¡Busca por capítulos!

Dejad vuestros comentarios

Nos gustaría saber la opinión de los lectores de esta historia, por favor, dejad comentarios, y si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntar ^^

Para el que no sepa hacerlo: Al final del capítulo hay un apartado donde pone "X comentarios", pinchad ahí y os dará la opción de comentar ;)

martes, 22 de diciembre de 2009

Capitulo- LXIX- ÁNIMA

SAYA
Habían pasado tres semanas desde que trajimos a Ian y de que Jimmy se marchase de la nave… era triste pensar que se tuvo que ir para poder hacer feliz a otras personas que no fuesen él mismo… triste pero noble…
Erika nos contó, de manera forzada, lo que había sucedido con Jim, al cual tuvimos que ir ha buscar al bosque.
Estaba fatal, se resistió varias veces, pero al final Neo consiguió persuadirle y le llevó de vuelta a la nave.
Desde entonces no habla, se pasa todo el día en la sala de ordenadores y no se relaciona con nadie… debió ser un duro golpe para él y le comprendía.
Erika se esforzaba por no sacar el tema, al igual que los demás, pero se la notaba baja de humos, a penas probaba la comida… estaba quedándose de nuevo como un palillito…
Ian se había recuperado, podía andar aunque una de sus piernas aún se resentía. Le teníamos bien vigilado, sobre todo yo de la cual no se despegaba casi todo el día, eso enfurecía a Kai.
Me encontraba en el gimnasio, ahora que Jimmy se había ido y no le tenía para que me ayudase con mi “poder”, tendría que apañármelas sola…. Aunque todos los días me llevase una buena reprimenda de Neo por cargarme algo de gimnasio.
Iba mejorando, sabía reunir la energía necesaria, no toda de golpe. La nariz no me sangraba, pero la sensación de cansancio y los desequilibrios aún seguían ahí.
Normalmente entrenaba sola, pero Kai insistía en estar presente por si me desmayaba o había algún accidente causado por mí y teníamos que desalojar la nave… cosas de hombres.
Me dejé caer al suelo cansada y agotada. Llevaba un buen rato descargando barreras de energía contra monigotes de goma espuma y necesitaba un descansito entre descarga y descarga… lo complicado vendría después: controlar mis emociones y saber cuando hay que atacar y cuando no.

KAI
Me levanté de la colchoneta con la botella de agua entre las manos y se la ofrecí a Saya, que de nuevo estaba agotada por el esfuerzo.
-Te pondría un ocho con cinco, pero no has flexionado las rodillas; un ocho. –sonreí y me senté a su lado.
-No deberías ser tan dura y descansar antes de que te quedes en este estado, bruta.


SAYA
Agarré la botella y di un trago secándome el sudor de la nuca y el cuello.
Le miré y negué jadeando.
-No, ya descanso entre descarga y descarga, es suficiente…- Me eché agua por la nuca mojando la colchoneta.
-Además, siento que me recupero más deprisa, y eso es bueno. Ya no me sangra la nariz y bueno…- Asentí
.-… creo que lo conseguiré yo sola si sigo entrenando.


KAI
Sonreí y la ayudé a secarse el sudor.
-Me alegro de que sea así, tú siempre has sido una gran luchadora, lo lograrás. –la besé.
-Sé que no te interesa saberlo, pero… Estoy orgulloso de ti. –sonreí de nuevo, eso sonaba mejor de padres a hijos, pero era la verdad.

SAYA
Le miré y sonreí.
-Ooooh, gracias papi.- Me reí.
-¿Le darás ahora a tu niña bonita una piruleta?- Sonreí apoyando la cabeza en su hombro.
-Es broma, papi.- Le besé en la mejilla.
-Esto me va bien, cada vez que ataco a un muñeco de esos, pienso que es Draco o Dark y punto, pero… no sé si lo llegaré a controlar sintiendo otras cosas que no sean odio, ira…


KAI
Desvié la mirada, ahí estaba la raíz de esas tres semanas de abstinencia que habíamos pasado, las cuales a los dos nos llevaban un poco de cabeza.
-En fin, no te preocupes por eso. Lo principal es lo principal, lo otro es un tema secundario que por ahora no tiene mucha importancia. –la besé en la frente.


SAYA
Asentí y suspiré.
-Ya, aún siendo un tema secundario me tiene frita…- Me levanté y cogí la toalla.
-Voy a darme una ducha, necesito refrescarme la cabeza…- Le miré y sonreí. Me acerqué y le di un beso en los labios.
-Luego nos vemos, papi.

KAI
-No vuelvas a llamarme eso, coño. –la di un azote en el culo cuando salió.
-Vete a duchar, anda, tía pesada. –sonreí cuando salió.
-Que yo me quedo aquí sufriendo en silencio, como las hemorroides…



SAYA
Salí y me apoyé en la puerta. Suspiré y miré al suelo…
Volví a entrar y me acerqué a Kai.
-Oye, Kai…- Me puse en frente de él, le miré aunque algo avergonzada, nunca antes me habría ofrecido de esa manera…
-Sé que lo estás pasando algo mal, más los hombres que soléis resentiros más que la mujeres, no veo justo que por mi culpa estés así… y, bueno…- Bajé la cabeza poniéndome cada vez más roja.
-No podemos disfrutar del sexo a tope, pero… si quieres que yo… te haga tus apaños y eso, quiero que sepas que no me importa…


KAI
Desvié la mirada.
-Joder, Saya… -me tapé la cara.
-¿Sabes que hay maneras y maneras de decirlo? Te has ofrecido como si fueses una fulana… ¿apaños? –la miré.
-Además, no estoy tan desesperado. Es verdad que no llevo de maravilla el no poder hacer el amor contigo, pero no hace falta que hagas esto…



SAYA
Le miré y alcé las cejas. Retrocedí un poco sin dejar de mirarle.
-Kai… eres el primer tío que rechaza una buena paja… creo que me estoy convenciendo cada día más de que eres marica…- Me levanté.
-Pero bueno, si no quieres allá tú. Eres tú el que se lo pierde, después no te me vengas quejando de que esto y lo otro, porque pasaré de ti olímpicamente.

KAI
Bajé los hombros.
-No se puede decir nada sin que se saque fuera de contexto, joder… -pues nada, otro día de dolores.
-Lo que no quiero es que lo hagas porque te sientas obligada porque esté así por ti, porque lo haces única y exclusivamente por mí y eso no es lo que quiero. Opina lo que quieras al respecto.

SAYA
Le miré y me crucé de brazos.
-Haré como que no he escuchado eso…- Puse los ojos en blanco.
-¿Sabes? Creo que voy ha darme mi duchita de agua fría, mientras tú te quedas aquí en compañía de tus ganas.- Me despedí con los dedos.
-Chao.- Salí del gimnasio.


KAI
Me rasqué la nuca.
-Pues chao… -me levanté y cogí mi espada, miré los muñecos que había preparados para Saya. Empecé a entrenar un poco, hacía tiempo que no tocaba la espada y no me vendría mal practicar.


NEO
Jim se pasaba horas y horas metido en la sala de ordenadores. Se encerraba allí desde que se levantaba hasta que era la hora de irse a dormir. Ni si quiera subía a comer, Kara siempre tenía que ir a llevarle la comida y la cena.
No me gustaba verle tan aislado, ni siquiera había hablado con Erika del asunto…
Entré en la sala de ordenadores, allí estaba Jim, enganchado al ordenador, como hace tres semanas.
Me acerqué y me senté a su lado cruzándome de brazos.
-¿Piensas quedarte metido aquí hasta que te salgan canas y arrugas?


JIM
Estaba concentrado mirando los niveles de carburante y aceite desde hacía varios meses, este tiempo me había dedicado a observar las incorporaciones e innovaciones de la nave, tenía todo el tiempo del mundo, y era algo que realmente me gustaba.
Entró Neo, ¿ya era la hora de cenar? Juraría que hacía poco que Kara había bajado con la comida…
Le miré cuando me habló. Me encogí de hombros.
-No lo sé… No tengo nada que hacer arriba, si me necesitáis es aquí abajo.


NEO
Suspiré y le agarré del cuello de la camiseta para que me mirase. Le agarré con fuerza estampándole contra la mesa.
-¡Muy bien! Escúchame claramente, porque será la primera y la última vez que te lo diga. Deja de ser tan nenaza y resguardarte en los ordenadores. Ellos no te ayudarán a seguir adelante. Aislarte de esta manera es lo más cobarde que puedes hacer, Jim. Pensaba que no era un cobarde y afrontarías tus problemas, pero veo que no. Eres igual que James, igual que él, Huyendo y olvidándose de todo. Puede que Erika te haya hecho daño, pero al menos está luchando por seguir adelante, arrepentida de todo. Ni si quiera le diste una oportunidad para explicarte los sucedido. ¿Y después es ella la egoísta?- Le miré serio y furioso. Me había decepcionado, yo pensaba que Jim no era así… pero me equivoqué.
Le solté y me alejé sin dejar de mirarle.



