y sin darme cuenta acabé encima de él, del todo. Le miré y vi que mis manos estaban a cada lado de su cadera. Sonreí y me separé.
-Lo siento, me emociono demasiado.



JIM
Respiré fuerte. No bastaba con la carga que traía la mañana sobre mi cuerpo lleno de hormonas alocadas, además tenía a una chica guapísima y con unas curvas impresionantes sobre mí, era de esperar que mi cuerpo reaccionase.
-No, tranquila… -miré a la puerta- Voy a desayunar, pero primero paso a vestirme, ¿vale? –la di un pico y salí escopetado antes de que se percatase del bulto bajo mis pantalones.


ERIKA
Asentí y me aparté. Le notaba raro y nervioso, sonreí… estos hombres y su testosterona.
Me levanté y me metí en el vestidor para vestirme. Me quité el camisón y busqué mi camiseta por todas partes… estaba encima de una silla al lado de la cama. Miré por si Jim estaba cerca y al no encontrarle por ahí, me atreví a salir del vestidor sin camiseta y acercarme a la silla a por la camiseta.



JIM
Cuando estuve preparado y vestido me fui a la cocina a desayunar. Nunca me había gustado tener que levantarme así, y eso que no me pasaba frecuentemente. Llegué y no había nadie, supuse que Erika pasaba de acercarse, así me fui hacia la nevera y saqué un melocotón.


SAYA
Pasé toda la noche fuera del camarote de Kai, la verdad es que no había conciliado el sueño en toda la noche. Amanecía y yo me encontraba fuera, en la cubierta paseándome por el bosque o por dentro de la nave. De vez en cuando iba al cuarto de Kai para verles dormir a él junto a nuestro hijo.
Fui a la cocina a desayunar algo, no tenía mucha hambre, pero en fin…
Me encontré con Jim allí, se estaba comiendo un melocotón, entré y le miré.
-Hola, Jim.- Saludé.



JIM
Entró Saya masticaba el melocotón. Tragué.
-Hola. –saludé y acto seguido continué con mi pieza de fruta.


SAYA
Entré y abrí la nevera en busca de algo ligero que llevarme a la boca. Agarré una manzana y cerré la nevera.
Miré a Jim.
-Espero que no le guardes rencor a Kai por lo del puñetazo en la nariz.



JIM
-Siento decirte que le guardo rencor ya con puñetazo o sin él. Es un tío borde, egoísta y egocéntrico. No me cae bien, y no me gusta como persona. Me alegro de que tú sepas ver algo bueno en él, pero yo no lo veo. –seguí con mi melocotón. Cada vez me caía peor y le odiaba más. Si hacía algo que verdaderamente me cabrease de nuevo me iría de esta nave.


SAYA
Asentí levemente.
-Pues siento mucho que pienses eso, Jim, pero supongo que cada uno tiene sus pensamientos.- Suspiré y salí de la cocina y me dirigí hacia el exterior de la nave.



JIM
Me encogí de hombros. Estaba rara, pero no podía hacer nada, y ella no quería que se la ayudase, de modo que no iba a meterme donde no me llamaban.
Terminé la pieza y tiré el hueso a la papelera.
Me dispuse a salir.


KAI JR.
Me desperté y vi que mi papá dormía a mi lado. Me senté en la cama y le miré.
-Papá…-Le llamé, pero no se despertaba. Le moví el brazo.
-Papá, quiero desayunar, papi…


KAI
Me llevé la mano a la cabeza cuando Kai me movió para despertarme.
-¿Qué pasa? ¿Qué quieres? –me senté con dolor de cabeza, no había dormido bien y mi cuerpo no había descansado.
-Ve a la cocina, Kai, no te vas a perder, ya te he enseñado donde está…



KAI JR.
-¿P-pero…? Joooo- Me levanté y me puse las zapatillas. Entonces se abrió la puerta muy despacio, vi a mi madre asomarse.
-Mami…-Sonreí.


SAYA
Abrí la puerta del camarote y vi como Kai se había despertado.
-Sss… vamos, ven conmigo, deja que tu padre descanse.- Susurré y estiré el brazo para que agarrara mi mano.


KAI JR.
Corrí hasta mi mamá y la agarré de la mano.
-Quiero desayunar.- Salimos y fuimos a la cocina donde me preparó el desayuno.



KARA
Me estaba vistiendo, Neo estaba tumbado en la cama con la sábana por encima, el pobre debía estar muerto de frío, porque tiritaba. Por suerte yo no lo sentía.
Me acerqué y le tapé, estábamos cerca del Reino del Hielo y no me gustaba ni un pelo. Me senté al otro lado de la cama y me puse las botas, intentaría que el trabajo estuviese terminado antes de que Neo se despertase.



NEO
Me desperté casi al medio día, tenía frío y eso no era bueno, después de pasar la noche con una Piro…
Kara no estaba en la cama ni en el camarote, me levanté y me vestí. Salí fuera para ponerme manos a la obra con la reparación de la nave.


KARA
Me dispuse a terminar el trabajo yo misma. No tenía mucha idea sobre mecánica, pero ese trabajo ya estaba solucionado, me había ayudado Jim, y yo sólo debía pintar. Cuando llegó Neo sólo me faltaba una parte, y me alegró saberlo.
-Eh, dormilón, ya no tienes nada que hacer aquí.


NEO
Me encontré con la nave reparada, lo único que le faltaba era una segunda mano de pintura y ya está. Me crucé de brazos y miré el trabajo realizado por Kara y Jim, sonreí.
-Vaya, he de reconocer que se os da bien esto.- Me acerqué y les miré.
-Gracias.


KARA
-No hay de qué, guapo, ha sido un placer. –sonreí.
-He de reconocer que hemos hecho un buen trabajo, eh. –me levanté.
-Tengo que ir a preparar la comida, así que si terminas de pintar… -le agarré de la camisa y le besé.



NEO
Sonreí y asentí.
-Muy bien, preciosa, ya me encargo yo de lo que falta.- Sonreí y la besé de nuevo, acto seguido me dispuse a terminar la nave. Agarré la brocha y empecé a darle la segunda mano de pintura. Las fisuras estaban soldadas perfectamente y las tuercas colocadas correctamente y bien apretadas, la verdad es que lo habían hecho muy bien.
Terminé de pintarla justo cuando Kara nos avisó que la comida ya estaba lista.


