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domingo, 27 de diciembre de 2009

Capitulo- LXXI- ALDEA HUMANA

NEO
Tardamos un días más en llagar a la Aldea de los Humanos… Aldea, en la cual me críe.
Descendí la nave en el hangar donde nos recibieron con un caluroso saludo ofreciéndonos alimentos y refugio, sobre todo a Kai, con eso de que era un rey todo el pueblo quería ser amable con él… incluidas las chavalitas más jóvenes… y las que no eran tan jovencitas.
El alcalde de la aldea nos ofreció acogida, pero nos negamos, ya que yo tenía una casa propia, y la verdad es que no era muy pequeña que digamos.
Todas las casas de la Aldea Humana eran grandes y espaciosas… menos mal que era un “País” pobre.
Conduje a Kai y a los demás hasta mi casa, que era la última de la Aldea. Era grande y tenía dos pisos.
-Bueno, bienvenidos a mi casa.- Dije abriendo la puerta. Entraron todos menos James y la chica nueva que se quedaron en la nave por petición suya.
-Poneros cómodos, yo voy a por Niky.


KARA
-¿Ni… ky? ¿Qué es eso? ¿Tu moto? –le pregunté mientras el resto entraba en la casa.
-Me voy contigo. –dije agarrándome a su brazo con fuerza.
-Quiero que me enseñes tu ciudad.


NEO
La miré y asentí.
-Está bien.- Miré a los demás.
-Estáis en vuestra casa, acomodaos, yo volveré en un segundo.- Sonreí y cerré la puerta marchándome con Kara.
-Voy ha presentarte a Nuky, ya verás como te gusta.- Caminé junto a ella atravesando la plaza llena de mercados y de gente.
Miré a las personas que caminaban a mi lado. Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y suspiré sonriendo levemente.
-¿Sabes? Echo de menos una vida normal…


KARA
Sonreí y me agarré de nuevo a su brazo para ir pegada a él.
-Sí, la verdad es que no vendría mal descansar aquí, parece un lugar muy tranquilo. –un balón aterrizó en mi cara, me llevé la mano a la nariz agachándome.
-Joder… -un niño llegó corriendo y cogió el balón pidiendo perdón, después se marchó.
-Y yo que quería un niño, se me han quitado las ganas del golpe…



NEO
La miré frunciendo el ceño.
-Espera… ¿has dicho que querías un niño?- Alcé una ceja… hijos… llevábamos un año casados y aún no había pensado en ello… la verdad es que aún era bastante pronto y Kara era joven como para pensar en críos.
-Olvídalo, no he dicho nada.- Sonreí y pasé mi brazo por sus hombros juntándola a mí.



KARA
Me froté la nariz.
-No... Tranquilo, si no iba en serio del todo... Es sólo que Kai Jr. es tan rico que me dan ganas de tener uno, pero no es del todo en serio, no tendré un hijo como él, eso está claro. –me reí.
-Estoy llena de defectos, lo mejor será que no tenga hijos, o mandarán un diluvio universal para acabar con la familia. –me volví a reír, aunque pensando en eso, menuda putada…



NEO
No dije nada, por una parte la entendía… aún era demasiado joven como plantearse ser madre, pero yo… ya iba camino de los treinta y uno…
Sonreí y la miré.
-Anda, vamos a por Niky, estará ansioso por verme de nuevo…


KARA
-Jo, ¿pero quién es Niky? No será… un… rollo gay, ¿no? No estoy en contra de los homosexuales, pero… Me resultaría algo incómodo, ya sabes. –sonreí y me reí.
-Va, cielo, ¿quién es Niky?


NEO
Asentí levemente.
-Bueno, se podría decir que es con el primero que estuve.- La miré y sonreí.
-Tranquila, te caerá muy bien, es muy cariñoso… aunque un poco vago, siempre tengo que hacérselo todo yo. No se mueve ni aunque cayese una bomba cerca de él…


KARA
Me separé de él con brusquedad.
-Vale, nene, te estás pasando, ¿qué clase de amigos tienes tú? Contesta, tienes muchos secretos para mí para ser tu mujer, ya estás cantando, ¿cuál es tu verdadero nombre? ¿¿Quién es ese Niky, eh??


NEO
La miré y negué con la cabeza.
-Anda que tú también, mira que pensar mal…- Suspiré y miré al frente cuando se abrió la puertecita de la casa a la cual nos dirigíamos.
Salió una ancianita con cara de buena persona. Sonreí y cuando estuve a su altura la abracé con cariño.
-Hola, abuela.- Sonreí y la miré.
-¿Qué tal estás? Mucho tiempo, ¿eh?- La anciana me miró con sus ojillos negros y sonrió.
-Neo, pero que guapo estás. La última vez que te vi eras un simple chiquillo.- La anciana se rió.
-Vengo a por Niky, ¿está aquí?- Miré la puerta.
-Siiii, ahí estás, bribón. ¡Ven aquí, grandullón!- Niky salió corriendo sobre sus peludas patas, con la lengua sacada y sus orejas empinadas hacia mí… bueno, no hacía mí, directamente… vale, pasó de mí olímpicamente.
Se tiró sobre Kara y empezó a lametearla el rostro.
-Bueno, Kara, te presentó s Niky.- Sonreí.
-No, no, tranquila, si solo es un San Bernardo de 85 kilos. Y a propósito, mi nombre sigue siendo Neo.



KARA
-¡¡Ahh!! –un perro se me tiró encima y caí al suelo con él encima lamiéndome por toda la cara, como pesaba el condenado, no podía con él.
-Neo, Neo, quítamelo de encima, por favor, me va a matar, y no soporto los perros, sabes que soy más de gatos. –me lamió toda la boca.
-¡Oh, por Dios! Qué asco, Neo, ayúdame…



NEO
Me reí y me acerqué agarrando a Niky del collar.
-Vamos, chico, así no se trata a una mujer. Normal que no ligues.-Niky se volvió contra mí y empezó a lamerme.
-Ohm, ¿ahora me haces caso?- Sonreí y le abracé haciendo que se pusiese sobre las patas traseras y las delanteras las apoyase en mi pecho.
-¡Peluche!- Le abracé, Niky ladró moviendo el rabo contento.
-Yo también te he echado de menos, peluche.- Me reí.



KARA
Me limpié la cara con las manos y le miré, era tan mono con el condenado del perro… Habría que verlo con un crío.
Me levanté cuando abrazó al perro.
-Jo, le abrazas con más cariño que a mí, se nota que le quieres un montón. –busqué el móvil entre mis bolsillos, necesitaba hacer una jodida foto.


NEO
Miré a Kara acariciando el peludo cuello de Niky que giraba la cabeza hacia atrás para poder ver a Kara.
-Es normal, Kara, a ti te veo todos los días a Nyky hace seis años que no le veo…- El perro se volvió ha mí y empezó a olisquearme la cara con su hocico húmedo.
Sonreí de nuevo y le miré.
-Si, yo también te quiero, peluche.


KARA
Le saqué unas tres fotos seguidas cuando pude activar la cámara.
-Jo… Joooo… qué monos sois, os voy a comer enteritos… le llama “peluche” –me mordí el labio sacando más fotos.



NEO
Sonreí y dejé que Niky volviese a apoyarse sobre sus cuatro patas.
-Le llamo así, porque de pequeño, cuando él aún era cachorro, pero más grande que yo, a la hora de dormir, siempre se venía a mi cuarto.- Me agaché y acaricié a Niky.
-Se tumbaba sobre el colchón y yo, sobre él. Desde entonces es como un peluche para mí.


KARA
-Qué mono… Yo lo máximo a un peluche que he tenido nunca ha sido una muñeca de trapo fea y mal cosida… -me reí y miré al perro, era muy cariñoso aunque fuese un bicharraco enorme.
-Qué cosita…


NEO
Me levanté y miré a Kara.
-Vamos a la playa.- Eché a correr seguido de Niky que empezó a ladrar y saltar de contento.
-Vamos, Kara, no te quedes atrás.- Sonreí y seguí corriendo, no iba muy rápido, de vez en cuando frenaba y esperaba a que Niky me alcanzase.