JIM
Hasta Neo estaba contra mí. Kara había sido la primera en echarme la bronca por hacer esto.
-¿Qué pasa? ¿No puedo hacer lo que me da la gana? Me da igual que los ordenadores no me ayuden a seguir adelante, Neo. Soy un jodido nenaza, ¡pues me da igual! Seré un cobarde pero estoy muy harto de ser siempre el que mete la pata, el que es el imbécil que no sabe defenderse, el que no sabe llevar una relación, el nenaza, siempre yo. Ya me da exactamente igual, porque ni hacerte caso ni no hacértelo me ha servido de algo, nada me ha servido para evitar que esto pasara. Era algo inevitable y debí haberlo visto desde el principio. Si Erika siente algo por ese tío que esté con él, pero que no me vuelva a decir que no tengo derecho a ponerme celoso ni cualquier cosa de esas, porque por una vez al menos yo tenía razón, y me estaba dejando engañar como un gilipollas, estoy harto de que cada vez que pasa algo malo hacer oídos sordos y quedar como un imbécil que no sabe defenderse. Erika me ha hecho mucho daño, he hecho lo que he podido por ella, y me lo ha pagado de esta manera, no sabes cómo me siento, Neo… -me sentía impotente, no podía hacer nada y podía hacerlo todo, porque podía quedarme quieto y también podía solucionarlo todo con un par de palabras, pero no me sentía capaz de hacer nada, me sentía muy dolido.
-He llegado a querer a Erika hasta el punto de dar mi vida por ella, he seguido viviendo gracias a que ella existía… -mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas, las cuales no se llegaban a derramar, porque eran de impotencia.
-No quiero verla, Neo, sé que si vuelvo a verla voy a perdonarle todo lo malo que me ha hecho y no quiero hacerlo, porque seguirá haciéndome daño, siempre, no puedo vivir así… -tragué saliva, me esperaba un buen puñetazo, seguro.



NEO
-Tú lo que eres es un gilipollas. Hablas sin saber de nada. Erika nos los explicó y tiene más sentido, pero yo no pienso decirte nada. Si quieres saber lo que en realidad ocurrió habla con ella y si no, pues nada, síguete pudriendo aquí abajo.- Me crucé de brazos y le miré.
-Que sepas que creía que eras más fuerte, pero veo que no…- Negué con la cabeza y me dirigí a la salida.
-Tú verás lo que haces Jim, yo no puedo hacer nada por ti. Eres tú el que tiene que tiene que luchar si es lo que quieres.- Salí de la sala de ordenadores dejándole allí solo. Me dolía verle así, le quería como a un hermano y daría mi vida por él, pero estaba siendo muy injusto…


JIM
Le di una patada a la silla que tenía al lado, haciendo que chocase contra la pared.
-¡¿Para qué?! ¡¿Para qué coño voy a luchar por ella?! ¡Ya lo he hecho y no me ha servido de nada! –apoyé los codos en la mesa y la cabeza en las manos.
-Soy un puto cobarde, me da igual, no soy fuerte, me da igual… -me levanté tirando la silla, era lo que me faltaba, el único en esta jodida nave en quien podía confiar decía que lo tenía que hacer yo solo si quería luchar por ella, pero estaba cansado de luchar por ella porque siempre acababa perdiéndola de una manera u otra…


ERIKA
Vi a Neo salir de la sala de ordenadores. Esperé hasta que se alejó del todo para ir yo. Necesitaba hablar con Jim y explicarle lo que había pasado… y sobretodo pedirle perdón…
Me quedé frente a la puerta agarrando el pomo con mi mano… sentía que mi corazón iba a mil por hora, tenía miedo de cual sería la reacción de Jim al verme y lo más importante, si querría verme…
Giré el pomo y abrí despacio… asomé la cabeza primero para ver si estaba ocupado o… yo que sé…
-…hola…

JIM
Oí la puerta abrirse, sería Neo, se le había olvidado partirme la cara. Pero era la voz de Erika… En ese momento se me cortó la respiración y los latidos del corazón. La última persona en el mundo a la que deseaba ver, y encima en caliente, no podía hablar ahora con ella. Me pediría perdón y yo no sería capaz de negarme, me resultaba imposible, pero no quería hacerlo, quería dejar de sufrir de una puta vez, olvidarme de las chicas, de mi padre, de mis amigos, de todo…
No me giré, si la veía sabía que acabaría por llorar e iba ser peor para los dos.


ERIKA
Ni si quiera me miró y no me extrañaba, no me merecía nada de él, ni una mirada ni nada… No llegué a entrar, aún seguía sosteniendo el pomo de la puerta con mi mano, ni siquiera había atravesado la estancia…
Bajé la cabeza y retrocedí cerrando la puerta de nuevo.
Me quedé mirando el suelo y sentí que mis ojos se empañaban en lágrimas… me estaba resultando muy duro y me lo merecía por hacerle daño…



JIM
Tragué saliva. Lo peor de todo es que casi estaba sufriendo más por lo que pudiese pasar ella que yo mismo, no podía más con esa situación, estaba destrozado del todo, no quería verla ahora, no podía, acabaría perdonándola, seguiría todo igual que siempre y lo más posible es que volviese a pasar. Me dejé caer de rodillas, ni siquiera contaba con el apoyo de Neo para que me dijese qué podía hacer, ni de nadie, nadie me apoyaba… Miré hacia la puerta, estaba claro que tenía que hablar con ella, y se había armado de valor para bajar hasta aquí, pero yo no podía, era el más débil y eso nunca cambiaría por mucho que lo intentase.

ERIKA
Negué con la cabeza y me alejé de la puerta caminando por el pasillo. Era una idiota al bajar allí. Jim no quería hablar conmigo, me odiaba y era lo más normal. No podía pedirle perdón y esperar que me perdonase así como así después de lo que le había hecho… Me daba rabia porque ni siquiera me había dejado explicarle lo que realmente sucedió y ahora era muy tarde para arreglarlo. Él no quería verme ni saber nada de mí, lo mejor era dejarle tranquilo…


KARA
Encontré a Erika en el pasillo donde estaba Jim, al final había ido ella a por él.
-Erika… -me acerqué y la cogí de la cara.
-Te dije que no bajaras aquí, cariño, ¿no ves que no lo merece? –la besé en la cabeza y la cogí de los hombros guiándola por el pasillo.
-Él no te ha dejado explicarte, pues no se merece tu perdón, tú no hiciste nada malo, es más, hiciste lo que pudiste por Jim, ya te he dicho que es él el que tiene que ir a ti y dejarte hablar… No vuelvas arrastrándote así, no lo merece.



ERIKA
No miré a Kara cuando me agarró para que la mirase.
-Déjame, Kara... haré lo que vea conveniente…- Me aparté de ella.
-Si arrastrarme es la única manera de conseguir algo, lo haré. Vosotros no sois nadie para decirme lo que debo hacer. Dejadme en paz.- Apreté el paso y me dirigí a mi habitación.
-No tienen ni idea… no la tienen…- Cerré la puerta de un portazo y me senté en el suelo apoyando la espalda en la puerta.


KARA
Me crucé de brazos.
-No sé por qué cojones sigo esforzándome con esta chica, nunca me hace caso y cuando la consigo ayudar no me lo agradece… -me fui por el pasillo, estaban sufriendo los dos, y estaba claro, si querían comer, tendrían que venir ellos a la cocina, porque yo pasaba de seguir llevándoles la comida, los dos se estaban portando como críos.

JIMMY
Después de irme de la Black Hole, decidí volver a la cabaña que había encontrado en un lugar recóndito del bosque. Alejado del reino de las sombras y de cualquier otro reino.
Ahora lo que necesitaba era estar solo, esconderme y pensar…
Había llegado a una conclusión, si quería dejar de sufrir tendría que volver a ser como antes. Frío, calculador e inexpresivo. Debía evitar que me afectasen las cosas sentimentales.
Estaba claro que Erika no me quería a mí y lo respetaba, así que lo mejor sería eso, volver a ser el de antes.
Caminaba por el bosque en busca de algo para comer. Por suerte había conseguido una buena pesca y llevaba suficiente pescado para una semana o más.
Cuando iba de vuelta a la cabaña, me encontré con una chica. Estaba en el suelo, vestida con una bata de hospital y los brazos llenos de marcas de inyecciones.
Me acerqué a ella dejando el saco con el pescado a un lado. La tomé el pulso, estaba algo débil, pero aún vivía. La agarré de la cara y la miré sin expresión ninguna. Volví la cabeza a mí alrededor pero no escuché nada.
Miré de nuevo a la chica y la cogí en volandas cargando el saco a un hombro.
La llevé a la cabaña y la tumbé en mi cama. Estaba sin sentido, pero por lo demás parecía estar bien. No presentaba heridas graves, tan solo los de los brazos que se los desinfecté con agua oxigenada y la lavé la cara un poco. Dejé sobre una silla una túnica de las mías para cuando despertase.



ÁNIMA
La cabeza me daba vueltas, parecía que alguien me había movido de donde estaba sin darme yo cuenta. Después de todos los experimentos que habían realizado conmigo en ese condenado laboratorio no me quedaba una gota de sangre en el cuerpo, me sentía muy débil.
Noté que debajo de mí había algo más blando que el suelo, debía ser una cama, ¿quién mi habría rescatado? No había hecho pactos nuevos…
Abrí los ojos, lo que vi fue el techo de una cabaña, me incorporé aún un poco mareada, la cabeza me daba vueltas. Miré a mí alrededor y vi un chico rubio… Era James. Antes de que me viese despierta dejé que mi piel se volviese invisible.
Esperé un momento, si él estaba ahí, es porque me había salvado, no tenía problema si me veía. Dejé que mi piel volviese a tener su aspecto normal y me levanté de la cama.
-¿Me has recogido en el bosque?


JIMMY
Estaba aun lado de la cabaña, había preparado pescado frito para comer. Había preparado también para la chica que yacía en mi cama, la cual se despertó. La miré algo extrañado cuando vi que se volvía invisible por un momento.
Me crucé de brazos y asentí cuando me preguntó después de volver ha su estado normal. Me levanté de la silla cogiendo el plato del pascado y me acerqué a ella sentándome en los pies de la cama.
La miré y la entregué el plato.
-Come.- Fue la primera palabra que dije desde hace tres semanas. Al estar solo no hablaba con nadie.
Miré la puerta del baño y la señalé con la barbilla.
-Hay está el baño y hay la ropa que te dejo.- Me levanté de la cama.
-Esperaré fuera mientras te duchas y te vistes…- La miré y salí de la cabaña cerrando la puerta a mis espaldas.


