¡Busca por capítulos!

Dejad vuestros comentarios

Nos gustaría saber la opinión de los lectores de esta historia, por favor, dejad comentarios, y si tenéis alguna duda, no dudéis en preguntar ^^

Para el que no sepa hacerlo: Al final del capítulo hay un apartado donde pone "X comentarios", pinchad ahí y os dará la opción de comentar ;)

lunes, 11 de enero de 2010

Capitulo- LXXV- DECISIÓN... ¿JIMMY O WIL?

SAYA
Después de cenar, accedí a acompañar a Nidy para ver que era aquello que quería enseñarme. Estaba muy entusiasmada y emocionada, así que, mejor no hacerla esperar.
La seguí hacia donde ella me guiaba.
-¿Dónde me llevas, Nidy?


NIDY
-Ya lo verás. –salté desde una roca para acceder más rápidamente al suelo, un poco más bajo de donde estábamos.
Cruzamos un par de ríos hasta que llegamos a la casita.
-Ven, vamos. –la cogí de la mano y la guié hasta la entrada, sólo se veía desde fuera, pero solo eso ya era precioso, tenía un enorme jardín con plantas, aunque, como la casa estaba deshabitada, no estaba muy cuidado, la verdad.
Había un pequeño estanque a unos metros de la casita y el río daba un poco más abajo.
-Esta casa es perfecta para ti, Saya, para ti y tu familia… -la cogí fuerte de la mano.
-Por favor, quédate…


SAYA
Suspiré y la miré.
-Es muy bonita, Nidy, pero…- Negué.
-Ya te he dicho que no voy ha quedarme, no puedo… este no es mi hogar. Lo siento mucho, Nidy, en serio, pero no intentes convencerme porque no lo conseguirás…- Miré la casa de nuevo, era muy bonita, la verdad y tenía todo el aspecto de ser acogedora…


NIDY
Suspiré, ni siquiera así había conseguido convencerla de que se quedase.
-Ya… entiendo… No debería presionarte pero es que… -apreté los puños de la impotencia.
-Te he echado muchísimo de menos, y quería que volvieses a estar a mi lado, como antes… -la miré, no serviría de nada hablar.
-Lo siento… -me di la vuelta dispuesta a volver, ya había molestado a Saya bastante.



SAYA
Suspiré y la seguí.
-Nidy, ¿no lo entiendes? Yo ya no puedo estar a tu lado, no puedo volver a la vida de antes, tienes que aprender a apañártelas sola, como todos. Ya cuidé de ti cuando eras pequeña, ahora ya eres mayor y tienes que esforzarte un poco si quieres ser feliz. Deberías conocer a más gente, no solo yo, yo, y otra vez yo. Me alegro mucho de volver a verte y saber que estás bien, pero yo volveré a casa, con mi familia.- La miré. Esperaba que al menos le quedase claro eso.



NIDY
Bajé la cabeza con la mirada en mis sandalias. Tragué saliva.
-Soy una egoísta, yo quería que te quedases a mi lado a toda costa, aunque tuviese que separarte de tu familia… Me siento tan sola sin ti… -la miré.
-Perdóname, Saya, he dicho cosas muy feas y he hecho cosas malas desde que estás aquí… sólo te quería a mi lado, y me he pasado…


SAYA
La miré y negué.
-No eres egoísta, Nidy, comprendo que no quieras quedarte sola, pero yo no soy la única chica que conoces. Hay muchas chicas de tu edad por aquí, tienes que aprender a relacionarte con más gente. Eres una chica muy simpática y seguro que conseguirás buenas amistades.- Sonreí sin dejar de mirarla.
-Yo intentaré venir de vez en cuando para verte, pero tú tienes que pensar en tu felicidad.


NIDY
Me acerqué a Saya y la abracé con fuerza, me había reencontrado con ella ese mismo día y apenas me quedaban unas horas para volver a perderla.
-La próxima vez quiero que traigas a tu niño, ¿vale? –sonreí.



SAYA
Correspondí a su abrazo y suspiré.
-Claro… le encantará todo esto…- La acaricié el pelo con suavidad mientras me abrazaba… era demasiado inocente y aún se sentía una niña… tenía la cabeza hecha un lío… me sentía culpable… si no hubiese sido tan cabezona de pedirle a Kai parar un rato, tal vez no nos habríamos encontrado con ellos…
Me sentía incapaz de dejarla sola… joder…


NIDY
Me separé de ella suavemente y sonreí.
-Bueno… supongo que deberíamos volver, ya que no quieres vivir en esta preciosa casa… -sonreí y la cogí de la mano. La llevé de nuevo con el resto de la gente, era ya noche cerrada.
-Bueno… es tarde y debes estar muy cansada por el viaje. –señalé una cabaña.
-Esa es la tuya y la de tu marido, que descanses.


SAYA
La miré y asentí sonriendo.
-Gracias… que descanses tú también.- La miré mientras se alejaba hacia su cabaña. Suspiré cerrando los ojos. Me eché el pelo hacia atrás confusa…
Negué… no me dejaría comer la cabeza, la decisión estaba tomada y no había vuelta atrás.



ERI
Estábamos sentados alrededor de una pequeña hoguera que había encendido Axel, Kai estaba con nosotros, pero Saya se había ido con su amiga, aunque ya había vuelto y venía hacia aquí, Kai se levantó.
-¿Os vais ya a dormir? Bueno, quizá deberíamos descansar todos… -sonreí y me levanté.
-Creo que yo también me voy a dormir.


AXEL
Me levanté y estiré mi espalda.
-Pues nada, yo levanto ya el campamento. Así que nada, yo me voy al sobre que estoy cansadillo y mañana nos esperan más aventuras…- Me encogí de hombros y apagué la hoguera con la mano.
-Hasta mañana.- Dije quitándome la camiseta por el camino.



ERI
Puse los ojos en blanco y le seguí.
-Como te gusta llamar la atención. –tres chicas Aqua se acercaron a él y empezaron a decir cosas incoherentes al estilo “Guao… eres el rey del fuego, ¿verdad?” “¡Vaya, un rey!” “No sabía que erais tan apuesto…”
Y un cuerno, eso se traducía en “Dios, qué bueno estás”, “Qué polvo te voy a echar” y “¿A qué no sabes que llevo debajo del pantalón?” Me crucé de brazos mirándolas y esperé a la reacción de Axel, aunque sabía cual era, no me molestaba ya, estaba acostumbrada, pero cada vez salía con algo nuevo.


AXEL
De camino a mi cabaña, un par de chicas se acercaron a mí.
Las miré y sonreí sin dejar de caminar. No las contesté, puse los ojos en blanco y entré en la cabaña… estaba demasiado cansado como para ponerme a apartar a las moscas.



ERI
Abrí los ojos como platos, no las había hecho ni caso… Por eso decía que siempre hacía algo nuevo…
Sonreí y le seguí, aunque las chicas se habían quedado quietas mirándole, carraspeé.
-Disculpad… -se apartaron y entré detrás de Axel cerrando la puerta, sonreí al entrar.
-Me siento privilegiada.


AXEL
Me desplomé sobre la cama en calzoncillos… al fin un colchón blandito…
Escuché a Eri hablar, pero no la entendí a causa de la modorra.
-Hum…- Dije tan solo asintiendo a lo que dijo… aunque no sabía el que.
Cerré los ojos dejándome llevar por el aturdimiento y el sueño.



ERI
Sonreí cuando intentó responder totalmente atontado y me acerqué, le coloqué bien sobre la cama, ya que se había tirado tal cual. Me puse el pijama y me acosté a su lado.
No nos tapé, con su propio calor me mantendría bien toda la noche. Me acurruqué en su pecho y esperé a poder dormirme.


SAYA
Axel y Eri ya se había ido a dormir. Me acerqué hasta Kai y Edward que seguían fuera.
-Hola…- Les miré y sonreí.
Me acerqué a Eddie y posé una mano encima de su hombro.
-Si no quieres dormir solo, hay una cabaña llena de jóvenes Aquas. Tal vez necesiten un poco de tu ternura, grandullón.- Sonreí y le di un beso en la mejilla.
-Que descanses, rubio.


EDWARD
Miré a Saya cuando me dijo eso.
-Ñaaa, qué mala eres, sabes que yo solo quiero dormir contigo, y tú sólo quieres estar con ese Frío feo. –la saqué la lengua y sonreí. Me levanté.
-Pues nada, bien está lo que bien acaba. Me voy a roncar un rato. –revolví el pelo de Kai.
-Que descanséis.


KAI
Me peiné un poco con la mano el pelo que Edward me había despeinado y le miré mientras se iba. Después de habernos peleado de esa manera, parecía mentira que ahora estuviese tan bien, ese tío era muy raro…
Miré a Saya y sonreí.
-Vaya, parece ser que sólo quedamos tú y yo. –sonreí y la cogí de la mano tirando de ella, la besé. -Y espero que no nos moleste nadie esta vez… -solté una risotada.



SAYA
Sonreí y le miré.
-Yo también lo espero.- Posé mis manos en su pecho y le mordí en la barbilla sin llegar ha hacerle daño.
-Vamos dentro, anda.- Le di un beso donde antes le había mordido y me giré dirigiéndome a la cabaña.


KAI
Sonreí malicioso y la agarré de la cintura, la besé en el cuello mientras caminábamos hacia la cabaña.
-¿Sabes que pasa dentro de tres días? –le susurré al oído antes de morderla la oreja con suavidad.
-Creo recordar algo de cuero y carmín…



SAYA
Alcé una ceja y giré la cabeza a un lado para poder mirarle.
-Dentro de tres días, ¿eh?- Me quedé pensativa y volví a mirarle.
-¿No deseas ver un pequeño anticipo?- Esbocé media sonrisa.



KAI
Solté una risotada y acto seguido sonreí malicioso, pegué mis labios a su oído de nuevo.
-Creo que como sorpresa estaría muy bien, aunque no me importaría… -la besé por el cuello abriendo la puerta de la cabaña, no era muy grande, pero eso era mejor.



SAYA
Sonreí y entré en la cabaña cerrando la puerta. Me acerqué a mi mochila y saqué de dentro una barra de labios, lo destapé y me la pasé por los labios tiñéndolos de rojo. Dejé de nuevo la barra dentro de la mochila y me giré hacia Kai.
Sonreí y me acerqué.
-¿Qué tal me queda el color rojo?


KAI
Nunca había visto a Saya muy maquillada, y menos con un carmín tan cantoso, y me preguntaba si se había traído la barra de labios a sabiendas de que mi cumpleaños sería dentro de tres días o era casualidad.
-Te queda muy sexy, no salgas a la calle con él o se te tirarán encima. –sonreí indicándola que se acercase.



SAYA
Me acerqué y sonreí. Pasé mis brazos por detrás de su cuello y le miré a los ojos.
-¿Qué te parece como adelanto?- Dije con mi rostro a escasos centímetros del suyo.
-¿Es bastante o quieres algo más?- Sonreí de forma traviesa.


KAI
La cogí de la cintura pegando mi nariz a la suya.
-Bueno… yo pensaba que ibas a marcarme un poco con ese rojo tan intenso, sólo como adelanto, claro. –solté una risotada pasando mi dedo índice por su garganta y bajando hasta su pecho.


SAYA
Sonreí y deslicé la punta de mi nariz por su barbilla y seguí hasta su cuello el cual rocé con la punta de mi lengua. Sonreí y deposité un intenso beso sobre su piel dejándole la marca del pinta labios.
Sonreí de nuevo bajando mis manos por su pecho hasta posarlas en sus costados con suavidad. Sabía que aún estaba dolorido con las costillas.


KAI
Sonreí y tragué saliva a la vez cuando empezó a besarme en el cuello, esa marca duraría varios días, aunque ya no con el color.
-Me voy a acordar de ti cada vez que me mire al espejo. –la miré mirándola con la mirada que ella odiaba, pues solía desarmarla.


SAYA
Hizo que mi respiración se acelerase un momento cuando me miró de esa manera… Sonreí y bajé la cabeza un momento antes de volver a mirarle a los ojos.
-¿Quieres dejarme sin fuerzas antes de empezar?- Llevé mis manos hasta el cuello de su camisa la cual empecé a desabrochar poco a poco.
Una vez desabrochada se la quité deslizándola por sus hombros dejando que cayese al suelo.
Le acaricié los hombros bajando a su pecho desnudo sin apartar al mirada de sus penetrantes ojos azules.