KARA
-¡Capullo, que llevo tacones! –me quité las botas, que llevaban tacón y para correr no eran buenas. Corrí detrás de ellos, pero eran más rápidos que yo y estaban más contentos, dejé que corriesen, mientras no les perdiera de vista la cosa no pintaba mal. Llevaba las botas en una mano y con la otra me agarraba el pantalón para que no se cayese, era patético…



NEO
Llegamos a la playa y lo primero que hice fue descalzarme y correr hacía la orilla, donde rompían las olas.
Niky se zambulló sin pensárselo salpicando agua y mojándome a mí.
Sonreí y empecé a juguetear con él como solía hacer de pequeño. Revolcándome sobre la arena, persiguiendo a Niky…



KARA
Sonreí mientras le veía jugar con su peluchillo, parecía más feliz que nunca sólo correteando con un perro por la playa.
Me senté viéndoles jugar, si Neo supiese de verdad la ilusión que me haría tener un mini-Neo corriendo con él por esa playa…
Sonreí cuando Niky se tiró sobre Neo haciéndole caer.
-Vaya, alguien más fuerte que tú.


NEO
Me reí cuando Niky me tiró al suelo subiéndose encima. Le abracé enrabietándole. Gruñó, pero yo sabía que o único que hacía era jugar, Niky nunca me había mordido.
Cuando logró soltarse empezó a correr en dirección a Kara.
-Oh, vaya.- Silbé para que Niky volviese conmigo, pero no me hizo caso.



KARA
-Oh, no… -retrocedí apoyando una mano en la arena.
-Quieto, perrito, a mí no, por favor, no, no… -se me tiró encima de nuevo, esta vez me cubrí la cara con los brazos, los cuales me dejó llenitos de babas.
-¡Socorro! ¡Me ahogo fuera del agua! –me reí y eché un vistazo, aprovechó para lamerme la nariz.
-¡Oh! –me la tapé, aliento de perro…


NEO
Me acerqué y agarré a Niky de nuevo del collar para apartarle de Kara.
-Ya está, ya está…- Me senté al lado de Kara haciendo que el perro se sentase también.
-Así es, buen chico.- Le acaricié el lomo mientras el jadeaba con la lengua sacada.
-Ya estamos mayores para estos trotes, ¿eh?- Niky se tumbó sobre la arena y bostezó.



KARA
Me limpié las babas como pude.
-¿Por qué me lame tanto? Ni que supiese a rosbif o algo por el estilo –miré al perro tumbado sobre la arena tan feliz.
-Y ahora está ahí tirado… -sonreí limpiándome la cara pasándome la camiseta sin quitármela.



NEO
-Niky ya está bastante mayor, y eso de correr, pues le cuesta lo suyo.- Sonreí acariciando la cabeza del perro.
-Te lame porque es muy cariñoso. Habrá percibido olor mío en ti y por eso ha reaccionado de esa manera.- La moré y sonreí.
-¿Nunca te he dicho lo sexy que estás cubierta de babas? Grrrr…


KARA
Le miré.
-Ag, Neo, por Dios… -me reí mirándole.
-Pues si te parece tan sexy, ven y bésame, oso. –me acerqué y le besé, seguro que notaba el sabor del perro en la boca.
-Mmm, rico, eh.



NEO
Sonreí y la miré alzando una ceja.
-Ay, Kara, llevo tragándome babas de perro desde los cinco años, estoy muy acostumbrado a ellas.- Me levanté.
-Volvamos a casa, está anocheciendo y seguro que los demás tendrán hambre.- Niky se levantó cuando yo lo hice.
-Ohm, por cierto. Hoy cocino yo.- Miré a Kara guiñándola un ojo.


KARA
Abrí los ojos ampliamente.
-Ahora sí que tengo miedo de morir joven. -me reí levantándome.
-Bueno, si me quitas la presión de hacer la comida, mejor, ¿no? –sonreí y le besé en la mejilla.
-Eres el mejor, oso.



NEO
Sonreí y la agarré de la mano mientras volvíamos a mi casa.
Las luces estaban encendidas y parece que no había alborotos.
Abrí la puerta. Todos estaban sentados en los sillones de la sala de estar. Sonreí y entré dejando que pasasen Kara y detrás Niky.
Cuando el pequeño Kai Jr. vio a Niky, corrió hasta ñe gritando de emoción.
Sonreí.
-Este es Niky.


KAI
Miré atrás cuando Neo entró con Kara y… un perro enorme. Kai corrió hacia él emocionado y empezó a achucharlo y a hacerle de todo.
-Bueno… como lo vea Saya… -susurré, si lo viese Saya acabaríamos quedándonoslo, era el tópico del niño aplicado en ella, encima tarándose d en bicho tan grande…


ERIKA
Neo llegó con Kara.
Un perrazo enorme entró también junto con ellos. Abrí los ojos como platos.
-Vaya mascotita, ¿no?- Miré a Neo.
-Claro, dueño enorme, pero aún más grande…- Suspiré y me reí.
-Neo, creo que debería haberte comprado un León o un caballo, total, solo se sacan un par de centímetros, ¿no?- Sonreí y vi que el perro empezaba a olfatearnos a todos.
Extendí la mano para acariciarle, pero el perro me la llenó de babas cuando la lamió.
-Toma ya, creo que no hace falta que me lave las manos para comer.


KARA
-Es muy cariñoso, pero es más baboso que un caracol… -me paseé por la sala, ese era el hogar de Neo, donde había pasado su vida antes de unirse a Kai, allí había pasado su dura infancia entre máquinas.
Miré a Kai Jr. junto a Niky, el perro era enorme y casi más alto que el propio niño, sonreí, y acaricié a Niky.
-Mira, Kai, es un perrito muy cariñoso, abrázale. –sonreí abrazando al perro por el cuello con cuidado de no hacerle daño.
-Está calentito. –me reí.



KAI JR
Abracé a Niky cuando se tumbó en el suelo.
-¡Qué guay! Es tan blandito como la cama que tengo en casa.- Me reí cuando el perrito me lamió la cara.
-Quiero dormir con él.- Miré a Papá y a Mamá.
-¡¿Puedo dormir con él?! ¡¿Puedo?! ¡¿Puedo?! ¡¿Puedo?!- Dije saltando de alegría.



KAI
Abrí los ojos como platos cuando el crío preguntó si podía dormir con el perro.
-¿Con el perro? ¿Vais a caber en la misma cama? Es casi más grande que tú… -suspiré.
-Que decida mamá, o sino dirás que soy un ogro y ella si te va a dejar. –sonreí.



SAYA
Miré al crío y después a Kai.
-¿Qué decida yo?...- Miré al niño y suspiré sonriendo.
-Por mi no hay problema, yo he dormido con un tigre desde que tengo memoria y ahora mismo comparto la cama con otra fiera, así que…- Me encogí de hombros mientras lo demás se echaban a reír cuando dije lo de la “fiera”.


KAI
Carraspeé echando la espalda contra el respaldo de la silla.
-Eso es un sí, nene, duerme con el perro si quieres. –miré al bicho, verdaderamente era un animal bien grandote, Kai sería capaz de subirse a su lomo y cabalgarle.
-Pero cuidado que no te aplaste mientras duermes.


KAI JR
-¡¡Si!!- Corrí de nuevo junto a Niky y me tumbé encima de él acariciando su pelo suave.
-Que chupy, voy ha dormir con Niky…- Miré a Papá.
-Oye, Papi, cuando volvamos a casa, quiero un perro igual que Niky. ¿Me regalarás uno?


KAI
Me rasqué la nuca.
-Eh... bueno, ya veremos, Kai, hasta que volvamos a casa falta mucho. –me acomodé en la silla, menuda lata iba a dar el perrillo de las narices.
-No es por meter prisa y tal, pero… ¿Se come aquí hoy? –recibiría una colleja por alguna parte, seguro.



KAI JR
Miré a Papá.
-¿Eso es un si?- Pasó de mi. Inflé los mofletes y me acerqué a Mamá sentándome en sus piernas. -Mami, tu si me regalarás un perrito, ¿verdad?- Jugueteé con uno de sus mechones.



SAYA
Le miré.
-¿Un perrito? ¿Quieres un perrito? ¿Les has preguntado a Papá?- Vi que asentía algo tristón. Eso significaba que le había dicho que no, o le había ignorado para salir del paso.
Miré de nuevo a mi hijo y sonreí.
-Pues claro que te regalaré un perrito, pero tiene que ser más pequeño que Niky, si no, no entraría en tu cuarto.- Sonreí de nuevo y le di un beso en la mejilla al nene.



KAI
-Le estás mimando. –dije apoyando la barbilla en mi mano apoyada en el pasamanos de la silla.
-Pero haz lo que quieras, diga lo que diga le comprarás un perro. –miré al caballo, seguro que iba olfateándonos a todos y alguna vez me lamería la mano.


