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sábado, 19 de diciembre de 2009

Capitulo- LXVII - INTRUSIÓN EN EL REINO DE LAS SAOMBRAS

JIMMY
Seguimos a los monjes y en seguida entramos dentro de las ruinas. Estaban tal y como yo recordaban. Un paisaje angosto, pobre, lúgubre y oscuro.
Cada puerta y cada ventana estaban protegidas por uno o dos guardias que no paraban de charlar o juguetear con las prisioneras…
Entramos en lo que antiguamente sería el recibidor del castillo. Ahora estaba destrozado… en las paredes que aún quedaban en pie había indicio de batalla y de bombardeos causantes por la guerra de los elementos…
Suspiré y volví a la realidad cuando vi que el grupo de monjes se paraba, hice lo correcto y los imite.
-Oh, vaya…- Dije para mí mismo.
Unos soldados se acercaron y empezaron a registrar a los monjes empezando por los que estaban en cabeza, quitándoles las capuchas.


JIM
Abrí los ojos como platos cuando los soldados empezaron a quitarles las capuchas a los monjes, iban a descubrirnos.
-Mierda, James, ¿qué hacemos? –susurré sin alzar la cabeza.



JIMMY
-Sssh… tú mantén la calma y no te muevas. Tranquilo… ya se me… ocurrirá algo.- Miré al suelo pensativo… si nos descubrían estaríamos muertos, tampoco podíamos ponernos a atacar a los soldados, mi padre nos descubriría y el plan se echaría a perder.
-Joder…- Los soldados se acercaron cada vez más a nosotros descubriendo la cara de los ancianos monjes a los que acompañábamos.
Si me tenía que ocurrir algo y rápido. Abrí los ojos ampliamente cuando vi las botas de los soldados… los tenía encima.



ALEERA
Detuve a los guardias cuando estaban registrando a los monjes.
Me acerqué hasta ellos con paso ligero y sigiloso.
-Soldados.- Dije de manera firme haciendo que mis ojos centellearan.
-Mi señor Draco exige la presencia de los monjes en seguida. Se enfadaría mucho si se entera de que les estáis retrasando.- Sonreí enseñando mis colmillos. Los soldados retrocedieron dando paso a los monjes.
-Gracias.- Me retiré un para de pasos para dejar que se retirasen.
Me quedé mirando a los últimos, eran más bajitos que los otros y tenían un aroma distinto, dulce… joven.
Sonreí de nuevo y me retiré con elegancia dirigiéndome de nuevo junto a mi amo.


JIM
Estaba sudando a gota gorda por culpa de la capa y nos nervios.
-Casi nos descubren, si no hubiese sido por la intervención de la tía esa estaríamos fritos. –susurré mirando al suelo siguiendo los pies de James.


JIMMY
-Si… por una vez en la vida Aleera ha hecho algo bien… pero seguro que ha descubierto que estamos aquí. Tiene un olfato muy desarrollado, y que quieres que te diga, somos dos “adolescentes” rodeados de viejos…- Sonreí levemente y subí las escaleras siguiendo a los monjes.
-No te preocupes, Aleera no dirá nada, le gusta jugar y mantener el anonimato.


JIM
No conocía de nada a esa tía, pero James sí, de modo que debía creerme lo que me decía, la gente en general hacía cosas raras, pero los Sombra se llevaban la palma a la hora de rarezas.
-¿Dónde está Erika exactamente?



JIMMY
Ladeé la cabeza para mirarle de reojo.
-Tú limítate ha seguir a los monjes. Las respuestas vendrán solas.- Volví la mirada al frente.
Seguimos el camino por los pasillos de la primera planta, Erika debería estar en el santuario… allí es donde me crearon…
Frenamos ante unas enormes puertas negras. Unos seguidores vestidos con túnicas rojas nos abrieron los portones para poder pasar. Entramos y nos fueron colocando en círculo, alrededor de un altar donde estaba Erika tumbada y maniatada. La había vestido con túnicas rojas…
-Erika…- Susurré frunciendo el ceño.


JIM
Al fin encontramos a Erika, pero estaba atada de manos y pies en el centro del círculo que nos habían hecho formar.
-Er… -di un paso al frente, pero intenté calmarme, después de todo lo que habíamos avanzado, ahora no podía delatarnos. Respiré hondo varias veces y volví a mi posición. Bajé la cabeza cerrando los ojos con fuerza, James sabía qué hacer.


JIMMY
Mantuve la cabeza fría, si ahora me salía del plan lo estropearía todo. Miré a Erika, parece que la había dormido con algún narcótico…
Sonreí, pues los narcóticos solían administrarlos a las personas que no paraban de luchar… ya sabía yo que Erika era una mujer de armas tomar.
Dirigí mi mirada hacia la puerta principal. Fruncí el ceño al ver a mi padre junto con Dark y Aleera. Mi padre se sentó en su trono con Aleera a su lado. Dark se acercó al cuerpo de Erika y se mantuvo en pie a espera de que mi padre le diese alguna orden.


