¡Busca por capítulos!

Dejad vuestros comentarios

Nos gustaría saber la opinión de los lectores de esta historia, por favor, dejad comentarios, y si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntar ^^

Para el que no sepa hacerlo: Al final del capítulo hay un apartado donde pone "X comentarios", pinchad ahí y os dará la opción de comentar ;)

viernes, 8 de enero de 2010

Capitulo- LXXIV- LA ALDEA AQUA

EDWARD
Noté cómo me sonaban las tripas, me llevé la mano al estómago.
-Ñaaaar… Nene tiene hambre, esto de salir con provisiones justas para no llevar peso no es bueno, yo engullo como un elefante, voy a morir de hambre… -miré en mi bolsa y saqué una barrita energética.
-¿Por qué haré caso a mi madre? “Llévate esto, ocupa poco y llena mucho”, ¡y un cuerno!


ERI
Miré a Eddie.
-Eddie… ¿estás… hablando solo? –me miró con carita triste.
-Oh, pobrecito… -busqué en mi mochila y saqué una bolsa de patatas, se la di.
-Ten, te la regalo. –sonrió feliz y la cogió espachurrándola contra su pecho, me reí.
-Qué feliz con unas patatitas.


AXEL
Miré a Eddie y después a Eri y sonreí.
-¿Ya está el glotón engullendo? Te pondrás fondón, grandullón.- Me reí recostándome sobre la cabeza del caballo el cual me dio un coletazo en el culo con su cola peluda.
-…Ay…


ERI
Me reí cuando el caballo atacó a Axel.
-Hacía mucho tiempo que no salíamos así, es normal que no nos ajustemos tan rápido a la marcha, a mí ya me duele el culo… -dije frotando mi culito.



AXEL
Miré a Eri y sonreí.
-Si tanto te duele el culito, deja que te lo cure… ñam, ñam…- Me dio un manotazo.
-¡Jou!...- Volví ha recostarme sobre el caballo que resopló.
-Si, lo sé… yo también me aburro…- Resoplé igual que el caballo.
-¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Falta mucho?...


KAI
Señalé a Axel con el dedo.
-Vuelve a preguntar si falta mucho como si fueses un crío en un viaje a casa de la abuela y haré que tengas que llevar tú al caballo en brazos. –volví a colocar la mano sobre la de Saya, parecía que se había calmado un poco.


AXEL
Miré a Kai y le saqué la lengua. Volví la mirada al frente suspirando y apoyando el mentón entre las orejas de mi montura.
-¿Falta mucho? ¿Falta mucho? ¿Faaaalta muuuuuchooooo? ¿Faaaaaltaaaa muuuuuuucho?- Miré a Kai de reojo cuando empecé a canturrear y me reí.



KAI
Le tiré a Axel una castaña que había cogido de un árbol a la cabeza.
-Calla, idiota, intento que Saya se duerma, así no se mareará, pero si no te callas se irritará más, mendrugo. –suspiré.



AXEL
-Ay…- Me froté el melón después de que Kai me tirase una castaña. Miré a Saya que estaba detrás de el apoyando la cabeza en su espalda.
-Ooooh, pero que mona es cuando duerme y más agarradita a Kai.- Sonreí.
-Ssssh… ya me callo.- Dije en un susurro.



KAI
Suspiré y miré a Saya, parecía que había conseguido que se quedase dormida, aunque no me fiaba mucho de que no fuese a despertarse por cualquier ruido que hiciese el idiota de Axel o si Edward si pusiese a gritar como una niña por cualquier estupidez.



SAYA
Me había conseguido dormir, estaba más segura agarrada a Kai aunque fuese en caballo y eso facilitó las cosas para relajarme y conseguir conciliar el sueño, aunque fuese un ratito…
No estaba dormida del toda, escuchaba las voces de Axel desde lejos y la de Kai retumbar en su espalda, pero aún así estaba más tranquila.
Al final todo se quedó en silencio, solo se escuchaba las pisadas de los caballos y las copas de los árboles moverse por la suave brisa a parte de la respiración y el latir del corazón de Kai.
En esos momentos me sentía muy bien… hasta que un sonido nuevo y extraño llegó hasta mis oídos… era como si el viento soplase más fuerte en compás con las copas de los árboles…
Fruncí el ceño y abrí los ojos… alcé la cabeza rápidamente cuando me pareció que una sombra nos sobrevolaba…
Me quedé mirando hacia arriba escuchando aquel leve sonido atenta.


KAI
Sonreí cuando vi la cara de tranquilidad que tenía Saya, aunque no la podía ver bien, ya que estaba pegada a mi espalda. Seguimos caminando cuando Saya separó su rostro de mí.
Giré la cabeza para mirarla, ella miraba al cielo.
Detuve al caballo y miré donde ella tenía clavada los ojos.
-¿Qué pasa?


SAYA
-¿No… no lo oyes?- Le dije en un tono bajo, era mejor no alzar la voz.
-Es… como un aleteo, ¿no lo oyes?- Miré a Kai que miró también hacia arriba. Axel empezó a hablar y ha decir chorradas.
-Sssssh… calla, idiota, guarda silencio…- Miré de nuevo hacia arriba, entonces fue cuando volví a ver aquella sombra parar como una flecha por encima de nosotros… agarré a Kai con fuerza poniéndome nerviosa al igual que los caballo que empezaron a relinchar y patalear intentando huir de allí.
Esa presencia ya la había notado antes, miré a Kai.
-Larguémonos de aquí….- Un chillido muy agudo y chirriante provocó que nos tapásemos los oídos. Miré de nuevo hacia arriba, entonces fue cuando la vi. Era Aleera, se había transformado en un monstruo alado, no había perdido su forma “humana”, pero aún así, parecía un monstruo. Se rió y voló hacía nosotros en picado.
-¡Vamos, vamos, vamos!- Pegué con mis talones en las ingles del caballo haciendo que echase a correr mientras Aleera nos perseguía.



AXEL
-¡Mierda! ¡¿Qué coño es eso?!- Pregunté haciendo que mi caballo galopara detrás del de Kai.
-¡Joder! ¡¿Esa es la guarra de Draco?!- Al decir eso, la arpía se cabreó aún más y voló hacía mí con intención de atraparme, con sus ojos centelleando y esos colmillos.
-¡Lo siento, lo siento, lo siento!- Agaché la cabeza, me arañó la nuca, dejé escapar un gemido de dolor y volví a alzar la cabeza llevándome la mano a la nuca… la muy hija de puta me había herido y tenía sangre en la nuca.
Hice que el caballo corriese más deprisa, era mejor salir de allí.



ERI
-¡Axel! –fruncí el ceño e hice que mi caballo se detuviese, aunque se mantuvo sobre sus patas traseras, en ese momento saqué mi arco y mis flechas, apunté lo más rápido que pude y disparé, la flecha atravesó una de las alas de la secuaz de Draco, se giró hacia mí.
-Hora de correr. –hice que el caballo corriese lo más rápido que podía, huyendo de ella.



SAYA
Giré la cabeza y vi que Aleera iba detrás de Eri que intentó cogerla por los hombros, pero se agachó antes de que la alcanzase y pasó de largo sobre nosotros. El caballo de Kai paró de golpe cuando Aleera se posó sobre el suelo de manera ligera y grácil ante nosotros volviendo a su forma original. El animal se alzó sobre sus patas traseras agitando las delanteras con tal de defenderse.
Aleera sonrío de manera que sus colmillos sobresalían de su labio inferior.
Agarré mi arco y una flecha y la apunté para evitar que se acercase.



ALEERA
Miré al Rey del Hielo y después a la princesa y sonreí soltando una ligera risotada. Incliné la cabeza y les volví a mirar.
-Es un placer para mí volver a veros, majestades.- Sonreí de nuevo y vi que Saya me apuntaba con su arco y una flecha, me reí.
-¿Vas ha atacarme?- Di un paso hacia delante y Saya soltó su flecha haciendo que se clavase en mi hombro.
Miré la flecha y después a ella agarrando el extremo. Tiré de la flecha arrancándola de mi piel. La herida se curó en seguida. Miré la flecha ensangrentada y sonreí dejándola caer al suelo.
-Vuestras armas no me hacen nada.



SAYA
Agarré otra flecha y la apunté de nuevo.
-La próxima vez no fallaré, te lo prometo.- Aleera se rió de nuevo pasando la mirada por cada uno de nosotros. Se puso seria un momento antes de volver a transformarse en el monstruo de antes. Agité las alas haciendo que cayésemos de nuestros caballos los cuales salieron huyendo.
Aleera volvió a gritar, me tapé los oídos, era insoportable.


KAI
Me tapé los oídos con fuerza, esa hija de puta iba a dejarnos sordos. Me apeé del caballo y busqué mi espada entre las fundas que había en el caballo, cuando la saqué la cubrí totalmente de hielo y me aparté del resto.
-¡Ven a por mí, zorra! –lancé hielo contra ella.


ALEERA
Miré a mi querido rey de Hielo.
-Mmm…- Ronroneé y me reí.
-¿Es una proposición?-Me reí con más ganas sin dejar de mirarle.
-No puedo olvidarme del sabor tan dulce que tenía tu sangre.- Me relamí los labios y me lancé a por él rugiendo de furia. Le empujé haciendo que chocase contra un árbol.
Me reí de nuevo alzando el vuelo.
Una flecha me rozó una de mis alas.
Miré y vi que había sido la princesita. Gruñí y me lancé en picado a por ella que empezó a correr entre los árboles.
Saqué las garras e intenté agarrarla, pero se me escapo, aún que logré arañarla toda la espalda haciendo que gritase y cayese al suelo.
Me posé en una rama y me lamí los dedos manchados de sangre.
-Deliciosa.



KAI
-¡No toques a Saya! –cargué la espada e hice que de ella saliesen varias estacas de hielo dirigidas a Aleera, tres se clavaron en su espalda, una le atravesó un ala y la otra se quedó incrustada en su hombro. El resto pasaron y largo, aunque una quedó clavada a pocos centímetros de Saya.
Corrí hacia allí para enfrentarme a Aleera a corta distancia.