NEO
Fui a hacer la cena después de preparar las habitaciones para lose demás. Las camas de la nave eran muy cómodas, pero nada comparadas a las camas hogareñas.
Saya y Erika pusieron la mesa mientras yo estaba liado en la cocina.
Nunca antes había cocinado en la nave, ya que Kara lo hacía, pero yo también tenía buena mano para la cocina.
Hice una sopa y un par de filetes para cada uno, me salieron en su punto y la sopa calentita y con li fideos bien blanditos. Me senté en la mesa y empecé a servir.
-Pues nada, que aproveche.


KARA
Sonreí y miré a Neo cómo servía la cena, eso lo hacía yo cada día y se me hacía raro verle a él, me sentía como vacía.
-Ay… déjame ayudarte, por favor… -me reí y, mientras él servía la sopa, yo servía la bebida, no me sentiría a gusto si no…
-Coméoslo todo o aquí rodarán cabezas, eh. –sonreí, sabía que por su bien iban a comerlo todo, aunque no era necesario decirlo, Neo cocinaba bien.



SAYA
Probé la sopa, estaba bastante buena. Miré a Neo y sonreí.
-Vaya, no sabía que fueses tan buen cocinero, pero…- Miré a Kara.
-Creo que tienes un adversario, Kara.- Negué con la cabeza.
-No, creo que Kara supera a Neo con creces.


NEO
Miré a Saya y retiré su plato.
-Tú por bocazas te quedas sin cena.- Sonreí y miré a Kai.
-¿Ves, Kai? No es tan difícil doblegarla.- Me reí levemente. Saya cogió el tenedor y lo clavó entre mi dedo índice y el corazón.
Abrí los ojos ampliamente y la miré.
-A-asesina.


SAYA
Neo me arrebató mi plato de sopa. Cogí el tenedor y se lo clave entre dedo y dedo.
-Nadie juega con mi cena.- Le miré entrecerrando los ojos.
-Devuélveme mi plato.- Neo me lo entregó y yo retiré el tenedor.
-¡Yupy!


KARA
Miré a Saya cuando casi deja manco a Neo.
-Jo… der… -me alejé de su silla, ya que estaba a mi lado.
-No quiero problemas contigo, eh, paz… -miré la sopa y la probé, miré a Neo con los ojos entrecerrados.
-Quieres hacerme competencia…



NEO
Miré a Kara.
-Pero si solo es una sopa y filetes, ¿¿qué competencia??- Me llevé la mano a la frente.
-Si lo llego ha saber no cocino, pido un par de pizzas y a tomar por culo…- Suspiré y tomé de mi sopa.


KARA
Miré la sopa y la revolví los fideos con la cuchara.
-Encima que te estaba alabando como cocinero… -
seguí comiéndome la sopa, para no cocinar casi nunca, el jodido no perdía el toque.



NEO
-¿Alguien tiene alguna queja más?- Miré a los demás.
-Bien.- Asentí al ver que no decían nada.
Terminamos de cenar, al parecer a todos les gustaron la cena, sinceramente…
Me senté en el sofá con Niky a mi lado, estaba tumbado a los pies del sofá con el pequeño Kai Jr. acariciándole la cabeza.


KAI
Después de la cena me senté con Neo en el sofá, miré a Kai con el perro, de verdad parecía que le gustaba mucho, aunque verle con ese bicharraco me recordaba a Tigre…
Miré a Neo.
-¿Crees que soy demasiado estricto?


NEO
Miré a Kai cuando me preguntó. Me encogí de hombros y miré al crío.
-No sé, tanto tú como Saya tenéis una manera distinta de educar a Kai Jr. Se podría decir que tú le aplicas lo que te enseñaron a ti de pequeño y con Saya, pasa lo mismo. Aunque la verdad es que si, comparado con su madre, eres algo estricto.- Miré de nuevo a Kai.
-Un perro no hace mal a nadie, al contrario, le daría más compañía al niño.


KAI
-Sí, ya lo sé… -suspiré.
-Pero ya viste lo que pasó con Tigre, no era un perro y cuando murió ya sabes lo mal que lo pasaron los dos, sé que es comprar un perro y el día que llegue… -me llevé la mano a la frente.
-Me complico la vida hasta más no poder.
–miré a Neo.
-¿Te llevarás al perro en la nave?



NEO
Negué.
-No, Niky es muy mayor para soportar un viaje en la nave. Si fuese más joven si le llevaría, pero creo que es mejor que se quede aquí. Además, no está solo, se encarga de cuidarle una mujer que era muy a miga de mi madre.- Sonreí y miré a Niky.
-Está en buenas manos.


KAI
Miré a Kai, seguro que suplicaría que nos lo llevásemos, al final le terminaría comprando un perro…
-Kai, si te compro un perro lo cuidarás bien, ¿verdad?



KAI JR
Miré a Papá y asentí sonriendo.
-Si, cuidaré de él muy bien, le daré de comer, le sacaré a pasear, jugaré con él, le daré cariños. Será mi mejor a migo.- Asentí con rapidez.
-Si, si, si, si...


KAI
Sonreí negando con la cabeza.
-Entonces por mí podemos regalarte uno cuando volvamos, pero seguirás jugando conmigo, ¿no? Porque si te compro un perrito y luego no me haces caso… -puse cara apenada.


KAI JR
-Qué, si, que si, también jugaré contigo, aunque siempre te la pasas con Mamá jugando en la cama…- Le miré arrascándome la cabeza.
Me senté en sus piernas y le abracé.
-Siii, jugaré contigo.


KAI
-Bueno, entonces te compraré un perro. –le besé en la mejilla y le acaricié el pelo, parecía estar muy contento con la idea de tener un perro.
Miré a Saya.
-¿Qué te parece? ¿Te apetece un perrito?



SAYA
Estaba sentada en el sofá que había en frente del de Kai.
Sonreí y les miré.
-¿Vas a comprarle un perrito, papi?- Alcé una ceja.
-Guao, estás borracho, ¿verdad?


KAI
La saqué la lengua.
-No estoy borracho, si he dicho que le voy a comprar un perro al niño se lo compraré, ¿veis como me tenéis tachado de ogro? –abracé a Kai.
-Ni que nunca le dejase hacer nada ni tener todos los caprichos que tiene…



KAI JR
Sonreí y miré Niky que se levantó. Me miró y me ladró.
-Mira, Niky quiere jugar conmigo.- Me reí y me bajé de las piernas de Papá abrazando a Niky tumbándome sobre él de nuevo.
-Que suave…- Sonreí cerrando los ojos.


SAYA
Sonreí y me acerqué a Kai sentándose de lado sobre si piernas. Rodeé su cuello con mis brazos.
-Hola, ogro.- Sonreí de nuevo.
-¿A mi también me darás los caprichos que quiera?- Pregunté dándole besos suaves por su rostro.



KAI
No hacía nada que me había echado la bronca por darla besos en público y ahora era ella la que me besuqueaba teniendo a Neo al lado.
-Mmm, no sé, tus caprichos son más difíciles de conseguir, ¿te portarás bien?



SAYA
Apoyé la cabeza en su hombro cerrando los ojos.
-Pues claro que me portaré bien, ya lo sabes. Pero no puedo evitar ser traviesa.- Sonreí encogiendo las piernas en el sofá aún sentada encima de Kai.
-Pero me esforzaré por portarme bien contigo.- Le di un besos en el cuello.



KAI
-Eso está bien… -cerré los ojos y acaricié su brazo, a ver qué caprichos me pedía, conociéndola era relacionado conmigo y con el sexo…
Se me hizo raro no ver a James jugando con Kai, no sabía por qué se había quedado en la nave con esa chica…



JIMMY
Me quedé en la nave junto con Ánima mientras los demás iban a casa de Neo.
Me había quedado, ya que a Neo no le hacía ni puta gracia que yo entrase en su casita de campo y Ánima se quedó conmigo, ya que no quería separarse de mí.
Estaba en la cocina, preparando unos sándwiches para cenar. Kara me había dejado algo para cenar, ya que pasarían lo noche fuera.


ÁNIMA
Entré en la cocina después de darme una ducha, esa noche hacía fresco, así que me puse la capa de Jimmy sobre la ropa que llevaba puesta, era cálida.
Sonreí al ver a Jimmy preparando la cena y me senté en una de las sillas mirándole.
-Esto está muy silencioso, ¿no crees?



JIMMY
Miré a Ánima cuando entró en la cocina.
-Si, es normal, los demás se han ido a casa de Neo. Somos los único en la nave.- Sonreí y la entregué un sándwich.
-Pero no te preocupes, preciosa, yo cuidaré de ti.- Me senté a su lado aún sonriendo.



ÁNIMA
Sonreí y miré al sándwich.
-Me siento muy segura a tu lado estemos donde estemos. –le miré sonriendo y empecé a comerme mi cena. Le miré de reojo mientras comía.
-Creo… que puedo contarte mi secreto, confío en ti, no se lo contarás a nadie, ¿verdad?