ÁNIMA
Me quedé quieta y algo alejada cuando me ordenó comer y vestirme, aún llevaba esa horrible bata. ¿Por qué el hijo de Draco, el traidor, me estaba ayudando sin pedirme nada a cambio? Quizá era muy distinto a su padre, no le había conocido personalmente.
Salió de la cabaña para dejarme sola, era verdaderamente considerado para no conocerme de nada…
Aproveché su amabilidad, me comí el plato de pescado, se notaba que vivía principalmente de la naturaleza, pero se las apañaba bien. Entré en el baño y vi la ducha, me vendría de perlas y me sentaría genial.
Me quité la bata y la tiré al suelo, me desharía de ella más tarde. Me di una ducha y cuando me hube vestido con la ropa que me prestó salí fuera. A pesar de no conocerle me sentía mucho más segura con él que con los malditos médicos de Draco.
Vi a James y me acerqué.
-Tú eres James… escapaste de Draco, ¿cierto?



JIMMY
Estaba fuera, apoyando en la pared ajustándome el brazo de metal… últimamente me estaba dando muchos problemas…
La chica salió ya vestida y aseada. Me bajé la manga de mi túnica y la miré sin separarme de la pared. Me fijé bien en ella, era una chica bastante hermosa a pesar del cansancio y el deterioro. Lo que más me impactaban eran sus ojos azules, eran muy claros y grandes.
Asentí de nuevo cuando me preguntó. Me crucé de brazos.
-Me gustaría saber tu nombre, si no es inconveniente.- Dije en un tono calmado y sereno.


ÁNIMA
Bajé la cabeza en señal de respeto, quien me ofrecía su ayuda sin pedir nada a cambio merecía mi respeto.
-Mi nombre es Ánima. –bajé la mirada a la ropa que me había dejado, era una túnica negra, como las que llevaban en el Reino de las Sombras.
-Gracias por tu ayuda, pero me gustaría saber por qué lo has hecho.


JIMMY
La miré de reojo.
-No tengo razones, lo he hecho y punto.-
Dije volviendo la mirada al frente.
-No eres mi prisionera si piensas eso. Puedes irte cuando quieras.- Me separé de la pared y volví ha entrar en la cabaña dejando la puerta abierta por si Ánima quería entrar.



ÁNIMA
Me coloqué un mechón de pelo tras la oreja, James no parecía tan blando como su padre lo había descrito los últimos meses de mi estancia allí.
Entré en la cabaña de nuevo siguiéndole, esperaba que no le molestase.
-Pensé que después de haberme encontrado tirada en medio del bosque y rescatarme me pedirías algo a cambio… o al menos me harías preguntas. –ladeé la cabeza para mirarle.
-¿No vas a hacerme preguntas ni quieres saber por qué estaba allí? ¿Tampoco quieres que te de nada a cambio por ayudarme?


JIMMY
-No te rescaté para que me dieses nada a cambio. Simplemente no podía dejarte allí abandonada.- Recogí el plato de Ánima y lo dejé encima de la mesa para después llevarlo a la fuente que tenía detrás de la cabaña y lavarlo.
Me senté sobre la cama apoyando los codos sobre mis rodillas y la miré.
-La razón y como hayas acabado allí no es cosa mía. No tengo porque saberlo si tú no quieres.


ÁNIMA
James era la primera persona que no quería nada a cambio de ayudarme…
-Vaya… No sé qué decir… -bajé la cabeza.
-Te estoy muy agradecida por ayudarme. –alcé la cabeza.
-Aunque, la verdad, me sentiría mejor si te pudiese devolver el favor, de modo que cuando necesites mi ayuda te la daré. –esbocé mi leve sonrisa, pocas veces lo hacía, mi vida no era nada fácil como para sonreír.
-Debes saber ya que Draco tenía en sus mazmorras a un elemental especial, un elemental “Fantasma”, el cual usaría en su guerra final si conseguía obtener su máximo poder. Esa Fantasma soy yo, tengo poderes que podría resultarte útiles, aunque dudo que los conozcas, mi especie se extinguió hace siglos, no sé cuántos hay como yo. –me acerqué un poco más a él.
-De modo que si me necesitas, te ayudaré. –la vedad es que no iba a enseñarle todo mi potencial, era algo que me guardaba, como hice con Draco, o me usaría como arma definitiva, como anteriormente hacían con mis antepasados.

JIMMY
La miré y negué.
-Te lo agradezco, pero no quiero la ayuda de nadie. Como ya te he dicho, no quiero nada a cambio, estoy bien así…- Desvié la mirada hacia la entrada.
Esta chica era un elemental especial… Draco la tenía encerrada en las mazmorras y tenía planeado utilizarla como arma… supongo que a mí también me utilizaba con ese fin, para poder invocar la bestia de mi interior y utilizarla a su antojo…
Volví la mirada hacia Ánima. La miré fijamente entrecerrando los ojos levemente.
-Solo voy ha hacerte una pregunta… ¿estás ayudando a Draco?

ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-Ya no. –posé la mano en mi pecho.
-Vivo a base de pedir protección a cambio de algo, sólo necesito protección, no puedo morir. A cambio de ayudarle le pedí protección, y la cosa funcionó hasta que quisieron abusar de mi poder y no se lo permití, por lo que me abandonaron como si fuese un perro viejo, ya no le hago falta, por lo que ya no le sirvo, aunque nunca he llegado a hacer grandes cosas por él, pequeñas misiones de infiltración que no sirvieron de mucho. No voy a delatarte a Draco, te debo un favor, a parte de que ya no le sirvo, el pacto está roto.


JIMMY
Asentí sin dejar de mirarla.
-Protección… entiendo…- Me levanté y miré al exterior reflexionando.
-Así que, si lo he entendido bien, a cambio de que te den protección das tus servicios ayudando…- Me reí ligeramente.
-Vaya gilipollez…- La miré de nuevo.
-Así solo conseguirás que abusen de ti.



ÁNIMA
-Muchas veces me han pedido algo realmente injusto, pero debo mantenerme con vida y mucha gente quiere matarme, creen que por ser lo que soy, soy peligrosa para la humanidad. Hace siglos extinguieron mi raza porque creían que éramos demasiado poderosos como para dejarnos vivir, por eso cada vez que alguien me descubre y conoce mi poder intenta matarme. Es por ello por lo que suelo pagar cualquier cosa por protección, necesito vivir. –dije bajando la cabeza, su mirada era fría y parecía que no le gustaba mi presencia.



JIMMY
Suspiré y me rasqué la nuca. La miré echándome el flequillo hacia atrás.
-Hay veces que la gente es cruel porque tiene miedo a lo desconocido… te comprendo y veo muy injusto que las personas intenten matarte por ser diferente.- Miré de nuevo hacia el exterior.
-Bien… creo que, si quieres vivir, será mejor que te quedes aquí conmigo.- La miré de nuevo.
-Yo te protegeré, lo único es que… no quiero nada a cambio. Lo demás es decisión tuya, si quieres quedarte está garantizada tu protección, pero si prefieres irte…- Me aparté para dejarla camino libre hacia la puerta.



ÁNIMA
Abrí la boca impresionada cuando dijo que me ofrecía protección a cambio de nada…
-Yo… No… no sé… -sonreí y bajé la cabeza de nuevo.
-Muchísimas gracias, haré lo posible por facilitarte mi presencia y te ayudaré en lo que me sea posible, aunque no lo solicites. –alcé la cabeza mirándole de nuevo, me sentía emocionada.
-Quiero agradecerte lo que has hecho por mí de la manera que emplea mi gente, si me permites… -me acerqué con cuidado, no quería que se asustase. Nunca había agradecido nada de esta manera más que a mi propia madre, no sabía si a él le parecería incómodo, pero le cogí suavemente de la cara y junté mis labios con los suyos con cuidado por un par de escasos segundos y me separé, no sabía si reaccionaría mal, pero verdaderamente me sentía agradecida con él.



JIMMY
La miré después de que me diese aquel beso en los labios. Asentí aun perplejo.
-… de nada…- Esbocé media sonrisa rascándome la nuca.
Carraspeé levemente.
-Bueno… si necesitas alguna cosa, dímelo, estaré fuera.- Salí de la cabaña negando con la cabeza.



ÁNIMA
Sonreí, parecía que no le había incomodado, incluso se había sonrojado un poco, al fin había alguien que no quería sacar provecho de mí…
Miré la ropa que me había prestado, aún viniendo de donde procedía, sentía que era lo mejor que habían hecho por mí, y me ofrecía protección permanente… Alcé la mirada al cielo.
-Madre… Tienes razón, no todo el mundo es malo…


JIMMY
Pasé casi toda la tarde fuera, en el bosque. No quería separarme mucho de la cabaña, ya que Ánima estaba allí. Eso no significaba que no me fiase de ella, había prometido que la protegería, así que, prefería no alejarme mucho de allí.
Volví cuando empezó ha anochecer. Por suerte había logrado cazar un par de conejos bien sanos y fuertes, lo malo es que para la caza yo no era nada cuidadoso y acabé con la camisa llena de sangre y barro.
Me acerque al riachuelo que había al lado de la cabaña y me despojé de la camisa para poder lavarla, o al menos dejarla en remojo.
Hacia una buena temperatura y se estaba muy bien al aire libre. Miré al cielo, esa noche habría luna llena.


ÁNIMA
James salió toda la tarde, por lo que me quedé sola. Me dediqué a echar un vistazo por toda la cabaña, era bonita y acogedora. Como sólo había una cama, improvisé una pequeña manta desgarrando el camisón que traía puesto del laboratorio, no hacía mucho frío, así que me serviría, la túnica ya era bastante cálida.
Oí un ruido y mi primera reacción fue volverme invisible, incluyendo la ropa que llevaba, pero por suerte sólo era James, había llegado y se dirigía al riachuelo. Volví a mi estado normal y salí de la cabaña, me acerqué a su lado y me agaché, estaba sin camiseta, ya que la estaba lavando.
-Hola… -dije abrazando mis piernas para no perder el equilibrio.