ALEERA
Miré al reycito y rugí lanzándome sobre él aún con el hielo in mi espalda. Cargué con mis colmillos y mis garras.
-¡Te haré pedazos y después me bañaré en tu sangre!- Mi voz ya no sonó tan melodiosa, estaba llena de furia.
Justo cuando tenía a Kai a mi alcancé, una barrera de fuego hizo que retrocediese quemándome la cara y las manos.
Grité de dolor sacudiendo la cara para apartarme el fuego.



AXEL
Cree una barrera de fuego entre Kai y la arpía de Draco. Eso logró que retrocediese y evité que atacase a Kai.
Cubrí mis manos de fuego y empecé a lanzarla bolas cada vez que se intentaba incorporar.
Hice que se alejase de los demás con cada bola que la lanzaba.
-¡Ahora no pareces tan peligrosa!- Seguí con mis bolas de fuego. La arpía me miró gritando de nuevo des esa manera insoportable.
-¡Joder con la cantante de opera!- Me tapé los oídos entonces fue cuando aprovechó y me golpeó haciendo que cayese al río y así mi fuego se extinguiese.


EDWARD
-Joder, joder, y yo sin mi lanza, ¿¿quién me manda guardarla en una vitrina?? –corrí hacia la arpía de Draco, no podía ayudar a Axel a salir del agua, podría achicharrarle.
-¡Eri, ayuda a Axel! –corrió hacia Axel sin dudarlo y, cuando estuve cerca de la tía con colmillitos, lancé dos rayos con ambas manos, provocando que se inmovilizara por la electricidad.
-No molestes a mis amigos.


ALEERA
Grité de dolor y de rabia. Agité las alas haciendo que la electricidad rebotase contra el señorito de fuego, el cual estaba en el agua y la otra chica que estaba a su lado.
-Deberías preocuparte por tus amigos, hombrecito.- Siseé mirado como se estaban electrocutando.
Me reí de nuevo sacudiendo mis alas.
-No pararé hasta acabar con vosotros.



EDWARD
Absorbí la electricidad, la muy capulla la estaba utilizando contra Axel y Eri, tuve que dejarlo, pero no veía manera de luchar contra ella si cada vez que hacíamos algo en seguida se curaba, la dolía, pero si las heridas no la debilitaban no había manera, quizá había que hacer algo para que perdiese toda la sangre, así quizá no se regeneraría, o al estilo zombie, rebanarle la cabeza…
Corrí hacia Saya, estaba herida y necesitaba que Kai hiciese algo.
-Kai, decapítala, ¡vamos!


KAI
Miré a Edward cuando se acercó a Saya, miré a Aleera.
-¿Cómo coño quieres que la decapite, Edward? ¡Está volando! –negué con la cabeza y me levanté corriendo hacia ella, volví a lanzarla estacas de hielo, podría congelarla, pero para ello necesitaba usar el viento, y Eri no estaba disponible en esos momentos.



ALEERA
Me reí.
-¡No podréis conmigo!- Sonreí.
-¡Sois insignificantes para mí, ningún poder vuestro me matará!- Me reí de nuevo agitando las alas. Me posé en una rama y miré al rey de Hielo, el único que seguía en pie.
-¿Vas a matarme, hombrecito de nieve?- Dije con voz sensual mientras sonreía con mis afilados dientes. Me reí de nuevo.
-Una lucha entre tú y yo, eso me excita mucho.- Solté otra risotada.



KAI
-Me importa muy poco lo que te excite, Aleera, porque pronto dejarás de sentir. –lancé varias estacas con la espada mientras cargaba con mi mano derecha una placa y hielo fina, para que cortase, una vez estuvo encargada de esquivar las estacas, le lancé la placa lo más fuerte que pude, haciendo que alcanzase mucha velocidad, apuntando a su cuello.


ALEERA
Esquivé las estacas con facilidad y cuando se acercó con intención de cortarme la cabeza, le miré sonriendo y desaparecí ante sus narices. Aparecí detrás de él y le golpeé el la cara mandándolo a varios metros de distancia lejos de mí.
-Qué lástima, es una pena tener que matarte…- Dije agazapándome en la rama y sonriendo.



KAI
Genial, me había dado justo donde me había hecho daño el día anterior, eso iba a ser una putada en un par de horas.
Me levanté agarrando mi espada, debía estar atento a sus movimientos y evitar que me pillase desprevenido. Alcé varios cristales de hielo a mí alrededor, creando una barrera, sólo podía atacarme desde el cielo.



ALEERA
Le miré desde la rama en la cual caminaba sinuosa vigilándole.
Sonreí.
-Un par de trocitos de hielo no te salvarán, Kai.- Agité las alas y emprendí el vuelo para tener mejor alcance.
-Muchos Fríos se han enfrentado a mí y han muerto bajo mis colmillos, ¿por qué ibas ha ser diferente?- Le miré y gruñí. Giré sobre mi misma y me cubrí con mis alas mientras me lanzaba contra Kai en espiral y a gran velocidad. Así, si tocaba algún cristalito evitaría que me dañase.
Atravesé la barrera y agarré al rey por los hombros clavándole mis garras en la piel. Alcé el vuelo con él hasta alcanzar una buena altura. Le solté y dejé que cayese en picado. Fui detrás de él y antes de que impactase contra el suelo, le agarré del tobillo y le lancé con fuerza contra las ramas de los árboles.


KAI
Intenté que los golpes que estaba recibiendo no me afectasen para seguir en pie, era una clara desventaja, y además había perdido mi espada en el camino. Me sentía débil, pero tenía que seguir, el único que quedaba en pie era Edward, y estaba protegiendo a Saya.
Me levanté y cubrí mi cuerpo de hielo, al menos eso me protegería algo de los golpes.
Corrí hacia Aleera profiriendo un grito de guerra y lancé varias cuchillas de hielo hacia ella, al ser muy finas, atravesaban los puntos vitales con precisión, y no atravesaban del todo, sino que se quedaban incrustadas en el interior del cuerpo, esperaba que al menos eso la debilitara algo.



ALEERA
Bufé con fuerza cuando me atacó. Me miré el cuerpo.
-Si intentas buscar mis puntos vitales, estás perdiendo el tiempo.- Me reí y le miré.
-Pues no tengo, muñequito de nieve… ¡yo ya estoy muerta!- Rugí y me lancé sobre él tirándole al suelo conmigo encima. Rugí de nuevo intentando morderle, pero no me dejaba.
Clavé las garras en sus hombros de nuevo y volví a intentar morderle con más fuerza.
-¡Te arrancaré la yugular!



KAI
Grité de dolor cuando clavó sus garras en mis hombros, cogí mis manos y atravesé su pecho con fuerza, aunque mis manos se quedaron atascadas, no tenía suficiente fuerza. Empecé a aplicar hielo en su caja torácica, no encontraba más formas de matarla, lo hacía a la desesperada.



SAYA
Me levanté apartando a Edward, corrí a toda velocidad y agarré la espada de Kai por el camino.
Proferí un grito de guerra y rabia corriendo hacia Aleera que en ese momento no me miraba y salté hacia ella clavándola la espada en la garganta. Me dejé caer al suelo sobre una de mis rodillas jadeando.
Aleera se volvió hacia mi con la espada en su garganta, la cual estaba congelando.
Me levanté y la miré aún jadeando preparada por si intentaba atacarme, pero no fue así. Aleera empezó a congelarse desde dentro sin parar de gritar hasta que el hielo la congeló del todo la garganta y dejó de emitir sonido, después fue extendiéndose poco a poco por su cara y sus extremidades. Me acerqué a ella y agarré el mango de la espada extrayéndola y haciendo que su cuerpo se desquebrajase y se rompiese en mil pedazos de hielo.
Miré al suelo mientras los restos de Aleera se desintegraban. Solté la espada ensangrentada dejándola caer al suelo y suspiré aliviada.
Había matado a Aleera.



KAI
Me apoyé en el suelo recuperando el aliento, tenía los hombros ensangrentados y algún que otro hueso roto después de tanto meneo, pero al fin Saya había acabado con Aleera.
Cogí aire y me levanté no sin esfuerzo. Me acerqué a Saya y la abracé, el costado se me resintió, debí tener alguna costilla rota.
-¿Estás bien?



SAYA
-Si, estoy bien.- Aparté con el pié un pedazo de hielo con los restos de Aleera.
Miré a los demás, parecían estar bien, el único que estaba herido era Kai.
-Siéntate y descansa.- Tenía la zona de los hombros ensangrentados.
-Será mejor que te cure eso…


KAI
-Estoy bien, no es nada grave… -tuve que agarrarme a ella para no caerme.
-Aunque creo que me sentaré… -sujetándome con sus brazos me senté apoyando la espalda en un árbol, ella tenía la espalda destrozada y Axel y Eri casi salen electrocutados, el único ileso era Edward, todos se acercaron, los pelos que llevaban Axel y Eri no tenían precio, me reí.



AXEL
Me acerque a Kai y me senté a un lado.
-Dios, un poco más y no lo cuento…- Kai empezó a reírse de mí y de mis pelos.
-¿Qué pasa?- Me froté el pelo intentando bajármelo un poco.
-Pues no deberías reírte, porque tú no estás para tirar cohetes, macho…- Suspiré y miré los restos de la guarra esa.
-Joder… era dura de roer, ¿eh? Madre mía, la muy perra…


ERI
Aún estaba algo chocada con lo que había pasado minutos antes, me senté al lado de Axel peinando mi pelo con las manos, aunque seguía en su sitio, parecía que llevaba una peluca afro.
Sentía el cuerpo entumecido, miré a Axel.
-Ha sido como… como la silla eléctrica… -me dejé caer de espaldas al suelo.



AXEL
-Necesito unas buenas vacaciones…- Me froté la nuca quitándome la chaqueta mojada y escurriéndola. De uno de los bolsillos cayó un pez.
-Uy… pues vaya…- Me reí y me dejé caer al lado de Eri.