KAI
Sus ojos se encontraron con los míos en más de una ocasión, sólo con quitarme la camiseta sentía que mi piel se erizaba, ella debió notarlo, aunque estaba totalmente concentrada en mis ojos.
La cogí de la cara con ambas manos. Gran parte del pintalabios se había quedado impregnado en mi cuello, de modo que en los labios no iba a quedarme mucho. La besé con pasión, pero sin acelerar la velocidad del momento.



SAYA
Cerré los ojos cuando sus labios se encontraron con los míos. Ascendí mis manos por sus hombros cos suavidad hasta su nuca mientras seguía su beso con la misma pasión.
Me separé y respiré de manera agitada soltando bao por mi boca. Kai tenía los labios enrojecidos a causa del pinta labios.


KAI
Cerré los ojos y besé su cuello agarrando el extremo del vestido de seda y subiéndolo lentamente por su cuerpo, acariciando su piel con mis manos, la desprendí de él y posé mis manos sobre sus costados pegándola a mí y besándola de nuevo.



SAYA
Bajé mis manos por su abdomen hasta llegar al extremo de su pantalón y su cinturón.
Seguí besándole mientras desabrochaba su cinturón y lo dejaba caer a un lado,
Cogí una bocanada de aire una de las veces en la que nuestros labios se separaron.
Desabroché su pantalón y me recosté sobre la cama agarrándole de la nuca haciendo que él se inclinase hacia mí para besarle.



KAI
Posé mis manos a cada lado de Saya sobre la cama sin dejar de besarla, tan sólo para coger aire. Acaricié su abdomen y sus pechos con una de mis manos, aunque me concentré en la altura de su ombligo.
Recorrí su cuello y clavícula con mis labios antes de volver a besarla.


SAYA
Cerré los ojos soltando un jadeo cuando me acarició por el vientre. Mi piel se erizó cuando me besó por el cuello para después volver a mis labios, los cuales presioné contra los suyos con más fuerza y pasión que antes.
Me acomodé sobre los cojines de la cama flexionando las piernas dejando que se colocase entre ellas.


KAI
Me acomodé entre sus piernas y acaricié su cadera y sus muslos con las dos manos, la besé al mismo ritmo que ella había marcado. Solté sus muslos y agarré sus manos, entrelazando nuestros dedos, posando sus brazos sobre los cojines.
Bajé mis labios por su cuello de nuevo, esta vez dejé un buen recuerdo encima de uno de sus pechos.



SAYA
Cogí aire y abrí la boca soltando un leve gemido cuando me hizo un chupetón encima de uno de mis pechos.
-¿Esto es una venganza, mi señor?- Pregunté mirando el regalito que me había dejado y el cual duraría lo suyo.
Volví la mirada a sus ojos acariciando su pierna con la mía bajándole el pantalón.



KAI
No aparté la mirada de sus ojos durante un largo rato hasta que volví a juntar mis labios con los suyos, cogiendo el preservativo que llevaba en el bolsillo del pantalón y dejándolo sobre el colchón, me terminé de quitar el pantalón.



SAYA
Miré el preservativo y lo cogí.
-De esto me encargo yo.- Lo abrí con cuidado y saqué el preservativo.
Sonreí mordiéndome el labio bajando mis manos hasta la tira de su calzoncillo, el cual bajé para ponerle a continuación el condón.
Le besé mientras se lo colocaba con suavidad. Sabía que le rabiaba que tocase en su zona intima, pero también le gustaba.



KAI
Noté un gran escalofrío y jadeé con mis labios pegados a los suyos. Sonreí.
-Lo del condón es… -tragué saliva- una estupidez. –sonreí y la volví a besar, agarré la tira de su tanga y lo retiré tirándolo a un lado de la cama.


SAYA
Sonreí y le miré.
-Mejor prevenir… que curar.- Encogí una de mis piernas rozando su pelvis con la mía. Jadeé agarrando el pelo de su nuca entre mis dedos.
Le besé con fogosidad haciendo que mi vientre se rozase con su abdomen.



KAI
Sentía toda mi espalda cubierta por la carne de gallina. Entrelacé sus manos y las mías de nuevo, penetré con suavidad, pero completamente, gimiendo sonoramente. La besé en el cuello y la clavícula mientras volvía a penetrar.


SAYA
Gemí presionando mis manos con las de él cuando penetró. Jadeé sonoramente tensando los muslos alrededor de su cintura gimiendo de nuevo.
Eché la cabeza hacia atrás mientras Kai me besaba por el cuello sin poder controlar mi respiración.



KAI
No la solté ni separé mis labios de ella, continué con las penetraciones más seguidamente, besé sus labios con fuerza, apretando sus manos con las mías, tenía que aprovechar a hacer lo que quisiese ahora, porque en tres días no me dejaría hacer nada, lo haría todo ella.



SAYA
Kai se empelaba a fondo, sabía que dentro se tres días, en su cumpleaños, sería yo la que le daría el placer y todo lo que desease. A mi no me importaba quien hiciese el “trabajo” mientras lo hiciese con él.
Jadeé con más intensidad clavando mis dedos en las manos de Kai soltando otro gemido.
Moví la cadera junto con él cada vez que penetraba.


KAI
Gemí y dejé sus manos libres para poder acariciar su cuerpo con las mías, besé su cuello y su hombro.
A pesar de estar herido, me encontraba muy bien y no me dolían las heridas, estaba claro que hacer el amor cura cualquier mal.


SAYA
Agarré las sábanas cuando Kai me soltó las manos.
-Haces mal en soltarme….- Gemí agarrando las sábanas con fuerza entere mis dedos.
Jadeé tragando saliva y cerrando los ojos con fuerza.
-Kai… no pares…- Gemí moviendo mi cadera con más velocidad.



KAI
-Descuida… -dije en un susurro, aumenté la velocidad y la intensidad, siguiendo sus movimientos y la besé de nuevo.
Acaricié su vientre con suavidad, ascendiendo hacia los pechos y la clavícula, presioné mis dedos sobre su piel fría.



SAYA
Jadeé con más fuerza seguido de los gemidos.
Noté el sudor caer por mi nuca y mi espalda. Ardía por dentro aunque Kai estuviese frío.
Le besé enredando mi lengua con la suya sin parar de moverme.
-Así… Kai, así…- Gemí con bastante fuerza.


KAI
Enredamos nuestras lenguas y nuestros dedos, continué con los besos, las caricias, las penetraciones…
Gemía y jadeaba a medida que pasaba el tiempo, ambos estábamos sudando y acabaría agotado, pero mantuve el ritmo.



SAYA
Jadeé con fuerza arqueando el cuerpo sintiendo que estaba a punto de caramelo y el orgasmo iba a fluir de un momento a otro.
Cerré los ojos con fuerza apretando las manos de Kai con las mías y teniendo el orgasmo.
Me mordí el labio con fuerza dejándome caer en la cama jadeando y sudando.
Abrí los ojos y tragué saliva aflojando el agarré de nuestras manos.



KAI
Acabamos prácticamente al mismo tiempo, respiré con fuerza cogiendo aire, había agotado mucha energía.
Nada más tumbarme al lado de Saya, sentí que me rompía en mil pedazos, el dolor de las heridas me había chocado como una oleada, pero no dije nada para que Saya no se preocupase, ya se pasaría.
La cogí de la cintura y la pegué más a mí, apoyando mi frente en su hombro.



SAYA
Miré a Kai cuando se tumbó a mi lado. Me mordí el labio al ver que le dolían las heridas.
-Lo siento, mi amor… no debería haberte forzado hasta que estuvieses del todo bien…- Le acaricié la cara con suavidad depositando un dulce beso en su mejilla. Le miré a los ojos dejando que recostase medio cuerpo suyo encima de mí.
-Descansad, mi rey.- Susurré y cerré los ojos suspirando mientras recorría con mis dedos su espalda sudorosa.


KAI
Suspiré.
-Tranquila, no es nada… -apoyé mi mano en su nuca, agarrando su pelo entre mis dedos y apoyé mis labios en su frente, dejé que me mimase cuanto quisiese y cerré los ojos para intentar dormirme, el día siguiente saldríamos de viaje de nuevo, iba a necesitar energías.


SAYA
Suspiré y dejé que se tumbase junto a mí. Acaricié su nuca hasta que estuvo profundamente dormido.
Sonreí y me giré dándole la espalda. Agarré su brazo colocándolo sobre mi cintura. Mientras agarraba su mano entre las mías.
Cerré los ojos y dejé que el sueño hiciese lo demás.


DARK
Iba en busca de alguna pista que me ayudase saber donde se encontraban los cinco elegidos, ya que, en el País del Fugo ya no había rastro de su rey y en el del Rayo nada del Guerrero del Trueno…
Lo más seguro es que el reycito del Hielo les hubiese alertado de los planes que tenía mi padre… muy listos.
Empecé a rastrear en los bosques y en cada aldea que encontraba, pero nada… les había tragado la tierra…
Aparecí en medio de un era, mirase donde mirase había indicios de batallas… algunos árboles estaban carbonizados y otros medio congelados. En el suelo encontré varias flechas rotas y más hielo…
Caminé por esa zona hasta que algo en el suelo despertó mi curiosidad…
Me agaché y lo miré detenidamente. Parecían pedazos grandes de hielo, alargué la mano y cogí el primero que vi. De repente, un millar de imágenes invadieron mi mente. Los cinco elegidos habían estado allí hace nada… peleaban contra…
Miré de nuevo el pedazo de hielo.
-Aleera…- Solté una risotada y seguí investigando en mi memoria… ¿Quién la había matado?
-Humm… que interesante, será mejor que se lo comunique a Draco.- Guardé el pedazo de hielo en el bolsillo de mi chaqueta y desaparecí de allí para, acto seguido, aparecer en la guarida de mi padre.
Entré en su despacho y me acerqué hasta él dejando el pedazo de hielo en la mesa.
-Hola, padre, tengo algo que te enfurecerá de verdad.


DRACO
Estaba desesperado, los cinco elegidos habían desaparecido del mapa, y para colmo, no teníamos el poder de aquella niña, las cosas no iban bien, todo por culpa de ese traidor de James…
Sin avisar, Dark entró en mi despacho y dejó un pedazo de hielo sobre la mesa, me sorprendió, no solía traerme ese tipo de cosas, al menos así.
Le miré y después cogí el pedazo de hielo entre mis manos.
Lo observé detenidamente, había algo dentro. Cuando lo averigüé, fruncí el ceño, me levanté y tiré el pedazo de hielo contra el suelo haciendo que se destrozase en varios pedazos.
-¿Dónde están? –pregunté enfurecido, esos malditos elegidos habían matado a Aleera, la única que verdaderamente me era fiel.



DARK
Miré a Draco y negué.
-No lo sé, padre, pero no andan muy lejos. Ese pedazo de hielo estaba en una era del bosque cerca de las fronteras del Reino del Viento y de la selva. No creo que sen capaces de ir al Reino del Viento con tal de no poner en peligro a nadie más, así que, me adentraré en la selva y les esperaré allí.- Miré los restos de Aleera que Draco había machacado contra el suelo.
Me crucé de brazos y le miré de nuevo.
-La muerte de Aleera no será en vano, juro que os traeré a los cinco elegidos.- Incliné la cabeza.



DRACO
-Encuéntralos rápido, y que no te maten, ¿me has oído? Muerto no sirves para nada. –di un golpe en la mesa con el puño y me senté de nuevo en mi butaca. No sólo no podía conseguirles, estaban aplastando todos mis planes y matando a mis fieles.


DARK
Asentí y le miré de nuevo.
-Confiad en mí, padre, les traeré hasta aquí.- Incliné de nuevo la cabeza y salí del despacho cerrando la puerta.
-Tks… será imbécil, si piensa que los traeré para su uso personal está equivocado. En cuanto los encuentre les mataré y después le mataré a él. El Reino de las Sombras no puede resurgir con un gobernante tan débil.- Desaparecí. Estaba a punto de dar comienzo mi reinado y era mejor eliminar a todos aquellos que me estorbasen, incluido Draco.


AXEL
Me desperté temprano. Eri aún seguía en la cama al igual que los demás.
El sol aún no se había alzado del todo, pero era mejor que fuese preparándolo todo para el viaje.
Ensillé a los caballos mientras estos se alimentaban.
La aldea estaba medio desierta, solo estaban despiertos aquellos que se encargaban de ir a cazar y a por agua.
Ya que estaba, aproveché para ir yo también a por algo de agüita y alguna que otra fruta.
Cuando volví, me senté sobre una roca cerca de mi cabaña y empecé a desayunar una manzana de las que había encontrado hasta que se despertasen los demás.


NIDY
Me sentía sola y triste, Saya no iba a quedarse conmigo, no había conseguido convencerla ni aún con la preciosa casita en las afueras de la aldea… Tenía que comprender que tenía una familia y prefería estar con ellos que conmigo, era lo más normal del mundo, yo no me sentía capaz de enamorarme y formar mi propia familia, siempre había vivido con el ideal de ninfa, porque admiraba mucho a Saya, y las ninfas no suelen enamorarse, conocía pocos casos, y ella, era uno de ellos, por desgracia.
A mí me habría encantado ocupar su lugar, pero sin templo ni tesoro que defender, poco se podía hacer, además de que se nace siendo ninfa, no se elige.
Mientras caminaba, encontré a uno de los amigos de Saya, el rey del fuego. Estaba comiéndose una manzana sentado sobre una roca.
Me acerqué y me senté cerca de él mirándole, era guapo y parecía simpático.



AXEL
Seguí comiéndome mi manzana, después del atracón de la noche anterior, un poco de fruta y comida sana no me vendría mal.
Miré a un lado y vi que la amiguita de Saya me miraba. Sonreí ampliamente y alcé la mano para saludarla.
Era muy mona aunque parecía triste…


NIDY
Era muy simpático, me saludó sin importarle que le estuviese mirando, esbocé una leve sonrisa.
-Eres Axel, el rey del fuego, ¿verdad? Yo soy Nidy. –miré sus brazos, eran fuertes y grandes, podría quizás levantarme con una sola mano.



AXEL
La miré y asentí mientras tragaba un pedazo de manzana.
-Si, y tu eres la amiguita de Saya, que raro que no estés con…- Miré la cabaña de Kai y Saya.
-Oh… vale.- Solté una risotada. Habían pasado la noche junto, claro, es normal.


NIDY
-La verdad es que me gustaría estar con ella, sí, pero… ella prefiere estar con su familia, es normal… -suspiré y miré mis pies.
-Axel… me gustaría preguntarte algo… Espero que no te sientas incómodo, pero… -le miré.
-Tú… ¿crees que Saya es feliz?


AXEL
La miré y suspiré pensativo.
-Pues… la verdad es que… creo que si, yo no la conozco mucho, pero…por lo que veo, si, creo que si.- Asentí y miré la manzana.
-Aunque, la verdad, es que no para de discutir con Kai. Siempre se están picando y esas cosas, pero…-Me encogí de hombros.
-¿Por qué lo preguntas? ¿Te ha dicho algo?


NIDY
Negué con la cabeza.
-Sólo quiero convencerme a mí misma de que ella es feliz sin mí, sólo así podré dejarla irse tranquila. Estaba convencida de que podría ser feliz aquí, conmigo… Pero si lo es sin mí, puedo estar tranquila… -apoyé la cabeza en mis rodillas, si ella era feliz, eso era más importante que lo demás.


AXEL
La miré de reojo.
-Si no fuese feliz no estaría con Kai ni habría tenido un hijo con él, ¿no crees? Es más, según me han contado, tienen pensado tener otro chiquillo, así que, si eso lo hace por que es feliz, dime tú que es.- Sonreí y la miré.
-Puedes dejarla ir tranquila, Saya está muy bien al lado de Kai.


NIDY
Asentí y le miré.
-Gracias… por escucharme, aunque ni siquiera me conozcas, eres un hombre muy amable, tus súbditos deben quererte mucho… -suspiré y me levanté.
-Gracias, de verdad. –me alejé de allí, no podía despedirme de Saya, no me sentía capaz de decirla adiós otra vez.



AXEL
Asentí y la miré mientras se iba… me rasqué la nuca, me daba la sensación de que esa chica lo estaba pasando realmente mal. Después de reencontrarse con Saya en mucho tiempo y con la esperanza de que se quedaría con ella y resulta que no… era muy normal que se pusiese triste, pero también entendía que Saya no quisiese abandonar a Kai ni a su hijo…
Suspiré y sentí un leve empujoncito en la espalda. Giré la cabeza y vi que era mi caballo.
-¿Qué? No me metas prisa, leches.- Sonreí y le di lo que quedaba de mi manzana.
-Ala, que te aproveche.


KAI
Me levanté antes que Saya, por suerte, me encontraba mucho mejor, el sexo hace milagros. Sonreí mirándola, acaricié su espalda desnuda y deposité un beso en su mejilla antes de levantarme y vestirme.
Salí fuera, Axel estaba ya levantado, me senté a su lado.
-¿Qué hay, mecherito?



AXEL
Kai se levantó. Tenía muy buen aspecto.
Sonreí y le miré cuando se sentó a mi lado.
-Ey, Copito.- Le di un golpe con la mano en su hombro.
-Te veo muy bien, no me lo digas…- Señalé su cuello, tenía una marca de labios, vamos, un chupetón.
Me reí y me rasqué la nuca.
-Menos mal que estabas herido, ¿eh?


KAI
Solté una risotada.
-Sabes que cuando entra el calentón da igual cómo estés y donde estés, ¿no? –le miré de reojo esbozando una sonrisa, no hacían ni tres días que Saya le había pillado con Eri en plena faena.



AXEL
Sonreí.
-Yo, bueno, porque anoche estaba cansado y caí en seguida, por que si no, seguro que Eri y yo habríamos echado un buen casquete… sobretodo después de que tú querida mujercita apareciese en el momento inoportuno.- Le miré esbozando una sonrisa forzada.
-Juro que la mataré.


KAI
Puse mi mano sobre la cara de Axel.
-No jures tanto, machote. Si os encontró en plena faena fue porque estabais en un sitio muy visible, justo al lado de la puerta de la cueva, no fue su culpa que al volver os viese, si tanto te molesta, la próxima vez, hazlo más escondido. –aparté la mano de su cara.



AXEL
Aparté la mano de Kai.
-Quita, pesado.- Le miré y alcé una ceja.
-Uy, es verdad, no puedo meterme con Saya si no el malote de Kai me pega que para él Sayita es sagrada y no se la puede toca si no quieres que el malote de Kaito te arranque las pelotas.- Me reí y revolví su pelito.



KAI
Le aparté la mano.
-No me hace falta defenderla, porque ella se defiende solita, pero como no está, no me dejas remedio. –le miré y sonreí.
-Nunca te habías separado tanto de tus hijos, ¿no los echas de menos?



AXEL
Le miré y me encogí de hombro.
-Si, les echo de menos, pero… sé que están bien, por eso no me agobio. Ya estaré con ellos cuando vuelva.- Bostecé rascándome el mentón.



KAI
Asentí y miré al frente.
-Axel… ¿crees que le haría feliz a Saya que compre una casa aquí para pasar las vacaciones? –le miré.
-Es que… me parece que con su gente se siente a gusto, y ya que no quiere quedarse aquí… al menos poder venir de vez en cuando. ¿Qué opinas?



AXEL
Le miré y suspiré.
-¿Pero qué coño os pasa a todos con la felicidad de Saya? Primero me pregunta la amiguita de Saya que si es feliz contigo, que si es mejor que se quede con ella aquí…y ahora tú…- Negué.
-Estáis muy obsesionados…


KAI
Sonreí.
-Gracias, con eso me basta y me sobra. –me levanté y le miré.
-¿Qué quieres que hagamos, Axel? Si queremos a Saya es lo que hay, y si eres mi amigo, deberías ayudarme, capullo. –sonreí.
-Me voy, si se levanta Saya, dila que he ido a dar una vuelta. –me alejé de allí.



AXEL
Le miré y alcé las cejas.
-Pero… Kai…- Suspiré y me revolví el pelo.
-Vaya idiota… pues nada, adiós…- Me giré y miré a mi caballo.
-¿Y tú que te cuentas?


ÁNIMA
Esa noche no había dormido mucho. Jimmy y yo no nos habíamos cruzado desde la conversación, y me sentía sola y mal, le estaba haciendo sufrir por mis cosas, cuando él ya tenía bastante con lo que tenía.
Miré su sitio en la cocina, donde solía sentarse… Deseaba que entrase por la puerta para pedirle perdón y poder abrazarle.



JIMMY
Estaba en la cubierta mirando el paisaje que sobrevolábamos. Neo había decidido aterrizar en algún lugar tranquilo para poder abastecer la nave y de paso descansar un poco.
Mejor… así me perdería un rato por el bosque y así intentaría olvidarme de toda esa mierda que me rodeaba…
No había dormido ni había ido a visitar a Ánima, tenía demasiado que pensar…
Suspiré y me froté el pelo. Las tripas me sonaron, señal de que tenía hambre.
Salí de la cubierta y entré en la cocina para picar algo… me encontré con Ánima allí… ¿y ahora que la decía?



ÁNIMA
Me quedé helada cuando le vi entrar, ¿era telepatía? Me levanté, necesitaba saber que estaba bien.
Cogí aire y me acerqué a él, le abracé con fuerza, enterrando mi rostro en su pecho, quería sentirle muy cerca.
-Perdóname…



JIMMY

No dije nada, ni me moví… mantuve la mirada en el suelo mientras ella me abrazaba… no sabía que hacer… no debería resultar cariñoso con ella, no quería seguir sufriendo por mujeres que no me correspondían…
Ánima no era para mí…
Me llevé la mano a los ojos y suspiré.



ÁNIMA
Temblé y sentí ganas de llorar. No me respondió al abrazo, ni siquiera me contestó…
Necesitaba oírle, saber que me perdonaba y que todo iba bien, pero después de todo, no podía esperarlo, era lo más normal que él no quisiese saber ya nada más de mí, no podía estar con él, aunque era lo único que desease entonces.
Ahogué un sollozo y me separé levemente de él, seguro que quería irse y no era capaz de apartarme sólo por no hacerme daño, era tan atento y bueno conmigo…
No le miré, eso empeoraría las cosas.


JIMMY
Cerré los ojos un momento antes de mirarla. Ella no me miraba a mí, pero me bastó para saber que estaba a punto de llorar…
-… Ánima…- Tragué saliva.
-Esto es muy difícil para mí… así que… creo que lo mejor es que te olvides de lo que sientes por mí… borra esos sentimientos, porque no te hará bien… lo siento…


ÁNIMA
Le miré, no podía decirme eso. Negué con la cabeza.
-No… Jimmy, no puedes pedirme eso, no puedo hacerlo… -cogí aire llevándome las manos al pecho.
-No puedes pedirme que te olvide, Jimmy, yo… - mi destino era no poder elegir a quién amar, ¿por qué soy tan egoísta?
-Yo te quiero… No puedo olvidarte tan fácilmente… -le miré a los ojos, sólo si me decía que él me olvidaría y lo decía de verdad, estaba segura de marcharme de allí sin mirar atrás.



JIMMY
La miré a los ojos cuando ella me miró a mí.
-No puedes quererme, no debes hacerlo…- Fruncí el ceño desviando la mirada…
-Neo va a aterrizar la nave, en cuanto lo haga iremos a buscar a alguien de tu raza, así que, prepárate…- Dicho esto me giré y salí de la cocina, se me había quitado el apetito.



ÁNIMA
Lo que hizo fue peor que decirme que no me quería, me sentía mal, muy mal, le estaba arrastrando conmigo a donde yo decidía ir, aunque no se lo pidiese, no podía dejar que estropease así su vida.
Me dejé caer de rodillas con las manos en el pecho, empecé a llorar, no pude evitarlo. Yo le quería, no podía dejarle escapar tan fácilmente, lo estaba estropeando todo… No podía ser la heroína que mi madre quería que fuese, no si quería tanto a Jimmy, iba a ser un verdadero infierno el vivir sin él y volver a estar sola, pero no podía hacerle más daño, no podía permitírmelo.



JIMMY
Como dije, Neo aterrizó la nave en un claro cerca del bosque.
Antes de salir, me armé con mi espada y metí en una mochila un par de botellas de agua y algo de comida, pues lo más seguro es que pasaríamos la noche fuera si no encontrábamos nada por el día.
Esperé fuera de la nave a que Ánima saliese.


ÁNIMA
Recogí mis cosas, no volvería a esa nave, no sería bueno para nadie. Me iba a dar pena, todos eran muy simpáticos y amables conmigo, bueno… casi todos, pero tenía que irme lejos de Jimmy, de ese modo no le haría daño.
Sólo tuve que coger la ropa que me habían regalado, no tenía nada más. Miré la capa de Jimmy… Era de Jimmy, pero la necesitaba, era la única forma de tenerle de alguna manera. La guardé en mi mochila y salí de la nave, Jimmy estaba en la puerta, cogí aire y salí.



JIMMY
Miré a Ánima cuando salió. Suspiré y me acomodé la mochila sobre el hombro con mi espada en el cinto de mi pantalón.
-Vamos…- La dije indicándola que me siguiese.



ÁNIMA
Seguí sus pasos, después de todo el mal que le había hecho él seguía ayudándome, era lo que me más me dolía, que estaba dejándole escapar, era algo que no me podría perdonar en la vida.
Con lo fácil que era decir: lo dejo todo, me quedo contigo, renuncio.



JIMMY
La miré de reojo cuando me siguió. No dije nada, tan solo me encaminé hacia el bosque seguido de Ánima.
-Si nos damos prisa, tal vez tengamos suerte y encontremos a alguien antes del anochecer y así nos ahorraremos el tener que acampar en medio de ninguna parte…- Dije sin dejar de caminar.



ÁNIMA
Tragué saliva.
-He buscado durante cuatro años sin encontrar absolutamente a alguien, no creo que en una mañana podamos encontrar a alguien. –me cargué bien la mochila, la correa estaba vieja y se soltaba constantemente.



JIMMY
La miré y suspiré.
-Ya, bueno… pero lo intentaremos al menos.-Sonreí levemente.
-Seguro que te pondrás muy contenta si encontramos a alguien más que sea de tu misma especie, así te darás cuenta de que no estáis extinguidos del todo.- Volví la mirada al frente.



ÁNIMA
Bajé la cabeza.
-No estés tan seguro… -susurré para mí misma, no llegó a oírme. Seguimos andando un buen rato, la correa de la mochila cedió y cayó al suelo cayéndose también la ropa que había encima, por lo que la capa quedó desprendida sobre la hierba, esperaba que no me dijese nada por llevármela.
Me agaché y empecé a recoger la ropa que se había caído.


JIMMY
Suspiré y me agaché para ayudarla.
-Trae tu mochila, arreglaré tu correa.- Agarré la mochila y le hice un nudo con una cuerda para que no se volviese a romper.
-Toma y ten más cuidado.- La miré y me levanté.


ÁNIMA
No dijo nada respecto a la capa, quizá daba por hecho que ahora era mía, y lo prefería así. Agarré la mochila contra mi pecho y seguí caminando, así seguro que no se caía. De vez en cuando le miraba, pero iba delante de mí y sólo podía ver su nuca, aunque era mejor eso que mirarle a los ojos, eso sólo sería peor.



JIMMY
Iba caminando delante de Ánima. No dijimos nada, solo dejamos que los pájaros y el viento que mecía los árboles interrumpiesen el silencio entre los dos.
De vez en cuando miraba a Ánima de reojo por si la dejaba muy atrás, no sería propio si la estaba protegiendo…
Cuando volví la mirada al frente, un puño invisible me golpeó en la cara tirándome al suelo a varios metros de distancia. Caí al suelo golpeándome la cabeza contra el tronco de un árbol.
Intenté levantarme, pero sentí como esa fuerza se introducía dentro de mí haciéndose con el control de mi cuerpo. Mi mano derecha fue al cinto de mi pantalón mientras que la otra agarró el mango de mi espada. Intenté resistirme, pero no podía controlarme… me era imposible moverme por mí mismo…
Desenvainé la espada y llevé la hoja hasta mi propio cuello.
-Mierda…-La hoja se clavó hasta dañar mi piel, la cual empezó a sangrar. Apreté los dientes intentando controlar mi cuerpo.
-¡Mierda!


ÁNIMA
-¡Jimmy! –algo golpeó a Jimmy, aunque no sabía el qué, y vi que a sí mismo estaba intentando clavarse su propia espada…
Por un momento no supe reaccionar, no podía ser…
Corrí hacia Jimmy y le arranqué la espada de las manos lanzándola lejos.
-Basta, ¡basta! ¡Déjale! –respiré fuerte varias veces, tenía que se un Fantasma, ¿cómo era posible?


WILL
Encontré a James, el hijo de Draco, era la oportunidad perfecta para poder terminar con esto y llevar a cabo mi venganza.
Sin más, mi cuerpo se volvió invisible y me abalancé sobre ese cerdo propinándole un puñetazo en la cara. Eso hizo que se chocase contra un árbol dejándolo aturdido. Aproveché y utilicé una de mis mejores técnicas. Me introduje en su cuerpo tomando el control absoluto de su movilidad.
Si yo no podía matarlo, se mataría él mismo.
Hice que agarrase su espada e intenté que se cercenase el cuello, pero… una chica… una mujer Fantasma… igual que yo…
Salí del cuerpo de James dejándole a penas con fuerzas y volviendo a hacer visible mi cuerpo.
Me puse frente a ella y la miré.
-Al fin te encuentro…



ÁNIMA
No miré al chico, me agaché al lado de Jimmy y le agarré de la cara.
-Jimmy, Jimmy, ¿te encuentras bien? –respiré fuerte nerviosa, le acaricié la cara mirando su herida, me giré y miré al chico, me levanté.
-¿Por qué has hecho eso? ¿Quién te has creído que eres? –le empujé y le miré a los ojos. Definitivamente, era uno de los míos, llevaba años buscándole y me lo encontraba ahora, pero, ¿por qué?
Me agaché de nuevo al lado de Jimmy.
-Jimmy, ¿te duele?



JIMMY
Miré a Ánima presionando la herida de mi garganta con mi mano que se tiñó de rojo por la sangre.
Busqué en mi mochila un pedazo de tela que me sirviese como venda… cualquier cosa para utilizar como torniquete…
Agarré mi túnica y la rajé enredándola después alrededor de mi cuello taponando la herida.
-…estoy… bien…- Mi voz sonaba ronca… seguro que me había tocado la laringe…
Me levanté y agarré mi espada mirando al individuo que resultaba ser un elemental como Ánima.
-Anda… mira, ya no… tenemos que buscar más…- Carraspeé, aunque me dolió a horrores.


ÁNIMA
-Jimmy, tienes que curarte eso, volvamos a la nave, Kara debe tener algo para ello… -no quería mirar a aquel chico, había hecho daño a Jimmy y… acabaría separándome de él. Me sentía bien sabiendo que había alguien más como yo, que podía ayudar a mi raza, pero…
Me sentía confusa y nerviosa, no sabía qué hacer.



JIMMY
Miré de reojo a Ánima.
-Estoy bien… soy un sombra… se me curará solo en cuestión se minutos…- Miré al ser que tenía delante de mí. Me miraba con los ojos encendidos yo presioné la mano alrededor de la empuñadura de mi espada… sabía que no debía matarle, por Ánima, si no fuese así, le rebanaría la cabeza en un momento…
-¿Quién eres?- Pregunté poniéndome entre él y Ánima.


WILL
Miré a James, luego a la chica que le acompañaba… si estaba seguro, James debía ser el protector de aquella mujer, así que, y sin que ella me lo dijese, no podía hacerle daño…
Suspiré y le miré.
-Soy Will y… aunque me cueste admitirlo, te doy las gracias por cuidar de esa chica, aunque no la conozca, siento que ya es importante para mí…- Incliné la cabeza en señal de respeto.
-Perdonadme, los dos, vi a James y supuse que era un enemigo, ya que es el hijo de Draco…-Levanté de nuevo la cabeza.
-Lo siento de verdad…


ÁNIMA
Me agarré al brazo de Jimmy, no podía dejar de preocuparme por la herida, pero él no se movería de ahí.
-Jimmy no es hijo de ese monstruo… -miré al chico sin soltar a Jimmy. Su nombre era Will, y dijo que… ya era importante para él…
Suspiré y no solté a Jimmy, tenía la impresión de que se iría en cualquier momento, dejándome con él.


JIMMY
Le miré y suspiré. Envainé mi espada y miré la mano de Ánima en mi brazo. Agarré su mano y tiré suavemente de ella hasta colocarla delante de mí haciendo que me diese la espalda. Posé mis manos en sus hombros.
-Has dicho que ella es importante para ti, eso significa que conoces su misión…


WILL
Asentí lentamente y me crucé de brazos.
-Tanto ella como yo tenemos la misma misión… he caminado muchos años en busca de alguien como yo y nunca ha habido suerte… hasta hoy.- Dirigí la mirada a la mujer que tenía en frente.
-Me gustaría saber tu nombre.



ÁNIMA
Llevaba años preparada, no sabía por qué ahora me sentía nerviosa. Quizá porque tenía miedo de separarme de Jimmy.
-Soy Ánima… -le miré, después de calmarse parecía más racional y simpático.
-Tú… eres Will.


WILL
Sonreí y asentí.
-Si…- Extendí mi mano para agarrar la suya.
-Quiero pedirte perdón por haberme comportado así con tú protector… lo siento…- Besé su mano y sonreí mirándola.
-Estaba convencido de que enconaría a alguien más como yo, pero… estoy impresionado con tu belleza.



ÁNIMA
Bajé la mirada, sentí que mis mejillas se sonrojaban, suspiré y le miré. No sabía qué decir, estaba convencida de que cuando le encontrase sería más fácil…
Miré a Jimmy, estaba muy serio, sabía que en cualquier momento me soltaría y se iría sin más, me dio un pinchazo en el estómago, no podía ni pensarlo.
Miré de nuevo al chico, era todo perfecto, me iría con él, los dos podríamos cumplir nuestra misión, y podría dejar en paz a Jimmy. Era tan perfecto que no podía creerlo, ¿por qué me sentía tan mal? No quería que pasase así…



JIMMY
Miré a Ánima mientras se sonrojaba por lo que dijo Will… no pude reprimir una mueca desagradable llena de celos…
Suspiré y miré hacia otro lado apartando mis manos de los hombros de Ánima.
-Will… yo ya he cumplido con mi promesa, traerla hasta ti viva… lo único que te pido es que cuides de ella y la des lo que desea.- Me alejé un par de pasos y miré a Ánima.
-Espero… espero que todo te vaya bien y que puedas cumplir con tu misión…- Sonreí levemente y me giré alejándome de ella… no pude reprimir las lágrimas mientras caminaba a toda velocidad lejos de allí.
-Dios…- Me quedaba claro que yo debía vivir mi vida solo…



WILL
Fruncí el ceño extrañado cuando James se marchó.
-Ese chico es muy raro…- Suspiré y me encogí de hombros. Miré a Ánima y sonreí sin soltar su mano la cual acariciaba con suavidad.
-Ahora no tienes que preocuparte por nada, estás conmigo. Yo cuidaré de ti.



ÁNIMA
Mis ojos se llenaron de lágrimas, no fue capaz de despedirse de mí, ni siquiera me dijo adiós…
Me dejé caer de rodillas derramando las lágrimas, me tapé los ojos sollozando, era mucho más duro de lo que pensé, sentí que con él, Jimmy se llevaba parte de mi corazón.
Pero era mejor así, tenía que convencerme de ello.
Will estaba ahí, cuidaría de mí y me ayudaría con mi misión…
Intenté calmarme.
-Lo… lo siento… -me limpié las lágrimas respirando hondo.
-Es que… estoy conmocionada… -le miré y sonreí.
-Llevo tanto tiempo esperando esto… -tenía que guardar las lágrimas si quería que todo saliese bien, Jimmy estaría mejor sin mí.


WILL
Ánima cayó al suelo llorando.
-Ey…- Me agaché a su lado y la agarré de los hombros… Ánima y James compartían algo más que amistad y protección…
-Claro… es normal que estés conmocionada, yo también he estado esperando esto hace mucho…- La ayudé a levantarse.
-Vamos, no llores, tranquila…- Limpié sus lágrimas con mis dedos y sonreí.
-Un rostro tan bonito no puede corromperse por la tristeza…- La acaricié las mejillas.
-No tienes porque tener miedo, Ánima, juro que estaré contigo, ahora que te he encontrado no pienso dejarte ir.


ÁNIMA
Tragué saliva deteniendo las lágrimas y asentí, le miré, sus ojos azules me miraban, parecía preocupado porque estuviese llorando, parecía mentira la gran conexión que se había abierto entre los dos nada más conocernos.
Me limpié las lágrimas con el dorso de las manos.
-Gracias, Will…



WILL
Sonreí calurosamente y negué.
-No tienes por que dármelas, Ánima…- Aparté su flequillo de su rostro para poder mirarla a los ojos.
-Vamos, te llevaré a mi guarida.- Agarré su mano.
-Allí te estarás segura, mi casa es tú casa.- Sonreí.


ÁNIMA
Agarré la mano de Will cuando cogió la mía. Parecía que él vivía solo, y tenía una casa para él, debía ser más fuerte que yo y se protegería solo. Era tierno, cálido y protector. Podría acabar enamorándome de él perfectamente, era cuestión de tiempo que acabase olvidándome de Jimmy, el tiempo cura todas las heridas…
Era hora de decir: Adiós, Jimmy…


JIMMY
Llegué a la nave y entré.
Estaban todos fuera, pero pasé sin ni siquiera decirles nada.
Caminé hasta mi cuarto, entré y cerré la puerta apoyándome en ella.
Cogí aire mirando mis manos, aunque las veía borrosas a causa de las lágrimas que se apelotonaban en mis ojos. Cerré los puños con fuerza y proferí un grito golpeando la puerta con mucha fuerza abollando el metal.
Jadeé con fuerza y me dejé caer al suelo derramando las lágrimas. Me llevé las manos a la cabeza sin dejar de llorar.
-Ánima…-Sentí que esa sería la última vez que la vería.
Adiós, Ánima.



ÁNIMA
Will me llevó hasta su guarida, no me fijé mucho en el camino, pero no era muy lejos de donde nos habíamos encontrado, me figuré que había trabajado mucho para conseguir tener protección en un sitio así, para que nadie encontrase su hogar.
Le miré cuando llegamos.
-¿Desde cuando estás solo?



WILL
Sonreí y guié a Ánima hasta mi guarida. Vivía en una caverna detrás de una pequeña casaca, ideal para poder ocultarme de los enemigos.
-Pues… llevo tanto tiempo solo que ya casi ni me acuerdo, pero… creo que desde que tenía cinco años…- La miré y sonreí sin soltar su mano.



ÁNIMA
Le miré atónita. Estaba sólo desde que sólo era un niño, ¿cómo había podido valerse?
-Vaya… debe de ser muy duro quedarse solo cuando eres tan pequeño… Admiro que te hayas desenvuelto tan bien tú solo. Yo llevo viajando desde los doce y he ido pidiendo ayuda a todo el mundo, soy un desastre… -esbocé una sonrisa.



WILL
La miré y sonreí.
-Bueno, no es fácil, pero aprendo rápido.- Bajé por una ladera algo resbaladiza por el agua de la cascada. Ánima se resbaló, pero yo la agarré entre mis brazos antes de que se la pegara contra el suelo.
-Cuidado, no quiero que te despeñes.- Me reí y la miré, era realmente hermosa.
-Eres mucho más guapa de cerca.


ÁNIMA
Me mordí el labio, pensé que me la iba a pegar, pero por suerte, Will me agarró antes de caerme, y encima me estaba piropeando…
-Eh… -solté una pequeña risa y señalé mi mochila en el suelo.
-Yo… estoy bien, pero es la segunda vez que se cae hoy… -me agaché y recogí de nuevo, era una mochila muy vieja y era fácil que se abriese al caer, miré el nudo que le había hecho Jimmy sólo un rato antes.
Suspiré y volví a coger la mochila.
-Lo siento, no soy una artista del equilibrio precisamente…



WILL
Me reí y la ayudé con la mochila.
-Tranquila, no pasa nada.- Miré la caverna.
-Vamos, tendrás hambre. Tengo comida y agua fresca dentro de la guarida.- Agarré de nuevo su mano.
-Seguro que te gustará.-Tiré de ella con suavidad y con cuidado de que no volviese a tropezar.



ÁNIMA
Miré nuestras manos, la confianza que había cogido en tan solo unos minutos era algo bastante extraño, pero… no me importaba, cuanto antes lograse olvidarme de Jimmy, antes dejaría de sufrir por él, y esperaba por su bien que él hiciese igual.
Le seguí sin soltarle, además había cogido mi mochila sin ni siquiera preguntar si necesitaba que la llevasen, era bastante atento, la verdad…
No volví a caerme en el trayecto, o al menos no a tropezarme, que ya era decir, el camino era resbaladizo por el agua en las rocas, y él se las apañaba bien, a decir verdad.


WILL
Llevé a Ánima hasta mi caverna.
-Puede que parezca fría y húmeda por fuera, pero por dentro…- Dejé que entrase dentro de mi caverna. A cada lado de las paredes había antorchas encendidas y hacía calorcillo.
-… es acogedor y te gustará.- La guié hasta dentro. Había una pequeña puerta al final. La abrí y la enseñé el interior.
-Esta es mi “casa” por así decirlo. Notarás el calor porque a parte de la catarata, estamos situados debajo de un volcán, pero tranquila, no corremos peligro.- Cerré la puerta cuando pasamos los dos.
-Bueno, aquí es donde suelo vivir, esta es la cama, en la cual dormirás tú… también hay una mesa, un par de sillas y la comida está dentro de una nevera portátil que tengo allí.- Señalé una esquina.
-Espero que te guste… he sobrevivido aquí desde los cinco años, creo que seguirá siendo seguro.- Sonreí y dejé su mochila encima de la cama.


ÁNIMA
Miré a mí alrededor, a pesar de estar dentro de una caverna, era el sitio más hermoso que había visto, sólo por saber que lo había trabajado él todo y había vivido solo desde que era sólo un niño. Me llevé las manos al pecho.
-Vaya, es… -le miré.
-Me encanta… Me parece increíble lo que has conseguido hacer tú solo…



WILL
Sonreí y asentí.
-Me alegra saber que te gusta.- Suspiré y me acerqué a la nevera.
-Pues nada, acomódate como quieras.- Sonreí señalando la cama.
-¿Tienes hambre?-Me acerqué hasta ella con la nevera.



ÁNIMA
Miré la cama, eso me recordó al momento en que conocí a Jimmy. Yo estaba dormida en su cama, cuando desperté, él me ofreció comida y, sin pedir nada a cambio, su protección.
Suspiré y me senté en la cama, no era justo para nadie que ahora me arrepintiese ni pensara en Jimmy.
Miré a Will y asentí cuando me ofreció comida.


WILL
Miré a Ánima, parecía sumergida en sus pensamientos... suspiré sentándome a su lado.
-Antes de darte algo para comer…- Dije apartando la nevera a un lado.
-… quiero que me digas, bueno, no obligatoriamente, pero me gustaría saber… ¿qué es lo que tienes con James? En el bosque, parecías muy preocupada por él y cuando se ha ido así tan de repente te has puesto ha llorar…- Me rasqué la nuca.
-Eso… eso no es muy normal entre un protector y su protegida…



ÁNIMA
Bajé la mirada.
-Sí… Bueno… -suspiré cerrando los ojos. Le miré.
-No… no era nada de lo que debas preocuparte. Ahora tengo una misión que cumplir y… es lo que pienso hacer, estoy dispuesta a olvidar todo lo que pueda interferir en la misión… de modo que por eso no te preocupes. –sonreí levemente y volví la mirada a mis manos.
-Y tranquilo, con respecto a… bueno, mi virginidad, aún la conservo… -no me lo había preguntado, pero era algo que debía saber.


WILL
La miré.
-Ohm… bueno, no te lo he preguntado, y no lo veía necesario… creo que eso forma parte de tu intimidad y si hubieses preferido no decírmelo, lo habría entendido perfectamente.- Sonreí y asentí.
-No sé cuales son tus ideales de cómo va ha funcionar esto, pero… yo pienso ir despacio sobre el tema de la misión, así que… tómate tu tiempo hasta que estés verdaderamente segura de que estás preparada y, claro está, confíes en mí lo necesario.



ÁNIMA
-Por eso no hay problema, llevo preparada prácticamente desde que mi cuerpo lo está, por eso no te preocupes… -suspiré y le miré.
-Perdona si te incomodo, estoy algo nerviosa… Ha sido mucho tiempo buscando y… Has llegado como caído del cielo, yo pensé que no encontraría a nadie en mucho tiempo…



WILL
Sonreí y la miré.
-Si, la verdad es que a mí me pasa lo mismo, tanto tiempo solo y de golpe y porrazo apareces tú en mi vida, pues… ha sido bastante chocante.- Me eché el pelo hacia atrás.
-Pero para eso estamos aquí, ¿no? Nos dedicaremos a conocernos más y ha aprender a convivir los dos juntos, si sale bien, tal vez tengamos suerte y podremos cumplir con nuestra misión.- Sonreí ampliamente y agarré su mano entre las mías.
-Y como soy optimista y me caes muy bien, creo que lo conseguiremos.- La miré guiñándola un ojo.



ÁNIMA
Sonreí mirando a otro lado, para haberme conocido ahora, era todo un Don Juan, me cogía la mano, me guiñaba el ojo… Era cariñoso… como Jimmy…
-Supongo que tienes razón, es una suerte que seas un chico simpático y cariñoso… o tendría que haber convivido con un tío que para lo único que viniese a verme sería para… ya sabes… -solté una risotada, prefería tomármelo con humor.


WILL
Me reí y la miré de nuevo.
-Bueno, yo no pienso en eso siempre, pero tienes que comprender que soy un chico y tú eres impresionantemente hermosa… tendré que esforzarme para poder controlar mis impulsos.- La miré y sonreí.
-Tranquila, no soy peligroso, sé controlarme muy bien.- Volví la mirada a mi nevera y la acerqué de nuevo.
-Bueno, vamos a comer algo.



ÁNIMA
Sentí que me sonrojaba, me estaba tirando los trastos y, literalmente, me estaba diciendo que estaba buena y que me quería echar… un polvo, sólo que de una forma más educada y fina.
Me sonaron las tripas, al final no había podido comer casi nada y tenía hambre, solté una risa nerviosa.
-No creas que no me daban de comer, eh… Es que no he desayunado y tal… -me tapé la cara.
-Dios, debo parecerte estúpida.



WILL
Alcé las cejas.
-…no, tranquila… no pienso que seas estúpida…- La miré de reojo abriendo la nevera… resultaba ser un poco… repipi…
Saqué un par de botellas de agua y unos sándwiches bastante grandes y con cantidad de cosas.
-Toma…- Sonreí.



ÁNIMA
Sonreí y cogí lo que me ofreció.
-Gracias… A partir de ahora te ayudaré a conseguir lo que necesitemos, ya bastante tengo con acoplarme en tu casa sin más… -sonreí y bebí un poco de agua, acto seguido empecé a comerme el sándwich.
No sabía por qué tenía que pasarme, pero todo lo que hacía con Will, me recordaba a lo que hacía con Jimmy…



WILL
La miré y sonreí levemente… lo que yo decía, estaba muy buena pero era demasiado repipi…
-No te has acoplado, esta casa la tengo reservada tanto para mí como para la mujer con la que compartiría mi vida.- Pegué un mordisco a mi sándwich.
-No te preocupes, mujer, me las he apañado bien quince años solo, ¿qué serían un par de años más?



ÁNIMA
Abrí los ojos ampliamente y le miré.
-¿Tienes veinte años? No los aparentas para nada… Bueno… no quiero decir que parezcas un crío, pero… No sé, te ponía menos años. –joder, me sacaba cuatro años, parecía mentira, si tenía casi el mismo aspecto que yo, e incluso más despreocupado.



WILL
Me reí y la miré.
-Si, la verdad es que la gente no se cree que yo tenga veinte años, pero es así.- La miré bien y asentí.
-Por tu aspecto no tendrás más de dieciséis, ¿no? ¿Me equivoco?- Joder, para tener dieciséis años estaba muy bien formada… ya te digo…



ÁNIMA
-La verdad es que lo has sabido, tengo dieciséis camino de diecisiete, aunque a mí la gente suele ponerme más edad… -me encogí de hombros.
-Tienes buen ojo para eso. –seguí comiendo el sándwich, no sabía por qué me daba la impresión de que no dejaba de mirarme.



WILL
Asentí.
-Si, se me da muy bien saber la edad de los demás, es algo fácil.- Me levanté y tiré el envoltorio del sándwich en una papelera.
-Bueno, tienes que disculparme, pero voy a por un par de cosas que tengo en el bosque, no tardaré mucho. Tú acomódate como quieras, yo volveré en seguida.- Sonreí y salí de la habitación en dirección al exterior.


ÁNIMA
-Espera. –me levanté, pero ya se había ido. Suspiré, siempre estaba quieta esperando a que volviese alguien, me sentía inútil.
Miré la cama y me senté. Miré a mi alrededor, ese sería mi hogar durante… el resto de mi vida, si cabía decirlo. Suspiré y miré al suelo. Había renunciado al amor para poder cumplir mi misión, y en parte debía sentirme realizada y contenta por haber encontrado al fin a alguien como yo, pero…
Pegué mi espalda a la pared y miré mis calcetines, era algo que me distraía. No habían pasado horas desde que nos habíamos separado y ya estaba echándole de menos, como si fuese parte de mí. Estaba segura de que me arrepentiría.




JIMMY
Después de recapacitar y desahogarme, decidí hacer algo más que lamentarme y arrepentirme de todas las tonterías que había hecho en todo este tiempo.
Ya no tenía que proteger a nadie, así que lo mejor era hacer algo de provecho.
Recogí mis cosas junto con mi espada y salí de la nave.
Ya que Kai y Saya se esforzaban junto con los reyes del Fuego y ese guerrero en encontrar a mí padre, estaría bien que yo echase una mano… así que iría en busca de Draco y les ahorraría trabajo a los demás… le mataría yo mismo y si moría, ¿qué más daba? Nadie me echaría de menos.



ÁNIMA
Esperé largo rato a que Will volviese, torturándome a mí misma, no podía dejar de pensar en Jimmy, en el daño que le había hecho y lo que debía estar sufriendo, si es que me quería al menos un poco menos que yo a él.
No iba a olvidarme tan fácilmente de él, me llevaría mucho tiempo hacerlo, y sólo si conseguía enamorarme de Will, cosa que tardaría, mi mente y mi corazón estaban invadidos por la imagen de Jimmy, la última que tuve de él, marchándose por el bosque.
Cada vez que lo recordaba el corazón me daba un pinchazo, me dolía el pecho. Me tumbé en la cama de lado, llevaba ahí desde que Will salió, no me había movido.
Cogí aire intentando retener las lágrimas, no volvería a ver a Jimmy… tragué saliva, se había creado un nudo en mi garganta.
-No debió haberme salvado… -susurré y cerré los ojos con fuerza, haciendo que una lágrima se deslizase hacia las sábanas.



WILL
Seguía fuera, reuniendo cosas valiosas que encontraba por el bosque, pues así había sobrevivido todos estos años, alimentándome del bosque y viviendo en él.
Caminaba por los alrededores, a ver si tenía suerte y cazaba alguna cosa para cenar, cuando algo llamó mi atención.
Me escondí detrás de un árbol y observé aquello que me extrañaba… fruncí el ceño y vi que se trataba de Dark… el hermano mayor de James… ¿qué hacía aquí? Parecía ocupado buscando algo… tendía que estar preparado por si se le ocurría acercarse hasta la guarida.
Lo primero que hice es volver mi cuerpo totalmente invisible y largarme de allí antes de que Drak se diese cuenta de que estaba allí.
Me giré y empecé a caminar a paso ligero, volví la mirada hacia atrás pero… ¿dónde se había metido? Ya… ya no estaba donde antes.
-Pero… ¿dónde coño se ha metido?- Fruncí el ceño atento… pero no escuchaba nada.
Me giré de nuevo y me encontré con mi enemigo de cara. Posó su mano en mi pecho y ejecutó una técnica dejándome sin fuerzas y sin capacidad para volver a hacerme invisible.
-M… mierda…- Me apoyé en un árbol, me costaba respirar.



DARK
Esbocé media sonrisa cuando encontré a alguien para cargarme, ya que no había encontrado a los cinco elegidos, tenía que saciar mi sed de sangre, ¿y qué mejor que un explorador extraviado? Aunque… no parecía un elemental corriente…
Logré bloquearle y arrebatarle los poderes temporalmente con una de mis más poderosas técnicas.
Saqué mi espada y le amenacé el cuello.
-¿Me espiabas, muchacho?- Me reí malévolo hincando la punta de mi espada en su piel.
-¿Te duele? ¿Pues porque no gritas?


WILL
Le miré aterrorizado... no tenía que hacer… no tenía fuerzas y sentía que ese tipo me cortaría la cabeza en un suspiro. Apreté los dientes agarrando el tronco del árbol con mis dedos como si eso sirviese para poder ayudarme a escapar…
Cerré los ojos y cogí aire esperando que me clavase la espada del todo y me arrancase la vida… al menos no había descubierto a Ánima…
Abrí los ojos cuando escuché el chocar del metal y el filo de la espada se apartó.
Delante de mí ya no estaba Dark, sino… James…
-… James…


JIMMY
Llegué a tiempo de evitar que Dark matase a Will, el acompañante de Ánima, que por suerte no andaba por allí.
Me acerqué corriendo e interpuse mi espada entre la de Dark y el cuello de Will. Miré a mi hermano con furia y soltando un grito hice que retrocediese un par de metros.
Cogí aire y agarré el mango con fuerza alzando la espada para evitar que se acercase de nuevo.
-Wil… entra en la guarida… yo me encargo de él.- Will obedeció y se fue corriendo de nuevo a su guarida. No aparté la mirada de Dark ni un segundo el cual sonreía de una manera que me ponía enfermo.
-¿Qué haces aquí?


DARK
Miré a James, que se interpuso entre mi víctima y yo.
-Siempre tan inoportuno, James.- Sonreí malévolo. El niñato iba en serio.
-¿Te vas ha enfrentar a mí? Creo que no deberías si no quieres acabar bajo tierra y convertido en comida para los gusanos.- Me puse serio al ver que no se acongojaba ante mis amenazas… se mantuvo inmóvil alzando su espada… ¿pero de que iba?


JIMMY
Le miré sin emitir ningún sonido hasta que terminó de decir gilipolleces.
-Se acabó, Dark, terminemos con esto aquí y ahora… no permitiré que hagas más daño… puede que muera en el intento, pero estate seguro que tú vendrás conmigo.- Cargué mi espada y me lancé a por él.



ÁNIMA
Me limpié las lágrimas a toda prisa cuando oí pasos correr y me levanté, Will entró en la guarida, parecía cansado y tenía algo extraño…
-Will… -me acerqué y le agarré, parecía que en cuestión de segundos caería redondo al suelo.
-Will, ¿qué ha pasado?



WILL
Jadeé y cerré la puerta sentándome en el suelo aterrorizado. Miré a Ánima y cogí aire.
-Ánima… es Dark…. Dark está ahí fuera, casi me mata, pero tranquila… James ha llegado a tiempo, está fuera, luchando con él… - Me froté el pelo tembloroso.
-Él se encargará, ya lo verás… él… él le matará…



ÁNIMA
Abrí los ojos como platos, yo misma había presenciado el poder de Dark y sus interminables ganas de matar, no sería benévolo ni con su propio hermano, de eso estaba segura.
Respiré deprisa, mis pulmones se estaban quedando sin aire.
-Jimmy… Jimmy está en peligro… -miré la puerta y corrí hasta ella.
-No salgas de aquí. –salí cerrando la puerta de un golpe y corrí hasta salir de allí, aunque no sabía si lograría encontrar el camino, no me había fijado al llegar.
Corrí hasta que pude ver a Jimmy y Dark peleando con espadas. Tragué saliva y me volví invisible, corrí hacia ellos y cuando estuve cerca, propiné una patada a Dark en el costado, alejándolo de Jimmy, me coloqué delante de él.
-Corre, no merece la pena, es muy fuerte… -susurré, a la distancia a la que estaba Dark, no podría oírme y saber dónde estaba.


JIMMY
Ánima apreció en el momento más inoportuno.
-¡¿Qué coño haces aquí Ánima?! Lárgate de aquí esta es mi lucha.- Miré a Dark que nos lanzó una bola de energía. Agarré a Ánima de la cintura e hice que girase violentamente hasta situarla detrás de mí. Me agaché junto con ella evitando que la bola nos dañase.
Miré de nuevo a Ánima, esta vez serio y con frialdad.
-Solo me estás estorbando, lárgate de una puta vez.- Me levanté aún agarrándola, la empujé a un lado y corrí de nuevo a por Dark alzando la espada.



ÁNIMA
Cuando Jimmy me agarró para apartarme perdí la concentración y mi cuerpo se volvió visible de nuevo. Su mirada hizo que mi corazón se helase por completo, dijo que sólo le estaba estorbando. Tragué saliva, quise pensar que lo dijo porque se preocupaba por mí…
Me levanté.
-¡No voy a dejarte solo! –me agaché, y de uno de mis calcetines, saqué una navaja, la cual abrí volviendo mi cuerpo y esta vez, también la navaja, invisibles de nuevo. No podía dejar a Jimmy solo, no iba a permitir que Dark le matase, eso nunca.
Corrí hacia Dark, aunque, al ser una pelea con espadas, no paraba de moverse, por lo que tuve que centrarme bien para poder apuntar, aunque me salió mal, y le clavé la navaja en el hombro, en vez de la cabeza o la nuca.


DARK
Fui a atacar a James cuando la niñata de antes me atacó clavándome una simple navaja en el hombro la cual me arranqué y se la clavé a ella en la pierna. Acto seguido la agarré del cuello.
-Quítate del medio, estúpida niña.- La lancé lejos de mí y de James. Miré a James y sonreí malévolo.
-La próxima vez que luchemos, evita que tus novias se interpongan por medio.- Me reí.


JIMMY
Dark atacó a Ánima… apreté los dientes y mire a Dark.
-No vuelvas ha tocarla ¡Tú rival soy yo!- Grité de nuevo y cargué la espada de nuevo descargándola contra la de él que se quebró bajó el metal de mi espada. Acto seguido, solté la espada y golpeé la cara de Dark con mi puño de metal alejándolo de mí.
Corrí hacia Ánima y me agaché junto a ella. Tenía la pierna dañada.
-Ánima…- La agarré en brazos.
-Vamos, te llevaré a la guarida…


ÁNIMA
Apreté los puños, Dark había conseguido herirme, notaba la navaja atravesando mi carne, cerré los ojos con fuerza y la saqué de un tirón soltando una exclamación de dolor, miré a Jimmy cuando me cogió en brazos.
-No, déjame, Dark aprovechará para atacarte… -intenté bajarme de sus brazos.



JIMMY
Miré la pierna de Ánima, estaba sangrando.
-… no te preocupes…- Giré la cabeza y miré atento por si Dark volvía, pero… parece que se fue… -Cobarde…- Volví la mirada a Ánima y saqué de mi mochila una venda que le había quitado a Kara. La enredé alrededor de su pierna haciéndola un torniquete.
-¿Y Will? Parece que no ha salido ha protegerte… menos mal que quería cuidar de ti…-Dije atando la venda.


ÁNIMA
Cerré los ojos con fuerza mientras me hacía un torniquete en la pierna.
-Es normal que no viniese, estaba asustado, Dark da mucho miedo. –puse mi mano sobre su muñeca para que viese que estaba temblando.
-Además, yo le pedí que no se moviese de allí, no quiero que más gente corra peligro… -le miré, parecía que tenía una segunda oportunidad para poder despedirme de él.



JIMMY
La miré cuando terminé de hacerla el torniquete. La agarré de la cintura y del brazo para ayudarla a levantarse.
-Y para eso te sacrificas tú, ¿no?- Negué.
-No deberías haber salido… podía con él yo solo…- La cogí en brazos y me acerqué a la cascada sentándola sobre una piedra.
-Voy a mirarte la herida…- Llevaba el vestido que le regaló Erika aquella vez. Agarré el extremo del vestido y se lo subí un poco para poder quitarle la venda la cual mojé con él agua de la catarata.
La miré.
-¿Qué tal es? Me refiero a Will… espero que sepa cuidar de ti…- Dije limpiando la sangre de su muslo con cuidado.


ÁNIMA
No podía evitar el mirar a Jimmy, estaba otra vez conmigo, cuidándome y preocupándose por mí…
-Es simpático y amable… Y es mayor de lo que pensaba, ¿sabes? Tiene ya veinte años… Aunque no sé de él mucho más que tú, la verdad. –me mordí el labio para no quejarme cuando me dolió la herida, me concentré en mirarle mientras me curaba.



JIMMY
Sonreí y la miré.
-Me alegro que sea así contigo… al menos me podré ir tranquilo sabiendo que te trata bien…- Volví la mirada a su muslo ya limpio de sangre. La vendé de nuevo con cuidado de no hacerla daño.
-Pues ya está…- La miré y descendí mis manos son suavidad por su pierna hasta dejarlas quietas en su rodilla…
-Es egoísta, y sé que nunca antes te lo habría pedido, pero… ven conmigo… ódiame si quieres, pero… olvida tú misión y escápate conmigo, Ánima.- Posé mi otra mano en su otro muslo acercándome más a ella.
-Quiero que te quedes conmigo…- Acerqué mi rostro al suyo sin dejar de acariciar sus muslos con mis manos.


ÁNIMA
Le miré con el corazón acelerado a mil por hora, ¿por qué me lo pedía ahora? No podía hacerme eso…
Bajé la cabeza intentando no mirarle, sabía que iba a terminar cediendo, y eso no podía ser… pero… pero le quería, quería estar con él.
Mis ojos se inundaron de lágrimas, sabía que no estaba haciendo lo correcto, aún así, no podía resistirlo. Sin llegar a mirarle siquiera, rodeé su cuello con mis brazos y le besé con fuerza, haciendo que cayese, sentándose sobre la orilla del río.


JIMMY
Ánima me besó sin darme una respuesta. Me senté sobre la orilla del río agarrándola para que no se cayese ella también.
Cogí aire y seguí su beso como ella quería agarrándola de la cintura sentándola sobre mis piernas. Deslicé mis manos por su espalda besándola de nuevo. Habían pasado un par de horas nada más y sentía como si hubiese pasado un año entero sin ella.
Me separé para coger aire y mirarla. Apoyé la frente en su hombro sin soltarla.



ÁNIMA
Le abracé fuerte, rodeando su cabeza con mis manos, no podía separarme de él, no quería ni podía, ¿por qué era tan difícil? Yo quería estar con él pero no podía…
Lloré con su cabeza entre mis brazos, sin dejarle marcharse, le quería sentir cerca de mí, pegado a mí…
No supe por cuanto estuve así con él, pero si quería que le soltase, tendría que hacerlo él primero.


JIMMY
La miré y limpié sus lágrimas con mis pulgares. Clavé mis ojos en los de ella.
-… sé que no vendrás conmigo, pero… ya que tengo la oportunidad, quiero despedirme de ti…- Acaricié su rostro y me acerqué de nuevo besándola con suavidad.



ÁNIMA
No dejé de llorar cuando me dijo aquello, él estaba haciendo todo por mí y yo no podía hacer nada, era una egoísta, le quería, pero no hacía nada por ayudarle.
Seguí su beso sin soltarle, no podía irme, no así, necesitaba estar con él, saber que me quería y…
Le miré a los ojos, aunque no podía ver bien por culpa de las lágrimas.
-Jimmy… por favor… dime que me quieres… si hace falta, miénteme… pero dime que me quieres…


JIMMY
La miré y limpié de nuevo sus lágrimas.
-No tengo porque mentirte… te quiero… pensé que jamás podría olvidarme de Erika, pero… no fue así… desde que te vi, pensé que debía estar junto a ti… primero era el deber y mi promesa, pero después todo cambió…- Cogí airé.
-Me… me he enamorado de ti…- Bajé la cabeza y cerré los ojos… esto era insoportable… no quería que se fuese, deseaba que se escapase conmigo y dejar al petardo de Will ahí tirado, pero… sabía que no sería así…


ÁNIMA
Cerré los ojos apoyando mi frente en la suya, me lo había dicho de verdad… Jimmy me quería, él era el único que entonces podía hacerme feliz, no cumplir mi misión ni estar con Will, tenía que estar con él, era la única forma, aunque eso también me convertía en una egoísta. Si lo tenía a él, traicionaría a los míos, y si me iba con Will, Jimmy no sería feliz…
Le cogí de la cara y volví a besarle, haciendo que se tumbase sobre la hierba conmigo sobre él, no iba a separarme a no ser que alguien me arrancase de sus brazos, y sólo conocía a una persona capaz de ello.



JIMMY
Ánima me tumbó sobre la hierba besándome. Yo no la apartaría de mí a no ser que ella quisiese. Posé mis manos en cada uno de sus muslos los cuales empecé a acariciar con suavidad hacia arriba y abajo sin parar de besar sus labios.
Cogí una bocanada de aire y volví a besarla casi con desesperación mientras mis manos se colaban bajo su vestido y llegaban a sus caderas.



ÁNIMA
Respiré fuerte cuando sus manos se colaron bajo el vestido hasta mis caderas, agarré fuerte sus hombros, quería entregarme a él en cuerpo y alma, haría todo, por estar con él aunque luego nos separásemos.
Le besé con fuerza, encerrando sus labios entre los míos, saboreándolos y acariciándolos, con mis manos acaricié su cuello y su pecho.


JIMMY
Miré a Ánima mientras me acariciaba. Agarré sus manos sin separarme de ella ni un momento.
-Ánima… si sigues… sabes que no podré parar y no quiero parar… ¿tú quieres que siga?- La miré a los ojos, quería estar seguro de que estaba preparada para hacer esto…



ÁNIMA
Posé mis manos a cada lado de su cabeza y le miré a los ojos.
-De esto es de lo que más segura he estado en mi vida. –le besé de nuevo, esta vez buscando su lengua con la mía, metí las manos bajo su camiseta para acariciar su pecho y abdomen, hasta entonces me habría dado vergüenza, pero eso ahora me daba igual con tal de estar con él.



JIMMY
-Espera, espera… tranquila… - Sonreí levemente.
-Vámonos lejos de aquí…- Me levanté junto con ella.
La agarré de la mano y tiré de ella con suavidad hasta introducirnos dentro del bosque, lejos de la cascada. Me giré y la miré.
La besé cogiéndola en brazos de modo que sus piernas rodeasen mi cintura. La tumbé en el suelo conmigo encima sin dejar de besarla con fuerza enredando mi lengua con la de ella.


ÁNIMA
Le agarré de la nuca besándole con fuerza y pasión, nunca le había besado así, ni siquiera la primera vez que nos besamos, que fue el beso más largo y apasionado de la historia.
Acaricié su espalda con ambas manos, quería que me besase hasta quedarnos sin aliento, hasta caer inconscientes.


JIMMY
Seguí besándola agarrando su muslo bueno con una de mis manos las cual ascendí hasta el interior de su vestido. Seguí subiendo acariciando su cintura y su cadera hasta la tira de su ropa interior. Mi respiración aumentó a medida que seguía acariciándola.
Bajé mis labios a su cuello el cual besé con pasión mientras ascendía la mano que tenía bajo su vestido.



ÁNIMA
Respiré con fuerza sintiendo su mano acariciándome debajo del vestido, le agarré del pelo cuando me besó por el cuello, era una sensación indescriptible que nunca había sentido y que no cambiaría por nada del mundo.
Cerré los ojos sintiendo sus labios y su mano recorriendo mi cuerpo.



JIMMY
La miré y agarré el extremo de su vestido. Se lo subí hasta despojarla del todo de él.
Llevé mis manos a su cintura mientras que con mis labios surcaba su vientre con suavidad.
Deposité intensos besos en su ombligo mientras rozaba su piel con la punta de mi lengua.



ÁNIMA
Jadeé y mi cuerpo se erizó completamente, cerré los ojos de nuevo sintiendo sus caricias, le agarré de la cara y volví a besarle, con mis manos agarré el extremo de su camiseta y tiré hasta quitársela, le abracé de nuevo rodeando su cuello con mis manos y clavé ligeramente mis uñas en su espalda sin llegar a hacerle daño.


JIMMY
Seguí su beso sintiendo como me clavaba las uñas aunque no llegase ha hacerme daño notaba como me pinchaba la piel.
Bajé mis labios de nuevo a su cuello el cual mordí con suavidad haciendo que sintiese un escalofrío.
Sonreí y volví a sus labios mientras que con mis manos me encargaba de acariciar todo su cuerpo, sin dejarme nada.



ÁNIMA
Sentía un frenesí en todo mi cuerpo, seguí acariciando su espalda y su nuca, me encantaba su nuca. Respiraba fuerte, no estaba nerviosa en absoluto, quería hacerlo, pero no sabía que pasaría después…
Borré de mi mente las cosas que pudiesen desconcentrarme y me concentré en sus besos y caricias.
Recorrí su pecho con mis manos besándole con energía.



JIMMY
La seguí besando sintiendo como aumentaba mi respiración… mi padre me creó sin la capacidad de amar, pero si con la capacidad de aprender… y con Ánima estaba aprendiendo eso y mucho más… me gustaba y no lo cambiaría por nada en el mundo…
Agarré mi pantalón y me deshice de él apartándolo a un lado para después volver a sus labios los cuales besé con fuerza sintiendo que me quedaba sin aliento.
Jadeé agarrando la cintura de Ánima entre mis manos clavando los dedos en su piel con suavidad mientras volvía a besarla.



ÁNIMA
Rodeé su cuello con mis brazos besándole de nuevo, no podía describir cómo me sentía en ese momento, simplemente, le tenía a mi lado, y era lo que más quería.
Cerré los ojos con fuerza sintiendo su respiración entrecortada, agarré el pelo de su nuca con fuerza, presionando sus labios.


JIMMY
Mientras la besaba, conduje mis manos a su ropa interior la cual retiré con suavidad hasta retirarla del todo. Me fijé que Ánima se ruborizaba levemente. Sonreí y la miré jadeando.
-No te avergüences de nada, eres preciosa.- Susurré y acto seguido la besé rodeando su cintura con mis brazos.



ÁNIMA
Me ruboricé levemente, aunque no me importaba mucho, era casi la última barrera que traspasar, no había marcha atrás, y no me importaba. De nuevo rodeé su cuello con mis brazos y seguí su beso con fuerza, poco a poco fui deslizando mis manos por su cuerpo hasta deshacerle de su ropa interior, yo había quitado la última barrera.



JIMMY
La besé de forma fogosa agarrando sus muslos con cuidado, ya que uno de ellos estaba herido. Me acomodé entre sus piernas preparado para penetrar.
La miré antes de hacer nada.
-Si… si sientes dolor, dímelo y pararé.- Tragué saliva. Sabía que era su primera vez, al igual que yo, éramos unos inexpertos, pero siempre se sabe que es un poco más complicado para una mujer, ya que se siente algo de dolor, pero para eso ya estaba yo.
-Lo haré muy suave y lento…- La acaricié la cara y la besé para que se concentrase en mis labios y se olvidase de lo demás.
Apreté mis manos contra la piel de sus muslos y empecé a penetrar muy despacio y con cuidado.
Bajé la mirada para ver si lo estaba haciendo bien, si podía evitarla dolor mucho mejor.



ÁNIMA
Cerré los ojos concentrándome en sus labios y me dejé llevar, no pensé en que lo que hacía podía provocarme dolor. Posé mis manos en sus hombros respirando fuerte, tragué saliva, en realidad no dolió, sólo me sentí mejor, solté un gemido abrazándole contra mí.



JIMMY
Cerré los ojos con fuerza cuando penetré por primera vez… fue… alucinante. Nunca antes había sentido algo así… mi respiración se agitó de nuevo produciendo en mí cosas que antes desconocía. Agarré la cintura de Ánima mientras seguía con el ritmo.
Me mordí el labio soltando un gemido. Pegué mis labios a su cuello jadeando contra su piel sin dejar de acariciarla… esto no estaba tan mal…



ÁNIMA
Agarré el pelo de su nuca cuando me besó en el cuello, me sentía realmente extraña, pero bien, de vez en cuando jadeaba o soltaba algún gemido por la excitación, agarré tan fuerte el pelo de su nuca que pensé que podría haberle hecho daño, pasé mis manos a sus hombros, era un peligro…



JIMMY
La miré y sonreí. Agarré sus brazos haciendo que los pasase por encima de su cabeza y los apoyase sobre la hierba.
Mientras seguía con las penetraciones, deslicé mis manos por sus brazos hasta agarrar sus manos entrelazando nuestros dedos los cuales presioné cuando dejé escapar otro gemido.
Al ver que no la dolía, o al menos no se quejaba, me atrevía a aumentar un poco la velocidad y la intensidad según me pedía el cuerpo. Jadeé con fuerza gimiendo con más amplitud.



ÁNIMA
Gemí cuando aumentó la marcha y estreché fuerte sus dedos con mis manos y busqué sus labios y los besé con desesperación, sentía que algo en mi interior quería explotar, apreté sus manos más fuerte y arqueé la espalda a medida que él movía su cadera.


JIMMY
Jadeé de manera audible, menos mal que no pasaba nadie por ahí y el pedorro de Will estaba escondido en su caverna a lo Picapiedra…
Gemí sintiendo como la excitación se apoderaba de mí y deseaba salir de un momento a otro…
Me mordí el labio tensando las manos y presionando los dedos de Ánima con los míos gimiendo de nuevo.
Bajé la cabeza apoyándola en su hombro. Sentí mi flequillo húmedo al igual que mi espalda… por dentro estaba ardiendo.


ÁNIMA
Posé mis manos en su espalda, la tenía totalmente impregnada de sudor, estaba agotado, era nuestra primera vez, al menos la mía…
Pasé mis manos por su nuca de nuevo jadeando, le besé en la oreja cerrando los ojos e intenté quitarle el sudor de la nuca mientras le besaba en los labios.



JIMMY
Seguí besándola aunque de manera irregular a causa de los jadeos que se interponían cuando querían.
Gemí y esta vez cerré los ojos con fuerza cuando sentí que toda la excitación se acumulaba en mi garganta provocando en mí el orgasmo.
Apreté las manos de Ánima mientras me manifestaba de aquella manera tan placentera.
Bajé la cabeza de nuevo haciendo que mi flequillo mojado me tapase los ojos. Respiré fuerte intentando llenar de oxígeno mis pulmones.


ÁNIMA
Fue increíble, pero acabamos prácticamente al mismo tiempo, respiré hondo cerrando los ojos, le miré y aparté su flequillo mojado para verle los ojos, le agarré de la cara y le besé. Ambos estábamos agotados, de modo que hice que se tumbase a mi lado, sobre el césped, y no solté sus labios.



JIMMY
Me tumbé a su lado y cerré los ojos disfrutando de la fría brisa… lo agradecía de verdad, así me refrescaría.
Respiré hondo y abrí los ojos.
Giré la cabeza y miré a Ánima que estaba a mi lado. Sonreí y la agarré pegándola a mi costado. La rodeé con mis brazos agarrando una de sus manos con la mía de metal.
La miré por si tenía alguna marca de mi mano de metal… tenía que controlar mi fuerza si no quería machacar sus huesos… por suerte parecía que su mano estaba bien. La llevé a mis labios y la besé con suavidad. Sonreí y la miré de nuevo a los ojos.



ÁNIMA
Sonreí mirándole. Nada ni nadie podría separarnos en ese momento, era sólo para nosotros. Posé mi mano en su mejilla mirándole a los ojos y me acurruqué en su pecho cerrando los ojos.
-Te quiero, Jimmy… no sabes cuánto.



JIMMY
Sonreí y la besé en la frente.
-Yo también te quiero… - Acaricié su cuello con mis dedos quedándonos en silencio disfrutando uno del otro.
Desvié la mirada sin dejar de acariciarla… esto era más que demostrarnos nuestro amor… también era una despedida… ahora la tenía entre mis brazos, pero, pronto tendría que volver con Will y alejarse de mí de nuevo… era algo que no quería…
Cerré los ojos un momento pero los abrí en seguida cuando escuché la voz de Will llamar a Ánima.
Me senté con ella aún junto a mí. La miré y suspiré esbozando una pequeña sonrisa.
-Es mejor que regreses con él, estará muy preocupado.


ÁNIMA
Me senté junto a Jimmy cuando oí la voz de Will, miré al suelo con la mano en el pecho, cerré los ojos.
-No quiero ir... –suspiré nerviosa, no podía separarme de Jimmy, eso le rompería el corazón, a él y a mí, no era lo que quería, amaba a Jimmy, estar con Will no me haría feliz, aunque sonase egoísta.
Le abracé con fuerza temblando.


JIMMY
La miré y suspiré mientras me abrazaba… no quería estar sin ella, otra vez no, pero…
-Ánima, no quiero dejarte, no puedo separarme de ti, pero entiende que si Will está aquí es porque le necesitas para cumplir tu misión.- La agarré de la cara para que me mirase.
-Ojala yo pudiese darte lo que quieres, pero no puedo, Will sí… aún que me mate decirlo… debes volver con él.


ÁNIMA
Mis ojos volvieron a llenarse de lágrimas, todo esto había sido una despedida para él, quería que me fuese para cumplir mi misión aunque me quisiese… No merecía su amor, él hacía todo lo que podía por mí y yo era una egoísta que no dejaba de dudar en si elegir la felicidad o el deber.
-No puedo, Jimmy… No me hagas esto…



JIMMY
La miré a los ojos.
-¿Y qué pasa con tú misión? No puedes olvidarte de ella por mí, aunque te lo haya pedido antes… no puedes hacerlo. Has luchado y has intentado mantenerte viva por tú misión, has sufrido más que nadie por conseguirlo… no te eches atrás por mí…- Negué agarrándola de la cara.
-No lo hagas… - Escuché de nuevo la voz de Will.


ÁNIMA
Cerré los ojos con fuerza dejando escapar las lágrimas.
-No puedo hacerlo, Jimmy… yo no quiero estar con Will, quiero estar contigo… -agarré sus manos en torno a mi cara y bajé la cabeza.
-No podré vivir sin ti… No puedo irme y no volver a verte…



JIMMY
La miré y la agarré de la barbilla para que me mirase.
-Si vienes conmigo olvídate de tener hijos, yo no puedo dártelos. Will si, si vas con él podrás perpetuar tu especie y cumplir con tu deseo de quedar como una heroína.- Sonreí.
-Aun que para mí ya lo seas.- Acaricié su rostro con suavidad.
-Piensa bien lo que quieres, decidas lo que decidas, yo lo aceptaré. Si decides ir con Will… no me perderás, yo seguiré queriéndote igualmente, si decides venir conmigo, pues, nos marcharemos tú y yo solos, sin nadie más. Pero decídelo bien.- La solté con suavidad y empecé a vestirme.



ÁNIMA
Bajé la mirada. Dijo que seguiría queriéndome aunque eligiese irme con Will… pero no sería lo mismo si no le tenía a mi lado, le necesitaba conmigo…
El pecho empezó a dolerme, cerré los ojos, no podía estar sucediéndome esto, otra vez estaba dudando…
El ser heroína me importaba muy poco, lo que me importaba era que estaba traicionando a mi madre y a toda mi raza, pero le quería tanto…
Miré al frente, Will me estaba buscando y debía decidir si ir con él o con Jimmy…
-Jimmy… -respiré fuerte, pensé que estaba híper ventilando.
-Dime que me harás olvidarme de la misión… y me iré contigo…



JIMMY
La miré frunciendo el ceño extrañado mientras me ponía la camiseta.
-Ánima…- Me giré y la miré.
-Si vienes conmigo ahora no habrá marcha atrás, tendrás que vivir con el pensamiento de que yo no podré darte hijos, tan solo podré ofrecerte mi amor y mi protección… no podré darte nada más…- La miré a los ojos.
-Es tú elección el querer una vida así o vivir con Will y que te ayude en lo que llevas luchando toda tu vida.


ÁNIMA
-Mi vida… He luchado toda mi vida por esto… ¿para qué? ¿Acaso… crees que va a ser vida si me voy con él y tengo hijos suyos, pero nunca pueda dejar de pensar en ti? No puedo, Jimmy… -bajé la cabeza cogiendo mi vestido.
-Si tengo que renunciar a tener hijos, lo haré… Haré lo posible por estar contigo… sólo necesito que me ayudes a olvidar… a no sufrir porque no estoy haciendo lo correcto… -escondí mi rostro en el vestido, me sentía tan absolutamente vulnerable en esos momentos…


JIMMY
La miré.
-Pues si no estás haciendo lo correcto viniendo conmigo, no lo hagas.- Me había quedado claro que si venía conmigo era un error…
Me levanté.
-Haz lo correcto, quédate con Will…- Metí la espada en la vaina y me acomodé el cinto.



ÁNIMA
Corrí hacia él y le abracé por la espalda antes de que se fuese, no quería que me dejara otra vez.
-No voy a irme de tu lado, James. –enterré el rostro en su espalda, estaba decidido, no le dejaría marchar de nuevo, esta vez sabía perfectamente lo que quería, y si traicionaba a mi madre y a toda mi raza… lo sentía mucho.
-Iré contigo allá donde vayas.



JIMMY
La miré de reojo cuando se abrazó a mí… Suspiré y asentí.
-Está bien… si así lo deseas, ven conmigo… -Giré la cabeza cuando escuché la voz de Will acercarse.
-¿Nos vamos ya o quieres despedirte de Will?- Dije volviendo la mirada a Ánima alzando una ceja.



ÁNIMA
Tragué saliva y me puse el vestido.
-Creo que debería darle una explicación… Él ha estado sufriendo tanto o más tiempo que yo, solo, buscándome… Debería pedirle perdón… -le miré a los ojos.
-¿Podrás esperarme? Será un momento…


JIMMY
Asentí levemente.
-Te acompaño…- La agarré de la mano y tiré de ella suavemente guiándola fuera del bosque donde no encontramos con Will. Estaba desesperado y cuando vio a Ánima una sonrisa se le dibujó en el rostro.
Solté la mano de Ánima y apoyé la espalda en un carbol cruzándome de brazos. Esto era entre ellos dos y yo debía mantenerme al margen.



ÁNIMA
Suspiré cuando Jimmy me soltó la mano, sentí que me dejaba sola, pero era lo que debía hacer, no podía tener la ayuda de Jimmy para ello.
Caminé hacia Will y le miré, aunque no a los ojos, iba a ser duro hacer eso.
-Will… tengo algo que decirte…


WILL
Vi aparecer a Ánima junto con James del bosque. Parecía que los dos estaban bien. Suspiré aliviado y me acerqué a Ánima.
-Menos mal que estás bien, Dios, no sabes el mal rato que he pasado hasta que he decidido salir… pero veo que no te ha pasado nada.- Sonreí y la miré cuando me dijo que quería decirme algo.
-… dime…- Miré a James que estaba a un lado apoyado en un árbol. ¿Había pasado algo en mi ausencia?



ÁNIMA
Cogí aire, no sabía cómo decírselo, iba a querer secuestrarme o matarme después de lo que le iba a decir.
Le miré.
-No puedo quedarme contigo, Will, porque… porque quiero a James, no puedo engañarme a mí misma ni a ti fingiendo que podríamos estar bien… Lo siento… -bajé la cabeza, no le conocía, de modo que no sabía cómo reaccionaría.


WILL
Fruncí el ceño confundido.
-P-pero…- Señalé a James con la mano.
-Él… James no es un elemental Fantasma como tú y yo… no te dará hijos puros, saldrá una mezcla rara…- Me rasqué la nuca.
-Vaya… no me lo esperaba. Sabía que había algo entre los dos, pero…- Me encogí de hombros.



ÁNIMA
Le miré, no parecía que se lo tomase tan mal como pensé, eso en parte era bueno…
-No… No creo que pueda cumplir con la misión, Will, es por eso que él me dejó contigo… Pero… -suspiré.
-Lo siento… Estoy segura de que… si no te quedas aquí, si buscas, encontrarás a alguien más…


WILL
-… ya, eso creo…- Suspiré y la miré.
-¿No puedo hacer nada por que cambies de opinión, no?- Al ver que negaba me quedó claro.
-Bien… pues nada, si no puedo hacer nada, será mejor que no intente hacer… nada.- Me encogí de hombros y la miré de nuevo.
-Lo único que puedo decirte es que… tengas buena suerte.



ÁNIMA
No pude evitar sonreír, todo el remordimiento que podía quedarme respecto a Will desapareció en un instante. Por suerte, no habíamos pasado más que un par de horas juntos, era normal que no me cogiese cariño, aún así me parecía extraño…
Le cogí de la cara y le besé en señal de agradecimiento.
-Muchas gracias, Will, no me olvidaré de ti… -sonreí y me di la vuelta para volver con Jimmy.



WILL
-Adiós…- Dije simplemente… pues vaya, ahora que había encontrado a una chica como yo…
-Ais… pues nada, ha seguir buscando.- Me giré y volví a mi caverna, tenía cosillas que hacer antes de iniciar de nuevo la búsqueda.


JIMMY
Me separé del árbol cuando Ánima se acercó. La agarré de la mano y esbocé media sonrisa.
-¿Dónde quieres ir?- Dije con tono guasón en la voz y la miré con cara de chulo.


ÁNIMA
Solté una risotada y tiré de su mano para que se agachase y le besé agarrándome a su nuca, me separé levemente sonriendo.
-Donde me lleves tú. –rodeé su cuello con mis brazos y volví a besarle sin dejarle responder.


JIMMY
Sonreí posando mis manos a cada lado de su cintura.
-Humm… ya se me ocurrirá algo.- Sonreí de nuevo y acto seguido desaparecimos de allí.
No importaba el lugar, no importaba las demás personas ni el tiempo, lo único que importaba ahora era estar con Ánima. Ella había renunciado a su sueño por mí, yo me encargaría de hacer que no se arrepintiese nunca.

1 comentario: