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martes, 5 de enero de 2010

Capitulo- LXXII- LOS CINCO ELEGIDOS DE NUEVO

AXEL
Mi reino había quedado destrozado después de los ataques enemigos. Toda mi gente, la mayoría muertos y los que quedaban se dividieron en grupos para buscar comida y agua con la que poder abastecernos mientras intentaba reconstruir el pueblo.
Eri se encargaba de las mujeres y de los niños, además de los ancianos, en cuanto a mí… decidí unirme a mi gente en la tarea de reconstruir lo que quedaban de las casas que aún se podían aprovechar…
Pero como me temía, la gente empezó a cansarse de esperar y de tener que buscar comida donde no la había... empezaron a marcharse uno a uno hasta que solo quedamos menos de la mitad de los pueblerinos contando a las mujeres, niños, ancianos… Eri, mis hijos y yo…
Me sentía desesperado, ya no sabía que hacer, pero no podía rendirme…
Después de comer algo de comida enlatada, me puse de nuevo manos a la obra en la reconstrucción de mi pueblo, aunque son menos gente que antes, tardaría mucho más…



KAI
Me dirigí a la sala de mandos, faltaba poco para llegar al Reino del Fuego, aunque por desgracia estaría en las mismas condiciones que mi reino y no podrían ayudarnos a reconstruirlo.
Miré por la ventana, ya se veía el reino a lo lejos, tan devastado como el del Hielo.
-Qué desgracia…



SAYA
Me asomé por la cubierta y miré lo que quedaba del castillo del Reino del Fuego… en ruinas y con esas marcas negras invadiendo la estructura…
Se veía a muy poca gente caminando por allí…
-Es todo tan triste…- Negué con la cabeza y entré de nuevo asolada por el paisaje.
-Tendremos que ayudar a toda esa gente…


ERI
Busqué a Axel entre la gente que reconstruía el pueblo, no me fue muy difícil encontrarle, había muy poca gente ya que se quedaba, por suerte ahora estarían a salvo en algún otro lugar donde no pasarían hambre, pero Axel estaba hecho polvo…
Cuando le encontré estaba sentado en un banco de piedra que se había mantenido en pie, descansando después de una mañana entera de trabajo, me senté a su lado y posé mi mano en su nuca.
-Axel, no podemos seguir así, tenemos que pedir ayuda, la gente que se ha quedado se muere de hambre o por culpa de esa maldita enfermedad sombra…


AXEL
Suspiré y la miré.
-Lo sé, lo sé… lo sé Eri, pero…- Me rasqué la frente resoplando desesperado.
-… ¿a quién le pido ayuda? ¿A Natty? Te recuerdo que ella se largó junto con Max y las niñas dejándonos solos. Edward tiene que ocuparse de su familia ya que el Reino del Rayo tampoco está para tirar cohetes al igual que el del Hielo, tampoco puedo pedirle ayuda a Kai y Saya, ellos ya tienen sus propios problemas…- Me levanté.
-Si tanto te destroza vernos así, coge a los críos e iros al Reino del Viento, pero iros sin mí… porque no pienso abandonar a la poca gente que aún creé en mí.


ERI
-Axel… -me levanté.
-No pienso irme, no al menos yo, y los niños no van a irse sin su padre a ninguna parte. Estaremos contigo donde estés, y ayudaremos a esta gente, pero tenemos que pedir ayuda, ya no a los amigos, ellos no pueden, pidamos ayuda a otros países. En el Reino del Viento ahora están hasta arriba de gente, vale, pero hay más lugares a los que no han atacado y pueden ayudar… -agarré su muñeca con mi mano.
-Vamos a salir de esta, la gente confía en nosotros.


AXEL
-Si…- Suspiré de nuevo.
-Tengo que volver al trabajo, Eri… ya hablaremos luego…-La besé en la frente y me alejé para ponerme en marcha de nuevo… aún quedaba bastante que hacer…



ERI
Suspiré, no podía ver a Axel así, siempre había sido muy jovial y despreocupado, ese no era mi Axel…
Tragué saliva y de repente vi cómo una sombra cubría el cielo, ¿era posible que encima ahora se pusiese a llover? Alcé la mirada, no era una nube lo que cubría el cielo, era una enorme nave negra que volaba por encima del reino.
Me llevé la mano a la boca, ¿no sería una nave civil?
-Axel… -fui de nuevo junto a él y le agarré del brazo señalando la nave.
-Dime que eso no es de Draco…



AXEL
Posicioné a Eri detrás de mí y cubrí mis manos de fuego. Sentí como mis ojos se encendían por el fuego.
-No sé si será de Draco, más les vale no tocarme las pelotas si no quieren acabar hechos ceniza…- Fruncí el ceño abriendo las manos de par en par cubiertas de fuego.



ERI
-Axel, ¿qué pretendes? ¿Enfrentarte a una nave tú solo? –posé mi mano en su hombro. -Cálmate, por favor, tenemos que avisar a la gente para que se pongan a salvo, si es una nave de Draco tendremos que huir, somos muy pocos y lo más probable es que acaben capturándonos. –me giré cuando vi a un chico delante de nosotros.



SEIN
-No es una nave de Draco. –le dije a los reyes cuando vi sobrevolar la Black Hole el cielo del Reino del Fuego.
-En esa nave está mi hermana y su marido, y lo más probable es que también los reyes del Hielo, no será necesario huir de ellos.


AXEL
Extinguí mi fuego cuando el muchacho dijo que la nave era de su hermana.
Alcé la mirada al cielo, hacia la nave que descendía delante de nosotros.
-… ¿y qué coño hacen aquí? Si buscan refugio ya pueden ir largándose, tengo demasiado trabajo como para ser hospitalario…- Me giré alejándome de la nave.



ERI
Miré a Axel con el ceño fruncido.
-Axel, ¿no le has oído? “Los reyes del Hielo” son Saya y Kai, ellos saben de sobra que no podemos ayudarles, ¿y si quieren ayudarnos ellos a nosotros? –miré al chico.
-Gracias. –miré la nave y me dirigí hacia allí, si era verdad que Saya y Kai estaban aquí no era nada malo.



SEIN
Miré al rey y me rasqué la nuca, debía estar pasándolo mal con tanta presión, pero juraría haber oído a Kara decir que él y el rey del hielo eran amigos…
Seguí a la reina, al menos ella sí parecía interesada en verles, y yo quería ver a Neo y si eso a Kara también…



NEO
Aterricé la nave y abrí las compuertas.
-Madre mía… está todo hecho una mierda…- Me levanté y salí al exterior.
Sonreí al ver a Sein, me alegraba saber que él estaba bien.
Me acerqué aún sonriendo.
-Hola, chaval.


SEIN
Sonreí.
-Menos mal, pensé que mi hermana había acabado contigo, qué suerte que estés vivo después de aguantarla tanto tiempo… -le di un toque en el brazo viendo cómo Kara bajaba de la nave, se acercó a mí con los brazos abiertos, la di un puñetazo en el hombro.
-Capulla.



KARA
Cuando Neo abrió las compuertas lo primero que vimos fue al canijo de Sein. Sonreí y bajé a abrazarle cuando el muy mamón me dio un puñetazo y encima me insultó.
-Capulla tú, calva. –me froté el hombro.
-¿Por qué coño has hecho eso?


SEIN
-Porque te echaba de menos, eso es todo, no pretenderás que te abrace… -solté una risotada.
-No os habéis dignado a pasar por aquí a ver si estaba bien, ¿y si me muero, qué, cabrones? –me crucé de brazos.
-Menuda familia sois…



NEO
-¿Morirte tú?- Solté una risotada cruzándome de brazos.
-Sein, tú eres como una plaga, no se te puede exterminar, eh, pero una plaga de las que me gustan.- Sonreí.
-Me alegro de que estés bien, chaval.



SEIN
-Si sobrevivo a mi hermana sobrevivo a cualquier cosa. –me crucé de brazos y vi como pasaba por mi lado mosqueada sin decir nada más, me mataría más tarde.



ERI
Miré al chico y al hombre grandote hablar frente a la puerta de la nave, me quedé quieta esperando por si Saya o Kai bajaban de la nave.


SEIN
Miré a la reina, seguía ahí.
-Oh, sí. Neo, ¿los reyes del hielo vienen contigo? –le pregunté mirando de reojo a la reina, parecía preocupada por si no estaban dentro.



NEO
Miré la nave de nuevo.
-Creo que sí, deben estar dentro al salir…- Me encogí de hombros y miré el reino devastado… estaba como el de Kai o peor… por suerte había gente trabajando y reconstruyendo lo que podían.



KAI
Salí al exterior con Saya a mi lado, el verlo todo así y hasta oler lo mismo que en mi reino me revolvió el estómago por completo. En la puerta, Neo hablaba con un chico y estaba Eri al otro lado mirando al interior de la nave, sonrió cuando nos vio, aunque no de felicidad, más bien de
alivio.


NEO
Miré a Sein cuando Kai y Saya salieron.
-Ah, mira, ahí están.- Me di la vuelta y miré a Kai.
-¡Jefe! Por aquí te buscan.-Señalé a la chica que estaba junto a Sein.



