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domingo, 27 de diciembre de 2009

Capitulo- LXXI- ALDEA HUMANA

NEO
Tardamos un días más en llagar a la Aldea de los Humanos… Aldea, en la cual me críe.
Descendí la nave en el hangar donde nos recibieron con un caluroso saludo ofreciéndonos alimentos y refugio, sobre todo a Kai, con eso de que era un rey todo el pueblo quería ser amable con él… incluidas las chavalitas más jóvenes… y las que no eran tan jovencitas.
El alcalde de la aldea nos ofreció acogida, pero nos negamos, ya que yo tenía una casa propia, y la verdad es que no era muy pequeña que digamos.
Todas las casas de la Aldea Humana eran grandes y espaciosas… menos mal que era un “País” pobre.
Conduje a Kai y a los demás hasta mi casa, que era la última de la Aldea. Era grande y tenía dos pisos.
-Bueno, bienvenidos a mi casa.- Dije abriendo la puerta. Entraron todos menos James y la chica nueva que se quedaron en la nave por petición suya.
-Poneros cómodos, yo voy a por Niky.


KARA
-¿Ni… ky? ¿Qué es eso? ¿Tu moto? –le pregunté mientras el resto entraba en la casa.
-Me voy contigo. –dije agarrándome a su brazo con fuerza.
-Quiero que me enseñes tu ciudad.


NEO
La miré y asentí.
-Está bien.- Miré a los demás.
-Estáis en vuestra casa, acomodaos, yo volveré en un segundo.- Sonreí y cerré la puerta marchándome con Kara.
-Voy ha presentarte a Nuky, ya verás como te gusta.- Caminé junto a ella atravesando la plaza llena de mercados y de gente.
Miré a las personas que caminaban a mi lado. Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y suspiré sonriendo levemente.
-¿Sabes? Echo de menos una vida normal…


KARA
Sonreí y me agarré de nuevo a su brazo para ir pegada a él.
-Sí, la verdad es que no vendría mal descansar aquí, parece un lugar muy tranquilo. –un balón aterrizó en mi cara, me llevé la mano a la nariz agachándome.
-Joder… -un niño llegó corriendo y cogió el balón pidiendo perdón, después se marchó.
-Y yo que quería un niño, se me han quitado las ganas del golpe…



NEO
La miré frunciendo el ceño.
-Espera… ¿has dicho que querías un niño?- Alcé una ceja… hijos… llevábamos un año casados y aún no había pensado en ello… la verdad es que aún era bastante pronto y Kara era joven como para pensar en críos.
-Olvídalo, no he dicho nada.- Sonreí y pasé mi brazo por sus hombros juntándola a mí.



KARA
Me froté la nariz.
-No... Tranquilo, si no iba en serio del todo... Es sólo que Kai Jr. es tan rico que me dan ganas de tener uno, pero no es del todo en serio, no tendré un hijo como él, eso está claro. –me reí.
-Estoy llena de defectos, lo mejor será que no tenga hijos, o mandarán un diluvio universal para acabar con la familia. –me volví a reír, aunque pensando en eso, menuda putada…



NEO
No dije nada, por una parte la entendía… aún era demasiado joven como plantearse ser madre, pero yo… ya iba camino de los treinta y uno…
Sonreí y la miré.
-Anda, vamos a por Niky, estará ansioso por verme de nuevo…


KARA
-Jo, ¿pero quién es Niky? No será… un… rollo gay, ¿no? No estoy en contra de los homosexuales, pero… Me resultaría algo incómodo, ya sabes. –sonreí y me reí.
-Va, cielo, ¿quién es Niky?


NEO
Asentí levemente.
-Bueno, se podría decir que es con el primero que estuve.- La miré y sonreí.
-Tranquila, te caerá muy bien, es muy cariñoso… aunque un poco vago, siempre tengo que hacérselo todo yo. No se mueve ni aunque cayese una bomba cerca de él…


KARA
Me separé de él con brusquedad.
-Vale, nene, te estás pasando, ¿qué clase de amigos tienes tú? Contesta, tienes muchos secretos para mí para ser tu mujer, ya estás cantando, ¿cuál es tu verdadero nombre? ¿¿Quién es ese Niky, eh??


NEO
La miré y negué con la cabeza.
-Anda que tú también, mira que pensar mal…- Suspiré y miré al frente cuando se abrió la puertecita de la casa a la cual nos dirigíamos.
Salió una ancianita con cara de buena persona. Sonreí y cuando estuve a su altura la abracé con cariño.
-Hola, abuela.- Sonreí y la miré.
-¿Qué tal estás? Mucho tiempo, ¿eh?- La anciana me miró con sus ojillos negros y sonrió.
-Neo, pero que guapo estás. La última vez que te vi eras un simple chiquillo.- La anciana se rió.
-Vengo a por Niky, ¿está aquí?- Miré la puerta.
-Siiii, ahí estás, bribón. ¡Ven aquí, grandullón!- Niky salió corriendo sobre sus peludas patas, con la lengua sacada y sus orejas empinadas hacia mí… bueno, no hacía mí, directamente… vale, pasó de mí olímpicamente.
Se tiró sobre Kara y empezó a lametearla el rostro.
-Bueno, Kara, te presentó s Niky.- Sonreí.
-No, no, tranquila, si solo es un San Bernardo de 85 kilos. Y a propósito, mi nombre sigue siendo Neo.



KARA
-¡¡Ahh!! –un perro se me tiró encima y caí al suelo con él encima lamiéndome por toda la cara, como pesaba el condenado, no podía con él.
-Neo, Neo, quítamelo de encima, por favor, me va a matar, y no soporto los perros, sabes que soy más de gatos. –me lamió toda la boca.
-¡Oh, por Dios! Qué asco, Neo, ayúdame…



NEO
Me reí y me acerqué agarrando a Niky del collar.
-Vamos, chico, así no se trata a una mujer. Normal que no ligues.-Niky se volvió contra mí y empezó a lamerme.
-Ohm, ¿ahora me haces caso?- Sonreí y le abracé haciendo que se pusiese sobre las patas traseras y las delanteras las apoyase en mi pecho.
-¡Peluche!- Le abracé, Niky ladró moviendo el rabo contento.
-Yo también te he echado de menos, peluche.- Me reí.



KARA
Me limpié la cara con las manos y le miré, era tan mono con el condenado del perro… Habría que verlo con un crío.
Me levanté cuando abrazó al perro.
-Jo, le abrazas con más cariño que a mí, se nota que le quieres un montón. –busqué el móvil entre mis bolsillos, necesitaba hacer una jodida foto.


NEO
Miré a Kara acariciando el peludo cuello de Niky que giraba la cabeza hacia atrás para poder ver a Kara.
-Es normal, Kara, a ti te veo todos los días a Nyky hace seis años que no le veo…- El perro se volvió ha mí y empezó a olisquearme la cara con su hocico húmedo.
Sonreí de nuevo y le miré.
-Si, yo también te quiero, peluche.


KARA
Le saqué unas tres fotos seguidas cuando pude activar la cámara.
-Jo… Joooo… qué monos sois, os voy a comer enteritos… le llama “peluche” –me mordí el labio sacando más fotos.



NEO
Sonreí y dejé que Niky volviese a apoyarse sobre sus cuatro patas.
-Le llamo así, porque de pequeño, cuando él aún era cachorro, pero más grande que yo, a la hora de dormir, siempre se venía a mi cuarto.- Me agaché y acaricié a Niky.
-Se tumbaba sobre el colchón y yo, sobre él. Desde entonces es como un peluche para mí.


KARA
-Qué mono… Yo lo máximo a un peluche que he tenido nunca ha sido una muñeca de trapo fea y mal cosida… -me reí y miré al perro, era muy cariñoso aunque fuese un bicharraco enorme.
-Qué cosita…


NEO
Me levanté y miré a Kara.
-Vamos a la playa.- Eché a correr seguido de Niky que empezó a ladrar y saltar de contento.
-Vamos, Kara, no te quedes atrás.- Sonreí y seguí corriendo, no iba muy rápido, de vez en cuando frenaba y esperaba a que Niky me alcanzase.



KARA
-¡Capullo, que llevo tacones! –me quité las botas, que llevaban tacón y para correr no eran buenas. Corrí detrás de ellos, pero eran más rápidos que yo y estaban más contentos, dejé que corriesen, mientras no les perdiera de vista la cosa no pintaba mal. Llevaba las botas en una mano y con la otra me agarraba el pantalón para que no se cayese, era patético…



NEO
Llegamos a la playa y lo primero que hice fue descalzarme y correr hacía la orilla, donde rompían las olas.
Niky se zambulló sin pensárselo salpicando agua y mojándome a mí.
Sonreí y empecé a juguetear con él como solía hacer de pequeño. Revolcándome sobre la arena, persiguiendo a Niky…



KARA
Sonreí mientras le veía jugar con su peluchillo, parecía más feliz que nunca sólo correteando con un perro por la playa.
Me senté viéndoles jugar, si Neo supiese de verdad la ilusión que me haría tener un mini-Neo corriendo con él por esa playa…
Sonreí cuando Niky se tiró sobre Neo haciéndole caer.
-Vaya, alguien más fuerte que tú.


NEO
Me reí cuando Niky me tiró al suelo subiéndose encima. Le abracé enrabietándole. Gruñó, pero yo sabía que o único que hacía era jugar, Niky nunca me había mordido.
Cuando logró soltarse empezó a correr en dirección a Kara.
-Oh, vaya.- Silbé para que Niky volviese conmigo, pero no me hizo caso.



KARA
-Oh, no… -retrocedí apoyando una mano en la arena.
-Quieto, perrito, a mí no, por favor, no, no… -se me tiró encima de nuevo, esta vez me cubrí la cara con los brazos, los cuales me dejó llenitos de babas.
-¡Socorro! ¡Me ahogo fuera del agua! –me reí y eché un vistazo, aprovechó para lamerme la nariz.
-¡Oh! –me la tapé, aliento de perro…


NEO
Me acerqué y agarré a Niky de nuevo del collar para apartarle de Kara.
-Ya está, ya está…- Me senté al lado de Kara haciendo que el perro se sentase también.
-Así es, buen chico.- Le acaricié el lomo mientras el jadeaba con la lengua sacada.
-Ya estamos mayores para estos trotes, ¿eh?- Niky se tumbó sobre la arena y bostezó.



KARA
Me limpié las babas como pude.
-¿Por qué me lame tanto? Ni que supiese a rosbif o algo por el estilo –miré al perro tumbado sobre la arena tan feliz.
-Y ahora está ahí tirado… -sonreí limpiándome la cara pasándome la camiseta sin quitármela.



NEO
-Niky ya está bastante mayor, y eso de correr, pues le cuesta lo suyo.- Sonreí acariciando la cabeza del perro.
-Te lame porque es muy cariñoso. Habrá percibido olor mío en ti y por eso ha reaccionado de esa manera.- La moré y sonreí.
-¿Nunca te he dicho lo sexy que estás cubierta de babas? Grrrr…


KARA
Le miré.
-Ag, Neo, por Dios… -me reí mirándole.
-Pues si te parece tan sexy, ven y bésame, oso. –me acerqué y le besé, seguro que notaba el sabor del perro en la boca.
-Mmm, rico, eh.



NEO
Sonreí y la miré alzando una ceja.
-Ay, Kara, llevo tragándome babas de perro desde los cinco años, estoy muy acostumbrado a ellas.- Me levanté.
-Volvamos a casa, está anocheciendo y seguro que los demás tendrán hambre.- Niky se levantó cuando yo lo hice.
-Ohm, por cierto. Hoy cocino yo.- Miré a Kara guiñándola un ojo.


KARA
Abrí los ojos ampliamente.
-Ahora sí que tengo miedo de morir joven. -me reí levantándome.
-Bueno, si me quitas la presión de hacer la comida, mejor, ¿no? –sonreí y le besé en la mejilla.
-Eres el mejor, oso.



NEO
Sonreí y la agarré de la mano mientras volvíamos a mi casa.
Las luces estaban encendidas y parece que no había alborotos.
Abrí la puerta. Todos estaban sentados en los sillones de la sala de estar. Sonreí y entré dejando que pasasen Kara y detrás Niky.
Cuando el pequeño Kai Jr. vio a Niky, corrió hasta ñe gritando de emoción.
Sonreí.
-Este es Niky.


KAI
Miré atrás cuando Neo entró con Kara y… un perro enorme. Kai corrió hacia él emocionado y empezó a achucharlo y a hacerle de todo.
-Bueno… como lo vea Saya… -susurré, si lo viese Saya acabaríamos quedándonoslo, era el tópico del niño aplicado en ella, encima tarándose d en bicho tan grande…


ERIKA
Neo llegó con Kara.
Un perrazo enorme entró también junto con ellos. Abrí los ojos como platos.
-Vaya mascotita, ¿no?- Miré a Neo.
-Claro, dueño enorme, pero aún más grande…- Suspiré y me reí.
-Neo, creo que debería haberte comprado un León o un caballo, total, solo se sacan un par de centímetros, ¿no?- Sonreí y vi que el perro empezaba a olfatearnos a todos.
Extendí la mano para acariciarle, pero el perro me la llenó de babas cuando la lamió.
-Toma ya, creo que no hace falta que me lave las manos para comer.


KARA
-Es muy cariñoso, pero es más baboso que un caracol… -me paseé por la sala, ese era el hogar de Neo, donde había pasado su vida antes de unirse a Kai, allí había pasado su dura infancia entre máquinas.
Miré a Kai Jr. junto a Niky, el perro era enorme y casi más alto que el propio niño, sonreí, y acaricié a Niky.
-Mira, Kai, es un perrito muy cariñoso, abrázale. –sonreí abrazando al perro por el cuello con cuidado de no hacerle daño.
-Está calentito. –me reí.



KAI JR
Abracé a Niky cuando se tumbó en el suelo.
-¡Qué guay! Es tan blandito como la cama que tengo en casa.- Me reí cuando el perrito me lamió la cara.
-Quiero dormir con él.- Miré a Papá y a Mamá.
-¡¿Puedo dormir con él?! ¡¿Puedo?! ¡¿Puedo?! ¡¿Puedo?!- Dije saltando de alegría.



KAI
Abrí los ojos como platos cuando el crío preguntó si podía dormir con el perro.
-¿Con el perro? ¿Vais a caber en la misma cama? Es casi más grande que tú… -suspiré.
-Que decida mamá, o sino dirás que soy un ogro y ella si te va a dejar. –sonreí.



SAYA
Miré al crío y después a Kai.
-¿Qué decida yo?...- Miré al niño y suspiré sonriendo.
-Por mi no hay problema, yo he dormido con un tigre desde que tengo memoria y ahora mismo comparto la cama con otra fiera, así que…- Me encogí de hombros mientras lo demás se echaban a reír cuando dije lo de la “fiera”.


KAI
Carraspeé echando la espalda contra el respaldo de la silla.
-Eso es un sí, nene, duerme con el perro si quieres. –miré al bicho, verdaderamente era un animal bien grandote, Kai sería capaz de subirse a su lomo y cabalgarle.
-Pero cuidado que no te aplaste mientras duermes.


KAI JR
-¡¡Si!!- Corrí de nuevo junto a Niky y me tumbé encima de él acariciando su pelo suave.
-Que chupy, voy ha dormir con Niky…- Miré a Papá.
-Oye, Papi, cuando volvamos a casa, quiero un perro igual que Niky. ¿Me regalarás uno?


KAI
Me rasqué la nuca.
-Eh... bueno, ya veremos, Kai, hasta que volvamos a casa falta mucho. –me acomodé en la silla, menuda lata iba a dar el perrillo de las narices.
-No es por meter prisa y tal, pero… ¿Se come aquí hoy? –recibiría una colleja por alguna parte, seguro.



KAI JR
Miré a Papá.
-¿Eso es un si?- Pasó de mi. Inflé los mofletes y me acerqué a Mamá sentándome en sus piernas. -Mami, tu si me regalarás un perrito, ¿verdad?- Jugueteé con uno de sus mechones.



SAYA
Le miré.
-¿Un perrito? ¿Quieres un perrito? ¿Les has preguntado a Papá?- Vi que asentía algo tristón. Eso significaba que le había dicho que no, o le había ignorado para salir del paso.
Miré de nuevo a mi hijo y sonreí.
-Pues claro que te regalaré un perrito, pero tiene que ser más pequeño que Niky, si no, no entraría en tu cuarto.- Sonreí de nuevo y le di un beso en la mejilla al nene.



KAI
-Le estás mimando. –dije apoyando la barbilla en mi mano apoyada en el pasamanos de la silla.
-Pero haz lo que quieras, diga lo que diga le comprarás un perro. –miré al caballo, seguro que iba olfateándonos a todos y alguna vez me lamería la mano.


NEO
Fui a hacer la cena después de preparar las habitaciones para lose demás. Las camas de la nave eran muy cómodas, pero nada comparadas a las camas hogareñas.
Saya y Erika pusieron la mesa mientras yo estaba liado en la cocina.
Nunca antes había cocinado en la nave, ya que Kara lo hacía, pero yo también tenía buena mano para la cocina.
Hice una sopa y un par de filetes para cada uno, me salieron en su punto y la sopa calentita y con li fideos bien blanditos. Me senté en la mesa y empecé a servir.
-Pues nada, que aproveche.


KARA
Sonreí y miré a Neo cómo servía la cena, eso lo hacía yo cada día y se me hacía raro verle a él, me sentía como vacía.
-Ay… déjame ayudarte, por favor… -me reí y, mientras él servía la sopa, yo servía la bebida, no me sentiría a gusto si no…
-Coméoslo todo o aquí rodarán cabezas, eh. –sonreí, sabía que por su bien iban a comerlo todo, aunque no era necesario decirlo, Neo cocinaba bien.



SAYA
Probé la sopa, estaba bastante buena. Miré a Neo y sonreí.
-Vaya, no sabía que fueses tan buen cocinero, pero…- Miré a Kara.
-Creo que tienes un adversario, Kara.- Negué con la cabeza.
-No, creo que Kara supera a Neo con creces.


NEO
Miré a Saya y retiré su plato.
-Tú por bocazas te quedas sin cena.- Sonreí y miré a Kai.
-¿Ves, Kai? No es tan difícil doblegarla.- Me reí levemente. Saya cogió el tenedor y lo clavó entre mi dedo índice y el corazón.
Abrí los ojos ampliamente y la miré.
-A-asesina.


SAYA
Neo me arrebató mi plato de sopa. Cogí el tenedor y se lo clave entre dedo y dedo.
-Nadie juega con mi cena.- Le miré entrecerrando los ojos.
-Devuélveme mi plato.- Neo me lo entregó y yo retiré el tenedor.
-¡Yupy!


KARA
Miré a Saya cuando casi deja manco a Neo.
-Jo… der… -me alejé de su silla, ya que estaba a mi lado.
-No quiero problemas contigo, eh, paz… -miré la sopa y la probé, miré a Neo con los ojos entrecerrados.
-Quieres hacerme competencia…



NEO
Miré a Kara.
-Pero si solo es una sopa y filetes, ¿¿qué competencia??- Me llevé la mano a la frente.
-Si lo llego ha saber no cocino, pido un par de pizzas y a tomar por culo…- Suspiré y tomé de mi sopa.


KARA
Miré la sopa y la revolví los fideos con la cuchara.
-Encima que te estaba alabando como cocinero… -
seguí comiéndome la sopa, para no cocinar casi nunca, el jodido no perdía el toque.



NEO
-¿Alguien tiene alguna queja más?- Miré a los demás.
-Bien.- Asentí al ver que no decían nada.
Terminamos de cenar, al parecer a todos les gustaron la cena, sinceramente…
Me senté en el sofá con Niky a mi lado, estaba tumbado a los pies del sofá con el pequeño Kai Jr. acariciándole la cabeza.


KAI
Después de la cena me senté con Neo en el sofá, miré a Kai con el perro, de verdad parecía que le gustaba mucho, aunque verle con ese bicharraco me recordaba a Tigre…
Miré a Neo.
-¿Crees que soy demasiado estricto?


NEO
Miré a Kai cuando me preguntó. Me encogí de hombros y miré al crío.
-No sé, tanto tú como Saya tenéis una manera distinta de educar a Kai Jr. Se podría decir que tú le aplicas lo que te enseñaron a ti de pequeño y con Saya, pasa lo mismo. Aunque la verdad es que si, comparado con su madre, eres algo estricto.- Miré de nuevo a Kai.
-Un perro no hace mal a nadie, al contrario, le daría más compañía al niño.


KAI
-Sí, ya lo sé… -suspiré.
-Pero ya viste lo que pasó con Tigre, no era un perro y cuando murió ya sabes lo mal que lo pasaron los dos, sé que es comprar un perro y el día que llegue… -me llevé la mano a la frente.
-Me complico la vida hasta más no poder.
–miré a Neo.
-¿Te llevarás al perro en la nave?



NEO
Negué.
-No, Niky es muy mayor para soportar un viaje en la nave. Si fuese más joven si le llevaría, pero creo que es mejor que se quede aquí. Además, no está solo, se encarga de cuidarle una mujer que era muy a miga de mi madre.- Sonreí y miré a Niky.
-Está en buenas manos.


KAI
Miré a Kai, seguro que suplicaría que nos lo llevásemos, al final le terminaría comprando un perro…
-Kai, si te compro un perro lo cuidarás bien, ¿verdad?



KAI JR
Miré a Papá y asentí sonriendo.
-Si, cuidaré de él muy bien, le daré de comer, le sacaré a pasear, jugaré con él, le daré cariños. Será mi mejor a migo.- Asentí con rapidez.
-Si, si, si, si...


KAI
Sonreí negando con la cabeza.
-Entonces por mí podemos regalarte uno cuando volvamos, pero seguirás jugando conmigo, ¿no? Porque si te compro un perrito y luego no me haces caso… -puse cara apenada.


KAI JR
-Qué, si, que si, también jugaré contigo, aunque siempre te la pasas con Mamá jugando en la cama…- Le miré arrascándome la cabeza.
Me senté en sus piernas y le abracé.
-Siii, jugaré contigo.


KAI
-Bueno, entonces te compraré un perro. –le besé en la mejilla y le acaricié el pelo, parecía estar muy contento con la idea de tener un perro.
Miré a Saya.
-¿Qué te parece? ¿Te apetece un perrito?



SAYA
Estaba sentada en el sofá que había en frente del de Kai.
Sonreí y les miré.
-¿Vas a comprarle un perrito, papi?- Alcé una ceja.
-Guao, estás borracho, ¿verdad?


KAI
La saqué la lengua.
-No estoy borracho, si he dicho que le voy a comprar un perro al niño se lo compraré, ¿veis como me tenéis tachado de ogro? –abracé a Kai.
-Ni que nunca le dejase hacer nada ni tener todos los caprichos que tiene…



KAI JR
Sonreí y miré Niky que se levantó. Me miró y me ladró.
-Mira, Niky quiere jugar conmigo.- Me reí y me bajé de las piernas de Papá abrazando a Niky tumbándome sobre él de nuevo.
-Que suave…- Sonreí cerrando los ojos.


SAYA
Sonreí y me acerqué a Kai sentándose de lado sobre si piernas. Rodeé su cuello con mis brazos.
-Hola, ogro.- Sonreí de nuevo.
-¿A mi también me darás los caprichos que quiera?- Pregunté dándole besos suaves por su rostro.



KAI
No hacía nada que me había echado la bronca por darla besos en público y ahora era ella la que me besuqueaba teniendo a Neo al lado.
-Mmm, no sé, tus caprichos son más difíciles de conseguir, ¿te portarás bien?



SAYA
Apoyé la cabeza en su hombro cerrando los ojos.
-Pues claro que me portaré bien, ya lo sabes. Pero no puedo evitar ser traviesa.- Sonreí encogiendo las piernas en el sofá aún sentada encima de Kai.
-Pero me esforzaré por portarme bien contigo.- Le di un besos en el cuello.



KAI
-Eso está bien… -cerré los ojos y acaricié su brazo, a ver qué caprichos me pedía, conociéndola era relacionado conmigo y con el sexo…
Se me hizo raro no ver a James jugando con Kai, no sabía por qué se había quedado en la nave con esa chica…



JIMMY
Me quedé en la nave junto con Ánima mientras los demás iban a casa de Neo.
Me había quedado, ya que a Neo no le hacía ni puta gracia que yo entrase en su casita de campo y Ánima se quedó conmigo, ya que no quería separarse de mí.
Estaba en la cocina, preparando unos sándwiches para cenar. Kara me había dejado algo para cenar, ya que pasarían lo noche fuera.


ÁNIMA
Entré en la cocina después de darme una ducha, esa noche hacía fresco, así que me puse la capa de Jimmy sobre la ropa que llevaba puesta, era cálida.
Sonreí al ver a Jimmy preparando la cena y me senté en una de las sillas mirándole.
-Esto está muy silencioso, ¿no crees?



JIMMY
Miré a Ánima cuando entró en la cocina.
-Si, es normal, los demás se han ido a casa de Neo. Somos los único en la nave.- Sonreí y la entregué un sándwich.
-Pero no te preocupes, preciosa, yo cuidaré de ti.- Me senté a su lado aún sonriendo.



ÁNIMA
Sonreí y miré al sándwich.
-Me siento muy segura a tu lado estemos donde estemos. –le miré sonriendo y empecé a comerme mi cena. Le miré de reojo mientras comía.
-Creo… que puedo contarte mi secreto, confío en ti, no se lo contarás a nadie, ¿verdad?



JIMMY
La miré frunciendo el ceño algo extrañado.
-¿Secreto?... claro, puedes contármelo, no pienso decírselo a nadie si tu no quieres.- Asentí dejando mi sándwich en la mesa para prestarla atención.
-Dime.


ÁNIMA
Dejé mi comida en la mesa y le miré, era la primera vez que se lo contaba a alguien por propia voluntad y estaba algo asustada, no sabía cómo iba a reaccionar.
-Mi raza es una de las más antiguas, por no decir que es la primera derivación de otra. Primero fueron los cuatro elementos: Fuego, Agua, Tierra y Aire, y su contra elemento la Sombra. Antes de salir el Hielo, el Rayo u otros elementos que derivan de los cuatro primeros, los Fantasma salieron de los Sombra. Desde el principio de los tiempos, los Fantasma han sido muy poderosos, por lo que, una vez instaurada la normativa y existiendo ya más de diez elementos derivados, decidieron extinguir nuestra raza, por miedo a que algún día nos revelásemos, aunque eso nunca llegara a pasar. –miré al suelo, esa historia no me gustaba nada.
-Mataron a casi todos, a penas quedó una decena que consiguió sobrevivir, y a lo largo de los años los iban asesinando. A partir de ello nuestra raza sólo se basa en intentar resurgir y volver a formar un gran clan, como lo era antes, no queremos desaparecer. Por lo que… nuestro cometido en la vida es buscar a los demás de nuestra raza y… perpetuar la especie. Sé que suena frío, pero es lo que todos buscamos, el poder resurgir de nuevo, y por eso quiero mantenerme viva, tengo una misión que sé que debo y quiero cumplir, si me matan habré fallado y… es lo que están haciendo, matar a todos los Fantasmas, aún no me he encontrado con nadie, sólo conocí a mi madre, que murió cuando yo tenía diez años y a mi hermano mayor, que con catorce se marchó de casa para cumplir su misión, y no sé dónde está… -le miré con los ojos empañados en lágrimas.
-No puedo morir por ellos, por eso necesito tu ayuda…


JIMMY
Bajé la mirada al suelo cuando terminó de contarme su misión…
-Entiendo… necesitas mi ayuda para seguir viva, mi protección, y te la daré, ya que te prometí que te protegería con mi vida, pero…- La miré de nuevo.
-…dices que tu misión es encontrar a otro como tu para poder perpetuar y volver a resurgir tu especie… eso quiere decir que…- Desvié la mirada de nuevo.
-…que… jamás podrás estar con nadie más que no sea de tu misma especie, ¿verdad?- Mantuve la mirada en la mesa… me aterraba que la respuesta fuese “si”… ahora que por fin había encontrado a alguien que me llenaba y sentía el deber de protegerla… resultaba que jamás podría tener una relación con un chico que no fuese de su misma raza…



ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, no exactamente, Jimmy. –le miré, parecía algo afligido.
-Lo que quiero decir, es que por muy joven que sea, aunque tenga sólo dieciséis años, en cuanto encuentre a un chico Fantasma, voy a intentar tener hijos, sea él o no sea mi pareja, y sabrá que será así, incluso puede que él ya haya tenido hijos o tenga novia, es nuestro deber. La única forma de que yo pueda estar con el chico que quiera… es que me proteja y sepa aceptar que sólo tendré hijos que no sean suyos… -hacía tiempo que estaba preparada para tener hijos, pero aún me tenía que hacer a la idea de que posiblemente nunca podría estar con el que yo eligiese…



JIMMY
Me levanté de la silla y la miré negando.
-No lo veo justo, Ánima. Tener hijos con una persona a la que ni siquiera quieres no es…- Negué de nuevo llevándome las manos a la frente.
-No… los hijos son frutos del amor, no…- Suspiré.
-No estoy de acuerdo con tus ideales, lo siento…


ÁNIMA
Bajé la cabeza con los ojos encharcados en lágrimas, jamás estaría con alguien que yo quisiese, tendría que ser como madre me explicó, mismamente, sin involucrar a Jimmy en esto ya estaba alarmado.
-Nadie lo está… -dejé caer una lágrima.
-Tranquilo, no contaba con que lo respetases, nadie lo hace, no tienes por qué pensar diferente. –me levanté y salí de la cocina, podría haberlo retrasado, quizá así habría obtenido la confianza de Jimmy, pero había vuelto a meter la pata, le había perdido como amigo y con ello las posibilidades de estar con él.




JIMMY
Suspiré y miré la puerta después de que Ánima se marchase.
-Soy un imbécil…- Salí de la cocina rápidamente.
-¡Ánima!... espera…- La agarré de la mano para que se girase cuando la alcancé.
-Lo siento, Ánima, yo…no soy nadie para decirte esas cosas, es tu elección y supongo, no, estoy seguro que si yo estuviese en tu misma situación haría lo mismo que tú…- Suspiré negando y la miré.
-Perdóname…- La agarré de la cara limpiándola las lágrimas que se le deslizaban por sus mejillas.
-Cuidaré de ti y te protegeré para que puedas llevar a cabo tu misión, te lo juro.- Sonreí.



ÁNIMA
Bajé la cabeza, él seguiría protegiéndome, pero de nuevo tendría que vivir con el dolor de que no podría estar con él por culpa de mi misión, pero no iba a renunciar a ella, mi raza debía renacer y yo era una ficha clave para hacerlo realidad.
Le cogí de las manos dejando deslizar más lágrimas, no podía dejar que supiese que me sentía atraída por él, eso lo separaría de mí definitivamente.
-Gracias… y siento habértelo dicho, quizá hubiese sido todo más fácil si no supieses nada de esto.



JIMMY
Negué.
-No, me alegro de que me lo hallas contado, de verdad, eso me hace sentir bien, el saber que confías en mí…- Sonreí y asentí mirándola. La agarré de la barbilla para que me mirase. Sus hermosos ojos estaban llenos de lágrimas tristes, pero aún así no había perdido su belleza.
Acaricié su mejilla con mi otra mano…
Ánima me estaba gustando cada vez más, no solo gustándome… ella sería capaz de borrar los recuerdo de Erika de mi mente… por eso me afectaba tanto lo que me había contado…



ÁNIMA
Suspiré, Jimmy era mucho mejor de lo que esperaba, me iba a resultar realmente complicado intentar olvidarme de quererle, cada acto, cada gesto, cada cosa que hacía provocaba que me atrajese y gustara más.
-No sé cómo puedo agradecerte todo lo que haces por mí… -suspiré y le abracé.



JIMMY
Rodeé sus hombros con mis brazos acariciándola la nuca y la espalda.
-…no quiero nada, no hace falta que me agradezcas nada…- Suspiré bajando la cabeza hasta que mis labios se posaron en su cabeza. Ladeé la cabeza apoyando la mejilla.



ÁNIMA
Realmente me sentía bien con Jimmy a mi lado, teniéndome entre sus brazos y ofreciéndome su apoyo y protección, ya no sólo de los demás, sino de lo malo y de mí misma, él estaba cambiando mi vida de forma radical, y se lo agradecería toda la vida.



NEO
Me levanté temprano, había dormido como un bendito en mi cama de siempre, echaba de menos el dormir en mi casa…
Preparé el desayuno para que cuando se levantasen los demás ya lo tuviesen listo.
Yo me preparé un café bien cargadito.
Me acerqué a la ventana del cuarto de estar y miré el exterior.
Mi casa daba directamente a la plaza, un lugar lleno de actividad y de gente. Los tenderos ya estaban montando los mercados y las madre acompañaban a los críos al colegio… ver un poco de paz en seis años me daba tranquilidad y felicidad.



KARA
Me levanté y me di una pequeña ducha antes de bajar, no había nadie despierto salvo Neo y posiblemente su “perrito”.
Bajé las escaleras, la casa de Neo era verdaderamente una belleza, después de acabar definitivamente con Draco y cerciorarnos de que no volvería a molestar, me vendría con él a vivir aquí, eso era seguro, era un lugar muy tranquilo para vivir.
Sonreí cuando le vi asomado a la ventana, me acerqué lentamente y rodeé su cintura con mis brazos, posando mis labios entre sus omoplatos.
-Buenos días, grandullón.



NEO
Kara se despertó antes que los demás. Sonreí cuando me abrazó.
-Hola, princesa.- La agarré de la cintura para acercarla a mí y la abracé.
-¿Has dormido bien? La cama es enorme habrás tenido tu propio espacio, ¿eh?- Me reí y la besé en el cuello.


KARA
Sonreí.
-Quiero vivir aquí, es un sitio precioso, tranquilo y estás tú… Este sitio es perfecto. –le besé agarrándole de la cara.
-¿No te gustaría retirarte aquí cuando acabe todo? Es… como nuestro paraíso. –sonreí.



NEO
La miré y sonreí.
-Oh, si, nuestro paraíso…- Miré de nuevo por la ventana.
-Me gustaría mucho que viniese ha vivir conmigo, aunque…- Me mordí el labio pensativo.
-Kara…- La miré.
-… antes de decidir algo precipitado… bueno, ya estamos casados así que… a lo que voy es… voy camino de los treinta y uno y tu aún eres joven… quiero decir que… ¿es esto lo que quieres?


KARA
Fruncí el ceño mirándole.
-No… no entiendo, Neo, ¿qué quieres decir con eso? Claro que es esto lo que quiero, ¿cómo no voy a querer estar contigo? Me… me he casado contigo porque te quiero y quiero estar contigo, que sea más joven no quiere decir que quiera estar por ahí… yo que se de fiesta todo el día, yo quiero estar contigo, ¿por qué me preguntas esto?


NEO
Negué con la cabeza y la miré.
-Por nada.- Sonreí y le besé en la frente.
-Si en verdad es lo que quieres, está bien.- La abracé con más fuerza contra mi pecho.
-Yo también te quiero y quiero que vengas a vivir conmigo, tú y Sein.


KARA
Sonreí y le abracé.
-Bueno, podríamos omitirle de nuestros planes, es un plasta. –me reí.
-Seguro que le encantará venir a vivir contigo, te tiene como un modelo a seguir. –le acaricié la espalda con la yema de los dedos.
-Neo… ¿De verdad piensas que aún no soy madura? –le miré.
-Creo que te he dado motivos para demostrarte que ya lo soy…


NEO
La miré cuando me dijo eso.
-Kara, yo no pienso que no seas madura. Eres una mujer adulta y me gusta como eres, el que me preocupo soy yo mismo, pero…- Me encogí de hombros.
-No me hagas caso, son cosas pasajeras.- Sonreí.
-Lo único que quiero ahora es que seas feliz y estés bien.


KARA
Suspiré.
-Yo soy feliz con tal de estar a tu lado, mi vida… -apoyé la frente en su pecho y le besé hundiendo mis dedos en su espalda.
-Dime qué haría yo sin mi oso…


NEO
Sonreí y la miré.
-No lo sé, pero de lo que estoy seguro es que yo no viviría sin ti.- La besé en la frente de nuevo rodeando sus hombros con mis brazos.
Seguí mirando por la ventana con Kara entre mis brazos… me quedaba totalmente claro que Kara y yo no teníamos las mismas visiones para el futuro.


KAI
Me desperté con Saya entre mis brazos, la cama era bastante cómoda y habíamos caído rendidos, la casa de Neo era muy tranquila, la Black Hole era similar, pero su casa era más confortable.
Sonreí y besé a Saya en la nuca, la solté con cuidado para que no se despertase y salí de la cama quitándome el pantalón del pijama para vestirme.


SAYA
Sentí que Kai salía de la cama dejándome sola. Me giré estirándome sobre el colchón. Abrí los ojos y le miré agarrando las sábanas.
-¿Ya te vas? ¿Me dejas solita en esta enorme cama?- Sonreí encogiéndome en la cama.



KAI
Sonreí mirándola mientras me ponía una camisa negra. Me acerqué y apoyé mis manos en la cama y la besé en el cuello con suavidad.
-Esta cama es muy cómoda, pretendía dejarte dormir hasta que te hartaras de estar en una cama tan grande.



SAYA
Le rodeé el cuello con mis brazos haciendo que se inclinase hacia mí aún más.
-Nooo, a mi me gustan las camas pequeñas, estrechitas en la cual pueda estar muy pegadita a ti.- Sonreí besándole en el cuello.



KAI
Me tumbé sobre ella y la besé en los labios repetidamente, me separé dejando de distancia nuestras narices.
-¿Sabes qué? Me parece que me voy a quedar un ratito más, nadie me espera. –la volví a besar estrechándola contra mí.



SAYA
Sonreí acariciándole le nuca con mi manos.
-Me parece bien.- Me acerqué para besarle, pero en ese momento entró Kai Jr. gritando y corriendo hacia nosotros. Se subió a la espalda de su padre aplastándome a mí.
-No, ¡ay! Me estáis aplastando…


KAI
-Joder, Kai. –me levanté de encima de Saya haciendo que Kai volcase en un lado de la cama.
-No seas bruto. –me coloqué la chaqueta.
-Torbellino, calma, ¿a dónde vas tan deprisa?



KAI JR
Me reí y miré a Papá señalándole con el dedo.
-Je, je, je, je… estabas dándote besitos con Mamá…- Me reí de nuevo rodando sobre el colchón.
-Os estabais besando, os estabais besando, os estabais besando…- Canturreé si dejar de roda y reír.



KAI
Alcé las cejas, con el asco que le daba que lo hiciésemos y ahora parecía que le gustaba y todo.
-Sí… Nos estábamos besando. –le agarré.
-Sé que tienes envidia… -empecé a besarle por la mejilla haciéndole cosquillas para rabiarle.



KAI JR
-¡Nooooo! ¡Papaaaaaá! ¡Dejameeee, yo no quiero besooooos!- Me tapé la cara con la sábana riéndome por las cosquillas que me hacía Papi.
-¡Para, malvado!- Me retorcí de la risa.
-¡Vale, me voy, me voy, pero deja de hacerme cosquillas!


KAI
Le solté y me senté apoyando las manos a cada lado de mi cintura.
-Vaya, pensaba que tú también querías mis besitos… ¿o es que quieres que te los de Mami? –la agarré contra mí.
-Pues es mía.


KAI JR
Me crucé de brazos.
-Eres un egoísta, Mamá también es mía y me gustan mucho sus besos.- Torcí el morro.
-Yo quiero a mi Mamá.- Me abracé al brazo de mi Mami.



SAYA
Miré a Kai Jr. y sonreí.
-Ven aquí, rubio mío.- Le agarré y le senté entre mis piernas haciendo que apoyase la cabeza en mi pecho. Le revolví el pelo con cariño cuando me abrazó.
-Vamos, Papi, deja que mime al nene, más tarde dejaré que te aproveches de mí como gustes.- Sonreí mirando a Kai.


KAI
Puse los ojos en blanco sonriendo.
-Te la dejo un rato, pero más te vale devolvérmela… -le fulminé con la mirada y sonreí.
-Voy a por algo de desayunar. –me levanté colocándome la camisa y salí.



SAYA
Sonreí y abracé al crío contra mí dándole besos en la mejilla y acariciándole el pelo.
Hacía mucho tiempo que no mimaba así a mi piojito, me hacía muy feliz estar con él… era una maravilla ser madre.


KAI
Bajé a la cocina, no sin cruzarme con Kara, por suerte había preparado tostadas y café, así que preparé una bandeja para Saya y para mí y Kara hizo un cola-cao para el niño.
Subí al cuarto y les vi achuchándose, sonreí.
-Qué bien, como os queréis.



KAI JR
-¡Papá!- Sonreí sin dejar de abrazar a Mami. Me puse de pie en la cama mientras Mamá me agarraba para no caerme.
-Mami sigue siendo mía.- Le saqué la lengua y miré a Mamá.
-Yo también te puedo dar un beso, Mami.-
Me acerqué y la di un besito muy pequeño en la los labios. Me reí tumbándome de nuevo junto a Mamá.


KAI
-Pero bueno… -me acerqué con la bandeja.
-Mamá será toda tuya, pero sus labios son míos y sólo míos. –le volví a hacer cosquillas y cogí una taza de café.
-Te he traído el desayuno porque me caes bien, pero como sigas acaparando a mamá mucho rato me parece que me voy a quedar el Cola-cao que con tanto amor te ha preparado Kara.


KAI JR
Le miré frunciendo el ceño.
-Jooo, eso no es justo, Mamá también es mía, no puedes hacer eso…- Me crucé de brazos.
-Pues quédate con el cola-cao de Kara, yo me quedo con Mamá.- Abracé de nuevo a Mamá.



KAI
-Bueno, pues tómate el Cola-cao, porque Mami en estos momentos no es de nadie.- Miré al crío y después a Kai.
-Me voy a la ducha.- Me levanté apartando las sábanas. Me metí en el baño y me desnudé tapándome con una toalla. Abrí la puerta y asomé la cabeza.
-Ohm, ahora que estáis sin mí, podéis daros mimos mutuamente.- Les guiñé un ojo y volví a entrar en el baño entornando la puerta.



SAYA
Miré a Kai y le saqué la lengua.
-Ahora te quedas sin mami. Y no te voy a dar mimos porque no quieres mi besos… -di otro sorbo a mi café mirándole de reojo.


KAI JR
Miré a Papá y le saqué la lengua. Agarré mi cola-cao y me lo bebí de un sorbo tirándome un eructo después.
-Que rico estaba.- Me relamí los labios dejando la taza en la bandeja. Me tumbé en la cama rascándome la tripita.



KAI
Bajé la cabeza.
-Voy a ignorar todas las guarrerías que hacéis tu madre y tú o me estresaré. –le miré y dejé la taza en la bandeja.
-Kai, ¿ya no me quieres? –pregunté con tono tristón.



KAI JR
Me senté y miré a Papá.
-Si que te quiero, ¿por qué me preguntas eso? Eres mi Papá y te quiero.- Me rasqué la cabeza.
-Sería muy feo que un niño no quisiese a su Papá.- Sonreí y cogí una galleta.



KAI
-Ah, bueno, entonces me quedo más tranquilo… -sonreí y le revolví el pelo, miré la puerta y volví a mirar a Kai.
-Kai, ¿te gusta más que Mamá y Papá estén juntos o como antes? –me senté detrás de él y le coloqué entre mis piernas.


KAI JR
Miré a Papá.
-Pues… quiero que estéis juntos, antes, Mamá lo único que hacía era llorar y llorar. Ahora está siempre contenta y tú también. Sonreís y os dais besos, aún que a mi no me guste verlos…- Sonreí.
-¿Mamá volverá a casa cuando los malos se vayan?


KAI
Sonreí con él.
-Claro que sí, hijo, volveremos los tres juntos como una familia normal. –le abracé.
-Pero mamá sigue siendo mía. –dije cerca de su oído y le volví a hacer cosquillas.



KAI JR
-¡Nooo! Mamá es más mía que tuya, ladrón.- Me reí y me levanté de la cama. Corrí al baño y entré cerrando la puerta para que Papá no entrase.
-¡Hola, Mamá!- Sonreí, Mamá ya había salido del baño.



SAYA
Ya había salido de la ducha y me estaba secando las piernas con la toalla cuando entró Kai Jr. Por el alboroto, ya había discutido con su padre. Sonreí y le miré.
-Pero bueno, ¿tanto me echabas de menos que no has podido esperar a que terminase de ducharme?- Me puse la camiseta limpia y la ropa interior.
-Anda, vamos fuera, terminaré de vestirme en la cama.- Sonreí de nuevo cogiéndole en brazos.


KAI
Me eché sobre la cama mirando boca abajo a Saya mientras salía de la ducha con el niño en brazos. Sonreí y la silbé.
-Uy, si no tuvieses el crío en brazos lo que te hacía. –sonreí y me senté en la cama.



KAI JR
Miré a Papá sacándole la lengua de nuevo.
-Pues te aguantas, porque ahora la tengo yo.- Canturreé abrazando a Mami.
-¡Que fresquita estás!- Sonreí y la besé en la mejilla.
-Mami es mía, mía, míiiiiia….


KAI
Me levanté de golpe y me coloqué de un paso frente a Saya.
-Hola, mami. –la besé posando una mano en su espalda, a Kai le daba asco verlo, pero me daba igual.
-¿Por qué no dejas al churumbele y te vienes conmigo? –esbocé media sonrisa clavando mi mirada en ella.



SAYA
Abrí los ojos con amplitud cuando Kai me besó tan de repente, como no, el crío asqueó y se bajó de mis brazos como alma que lleva el diablo.
Miré a Kai cuando se apartó y me miró… de esa manera…
-Esto…


KAI JR
-¡Puaj!- Papá besó a Mamá delante de mí.
-¡Que asco!- Me bajé de los brazos de Mamá con rapidez cruzándome de brazos.
-Si os ponéis mimosos yo me voy…- Miré a Papá.
-Esta vez me has ganado, no tendrás tanta suerte la próxima.- Me fui corriendo antes de que se pusiesen a besarse de nuevo… puaj.



KAI
Me reí cuando el niño salió corriendo asqueado. Miré de nuevo a Saya y posé las manos en ambos cachetes del culo mirándola de cerca.
-Mmm… con que eres de Kai, ¿eh? Yo prefiero que seas mía, la verdad… -la besé.



SAYA
Tragué saliva y le miré.
-Ya… me lo imagino, pero… el crío también quiere pasar tiempo conmigo y tú también… creo que tengo un problema…- Dije algo cohibida, odiaba que utilizase su “truco” de la mirada seductora cuando no conseguía lo que quería… me desarmaba entera…


KAI
Me mordí el labio y la solté con suavidad.
-Está bien… Verte así verdaderamente me ha dado ganas de comerte entera, pero veo normal que quieras pasar un rato con el niño, últimamente no estamos nunca con él… -alcé las manos.
-Te dejaré tranquila. –sonreí.


SAYA
Le miré alzando las cejas.
-¿Qué? Creo que no, señorito.- Le agarré del cuello de la camisa y le empuje suavemente hacia atrás hasta que se sentó en la cama.
-No soporto que me hagas esto. Me miras de esa manera que sabes que tanto odio pero me gusta a la vez dejándome indefensa, me besas y me seduces, ¿y ahora dices que me vas ha dejar tranquila?- Le miré sin soltar el cuello de su camisa.
-Pues no te irás hasta que me comas enterita…- Agarré el extremo de mi camiseta y me la subí lentamente hasta por encima del ombligo.-… como tú me has dicho.- Sonreí alzando una ceja.


KAI
Sonreí, era lógico que quisiese estar con el niño, a mí tampoco me importaba pasar el rato con él, y más después de lo que nos habíamos unido tras… el accidente de Saya… Pero en estos momentos el crío podía esperar.
La cogí de la cintura y empecé a besarla la piel del vientre, a la altura del ombligo.



SAYA
Sonreí y le miré mientras me besaba por el vientre acariciándole la nuca con mis dedos. Me incliné ligeramente hacia delante posando mis labios en su cabeza.
-Oye, Kai, quiero decirte algo, pero… no sé cual será tu reacción y si estarás de acuerdo conmigo…- Apoyé la frente en su pelo sin dejar de acariciarle la nuca.
-Creo que me da algo de miedo preguntártelo….


KAI
Alcé la cabeza mirándola algo extrañado, la verdad es que el tono que estaba empleando me estaba asustando a mí.
-Bueno… dime qué es, intentaré no alarmarme sea lo que sea… -la acaricié la espalda infundiéndola ánimos.



SAYA
Le miré y suspiré acariciándole el rostro con mis dedos..
-Es muy pronto, y sé que aún no estamos preparados para ello, aún no sabemos como va ha acabar todo esto y puede que sea una idea precipitada, pero…- Desvié la mirada pensando en la manera de decírselo… Le miré de nuevo con una leve sonrisa perfilando mis labios.
-Quiero… me gustaría… tener otro hijo contigo, Kai…- Sentí que mi corazón se aceleraba por la posible respuesta de Kai…



KAI
Por un momento analicé lo que me había propuesto Saya, ella quería otro hijo… Nunca pensé que buscaría aumentar la familia, y la idea tampoco me parecía mala del todo, antes se me habría antojado imposible, pero ahora no me resultaba difícil de asimilar.
-¿Quieres tener otro bebé? Pues tengámoslo.



SAYA
Le miré cogiendo airé.
-Kai…- Sonreí.-…no es una decisión que quiera tomar yo sola… si de verdad te sientes preparado y también lo deseas, estaría dispuesta…- Bajé la mirada de nuevo.
-Solo si tú quieres.


KAI
Sonreí y la agarré de la cara para que me mirase.
-¿Por qué no iba a querer? Dime qué hay de malo en tener otro hijo. Kai es lo que más queremos en el mundo, ¿por qué no podría ser de nuevo así? Además, ahora está bien, tiene a James y tal, pero cuando volvamos volverá a estar solo, no le vendría mal un hermanito. –sonreí.



SAYA
Le miré y sonreí, no dije nada. Rodeé su cuello con mis brazos y le abracé con fuerza apoyando la cabeza en su hombro. Sonreí de nuevo cerrando los ojos. En esos momentos me sentía la mujer más feliz del mundo, seguro…



ÁNIMA
El resto de la gente de la nave aún no había vuelto, pero al menos así podría estar a solas con Jimmy…
Después de la conversación nos habíamos acoplado en la cubierta. El cielo estaba despejado y se respiraba paz en ese lugar, la gente que pasaba, que no era mucha, no reparaba en nosotros, y era algo que agradecía, aunque me mantuve con la capucha de la capa puesta, me sentía más cómoda así.
Miré a unos niños jugar con una pelota no muy lejos de la nave.
-Este lugar es tan bonito… Ojala hubiese nacido aquí…



JIMMY
La miré de reojo cuando dijo aquello. Volví la mirada a la calle apoyando los codos en la barandilla de la cubierta.
Asentí ligeramente.
-Pienso retirarme a las montañas o a cualquier sitio donde pueda vivir solo y tranquilo…


ÁNIMA
Le miré.
-¿Cuál es tu misión, Jimmy? ¿Qué es lo que tienes pensado hacer? Bueno… no hace falta que me lo cuentes si no quieres, a veces me meto mucho donde no me llaman… -miré al suelo, no sería la primera vez que metía la pata ese día.



JIMMY
La miré de reojo de nuevo.
-Yo no tengo ninguna misión, Ánima. A mi me crearon para destruir… sin capacidad para elegir por mí mismo, pero parece que eso le falló a Draco y bueno…- Me encogí de hombros.
-Mi único objetivo es…-Bajé la mirada.
-…ser libre… me da igual de que manera, pero poder ser libres… poder liberarme del yugo de Draco al cual sigo sometido…


ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, Jimmy, él no tiene ningún poder sobre ti, ya no. Puedes hacer lo que quieras sin contar con él y sin contar con lo que pueda hacer. Eres libre de hacer lo que quieras porque eres una persona y él ya no tiene poder sobre ti. Puede que antes él te mandase y controlase, pero tú ahora eres dueño de tus actos, y, aunque quieras que él deje de existir para ser completamente libre… en realidad ya lo eres. –posé mi mano en la suya.

-Nadie te prohíbe hacer lo que quieres.


JIMMY
Miré su mano sobre la mía.
-No es cierto que yo pueda hacer lo que quiera y ya no porque me lo prohíba Draco…- La miré.
-…me lo prohíbo yo mismo…- Desvié la mirada de nuevo al frente.



ÁNIMA
Bajé la cabeza.
-Nadie es nunca completamente libre, pero no sé… qué es eso que te prohíbes tú mismo y por qué lo haces, pero si lo haces tú mismo no es algo que se pueda solucionar de cualquier manera. –le abracé por detrás.
-Siento ser tan pesada contigo, pero me importas…



JIMMY
Bajé la cabeza cerrando los ojos. Suspiré y los abrí de nuevo.
-Lo más correcto es que yo deje de existir… no pertenezco a ningún lugar…- Miré la ciudad y a los niños…



ÁNIMA
Abrí los ojos ampliamente, me coloqué a su lado y le miré a la cara.
-James, ¿qué estás diciendo? ¿Por qué crees eso? –le cogí de la cara con cuidado para que me mirase.
-Jimmy, tú sí tienes que existir, has hecho mucho por esta gente, por mí… Si no fuese por ti quizá ninguno de nosotros seguiría con vida, debes vivir y eres imprescindible… -bajé la cabeza.
-Y sí que perteneces a algún lugar… -
le miré de nuevo.
-El lugar donde yo esté es tu lugar, a mi lado…



JIMMY
La miré.
-¿Y por qué quieres que esté a tu lado? Lo único que debo hacer por ti es protegerte y ayudarte a encontrar a un hombre de tu misma raza, ¿para que quieres que esté a tu lado después?- Giré la cabeza de nuevo.
-No tiene sentido que esté contigo si no sentimos las mismas cosas…


ÁNIMA
Bajé la cabeza, de nuevo el tema estaba machando todas mis esperanzas de estar con Jimmy, él no lo aceptaba aunque lo respetara… No estaría dispuesto a estar conmigo si llevaba a cabo la misión de mi vida…
Le miré de nuevo, tragué saliva.
-¿Quién te ha dicho que no sentimos lo mismo?



JIMMY
La miré a los ojos.
-¿A caso dejarías que te besase ahora mismo? No me refiero a un beso tradicional de tu pueblo, ya sabes a lo que me refiero…- Me incliné para mirarla mejor a los ojos.
-¿Dejarías que te besase?


ÁNIMA
Mi corazón reaccionó ante sus palabras y su acercamiento acelerando de manera bastante notoria, casi se podía oír.
Negué con la cabeza respirando hondo.
-No dejaré que me beses. Quiero hacerlo yo. –pasé mis manos a su nuca y junté mis labios con los suyos sin dejarle reaccionar.
Era la primera vez que besaba a alguien así, y tenía miedo de que reaccionase mal, quería que siguiese mi beso, ser correspondida y poder seguir besándole.


JIMMY
Cerré los ojos cuando Ánima me besó. Posé una de mis manos en su nuca y la otra a su cintura siguiendo su beso. La acerqué a mí hasta que quedamos totalmente pegados.
Nunca antes había imaginado que desearía con tanta pasión unos labios que no fuesen los de Erika, pero la verdad es que Ánima era todo cuanto deseaba, besar, tocar…
Había influenciado en mí vida más de lo que yo esperaba y me gustaba, me sentía dichoso de poder besarla.



ÁNIMA
Me sentía verdaderamente feliz en esos momentos, era una respuesta que no me esperaba sinceramente y, era lo mejor que me podía pasar.
Rodeé su cuello con mis brazos, el tema de mi misión voló de mi mente, no quería pensar en ello mientras los labios de Jimmy y los míos se rozaban y juntaban una y otra vez, quería que ese momento no se acabase por nada del mundo.



JIMMY
Dios… no podía parar de besarla, no quería, si lo hacía notaba que me moría…
Rodeé su cintura con mis brazos posando las manos en su espalda.
Apoyé la frente en la de ella respirando con intensidad y aún con los ojos cerrados…
La miré a los ojos sin separarla de mí.
-Has hecho mal… - Sonreí.
-… ahora que te tengo, no pienso soltarte hasta que me supliques que lo haga…- Acerqué de nuevo mis labios a los de ella y los rocé sintiendo de nuevo ese frenesí que hacía que sintiese escalofríos.



ÁNIMA
Sentía que perdía absolutamente el control de mi cuerpo, mis labios se movían solos al compás de los de Jimmy, saboreándolos y buscando beber de él, absorbiendo de él todo lo que quería y más. Sus manos estaban en mi espalda, provocando que sintiese escalofríos, nadie en la vida había estado tan junto a mí como ahora lo estaba Jimmy, no quería separarme de él.


JIMMY
Si por mi fuese, la seguiría besando el resto del día, sintiendo en esos momentos que era mía, aunque después, todo quede como si hubiese sido un sueño que ambos compartimos… solo eso…
Acaricié su espalda con mis manos, aún que el derecho lo tuviese recubierto con un guante negro, ya que era de metal y lo más seguro es que no le sería agradable…
Ante todo seguí besándola, parando de vez en cuando para coger aire y después automáticamente volver a besarla, alternando los movimientos de los labios e inventándonos otros nuevos para alcanzar el mayor placer.
La besaría hasta que ella dijese basta, hasta entonces no pararía…


ÁNIMA
Me sentía caer en sus brazos, llegó un momento del beso que perdí la noción del tiempo, no sabía si llevábamos así minutos u horas, y me daba igual… ¿Esto era lo que se sentía cuando una estaba enamorada? No sabía si estaba enamorada de Jimmy, puede que fuese demasiado pronto para decirlo, pero si él no cambiaba y yo tampoco lo hacía acabaría enamorándome de él hasta el punto de que ya no podría quererle más, era el chico con el que quería estar, y lucharía por él.
Noté su mano metálica en mi espalda, nunca le había mencionado nada sobre su brazo, quizá le resultaría incómodo hablar de ello, y a mí no me molestaba de ninguna manera, es más, me parecía que le hacía más fuerte y me gustaba.
Me separé de él levemente apoyando mis manos en sus mejillas, respirando fuerte y entrecortadamente, le miré sonriendo.
-Lo siento… me gusta tanto besarte que si me descuido me ahogo… -solté una pequeña risotada volviendo a rozar sus labios y volví a juntarlos con los míos, más alternada y tranquilamente.


JIMMY
Solté una risotada cuando dijo eso, la verdad es que a mí también me costaba respirar si no me tranquilizaba un poco… aunque me resultaba bastante difícil controlarme.
-No te disculpes… no has hecho nada malo, prefiero que respires antes de que te ahogues.- Sonreí posando mis manos en sus costados acariciando su cintura.
La miré a los ojos sin borrar la sonrisa de mis labios los cuales se rozaban con los de Ánima.
Cerré los ojos atrapando de nuevo sus labios entre los míos besándola esta vez más tranquilo pero sin perder la pasión.



ÁNIMA
Rodeé su cuello con mis brazos de nuevo presionando sus labios contra los míos, acaricié el vello de su nuca, que estaba erizado. Sabía que él estaba enamorado de Erika, y la verdad es que no me terminaba de gustar que fuese así y ahora estuviese besándome de esa manera, pero no era el momento de pensar en ello, yo quería disfrutar de él, y pedía que poco a poco fuese ganándole para mí, y al menos así no sufriría por Erika…



ERIKA
Jim y yo fuimos los primero en regresar a la nave. Habíamos dormido muy bien en casa de Neo, era muy cómoda y reconfortable…
La sonrisa se me borró de la cara cuando, pasando por al lado de la cubierta, vi a Jimmy besándose con Ánima… ya decía yo que no sería buena idea dejarles solos… ¿tan rápido se había olvidado de mí? No hacía ni cuatro semanas me había besado a mí diciéndome que me deseaba y ahora…
Bajé la cabeza un momento y carraspeé.
-Buenos días, uy, perdón, no quería interrumpir, lo siento…- Intenté sonar natural, no quería que se descubriese que estaba…celosa….



JIMMY
Escuché la voz de Erika. Giré la cabeza lentamente hacía ella sin separarme ni un milímetro de Ánima. Me relamí los labios y solté una risotada mirando a Ánima de reojo.
-Esto… ¿te importa? Nos gustaría estar a solas…- Sonreí de nuevo rascándome la nuca.



JIM
Estaba volviendo junto a Erika a la nave, por desgracia estaba James en la cubierta con… la chica nueva. No les miré directamente y pasé por su lado dirigiéndome al interior de la nave, pero Erika se quedó parada.
La miré y miré a James cuando la habló. Suspiré y la cogí de la mano tirando de ella hacia la puerta.


ÁNIMA
Me mordí el labio sonriendo más bien de vergüenza cuando Erika pasó por nuestro lado y se quedó mirándonos. Miré a Jimmy que la miraba a ella, la había pedido que nos dejase solos, sonreí.
El novio de Erika la cogió de la mano y tiró de ella llevándosela, bajé la mirada al suelo sonrojada.



JIMMY
Sonreí y miré a Ánima.
-Uuuuh, Jim está cabreado, creo que le gusto.- Me reí levemente viendo que Ánim se había sonrojado.
-Te has puesto roja.- Sonreí y la agarré de la barbilla para que me mirase.
Era extraño que, al ver a Erika, no sintiese esa fuerte punzada en mi corazón, era extraño pero me aliviaba saber que no seguiría sufriendo por ella, por una persona la cual no se lo merecía.



ÁNIMA
Me reí sin mirarle directamente de puro nervio. Después le miré a los ojos sonriendo.
-Es normal… es el primero beso que doy y se me han quedado mirando… -escondí la cara en su pecho ocultando mi rostro enrojecido.
-Déjame, estoy tonta, soy como una niña… -me reí y le volví a mirar.



JIMMY
Sonreí y la acaricié la nuca cuando escondió el rostro en mi pecho.
-No eres tonta… - Negué aún sonriendo y la miré. La agarré de la cara con mis dos manos, miré mi mano de metal y la aparté.
-… lo siento, seguro que no es de tu agrado que te toque con… bueno… ya me entiendes…


ÁNIMA
Sonreí y cogí su mano metálica volviendo a posarla en mi rostro.
-No me importa en absoluto, es algo propio tuyo, no es un defecto en mi opinión, ¿para ti lo es? –acaricié su mano humana, la otra dudaba que la sintiese.


JIMMY
-La verdad es que… no me gusta…- Miré el guante y me lo quité dejando ver el color gris del metal. Cerré y abrí el puño sin dificultad.
-… pero creo que me lo merecía…- La miré de nuevo.
-Me… Kai fue quién cercenó mi brazo natural… pero porque yo intenté matar a su mujer…


ÁNIMA
Miré su mano metálica, James no siempre había sido así, en un pasado era un asesino al servicio de Draco, como yo…
Le miré.
-No soy quién para cuestionar tu pasado, estoy segura de que ahora no lo harías y de que estás arrepentido. –sostuve su mano de piel en la mía mientras la otra la agarraba contra mi pecho.



JIMMY
La miré y esbocé media sonrisa.
-Si a ti te gusta, a mí también.- Me puse el guante de nuevo y suspiré. La miré y rodeé su cintura con mis brazos acercándola a mí. Sonreí clavando mi mirada en sus preciosos ojos.
-¿Quieres que comamos juntos de nuevo? ¿En el cuarto? ¿Tú y yo solos?


ÁNIMA
Sonreí ampliamente y asentí.
-Claro que sí. –le cogí de la cara posando mis manos a cada lado de su barbilla y le besé de nuevo, me separé levemente para mirarle a los ojos y volver a sonreírle.



JIMMY
Sonreí de nuevo.
-Pues tú ve al cuarto mientras yo preparo algo, no tardaré.- Dije apartándola un mechón de su rostro sin dejar de mirarla. Me incliné y la besé de nuevo.



ÁNIMA
Sonreí cuando me volvió a besar, unos segundos después separé mis labios de los suyos y posé un dedo en ellos.
-Si me sigues besando no podré separarme de ti y por lo tanto no podré irme… -sonreí acariciándole los labios con la yema de mi dedo y entré en la nave sin dejar de mirarle.



JIMMY
Sonreí y me rasqué la nuca cuando se marchó sin dejar de sonreír.
-Dios… gracias, gracias. Te rezaré todos los días y te pondré en un pedestal.- Pegué un salto de alegría no muy grande… no quería llamar la atención pero en esos momentos me sentía tan… tan bien.
Respiré hondo y entré en dirección a la cocina.



KARA
Volví a la nave con una caja de provisiones entre los brazos, entré en la cocina suspirando.
-Ojú… -miré a Jimmy que estaba allí, parecía muy contento. Sonreí.
-¿Qué? ¿Has dormido bien? Pareces contento. –saqué un par de cosas de la caja y las coloqué sobre la encimera.


JIMMY
Estaba preparando una ensaladita y un par de filetitos ligeros pero sabrosos cuando entró Kara.
-Hola, Kara.- Sonreí y dejé los filetes en los platos junto con la fuente de ensalada.
-Me quedaría a charlar contigo, morena mía, pero tengo una cita importante y no faltaría a ella ni por todo el oro del mundo.- Sonreí de nuevo.



KARA
Sonreí y posé una mano en mi cintura mirándole.
-Vaya, vaya, Jimmy, ¿una cita? Mmm, ¿quizás con esa niña llamada Ánima? –sonreí y me acerqué.
-Pero cuéntame algo, ¿ya os habéis besado? –sonreí contenta, me hacía ilusión.



JIMMY
Solté una risotada poniendo todo en una bandeja.
-Oh, no, no puedo pararme a charlar, ya te lo contaré más tarde.- Agarré la bandeja y me dirigí a la puerta para salir.
-Y sobre si nos hemos besado…- Sonreí.
-…puede.- La guiñé un ojo y salí de la cocina.



KARA
-Oh, capullo… -sonreí, estaba seguro que se habían besado, y ahora tenían una cita, al fin a Jimmy le iban las cosas bien.
Seguí sacando las cosas de la caja más animada.
-Ya sólo le queda buscar pareja al pequeño Kai… -me reí.



NEO
Entré en la nave cerrando la compuerta junto con Kai y Saya que llevaba en brazos a Kai Jr.
Entré en la cocina dejando encima de la mesa unas botellas grandes de agua.
-Pues nada, ya hemos dejado a Ian en tierra, podemos irnos de aquí.-Miré a Kai.
-Querías ir al País de Fuego, ¿verdad?


KAI
Miré a Neo cuando preguntó.
-Sí, tenemos que hablar con el rey, es amigo nuestro, ya sabes. No tenemos prisa, pero si podemos pasar por allí antes que parar en cualquier otro sitio estaría bien.


NEO
Asentí y metí las botellas en la nevera.
-Está bien, pues pondré la nave a punto y en dirección al Reino del Fuego…- Salí de la cocina y me dirigí al puesto de mandos sentándome en mi sillón. Encendí los motores y el panel de gravedad haciendo que la nave se alzara en el aire hasta alcanzar una buena altura. Miré el GPS y puse rumbo al País del Fuego.

viernes, 25 de diciembre de 2009

Capitulo- LXX- EL OCTAVO PASAJERO

KARA
Estaba preparando hamburguesas, como me había pedido el enano de la casa. Yo cocinaba y Kai me ayudaba poniendo los ingredientes en las hamburguesas, le miré sonriendo.
-Vaya, qué buen pinche tengo, creo que te mereces un premio…



KAI JR
Puse una hoja de lechuga en la última hamburguesa.
-Ya está.- Sonreí y miré a Kara.
-He hecho una hamburguesa.- Me sonaron las tripas.
-Vamos ha comer, que tengo hambre.


KARA
Sonreí y puse la bandeja con todas las hamburguesas en la mesa.
-Muy bien, vamos a cenar ya, puedes empezar si quieres, creo que el olor llamará al resto de la tripulación, has hecho tan bien las hamburguesas… -sonreí y me senté con él.
-Fíjate, al final estoy cenando contigo.


KAI JR
Sonreí y mordí la hamburguesa.
-¡Mmmmm! ¡Qué rica!- Sonreí dando otro bocado la hamburguesa.



SAYA
Entré en la cocina. Allí estaban Kara y mi niño. Me acerqué a Kai y le abracé dandole un besazo en la mejilla.
-Hola, pitufín mío.- Sonreí.
-¿Qué comes?-Vi la hamburguesa.
-Uuuhhh, una rica hamburguesa. ¿Me das un cachito?- Kai acercó la hamburguesa a mi boca y mordí un poquito.
-Mmm, que rica.- Miré a Kara.
-¿Qué tal, cocinera?


KARA
Sonreí.
-Vaya, no mejor que tú, pareces muy alegre, ¿no? –di un mordisco a mi hamburguesa.
-Me alegro, al menos alguien contento en esta nave, la mayoría están todos decaídos o directamente por los suelos. –miré a Kai comer, era tan mono y parecía tan indiferente con todo lo malo que pasaba, qué suerte tenía de ser niño.



SAYA
Sonreí y me senté al lado del crío.
-Bueno, estoy contenta por una parte. Parece que voy mejorando con mi poder, voy controlándolo poco a poco, pero…- Suspiré encogiéndome de hombros.
-Tengo algún que otro problemilla con Kai Papá… ya me entiendes.- Dije mirando a Kara, ella lo entendía. No iba a decirlo claramente delante del niño.



KARA
Fruncí el ceño resoplando.
-Eso duele… -negué con la cabeza, llevar tres semanas en abstinencia era lo que se dice claramente una putada, y más conociéndolos a ellos, que estaban acostumbrados a noche sí y noche también.
-Creo que si estás progresando deberíais volver a intentarlo, y si no, le destrozas en pedacitos pequeños, ya ves tú que problema. –bebí un poco de mi vaso de agua.



SAYA
-Eso sería una putada, si le destrozo en pedacitos luego tengo que limpiarlo todo.- Sonreí, si Kai me escuchaba decir eso de él, seguro que la que acabaría hecha pedazos sería yo.
-Pero supongo que sí… tendré que intentarlo, no sé que pensará él… pero tendré que arriesgarme.


KARA
-Claro que te tienes que arriesgar, coño, ¿cómo vas a estar más tiempo sin echar un po… -miré al niño de reojo- un… un póker? Es mucho tiempo lo que llevas sin echar uno, tiene que ser frustrante… -mordí la hamburguesa, mejor me mantenía callada, miré el reloj.
-Joder, este hombre está constipado o algo… ¡Neo! ¡La cena te espera! ¡Es carne! –di otro mordisco, aún faltaba gente por llegar.



NEO
-Ya voy, ya voy.- Entré en la cocina secándome la cabeza con una toalla.
-Acabo de salir de la ducha, coño, no me ha dado tiempo ni ha vestirme.-Solo llevaba el pantalón del pijama.
-Uuuh, hamburguesa.- Me senté en una silla y cogí una.



KARA
Antes de que se sentase le di una palmada en el culo.
-No te me pongas borde, eh… -dije mirándole de arriba abajo.
-Además, estás mejor así que vestido del todo, tienes un aspecto más… grr. –sonreí y seguí comiendo, Kai entró por la puerta sin camiseta también, llevaba pelos de loco y… omá que pechamen, casi me atraganté bebiendo agua, me tapé la boca.
-Ojú…



KAI
Entré en la cocina cuando oí a Kara gritarle a Neo, había aprovechado para echarme una siesta y me había despertado. Al entrar yo, Kara casi se ahoga bebiendo agua, fruncí el ceño y me senté al lado de Saya y miré la comida.
-Anda…



SAYA
Miré a Kara cuando casi se atraganta al ver a Kai entrar sin camiseta. Miré la hamburguesa sin decir nada, pero sin borrar la sonrisa guasona de mi cara.
El crío se levantó cuando terminó. Dejó su vasito en el fregadero y se fue corriendo sin decir nada.
Miré a Neo y después a Kai.
-Joder, ¿hoy es el día internacional de los hombres semi-desnudos?-Miré a Kara sonriendo de nuevo.



KAI
Sonreí soltando una risotada mientras cogía la botella de vino y me servía.
-Me habéis despertado, no tengo la culpa, además, ¿para qué voy a vestirme ya? –dejé la botella y di un trago en el vaso.
-Si lo estáis disfrutando… -empecé a comerme mi hamburguesa.



NEO
Esbocé media sonrisa.
-Y porque no he venido cinco minutos antes, si no, solo tendría la toalla.- Miré a Kara de reojo frotándome el pelo mojado.
-Muy buenas las hamburguesas.


KARA
Fruncí el ceño y le di un golpe a Neo en el brazo.
-Capullo, deja de provocarme, que estoy comiendo, como mañana me de por cenar a mí en bragas habría que verte tragar…. –seguí masticando ligeramente avergonzada, Kai se estaba riendo por lo bajini de mí.


SAYA
-Tú no te rías. Sabes que soy capaz de ponerme en pelotas, a ver que harías tú.- Dije mirándole de reojo mientras bebía de mi vaso.
-Además, con el calor que hace últimamente a una le dan ganas de andar desnuda todo el día.


KAI
-No creo que te vayas a quedar en pelotas aquí en medio con Ian pululando por aquí. –dije sonriendo, aún estaba algo adormilado, por lo que mi voz sonaba como si estuviese medio drogado.
-Hablando de Ian, ¿dónde está? ¿Se ha perdido o ha decidido tirarse por la borda por fin?



NEO
-Ni puta idea. Pero tranquilo, estamos llegando a la aldea humana, le dejaremos allí.- Me crucé de brazos mirando a Kai.
-Además, James ha vuelto, y no ha venido solo.- Miré a Saya y a Kara sonriendo.
-Ha venido con una chica.


KARA
-Síii. –dije contenta.
-Es tan mona, parece una muñequita, y tiene un pelo largo y ondulado, es tan rica… ojala consuele a Jimmy después de todo lo que ha pasado… -terminé mi hamburguesa.


KAI
Miré a todos.
-Menos mal que soy el último en enterarme. No es que me interesen mucho los líos que se traen entre manos, pero… ¿Jim no le matará después de lo que ha pasado?



NEO
Me encogí de hombros.
-Pues que lo haga, yo no pienso detenerle. Aunque creo que Jim no se atreverá, es demasiado débil…- Dije dando un trago de mi vaso.
-Si James no hubiese metido los morros donde no debía, no pasaría nada de esto.


KARA
-Neo… Es joven y está enamorado, no me digas que a ti no te han pasado cosas como estas… -recogí mis cosas.
-Es cierto que… Sí, por eso Jim y Erika lo han dejado, pero… no tienes que ser tan duro con Jimmy…


NEO
La miré cruzándome de brazos.
-Lo siento, pero no le aguanto, aún no confío en él. Que siga en la nave como si no hubiese hecho nada me cabrea mucho…- Me levanté mirando a Kara.
-Te aseguro que si vuelve ha armarla, no miraré por nadie, le echaré de la nave y no volverá a poner un pie en ella.


KARA
Bajé la cabeza limpiando un vaso.
-Tranquilo… lo raro será que se quede lo suficiente como para volver a cagarla… -recogí las cosas de Kai Jr. para limpiarlas.
-Así que no te preocupes…



NEO
-Ya… que no me preocupe…- La miré.
-Eso me dijiste la última vez y mira lo que pasó…- Miré a los demás acercándome a la puerta.
-Buenas noches.- Salí de la cocina y me dirigí al cuarto para terminar de vestirme.



KARA
Le miré de reojo cuando salió, volví la mirada a los platos.
-Como si fuese el único que hace algo malo en esta nave, si es el que más hace por nosotros… -sequé los platos con un trapo.
-Le tiene manía.



KAI
Miré a Neo cuando salió y luego a Kara.
-Bueno… no creo que deba meterme, pero es verdad que James ha hecho cosas buenas por nosotros, y cosas muy buenas. –miré a Saya de reojo.
-Así que creo que se merece que le demos un poco de cuartelillo, no te preocupes, Kara, Neo se ganará su confianza tarde o temprano.


JIMMY
Entré en la cocina después de darme la ducha, en la cual Neo y yo habíamos coincidido. Aún tenía el pelo mojado y solo llevaba la toalla enrollada alrededor de mi cintura, ni si quiera me había vestido.
Miré a Kara, que estaba con Kai y Saya.
-…hola…- Entré sujetándome la toalla.
-Vengo a por la cena, Ánima y yo cenaremos en su camarote…


KARA
Me giré.
-Bueno, pero… -vi a Jimmy sin camiseta, no me había fijado de lo bien formadito que estaba el capullo.
-Joder, ¿qué os pasa hoy a todos para querer torturarme así? –di con el trapo en la encimera.
-¿Qué coño quieres tú?



JIMMY
Miré a Kara algo sorprendido cuando dijo eso. Me miré y sonreí levemente.
-Lo siento… es que acabo de ducharme y…- Me encogí de hombros.
-Solo venía a por la cena, nada más.- Me acerqué a la mesa y agarré las dos hamburguesas que quedaban.
-Me las llevo.- También cogí un par de vasos y lo que quedaba de vino.



SAYA
Sonreí mirando a Jimmy.
-¿Piensas cenar a solas con tu nueva “amiga”?- Le miré alzando las cejas.
-A ver cuando nos la presentas, Jimmy, no te la guardes para ti solo.- Sonreí.



JIMMY
Miré a Saya enrojecido por la vergüenza.
-… yo, bueno… cenar a solas, yo no lo llamaría así, solo…- Solté una pequeña risotada enrojeciendo aún más.
-S-solo es una buena amiga y… creo que es demasiado pronto que cene con los demás, y…- Miré a Kara y después a Kai.
-... ¿qué? Yo también tengo derecho a… ¿para qué os doy explicaciones a vosotros?


KARA
Sonreí, me sequé las manos y me acerqué a Jimmy abrazándole por detrás.
-Pero bueno… Jimmy, Jimmy, Jimmy… No me digas que la niña esa tan mona te hace tilín, ehhhh. –alcé las cejas y gruñí.
-Bueno, bueno… -le di en el culo.
-Os dejo hacer, os dejo hacer, tigre, la quieres seducir con hamburguesas, eh… -me reí.
-Mañana haré algo en especial para vosotros solitos.


JIMMY
-Ey…- Me agarré la toalla que se me resbaló cuando Kara me dio en el culo.
Sonreí poniéndome el triple de colorado.
-No voy ha seducir a nadie, es mi amiga y lo único que hago es que se sienta mejor y le cueste menos integrarse…- Miré a Saya y a Kai de reojo.
-Solo eso…


KARA
Sonreí y le tiré de la toalla levemente para asustarle, pero no se estaba agarrando, y la toalla cayó al suelo dejando al aire todo su esplendor. Me reí.
-Jojo, buen culito, Jimmy. –me asomé.
-¡Wo! Preséntate así y no te hace falta más, en cuanto te vea se te tira encima, joder con el niño…



JIMMY
Cerré los ojos cuando Kara me quitó la toalla.
-Estupendo…- Encima tenía las manos ocupadas con las hamburguesas que las dejé en la mesa y me tapé con las manos.
-Que graciosa, Kara…


SAYA
Abrí los ojos ampliamente cuando Kara tiró de la toalla de Jimmy dejándole en pelotas picadas.
-Vaaaaya, Jimmy, las matas callando, ¿eh?- Dije mirándole cuando se tapó con las manos.
Me reí.
-Ya entiendo porque te tienen tanto miedo.


KAI
Miré de reojo y solté la hamburguesa.
-Joder… Haz el favor y vete ya, anda, haz lo que quieras con esa chica, pero pírate ya y vístete… -le di la toalla.
-Y vosotras dejadle en paz, ¿no veis que está avergonzado?



SAYA
Miré de nuevo a Jimmy.
-Tú no te avergüences, nene. Si Dios te ha dado eso es por algo.- Sonreí y miré a Kai de reojo.
-Lo que pasa es que la envidia corroe mucho.- Me recosté sobre la silla.



JIMMY
Agarré la toalla y me la puse de nuevo tapándome. Cogí las hamburguesas y miré a Saya.
-Si no me avergüenzo… ¡Bah! Mejor me las piro…- Salí de la cocina aún rojo… menuda escenita, ya tenía una anécdota que contarle a mis nietos…


KARA
Terminé de recoger todo.
-Me cago en la leche, como Neo le eche de la nave se va la alegría de la huerta. –les miré.
-Pues eso lo limpiáis vosotros, yo me las piro. –salí de la cocina y vi a Jimmy por el pasillo.
-¡Ay, que no me entere yo que ese culito pasa hambre!


JIMMY
Escuché a Kara mientras caminaba por el pasillo en dirección al cuarto de Ánima.
Negué con la cabeza cuando dijo aquello… Dios, que loca estaba la pobre…
Entré en el cuarto con la cena en mis manos.
-Hola.- Sonreí y cerré la puerta acercándome a la cama.
Dejé la cena sobre la mesita de noche y miré a Ánima aún sonriendo.
-Voy ha terminar de vestirme…- Salí del cuarto de nuevo y me dirigí al baño para terminar de ponerme la ropa. Me puse un pantalón ligero para estar más a gusto y volví al cuarto.



ÁNIMA
Cuando James entró en la habitación sólo estaba cubierto por una toalla, me mordí el labio desviando la mirada.
Dejó la cena en la mesilla y se marchó de nuevo, resoplé.
-Vaya protector me ha tocado… -miré la cena y fruncí el ceño, me acerqué y lo miré, tenía una pinta extraña, aunque parecía un sándwich. Me quedé a un lado de la cama esperando a que volviese y abrió la puerta, sonreí.
-¿Qué… es? –pregunté señalando la comida.


JIMMY
Me acerqué a Ánima y miré las hamburguesas.
-Pues, es una comida muy sabrosa.- Me senté al lado de Ánima, más cerca de lo que pensaba y agarré la cena.
-Es una especie de bocadillo, lo que pasa que con un filete de carne. Después le puedes poner lo que quieras, queso, lechuga, Ketchup, tomate, mahonesa… lo que quieras.- Sonreí y le entregué la suya.
-Come, ya verás como te gusta.


ÁNIMA
Sonreí y cogí ese bocadillo con pan redondo.
-Gracias… -lo miré y lo mordí, lo saboreé y gemí.
-Qué rico… -di otro mordisco.
-¿Qué lleva? Está delicioso… -quité la parte de arriba del pan y miré, llevaba carne y demás cosas que por supuesto conocía, pero de verdad sabía genial.
-¿Quién cocina? Voy a ponerle un pedestal…



JIMMY
La miré y me reí.
-¿Ves? Te dije que te gustaría.- Cogí los dos vasos y los llené de vino.
-Toma.- Se lo entregué y yo bebí de mi vaso.
-La cocinera es Kara, la chica que has visto antes con el piojo que te ha pedido una cita.- Sonreí dándole un mordisco a mi hamburguesa.
-La verdad es que Kara tiene muy buena mano con la cocina.


ÁNIMA
Seguí comiendo, siempre había vivido con comida de sobras o comida basura, esto para mí era superior.
-Jo… creo que me voy a acostumbrar a comer comida de esta… -bebí un poco de vino, a eso sí estaba acostumbrada.
-Soy feliz desde que te conozco, menudas veinticuatro horas…



JIMMY
Sonreí y la miré mientras cenaba.
-Mi vida también ha mejorado desde que te encontré, aunque hayan pasado veinticuatro horas, pero eso es lo de menos.- Mi sonrisa se ensanchó. Desde que rescaté a Ánima, el sufrimiento había disminuido y los pensamientos hacia Erika ya no eran tan dolorosos.
Tener a Ánima a mi lado era una cura para mí.



ÁNIMA
Sonreí y me reí.
-¿Por qué me miras? Sé que no como precisamente como una señorita, pero… Espera, me he manchado, ¿verdad? –me pasé la mano por los labios buscando los restos de comida. Me reí.
-Estoy paranoica… -bebí un poco de vino, ya se me estaba yendo la pinza



JIMMY
Sonreí y negué.
-No, tranquila, no te has manchado.- Sonreí y volví la mirada a mi hamburguesa.
Una vez terminamos de cenar, recogí los vasos dejándolos en la mesilla, ya los recogería mañana.
Miré a Ánima y me acerqué sentándome de nuevo a su lado.
-Cuando quieras acostarte, dímelo y me iré para que puedas dormir tranquila.


ÁNIMA
Asentí y le miré.
-¿Por qué no duermes? Creo recordar que los Sombra si duermen… ¿es acaso porque…? Bueno, creo entender que no naciste de una madre, aunque eso no te hace diferente en alma, eres mucho mejor persona que nadie que haya conocido, ya lo sabes. –sonreí.



JIMMY
-Ya, pero no suelo dormir. Siempre que lo intento no lo consigo…- Me encogí de hombros.
-Aunque tampoco me importa mucho, nunca me siento cansado…- Sonreí y la miré.
-No te preocupes por mí.


ÁNIMA
Bajé la mirada a mis rodillas pasando mis dedos alternadamente por ellas de arriba abajo, rozando las rozaduras que tenía.
-Pero… puedes dormir, ¿no? Quiero decir… -le miré.
-Me sentiría más segura si durmieses a mi lado… -me mordí el labio.


JIMMY
La miré y alcé una de mis cejas.
-… ¿quieres que duerma contigo?- Sonreí sin quitarle ojo de encima. Parecía avergonzada.
Suspiré y asentí.
-Está bien, si es lo que quieres, dormiré contigo.


ÁNIMA
Sonreí y me giré levemente, se notaban mis mejillas rosadas.
-Si… si te resulta incómodo o te molesta, no es necesario. Es sólo que me gustaría que estuvieses aquí conmigo, me das mucha seguridad. –le miré de reojo, seguro que así pensaría que le estaba colando una trola.



JIMMY
Asentí y la miré.
-Si, tranquila, lo haré. Dormiré contigo.- Sonreí. Acerqué mi mano a su rostro y aparté el flequillo de delante de sus ojos.
La miré sin dejar de sonreír… tenía unos ojos grandes y hermosos… no podía apartar la mirada…


ÁNIMA
Tragué saliva, James estaba muy cerca de mí y eso me ponía la piel de gallina. No era la primera vez que sentía eso, pero no quería que volviese a pasar, nadie aceptaría jamás mi decisión sobre mi vida, o al menos no estarían a mi lado, no quería que volviese a pasar, sería doloroso para mí y para él si llegase a pasar.
Le miré.
-¿Por qué te llaman Jimmy?



JIMMY
Suspiré y sonreí.
-Fue una petición mía… el nombre de James me hacía recordar toda mi vida pasada y no era plato de buen gusto.- Miré al suelo.
-Desde que entré en la nave, Kara, Saya y Erika me han llamado Jimmy, incluido el pequeño Kai.- Sonreí y la volví ha mirar.
-Me gusta más que James, pero tú puedes seguir llamándome James si quieres. Haré una excepción contigo.


ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-Jimmy es un apreciativo de tu propio nombre, quiere decir que quién te llama así te tiene cariño, ¿no? Yo quiero ofrecerte mi cariño, y quiero que olvides tu mal pasado, así que te llamaré Jimmy, si me dejas, claro. –sonreí esbozando una de mis sonrisas más cariñosas.



JIMMY
-Como quieras.- Sonreí y me dejé caer sobre el colchón llevando mis manos tras mi nuca.
-Tú puedes llamarme como quieras.- La miré de reojo.
-Como si quieres llamarme, bombón, nene, cariñín…- Me reí y la miré.
-No, creo que con Jimmy está bien.


ÁNIMA
Sonreí y me tumbé a su lado, pasé mi brazo sobre tu torso posando mi mano al otro lado, me pegué totalmente a él. Parecía que todas las confianzas que había tomado con él no parecían importarle, esperaba que esto tampoco.
-Estás muy cálido… -y tenía un pecho muy potente y estaba fuerte, pero… eso me lo guardaba para mí misma.



JIMMY
Tragué saliva cuando Ánima se tumbó a mi lado y me abrazó de esa manera.
Se pegó a mí haciéndome enrojecer…
Pasé mi brazo por su espalda rodeando su hombro con él juntándola aún más.
Esbocé media sonrisa respirando hondo. Acaricié su brazo con la yema de mis dedos. Parecía tan frágil entre mis brazos…



ÁNIMA
Mi piel se erizó de arriba abajo, no sabía que él también se tomaría esas confianzas conmigo, pero me encantaba, no estaba segura si podría concentrarme mucho y poder dormirme, pero disfruté de su calor y sus caricias.



JIMMY
No me moví ni un ápice. Quería que Ánima se quedase abrazada a mí toda la noche…
Cerré los ojos y me atreví a rodearla con mis dos brazos, aunque… no sabía si le molestaría que uno de ellos fuese de metal… no me había preguntado ni me había dicho nada al respecto, no sabía si eso sería bueno…
Posé mis labios sobre su cabeza cerrando los ojos de nuevo.


JIM
Había estado todo el resto del día con Erika, tumbados sobre la cama sin decir una sola palabra, yo la acariciaba la espalda y el pelo mientras ella me respondía con sus caricias.
Había perdido la noción del tiempo, pero por la ventana veía sólo filtrarse la luz de la luna.



ERIKA
Abrí los ojos y me levanté.
-Voy ha por algo de cenar.- Le miré y sonreí.
-Ahora vengo.- Salí del cuarto y me dirigí a la cocina para buscar algo de cenar.
Kara y Neo ya no estaban, supuse que se habían acostado ya.
Rebusqué en la nevera alguna cosilla, aunque solo había fruta y verduras.
Cogí una fuente y la llené con algunas piezas de frutas.
Salí de la cocina y volví al cuarto.
-Ya estoy aquí.- Me acerqué y me senté en la cama, a su lado.



JIM
Sonreí y me senté en la cama, había traído un par de frutas.
-Menudo festín. –cuando se sentó la cogí de la cintura y la junté a mí besándola en la mejilla, la senté entre mis piernas y cogí una manzana.
-Mmm… -la volví a besar en la mejilla.
-Frutita sana.



ERIKA
Sonreí y me acomodé entre sus piernas. Encogí el cuello cuando me dio un beso en la mejilla.
-Si, frutita sana.- Cogí del cuenco un albaricoque pegando un mordisco. Miré a Jim y me acerqué pegándole a él un mordisco bajo la barbilla sin hacerle daño. Me reí mordiéndole de nuevo.


JIM
Sonreí y me reí cuando me mordió.
-La carne está más rica que la fruta, ¿verdad? –sonreí y la besé, noté el sabor del albaricoque el los labios, por los cuales pasé mi lengua.
-Mmm, qué rica estás. –sonreí y la volví a besar.



ERIKA
Me aparté con suavidad y volví a mi albaricoque sonriendo.
Encogí mis rodillas pegando mi espalda a su pecho. Cogí una cereza y miré a Jim. Acerqué la cereza hasta que la pegué a sus labios.
-Abre.


JIM
Sonreí y abrí la boca, mordiendo la cereza y tirando de ella, quedándome yo con la fruta y ella con el rabito. Sonreí y mastiqué. Posé mi mano en su vientre y cogí otra acercándola a sus labios, pero cuando fue a cogerla la alejé riéndome, se la volví a acercar.


ERIKA
Sonreí y le miré cuando apartó la cereza. Abrí la boca cuando la volvió a acercar agarrando la cereza entre mis dientes. Tiré separando la cereza del rabito. Apoyé la cabeza en su pecho rodeando su cintura con mis brazos metiéndolos debajo de la camiseta.
Le volví a morder, esta vez bajo la nuez.


JIM
Sonreí encogiendo el cuello.
-Eso no vale… -la abracé fuerte posando mi mano en el final de su espalda, pasando mi dedo pulgar por su piel. Cogí otro albaricoque.
Sonreí, se me había ocurrido una idea.
-Túmbate. –la recosté suavemente sobre la cama y la subí la camiseta sonriendo. Me recosté a su lado y deslicé el albaricoque con suavidad por su vientre, haciendo que lo encogiese, sonreí.



ERIKA
Me tumbé como Jim me dijo. Le miré cuando me levantó la camiseta y cogió un albaricoque. Sonreí hundiendo el vientre cuando lo deslizó haciendo que sintiese un estremecimiento.
-Con la comida no se juega, Jim.


JIM
Sonreí de nuevo.
-Shh. –lo deslicé con mucha suavidad por todo su vientre, la despojé de su camiseta y lo pasé por toda su piel incluyendo los pechos, el ombligo…
Sonreí mirándola, el tacto de un albaricoque era muy suave y liso.
-¿No te gusta que juegue con la comida?



ERIKA
Sonreí cerrando los ojos.
Me mordí el labio sintiendo la piel suave de la fruta. Hundí el vientre de nuevo cuando deslizó el albaricoque de nuevo hacia abajo.
-Juega cuanto quieras…-Sonreí mordiéndome el labio.


JIM
Sonreí, parecía que Erika estaba disfrutando con el jueguecito. Besé su hombro y dejé el albaricoque en el cuenco y cogí una cereza, pasándola muy lentamente cerca de su ombligo y subiendo, era más fácil, ya que podía coger del rabito.



ERIKA
Le miré y sonreí.
-¿Lo próximo que será? ¿La manzana y después una sandía?- Me reí colocando mis manos bajo mi nuca.
-A mi no me importa, pero creo que la sandía ya sería demasiado.


JIM
La miré.
-Por tus comentarios diría que no te gusta mucho… -alcé las cejas y dejé la cereza en su sitio, en lugar de eso, empecé a recorrer su torso con mis labios, esperaba que de eso no tuviese queja.



ERIKA
Me reí y le miré.
-Que rápido te picas, Jim.- Sonreí y le miré mientras acariciaba mi vientre con sus labios.
-Eso está mejor, aunque me quedaré dormida… lo más seguro.- Me reí de nuevo y bajé mis manos hasta su nuca.



JIM
Sonreí y la miré.
-No me preocupa, no debe venirte muy mal dormir, tienes ojeras, mi vida. –seguí besándola suavemente por el torso, acariciando sus caderas con mis manos y mis dedos.



ERIKA
Cerré los ojos suspirando cuando Jim me acarició.
Poco a poco fui perdiendo la noción del tiempo, las caricias de Jim fueron siendo más leves a medida que el sueño se apoderaba de mí hasta que finalmente me quedé dormida.



JIM
Sonreí mirándola, se había quedado frita. Seguí besándola hasta que llegué a su cuello y me tumbé a su lado rodeando su cintura con mis brazos, subí la manta por su cuerpo y me acomodé a su lado cerrando los ojos, no tardé mucho en dormirme con ella.


SAYA
Fui a la cama después de terminar de limpiar la cocina, no le vendría mal una ayudita a Kara ya que la pobre se lo cargaba todo…
Acosté al crío y después me fui yo a mi cuarto. Me tumbé en la cama después de ponerme el pijama.
Había progresado mucho respecto a mis entrenamientos y parecía que podría controlarlo algo más.
Suspiré y me acomodé sobre la almohada mirando el techo, pensativa.


KAI
Entré en la habitación cerrando la puerta con el pie.
-Anda, ya estás aquí. –me acerqué y me tumbé a su lado mirando donde ella miraba.
-El techo es fascinante. –sonreí y la miré, me acerqué y la besé en la mejilla.
-Eh, estoy aquí.



SAYA
Kai entró en el cuarto y se tumbó a mi lado.
-Ya lo sé.- Le miré de reojo. Suspiré y me tumbé de lado mirándole.
-Me has dejado sola en la cocina, tienes mucho morro, ¿lo sabías? Siempre escaqueándote.- Alcé las cejas.



KAI
Éste era uno de esos momentos en los que la abrazaría, pero habíamos evitado empezar con ese tipo de contactos porque al final derivaban en sexo, casi siempre.
-Lo siento… Pensé que recogería Kara, como siempre. –puse una mueca triste.
-¿Me pirdonas?



SAYA
Sonreí y le miré.
-Si, te pirdono.- Me reí y me acerqué apoyando la frente en su hombro. Cerré los ojos y suspiré.
Pensé en lo que Kara y yo habíamos hablado en la cocina antes de que Neo y Kai viniesen a cenar… tenía que hacer algo, tenía que comprobar si era capaz de controlar mis emociones…


KAI
Sonreí.
-Bien, me has pirdonado. –la abracé y la besé en la cabeza.
-Mañana te ayudaré a limpiar si quieres, y seré bueno, haré la cama yo solito. –sonreí, tenía que reconocer que era un vago y de vez en cuando ayudar no me vendría mal.


SAYA
Me reí y le miré.
-Más te vale, últimamente te has vuelto un vago.- Sonreí volviendo a apoyar la cabeza en su hombro. Suspiré y volví la cabeza para mirarle de nuevo. Me incorporé levemente y sin decir nada, pegué mis labios en los de Kai.



KAI
Sonreí mientras me besaba y la junté más a mí, la besé acariciando sus labios con los míos.
-Qué cariñosa de repente, ¿no? –alcé una ceja esbozando media sonrisa y la volví a besar
.


SAYA
Le agarré de la nuca cuando me besó de nuevo. Me acerqué más pegando mi torso al de él tumbando medio cuerpo encima.
Encerré su labio superior entre los míos tirando con suavidad.
Le miré y bajé mis labios por su cuello rozándole la piel. Seguí bajando por su torso deslizando los labios por su abdomen hasta su ombligo.
Sonreí y posé mis manos en sus costados.
Deslicé mi lengua desde debajo del ombligo y subí lentamente.



KAI
Cogí aire y miré a Saya.
-Saya… ¿esto no será una venganza, verdad? Porque sabes que llevamos tres semanas sin hacer nada y no estoy como para ponerme a jugar sin consecuencias, tesoro… -me dio un escalofrío que me subió hasta la nuca.


SAYA
Le miré y esbocé media sonrisa.
Deslicé las manos por sus costados con suavidad acariciando su piel.
Seguí rozando la piel de su ombligo con mis labios y la punta de mi lengua.
Bajé un poco más y le mordí con mucha suavidad tirando de la piel.



KAI
Cerré los ojos notando más escalofríos.
-Sa-Saya… -tragué saliva, con este tiempo en abstinencia ahora estaba muy débil en el sentido de resistencia. Me llevé la mano a la frente resoplando.



SAYA
Esta vez me tumbé totalmente encima de él. Acerqué mi rostro a su cuello el cual lamí con suavidad con la punta de mi lengua.
Acaricié su pecho con mis manos sin dejar de besarle por el cuello con fuerza.



KAI
Cuando subió su rostro al mío la besé con intensidad, entrelazando nuestros labios mientras llevaba mis manos hacia sus muslos y subiendo por sus cachetes y su espalda, parecía que estaba preparada para volver a intentarlo y yo la ayudaría a superar la prueba.


SAYA
Seguí su beso atrapando sus labios con fuerza agarrando su nuca con mis manos.
Me separé levemente y le miré.
-¿Dónde prefieres? ¿Arriba o abajo?- Pregunté rozando sus labios con los míos.



KAI
Sonreí y la acaricié la garganta.
-Creo que, ya que es una prueba, deberías ponerte tú encima, por si no sale bien saber cuándo parar… -la cogí de la cara y la besé con intensidad bajando por su barbilla y su cuello, hasta la clavícula.


SAYA
Cerré los ojos alzando la cabeza cuando me besó por el cuello.
Enredé mis dedos entre el pelo de su nuca sintiendo como se me erizaba la piel.
Bajé la cabeza mordiéndome el labio. Deslicé mis mano por su abdomen hasta debajo de su ombligo y volví a subir de nuevo sin utilizar las uñas, ya que no le gustaba, o si le gustaba, después de quejaba…



KAI
Encogí el estómago cuando tocó mi punto débil, tal y como estaba no iba a esperar mucho más a terminar los preliminares si seguía así. Cuando ascendió un poco la besé abrazándola con fuerza, pegándola a mí, la quité la camiseta



SAYA
Besé a Kai con fuerza cuando me despojó de la camiseta.
Coloqué mis manos a cada lado de su cadera presionando su piel con mis dedos mientras le besaba enredando mi lengua con la de él.
Bajé mis manos hasta el cordón de su pantalón el cual agarré tirando de él.



KAI
La mordí suavemente el labio bajando su pantalón lentamente y acariciando sus muslos a la vez. La deshice de él y acaricié sus cachetes con ambas manos, bajé los labios a su cuello.
-No quiero ir deprisa, lo siento… -intenté calmarme un poco, no se lo pondría fácil si iba con mucha intensidad.


SAYA
Solté un gemido cuando me acarició los muslos deshaciéndose de mis pantalones. Jadeé y le besé por el pecho.
-Yo no he dicho que vayas deprisa…- Le mordí en el pecho con suavidad rozando su piel con mi lengua mientras agarraba el extremo de su pantalón bajándoselo suavemente acariciando sus ingles con la yema de mis dedos.



KAI
Jadeé con fuerza encogiendo las piernas. Me senté cogiéndola de la cara y besándola de nuevo con lengua.
La acaricié los muslos presionando mis dedos sobre su piel.



SAYA
Respiré con fuerza encogiendo las piernas presionando los muslos contra su cadera. Acaricié su espalda con la yema de mis dedos, deslizándolas hacia abajo pasándolas por la parte de delante acariciándole los muslos.
Agarré la tira de su calzoncillo retirándolo con mucha suavidad rozando la piel de sus ingles y su entrepierna mientras le besaba con bastante fogosidad y con la respiración agitada.



KAI
Respiré con fuerza y gemí cerrando los ojos.
-Saya… -tragué saliva, estaba tocando en zona minada, y llevaba tiempo esperando para esto, no duraría mucho.
Sonreí.
-Nena… -la cogí de la cara y me quedé mirándola, la besé con fuerza acercándola más a mí, la agarré de los muslos e hice que se sentase sobre mí, jadeé con fuerza y seguí besándola.



SAYA
Jadeé y seguí su beso entrelazando su lengua con la mía. Agarré la tira de mi tanga y me despojé de él tirándolo fuera de la cama.
Me puse de rodillas sobre Kai y rodeé su cuello con mis brazos preparada para que penetrase.
-Dios, Kai, no puedo esperar más…- Gemí con fuerza cuando penetró agarrando el pelo de su nuca con intensidad.



KAI
Gemí a su vez, cómo lo echaba de menos… La agarré de la cintura y la besé por el cuello moviendo la cintura con la de ella.
Fui con cuidado, no quería que perdiese el control y acabara arrepintiéndose de nuevo. Todo a su tiempo.
Gemí acariciándola el vientre.



SAYA
Moví la cadera jadeando y gimiendo con intensidad. Cerré los ojos con fuerza mientras le besaba sin dejar de jadear.
Parece que todo iba bien, estaba excitada, muy excitada, pero parece que al centrarme en Kai y solamente en Kai hacía que pudiese controlarme mejor.
Le miré y gemí acercando mi boca a la de él. Rocé sus labios con la punta de mi lengua jadeando y moviéndome sin parar.



KAI
La besé con fuerza encerrando sus labios entre los míos, el que me torturase en estos momentos no era algo que me pudiese permitir.
La besé en el cuello con la misma intensidad que en los labios, jadeé agarrándole de la cintura, haciendo que se moviese con más intensidad aunque no con más rapidez, gemí con fuerza.



SAYA
Me incliné hacia atrás levemente arqueando la espalda mientras le agarraba de la nuca con una de mis manos. Cerré los ojos y abrí la boca gimiendo sin dejar de moverme.
Le agarré de la cara y le besé de nuevo introduciendo mi lengua en su boca sintiendo que mi respiración se agitaba.



KAI
Jadeé con fuerza apoyando mi cabeza en la almohada arqueando la espalda, sentía que el sudor ya estaba cubriendo mi espalda.
-Saya… -susurré agarrándola de ambos cachetes.



SAYA
Gemí inclinándome hacia delante. Le mordí la barbilla moviéndome con más intensidad acelerando las penetraciones.
-¡Ah! Dios, Kai…- Me mordí el labio gimiendo de nuevo.
Presioné la piel de su pecho con la yema de mis dedos.


KAI
Gemí fuerte cerrando los ojos intensidad.
-Saya… No podré aguantar… mucho más. –gemí arqueando de nuevo la espalda y el cuello. Clavé mis uñas en su cadera sin hacerla daño.


SAYA
Solo quedaba la recta final, así que me atreví a acelerar aún más haciendo que las penetraciones fuesen embestidas. Agarré las sábanas con fuerza gimiendo de nuevo, más bien fue un grito el cual me condujo al orgasmo. Tensé los muslos y arqueé la espalda alzando la cabeza mientras el orgasmo finalizaba.



KAI
Tragué saliva cuando ambos llegamos al orgasmo, el sudor de mi espalda se pegaba a las sábanas.
Sonreí mirando a Saya y la tumbé a mi lado, la abracé contra mí rodeando mi cuerpo de frío, como hacía ahora muy a menudo, nos sentaba bien a los dos.
-¿Lo ves? –la besé en la frente.
-Has podido, lo has conseguido, sabes controlarte.



SAYA
Me aparté empujándole.
-Espera, espera, espera…- Me levanté y posé las manos en la almohada. Esta estalló en mil pedazos cubriendo la habitación de plumas.
-Mierda…- Cerré los ojos dejando caer la cabeza.
-Sabía que no podía ir bien.


KAI
-Eh… -miré la almohada masacrada y luego la miré a ella.
-Vale, tranquila, no ha pasado nada… -cogí una pluma sonriendo.
-Bueno… la almohada ha tenido un pequeño accidente, pero… -la miré y la acaricié la cara.
-Has aguantado hasta el final, y no me has hecho daño, era lo que buscábamos… -la besé en la mejilla, rozando la comisura de sus labios.
-Lo has hecho muy bien.



SAYA
Le miré y aparté una pluma de su pelo.
Sonreí y me acerqué. Le besé tumbándome a su lado.
Apoyé la cabeza en su pecho acariciándole el torso con mis manos. Coloqué una de mis piernas encima de las de él.
-Cuantas plumas, ¿no?- Nos quedamos en silencio un momento antes de partirme de risa cuando vi las plumas sobrevolar la habitación.


KAI
-Esto parece un gallinero, entre las plumas y… -miré hacia abajo.
-Esos huevos de ahí… -la miré riéndome, cogí una pluma y se la pasé por la nariz para hacerla cosquillas.



SAYA
-No, quieto, en la nariz no…- Me incliné a un lado y estornudé.
-Mierda…- Estornudé de nuevo.
-¿Ves? Ya la has liado, Kai…- Estornudé una vez más. Esperé un poco para ver si se me pasaba.
Me giré de nuevo y le miré.
-Huevón.- Dije agarrando su entrepierna sin hacerle daño.


KAI
-Ojojo. –me reí agarrándola la mano.
-Vale, tranquilidad, dejo las plumas, dejo las plumas. –me reí de nuevo y la abracé tumbándola sobre mi cuerpo, la besé, después de tanto tiempo sin disfrutar de ella, esto había sido todo un gozo.


SAYA
-Noooo…- Le agarré de la nuca y tiré de él haciendo que se tumbase encima de mí.
-Ahora te toca ponerte encima.- Sonreí y le di un beso en la nariz. Le rodeé el cuello con mis brazos haciendo que apoyase la cabeza en mi pecho.
Le acaricié el pelo empapado por el sudor. Cerré los ojos y le besé en la frente.



KAI
-Veo que te gusta sufrir mi peso, súfrelo… -sonreí acomodándome en su pecho. Pasé mis manos por sus brazos aplicando algo de frío para que su calor fuese bajando y apliqué más frío en mi espalda, por donde más sudaba.
-Así uno se siente en la gloria.



SAYA
Sonreí y le besé de nuevo en la frente. Le acaricié al espalda sintiéndola fría.
-Otra cosa, no sufro sintiendo tu peso. Me gusta que estés encima de mí.- Le besé bajo la oreja.
-Te quiero.- Susurré en su oído sin dejar de acariciar su espalda.



KAI
Sonreí.
-Yo sí que te quiero. –susurré mordiendo su oreja y apoyándome sobre ella sin hacerla daño, la fui dando besos a lo largo de la cara y el cuello acariciándola los hombros hasta que empecé a notar el cansancio y el sueño y me dormí sobre su pecho, oyendo su respiración y su corazón.



SAYA
Sonreí cuando se quedó dormido. Le acaricié la nuca y la espalda con suavidad.
Me acomodé en la almohada y le abracé cerrando los ojos a espera de que es sueño también hiciese efecto en mí pronto.



KARA
Estuve casi toda la noche en vela, dando vueltas por la nave con un insomnio terrible, y lo peor es que estaba agotada pero no podía dormirme ni dándome de hostias.
A las siete ya estaba en la cocina haciendo mis averiguaciones de comida, por suerte Neo estaba como un tronco y no se había enterado de que no estaba en la cama, o eso creía.
Preparé una ensaladilla rusa con quince mil cosas de la nevera y la tuve preparada para las ocho y media, y la guardé en la nevera para la comida, después me puse a hacer el desayuno, aunque, por desgracia, no había nadie despierto a esas horas, por lo que me aburriría preparándome el desayuno a mí sola.



ÁNIMA
Me levanté bastante temprano, como acostumbraba a hacer, con el fresquito de la mañana, aunque precisamente esa mañana tenía algo de frío, ya que había pasado toda la noche en brazos de Jimmy y al separarme se notaba el cambio de temperatura.
Para no pasar frío, me coloqué de nuevo la capa negra y salí cerrando la puerta con cuidado para que no despertase y me fui a la cocina, necesitaba azúcar.
La busqué por todas partes hasta que por fin di con ella, por suerte o por desgracia, Kara estaba allí.
-Esto… hola… -dije asomada en la puerta.



KARA
Me giré, la nueva chica estaba asomada en la puerta, al final no me iba a quedar sola.
-Vaya, hola. Pasa, tranquila, no como. –sonreí, la chica pasó con la capa de Jimmy puesta aún, sólo que debajo llevaba un vestido de Erika.
-¿Qué quieres desayunar?


ÁNIMA
Miré a Kara cuando me preguntó.
-A poder ser azúcar… ¿tienes cereales? –esbocé media sonrisa.



KARA
Sonreí acercándome al armario.
-Claro, los compré por el peque, pero él es el que más desayuna con las tortitas, el bacon y tal, los cereales a penas los ha tocado. –se los preparé en un bol con leche y se los coloqué en la mesa con una cuchara.
-Bon apetit. –sonreí.



ÁNIMA
Sonreí.
-Muchas gracias… Por cierto, la cena de ayer fue espléndida, eres muy buena en la cocina, nunca había comido nada tan rico. –me senté frente al plato de cereales.



KARA
Sonreí ampliamente.
-Vaya, gracias… Me han dicho que cocino bien pero nunca de esa manera. –solté una risa tonta y me preparé un café para mantenerme en pie el resto del día.
-¿Qué tal… con Jimmy? Es un buen chico, ¿verdad? –pregunté disimuladamente mientras removía el café.



ÁNIMA
Por un momento me dio apuro contestar, pero lo haría de verdad.
-Jimmy es la mejor persona que he conocido en mi vida, no cambiaría el día que le conocí por nada del mundo, aunque ese mismo día intentaron matarme… -comí mis cereales.


KARA
Esbocé media sonrisa y di un sorbo a mi café.
-Espero que tú puedas arreglar su corazón roto, es muy buen chico, pero su corazón necesita que lo cuiden, y por circunstancias ha salido herido, de modo que me gustaría que lo cuidases bien.



ÁNIMA
Miré a Kara.
-Por supuesto que lo haré, haré lo que pueda por hacer que Jimmy se sienta bien y feliz. –sonreí y ella respondió a mi sonrisa, estuvimos un rato más charlando sobre mí, Kara era una chica agradable con la que se podía hablar, y así estuvimos largo rato hasta que al fin se levantó alguien más.



ERIKA
Me levanté antes que Jim, aún seguía durmiendo por lo que decidí dejarle dormir.
Salí del cuarto y me dirigí a la cocina. Oí la voz de Kara, estaba hablando con alguien, supuse que sería Saya, pero no. Estaba con la chica nueva.
Entré sonriendo.
-Buenos días, chicas.- Me senté en una silla al lado de Ánima.
-¿Qué tal tu primera noche aquí?


ÁNIMA
Miré a la chica de la cual Jimmy estaba enamorado, de cerca y sonriendo era más guapa. Sonreí.
-Muy bien, Jimmy cuida de mí y me siento muy bien.



KARA
Miré a Erika cunado entró, estaba sonriendo, y había venido ella sola a la cocina… Me acerqué y me senté a su lado mirándola fijamente, no podía ser otra cosa que una de dos: O se había reconciliado con Jim, o estaba amnésica o borracha.



ERIKA
Miré a Kara cuando se sentó a mi lado. Me miraba de manera rara, fruncí el ceño, extrañada.
-¿Pasa… algo?- Sonreí y miré a Ánima después. Al ver que ella no tenía ni idea, volví la mirada a Kara.
-¿Qué?- Me reí levemente.



KARA
-¿Cómo que qué? ¿Ya te has acostado con él? ¿Por qué le has perdonado tan pronto? Se va a pensar que puede estar metiendo la pata siempre. –me crucé de brazos.
-Os habéis reconciliado, ¿verdad?



ERIKA
La miré.
-Si, me he reconciliado con él. ¿Tanto te molesta?- Me crucé de brazos.
-Como ya te dije, hago lo que quiera con mi vid, Kara, yo no me meto cuando tienes problemas con Neo. Te pido que tú no te metas en mis asuntos


KARA
Me crucé de brazos imitándola.
-Perdona por intentar ayudarte, no sabía que te resultara tan molesto, pero no volveré a hacer… -me levanté y recogí las cosas de la mesa.


ÁNIMA
Las miré a las dos, se acababan de pelear por algún tema que yo desconocía, pero debía ser porque Kara quería ayudar a Erika y ésta no quería su ayuda…
-No quiero meterme donde no me llaman, pero no deberíais pelearos por eso, sois amigas, ¿no? Si necesitáis ayuda os la dais la una a la otra, pero no siempre queremos ayuda…



ERIKA
Miré a Ánima cuando habló.
-Una cosa es ayudar y apoyar y otra cosa es que te digan lo que debes hacer y eso es lo que hace Kara.- Desvié la mirada hacia otro lado suspirando.



KARA
-Eso es mentira, Erika, y lo sabes. –dije mirándola.
-Yo sólo quiero ayudarte y te digo lo que me parece mejor para ti, no te obligo a hacer nada con un cuchillo al cuello. –me volví a girar, a veces esa chica era muy difícil.



ERIKA
Miré a Kara.
-Pues no lo hagas, no quiero saber que es lo mejor para mí, ¿vale? Ya me daré cuenta yo solita de lo que es mejor para mí. Por si no te has dado cuenta, no soy ninguna retrasadita que no sabe que hacer.


ÁNIMA
Las miré a las dos, la cosa se estaba poniendo fea.
-Chicas, por favor… Erika, Kara no quiere decirte nada de eso, sólo quiere que seas feliz y estés bien, e intentará hacer lo que sea porque sea así, aunque no te guste, y Kara… -la miré.
-Si quieres ayudar a Erika, déjala su espacio, que piense ella sola, aunque puedas ayudarla igualmente… -miré de nuevo a Erika.
-Sabéis que no quiero interferir, pero… No os peleéis, anda…


KARA
Miré a Erika aún de brazos cruzados.
-Perdona si te he ofendido o si te he hecho sentir mal diciéndote lo que debes hacer… No quería que te sintieses así, lo siento…



ERIKA
Miré a Kara y asentí.
-Esta bien, yo también me he sobrepasado, lo siento.- Miré a Ánima.
-No vulvas a meterte donde no te llaman si quieres llevarte bien conmigo, ¿has entendido eso?- Asentí y me levanté.



JIMMY
Me levanté de la cama, aún no me lo creía… ¿había dormido de un tirón toda la noche?
Salí del cuarto colocándome el pantalón por detrás. Me dirigí a la cocina y entré. Allí estaban mis tres chicas favoritas. Se me dibujó una sonrisa en la cara cuando las vi, pero en seguida se me borró cundo vi que estaban discutiendo.
-Hola… ¿qué pasa aquí?


ERIKA
Miré a Jimmy cuando entró y sonreí.
-Hola, Jimmy, no pasa nada.- Me acerqué y posé una mano sobre su pecho. Me puse de puntillas y le besé en la mejilla con suavidad.
-Buenos días.- Sonreí y salí de la cocina.
No entendía muy bien las razones, pero cuando veía a Ánima sentía una punzada de celos al saber que ella pasaría a partir de ahora el mayor tiempo con Jimmy.
No debería importarme, ya que yo estaba con Jim, pero aún así… me fastidiaba bastante y no podía evitar el impulso de intentar joderla a ella.
Me estaba convirtiendo en una mala persona…



JIMMY
Me quedé quieto cuando Erika me besó en la mejilla. La respiración se me cortó en ese momento hasta que salió de la cocina…
Suspiré y bajé la cabeza, afligido.
-¿Por qué me hace esto?- Negué con la cabeza y me senté en una silla aún con la cabeza baja.



ÁNIMA
Miré a Jimmy cohibida, no sabía que tan sólo un roce de Erika le sentaba tan mal, me acerqué a él.
-Eh, tranquilo. –le acaricié la nuca.
-Desayuna algo, pero primero quiero volver a ver la sonrisa que tenías al entrar. –sonreí intentando que me imitase.



JIMMY
Cerré los ojos y suspiré de nuevo.
Miré a Ánima cuando me acarició la nuca. Sonreí y la agarré de la mano acercándome a ella.
-Has conseguido que durmiese, te felicito.- Dije cerca de su oído, acto seguido la besé en la mejilla.



ÁNIMA
Sentí que me sonrojaba levemente.
-Bueno, aún hay muchas cosas que puedo llegar a conseguir que aún no has visto. –sonreí.



KARA
Sonreí, parecía que Jimmy se había encaprichado con la chica y ella estaba sonrojada después de que él la susurrara al oído…
Puse una taza en la mesa frente a Jimmy.
-Ella solita ha conseguido que Erika y yo no saliésemos de los pelos y que durmieses de un tirón… Esta chica tiene talento.



JIMMY
Agarré la taza que Kara me había servido y bebí de ella notando como el líquido bajaba caliente por mi garganta.
Sonreí y miré a Kara.
-Por eso me gusta tanto.- Miré de reojo a Ánima, seguro que sabía que me dirigía a ella.



ÁNIMA
Me sonrojé aún más. ¿Le gustaba? No, no podía gustarle, él estaba enamorado de Erika, no podía gustarle.
Seguí comiendo mis cereales, sabía que con todo lo que estaba pasando si no lo hacía me acabaría dando un mal que me dejaría en el suelo.


JIMMY
Sonreí de nuevo y la besé en la mejilla otra vez.
Me senté de nuevo en mi silla y bebí de mi taza.
-¿Puedo preguntar porque discutíais hace cinco minutos? Si no es mucho preguntar.


KARA
Terminé de lavar lo que había en la pila y miré a Jimmy.
-Daba mi opinión a Erika de sobre lo que tendría que hacer según mi punto de vista para que le fuese mejor pero lo ha malinterpretado y cree que la obligo a hacer lo que yo quiero. –me encogí de hombros.
-Ánima ha evitado que saliese mal la cosa, aunque Erika se ha quedado algo picada, la verdad.



JIMMY
Miré a Ánima y después a Kara.
-Ya sabes como es Erika, no le gusta que la ayuden ni la den consejos.- Me encogí de hombros y miré a Kara de nuevo.
-Ha vuelto con Jim de nuevo, ¿verdad?


KARA
Le miré no muy segura de contestar, el saber la respuesta sólo le causaría más dolor, pero tampoco le iba a mentir. Asentí con la cabeza.
-No sé a qué se debe ni cuando ha pasado, pero ha entrado bastante contenta, por lo que he deducido que era así y en efecto era así. –me encogí de hombros.
-Tú no te preocupes. –me acerqué y le besé en la mejilla.
-A ella no la necesitas, nos tienes a nosotras. –sonreí.


JIMMY
La miré y me encogí de hombros.
-Pues que bien…- Terminé la taza de café y me levanté.
-Un buen café, gracias, Kara…- Sonreí levemente y salí de la cocina.



ÁNIMA
Suspiré.
-Gracias por el desayuno, Kara. –me levanté y seguí a Jimmy, se había quedado hecho polvo.
Cuando le alcancé por el pasillo le abracé por detrás.
-Eh, no estés triste, por favor… -apoyé la cabeza en su espalda.



JIMMY
Ánima me abrazó por detrás intentando animarme. Posé mis manos en las suyas y bajé la cabeza.
-Tranquila, se me pasará…- Sonreí tristemente y giré la cabeza para mirarla.
-No te preocupes por mí… creo que esta es la tercera o la cuarta vez que te lo digo.-Solté una leve risotada.



ÁNIMA
-No puedo evitar preocuparme por ti, lo siento… -le besé fuerte en la mejilla.
-No quiero que estés triste, no lo consiento, tú vas a ser feliz, porque no quiero un protector infeliz. –le giré para abrazarle bien, le estrujé entre mis brazos.
-No te voy a soltar hasta que sonrías de verdad, no.



JIMMY
-…Ánima…- Apoyé la frente en su hombro y rodeé su espalda con mis brazos. Cerré los ojos y suspiré abrazándome fuerte a ella.
-Parece mentira que yo sea tu protector…- Ladeé la cabeza.
-Gracias.- La di un beso en el hombro.



ÁNIMA
Le acaricié la nuca de nuevo, lo estaba pasando muy mal y podía notarlo en su voz y en cómo me abrazaba.
-No tienes por qué darme las gracias, Jimmy. –me puse de puntillas para poder besarle en la mejilla, era más alto que yo.
-Quiero que seas feliz, Jimmy, no puedo dejar que esto te tenga martirizado. –dije a su oído acariciando su melena rubia.


JIMMY
La agarré de la cara para mirarla. Como siempre, clavé mi mirada en sus enormes ojos.
-Me gustaría agradecértelo, si me permites.- Incliné la cabeza hacia delante y posé mis labios en los de ella cerrando los ojos. Este beso fue más largo que el que me dio ella en la cabaña, pero me retiré por si a ella le molestaba, aunque después de haber dormido conmigo agarrada a mí, pensaba que poco la iba a importar.



ÁNIMA
Sonreí cuando me lo agradeció de esa manera, sabía que a mí no me iba a importar, ya que era algo común entre los de mi raza.
-Te permito, pero no hacía falta. –esbocé media sonrisa y le acaricié las mejillas.
-Tienes mejor aspecto después de haber dormido.



JIMMY
Asentí y la miré.
-Si, gracias a ti. Has conseguido que me durmiese en mucho tiempo.- La agarré de las manos.
-Espero que esta noche también duermas entre mis brazos.- La miré de nuevo esbozando media sonrisa.



ÁNIMA
Asentí sonriendo.
-Eso está hecho, y vamos por la mitad del camino, has esbozado media sonrisa, y la otra media te la pienso sacar yo a base de cosquillas… - empecé a hacerle cosquillas a la altura de sus costillas.



JIMMY
La miré mientras intentaba hacerme cosquillas.
-Lo siento, encanto, pero no tengo cosquillas.- Sonreí y agarré sus manos de nuevo y las besé.
-Pero te agradezco que intentes hacer que me ría.


ÁNIMA
-Has sonreído. –dije feliz y le di un toque en la nariz.
-Como he conseguido que sonrías, ya puedo dejarte ir. –le solté, pero no me alejé mucho.
-No quiero volver a verte triste, o te buscaré las cosquillas, estén donde estén. –sonreí y acto seguido me reí.



JIMMY
Sonreí de nuevo.
-Voy ha vestirme.- La besé en la frente acariciando su mejilla con mi pulgar.
La miré sonriendo aún y me alejé por el pasillo en dirección al cuarto a por mi ropa.
Agradecía que Ánima estuviese comigo, si no, ahora mismo me habría ido de la nave sin mirar atrás… bueno, si no hubiese conocido a Ánima, ni siquiera habría vuelto…



KAI
Estaba con Saya en la cubierta después de comer, habíamos visto a la chica nueva, aunque no habíamos hablado apenas con ella, era más bien reservada y, por el aspecto que tenía, guardaba algún secreto.
Junté a Saya a mi costado mirando las nubes que sobrevolábamos.
-Creo que sería buena idea ir a ver a Axel, tenemos que informarle del peligro que corre si Draco descubre lo de la profecía. –la miré.
-verás a Eri, ¿te apetece?


SAYA
Sonreí y asentí.
-Claro que tengo ganas de volver ha verla, aunque…- Miré al frente.
-Me muero de ganas por ver a Edi.- Miré de reojo a Kai.
-A él si que le echo de menos.- Solté una risotada.
-Ya lo creo…


KAI
La solté y me separé de su lado haciéndome el ofendido.
-Si, bueno, a él también tendremos que ir a verle, aunque también podríamos no avisarle, sería divertido verle abducido por la nave de Draco… -sonreí y miré de nuevo al frente.



SAYA
Le miré entrecerrando los ojos.
-Nos seas cabrón. Si no le avisas tú, le avisaré yo.- Apoyé los codos en la barandilla mirando al vacío.
Sonreí y dejé caer un gapo que se perdió entre las nubes. Seguro que Kai se asquearía ante la guarrada que acababa de hacer.


KAI
La di una colleja.
-Joder, ya sé de dónde saca el niño el ser tan marrano. –me llevé la mano a la cara.
-Si mi madre levantase la cabeza se volvería a caer en la tumba de la vergüenza. –miré abajo.
-Seguro que le abre la cabeza a alguien, era muy consistente.



SAYA
Le miré aguantándome la risa.
-Oh, lo olvidaba, un Rey no escupe, no eructa…- Me empecé a reír.
-… ni se tira pedos, ohm, se me olvidaba, ni se saca los mocos.- Me reí de nuevo y le miré.
-Era broma, Kai, no te lo tomes a mal, ¿vale? Si quieres le digo a Neo que pare la nave y bajo a recoger el gapo o el cadáver a quién le ha caído el gapo.- Me tapé la boca para que no me viese retorcerme de la risa.



KAI
Puse los ojos en blanco.
-Luego dice que soy infantil… Bueno, habíamos hablado que íbamos a llenar la casa de Edward de dinamita. –y la muy capulla seguía descojonándose.
-Me ha tocado la risitas…


SAYA
Le miré aún riéndome.
Respiré hondo para calmarme. Me acerqué y le hice cosquillitas en la tripa.
-Oh, vamos, ríete un poco. Está mus guapo cuando sonríes.- Solté una risotada.
-Te has cabreado conmigo, ¿verdad?- Le miré haciendo pucheritos.
-Kai…- Froté mi frente en su pecho suplicándole.



KAI
Desvié la mirada.
-Madrecita, Saya, hoy has bebido cerveza en la comida, ¿verdad? –la abracé.
-Venga, ya pasó, te perdono… -no la dejé separarse de mi pecho, aunque patalease.



SAYA
Sonreí y me reí como una niña pequeña cuando me perdonó.
-Bien, me pirdonas.- Sonreí y le miré.
-Solo me estaba divirtiendo, papi, no soy tan mala, solo un poco traviesa.- Me mordí el labio.


KAI
-Lo que eres es una cochina, y de eso aprende el niño muy rápido. –miré al horizonte pasando la yema de mis dedos por su espalda. Se notaba que al fin habíamos superado la prueba de fuego, estábamos más cariñosos.



SAYA
Sonreí y le miré.
-Entonces, ¿vamos al Reino del Fuego? Pensaba que pasaríamos por la Aldea de Humanos antes…- Me giré apoyando la espalda en el pecho de Kai. Agarré sus brazos para que rodease mis hombros.


KAI
-Fuck… Es verdad. Pues nada, le diré a Neo que cuando nos vayamos de allí vamos al Reino del Fuego, el del Rayo lo dejaremos para más adelante, tenemos un serio problema contigo y con Edward, te alegras más de verle a él de que nos vayamos a casar, eh. –dije, y acto seguido la besé en la mejilla picándola.




SAYA
Le di un codazo suave en el abdomen, seguro que ni lo notó, con lo duro que estaba el cabrón, poca cosa iba ha sentir…
-No me seas capullo, quiero casarme, lo deseo, tengo muchas ganas de volver a casa y casarme contigo, lo que pasa… es que Edi es para mí como…- Me quedé pensativa.
-… pues como mi tentación más oculta.- Sonreí y le miré de reojo.



KAI
Torcí el morro.
-¿Qué tentación ni qué ocho cuartos? Edward es pura testosterona, lo que tiene de músculos le falta de cerebro, no tiene provecho… -la abracé más fuerte contra mí.
-Jo… capulla, me ha dado pelusa, ¿yo qué soy entonces?



SAYA
Sonreí y me aparté con suavidad.
-¿Tú?- Le miré dirigiéndome a la puerta para entrar.
-Pues, eres…- Esbocé media sonrisa.
-Tendrás que descubrirlo por ti mismo.- Le guiñé un ojo y entré dentro de la nave dejándole con la intriga.



KAI
Me crucé de brazos.
-Pues muy bien, vete con tu “Edi”. –me giré y me apoyé de nuevo en la barandilla, a ver si bajábamos un poco a tierra.