JIMMY
La miré frunciendo el ceño algo extrañado.
-¿Secreto?... claro, puedes contármelo, no pienso decírselo a nadie si tu no quieres.- Asentí dejando mi sándwich en la mesa para prestarla atención.
-Dime.


ÁNIMA
Dejé mi comida en la mesa y le miré, era la primera vez que se lo contaba a alguien por propia voluntad y estaba algo asustada, no sabía cómo iba a reaccionar.
-Mi raza es una de las más antiguas, por no decir que es la primera derivación de otra. Primero fueron los cuatro elementos: Fuego, Agua, Tierra y Aire, y su contra elemento la Sombra. Antes de salir el Hielo, el Rayo u otros elementos que derivan de los cuatro primeros, los Fantasma salieron de los Sombra. Desde el principio de los tiempos, los Fantasma han sido muy poderosos, por lo que, una vez instaurada la normativa y existiendo ya más de diez elementos derivados, decidieron extinguir nuestra raza, por miedo a que algún día nos revelásemos, aunque eso nunca llegara a pasar. –miré al suelo, esa historia no me gustaba nada.
-Mataron a casi todos, a penas quedó una decena que consiguió sobrevivir, y a lo largo de los años los iban asesinando. A partir de ello nuestra raza sólo se basa en intentar resurgir y volver a formar un gran clan, como lo era antes, no queremos desaparecer. Por lo que… nuestro cometido en la vida es buscar a los demás de nuestra raza y… perpetuar la especie. Sé que suena frío, pero es lo que todos buscamos, el poder resurgir de nuevo, y por eso quiero mantenerme viva, tengo una misión que sé que debo y quiero cumplir, si me matan habré fallado y… es lo que están haciendo, matar a todos los Fantasmas, aún no me he encontrado con nadie, sólo conocí a mi madre, que murió cuando yo tenía diez años y a mi hermano mayor, que con catorce se marchó de casa para cumplir su misión, y no sé dónde está… -le miré con los ojos empañados en lágrimas.
-No puedo morir por ellos, por eso necesito tu ayuda…


JIMMY
Bajé la mirada al suelo cuando terminó de contarme su misión…
-Entiendo… necesitas mi ayuda para seguir viva, mi protección, y te la daré, ya que te prometí que te protegería con mi vida, pero…- La miré de nuevo.
-…dices que tu misión es encontrar a otro como tu para poder perpetuar y volver a resurgir tu especie… eso quiere decir que…- Desvié la mirada de nuevo.
-…que… jamás podrás estar con nadie más que no sea de tu misma especie, ¿verdad?- Mantuve la mirada en la mesa… me aterraba que la respuesta fuese “si”… ahora que por fin había encontrado a alguien que me llenaba y sentía el deber de protegerla… resultaba que jamás podría tener una relación con un chico que no fuese de su misma raza…



ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, no exactamente, Jimmy. –le miré, parecía algo afligido.
-Lo que quiero decir, es que por muy joven que sea, aunque tenga sólo dieciséis años, en cuanto encuentre a un chico Fantasma, voy a intentar tener hijos, sea él o no sea mi pareja, y sabrá que será así, incluso puede que él ya haya tenido hijos o tenga novia, es nuestro deber. La única forma de que yo pueda estar con el chico que quiera… es que me proteja y sepa aceptar que sólo tendré hijos que no sean suyos… -hacía tiempo que estaba preparada para tener hijos, pero aún me tenía que hacer a la idea de que posiblemente nunca podría estar con el que yo eligiese…



JIMMY
Me levanté de la silla y la miré negando.
-No lo veo justo, Ánima. Tener hijos con una persona a la que ni siquiera quieres no es…- Negué de nuevo llevándome las manos a la frente.
-No… los hijos son frutos del amor, no…- Suspiré.
-No estoy de acuerdo con tus ideales, lo siento…


ÁNIMA
Bajé la cabeza con los ojos encharcados en lágrimas, jamás estaría con alguien que yo quisiese, tendría que ser como madre me explicó, mismamente, sin involucrar a Jimmy en esto ya estaba alarmado.
-Nadie lo está… -dejé caer una lágrima.
-Tranquilo, no contaba con que lo respetases, nadie lo hace, no tienes por qué pensar diferente. –me levanté y salí de la cocina, podría haberlo retrasado, quizá así habría obtenido la confianza de Jimmy, pero había vuelto a meter la pata, le había perdido como amigo y con ello las posibilidades de estar con él.




JIMMY
Suspiré y miré la puerta después de que Ánima se marchase.
-Soy un imbécil…- Salí de la cocina rápidamente.
-¡Ánima!... espera…- La agarré de la mano para que se girase cuando la alcancé.
-Lo siento, Ánima, yo…no soy nadie para decirte esas cosas, es tu elección y supongo, no, estoy seguro que si yo estuviese en tu misma situación haría lo mismo que tú…- Suspiré negando y la miré.
-Perdóname…- La agarré de la cara limpiándola las lágrimas que se le deslizaban por sus mejillas.
-Cuidaré de ti y te protegeré para que puedas llevar a cabo tu misión, te lo juro.- Sonreí.



ÁNIMA
Bajé la cabeza, él seguiría protegiéndome, pero de nuevo tendría que vivir con el dolor de que no podría estar con él por culpa de mi misión, pero no iba a renunciar a ella, mi raza debía renacer y yo era una ficha clave para hacerlo realidad.
Le cogí de las manos dejando deslizar más lágrimas, no podía dejar que supiese que me sentía atraída por él, eso lo separaría de mí definitivamente.
-Gracias… y siento habértelo dicho, quizá hubiese sido todo más fácil si no supieses nada de esto.



JIMMY
Negué.
-No, me alegro de que me lo hallas contado, de verdad, eso me hace sentir bien, el saber que confías en mí…- Sonreí y asentí mirándola. La agarré de la barbilla para que me mirase. Sus hermosos ojos estaban llenos de lágrimas tristes, pero aún así no había perdido su belleza.
Acaricié su mejilla con mi otra mano…
Ánima me estaba gustando cada vez más, no solo gustándome… ella sería capaz de borrar los recuerdo de Erika de mi mente… por eso me afectaba tanto lo que me había contado…



ÁNIMA
Suspiré, Jimmy era mucho mejor de lo que esperaba, me iba a resultar realmente complicado intentar olvidarme de quererle, cada acto, cada gesto, cada cosa que hacía provocaba que me atrajese y gustara más.
-No sé cómo puedo agradecerte todo lo que haces por mí… -suspiré y le abracé.



JIMMY
Rodeé sus hombros con mis brazos acariciándola la nuca y la espalda.
-…no quiero nada, no hace falta que me agradezcas nada…- Suspiré bajando la cabeza hasta que mis labios se posaron en su cabeza. Ladeé la cabeza apoyando la mejilla.



ÁNIMA
Realmente me sentía bien con Jimmy a mi lado, teniéndome entre sus brazos y ofreciéndome su apoyo y protección, ya no sólo de los demás, sino de lo malo y de mí misma, él estaba cambiando mi vida de forma radical, y se lo agradecería toda la vida.



NEO
Me levanté temprano, había dormido como un bendito en mi cama de siempre, echaba de menos el dormir en mi casa…
Preparé el desayuno para que cuando se levantasen los demás ya lo tuviesen listo.
Yo me preparé un café bien cargadito.
Me acerqué a la ventana del cuarto de estar y miré el exterior.
Mi casa daba directamente a la plaza, un lugar lleno de actividad y de gente. Los tenderos ya estaban montando los mercados y las madre acompañaban a los críos al colegio… ver un poco de paz en seis años me daba tranquilidad y felicidad.



KARA
Me levanté y me di una pequeña ducha antes de bajar, no había nadie despierto salvo Neo y posiblemente su “perrito”.
Bajé las escaleras, la casa de Neo era verdaderamente una belleza, después de acabar definitivamente con Draco y cerciorarnos de que no volvería a molestar, me vendría con él a vivir aquí, eso era seguro, era un lugar muy tranquilo para vivir.
Sonreí cuando le vi asomado a la ventana, me acerqué lentamente y rodeé su cintura con mis brazos, posando mis labios entre sus omoplatos.
-Buenos días, grandullón.



NEO
Kara se despertó antes que los demás. Sonreí cuando me abrazó.
-Hola, princesa.- La agarré de la cintura para acercarla a mí y la abracé.
-¿Has dormido bien? La cama es enorme habrás tenido tu propio espacio, ¿eh?- Me reí y la besé en el cuello.