JIMMY
Ánima salió de la cabaña y se acercó sentándose a mi lado. La miré.
-Hola... siento haberte dejado sola casi toda la tarde, pero de vez en cuando me gusta echar algún vistazo que otro por los alrededores, ya sabes…- Volví la mirada a la camisa que ya estaba libre de sangre y de barro.
Me levanté y la sacudí un poco para quitarle el agua.
Miré los conejos y después a Ánima.
-Espero que tengas hambre.

ÁNIMA
Asentí.
-La verdad es que sí. –llevé la mano a mi estómago.
-Hace rato he notado que me sonaban las tripas. –me levanté.
-Siento causarte tantas molestias, sólo pensé que me darías protección, no alojamiento ni comida… Nunca he conocido alguien tan generoso como tú, James, parece mentira que seas hijo de Draco…



JIMMY
Me quedé mirando al suelo.
-Ya, bueno… hace mucho que ya no me considero su hijo…- La miré y sonreí.
-Si vas ha vivir aquí tendrás que comer y dormir, ducharte y todas esas cosas, ¿no?- Cogí los conejos y la camisa.
-Vamos, prepararé los conejos.- Entré en la cabaña seguido de Ánima, la verdad es que agradecía con creces su compañía y algo me decía por dentro que debía protegerla… que era mi deber.


ÁNIMA
Me sentía bien al lado de James, me protegía sin importarle que no le diese nada a cambio, pero se lo agradecería de alguna forma, algo habría que pudiera hacer por él.
Esperé mientras hacía la cena, aunque yo también podía hacerlo, él se había ofrecido primero, algún otro día podría ayudarle… Sonaba bien eso de que pudiese estar con él más días, era un chico agradable.



JIMMY
No me costó mucho hacer la cena, el conejo se cocinaba con facilidad y salía muy sabroso.
Me sentía mucho mejor después de que Ánima apareciese… me alegraba de haberla encontrado… pero aún así no podía dejar de pensar en Erika, cada vez que la recordaba, mi corazón sufría una fuerte punzada. No solo la había hecho sufrir a ella, si no, también a Jim por mi incapacidad de poder controlar mis impulsos…
Cuando terminamos de cenar, recogí las cosas y las llevé a la parte trasera de la cabaña donde los dejé para lavarlos al día siguiente.
Volví a entrar en la cabaña y miré a Ánima.
-Puedes dormir en mi cama, yo nunca duermo.- Sonreí levemente y me senté en una silla.
-Yo vigilaré, no te preocupes.


ÁNIMA
Le miré y acto seguido miré a la cama.
-Bueno… No sabía que no dormías. –dije devolviéndole la mirada a él.
-Si no hay problema… La verdad es que hace tiempo que no duermo en una cama, ¿seguro que no te molesta?



JIMMY
Esbocé media sonrisa y negué.
-No me importa en absoluto.- Volví la mirada a la ventana.
-Tú descansa, estás segura aquí conmigo, te lo prometo.- Dije mirando la luna.
-Y si necesitas alguna cosa, pídemela.


ÁNIMA
Asentí, aunque tanta hospitalidad me sabía mal, ¿quizá me estaba reteniendo aquí para delatarme? No… había visto en sus palabras y en su forma de hablar que eso no podía ser posible, él me estaba ayudando de verdad, pero me habían engañado tantas veces que me daba miedo confiar en la gente.
-Gracias de nuevo por todo, si necesitas tú algo despiértame…



JIMMY
Sonreí y volví la mirada a la ventana. Apagué la vela haciendo que la oscuridad reinase en la cabaña.
Me quedé mirando el cielo, disfrutando del silencio de la noche. Ánima no tardó mucho en dormirse, estaba agotada y necesitaba descansar.
Me giré y la miré mientras dormía sin levantarme de mi silla.
Me vino a la memoria la imagen de Erika durmiendo… cuando la traje a esta misma cabaña antes de que nos atacase Dark…
Sacudí la cabeza olvidándome de eso.
Estuve toda la noche sin dormir, como siempre. Sentado en mi silla vigilando y contemplando el bosque.
Una de las veces miré el reloj. Eran más de las seis y media de la madrugada, pero no me sentía cansado. Esto de haberme creado sin sueño era algo bueno.
Me estiré en la silla para desentumecerme la espalda de estar siempre en la misma postura.
Dirigí la mirada de nuevo a la ventana cuando me pareció escuchar un ruido y el movimiento de un arbusto fuera, en el bosque.
Me levanté rápidamente de la silla sin hacer ruido y agarré mi espada sin desenvainarla.
Miré con atención, pero no vi nada. Salí de la cabaña agarrando la empuñadura de mi espada con la mano izquierda y la vaina con la otra.
Presentía algo…
Me giré para entrar de nuevo, pero una bola de fuego me golpeó el brazo haciendo que me empotrase contra la pared de la cabaña.
Me giré de nuevo para ver quién me la había lanzado.
Eran un grupo de piratas, el cabecilla era un Piro grandote armado con cadenas y pistolas.
Detrás de él fueron apareciendo más hasta que conté un total de veinticinco piratas, todos de distintos elementos… elementos poderosos.
-Mierda…- Miré al cabecilla desenvainando mi espada.
-Tienes a una asesina en la cabaña, muchacho. Deja que nos la llevemos y te dejaremos vivir.- Fruncí en ceño.
-No.- Entré en la cabaña cuando esté me lanzó una nueva bola de fuego incendiando la entrada.
Me acerqué a Ánima y la desperté.
-Ánima, despierta, despierta…- El techo empezó a incendiarse creando fuego a mi alrededor. Me cubrí la cabeza con la capucha para evitar ahogarme.
-¡Ánima!- El techo se me vino encima. Agarré a Ánima y cubrí su cabeza con mis brazos impidiendo que los escombros la hiriesen.


ÁNIMA
Me desperté cuando James gritó, entonces vi que la puerta estaba incendiada y acto seguido el techo se derrumbó sobre nosotros, pero James… James me protegió con su propia vida…
Intenté espabilarme, miré a James.
-¿Estás bien? –miré a mi alrededor, nos habían encerrado incendiando la cabaña.
-No… me han encontrado… -miré a James y le ayudé a retirar los escombros de encima de él.


JIMMY
Asentí y me levanté agarrándola del brazo con suavidad y firmeza.
-Si, estoy bien. Ahora preocúpate por ti misma…- Miré a mi espalda, la cabaña estaba incendiada y había mucho humo. Miré a Ánima y la agarré de la cintura haciendo que se pegase a mí. La cubrí con mi propia túnica para que el humo no la afectase.
Miré la pared del fondo.
-¡Vamos, saldremos por allí!- Cargué mi brazo derecho, el de metal, y lo descargué contra la pared rompiéndola en mil pedazos.
Salimos al exterior donde nos esperaban los piratas.
-Joder…- Miré a Ánima.
-Corre, yo me encargaré de ellos.


ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, eso no. –le agarré fuerte de la mano e hice que mi cuerpo desapareciese de la vista de nuestros enemigos y, con un poco más de esfuerzo, que el cuerpo de James quedara invisible también.
-Esto los despistará, tenemos que pensar en algo. –tiré de él corriendo alejados de ellos mientras miraban a todas partes confusos.
-Quiero mantenerme a salvo, es cierto, pero no voy a dejar que te quedes solo.



JIMMY
Corrí junto con Ánima introduciéndonos en el bosque.
-Se supone que soy yo el que debe protegerte…- Miré hacia atrás por si nos perseguían.
Solté su mano con suavidad cuando estuvimos alejados de los piratas volviendo a ser visible. Me senté sobre una roca frotándome la nuca.
-¿Estás bien?


ÁNIMA
-Claro que estoy bien, no me ha pasado nada, ¿pero tú? Se te ha caído el techo encima. –me acerqué a él y le miré la cabeza, por si tenía alguna brecha.
-Dios… todo ha sido culpa mía, no tenía ni idea de que alguien me seguía, Draco debe haberlos avisado, llevaban persiguiéndome desde que tengo doce años, ahora me han vuelto a encontrar... –por suerte James no tenía ninguna herida, era la primera vez que me preocupaba tanto por alguien que no fuera yo misma, posiblemente porque era el primero que no buscaba beneficio propio.



JIMMY
-Tranquila, no es la primera vez que se me cae un techo encima.- La miré y sonreí.
-No te preocupes por nada, no dejaré que esos piratas te atrapen.- No aparté la mirada de ella.
-Lo he prometido, y yo no rompo las promesas…- Esbocé media sonrisa y bajé la cabeza suspirando.
-Lo mejor es que te ponga a salvo, que te lleve lejos de este sitio…


ÁNIMA
Fruncí el ceño.
-Pero ha sido mi culpa que encontrasen tu cabaña, ahora está incendiada, sólo te causo problemas. –me agaché frente a él para mirarle.
-Si crees que debería ponerte a salvo e irme lejos de ti, dímelo, no te mereces estar en peligro por mí, buscaré a alguien más, de verdad, sólo dímelo.

JIMMY
La miré y sonreí.
-Creo que has inhalado demasiado humo.- Me reí levemente.
-No voy ha romper mi promesa. Te protegeré para que puedas seguir viviendo, eso es lo que deseas, ¿no?- Bajé la cabeza de nuevo.
-No he hecho cosas buenas, Ánima, y me arrepiento de haber hecho daño a la gente… gente inocente que solo quería vivir su vida al margen de lo que pensasen los demás y yo se lo arrebaté todo…- La volví a mirar.
-Ahora que puedo rectificar y ser perdonado por mis actos… no voy ha darte la espalda. Te ayudaré, te protegeré con mi vida para que puedas conseguir lo que más quieres…


ÁNIMA
Sonreí, verdaderamente ese chico era un verdadero sol.
-No creo que hayas hecho daño a nadie, James… Me salvaste la vida sin mirar si era amiga o enemiga, me has ofrecido tu ayuda sin pedir nada a cambio, estamos en peligro y han incendiado tu casa por mi culpa y lo único que piensas es en ayudarme… -negué con la cabeza.
-No puedo creerme que hayas hecho daño a nadie…


JIMMY
La miré serio y asentí lentamente.
-Pues créetelo… Me crearon para destruir, no para ayudar… es lo que en verdad enfurece a Draco…- Me llevé la mano al pecho.
-Dentro de mí… hay una criatura llena de oscuridad, destrucción y maldad… hace tres semanas, hice que esa criatura se despertase horrorizando a los soldados de Draco, incluido al propio Draco… soy incapaz de controlar mi fuerza y destruyo todo lo que se me pone por delante…- Suspire bajando la cabeza.
-No soy tan “bueno” como piensas, Ánima… no lo soy…- Dije machacando una hoja seca con mi pie.