SAYA
Kara preparó la comida, cocinó filetes de pollo con ensalada. Kai no bajó a comer, supongo por lo cansado que estaba. Además, le debía una disculpa por como respondí anoche después de haberme salvado de morir.
Preparé una bandeja con un par de filetes y algo de ensalada, y de postre un bol de fresas. Agarré la bandeja y subí a su camarote, abrí la puerta y entré con sigilo. Aún dormía, dejé la bandeja en su mesilla y me acerqué hasta él. Me agaché ante su cama y le miré apartándole el flequillo de la frente con cuidado.


KAI
Abrí los ojos cuando Saya me tocó. Definitivamente, no iba a poder dormir, con ayuda o sin ella.
-Hola. –saludé con voz adormilada mientras me sentaba.
-¿Qué? ¿Has dormido bien con el gato? Bueno, no sé por qué lo pregunto…



SAYA
Se despertó, me levanté sin contestar.
-Te he traído la comida… y el postre. Espero que te guste, que aproveche.- Dije señalando la bandeja.
-Volveré después para recoger la bandeja…- Dicho esto, le miré y abrí de nuevo la puerta y salí.

KAI
Me quedé en silencio cuando salió y piqué un poco de la bandeja, no tenía muchas ganas de comer.
Me eché de nuevo, pero seguía sin poder dormir. Esperé a que Saya volviese, al menos así podría entretenerme y con suerte a lo mejor empezaba a regañarme y me conseguía dormir.



SAYA
Volví al rato, entré y le miré sin decir nada, agarré la bandeja, no había comido casi nada, pero en fin…
-Espero que te haya gustado.- Le dije mirando lo que había comido. Suspiré y me dirigí a la puerta.
-Descansa un poco, Despegaremos dentro de poco, Neo ya ha reparado la nave del todo.-Dicho esto abrí de nuevo la puerta.


KAI
-¿No te quedas a echarme una reprimenda por no preguntarte siquiera por qué te fuiste y porque me llevé al niño? –le pregunté extrañado.


SAYA
Me giré y le miré.
-No, Kai, no te doy explicaciones porque sé muy bien que en realidad no te interesa, ¿por qué hacerte perder el tiempo con mis gilipolleces?- Miré la bandeja.
-En fin… descansa un poco.


KAI
-Sí quiero saberlo, Saya. ¿Te importaría contármelo? –le pregunté levantándome de la cama.
-Como comprenderás, no entiendo tu mente del todo….



SAYA
Suspiré y dejé la bandeja en la mesa.
-Fui al templo para hablar con el consejo, para que me informaran sobre los planes que tiene James con los niños que ha secuestrado, bien, pues los necesita porque solo almas puras son capaces de hacer funcionar su arma.-Le miré sin mucho interés, sabía de sobra que acabaría aburriéndose y diciéndome que eso era mentira y bla, bla, bla...
-He conseguido convencerles para que en vez de reservarse el ejército real para su propio beneficio, lo usaran para librarnos un poco de los soldados que aterrorizan las calles. Resulta que los muy desgraciados lo tenían bien planeado.


KAI
Recapacité en lo que me estaba contando, así que niños… ¿y cómo es que no se había llevado a las niñas de mi hermano? Tenía que hablar con él seriamente de todo esto.
-Bien… has hecho bien en averiguar todo eso, Saya. Pero te lo repito: No tienes que hacerlo todo tú sola. Cuenta con tus amigos, conmigo… ¿Por qué te cuesta tanto? Eres tan incomprensible a veces… -me levanté y me desnudé para cambiarme de ropa. Debía decirle a Neo que tomase dirección al Reino del Hielo, debía hablar con mi hermano.


SAYA
Suspiré.
-Kai, no soy una cría, no te lo dije porque sabía muy bien que me impedirías ir, siempre me haces lo mismo o contigo o nada. Ya es hora de decidir por mí misma… además, esta vez me he ido por una buena razón, ¿no? Y pensaba volver si es eso lo que te preocupaba.- Le miré mientras se desnudaba.
-Yo seré incomprensible, pero tú no confías en mí.


KAI
-Saya, ¿cómo voy a confiar en ti? Mira lo que te han hecho. Te han secuestrado, Saya. Quiero ayudarte a que aprendas a defenderte en condiciones, pero si cada vez que tienes ocasión de salir corriendo te secuestran no vas a durar hasta la siguiente ciudad, ¿entiendes?
Suspiré, claro que no lo entendía, no podía comprender que me preocupaba por ella, no podía entender que no podía hacer las cosas sola, que necesitaba a alguien a su lado, era muy cabezota para aceptar todas esas cosas.



SAYA
Bajé la mirada al suelo, genial, ahora me veía inútil.
-He sabido defenderme bien durante estos seis años, sin ti, y creo que me ha ido bastante bien, lo que me pasó ayer fue un descuido, no estaba atenta, y sí, lo reconozco puedo ser cabezota a veces…- Me miró serio.
-Vale, la mayoría de las veces, pero… -Suspiré resignada.
-Déjalo, ha sido culpa mía y solo mía. Y lamento que tuvieras que venir a buscarme, sé que soy una carga para ti.


KAI
-No, Saya, no te hagas la mártir. Sólo te estoy pidiendo que cuando quieras hacer algo peligroso cuentes con nosotros. Este mundo ya no es seguro, hasta el Bosque Sagrado está plagado siempre de civiles, y lo último sería que te pasase algo, Saya, no me lo perdonaría. Ya te lo estoy diciendo, no pretendo decir nada más que eso: No vayas por libre. Aquí todos nos ayudamos, en eso consisten los grupos, las tripulaciones, los rebeldes, somos así, y ahora perteneces a un grupo de los nuestros, tienes que aprender a contar con más que tu mano y tu tigre si te pilla cerca.



SAYA
Me crucé de brazos y le miré.
Me repateaba que tuviera que decirme lo que tenía que hacer, como si fuera mi padre, está bien, le entiendo, comprendo que quiera mantenerme con vida, pero esto ya era pasarse de castaño oscuro, ahora no podía salir sin decirle al Jefe donde iba, con quién iba y porque iba, esto era agobiante. Era mejor hacerle caso o sino, se cabrearía aún más y sería capaz de castigarme como a una niña de dos años.
-Muy bien, haré lo que tú digas, si así estás más contento.


KAI
La miré ya vestido. Meneé la cabeza suspirando.
-A veces eres como una cría… -salí del camarote, tenía reacciones infantiles, ¿es que quería morirse o qué? ¿No la importaba morir?



SAYA
Le dediqué una mirada fulminante cuando me dijo aquello.
-¡Dios! No se porque coño te soporto.- Dije pasando por su lado empujándole.
-¡Que asco de hombres!