DRACO
Al fin habían encontrado a la niñata que tenía el poder para poder cumplir mi cometido, por suerte Nyla había sido eficaz y Dark lo había solucionado a la primera, esto sí era un trabajo bien hecho, y no lo que hacía James, había sido un error.
Me senté en mi trono mientras Dark se acercaba al círculo de monjes, miré a Aleera de reojo y de nuevo volví la vista a Dark, que esperaba mi orden.
Sonreí triunfante.
-Cuando quieras.



DARK
Asentí y me arrodillé al lado de la chica. Aún seguía dormida, mucho mejor, no tendríamos que aguantar sus gritos de dolor ni su estúpido llanto. Coloqué mi mano a la altura de su corazón sin llegar a tocarla. Si quería que la energía fluyese pura, no podía tocarla.



ERIKA
Abrí los ojos lentamente. Estaba atontada y desorientada. Quería frotarme los ojos pero mis manos no respondían. Empecé a ponerme nerviosa y abrí los ojos del todo.
Solté un grito cuando vi a Dark.
-¡¡No!!- Me revolví al darme cuenta de que estaba atada con cadenas. Levanté la mirada y vi a Draco.
-¡¡Tú, maldito bastardo!! ¡¿Eres tan cobarde que tienes que mandar a tus mascotas a por mí?!- Miré a Dark y le escupí en la cara.
-¡Ni se te ocurra tocarme, cabrón!- Dark me abofeteó la cara. Le miré frunciendo el ceño y grité de ira.



JIM
Fruncí el ceño, no podía soportarlo, el que tratara así a Erika, apreté los puños con fuerza, no podía hacer nada hasta que James me lo ordenase. Apreté los dientes y tanto los puños que noté que me estaba haciendo heridas con las uñas. Mi cuerpo se cargó de electricidad estática, no pude evitarlo, esperaba que ninguno de los que estaba a mi lado se acercase mucho, si James me hubiese contado el plan ahora estaría más tranquilo.


DARK
Sonreí malévolo. Podía insultarnos cuanto quisiese, no se iba a marchar sin que terminásemos lo que habíamos empezado. Volví a acercar mi mano y, cargándola de energía, empecé a extraerle lo que tanto codiciábamos.
La niñita empezó a gritar de dolor y a retorcerse.
Los monjes colaboraron con sus rezos y sus cosas, sentí que gracias a ello me llenaba aún más de energía. Me reí mientras la chica soltaba alaridos.



JIMMY
Miré a Jim decidido y asentí.
-Bien, mientras yo me encargo de entretener a Dark y a mi padre, tú encárgate de Erika.- Le entregué una esfera oscura.
-Con esto podrás tele transportarte junto con ella.- Se la entregué y me aparté la capucha.
-Vamos a ello.- Sonreí y corrí hacia Dark empujándole con gran fuerza apartándolo de Erika. Los dos caímos al suelo agrietando el suelo. Jim tenía una buena oportunidad… esperaba que la aprovechase al máximo.



DRACO
Me levanté cuando uno de los monjes se lanzó contra Dark, pero… Era James.
-¡Detenedle! –los monjes detuvieron el ritual y alzaron las miradas salvo uno, que corrió hacia el centro del círculo.
-¡Ni hablar! –alcé mi mano y descargué gran cantidad de energía contra él, que resultó ser el chico Trueno de los rebeldes.
Cuando la energía iba a darle de lleno, desapareció, la energía dio de lleno a uno de los monjes, que se desintegró.
-¡¡Maldita sea!!



JIM
Cuando James se abalanzó sobre Dark, corrí hacia Erika lo más deprisa que pude, y una vez la sostuve entre mis brazos, utilicé la esfera, librándome por poco de un ataque de Draco.
Sostuve a Erika entre mis brazos abrazándola con fuerza, no sabía si sólo con pensar en la nave apareceríamos allí, por lo que cuando sentí que habíamos llegado, no me separé de Erika nada más que para mirarla.
-Erika, ¿estás bien?



ERIKA
Respiré varias veces cuando el dolor cesó. Solo pude ver como James se abalanzaba contra Dark, después a Jim agarrándome y por último, habíamos desaparecido de allí…
Miré a Jim aún con la respiración agitada.
-Jim…- Me abracé a él llorando y temblando.