ERI
Se me llenaron los ojos de lágrimas al ver a Kai y a Saya. Estaban bien y al fin los volvía a ver, por suerte estaban aquí. Me acerqué y abracé a Saya con fuerza.
-Menos mal que estáis aquí…


KAI
Fruncí el ceño, Eri parecía más bien desesperada, ¿tan mal estaba la situación allí? Posiblemente yo estaría en la misma situación si hubiese tenido que estar cada día soportando todo lo que había a mi alrededor en esos momentos.
-Eri, ¿qué pasa?



ERI
Miré a Kai cuando me preguntó.
-No podemos con todo esto, todo el mundo se ha ido, no nos queda comida, Axel está todo el día trabajando con la gente que puede todavía sin lograr a penas nada… Estamos desesperados…


SAYA
Eri me abrazó de manera desesperada… me quedé parada sin saber que hacer…
-Eri…- Miré a Kai de reojo y suspiré…
-…tranquila… ya estamos aquí…- La acaricié la espalda.



KAI
Resoplé mirando al frente, Axel ya estaba soportando bastante presión y encima teníamos que decirle que Draco intentaría dar con todos nosotros para que, gracias a nosotros, pudiera adueñarse del mundo… me iba a dar una paliza.
-¿Dónde está Axel? –Eri señaló el camino, asentí y me dirigí hacia allí, ella estaba bien con Saya.


SAYA
Miré a Kai mientras se iba, teníamos que hablar con Axel y Eri a solas y rápido.
Agarré la mano de Eri y tiré de ella suavemente.
-Vamos… tenemos que hablar con Axel… aunque no creo que eso sea posible…- Suspiré y seguí a Kai…



AXEL
Estaba ayudando a apilar ladrillos para empezar a reconstruir uno de los ambulatorios, ya que la mayoría de las casas ya estaban terminadas.
Yo me coloqué en lo que quedaba del tejado mientras los demás me pasaban los ladrillos desde el suelo.
Miré al frente, Kai y Saya se acercaban hacía mí junto con Eri…
Les miré y suspiré.



KAI
Miré a Axel subido en un tejado.
-Vaya, te falta el mono y decirle groserías a las mujeres que pasan, te sienta bien el negocio de las obras. –esbocé media sonrisa.
-¿No bajas a saludar?



AXEL
-Guárdate tus bromas para otro momento, Kai, porque ahora no haces ni puta gracia…- Seguí apilando ladrillos sin mirarle.
-No me apetece bajar a saludar, estoy demasiado ocupado para esas tonterías, ¿no lo ves?


ERI
Cerré los ojos bajando la cabeza, apreté la mano de Saya.
-Lleva así desde la explosión, no consigo que se anime ni nada de nada, ni yo, ni los niños ni nadie… Nada le consuela, sólo un milagro podría arreglar todo esto, y para eso necesitamos esperanza… y ya no nos queda.


SAYA
Miré a Axel y suspiré. Solté la mano de Eri y me acerqué hasta donde estaba Axel.
-¡Eh!- Me crucé de brazos y le miré seria.
-¿Sé puede saber que coño te pasa? Sé que lo estás pasando de puta pena pero nosotros tampoco estamos para montar una fiesta. El Reino de Kai ha sido destruido al igual que el de Edward y lo demás que quedan ya ni te cuento. No puedes ser tan egoísta y pillarte estos rebotes. Mírame a mí, el Reino del Agua fue el primero en desaparecer del mapa, ya no queda ni un Aqua con vida. Siéntete afortunado de que al menos queden Piros en pie…- Le miré frunciendo el ceño.



ERI
-Saya… -la miré algo cohibida, Axel no estaba para reprimendas, pero en el fondo tenía razón, aunque Axel no estaba siendo egoísta, sólo estaba deprimido por todo lo que había pasado. Le miré, no sabía cómo reaccionaría.


KAI
Alcé la mirada.
-Eh, Axel, Saya tiene razón. Todos estamos muy jodidos, pero no es el fin del mundo, seguimos vivos nosotros, ¿no? –suspiré.
-Anda, baja, por favor, tenemos que hablar, y tienes a tu mujer preocupada, no la hagas sufrir… Además, queríamos veros, intenta animarte aunque sea sólo por eso.



AXEL
No hice caso antes las palabras de Saya, no tenía ni puta idea de lo que sentía en esos momentos ni de lo mal que lo estaba pasando… ella no era reina ni se tenía que ocupar de un reino ahora en ruinas por culpa de…
Suspiré de impotencia y miré a Kai, luego a Eri.
Me bajé del tejado de un salto y miré a Kai.
-¿De que quieres hablar? Y date prisa, tengo mucho que hacer.- Me limpié las manos con un trapo.
-Te concedo cinco minutos.


KAI
Me crucé de brazos mirando a Axel serio.
-Es serio, Axel. –miré a la gente que había por allí, por suerte no estaban atentos a la conversación.
-Draco estaba buscando niños porque creía que así podía acceder al Arma Suprema, pero hemos descubierto, y por desgracia él también, que lo que necesita no es el alma de los niños, sino a nosotros, a los cinco elegidos. –Eri exclamó de sorpresa, la miré y acto seguido volví a mirar a Axel.
-Draco vendrá a por todos nosotros, estamos en serio peligro



AXEL
Miré a Kai cruzándome de brazos. Esbocé una pequeña media sonrisa.
-Venga ya.- Desvié la mirada incrédulo.
-Si Draco quisiese venir a por nosotros ya lo habría hecho desde un principio, no me vengas con esas, por Dios.- Volví la mirada a Kai.


SAYA
Miré a Axel, se lo estaba tomando a guasa cuando las cosas iban en serio.
-Axel, esto no es tan sencillo. Acabamos de enterarnos de sus planes, tanto nosotros como Draco. ¿Por qué piensas entonces que secuestraba a todos esos críos? No creo que fuese para montar un parque de atracciones. Además…- Saqué de mi cinturón el plano que “robé” en las cavernas.
-…echa un vistazo a esto.


AXEL
Miré a Saya y agarré el plano que me entregaba.
-¿Qué es esto?- Miré a Saya y después a Kai. Al no obtener respuesta por ninguno de los dos, decidí abrirlo y verlo yo mismo.
Le eché un vistazo… fruncí el ceño y le tiré a Saya el plano a la cara.
-Largaos de aquí, no quiero saber nada de eso.- No les miré. Reanudé la marcha hasta los almacenes donde teníamos las herramientas.


ERI
Miré a Axel cuando le tiró el plano a Saya de aquella manera y se dispuso a marcharse de nuevo.
-Axel, ¿se puede saber qué estás haciendo? Escúchales, Draco quiere venir a por nosotros y estás haciendo oídos sordos como si no fuese serio, es muy serio, primero ha intentado hacerse con almas de niños, no quiero saber cuántos niños habrá tenido en su poder, y ahora va a venir a por nosotros, a por nuestros amigos, ¿por qué te comportas así? –mis ojos se llenaron de lágrimas negando con la cabeza.
-¿Por qué no quieres escuchar a nadie?


KAI
Miré a Eri.
-No llores, Eri. No merece la pena llorar por un descerebrado al que le importa una mierda si morimos todos o no. –miré a Axel.
-Si tuviese el más mínimo interés ya lo habría demostrado, pero veo que no le importa una mierda que el mundo se vaya al garete por no querer escucharnos, porque ya no es sólo eso, es que si consigue tenernos a todos acabará con todo lo que conocemos, será peor de lo que es ya. –miré a Eri.
-No merece la pena.



AXEL
Entré en el almacén y escuché a Kai insultarme.
Me giré y le miré.
-Kai, no tienes derecho a presentarte en mi reino y encima insultarme. Si tu exiges respeto como rey, yo también y te estás pasando.- Fruncí el ceño y me giré de nuevo.
-Puede que yo sea un descerebrado, pero tú eres un irresponsable y un orgulloso, Así que, más te vale medir tus palabras.


SAYA
Cerré los puños con fuerza y me seguí a Axel hasta el almacén, el cual abrí de una patada cuando él cerró la puerta.
-¡Axel!- Le miré y me acerqué. Sin dejarle reaccionar, propiné un buen puñetazo en su dura cara. Acto seguido, le agarré del cuello de la camiseta y le empotré contra una mesa.
-¡Escúchame, pedazo de gilipollas!- Cogí aire, me sentía furiosa.
-Ahora escucharás lo que te digamos, esto es serio y no voy dejar que mis seres queridos pierdan la vida porque a ti se te ha metido en la cabeza que tu reino, tu reino, y tu reino. ¡A la mierda tú reino! Estamos en una situación muy delicada, así que, accedes a lo que te pedimos o juro que seré yo misma la que te entregue a Draco.


ERI
Me llevé la mano a la boca cuando Saya siguió a Axel y le dio un puñetazo, si no lo hacía ella lo habría hecho Kai, era de esperar. Fui hasta allí y me acerqué, Axel estaba muy quemado y posiblemente se la devolvería, y Saya esta vez se había controlado, pero posiblemente acabarían todos en pelea.
-Saya, por favor, suéltale. –le pedí acercándome, no quería que todo acabara mal.