KAI
Metí mis manos en los bolsillos.
-Porque me quieres, nena, por eso mismo. –la seguí por los pasillos, qué temperamento, a este paso le saldría una úlcera y yo no estaría ahí para quitársela, más que nada porque aquí un servidor es experto en muchas materias, pero en medicina…


SAYA
Me reí sarcástica y me giré.
-Si es por lo de la última noche que pasamos juntos, tranquillo, para mí solo fue un polvo sin compromiso, siento haberte hecho ilusiones.- Dicho esto seguí por el pasillo, egocéntrico de mierda…



KAI
-Ya, cariño, verás. Te conozco lo suficiente como para saber que la mentira de mala calidad que me estás soltando es sólo eso, una mentira. –sonreí malicioso.
-Cuando se te pase el cabreo, avísame, y cuidado, nos vamos. –me dirigí a la sala de mandos, esperaba encontrar allí a Neo.



SAYA
Pero que engreído era el pobre. Me crucé de brazos y le seguí. Este no sabía de lo que era capad, no volvería a caer en su trampa, va ha saber lo que es abstenerse de verdad. Llegamos al puesto de mandos donde se encontraba Neo, dispuesto a despegar la nave.


NEO
Kai y Saya entraron en el puesto de mandos, tenían mejor aspecto, aunque Saya aún conservaba heridas en la cara, moratones y una ceja partida.
-Joder, estás echa una mierda, tía.- La dije cuando la miré, ella simplemente pasó de mí y se sentó en el banco al lado de la puerta.
Miré al Jefe.
-¿A dónde dirijo la nave, Kai?



KAI
Me acerqué al gran ventanal y miré al bosque, pues no se veía otra cosa.
-Al Reino del Hielo. Tengo que hacer una visita a mi hermano. –me había recuperado con facilidad nada más levantarme gracias a la temperatura ambiente, que ya de por sí era bastante baja.



NEO
Asentí y accioné la palanca para encender los motores.
-Señoras y señores, les ruego que se pongan cómodos, abróchense los cinturones y lo más complicado, mantengan la calma.- Sonreí y despegué la nave poco a poco hasta que estuvo a una altura considerada gracias a los paneles de gravedad. Bajé la palanca principal y acto seguido encendí los propulsores para hacer avanzar la nave.



KAI
Me senté en el sofá que tenía, pronto estaríamos de nuevo en casa. Hacía meses que no pasaba por allí, ¿me recibirían con los brazos abiertos? En realidad me daba igual, sólo iba allí a hablar con mi hermano y a echarle una buena bronca por dejar que secuestrasen a mi hijo, y… dejar a Kai allí.



KAI JR.
Mi papá y mi mamá estaban junto al piloto que hizo que se moviera y volara. Me asomé a una ventana y vi que estábamos muy altos.
-¡Ala! Como mola.- Miré a papá sonriendo y me acerqué corriendo a él.
-¿Dónde vamos, papi?



KAI
Miré a Kai, que había entrado en la sala de mandos.
-Pues vamos a casa, Kai. –me levanté, quería ir a la cubierta a mirar el paisaje mientras nos acercábamos.


KAI JR.
Seguí a papá fuera y vi las montañas cubiertas de nieve y los pinos, los lagos congelados.
-¿Os quedaréis mamá y tú en casa para siempre? Os quedaréis conmigo, ¿verdad, papi?-Le cogí de la mano y apoyé la mejilla en ella.
-No quiero que os vayáis…



KAI
Le miré.
-No, Kai, yo debo irme. Si… si mamá quiere quedarse contigo es libre de hacerlo, pero yo debo irme. –me separé de él, este niño jugaba muy bien con los sentimientos de la gente, no por eso debía ser débil y dejarme llevar.


KAI JR.
Se separó, le miré…
-Pero… yo quiero estar contigo y con mamá… si… si no te quedas, me iré con vosotros.- Le abracé, no quería separarme de ellos otra vez, eran mis papás y no quería quedarme solo.
-Me siento muy triste cuando el y tío me llevaba a dar paseos y veo a otros niños con sus papás, y yo…-Cerré los ojos y empecé a llorar, tenía miedo de quedarme solo de nuevo.



KAI
Empezó a llorar, siempre se salía con la suya de esa manera.
-Kai, no estarás solo. Todo será igual que antes, no va a cambiar nada. Iré a verte con más frecuencia si puedo, pero no puedo quedarme. Tengo una misión que cumplir. –apoyé las manos en el borde.
-Mamá está harta de mí otra vez, quizá prefiera quedarse a tener que aguantarme de nuevo de viaje.


KAI JR.
Me sequé las lágrimas.
-¿Mamá no te quiere?-Pregunté mirándole.
-Yo si te quiero, papá.



KAI
Sonreí y posé la mano en su cabeza.
-Ya lo sé, pulga, si mamá también me quiere, pero creo que prefiere estar contigo a tener que aguantarme a mí. Pregúntale a ella si se quedará, luego me lo dices a mí, ¿vale?



KAI JR.
Asentí y fui dentro a hablar con mami. Me acerqué a ella y me senté sobre sus rodillas abrazándola.
-Mami… ¿te quedarás en casa conmigo? Papá tiene que cumplir una misión muy importante y dice que eres libre de elegir lo que quieras, ¿te quedarás en casa?



SAYA
Kai se sentó sobre mis rodillas, lo acuné entre mis brazos y le besé en la frente apartándole el pelo.
Le miré cuando me dijo que me quedara con él.
-… Esta bien, hijo, me quedaré en casa contigo.- Vi que sonreía, me abrazó y yo le correspondí al abrazo acariciándole el pelo. Quería estar con él, pero también con su padre, pero este prefería irse a cumplir misiones antes de quedarse con su propia familia. Las cosas estaban solucionadas con el consejo… pero él no se fiaba de nada, ni siquiera de mi palabra. Suspiré y agarré a mi hijo de la cara, le besé en la mejilla.
-Te quiero, cachorro.- Sonreí.



KAI JR.
Sonreí, mamá se quedaría en casa conmigo, me sentía feliz, al menos estaría con ella.
-Yo también te quiero, mami.- Sonreí y la abracé.
-¿Y a papá? ¿También quieres a papá?-La miré.



SAYA
Le miré cuando me pregunto si quería a Kai, ¿qué si le quería? Con toda mi alma, pero, habían pasado tantas cosas que nos han ido distanciando que no creo que lo nuestro volviese a funcionar jamás.
-Si, Kai, le quiero, ¿Por qué me lo preguntas?- Sonreí y le peiné el flequillo con las manos.