JIM
La acaricié el pelo y la abracé con fuerza.
-Tranquila, princesa, ya ha pasado todo, estás a salvo… -la besé en la cabeza mordiéndome el labio, por poco casi la pierdo…
-Estás a salvo, conmigo… No te harán nada…


ERIKA
Seguí llorando, desahogando todo mi miedo entre los brazos de Jim.
-Has venido ha buscarme… gracias…- Agarré su camiseta.
-Tenía tanto miedo, Jim… Dark me estaba matando, sentía que me estrujaba el corazón…


JIM
-No tengas miedo, Erika, ya está… -la acuné en mis brazos con ademán de protegerla.
-No pasa nada, estás bien, no volverán a hacerte daño, princesa. –la besé en la cabeza y no aparté mis labios de ella mientras la acariciaba el pelo.


JIMMY
Suspiré aliviado cuando vi que Jim desaparecía junto con Erika, a mí, como no, me había apresado. Dark me agarró después de que me abalanzase contra él.
Me llevó ante mi padre el cual no se había movido de su trono. Dark hizo que me hincase de rodillas en el suelo, frente a ese que se hacía llamar mi padre. Le miré y empecé a reírme en su propia cara.
-Dios, pero mira que llegas ha ser confiado… joder, eres un desastre como gobernante.


DRACO
Miré con furia a James. Aprovechando la altura, descargué una patada contra su boca, haciendo que cayese de lado al suelo. Me acerqué a él y le agarré del pelo, alzándole.
-Traidor, ¿cómo has osado traicionar a tu propio padre de esa manera? –le lancé contra el suelo, haciendo que se golpease la cara, y volví a patearle, esta vez en el estómago sin ningún cuidado.
-Bastardo, ¿qué has hecho?



JIMMY
Tosí escupiendo sangre. Le miré y me limpié la boca. Sonreí de nuevo.
-¿Qué pasa, Draco? Esto te viene grande, ¿verdad? Estás aterrado, ¿por qué no lo admites? Les has subestimado… son mucho más fuerte de lo que tú crees.- Me reí de nuevo.
-Puede que yo muera, pero, ¿sabes que te va ha pasar a ti? Que te enviarán al infierno, y yo te estaré esperando… oh, si, te estaré esperando y juro que te devolveré todo lo que me has hecho.


DRACO
Apreté los dientes y le di un puñetazo en la cara de nuevo, dándose contra el suelo y creando una grieta por el golpe.
-Eres un traidor y lo vas a pagar caro, tus amiguitos van a morir uno a uno, empezando por esa amiguita tuya, sólo es una cría que no sabe defenderse. Pero no creas que vaya a ser así de simple, porque la mataré delante de ti, lenta y dolorosamente, no te vas a librar de verlo. –miré a Dark.
-Llévalo a la sala de torturas y diviértete con él cuanto quieras, pero no le mates, quiero que sufra como nadie.



JIMMY
Fruncí el ceño y miré a Draco.
-¡No dejaré que la toques!- Mi voz sonó distinta, parecía entre un rugido y mi voz normal. Apreté los dientes sintiendo como me crecían volviéndose alargados y afilados. Mis ojos se rasgaron adquiriendo un color rojo, igual que el de la sangre. Mi ropa se desgarró dando paso a dos alas negras. Crecí y crecí hasta desatar mi verdadera forma. Alcé la cabeza y rugí de furia y de ira. Los monjes que había presentes salieron corriendo al ver que se les venía el techo encima. Seguía creciendo hasta adquirir una altura mayor que la de un edificio de cuatro pisos. Rugí de nuevo alargando mis garras y mirando a Draco.



DRACO
Fruncí el ceño.
-Al fin has liberado tu verdadera forma. Siento decirte que ya es tarde, no te necesito a ti ni a tu forma para cumplir mis objetivos. –lancé una gran bola de energía contra él, aunque no hizo mucho, él era pura energía oscura, fruncí el ceño cerrando el puño.
-Dark…



DARK
Miré al canijo de James, se había transformado en un ser totalmente distinto. Todo él era pura oscuridad… Di un paso hacia atrás y miré a Draco cuando me llamó.
-Oh, no, señor… no pienso enfrentarme a esto.- Desaparecí, que se las arreglase el solito.



DRACO
Bufé, aquí todo el mundo pasaba de obedecer mis órdenes.
-La última vez que pasó esto destrozó medio castillo y mató a veinte hombres hasta que conseguí retenerlo en un cuerpo. –miré a Aleera.
-Necesito un nuevo cuerpo para poder pararlo.



ALEERA
Miré a mi amo y asentí. Salí en busca de un cuerpo, pero la puerta fue bloqueada por la garra de James. Retrocedí y le miré enseñando mis colmillos. James se volvió contra Draco.
-Un cuerpo…- Me situé al lado de mi amo y le miré.
-Aquí no hay ningún cuerpo que pueda servirle…


DRACO
Maldije.
-Si ese maldito no se hubiese ido con el rabo entre las patas… -miré a Aleera.
-La única forma aparte de meterle en otro cuerpo es calmarle, pero no creo que ninguno de nosotros consiga eso, ¿o tú sí?



