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viernes, 25 de diciembre de 2009

Capitulo- LXX- EL OCTAVO PASAJERO

KARA
Estaba preparando hamburguesas, como me había pedido el enano de la casa. Yo cocinaba y Kai me ayudaba poniendo los ingredientes en las hamburguesas, le miré sonriendo.
-Vaya, qué buen pinche tengo, creo que te mereces un premio…



KAI JR
Puse una hoja de lechuga en la última hamburguesa.
-Ya está.- Sonreí y miré a Kara.
-He hecho una hamburguesa.- Me sonaron las tripas.
-Vamos ha comer, que tengo hambre.


KARA
Sonreí y puse la bandeja con todas las hamburguesas en la mesa.
-Muy bien, vamos a cenar ya, puedes empezar si quieres, creo que el olor llamará al resto de la tripulación, has hecho tan bien las hamburguesas… -sonreí y me senté con él.
-Fíjate, al final estoy cenando contigo.


KAI JR
Sonreí y mordí la hamburguesa.
-¡Mmmmm! ¡Qué rica!- Sonreí dando otro bocado la hamburguesa.



SAYA
Entré en la cocina. Allí estaban Kara y mi niño. Me acerqué a Kai y le abracé dandole un besazo en la mejilla.
-Hola, pitufín mío.- Sonreí.
-¿Qué comes?-Vi la hamburguesa.
-Uuuhhh, una rica hamburguesa. ¿Me das un cachito?- Kai acercó la hamburguesa a mi boca y mordí un poquito.
-Mmm, que rica.- Miré a Kara.
-¿Qué tal, cocinera?


KARA
Sonreí.
-Vaya, no mejor que tú, pareces muy alegre, ¿no? –di un mordisco a mi hamburguesa.
-Me alegro, al menos alguien contento en esta nave, la mayoría están todos decaídos o directamente por los suelos. –miré a Kai comer, era tan mono y parecía tan indiferente con todo lo malo que pasaba, qué suerte tenía de ser niño.



SAYA
Sonreí y me senté al lado del crío.
-Bueno, estoy contenta por una parte. Parece que voy mejorando con mi poder, voy controlándolo poco a poco, pero…- Suspiré encogiéndome de hombros.
-Tengo algún que otro problemilla con Kai Papá… ya me entiendes.- Dije mirando a Kara, ella lo entendía. No iba a decirlo claramente delante del niño.



KARA
Fruncí el ceño resoplando.
-Eso duele… -negué con la cabeza, llevar tres semanas en abstinencia era lo que se dice claramente una putada, y más conociéndolos a ellos, que estaban acostumbrados a noche sí y noche también.
-Creo que si estás progresando deberíais volver a intentarlo, y si no, le destrozas en pedacitos pequeños, ya ves tú que problema. –bebí un poco de mi vaso de agua.



SAYA
-Eso sería una putada, si le destrozo en pedacitos luego tengo que limpiarlo todo.- Sonreí, si Kai me escuchaba decir eso de él, seguro que la que acabaría hecha pedazos sería yo.
-Pero supongo que sí… tendré que intentarlo, no sé que pensará él… pero tendré que arriesgarme.


KARA
-Claro que te tienes que arriesgar, coño, ¿cómo vas a estar más tiempo sin echar un po… -miré al niño de reojo- un… un póker? Es mucho tiempo lo que llevas sin echar uno, tiene que ser frustrante… -mordí la hamburguesa, mejor me mantenía callada, miré el reloj.
-Joder, este hombre está constipado o algo… ¡Neo! ¡La cena te espera! ¡Es carne! –di otro mordisco, aún faltaba gente por llegar.



NEO
-Ya voy, ya voy.- Entré en la cocina secándome la cabeza con una toalla.
-Acabo de salir de la ducha, coño, no me ha dado tiempo ni ha vestirme.-Solo llevaba el pantalón del pijama.
-Uuuh, hamburguesa.- Me senté en una silla y cogí una.



KARA
Antes de que se sentase le di una palmada en el culo.
-No te me pongas borde, eh… -dije mirándole de arriba abajo.
-Además, estás mejor así que vestido del todo, tienes un aspecto más… grr. –sonreí y seguí comiendo, Kai entró por la puerta sin camiseta también, llevaba pelos de loco y… omá que pechamen, casi me atraganté bebiendo agua, me tapé la boca.
-Ojú…



KAI
Entré en la cocina cuando oí a Kara gritarle a Neo, había aprovechado para echarme una siesta y me había despertado. Al entrar yo, Kara casi se ahoga bebiendo agua, fruncí el ceño y me senté al lado de Saya y miré la comida.
-Anda…



SAYA
Miré a Kara cuando casi se atraganta al ver a Kai entrar sin camiseta. Miré la hamburguesa sin decir nada, pero sin borrar la sonrisa guasona de mi cara.
El crío se levantó cuando terminó. Dejó su vasito en el fregadero y se fue corriendo sin decir nada.
Miré a Neo y después a Kai.
-Joder, ¿hoy es el día internacional de los hombres semi-desnudos?-Miré a Kara sonriendo de nuevo.



KAI
Sonreí soltando una risotada mientras cogía la botella de vino y me servía.
-Me habéis despertado, no tengo la culpa, además, ¿para qué voy a vestirme ya? –dejé la botella y di un trago en el vaso.
-Si lo estáis disfrutando… -empecé a comerme mi hamburguesa.



NEO
Esbocé media sonrisa.
-Y porque no he venido cinco minutos antes, si no, solo tendría la toalla.- Miré a Kara de reojo frotándome el pelo mojado.
-Muy buenas las hamburguesas.


KARA
Fruncí el ceño y le di un golpe a Neo en el brazo.
-Capullo, deja de provocarme, que estoy comiendo, como mañana me de por cenar a mí en bragas habría que verte tragar…. –seguí masticando ligeramente avergonzada, Kai se estaba riendo por lo bajini de mí.


SAYA
-Tú no te rías. Sabes que soy capaz de ponerme en pelotas, a ver que harías tú.- Dije mirándole de reojo mientras bebía de mi vaso.
-Además, con el calor que hace últimamente a una le dan ganas de andar desnuda todo el día.


KAI
-No creo que te vayas a quedar en pelotas aquí en medio con Ian pululando por aquí. –dije sonriendo, aún estaba algo adormilado, por lo que mi voz sonaba como si estuviese medio drogado.
-Hablando de Ian, ¿dónde está? ¿Se ha perdido o ha decidido tirarse por la borda por fin?



NEO
-Ni puta idea. Pero tranquilo, estamos llegando a la aldea humana, le dejaremos allí.- Me crucé de brazos mirando a Kai.
-Además, James ha vuelto, y no ha venido solo.- Miré a Saya y a Kara sonriendo.
-Ha venido con una chica.


KARA
-Síii. –dije contenta.
-Es tan mona, parece una muñequita, y tiene un pelo largo y ondulado, es tan rica… ojala consuele a Jimmy después de todo lo que ha pasado… -terminé mi hamburguesa.


KAI
Miré a todos.
-Menos mal que soy el último en enterarme. No es que me interesen mucho los líos que se traen entre manos, pero… ¿Jim no le matará después de lo que ha pasado?



NEO
Me encogí de hombros.
-Pues que lo haga, yo no pienso detenerle. Aunque creo que Jim no se atreverá, es demasiado débil…- Dije dando un trago de mi vaso.
-Si James no hubiese metido los morros donde no debía, no pasaría nada de esto.


KARA
-Neo… Es joven y está enamorado, no me digas que a ti no te han pasado cosas como estas… -recogí mis cosas.
-Es cierto que… Sí, por eso Jim y Erika lo han dejado, pero… no tienes que ser tan duro con Jimmy…


NEO
La miré cruzándome de brazos.
-Lo siento, pero no le aguanto, aún no confío en él. Que siga en la nave como si no hubiese hecho nada me cabrea mucho…- Me levanté mirando a Kara.
-Te aseguro que si vuelve ha armarla, no miraré por nadie, le echaré de la nave y no volverá a poner un pie en ella.


KARA
Bajé la cabeza limpiando un vaso.
-Tranquilo… lo raro será que se quede lo suficiente como para volver a cagarla… -recogí las cosas de Kai Jr. para limpiarlas.
-Así que no te preocupes…



NEO
-Ya… que no me preocupe…- La miré.
-Eso me dijiste la última vez y mira lo que pasó…- Miré a los demás acercándome a la puerta.
-Buenas noches.- Salí de la cocina y me dirigí al cuarto para terminar de vestirme.



KARA
Le miré de reojo cuando salió, volví la mirada a los platos.
-Como si fuese el único que hace algo malo en esta nave, si es el que más hace por nosotros… -sequé los platos con un trapo.
-Le tiene manía.



KAI
Miré a Neo cuando salió y luego a Kara.
-Bueno… no creo que deba meterme, pero es verdad que James ha hecho cosas buenas por nosotros, y cosas muy buenas. –miré a Saya de reojo.
-Así que creo que se merece que le demos un poco de cuartelillo, no te preocupes, Kara, Neo se ganará su confianza tarde o temprano.


JIMMY
Entré en la cocina después de darme la ducha, en la cual Neo y yo habíamos coincidido. Aún tenía el pelo mojado y solo llevaba la toalla enrollada alrededor de mi cintura, ni si quiera me había vestido.
Miré a Kara, que estaba con Kai y Saya.
-…hola…- Entré sujetándome la toalla.
-Vengo a por la cena, Ánima y yo cenaremos en su camarote…


KARA
Me giré.
-Bueno, pero… -vi a Jimmy sin camiseta, no me había fijado de lo bien formadito que estaba el capullo.
-Joder, ¿qué os pasa hoy a todos para querer torturarme así? –di con el trapo en la encimera.
-¿Qué coño quieres tú?



JIMMY
Miré a Kara algo sorprendido cuando dijo eso. Me miré y sonreí levemente.
-Lo siento… es que acabo de ducharme y…- Me encogí de hombros.
-Solo venía a por la cena, nada más.- Me acerqué a la mesa y agarré las dos hamburguesas que quedaban.
-Me las llevo.- También cogí un par de vasos y lo que quedaba de vino.



SAYA
Sonreí mirando a Jimmy.
-¿Piensas cenar a solas con tu nueva “amiga”?- Le miré alzando las cejas.
-A ver cuando nos la presentas, Jimmy, no te la guardes para ti solo.- Sonreí.



JIMMY
Miré a Saya enrojecido por la vergüenza.
-… yo, bueno… cenar a solas, yo no lo llamaría así, solo…- Solté una pequeña risotada enrojeciendo aún más.
-S-solo es una buena amiga y… creo que es demasiado pronto que cene con los demás, y…- Miré a Kara y después a Kai.
-... ¿qué? Yo también tengo derecho a… ¿para qué os doy explicaciones a vosotros?


KARA
Sonreí, me sequé las manos y me acerqué a Jimmy abrazándole por detrás.
-Pero bueno… Jimmy, Jimmy, Jimmy… No me digas que la niña esa tan mona te hace tilín, ehhhh. –alcé las cejas y gruñí.
-Bueno, bueno… -le di en el culo.
-Os dejo hacer, os dejo hacer, tigre, la quieres seducir con hamburguesas, eh… -me reí.
-Mañana haré algo en especial para vosotros solitos.


JIMMY
-Ey…- Me agarré la toalla que se me resbaló cuando Kara me dio en el culo.
Sonreí poniéndome el triple de colorado.
-No voy ha seducir a nadie, es mi amiga y lo único que hago es que se sienta mejor y le cueste menos integrarse…- Miré a Saya y a Kai de reojo.
-Solo eso…


KARA
Sonreí y le tiré de la toalla levemente para asustarle, pero no se estaba agarrando, y la toalla cayó al suelo dejando al aire todo su esplendor. Me reí.
-Jojo, buen culito, Jimmy. –me asomé.
-¡Wo! Preséntate así y no te hace falta más, en cuanto te vea se te tira encima, joder con el niño…



JIMMY
Cerré los ojos cuando Kara me quitó la toalla.
-Estupendo…- Encima tenía las manos ocupadas con las hamburguesas que las dejé en la mesa y me tapé con las manos.
-Que graciosa, Kara…


SAYA
Abrí los ojos ampliamente cuando Kara tiró de la toalla de Jimmy dejándole en pelotas picadas.
-Vaaaaya, Jimmy, las matas callando, ¿eh?- Dije mirándole cuando se tapó con las manos.
Me reí.
-Ya entiendo porque te tienen tanto miedo.


KAI
Miré de reojo y solté la hamburguesa.
-Joder… Haz el favor y vete ya, anda, haz lo que quieras con esa chica, pero pírate ya y vístete… -le di la toalla.
-Y vosotras dejadle en paz, ¿no veis que está avergonzado?



SAYA
Miré de nuevo a Jimmy.
-Tú no te avergüences, nene. Si Dios te ha dado eso es por algo.- Sonreí y miré a Kai de reojo.
-Lo que pasa es que la envidia corroe mucho.- Me recosté sobre la silla.



JIMMY
Agarré la toalla y me la puse de nuevo tapándome. Cogí las hamburguesas y miré a Saya.
-Si no me avergüenzo… ¡Bah! Mejor me las piro…- Salí de la cocina aún rojo… menuda escenita, ya tenía una anécdota que contarle a mis nietos…


KARA
Terminé de recoger todo.
-Me cago en la leche, como Neo le eche de la nave se va la alegría de la huerta. –les miré.
-Pues eso lo limpiáis vosotros, yo me las piro. –salí de la cocina y vi a Jimmy por el pasillo.
-¡Ay, que no me entere yo que ese culito pasa hambre!


JIMMY
Escuché a Kara mientras caminaba por el pasillo en dirección al cuarto de Ánima.
Negué con la cabeza cuando dijo aquello… Dios, que loca estaba la pobre…
Entré en el cuarto con la cena en mis manos.
-Hola.- Sonreí y cerré la puerta acercándome a la cama.
Dejé la cena sobre la mesita de noche y miré a Ánima aún sonriendo.
-Voy ha terminar de vestirme…- Salí del cuarto de nuevo y me dirigí al baño para terminar de ponerme la ropa. Me puse un pantalón ligero para estar más a gusto y volví al cuarto.



ÁNIMA
Cuando James entró en la habitación sólo estaba cubierto por una toalla, me mordí el labio desviando la mirada.
Dejó la cena en la mesilla y se marchó de nuevo, resoplé.
-Vaya protector me ha tocado… -miré la cena y fruncí el ceño, me acerqué y lo miré, tenía una pinta extraña, aunque parecía un sándwich. Me quedé a un lado de la cama esperando a que volviese y abrió la puerta, sonreí.
-¿Qué… es? –pregunté señalando la comida.


JIMMY
Me acerqué a Ánima y miré las hamburguesas.
-Pues, es una comida muy sabrosa.- Me senté al lado de Ánima, más cerca de lo que pensaba y agarré la cena.
-Es una especie de bocadillo, lo que pasa que con un filete de carne. Después le puedes poner lo que quieras, queso, lechuga, Ketchup, tomate, mahonesa… lo que quieras.- Sonreí y le entregué la suya.
-Come, ya verás como te gusta.


ÁNIMA
Sonreí y cogí ese bocadillo con pan redondo.
-Gracias… -lo miré y lo mordí, lo saboreé y gemí.
-Qué rico… -di otro mordisco.
-¿Qué lleva? Está delicioso… -quité la parte de arriba del pan y miré, llevaba carne y demás cosas que por supuesto conocía, pero de verdad sabía genial.
-¿Quién cocina? Voy a ponerle un pedestal…



JIMMY
La miré y me reí.
-¿Ves? Te dije que te gustaría.- Cogí los dos vasos y los llené de vino.
-Toma.- Se lo entregué y yo bebí de mi vaso.
-La cocinera es Kara, la chica que has visto antes con el piojo que te ha pedido una cita.- Sonreí dándole un mordisco a mi hamburguesa.
-La verdad es que Kara tiene muy buena mano con la cocina.


ÁNIMA
Seguí comiendo, siempre había vivido con comida de sobras o comida basura, esto para mí era superior.
-Jo… creo que me voy a acostumbrar a comer comida de esta… -bebí un poco de vino, a eso sí estaba acostumbrada.
-Soy feliz desde que te conozco, menudas veinticuatro horas…



JIMMY
Sonreí y la miré mientras cenaba.
-Mi vida también ha mejorado desde que te encontré, aunque hayan pasado veinticuatro horas, pero eso es lo de menos.- Mi sonrisa se ensanchó. Desde que rescaté a Ánima, el sufrimiento había disminuido y los pensamientos hacia Erika ya no eran tan dolorosos.
Tener a Ánima a mi lado era una cura para mí.



ÁNIMA
Sonreí y me reí.
-¿Por qué me miras? Sé que no como precisamente como una señorita, pero… Espera, me he manchado, ¿verdad? –me pasé la mano por los labios buscando los restos de comida. Me reí.
-Estoy paranoica… -bebí un poco de vino, ya se me estaba yendo la pinza



JIMMY
Sonreí y negué.
-No, tranquila, no te has manchado.- Sonreí y volví la mirada a mi hamburguesa.
Una vez terminamos de cenar, recogí los vasos dejándolos en la mesilla, ya los recogería mañana.
Miré a Ánima y me acerqué sentándome de nuevo a su lado.
-Cuando quieras acostarte, dímelo y me iré para que puedas dormir tranquila.


ÁNIMA
Asentí y le miré.
-¿Por qué no duermes? Creo recordar que los Sombra si duermen… ¿es acaso porque…? Bueno, creo entender que no naciste de una madre, aunque eso no te hace diferente en alma, eres mucho mejor persona que nadie que haya conocido, ya lo sabes. –sonreí.



JIMMY
-Ya, pero no suelo dormir. Siempre que lo intento no lo consigo…- Me encogí de hombros.
-Aunque tampoco me importa mucho, nunca me siento cansado…- Sonreí y la miré.
-No te preocupes por mí.


ÁNIMA
Bajé la mirada a mis rodillas pasando mis dedos alternadamente por ellas de arriba abajo, rozando las rozaduras que tenía.
-Pero… puedes dormir, ¿no? Quiero decir… -le miré.
-Me sentiría más segura si durmieses a mi lado… -me mordí el labio.


JIMMY
La miré y alcé una de mis cejas.
-… ¿quieres que duerma contigo?- Sonreí sin quitarle ojo de encima. Parecía avergonzada.
Suspiré y asentí.
-Está bien, si es lo que quieres, dormiré contigo.


ÁNIMA
Sonreí y me giré levemente, se notaban mis mejillas rosadas.
-Si… si te resulta incómodo o te molesta, no es necesario. Es sólo que me gustaría que estuvieses aquí conmigo, me das mucha seguridad. –le miré de reojo, seguro que así pensaría que le estaba colando una trola.



JIMMY
Asentí y la miré.
-Si, tranquila, lo haré. Dormiré contigo.- Sonreí. Acerqué mi mano a su rostro y aparté el flequillo de delante de sus ojos.
La miré sin dejar de sonreír… tenía unos ojos grandes y hermosos… no podía apartar la mirada…


ÁNIMA
Tragué saliva, James estaba muy cerca de mí y eso me ponía la piel de gallina. No era la primera vez que sentía eso, pero no quería que volviese a pasar, nadie aceptaría jamás mi decisión sobre mi vida, o al menos no estarían a mi lado, no quería que volviese a pasar, sería doloroso para mí y para él si llegase a pasar.
Le miré.
-¿Por qué te llaman Jimmy?



JIMMY
Suspiré y sonreí.
-Fue una petición mía… el nombre de James me hacía recordar toda mi vida pasada y no era plato de buen gusto.- Miré al suelo.
-Desde que entré en la nave, Kara, Saya y Erika me han llamado Jimmy, incluido el pequeño Kai.- Sonreí y la volví ha mirar.
-Me gusta más que James, pero tú puedes seguir llamándome James si quieres. Haré una excepción contigo.


ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-Jimmy es un apreciativo de tu propio nombre, quiere decir que quién te llama así te tiene cariño, ¿no? Yo quiero ofrecerte mi cariño, y quiero que olvides tu mal pasado, así que te llamaré Jimmy, si me dejas, claro. –sonreí esbozando una de mis sonrisas más cariñosas.



JIMMY
-Como quieras.- Sonreí y me dejé caer sobre el colchón llevando mis manos tras mi nuca.
-Tú puedes llamarme como quieras.- La miré de reojo.
-Como si quieres llamarme, bombón, nene, cariñín…- Me reí y la miré.
-No, creo que con Jimmy está bien.


ÁNIMA
Sonreí y me tumbé a su lado, pasé mi brazo sobre tu torso posando mi mano al otro lado, me pegué totalmente a él. Parecía que todas las confianzas que había tomado con él no parecían importarle, esperaba que esto tampoco.
-Estás muy cálido… -y tenía un pecho muy potente y estaba fuerte, pero… eso me lo guardaba para mí misma.



JIMMY
Tragué saliva cuando Ánima se tumbó a mi lado y me abrazó de esa manera.
Se pegó a mí haciéndome enrojecer…
Pasé mi brazo por su espalda rodeando su hombro con él juntándola aún más.
Esbocé media sonrisa respirando hondo. Acaricié su brazo con la yema de mis dedos. Parecía tan frágil entre mis brazos…



ÁNIMA
Mi piel se erizó de arriba abajo, no sabía que él también se tomaría esas confianzas conmigo, pero me encantaba, no estaba segura si podría concentrarme mucho y poder dormirme, pero disfruté de su calor y sus caricias.



JIMMY
No me moví ni un ápice. Quería que Ánima se quedase abrazada a mí toda la noche…
Cerré los ojos y me atreví a rodearla con mis dos brazos, aunque… no sabía si le molestaría que uno de ellos fuese de metal… no me había preguntado ni me había dicho nada al respecto, no sabía si eso sería bueno…
Posé mis labios sobre su cabeza cerrando los ojos de nuevo.


JIM
Había estado todo el resto del día con Erika, tumbados sobre la cama sin decir una sola palabra, yo la acariciaba la espalda y el pelo mientras ella me respondía con sus caricias.
Había perdido la noción del tiempo, pero por la ventana veía sólo filtrarse la luz de la luna.



ERIKA
Abrí los ojos y me levanté.
-Voy ha por algo de cenar.- Le miré y sonreí.
-Ahora vengo.- Salí del cuarto y me dirigí a la cocina para buscar algo de cenar.
Kara y Neo ya no estaban, supuse que se habían acostado ya.
Rebusqué en la nevera alguna cosilla, aunque solo había fruta y verduras.
Cogí una fuente y la llené con algunas piezas de frutas.
Salí de la cocina y volví al cuarto.
-Ya estoy aquí.- Me acerqué y me senté en la cama, a su lado.



JIM
Sonreí y me senté en la cama, había traído un par de frutas.
-Menudo festín. –cuando se sentó la cogí de la cintura y la junté a mí besándola en la mejilla, la senté entre mis piernas y cogí una manzana.
-Mmm… -la volví a besar en la mejilla.
-Frutita sana.



ERIKA
Sonreí y me acomodé entre sus piernas. Encogí el cuello cuando me dio un beso en la mejilla.
-Si, frutita sana.- Cogí del cuenco un albaricoque pegando un mordisco. Miré a Jim y me acerqué pegándole a él un mordisco bajo la barbilla sin hacerle daño. Me reí mordiéndole de nuevo.


JIM
Sonreí y me reí cuando me mordió.
-La carne está más rica que la fruta, ¿verdad? –sonreí y la besé, noté el sabor del albaricoque el los labios, por los cuales pasé mi lengua.
-Mmm, qué rica estás. –sonreí y la volví a besar.



ERIKA
Me aparté con suavidad y volví a mi albaricoque sonriendo.
Encogí mis rodillas pegando mi espalda a su pecho. Cogí una cereza y miré a Jim. Acerqué la cereza hasta que la pegué a sus labios.
-Abre.


JIM
Sonreí y abrí la boca, mordiendo la cereza y tirando de ella, quedándome yo con la fruta y ella con el rabito. Sonreí y mastiqué. Posé mi mano en su vientre y cogí otra acercándola a sus labios, pero cuando fue a cogerla la alejé riéndome, se la volví a acercar.


ERIKA
Sonreí y le miré cuando apartó la cereza. Abrí la boca cuando la volvió a acercar agarrando la cereza entre mis dientes. Tiré separando la cereza del rabito. Apoyé la cabeza en su pecho rodeando su cintura con mis brazos metiéndolos debajo de la camiseta.
Le volví a morder, esta vez bajo la nuez.


JIM
Sonreí encogiendo el cuello.
-Eso no vale… -la abracé fuerte posando mi mano en el final de su espalda, pasando mi dedo pulgar por su piel. Cogí otro albaricoque.
Sonreí, se me había ocurrido una idea.
-Túmbate. –la recosté suavemente sobre la cama y la subí la camiseta sonriendo. Me recosté a su lado y deslicé el albaricoque con suavidad por su vientre, haciendo que lo encogiese, sonreí.



ERIKA
Me tumbé como Jim me dijo. Le miré cuando me levantó la camiseta y cogió un albaricoque. Sonreí hundiendo el vientre cuando lo deslizó haciendo que sintiese un estremecimiento.
-Con la comida no se juega, Jim.


JIM
Sonreí de nuevo.
-Shh. –lo deslicé con mucha suavidad por todo su vientre, la despojé de su camiseta y lo pasé por toda su piel incluyendo los pechos, el ombligo…
Sonreí mirándola, el tacto de un albaricoque era muy suave y liso.
-¿No te gusta que juegue con la comida?



ERIKA
Sonreí cerrando los ojos.
Me mordí el labio sintiendo la piel suave de la fruta. Hundí el vientre de nuevo cuando deslizó el albaricoque de nuevo hacia abajo.
-Juega cuanto quieras…-Sonreí mordiéndome el labio.


JIM
Sonreí, parecía que Erika estaba disfrutando con el jueguecito. Besé su hombro y dejé el albaricoque en el cuenco y cogí una cereza, pasándola muy lentamente cerca de su ombligo y subiendo, era más fácil, ya que podía coger del rabito.



ERIKA
Le miré y sonreí.
-¿Lo próximo que será? ¿La manzana y después una sandía?- Me reí colocando mis manos bajo mi nuca.
-A mi no me importa, pero creo que la sandía ya sería demasiado.


JIM
La miré.
-Por tus comentarios diría que no te gusta mucho… -alcé las cejas y dejé la cereza en su sitio, en lugar de eso, empecé a recorrer su torso con mis labios, esperaba que de eso no tuviese queja.



ERIKA
Me reí y le miré.
-Que rápido te picas, Jim.- Sonreí y le miré mientras acariciaba mi vientre con sus labios.
-Eso está mejor, aunque me quedaré dormida… lo más seguro.- Me reí de nuevo y bajé mis manos hasta su nuca.



JIM
Sonreí y la miré.
-No me preocupa, no debe venirte muy mal dormir, tienes ojeras, mi vida. –seguí besándola suavemente por el torso, acariciando sus caderas con mis manos y mis dedos.



ERIKA
Cerré los ojos suspirando cuando Jim me acarició.
Poco a poco fui perdiendo la noción del tiempo, las caricias de Jim fueron siendo más leves a medida que el sueño se apoderaba de mí hasta que finalmente me quedé dormida.



JIM
Sonreí mirándola, se había quedado frita. Seguí besándola hasta que llegué a su cuello y me tumbé a su lado rodeando su cintura con mis brazos, subí la manta por su cuerpo y me acomodé a su lado cerrando los ojos, no tardé mucho en dormirme con ella.


SAYA
Fui a la cama después de terminar de limpiar la cocina, no le vendría mal una ayudita a Kara ya que la pobre se lo cargaba todo…
Acosté al crío y después me fui yo a mi cuarto. Me tumbé en la cama después de ponerme el pijama.
Había progresado mucho respecto a mis entrenamientos y parecía que podría controlarlo algo más.
Suspiré y me acomodé sobre la almohada mirando el techo, pensativa.


KAI
Entré en la habitación cerrando la puerta con el pie.
-Anda, ya estás aquí. –me acerqué y me tumbé a su lado mirando donde ella miraba.
-El techo es fascinante. –sonreí y la miré, me acerqué y la besé en la mejilla.
-Eh, estoy aquí.



SAYA
Kai entró en el cuarto y se tumbó a mi lado.
-Ya lo sé.- Le miré de reojo. Suspiré y me tumbé de lado mirándole.
-Me has dejado sola en la cocina, tienes mucho morro, ¿lo sabías? Siempre escaqueándote.- Alcé las cejas.



KAI
Éste era uno de esos momentos en los que la abrazaría, pero habíamos evitado empezar con ese tipo de contactos porque al final derivaban en sexo, casi siempre.
-Lo siento… Pensé que recogería Kara, como siempre. –puse una mueca triste.
-¿Me pirdonas?



SAYA
Sonreí y le miré.
-Si, te pirdono.- Me reí y me acerqué apoyando la frente en su hombro. Cerré los ojos y suspiré.
Pensé en lo que Kara y yo habíamos hablado en la cocina antes de que Neo y Kai viniesen a cenar… tenía que hacer algo, tenía que comprobar si era capaz de controlar mis emociones…


KAI
Sonreí.
-Bien, me has pirdonado. –la abracé y la besé en la cabeza.
-Mañana te ayudaré a limpiar si quieres, y seré bueno, haré la cama yo solito. –sonreí, tenía que reconocer que era un vago y de vez en cuando ayudar no me vendría mal.


SAYA
Me reí y le miré.
-Más te vale, últimamente te has vuelto un vago.- Sonreí volviendo a apoyar la cabeza en su hombro. Suspiré y volví la cabeza para mirarle de nuevo. Me incorporé levemente y sin decir nada, pegué mis labios en los de Kai.



KAI
Sonreí mientras me besaba y la junté más a mí, la besé acariciando sus labios con los míos.
-Qué cariñosa de repente, ¿no? –alcé una ceja esbozando media sonrisa y la volví a besar
.


SAYA
Le agarré de la nuca cuando me besó de nuevo. Me acerqué más pegando mi torso al de él tumbando medio cuerpo encima.
Encerré su labio superior entre los míos tirando con suavidad.
Le miré y bajé mis labios por su cuello rozándole la piel. Seguí bajando por su torso deslizando los labios por su abdomen hasta su ombligo.
Sonreí y posé mis manos en sus costados.
Deslicé mi lengua desde debajo del ombligo y subí lentamente.



KAI
Cogí aire y miré a Saya.
-Saya… ¿esto no será una venganza, verdad? Porque sabes que llevamos tres semanas sin hacer nada y no estoy como para ponerme a jugar sin consecuencias, tesoro… -me dio un escalofrío que me subió hasta la nuca.


SAYA
Le miré y esbocé media sonrisa.
Deslicé las manos por sus costados con suavidad acariciando su piel.
Seguí rozando la piel de su ombligo con mis labios y la punta de mi lengua.
Bajé un poco más y le mordí con mucha suavidad tirando de la piel.



KAI
Cerré los ojos notando más escalofríos.
-Sa-Saya… -tragué saliva, con este tiempo en abstinencia ahora estaba muy débil en el sentido de resistencia. Me llevé la mano a la frente resoplando.



SAYA
Esta vez me tumbé totalmente encima de él. Acerqué mi rostro a su cuello el cual lamí con suavidad con la punta de mi lengua.
Acaricié su pecho con mis manos sin dejar de besarle por el cuello con fuerza.



KAI
Cuando subió su rostro al mío la besé con intensidad, entrelazando nuestros labios mientras llevaba mis manos hacia sus muslos y subiendo por sus cachetes y su espalda, parecía que estaba preparada para volver a intentarlo y yo la ayudaría a superar la prueba.


SAYA
Seguí su beso atrapando sus labios con fuerza agarrando su nuca con mis manos.
Me separé levemente y le miré.
-¿Dónde prefieres? ¿Arriba o abajo?- Pregunté rozando sus labios con los míos.



KAI
Sonreí y la acaricié la garganta.
-Creo que, ya que es una prueba, deberías ponerte tú encima, por si no sale bien saber cuándo parar… -la cogí de la cara y la besé con intensidad bajando por su barbilla y su cuello, hasta la clavícula.


SAYA
Cerré los ojos alzando la cabeza cuando me besó por el cuello.
Enredé mis dedos entre el pelo de su nuca sintiendo como se me erizaba la piel.
Bajé la cabeza mordiéndome el labio. Deslicé mis mano por su abdomen hasta debajo de su ombligo y volví a subir de nuevo sin utilizar las uñas, ya que no le gustaba, o si le gustaba, después de quejaba…



KAI
Encogí el estómago cuando tocó mi punto débil, tal y como estaba no iba a esperar mucho más a terminar los preliminares si seguía así. Cuando ascendió un poco la besé abrazándola con fuerza, pegándola a mí, la quité la camiseta



SAYA
Besé a Kai con fuerza cuando me despojó de la camiseta.
Coloqué mis manos a cada lado de su cadera presionando su piel con mis dedos mientras le besaba enredando mi lengua con la de él.
Bajé mis manos hasta el cordón de su pantalón el cual agarré tirando de él.



KAI
La mordí suavemente el labio bajando su pantalón lentamente y acariciando sus muslos a la vez. La deshice de él y acaricié sus cachetes con ambas manos, bajé los labios a su cuello.
-No quiero ir deprisa, lo siento… -intenté calmarme un poco, no se lo pondría fácil si iba con mucha intensidad.


SAYA
Solté un gemido cuando me acarició los muslos deshaciéndose de mis pantalones. Jadeé y le besé por el pecho.
-Yo no he dicho que vayas deprisa…- Le mordí en el pecho con suavidad rozando su piel con mi lengua mientras agarraba el extremo de su pantalón bajándoselo suavemente acariciando sus ingles con la yema de mis dedos.



KAI
Jadeé con fuerza encogiendo las piernas. Me senté cogiéndola de la cara y besándola de nuevo con lengua.
La acaricié los muslos presionando mis dedos sobre su piel.



SAYA
Respiré con fuerza encogiendo las piernas presionando los muslos contra su cadera. Acaricié su espalda con la yema de mis dedos, deslizándolas hacia abajo pasándolas por la parte de delante acariciándole los muslos.
Agarré la tira de su calzoncillo retirándolo con mucha suavidad rozando la piel de sus ingles y su entrepierna mientras le besaba con bastante fogosidad y con la respiración agitada.



KAI
Respiré con fuerza y gemí cerrando los ojos.
-Saya… -tragué saliva, estaba tocando en zona minada, y llevaba tiempo esperando para esto, no duraría mucho.
Sonreí.
-Nena… -la cogí de la cara y me quedé mirándola, la besé con fuerza acercándola más a mí, la agarré de los muslos e hice que se sentase sobre mí, jadeé con fuerza y seguí besándola.



SAYA
Jadeé y seguí su beso entrelazando su lengua con la mía. Agarré la tira de mi tanga y me despojé de él tirándolo fuera de la cama.
Me puse de rodillas sobre Kai y rodeé su cuello con mis brazos preparada para que penetrase.
-Dios, Kai, no puedo esperar más…- Gemí con fuerza cuando penetró agarrando el pelo de su nuca con intensidad.



KAI
Gemí a su vez, cómo lo echaba de menos… La agarré de la cintura y la besé por el cuello moviendo la cintura con la de ella.
Fui con cuidado, no quería que perdiese el control y acabara arrepintiéndose de nuevo. Todo a su tiempo.
Gemí acariciándola el vientre.



SAYA
Moví la cadera jadeando y gimiendo con intensidad. Cerré los ojos con fuerza mientras le besaba sin dejar de jadear.
Parece que todo iba bien, estaba excitada, muy excitada, pero parece que al centrarme en Kai y solamente en Kai hacía que pudiese controlarme mejor.
Le miré y gemí acercando mi boca a la de él. Rocé sus labios con la punta de mi lengua jadeando y moviéndome sin parar.



KAI
La besé con fuerza encerrando sus labios entre los míos, el que me torturase en estos momentos no era algo que me pudiese permitir.
La besé en el cuello con la misma intensidad que en los labios, jadeé agarrándole de la cintura, haciendo que se moviese con más intensidad aunque no con más rapidez, gemí con fuerza.



SAYA
Me incliné hacia atrás levemente arqueando la espalda mientras le agarraba de la nuca con una de mis manos. Cerré los ojos y abrí la boca gimiendo sin dejar de moverme.
Le agarré de la cara y le besé de nuevo introduciendo mi lengua en su boca sintiendo que mi respiración se agitaba.



KAI
Jadeé con fuerza apoyando mi cabeza en la almohada arqueando la espalda, sentía que el sudor ya estaba cubriendo mi espalda.
-Saya… -susurré agarrándola de ambos cachetes.



SAYA
Gemí inclinándome hacia delante. Le mordí la barbilla moviéndome con más intensidad acelerando las penetraciones.
-¡Ah! Dios, Kai…- Me mordí el labio gimiendo de nuevo.
Presioné la piel de su pecho con la yema de mis dedos.


KAI
Gemí fuerte cerrando los ojos intensidad.
-Saya… No podré aguantar… mucho más. –gemí arqueando de nuevo la espalda y el cuello. Clavé mis uñas en su cadera sin hacerla daño.


SAYA
Solo quedaba la recta final, así que me atreví a acelerar aún más haciendo que las penetraciones fuesen embestidas. Agarré las sábanas con fuerza gimiendo de nuevo, más bien fue un grito el cual me condujo al orgasmo. Tensé los muslos y arqueé la espalda alzando la cabeza mientras el orgasmo finalizaba.



KAI
Tragué saliva cuando ambos llegamos al orgasmo, el sudor de mi espalda se pegaba a las sábanas.
Sonreí mirando a Saya y la tumbé a mi lado, la abracé contra mí rodeando mi cuerpo de frío, como hacía ahora muy a menudo, nos sentaba bien a los dos.
-¿Lo ves? –la besé en la frente.
-Has podido, lo has conseguido, sabes controlarte.



SAYA
Me aparté empujándole.
-Espera, espera, espera…- Me levanté y posé las manos en la almohada. Esta estalló en mil pedazos cubriendo la habitación de plumas.
-Mierda…- Cerré los ojos dejando caer la cabeza.
-Sabía que no podía ir bien.


KAI
-Eh… -miré la almohada masacrada y luego la miré a ella.
-Vale, tranquila, no ha pasado nada… -cogí una pluma sonriendo.
-Bueno… la almohada ha tenido un pequeño accidente, pero… -la miré y la acaricié la cara.
-Has aguantado hasta el final, y no me has hecho daño, era lo que buscábamos… -la besé en la mejilla, rozando la comisura de sus labios.
-Lo has hecho muy bien.



SAYA
Le miré y aparté una pluma de su pelo.
Sonreí y me acerqué. Le besé tumbándome a su lado.
Apoyé la cabeza en su pecho acariciándole el torso con mis manos. Coloqué una de mis piernas encima de las de él.
-Cuantas plumas, ¿no?- Nos quedamos en silencio un momento antes de partirme de risa cuando vi las plumas sobrevolar la habitación.


KAI
-Esto parece un gallinero, entre las plumas y… -miré hacia abajo.
-Esos huevos de ahí… -la miré riéndome, cogí una pluma y se la pasé por la nariz para hacerla cosquillas.



SAYA
-No, quieto, en la nariz no…- Me incliné a un lado y estornudé.
-Mierda…- Estornudé de nuevo.
-¿Ves? Ya la has liado, Kai…- Estornudé una vez más. Esperé un poco para ver si se me pasaba.
Me giré de nuevo y le miré.
-Huevón.- Dije agarrando su entrepierna sin hacerle daño.


KAI
-Ojojo. –me reí agarrándola la mano.
-Vale, tranquilidad, dejo las plumas, dejo las plumas. –me reí de nuevo y la abracé tumbándola sobre mi cuerpo, la besé, después de tanto tiempo sin disfrutar de ella, esto había sido todo un gozo.


SAYA
-Noooo…- Le agarré de la nuca y tiré de él haciendo que se tumbase encima de mí.
-Ahora te toca ponerte encima.- Sonreí y le di un beso en la nariz. Le rodeé el cuello con mis brazos haciendo que apoyase la cabeza en mi pecho.
Le acaricié el pelo empapado por el sudor. Cerré los ojos y le besé en la frente.



KAI
-Veo que te gusta sufrir mi peso, súfrelo… -sonreí acomodándome en su pecho. Pasé mis manos por sus brazos aplicando algo de frío para que su calor fuese bajando y apliqué más frío en mi espalda, por donde más sudaba.
-Así uno se siente en la gloria.



SAYA
Sonreí y le besé de nuevo en la frente. Le acaricié al espalda sintiéndola fría.
-Otra cosa, no sufro sintiendo tu peso. Me gusta que estés encima de mí.- Le besé bajo la oreja.
-Te quiero.- Susurré en su oído sin dejar de acariciar su espalda.



KAI
Sonreí.
-Yo sí que te quiero. –susurré mordiendo su oreja y apoyándome sobre ella sin hacerla daño, la fui dando besos a lo largo de la cara y el cuello acariciándola los hombros hasta que empecé a notar el cansancio y el sueño y me dormí sobre su pecho, oyendo su respiración y su corazón.



SAYA
Sonreí cuando se quedó dormido. Le acaricié la nuca y la espalda con suavidad.
Me acomodé en la almohada y le abracé cerrando los ojos a espera de que es sueño también hiciese efecto en mí pronto.



KARA
Estuve casi toda la noche en vela, dando vueltas por la nave con un insomnio terrible, y lo peor es que estaba agotada pero no podía dormirme ni dándome de hostias.
A las siete ya estaba en la cocina haciendo mis averiguaciones de comida, por suerte Neo estaba como un tronco y no se había enterado de que no estaba en la cama, o eso creía.
Preparé una ensaladilla rusa con quince mil cosas de la nevera y la tuve preparada para las ocho y media, y la guardé en la nevera para la comida, después me puse a hacer el desayuno, aunque, por desgracia, no había nadie despierto a esas horas, por lo que me aburriría preparándome el desayuno a mí sola.



ÁNIMA
Me levanté bastante temprano, como acostumbraba a hacer, con el fresquito de la mañana, aunque precisamente esa mañana tenía algo de frío, ya que había pasado toda la noche en brazos de Jimmy y al separarme se notaba el cambio de temperatura.
Para no pasar frío, me coloqué de nuevo la capa negra y salí cerrando la puerta con cuidado para que no despertase y me fui a la cocina, necesitaba azúcar.
La busqué por todas partes hasta que por fin di con ella, por suerte o por desgracia, Kara estaba allí.
-Esto… hola… -dije asomada en la puerta.



KARA
Me giré, la nueva chica estaba asomada en la puerta, al final no me iba a quedar sola.
-Vaya, hola. Pasa, tranquila, no como. –sonreí, la chica pasó con la capa de Jimmy puesta aún, sólo que debajo llevaba un vestido de Erika.
-¿Qué quieres desayunar?


ÁNIMA
Miré a Kara cuando me preguntó.
-A poder ser azúcar… ¿tienes cereales? –esbocé media sonrisa.



KARA
Sonreí acercándome al armario.
-Claro, los compré por el peque, pero él es el que más desayuna con las tortitas, el bacon y tal, los cereales a penas los ha tocado. –se los preparé en un bol con leche y se los coloqué en la mesa con una cuchara.
-Bon apetit. –sonreí.



ÁNIMA
Sonreí.
-Muchas gracias… Por cierto, la cena de ayer fue espléndida, eres muy buena en la cocina, nunca había comido nada tan rico. –me senté frente al plato de cereales.



KARA
Sonreí ampliamente.
-Vaya, gracias… Me han dicho que cocino bien pero nunca de esa manera. –solté una risa tonta y me preparé un café para mantenerme en pie el resto del día.
-¿Qué tal… con Jimmy? Es un buen chico, ¿verdad? –pregunté disimuladamente mientras removía el café.



ÁNIMA
Por un momento me dio apuro contestar, pero lo haría de verdad.
-Jimmy es la mejor persona que he conocido en mi vida, no cambiaría el día que le conocí por nada del mundo, aunque ese mismo día intentaron matarme… -comí mis cereales.


KARA
Esbocé media sonrisa y di un sorbo a mi café.
-Espero que tú puedas arreglar su corazón roto, es muy buen chico, pero su corazón necesita que lo cuiden, y por circunstancias ha salido herido, de modo que me gustaría que lo cuidases bien.



ÁNIMA
Miré a Kara.
-Por supuesto que lo haré, haré lo que pueda por hacer que Jimmy se sienta bien y feliz. –sonreí y ella respondió a mi sonrisa, estuvimos un rato más charlando sobre mí, Kara era una chica agradable con la que se podía hablar, y así estuvimos largo rato hasta que al fin se levantó alguien más.



ERIKA
Me levanté antes que Jim, aún seguía durmiendo por lo que decidí dejarle dormir.
Salí del cuarto y me dirigí a la cocina. Oí la voz de Kara, estaba hablando con alguien, supuse que sería Saya, pero no. Estaba con la chica nueva.
Entré sonriendo.
-Buenos días, chicas.- Me senté en una silla al lado de Ánima.
-¿Qué tal tu primera noche aquí?


ÁNIMA
Miré a la chica de la cual Jimmy estaba enamorado, de cerca y sonriendo era más guapa. Sonreí.
-Muy bien, Jimmy cuida de mí y me siento muy bien.



KARA
Miré a Erika cunado entró, estaba sonriendo, y había venido ella sola a la cocina… Me acerqué y me senté a su lado mirándola fijamente, no podía ser otra cosa que una de dos: O se había reconciliado con Jim, o estaba amnésica o borracha.



ERIKA
Miré a Kara cuando se sentó a mi lado. Me miraba de manera rara, fruncí el ceño, extrañada.
-¿Pasa… algo?- Sonreí y miré a Ánima después. Al ver que ella no tenía ni idea, volví la mirada a Kara.
-¿Qué?- Me reí levemente.



KARA
-¿Cómo que qué? ¿Ya te has acostado con él? ¿Por qué le has perdonado tan pronto? Se va a pensar que puede estar metiendo la pata siempre. –me crucé de brazos.
-Os habéis reconciliado, ¿verdad?



ERIKA
La miré.
-Si, me he reconciliado con él. ¿Tanto te molesta?- Me crucé de brazos.
-Como ya te dije, hago lo que quiera con mi vid, Kara, yo no me meto cuando tienes problemas con Neo. Te pido que tú no te metas en mis asuntos


KARA
Me crucé de brazos imitándola.
-Perdona por intentar ayudarte, no sabía que te resultara tan molesto, pero no volveré a hacer… -me levanté y recogí las cosas de la mesa.


ÁNIMA
Las miré a las dos, se acababan de pelear por algún tema que yo desconocía, pero debía ser porque Kara quería ayudar a Erika y ésta no quería su ayuda…
-No quiero meterme donde no me llaman, pero no deberíais pelearos por eso, sois amigas, ¿no? Si necesitáis ayuda os la dais la una a la otra, pero no siempre queremos ayuda…



ERIKA
Miré a Ánima cuando habló.
-Una cosa es ayudar y apoyar y otra cosa es que te digan lo que debes hacer y eso es lo que hace Kara.- Desvié la mirada hacia otro lado suspirando.



KARA
-Eso es mentira, Erika, y lo sabes. –dije mirándola.
-Yo sólo quiero ayudarte y te digo lo que me parece mejor para ti, no te obligo a hacer nada con un cuchillo al cuello. –me volví a girar, a veces esa chica era muy difícil.



ERIKA
Miré a Kara.
-Pues no lo hagas, no quiero saber que es lo mejor para mí, ¿vale? Ya me daré cuenta yo solita de lo que es mejor para mí. Por si no te has dado cuenta, no soy ninguna retrasadita que no sabe que hacer.


ÁNIMA
Las miré a las dos, la cosa se estaba poniendo fea.
-Chicas, por favor… Erika, Kara no quiere decirte nada de eso, sólo quiere que seas feliz y estés bien, e intentará hacer lo que sea porque sea así, aunque no te guste, y Kara… -la miré.
-Si quieres ayudar a Erika, déjala su espacio, que piense ella sola, aunque puedas ayudarla igualmente… -miré de nuevo a Erika.
-Sabéis que no quiero interferir, pero… No os peleéis, anda…


KARA
Miré a Erika aún de brazos cruzados.
-Perdona si te he ofendido o si te he hecho sentir mal diciéndote lo que debes hacer… No quería que te sintieses así, lo siento…



ERIKA
Miré a Kara y asentí.
-Esta bien, yo también me he sobrepasado, lo siento.- Miré a Ánima.
-No vulvas a meterte donde no te llaman si quieres llevarte bien conmigo, ¿has entendido eso?- Asentí y me levanté.



JIMMY
Me levanté de la cama, aún no me lo creía… ¿había dormido de un tirón toda la noche?
Salí del cuarto colocándome el pantalón por detrás. Me dirigí a la cocina y entré. Allí estaban mis tres chicas favoritas. Se me dibujó una sonrisa en la cara cuando las vi, pero en seguida se me borró cundo vi que estaban discutiendo.
-Hola… ¿qué pasa aquí?


ERIKA
Miré a Jimmy cuando entró y sonreí.
-Hola, Jimmy, no pasa nada.- Me acerqué y posé una mano sobre su pecho. Me puse de puntillas y le besé en la mejilla con suavidad.
-Buenos días.- Sonreí y salí de la cocina.
No entendía muy bien las razones, pero cuando veía a Ánima sentía una punzada de celos al saber que ella pasaría a partir de ahora el mayor tiempo con Jimmy.
No debería importarme, ya que yo estaba con Jim, pero aún así… me fastidiaba bastante y no podía evitar el impulso de intentar joderla a ella.
Me estaba convirtiendo en una mala persona…



JIMMY
Me quedé quieto cuando Erika me besó en la mejilla. La respiración se me cortó en ese momento hasta que salió de la cocina…
Suspiré y bajé la cabeza, afligido.
-¿Por qué me hace esto?- Negué con la cabeza y me senté en una silla aún con la cabeza baja.



ÁNIMA
Miré a Jimmy cohibida, no sabía que tan sólo un roce de Erika le sentaba tan mal, me acerqué a él.
-Eh, tranquilo. –le acaricié la nuca.
-Desayuna algo, pero primero quiero volver a ver la sonrisa que tenías al entrar. –sonreí intentando que me imitase.



JIMMY
Cerré los ojos y suspiré de nuevo.
Miré a Ánima cuando me acarició la nuca. Sonreí y la agarré de la mano acercándome a ella.
-Has conseguido que durmiese, te felicito.- Dije cerca de su oído, acto seguido la besé en la mejilla.



ÁNIMA
Sentí que me sonrojaba levemente.
-Bueno, aún hay muchas cosas que puedo llegar a conseguir que aún no has visto. –sonreí.



KARA
Sonreí, parecía que Jimmy se había encaprichado con la chica y ella estaba sonrojada después de que él la susurrara al oído…
Puse una taza en la mesa frente a Jimmy.
-Ella solita ha conseguido que Erika y yo no saliésemos de los pelos y que durmieses de un tirón… Esta chica tiene talento.



JIMMY
Agarré la taza que Kara me había servido y bebí de ella notando como el líquido bajaba caliente por mi garganta.
Sonreí y miré a Kara.
-Por eso me gusta tanto.- Miré de reojo a Ánima, seguro que sabía que me dirigía a ella.



ÁNIMA
Me sonrojé aún más. ¿Le gustaba? No, no podía gustarle, él estaba enamorado de Erika, no podía gustarle.
Seguí comiendo mis cereales, sabía que con todo lo que estaba pasando si no lo hacía me acabaría dando un mal que me dejaría en el suelo.


JIMMY
Sonreí de nuevo y la besé en la mejilla otra vez.
Me senté de nuevo en mi silla y bebí de mi taza.
-¿Puedo preguntar porque discutíais hace cinco minutos? Si no es mucho preguntar.


KARA
Terminé de lavar lo que había en la pila y miré a Jimmy.
-Daba mi opinión a Erika de sobre lo que tendría que hacer según mi punto de vista para que le fuese mejor pero lo ha malinterpretado y cree que la obligo a hacer lo que yo quiero. –me encogí de hombros.
-Ánima ha evitado que saliese mal la cosa, aunque Erika se ha quedado algo picada, la verdad.



JIMMY
Miré a Ánima y después a Kara.
-Ya sabes como es Erika, no le gusta que la ayuden ni la den consejos.- Me encogí de hombros y miré a Kara de nuevo.
-Ha vuelto con Jim de nuevo, ¿verdad?


KARA
Le miré no muy segura de contestar, el saber la respuesta sólo le causaría más dolor, pero tampoco le iba a mentir. Asentí con la cabeza.
-No sé a qué se debe ni cuando ha pasado, pero ha entrado bastante contenta, por lo que he deducido que era así y en efecto era así. –me encogí de hombros.
-Tú no te preocupes. –me acerqué y le besé en la mejilla.
-A ella no la necesitas, nos tienes a nosotras. –sonreí.


JIMMY
La miré y me encogí de hombros.
-Pues que bien…- Terminé la taza de café y me levanté.
-Un buen café, gracias, Kara…- Sonreí levemente y salí de la cocina.



ÁNIMA
Suspiré.
-Gracias por el desayuno, Kara. –me levanté y seguí a Jimmy, se había quedado hecho polvo.
Cuando le alcancé por el pasillo le abracé por detrás.
-Eh, no estés triste, por favor… -apoyé la cabeza en su espalda.



JIMMY
Ánima me abrazó por detrás intentando animarme. Posé mis manos en las suyas y bajé la cabeza.
-Tranquila, se me pasará…- Sonreí tristemente y giré la cabeza para mirarla.
-No te preocupes por mí… creo que esta es la tercera o la cuarta vez que te lo digo.-Solté una leve risotada.



ÁNIMA
-No puedo evitar preocuparme por ti, lo siento… -le besé fuerte en la mejilla.
-No quiero que estés triste, no lo consiento, tú vas a ser feliz, porque no quiero un protector infeliz. –le giré para abrazarle bien, le estrujé entre mis brazos.
-No te voy a soltar hasta que sonrías de verdad, no.



JIMMY
-…Ánima…- Apoyé la frente en su hombro y rodeé su espalda con mis brazos. Cerré los ojos y suspiré abrazándome fuerte a ella.
-Parece mentira que yo sea tu protector…- Ladeé la cabeza.
-Gracias.- La di un beso en el hombro.



ÁNIMA
Le acaricié la nuca de nuevo, lo estaba pasando muy mal y podía notarlo en su voz y en cómo me abrazaba.
-No tienes por qué darme las gracias, Jimmy. –me puse de puntillas para poder besarle en la mejilla, era más alto que yo.
-Quiero que seas feliz, Jimmy, no puedo dejar que esto te tenga martirizado. –dije a su oído acariciando su melena rubia.


JIMMY
La agarré de la cara para mirarla. Como siempre, clavé mi mirada en sus enormes ojos.
-Me gustaría agradecértelo, si me permites.- Incliné la cabeza hacia delante y posé mis labios en los de ella cerrando los ojos. Este beso fue más largo que el que me dio ella en la cabaña, pero me retiré por si a ella le molestaba, aunque después de haber dormido conmigo agarrada a mí, pensaba que poco la iba a importar.



ÁNIMA
Sonreí cuando me lo agradeció de esa manera, sabía que a mí no me iba a importar, ya que era algo común entre los de mi raza.
-Te permito, pero no hacía falta. –esbocé media sonrisa y le acaricié las mejillas.
-Tienes mejor aspecto después de haber dormido.



JIMMY
Asentí y la miré.
-Si, gracias a ti. Has conseguido que me durmiese en mucho tiempo.- La agarré de las manos.
-Espero que esta noche también duermas entre mis brazos.- La miré de nuevo esbozando media sonrisa.



ÁNIMA
Asentí sonriendo.
-Eso está hecho, y vamos por la mitad del camino, has esbozado media sonrisa, y la otra media te la pienso sacar yo a base de cosquillas… - empecé a hacerle cosquillas a la altura de sus costillas.



JIMMY
La miré mientras intentaba hacerme cosquillas.
-Lo siento, encanto, pero no tengo cosquillas.- Sonreí y agarré sus manos de nuevo y las besé.
-Pero te agradezco que intentes hacer que me ría.


ÁNIMA
-Has sonreído. –dije feliz y le di un toque en la nariz.
-Como he conseguido que sonrías, ya puedo dejarte ir. –le solté, pero no me alejé mucho.
-No quiero volver a verte triste, o te buscaré las cosquillas, estén donde estén. –sonreí y acto seguido me reí.



JIMMY
Sonreí de nuevo.
-Voy ha vestirme.- La besé en la frente acariciando su mejilla con mi pulgar.
La miré sonriendo aún y me alejé por el pasillo en dirección al cuarto a por mi ropa.
Agradecía que Ánima estuviese comigo, si no, ahora mismo me habría ido de la nave sin mirar atrás… bueno, si no hubiese conocido a Ánima, ni siquiera habría vuelto…



KAI
Estaba con Saya en la cubierta después de comer, habíamos visto a la chica nueva, aunque no habíamos hablado apenas con ella, era más bien reservada y, por el aspecto que tenía, guardaba algún secreto.
Junté a Saya a mi costado mirando las nubes que sobrevolábamos.
-Creo que sería buena idea ir a ver a Axel, tenemos que informarle del peligro que corre si Draco descubre lo de la profecía. –la miré.
-verás a Eri, ¿te apetece?


SAYA
Sonreí y asentí.
-Claro que tengo ganas de volver ha verla, aunque…- Miré al frente.
-Me muero de ganas por ver a Edi.- Miré de reojo a Kai.
-A él si que le echo de menos.- Solté una risotada.
-Ya lo creo…


KAI
La solté y me separé de su lado haciéndome el ofendido.
-Si, bueno, a él también tendremos que ir a verle, aunque también podríamos no avisarle, sería divertido verle abducido por la nave de Draco… -sonreí y miré de nuevo al frente.



SAYA
Le miré entrecerrando los ojos.
-Nos seas cabrón. Si no le avisas tú, le avisaré yo.- Apoyé los codos en la barandilla mirando al vacío.
Sonreí y dejé caer un gapo que se perdió entre las nubes. Seguro que Kai se asquearía ante la guarrada que acababa de hacer.


KAI
La di una colleja.
-Joder, ya sé de dónde saca el niño el ser tan marrano. –me llevé la mano a la cara.
-Si mi madre levantase la cabeza se volvería a caer en la tumba de la vergüenza. –miré abajo.
-Seguro que le abre la cabeza a alguien, era muy consistente.



SAYA
Le miré aguantándome la risa.
-Oh, lo olvidaba, un Rey no escupe, no eructa…- Me empecé a reír.
-… ni se tira pedos, ohm, se me olvidaba, ni se saca los mocos.- Me reí de nuevo y le miré.
-Era broma, Kai, no te lo tomes a mal, ¿vale? Si quieres le digo a Neo que pare la nave y bajo a recoger el gapo o el cadáver a quién le ha caído el gapo.- Me tapé la boca para que no me viese retorcerme de la risa.



KAI
Puse los ojos en blanco.
-Luego dice que soy infantil… Bueno, habíamos hablado que íbamos a llenar la casa de Edward de dinamita. –y la muy capulla seguía descojonándose.
-Me ha tocado la risitas…


SAYA
Le miré aún riéndome.
Respiré hondo para calmarme. Me acerqué y le hice cosquillitas en la tripa.
-Oh, vamos, ríete un poco. Está mus guapo cuando sonríes.- Solté una risotada.
-Te has cabreado conmigo, ¿verdad?- Le miré haciendo pucheritos.
-Kai…- Froté mi frente en su pecho suplicándole.



KAI
Desvié la mirada.
-Madrecita, Saya, hoy has bebido cerveza en la comida, ¿verdad? –la abracé.
-Venga, ya pasó, te perdono… -no la dejé separarse de mi pecho, aunque patalease.



SAYA
Sonreí y me reí como una niña pequeña cuando me perdonó.
-Bien, me pirdonas.- Sonreí y le miré.
-Solo me estaba divirtiendo, papi, no soy tan mala, solo un poco traviesa.- Me mordí el labio.


KAI
-Lo que eres es una cochina, y de eso aprende el niño muy rápido. –miré al horizonte pasando la yema de mis dedos por su espalda. Se notaba que al fin habíamos superado la prueba de fuego, estábamos más cariñosos.



SAYA
Sonreí y le miré.
-Entonces, ¿vamos al Reino del Fuego? Pensaba que pasaríamos por la Aldea de Humanos antes…- Me giré apoyando la espalda en el pecho de Kai. Agarré sus brazos para que rodease mis hombros.


KAI
-Fuck… Es verdad. Pues nada, le diré a Neo que cuando nos vayamos de allí vamos al Reino del Fuego, el del Rayo lo dejaremos para más adelante, tenemos un serio problema contigo y con Edward, te alegras más de verle a él de que nos vayamos a casar, eh. –dije, y acto seguido la besé en la mejilla picándola.




SAYA
Le di un codazo suave en el abdomen, seguro que ni lo notó, con lo duro que estaba el cabrón, poca cosa iba ha sentir…
-No me seas capullo, quiero casarme, lo deseo, tengo muchas ganas de volver a casa y casarme contigo, lo que pasa… es que Edi es para mí como…- Me quedé pensativa.
-… pues como mi tentación más oculta.- Sonreí y le miré de reojo.



KAI
Torcí el morro.
-¿Qué tentación ni qué ocho cuartos? Edward es pura testosterona, lo que tiene de músculos le falta de cerebro, no tiene provecho… -la abracé más fuerte contra mí.
-Jo… capulla, me ha dado pelusa, ¿yo qué soy entonces?



SAYA
Sonreí y me aparté con suavidad.
-¿Tú?- Le miré dirigiéndome a la puerta para entrar.
-Pues, eres…- Esbocé media sonrisa.
-Tendrás que descubrirlo por ti mismo.- Le guiñé un ojo y entré dentro de la nave dejándole con la intriga.



KAI
Me crucé de brazos.
-Pues muy bien, vete con tu “Edi”. –me giré y me apoyé de nuevo en la barandilla, a ver si bajábamos un poco a tierra.

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