KAI JR.
Suspiré y me froté la nariz.
-Porque está triste, mami. Papá está triste porque cree que no le quieres. Papá nunca llora, pero se pone muy triste cuando os enfadáis y tú si has llorado cuando os habéis gritado, ¿a que si?-Me encogí de hombros y me levanté.
-Voy a verle.



SAYA
Me quedé parada, no sabía que decirle, este crío sabía mucho para ser tan pequeño. Se levantó y se fue con su padre.
Si, había llorado tantas veces que casi ni lo recordaba. Kai intenta convencerse, pero yo sé que tanto él como yo tenemos ideas distintas y actuamos de manera diferente. Me levanté y fui a cubierta, Kai estaba mirando el paisaje junto con nuestro hijo, sonreí al ver que cada gesto que hacía el padre, el hijo intentaba copiarlo. Le idolatraba… Los miré por última vez y entré de nuevo.


KAI JR.
Salí fuera saltando y contento.
-¡Mamá se queda, mamá se queda!- Repetí varias veces.
-Mami se queda en casa conmigo. Dice que me quiere mucho y a ti también, así que, no estés triste, ella también te quiere, me lo ha dicho antes.- Sonreí y me apoyé en la barandilla.
-Papi, si mamá y tú sois… jo… ¿Cómo lo decía el tío Max? Novios, eso… -Miré a mi papá.
-Si mamá y tú sois novios, ¿por qué os gritáis y os enfadáis en vez de besaros como hacen los tíos? A mi no me gustaría besarme con nadie, puaj, pero los novios lo hacen, ¿no?-Le miré y sonreí, a lo mejor a mi papá no le gustaban los besos en la boca como hacían mis titos.


KAI
Cuando dijo que Saya se quedaba con él me sentí algo… ¿traicionado? Por dentro sabía que quería quedarse allí con el niño, pero después de lo que habíamos pasado juntos de nuevo había tenido mis dudas.
Le miré.
-Porque ya no somos pareja. Lo éramos hasta poco después de nacer tú, pero después hice algo malo que a mamá no le gustó nada. Por eso ahora no lo hacemos, además, si te da asco, es mejor que no lo veas.
Me senté en el suelo, sentándole entre mis piernas.
-Espero que te portes muy bien, ¿vale?



KAI JR.
Me senté entre sus piernas y le miré.
-Si yo soy muy bueno.-Le di un beso en la mejilla.
-Te voy a echar de menos, papi. Me divierto mucho contigo.- Le abracé con fuerza.


KAI
Le abracé también, acariciándole el pelo.
-Sí… seguro que estar conmigo es muy divertido… -dije con ironía. Los echaría de menos a los dos, pero más a Saya, porque con ella no había estado desde hacía seis años, y su compañía era lo que más me hacía falta para estar en esa nave.



KAI JR.
-Siiiii, es muy chulo verte entrenar con los soldados o limpiar tu espada, así aprendo para cuando sea mayor.- Levanté el brazo e hice fuerza con él.
-Mira que fuerte soy.


KAI
Sonreí y acerqué su cabeza hasta encerrarla en mi pecho, entre mis brazos, apoyé mi frente en su pelo rubio y cerré los ojos. Era… una despedida. El estar con mi hijo unos minutos así sería suficiente para que luego no tuviese problema para no echarme de menos, estaría con su madre y estaría bien.



KAI JR.
Cerré los ojos y le abracé.
-Prométeme que volverás y me enseñarás a pelear como tú.- Dije sin dejar de abrazarle.
-Así podré proteger a mamá.


KAI
-…Claro, hijo… te enseñaré, pero primero tienes que ser un poco más mayor, aún tienes unos bracitos un poco pequeños para coger una espada. Mamá puede enseñarte a luchar cuerpo a cuerpo, o la tía, o quien quieras… yo no te hago falta para eso. –suspiré. Él ahora no me necesitaba, ni él ni Saya si prefería quedarse a ayudarme a acabar con Draco.
Me separé un poco de Kai.
-Venga, vete a jugar, eres joven para tener que estar aguantando problemas de un viejo como yo.



KAI JR.
Me separé y sonreí.
-Te quiero, papi.- Entré dentro de la nave justo cuando salía mi madre, que casi la atropello.
-Cuidado que voooooy.


SAYA
Decidí salir a ver a los Kais, cotillear, a ver que hacían. Justo cuando iba a salir, mi hijo se chocó contra mí.
-Cuidado, cachorro.- Sonreí y vi que iba a la bodega, seguro que a buscar a Tigre. Salí fuera y encontré a Kai sentado en el suelo, me acerqué y me apoyé en la barandilla, miré el paisaje, era precioso.
-Me quedaré con Kai, seguro que te lo ha dicho ya, ¿no?


KAI
Me quedé en la misma posición a pesar de que Saya se situó a mi lado, apoyada en la barandilla.
-Sí, me lo ha dicho. Si vienes a darme una explicación no es necesario, lo comprendo. –aún así no me gustaba que se fuese de la Quimera, no debí abrir la boca.



SAYA
Bajé la cabeza y le miré.
-No quieres que me vaya, ¿verdad?- Suspiré.
-No tengo otra, Kai… he dejado a nuestro hijo mucho tiempo solo, es hora de que vuelva a estar con su madre… entiendo tu misión, pero no me necesitáis para nada, solo estorbaría.- Miré de nuevo el horizonte, ya se divisaban desde lejos las torretas del castillo de Kai.


KAI
Me levanté. Definitivamente no sabía por qué la necesitaba. Hubiese sido mejor que no hubiese aparecido de nuevo, así no sufriríamos ninguno de los dos.
-Piensa lo que quieras. –me dirigí al interior.
-Eres libre de hacer lo que desees. Has tomado tu decisión, no quiero que intentes persuadirme de que es lo mejor. Ya sé que es lo mejor para el niño. –y había dicho bien en solo nombrar al niño en aquella frase. Entré y me dispuse a prepararlo todo para aterrizar.





SAYA
Me quedé fuera pensando en lo que había dicho. No me daba cuenta de que yo solo buscaba la felicidad de mi hijo, ¿y la de él? Kai había hecho muchas cosas por mí y en cambio yo… nada.
No podía escoger entre mi hijo y Kai, era imposible, los dos eran importantes. Tenía la cabeza hecha un lío, si me quedaba con el peque estaría todos los días inquita y nerviosa pensando en si le va bien a Kai o no, si vendrá vivo o le traerán cubierto con una sabana blanca… Pero si me quedaba, el cachorro no me lo perdonaría jamás…
-Joder…-Me tapé la cara con las manos.