KAI
Me acerqué a las chicas a Axel.
-No, que se entere. Axel, pensaba que el que se suponía que era el gilipollas que miraba antes por su reino que por el resto del mundo incluyendo a su familia era yo, pero veo que tú lo estás haciendo peor. Mi reino está a salvo en el del Viento, seré un orgulloso y un irresponsable si lo quieres, pero yo estoy haciendo lo posible por evitar que Draco se salga con la suya mientras tú no haces más que el gilipollas, tú no eres el Axel que yo conozco, eres un gilipollas si sigues manteniendo esa actitud.


SAYA
Miré a Axel sin soltarle, aún le tenía contra la mesa a espera de que dijese algo o en su defecto que me devolviese el golpe, aun que… por la cara que puso…
Suspiré y me alejé soltándole.
-Axel… no podremos hacerlo sin ti… Sabes que sin ti, la fuerza de los cinco elegidos se irá a la mierda y no podemos consentir que Draco se apoderé del mundo… te lo pido por favor, no por mí, sino por Eri y tus hijos…- Miré a Eri y después a Axel.
-… ellos te necesitan más que nosotros…


AXEL
Me erguí cuando Saya se apartó soltándome…
Desvié la mirada bajando la cabeza...
-Pero…- Cerré los ojos suspirando y alcé la cabeza mirándoles.
-…yo… está bien…- Me llevé la mano a la frente frotándome las cejas.
-Lo siento… tenéis razón… siento mi comportamiento, pero…- Les miré de nuevo.
-… esto me viene muy grande y no sé que es lo mejor que puedo hacer ahora mismo…no lo sé…


KAI
Suspiré.
-A todos nos viene grande, Axel, a nadie le enseñan a levantar a un reino hundido en la catástrofe. Si te soy sincero, estoy peor que tú. Llevas trabajando desde el principio, y yo sólo trabajé al principio. Mi reino está mucho peor que esto, te lo puedo asegurar, estás haciendo un gran trabajo, pero no debes derrumbarte, y si ves que tú solo no puedes, ¿por qué no dejas que te consuelen? –miré a Eri.
-Yo… si Saya no hubiese estado conmigo seguiría por los suelos. –sonreí a Saya y volví a mirar a Axel.



ERI
Miré a Kai cuando me miró y después me acerqué a Axel abrazándole, apoyando la cabeza en su hombro.
-Eres un cabezota, Axel… Ya te dije que todo se arreglará, pero no me escuchaste.


AXEL
Miré a Kai con la culpabilidad en mi rostro. Eri se acercó y me abrazó… después de lo desconsiderado que había sido con ella… seguía viniendo a mí, consolándome…
Suspiré y rodeé su espalda con mis brazos. Cerré los ojos inclinando la cabeza hacía delante, hasta que mis labios se posaron sobre el hombro de Eri.
-Lo siento, pequeña…- Susurré solo para ella.
Levanté la cabeza y miré a Kai.
-¿Qué queréis que haga?... si es verdad que Draco viene a por nosotros, me imagino que tendremos que idear algún plan o alguna estrategia para impedir que se adueñe de todo, ¿no?


KAI
Suspiré.
-Draco nos busca a nosotros cinco, nos necesita, a nosotros y una chica que viaja con nosotros, pero nos aseguramos de que no pueda ni con ella ni con nosotros. –dije mirando a Saya.
-Draco es fuerte, pero por sus súbditos, él solo no es nadie, de modo que tenéis que estar atentos si vienen a por vosotros. –miré a Saya.
-La verdad es que plan en concreto no tenemos, ¿no? le pregunté a Saya, quizá ella había pensado en algo, por mí me llevaría a Axel y Eri en la nave, pero no sabía si tenernos juntos era peor que estar solos.



SAYA
Me crucé de brazos y miré a Kai.
-Pues… yo estaba pensando que… bueno, no creo que sea buena idea, no se que pensaréis vosotros, pero… creo que lo mejor sería, que Axel diese la orden de que sus ciudadanos se ocultasen en algún lugar seguro. En el País de Viento se están ocupando de la gente y por lo que tengo entendido allí tienen buena seguridad… a decir verdad, es el único País que sobrevive…- Les miré.
-Esa es la parte en la que estaréis de acuerdo, pero… pensaba que podríamos ir a por Edward y a partir de ahí, seguir los cinco solos… sin Neo ni los demás…


ERI
Escuché a Saya sin soltar a Axel.
-¿No crees que será más peligroso si estamos juntos? Si nos encuentra Draco a todos y nos captura estamos muertos. –miré a Axel y luego volví a mirarles a ellos.
-No… no sé, chicos, no tengo ni idea de lo que podemos hacer, por otro lado así no pondremos en peligro a nadie más, y de todas formas, juntos somos más fuertes que si estamos solos, pero…


AXEL
Miré a Saya y asentí.
-Creo que es buena idea. Será mejor así. Nos coordinamos muy bien los cinco, además, según tengo entendido el hijo traidor de Draco se cargó a todo su ejército, ¿no?- Miré a Eri.
-No nos tendremos que preocupar por los soldados, solo por Draco, el es uno contra cinco.- Miré a Kai.
-Estoy de a cuerdo, pero…- Fruncí el ceño extrañado.
-¿Qué haremos con los críos? Kai Jr. también está con vosotros, ¿verdad?



SAYA
Suspiré.
-Bueno… en eso también he pensado. Pensaba dejarles en el Reino del Viento, pero… si a Neo no le molesta, creo que estarían más seguros en la Black Hole, junto con Kara y Erika. Son buenas chicas y cuidan muy bien de Kai Jr. Creo que también cuidarían de los gemelos…- Me senté sobre una silla.
-…pero eso ya es decisión vuestra…


ERI
Miré a Axel.
-Si Saya lo dice y son amigos suyos yo confío en ellos. –me incorporé con mi mano en el hombro de Axel.
-Va… a ser duro desprenderme de mis diablillos… -solté una risotada- Pero si están a salvo, prefiero que estén con ellos. –sonreí.
-Creo que está decidido, ¿no? –miré a Axel, supuse que opinaría lo mismo.



AXEL
Suspiré mirando a Eri. Era su madre y si decía que confiaba en esa gente, tendría que hacerla caso…
Asentí esbozando una sonrisa.
-Está bien. Decidido.- Miré a Kai.
-Vamos…- Salí del almacén junto con Kai y los demás.
Vi a un grupo numeroso de gente que se acercaba a caballo hacía el palacio… o lo que quedaba de él. Fruncí el ceño extrañado y miré a Saya y después a Kai.
-Esos…- Señalé al grupo de gente.
-… ¿esos vienen con vosotros?


SAYA
Miré en la dirección donde señalaba Axel.
-…no… esa gente no viene con nosotros…- Distinguí entre ellos al rey del Viento.
-Ese… ese de allí es el rey del Viento, y los demás deben de ser su guardia real… ¿qué hacen aquí?- Me fijé bien en la gente. Iban a caballo y hondeaban la bandera de su País.
También iban sacerdotisas… y…
-No… esa tía no…- Vi que también iba Génesis.
-…joder… creo que voy ha encerrarme un buen rato en el almacén.


KAI
Vi a Génesis entre toda la gente que venía del País del Viento, ya la había cagado bastante la anterior vez que me crucé con ella y no quería meter la pata de nuevo.
-Puedo ir contigo, ¿no? –pregunté mirándola.
-Sé que si te ve acabaréis dándoos de hostias, y si me ve a mí acabarás dándola de hostias, así que vámonos nosotros dentro. –la cogí de la mano y tiré de ella, no quería conflictos con una sacerdotisa, y menos con esa.



AXEL
Miré a Kai y luego a Saya extrañado y confundido.
-P- ¿Pero se puede saber que coño hacéis?- Miré de nuevo al grupo, más bien a la sacerdotisa de la que hablaba Saya.
-Ohm…- Solté una pequeña risotada y miré a Kai señalándole.
-Ejejejejejejeje…hasta el rey del Hielo sucumba ante los encantos de una jovencita de 19 años, ¿eh? Ya te vale, menos mal que era yo el mujeriego.


KAI
Miré serio a Axel, Eri le dio una colleja.
-Gracias, si me disculpas, yo me marcho. Si quieres que la nave se lleve a tus diablos ve a por ellos. –puse los ojos en blanco y me dispuse a marcharme otra vez, me exponía a que Génesis me viese y no iba a ser bueno.



ERI
Le di una colleja a Axel cuando intentó picar a Kai.
-No son diablos, son un poco nerviosos, eso es todo. Casi hiperactivos, a decir verdad… -miré al grupo de mi gente.
-¿Qué harán aquí? –miré a Axel.
-Deberíamos ir, ¿no?


AXEL
Miré a Eri mientras me frotaba la nuca.
-Si, pero iré yo solo, tú encárgate de llevar a los enanos a la nave con Saya. No tardaré.- Me encaminé hacia los visitantes… si estaba aquí el rey, eso quería decir que quería algún favor mío o… yo que sé.



ERI
Me giré y fui en busca de los gemelos al refugio, les pedí que no saliesen de allí si yo no estaba, pero como siempre, les encontré jugando fuera, iban a acabar con mi paciencia.
Después de recoger las pocas cosas que tenían los llevé hacia la nave negra.



SAYA
Estaba apoyada al lado de la puerta de la Black Hole a la espera de que Eri viniese con los gemelos. Mantenía la cabeza gacha para poder evitar mirar a esa… Dios, que asco la tenía…
Suspiré y miré al frente cuando divisé a Eri seguida de los dos gemelos. Corrían y se reían como si nada hubiese pasado.
Me acerqué con una sonrisa en los labios. Unos de los gemelos se tropezó cuando yo me agachaba para mirarles.
-Ey.- Me reí y agarré al gemelo torpe entre mis brazos haciendo que se apoyase en mi pecho.
-Cuidadin, chiquillo, no quiero accidentes.- Me reí de nuevo cuando el niño se me quedó mirando alucinado y sonrojado.
-Este ha salido a su madre.



ERI
La miré sonrojada.
-¿Lo dices porque se ha puesto rojo al ver lo extremadamente guapa que eres o porque se ha caído? ¿O las dos? –le miré.
-¿Por qué no saludas a Saya? –no apartó la vista de ella y encima se quedó quieto.



SAYA
Me reí y mientras Eri decía esas cosas.
-Eri, como sigas así harás que me olvide de Kai y me fugue contigo a cualquier lado.- Me reí ante la cara que puso.
-No seas tonta.- Miré de nuevo a pequeñajo que… espera, ahora eran los dos a los que tenía entre mis brazos. Uno aún colorado y el otro me miraba sonriente.
-Este es clavado a Axel.


ERI
Me rasqué la cabeza.
-Sí... para ser gemelos en eso se diferencian bastante... –les miré.
-Bueno, basta de abusar de la confianza de la gente, señoritos. –los cogí en brazos, aunque los dos se quejaron.
-No me lo puedo creer…


SAYA
Me reí y les miré.
-Eh… venga hacer caso a mamá. Pero bueno, que chicos más desobedientes…- Me crucé de brazos y les miré.
-¿Si la tía Saya os da un beso estaréis quietecitos y os portaréis bien?- Ambos asintieron, uno algo cortadillo y el otro enérgicamente.
-Muy bien.- Me acerqué al primero, este se encogió cuando le besé en la mejilla. Me reí y me acerqué al otro que puso morritos.
-… esto…- Sonreí y le agarré de la carita para girarle la cabeza y poder besarle en la mejilla, pero giró de nuevo la cabeza y me dio un besito en los labios. Le miré pestañeando mientras el niño se reía de lo lindo.
-Es Axel…


ERI
Solté una risotada.
-Sora, cielo… Qué… Como les odio a veces. –sonreí.
-Anda, vamos dentro y jugáis un poco con Kai Jr. y dejáis a Saya tranquila, ya sé que os fascina… -los dos se quedaron apenados cuando les alejé de Saya, pero Sora saltó a sus brazos.
-Genial, Sora, odio que hagas eso. –me sacó la lengua.
-Y eso…


SAYA
Sonreí y agarré al pequeño pelirrojo cuando saltó sobre mis brazos.
-Vaya con el pequeño “Axel”- Sonreí sin dejar de mirar al peque.
-Yo me llamo Sora, no Axel, ese es mi padre… pero tú puedes llamarme como quieras, muñeca.- Le miré algo asombrada.
-Vaya… pero si habla.- Me reí entrando en la nave con Sora en mis brazos.



ERI
-Tiene cinco años, lo raro sería que no hablara. –dije entrando en la nave.
-Mami, yo también quiero ir… -dijo Riku a mi oído. Suspiré.
-Haced lo que queráis, pero no la molestéis. –me giré mirando a Saya.
-Riku también quiere ir contigo. –sonrió sonrojado y se lo entregué a Saya.


SAYA
Sonreí y agarré a Riku con el brazo que me quedaba libre.
Miré a los dos pelirrojos y le di un besazo en la mejilla a cada uno, esta vez Sora no giró la cabeza.

-Me encantan, son…- Suspiré mordiéndome el labio.
-Les llevaré con Kai Jr.-
Miré a Eri y fui a buscar a mi piojillo para presentarle a sus primitos.


ERI
Suspiré, eran unos demonios, nunca hacían caso, pero eran mis niños, y me daba mucho apuro dejarles allí, aunque confiaba en ellos.
Seguí a Saya por los pasillos de la nave hasta que encontramos a su hijo. Sonreí.
-Hola, Kai.


KAI JR
Estaba en mi cuarto jugando con una pelota de goma que me había prestado Jim. La puerta se abrió y entró mi Mami con dos niños que eran iguales. Sonreí y les miré.
-¡Ala! Si son iguales.- Me reí y me acerqué con la pelota en las manos.
-¿Son mis primos?- Mamá me dijo que si.
-Hola, yo soy Kai Jr.- Miré la puerta.
-¡Anda! Me acuerdo de ti. Tú eres mi tía Eri.


ERI
Sonreí.
-Vaya, te acuerdas de mí. –me acerqué, le cogí de la carita y le besé en la mejilla.
-Vaya, qué grande estás, has crecido mucho desde la última vez que te vi, eras así. –dije haciendo gestos con la mano, señalando una altura muy baja. Sonreí y miré a los gemelos.
-Ellos son tus… -me reí- primos. Sora y Riku, saludad a Kai. –los dos saludaron con la mano, cada uno a su manera.


KAI JR
Miré a mis primos, eran iguales. Alargué las manos y posé mis dedos en la nariz de cada uno.
-Como mola, son iguales…- Sonreí y bajé los bracitos. Agarré la pelota y se la enseñé a mis primos.
-¿Jugamos?- Sonreí de nuevo.


SAYA
Dejé a los gemelitos en el suelo y miré a Kai Jr.
-Kai, hijo, tengo que decirte una cosa.- Me agaché para estar a su altura.
-Necesito que me hagas un favor. Quiero que cuides de tus primos, ya que tú eres el mayor, necesito que ahora te comportes como un niño mayor…- Suspiré.
-Papá y yo nos iremos por un tiempo con la tía y el tío…- Kai borró la sonrisa de su rostro.
-Cariño… sé que no quieres que nos vayamos, pero no estarás solo. Tienes a los primos, a Kara y Neo, Jim y Erika también cuidarán de vosotros y además está Jimmy. Con él te lo pasas muy bien, ¿no?- Asintió.
-Pues ya está, peque, además, nosotros no tardaremos. Volveremos y nos iremos a casa.- Sonreí y le abracé.
-Tienes que ser muy fuerte…- Cerré los ojos.
-Te quiero, piojo.


KAI JR
Abracé a Mamá con fuerza… no quería que se fuese, ni ella ni mi Papi chulo.
-…no quiero que os vayáis, Mami…- Miré a los primos que me miraban con la pelotita.
-…yo…- Miré a mi Mamá.
-… yo también te quiero, Mamá.- Sonreí y la besé en la mejilla.
-Seré muy fuerte y protegeré a mis primos.


ERI
Sonreí cuando Kai dijo que protegería a los gemelos, era más maduro de lo que pensaba, quizá ser hijo de quien era y todo lo que había vivido el pobre niño le habían hecho más fuerte, miré a los gemelos, no les había dicho aún que nos marcharíamos, nunca nos habíamos separado de ellos, no sabía cómo se lo tomarían, pero con lo revoltosos que eran, supuse que estarían contentos sin tenerme detrás regañándoles cada segundo.
Me agaché y les acerqué.
-Peques… Mamá y papá también tienen que irse. –Riku frunció el ceño.
-¿A dónde os vais? ¿A comprar? –sonreí.
-No… Nos vamos durante un tiempo, os quedaréis con el primo y unos amigos… -me mordí el labio y les acaricié su pelito pelirrojo.
-El primo cuidará de vosotros, ¿verdad? –sonreí mirando a Kai.



KAI JR
Sonreí y asentí.
-Pues claro, yo jugaré con ellos, y le pediré a Jimmy que les enseñe a jugar a las cartas. Y a Kara que nos preparé bocadillos grandes y muy ricos con patatas fritas. Jim tiene muchos juegos en el ordenador, nos puede enseñar y jugamos con él. Erika me deja saltar en su cama y… y… ¡oh! Neo es el piloto de la nave y muchas veces me siento con él y me deja pilotar, como si fuese un coche de carreras.- Sonreí de nuevo.
-Es muy diver…


AXEL
Fui ha buscar a Kai y a las chicas después de hablar con el rey del Viento el cual nos proporcionó provisiones y tres caballos.
Fue generoso al llevarse a mis ciudadanos a su reino, allí estarían a salvo hasta mi regreso.
Encontré a las chicas con los niños.
-Ey, chicas. Tenemos que irnos ya.- Miré al pequeño Kai.
-¡Eyyy! Kai Jr. ¿Qué pasa, machote?- Choqué mi mano con la de él y sonreí. Revolví el pelo de mis niños y volví a mirar a las chicas.
-Os espero fuera, pero no os demoréis mucho.


ERI
Miré a los gemelos y bajé la cabeza.
-Bueno… -les abracé fuerte.
-Portaos bien, ¿vale? –les miré.
-Cuando vuelva no quiero que nadie me diga que habéis sido unos demonios… -les besé en la mejilla, a lo que los dos se pasaron la mano a la vez.
-Adiós… -me levanté, no quería pensar que me iba a separar de ellos, pero nos teníamos que ir. -Adiós, Kai, cuida de ellos, ¿vale? –le froté el pelo y salí de allí, esperé a Saya en el pasillo.



KAI
Encontré al fin a Kai Jr., estaba con Saya y los dem… gemelos de Axel.
-Eh, pulga, ven aquí. –le cogí en brazos.
-Ya te ha dicho mamá que nos vamos, ¿no?



KAI JR
Sonreí y asentí de nuevo cuando Papá me agarró en brazos.
-Si, ya me lo ha dicho. Pero tranquilo, seré muy fuerte y protegeré a mis primos hasta que volváis.- Sonreí y le abracé dándole un beso en la mejilla.
-Te quiero, Papi chulo.


KAI
Sonreí abrazándole.
-Y yo, pulga. –le besé en la mejilla.
-Ya sabes que tenéis a Kara y a los demás si necesitáis ayuda, y… intentad no volverla loca… más. –sonreí y le dejé en el suelo.


KAI JR
Me reí rascándome la nariz.
-Tranqui, Papi, seremos muy buenos.- Me lanzaron la pelota a la cabeza. Me giré y vi a mis primos que se reían.
-Au…- Me reí y agarré la pelota lanzándosela a ellos.
-Ahora veréis.


SAYA
Sonreí cuando vi al crío jugar con sus primos. Miré a Kai y le di un toqué suave en el brazo.
-Vamos.- Salí del cuarto junto con Eri.
Me sería difícil separarme de Kai Jr. y de los demás tripulantes… pero no había otra solución, mejor así… evitaríamos poner en peligro más vidas…



ERI
Salí fuera junto con Saya y Kai, Axel nos esperaba allí con tres caballos, aunque éramos cuatro… supuse que Saya no querría ir montada en uno, odiaba a los caballos a más no poder. Me acerqué a Axel y me situé a su lado.



KAI
Salimos fuera y vi que teníamos tres caballos a nuestra disposición. Me crucé de brazos y sonreí.
-Vaya… Cariño, ¿sabes qué va a ser lo más divertido del viaje? El transporte. –miré a Saya y sonreí, sabía que no querría montarse en un caballo ni loca, aunque había conseguido que montase conmigo.



SAYA
Salí junto con Kai y Eri.
Axel estaba junto con los caballos… suspiré… tendría que montarme en un bicho de esos…
-¿Por qué no te vas un ratito a la mierda, Kai?- Le miré devolviéndole la sonrisa.
Este Kai y sus bromitas con poca gracia…
-Voy a por un par de cosas antes de irnos… no tardaré…- Me alejé del grupo.



AXEL
-¿Ya os estáis picando? De verdad, vaya dos…- Suspiré y miré a Eri sonriendo y la ofrecí uno de los caballos. La había enseñado a montar y parece que se desenvolvía muy bien con estos animales, así que no había problema.
A continuación le entregué a Kai el suyo.
-Tome, usted, majestad.


KAI
Agarré las riendas del caballo y negué con la cabeza.
-¿Ahora me llamas majestad? –miré al caballo y después a su montura.
-Te conozco, le habrás aflojado las correas o algo y caeré de lado al subir, ¿no?



AXEL
Miré a Kai y pestañeé varias veces.
-No seas tonto, polito. No le he hecho nada, ¿cómo le voy ha hacer algo a tu caballito cuando me lo ha dado tu “amante” especialmente para ti?- Dije señalando a la sacerdotisa con la barbilla, la cual ayudaba a un par de ancianos a subir a un carromato.



KAI
Desvié la mirada y le di un puñetazo en el hombro.
-Vale, Axel, eso no ha tenido gracia, deja de hacer bromitas estúpidas con la sacerdotisa, ¿quieres? –me subí al caballo. Miré de reojo, Génesis seguía por ahí, lo mejor era ir hacia el Reino del Rayo cuanto antes.



AXEL
-Vale, vale, tranquilo.- Me subí a mi caballo y le miré.
-Lo que no sé es… ¿cómo te fijaste en una niña de 19 años teniendo a una pedazo de mujer como es Saya?- Desvié la mirada cuando me miró serio.
-Tranquilo… solo era una duda…- Me encogí de hombros.
-No sé… yo no podría fijarme en otra chica teniendo a Eri… supongo que cada uno tiene sus gustos…- Suspiré y miré al frente. Saya venía de nuevo hacía nosotros. Se había cambiado de ropa.
-Vaya, esa Saya me recuerda a la de hace 7 años.- Iba vestida como antaño. Con ropa ligera y armada con una carcasa llena de flechas y un arco.
-Kai, con todo el cariño del mundo…- Le miré
.-… eres tonto.


SAYA
Volví después de hacerme con flechas y un arco. Si íbamos ha estar fuera y por el bosque, mejor ir armada que sin nada.
Me había puesto ropa ligera y adecuada para andar oculta por el bosque… ahora si que tenía aspecto de ninfa.
Me coloqué la funda con las flechas al hombro mientras que en una mano llevaba el arco.
Me acerqué hasta los caballos.
-Ya he vuelto, podemos irnos.


KAI
Miré a Axel serio una última vez antes de dirigirme a Saya.
-Mira, mechero, no te metas en mis asuntos, son cosa mía, ¿has entendido? –me giré y miré a Saya, alargué la mano hacia ella, prefería que fuese en el caballo conmigo, aunque no sabía si conseguiría que subiese.



SAYA
Miré a Kai cuando le dijo eso a Axel. Fruncí el ceño extrañada… no sabía de lo que estaban hablando, pero ya me olía algo, pues Génesis seguía por ahí y de vez en cuando miraba hacia aquí…
Suspiré y miré la mano de Kai. Agarré las riendas del animal y me subí a la silla de un salto, colocándome detrás de Kai. No me gustaban nada esos animales, pero… teníamos prisa y no era momento de ponerme ha discutir.



KAI
Sonreí y agarré una de sus manos para que se agarrase a mí.
-No pasa nada. –el caballo estornudó.
-¿Ves? Sólo tiene un constipado de caballo, eso es todo. –solté una risotada e hice andar al caballo.


SAYA
Suspiré agarrando a Kai por la cintura con una mano mientras que con la otra guardaba el arco en la funda de las flechas.
Eché un último vistazo a la nave que se ponía en marcha. Los demás estaban asomados a las ventanas y a la cubierta y se despedían de nosotros con la mano.
Sonreí y me despedí de la misma manera.



AXEL
Agarré con fuerza las riendas de mi caballo negro y miré a mis acompañantes.
-El último es un huevo podrido.- Le di caña al animal que echó a correr con gran velocidad hacia el bosque.
-¡Woooooooo!- Grité introduciéndome en el bosque.



ERI
Me reí, al menos ahora Axel sí parecía él y estaba mucho mejor que antes. Mi caballo empezó a andar, siguiendo el de Axel, que ya iba mucho más adelante que nosotros, parecía que habíamos vuelto a nuestra adolescencia, cuando nos conocimos, aunque la verdad, Axel nunca había cambiado.


SAYA
Me reí levemente cuando Axel echó a correr montado en su caballo. Eri le siguió y después fuimos nosotros.
Resoplé agarrándome a Kai.

-Odio estos bichos…- Nos introdujimos en el bosque camino del Reino del Rayo. Tardaríamos dos días en llegar allí, por suerte teníamos provisiones para más de dos días.
-Cuando encontremos a Edward… ¿qué haremos?



KAI
La miré de reojo.
-Intentaremos hacer lo mismo que con Axel y Eri, que venga con nosotros, y creo que si no está de acuerdo, entre Eri y tú lo convenceréis, os quiere demasiado y no soporta ver vuestras caritas tristes… Pero te pido por favor, si intentas persuadirle poniéndole cachondo, que no sea delante de mí. –volví la mirada al frente, siguiendo el caballo de Eri.



SAYA
Puse los ojos en blanco sin decir nada.
Prefería no sacar el tema de los celos, saldríamos mal parados.
-Muy bien… lo que tú digas.- Suspiré y miré al frente, siguiendo al caballo de Eri y de Axel.



AXEL
Esperé hasta que me alcanzaron.
-Pero mira que sois lentorros, leches.- Me crucé de brazos y el caballo relinchó.
-¿Veis? Hasta el caballo se aburre.- Miré a Kai y sonreí.
-Kai, mueve tú cu-cu, mueve tu cu-cu, mueve tu ¿qué? Tu cu-cu.- Me reí.



KAI
Le miré cuando mi caballo pasó por su lado, no paraba de canturrear una gilipollez más grande que su cabezón. Le empujé haciendo que cayese a un charco que había justo en el lugar donde cayó.
-Vaya… ¿muevo mi qué? ¿Mi cu-cu? –puse los ojos en blanco y seguimos con el caballo.
-Como empecemos el viaje con tanta estupidez no vamos a llegar sin salir heridos. –miré a Axel e hice que el caballo fuese al galope.
-¡Pero mira que eres lentorro, leches!



AXEL
Me levanté del charco con todo el pantalón mojado.
-Ya te vale, polito…- Me sacudí el barro de los pantalones.
-¡Jo!- Refunfuñé como una nena.
-¡Qué es de seda!- Miré a Kai y le saqué la lengua.
-Te voy ha decir una cosita, Polito de Tutti fruti.- Kai se fue al galope sin escucharme.
-Ois…- Me crucé de brazos y miré a Eri.
-Como mi banana splits siga así, voy a tener que dejarle.- Puse los ojos en blanco y me monté en el caballo de nuevo.
-Capullo.- Salí detrás de Kai haciendo que el caballo corriese.
-¡Espérame, churri!


ERI
Me reí cuando Kai tiró a Axel al charco de barro. En seguida se levantó y se fueron todos al galope.
-¡Eh! ¡No corráis! –miré al caballo.
-Vale… -hice que el caballo fuese al galope, no me costó tanto como creí.
-Uh… qué bien, espero no perderme ahora. ¡Esperadme! ¡Estas competiciones son muy comunes en vosotros, deberíais corregirlo! –el caballo de Kai paró y el mío casi se chocó.
-Pe-pero no tan de repente… -me eché el pelo que tenía en la cara hacia atrás y me reí.
-Volvemos a ser niños.


AXEL
Me reí y frené al caballo.
-No digas eso, Eri, y menos delante de Kai.- Miré al Kai y le guiñé un ojo.
Miré a Saya cuando esta se inclinó a un lado y empezó ha echar la pota.
-Joder, Saya…que puto asco.- Me rasqué la frente.
-Como sigas así voy ha adivinar lo que comiste hace tres semanas.


SAYA
Miré a Axel.
-Cállate, joder…- Me bajé del caballo después de la carrerita. Me agarré del pelo y respiré hondo parar frenar las nauseas.
-Dios, que asco…- Cogí mi cantimplora y pegué un trago.
-Ya está, decidido, voy a patita.


KAI
Me bajé del caballo, señalé a Axel con el dedo.
-Cálmate un poquito, mechero, respira hondo. –miré a Saya.
-¿Estás bien? –la puse la mano en la nuca aplicando un poco de frío.
-¿Es por el caballo o…? –fruncí el ceño.
-El caballo, ¿no?



SAYA
Miré a Kai.
-¿Por qué otra cosa sería?- Me erguí aún mirándole.
-… espera… oh, venga, Kai.- Suspiré y me mojé la cara con el agua de mi cantimplora.
-Ha sido por el caballo… y no volveré a montarme, paso de volver ha vomitar…


KAI
Alcé las manos.
-Vale… ha quedado claro. Aunque no creo que vomitases si no corriese, pero como quieras, por el momento no subas si no quieres. –cogí las riendas del caballo y lo hice caminar.



SAYA
Asentí y suspiré de nuevo. Tenía mal cuerpo por culpa de ese maldito animal…
El resto del camino lo hice a pie. Axel iba el primero, un par de metros por delante de nosotros. Eri ralentizo la marcha de su caballo para poder caminar a mi lado mientras yo caminaba al lado de Kai. El mal estar y las nauseas fueron desapareciendo a medida que íbamos avanzando.
Empezaba a anochecer y necesitábamos descansar.
Paramos en el camino y Axel encendió una hoguera mientras Eri se encargaba de calentar la comida que nos habían proporcionado los habitantes del Reino del Viento.
Yo me senté en el suelo apoyando la espalda en un árbol. Cerré los ojos frotándome la nuca.



KAI
Me agaché delante de Saya mirándola.
-¿Te encuentras mejor? –posé la mano en su cuello, pensé que con el frío la aliviaría algo.
La besé en la mejilla.



SAYA
Le miré y asentí.
-Si, tranquilo, estoy mejor.- Bebí lo que quedaba de mi cantimplora.
-Voy a por agua, ¿lleno la tuya?- Me levanté y cogí la cantimplora de Eri y de Axel.



KAI
Asentí y me levanté.
-Si no te encuentras bien acuéstate ya. –cogí mi mochila de la silla del caballo y la dejé en el suelo. Cogí mi cantimplora y se la di.
-Voy a preparar la… “cama”.



SAYA
-No te preocupes, solo ha sido un pequeño mareo.- Cogí la cantimplora de Kai y le miré esbozando una leve sonrisa.
-Ahora vengo.- Me alejé en dirección al río que había a pocos metros del campamento.


KAI
La miré cuando se fue y suspiré, saqué los sacos y los extendí sobre la hierba alejados de la hoguera, aunque el de Saya lo coloqué un poco más cerca, dormir a la intemperie no era lo mismo que dormir bajo techo y podría coger frío.


AXEL
Reuní un poco de leña por si se apagaba el fuego, aunque conmigo como fogata sería difícil que se apagase.
Extendí una manta en el suelo y encima de la manta puse los sacos para mí y para Eri que se dedicaba a calentar la cena.
Me senté encima del saco y con un palo moví la leña que ardía en la hoguera.



ERI
Terminé de cocinar la cena y le pasé un pinchito a Axel.
-Ya está la cena. –Kai se acercó y se sentó un poco alejado, le di un pincho a él.
-Que aproveche. –sonreí y dejé el resto de los pinchos a un lado, había dos para cada uno.
-Jo… Hace tanto que no estamos así. –me encogí acercándome más al fuego.
-No recordaba el frío que hacía. –me reí.



AXEL
Miré a Eri con el pincho en la boca. Alcé una ceja y me acerqué a ella.
-¿Qué tiene frío la reina?- Me quité el pincho y la rodeé con mis brazos.
-Eso tiene fácil solución.- Sonreí y la achuché a mí para que estuviese más calentita… como solía hacer antes.
-Mucho mejor, ¿a qué si?


ERI
Sonreí y me acurruqué en su pecho comiendo mi pincho.
-Sí… me gusta esto. –cerré los ojos suspirando y me pegué a él, notando su calor por los hombros.
Miré a Kai.
-¿Y Saya?


KAI
Miré a Eri con la carne en la boca.
-¿Eh? –tragué.
-Ha ido a llenar las cantimploras de agua. –les miré.
-Uh, qué cariñosos. –seguí comiendo mi cena.



AXEL
Sonreí y miré a Kai.
-Eri tenía frío y yo como buen esposo le doy lo que quiere, calor humano.- Miré a Eri y la guiñé un ojo mientras la sentaba entre mis piernas.
-Es una mujer muy friolera y en cuanto sale del Reino, pues ya ves.- La besé en la frente cogiendo mi otro pincho.


SAYA
Volví de llenar las cantimploras. Los demás ya estaban llenando la barriga…
Me acerqué y les entregué las cantimploras a Axel y Eri que estaban muy acarameladitos frente al fuego.
Sonreí y me acerqué a Kai.
-Toma.- Me senté a su lado dándole la cantimplora.


KAI
Sonreí y cogí la cantimplora dejándola a un lado. Cogí un pincho y me senté detrás de ella, rodeándola con mi brazo libre, la ofrecí el pincho y apoyé la frente en su espalda notando que estaba fría.


SAYA
Cogí el pincho y mordí un cacho de carne.
-Mmmm… que rica.- Miré a Eri y sonreí agarrando entre mis dientes un dedo de Kai.
-Uy, lo siento, pensaba que estaba mordiendo el pincho, pero igualmente la carne sigue estando rica.- Me reí mirando a Kai de reojo.


KAI
Solté una risotada y di un mordisco a su nuca.
-Esta carne estás más rica que la del pincho. –sonreí y la acaricié el vientre cogiendo mi cantimplora.
-Fresquita… -bebí un trago de agua.



SAYA
Sonreí y miré de nuevo mi pincho el cual me llevé a la boca agarrando otro cacho de carne entre mis dientes.
Miré a Axel.
-Si quieres puede comerte mi otro pincho, yo no tengo mucha hambre.- Como no, Axel accedió encantado. Sonreí de nuevo y dejé el palito del pincho a un lado. Me acomodé entre las piernas de Kai y cerré los ojos suspirando.


KAI
Rodeé su cintura con mis brazos y la besé en la oreja.
-Estás tú muy rebelde, no me digas que estás bien porque te has mareado y ahora no tienes hambre. –la miré.
-Y no me mientas para no preocuparme.



SAYA
Le miré y fruncí el ceño, extrañada.
-No sé a donde quieres llegar, pero no me pasa nada. Solo me he mareado, sabes que no aguanto a esos bichos y más si echan a correr conmigo encima… ya me entiendes…- Rodeé su cintura con mis brazos apoyando la mejilla en su pecho cerrando los ojos.
-No sé que piensas tú, pero no me pasa nada.


KAI
Puse los ojos en blanco.
-Vale, vale, no volveré a subirte a una de esas horribles bestias si no es necesario. –la besé en la cabeza y comí mi otro pincho mientras acariciaba su espalda con la yema de mis dedos.



SAYA
Sonreí y le miré.
-Aún así te quedas con la duda… estos hombres.- Me senté sin apartarme de entre sus piernas y le miré.
-No estoy embarazada si es lo que piensas, y como sé que es lo que pensabas, y no puedes engañarme, te digo que no. Si lo estuviese lo sabría. Una madre sabe esas cosas.


KAI
Asentí.
-Te creo… No me supone un problema que estés embarazada, ya hemos dicho que vamos a tener otro niño, sólo… me preocupo por ti, ¿no puedo? –apoyé la cabeza en la suya.


SAYA
Le miré cuando apoyó su cabeza en la mía. Me encogí de hombros y suspiré.
-Supongo que si puedes preocuparte por mí… pero, lo de tener otro hijo, prefiero dejarlo para cuando terminemos con Draco… ahora no me atrevo.- Le miré y me senté delante de él.
-Por eso, quiero que desde ahora, cada vez que… bueno, cada vez que…- Miré a Axel y Eri y me acerqué a Kai para que no nos oyesen. Saqué de mi mochila un preservativo.
-Tendrás que utilizarlo.


KAI
Miré a Saya y solté una risotada. Cogí el preservativo.
-Usamos condón una de cada cinco veces desde que hemos vuelto a estar juntos y, ¿ahora tengo que usarlo siempre? Es… un poco absurdo, la verdad, y empiezo a pensar que me he quedado estéril o algo, es muy raro que en todo este tiempo no te hayas quedado embarazada…



SAYA
Le miré.
-Ya, bueno, no creo que seas tú. Debe ser que mi cuerpo es algo raro. Ya sabes que los cuerpos de las ninfas no están hechos para la maternidad… supongo que me quedé embarazada de Kai Jr. cuando dejé de ser ninfa pura, así que…- Señalé el condón.
-Tú de todas maneras, póntelo… no me apetece quedarme embarazada ahora… y mucho menos en esta situación.- Le miré.
-Ya lo intentaremos cuando volvamos a casa.- Rodeé su cuello con mis brazos.
-Allí tendremos todo el tiempo del mundo y nos olvidaremos de los preservativos… anda… por fi…


KAI
-Es una tontería… Pero vale. –me lo guardé en el bolsillo.
-Yo tampoco pretendía que te quedases embarazada ahora, sería peligroso e irresponsable traer un crío al mundo con todo el peligro que pasamos cada segundo. –suspiré y fruncí el ceño.
-Espera, ¿de dónde lo has sacado? Yo siempre se lo pido a Neo… ¿le has quitado un preservativo a Neo?



SAYA
Le miré y alcé las cejas.
-¿A… a Neo? Yo…- Negué con la cabeza.
-No le he quitado un preservativo a Neo…- Me mordí el labio al ver que suspiraba aliviado.
-… le he quitado más de uno…- Me miró y antes de que me dijese nada, pegué un saltó hacia arriba subiéndome encima de una rama.
-Neo tiene muchos y si se lo pedía seguro que se negaba, así que, he tenido que quitárselos.- Dije desde la rama encogiéndome de hombros.


KAI
La miré.
-A Neo… No se los has podido quitar a Jim, no, se los has quitado a Neo. Kara los cuenta con cuentagotas, como vea que faltan les vas a meter en un lío… -fruncí el ceño y me incorporé.
-Coño, ¿y eso a mí qué me importa? –bebí un poco de agua.
-Le habrás dejado alguno… ¿no?



SAYA
Sonreí mirándole.
-Pues claro, le habré dejado cinco o seis. Los demás los tengo en la mochila. Yo creo que con los que les he dejado tienen de sobra.- Me tumbé sobre la rama apoyando la cabeza sobre mis manos aguantándome la risa… madre mía la que me iba ha caer…


KAI
Suspiré.
-Qué traviesa eres. –sonreí y la miré de reojo. Me quité la camiseta y la dejé a un lado.
-Yo me acuesto ya, hoy ha sido un día movidito.



SAYA
Le miré de reojo y sonreí.
-Muy bien, que descanses Copito de mi vida.- Escuché la risa de Axel cuando le llamé “Copito” a Kai. Solté una risotada y volví la mirada hacía el cielo negro de la noche. No se veía la Luna, pero las estrellas brillaban con mucha fuerza.



ERI
Cuando terminamos de cenar busqué la manta que había cogido y me la puse sobre los hombros, miré a Axel y le empujé los hombros haciendo que se tumbase, yo me puse sobre él en su saco y sonreí.
-Te echaba de menos.


AXEL
Sonreí cuando Eri me tumbó sobre el saco de dormir. Me llevé las manos a la nuca dejando que se acomodase encima de mí.
-¿Si? ¿Me echabas de menos?-La di un beso en la mejilla.
-¿Y echabas de menos mis besos?- La di otro beso en el cuello y otro bajo la barbilla. Sonreí y posé mis manos en su culito, por encima del saco.
-Uuuuuh… yo si que echaba de menos esto… ji,ji,ji…


ERI
Me reí y le di un manotazo.
-Estate quieto, que están ellos ahí. –le saqué la lengua y sonreí. Apoyé la cabeza en su hombro y acaricié su cuello.
-Menos mal que estás calentito, porque hace una rasca aquí en el bosque… -me acomodé en su pecho.


AXEL
Me quejé cuando apartó mis manos de su traserito.
-Jooo… tú puedes manosearme y yo a ti no, pues me da igual que estén ellos aquí.- Volví a posar mis manos en su culito.
Sonreí y acaricié con una mano su nuca mientras que con la otra acariciaba su traserín.



ERI
Me puse de morros.
-Tienes mucha cara, guapo. –le miré.
-En serio, desde que pasó aquello casi ni me rozas, ¿no te dabas cuenta? –le acaricié el pelo del flequillo.



AXEL
Suspiré y desvié la mirada llevando una mano tras mi nuca.
-Ya…lo sé y sabes que me arrepiento de lo que hice… solo me centré en los problemas de la ciudad y me desatendí de vosotros totalmente…- La miré de nuevo y sonreí levemente. Ascendí mi manos por su espalda hasta su nuca y acerqué su rostro al mío haciendo que juntase sus labios con los míos.
La besé con suavidad recorriendo sus labios haciendo que mi calor entrase dentro de su cuerpo.



ERI
Cuando me besó respiré fuerte al notar un escalofrío por toda la espalda, ya que el calor entró de lleno en mi interior. Relajé mis hombros posando mis manos en su pecho y le miré medio alelada cuando soltó mis labios, solté una risa tonta.
-Bueno… te perdono…


AXEL
Sonreí alzando una de mis cejas.
-Je,je,je… creo que no he perdido mi toque.- La di otro beso en los labios y me tumbé de lado abrazando a Eri contra mi pecho.
-Es mejor que descansemos, nena, mañana tenemos otro largo día de camino.- La besé en el cuello y cerré los ojos suspirando.


ERI
Solté un suspiro.
-Vale… -solté una risotada y me acurruqué entre sus brazos, era muy cálido y no tardaría en dormirme entre sus brazos, siempre me protegía y mantenía a salvo sólo con estrecharme entre sus fuertes brazos.


AXEL
Cerré los ojos y besé su frente con suavidad hasta que se durmió.
Sonreí y la tapé bien con la manta para que no cogiese frío.
Cerré los ojos y me relajé esperando que pudiese conciliar el sueño.



ÁNIMA
En la nave había gente nueva: unos niños pequeños pelirrojos, que eran gemelos, decían que eran los príncipes del Reino del Fuego, y otro chico que sería de mi edad, Kara me dijo que era “el plasta de su hermano”. Erika y Kara se habían tirado toda la tarde siguiendo a los gemelos, que no paraban de corretear por la nave, el pequeño Kai las ayudaba.
Al fin habían caído rendidos y habían podido acostarles, la nave por fin estaba en total silencio cuando salí de las duchas con el albornoz puesto.



JIMMY
Estaba en el cuarto de Ánima, como siempre. Saya y Kai se había ido con los reyes del País del Fuego a por mi padre… y encima dejaban a dos niños más en la nave… menudo día…
Estaba en el baño del cuarto de Ánima refrescándome un poco. Me había lavado el pelo después de la tarde con esos niños, les había enseñado a jugar a las cartas y demás cosas.
Salí del baño con el pantalón del pijama puesto y secándome la nuca con la toalla. Ánima aún seguía en las duchas, así que me senté a los pies de la cama para esperarla.



ÁNIMA
Entré en la habitación y cerré la puerta, cuando me giré vi a Jimmy sentado a los pies de la cama, me llevé la mano al corazón.
-Qué susto… -me reí.
-Pensé que te estabas duchando. –me acerqué y me arrodillé delante de él.


JIMMY
La miré cuando entró.
-Acabo de terminar de ducharme.- Sonreí secándome el pelo con la toalla.
Me levanté.
-Voy fuera mientras te pones el pijama.- La miré y la guiñé un ojo mientras me acercaba a la puerta.


ÁNIMA
Me levanté.
-Oh, tranquilo, no será necesario, tiene fácil solución. –volví mi cuerpo transparente.
-Tarán. –me reí y me quité el albornoz, se lo entregué y me puse la ropa interior y el camisón sobre el cuerpo, haciéndolos invisibles conmigo cuando los tocaba. Miré a Jimmy, que no sabía exactamente donde estaba, y me acerqué a él. Pillándole desprevenido, posé mis labios sobre los suyos, haciendo que mi cuerpo volviese a la normalidad junto a la ropa.


JIMMY
Sonreí y bajé la mirada al suelo, aunque estuviese invisible, le sería incómodo que siguiese mirando. Me rasqué la nuca esperando a que terminase de vestirse.
Me quedé paralizado cuando noté que me besaban. Entonces fue cuando vi que Ánima volvía a su estado normal.
Solté una risotada apartándome levemente.
La miré sin dejar de reír.
-Lo siento, es que…- Suspiré.
-… ha sido… no me lo esperaba.


ÁNIMA
Me reí y retrocedí un paso.
-Tranquilo, contaba con ello. –sonreí ampliamente, desde que nos besamos en la cubierta me había dado algo de vergüenza hacerlo otra vez, pero no me había sido tan difícil, y esperaba que no se sintiese incómodo.
-No estás molesto… ¿no?



JIMMY
Sonreí y la miré.
-¿Molesto? No… no lo estoy.- Bajé la mirada un momento suspirando. Volví a mirarla y me acerqué a ella.
-¿Desde cuando besarte se ha vuelto una molestia?- Dije cerca de su oído acariciándola el cuello con una de mis manos.



ÁNIMA
Suspiré, sintiendo que me daba un escalofrío cuando me rozó el cuello y me habló al oído. Solté una risotada bajando la cabeza algo sonrojada, no le miré directamente.
-Y si no es una molestia… ¿por qué no me has devuelto el beso?



JIMMY
Sonreí y la miré descendiendo mis manos por su cuello hasta su nuca. Hice que alzara la cabeza hasta que sus labios tocaron los míos. Sonreí rozándolos de nuevo sin llegar a besarla. Cerré los ojos y cogí una gran bocanada de aire antes de pegar mis labios a los de Ánima por completo.
La besé con ímpetu pero con suavidad al mismo tiempo sin dejar de acariciar su nuca.
Pase mi otra mano a su cintura sin dejar de besarla.


ÁNIMA
Rodeé su cuello con mis brazos, pegándome a él mientras nuestros labios no se separaban, rozándose y acariciándose. Agarré el pelo de su nuca entre mis dedos, estaba claro que si uno besaba al otro, ya no había vuelta atrás, no nos separábamos de ninguna de las maneras



JIMMY
Seguí besándola con más intensidad agarrando su nuca con más fuerza para que no se separase de mí.
Fruncí el ceño levemente agarrando su camisón entre mis dedos respirando con fuerza mientras mis labios disfrutaban con el contacto de los de Ánima.
Cogí otra bocanada de aire para a continuación volver a besarla igual que antes, con el mismo ímpetu.
Sin darnos cuenta, acabamos junto a los pies de la cama. Hice que Ánima se inclinase hacia atrás hasta que pegó su espalda al colchón por completo.
Mientras seguía besándola, me acordé de su misión y de lo que tenía en mente.
Me separé levemente y la miré con mi respiración entrecortada.
-Lo siento…- Me separé del todo dejándola sobre la cama con suavidad.
-… perdona… no quería…- Sonreí levemente.
-Me he dejado llevar, lo siento.


ÁNIMA
Le miré algo confusa y preocupada a la vez, ¿qué le habría frenado?
-No… no entiendo… ¿qué quieres decir? –me levanté mirándole directamente.
-¿Por qué… has hecho eso?


JIMMY
Me froté la cara y la miré cuando me preguntó.
-Yo… creo que me he emocionado un poco…- Sonreí de nuevo intentando convencerme a mi mismo de que no era grave…
-No pasa nada, yo… me dejo llevar bastante por la situación y si no llego a controlarme…- Señalé la cama.
-… lo siento de verdad…


ÁNIMA
Le miré a él y luego a la cama cuando la señaló, en ese momento se me cruzaron varias cosas por la cabeza. Le miré y tragué saliva.
-¿Qué quieres decir? ¿Pretendías llegar a más del beso? –suspiré, no era… malo, era normal que quisiese… eso, llegar a más.
-No… lo siento yo, es mi culpa que te hayas frenado… lo siento.



JIMMY
La miré y negué.
-No seas idiota, Ánima. No es tú culpa… si no me hubiese frenado yo solo lo habrías hecho tú, así que, prefiero haberme adelantado.- Me senté en la cama rascándome la nuca.
-… soy… demasiado impulsivo. Tengo que empezar a controlarme si no quiero que ocurran cosas de las que me pueda arrepentir después.


ÁNIMA
Le miré y me agaché delante de él, apoyando mis manos en sus rodillas y le miré a los ojos.
-Creo que lo que quieres hacer no supone ningún problema, la verdad… Aunque… -bajé la cabeza, sabía que me estaba sonrojando otra vez.
-Bueno… me gustas de verdad, no me gustaría que esto fuese una simple tontería… me gustaría ir despacio, conocerte, saber más de ti… -le miré.
-Quiero hacer esto contigo, pero… no ya… lo entiendes, ¿no?



JIMMY
La miré y suspiré. Negué con la cabeza.
-Ánima, te entiendo, pero… no deberías hacer esto conmigo, por eso me he frenado… deberías reservarte para aquel que va ha ser el padre de tus hijos… no sería correcto que yo…- Negué de nuevo.
-No sabes, no tienes ni idea de todo lo que significas para mí. En un solo día te has convertido en algo fundamental para mí, en solo un día… ¿Te das cuenta de lo que significa eso?- Me froté la frente.
-Por eso… no puedo hacerte esto… lo único que debo hacer es mantenerte con vida y ayudarte a cumplir tú misión… aun que… me cueste respetarlo…


ÁNIMA
Fruncí el ceño y agarré su rostro entre mis manos.
-Escúchame bien, James, no eres el único que se siente atado, un solo día, como tú dices, ha bastado para que nos encontremos y acabemos juntos, si ha pasado así significa algo. –le acaricié con suavidad.
-Que tenga que tener hijos de alguien de mi raza no quiere decir que no pueda hacer esto contigo, ¿quién lo prohíbe?


JIMMY
La miré y agarré sus manos.
-Yo…- Cerré los ojos y me levanté.
-Me crearon para destruir, no para amar…tal vez por eso no me salieron las cosas bien con Erika y lo que tú me cuentas, para mí, es difícil de comprender…- La miré.
-… ¿qué harás cuando encuentres a ese chico de tú misma raza? No podrás seguir conmigo y lo más seguro es que él reclame lo que es suyo…


ÁNIMA
Me levanté.
-Primero quiero dejarte clara una cosa: La responsable de mi vida soy yo y no pertenezco a nadie. Cuando encuentre a un chico de mi raza haré lo que creo que debo hacer si él está de acuerdo, pero no quiero perderte a ti, Jimmy, por eso necesito que confíes en mí y aceptes que vaya a tener hijos de otro chico… Si no eres capaz de aceptar eso es lo que dificulta las cosas. –desvié la mirada.
-Sé que suena egoísta, pero si lo piensas bien, es como si fuese inseminación artificial. Por lo que tengo entendido, has sido creado, por lo que no puedes tener hijos, es como si, al no poder tenerlos contigo, solo busquemos la manera de tenerlos… -bajé la cabeza.
-Pensé… que de esa forma podría funcionar de algún modo… pero me temo que las ideas que yo tengo no encajan con las tuyas… soy demasiado egoísta…



JIMMY
-No es egoísmo, Ánima, ¿pero piensas que voy ha quedarme tranquilo pensando que otro tío te está…?- Me froté la cara con mis manos.
-No quiero seguir hablando de esto, Ánima… lo siento, pero tengo que asimilar muchas cosas…- La miré y suspiré. Me acerqué a la puerta y abrí saliendo del cuarto.
Cerré la puerta con suavidad apoyándome en ella. Cerré los ojos y suspiré… esto me venía demasiado grande…



ÁNIMA
Suspiré y me senté en la cama mirando al suelo. Él ya lo había pasado bastante mal por su parte y ahora que yo podía facilitarle la vida, estar con él y ser feliz y punto, no hacía más que meter la pata…
Pero tenía una responsabilidad, y no podía hacerla oídos sordos, hacía tiempo que lo tenía más que aceptado, ¿por qué ahora me costaba tanto intentar cambiarlo?
Me tapé la cara con las manos, no podía pedirle que hiciese eso por mí, era demasiado, lo mejor era que me largara de allí y continuase con mi misión yo sola, sin hacer daño a nadie más, descartando mi felicidad para siempre… con un poco de suerte encontraría a alguien que de verdad me comprendiese, pero eso se me antojaba imposible, porque yo quería que ese alguien fuese James, y no otro…