KARA
Sonreí.
-Quiero vivir aquí, es un sitio precioso, tranquilo y estás tú… Este sitio es perfecto. –le besé agarrándole de la cara.
-¿No te gustaría retirarte aquí cuando acabe todo? Es… como nuestro paraíso. –sonreí.



NEO
La miré y sonreí.
-Oh, si, nuestro paraíso…- Miré de nuevo por la ventana.
-Me gustaría mucho que viniese ha vivir conmigo, aunque…- Me mordí el labio pensativo.
-Kara…- La miré.
-… antes de decidir algo precipitado… bueno, ya estamos casados así que… a lo que voy es… voy camino de los treinta y uno y tu aún eres joven… quiero decir que… ¿es esto lo que quieres?


KARA
Fruncí el ceño mirándole.
-No… no entiendo, Neo, ¿qué quieres decir con eso? Claro que es esto lo que quiero, ¿cómo no voy a querer estar contigo? Me… me he casado contigo porque te quiero y quiero estar contigo, que sea más joven no quiere decir que quiera estar por ahí… yo que se de fiesta todo el día, yo quiero estar contigo, ¿por qué me preguntas esto?


NEO
Negué con la cabeza y la miré.
-Por nada.- Sonreí y le besé en la frente.
-Si en verdad es lo que quieres, está bien.- La abracé con más fuerza contra mi pecho.
-Yo también te quiero y quiero que vengas a vivir conmigo, tú y Sein.


KARA
Sonreí y le abracé.
-Bueno, podríamos omitirle de nuestros planes, es un plasta. –me reí.
-Seguro que le encantará venir a vivir contigo, te tiene como un modelo a seguir. –le acaricié la espalda con la yema de los dedos.
-Neo… ¿De verdad piensas que aún no soy madura? –le miré.
-Creo que te he dado motivos para demostrarte que ya lo soy…


NEO
La miré cuando me dijo eso.
-Kara, yo no pienso que no seas madura. Eres una mujer adulta y me gusta como eres, el que me preocupo soy yo mismo, pero…- Me encogí de hombros.
-No me hagas caso, son cosas pasajeras.- Sonreí.
-Lo único que quiero ahora es que seas feliz y estés bien.


KARA
Suspiré.
-Yo soy feliz con tal de estar a tu lado, mi vida… -apoyé la frente en su pecho y le besé hundiendo mis dedos en su espalda.
-Dime qué haría yo sin mi oso…


NEO
Sonreí y la miré.
-No lo sé, pero de lo que estoy seguro es que yo no viviría sin ti.- La besé en la frente de nuevo rodeando sus hombros con mis brazos.
Seguí mirando por la ventana con Kara entre mis brazos… me quedaba totalmente claro que Kara y yo no teníamos las mismas visiones para el futuro.


KAI
Me desperté con Saya entre mis brazos, la cama era bastante cómoda y habíamos caído rendidos, la casa de Neo era muy tranquila, la Black Hole era similar, pero su casa era más confortable.
Sonreí y besé a Saya en la nuca, la solté con cuidado para que no se despertase y salí de la cama quitándome el pantalón del pijama para vestirme.


SAYA
Sentí que Kai salía de la cama dejándome sola. Me giré estirándome sobre el colchón. Abrí los ojos y le miré agarrando las sábanas.
-¿Ya te vas? ¿Me dejas solita en esta enorme cama?- Sonreí encogiéndome en la cama.



KAI
Sonreí mirándola mientras me ponía una camisa negra. Me acerqué y apoyé mis manos en la cama y la besé en el cuello con suavidad.
-Esta cama es muy cómoda, pretendía dejarte dormir hasta que te hartaras de estar en una cama tan grande.



SAYA
Le rodeé el cuello con mis brazos haciendo que se inclinase hacia mí aún más.
-Nooo, a mi me gustan las camas pequeñas, estrechitas en la cual pueda estar muy pegadita a ti.- Sonreí besándole en el cuello.



KAI
Me tumbé sobre ella y la besé en los labios repetidamente, me separé dejando de distancia nuestras narices.
-¿Sabes qué? Me parece que me voy a quedar un ratito más, nadie me espera. –la volví a besar estrechándola contra mí.



SAYA
Sonreí acariciándole le nuca con mi manos.
-Me parece bien.- Me acerqué para besarle, pero en ese momento entró Kai Jr. gritando y corriendo hacia nosotros. Se subió a la espalda de su padre aplastándome a mí.
-No, ¡ay! Me estáis aplastando…


KAI
-Joder, Kai. –me levanté de encima de Saya haciendo que Kai volcase en un lado de la cama.
-No seas bruto. –me coloqué la chaqueta.
-Torbellino, calma, ¿a dónde vas tan deprisa?



KAI JR
Me reí y miré a Papá señalándole con el dedo.
-Je, je, je, je… estabas dándote besitos con Mamá…- Me reí de nuevo rodando sobre el colchón.
-Os estabais besando, os estabais besando, os estabais besando…- Canturreé si dejar de roda y reír.



KAI
Alcé las cejas, con el asco que le daba que lo hiciésemos y ahora parecía que le gustaba y todo.
-Sí… Nos estábamos besando. –le agarré.
-Sé que tienes envidia… -empecé a besarle por la mejilla haciéndole cosquillas para rabiarle.



KAI JR
-¡Nooooo! ¡Papaaaaaá! ¡Dejameeee, yo no quiero besooooos!- Me tapé la cara con la sábana riéndome por las cosquillas que me hacía Papi.
-¡Para, malvado!- Me retorcí de la risa.
-¡Vale, me voy, me voy, pero deja de hacerme cosquillas!


KAI
Le solté y me senté apoyando las manos a cada lado de mi cintura.
-Vaya, pensaba que tú también querías mis besitos… ¿o es que quieres que te los de Mami? –la agarré contra mí.
-Pues es mía.


KAI JR
Me crucé de brazos.
-Eres un egoísta, Mamá también es mía y me gustan mucho sus besos.- Torcí el morro.
-Yo quiero a mi Mamá.- Me abracé al brazo de mi Mami.



SAYA
Miré a Kai Jr. y sonreí.
-Ven aquí, rubio mío.- Le agarré y le senté entre mis piernas haciendo que apoyase la cabeza en mi pecho. Le revolví el pelo con cariño cuando me abrazó.
-Vamos, Papi, deja que mime al nene, más tarde dejaré que te aproveches de mí como gustes.- Sonreí mirando a Kai.


KAI
Puse los ojos en blanco sonriendo.
-Te la dejo un rato, pero más te vale devolvérmela… -le fulminé con la mirada y sonreí.
-Voy a por algo de desayunar. –me levanté colocándome la camisa y salí.



SAYA
Sonreí y abracé al crío contra mí dándole besos en la mejilla y acariciándole el pelo.
Hacía mucho tiempo que no mimaba así a mi piojito, me hacía muy feliz estar con él… era una maravilla ser madre.


KAI
Bajé a la cocina, no sin cruzarme con Kara, por suerte había preparado tostadas y café, así que preparé una bandeja para Saya y para mí y Kara hizo un cola-cao para el niño.
Subí al cuarto y les vi achuchándose, sonreí.
-Qué bien, como os queréis.



KAI JR
-¡Papá!- Sonreí sin dejar de abrazar a Mami. Me puse de pie en la cama mientras Mamá me agarraba para no caerme.
-Mami sigue siendo mía.- Le saqué la lengua y miré a Mamá.
-Yo también te puedo dar un beso, Mami.-
Me acerqué y la di un besito muy pequeño en la los labios. Me reí tumbándome de nuevo junto a Mamá.


KAI
-Pero bueno… -me acerqué con la bandeja.
-Mamá será toda tuya, pero sus labios son míos y sólo míos. –le volví a hacer cosquillas y cogí una taza de café.
-Te he traído el desayuno porque me caes bien, pero como sigas acaparando a mamá mucho rato me parece que me voy a quedar el Cola-cao que con tanto amor te ha preparado Kara.


KAI JR
Le miré frunciendo el ceño.
-Jooo, eso no es justo, Mamá también es mía, no puedes hacer eso…- Me crucé de brazos.
-Pues quédate con el cola-cao de Kara, yo me quedo con Mamá.- Abracé de nuevo a Mamá.



KAI
-Bueno, pues tómate el Cola-cao, porque Mami en estos momentos no es de nadie.- Miré al crío y después a Kai.
-Me voy a la ducha.- Me levanté apartando las sábanas. Me metí en el baño y me desnudé tapándome con una toalla. Abrí la puerta y asomé la cabeza.
-Ohm, ahora que estáis sin mí, podéis daros mimos mutuamente.- Les guiñé un ojo y volví a entrar en el baño entornando la puerta.



SAYA
Miré a Kai y le saqué la lengua.
-Ahora te quedas sin mami. Y no te voy a dar mimos porque no quieres mi besos… -di otro sorbo a mi café mirándole de reojo.


KAI JR
Miré a Papá y le saqué la lengua. Agarré mi cola-cao y me lo bebí de un sorbo tirándome un eructo después.
-Que rico estaba.- Me relamí los labios dejando la taza en la bandeja. Me tumbé en la cama rascándome la tripita.



KAI
Bajé la cabeza.
-Voy a ignorar todas las guarrerías que hacéis tu madre y tú o me estresaré. –le miré y dejé la taza en la bandeja.
-Kai, ¿ya no me quieres? –pregunté con tono tristón.



KAI JR
Me senté y miré a Papá.
-Si que te quiero, ¿por qué me preguntas eso? Eres mi Papá y te quiero.- Me rasqué la cabeza.
-Sería muy feo que un niño no quisiese a su Papá.- Sonreí y cogí una galleta.



KAI
-Ah, bueno, entonces me quedo más tranquilo… -sonreí y le revolví el pelo, miré la puerta y volví a mirar a Kai.
-Kai, ¿te gusta más que Mamá y Papá estén juntos o como antes? –me senté detrás de él y le coloqué entre mis piernas.


KAI JR
Miré a Papá.
-Pues… quiero que estéis juntos, antes, Mamá lo único que hacía era llorar y llorar. Ahora está siempre contenta y tú también. Sonreís y os dais besos, aún que a mi no me guste verlos…- Sonreí.
-¿Mamá volverá a casa cuando los malos se vayan?


KAI
Sonreí con él.
-Claro que sí, hijo, volveremos los tres juntos como una familia normal. –le abracé.
-Pero mamá sigue siendo mía. –dije cerca de su oído y le volví a hacer cosquillas.



KAI JR
-¡Nooo! Mamá es más mía que tuya, ladrón.- Me reí y me levanté de la cama. Corrí al baño y entré cerrando la puerta para que Papá no entrase.
-¡Hola, Mamá!- Sonreí, Mamá ya había salido del baño.



SAYA
Ya había salido de la ducha y me estaba secando las piernas con la toalla cuando entró Kai Jr. Por el alboroto, ya había discutido con su padre. Sonreí y le miré.
-Pero bueno, ¿tanto me echabas de menos que no has podido esperar a que terminase de ducharme?- Me puse la camiseta limpia y la ropa interior.
-Anda, vamos fuera, terminaré de vestirme en la cama.- Sonreí de nuevo cogiéndole en brazos.


KAI
Me eché sobre la cama mirando boca abajo a Saya mientras salía de la ducha con el niño en brazos. Sonreí y la silbé.
-Uy, si no tuvieses el crío en brazos lo que te hacía. –sonreí y me senté en la cama.



KAI JR
Miré a Papá sacándole la lengua de nuevo.
-Pues te aguantas, porque ahora la tengo yo.- Canturreé abrazando a Mami.
-¡Que fresquita estás!- Sonreí y la besé en la mejilla.
-Mami es mía, mía, míiiiiia….


KAI
Me levanté de golpe y me coloqué de un paso frente a Saya.
-Hola, mami. –la besé posando una mano en su espalda, a Kai le daba asco verlo, pero me daba igual.
-¿Por qué no dejas al churumbele y te vienes conmigo? –esbocé media sonrisa clavando mi mirada en ella.



SAYA
Abrí los ojos con amplitud cuando Kai me besó tan de repente, como no, el crío asqueó y se bajó de mis brazos como alma que lleva el diablo.
Miré a Kai cuando se apartó y me miró… de esa manera…
-Esto…


KAI JR
-¡Puaj!- Papá besó a Mamá delante de mí.
-¡Que asco!- Me bajé de los brazos de Mamá con rapidez cruzándome de brazos.
-Si os ponéis mimosos yo me voy…- Miré a Papá.
-Esta vez me has ganado, no tendrás tanta suerte la próxima.- Me fui corriendo antes de que se pusiesen a besarse de nuevo… puaj.



KAI
Me reí cuando el niño salió corriendo asqueado. Miré de nuevo a Saya y posé las manos en ambos cachetes del culo mirándola de cerca.
-Mmm… con que eres de Kai, ¿eh? Yo prefiero que seas mía, la verdad… -la besé.



SAYA
Tragué saliva y le miré.
-Ya… me lo imagino, pero… el crío también quiere pasar tiempo conmigo y tú también… creo que tengo un problema…- Dije algo cohibida, odiaba que utilizase su “truco” de la mirada seductora cuando no conseguía lo que quería… me desarmaba entera…


KAI
Me mordí el labio y la solté con suavidad.
-Está bien… Verte así verdaderamente me ha dado ganas de comerte entera, pero veo normal que quieras pasar un rato con el niño, últimamente no estamos nunca con él… -alcé las manos.
-Te dejaré tranquila. –sonreí.


SAYA
Le miré alzando las cejas.
-¿Qué? Creo que no, señorito.- Le agarré del cuello de la camisa y le empuje suavemente hacia atrás hasta que se sentó en la cama.
-No soporto que me hagas esto. Me miras de esa manera que sabes que tanto odio pero me gusta a la vez dejándome indefensa, me besas y me seduces, ¿y ahora dices que me vas ha dejar tranquila?- Le miré sin soltar el cuello de su camisa.
-Pues no te irás hasta que me comas enterita…- Agarré el extremo de mi camiseta y me la subí lentamente hasta por encima del ombligo.-… como tú me has dicho.- Sonreí alzando una ceja.


KAI
Sonreí, era lógico que quisiese estar con el niño, a mí tampoco me importaba pasar el rato con él, y más después de lo que nos habíamos unido tras… el accidente de Saya… Pero en estos momentos el crío podía esperar.
La cogí de la cintura y empecé a besarla la piel del vientre, a la altura del ombligo.



SAYA
Sonreí y le miré mientras me besaba por el vientre acariciándole la nuca con mis dedos. Me incliné ligeramente hacia delante posando mis labios en su cabeza.
-Oye, Kai, quiero decirte algo, pero… no sé cual será tu reacción y si estarás de acuerdo conmigo…- Apoyé la frente en su pelo sin dejar de acariciarle la nuca.
-Creo que me da algo de miedo preguntártelo….


KAI
Alcé la cabeza mirándola algo extrañado, la verdad es que el tono que estaba empleando me estaba asustando a mí.
-Bueno… dime qué es, intentaré no alarmarme sea lo que sea… -la acaricié la espalda infundiéndola ánimos.



SAYA
Le miré y suspiré acariciándole el rostro con mis dedos..
-Es muy pronto, y sé que aún no estamos preparados para ello, aún no sabemos como va ha acabar todo esto y puede que sea una idea precipitada, pero…- Desvié la mirada pensando en la manera de decírselo… Le miré de nuevo con una leve sonrisa perfilando mis labios.
-Quiero… me gustaría… tener otro hijo contigo, Kai…- Sentí que mi corazón se aceleraba por la posible respuesta de Kai…



KAI
Por un momento analicé lo que me había propuesto Saya, ella quería otro hijo… Nunca pensé que buscaría aumentar la familia, y la idea tampoco me parecía mala del todo, antes se me habría antojado imposible, pero ahora no me resultaba difícil de asimilar.
-¿Quieres tener otro bebé? Pues tengámoslo.



SAYA
Le miré cogiendo airé.
-Kai…- Sonreí.-…no es una decisión que quiera tomar yo sola… si de verdad te sientes preparado y también lo deseas, estaría dispuesta…- Bajé la mirada de nuevo.
-Solo si tú quieres.


KAI
Sonreí y la agarré de la cara para que me mirase.
-¿Por qué no iba a querer? Dime qué hay de malo en tener otro hijo. Kai es lo que más queremos en el mundo, ¿por qué no podría ser de nuevo así? Además, ahora está bien, tiene a James y tal, pero cuando volvamos volverá a estar solo, no le vendría mal un hermanito. –sonreí.