ALEERA
Miré a mi amo atónita.
-Yo no pienso acercarme a eso. James me odia tanto como a vos, amo…- Miré al monstruo.
-No creo que yo pueda clamarle…



JIMMY (AUNTENTICA FORMA)
Me sentía furioso, no hacía más que rugir y destruir todo cuanto tocaba. Me alcé agitando las alas destruyendo lo que quedaba de castillo.
Abrí las alas y alcé el vuelo lanzando por mi boca llamaradas de energía negra, las cuales desintegraban a todo el que tocaba.


NEO
Paré la nave en seco y abrí los ojos aterrorizado cuando vi a una criatura gigantesca salir de entre las ruinas del Reino de las Sombras.
-¿¿Qué coño es esa cosa??


KARA
Me levanté posando las manos en el panel de mandos sin llegar a pulsar ningún botón, miré detenidamente.
-Joder… -lo miré bien.
-Es… -cogí aire.
-Ese es Jimmy… -me llevé la mano a la boca, había adquirido su verdadera forma.



NEO
Miré a Kara horrorizado y cabreado.
-¿¿Esa cosa es el criajo ese??- Volví la mirada al frente. Parecía un demonio salido del infierno. Se giró hacia nosotros clavando sus ojos rojos en la nave.
-Joder… ¿creéis que nos ha visto?


KARA
Posé mi mano en la de Neo sin dejar de mirar a James, parecía muy cabreado.
-Neo, tenemos que ayudarle, ve allí. –sabía que me diría que no, si no lo hacía él yo misma movería los mandos.
Le miré.
-Hazlo.



NEO
La miré y suspiré.
-Joder, debo de haberme vuelto loco.- Bajé la palanca del acelerador y moví de nuevo la nave hacia las ruinas.
El monstruo volvió a rugir, se veía desde nuestra altura como los soldados de Draco volaban por los aires cuando James, o la cosa esa, le golpeaba.



KARA
Fruncí el ceño, Jimmy estaba muy enfadado y agresivo, algo debía calmarlo. No sabía si yo podría, pero no podía pedirle a Erika que lo intentara ella, correría peligro, de modo que lo intentaría yo. Si no lo lograse, ya lo intentaría ella, pero no iba a ponerla en peligro en vano.
-Acércame, voy a bajar.



NEO
-¡¡¿¿Qué??!!- La miré.
-¿¿Qué vas a bajar?- Negué.
-No, no voy ha dejar que bajes ahí y aún menos que ye acerques a eso. No lo permitiré.- Fruncí el ceño y golpeé con fuerzas la pared.
-¡Puto niñato! Sabía que nos traería problemas, pero no me escuchasteis, ¡no lo hicisteis!


KARA
Posé mi mano en su brazo.
-Neo, esto no ha sido culpa suya, no puede haber sido porque él nunca ha presentado esta forma hasta ahora desde que lo crearon. Baja la nave si no quieres que lo haga yo y provoque un estropicio, debo pararle o acabará descontrolándose del todo y viajará a otras ciudades, no sólo matará a los Sombra, ¿no lo entiendes?


NEO
Negué.
-No voy ha descender la nave y no dejaré que lo hagas tú. No bajarás, ¿me has oído?- La miré seriamente.
-No.


KARA
Fruncí el ceño.
-Neo, tengo que pararle, por favor, si no lo hago matará a gente inocente, pero no es su culpa. Me reconocerá, estoy segura, Neo, baja la nave… -se lo rogué, no iba a ceder con facilidad, y si no lo hacía, sabía a quién recurrir para que lo hiciese



NEO
Apreté los dientes y miré el panel de mandos.
Descendí la nave y aterricé. Abrí la compuerta sin mirar a Kara.
-Ve y haz lo que te de la gana… si estás en apuros apáñatelas tu sola. Estoy harto de intentar mantenerte a salvo…


KARA
Bajé la mirada al suelo, Neo estaría resentido conmigo, pero tenía que ayudar a Jimmy.
-Ahora ya sabes como me sentí… -corrí hacia el exterior de la nave, me sentía mal conmigo misma por hacerle esto a Neo, pero no podía abandonar a Jimmy ahora. Corrí hasta donde se encontraba, al lado de mí cayó el cadáver de un Sombra, retrocedí y alcé la mirada hacia Jimmy, tenía una altura enorme.
-¡¡Jimmy!! –le llamé.


JIMMY (AUNTENTICA FORMA)
Derribé lo que quedaba de las ruinas y rugí triunfal destruyendo todo lo que se ponía a mi paso. Me giré al escuchar una voz conocida.
Bajé la cabeza y fijé mis ojos rojos en aquella persona. Bajé las alas y dejé de rugir, solo se escuchaba mi intensa respiración. Me agazapé apoyando las garras en el suelo. Por la parte del coxis asomaba una cola negra y retorcida acabada en punta.
Entrecerré los ojos inclinando mi cabeza hacia Kara. Olfateé emitiendo un leve rugido interior.



KARA
Cerré los ojos, sabía que no iba a hacerme nada, pero aún así estaba algo asustada, su aspecto intimidaba.
-Jimmy, tienes que parar. –alargué mi mano hacia él, seguía asustada, pero posé la mano en su enorme cabeza.
-Vamos, cálmate… -le acaricié levemente, aunque dudaba que lo sintiera, era una criatura enorme.



JIMMY (AUNTENTICA FORMA)
Me incliné aún más olfateando de nuevo. Encogí las alas haciendo que miles de plumas negras cubriesen las ruinas.
Alcé la cabeza cuando escuché a los soldados cargar sus armas. Mis ojos centellearon de nuevo, rugí con fuerza y cubrí a Kara entre mis garras mientras disparaban. Abrí la boca y despedí ella un humo negro haciendo que los soldados se desasiesen como si fuese ácido.


KARA
Jimmy me cubrió cuando los soldados comenzaron a dispararle, le estaban hiriendo pero me protegía a mí. Cuando separó sus garras de mí, todos los soldados yacían muertos.
-Dios… -eso lo había hecho Jimmy solo sin moverse siquiera…
Alcé la cabeza para mirarle. Si él había podido con todos esos, podría también con Draco, al cual busqué con la mirada, pero el muy cabrón debió haber escapado.
Tragué saliva.
-Ahora que estamos a salvo… tienes que volver a tu forma humana, Jimmy… -dije intentando que me oyese.



JIMMY (AUNTENTICA FORMA)
Bajé la mirada y aparté mis garras de Kara. Estiré las alas y me cubrí con ellas. Poco a poco mi tamaña fue reduciendo hasta volver a mi forma humana… Salía humo de mi cuerpo desnudo, estaba sudando y jadeaba. Mi cuerpo me temblaba. Caí de rodillas apoyando las manos en el suelo. Miré a Kara respirando intensamente y con el pelo chorreando.


KARA
Suspiré y me acerqué a Jimmy, me agaché frente a él y le abracé.
-Lo has hecho muy bien… -le estreché fuerte contra mí, el pobre debía estar agotado después de lo ocurrido.



JIMMY
Apoyé La frente en su hombro. Cerré los ojos y fruncí el ceño.
-No… no le he hecho bien…- La miré.
-He dejado escapar a Draco y aún… aún siento rabia.- La agarré de los hombros con mucha fuerza.
-¡Debería haberle matado!- Rugí apretando más la presión en sus brazos.
La miré y la solté al ver que se quejaba.
Me separé de golpe mirándome las manos.
-Kara… lo… lo siento…


DRACO
-No lo sientas, James, lo llevas en la sangre. –dije a unos metros de ellos, me aparecí justo cuando James había vuelto a su forma humana, estaba más calmado.
-Gracias por volverlo a su estado débil, así era bastante difícil controlarle. –dije a la chica Piro, y lancé energía contra ella, lanzándola varios metros hacia atrás, gritó al recibir un golpe en la espalda con una roca.
-Uh, eso ha debido de doler. –miré a James, ahora sí podría con él.



JIMMY
Miré a Draco y fruncí el ceño.
-¡No vuelvas ha hacer eso!- Me levanté como pude pero las piernas me temblaban, estaba demasiado débil. Me interpuse entre él y Kara.
-No lo llevo en la sangre, no soy como tú, yo puedo cambiar… prefiero esto a servirte a ti.


DRACO
-Og, palabrería adolescente, no la aguanto. –me tele transporté justamente delante de él, con lo débil que estaba sus reflejos no le sirvieron de mucho, le propiné un puñetazo en la cara haciéndolo caer.
-Me da igual lo que tú prefieras, porque se hará lo que yo diga. –le agarré del cuello.
-Y tú vendrás conmigo.


SAYA
Agarré una de mis cuchillas y la lancé atravesando la muñeca de Draco haciendo que soltase a Jimmy.
Me acerqué a paso ligero hasta colocarme al lado de Kara y de Jimmy.
Miré a Draco fulminándole con la mirada.
-Pero mira que eres cobarde, te atreves a atacarles ahora que están débiles, nunca cambiarás, siempre tan rastrero…- Escupí a sus pies.
-Ahí tienes mi presente, su real majestad.


DRACO
Llevé mi mano buena a la herida y retrocedí.
-Me da igual lo que digáis de mí, gracias a mis técnicas he sobrevivido todo este tiempo y he acabado con muchos de vuestros aliados con ello, de modo que no estás en disposición de ponerte a insultarme. –alcé mi mano ya curada la cargué de energía cuando sentí que algo helado me atravesaba el pecho, giré la cabeza.


KAI
-Muere, hijo de puta. –clavé más la estaca con la que le había atravesado, pero empezó a desaparecer.
-No, ¡no! –su cuerpo desapareció, quedando en la lanza su sangre.
-Maldita sea, se ha vuelto a escapar… -miré a Saya.
-¿Todo bien?


SAYA
Me agaché, Kara parecía consciente, pero Jimmy…
-Jimmy… eh…- Le froté suavemente el brazo. No reaccionaba.
-Jimmy… vamos, Jimmy.- Miré a Kai.
-No reacciona…- Le agarré la cara y apoyé mi oreja en su pecho. Suspiré aliviada.
-Solo está inconciente.


KAI
-Está bien, sólo está cansado. No sé cómo pudo convertirse en eso y volver a su estado humano de manera tan simple… -me acerqué.
-Es un chico fuerte, todo hay que decirlo. –le cogí en brazos.
-Le llevaré dentro, tú ayuda a Kara.



SAYA
Miré a Kai y sonreí levemente asintiendo.
Volví la mirada a Kara que estaba dolorida.
-Vamos, Kara… te ayudaré a…- No me dio tiempo a más, Neo la agarró y se la llevó dentro sin decir nada… Suspiré y me levanté. Me quedé mirando las ruinas y el desastre que había provocado Jimmy… un desastre “bueno”, los soldados de Draco estaban muertos, pero él no… y seguro que Dark tampoco al igual que la arpía de Aleera…
Me di la vuelta y volví a la nave, ahora que Erika estaba bien, lo mejor era largarse de allí.



KARA
Saya iba a ayudarme a entrar en la nave, pero Neo me cogió en brazos antes de que ella pudiese acercarse, bajé la cabeza avergonzada cuando lo hizo, estaría muy enfadado conmigo, y aún así…
-¿Por qué me ayudas? Dijiste que estabas harto de mantenerme a salvo… -ahora estaba más tranquila, ya que Jimmy estaba a salvo, pero hasta entonces había estado con el corazón a mil.


NEO
-Sabes que digo esas cosas sin sentido, solo son palabras, en realidad nunca lo cumplo… y menos tratándose de la persona que más quiero en este mundo.- La miré mientras caminaba hacia la nave.
-Tenía miedo, Kara… el imaginarte delante de ese monstruo…- Cerré los ojos un momento.
-No quería que te pusiese en peligro, pero cuando vi la reacción de James cundo te vio… me dio a entender que no corrías peligro, que tenías razón…


KARA
Con mi mano me agarré a su cuello y pegué mi frente a él.
-Te dije que no corría peligro… En el único momento que lo corrí fue cuando apareció Draco, no estaba previsto… Pero estoy bien. –le miré.
-Gracias por preocuparte por mí, creí que lo decías en serio y no volverías a preocuparte ni protegerme… Siempre te preocupo mucho, no sé cómo lo hago…




NEO
Esbocé media sonrisa y la miré, pegué mis labios a su frente besándola.
-Descansa, lo necesitas.- Entré en la nave y llevé a Kara a la enfermería tumbándola en una camilla. Esperé a que los demás terminasen de subir para cerrar la compuerta. Puse los motores en marcha y alcé la nave del suelo.
Esta vez, no sabíamos que rumbo coger, con tal de salir de allí y buscar un sitio tranquilo bastaba.



JIM
Erika estaba descansando, estaba muy asustada y la había costado dormirse, pero al final lo consiguió. Recorrí los pasillos una vez tomamos el vuelo de nuevo, había pasado algo.
Entré en la enfermería, en una camilla estaba Kara recostada de lado, tenía una herida en la espalda, y en otra camilla estaba James, parecía demacrado.
Me acerqué, por suerte estaba vivo, así podía darle las gracias de que me hubiese ayudado a salvar a Erika, y de agradecérselo ella misma…
Me senté en uno de los taburetes de la enfermería, no tenía nada que hacer, de modo que esperé a que despertase.



SAYA
Entré en la enfermería para curar la herida de Kara, ya que a ella no se le podía aplicar frío y yo era la única que tenía conocimientos médicos.
Allí estaba Jim, sentado en una butaca al lado de la camilla de Jimmy.
-No creo que se despierte hoy, a gastado mucha energía y necesita descansar mucho.- Dije acercándome a Kara.
-¿Qué tal Erika?- Pregunté levantando la camiseta de Kara para poder limpiarla la herida de la espalda.



JIM
Miré a Saya cuando entró.
-La verdad es que estaba muy asustada cuando volvimos, pero he conseguido que se duerma un rato, es lo mejor para ella, descansar en estos momentos… -suspiré.
-Hoy han pasado muchas cosas…



SAYA
Suspiré y le miré.
-Si, demasiadas, pero como siempre digo, pueden que pasen cosas horribles, pero siempre acabamos saliendo vivos de ellas.- Sonreí y volví a la herida de Kara, por suerte no era profunda, solo era un enorme arañazo que había causado la superficie de la roca con la que se golpeó. Tapé la herida con vendas y la dejé descansar.
-Tú también deberías dormir un poco, Jim.


JIM
Me levanté.
-Yo estoy bien, he salido ileso de toda esta movida, por suerte, sin embargo tú debes estar cansada después de pelear con Nyla, ¿no? –me estiré para despertar los músculos después de estar un buen rato sentado.



SAYA
-La verdad es que si estoy cansada, pero no puedo irme a dormir y menos ahora con Kara y James heridos…- Suspiré.
-Seguro que Kai me obligará a irme a dormir, pero por el momento prefiero quedarme despierta…-Tiré las gasas empapadas en agua oxigenada a la basura y miré de nuevo a Jim.
-Deberías ir con Erika, con el mal rato que ha pasado seguro que no quiere estar sola.- Le acaricié la mejilla y salí de la enfermería.



JIM
Sonreí, la verdad es que tenía razón, y lo peor era si se despertaba y veía que no estaba allí, se asustaría. Me dirigí a mi cuarto y me tumbé de nuevo con Erika entre mis brazos y la besé en la cabeza, hice el menor ruido posible para no despertarla.




SAYA
El resto del día se me hizo eterno. Parecía que Jimmy se iba recuperando, aunque aún no se había despertado. Kara seguía en la enfermería en reposo y de vez en cuando Neo se acercaba a verla.
Tanto Jim como Erika no salieron de su cuarto y el pobre de Kai Jr. se pasó todo el rato sentado al lado de Jimmy… parece que le había cogido cariño.
La noche se nos echó encima y Kara ya estaba bastante bien como para irse a dormir a su cuarto con Neo. El crío se cansó de estar en la enfermería y se fue también a dormir. Salí A la cubierta y apagué la luz, con la luz de la luna tenía bastante. Me senté en el suelo y cerré los ojos disfrutando del silencio. No me acostaría, Jimmy podría necesitarme, por muy cansada que estuviese.



KAI
Salí a la cubierta después de darme una ducha, me estaba secando el pelo pasándome una toalla que llevaba sobre los hombros, me senté al lado de Saya.
-Cielo, deberías descansar, puedo vigilar yo a Jimmy, si se despierta puedo atenderle yo, tú necesitas reponer fuerzas.




SAYA
Apoyé la cabeza en el hombro de Kai cerrando los ojos.
-No… estoy bien, tranquilo. Quiero ocuparme yo, así estaré más tranquila…- Suspiré abriendo los ojos. Miré al cielo.
-Le teníamos, por poco… pero siempre huye en el último momento…


KAI
Suspiré y la senté entre mis piernas para que se apoyase en mi pecho, rodeé su cintura con mis brazos.
-Creo que le damos mucho cuartelillo a la hora de atacarle la mayoría de las veces, con el golpe que le di le habría matado si me hubiese concentrado, pero tenía tanta rabia contra él que lo hice sin pensar…



SAYA
-Le atraparemos…- Acaricié sus brazos.
-La próxima vez no dejaré… que escape.- Cerré los ojos, estaba muy cansada y encima estaba de lujo con Kai abrazándome, que el sueño me venció en seguida.



KAI
Sonreí.
-Lo conseguí. –susurré y la besé en la mejilla. La cogí en brazos con cuidado y la llevé hasta nuestro cuarto y la dejé sobre la cama, tapándola, aunque llevase la ropa puesta, daba igual.
Yo era uno de los pocos que habían salido totalmente intactos aquel día, por suerte. Fui a la enfermería y me quedé allí, por si James necesitaba ayuda.



JIMMY
Abrí los ojos de golpe y me incorporé de la camilla mirando a mi alrededor desorientado. Respiré algo agitado intentando relajarme cuando vi que estaba en la nave de Neo.
Kai estaba a mi lado. Fruncí el ceño extrañado.
-¿Y… y Draco? ¿Dónde está Kara?


KAI
Miré a James cuando se despertó de golpe.
-Buenos días, princesa. –solté una risotada y luego me puse serio cuando preguntó.
-Draco escapó, Kara está bien, durmiendo en su camNegritaa.


JIMMY
Le miré y bajé la cabeza.
-Ha escapado…- Susurré. Alcé la mirada de nuevo a Kai.
-¿Jim llegó con Erika? ¿Están bien?- No paraba de hacer preguntas, iba a marearle…
-Lo siento…- Me froté el pelo avergonzado.