JIM
Hacía rato que volábamos hacia el Reino del Hielo y tuve que abrigarme, allí se podía uno helar. Estábamos muy cerca y la temperatura ya estaba bajo cero. ¿Estábamos en invierno o en verano? Ya ni lo sabía, en esta vida de pirata no existen ni los años. no me atrevía ni a salir a la cubierta, por si de repente me daba un yuyu, así que fui hacia la sala de mandos, soltando bao.
-¿Qué, hace frío? –pregunté a Neo.


NEO
Kai me había ordenado aterrizar la nave. Habíamos llegado al reino del hielo y hacía un frío que pela y me había abrigado hasta las cejas.
-Si, un poco.-Le contesté a Jim que apareció detrás de mí. Me levanté cuando la nave ya estaba en tierra.
-Bien, que os vaya bonito, yo me tengo que quedar aquí para que los motores no se congelen o sino, no podremos despegar.- Dicho esto abrí las compuertas, una borrasca helada entró haciendo que se me helaran hasta los pelos de las pestañas.
-Pues nada… yo me piro a la sala de máquinas con un chocolate calentito.





JIM
-Tranqui, no estarás solo, Kara está encerrada en su cama bajo varios edredones. –me puse la capucha.
-Voy a buscar a Erika, pásatelo bien con tu chocolate.
Volví dentro y pasé a la habitación de Erika, que tenía la puerta abierta, se estaba poniendo el abrigo.
Sonreí y me acerqué, estaba de espaldas así que no me vio entrar. Pasé los brazos alrededor de su cintura.
-Hola, copito de nieve.


ERIKA
Me estaba poniendo algo de abrigo, la temperatura había bajado considerablemente. Jim me agarró de la cintura por detrás sin darme cuenta. Me sobresalté un poco, no me lo esperaba.
-Hola, Rudolf.- Sonreí y me giré.
-Tienes la nariz rojita.



JIM
-No sé si es por la herida o por el frío, ¡me estoy congelando aquí quieto! Venga, vámonos. –la di un beso en la mejilla, cogí su mano cubierta por un guante y tiré de ella para salir y llegar lo antes posible al castillo. Allí vivía una Piro, por lo que supuse que no tendrían la misma temperatura ahí dentro.


ERIKA
-Está bien.- Sonreí y le seguí, salimos de la nave, me quedé alucinada ante aquella imagen.
-Que bonito.- Vi el castillo, parecía de cristal, los ladrillos eran blancos como la nieve que lo rodeaba. Los pinos eran enormes y cubiertos de escarcha, sonreí y cogí la nieve del suelo creando una bola, miré a Jim y se la lancé estampándosela en la cocorota. Me reí con ganas seguida de Kai Jr.



JIM
-¡Eh! –me sacudí la nieve de la capucha y me agaché para hacer otra bola.
-Ya puedes correr, preciosa. –disparé y la di en un brazo.
-¡Ajá! No eres demasiado rápida, vas a morir. –me agaché para hacer otra.


ERIKA
Me tiró una bola, sonreí e hice una para tirársela.
-Ja,ja, no eres rival para mí.- se la lancé a la cara dándole en plena nariz. Me llevé las manos a la boca, tenía la nariz jodida.
-Jim…lo, lo siento, perdona, ¿te he hecho daño?-Me acerqué y le miré la nariz.



JIM
-Au, au, serás capulla… -dije llevándome la mano a la nariz, me escocía a horrores.
-Vas a morir, pelirroja, ya puedes correr en cuanto vuelva la sensibilidad a mi nariz. –la intenté calentar con uno de los guantes mientras me agachaba a hacer otra bola.


ERIKA
Me aparté.
-Jim, lo siento, de verdad.- No podía aguantarme la risa. Hice otra bola con la nieve dispuesta a lanzársela, pero una bola misteriosa se estrelló contra mi cara haciendo que la nieve se metiera dentro de mi nariz. Miré al culpable, había sido Kai Jr.
-Oh, con que esas tenemos, ¿eh, niñito?- Le perseguí para lanzarle la bola que tenía en la mano.


KAI JR.
Le lancé a Erika una bola en toda la cara, me reí con ganas agarrándome el abdomen de la risa.
Mi madre salió de la nave, hice otra bola y se la lancé a ella estrellándose en su cuello. Me reí de nuevo, pero vi que ella también hacía una bola.
-¡Nooooo! Dos contra uno no valeeeeee.- Erika me perseguía junto a mi mamá. Me arrimé a mi papá.
-Papi, me quieren tirar nieve.



SAYA
Ya estábamos en casa, salí de la nave, vaya por Dios, una bola de nieve impactó contra mi cuello. Miré a mi hijo.
-Pero bueno, enano, te vas a enterar.- Sonreí y fui tras él para devolverle el golpe. Se escondió tras su padre.
-No creas que te vas a librar aunque te escondas.



KAI
Ahora perseguían a Kai y se escondió detrás de mí. No tenía ganas de ponerme a jugar con la nieve, pero…
-Sois unas abusonas. –alcé la mano al frente y tres bolas de nieve levitaron en el aire.
-Si os acercáis más, impactarán contra vosotras.



SAYA
Miré a Kai Jr.
-¿Eres tan miedica que te escondes detrás de papá? Vamos, da la cara.- Sonreí y miré a Kai.
-No tienes narices.-Le reté dando un paso hacia delante al igual que Erika.


KAI
Al mismo tiempo que lanzaba las bolas que flotaban hacia ellas, alcé otras tres y las lancé también. Todas impactaron sobre ellas, dejando marcas de la nieve por todo su cuerpo.
-Vamos, Kai, tú también.



SAYA
Me tapé la cara y vi como el nene salía corriendo, le perseguí hasta alcanzarle.
-¡Aja! Te pillé, ¿ahora que?- Empecé con las cosquillas tirados en la nieve, Kai se reía y se retorcía intentando estamparme una bola de nieve en la cara, pero no lo consiguió a causa de las cosquillas. Sonreí maliciosa.
-No tienes escapatoria
.


KAI JR.
Papá me salvó por un momento, después fui atrapado por mi mami que empezó a hacerme cosquillas.
-¡Noooo! ¡Mamaaaaaaá! ¡Cosquillas nooooo!-Me reía sin parar intentando quitármela de encima, pero no podía.
-¡Socorroooo!- Me reí sin parar.