EDWARD
Me rasqué la nuca mirando como todos estaban molidos.
-Bueno… voy a buscar a los caballos, vosotros descansad un poquito… -me fui por el bosque, me sentía en parte culpable por ser el único que había salido ileso de la situación, pero ahora me tocaba ayudarles, curarles y lo que hiciese falta.
-¡Claro que sí, son mis amigos! –miré a mi alrededor.
-Ya estoy otra vez hablando solo…


AXEL
Después de que Eddie volviese con los caballos y los botiquines, decidimos alejarnos de esa zona y nos retiramos a unas cuevas apartadas.
Estaban en lo más profundo del bosque y parecían deshabitadas… vamos, no había problema de que ningún oso se me agarrase a la pierna mientras dormía.
Por suerte, el río pasaba por allí, así que, decidí ir a darme un bañito.
Me tiré a bomba y automáticamente, del agua empezaron salir burbujitas.
-Esto si que es vida. Mi propia sauna.- Empezó a salir humito junto con las burbujitas.
Suspiré y metí la cabeza dentro del agua creando yo mis burbujitas con la boca.


ERI
Sonreí cuando Axel se tiró al agua, mantenía la alegría en el cuerpo a pesar de que hacía poco que casi morimos…
-Voy a preparar las cosas, Kai debería acostarse, debería reposar, y yo estoy algo cansada también. –a Kai le ayudaba Eddie a caminar, le miré, Kai me estaba mirando algo extrañado, sonreí y entré en la cueva.



EDWARD
Sonreí cuando Kai se quedó extrañado porque Eri estaba siendo amable con él otra vez.
-¿Te piensas que todo el mundo es rencoroso, tío? Qué poco sabes de la vida. –le di un golpe en la espalda, a lo que reaccionó cayendo hacia adelante.
-¡Ala, ala! –le agarré.
-Perdón, jo, tío, estás para el arrastre… -me miró.
-Te llevo dentro… -pasé su brazo por mis hombros, aunque eso le levantó del suelo, y le llevé dentro.


AXEL
Estaba en la gloria, el paraíso… el bosque del Edén dentro de la sauna.
Tenía los huesos molidos después de la descarga y el baño me estaba sentando de maravilla, lo bueno es que la única herida que tenía era en la nuca, pero ya casi estaba curada, por lo demás… ni me quejaba.
-¡¡Es la nooooche del amooooor!! ¡¡Na, na, na, naaaaaaa, na, naaaaaaaa!!- Canturreé relajándome. Me eché agua por los brazos y la cabeza sin dejar de canturrear… como si estuviese en la ducha de mi casita…
-Uy mira, un pececillo…- Solté una risotada cuando se espantó.


ERI
Me había quitado la ropa y me había quedado solo con una chaqueta de Axel, que conseguía cubrirme hasta los muslos.
Fui hasta el río, vi a Axel de espaldas cantando, me tapé la boca evitando que me oyese reírme, pero estaba demasiado concentrado en su música y en un pececito.
Me acerqué hasta quedarme a un par de pasos de la orilla detrás de él.
-Oye, Axel… -sonreí cuando me miró.
-¿No crees que para que sea la noche del amor me necesitas a mí? –me deshice de la chaqueta dejándola caer al suelo, me metí en el agua y me situé delante de él sonriendo.



AXEL
Me quedé con la boca abierta y con cara de gilipollas cuando vi a Eri aparecer desnudita, como Dios la trajo al mundo… ¡Y encima con mi chaqueta!... ¡Dios, estaba la mar de sexy!
Volví a meter la cabeza bajo el agua creando más burbujitas cuando se despelotó del todo.
-Brurrrruruuurrbrbrrrr…- Dije debajo del agua.
Saqué la cabeza y la miré echándome el pelo hacía atrás.
-Deberías ponerte mi chaqueta de vez en cuando, nenita…- Me acerqué hasta ella.
-Grrrrrr… a papi le apetece algo dulce esta noche, baby.


ERI
Sonreí y posé las manos en sus hombros juntándome a él apoyando mi frente en la suya, le agarré de la cara y le besé colocándome entre sus piernas. Pasé una de mis manos por su pelo mientras le besaba hasta que llegué a su nuca, donde frené por la herida.
-Pobrecito… esa zorra te ha hecho daño… -le acaricié el pelo.


AXEL
Asentí cuando dijo lo de la zorra.
-Siiii… me ha pegado por que yo la llamé arpía, pero eso no es un insulto si ella de verdad era una arpía… me ha hecho mucha pupita…- Apoyé la frente en su hombro y la abracé.
-Ha sido muy mala, muy mala… malísima…- Toqué uno de sus pechitos.
-Uuuuuh… ahora estoy mucho mejor.- Sonreí.



ERI
Le miré esbozando media sonrisa.
-Eres un aprovechado y un traviesillo. –dije dándole un toque en la nariz, volví a besarle, posando mis manos en su pecho y acariciándolo, me separé levemente, sin dejar de rozar sus labios con los míos.
-Me gusta que seas travieso…


AXEL
Miré a Eri y esbocé media sonrisa traviesa.
-Nena, yo nací haciendo pedorretas con la boca, es normal que siga siendo travieso. Y con el paso del tiempo seguiré siendo aún más travieso.- La agarré pegándola a mí.
-Ven y cómete a tu travieso.- La pegué un mordisco en el hombro.



ERI
Sonreí y cerré los ojos, le miré sonriendo y bajé mis labios a su cuello y le besé acariciando todo su pecho y abdomen, clavé las uñas ligeramente en su pelvis y volví a besarle en los labios.
-Qué rico… -sonreí.


AXEL
Solté una risotada cuando sentí sus uñas en mi pelvis, muy cerca de mis partes reales.
-Cuidado donde clavas las uñas, gatita… ¿a caso quieres que se despierte el pequeño Axel?- Sonreí y la besé mordiéndola primero el labio.



ERI
Me mordí el labio sonriendo.
-Puede que quiera que se despierte… -le volví a besar, apoyando mis manos a cada lado de su cuerpo, evitando su escapatoria.



AXEL
Me reí y la miré alzando una ceja.
-Wojojojo, me tienes totalmente acorralado, no me esperaba eso de ti.- Sonreí agarrando sus muslos haciendo que se alzara levemente para poder sentarla encima de mí.
La besé lentamente y con fogosidad sin apartar las manos de sus muslos, los cuales acariciaba de manera que mis dedos presionasen su piel mientras los deslizaba de arriba abajo.



ERI
Respiré fuerte sin separarme de sus labios, él sabía hacerme temblar incluso teniendo el calor que tenía con su cuerpo pegado al mío, la temperatura del agua, y la situación en la que me tenía.
Sentía escalofríos por la espalda de continuo, y tenía la piel erizada en la totalidad de mi cuerpo. Parecía mentira que llevásemos años casados, parecía que era la primera vez que hacíamos esto.


AXEL
La besé suavemente por el cuello notando como se le ponía la piel de gallina. Sonreí y seguí dándola besos por el cuello presionando mis labios en su piel mojada.
Con mis manos, me encargaba de estimular su cuerpo con caricias por los muslos y sus costados utilizando la yema de mis dedos al igual que las palmas de las manos.
Noté que mi temperatura iba en aumento a medida que pasaba el tiempo dándonos caricias mudamente.
Sonreí y la besé en los labios haciendo que sintiese una oleada de calor cuando mi aliento se coló por su boca.


ERI
Cerré los ojos y clavé las uñas en su pecho cuando sentí que la temperatura de su cuerpo aumentaba, estaba acostumbrada, pero se notaba cuando Axel iba cogiendo el punto, su cuerpo aumentaba unos diez grados, y no es que tuviese una temperatura baja antes, por lo que me abrasaba enterita, y me encantaba. El agua también empezaba casi a hervir, salía humo y burbujas, sonreí.
-Cálmate, vaquero, o el nivel del agua bajará y acabaremos sin ella…-me reí.



AXEL
La miré y esbocé media sonrisa.
-¿Ahora quieres que me calme? Creo que es demasiado tarde.- Sonreí y la volví a besar de la misma manera que antes. La agarré de los muslos y penetré cerrando los ojos con fuerza sin dejar de besarla.
Hacía tiempo que no hacía el amor con Eri, y ya lo iba echando de menos…



ERI
Solté una exclamación, me había pillado por sorpresa. Jadeé agarrándome a sus hombros.
-Se nota que me has echado de menos… -susurré sonriendo cerca de su oído, le acaricié la espalda mientras seguía con las penetraciones.



AXEL
Sonreí posando las manos a cada lado de su cintura y apoyando mi espalda en la orilla del río sin dejar de moverme.
-¿Qué si lo echaba de menos?... buff, nena…-Eché la cabeza hacia atrás.
-Esto es vida…- Mi temperatura seguía en aumento junto con mi respiración.


ERI
-Eso te pasa por pasar de mí todo este tiempo… -solté un gemido, por lo que tuve que taparme la boca, una cosa era arriesgarme a hacerlo ahí, y otra muy distinta era que me oyesen.
Seguí moviéndome mientras acariciaba su pecho con intensidad, pero qué bueno está mi marido…



AXEL
Cerré los ojos jadeando mientras Eri se movía haciéndome disfrutar de lo lindo.
-¡Oh, joder, Eri! Tú si que sabes hacerme disfrutar…- Apreté mis dedos contra sus muslos dejando escapar un gemido.
Me moví con más energía agarrando a Eri de la cintura para tenerla sujeta y que las penetraciones fuesen más sentidas.



ERI
Cuando Axel empezó a gemir le tapé la boca con ambas manos.
-Hazme… -jadeé- Hazme un favor… no grites… -sonreí y le besé con intensidad, agarrando sus manos bajo el agua ardiendo.