ÁNIMA
-Para mí sí lo eres, no me has dado motivos para dudarlo, James, hasta que no me hagas daño a mí no opinaré lo contrario. –oí los gritos de aquellos tipos, cogí la mano de James y tiré con cuidado de él.
-Vamos, debemos irnos, buscaremos un lugar seguro hasta que podamos enfrentarnos a ellos. –tiré de él haciendo que nuestros cuerpos se volvieran invisibles otra vez, por si las moscas, y le guié por el bosque, aunque yo no lo conociese.
-Confío en ti. –dije y le miré, aunque no pudo verlo.



JIMMY
La seguí sin quitar ojo de encima a nuestras espaldas…
Seguimos caminando buscando un sitio seguro donde refugiarnos.
-Ánima, sé de un sitio que puede servirnos de refugio…- Paré para que ella también frenase.


ÁNIMA
Hice que nuestros cuerpos recuperasen la visibilidad para que pudiésemos vernos de nuevo.
-¿De verdad? –me coloqué el flequillo.
-¿Es seguro? Ya sabes… -le solté la mano sin brusquedad- Me refiero a si sabes a ciencia cierta si no hay nadie allí que pueda… querer matarme…



JIMMY
Sonreí y miré al cielo pensativo.
-No, tranquila, no querrán matarte, pero seguro que a mí si…- La miré.
-Ya lo comprenderás.- Sonreí de nuevo y me acerqué un paso más a ella.
-Bien… confías en mi, ¿no?

ÁNIMA
Asentí.
-Claro, no me has dado motivos para no hacerlo. –miré atrás, habían seguido nuestras huellas…
-Mierda… -le miré.
-Sea donde sea, vámonos ya.



JIMMY
Asentí y la agarré de la mano tele transportándonos a los dos a la Balck Hole.
Aparecimos en la bodega. Solté la mano de Ánima con suavidad.
-Pues ya estamos.- Sonreí y la miré.
-Estamos en una nave… es la nave de unos amigos míos. Tranquila, están algo locos, pero te caerán bien, sobre todo Kara.- Abrí la puerta de la bodega y salí junto con Ánima.



ÁNIMA
Salí junto con James, nunca había sido tele transportada y resultó ser algo mareante, así que mientras salíamos de la bodega donde nos habíamos tele transportado tuve que apoyarme en la pared. Miré alrededor, estábamos en una nave negra.
-Una nave… –eso quería decir que estábamos sobrevolando el cielo, nunca lo había hecho, quizá acabaría mareada, pero no dejé que cundiese el pánico. Le miré.
-¿Kara?


JIMMY
Sonreí y la miré asintiendo. La cogí de la mano, estaba algo mareada por la tele transportación.
-Si, es una buena amiga. Siempre se preocupa por mi y m trata muy bien… aunque está casada con un tipo al que no le caigo muy bien…- Subimos las escaleras y llegamos directamente al puesto de mandos, donde estaba Neo.
-Esto… ¿hola?

NEO
Estaba mirando el GPS cuando escuché una voz… una voz asquerosamente conocida.
Me giré lentamente cogiendo aire y me levanté. Me acerqué a paso ligero y estrellé mi puño contra su cara dura.
-¿¿Cómo se te ocurre volver?? ¡Y encima como si nada hubiese pasado! Tendría que matarte por desgraciado. ¡¿Qué quieres ahora?!


JIMMY
Neo me dio el recibimiento que yo esperaba. Caí al suelo de la fuerza con la que estrelló su puño en mi cara.
Sacudí la cabeza desorientado.
-Joder…- Me limpié la sangre del labio.
-Ánima, este es el tipo del que te hablaba.


ÁNIMA
Abrí los ojos ampliamente y me agaché al lado de James sin apartar la vista del tipo que acababa de darle un puñetazo.
-¿Es seguro quedarse aquí? –le pregunté ayudándole a incorporarse, le alejé del hombre, era muy grande y se notaba que tenía mucha fuerza. Negué con la cabeza.
-No vuelva a hacerlo.


JIMMY
-Si, tranquila, me lo merecía, hice algo que… bueno, te lo contaré más tarde…- Miré a Neo que me miraba desconcertado.
-Ánima, te presento a Neo. Es el piloto de la nave y como ves…no me tiene mucho cariño…

NEO
Fruncí el ceño y miré a James.
-¿¿Cariño?? ¿Después de lo que le has hecho a Jim?- Le agarré de la camiseta empotrándolo contra la pared.
-Debería tirarte por la borda y acabar con esto, ¿no crees?- Miré a la chica que había venido con James.
-¿Quién coño es esa niña? ¿Una amiga asesina como tú?

ÁNIMA
Fruncí el ceño.
-No soy una asesina, y James tampoco. –me acerqué y le miré.
-Suéltele, no le haga daño, por favor… -le miré a los ojos, no parecía que fuese a hacerle daño en serio, pero quería asegurarme.



JIMMY
Neo me soltó. Le miré con el ceño fruncido colocándome al lado de Ánima.
-Se llama Ánima, y es mi protegida, Neo… necesita un lugar donde esconderse, y se que aquí estará a salvo.- Suspiré.
-No te pido que me perdones, lo que he hecho se te puede atribuir, pero te pido que Ánima se pueda quedar aquí…



NEO
Me crucé de brazos y miré a La chica, después a James.
-Tú protegida…- Asentí y miré de nuevo a la chica.
-Tienes pinta de ser una chica lista, ¿cómo has acabado junto ha este esperpento?


ÁNIMA
-James es el único en este mundo que me ha rescatado sin mirar siquiera si era su amiga o no y me ha ofrecido su ayuda sin pedir nada a cambio, es muy buen chico y merece un respeto. –miré a James.
-James, si en esta nave todos te tratan mal, no quiero quedarme aquí.



JIMMY
Miré a Ánima y sonreí.
-Tranquila, son buena gente… lo que pasa es que...- Miré a Neo que nos contemplaba de manera rara.
Miré de nuevo a Ánima, clavando mis ojos en los suyos.
-Fui yo el que les trató mal… por eso me marché… te lo contaré más adelante, cuando te hayas instalado y esas cosas…- Miré a Neo de nuevo.
-¿Se que dará?


NEO
Suspiré y asentí.
-Está bien, pero no lo hago por ti, lo hago por ella.- Señalé a la chiquilla.
-Vamos, la llevaré a uno de los camarotes…- Les señalé que me siguiesen con la mano.
Les conduje hasta el final del pasillo, abrí la puerta del camarote y les dejé pasar.
-Ya está, este será su camarote. Las sábanas están limpias, ahí toallas y todo lo que necesite en el baño…- Asentí de nuevo y miré a James.
-Y tú, no te quitaré ojo de encima. Más te vale no cruzarte con Jim…- Salí del camarote y volví a mi puesto.



JIMMY
Cerré la puerta y miré a Ánima.
-Ya está, ¿ves? No son malos, te cuidarán muy bien.- Sonreí y posé una mano en su hombro mirándola.
-Esos piratas no volverán ha acercarse a ti, lo juro.


ÁNIMA
-Pero… ¿tú te irás? Pensé que NOS llevarías a un refugio, que te quedarías conmigo, me inspiras mucha confianza, ese hombre no… -le miré a los ojos.
-No lo haces… para librarte de mí, ¿verdad? –pregunté apenada, en el fondo sabía que le estaba causando problemas.


JIMMY
La miré… estaba triste… ¿triste por mí?
-Ánima…- Alcé mi mano con lentitud hasta su barbilla la cual alcé con mucha suavidad para que me mirase.
-En ningún momento he pensado en librarme de ti.- Sonreí sinceramente.
-Y si tú lo quieres, no me marcharé. ¿Qué clase de protector sería si me alejo de ti?

ÁNIMA
Sonreí, hacía muchísimo tiempo que no sonreía tan seguido, James verdaderamente me hacía sentir bien, ¿es a eso a lo que se refería mamá cuando decía que había gente agradable en el mundo? Ella tuvo suerte y encontró a papá, enamorándose de él, pero a mí me estaba resultando una tarea muy complicada el encontrar a alguien que me apreciase.
-Espero que esto no te suponga problemas, parece que has tenido conflictos aquí…

JIMMY
Sonreí tristemente.
-Y seguro que tendré más, pero no por ti…- Suspiré.
-Verás, antes yo estaba en esta nave, no llevaba mucho, pero decidí unirme a ellos y acabar con Draco con su ayuda…- La miré.
-Entre la tripulación, hay una chica a la que salvé del ataque de Drak. Ella me trató muy bien por haberla salvado y fue la primera que creyó en mí cuando la dije que no quería seguir bajo la servidumbre de Draco…- Me encogí de hombros.
-Debido a su afecto y a su cariño, yo… fui enamorándome de ella, pero ella está con otro chico que también en parte de la tripulación… la cuestión es que… hace tres semanas, me “declaré” a esa chica y la besé. Su novio nos pilló y… tuve que marcharme…- Desvié la mirada.
-Comprendí que esa chica no era para mi… que ella ya tenía a su “protector”, por llamarlo de alguna manera…- Sonreí tristemente mirándola.
-Por eso… Neo me ha golpeado en cuanto me ha visto… me odian por lo que hice…

ÁNIMA
Bajé la cabeza.
-No creo que las cosas estén bien así, tú no hiciste nada malo… Bueno, besar a una chica con novio… Pero tú la quieres, le has demostrado tus sentimientos y eso no es malo… -debía estar pasándolo mal…
-No te preocupes, te ayudaré a solucionarlo, no dejaré que te hagan daño.


JIMMY
Sonreí y asentí.
-Si, bueno, de eso ya nos encargaremos más adelante. Ahora lo que tienes que hacer es acomodarte y ponerte ropa más de tu estilo.- Sonreí y abrí el armario.
-No sé… debería haber algo por aquí… alguna camiseta o algo más femenino…

ERIKA
Me había enterado que James había vuelto a la nave… pero no había vuelto solo…
Llegué al camarote donde supuestamente estaba James con su acompañante a la cual vi delante de la puerta.
James estaba en el armario liándola parda… como no.
-¿Os puedo ayudar en algo?- Pregunté en voz alta para que James me escuchase.


JIMMY
Giré la cabeza hacia la puerta cuando escuché la voz de Erika… mi corazón se paró en seco cuando la vi…
-Erika… yo, no… esto…- Unas toallas se me cayeron encima.
-Mierda…- Me las aparté y la miré.
-Hola…- Sonreí algo avergonzado.



ERIKA
Sonreí y me acerqué hasta el.
-Hola, Jimmy.- Le ayudé a quitarse las toallas de la cabeza.
-¿Qué haces aquí?- Sonreí colocándole el flequillo que se le había alborotado por culpa de las toallas.

JIMMY
-Yo…- Me quedé paralizado cuando me tocó… solo habían pasado tres semanas y ya estaba otra vez como loco por besarla… encima estaba tan cerca.
Carraspeé y me alejé un par de pasos. Miré a Ánima que nos contemplaba algo extrañada.
-Erika, esta es Ánima.- Miré a Ánima.
-Ella es Erika.- Dije señalando a Erika con la mano.


ÁNIMA
Miré a la chica, por lo que parecía, era de la que me había hablado James, no paraba de tartamudear y estaba rojo. Bajé la cabeza presentándola mis respetos.
-Es un placer, Erika. –si era amiga de James, sería amiga mía.

ERIKA
Sonreí y la miré.
-Igualmente, Ánima.- Miré de nuevo a Jimmy.
-¿Se puede saber que estabas buscando dentro del armario?- Me crucé de brazos.
-Si buscabas ropa para Ánima, habérmelo dicho.- Miré de nuevo a Ánima.
-Ven conmigo, yo te prestaré algo.- Me medí con ella.
-Si… creo que tendremos la misma talla más o menos.- Miré a Jimmy.
-Te la robo un segundín.


JIMMY
Asentí y miré a Ánima.
-Ve con ella, es de fiar.- Sonreí guiñándola un ojo.
-Yo te espero aquí.- Me senté en la cama sin dejar de sonreírla.


ÁNIMA
Asentí y seguí a Erika, según James había “destrozado” su relación… La verdad es que sus ojos reflejaban tristeza aunque estaba sonriendo.
Me llevó a lo que supuse que era su cuarto, me iba a prestar ropa.
-No quiero ser una molestia…



ERIKA
La dejé pasar a mi cuarto y me acerqué al armario para prestarle alguna cosa.
-No, mujer, no es molestia.- Sonreí y dejé que se acercase.
-Elige lo que quieras, yo casi nunca me pongo esta ropa, así que, puedes coger lo que quieras, como si te quieres llevar el armario entero.- Me reí ligeramente.
-Oye, ¿cómo conociste a Jimmy?


ÁNIMA
-Me rescató cuando estaba inconsciente en el bosque, me dio comida, alojamiento y protección sin pedirme nada a cambio. –sonreí y miré la ropa que tenía en su armario, era una ropa muy bonita como para no querer ponérsela, eché un vistazo.


ERIKA
Me apoyé en la puerta del armario mientras ella rebuscaba.
-¿Cómo que sin pedir nada a cambio? ¿Tendría que pedirte algo a cambio por haberte salvado la vida? Hombre, creo que con un simple gracias basta, pero no se yo…- Me encogí de hombros.
-Cada cual tiene sus ideales.

ÁNIMA
La miré.
-Es la primera persona que no se aprovecha de mí, cuando pido protección a alguien siempre tengo que dar algo a cambio. Sin embargo, él no me pide nada, es más, fue él el que se ofreció a cuidar de mí. James es muy buena persona… -sonreí y seguí mirando la ropa que tenía. Ella no podía entender cómo me sentía yo, seguro que ella estaba acostumbrada a ese tipo de trato, tenía suerte.



ERIKA
Asentí y miré al suelo suspirando.
-Es demasiado bueno, lo que tiene de bueno lo tiene de tonto…- Negué con la cabeza y la miré.
-Siéntete afortunada de tener a un chico como Jimmy de amigo y protector. Yo me arrepiento de haber sido tan tonta como para dejar que se jodiesen las cosas…


ÁNIMA
La miré cuando había elegido al fin un vestido corto de color naranja, parecía cómodo.
-¿Qué quieres decir con eso? –James me había contado parte de la historia, pero no sabía que ella se arrepintiese de algo…



ERIKA
La miré sonriendo con algo de tristeza.
-Esto es lo que pasa cuando una quiere jugar a dos bandas… pierdes a las personas que quieres… - Suspiré.
-He perdido a mi novio y a mi mejor amigo por ser tan egoísta… por querer las dos cosas… siempre deseo lo que no puedo tener.- Me encogí de hombros.
-Supongo que esto es lo que me merezco.


ÁNIMA
La miré acercándome a ella.
-Pero… No tienes que sentirte mal… James sigue queriéndote mucho, él me lo ha dicho, a él no le vas a perder. Y en cuanto a tu novio… -me encogí de hombros.
-No lo conozco, pero si verdaderamente te quiere intentará arreglar las cosas y darte otra oportunidad, supongo… No sé exactamente cómo funciona eso, nunca he tenido a nadie, pero mi madre me contó muchas cosas, cree en mí, si te quiere luchará por ti, aunque no sea ya mismo, dale tiempo. –sonreí levemente, no quería ver caras tristes, siempre estaba rodeada de ellas.
-Estoy segura de que se arreglará, pareces una chica buena, y James te quiere mucho, no tienes de qué preocuparte.



ERIKA
-Ya…- Sonreí levemente. Ella lo pintaba muy fácil, pero no tenía ni idea de cómo funcionaban las cosas aquí… agradecía su intento de animarme, pero…
-Si quieres algún vestido más, puedes cogerlo, yo no me los pongo…- Suspiré y me acerqué a la puerta.
-Tengo que hacer un par de cosas, así que, vístete aquí si quieres.- Abrí.
-Hasta luego…- Salí cerrando la puerta.



ÁNIMA
No parecía que la había animado mucho, pero me faltaba aún para poder comprender al resto de la sociedad, aunque había visto como se comportaban los demás, me faltaban muchas cosas por vivir para poder entenderles.
Suspiré y busqué alguna ropa más, no podía estar con el mismo vestido siempre. Me hice con un par de camisetas, algún pantalón y otro vestido, después me cambié poniéndome el naranja.
Miré la túnica de James. Si él no la necesitaba me gustaría quedármela.



JIMMY
Mientras Ánima se vestía en el cuarto de Erika, yo decidí bajar a la sala de ordenadores para aclarar las cosas con Jim, sobre todo pedirle perdón y que perdonase a Erika…
Entré sin llamar, con decisión. No dejaría que la inseguridad me invadiera.
-Hola, Jim.


JIM
Giré la cabeza cuando oí la voz de James, ¿cómo se atrevía a volver? Volví la mirada a los ordenadores.
-No sé qué haces aquí, pero eres la última persona en el mundo a la que quiero ver, así que quiero que te largues, pero ya. –no tenía ganas de tener ningún tipo de trato con él, sólo me salían malas palabras.


JIMMY
Cerré la puerta y me acerqué.
-No pienso largarme. Y puedes reventarme la cara a puñetazos, que ni aún así me largaré.- Le miré, tenía una pinta horrible.
-Jim, quiero pedirte perdón, al menos disculparme. No te pido que vuelvas a confiar en mí, sé que será inútil. Tú y yo jamás podremos ser amigos, ya lo tengo afrontado desde que conocí a Erika, pero no puedes dejar de hablar así a Erika. A ella no, es solo una víctima, créeme cuando digo que Erika no quería besarme… yo la obligué, no la di escapatoria. Ella solo te tenía a ti en mente y eso me enfurecía cada vez más y deseaba hacerte daño…- Apreté los puños.
-Tienes que entender que dentro de mí aún existe crueldad, pero no en Erika. Está muy arrepentida de todo esto… habla con ella, te darás cuente de que no me equivoco.


JIM
-Si esto lo haces para inculparte o para inculpar a Erika no es necesario, sé lo que debo hacer, James, y tienes razón, no volveré a confiar más en ti, así que vete por donde has venido. –claro que hablaría con Erika, pero eso no era asunto suyo. Quería arreglarlo, pero no sabía si volvería a pasar algo como eso de nuevo, y entonces sí que no podría soportarlo, ya bastante mal me sentía como para que me lo volviesen a hacer.
Miré a James.
-Que te vayas, no quiero verte.


JIMMY
-Eres un puto gilipollas, Jim. No te mereces a Erika, eres un puto perdedor que lo único que sabe hacer es llorar y quejarse, que no ve la realidad. Solo ves lo que quieres.- Fruncí el ceño.
-Te mereces estar solo y morirás solo, arrepintiéndote toda tu maldita existencia. Das asco.- No entendí porque Jim se comportaba así, pero me daba igual, le estaba diciendo una gran verdad. Si seguía por ese camino se quedaría solo toda la vida.
-Erika no estará esperándote para siempre, Jim.


JIM
Me levanté, la silla se deslizó hacia atrás.
-Déjame en paz, James, non tienes ni puta idea, si no hubieses aparecido tú esto no habría pasado, te dije que te olvidases de Erika, que estaba conmigo, y sólo insististe hasta que pasó esto, no intentes hacerme sentir peor ahora, sé que tú has conseguido lo que querías, pero… -me giré, no sabía qué hacía hablando con él ni dándole explicaciones. Le miré con el ceño fruncido y me dirigí a la puerta apartándole de un empujón. Subí las escaleras y me dirigí al cuarto de Erika, pero cuando abrí, no estaba ella, sino una chica que no conocía justo delante de la puerta. Al abrir de golpe se asustó y retrocedió cayendo al suelo, ahora metían a todo el mundo en esta nave, no sabía ni cuanto tiempo llevaba allí.
Me dijo que si buscaba a Erika estaba fuera, me giré.



JIMMY
Jim asustó a Ánima cuando abrió la puerta.
Entré y me acerqué a ella ayudándola a levantarse del suelo.
-Tranquila, Ánima.- Dije mirándola.
-Vamos a tu cuarto…- La agarré de la mano y salimos del cuarto de Erika. Miré a Jim con el ceño fruncido cuando pasé por su lado. No tenía nada más que hablar con él, que se las apañase solo.


JIM
Había ido hasta allí en caliente, pero ahora que no tenía a Erika delante nada más abrir la puerta volvía a sentirme acojonado, sin saber lo que hacer. Quería mostrarme serio con ella cuando la viese, para que supiese que el daño que me había hecho era mucho, pero sabía que nada más verla iba a llorar de nuevo, como el maldito nenaza cobarde que era, hasta Neo me lo había dicho, no era capaz de enfrentarme al problema yo solo, y tenía miedo de cagarla.
Miré a lo largo del pasillo, tenía que encontrarla.



ERIKA
Iba de vuelta a mi cuarto después de ordenar un par de cosillas en el armero, cuando me encontré con Jim ante mi puerta. Me quedé quieta en el pasillo y le miré…
-…- Me acerqué para poder entrar en mi habitación.
-¿Me dejas pasar, por favor?- Dije en voz baja, casi ni se me oía.


JIM
Tragué saliva, ya la tenía al lado, me tocaba hablar, pero no me salían las palabras, simplemente me aparté, ni siquiera pude expresar el rostro que quería, era patético.
Cuando fue a cruzar la puerta fue cuando pude abrir la boca.
-¿Po…? –me aclaré la voz.
-¿Podemos hablar?


ERIKA
Me giré y le miré.
-Claro…- Me aparté para que pudiese entrar. Cerré la puerta, era una conversación privada y no me apetecía tener curiosos.
Me apoyé en la puerta y le miré.
-Dime.

JIM
No me atreví a mirarla directamente, seguramente la cosa no tenía arreglo, ya no por Erika, sino porque llegaba tarde. Alcé la cabeza y la miré, había estado otra vez comiendo poco…
-¿Puedes explicarme que pasó?


ERIKA
Le miré y me crucé de brazos.
-Llegas un poco tarde, ¿no crees?- Giré la cabeza hacia otro lado negando.
-Nada, no pasó nada de lo que tú piensas.- Le volví ha mirar.
-Ahora el que decide eres tú, si quieres creerme o no.


JIM
-Si ha pasado esto es por la confusión… No sé si lo que vi fue cierto o es que me estoy volviendo loco… Quizás no lo vi bien… Después de lo que me han estado hablando todos resulta que el malo de la película soy yo… como siempre… -bajé la cabeza.
-No sé cómo hago todo pero siempre la acabo cagando… -sentí que volvería a llorar, después de tres semanas sintiéndome traicionado por Erika el que la había cagado había vuelto a ser yo.
-No mereces todo esto, Erika, no mereces a un gilipollas que esté siempre haciéndote daño. –la miré.
-Será la última vez que te haga daño… -me dirigí a la puerta y posé la mano en el pomo, pero si quería salir necesitaba que se apartase.



ERIKA
Le miré mientras se acercaba a la puerta de la cual no me aparté.
-Eres el tío más gilipollas que he conocido en mi vida, un idiota celoso y un maldito bobalicón…- Mis ojos se llenaron de lágrimas.
-… pero aún así te quiero…- Aparté su mano del pomo con suavidad.
-¿Cómo piensas que voy ha traicionar al un chico así?


JIM
Bajé la cabeza rompiendo a llorar esta vez.
-Por eso precisamente… James es mucho más hombre, no es idiota, ni celoso, era de esperar que lo prefirieses a él que a mí, no hago más que causarte problemas y hacerte daño desde que me conoces, no merezco que me quieras… Soy un cobarde y un niñato, todos lo dicen y opino igual…

ERIKA
-Jim…- Le agarré de la cara para que me mirase.
-James puede tener muchas cualidades, ser todo un machote y demás, pero a él le faltan muchas cosas, pero que muchas cosas para llegar a tu altura. Cuando tú dices que eres un niñato, yo veo a un chico cariñoso, cuando crees que eres débil, yo digo que eres sensible y no eres un cobarde. Has tenido el valor de venir aquí y enfrentarte a los problemas.- Le miré limpiándole las lágrimas que le resbalaban por las mejillas con mis pulgares.
-Olvídate de James, yo no necesito un James en mi vida… te necesito a ti.


JIM
No tenía ni idea de qué decir, no quería volver a hacerla daño, pero ella misma me estaba diciendo que me necesitaba.
-¿Por qué ibas a necesitarme? Ni siquiera puedo protegerte, ya lo viste, conmigo sólo sufres… -apoyé mi frente en la suya cerrando los ojos
.


ERIKA
-¿Tengo que volver ha decírtelo?- Cerré los ojos aún con mis manos en su rostro.
-Te necesito porque te quiero. ¿No te basta con eso?- Abrí los ojos y le miré aunque él los tuviese cerrados. Me puse de puntillas y le di un suave beso en los labios.
-Te pido perdón por el daño que te he causado y por hacerte dudar… lo siento…


JIM
Sin abrir los ojos apoyé las manos en sus hombros.
-Yo… yo te pido perdón por haber dudado de ti y no haberte dado la oportunidad de explicarte… Soy un completo gilipollas y ni siquiera merezco tu perdón. –abrí los ojos y la miré.
-Perdóname…


ERIKA
-Está bien…- Asentí.
-Olvídalo ya.- Le miré y rodeé su cuello con mis brazos. Le abracé con fuerza cerrando los ojos.
Por suerte se había solucionado, como siempre…. era algo que en verdad me satisfacía, saber que aunque ocurran cosas malas y difíciles, siempre acabábamos perdonándonos.


JIM
La abracé con fuerza, esas tres semanas las había pasado intentando olvidarla y ahora el tenerla entre mis brazos era lo mejor que me podía pasar.
-Te quiero, Erika… Siento haber dudado de ti. posé mis labios en su pelo apretándola contra mí.


ERIKA
Suspiré apoyando la cabeza en su pecho aún con mis ojos cerrados.
-Yo también te quiero…-Rodeé su cintura con mis brazos buscando una mejor postura, ya que él era demasiado alto.
Acaricié su espalda con cariño mientras escuchaba los latidos de su corazón.



ÁNIMA
James me llevó a mi nuevo cuarto cuando aquel chico entró de repente en la habitación de Erika, supuse que si la buscaba con ese ímpetu sería su supuesto novio…
Miré a James, él estaba enamorado de aquella chica y debía resultarle muy duro estar ahí y no poder estar con ella.
-¿Estás bien, James?


JIMMY
Estaba sentado sobre la cama con los codos apoyados en mis rodillas y mi barbilla en las manos.
Esas tres semanas habían resultado ser un infierno sin Erika, solo pensando en ella, desde la mañana hasta la noche. Todo el día con ese dolor agudo en mi pecho.
La voz de Ánima hizo que volviese a la realidad.
Giré la cabeza y la miré.
-¿Qué?... si, si, estoy bien… no te preocupes.- Sonreí.


ÁNIMA
Me subí a la cama poniéndome de rodillas a su lado, le miré, su rostro estaba verdaderamente triste a pesar de sonreír.
-Sé que no puedo hacer nada para consolarte… Y lo siento, me gustaría ayudarte… -posé mi mano en su pelo, no sabía si me estaba tomando demasiadas confianzas, pero quería apoyarle.



JIMMY
Ladeé la cabeza para mirarla. Sonreí y negué levemente.
-Ya te he dicho que no te preocupes. Estoy bien, ya se me pasará.- Me fijé bien en ella, llevaba un vestido cortito de color naranja claro. Esbocé media sonrisa.
-Vaya, estás muy guapa.


ÁNIMA
Me sonrojé y desvié levemente la mirada apartando mi mano de su pelo.
-Gracias… He cogido un par más, Erika tiene una ropa muy bonita, no sé por qué no la usa… -le miré de reojo.
-La verdad es que he cogido lo más práctico, no quiero abusar de vosotros, y más estando aquí “de gorra”.



JIMMY
Sonreí y la miré alzando una ceja.
-Ánima, no estás de gorra. Ian si que está de gorra, que ya puede andar y todavía sigue en la nave…- La miré arrascándome la nuca.
-Bueno, no sabes quién es Ian, me imagino que ya le conocerás.- La señalé con el dedo.
-Pero OJO, es un ligón y un aprovechado. Más te vale no acercarte mucho a él.


ÁNIMA
Asentí esbozando una leve sonrisa.
-Me estaré atenta, intentaré que no me conquiste, aunque no me resultará difícil. –solté una pequeña risotada, entonces la puerta se abrió y una chica morena y menudita entró, miró a James y se cruzó de brazos. Le miré, no conocía a nadie de esta nave, pero él si la conocería.



JIMMY
Kara entró en el camarote de Ánima. Tenía cara de enfadada… me esperaba una buena.
-Hostias…- Miré a Ánima de reojo y después a Kara.
-Esto… ¿hola?- Sonreí falsamente.



KARA
Fruncí el ceño mirando a Jimmy.
-¿Hola? ¿Cómo que hola? ¿Te parece bonito decir hola tan tranquilamente cuando no eres capaz ni de decir adiós? Es la tercera vez que te vas sin avisar, vas a quedarte sin comer, rubio. –suspiré.
-Anda, ven aquí, idiota. –me acerqué y le achuché.



JIMMY
Suspiré aliviado, pensaba que con el mal genio que tenía Kara, sería capaz de carbonizarme la cara.
La abracé cuando ella empezó ha achucharme.
Sonreí y la miré.
-Se nota que me has echado de menos, ¿eh, cocinera?- Alcé las cejas agarrándola de la cintura pegándola a mí.
-Pues no sufras más, bombón, tu rubio semental ha vuelto.- Me reí y me aparté, me esperaba una buena tunda.



KARA
Sonreí y le di una torta, pero no fue fuerte, sólo de aviso.
-No te he echado de menos, pero sabes que me repatea que te vayas. –miré a la chica que tenía al lado, era una niña rubita muy mona, la nueva inquilina según me había contado Neo. Definitivamente, parecíamos una ONG de Acogida sin Fronteras.
Sonreí.
-¿No me presentas a tu amiga?


JIMMY
Sonreí y miré a Ánima.
-Claro.- Miré a Kara de nuevo.
-Es Ánima, la rescaté en el bosque y desde entonces soy su protector.- Me senté en la cama de nuevo.
La puerta se abrió de nuevo dejando pasar a un piojo rubio que corrió a toda mecha hasta mí y se subió encima de mis piernas espachurrándome con sus bracitos.



KAI JR
Jimmy había vuelto. Corrí hasta la última habitación y corrí hasta él subiéndome a sus piernas.
-¡¡Jimmy!!- Le abracé con fuerza.
-¡Has vuelto, has vuelto, has…!- Miré a la chica que estaba sentada al lado de Jimmy.
-Uy… no has venido solo.- Me senté en las piernas de Jimmy y mire a la chica.
-Hola, soy Kai Jr. ¿Tú eres la novia de Jimmy?


ÁNIMA
Justo cuando me presentó a la famosa Kara entró en la habitación un niño rubito a toda velocidad y abrazó a James, todos le llamaban Jimmy…
Abrí los ojos ampliamente cuando el niño preguntó si era novia de James.
-Eh… no, no soy su novia sólo soy su amiga… -al menos yo me consideraba su amiga ahora que él me protegía de manera desinteresada.


JIMMY
Me llevé la mano a la frente cuando Kai preguntó aquello.
-Oye niño, un poquito de educación, por Dios, que acabas de conocerla. No se le puede preguntar una cosa así a una chica que acabas de conocer…- Miré a Ánima.
-Niños…- Miré a Kara de nuevo.
-Como te decía, ella es Ánima. Una AMIGA.- Dije la última palabra mirando a Kai Jr.


ÁNIMA
Sonreí, era un niño muy rico, y parecía querer mucho a James. Le tendí la mano.
-Soy Ánima, su amiga. –solté una risotada mirando a James de reojo y estreché la mano del pequeño.

KARA
Acaricié el pelo del pequeño Kai.
-Este niño es el diablo, no te fíes mucho de él. –sonreí cuando Kai me miró.
-Eh, que es un Don Juan, es toodo un conquistador.


KAI JR
Miré a Ánima y la agarré de la mano.
-Encantado, preciosa.- La besé en la mano.
-Espero que la estancia en la Black Hole sea de su agrado.- Sonreí de nuevo.
-Te invitaría ha cenar esta noche, pero ya tengo una cita con Kara.


KARA
Fruncí el ceño mirando al niño.
-¿Cuándo me has invitado tú a una cena, niño? Yo tengo cosas mejor que hacer que tener una cita contigo. –dije dándole un toque en la nariz.
-Además, ¿a qué me ibas a invitar? La que cocina soy yo.


KAI JR
Miré a Kara.
-¿Me rechazas?- Me encogí de hombros y agarré de nuevo la mano de Ánima.
-Ya que Kara se lo quiere perder, ¿te apetece cenar conmigo a la luz de la luna?- Sonreí y volví a besarla en la mano.

JIMMY
Agarré al niño y le dejé en el suelo.
-Creo que va ha pasar, es demasiado mayor para ti.- Sonreí y le saqué la lengua.
-Además, Ánima cenará conmigo.- Miré a Ánima de reojo.



ÁNIMA
Me reí cuando el pequeño me besó la mano, era verdad que era todo un Don Juan. Antes de que pudiese responder, James se me adelantó y además dijo que cenaría conmigo, sonreí.
-Lo siento, pequeño, otro día será.


KAI JR
Miré a Jimmy y le saqué la lengua.
-Pues ala, cenaré solo.- Me giré con la cabeza bien alta.
-¿Por qué las chicas guapas acaban con los chicos más tontos? No lo entiendo.- Salí del cuarto pensándolo…

KARA
Me reí.
-Has hecho mal, Jimmy, te tendrá fichado. –sonreí y me levanté.
-Espera, hombrecito, yo cenaré contigo, te prepararé la cena que tú quieras. –les sonreí y cerré la puerta, esa chica era muy mona y puede que pudiese ayudar a curar el corazón roto de Jimmy.


ÁNIMA
Miré a James.
-Tienes unos amigos muy simpáticos, Kara parece que te cuida mucho, y el pequeño te tiene mucho cariño… ¿Ves por qué te digo que eres bueno? Te quieren más de lo que crees. –sonreí, estaba realmente contenta de estar allí con James.


JIMMY
Sonreí y asentí.
-Si, la verdad es que… todos los de esta nave son buenas personas. Me acogieron a pesar de haberles intentado asesinar en más de una ocasión…- Bajé la mirada al suelo.
-No sé ni porque me han perdonado…

ÁNIMA
Le cogí de la cara e hice que me mirase.
-Porque eres un sol, muy buena persona y… no sé qué más decirte que no sepas ya… -le coloqué el flequillo y sonreí.
-Además eres todo un rompecorazones. –sonreí soltando una pequeña risa.



JIMMY
La miré y apoyé la frente en su hombro agarrándola del brazo. Cerré los ojos con fuerza apretando los dientes. Sentí que mis lágrimas descendían por mis mejillas.
Llevaba aguantando tres semanas, tres semanas que habían sido infernales para mí…
-Lo siento, Ánima… no quiero que me veas así… y tampoco montarte estas escenitas…- Me aparté aún con la cabeza gacha.
-Lo siento, de verdad…

ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, no te disculpes, no tienes por qué. –me acerqué y le abracé, haciendo que apoyase su cabeza en mi hombro, le acaricié la nuca.
-Desahógate, es normal sentir dolor o tristeza, no tienes que disculparte por ello ni sentirte avergonzado tampoco, si quieres llorar, hazlo, y si necesitas cariño, sólo dímelo… -no le solté, sólo le conocía desde hacía un día, pero ya había cogido más confianza con él que con cualquier otra persona que hubiese conocido después de a mi madre.


JIMMY
Ánima me abrazó de nuevo. Cerré los ojos suspirando.
-Gracias…- Esbocé una leve sonrisa.
-No sé como apareciste en el bosque y porque, pero, me alegro de haberte encontrado…

ÁNIMA
Sonreí acariciando su nuca.
-Yo también me alegro de que me hayas encontrado… -cerré los ojos apoyando la cabeza en la suya.
-Tú quieres protegerme, ¿no? Protégeme, y yo cuidaré de ti. –le acaricié la espalda, era cálido y su contacto era muy agradable.



JIMMY
Abrí los ojos y la miré.
-Te dije que no quería nada a cambio…- Sonreí y me separé para poder mirarla.
-Lo único que quiero es protegerte, nada más…


ÁNIMA
-Está bien, pero yo quiero cuidarte. Eres un chico sensible en un momento duro y necesitas cariño, y yo puedo dártelo. –sonreí.
-No te preocupes, no es un intercambio, digamos que van a parte.

JIMMY
Sonreí y me levanté.
-Está bien…- Suspiré.
-Voy a ir ha darme una ducha, no tardaré mucho.- Me acerqué apoyando las manos a cada lado de su cintura y la besé en la mejilla. Me separé mirándola a los ojos y sonriendo.
-Esto va a parte.- Sonreí de nuevo.


ÁNIMA
Me sonrojé levemente y bajé la cabeza sonriendo cuando me besó en la mejilla. Alcé la mirada cuando se iba a dar una ducha.
-Lo de la cena… ¿Era en serio? ¿Vas a cenar conmigo? No es que sea nada especial, ayer también cenamos juntos, pero… -me encogí de hombros sonriendo.


JIMMY
Sonreí y la miré.
-Claro que va en serio. Yo nunca digo algo que no sea en serio.- Cogí una toalla.
-Me ducharé y traeré la cena aquí. Cenaremos los dos juntos, si tu quieres.

ÁNIMA
Asentí.
-Aquí te espero, no me moveré… Al no ser que el pequeño Romeo me rapte. –me reí y me senté bien en la cama, estaba cansada de mantenerme de rodillas.
Me despedí con la mano mientras salía. Cuando cerró la puerta suspiré y me llevé la mano al pecho.
-Ánima, sabes que no debes… -me susurré a mí misma.

2 comentarios:

  1. Iniciando cuenta atras para la histeria: 5, 4, NO ES JUSTO JIMMY ERA MIOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. JEJEJEJE, pues eso no es nada, si has entrado en histeria con este capi.... espera al próximo.... muahahahahahahaha XDDDD

    ResponderEliminar