SAYA
Le miré y sonreí, no dije nada. Rodeé su cuello con mis brazos y le abracé con fuerza apoyando la cabeza en su hombro. Sonreí de nuevo cerrando los ojos. En esos momentos me sentía la mujer más feliz del mundo, seguro…



ÁNIMA
El resto de la gente de la nave aún no había vuelto, pero al menos así podría estar a solas con Jimmy…
Después de la conversación nos habíamos acoplado en la cubierta. El cielo estaba despejado y se respiraba paz en ese lugar, la gente que pasaba, que no era mucha, no reparaba en nosotros, y era algo que agradecía, aunque me mantuve con la capucha de la capa puesta, me sentía más cómoda así.
Miré a unos niños jugar con una pelota no muy lejos de la nave.
-Este lugar es tan bonito… Ojala hubiese nacido aquí…



JIMMY
La miré de reojo cuando dijo aquello. Volví la mirada a la calle apoyando los codos en la barandilla de la cubierta.
Asentí ligeramente.
-Pienso retirarme a las montañas o a cualquier sitio donde pueda vivir solo y tranquilo…


ÁNIMA
Le miré.
-¿Cuál es tu misión, Jimmy? ¿Qué es lo que tienes pensado hacer? Bueno… no hace falta que me lo cuentes si no quieres, a veces me meto mucho donde no me llaman… -miré al suelo, no sería la primera vez que metía la pata ese día.



JIMMY
La miré de reojo de nuevo.
-Yo no tengo ninguna misión, Ánima. A mi me crearon para destruir… sin capacidad para elegir por mí mismo, pero parece que eso le falló a Draco y bueno…- Me encogí de hombros.
-Mi único objetivo es…-Bajé la mirada.
-…ser libre… me da igual de que manera, pero poder ser libres… poder liberarme del yugo de Draco al cual sigo sometido…


ÁNIMA
Negué con la cabeza.
-No, Jimmy, él no tiene ningún poder sobre ti, ya no. Puedes hacer lo que quieras sin contar con él y sin contar con lo que pueda hacer. Eres libre de hacer lo que quieras porque eres una persona y él ya no tiene poder sobre ti. Puede que antes él te mandase y controlase, pero tú ahora eres dueño de tus actos, y, aunque quieras que él deje de existir para ser completamente libre… en realidad ya lo eres. –posé mi mano en la suya.

-Nadie te prohíbe hacer lo que quieres.


JIMMY
Miré su mano sobre la mía.
-No es cierto que yo pueda hacer lo que quiera y ya no porque me lo prohíba Draco…- La miré.
-…me lo prohíbo yo mismo…- Desvié la mirada de nuevo al frente.



ÁNIMA
Bajé la cabeza.
-Nadie es nunca completamente libre, pero no sé… qué es eso que te prohíbes tú mismo y por qué lo haces, pero si lo haces tú mismo no es algo que se pueda solucionar de cualquier manera. –le abracé por detrás.
-Siento ser tan pesada contigo, pero me importas…



JIMMY
Bajé la cabeza cerrando los ojos. Suspiré y los abrí de nuevo.
-Lo más correcto es que yo deje de existir… no pertenezco a ningún lugar…- Miré la ciudad y a los niños…



ÁNIMA
Abrí los ojos ampliamente, me coloqué a su lado y le miré a la cara.
-James, ¿qué estás diciendo? ¿Por qué crees eso? –le cogí de la cara con cuidado para que me mirase.
-Jimmy, tú sí tienes que existir, has hecho mucho por esta gente, por mí… Si no fuese por ti quizá ninguno de nosotros seguiría con vida, debes vivir y eres imprescindible… -bajé la cabeza.
-Y sí que perteneces a algún lugar… -
le miré de nuevo.
-El lugar donde yo esté es tu lugar, a mi lado…



JIMMY
La miré.
-¿Y por qué quieres que esté a tu lado? Lo único que debo hacer por ti es protegerte y ayudarte a encontrar a un hombre de tu misma raza, ¿para que quieres que esté a tu lado después?- Giré la cabeza de nuevo.
-No tiene sentido que esté contigo si no sentimos las mismas cosas…


ÁNIMA
Bajé la cabeza, de nuevo el tema estaba machando todas mis esperanzas de estar con Jimmy, él no lo aceptaba aunque lo respetara… No estaría dispuesto a estar conmigo si llevaba a cabo la misión de mi vida…
Le miré de nuevo, tragué saliva.
-¿Quién te ha dicho que no sentimos lo mismo?



JIMMY
La miré a los ojos.
-¿A caso dejarías que te besase ahora mismo? No me refiero a un beso tradicional de tu pueblo, ya sabes a lo que me refiero…- Me incliné para mirarla mejor a los ojos.
-¿Dejarías que te besase?


ÁNIMA
Mi corazón reaccionó ante sus palabras y su acercamiento acelerando de manera bastante notoria, casi se podía oír.
Negué con la cabeza respirando hondo.
-No dejaré que me beses. Quiero hacerlo yo. –pasé mis manos a su nuca y junté mis labios con los suyos sin dejarle reaccionar.
Era la primera vez que besaba a alguien así, y tenía miedo de que reaccionase mal, quería que siguiese mi beso, ser correspondida y poder seguir besándole.


JIMMY
Cerré los ojos cuando Ánima me besó. Posé una de mis manos en su nuca y la otra a su cintura siguiendo su beso. La acerqué a mí hasta que quedamos totalmente pegados.
Nunca antes había imaginado que desearía con tanta pasión unos labios que no fuesen los de Erika, pero la verdad es que Ánima era todo cuanto deseaba, besar, tocar…
Había influenciado en mí vida más de lo que yo esperaba y me gustaba, me sentía dichoso de poder besarla.



ÁNIMA
Me sentía verdaderamente feliz en esos momentos, era una respuesta que no me esperaba sinceramente y, era lo mejor que me podía pasar.
Rodeé su cuello con mis brazos, el tema de mi misión voló de mi mente, no quería pensar en ello mientras los labios de Jimmy y los míos se rozaban y juntaban una y otra vez, quería que ese momento no se acabase por nada del mundo.



JIMMY
Dios… no podía parar de besarla, no quería, si lo hacía notaba que me moría…
Rodeé su cintura con mis brazos posando las manos en su espalda.
Apoyé la frente en la de ella respirando con intensidad y aún con los ojos cerrados…
La miré a los ojos sin separarla de mí.
-Has hecho mal… - Sonreí.
-… ahora que te tengo, no pienso soltarte hasta que me supliques que lo haga…- Acerqué de nuevo mis labios a los de ella y los rocé sintiendo de nuevo ese frenesí que hacía que sintiese escalofríos.



ÁNIMA
Sentía que perdía absolutamente el control de mi cuerpo, mis labios se movían solos al compás de los de Jimmy, saboreándolos y buscando beber de él, absorbiendo de él todo lo que quería y más. Sus manos estaban en mi espalda, provocando que sintiese escalofríos, nadie en la vida había estado tan junto a mí como ahora lo estaba Jimmy, no quería separarme de él.


JIMMY
Si por mi fuese, la seguiría besando el resto del día, sintiendo en esos momentos que era mía, aunque después, todo quede como si hubiese sido un sueño que ambos compartimos… solo eso…
Acaricié su espalda con mis manos, aún que el derecho lo tuviese recubierto con un guante negro, ya que era de metal y lo más seguro es que no le sería agradable…
Ante todo seguí besándola, parando de vez en cuando para coger aire y después automáticamente volver a besarla, alternando los movimientos de los labios e inventándonos otros nuevos para alcanzar el mayor placer.
La besaría hasta que ella dijese basta, hasta entonces no pararía…


ÁNIMA
Me sentía caer en sus brazos, llegó un momento del beso que perdí la noción del tiempo, no sabía si llevábamos así minutos u horas, y me daba igual… ¿Esto era lo que se sentía cuando una estaba enamorada? No sabía si estaba enamorada de Jimmy, puede que fuese demasiado pronto para decirlo, pero si él no cambiaba y yo tampoco lo hacía acabaría enamorándome de él hasta el punto de que ya no podría quererle más, era el chico con el que quería estar, y lucharía por él.
Noté su mano metálica en mi espalda, nunca le había mencionado nada sobre su brazo, quizá le resultaría incómodo hablar de ello, y a mí no me molestaba de ninguna manera, es más, me parecía que le hacía más fuerte y me gustaba.
Me separé de él levemente apoyando mis manos en sus mejillas, respirando fuerte y entrecortadamente, le miré sonriendo.
-Lo siento… me gusta tanto besarte que si me descuido me ahogo… -solté una pequeña risotada volviendo a rozar sus labios y volví a juntarlos con los míos, más alternada y tranquilamente.


JIMMY
Solté una risotada cuando dijo eso, la verdad es que a mí también me costaba respirar si no me tranquilizaba un poco… aunque me resultaba bastante difícil controlarme.
-No te disculpes… no has hecho nada malo, prefiero que respires antes de que te ahogues.- Sonreí posando mis manos en sus costados acariciando su cintura.
La miré a los ojos sin borrar la sonrisa de mis labios los cuales se rozaban con los de Ánima.
Cerré los ojos atrapando de nuevo sus labios entre los míos besándola esta vez más tranquilo pero sin perder la pasión.



ÁNIMA
Rodeé su cuello con mis brazos de nuevo presionando sus labios contra los míos, acaricié el vello de su nuca, que estaba erizado. Sabía que él estaba enamorado de Erika, y la verdad es que no me terminaba de gustar que fuese así y ahora estuviese besándome de esa manera, pero no era el momento de pensar en ello, yo quería disfrutar de él, y pedía que poco a poco fuese ganándole para mí, y al menos así no sufriría por Erika…



ERIKA
Jim y yo fuimos los primero en regresar a la nave. Habíamos dormido muy bien en casa de Neo, era muy cómoda y reconfortable…
La sonrisa se me borró de la cara cuando, pasando por al lado de la cubierta, vi a Jimmy besándose con Ánima… ya decía yo que no sería buena idea dejarles solos… ¿tan rápido se había olvidado de mí? No hacía ni cuatro semanas me había besado a mí diciéndome que me deseaba y ahora…
Bajé la cabeza un momento y carraspeé.
-Buenos días, uy, perdón, no quería interrumpir, lo siento…- Intenté sonar natural, no quería que se descubriese que estaba…celosa….



JIMMY
Escuché la voz de Erika. Giré la cabeza lentamente hacía ella sin separarme ni un milímetro de Ánima. Me relamí los labios y solté una risotada mirando a Ánima de reojo.
-Esto… ¿te importa? Nos gustaría estar a solas…- Sonreí de nuevo rascándome la nuca.



JIM
Estaba volviendo junto a Erika a la nave, por desgracia estaba James en la cubierta con… la chica nueva. No les miré directamente y pasé por su lado dirigiéndome al interior de la nave, pero Erika se quedó parada.
La miré y miré a James cuando la habló. Suspiré y la cogí de la mano tirando de ella hacia la puerta.


ÁNIMA
Me mordí el labio sonriendo más bien de vergüenza cuando Erika pasó por nuestro lado y se quedó mirándonos. Miré a Jimmy que la miraba a ella, la había pedido que nos dejase solos, sonreí.
El novio de Erika la cogió de la mano y tiró de ella llevándosela, bajé la mirada al suelo sonrojada.



JIMMY
Sonreí y miré a Ánima.
-Uuuuh, Jim está cabreado, creo que le gusto.- Me reí levemente viendo que Ánim se había sonrojado.
-Te has puesto roja.- Sonreí y la agarré de la barbilla para que me mirase.
Era extraño que, al ver a Erika, no sintiese esa fuerte punzada en mi corazón, era extraño pero me aliviaba saber que no seguiría sufriendo por ella, por una persona la cual no se lo merecía.



ÁNIMA
Me reí sin mirarle directamente de puro nervio. Después le miré a los ojos sonriendo.
-Es normal… es el primero beso que doy y se me han quedado mirando… -escondí la cara en su pecho ocultando mi rostro enrojecido.
-Déjame, estoy tonta, soy como una niña… -me reí y le volví a mirar.



JIMMY
Sonreí y la acaricié la nuca cuando escondió el rostro en mi pecho.
-No eres tonta… - Negué aún sonriendo y la miré. La agarré de la cara con mis dos manos, miré mi mano de metal y la aparté.
-… lo siento, seguro que no es de tu agrado que te toque con… bueno… ya me entiendes…


ÁNIMA
Sonreí y cogí su mano metálica volviendo a posarla en mi rostro.
-No me importa en absoluto, es algo propio tuyo, no es un defecto en mi opinión, ¿para ti lo es? –acaricié su mano humana, la otra dudaba que la sintiese.


JIMMY
-La verdad es que… no me gusta…- Miré el guante y me lo quité dejando ver el color gris del metal. Cerré y abrí el puño sin dificultad.
-… pero creo que me lo merecía…- La miré de nuevo.
-Me… Kai fue quién cercenó mi brazo natural… pero porque yo intenté matar a su mujer…


ÁNIMA
Miré su mano metálica, James no siempre había sido así, en un pasado era un asesino al servicio de Draco, como yo…
Le miré.
-No soy quién para cuestionar tu pasado, estoy segura de que ahora no lo harías y de que estás arrepentido. –sostuve su mano de piel en la mía mientras la otra la agarraba contra mi pecho.



JIMMY
La miré y esbocé media sonrisa.
-Si a ti te gusta, a mí también.- Me puse el guante de nuevo y suspiré. La miré y rodeé su cintura con mis brazos acercándola a mí. Sonreí clavando mi mirada en sus preciosos ojos.
-¿Quieres que comamos juntos de nuevo? ¿En el cuarto? ¿Tú y yo solos?


ÁNIMA
Sonreí ampliamente y asentí.
-Claro que sí. –le cogí de la cara posando mis manos a cada lado de su barbilla y le besé de nuevo, me separé levemente para mirarle a los ojos y volver a sonreírle.



JIMMY
Sonreí de nuevo.
-Pues tú ve al cuarto mientras yo preparo algo, no tardaré.- Dije apartándola un mechón de su rostro sin dejar de mirarla. Me incliné y la besé de nuevo.



ÁNIMA
Sonreí cuando me volvió a besar, unos segundos después separé mis labios de los suyos y posé un dedo en ellos.
-Si me sigues besando no podré separarme de ti y por lo tanto no podré irme… -sonreí acariciándole los labios con la yema de mi dedo y entré en la nave sin dejar de mirarle.



JIMMY
Sonreí y me rasqué la nuca cuando se marchó sin dejar de sonreír.
-Dios… gracias, gracias. Te rezaré todos los días y te pondré en un pedestal.- Pegué un salto de alegría no muy grande… no quería llamar la atención pero en esos momentos me sentía tan… tan bien.
Respiré hondo y entré en dirección a la cocina.



KARA
Volví a la nave con una caja de provisiones entre los brazos, entré en la cocina suspirando.
-Ojú… -miré a Jimmy que estaba allí, parecía muy contento. Sonreí.
-¿Qué? ¿Has dormido bien? Pareces contento. –saqué un par de cosas de la caja y las coloqué sobre la encimera.


JIMMY
Estaba preparando una ensaladita y un par de filetitos ligeros pero sabrosos cuando entró Kara.
-Hola, Kara.- Sonreí y dejé los filetes en los platos junto con la fuente de ensalada.
-Me quedaría a charlar contigo, morena mía, pero tengo una cita importante y no faltaría a ella ni por todo el oro del mundo.- Sonreí de nuevo.



KARA
Sonreí y posé una mano en mi cintura mirándole.
-Vaya, vaya, Jimmy, ¿una cita? Mmm, ¿quizás con esa niña llamada Ánima? –sonreí y me acerqué.
-Pero cuéntame algo, ¿ya os habéis besado? –sonreí contenta, me hacía ilusión.



JIMMY
Solté una risotada poniendo todo en una bandeja.
-Oh, no, no puedo pararme a charlar, ya te lo contaré más tarde.- Agarré la bandeja y me dirigí a la puerta para salir.
-Y sobre si nos hemos besado…- Sonreí.
-…puede.- La guiñé un ojo y salí de la cocina.



KARA
-Oh, capullo… -sonreí, estaba seguro que se habían besado, y ahora tenían una cita, al fin a Jimmy le iban las cosas bien.
Seguí sacando las cosas de la caja más animada.
-Ya sólo le queda buscar pareja al pequeño Kai… -me reí.



NEO
Entré en la nave cerrando la compuerta junto con Kai y Saya que llevaba en brazos a Kai Jr.
Entré en la cocina dejando encima de la mesa unas botellas grandes de agua.
-Pues nada, ya hemos dejado a Ian en tierra, podemos irnos de aquí.-Miré a Kai.
-Querías ir al País de Fuego, ¿verdad?


KAI
Miré a Neo cuando preguntó.
-Sí, tenemos que hablar con el rey, es amigo nuestro, ya sabes. No tenemos prisa, pero si podemos pasar por allí antes que parar en cualquier otro sitio estaría bien.


NEO
Asentí y metí las botellas en la nevera.
-Está bien, pues pondré la nave a punto y en dirección al Reino del Fuego…- Salí de la cocina y me dirigí al puesto de mandos sentándome en mi sillón. Encendí los motores y el panel de gravedad haciendo que la nave se alzara en el aire hasta alcanzar una buena altura. Miré el GPS y puse rumbo al País del Fuego.

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