MAX
Miré por la ventana, estaba muy agobiado por la desaparición de mi sobrino, que no aparecía. Avisé a la policía real para que iniciaran una búsqueda por todo el reino incluso por los alrededores, seguro que había salido a pasear y se había despistado. De todas formas, no podía moverme de mi sitio y desocupar el puesto de mi hermano reemplazándole.
Salí a los jardines por si encontraba algo que me ayudase a saber el paradero de Kai, pero nada. Caminé hasta que algo me llamó la atención, una lluvia de bolas de nieve, me extrañó, porque la gente del reino ya no salía a las calles. Me dirigí hacía allí por si Kai estaba por alguna casualidad. Lo que vi me dejó sin aliento, no solo estaba Kai, sino, mi hermano, Saya, y un par de chavales que no me sonaban de nada, pero me daba igual. Corrí hacia ellos, sobre todo hacia mi hermano.
-¡Kai! ¡Me alegro de verte, hermano!



KAI
Al final Kai no pudo escapar y Saya lo atrapó. Metí mis manos en los bolsillos, esperando a que acabasen de jugar para encaminarnos hasta el castillo.
No tardé mucho en oír una voz que me llamaba. Me giré, era Max, venía corriendo hacia nosotros. Sonreí cuando estuvo a pocos metros de mí y le propiné un puñetazo en el estómago que lo hizo caer a la nieve.
-¡Hola, hermano! ¡Yo también me alegro de verte!



MAX
¡Ala! Vaya pedazo de hostia. Nunca había tenido un recibimiento mejor que este.
Me levanté dolorido.
-Kai… ¡¿Qué coño haces?!-Le devolví el puñetazo, seguro que lo esquivaría y me llevaría yo la otra hostia, pero me daba igual.



KAI
Intentó devolverme el puñetazo, pero le esquivé y le mandé al suelo de boca. Me agaché a su lado.
-Hermano, no te lo tomes a mal, es que verás… Te dejé a cargo del reino y de mi hijo. Puedo comprender que tengas problemas con los balances del país, puedo comprender que se te vayan de las manos un par de problemas en la ciudad, pero Max, Kai es un crío, y no es tan difícil mantener a un niño a salvo dentro de tu propia casa, ¿cómo has dejado que lo secuestraran? –pregunté mientras alzaba la cabeza de la nieve.


MAX
Acabé en el suelo, como esperaba.
-Kai, estaba durmiendo, joder, no me enteré de nada, no tenía ni idea de que podrían secuestrar a Kai. Le he estado buscando todo este tiempo, por el castillo, por la cuidad, por los alrededores. Pensaba que me obedecería y no saldría del reino, pero no pensé que le habían secuestrado, además, no es mi culpa. Es tú hijo y el de Saya, ocuparos vosotros de él.- Me levanté y le miré con el ceño fruncido camino del palacio.



KAI
Metí mis manos en los bolsillos.
-Vaya birria de niñera. Vámonos, tendréis frío. –dije echando a andar detrás de mi hermano.


JIM
No me hacía gracia esa situación, pero se me estaban congelando hasta los pelos de los brazos y pasaba de estar más rato en aquel sitio tan frío, dentro estaríamos mejor. Seguí a Kai a una distancia prudente.


ERIKA
Un chico apareció corriendo llamando a Kai, ¿hermano? ¿Ese chico era el hermano del Jefe? Vi que Kai le propinaba un puñetazo en le estomago… pues muy hermanos no debían de ser cuando se tratan con tanto “cariño”.
Seguí a Kai junto a Jim sin decir nada, no quería llevarme la próxima hostia.



SAYA
Vi a Max correr hacia Kai que le golpeó sin mediar palabra. Mira, por una vez en la vida Kai había actuado bien en cuanto a su izquierdazo. Menos mal que se arrimó a él, llega a venir hacia mí y le arranco la cabeza de un sopapo.
Me levanté junto con mi hijo y caminamos hacia el castillo, vi que Kai corría hacia su tío contento como unas castañuelas.



KAI
Max entró cabreado al castillo con Kai, que no hubiese perdido a mi hijo mientras yo no estaba. Además, con lo jovial que era en un rato estaría otra vez feliz de verme en casa. Cuando entramos me sacudí la nieve de los hombros. Detrás de mí entraron Jim y Erika, seguidos de Saya.
-Bueno, estamos en casa.



NATTY
Bajé las escaleras cuando oí un “Bueno, ya estamos en casa” de Kai. Había vuelto, y nosotros habíamos perdido a su hijo, nos iba a caer una buena. Cuando les divisé, primero vino Max enfurruñado. Genial, ya le habría dado algún tipo de golpe, engreído y bruto.
Me di cuenta de que a su lado estaba el pequeño Kai.
-¡Oh! Kai, cielo… -le abracé y le llené de besos.
-¿Pero dónde estabas? –vi a Kai padre en el recibidor, junto con Saya y dos chicos más.
-Jeje… hola a todos, ¿qué tal? –pregunté con una sonrisa tonta mientras tenía a Kai espachurrado contra mi cuello.



KAI JR.
Entré en cuanto el tito abrió, Vi a mi tía Natty bajar por las escaleras contenta, me espachurró como a si fuera una almohada mientras me llenaba de beso, jo, otra como mi madre.
-Tía… me estás llenando de babas.- Me quejé mientras me limpiaba las mejillas.



SAYA
Entré y vi como Natty achuchaba a mi hijo, sonreí levemente, esta chica…
Me acerqué a ella y la abracé con ternura.
-Me alegro de verte, Natty.- Sonreí. La había echado de menos, era una buena amiga junto con la pequeña Eri. Ella también sentía gran cariño porque la ayudé en el parto, como agradecimiento le puso como nombre a su hija el mío.
-¿Qué tal por aquí? ¿Soportas mejor el frío?


NATTY
Solté a Kai, siempre se había parecido a su padre. Saya se acercó y me abrazó, yo le devolví el abrazo.
-Yo también me alegro de verte, Saya. –me separé un poco de ella, ¿no estaba enfadada con nosotros?
-Bueno… mejor cada día, estar aquí casi siete años te hace adaptarte de una forma u otra. –sonreí.
-Yo… lo… lo siento mucho, Saya… Me preocupé tanto cuando Kai desapareció… Yo… lo siento tanto… -bajé la cabeza apoyándola en su hombro. No sabía si me perdonaría ni si verdaderamente estaba enfadada, pero estaba muy arrepentida.



SAYA
Apoyó la cabeza en mi hombro afligida, suspiré y la abracé.
-Tranquila, Natty, no estoy cabreada.- La acaricié el pelo y miré a Kai.
-Te entiendo, nadie sabía que James acabaría secuestrando a Kai.



NATTY
-¡¿James?! ¿Le ha secuestrado ese tío? ¡Normal que no le encontrásemos! Pobrecito, debe de haberlo pasado tan mal… Menos mal que está bien. –miré a los chicos de la entrada.
-Oh, pero no os quedéis ahí, pasad. –me acerqué y les empujé hacia el salón.
-No os cortéis, si aquí se está de maravilla, casi no se nota el frío con un solo abrigo. Sentaos por aquí, yo voy a ver al cabreado, a ver si le bajo los humos. –me fui en dirección a donde se había ido Max, a ver que secuela le había dejado su querido hermano.



MAX
Me metí en mi cuarto y cerré la puerta de un golpe. Mi hermano no había cambiado en nada, seguía siendo un gilipollas y un bruto. Si tanto quería a su hijo, ¿por qué no se quedaba él a su cargo en vez de hacer del Capitán Garfio por ahí? No soportaba que me echara mí toda la mierda encima, era su error, es su hijo no el mío.
Caminé de un lado a otro de mi cuarto, no bajaría hasta que se marchara de nuevo. No quería verle la cara a ese idiota.


NATTY
Le vi entrar en el cuarto, llevaba un mosqueo monumental encima, esperaba que se le pasara pronto, en el fondo quería a su hermano, y no entiendo todavía el por qué…
Abrí la puerta y la cerré con más delicadeza de la que le había dedicado él.
-¿Qué te ha hecho ese burro?



MAX
Natty entró y me preguntó.
-Estoy bien, no es nada.- Dije con voz seca y cargada de rencor.
-Mi hermano es gilipollas, solo eso, y no pienso bajar hasta que desaparezca de mi vista.- Caminaba de un lado a otro cabreado de verdad.


NATTY
Sí, estaba de los nervios y totalmente alterado, me acerqué y posé las manos en sus brazos.
-Ey, peque, no te sulfures… -dije intentando calmarle- Te saldrá una úlcera, y eso es muy malo, lo sabes bien. –sonreí.
-Kai estaba enfadado porque temió por su hijo, eso es todo. Es verdad que es un terco, un burro y tooodos le odiamos. Pero ahí abajo está tu sobrino que te echa de menos y Saya quiere verte, no puedes darle a Kai lo que quiere, tienes que bajar. Anda, chiqui, ven conmigo, que te vas a llevar una sorpresa. –sonreí incitándole a bajar conmigo y tirando de él.
-Vamos, si no es por el niño hazlo por mí.


MAX
Respiré hondo y la miré.
-Está bien, te haré caso, me relajaré, pero como me diga algo que me moleste le daré una buena hostia.- Me relajé y la agarré de la mano.
-Bien, te sigo.

NATTY
Sonreí satisfecha y le llevé escaleras abajo, todos estaban sentados menos Kai, como no, tenía que destacar. Solté la mano de Max y me acerqué.
-Perdona, Kai que no te he dicho nada. –dije mientras me acercaba con una sonrisa. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él, alcé la rodilla y con ella le di en toda la entrepierna. Acto seguido abrió la boca dolorido y se llevó la mano allí.
-Uy, mira, al final mi tick nos ha hecho un favor a todos. Así no tienes más hijos que encasquetarnos. –sonreí y volví al lado de Max.




MAX
Natty se acercó a Kai. Me quedé alucinado cuando le pegó un rodillazo entre las piernas. Puse cara de dolor y me llevé la mano a mis partes íntimas. Esta mujer no se cortaba ni un pelo, está bien, Kai se lo merecía.
Vi la cara que puso mi hermano, me crucé de brazos y sonreí cuando Natty se puso a mi lado.
-Perdónala, es un tic que tiene.


KAI
Puse cara de dolor cuando Natty me propinó la patada en la entrepierna, y con razón, me había hecho puré. Agarré el sillón con fuerza para reprimir el puñetazo que quería propinarla en la cara. Todos se estaban riendo de mí y pasaba de tal humillación, así que salí del castillo dejando las puertas abiertas de par en par.



KAI JR.
La tía le pegó a mi papá, la miré enfadado y me acerqué, la di tortas en la pierna.
-¡Tonta, tonta! ¿Por qué has pegado a mi papá? ¡Tonta! –Seguí con los puñetazos cabreado, la miré y la saqué la lengua. Salí corriendo con mi papá.



NATTY
Kai empezó a pegarme por haber hecho daño a su padre, se notaba que le quería mucho, no sabía como alguien podía querer a esa… cosa.
-Venga, cariño, que no le he hecho daño… -se fue corriendo tras él, suspiré.
-Pues bien a gusto que me he quedado.



SAYA
Miré a Natty y suspiré.
-Natty….- Negué y salí a buscar a Kai. Vaya reencuentro, como no, se lían a hostias. Salí fuera cerrando la puerta detrás de mí.



NATTY
Me crucé de brazos. Ni que hubiese hecho algo malo, ese tío sin ton ni son había venido buscando camorra y yo solo le devolvía la pelota.
Miré a los chicos que estaban sentados en el sofá y sonreí.
-¿Queréis tomar algo?



KAI
Caminé a paso ligero por la nieve. Estábamos en pleno invierno y las temperaturas no superaban los veinte grados bajo cero, pero yo no tenía frío.
Me alejé lo suficiente de la casa y me apoyé en un árbol para tranquilizarme. No solo habían perdido a mi hijo, ahora pretendían llevar la razón, era… incoherente.



KAI JR.
Corrí por la nieve hasta que vi a mi papá al lado de un árbol.
-¡Papi!- Me acerqué y le miré.
-¿Te ha hecho dañó la tonta de la tía?- Le pregunté tirando de la manga de su camiseta.



KAI
Miré a Kai cuando se situó a mi lado.
-No, hijo, estoy bien, solo que quería dar una vuelta, eso es todo. Vuelve dentro con mamá, estará preocupada. –le dije sentándome en la nieve.



SAYA
Caminé hasta que les encontré. Kai estaba junto a su padre que se había sentado en el suelo. Me acerqué.
-Kai.- Llamé a mi hijo que se acercó a mí.
-Vuelve dentro, ahora vamos nosotros.- El cachorro asintió y miró a su padre, acto seguido se marchó. Miré a Kai y me acerqué agachándome ante él.
-¿Estás bien?- Le pregunté mirándole a la cara. Seguro que se sentía humillado y con ganas de arrancarle la cabeza a Natty.



KAI
-Claro que estoy bien, no ha sido nada. –dije sin mirarla. No podía comprender cómo podía la gente ser tan egoísta y egocéntrica. La miré.
-No te preocupes, sólo ha sido una estupidez.


SAYA
Bajé la mirada al suelo, agarré un poco de nieve entre mis dedos sin decir nada. Estaba cabreado y no quería empeorarlo con mis palabras. Asentí y me levanté sacudiéndome la nieve de los pantalones.
-Está bien…- Metí las manos en los bolsillos de mis chaqueta y le miré. No sabía que decirle, siempre que intentaba arreglarlo él se molestaba más.
Me di la vuelta y empecé a caminar hacia el castillo de nuevo.



KAI
Suspiré, no me apetecía volver al castillo ahora, no teniendo ahí a mi hermano cabreado y a mi cuñada con ganas de dejarme estéril. Me quedé un buen rato bajo la nieve, era lo que más me ayudaba en momentos como ese.



KAI JR.
Me senté en el sofá al lado de Erika y su novio cruzándome de brazos enfadado. Miré a mi tía y le saqué la lengua, después a mi tío al que también le saqué la lengua.
-Tontos, sois unos tontos y unos feos.



JIM
Sonreí y le revolví el pelo al pequeñajo. En realidad, esos dos me caían bien después de lo que le habían hecho a Kai, pero no iba a darles la razón delante del niño, se pondría furioso conmigo también.



KAI JR.
El novio de Erika me revolvió el pelo, le quité la mano mosqueado y me enfuruñé más.
-Tontos…- Me levanté y me fui a mi habitación.



JIM
Ese niño era igual que su padre, ¿no teníamos bastante con uno ya? Me acerqué más a Erika y pasé el brazo por los hombros de Erika.



ERIKA
Tanto Jim como yo no abrimos la boca para nada, era una disputa familiar y no debíamos entrometernos. Me pasó el brazo por el hombro, sonreí y apoyé a cabeza en su hombro para entrar en calor.



NATTY
-Eh, chicos, no os preocupéis. Estas cosas pasan todos los días. –dije mientras dejaba una bandeja con bebidas calentitas en la mesa para los chicos.
-Coged, no os cortéis. –sonreí y me senté frente a ellos.
-¿Sois de la tripulación de Kai? Parecéis muy jóvenes.



ERIKA.
Natty dejó una bandeja con bebidas calentitas, agarré una de las tazas y me calenté las manos con ella.
-Gracias.- Dije casi en un susurro. Me llevé la taza a los labios y bebí. El líquido caliente bajó por mi garganta haciendo que mi cuerpo entrara en calor.



JIM
-Sí, pertenecemos a su tripulación, por desgracia. –respondí cogiendo una taza caliente. Caldito, mmm.
-Los piratas solemos ser fieles a nuestros jefes, pero yo no le aguanto más… -dije, y acto seguido tragué del caldo, qué sensación tan placentera.



MAX
Si, Kai no es una hermanita de la caridad que se diga, estos chiquillos estaban sufriendo la tiranía de mi hermano.
-Kai es irritante, pero no se lo tomes en cuenta, a decir verdad, no lo está pasando muy bien con la separación de Saya.



JIM
-Pues ha tenido seis años para adaptarse, no sé que mosca le ha picado. –encogí las piernas.
-Si no muere pronto me lo tendré que cargar yo. –dejé la taza vacía en la mesa.



ERIKA
Le di un codazo en la tripa disimuladamente.
-No te pases, Jim, no seas idiota.- Le susurré y le miré.
-El Jefe no es tan malo.- Dije mirando al hermano de Max.


JIM
-¿Qué? ¿Quién fue el que casi te echa de la nave aún sabiendo que estás enferma, Erika? ¿Te compadeces de él? –desvié la mirada a otro lado, debía ser demasiado buena para perdonarle una cosa así.



ERIKA
Me encogí de hombros.
-En realidad, fue culpa mía por no contárselo antes de ser parte de la tripulación, entiendo que quisiera deshacerse de mí.- Bajé la mirada a la taza que tenía entre mis manos.


NATTY
Me di cuenta de que esto se tensaba, así que intenté arreglarlo.
-Bueno, chicos, no pasa nada, no tenéis por qué pensar ahora en eso, ¿vale? Ya podréis echarle la bronca cuando volváis. –sonreí, entonces la puerta recibió una patada.
-¡Bueno, vale ya con las puertecitas! –grité, más tarde la pagarían ellos.

KAI
Entré de una patada, no me daba la gana usar las manos y entrar educadamente.
-Creo que me debes una disculpa, Natty. –le dije, situándome frente a ella con los brazos cruzados.



NATTY
Solté una risotada cuando dijo eso.
-¿Perdón? Quiero decir… ¡no! No me voy a disculpar, no antes de que te disculpes tú con tu hermano, pantalla de cine. –me crucé de brazos imitándole.


KAI
Fruncí el ceño cuando me insultó refiriéndose a mi frente. Ella tampoco es que la tuviese bonita, pero siempre buscaba la excusa perfecta para meterse conmigo.
-Me disculparé cuando vosotros seáis capaces de pedirme perdón por perder a mi hijo.



NATTY
Me levanté y me encaré.
-Si quieres que tu hijo esté a salvo y no te gusta nuestro método, ocúpate tú de él. –me giré y me dispuse a irme, pero decidí volver y le crucé la cara a mano abierta. Ahora sí que subí las escaleras hasta mi cuarto.


MAX
Miré a Natty mientras se iba escaleras arriba.
-Bueno, Kai, creo que Natty te lo ha dejado todo bien claro. No es culpa nuestra que tu te vayas a cumplir una mierda de misión mientras tu hijo se queda aquí solo. No es justo que vengas con aire de superioridad y nos digas lo que tenemos que hacer.- Dicho es me dispuse a seguir a Natty.
-Otra cosa, no soy una niñera, soy su tío. Te gusta tener hijos pero no estar con ellos.- Le mire y subí las escaleras detrás de Natty.



KAI
Respiré hondo un par de veces y me llevé la mano a la cabeza. ¿Cómo podían ser tan egoístas? Volví a salir, y esta vez no volvería a entrar ahí.
-Que nadie me siga, si Saya o el niño me buscan decidles que no lo hagan. –salí por donde había venido, congelando parte de la puerta al empujarla con las manos.



JIM
Miré a Erika cuando nos quedamos solos. Menuda movida se había montado en unos minutos. Y nosotros, que no pintábamos nada ahí… me encogí de hombros.
-¿Y ahora?



ERIKA
Todo el mundo se marchó dejándonos a mi y a Jim solos. Miré a mí alrededor y luego a Jim.
-No sé, pero prefiero quedarme quieta y en silencio por si meto la pata y se jode más la cosa.- Me llevé la taza y aspiré vapor.

1 comentario:

  1. joe maxo k penita me ha dao Kai jr cuando le ha dxo lo de mama no te kiere? Yo si te quiero papa.
    TT_TT

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