AXEL
Solté una risotada mirándola sin dejar de jadear.
-Lo siento, nena… pero no puedo hacerlo, necesito… necesito desfogarme…- Deslicé mis dedos por su espalda apretando su piel.
-¡Dios!- me mordí el labio.


SAYA
Iba de camino a las cuevas con las cantimploras llenas. Estaba echa polvo y necesitaba echarme un ratito a ver si conseguía dormir algo, aun que… tal y como estaba Kai, no dormiría mucho.
Pasé por al lado del río… en que momento se me ocurrió pasar, debí de quedarme un buen rato más llenando las cantimploras, pues Axel y Eri estaban zumbando de lo lindo ahí en medio…
-…mierda…- Vi que me miraban.
-¡Oh, joder! Esto… lo-lo siento, seguid, yo ya me iba…- Anduve con más rapidez hacia las cuevas aguantándome la risa.
Es más… entré partiéndome el culo de la risa.



ERI
Por un momento me pareció ver a Saya, pero debieron ser imaginaciones mías, entonces fue cuando la oí hablar, me aparté de Axel a toda velocidad y me alejé tapándome. Dios, nos había visto en pleno acto, nos había visto…
Me tapé los oídos como si eso sirviera de algo, sabía que mi rostro había alcanzado un color rojizo sobrenatural, Dios, qué vergüenza…


AXEL
Miré a Saya y después a Eri cuando se apartó.
-… a dios a la gran vida...- Miré a Saya mientras se iba.
-Gracias… Saya…- Me levanté y salí del agua dejando que volviese a la temperatura que tenía antes.
-… vaya mierda, en que momento se le ha ocurrido aparecer…- Cogí una toalla de mi mochila y me la enrollé alrededor de la cintura.
Miré a Eri que se tapaba los oídos y todo…
-Eri… ¿qué haces? Qué solo ha sido Saya, no es para tanto…- Suspiré y negué… menuda mujer… se lo tomaba todo a la tremenda, ni que se hubiese muerto alguien…
Salí del río y cogí mi mochila dirigiéndome a la cueva.



EDWARD
Estaba pasando un palito por la tira del pantalón de Kai, que estaba durmiendo, intentando hacerle cosquillas debajo del pantalón, cuando Saya entró, me quedé quieto. Entraba riéndose, pero no dijo nada, entonces entró Axel con cara de habérsele jodido el polvo.
Miré a Saya y a Axel alternadamente.
-Oh, de puta madre, Saya, eres la polla. –me reí, pero me puse serio cuando me miró Axel.
-Lo siento, tío, pero… menuda putada…


SAYA
Miré a Axel cuando entró y me tapé la boca automáticamente para evitar que me matase por haberle jodido el polvo…
-Lo…lo siento Axel… de verdad…- Dije mordiéndome el labio mientras me sentaba en la manta al lado de Kai.
-Perdón…pero la culpa es vuestra, anda que no hay bosque, no, tenéis que hacerlo a dos pasos de las cuevas…- Me reí de nuevo tumbándome de la risa. Me tapé la boca pafra no despertar a Kai.



AXEL
Miré a Eddie y después a Saya, se descojonaban… puse los ojos en blanco y me dirigí mi saco sentándome y quitándome la toalla para vestirme.
-Sé que el bosque es muy grande, Saya, pero si nos ha entrado el calentón ahí, pues hacemos el amor ahí sin importarme quién pueda estar cerca o lejos…- me encogí de hombros.
-Seguro que la que lo pasará mal es Eri… se lo toma todo a la tremenda y no querrá ni mirarte a la cara… ni a la mía…- Resoplé y me tumbé después de ponerme los calzoncillos y los pantalones.
-Buenas noches.


KAI
Me giré, estaba oyendo a todo el mundo reírse, y como tenía el sueño ligero, a tomar por culo. Saya estaba a mi lado descojonándose y Axel dijo algo de calentón y polvo, es decir, Saya les había jodido el polvo.
-Saya… deja de reírte, es una putada. –la di con el pie en el suyo.
-Y vente aquí conmigo, que tengo frío. –me acerqué más a ella, definitivamente tenia una o dos costillas rotas, porque tenía un hematoma en el costado y me dolía a horrores.



SAYA
Miré a Kai y me giré tranquilizando un poco la risa.
-Lo siento, nene… no quería despertarte… es que…- Me tape la cara un momento para controlar la risa y le miré.
-Ha sido sin querer… yo pasaba por allí y les vi… jo…- Me rasqué la nuca.
-Me hubiese ido sin decir nada, pero Axel me vio y me puse nerviosa…


KAI
-Sea como sea, dormiros ya y dejad dormir. –me acurruqué a su lado agarrando su chaqueta hacia mí, por culpa del dolor me iba a costar dormirme otra vez.
-Y Axel, no te preocupes, alguna vez nos ha pasado a todos.



SAYA
Miré a Kai cuando dijo eso. Fruncí el ceño e intenté recordar.
-Ohm…- Asentí , pues era verdad, más de una vez han entrado las doncellas de Kai en el cuarto mientras estábamos en plena faena… o cuando no era el cuarto, era en el despacho de Kai, o si no en los baños o si no en la cocina encima de la encimera o si no en…
Sacudí la cabeza sonrojándome… ¿cómo se me ocurría pensar en eso ahora?
Miré a Kai, estaba muy mimoso, normal… estaba malito y lo que necesitaba ahora era mimos míos.
Sonreí y le besé en la cara con cuidado de no darle en ningún hematoma.



ERI
Volví a la cueva, seguía sonrojada, aunque supuse que no era algo como para morirse, seguía con la vergüenza, Saya nos había visto y no me gustaba saberlo. No quise mirar a nadie directamente, Saya se había ido riéndose y había oído a Edward también.
Me senté en mi saco y me tapé.
-Buenas noches.


SAYA
Eri llegó y se tumbó en su saco para dormirse.
No miró a nadie y noté que aún seguía sonrojada. Suspiré y volví la mirada a Kai que intentaba conciliar el sueño de nuevo.
Le acaricié la mejilla con suavidad y le besé en la frente, tal vez con mis caricias y mis besos se relajase y el dolor cesase para que consiguiese dormir.
Cerré los ojos sin dejar de acariciar a Kai y esperé a que el sueño se apoderase de mí… menos mal que ya nadie se reía y reinaba el silencio en la cueva…


EDWARD
Nos levantamos bastante tarde, el primero en despertarse fue Kai, pero no despertó a nadie más, por lo que se nos hizo tarde para desayunar, de modo que comimos directamente, después reanudamos la marcha, aunque Kai iba tambaleándose en el caballo y más de una vez se desviaba del camino porque estaba medio sopa. Una de las veces que cerró los ojos…
-¡¡Oh, no!! ¡¡Es Aleera, ha vuelto!! –abrió los ojos y sacó la espada. Empecé a reírme a carcajada limpia.


SAYA
Iba caminando al lado del caballo de Kai, de vez en cuando este se desviaba y yo tenía que tirar de las riendas para volver a enderezarle en el camino.
Una de las veces Edward le gastó una broma de mal gusto. Le miré.
-Eddie, no seas tan capullo…- Miré a Kai.
-Guarda la espada antes de que le saques un ojo a alguien anda…- Suspiré y seguí tirando del caballo.


KAI
Guardé la espada, me quité una bota y se la tiré a Edward a la cabeza, dándole en todo el cogote, enseguida empezó a quejarse.
-Vuelve a hacer una broma de esas y lo próximo que te tire será el caballo. –saqué una botella de ron que llevaba y di un trago, a ver si me despejaba.



SAYA
Miré a Kai.
-¿Pero qué coño haces?- Le quité la botella.
-¿Te pones a beber estando como estas? ¿Quieres ponerte más tonto aún?- Me guardé la botellita en el bolsillo trasero de mi pantalón.
-Pues se acabó por hoy.


KAI
-Sólo intentaba despejarme un poco, joder… -me tapé la cara con la mano.
-Si cierto individuo rubio no hubiese roncado como un león esta noche no estaría pasando esto… -me bajé del caballo.
-Se acabó, iré andando, así no me quedo dormido.



SAYA
Miré a Kai cuando se bajó del caballo.
Suspiré y le seguí tirando del animal.
-Kai, podemos parar un rato si quieres, te echas y descansas un poco, no tenemos prisa hasta llegar a la guarida de Draco, aún falta mucho para llegar…- Posé una mano en su hombro.
-Además, estás mal herido y no te has curado del todo…- Le miré.
-Vamos, no intentes negarte ni te hagas el fuerte y el machote, necesitas dormir un rato.


KAI
-Estoy bien, las heridas se están curando solas bastante rápido, el único inconveniente es el costado y ya no me duele, tenemos que movernos rápido si no queremos que Draco nos cace antes de que le demos caza nosotros, si paramos mucho, perderemos tiempo, así que andando. –seguí caminando.



SAYA
Le miré y suspiré soltando al caballo, me crucé de brazos y le seguí.
-Hombre cabezón, orgulloso e imbécil… no estás curado y lo sabes, tienes que parar y descansar un poco, si fuese yo la herida seguro que pararías encantado.- Me puse a su lado y le agarré del brazo.
-No seas tan idiota y descansa un poco, por favor.- Le miré a los ojos decidida y segura de que si se volvía a negar yo misma le pararía.



KAI
No la miré directamente, sabía que si lo hacía acabaría por ceder, y no teníamos tiempo como para pararnos a descansar por mí.
-En serio, estoy bien, descansaremos por la noche, ya hemos dormido bastante por la mañana… -seguí tirando del caballo.



SAYA
Le miré mientras cogía el caballo. Saqué de mi bolsillo trasero el botellín con ron y me acerqué de nuevo a Kai. Le agarré de la mano y deposité en ella su botellín.
-Toma, y haz lo que quieras, paso de preocuparme más…- Le miré seria y me giré para seguir caminando… este hombre y su orgullo ante todo… Dios…



KAI
Suspiré y seguí tirando del caballo, parece que le costaba más a él que a mí seguir andando. Edward se atrasó hasta quedar a mi altura y me susurró algo, pero le puse la mano en la cara para no oírle.
-Déjame en paz, coño, que no me has dejado dormir. –le empujé y él volvió a ir más adelante.


SAYA
Me puse al lado de Axel que iba el primero. Suspiré y me acomodé la carcasa de las flechas en el hombro… odiaba que los hombres fuesen tan orgullosos, joder… yo también soy orgullosa pero…
Resoplé y alcé la cabeza. Una flecha me rozó la cara haciéndome una pequeña rajita en el moflete. Axel me miró asustado y después la flecha. Cogí mi arco y apunté a los árboles por si veía alguna cosa…
-¿Y ahora que pasa?- De repente, un grupo de personas con pieles encima empezaron a rodearnos y a apuntarnos con armas.


NIKY
Fue toda una suerte cruzarnos con turistas en el bosque. Con lo único que nos encontrábamos eran con soldados de Draco y más soldados y más soldados todavía, pero bueno, la suerte estaba de nuestro lado.
Los miembros de mi grupo salieron al ataque tendiéndoles una emboscada, no nos reconocerían ya que íbamos tapados con las pieles de los animales que cazábamos.
Los tigres diente de sable también se unieron a nosotros, por lo que también les rodearon, rugiendo y amenazándoles con sus dientes.
Yo y mi joven acompañante fuimos los últimos en salir una vez rodearon a los viajeros.
Me acerqué hasta ellos empuñando mi espada la cual la posé en uno de mis hombros.
-Buenos días, caballeros, sin son tan amables de darnos todas sus pertenencias, dejaremos que se marchen sin causarles ningún dolor innecesario.


KAI
Saqué mi espada y me acerqué a Saya.
-Fíjate, nosotros no estamos ahora con ganas de daros nada, así que vais a tener que iros por donde habéis venido. –posé la espada en el suelo, la alzaría si nos amenazaba.



NIKY
Me reí mirando al espantapájaros que tenía en frente. Tenía pinta de cansado y por su aspecto, estaba herido… iba a ser muy fácil quitarles sus cosas.
Miré a sus acompañantes, había un Piro con ellos y un tío grandote, de ese se podía ocupar los dientes de sable… y dos mujeres, una montada a caballo… que parecía estar a su bola y la otra…
Fruncí el ceño.
-Coño…- Me quité la piel que tenía para que me cubriese el rostro y la miré.
-¡Chochín!- Me acerqué y la abracé alzándola en el aire.
-¡Pero cuanto tiempo, bomboncito mío!- Sonreí y la dejé en el suelo, parecía confundida y asustada.
-¿No te acuerdas de mí?...- Alcé una ceja y la junté a mí besándola en los labios.


SAYA
El hombre que nos amenazaba se quitó la piel que le cubría el rostro. Le miré y abrí los ojos ampliamente.
-Mierda, pero…- Me abrazó alzándome en el aire para después… después… después besarme…
Me quedé tan tiesa como un palo mientras me besaba. Cerré el puño con fuerza y lo estrellé en su cara dura.
-¡Niky! ¡¿De qué coño vas, idiota?!


KAI
Me quedé algo confuso cuando pasó todo aquello, el tío que nos amenazaba incluso había besado a Saya.
-Vale… -miré a Saya.
-¿Un ex? ¿Un ligue? ¿Una aventura? ¿Quién coño es este tío? –le miré, era un caradura.
-Tú, empieza a cantar, ¿por qué esas confianzas?


NIKY
Miré al alma en pena frotándome la mejilla golpeada por mi dulce Saya.
-Conozco a Saya desde que la nombraron ninfa en el País del Agua, desde entonces no me he olvidado de ella.- La miré.
-Incluso sin tus poderes de ninfa estás igual de hermosa, Saya, yo diría que incluso mucho más guapa.- Sonreí.
-Yo era uno de sus muchos pretendientes, pero claro, ella nos mandaba al carajo en seguida, a parte de que había esperanzas vanas en seducirla, pues no se dejaba tocar, pero ahora…- La agarré de la cintura.
-Como te he echado de menos, ninfa de mi amor.


SAYA
Le miré apartándome.
-No me dejaba tocar por ti ni antes ni ahora, deja de sobarme, pareces un pulpo, joder…- Me aparté de él.
Los demás se quitaron las pieles al igual que Niky… todos eran Aquas…
-……… pensaba… que con la destrucción del Reino del Agua… los Aquas también habían desaparecido…


NIKY
Miré a Saya y sonreí.
-¿Pero qué dices, mujer? El reino fue destruido, pero nosotros sobrevivimos… bueno… la mayoría la palmaron, eso es verdad, pero nosotros logramos seguir viviendo ocultos en una pequeña aldea. Draco no sabe de la existencia de nuestra guarida. Allí tenemos comida y bastante agua para abastecernos…


KAI
Alcé una ceja.
-Pues es una pena que de toda la gente buena que pudo haber sobrevivido tú estés entre ellos, no me digas que eres el líder… -suspiré, entonces abrí los ojos.
-Espera, ya me acuerdo de ti… -le agarré de la camisa.
-Tú eres el capullo que no dejaba en paz a Saya en mi ausencia, ¿verdad?



NIKY
-Eh, eh, eh, eh, tranquilo pupas, no quiero pelea…- Hice que me soltara ya que mis acompañantes le apuntaron con sus arcos y sus flechas.
-Calma, colega, no quiero que haya más derramamiento de sangre, y más estando la preciosa Saya delante…- La agarré de la mano con suavidad y deposité un dulce beso en el reverso de su mano. Vi que desviaba la mirada algo ruborizada, sonreí y solté su mano con delicadeza.
Miré al mártir y alcé las cejas.
-Entonces… tú eres…-Miré a Saya de reojo y después de nuevo al esperpento que tenía delante.
-El Rey del Hielo…- Los demás Aquas se arrodillaron cuando me oyeron pronunciar aquellas cuatro palabras…
-Vaya… pues estás un poco… ¿qué te ha pasado? Te recuerdo más juvenil y con más vitalidad…


KAI
-Es que Saya es una fiera en la cama, no sabes lo que agota… -la gente se rió.
-Es que tuvimos un pequeño enfrentamiento con una de las putas de Draco, y se cebó conmigo. –me encogí de hombros y me giré.
-Bueno, nosotros seguimos, tenemos cosas importantes que hacer.


NIKY
Miré al Rey del Hielo cuando se giró y los demás le siguieron.
-Espera…- Le alcancé.
-No tiene muy buena pinta y por lo que aprecio en tu rostro estás herido… ¿Por qué no pasáis la noche en la aldea? Allí podrás descansar…- Miré a Saya y después a Kai.
-Como disculpa por haber intentado robaros… por favor…


SAYA
Miré a Niky y después a Kai… la verdad es que era buena idea, así Kai sanaría más rápido y mejor con las medicinas de las mujeres Aqua…. También sería una oportunidad para mí de sentirme como en casa una vez desde hace casi ocho años…
-Kai… creo que sería lo mejor, pasar allí la noche, descansas y recuperarás tus fuerzas… sabes muy bien que esta noche no dormirás de un tirón por culpa de los dolores…- Le miré.
-Por una vez te pido que accedas a lo que te pido…


KAI
Suspiré rascándome la nuca.
-Bah, haced lo que queráis, yo no soy el líder de esta expedición, si te apetece quedarte, pues ala, nos quedamos, pero sigo insistiendo en que por mí no hagáis nada de esto. –la miré, parecía ansiosa de querer volver con los Aqua, y yo pensando que los odiaba…



SAYA
Le miré y suspiré.
-No, déjalo, si vas en ese plan prefiero largarme, no se qué coño te pasa hoy, pensaba que te alegraba el cargarme a Aleera, ¿no? Sé que estás herido y cansado pero no es plan de que te comportes así, Kai.- Me giré y agarré las riendas del caballo tirando de él. Miré a Axel y a los demás.
-Vamos, nos largamos de aquí.- Dije seria y me puse a caminar.



NIDY
Me había mantenido en mi sitio desde que descubrí que entre los “turistas”, como Niky los solía llamar, estaba Saya. No estaba segura si se acordaría de mí después de tantos años, además, yo había cambiado mucho desde la última vez que nos vimos, pero por suerte, Niky hacía algo bien por una vez, y les pidió que se quedasen, por desgracia, habían decidido que se marchaban, pero yo quería ver a Saya, no podía dejar que se fuese sin saludarla…
Me hice paso entre sus compañeros hasta llegar a ella, aparté a Niky del camino y abracé a Saya.
-No te vayas aún, por favor, te he echado de menos, no te vayas sin saludarme… -la miré, no estaba segura de si me reconocería.



SAYA
Mientras caminaba, una chica de no más de 17 años de acercó hasta mí abrazándome y pidiéndome que no me fuese sin saludarla…
-…..- La miré cuando ella me miró, cogí aire y solté las riendas del caballo y mi funda con las flechas y el arco.
Agarré la cara de aquella chica entre mis manos y la miré con mis ojos empapados en lágrimas…
-..Ni… Nidy…- Sonreí y la abracé contra mí con fuerza. Cerré los ojos y dejé que mis lágrimas se desbordasen. No era pena, si no alegría…. Conocía a esa chica desde que tenía tres años. Solo al mirarla a la cara, recordaba a esa niñita y lo bien que me hacía sentir cada vez que venía a verme al templo.
Sonreí de nuevo sin dejar de abrazarla.



NIDY
Se acordaba de mí, no me hizo falta ni decirla mi nombre, se acordaba de mí…
La abracé con fuerza.
-No te vayas, por favor, quiero que te quedes un poco conmigo, por favor, quédate… -la supliqué sin soltarla, la había echado mucho de menos, no había día que pasara sin que me acordase de ella.



SAYA
La miré de nuevo, estaba muy mayor, pero aun seguía siendo mi niña…
-Dios… estás bien…- La abracé de nuevo.
-Te he echado de menos, pequeña mía…- Me reí levemente y me separé para mirarla bien.
-Espero que el cabezón de Niky haya cuidado bien de ti.- Sonreí de nuevo.
-Me alegro mucho de verte, Nidy…- Me suplicó que nos quedásemos.
-Ya…-Bajé la cabeza.
-Eso no lo decido yo, tendrás que preguntárselo al señor del Hielo, pero cuidado, está que muerde.


KAI
Posé mi mano en mi frente.
-Joder, qué plasta, pero sí ya he dicho que si quieres nos quedamos… Estas mujeres y su maldito concepto de todo. –miré a la chica, si iba con Niky, era porque era la niña pequeña que siempre estaba con Saya en el templo, la tenía mucho cariño.


SAYA
No miré a Kai, me estaba hartando de su orgullo y me estaba cansando de él y era lo que más temía, pero si las cosas seguían así no iba aguantar más… estaba tragando demasiado.
Agarré la mano de Nidy y la miré.
-Yo me quedo, los demás que hagan lo que les dicte su Jefe.- Miré a Niky para que me guiase a la aldea.



NIKY
Asentí y sonreí. Me giré hacia Kai.
-Si queréis quedaros, podéis hacerlo. Sois bienvenidos en nuestra aldea.- Miré de nuevo a Saya y con un movimiento de cabeza, les indiqué que me siguiesen.
-¿Vamos?


EDWARD
Sonreí cuando dijeron que podíamos quedarnos en la aldea.
-Genial, fijo que ahí hay comida, yo me apunto a la fiesta, y como me apunto yo y Eri me quiere mucho, se viene conmigo, ¿a qué sí? –tiré de ella, aunque ni la dejé responder, ella me siguió, llegué al lado de Kai y le hinqué el dedo en el costado malo, a lo que se retorció.
-Jode, ¿eh? Pues deja de portarte como un gilipollas y tira para adelante. –miré a Axel.
-Pichón, ¿te vienes?


AXEL
Me encogí de hombros sobre el caballo.
-Bueno, si no hay más remedio, iré.- Hice que el caballo echase a andar hacía donde nos indicaba el “amiguito” de Saya, la cual ya se había vuelto a mosqueas con Kai, el cual…estaba de humor de perros, siempre estaban igual…
Suspiré y negué mientras caminaba sin decir nada, solo contemplando el paisaje.



NIDY
No solté la mano de Saya mientras los guiábamos hacia nuestro hogar, Saya había sido una gran amiga para mí y siempre me había cuidado, al igual que yo a ella.
-Llegamos a pensar que estarías muerta, no sabes cómo me he quedado al verte, estás guapísima, no cambiarás nunca…


SAYA
Sonreí.
-Si yo te contara.- La miré sin borrar la sonrisa de mi rostro.
-Tú si que estás guapa, Nidy, me imaginaba que pegarías el estirón, pero no de esta manera… guao…- Miré a Niky que iba delante de nosotras y había escuchado nuestra conversación al ver que se reía.
Pasé mi brazo por detrás de los hombros de Nidy dándola un beso en la sien.
-Cuidadito con lo que haces con Nidy, salidorro, te tengo calado.- Me reí de nuevo sin soltar a mi niña.


NIDY
Sonreí.
-Tranquila, Saya, no es capaz de tocarme, sólo piensa en ti y lo que te hará cuando te pille por banda una vez estemos en la aldea, así que la que debería tener cuidado eres tú. –tiré un poco de un mechón de Niky.
-Te estaré vigilando.


NIKY
Giré la cabeza y miré a Nidy junto con Saya.
-Jo, pero mira que eres chivata, Nidy, y yo que pensaba pillar ha Saya desprevenida mientras… no sé, se da un baño por ejemplo.- Miré a Saya y la guiñé un ojo.
-Es broma, soy todo un caballero, no sería capaz de hacer algo tan ruin si Saya no quiere.- Sonreí y volví la mirada al frente.
-Estamos llegando.- Señalé los tejadillos azules que se podían divisar desde nuestra posición.
-Esas son nuestras casas, las que hemos podido construir. No son un lujo, pero resultan cómodas y reconfortables.


SAYA
Sonreí ansiosa por ver la aldea, me sentía viva estando con gente de mi raza…
Me quedé maravillada cuando por fin llegamos a la aldea, tal y como dijo Niky, resultaba ser muy agradable….
Las casas eran pequeñas y estaban junto a un enorme lago que se perdía en el interior del bosque junto a una gran cascada.
Miré a Nidy sonriendo y de nuevo la aldea.
-No hay nada como volver a reencontrarse con sus raíces.


NIDY
-La verdad es que no se puede comparar al templo, pero incluso tenemos un rinconcito parecido, siempre estoy allí si no estamos fuera, tienes que venir a verlo, será como cuando era pequeña, podemos pasarnos horas y horas hablando y contándonos qué ha sido de nosotras este tiempo. –cogí su mano entre las mías.
-Sí, anda, di que sí.


SAYA
La miré y sonreí. Miré a Kai junto con Eddie, Axel y Eri…
-Yo…- La miré y me reí algo confusa.
-… no creo que sea correcto, he venido con mis amigos, no me gustaría dejarles solos….- Vi que se ponía algo triste. Me mordí el labio y suspiré mirando de nuevo a Kai junto con los demás.
-Bueno…- Miré a Nidy de nuevo y sonriendo.
-Enséñame ese sitio del que me hablas.


NIDY
Sonreí ampliamente.
-Tú no te preocupes por ellos, estarán bien aquí, pueden atender a tu marido y darles algo de comer, pero no abuséis, no somos ricos. –sonreí y tiré de Saya.
-Ven, te va a encantar, lo he decorado como nuestro rinconcito en el templo, sólo que es un poco más pequeño, pero ya verás… -la llevé hasta allí, seguro que querría quedarse si lo veía.



SAYA
La seguí sin soltar su mano hasta donde ella me indicó.
Atravesamos un par de casas hasta que por fin llegamos. Era precioso y me recordaba mucho a aquellos tiempos en los cuales yo aún era ninfa.
Era precioso ver el laguito con aquella pequeña isla en medio. Toda el agua completamente cubierta por flores rosadas de los almendros.
Sonreí y miré a Nidy agarrando su mano con fuerza pero con suavidad al mismo tiempo.
-Me gusta mucho, Nidy, es precioso…


NIDY
Sonreí emocionada, estar allí con Saya era algo que ya no veía posible, sin embargo, allí la tenía conmigo.
-Sabía que te gustaría, no puedes evitar que te guste el agua. –miré el pequeño paraje.
-¿Recuerdas cuando nos bañábamos juntas y tú me decías que algún día serías libre y viajarías por el mundo? Ahora lo estás haciendo, y estoy segura de que matarías por estar aquí.
–sonreí, aunque en ese momento no podía evitar estar emocionada, hasta entonces no me creía que tuviese a Saya conmigo otra vez.
Se me llenaron los ojos de lágrimas, me tapé con ambas manos.
-Qué tonta soy…


SAYA
Sonreí y la miré. La abracé cuando se tapó la cara con las manos y se puso a llorar.
-Tranquila, Nidy.- Me reí y la miré limpiándola las lágrimas.
-Vamos, no quiero verte llorar ni triste. Estoy muy contenta de poder estar hoy aquí contigo, así que…- Miré el laguito y suspiré.
-Hace un buen día hoy y no sé tú, pero a mi me apetece bañarme.- La miré y sonreí de nuevo.
-¿A ti no?- Dije quitándome la camiseta, Nidy no tenía de que asustarse, ya me había visto miles de veces desnuda antes, cuando era pequeña., y ahora, que estaba más desarrolladita y tenía las mismas cosas que yo, aún menos.



NIDY
Sonreí ampliamente y me quité el vestido, ahora yo solía vestir con ropas similares a las que vestía ella cuando era ninfa, era una forma de rendirle homenaje.
-La última vez que estuve aquí bañándome, Niky me sacó a patadas, diciendo que era un santuario para nosotros. –me quité el resto de la ropa y entré en el agua.



SAYA
Me reí y la miré mientras me despiojaba de mi pantaloncito corto dejándolo a un lado junto con la ropa interior.
-Este Niky nunca cambiará.- Me metí en al agua hasta que me cubrió por la cadera, acto seguido, me zambullí de cabeza y buceé disfrutando del agua.
Saqué la cabeza de debajo del agua apartándome el pelo de la cara. Me puse boca arriba y me dejé llevar por la corriente suave del lago.
-Como echaba de menos esto.


NIDY
-¿A qué sí? Sí ya sabía yo que nunca debiste haberte ido, tu sitio está donde está el agua, aunque perdieses tus poderes, sigues teniendo una fuerte atracción por el elemento, no se puede evitar. –sonreí echándome agua por los brazos.
-Esta agua es más pura que cualquiera que se pueda encontrar ya en cualquier otro lugar, de aquí nacen todas las corrientes de la zona, es un lugar fantástico, es una pena que sea pequeño, porque podría proporcionar agua pura a todo el bosque, ¿no te parece? –sonreí.


SAYA
La miré mientras hablaba.
-Si, me parece que estaría bien si fuese un poco más grande…- Me quedé pensando en lo que había dicho: “nunca debiste haberte ido, tu sitio está donde está el agua…”
Era muy cierto que echaba de menos las cosas buenas de la vida como ninfa, aun que ya no lo fuese ni siquiera tenía poderes… pero me aceptaban tal y como era…
-Me siento muy bien cuando estoy entre los míos, yo estoy hecha de agua y es verdad que no puedo vivir sin ella, pero… tengo otras cosas que son más importantes para mí en estos momentos… todo lo que era antes se quedó en el pasado… ahora tengo una nueva vida…


NIDY
-Ya, bueno, puede que claro, al formar una familia, pienses que es mejor, pero tienes que saber también que si tuvieses a tu familia y esto… ¿no sería ideal? En fin, qué quieres que te diga, el Rey del Hielo es muy guapo, pero he visto como te habla y no me parece que te tenga mucha estima, es un borde, con perdón… -me senté sobre una roca.



SAYA
Me giré y miré a Nidy.
-Kai… bueno, él no es borde… lo que pasa es que tiene un carácter muy…-
Sonreí y me senté junto a ella.
-Verás, Kai es un hombre muy difícil de comprender, unos días está contento, otros está triste, es como todo el mundo, lo que pasa es que le cuesta mucho expresar sus sentimientos. Es complicado hablar de él, pero…- Me quedé mirando el agua.
-El me liberó y me enseñó lo que era la vida realmente. Gracia a él conocí el amor, tanto por su parte como el amor de un hijo. Parecerá borde, pero es un hombre muy atento y muy cariñoso… se desvive por hacerme feliz y me protege de cualquier cosa allí donde vaya…- Sonreí ampliamente.
-Es mi ángel de la guarda y me sentiría muy perdida sin él…


NIDY
Bajé la mirada.
-Pero… -abracé mis piernas contra mi pecho.
-Parecías enfadada con él, no creo que te trate como te mereces, Saya. Tú mereces mucho más que unas palabras feas… -encerré mi rostro en mis rodillas.
-Además, fue él el que te apartó de mí…


SAYA
Miré a Nidy y suspiré.
-Kai no me apartó de ti, el no tiene nada que ver, pequeña. Yo fui la que se apartó de todo esto, pero no me arrepiento, ¿y sabes por qué?- La agarré de la cara para que me mirase.
-Porque… me enamoré. Quería salir de allí y fugarme con Kai lejos de la vida que llevaba, no era feliz, Nidy… te tenía a ti y bueno… al pesado de Niky.- Me reí levemente.
-Y gracias a vosotros dos podía seguir con la moral alta… que apareciese Kai no significa que me apartase de ti, significa que quería compartir mi vida con él, y tenía que renunciar a algo… se que es duro, pero… sin Kai en mi vida es como si me faltase algo para completarme. Le necesito y no podré renunciar a él.


NIDY
Bajé la mirada.
-Que te enamores no quiere decir que renuncies a tus raíces, tú lo hiciste por él, pero, ¿él lo ha hecho por ti? Piénsalo… Creo que el amor se basa en dar y recibir, pero si sólo das… -la miré.
-Es igual, ese no es el caso, Saya, quieras o no quieras a alguien, no tendrías que haberte ido, todo fue culpa del rey, él te desterró, por su culpa tuviste que irte, y le odio, le odio con todas mis fuerzas, y si pudiese, lo mataría. Eres la única persona en el mundo que ha sabido enseñarme y cuidarme.


SAYA
Sonreí y la abracé.
-Nidy, tienes que ser fuerte… sé que te sientes sola y perdida, pero… yo no puedo hacer nada. Y no me pidas que me quede, porque lo siento… pero no puedo hacerlo…- La miré y la besé en la frente.
-Creo… que ya hemos hablado bastante por hoy…- Salí del agua. Se habían llevado la ropa sucia a lavar y me habían dejado un vestido de lo que yo utilizaba antes. Era de seda y muy fino, transparente y me llagaba a penas por las rodillas, de un color rosado tirando a blanco… la verdad es que estaba muy cómoda con él.
Miré a Nidy por última vez y salí de allí…


NIDY
Miré a Saya irse, ella no entendía lo sola que me sentía en esa aldea sin ella, desde que se había ido, todo había empeorado para mí, y encima fue culpa de su marido que no volviésemos a vernos hasta ahora, él fue el que hizo que Niky no volviese a llevarme a ver a Saya, para cuando aprendí a moverme sola, ya no podía estar con ella.
Sentí que las lágrimas de impotencia recorrían mi rostro, yo sólo quería estar con ella, la única que me comprendía…
Me levanté y volví a vestirme, ni siquiera se había quedado a contemplarlo un poco más…



AXEL
Estábamos sentados en una mesa al aire libre, nos sirvieron de todo, y yo, como buena persona, comí de todo…
Eri y Eddie no paraban de parlotear sobre como hacían las lentejas en casa, cada uno a su manera… vaya par de marujas…
Puse los ojo en blanco y miré a Kai… parecía distante, le habían dado un par de cosas para el dolor y las costillas, al menos ahora tenía color en la cara.
-Ey, Kai, ¿estás bien? Pareces enfadado y la comida casi ni la has catado…


KAI
Miré a Axel.
-Si te soy sincero, me da algo de cosa que hayan podido envenenar mi comida, sabiendo que compito contra Niky por Saya, cualquiera sabe… -moví el puré de patata con el tenedor.
-Ni siquiera sé dónde se ha metido, pero está muy enfadada conmigo, así que mejor que no me vea el careto.



AXEL
Suspiré y le miré.
-Joder con tu enamoramiento, macho… yo no sé que te ha pasado, pero dese que conociste ha Saya has dado un cambio brutal…- Negué con la cabeza.
-Creo que Saya te tiene comido el tarro…- Me miró serio.
-Vale, vale, solo era una opinión distinta.- Carraspeé.
-¿Por qué no vas ha hablar con ella antes de que su lame culos te la quité?- Dije señalando con la mirada al frente. Saya estaba con Niky, además Saya estaba que rompía con ese vestidito de seda, jo… ahora si que parecía una ninfa, y claro al baboso de Niky, pues eso, se le había caído la baba…No paraba de cortejarla…
-Joder… parece un babuino en celo, macho, lo único que le falta es ponerse a brincar y a chillar como un mono…


KAI
Suspiré.
-No pienso meterme, a Saya le molesta mucho que me ponga celoso, y ella sabe muy bien cómo salir de esto, que lo haga ella solita. –bebí un poco de vino mirando a otro lado, que no dijese nada no quería decir que no lo sintiese.


AXEL
Miré a Kai de reojo mientras bebía de mi vaso.
-Yo no aguantaría tener a un tío tan baboso encima de mí…- Miré a Kai.
-¿En serio no piensas hacer nada?- Al ver que no hacía nada me levanté echando un último trago a mi vaso.
-Pues si no lo haces tú, lo haré yo.- Sonreí y me alejé de la mesa en dirección a donde estaba Saya y su… Dios, que asco de tío…


SAYA
Nidy ya no me había seguido, se había quedado en el laguito y seguro que triste por lo que le había dicho, pero no podía hacer nada por ella, no podía quedarme y me negaba rotundamente a llevarla con nosotros… correría demasiado peligro…
Salí para reunirme con Kai y Axel cuando me encontré de cara con Niky… mierda… el muy plasta no me dejaba en paz por más indirectas que le lanzaba pero él seguía insistiendo.
Una de las veces en la que se me ocurrió mandarle a tomar por culo, Axel llegó y de un culetazo me mandó casi a la otra punta de la aldea…. Agradezco que me librase de Niky, pero había otras maneras… joder, ya tenía bastante con el cardenal en mi culo…



AXEL
Me acerqué hasta Saya y ese pringao lanzado a apartarle de la pobre Saya a la cual la di un culetazo… me pasé, por que casi la tiro al suelo…
-Lo siento, Saya…- Miré a Niky y sonreí falsamente.
-¡Hola! Esto… ¿Miky, verdad? Creo que no nos han presentado formalmente y, oye, tenía ganas de hablar contigo. Pareces un tío cojonudo, en serio, aunque los demás piensen lo contrario, a mi me da la impresión de que eres legal. Así que… ¿qué tal si nos vamos tú y yo a tomar una copita y me cuentas que tal te va la vida?- Pasé mi brazo por detrás de sus hombros y le froté la melena negra como solía hacer antes con Kai.
-¡Ayyyy… pero que mono eres!- Le aparté de Saya y me lo llevé hasta una mesa separada de los demás. Sonreí y le agarré de la pechera.
-Bien, escúchame, pedazo de salido. Como no dejes en paz a Saya te arrancaré las pelotas y me haré un llavero con ellas. Y yo tengo muchos de esos, pertenecen a todos aquellos que han intentado ligarse a nuestras chicas. Saya es la mujer de mi mejor amigo el cual está muy mosqueado, quién se mete con mis amigos se mete conmigo y no te gustaría verme cabreado, chaval, no sabes quién soy yo. Como te vea a tres metros de Saya no lo duraré, cogeré un cuchillo jamonero y me haré un par de pendientes con tus intestinos.- Le solté y sonreí.
-¿Una copita?


NIKY
Tragué saliva cuando el Piro se acercó a mí y me amenazó par que me alejase de Saya. Le miré fijamente acojonado, ese tío iba en serio y yo era muy joven para morir…
Me alejé cuando me soltó. Parpadeé cuando me ofreció una copa.
-N-no, no, gracias, pero yo… ya me iba…- Me alejé de él a paso ligero, sería mejor hacer lo que decía si no quería acabar con mis pelotas como llavero y mis intestinos como pendientes…



AXEL
Miré a Miky mientras se iba con el rabo entre las piernas. Sonreí malicioso llevándome la copa a los labios… este no volvería a entrometerse entre Kai y Saya…
-Si es que, mira que soy majo, leches…- Alcé las cejas y volví a mi sitio.


NIDY
Volví con el resto del poblado, estaban cenando. Vi al marido de Saya sentado en la mesa aburrido, si es que ese hombre era tan soso…
Vi a uno de sus amigos amenazando a Niky, me acerqué con el ceño fruncido cuando Niky se fue. Me acerqué y tiré de su manga para que me mirase.
-Niky… ¿crees que Saya podría quedarse aquí? Yo creo que estaría mejor que en cualquier lugar…


NIKY
Miré a Nidy mientras me encaminaba a mi cabaña… era mejor alejarme de esa gente por un rato…
-¿Qué? Saya no se quedará, está casada con el Rey del Hielo, ya sabes que vive con él y tuvieron un hijo, ¿piensas a caso que se quedará y les abandonará?- Solté una risotada y seguí caminando.
-No te hagas ilusiones, Nidy, Saya se marchará por la mañana con Kai y sus amigos. Admítelo, ella tiene su vida, es hora de que tú hagas la tuya.


NIDY
Bajé la cabeza.
-No quiero. Llevamos tiempo huyendo y escondiéndonos, yo quiero estar con Saya, ella es mi única amiga, es como una hermana para mí... Estoy segura de que sería feliz aquí, no tiene por qué quedarse sin su familia… -le agarré de la muñeca.
-Por favor, ayúdame a convencerla de que este es su hogar.


NIKY
La miré y fruncí el ceño extrañado.
-No puedo hacer eso, Nidy, no la convencerás. Me parece cruel que intentes separarla de su familia, es lo quiere. Yo no voy a ayudarte a hacer nada, Nidy, ella se irá mañana y no podrás impedírselo. Olvídate de ello ya.- Suspiré y me alejé metiéndome en mi cabaña… esta niña…



NIDY
Apreté los puños y sentí que los ojos se me llenaban de lágrimas, no quería ayudarme, y a mí ya no querría escucharme…
Quería conseguir que se quedase a cualquier costa, tuviese a su marido aquí o no.
Me giré y me fui al interior del bosque, tenía una idea para hacer que se quedase.



SAYA
Después de que Axel me quitase de encima al pesado de Niky, decidí acercarme a Kai. Tenía que hablar con él y dejar las cosas claras.
Le vi sentado a la mesa, parecía distraído y seguía serio. Me acerqué a él y me puse en frente.
Me incliné poniéndome de cuclillas para poder mirarle a la cara.
-Kai, necesito hablar contigo, si no te importa.


KAI
Estaba distraído mirando a unos críos correr y jugar, parecía mentira que pudiese sobrevivir tanta gente de lo que pasó, entonces Saya se agachó a mi lado y me pidió hablar.
-¿Eh? Claro… -me incorporé, sabía que seguía enfadada conmigo, me echaría una bronca…



SAYA
Me levanté y le miré.
-No quiero hablarlo aquí, vamos a un sitio más apartado.- Le indiqué con la cabeza que me siguiese.
Tenía que hablar con él seriamente y no me apetecía que hubiese gente alrededor enterándose de cosas que nos les importaba…
Agarré su mano automáticamente y tiré de él con suavidad guiándole hasta el bosque, un poco apartado de las casas.
Me senté en una roca dejándole sitio a mi lado.
Suspiré y le miré de reojo.
-Kai… ¿qué te pasa hoy?... no sé, pero… estás muy raro…- Ladeé la cabeza para mirarle.
-¿Te preocupa algo?


KAI
La miré.
-Lo siento… no pensé que te preocuparía… -desvié la mirada.
-No es nada, es que no he dormido bien con las heridas y tal, no es por nada en especial, de verdad, sabes que soy un amargado… -suspiré y la volví a mirar.



SAYA
Le miré y suspiré.
Agarré su mano, palma con palma, mientras que acariciaba su reverso con mis dedos. Bajé la mirada a las manos.
-No eres un amargado… comprendo que estés de mal humor, lo único que me molesta es que, cada vez que te ofrezco ayuda, tú me la rechaces…- Negué la cabeza levemente y le miré.
-lo siento, pero no lo soporto…- Solté una pequeña risotada.


KAI
-No es por rechazar tu ayuda, cariño… Es sólo que no quería que perdiésemos tiempo por mi culpa, no soporto que por mí se interrumpa la marcha, me hace sentir inútil… -me rasqué la nuca.
-Lo siento…



SAYA
Sonreí levemente y le miré.
-No te disculpes, no has hecho nada malo…pero…- Suspiré y me erguí sobre la roca.
-Me da igual el tiempo que perdamos con tal de que tú estés bien. ¿Crees que me gusta verte herido y cansado? Prefiero perder días si hace falta para que te recuperes, y me da igual lo que digas. Soy tu mujer y como no hagas lo que yo te diga, te pegaré.- Entrecerré los ojos.
-¿Te has enterado?


KAI
Sonreí.
-Claro. Lo que no sé es por qué no te hago caso, si corro peligro de morir… -solté una risotada y me llevé la mano al costado.
-Estoy para el arrastre, creo que deberíais tirarme al primer vertedero que encontréis.



SAYA
Sonreí y le miré cuando se quejó por el costado.
Posé mi mano en su costado con cuidado y me acerqué dándole un beso en la mejilla.
-¿En un vertedero? Creo que en el primer asilo que vea, allí te dejaré.- Sonreí de nuevo y le achuche contra mi pecho dándole besitos en la cabeza.
-¡Ayyyy, mi muñequito de nieve!


KAI
-Como te gusta ponerme motes relacionados con mi elemento, ¿eh? Podrías llamarme algo más cariñoso que si polito, muñeco de nieve, y tal… -la abracé cerrando los ojos, al menos no seguía enfadada…



SAYA
Sonreí y le miré poniéndome de rodillas sobre la roca.
-¿Y qué quieres que te llame?-Incliné la cabeza y le besé por el cuello acariciando el pelo de su nuca.
-Podría llamarte cariñín, amor mío, mi rey, mi vida… ¿no?- Sonreí y le mordí bajo la oreja haciendo que encogiese el cuello cuando se le puso la piel de gallina.



KAI
Sonreí.
-Llámame como quieras, pero nada que pueda ofender a mi raza, eh. –sonreí juntándola más a mí, entonces vi a la niña que tanto quería a Saya venir corriendo entre los árboles llamándola.
Suspiré y me separé levemente.


NIDY
Encontré a Saya con su marido en el bosque, fui corriendo, tenía que enseñarle lo que quería que viese.
-¡Saya! –me acerqué, parecía que estaban en plan cariñoso.
-Ohm… lo, lo siento, no quería molestar…


SAYA
Giré la cabeza cuando Nidy me llamó. Suspiré y miré a Kai sentándome a su lado.
Miré a Nidy.
-No pasa nada… no has molestado…- Me rasqué la nuca… ahora que me apetecía estar con Kai a solas, venía ella…
-¿Pasa algo?


NIDY
-Tengo que enseñarte algo, Saya, te va a encantar, estoy segura… Puede venir Kai también si quiere. –sonreí, podía que consiguiese convencerla si venía conmigo.



SAYA
La miré y suspiré.
-¿Tiene que ser ahora? Estoy hablando con Kai, Nidy… puedes enseñármelo más tarde.- Sonreí y asentí.
-Luego iré a verlo, ¿vale?


NIDY
Sonreí levemente aunque no de felicidad, la verdad, sólo para no hacerla sentir mal.
-Claro… Luego nos vemos. –miré a Kai.
-Disfrutad, eh. –sonreí y me fui corriendo, con el interés que ponía no estaba segura si iba a funcionar…


KAI
Miré a Saya.
-Jo, al principio estabas encoñada con la niña, ¿ahora prefieres estar conmigo? No sabes lo que te estás perdiendo… -la acaricié el pelo.



SAYA
Le miré y sonreí. Apoyé la frente en su hombro y suspiré.
-Es que… no sé que la pasa, pero me a decepcionado… tiene una idea equivocada de ti y está obsesionada porque me quede con ella aquí. No comprende que no puedo quedarme, que tengo que ir contigo… por eso, prefiero no estar demasiado tiempo con ella… solo la causaría más dolor mañana cuando nos marchemos…- Le miré acariciándole el mentón.



KAI
La cogí de la cara.
-Yo estaré contigo sea donde sea. Si tú quisieses quedarte, en cuanto terminemos con Draco, iríamos a por Kai y nos quedaríamos aquí, si tú quisieses… -sonreí.
-Sabes que lo dejo todo por ti.



SAYA
Le miré y sonreí.
-No puedes hacer eso, Kai. El Reino del Hielo es tu hogar y la gente te necesita. No puedes hacer eso… además, yo no quiero quedarme aquí. Quiero volver a casa contigo, allí es donde de verdad estoy a gusto.-Le agarré de las manos.



KAI
-Como tú quieras. –la acaricié, acerqué mi rostro al suyo y la besé con suavidad, pegándola a mí.
-Sabes que soy capaz de mandarlo todo a la mierda con tal de verte feliz… y tenerte conmigo, claro… -sonreí.


SAYA
Sonreí pasando mi mano por su nuca con cariño.
-No mandes nada a la mierda. Solo te pido que te quedes conmigo, estemos donde estemos…- Le besé agarrando el pelo de su nuca entre mis dedos haciendo que se inclinase hacia delante.


KAI
La agarré de la cintura pegándola a mí, besándola de nuevo. Sabía que Saya era feliz en el Reino del Hielo, pero… quizá tener una casita para las vacaciones la gustaría…
Acaricié su espalda mientras la besaba.



SAYA
Le acaricié la cara y le miré dándole un beso corto.
-¿Estás de mejor humor?- Pregunté apoyando la frente en la suya sonriendo.
Me reí sin soltarle y dándole otro beso en los labios.
-Si estás contento, mejor, porque pienso dormir pegada a ti aunque te quejes. No te dejaré escapar en toda la noche, porque eres mío, solo para mí y de nadie más. Te quitaré todos los males llenándote de besos y lo que no son besos.- Volví a reírme agarrando su nuca con mis dos manos.


KAI
Sonreí.
-No me quejaré, tranquila, quiero estar contigo toda la noche sin separarnos… -la besé con dulzura, acariciando sus labios con suavidad, esperaba que no volviese a enfadarse, no lo soportaba.



SAYA
Seguí su beso disfrutando de su compañía y del amor que me daba.
Seguro que Nidy se había molestado al negarme a quedarme aquí con ella, pero no lo entendía, ¿qué iba a entender una chiquilla de 17 años que lo único que ha hecho en toda su vida es seguir a Niky y no dejar de pensar en mí.
Yo había elegido un camino distinto, un camino, el cual me separaba de ella y de lo que yo era antes… pero era lo que yo había elegido y no estaba dispuesta a rechazar lo que ya tenía…
Miré a Kai y volvimos a la aldea ju.nto con los demás, esa noche no me separaría de Kai, necesitaba estar con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario