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miércoles, 20 de enero de 2010

Capitulo- LXXVIII- SEPARADOS

SAYA
Llevábamos más de cuatro horas caminando desde que salimos de la aldea de las Hadas. Faltaba muy poco para encontrar la guarida de Draco, según nos dijo Jimmy, se encontraba subterránea, justo debajo de un volcán. El volcán más grande de nuestro planeta…
Axel y Eri no paraban de tontear, daba gusto verles así, pero… eran un poco cansinos, la verdad. Yo me monté con Kai en su caballo, pero esta vez era él el que iba detrás agarrando las riendas… yo montaba, pero no dirigía un bicho de esos.
Suspiré y apoyé la nuca en el hombro de Kai… se me estaba haciendo muy pesado el viajecito.



KAI
Besé la mejilla de Saya y junté mi mejilla con la suya.
-Te aburres, eh… -la volví a besar cogiendo su mano izquierda y mirando el anillo.
-Tendríamos que habernos quedado allí… haciendo el amor todo el día… ¿verdad? –susurré.



SAYA
Cerré los ojos y sonreí mordiéndome el labio. Le agarré de la nuca y le miré de reojo.
-No me tientes, soy capaz de darle la vuelta al caballo y volver.- Solté una pequeña risotada y volví la mirada al frente.
-Que más quisiera yo estar todavía allí, metida en la tienda totalmente desnuda contigo haciéndome el amor sin parar.- Suspiré y negué.
-Que pena…


KAI
Me reí.
-Vaya… -volví a besarla en la mejilla y el cuello mientras el caballo se movía.
-Ese capullo de Draco nos mantiene ocupados, eh… -posé una de mis manos en la rodilla de Saya y volví a besarla el cuello.



SAYA
Ladeé la cabeza a un lado cerrando los ojos mientras me besaba por el cuello… sentí un escalofrío, abrí los ojos y encogí el cuello.
-Para…- Me reí tapándome el cuello con las manos.
-Ese es mi punto débil, y sabes lo tonta que me pongo cuando empiezas a besarme por el cuello.- Sonreí y le miré de reojo.



KAI
Me reí y la dejé, no fuese que la liásemos ahí en medio por besarla en el cuello…
-Joo… así no es divertido. –sonreí rodeando su cintura con mis brazos.
-Esto va a ser aburrido hasta que encontremos algo que… -el caballo paró y relinchó.
-Eh, ¿qué pasa? –el caballo estaba inquieto, retrocedió un par de pasos, los demás caballos también parecían nerviosos.



SAYA
El caballo paró de repente, no entendía que le pasaba, pero tanto el caballo de Kai como el de Axel y el de Eddie estaban igual de nerviosos…
-¿Qué les pasan?....- El caballo de Kai se encabritó alzándose sobre las patas traseras haciéndome caer al suelo junto con Kai.
-¡¿Pero que coño le pasa a este puto animal?!- Entonces fue cuando, de la nada y entre los árboles, apareció una criatura enorme, alada y con garras.
Era una mezcla entre águila y león… me resultaba muy familiar. La criatura estaba atacando a alguien que resultó ser…
-¡Dark!


KAI
Me levanté ayudando a Saya, los demás se bajaron de los caballos a toda prisa, nos pusimos en guardia, yo saqué mi espada.
-¿Ese es Dark? –los caballos salieron corriendo, estaban cagados de miedo.
-Preparaos para luchar.



SAYA
Miré a Kai cogiendo mi arco y la carcasa con las flechas.
-Kai, deberíamos asegurarnos de con quién está luchando, podrían estar en peligro y además, resultarían de ayuda…- Miré hacia el interior.
-No sé tú, pero yo voy a ver que está pasando…- Eché a correr en dirección a los ataques de Dark.



KAI
Puse los ojos en blanco.
-Es la mujer kamikaze… -la seguí corriendo, el resto nos siguió a la misma velocidad.
-Saya, espéranos, joder… -acudimos donde se encontraba Dark, estaba atacando a dos guardias y a… Dios, Génesis no desaparecía de mi vida…



SAYA
Ya sabía yo que esa criatura me sonaba de algo, la había visto hace un año, en la presentación que hizo Génesis… la cual estaba luchando con Dark.
Fruncí el ceño… ahora no podía dejarme dominar por el rencor, teníamos que ayudarla, pues no tenía buena pinta, estaba herida y cansada. Miré al criatura que ella había invocado y la cual desapareció ante nuestros ojos.


GÉNESIS
Dark nos había pillado, a mí y a mis acompañantes pertenecientes a la guardia real mientras íbamos de camino en busca de gente que necesitase hospedarse en nuestro reino.
Nos había pillado por sorpresa, aun que, desde que comenzaron los ataques nunca íbamos desprotegidos, pero… Dark era demasiado poderoso para dos simples soldados y una sacerdotisa novata.
Invoqué a una de mis criaturas más poderosas, pero ni eso logró frenarle.
-¡¡No os rindáis!! ¡¡Seguid atacándole, vamos!!- Fue inútil, Dark atacó de nuevo desintegrando a mis guardias quedando solo yo.
Fruncí el ceño y grité de ira mirándole con los ojos empañados en lágrimas.
-¡¡Te mataré yo misma!!- Utilicé todas mis fuerzas para poder controlar a mi criatura, pero… no lo conseguí…
Mi monstruo desapareció y me dejé caer sobre una rodilla jadeando y sudando, me sentía muy débil y notaba que estaba perdida.
Dark aprovechó y me lanzó una bola de energía acertándome en el vientre. Me lanzó contra un árbol y caí al suelo casi sin sentido… Dark se acercó, cerré los ojos con fuerza, sabía que me asestaría el golpe final, pero, una flecha se interpuso entre él y yo. Alcé la cabeza como pude y descubrí a Saya junto con Kai y los tres elegidos… Respiré hondo y me dejé caer al suelo sin sentido.


SAYA
Dark atacó a Génesis a traición y encima pretendía rematarla… cogí una flecha y apunté a Dark. Disparé impidiendo que atacase a Génesis.
-Por fin he logrado captar tu atención…- Dije bajando el arco.


KAI
Eri, Axel y Edward se habían colocado alrededor de Dark para mantenerle acorralado, todos le amenazamos con nuestras armas, me acerqué.
-Aléjate de esa sacerdotisa, no tiene que ver, tú nos buscas a nosotros.



DRAK
Los cinco elegidos habían venido al rescate… perfecto.
-Si, bueno, la verdad es que, ya que me era imposible encontraros, me apetecía pasármelo bien matando a esa chica lenta y dolorosamente.- Me reí y miré a los que intentaban “acorralarme”.
Solté otra risotada y miré al Rey del Hielo.
-Draco está muy cabreado con vosotros, por haber matado a Aleera.- Negué con el dedo.
-No, no… ahora si que la habéis liado…- Suspiré y sonreí malévolo de nuevo mirando a la chica rubia, parecía temblorosa.
-Es una pena que Draco no me dé permiso para mataros, me divertiría mucho…- No terminé la frase, Saya me disparó una flecha, la cual se me clavó en la cabeza.


SAYA
Miré a Dark furiosa.
-¡Deja de hablar de una puta vez! Si quieres que vayamos contigo tendrá que ser a la fuerza. Lucharemos contra ti y juro por mi madre y toda mi familia que está bajo tierra que no saldrás de aquí ileso…- Le apunté de nuevo. Vi que agarraba la flecha que le había lanzado antes carbonizándola en su mano. La herida de su frente desapareció… ni si quiera sangró…


KAI
-Hijo de puta… -en esos momentos de verdad necesitaríamos a James…
-Puede que no lo aparentemos, pero los cinco juntos hemos podido con Aleera y podremos contigo y el cabrón de tu padre. –lancé varias estacas que ni siquiera quiso esquivar, se le clavaron una a una, pero como si nada, ese tío iba a ser verdaderamente cojonudo de matar…



DARK
Me reí mientras los cristales de hielo se deshacían como si nada.
-¿Pensáis que vosotros cinco…- Lancé una barrera de energía contra los cinco apartándolos de mí.-… vais a poder conmigo? Soy perfecto, mi padre me creo perfecto e inmune a los elementos. Ni el fuego, ni el hielo, ni el viento ni el agua ni el electro pueden conmigo, ni ninguno de sus variantes…- Sonreí.
-Rendiros de una vez.


KAI
Fruncí el ceño alzando la espada frente a mí, ese tío parecía inmortal, incluso más fuerte que Draco.
Retrocedí hasta estar a la altura de Saya.
-Me da la impresión de que nos va a llevar tiempo… -eché hielo cubriendo el suelo alrededor de Dark, eso me daría ventaja.



DARK
Esbocé media sonrisa cuando Kai llenó el suelo de hielo, ¿qué pretendía?
-No conseguirás nada, idiota.- Me tele transporté alejándome del hielo. Saya me lanzó varias flechas, las cuales desintegré antes de que me alcanzasen.
Me reí de nuevo tele transportándome hacia otro lugar.
-¡Eh! Estoy aquí.- Sonreí.


AXEL
Esta era la mía. Cubrí mi cuerpo al cien por cien de fuego y me acerqué hasta Dark a toda velocidad envistiendo contra él.
Le empujé haciendo que se estampase contra una roca. Saya aprovechó y disparó dos flechas a la vez en el mismo arco. Las flechas alcanzaron a Dark clavándose en sus brazos para inmovilizarle.
-¡Kai, esta es la tuya!


KAI
Corrí hacia Dark a toda prisa aprovechando que estaba inmovilizado, no tenía mucho tiempo. Cuando estuve a su lado, ya se había desecho de las flechas, pero logré cerciorarle la cabeza antes de que se recuperase.



SAYA
Me quedé mirando como Kai corría ha asestarle a Dark el golpe final. Cogí aire cuando vi que el filo de su espada atravesaba el cuello de Dark cortándole la cabeza… me quedé en silencio, al igual que los demás contemplando a Dark.
-Esta…- Dark tenía los ojos abiertos de par en par, con la mirada perdida… no sangraba ni se movía… tal vez… ¿Kai lo había conseguido?
Di un paso hacia delante, pero paré en seco cuando vi que Dark empezaba a reírse.
-¡No está muerto, joder!- Se desprendió de las flechas y agarró a Kai del cuello. Fruncí el ceño y me acerqué tirando las flechas y el arco. Entrecerré los ojos mirando a Dark. Hacía mucho que no desataba mi nuevo “poder”… no sabía como me saldría, pero tenía que intentarlo. Me concentré y expulsé mi energía hacia Dark que salió disparado a varios metros de distancia soltando a Kai.
Cogí aire dejando caer los brazos… me había dejado débil, pero aún me mantenía en pie. Me acerqué a Kai agachándome junto a él.
-¿Estás bien?


KAI
Me llevé la mano al cuello mirando a Dark, era verdad que era inmortal, ni siquiera había muerto con la cabeza rebanada…
-Es imposible… -tosí y me levanté agarrando a Saya, estaba débil.
-¿Qué vamos a hacer? Ni siquiera separándole la cabeza del cuerpo hemos logrado ni agotarle.



SAYA
Negué mirando al frente por si a Dark se le ocurría volver.
-No lo sé, Kai, pero… será mejor que nos marchemos, es muy poderosos y estás débil…- Le agarré del brazo.
-Tenemos que buscar un lugar en el que estemos seguros, Dark nos aplastará como hormigas, además…- Miré a Génesis tirada en el suelo.
-Génesis nos necesita, ella también se ha sacrificado y mira como está… vamos…- Tiré de él suavemente.



KAI
-No, joder, habrá algo que podamos hacer… No podemos dejar que siga vivo y continúe matando a todo ser vivo… -miré a Génesis, ¿desde cuándo le importaba ella a Saya lo más mínimo?
Suspiré.
-Vámonos antes de que vuelva…



SAYA
Asentí y le agarré de la mano.
-Es lo mejor, Kai… ya veremos que podemos hacer…- Axel se apagó, aun que… se quedó en pelotas, pero rápidamente buscó algo de ropa en su mochila… anda que también la Antorcha Humana…
Eddie se encargó de llevar a Génesis en brazos hasta que encontramos un lugar algo escondido. Nos refugiamos en las ruinas de un pueblo abandonado. Buscamos una casa en la que aún quedase alguna cama o colchón donde tumbar a Génesis que aún seguía sin sentido.
Una vez “instalados”, me dediqué a curar la quemadura que le había provocado Dark a Génesis en el vientre. Corté unas raíces que iban bien para todo tipo de quemaduras y la impregné con trapos húmedos… al menos así aguantaría.



ERI
Estuve con Saya cuando se dispuso a curar a la sacerdotisa, Kai se mantenía bastante alejado de ella, la verdad, ¿sería la chica con la que le había sido infiel a Saya? Parecía muy joven para… bueno…
Miré a Saya mientras la curaba.
-No quiero que te sientas incómoda, pero… ¿por qué quieres ayudarla?


SAYA
Miré a Eri y suspiré apretando los trapos mojados contra la quemadura.
-¿A caso tú la habrías dejado ahí a su suerte?- Volví la mirada a Génesis…
-Es verdad que esta chica haya intentado arrebatarme a Kai en una ocasión y que… aún sienta rencor hacia ella, odio y bueno… envidia tal vez, pero… eso no significa que no tenga derecho a seguir viviendo…- Miré a Eri de nuevo.
-Es una persona, Eri, me da igual que, por muy doloroso que me parezca, haya afectado de alguna manera en Kai, es inocente y creo eso… que no merece morir…


ERI
Apoyé mi mano en su hombro.
-Yo también creo eso, Saya, pero no me refería a eso, sino… Bueno, tú dijiste que la odiabas a muerte y… -me encogí de hombros.
-Supuse que si alguien iba a ayudarla esa no serías tú, pero ya veo que tienes más corazón de lo que pensaba. –sonreí y la miré.
-Es guapa… pero no creo que Kai te dejase por ella.


SAYA
Asentí de forma leve sin mirar a Eri…. Terminé de curarla la quemadura y acto seguido me levanté.
-Es mejor… que la dejemos descansar…- Salí de la casa en ruinas hacia el exterior, donde se encontraban los chicos. Me senté sobre un trozo de madera y suspiré.
-Se recuperará… la quemadura es grande, pero creo que con mis remedios… para mañana estará totalmente curada...


EDWARD
Sonreí rodeando los hombros de Saya con mi brazo.
-Ole esa médico que tenemos en el grupo. –la besé en la mejilla.
-¿Estás bien, princesa? –le pregunté en bajo, Kai estaba alejado de allí, parecía bastante incómodo con la situación.


SAYA
Miré a Edward y sonreí.
-Si, estoy bien.- Apoyé la punta de mi nariz en la de Eddie.
-No te preocupes, Gatito… no me pasa nada.- Sonreí de nuevo y le di un pico apoyando la frente en su hombro a continuación.


EDWARD
Sonreí y la abracé.
-¡Ay, madre, qué mona eres! ¡Eres achuchable! –la besé en la mejilla abrazándola contra mi pecho.
-Yo, cuando sea mayor, quiero ser como tú. –froté mi mejilla con la suya.
-¡Kai! ¡Regálamela por mi cumpleaños! ¡Quiero a Saya como regalo! –Kai me miró pero no dijo nada.
- …¿un brazo? –bajé la cabeza.
-Aguafiestas.


SAYA
Me dejé abrazar por Edward y cerré los ojos sin prestar atención a o que Edward chillaba… ese día tanto Eddie, incluso Axel si quería, me tendrían para ellos, pues Kai se mantendría alejado y muy distante de mí… esa lo que más me dolía que… cada vez que esa niña aparecía Kai desaparecía… si tan seguro estaba de todo lo que me quería, ¿Por qué no se quedaba a mi lado en las situaciones difíciles? No… el se alejaba…
Kai… eres un idiota…



ERI
Salí de la casa y me senté en el suelo.
-Parece que va a dormir largo rato, aunque prácticamente la herida está curada, aunque creo que con hielo sanaría más rápido, la verdad… -Kai desvió la mirada, era un maldito cobarde, no se atrevía a acercarse a ella porque sabía que volvería a hacer daño a Saya, capullo…
-Bueno, estáis todos bien, ¿no?


AXEL
Miré a Eri cuando salió de la casa donde se encontraba la sacerdotisa de Kai.
Me crucé de brazos y asentí.
-Si, aunque Dark se haya vuelto a escapar, es un hijo de puta, no le afecta nada, ningún ataque…- Suspiré furioso.
-Ya me diréis como acabaremos con él… y encima… encima… ¡me ha hecho utilizar mi fuego quemándome mi ropa favorita!- Apoyé la frente en el hombro de Eri haciendo como si lloriquease.



ERI
Le acaricié el pelo.
-Tranquilo, yo te compro algo nuevo en el próximo pueblo. –le besé en la cabeza.
-Os haré la cena, niños… -busqué en las mochilas algo para la cena, aunque ya nos quedaba poco, había que comprar más, nos estábamos quedando sin existencias…
-Nos vamos a tener que poner a dieta… -miré a Axel.
-Tú y yo… sobrevivimos, ¿verdad? –le guiñé un ojo y saqué la comida.



AXEL
Miré a Eri y me tapé la cara con las manos.
-No digas esas cosas, que me sonrojo.- Sonreí y la miré guiñándola el ojo.
-La culpa es de Edward, que come como una lima, ¿no ves lo gordo que está?- Miré a Edward que no me hizo ni puto caso… siempre que se embobaba con Saya, los demás no existíamos.
-… Edward… mi Edward… ois… me abandona por una pelandrusca…


EDWARD
Le levanté el dedo a Axel.
-Saya no es ninguna pelandrusca, golfa. –le saqué la lengua y abracé a Saya.
-Mi niña, con lo rica y mona que es ella y la insultan, me cago en Epi… -la besé en el pelo.
-Mmm, te huele a rico…


SAYA
Miré a Edward y solté una pequeña risotada cuando me dijo que olía rico.
-Ohm… gracias…- Sonreí.
-Tú hueles a… a… Gatito…- Sonreí de nuevo apoyando la cabeza en su pecho… agradecía que Eddie estuviese ahí conmigo.



KAI
Me levanté y me acerqué donde estaban Saya y Eddie.
-Edward… ¿me prestas a Saya? –Edward la besó en la mejilla y se levantó yendo con los caballos, que parecían aún algo asustados por la presencia de Dark.
Me senté junto a Saya.
-Perdona… mi comportamiento… -la miré y sonreí.



SAYA
Miré a Kai cuando se sentó a mi lado y me pidió perdón por su…comportamiento…
Suspiré y bajé la cabeza mirando al suelo., encogiéndome de hombros.
-No tengo que perdonar nada, Kai… no has hecho nada malo…- Giré la cabeza para mirarle de nuevo.
-No sé por que pides perdón, ¿has matado a alguien? ¿Has robado un banco? Entonces no me pidas perdón si nos has hecho nada malo…


KAI
-Bueno… me he comportado un poco… “gilipollas” al apartarme ahí del mundo pretendiendo así que todo se solucionase… por eso te pido perdón. –pasé mi brazo por sus hombros y la besé en la mejilla.
-Edward es muy mimoso contigo y siempre te tiene sonriente, deberíamos llevarlo a casa y ponerle un collar bonito. –sonreí.



SAYA
Asentí y miré a Eddie que se encargaba de tranquilizar a los caballos…
-Eddie no se merece un collar, se merece un altar para adorarle todos los días…- Sonreí levemente volviendo la mirada al suelo.
Suspiré y miré a Kai.
-Está bien, Kai, no te preocupes por nada si quieres mantenerte apartado lo entenderé, si así te sientes mejor, yo no puedo hacer nada al respecto…


KAI
La abracé colocándola entre mis piernas, haciendo que su cabeza se apoyase en mi pecho.
-Sabes que prefiero estar contigo. –la besé en la cabeza.
-Yo de doy mimos… y tú a mí. –la miré y la besé reteniéndola entre mis brazos.



SAYA
Posé mi mano tras su nuca cuando me besó. Me separé levemente apoyando mi frente en la de él. Cerré los ojos un momento respirando hondo sin apartar la mano de su nuca, la cual acaricié con suavidad…
Le di un beso más corto y abrí los ojos apoyando la cabeza en su pecho.
No quería que se apartase de mi lado… le necesitaba.



GÉNESIS
Me desperté algo desorientada, miré a mí alrededor descubriendo que estaba metida dentro de lo que antes era una casa…
Me incorporé sintiendo un leve escozor en mi vientre, me miré y vi que la quemadura que me había provocado Dark a penas se veía… ¿me habían curado ellos? Me levanté y miré por la ventana, había anochecido y podía distinguir una tenue luz anaranjada, la luz de una hoguera, y percibí el suave sonido de unas voces…
Salí de la casa y miré hacia donde venía la luz y las voces… los cinco elegidos se sentaban juntos en torno a la hoguera, pude ver a Kai con Saya…
Sentí una fuerte punzada en el corazón cuado vi a Kai… estaba claro que después de un año, aún seguía amándole…
Me acerqué hasta ellos y cogí aire antes de hablar.
-…gracias por rescatarme… de verdad, estoy mucho… mejor…


EDWARD
Miré a la sacerdotisa, parecía algo incómoda con la situación.
-Hola, Génesis, ¿no? –me acerqué y tiré de ella para sentarla frente al fuego.
-Siéntate por aquí, vamos a cenar, tendrás hambre, ¿no? Eri nos va a preparar unas ricas brochetas de carne. –sonreí y me senté entre ella y el lugar donde estaban Kai y Saya, mejor que no se viesen para no crear más tensión de la que había ya.
-Eriiii, ¿cuándo está esa comida? Mis tripas están cantando la Traviata. –la miré mientras hacía la cena.



GÉNESIS
Me senté junto al hombre grandote. Me llevé la mano al vientre al sentarme, me escocía un poco al moverme.
Miré a Kai y a Saya de reojo… estaban juntos y eso me hacía sentir…
Miré la fogata y suspiré, esto era muy duro para mí… ver a mi rey en brazos de otra…
Respiré hondo y miré a los demás.
-¿Quién… quién me ha curado?


SAYA
Miré a Génesis cuando salió de la casa. En ningún momento me separé de Kai, ni dejé que se separase de mí… aunque noté que se ponía tenso ante la presencia de Génesis…
Le agarré de las manos, las cuales rodeaban mi cintura y le miré sonriendo.
Volví la mirada al frente mientras jugueteaba con los dedos de Kai entre los míos.
Entonces fue cuando la sacerdotisa preguntó.
Se hizo un silencio algo incómodo, suspiré y la miré.
-He sido yo. Yo te he curado.


GÉNESIS
Miré a Saya algo sorprendida.
-… ¿tú?...-Pestañeé varias veces alzando las cejas.
-¿Por qué? Se… se supone que tú me odias… ¿por qué me has salvado?- La miré, necesitaba una explicación pero ya.


SAYA
La miré con el semblante serio.
-¿Habrías preferido que te dejásemos ahí tirada? Yo soy la que más conoce de medicinas… por eso te he salvado, no es justo dejarte morir después de haberte enfrentado tú sola a Dark.- Volví la mirada al fuego.
-Si lo prefieres, puedo dejarte en el mismo lugar donde te encontré.- Alcé una ceja, y claro que lo haría, sería capaz de dejarla allí de nuevo, pero… no debía… en cierto modo, estaba ayudando contra Dark…



ERI
Terminé de hacer las brochetas en el fuego, las repartí y cuando tuve que darle la suya a Génesis, cuando fue a agarrarla la solté y cayó al suelo, manchándose de polvo.
-Lo siento… eso suele pasarle a las desagradecidas… Si quieres cógelo, no me importa, lo digo porque no quedan más… -que se muriese de hambre la muy guarra.



SAYA
Miré a Eri cuando tiró la brocheta de Génesis al suelo.
-Eri…- La miré seria cuando se giró para mirarme.
-No te metas en esto.- Me levanté y me acerqué a Génesis ofreciéndola mi brocheta.
-Toma, no tengo hambre, cómete la mía.- La miré con total frialdad al igual de la manera con la que me dirigí a ella.
Volví a mi sitio cuando cogió la brocheta.


GÉNESIS
Miré a la chica rubia cuando tiró la brocheta de carne al suelo.
-Yo no… no pretendía ser desagradecida…- Miré a Saya, que… ¿me ofreció su brocheta? Tragué saliva y la cogí. ¿Por qué se mostraba amable conmigo?
-Gracias…- Dije en un hilito de voz.



KAI
Cuando Saya volvió al sitio, volví a colocarla entre mis piernas, abrazándola contra mi pecho. Compartí la cena con ella, no era plan de que se quedase sin comer, y menos porque le había dado su cena a alguien que odiaba.
No llegaba a comprender el por qué de eso, pero sus motivos tendría…


GÉNESIS
Miré el pincho de carne que me había dado Saya quedándose ella sin cenar… o eso creía hasta que vi como Kai compartía su brocheta con Saya… vaya mierda…
Ojala fuese yo la que estuviese compartiendo la brocheta con Kai…
No podía hacer otra cosa que comerme el pincho, me sentía acorralada entre la rubia de las brochetas y el gigante que tenía a mi lado… no podía quejarme, de todas maneras, me habían salvado la vida. Si no hubiese sido por ellos la habría palmado…
-Quiero daros las gracias a los cinco por… bueno, por salvarme de Dark…


EDWARD
Sonreí tirando el palo de la brocheta vacío al fuego.
-No podíamos dejarte ahí a tu suerte, estamos aquí para salvar el mundo, si vemos que hay alguien en apuros, dejarlo ahí sería como… ¿qué clase de héroes somos? –me reí y saqué agua para beber.
-Podríamos acostarnos hoy prontito para salir mañana cuanto antes, no podemos quedarnos mucho, Dark sabe que estamos aquí.


AXEL
Miré a Edward y asentí metiéndome en la boca un pedazo de carne.
-Si, estoy de acuerdo, además, estoy algo cansado y me apetece meterme en el sobre, así que, en cuanto termine de cenar, me piro a sobar.- Desintegré el palito de las brochetas en mis dedos.



EDWARD
-Pues yo me voy ya a la piltra entonces. –me levanté y busqué mi saco. Los caballos se habían ido corriendo tantas veces que no sabía si habíamos perdido algo de equipaje en alguna de las carreras.
Saqué el saco y lo planté al lado del fuego.
-Ala, hasta mañana. –me tumbé.
-Hasta mañana, Saya, sueña conmigo. –sonreí y me acomodé.



SAYA
Miré a Edward cuando se tumbó en su saco. Me reí cuando dijo que soñase con él.
-Está bien, intentaré soñar contigo, pero no te prometo nada, ¿eh?- Sonreí.
-Ala, a dormir, Gatito.- Miré a Kai.
-Si quieres acostarte ya, puedes irte, yo aún no tengo sueño.


KAI
La miré.
-Pues deberías hacerlo, has usado tu poder y eso te ha debilitado, sería mejor que te fueses a dormir ya… -la besé en la mejilla abrazándola con fuerza.
-No vaya a ser que mañana no seas capaz de levantarte.



SAYA
Le miré soltando una risotada.
-Joder, Kai, que exagerado. No me siento débil, lo que pasa es que no tengo sueño… me apetece quedarme aquí sentada un rato…- Miré la fogata.
-Tranquilo, mañana seré capaz de levantarme.


KAI
Alcé una ceja.
-Te daré cuartelillo… -me levanté, saqué el saco y lo coloqué al lado de donde estaba Saya. Me tumbé y posé la cabeza sobre sus piernas.
-Muy buenas noches a todos. –me acomodé aspirando el aroma de Saya.


SAYA
Sonreí cuando apoyó la cabeza sobre mis piernas.
-Pues nada, acomódate cuanto quieras, tú como un rey.- Me reí y le miré cuando puso de cara de niño bueno. Negué con la cabeza enganchándole de los mofletes.
-¡Ayyy, el bebé!- Me reí apartando mis manos.
-Vale, vale, te dejo dormir, pero si sientes cosquillas o alguna otra cosa por la noche, que conste que no soy yo, son… los bichos mismamente…- Silbé de forma disimulada.



ERI
Recogí todo y le preparé a Axel el saco, yo no me iría aún a la cama, dejarles a las dos solas era peligroso…
Me senté al lado de Saya mirando el fuego, a veces me quedaba tan embobada que llegué a pensar que lo mismo era pirómana…
Miré a Saya.
-¿De verdad estás bien? Eso que has hecho ha sido un poco extraño… ¿Cómo lo haces?


SAYA
Todos se fueron a la cama, incluida Génesis que se retiró a la casucha esa en ruinas. Eri se quedó conmigo un rato.
La miré cuando me preguntó, al principio no sabía a que se refería, pero después caí en la cuenta de que se refería al “poder” nuevo que tenía.
-Ohm, bueno…no sé como explicarlo, pero…- Me encogí de hombros mientras acariciaba la barbita de Kai con mis dedos.
-Surgió de repente… me ocurre cuando estoy en situaciones límite o cuando me pongo nerviosa o cuando…- Carraspeé levemente.
-Pero bueno, lo importante es que aprendí a controlarlo.- Miré a Eri sonriendo.


ERI
Sonreí.
-Es que… ha sido alucinante. –me reí.
-Si yo tuviese un poder tan fuerte… no tendría tanto cague cuando me enfrento a algún enemigo, le hago eso y… Bueno, tú sabes bien lo que se siente… -me reí.
-¿Sabes? Soy tu fan número uno. –sonreí.



SAYA
Alcé las cejas y empecé a reírme.
-¿Mi fan? Vaya, me siento alagada, de verdad. Tengo una fan que me admira y no quiere matarme, la verdad es que es un privilegio.- Sonreí y asentí.
-Gracias, Eri, me alegra saber que me admiras de esa manera.- Giré la cabeza rápidamente cuando escuché a Axel roncar.
-… vaya… ¿tienes un oso o ese es tu marido?


ERI
Puse los ojos en blanco.
-Si te soy sincera, a veces hasta lo dudo. –me levanté y me acerqué a Axel, le besé en la mejilla.
-Cielo… estás roncando otra vez.susurré.
-Molestas a las chicas hablar, así que no ronques.le miré.
-Pero qué rico eres. –le volví a besar en la mejilla y le di un golpe suave en el culo, cosa que le hizo parar de roncar, y volví al lado de Saya.
-Estos hombres…


SAYA
Me llevé la mano a la boca para que no se me escuchase reír cuando Eri hizo que Axel dejase de roncar de aquella manera.
La miré y sonreí.
-Creo que ya sé el método que voy a emplear con Kai cuando ronque.- Miré a Kai, tenía los ojos cerrados, pero sabía muy bien que lo estaba escuchando todo.
-Si, estos hombres…- Me incliné y le besé en la frente.



ERI
Sonreí.
-A decir verdad, Kai parece más mono dormido, sin abrir la boca para cagarla… -me reí tapándome la boca. Miré a Saya.
-No sé qué has visto en él… pero chica… qué huevos… -me reí poniendo las manos frente al fuego, Axel volvió a roncar, chasqué la lengua.
-Caaalla.


SAYA
Miré a Eri cuando dijo aquello de Kai.
-No te pases, rubia.- Sonreí.
-Sabes que soy la defensora número uno de Kai, así que, cuidadín con lo que dices si no quieres que te ponga una demanda.- Sonreí de nuevo y suspiré.
-Tenéis una idea muy equivocada con respecto a Kai.- Me encogí de hombros.
-Vosotros podéis pensar que es un soso o un cascarrabias o todo lo que decís sobre él, yo siempre pienso lo contrario… aun que haya veces que quiera matarle…


ERI
Sonreí negando con la cabeza.
-Si tú lo dices tendré que creerte, por algo eres su mujer y la que mejor le conoce. –la miré.
-Le tienes en un pedestal, y eso que a veces quieres matarle… Sois una pareja extraña… -me quedé mirando el pedrolo que llevaba en la mano, se la cogí entre las mías para mirar el anillo.
-¿Qué puñetas…? ¿De dónde has sacado esto?


SAYA
Miré a Eri cuando me agarró la mano y miró el anillo.
-¿Esto?- Sonreí orgullosa.
-Me lo regaló Kai esta mañana, es de compromiso.- Alcé una ceja y miré a Eri.
-La envidia te corroe.- Me reí levemente.


ERI
-Joder, pues sí… -me quedé embobada mirando el anillo, era precioso.
-Debe haberle costado un riñón y medio hígado, es de diamante, qué… mamón. –lo miré detenidamente.
-Joo… yo quiero uno así, además te queda genial en tus manos de ninfa, capulla… -la solté la mano y miré el mío. Sonreí.
-Aunque… este no tiene nada que envidiar al tuyo. –sonreí ampliamente enseñándole el mío.



SAYA
La miré de soslayo.
-Pues vale…- Me encogí de hombros y sonreí. Miré al cielo y sonreí aún más cuando divisé mi estrella, la que más brillaba y la más grande de todas.
-¿Ves esa estrella de ahí?- Le pregunté a Eri señalando al cielo.
-La que más brilla… esa estrella tiene mi nombre… Kai me la regaló antes de casarnos…- Miré a Eri aún sonriendo.


ERI
Miré al cielo y busqué la estrella que Saya me había dicho, qué mamona, tenía hasta una estrella para ella…
-Jo… Axel nunca me ha regalado una estrella, sólo me compra baratijas bonitas que adoro ponerme pero pierden valor en cuanto me compra algo nuevo… -suspiré.

-Una estrella dura para siempre y… jo, qué envidia, Kai te quiere mucho… -la miré.
-Qué suerte tienes…


SAYA
Me reí mirándola.
-Si, si, suerte. Ahora dices cosas buenas de Kai, pero en cuanto tienes oportunidad empiezas otra vez a insultarle.- Negué con la cabeza.
-Ya te he dicho que os equivocáis con él…- Respiré hondo.
-Bueno, me ha encantado la charla, pero creo que servidora se va a dormir.- Me acerqué a Eri y la agarré de la cara dándola un beso en los labios. Sonreí.
-Buenas noches.- Saqué mi saco de dormir y lo extendí al lado del de Kai. Me tumbé y automáticamente el brazo de Kai me agarró como si fuese un pulpo….



ERI
Sonreí y me fui a dormir también, quedarme yo sola despierta iba a ser aburrido, además, nos levantaríamos temprano para salir cuanto antes.
Me acosté al lado de Axel abrazándole por la cintura, dio un ronquido, por lo que le di un codazo, y volvió a dormir tranquilito. Sonreí y me acurruqué hasta quedarme dormida.



AXEL
Me desperté el primero, los demás seguían dormidos, pero supuestamente hoy íbamos a emprender la marcha pronto. Me acerqué a Edward y me agaché a su lado. Carraspeé un poco para aclararme la voz.
-Eeeeeedddieeeee, rubito, amor míooooooo, vamos arriba.- Me zarandeé el brazo suavemente.
-Eddie, levanta… ey, mueve el culo.- Le zarandeé de nuevo pero no se despertó, se movió hacia el otro lado dándome la espalda. Suspiré y acerqué mi mano a su trasero sin tocarlo. Empecé a calentar mi mano y una vez caliente, la planté de golpe en su culamen.
-Vamos arriba, coño.


EDWARD
Sentí que el culo empezó a quemarme de golpe. Di un grito levantándome del saco, me llevé las manos al culo y miré a Axel.
-¡Serás hijo de puta! ¿Pero qué quieres? ¿Qué me salgan ampollas en el culo? –me froté el culo.
-Au… -posé mi mano en su pecho y le di una leve descarga haciendo que se cayese de culo.
-Por capullo.


AXEL
Miré a Edward cuando me dio la descarga.
-Ala… como ha molado, ¿no?- Sonreí y me levanté sintiendo como los pelos de mis brazos se ponían de punta.
-Mira, mira, mira.- Sonreí de nuevo y me froté el brazo creando pequeñas chispitas.
-Je,je.- Miré a Eddie.
-Te he despertado por que tenemos que ponernos en marcha.- Me acerque a Kai.
-No… a este no pienso quemarle el culo.- Me agaché y le di un capirotazo en la oreja.
-Kai, levanta tu hermosisímo culito del saco, nos tenemos que largar ya.


KAI
Abrí los ojos poniéndolos en blanco, me giré y le di un puñetazo en la nariz.
-Buenos días, Axel… -me senté rascándome la nuca, moví un poco el brazo de Saya para despertarla.
-Arriba, Reina Mora, nos vamos. –me levanté colocándome los pantalones. Miré a Axel.
-¿Te he hecho daño?



AXEL
-Ala, en toda la napia.- Me levanté frotándome la nariz mientras Kai despertaba a la “Reina Mora”.
Negué cuando me preguntó. Levanté el dedo índice de mi mano alejándome un poco, acto seguido estornudé. Me rasqué la nariz y le miré de nuevo.
-No.


KAI
Negué con la cabeza recogiendo el saco.
-Deberías ir despertando a tu mujer, es la única que sigue totalmente roque. –me agaché al lado de Saya y la di besos en el cuello.
-Levanta, princesa, te llevo en volandas si hace falta. –la destapé.


SAYA
Encogí el cuello cuando Kai empezó a darme besos. Hice ruiditos y me giré cuando me destapó. Abrí los ojos y le miré, sonreí y le rodeé el cuello con mis brazos.
-Hola… grrrrrr.- Me reí y le besé. Me separé y me levanté colocándome la camiseta, que se me había subido.
-Que morro, Eri sigue roque…


AXEL
Miré a Eri.
-Ya voy, pesados…- Puse los ojos en blanco y me acerqué a Eri.
-Jou… me da mucha lastimita tener que despertarla…- Puse pucheritos mirando a los demás.
-Vale…- Volví la mirada a Eri.
-Eri…pequeñita mía.- Sonreí y la di besitos por la cara.
-Venga… servicio despertador, son las amanecer en punto.- Sonreí de nuevo mientras la seguía dando besitos.



ERI
Sonreí y estiré los brazos para rodear el cuello de Axel, le besé.
-Mmm, qué despertador más cariñoso… -tiré de él para volver a besarle. Abrí los ojos y le miré.
-¿Nos tenemos que ir ya? –me froté un ojo.


AXEL
La miré acariciando sus brazos.
-Si, así que…- Hice fuerza y de un salto, la cogí en brazos como si fuese una niña.
-…arriba.- Sonreí de nuevo y miré a los demás.
-Mirad que nena tan mona.- Me reí.
-Solo la falta el peluchín.


ERI
Sonreí apoyando la cabeza en el hombro de Axel abrazándole.
-Mmm… qué bien… -hice que me chupaba el dedo y me reí. Me separé un poco y le miré.
-¿Me vas a llevar así todo el camino? No me importaría, eh… -me reí y le besé.


AXEL
Sonreí y la miré. Me encogí de hombros.
-Hombre, pues a mi no me importaría.- Me reí y la besé en la mejilla.
Los demás nos miraban algo alucinados y medio riéndose.
Sonreí enseñando mis dientes.

-La doy todo lo que quiere.


KAI
Negué con la cabeza terminando de recoger.
-Parece más su hija que su mujer… -me reí y cargué las cosas sobre mi caballo.
-Bueno, he terminado… voy… a… bueno, llamar a Génesis… -fui hacia la cabaña, no iba a pasar nada, sólo iba a despertarla…



SAYA
Miré a Kai cuando dijo que iba a llamar a Génesis. Suspiré mientras recogía mi saco y asentí.
-Bien…vale…- Volví la mirada a mi saco… yo confiaba en Kai y estaba segura de que no volvería a caer es los “encantos” de Génesis… en quién no confiaba era en ella…
-Tranquila Saya, no hay nada que temer…- Dije para mí misma colocando el saco ya enrollado sobre el caballo.


KAI
Entré en lo que antes era una casa, Génesis estaba tumbada en la cama, aún dormida.
Carraspeé dando un par de golpes a la puerta.
-Génesis, despierta, salimos ya… -en cuanto viese que se levantaba saldría de allí, no había necesidad de esperarla dentro…



GÉNESIS
Abrí los ojos y me erguí en la cama cuando escuché unos golpes… me asusté un poco, la verdad…
Vi que era Kai, cogí aire y miré hacia otro lado.
-¿Ya nos vamos?... claro…- Me destapé y me miré el vientre… tal y como me había dicho Saya, estaría totalmente curado para hoy por la mañana.
-Vaya… Saya tenía razón…- Miré a Kai.
-Ya no tengo nada, ni si quiera me duele…


KAI
La miré cuando me habló, asentí.
-Saya es una manitas a la hora de curar, ha sido ninfa, tiene mucha experiencia… -sonreí y me di la vuelta para salir, íbamos a irnos en cuanto todos estuviesen preparados.


GÉNESIS
Miré a Kai cuando se giró dispuesto a marcharse…
-Mi señor…- Aún, después de un año, no había dejado de llamarle de “usted”.
-… yo… quería pedirle disculpas, aun que ya es tarde, ha pasado mucho tiempo, pero… aún así me siento mal y muy arrepentida por lo que os hice a vos y a Saya…- Miré al suelo y me levanté.
-No… no sé lo que se me pasó por la cabeza, tal vez fue que… yo siempre he tenido a los hombres que he querido, todos ellos hacían lo que yo deseaba, por eso me parecían tan poco interesantes, pero entonces… apareció mi señor…- Tragué saliva.
-Al principio solo fue como una pequeña tontería pero después… no sé… empecé a sentir cosas que jamás había sentido por un hombre y me comporté de manera egoísta, por eso os pido mil perdones…- Cerré los ojos un momento y alcé la cabeza para mirarle.
-Esta es la última vez que nos veremos y… me gustaría que al menos se arreglasen las cosas entre nosotros…- Me acerqué un par de pasos.
-…si no es molestia, querría llevarme un recuerdo vuestro…- Me acerqué hasta que pude posar mis labios en los de Kai.



SAYA
Fui a buscar a Kai, estaba tardando demasiado… me estaba poniendo nerviosa. Llegué hasta la casa y me asomé.
-Kai… ¿estáis……..listos?- Les pillé en pleno beso.
Cogí aire desviando la mirada hacia otro lado. Me rasqué la nuca suspirando… joder… joder y puto joder.
Me giré mirándoles y sonreí.
-¿Qué? ¿Os lo pasáis bien? Ohm, Génesis, veo que ya estás despierta y… muy espabilada.- Solté una risotada.
-Nada más y nada menos por el simple hecho de que estás besando a mi marido…- Asentí y miré al suelo intentando relajarme. Miré de nuevo a Génesis que me miraba acojonada.
-Pues nada, ¿nos vamos?- Me giré y me alejé de allí para volver con los demás.



KAI
-Saya… -me quedé algo pillado, ¿cómo había pasado eso? En primer lugar, no debí dejar que Génesis me besara, pero es que nos había pillado Saya y… se había ido tan tranquila…
Miré a Génesis negando con la cabeza y salí.
-Saya, Saya, espera… -la seguí y me puse delante de ella.
-Saya, te juro que no he hecho nada esta vez, ella quería despedirse de alguna forma, te lo juro…



SAYA
Miré a Kai cuando se plantó delante de mí dándome explicaciones.
-Kai…- No me dejó hablar, parecía muy nervioso.
-..Kai…- Nada, que no me dejaba. Suspiré y le tapé la boca con la mano.
-Gracias…- Le miré y aparté la mano de su boca.
-Tranquilo, ¿vale? No me des explicaciones, no te las he pedido. No estoy cabreada.- Le miré y alcé las cejas.
-Pero dime una cosa, ¿por esa pija qué parece que tiene miedo a besar perdiste la cabeza la última vez? No sé, chico, pensaba que aspirabas a más…- Suspiré de nuevo alzando la cabeza intentando relajarme.



KAI
Desvié la mirada algo sonrojado, no parecía cabreada, pero estaba molesta, eso no se lo quitaba nadie, esperaba que me perdonase eso o tendría que darme golpes en la cabeza hasta olvidarlo.
La cogí de los hombros y la besé.
-Te quiero, ¿vale?



SAYA
Me quedé tiesa como un palo cuando me besó de sopetón. Le miré algo atontada cuando se separó.
-…va-vale…- Tragué saliva y fruncí el ceño levemente.
-Kai, no vuelvas a besarme después de haber besado a otra, así que, ya puedes lavarte la boca si quieres volver a besarme.- Me separé dándole unos golpecitos en la mejilla con mi mano.
-Ala, ya sabes.- Sonreí alzando una ceja.



KAI
Asentí enérgicamente.
-Me ha quedado claro, Madame. –la cogí de la mano y tire de ella para terminar de cargar las cosas y poder irnos, no había visto salir a Génesis, pero no iba a volver a por ella.
-Vámonos a matar a Draco de una puta vez.



GÉNESIS
Salí de la casa aún con miedo de que Saya me dijese algo, pero… cuando salí vi que iba cogida de la mano de Kai…
Suspiré y me acerqué hasta ellos…
Miré a Saya antes de que se montase en el caballo.
-Saya…- Bajé la cabeza cuando me miró.
-Yo… lo lamento y…- Alcé la cabeza y vi como su puño se estrellaba en mitad de mi cara haciéndome caer al suelo de culo. Me llevé la mano a la cara, me sangraba la nariz…


SAYA
¡Dios! ¡Qué liberación! Después de golpear a Génesis mi cuerpo volvió a una paz interna enorme.
-Que bien ha sentado…- Miré a Génesis que estaba en el suelo sangrando por la nariz.
-Esta es la segunda y la última vez que te golpeo, como te vea a escasos metros de Kai vas a desear no haber nacido, ¿te has enterado?- Génesis asintió.
-Muy bien, estoy hasta los cojones de ser yo la que acaba perdiendo y llorando, pues no señor.- Me monté en el caballo. Los demás me miraban sorprendidos.
-¿Qué?


ERI
Aplaudí a Saya.
-Soy tu fan numero uno, ¡quiero un hijo tuyo! –volví a aplaudirla y la silbé, fue entonces cuando me miraron a mí.
-Eje… -me rasqué la nuca desviando la mirada.
-¡Saya mola!


AXEL
Abrí los ojos como platos cuando vi a Saya asestarle ese derechazo en la cara a Génesis… como se quería la gente…
Y después a la loca de mi mujer pidiéndole un hijo a Saya… la gente está loca…
Alcé las cejas y ayudé a Génesis a levantarse.
-Anda, piltrafa, toma.- La ofrecí un pañuelo para la sangre de su nariz.
-¿Vienes con nosotros?


GÉNESIS
Miré al Rey del Fuego y cogí el pañuelo que me ofreció.
-Gracias…- Le mire de nuevo cuando me preguntó.
-Oh, no, no, no, yo me regresaré al Reino del Viento he informaré a mi rey de lo ocurrido con Dark, puedo irme solita y a patitas, que el ejercicio nunca viene mal.-Miré a Saya… Dios que yuyu me daba esta mujer.
-¡Anda! Qué tarde se me ha hecho, yo me voy yendo ya… pues nada.- Incliné la cabeza varias veces.
-Bu-buena suerte, eh, y que… eso que Dios os acompañe.- Me giré y me fui alejando a paso ligero, quería irme de allí pero ya.



SAYA
Miré a Génesis mientras parloteaba…. Puse los ojos en blanco, por Dios, Kai había caído muy bajo fijándose en una tía tan pesada y pedorra como esa…
Se giró y se marchó acojonada. Me reí en mi fuero interior.
-Pero… ¿qué le pasa a esa? ¿Qué bicho le ha picado y por qué sangraba?- Sonreí malévola, que bien me sentía en esos momentos…



KAI
Tragué saliva. Verdaderamente Saya en esos momentos parecía estar loca. O estaba muy cabreada e intentaba guardarlo, saliendo de forma fallida en forma de risa malvada o estaba esperando para cortarme los huevos más tarde.
Me rasqué la frente, tenía hasta miedo…


ERI
Miré a Saya.
-Vaya par, morena, quiero una foto firmada. –me acerqué y miré cómo se iba Génesis.
-Has hecho que huya con el rabo entre las patas, eres una artista para espantar a las pelandruscas, quiero que me des clase. –la abracé y la besé en la mejilla. Miré a Kai.
-Y tú ten cuidadito con lo que haces que después de que Saya te abra en canal yo te prepararé para sopa esa noche, escarchita. –sonreí y volví con Axel, me subí a mi caballo.
-Nos vamos, ¿no, nene? –sonreí y le lancé un beso haciendo que el caballo echase a andar.


AXEL
Miré a Eri subiéndome a mi caballo.
-Si, larguémonos ya de aquí.- Sonreí y agarré las riendas de mi caballo haciendo que caminase detrás del de Eri.
-Porompompom poropo poropo pero pero porompo porompo pero pero porompo pompopo.- Canturreé una cancioncilla que escuchaba de pequeño mientras seguía a Eri.


EDWARD
Lo que había pasado en poco rato había sido realmente extraño, pero preferí no intervenir, era cosa de ellos.
Seguí a Axel y Eri con mi caballo, supuse que Kai y Saya me seguirían, me puse a la misma altura que Axel.
-Esto… ¿no te ha parecido raro? –giré la cabeza.
-Parece que no está enfadada pero se nota que tiene ira que quiere hacer explotar con los puños, ¿crees que matará a Kai?


AXEL
Miré a Edward levantando las cejas.
-Pues claro que le matará.- Me encogí de hombros y tarareé de nuevo mirando al frente. Era algo entre ellos dos, y si conocía bien a Saya, esta le perdonaría cualquier cosa.


ERI
Llevábamos un par de horas caminando con los caballos, parecía que Kai seguía vivo, pero no por mucho tiempo…
-Joooo, cómo me aburro, el bosque es siempre igual, no cambia nada más que la posición de los árboles, ni siquiera hay bichitos, podría pasar algo interesante… Me gustaría ver algún animalillo o algo… -noté un leve temblor, el caballo se puso nervioso.
-Eh, ehhh… -intenté calmarlo.
-Vale, ¿qué era eso? ¿Un elefante? –hubo otro temblor, que hizo que el caballo se encabritase y me hizo caer de espaldas al suelo.
-¡Eh! –el caballo se puso muy nervioso, al igual que los demás.
-¿Qué está pasando?


AXEL
Mi caballo se volvió loco cuando sentimos un temblor de tierra. Antes de que el animal se cabrease más, me bajé de la silla y agarré las riendas para tranquilizar al caballo.
-Tranquilo, chico… venga, no pasa nada…- Acaricié el hocico del caballo para así lograr que dejase de dar tirones. Me quedé en silencio… no se escuchaba nada, tan solo una pequeña vibración que subía hacia nosotros. Otro temblor más potente que el anterior hizo que cayese al suelo y soltase a mi caballo que se encabritó alzándose sobre sus patas traseras. Me cubrí la cara, pues tenía sus pezuñas delanteras cerca de mi cara. De repente, emergió del suelo una criatura negra que reventó a mi caballo de un solo golpe. El suelo se agrietó dejando pasó a más criaturas de esas.
-Coño…


KAI
Me bajé del caballo y cogí a Saya en brazos antes de que el caballo nos tirase, dejé a Saya en el suelo, aunque nos caímos, yo encima de ella, cuando uno de los temblores nos desequilibró.
-Mierda… -criaturas oscuras comenzaron a surgir de las grietas que se provocaban en la tierra.
-Joder… -saqué mi espada sin levantarme de encima de Saya, al menos si se lanzaban sobre nosotros, ella estaría protegida.


SAYA
-Joder…- Empezaron a salir criaturas de Draco por todos lados desquebrajando el suelo. A nuestro alrededor se fueron formando enormes grietas y pedazos de suelo desaparecían bajo nuestros pies.
Una de las criaturas más próximas se lanzó contra Kai y contra mí. Kai fue rápido y le encaró con la espada, pero… Sentí que el suelo que había debajo de mi desaparecía también seguido de un temblor.
Grité cuando me vi colgando con el vacío bajo mis pies. Me agarré al saliente del suelo que aún quedaba intacto para poder evitar caerme, pero todo el suelo al que me agarraba también se desprendía haciéndome resbalar. Me agarré a una raíz, al menos eso me sujetaría pero no por mucho tiempo. Intenté subir antes de que me despeñase por el vacío.



KAI
-¡Saya! –el suelo debajo de nosotros se abrió, Saya cayó al agujero, por suerte logró sujetarse. Tuve que deshacerme de unas cuantas criaturas.
-Aguanta, Saya. –cuando pude librarme de los que me atacaban, dejé la espada a un lado y extendí el brazo hacia Saya, aunque no llegaba bien.
-¡Saya, dame la mano!



SAYA
Miré a Kai y me esforcé en alargar mi mano para poder alcanzar la de Kai.
-No… ¡no llego!- La raíz crujió, se estaba partiendo.
-Joder… - La pared que tenía a mis lados era tierna, pura arena, no podría agarrarme a ella. Jadeé del cansancio y miré a Kai de nuevo, detrás de él se abalanzaba una criatura.
-¡Kai, cuidado!- Kai logró esquivarla, pero el monstruo calculó mal y acabó cayendo por el agujero llevándome por medio, empecé a caer a gran velocidad con el monstruo encima de mí. Hice fuerza y como pude me posicioné encima del bicho y así conseguiría al menos amortiguar la caída, si no… me convertiría en puré…



KAI
-¡¡SAYA!! –estaba cayendo a gran velocidad, iba a acabar hecha trizas si chocaba contra el suelo a esa velocidad.
-¡¡¡SAYA!!! –colocó la criatura debajo de ella para frenar la caída, pero eso era oscuridad, no era sólido, no serviría de nada…
-Dios… -no podía apartar la mirada, tenía que saber qué pasaría.
-Saya…


AXEL
Me quitaba de encima a criaturas que no dejaban de salir de la nada. El suelo se desquebrajaba sin parar y los árboles a nuestro alrededor caían al vacío.
Me giré rápidamente cuando escuché a Kai gritar el nombre de Saya… algo había pasado. Me acerqué corriendo junto cuando un bicho intentaba atacar a Kai por la espalda. Incendié al bicho destruyéndolo.
-Kai.- Me agaché a su lado y le miré, después al vacío… Dios… Saya…
-Joder…- Vimos como Saya desaparecía en la oscuridad del barranco.
-Ay, Dios…- Miré a Kai, pero de repente, el suelo que nos sujetaba también se destrozó haciéndonos caer a todos al vacío. Intenté agarrarme a algo, pero era imposible…



KAI
Axel y yo caímos al vacío justamente detrás de Saya, no supe si Saya había logrado salvarse, pero al menos si caía yo, caía con ella. Miré por todas partes, no tenía donde agarrarme, no veía nada a mi alrededor, sólo veía a Axel varios metros al lado de mi, estaba igual que yo, ¿moriríamos en ese instante?


AXEL
No sé cuanto tiempo estuvimos cayendo ni si quiera me acordaba del golpe contra el suelo, lo único que sé es que estaba desorientado.
Abrí los ojos lentamente. Lo veía todo negro y solo escuchaba el goteo de alguna gotera cerca de mí.
Me incorporé llevándome la mano a la cabeza.
-Au…- Miré a mi alrededor… ¿dónde coño estaba? Parecía una cueva de las típicas pelis de miedo o incluso parecía la bat-cueva de Batman…
Me levanté alzando la mirada.
-Qué raro… no veo la superficie…- Escuché un ruido, giré la cabeza y descubrí a Eddie tirado en el suelo.
-¡Edward!- Me acerqué hasta él corriendo. Me agaché y le zarandeé el brazo.


EDWARD
Me dolía la cabeza a horrores, había caído por culpa de las grietas y no sabía cuándo había caído, pero prefería no recordarlo, me dolía la cabeza solo de pensarlo.
-¿Axel? –oí su voz llamándome, sentí que me zarandeaba el brazo, eso hizo que la cabeza me retumbara, fruncí el ceño y me giré como pude, abrí los ojos.
-¿Axel? –le busqué con la mirada, noté que de mi frente salía algo de sangre, me sentía mareado. -Menos mal que tengo la cabeza muy dura… -me reí.
-¿Dónde estamos?


AXEL
Puf… menos mal, seguía vivo.
Suspiré aliviado y le miré negando.
-No lo sé, no tengo ni idea, solo sé que caímos y nos separamos… aquí solo estamos tú y yo, no hay rastro ni de Kai, ni de Saya, ni de… Eri…- Bajé la cabeza.
Miré de nuevo a Edward.
-Será mejor que busquemos a los demás, el túnel continúa hacia allí… podríamos ir a buscarlos y asegurarnos de que están bien.


EDWARD
-Sí… -me senté con la mano en la cabeza, intenté calmarme, me había mareado sólo del movimiento.
-Va… -me apoyé en su hombro y me levanté con su ayuda.
-Vamos a buscar a estos chiquillos, que se nos han perdido por el camino. –eché a andar seguido de Axel.
-No te preocupes, nene, estarán bien. –sonreí.



AXEL
Asentí y le agarré para que no se cayese.
-Veamos donde coño estamos.- Fuimos por el túnel, siempre era igual, no cambiaba. Húmedo, oscuro… húmedo, oscuro…
No sabía que tal estarían los demás, aún que, tenía la corazonada de que estaban bien y al igual que nosotros dos, se pondrían en marcha para encontrarnos…y nos reencontraríamos seguro, éramos los cinco elegidos, ¿no?



KAI
Me desperté, todo me daba vueltas. Me senté mirando a mi alrededor, estaba en una cueva, ¿cómo había llegado hasta ahí?
Saya… Miré atento a todas partes, Saya no estaba por allí, pero pude ver a Eri tumbada boca abajo en el suelo.
-Eri… -me acerqué y la moví un poco.
-Eri, despierta. –Eri no se despertaba, cogí su muñeca y le tomé el pulso, estaba viva, pero no se despertaba.
-Joder… -suspiré y la cogí en brazos. Miré a mí alrededor y busqué la continuación del túnel, caminé con Eri en brazos.
Esperé que Saya estuviese bien, no podía soportar la idea de…
Cerré los ojos suspirando y seguí caminando, esperaba encontrar pronto a alguien. Caminé largo rato, pero no estaba en condiciones de llevar a Eri todo el rato, de modo que tenía que esperar a que se despertase.
Pasamos un par de horas los dos en una pared de la cueva, yo sentado y ella tumbada a mi lado, debía cuidar de ella por Axel.


ERI
Me dolía la muñeca mucho, y estaba algo desorientada. Abrí los ojos y me llevé la mano a la muñeca, estaba en un lugar oscuro que no conocía, era una cueva…
Me senté, a mi lado estaba Kai sentado, le miré.
-¿Qué…? ¿Dónde estamos?


KAI
-Caímos aquí no sé hace cuanto, me desperté hace unos minutos nada más. –la miré.
-¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? –vi que se agarraba la muñeca.
-¿Te la has roto?



ERI
-No lo sé, me duele un poco… Pero estoy bien. –miré mi muñeca, no pensé que estaría rota, pero podía que se me hubiese salido algún ligamento.
-¿Crees que estarán bien los demás? No recuerdo nada desde que caí del caballo, creo que me di algún golpe. –miré por el pasillo por donde debíamos seguir, esperaba encontrar pronto a Axel y a los demás…



KAI
-Claro que estarán bien, Eri… Estoy seguro. –me levanté y la miré.
-Sigamos el camino, Eri, vamos a encontrarlos pero ya. –ella asintió y se levantó, fuimos por el pasillo. Agucé el oído, esperando a oír a alguien.



SAYA
Cogí una buena bocanada de aire cuando recobre la conciencia. Me dolía todo el cuerpo y me sentía mareada. Abrí los ojos. Estaba encima de aquella criatura con la que caí. El bicho estaba muerto, por suerte y había resultado ser un buen amortiguador…
Me levanté y me alejé del cadáver del bicho. Me miré el cuerpo, pero no tenía ninguna herida ni me había roto nada… Alcé la cabeza y miré el sitio donde me encontraba, era una caverna o cueva subterránea… ¿sería la guarida de Draco? Según tenía entendido su guarida se encontraba bajo tierra.
-Genial… y encima estoy sola. –Suspiré y me rasqué la nuca. No sabía dónde estaban los demás, si seguirían vivos o…
Sacudí la cabeza borrando esa idea de mi cabeza. Cerré los ojos un momento poniendo en orden mis ideas… giré la cabeza hacia atrás rápidamente cuando me pareció escuchar voces…
Tragué saliva y me dirigí hacia allí, el camino continuaba, así que, decidí seguirlo… tal vez me conduciría hacia los demás.


EDWARD
Apoyé mi espalda en la pared.
-Espera un poco, pelirrojo, el Gatito necesita parar un poco… -me senté con la mano en la cabeza. -Lo siento, tengo la cabeza muy dura, pero se me debe haber cascado, me duele como mil demonios… -le miré sonriendo.
-Esto es peor que la resaca. –solté una risotada.
-¿Tú estás bien?


AXEL
Miré a Edward y me apoyé en la pared a su lado.
-Si, yo estoy bien, parece que no me he hecho nada…- Me miré.
-No, nada…- Suspiré.
-Está bien, pararemos un rato.- Apoyé mi mano en su hombro.
-Siéntate un rato y descansa, anda.


EDWARD
-Gracias, nene, tú siempre cuidando de mí, cómo te quiero. –sonreí revolviéndole el pelo.
-Ya verás que beso te da Eri cuando la encontremos, sólo por verte. –solté una risotada y apoyé la cabeza en la pared cerrando los ojos.
-Espero que no les haya pasado nada, desde donde hemos caído había mucha altura. –apoyé la cabeza en el hombro de Axel.
-Ayyy, mi niño, qué calentito es… -sonreí.



AXEL
Suspiré y miré al suelo.
-Eri es muy fuerte, seguro que estará bien y ansiosa por encontrarme.- Sonreí.
-Seguro que se enganchará a mí y no me soltará.- Solté una risotada.
-Aun que yo tampoco pienso soltarla a ella.- Alcé la cabeza apoyando la nuca en la pared. Suspiré con fuerza.


EDWARD
Sonreí.
-Con lo cariñositos que sois los dos seguro que no os soltáis en dos días. –miré al techo.
-Qué monos sois. –me reí y toqué mi herida de la frente, me quejé.
-Joder, esto escuece, dame amor, chiqui… -apoyé mi cabeza en sus piernas y me encogí.
-Gatito necesita amor.


AXEL
Miré a Edward alzando una ceja.
-¿Gatito? ¿Amor?- Suspire negando con la cabeza. Acerque mi mano a su pelo y le di un par de toques.
-Ala, ala, ala, ala.- Me miró tristón.
-¿Qué? Lo lamento, pero yo no soy Saya, ni me parezco… necesitaría muchas operaciones para parecerme a ella… para ser exactamente como ella, un milagro.- Solté una risotada y le miré cruzándome de brazos.
Nos quedamos en silencio un momento, tan solo se escuchaba el caer de las gotas sobre la piedra. -Escucha…-Le dije a Edward agudizando el oído.
-Creo que estamos bajo un río…- Miré hacia el camino que aún nos quedaba.
-Tenemos que seguir, Eddie, la salida debe estar cerca y seguro que los demás nos estarán esperando allí.- Me separé de la pared.
-Vamos, chaval.- Le agarré del brazo.
-Tranquilo, Eddie, yo estaré a tú lado todo el camino.- Sonreí.
-Además, piensa que en cuanto volvamos con los demás, podrás achuchar a Saya todo lo que quieras, si no es ella la que te achucha antes, ¿sabes? Creo que deberíais ser amantes, os lleváis muy bien y bueno, hay química entre los dos, ¿no?- Esbocé media sonrisa… me imagino el cabreo que se habría pillado Kai en esos momentos si estuviese ahí escuchándome.


EDWARD
Miré a Axel cuando dijo eso.
-¿Qué dices? Saya y yo somos prácticamente como hermanos, soy su Gatito enorme y ella es mi muñequita, no siento nada de eso por Saya. –le di un par de codazos.
-Pero a ti te quiero mucho, pillín… -me reí y seguí caminando dejándome llevar por el sonido del agua. La verdad es que estar en una cueva me cargaba de electricidad estática más a mí que a ninguno de ellos, por eso preferí no acercarme mucho más a Axel, cada vez había más humedad.
-En serio… ¿se puede saber dónde hemos caído?


AXEL
Mire a Edward y me encogí de hombros.
-Y yo que sé, si lo supiese no estaría dando vueltas sin saber por dónde salir.- Volví la mirada al frente y suspiré.
-Solo hay camino, y más camino y más y más y más…- Bufé desesperado.
-Vaya mierda…


EDWARD
-No, joder, tiene que acabar en alguna parte, al menos sigamos el sonido del agua, debe llevarnos a algún sitio en concreto. –seguimos caminando, no podíamos rendirnos y morir ahí, había que luchar por lo menos hasta que las fuerzas nos abandonasen, la esperanza es lo último que se debe perder.
-Vamos, puede que el camino descienda o algo y al final nos lleve a la salida.


AXEL
Suspiré y le seguí.
-Vale, guíame Gandalf, el destino del universo está en mi mano, debo destruir el anillo de poder… aun que me joda porque sé que es de más de tres quilates.- Edward me miró confuso.
-Je, je, je, je… lo siento, me emociono mucho.- Me rasqué la nuca.



EDWARD
Solté una risotada.
-Tranquilo, es normal que después de estar aquí encerrado horas sin encontrar salida empieces a tener los primeros brotes de locura, suerte que no es contagiosa, al menos biológicamente, yo soy algo flojo de mente, así que… No digas muchas incoherencias. –sonreí y seguí caminando, como supuse, el camino tomó un rumbo algo inclinado.



AXEL
Seguí a Edward sin decir nada, me dedicaba a ver el “paisaje” aun que… era todo roca y agua…
No podía dejar de pensar en los demás, sobre todo en Eri… era una chica muy asustadiza y esperaba por su bien que estuviese acompañada de Saya o en su defecto de Kai, pero al fin y al cabo acompañada…



ERI
Pisé por tercera vez un charco del suelo.
-Mierda… -Kai seguía caminando sin esperarme.
-¡Kai, espérame! Llevamos mucho rato caminando, deberíamos descansar un poco… -le seguí, aunque él iba más deprisa.
-Kai, por favor, aunque sean cinco minutos, la salida no se va a mover de donde está…


KAI
Giré la cabeza y miré a Eri de reojo.
-La salida no se mueve, Eri, pero ellos sí, cuanto antes salgamos o encontremos un túnel que conecte con ellos, antes los encontraremos. –volví a mirar al frente. Para pertenecer a nuestro grupo, se cansaba mucho antes.



ERI
-Vale, ya lo sé, pero si no paramos un poco para descansar al final acabaré rendida y no podré moverme durante más tiempo que el que te pido descansar, necesito un par de minutos. –no se paró.
-No pretendo ser una quejica, Kai, pero llevamos cuatro horas sin frenar ni para respirar y no hemos encontrado nada, por favor…


KAI
Suspiré deteniéndome en el camino, ella suspiró aliviada detrás de mí. Era cierto que llevábamos largo rato sin parar, pero si queríamos encontrar algo no podíamos dejar que pasase de largo…
Me giré, se había sentado masajeándose los pies, me acerqué y me senté a su lado.
-Eres más cargante que mi hijo de seis años, ¿lo sabías?


ERI
Miré al suelo masajeando mis pies doloridos.
-Sí, lo sé, y lo siento, Kai, soy muy plasta… Yo quiero encontrar a Axel cuanto antes y a los demás, pero me resulta difícil seguirte el ritmo, vas muy deprisa y sin pausa… -le miré.
-Quieres encontrar a Saya cuanto antes, ¿no es así?


KAI
Desvié la mirada, y parecía tonta…
-No sé qué puede haberla pasado y quiero encontrarla antes de que sea tarde si es que está bien… Presiento que lo está, pero necesito verla y comprobarlo por mí mismo… -la miré, sonreía, me estaba haciendo decir esas cosas delante de ella y luego me lo echaría en cara. Desvié la mirada.
-¿No tienes frío? Se suponía que eras friolera…


ERI
Bajé la cabeza algo sonrojada.
-Estoy totalmente congelada, estoy acostumbrada al calor del Reino del Fuego y el calor que desprende Axel… pero no te lo he dicho porque puedo aguantarlo y sería más molestia… -me tiró su chaqueta a la cabeza, le miré apartándola.



KAI
Mientras me daba explicaciones, me quité la chaqueta y se la puse sobre la cabeza.
-Póntela, yo estoy bien, y si tienes frío nos retrasaremos aún más, así que, arriba. –me levanté, ella sonrió, se puso mi chaqueta y me imitó. Sabía que por dentro pensaría que era “mono” y todo…
Seguimos el camino, debíamos encontrarles pronto.



SAYA
Llevaba más de cuatro horas caminando sin parar, y no pararía, no me encontraba cansada y la necesidad de encontrar a los demás me animaba bastante a continuar.
El camino era largo y no había indicio de otras personas… escuchaba ruidos, pero ninguno me daba ninguna pista de donde buscar así que, decidí seguir hacia delante.
Me paré de repente, pues el túnel cambiaba de dirección, hacia la izquierda. Ralenticé la marcha al escuchar ruidos extraños. Fruncí el ceño y me pegué a la pared y caminé muy pegada a ella. Asomé la cabeza por la esquina de la pared para ver que clase de criatura provocaba aquel ruido…
Abrí los ojos ampliamente cogiendo una buena bocanada de aire. El camino daba lugar a una sala de roca y pared húmeda, pero cierta sala estaba plagada de criaturas negras. Las mismas criaturas que nos atacaron antes de caer a este lugar. Había por lo menos unos cincuenta, incluso más…
Volví a esconderme tras la pared, por suerte no me habían visto.
-Joder…- Tenía que pasar por el medio si quería seguir por el camino, pero… si me veían ya podía despedirme de seguir respirando. Se abalanzarían contra mí todos a la vez. Cerré los ojos un momento controlando la situación. Volví a asomar la cabeza y mire la sala en busca de algún sitio libre de monstruos, pero nada…
Suspiré y caminé lo más agachada posible hasta colocarme detrás de una roca. Me acuclillé detrás para que no me viesen y seguí inspeccionando el terreno.
-¿Y ahora que coño hago?- Me senté apoyando la espalda en la roca mientras escuchaba como rugían esas bestias. Miré a un lado y encontré una piedra. La cogí y se me ocurrió algo, si salía bien, tal vez tendría una oportunidad para escapar. Me puse de nuevo en cuclillas y alcé mi brazo por detrás de mi cabeza para coger impulso. Lancé la piedra con todas mis fuerzas hacia el camino que ya había dejado atrás. La piedra armó un buen escándalo por lo que llamó la atención de los bichos que salieron en estampida hacia la dirección donde había lanzado la piedra. Me acurruqué contra la roca tapándome la cabeza con las manos evitando que me diesen y que me viesen, claro.
Alcé la cabeza cuando las criaturas desaparecieron por el lado contrario del que debía ir yo. Sonreí triunfal y me levanté echando a correr hacia la sala.
Justo cuando pensaba que me había librado me encontré de cara con uno de los bichos, debía ser el rezagado. Frené de golpe resbalándome y cayendo al suelo de espaldas frente a él.
-Mierda...- El animal rugió, eso me hizo reaccionar, por lo que me levanté de un salto y eché a correr de nuevo con el animal pisándome los talones.


KYLE
Las criaturas de Dark habían provocado un terremoto que había derrumbado casi medio kilómetro de tierra, cuando esos bichos iban a sus anchas no había quién los controlase.
Decidí bajar a inspeccionar, si se habían descontrolado de esa manera, significaba que había sangre humana de por medio.
Caminé por los túneles que ya me sabía de memoria, no encontré gran cosa, aunque sí manchas de sangre seca, quién quiera que hubiese estado ahí, se había ido.
Seguí buscando indicios de que hubiese gente, cuando di con los malditos bichos. Ocupaban una sala entera, y para cruzar al otro lado lo tenía bastante chungo…
Estaba ideando un plan cuando una roca los alertó y salieron corriendo, aunque uno se quedó atrás, pero, ¿ahora cómo iba para allá? Estaban todos allí.
Entonces vi a una chica correr hacia el bicho, cayó de frente a él.
Fruncí el ceño y corrí detrás del bicho, salté sobre él y le rebané la cabeza con mi daga, apartándolo de la damisela.



SAYA
Me giré dejando de correr cuando vi que la criatura era destruida.
Jadeé y me acerqué al cadáver y a mi salvador… ¿por fin había encontrado a uno de los míos? Vi a un chico rubio grandote, sonreí al pensar que podría ser Edward, pero…
-¿Kyle?- ¿Era él? Hacía un año que no sabía nada de su vida.
Me acerqué hasta posicionarme frente a él. Miré al bicho un momento, estaba bien muerto, y a continuación de nuevo a Kyle.
-Vaya…- Sonreí levemente.
-Gracias, si no llega a ser por ti tal vez estaría muerta.


KYLE
La miré bien frunciendo el ceño, parecía que me conocía, pero yo a ella no la recordaba… La rodeé mirándola por todas partes. Coño…
-Oh… claro… Tú también me ayudaste a mí en el pasado, supongo que estamos en paz. –sonreí, esa era de las que tenían carácter, por lo que retrocedí antes de que me abofetease o algo por haberla mirado así.
-¿Cómo estás aquí?


SAYA
Me crucé de brazos cuando empezó a repasarme con la mirada.
-¿Para recordarme no te basta con mirarme a la cara que tienes que repasarme entera?- Alcé una ceja mirándole seria.
Suspiré y me encogí de hombros.
-No sé como estoy aquí, se podía decir que caí del cielo.- Me rasqué la nuca.
-Me separé de mi grupo cuando hubo ese fuerte terremoto, así que, aquí estoy, buscándolos.- Le miré y fruncí el ceño.
-¿Y tú que coño haces aquí?


KYLE
La miré, así que tenía razón había gente que había caído por culpa de las criaturas, ella y sus amigos, si no lo recordaba mal, en la nave viajaba con otras dos chicas y tres hombres. Ignoré su pregunta.
-Pues no he visto a tus amigos, la verdad, he recorrido parte de la cueva y no he visto a nadie más que a ti, aunque sí han estado por aquí, he visto sangre seca por el suelo. –me guardé la daga en la parte de atrás del pantalón.
-No deben andar muy lejos.


SAYA
Entrecerré los ojo y me crucé de brazos de nuevo… sangre seca… alguno estaba herido.
-Bien, pues será mejor que me ponga a buscarles…-Kyle había ignorado por completo mi pregunta, esto no me olía bien… ¿qué hacía él aquí si no estaba cerca de donde caímos?
-¿Por qué no respondes a mi pregunta?- Me miró sin decir nada.
-¿Qué haces tú aquí si cuando sucedió el terremoto tú no estabas con nosotros? Nos tendieron una trampa solo a nosotros… ¿a caso fuiste tú? Por que no me gustaría tener que matarte después de haberme salvado la vida.


KYLE
Desvié la mirada, la verdad es que tenía que librarme del marrón de alguna manera, y de todas formas, podía hasta beneficiarme de ello.
Suspiré y la miré.
-Siento defraudarte, pero yo no fui, no soy un Sombra, no tengo poder sobre esas criaturas. –me llevé la mano a la frente con preocupación.
-Está bien, te lo diré, sé que si no lo hago no me dejarás irme, así que lo mejor será contártelo. De todas formas tú también eres rebelde… -di un paso al frente.
-Mi misión es matar a Draco.



SAYA
Asentí y le miré. Suspiré y me estiré alzando las manos por encima de mi cabeza.
-Bien, pues muchas gracias, Kyle, de verdad, me has salvado la vida y te lo agradezco con creces, pero…- Me giré y eché a andar.
-Tengo que encontrar a mis compañeros y ahora mismo estoy perdiendo el tiempo, así que, nada, que te vaya bien en tú misión, chao.- Empecé a andar a paso ligero… no se por que, pero no me había tragado del todo lo que me había dicho Kyle… había algo que me escamaba.



KYLE
-Espera. –di un paso al frente.
-Si no me equivoco, la misión de ambos es la misma... Conozco estas cuevas como la palma de mi mano, he estado investigándolas mucho tiempo, podría ayudarte a encontrar a tus amigos… y os llevaría hasta Draco. –esperé a que tuviese alguna reacción.
-Hace un tiempo encontré su base secreta, pero no me atreví a entrar solo, todo estaba lleno de soldados, y ahora he vuelto porque sé que han muerto todos… Si somos más la muerte de Draco está garantizada, todos queremos acabar con él, ¿no? –esperé a que me respondiese, debía convencerla a ella primero si quería llevarles conmigo.



SAYA
Le miré y me lo pensé primero… desde un principio este tío no me daba buena espina, era muy extraño que supiese donde estaba Draco cuando nadie en todo el mundo lo sabía.
-No me fío ni un pelo de ti, lo siento, pero voy a tener que rechazar tu oferta.- Me giré y seguí caminando.
-Nosotros mismos encontraremos la guarida de Draco, te deseo buena suerte en tu misión.


KYLE
La seguí.
-Sin mi ayuda no vais a saber cómo salir de aquí, y sin vuestra ayuda yo no conseguiré vencer solo a Draco, debemos trabajar juntos. –suspiré y me crucé de brazos, iba a ser difícil que confiase en mí, pero debía intentarlo, me jugaba mucho si conseguía llevarles hasta allí.
-¿Qué debo hacer para que confíes en mí? No te he dado motivos para no hacerlo.


SAYA
Suspiré sin dejar de caminar.
-No me has hecho nada, pero a estas alturas una desconfía hasta de su propia sombra.- Me giré caminando de espaldas. Me encogí de hombros.
-Lo siento, chaval, apáñatelas como puedas.-Me giré de nuevo y seguí caminando.


KYLE
La miré mientras se marchaba, aunque no dejé que se alejase mucho, la seguí.
-Si sigues por esa dirección acabarás encontrándote en un precipicio que lleva a una cascada de más de veinte metros de altura, no creo que te vaya a sentar bien, casi caigo una vez. –suspiré, era dura de roer, y no conocía su punto débil.
-Puedo averiguar donde están tus amigos. Si hay sangre es que alguno está herido, con las condiciones de estas cuevas una infección podría agravarse… Dame la oportunidad de llevarte hasta ellos.


SAYA
Solté una risotada.
-Tranquilo, no me dan miedo las alturas y menos una altura de más de veinte metros. Me he lanzado desde una nave a más de cincuenta, además, si es una cascada acabará en un río o en un lago, pues tranquilo, sé nadar y muy bien.- Suspiré de nuevo poniendo los ojos en blanco.
-Ya los encontraré yo solita, no necesito tu ayuda, gracias y encantada de verte de nuevo.


KYLE
Suspiré, era imposible convencerla.
-Escucha, no te he dado ningún motivo para que desconfíes de mí de esta manera tan burda. Déjame llevarte hasta ellos, así verás que soy de confianza. Es muy probable que antes de encontrarles a ninguno de ellos acabes aplastada o asesinada por esos bichos, y cuando digo muy probable, es seguro, y no puedo decirte con seguridad que ellos vayan a estar a salvo durante mucho tiempo, no te estoy metiendo en ninguna trampa.


SAYA
Me gire y le miré seria.
-Eres un pesado, tío, ¿estás sordo? No quiero tú ayuda, no la necesito, soy capaz de defenderme sola…- Suspiré y me rasqué la nuca.
-Haz lo que te de la gana, ¿quieres venir? Vienes, pero yo iré por donde quiera, no por donde tú me digas.- Me giré de nuevo y seguí caminando. Ya lo que me faltaba, que este me dijese lo que hacer y lo que no… no confiaba en el.


KYLE
Suspiré. Nada, no había manera. Al menos podía ir con ella y convencer al resto aunque ella no confiase en absoluto en mí, aunque era una chica lista, me estaba jodiendo el plan.
Asentí y acepté a seguirla a donde fuese, ya intentaría ganarme su confianza de alguna manera.


AXEL
Edward y yo salimos al exterior llegando al final de las cuevas.
Por fin habíamos salido, aun que, estaba anocheciendo… ¿tanto tiempo habíamos estado ahí metidos?
-Menos mal, aire fresco.- Respiré hondo y me senté en una roca.
-Pues… aquí no están los demás, eh… vaya mierda… ¿seguirán dentro?


EDWARD
Me senté en el suelo nada más encontrar la salida, al fin aire fresco.
-No lo sé, quizá sea lo más posible, la verdad. –miré hacia el interior de la cueva.
-Espero que estén bien, no sé cómo habrán ido ellos a parar, aunque… más tontos que yo no creo que se hayan quedado. –me reí y me tumbé sobre el suelo.



AXEL
Sonreí y saqué de mi bolsa el botiquín.
-A ver, déjame que al menos te desinfecte esa herida.- Me agaché a su lado.
-Yo no tengo el tacto de Saya, así que, si te hago daño, insúltame o pégame todo lo que quieras.- Me reí y mojé una gasa con el agua oxigenada la cual pasé por la herida de Edward.



EDWARD
Di un grito de horror, cosa que le hizo apartar la mano a Axel. Le miré tranquilo.
-¿Qué? Encima que no te insulto… -me reí.
-Tú frota sin miedo, cuando empiece a sangrar a lo bestia y sin control, es que te has pasado. –cerré los ojos por si el líquido se derramaba, no me entrase en ellos.



AXEL
Grité yo también cuando Edward gritó también.
-Serás cabrón…- Me reí yo también.
-No te muevas si no quieres que tus líquidos cerebrales se desparramen por todo el bosque.- Me reí de nuevo.
Una vez terminé de limpiarle la herida, se la tapé con otra venda limpia y esparadrapo.
-Pues ala, ya está.- Le di un golpecito en la cabeza.



EDWARD
Sonreí poniendo carita de gatito.
-Gracias, papi, ahora pronto me pondré bueno gracias a ti. –sonreí ampliamente y le abracé.
-Graaaaaaciaaaaas. –me reí, la pérdida de sangre debió haberme afectado a las neuronas, a pesar de estar hecho polvo me hacía gracia.


AXEL
Alcé las cejas y miré a Edward.
-Si… esto…vale, de nada.- Sonreí.
-Será mejor que te eches un rato y descanses. Yo me quedaré despierto por si los demás llegan… no deben andar muy lejos…- Suspiré sentándome de nuevo en la roca de cara a la cueva.
La noche se nos echaba cada vez más encima, pero no me movía ni un ápice de la roca ni apartaba la mirada de la boca de la cueva… estaban tardando demasiado y yo me preocupaba cada vez más… Dios, Eri, ¿dónde estaba?

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