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miércoles, 16 de diciembre de 2009

Capitulo- LXV- LAS CAVERNAS (1ª Parte)

ERIKA
Kara terminó de hacer la comida, era algo muy sencillo, unos huebos fritos y punto… no estaba de humor como para ponerse hacer manjares.
Estábamos todos en la cocina. Al final pudimos ver a Saya, era la misma de siempre, nos alegró a todos, pero como siempre, había alguien que nos tenía que joder la existencia… Nyla, la ex mujer de Neo, era una tía insoportable, se lo tenía muy creído e iba de ricachona cuando era una simple… tía, como nosotras.
De vez en cuando le dedicaba unas miradas algo extrañas a Kara, se notaba que se odiaban… Puf… seguro que salían a hostias…
Las contemplaba mientras comía, era la única que se percataba de todo…



KARA
La había cagado al ponerle azúcar al huevo de Nyla al ponérmelo a mí misma… Me lo comía a duras penas, tampoco quería que se notase que lo había hecho, quedaría en ridículo…
No paraba de mirarme la muy arpía, y yo la respondía, si las miradas matasen…
Fui a coger un trozo de pan cuando me di cuenta de que la barra estaba justamente en el lado de Nyla, a la otra punta de la mesa…
-¿Alguien podría pasarme el pan? –como lo tocase ella era capaz de tirarlo…



ERIKA
Miré la barra y antes de que Nyla la agarrase yo alargué la mano y agarré la barra.
-Lentorra.- Canturreé para disimular y aliviar un poco la tensión.
-Toma, Kara…- Le entregué la barra de pan esbozando una sonrisa.



KARA
-Gracias, cielo. –cogí la barra y corté un pedazo.
-Parece que hoy pintaba ser un buen día y se ha jodido, ¿verdad, Erika? Con el solecito que hace y lo revuelto que se está… -negué con la cabeza.



JIM
Miré a Kara extrañado, estaba diciendo cosas muy raras y parecía usar mucho sarcasmo. Fuera lo que fuese, Erika sabía de qué iba el asunto, no paraba de mirar alternadamente a Kara y Nyla.
-Esto… están ricos los huevos, y… y las patatas… -dije, aunque Kara me miró de soslayo. Bajé la mirada a mi plato, mejor no meterse.



NYLA
Parece que estábamos toda la tripulación reunida. Solo conocía a tres: Neo, Kata y Saya… a los demás no los conocía, aunque me había dicho sus nombres…
Me comí los huebos con mucho cuidado, los había hecho Kata y no me fiaba, esta era capaz de ponerme veneno en la comida…
Miré a Kata cuando dijo lo de que se había estropeado el día.
-A mi se me ha jodido desde que he puesto un pie en esta nave…- Aparté el plato haciendo que cayese al suelo.
-Uy… se me ha caído.



SAYA
Giré la cabeza y miré a la zorra rubia. Di un golpe en la mesa, no muy fuerte, pero suficiente para llamar su atención
-Bien, escúchame, rubita.- La miré fijamente.
-Una cosa es que no soportes estar en la nave, sé que es frustrante no poder estar en casa, pero es lo que hay. Eres una desagradecida, Neo y Kara te salvaron la vida, podrían haberte dejado allí a tu suerte, pero nosotros no somos así. Quéjate todo lo que quieras. Pero otra cosa es que desperdicies lo que te ofrecen.- Señalé el plato de comita espachurrado en el suelo.
-Como vuelvas a hacer algo así, seré yo misma la que te lancé desde la barandilla.


NYLA
Miré a Saya y fruncí el ceño cuando me dijo aquello.
-Tranquila, ya lo recojo…- Me levanté de la silla y cogí el plato. Lo dejé en el fregadero.
-¡Mierda! Me he roto una uña.- Salí de la cocina a toda prisa y me dirigí al baño.



SAYA
Recogió el plato, pero dejó los huebos en el suelo.
-¡Eh!- Se marchó antes de que pudiese frenarla.
Miré a los demás.
-Ya puede arreglarse esa uña, porque juro que la próxima vez la romperé el brazo.


KARA
Intenté controlarme, pero esa tía era un verdadero asco como persona y había tirado mi comida al suelo y eso no se lo consentía ni al niño. Me levanté.
-Pienso ir a por ella y hacerla limpiarlo con la lengua… -pasé a lo largo de la cocina y salí, esa guarra no iba a tocarme más los cojones.



NEO
Me levanté y agarré a Kara de la muñeca para impedir que montase un numerito.
-Kara… déjalo, ya me encargo yo de limpiarlo, no merece la pena malgastar saliva…- La miré.
-Vuelve a la cocina, vamos…- Señalé la cocina con la barbilla.
-Venga…


KARA
Me sentía muy furiosa y con ganas de arrancarle la cabeza a esa zorra de pacotilla. Me solté de la mano de Neo y me di la vuelta, yéndome a lo largo del pasillo.
-La próxima vez pienso prenderla fuego… -volví a entrar en la cocina y me dispuse a limpiar el suelo.



NEO
Suspiré y entré de nuevo en la cocina. Me incliné y la ayudé a limpiar lo del suelo.
Kara estaba muy cabreada, y con razón. Nyla había resultado ser cruel después de haberla acogido…
Me levanté y dejé el trapo con el que había limpiado el huevo en el fregadero.
Miré a los demás.
-Tened un poco de paciencia, por favor, pronto llegaremos al reino del Viento y entonces la perderemos de vista…


KAI
Miré a Neo cuando habló.
-No entiendo por qué os picáis tanto por lo que pueda decir. Vosotros estáis con esas bromas cada día y no pasa nada, sin embargo con un par de palabras suyas, ¿montáis esto? No lo entiendo.


NEO
Miré a Kai y me crucé de brazos.
-Claro… tú que vas ha decir, no puedes decir nada cuando no tienes ni idea, Kai.- Negué con la cabeza.
-Esto no es tan sencillo como parece…- Salí de la cocina.


KAI
Miré a Neo cuando salió, después miré a Saya.
-Vale, ¿se puede saber qué está pasando aquí? ¿Por qué tanto misterio y tanta bronca con esa chica? Hemos tenido más inquilinos en la nave y a ninguno le habéis cogido tanta manía.



SAYA
Le miré y alcé las cejas.
-Pero bueno, ¿sé puede saber donde estabas cuando te he explicado quién era? O mejor aún, ¿me estabas escuchando o pensando en otra cosa mientras yo te hablaba?


KAI
-No sé que tendrá que ver eso para que la odiéis tanto… como mucho podría odiarla Kara, pero, ¿a ti que te ha hecho? –alcé las manos delante de mí para protegerme de cualquier golpe.
-Vale, vale, dejo el tema… -miré a Kai, que seguía comiendo tan tranquilo.
-Mujeres…



SAYA
Entrecerré los ojos.
-A mi no me ha hecho nada, de momento.- Suspiré y miré la mesa.
-No hace más que meterse con Kara y pisotearla la moral… no sé, no me fío ni un pelo de esa tía…- Le miré.
-Y la odio si me da la gana, no puedes decirme nada, leches.- Me levanté.
-Que aproveche.- Salí de la cocina, ya me había cabreado, esa tía cabreaba a cualquiera…



KARA
Dejé el trapo en el fregadero de un golpe, le salía humo al contacto con mi temperatura.
Como siguiésemos así, en alguno de estos días saldría ardiendo y quemaría alguna parte de la nave.
-Esa tía es una zorra y está aquí sólo porque no tiene cómo ir a donde quiere, Kai, eso es todo.



ERIKA
Me limpié la boca con la servilleta y suspiré levantándome de la mesa. Agarré el plato y lo dejé en el fregadero. Miré a Kai y después a Kara.
-No quiero meterme donde no me llaman, ya que esa zumbada no me ha hecho nada, ni si quiera me dirige la palabra, pero… creo que Kara tiene razón… no deberíamos mantenerla tanto tiempo en la nave…


KAI
Me encogí de hombros.
-Ya me diréis qué pretendéis hacer. Podríais o bien aislarla en algún lado que no moleste a nadie o simplemente no cruzaros con ella. Os habéis comprometido a llevarla, ¿es qué queréis dejarla ahora en tierra?


KARA
Me giré y di un golpe con el puño en la mesa, saliendo humo de él.
-Mira, guapito de cara, sabemos que tú y la lealtad, el honor y todas esas mierdas estáis muy unidos y todo eso, pero si la tiro por la borda es cosa mía, no vengas tú también a hincharme los cojones porque te frío. –salí de la cocina, necesitaba agua fría para bajarme la temperatura.



ERIKA
Me giré y me lavé las manos en el fregadero. Suspiré y miré al Jefe.
-Está que hecha humo, ¿eh?- Asentí y miré al suelo.
-No se de con quién tenemos que tener más cuidado, si con Nyla o con Kara…- Suspiré de nuevo echándome el pelo hacia atrás. La temperatura de Kara subió haciendo que la ambiental también subiese.
-Voy a refrescarme un poco.- Me dirigí fuera de la cocina.


JIM
Me encogí de hombros cuando Kai me miró y salí de la cocina, sólo quedaron padre e hijo y el bastardo de James ahí sentados, acabaría quedándose Kai solo.



KAI
Negué con la cabeza y acaricié la cabeza de mi hijo.
-¿Y tú qué dices, pulga? ¿Tiramos a la rubia por la borda o tiramos al resto que están como cabras?


KAI JR
Mojé pan en la yema del huevo frito que me había preparado Kara. Me lamí los labios limpiándome los restos de yema que tenía.
Me metí el pedazo de pan y miré a Papá.
-¿Qué?- Volví la mirada al plato y agarré una patata frita entre mis dedos la cual me metí en la boca.



KAI
Solté una risotada y le limpié la boca con una servilleta.
-Vamos a acabar todos locos en esta nave, está visto… -recogí los platos que quedaban y los dejé en el fregadero.



JIMMY
Me reí ligeramente sin levantarme de la silla. No había dicho nada desde hace rato. Miré a Kai Jr. que seguía luchando con su huevo.
-Bueno, algunos ya lo estamos.- Volví la mirada a Kai papá.
-¿No?- Esbocé media sonrisa y me levanté.
-Sois gente muy rara. Desde que estoy en esta nave solo he visto comportamientos “extraños” en vosotros.- Me encogí de hombros.
-Supongo que es vuestra manera de ser.- Sonreí y froté el pelo de Kai Jr. Me miró sonriente y me ofreció una patata.
-Gracias, peque.- La agarré y me la metí en la boca mientras salía de la cocina.



KAI
-Definitivamente somos muy raros… -miré a Kai.
-Bueno, enano, termina ya, que eres el último, sólo es un huevo, no es para estar ahí días. –le robé una patata.



KAI JR
-¡Eeeehhh! Ladrón de patatas fritas hechas con mucho cariño por Kara.- Le miré.
-Esa era mi patata.- Le saqué la lengua mientras masticaba.
-Mira mi comida triturada.- Me reí y mojé más pan.



KAI
Me acerqué y le di un golpe en la boca.
-Marrano, no hagas eso, ¿quién te ha enseñado? –me di la vuelta.
-No respondas, déjalo. –eché todo lo que quedaba al fregadero y esperé a que el plasta terminase el maldito huevo.



KAI JR
Dejé el tenedor en el plato y me senté sobre la silla eructando.
-Que rico estaba.- Me limpié con una servilleta y me bajé de la silla a toda prisa.
-¡Quiero un bollo!- Sonreí mirando a papá.



KAI
Miré al niño horrorizado cuando eructó.
-Puto niño cerdo… -le di un capón.
-Vuelve a hacer ese tipo de cosas y te desheredo, niño. Y nada de bollos. –recogí su plato.
-Tengo que hablar seriamente con tu madre, no quiero saber qué te enseña mientras yo no estoy delante… Espera, tú últimamente te juntas mucho con… ¡James!



KAI JR
Me encogí de hombros, cuando lo hice me tiré otro eructo. Me tapé la boca mirando a Papá. Me reí y tiré de su pantalón con fuerza.
-Papiiiiiii, quiero un bollo de postreeeeee, por fiiiiiii.- Seguí tirando para que me hiciese caso.



KAI
-Papiiiiii, papiiiiiii. Plasta. –le cogí en brazos.
-Te juro que como vuelvas a tirarte un eructo te hago tragarte la zapatilla, diablo. –cogí un bollo del armario y se lo di.
-Te lo doy, pero porque me caes bien, y no se te ocurra hacer el cerdo que te lo quito.



KAI JR
Cogí el bollo y sonreí. Lo abrí y me lo metí en la boca.
-¡Wikiiii! Es de chocolate.- Miré a Papá y le di un beso en la mejilla.
-Uy, te he manchado de choco…- Me reí y le limpié la mejilla.
-Ya estás, muy guapo para las chicas.


KAI
-No, si… el más loco de todos aquí eres tú, no sé, pero creo que tu madre se equivocó y no eres hijo mío, porque eres muy feliz para ser de mi familia… -me lo llevé en brazos, él estaba muy feliz con su bollo.


NEO
Estaba sentado en mi sillón sin dejar de contemplar el GPS. Faltaba poco para llegar al reino del Viento… pero había algo que me escamaba…
Se formó neblina a medida que avanzaba la nave. Tuve que reducir la velocidad cuando la noche empezaba a caer encima. Encendí los faros de la cubierta, los de los costados de la nave, el morro y la parte de atrás.
La niebla cada vez era más espesa y apenas veía nada. Tendría que pedirle a Erika que despejara el camino si no queríamos encontrarnos con ninguna sorpresa.
Agarré el comunicador que tenía bajo el timón y apreté el botón para poder hablar por él. Nunca antes lo había hecho, pero esta era una ocasión “especial”.
-“Erika, preséntate en el puente junto con el piloto.”- Mi voz se transmitió por los altavoces de la nave. Por cojones debe de haberlo oído.



ERIKA
Estaba en mi cuarto, leyendo un libro sentada en mi cama cuando me sobresalté al escuchar la voz de Neo así de repente.
-S-si…- Dejé el libro en la mesilla y salí corriendo mirando el techo. ¿Cómo coño había llegado su voz hasta mi cuarto?
Me situé al lado de Neo en la sala de mandos.
-… ¿me… me has llamado?


NEO
Seguí mirando al frente sin soltar el timón y disminuyendo la velocidad de los motores.
-Si… te he llamado…- Señalé al frente.
-No sé porque el tiempo está tan alborotado, pero necesito que me despejes el camino.- Miré a Erika.
-¿Podrás hacerlo?


ERIKA
Abrí los ojos ampliamente cuando vi el panorama. La niebla lo cubría completamente todo, parecía como si nos hubiésemos introducido dentro de una nube.
-Cl- claro, lo intentaré…- Salí a la cubierta y me acerqué al morro de la nave. La niebla era tan espesa que uno podía atraparla entre sus manos.
-Por Dios… vaya niebla.- Noté que la nave iba cada vez más despacio, creo que Neo no quería jugársela y tampoco parar la nave por si alguna nave enemiga nos alcanzaba.
Suspiré y puse mis manos delante, como si quisiese empujar algo invisible con ella. Respiré hondo y poco a poco fui separando mis manos, abriéndola en cruz. La niebla se apartaba según yo movía las manos.
-¡¿Te vale así, Neo?!- Grité para que me escuchase.



NEO
Como era de esperar, la niebla fue despejándose. Entrecerré los ojos, pude distinguir en el horizonte una luz.
-Erika, lo haces bien, pero… un poco más, necesito que me despejes el camino por completo…


ERIKA
Asentí y concentré más energía para poder apartar la niebla del todo. No era muy difícil como crear tormentas o huracanes, pero me costaba. No estaba acostumbrada a utilizar mi poder tanto tiempo… la verdad es que casi nunca lo utilizaba…
-¿Ya?


NEO
La niebla se despejó dejándome ver lo que nos esperaba en frente.
-Si…- Las luces se multiplicaron y se multiplicaron hasta que pude divisar una hilera de naves con la insignia de Draco.
-Joder…- Si nos veían estaríamos perdidos.
-¡Erika, entra!- Me obedeció y entró. Cerré la compuerta de la cubierta herméticamente y miré a Erika.
-Es un convoy de naves y son de Draco… será mejor que nos larguemos cagando leches.- La niebla se despejó dejando la Black Hole al descubierto. La naves enemigas prepararon los torpedos para atacarnos.
-Mierda…- Apreté con fuerza la palanca del acelerador. Estábamos sobrevolando el mar, así que se me ocurrió una idea.
Agarré de nuevo el comunicador.
-“¡¡Atención a la tripulación!! ¡¡Atención!! ¡Que todo el que se encuentre dentro de los camarotes, por favor sean desalojados y se reúnan en la sala de mandos! ¡¡Es una orden!! ¡¡YA!! “


KAI
Oí a Neo gritar que fuésemos a la sala de mandos por algún altavoz.
-¿Qué pasará? –aún tenía a Kai entre los brazos, así que solo tenía que ir a buscar a Saya.
Me acerqué deprisa hacia la habitación y abrí la puerta.
-Saya, vamos, lo has oído, ¿no?


SAYA
Justo cuando iba ha salir del cuarto, Kai abrió la puerta.
Asentí y le miré.
-Si… vamos…- Me giré rápidamente al escuchar un sonido metálico. La ventana del cuarto se cerraba sola y una placa de lo que a mi me pareció ser acero la cubrió por completo. Fruncí el ceño, extrañada. La voz de Neo volvió a irrumpir en el pasillo con más impaciencia.
-Vamos…- Salí y cerré la puerta.


KAI
Dejé a Kai en el suelo y le cogí de la mano, corrimos los tres por el pasillo hasta la sala de mandos, éramos los primeros en llegar, sin contar a Neo que estaba ya allí, y bueno, Erika también estaba. -Neo, ¿qué pasa aquí?


NEO
La tripulación empezó a llegar. Kai, Saya y el pequeño Kai fueron los primeros a parte de Erika.
-Nada, solo que un convoy de Draco quiere darnos la bienvenida o más bien despedirnos con un espectáculo de luces y explosiones.- La naves enemigas se alinearon preparadas para disparar en cuando Draco se lo indicara.
-¿¿Dónde demonios se han metido los demás??- Cogí el comunicador de nuevo.
-“¡¡Kara, Jim y los que queden por ahí!! ¡¡Moved el culo y reuniros en la sala de mandos!!”


KARA
Salí de la sala de tiro a toda hostia cuando oí a Neo por los altavoces, salí tan deprisa que derrapé al cambiar de pasillo, encontré a Jim que corría por el mismo pasillo.
-Eh, ¿y los demás?



JIM
Me giré cuando Kara me llamó.
-No lo sé, ahora voy para la sala de mandos. –respondí sin dejar de correr, los dos llegamos casi al mismo tiempo a la sala, por suerte Erika ya estaba allí, me puse a su lado.
-¿Qué ocurre, nos atacan?


KARA
Llegamos a la sala de mandos, estaban todos menos…
-Eh, eh, esperad, ¿dónde está Jimmy?



NEO
-Joder… ¡¿Y donde coño se ha metido ese idota?!- Ya no quedaba más tiempo.
-No puedo hacer nada por él, debería estar aquí…- Les miré.
-Pegaros a la pared, todos.- Una vez estuvieron pegados a la pared, pulsé uno de los botones que había en el panel. Unas barras de metal rodearon a la tripulación.
-¡Agarraos a ellas!- Me puse el cinturón de seguridad y apreté el acelerador. La nave salió disparada hacia las naves enemigas que dispararon en cuanto vieron movimiento hostil.
Empujé el timón para descender la nave en el momento justo antes de que las bombas enemigas nos alcanzasen.
La Black Hole caía en picado con destino al mar. Tiré de una palanca y la nave retumbó. La cubierta se introdujo en un costado de la nave dejando paso a unas placas de metal parecidas a las aletas laterales de un cetáceo. Los motores temblaron trasformándose en hélices.
Finalmente la nave se zambulló en el mar librándonos de los atacantes.
Descendí el ritmo de la nave y me deshice del cinturón de seguridad al igual que de las barras que sujetaban a los demás.
Suspiré y me giré.
-¿Estáis bien?


KARA
Me incorporé agarrándome a una de las barras.
-¿Y nadie se pregunta todavía cómo ha construido este hombre una nave así en menos de un año? –miré la puerta.
-Voy a buscar a Jimmy. –salí de la sala y busqué a Jimmy por la nave llamándole.



NEO
Me levanté y tiré de nuevo de la misma palanca que antes. Las placas de acero que cubrían el ventanal del morro se retiraron dejando la vista libre.
Sonreí y me rasqué la nuca.
-¿Qué os parece?- Las vistas eran preciosas, se veía el fondo del mar y millones de peces nadando alrededor de la Black Hole.



SAYA
Miré a través del ventanal alucinada.
-Es precioso, Neo…- Me acerqué y contemplé el paisaje acuático.
-No sabía que hubieses construido una nave-submarina.- Dije mirando a Neo.


NEO
Sonreí de nuevo.
-Bueno, ya que la Quimera carecía de “artilugios”, decidí añadírselos a la Black Hole, por si nos metíamos en problemas… como ahora.- Miré a los demás.
-Podéis volver a vuestros cuartos, está todo controlado, además, las vistas con aún más bonitas.


JIM
Me separé rápidamente de Erika cuando vi que estábamos debajo del agua, me miró extrañada.
-Je… no quieras que esté cerca de ti con toda esta humedad y la electricidad estática… -me rasqué la nuca y miré por las ventanas.
-Es… bonito.


ERIKA
Me encogí de hombros cuando Jim se separó y dijo eso.
Era alucinante estar debajo del agua… del mar.
-Vaya…- Me acerqué al ventanal apoyando las manos en el cristal blindado.
-Como mola… nunca antes había visto algo así.
Sonreí y miré los pececitos de colores, eran chiquitines y brillantes… había otros no tan chiquitines y brillantes…


KAI
-Vaya… -cogí a Kai en brazos y me asomé a una ventana acercándole para que viese a través de ella.
-Mira, ¿no te gusta?


KAI JR
Pegué mi cara al cristal sujetándome en los brazos de Papá.
-Woooooo… como mola… es precioso, papi.- Sonreí viendo los pececitos.
-¿Veremos ballenas? ¿Delfines? ¡¿Tiburones?!- Dije entusiasmado pegando las manos a la ventana.
-Quiero ver tiburones. Grrrr.


KAI
-Bueno, enano, más nos vale no ver ninguno… No dudo de que Neo haya preparado esto a prueba de cualquier animal, pero es mejor prevenir… -sujeté mejor a Kai, ya que de lo inquieto que estaba se resbalaba.
-Cálmate, gamberro. –agarré a Saya de la cintura y la pegué a mí.
-¿A mamá también le gustan los pececitos?



SAYA
Sonreí y miré a Kai alzando una de mis cejas.
-Bueno, yo acostumbro a comer de todo.- Le mordí suavemente la barbilla.
Kai nos miraba asqueado.
-Será mejor que sueltes al piojo si no quieres que te vomite encima.


KAI
Sin dejar de mirarla dejé al niño en el suelo sonriendo y la cogí de la cintura juntándola a mí más.
-Con que comes de todo. –le di un par de mordiscos en el cuello.


KAI JR
Miré a Papá y a Mamá con cara de asco.
-Puaj… ya empiezan a darse mimos…- Me di la vuelta y me fui corriendo para asomarme a otra ventana a ver si veía algún tiburón.



SAYA
Me reí mientras Kai me mordía el cuello.
-Kai, contrólate, recuerda que no estamos solos.- Miré a Erika y a Neo que miraban a otro lado carraspeando. Miré de nuevo a Kai sonriendo.



KAI
Puse los ojos en blanco sin borrar la sonrisa y la abracé mirando por la ventana.
-Parece un restaurante japonés, ¿eh? –la verdad es que Neo se lo había currado mucho y ahora nos ofrecía una buena experiencia.
-Neo, eres un crack. –dije apoyando mi cabeza en la de Saya.



NEO
Miré a Kai y sonreí.
-Me alegro de que os guste…- Suspiré y me senté en el sillón.
-Podéis seguir contemplando el paisaje desde otras ventanas, tranquilos, los cristales son blindados y por mucha presión que haga, aguanta.- Agarré el timón y aumenté la velocidad de la nave.


JIM
Miré por la ventana a todas las criaturas acuáticas.
-Vaya, no sabía que por este mar hubiese esta clase de peces… -me giré.
-Espera, Neo, ¿qué estábamos sobrevolando? ¿No íbamos al País del Viento? ¿Nos hemos desviado por culpa de la niebla? Debíamos haber caído en tierra.



NEO
Asentí y suspiré.
-Si, pero en estos momentos no puedo subir a la superficie. Las naves de Draco nos estarán rastreando seguro. Así que… hasta que no esté seguro al cien por cien de que no nos persiguen no ascenderé… lo siento…


JIM
Fruncí el ceño, no sabía exactamente por qué me había respondido con eso pero no pregunté más. Me giré de nuevo.
-Kara tarda en volver con James, ¿no?



KARA
Estaba casi segura de que si Jimmy se había encontrado en peligro se había tele transportado, pero aún así no le encontraba por ninguna parte.
-¡Jimmy, responde! –me paré en medio de un pasillo.
-¡Como no aparezcas en tres segundos, te traigo de los pelos!



NYLA
Salí de debajo de una cama. Escuché la chillona e infantil voz de Kata.
Me coloqué el pelo y la ropa saliendo del cuarto.
-¿Qué demonios ha pasado? No me lo digas, Neo ya ha vuelto ha meter la para otra vez… este hombre es un torpe…



KARA
La miré con mala hostia.
-Mira, guapa, Neo nos ha salvado la vida, si no fuese por él estaríamos todos fritos, incluida tú. Cuando te metes conmigo verdaderamente me das asco, pero como te metas con Neo no sé si arrancarte primero los ojos o las entrañas… Así que deja a Neo en paz. Y podrías haberte quedado ahí, nadie te habría echado en falta



NYLA
La miré.
-Tsk… pero bueno, que carácter. No he dicho ninguna mentira…- Fruncí el ceño mirando el techo y el pasillo.
-¿Es cosa mía o hay humedad? Este hombre y sus goteras…- Suspiré y me hice un moño con las manos.
-La humedad me va fatal para el pelo.



KARA
Me llevé las manos a la cabeza.
-Pero… ¡por Dios! ¡Qué tía más repelente! Vamos a ver, idiota, estamos bajo el agua, es normal que haya humedad, la nave no tiene goteras, Neo es muy responsable en cuanto a eso, las habría arreglado, y tu pelo es un asco con humedad o sin ella, ¿qué más te da? –daban ganas de tirarla algo.


NYLA
-Pero bueno, que chica tan borde, normal que ya tengas arrugas, estás siempre estresada. Deberías ir a clases de relajación.- Me abroché la chaqueta del uniforme y me alejé por el pasillo.


KARA
Me llevé la mano a la cara. ¿Arrugas? Negué con la cabeza y me giré.
-Tú, culo pollo, no he acabado contigo. –me crucé de brazos.
-¿Quién te crees que eres para ir burlándote de los que te han salvado la vida? Con lo desagradecida y asquerosa que eres es normal que Neo te dejase, lo que no llego a entender es cómo pudo fijarse en ti, eres una aberración como persona y hasta como animal.



NYLA
La miré y asentí cuando me soltó toooodo ese rollo.
Coloqué mis manos a cada lado de mi cadera y suspiré.
-¿Sabes qué? No me he enterado de nada, verás, no entiendo a las perras que ladran.- Me giré sin dejar que me afectasen sus palabras.
-Tan solo eres una cría que juega ha ser mayor.- Me giré y la miré de nuevo.
-No te engañes, pequeña, puede que tengas cuerpo de mujer, pero aun eres una niña. He visto tus reacciones, tus cabreos, como ves, yo me lo tomo con tranquilidad y no me dejo picar por tonterías pero tú sigues el juego como una niña enrabietada.
Ahora dime… ¿quién es la madura?


KARA
Puse los ojos en blanco y descargué un puñetazo en su cara, haciéndola caer al suelo de espaldas.
-Joooooder, qué a gusto se queda una, coño. –la miré.
-Mira, puede que yo me pique y tú no, pero eso no quiere decir que seas más madura, eso me importa una mierda, ¿entiendes? Esta “cría” ha conseguido convivir más de un año con Neo sin que la deje, no me importa si te consideras más madura que yo, porque el que me importa es Neo, y él me ha preferido a mí, quizá deberías cuestionarte eso de la “madurez”. –me alejé por el pasillo, pero me giré un momento.
-Ah, por cierto, tu delicada nariz está sangrando. –me fui de nuevo a la sala de mandos, estaba aún quemada y Jimmy debía estar bien, ya aparecería.



NYLA
Me senté sobre el suelo y me llevé la mano a la nariz. Es verdad que me sangraba. Suspiré y apoyé la espalda en la pared.
-Niñas…- Puse los ojos en blanco y agarrando el tabique sin mucha fuerza, transferí energía y me curé.
-Pues ya está.- Me levanté y miré el pasillo.
-Y ahora, será mejor que busque al hermanito de Dark…- Me giré y caminé por el pasillo en dirección contraria a la de Kata.


KARA
Entré en la sala de mandos frotándome la mano.
-Jimmy no está, al ver el peligro debe haberse tele transportado, ya volverá. –me acerqué a Neo y le abracé con fuerza desde la parte de atrás de su sillón.
-Nos has salvado, grandullón, eres el mejor. –le besé en la mejilla.



NEO
Sonreí y miré a Kara de reojo.
-Bueno, uno hace lo que puede, princesa.- La agarré de las manos y la senté sobre mí haciendo que agarrase el timón de la nave.
-Vamos, conduce.


KARA
Sonreí y imité a Neo cuando navegaba, poniendo cara seria.
-Mmm… creo que voy a echarme una siestecita, de modo que le daré al piloto automático… -le miré de reojo y me reí. No me preocupaba perder el contacto visual con el timón, Neo tenía sujetas mis manos.



NEO
La miré sonriendo mientras sujetaba sus manos.
-Tienes que mirar al frente si no quieres que nos la peguemos, muñeca.- Sonreí ampliamente y la besé en la frente. Solté mis manos poco a poco sin que ella se diese cuenta, pero nos las aparté mucho por si acaso.



KARA
Miré al frente, parecía que los peces se apartaban a nuestro paso, lógicamente no querían ser arrollados por una nave gigante.
-Qué bonito… -apoyé totalmente la espalda en su pecho.
-Es una pena que aún haya gente que no sepa valorar lo que has hecho…



NEO
Suspiré y la besé en la cabeza rodeándola con mis brazos.
-Hay gente que está ciega sin que ello mismos lo sepan y no saben lo que tienen hasta que lo pierden.- Miré al frente sin soltar a Kara pero sin quitar ojo al timón.



KARA
Le besé en la mejilla.
-Por eso yo nunca te voy a dejar escapar… -sonreí y miré al frente de nuevo, quería que al menos la clase clandestina me resultase provechosa.
-Si alguna vez no puedes manejar la nave… nadie más de aquí sabe. –Jim gritó un “¡Yo sí!”
-Vale, asunto arreglado. –me reí.



NEO
Sonreí y la miré acariciando su barbilla.
-No creo que esta noche pueda ir a dormir a la cama, esto no es lo mismo que estar en el aire. El PA no funciona a la perfección bajo el agua, así que, me quedaré vigilando toda la noche.- Me encogí de hombros.
-Mejor para ti, ¿no? Toda la coma para ti sola y sin nadie a tu lado que ronque como un oso.- Sonreí.


KARA
-No… no seas tonto. Me quedaré aquí toda la noche contigo, prefiero no dormir a pasar la noche sola en la dura cama. –me encogí como si quisiese que me protegiera.
-Y si no estás tú, ¿quién me protegerá del hombre del saco? –dije con cara de miedo.



NEO
Sonreí y la abracé.
-Pero…- Suspiré y asentí.
-Bien, aunque sabes muy bien que el hombre del saco soy yo, preciosa.- Me reí levemente y la abracé contra mi pecho.
-Muy bien, si es lo que quieres, pues nada. Acomódate y duérmete, a mi no me molestas.


KARA
-Por supuesto que no, nene, me quedo aquí toooooooooda la noche contigo. Y vosotros… –dije mirando al resto.
-Hay ventanas por toda la nave, ¿por qué no os vais a tomar viento fresco, eh?


SAYA
Miré a Kara y alcé las cejas.
-Bien, bien, ya nos vamos…- Sonreí y agarré al crío en brazos, estaba medio sopa.
-Vamos a la camita, peque, estás que te caes del sueño.- Me dirigí al cuarto del niño y lo tumbé sobre la cama con cuidado. Le tapé con las sábanas y le acaricie el pelo inclinándome para darle un beso en la frente.
Salí del cuarto cerrando la puerta y me dirigí al mío.



KAI
Entré en la habitación y me quité la camiseta tirándola a la silla, pero se cayó al suelo.
-… -me quité los pantalones dejando la camisa donde estaba y me dispuse a buscar los del pijama cuando entró Saya.
-Ey… ¿sabes dónde está mi pijama?


SAYA
Abrí la puerta del cuarto estirándome. Me quedé mirando a Kai, de abajo arriba.
-¿Tu pijama? Pues no se donde está…- Alcé una ceja y carraspeé intentando disimular.
Miré la cama.
-Ohm… mira donde están…- Estaban encima del colchón debajo de mi pijama.
Lo agarré.
-Toma… aunque por mí, puedes dormir así…- Sonreí mirando el pantalón del pijama.
-¿Lo quieres?


KAI
Sonreí agarrándolo, me lo puse.
-Lo siento, nena, cuando tú duermas sin camiseta lo veremos, pero hoy no. –me reí y me tumbé en la cama boca arriba mirándola.
-Menuda fiesta se ha montado hoy, tenemos hasta vistas al mar. –señalé la venta que había encima de la cama.



SAYA
Sonreí y me quité la camiseta dejándola encima de la silla. Me puse la camiseta del pijama quitándome a continuación los pantalones y me puse el culot.
Me acerqué a la cama y me senté encima de Kai colocando una rodilla a cada lado de su cintura. Le acaricié el pecho mientras miraba la ventana.


KAI
Me reí.
-Tú sí que sabes aprovechar unas buenas vistas, eh. –la agarré de ambos cachetes y la acerqué más, haciendo que se desequilibrase y cayese sobre mí.
-Ahí va… vaya, por Dios. –sonreí palpando su culo.
-Fíjate que mala suerte, te has caído encima de mí.



SAYA
Me quejé cuando hizo que me desequilibrase. Apoyé las manos en sus hombros y me senté de nuevo.
-No seas gamberro.- Sonreí.
-Con lo a gusto que estoy yo aquí, teniéndote debajo de mi. Como debe ser.- Deslicé mis uñas por su pecho sin llegar ha hacerle daño pero dejándole marcas rosadas que en seguida se iban.



KAI
Me quejé yo esta vez.
-Qué manía con las uñitas… -no me desagradaba pero iba a coger la costumbre de arañarme y parecería que tengo gato…
-Y espera, ¿cómo que como debe ser? ¿Insinúas que tú… me mandas a mí? –pregunté sentándome sin apartarla de encima mía.



SAYA
Le empujé suavemente haciendo que se tumbase de nuevo.
-Si, como debe ser.- Esbocé media sonrisa.
-¿Alguna queja?- Posé mi dedo índice sobre sus labios.
-No, ¿verdad? Pues ya está.


KAI
La fulminé con la mirada.
-Tú a mí no me mandas… Bueno, vale, sí… siempre hago lo que tú quieres, mírame, si me tienes debajo de ti, ¿te parece bonito? Y tú arañándome y haciéndome de todo y yo aquí dejándome, si es que… cualquiera dice que soy el hombre… -me reí.


SAYA
Le miré y puse morritos.
-Oh, pobrecito mío, que ya se está quejando.- Sonreí y me incliné.
-¿De que te quejas si sabes que te doy todo lo que quieres?- Dije casi en un susurro acercando mis labios a su pecho.
-Todo lo que deseas te lo entrego.- Besé su pecho con suavidad.



KAI
Sonreí.
-Vaaaale… -rodeé su cintura con mis brazos.
-Pues ahora quiero que me mates a besos, ¿me lo vas a dar? –alcé una ceja.



SAYA
Me reí y le miré.
-¿Seguro que quieres que te mate a besos? Kai, con un solo beso mío sirve para matarte y devolverte a la vida a la vez.- Sonreí.
-Pero si es lo que desea mi rey, no puedo oponerme.- Posé mis manos en sus costados y empecé a darle besos por el cuello, eran besos duraderos y suaves. Algunos apenas tocaban su piel, y otros eran intensos.



KAI
Cerré los ojos, si es que de verdad hacía lo que yo quería, sólo había que pedírselo…
-No te dejes mandar así, mira que pensaba que eras de las que no se dejaban dominar… aunque me gusta esto. –sonreí.



SAYA
Le miré y suspiré.
-Vamos a ver Kai, ¿en que quedamos? Hay veces que me quedo alucinada, te contradices tú solito…- Puse los ojos en blanco y me tumbé en mi lado de la cama.
-Ya no sé lo que quieres, que me haga la fácil o la difícil….- Suspiré tumbándome de lado, de espaldas a Kai.


KAI
-Pe-pero… -la abracé.
-Pero, ¿por qué te enfadas? –la besé en la nuca.
-¿Por qué haces caso de lo que te digo cuando ni siquiera yo me entiendo? ¿No ves que estoy medio ido por tus mimos? –seguí besándola por el cuello.
-Me gusta que te hagas la difícil, pero por otro lado también me gusta que hagas… pues lo que me gusta.



SAYA
Le miré de reojo y suspiré. Me giré y me tumbé de cara a él.
-Qué me haga la difícil… bien…- Le aparté sin brusquedad empujándole por el pecho con mi mano.
-Tú en tu lado de la cama y yo en mi lado de la cama, y cuidadín con las manos.- Sonreí.

KAI
Fruncí el ceño.
-Eso no es hacerse la difícil, eso es rechazarme… -me senté y me acerqué a ella. Alargué la mano hacia uno de sus pechos.
-¿Qué pasa si toco? ¿Qué me vas a hacer?



SAYA
Agarré su muñeca cuando me tocó un pecho.
-Eres un marrano. Intentas meterme mano cuando estoy desprevenida.- Entrecerré los ojos mirándole.
-No intentes volver ha hacerlo. Ya sabes las consecuencias.


KAI
-Sabes que si te haces la dura me picas, y sabes las consecuencias. –esbocé media sonrisa y la besé. Me tumbé a su lado y rodeé su cintura con mi brazo.
-Buenas noches, mi reina.



SAYA
-He dicho que tu a un lado y yo en otro.- Intenté apartar su brazo de mi cintura pero se agarraba a mi con fuerza y cuando decía de no moverse, no se movía.
Suspiré y me giré tumbándome sobre el costado para mirarle.
-¿A quién quiero engañar? A estas alturas no puedo hacerme la difícil contigo…- Apoyé la cabeza sobre uno de mis brazos. Acaricié su mentón y su barbita con mi otra mano.
-Puede que antes si, pero ahora ya no puedo resistirme a ti… - Le miré a los ojos mientras recorría su barbilla y sus labios con la yema de mis dedos.


KAI
Sonreí dejando que me diese mimos.
-Eso… supongo que es bueno. –acerqué mis labios a los suyos, agarré su barbilla y la besé.
-Si yo pudiese resistirme a ti… posiblemente no estaríamos así, así que agradece tus grandes dotes de seducción.



SAYA
Sonreí agarrándole de la nuca. Estaba a penas a tres centímetros de sus labios.
-¿Al final como acaba esto? ¿La ninfa seduce al hombre de hielo o al revés?- Le di un beso corto en los labios.
-Porque yo que sepa estuve enamorada de ti desde muy joven y tú en cambio no me hacías ni puñetero caso…


KAI
-Eh, sabes que desde el principio me fascinabas… -acerqué mis labios a los suyos un centímetro más.
-¿Te has dado cuenta que hacen diez años desde nuestra primera vez? Sólo teníamos diecisiete y dieciséis. No tardé dos días desde que te toqué hasta que pude… -sonreí- estrenarnos a ambos. –me reí.


SAYA
Sonreí y bajé la cabeza avergonzada. ¿Por qué me daba vergüenza ahora?
-Si… me he dado cuenta… me acuerdo de muchas cosas…- Sentí que mis mejillas se enrojecían al recordar la primera caricia de Kai, su primer beso y la primera vez que me hizo suya…



KAI
-Je, je. Te has puesto dojita. –me reí y la acaricié las mejillas sonrojadas.
-Espero que recuerdes muy bien el primer beso. –posé mi mano en su brazo y la besé, intenté que se pareciese lo más posible a ese primer beso, entre apurado y ansioso por hacerlo.


SAYA
Cogí aire cuando Kai me besó. Cerré los ojos y me dejé llevar por él.
Me besó como si fuese la primera vez que lo hacía. Posé mi mano en su nuca acariciando su vello con suavidad. Se me erizó la piel cuando su aliento frío se introdujo en mi boca y me bajó por la garganta.


KAI
Me separé suavemente un par de centímetros para poder mirarla.
-No sé a ti, pero a mí me ha hecho rememorar buenos recuerdos. –le acaricié el rostro con el reverso de mi mano.


SAYA
Le miré y suspiré tumbándome boca abajo. Me había vuelto a poner roja.
Sonreí y le miré de reojo.
-Me ha hecho rememorar muchas cosas…


KAI
Sonreí y la abracé contra mi pecho y la besé en la cabeza.
-Estás muy guapa cuando te sonrojas, ¿sabes? –la acaricié los brazos mientras la cubría a besos.


SAYA
-Calla…- Me reí levemente apoyando la frente en su pecho para que no me viese la cara.
-Siempre haces que me sonroje…- Dije frotando mi frente en su pecho simulando un ronroneo.



KAI
-Y no sabes cómo me gusta. –la acaricié la espada con suavidad y la di suaves besos por el cuello.
-Descansa, pero no te voy a dejar que te separes de mí. –sonreí y seguí dándola besos, se notaba en la temperatura de su cara que seguía sonrojada, sonreí de nuevo.



SAYA
Sonreí y me tumbé de lado para mirarle. Apoyé la cabeza sobre su pecho tumbando medio cuerpo mío sobre el suyo. Cerré los ojos acariciando su abdomen con mi mano.
Sentí que enrojecimiento de mis mejillas iba descendiendo… parecía una adolescente enamorada del guaperas de clase.



KAI
La acaricié hasta que se durmió, ambos estábamos algo cansados físicamente, normal, estábamos todo el día a base de ejercicio.
Yo tampoco tardé mucho en caer rendido, sin soltar a Saya ni alejarme ni un solo centímetro.


ERIKA
Estaba recostada en a cama leyendo un libro. De vez en cuando miraba la ventana, había pececillos nadando alrededor. Sonreí y volví la mirada a mi libro. Apagué la luz del cuarto y encendí la lamparilla de la mesilla para que no le molestase a Jim… aunque no sabía si vendría a dormir conmigo después de lo que dijo. La humedad le afectaba y hacía que su electricidad estática fuese más intensa…


JIM
Entré en la habitación después de tanto pensar si no sería peligroso estar cerca de Erika.
-Hola… -me acerqué metiendo las manos en los bolsillos.
-Perdona si te ha molestado lo de antes, no hay nada que quiera más que estar pegado a ti, ya lo sabes, pero no sé si te voy a hacer daño…



ERIKA
Miré a Jim y asentí.
-No te preocupes, lo entiendo.- Miré de nuevo el libro. Suspiré y lo cerré dejándolo en la mesilla.
-¿Vas ha quedarte ahí de pie?- Le miré y di varios golpecitos sobre el colchón con mi mano para que se sentase a mi lado.



JIM
Bajé la mirada al suelo.
-Espero… que no te de calambre, si te pasa algo me iré a dormir a otro lado. –me acerqué y me senté en la cama.
-Cuando llueve no es para tanto, pero no sé, tanta agua… -la miré algo cohibido.



ERIKA
Suspiré de nuevo y alargué mi mano para agarrar la suya. Cuando su piel estuvo en contacto con mis dedos pegó un pequeño chispazo. Retiré la mano y me reí levemente.
Le miré.
-Tranquilo, estoy bien.- Me reí de nuevo.
-Déjame probar una cosa.- Me senté frente de él y le miré. Me incliné hacia delante acercando mi rostro al de él. Rocé sus labios recibiendo otro chispazo, pero no me dolió. Sonreí sin apartarme.


JIM
No me gustaba nada que cada vez que me rozase le diese un chispazo, pero era muy tentador que estuviese tan cerca, y a ella no la importaba, pero…
Bajé la mirada.
-Lo… lo siento, no quiero hacerte daño… -la miré, no se había separado ni un centímetro. Suspiré y junté mis labios con los suyos. Por suerte no le di ningún chispazo.



ERIKA
Posé una de mis manos en su cara mientras seguía besándole. Cada vez que movía los labios recibía pequeñas descargas. Sonreí y me separé levemente.
-Guao…- Me miré los pelos del brazo. Los tenía de punta.
Le miré y le agarré de la nuca besándole con más intensidad.


JIM
Cerré los ojos disfrutando de sus besos, por suerte no era tan malo como pensaba, no la hacía daño. Llevé mi mano a su cintura y la atraje hacia mí, haciendo que nos pegásemos por completo. Me separé ligeramente sonriendo.
-No parece tan malo, ¿no?



ERIKA
Sonreí y le acaricié el hombro. Su piel me electrificaba y se podían ver las pequeñas chispas que soltaba.
-No es malo… es… no sé… me gusta la sensación.- Le miré mordiéndome el labio.
-No tengas miedo, porque no me haces daño.


JIM
Sonreí y la acaricié el rostro, pude notar que había algo de corriente entre su piel y la mía, intenté no deslizar mucho la mano para no provocar mucha electricidad estática.
Volví a acercarme y la besé, haciendo que se inclinase levemente hacia atrás, la agarré de la cintura, pero acabó por dar con la espalda con el colchón. Sonreí y volví a besarla.



ERIKA
Le agarré de la espalda tumbándole encima de mí. Deslicé las manos por debajo de su camiseta acariciándole la espalda y los hombros. Pasé mis manos por la parte de adelante acariciando su pecho y bajando por su abdomen. Mis manos se quedaban levemente pegadas a su piel debido a la electricidad. Me reí sin dejar de acariciarle.



JIM
Aspiré fuerte hundiendo el vientre cuando pasó sus manos por todo mi torso.
-Yo te pongo la piel de gallina por la electricidad, y mira tú, sólo con rozarme un poquito… -sonreí y la besé de nuevo, pasando mi mano hasta su vientre, acariciándolo suavemente subiendo su camiseta hasta la altura del ombligo.



ERIKA
Encogí una de mis piernas cuando me acarició el vientre. Solté un pequeño gemido aún con mis labios pegados a los suyos. Al acariciarme el vientre, la electricidad traspasó mi piel haciendo que sintiese un hormigueo por toda esa zona. Presioné mis dedos en la piel de su abdomen.


JIM
Sonreí y bajé mis labios por su cuello y ascendí mis manos por su vientre, subiendo su camiseta hasta por debajo del pecho. Acaricié su piel a la altura de las costillas con ambas manos mientras seguía besándola, parecía que de verdad le gustaba.



ERIKA
Arqueé la espalda ligeramente hundiendo el vientre cuando me acaricio debajo de los pechos. Me contoneé jadeando sin parar de besarle, cada vez con más fogosidad. Descendí mis manos por su ombligo y seguí bajando hasta alcanzar la tira de su pantalón. Metí los dedo por debajo y le acaricié la piel sin llegar a tocar su entre pierna.



JIM
Me reí.
-No iba a dormir contigo por miedo a electrocutarte y fíjate lo que hace estar bajo el agua… -la acaricié el pelo mientras la daba suaves besos el los labios y la cara.



ERIKA
Le miré respirando con intensidad. Seguí acariciando bajo su pantalón acercando cada vez más mis manos a su parte íntima. Le besé bajo la barbilla rozando su piel con la punta de mi lengua cerrando los ojos.


JIM
Sonreí cerrando los ojos.
-¿No te hacen cosquilla los pelitos de la barba? –me reí y la besé, bajé hasta su vientre, besándolo con suavidad y subiendo hasta su pecho, quitándola la camiseta y dejándola caer fuera de la cama.
La besé por el pecho agarrándola de la cintura.


ERIKA
Cerré los ojos y contoneé la cintura cuando me agarró. Introduje mi mano bajo su calzoncillo acariciándole con suavidad. Sonreí mordiéndome el labio sintiendo como se excitaba poco a poco.
Pegué un pequeño respingo cuando sentí un pequeño calambre, un poco más intenso que los anteriores, pero no me dolió. Jadeé sin parar de acariciarle bajo el calzoncillo.



JIM
Jadeé cuando metió la mano directamente bajo el calzoncillo. Acaricié sus pechos besándola en el cuello y los labios. Respirando con fuerza me deshice de mis pantalones y seguí besándola.



ERIKA
Le agarré de la nuca con mi mano libre mientras que con la otra seguía con mis caricias.
Le besé introduciendo mi lengua en su boca buscando la de él. Rodeé su cintura con mis piernas pegando mi vientre a su abdomen.


JIM
Sonreí y, cogiéndola de la cintura, la besé por el vientre a la altura del ombligo y subí hasta los pechos de nuevo. Cogí su pierna alzándola y di besos por su muslo, descendiendo hasta su rodilla.


ERIKA
Sonreí y le miré. Saqué la mano de debajo de su calzoncillo y agarré la tira de mi pantaloncito. Me mordí el labio sin dejar de sonreír. Me bajé el pantalón poco a poco sin dejar de mirar a Jim.
-¿Me ayudas?- Pregunté con tono juguetón llevando el pantalón hasta mis rodillas.



JIM
Sonreí y me deshice totalmente de su pantalón, la volví a tumbar en la cama y la besé de nuevo por el vientre y agarré su ropa interior deslizándola por sus piernas hasta quitársela. Sonreí de nuevo.
-¿Y ahora? –la besé con intensidad.



ERIKA
Le agarré con fuerza de la nuca mientras le besaba.
Le miré y sonreí.
-¿Ahora? Sabes muy bien lo que quiero, y lo que quieres tú…- Le besé de nuevo con fogosidad agarrando la tira de su calzoncillo el cual retiré con suavidad. Lo dejé caer a un lado. Alcé los brazos por encima de mi cabeza sonriendo.
-¿Vas a darme lo que quiero?


JIM
Sonreí y busqué un preservativo en el cajón, me lo puse y la agarré de las muñecas con suavidad mientras la besaba. Penetré soltando un gemido, seguramente la había dado un calambre.



ERIKA
Me mordí el labio cuando penetró.
-¡Ah!...- Le miré. Me había dado un calambre. Cogí aire y sonreí.
-Dios… repítelo…- Apoyé la cabeza sobre el colchón.
-Hazlo de nuevo…


JIM
Sonreí algo avergonzado.
-No… no sé cómo… -me mordí el labio y volví a penetrar, quizá con cada roce se produjese un nuevo calambre, aunque no sabía muy bien por qué la gustaba, pensaba que en los demás solía doler…
La besé en el cuello.



ERIKA
Cerré los ojos y volví a gemir cuando penetró de nuevo. Sentí otro calambre.
No dolían, me daban mucho más placer. Jadeé con más intensidad encogiendo mis piernas alrededor de su cadera.
-Si… así, Jim…- Gemí de nuevo mordiéndome el labio. Moví la cadera a la vez que él lentamente.


JIM
Gemí con fuerza penetrando con más intensidad, apreté fuerte sus manos besándola con más pasión, enredando nuestras lenguas, sentía que poco a poco me estaba cargando de electricidad estática, intenté calmarme, jodida humedad…


ERIKA
Gemí de nuevo cuando penetró con más fuerza. Jadeé besándole con fogosidad. Estaba cargándose de energía…
Solté un grito cuando sentí un fuerte chispazo una de las veces que penetró.
-¡Jim, para!-Le empujé quitándole de encima y me levanté sentándome en la cama jadeando. Me tapé con las sábanas y le miré.
-… lo siento… no ha sido buena idea hacer esto…- Bajé la cabeza agarrando las sábanas.



JIM
Suspiré mirando a otro lado, sabía que no debía haberlo hecho.
-Lo siento, ha sido culpa mía, no debía haber permitido que pasase esto… -me levanté con las manos en la cabeza.
-Voy a darme una ducha, ahora sí que no te dejo tocarme, podría electrocutarte. –suspiré y la miré.
-Lo siento… -me fui al baño y cerré la puerta, me apoyé. Me di un golpe en la cabeza con la puerta.
-Gilipollas, Jim, eres gilipollas.



ERIKA
Suspiré y me eché el pelo hacia atrás.
-Vaya mierda, coño…- Agarré le almohada y la lancé fuera de la cama.
Respiré hondo y agarré mi ropa. Me la puse y me tumbé de nuevo en la cama. Me quedé mirando la ventana hasta que me venció el sueño…



KARA
Estaba sentada en las piernas de Neo, con la cabeza apoyada en su hombro, le acariciaba el pecho mientras él podía conducir, no era seguro ir con el PA.
-Si necesitas descansar, ¿por qué no haces turnos con Jim ya que ha afirmado que sabe navegar?


NEO
-No… Jim está descansando. Puedo encargarme yo, estoy bien, tranquila.- La besé en la frente.
-La que debería ir a descansar eres tú, Kara. Aquí estarás incómoda, a mi no me molesta para nada.- Sonreí acariciándola la barbilla.



KARA
-Yo estoy perfectamente, lo digo por ti. Siempre te estás esforzando por todos y nunca pides nada a cambio, y no creo que Jim se vaya a negar a ayudarte. –le besé en la mejilla.
-¿Quién quiere un caldito o un cafecito? –sonreí.
-Y si mañana vuelve a ocurrir esto levantaré a Jim de los pelos, te lo aseguro.



NEO
La miré y negué.
-Kara, no tienes porque levantar a Jim, me basto solo. ¿Por qué vas ha hacer que se levante si está durmiendo a gusto? De verdad, estoy muy bien.- Miré al frente sin soltar el timón.


KARA
Suspiré.
-Cabezota y orgulloso… -me levanté.
-Voy a traerte un cafecito, estarás bien ahora, pero a lo largo de la noche se nota el cansancio, nene. –le agarré de la barbilla y le besé en la mejilla, salí y me dirigí a la cocina para preparar un café.


NEO
Suspiré recostando la cabeza sobre el respaldo del sillón. Seguí mirando al frente, todo estaba tranquilo y era muy hermoso. Pero una luz llamó mi atención. Paré la nave y apagué las luces, tanto las del exterior como las del interior de la nave. Lo único que tenía en marcha era el GPS y el radar.
-¿Qué es eso?- Fruncí el ceño y miré el radar. Aterricé la nave entre dos calas en donde pudiese tener la nave oculta.


KARA
La nave se había parado, ¿qué habría pasado? Llevé un café a Neo, cuando entré vi que había apagado las luces de la nave, me acerqué a paso ligero.
-Neo, ¿qué pasa? –dije más bien en bajo, debía estar concentrado.


NEO
Señalé al frente, hacia la luz.
-Creo que podría tratarse de una base submarina, según indica el radar, está a unos 50 metros de distancia. Por eso he apagado la luz de la nave, podrían vernos si resultan ser enemigos. No lo sabremos hasta mañana por la mañana.- Miré a Kara y sonreí.
-No te asustes, mientras permanezcamos aquí quietos estaremos a salvo.- Miré de nuevo el radar.
-Mañana veré de que se trata, por suerte tengo un equipo de submarinismo, por si las moscas.


KARA
-¿¿Qué?? –esta vez elevé la voz, le miré.
-Ni de coña, Neo. ¿Cómo que vas a bajar tú ahí? ¿Estás loco? ¿Y si te pillan y te…? –me agaché al lado de su sillón.
-Neo, ¿y si los secuaces de Draco están ahí? No pienso dejar que vayas solo, ni muerta.



NEO
La miré y suspiré.
-Es la única manera. Solo hay un equipo y es mío, no voy ha dejar que bajéis ninguno más.- Miré al frente.
-Iré yo. Solo será un segundo… solo para asegurarme de que no es Draco…


KARA
-No, Neo, me niego que pases peligro de esa manera, ¿y si son ellos? ¿Cómo sabremos que no son ellos? –me crucé de brazos.
-Deja que alguien vaya contigo, Saya fue Aqua, podría ayudarte bajo el agua…


NEO
Negué de nuevo.
-No, Kai no lo permitiría. Es demasiado arriesgado. Iré yo solo, me las apañaré bien…- Asentí y la miré.
-Soy un buen nadador.- Sonreí.



KARA
Negué con la cabeza paseándome por la habitación.
-No me gusta nada, no me hace ninguna gracia, ya haces suficiente por esta nave, Neo, no tienes que arriesgarte así, podemos vigilar escondidos, no tienes por qué irte tú solo, ¿por qué no buscamos otra alternativa? Si son secuaces de Draco es un suicidio.



NEO
-No voy a cambiar de idea, Kara.- Me crucé de brazos.
-Voy ha ir hasta allí, ver que es lo que hay y volver, así de sencillo.- Me encogí de hombros y me levanté.
-Si lo miras de otro modo es hasta emocionante.- Sonreí y la agarré de los hombros para que me mirase.
-Vamos, será sencillo. ¿Para que arriesgar la vida de los demás? Soy el piloto…


KARA
-No es arriesgar la vida de los demás, es que alguien te ayude, no puedo dejar que te pase nada, ¿es que no lo entiendes? Iría detrás de ti, pero sé que no voy a aguantar un minuto en el agua, pero alguien puede acompañarte, no sé por qué tienes que ir tú solo… -bajé la cabeza.
-Necesito saber que no va a pasarte nada.



NEO
Sonreí y la agarré de la barbilla para que me mirase.
-Te prometo, te juro, que no me pasará nada. Solo será un segundín y volveré.- Sonreí de nuevo y la besé en la frente.
-No te preocupes, princesa.- La abracé contra mi pecho.
-Todo saldrá bien.


KARA
Suspiré y le abracé.
-Más te vale que sea así, porque te juro que como vuelvas con un solo rasguño, lo primero que haré al verte será abofetearte la cara por incumplir tu promesa, que quede muy clarito. –aspiré agarrando fuerte su camiseta.
-Hace poco nos llevamos un buen susto con Saya, no quiero que te pase a ti también, no lo soportaría…



NEO
-Te tomo la palabra…- Sonreí y la besé en la cabeza.
-Vamos a descansar un poco…- La agarré de la mano y la llevé al cuarto para acostarnos en la cama. Ya que la nave estaba escondida y parada, no hacía falta estar en el puesto de mandos… a no ser que la extraña luz se acercase más, cosa que no creía que pasase.
Nos metimos en la cama y dormimos toda la noche abrazados. Kara estaba asustada y preocupada por la pequeña aventura que me esperaba al día siguiente… no sabía lo que me iba ha encontrar y si me metería en algún lío… pero tenía que asumir las consecuencias y correr el riesgo ya que era yo el encargado de la nave.
Me desperté temprano, no quería despertar a Kara, era mejor que siguiese descansando.
Me levanté y me vestí. Salí del cuarto y me dirigí a la sala de mandos. No cambiaba muchos las cosas del día a la noche, bajo el agua era todo oscuro, aunque de día se aclaraba un poco.
Miré al frente, aún seguía aquella luz. No se había movido, como me imaginaba. Me senté en el sillón y miré el radar. No había cambios.

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