KAI
Crucé las piernas encima de la silla.
-Descuida. Jim está bien y Erika lo único que estaba era asustada, pero Jim ha conseguido que se durmiese y desde entonces están en la cama sobando los dos, todos estamos bien, aunque la mayoría cansados, y Kara tiene una herida en la espalda, pero no es grave, un arañazo. No te culpes por ello, estabas débil y no podías ayudarla.



JIMMY
-Ya… supongo que… después de mi espectáculo… no volveréis a confiar en mí…- Suspiré.
-No pude controlarme… sentía mucha rabia y mucha ira, lo tenía todo contenido y…- Bajé la cabeza.
-No sé porque te cuento esto… supongo que no te interesa…


KAI
-La verdad es que los motivos no me importan porque no has hecho daño a nadie y además has intentado proteger a Kara, eres digno de nuestra confianza, no sé por qué sigues sintiéndote así, creo que no te hemos dado motivos… -me encogí de hombros y le ofrecí una chocolatina que había cogido de la cocina.
-Anda, come algo.


JIMMY
-Gracias…- Agarré la chocolatina y la abrí. Pegué un mordisco y miré a Kai.
-Oye… ¿qué hora es?- Tragué y pegué otro mordisco seguidamente, tenía bastante hambre y estaba… desnudo…


KAI
-Las tres de la mañana. –sonreí cuando se dio cuenta de que estaba desnudo, señalé la ropa que había en la estantería al lado de su camilla.
-Es mía, puede que te quede un poco grande, pero la de Jim te quedaría pequeña, es más delgado que tú.



JIMMY
Miré la ropa y después a Kai con el último trozo de chocolatina en la boca.
-Gracias.- Tragué.
-Puedes ir a dormir, yo no me moveré de aquí… la verdad es que no tengo fuerzas para moverme mucho…- Sonreí.



KAI
-Estoy de guardia, nadie más me necesita, tú estás algo pachuchillo y Saya quería quedarse a cuidarte, pero también estaba cansada, así que me que quedado yo. –me rasqué la nuca.
-No te preocupes, estoy bien aquí, me siento como si estuviese en casa, esta silla se parece a mi trono pero más pequeña y sin tanto artilugio, ya me entiendes.



JIMMY
Sonreí y asentí.
-¿Echas de menos tu hogar? Vaya gilipollez, supongo que si…- Me reí ligeramente.
-¿Cómo es tener un hogar y… tu propia familia?


KAI
Abrí los ojos ampliamente y me encogí de hombros.
-Pues no sé cómo explicártelo… Tener un hogar es… saber que estás en ese sitio y que es tu sitio, donde puedes estar siempre sintiendo que estás seguro con tu familia… Y tener familia es algo… pues va a sonar cursi en mí, pero… Es lo mejor que puede haber, saber que alguien te quiere de verdad llena de satisfacción.



JIMMY
-Si, suena cursi.- Sonreí.
-Pero te envidio…- Bajé la mirada a mi brazo de metal.
-Aunque te quedaste sin padre siendo un niño, tienes como recompensa una mujer preciosa y un niño gamberro y juguetón.- Sonreí de nuevo.
-Yo ni siquiera nací… no sé lo que es eso… ni sé lo que es tener madre…- Asentí y me encogí de hombros.
-Supongo que cada persona se merece lo que le toca…


KAI
Negué con la cabeza.
-Yo no merezco a Saya ni a Kai, no los merezco, pero los tengo. Siempre fui un niño asqueroso y frío que pasaba de todo el mundo, sólo me preocupaba por mi reino en general, pero por nadie en especial, Saya apareció en mi vida como un rayo de sol. Y Kai fue… bueno, no voy a explicarte a estas alturas como se hacen los niños… -esbocé media sonrisa.
-Tú has hecho muchas cosas mal, pero has rectificado a tiempo, puedes encontrar a alguien. Y por lo de que no sabes qué es tener una madre es porque no has visto cómo se porta Kara contigo, te trata como si fueses su niño…



JIMMY
Esbocé media sonrisa y asentí.
-Si, la verdad es que Kara me ha dado mucho cariño… - Suspiré y me crucé de brazos.
-Erika también era cariñosa conmigo al principio… pero supongo que Jim es el que se merece todo el cariño de Erika, aunque… me cueste admitirlo, sigo enamorado de ella…- Bajé la cabeza.
-Ella quiere estar con Jim, así que, es mejor que yo me aparte de su camino.- Miré a Kai de nuevo y sonreí levemente.


KAI
Me encogí de hombros.
-Es decisión tuya… Si ves que ella es feliz con Jim… Aunque bueno, cada uno lo ve de manera diferente, depende de lo que busques. –le miré.
-Aunque creo que tienes mucha vida por delante y puedes encontrar a una persona especial con la que verdaderamente puedas compartirlo todo. Yo lo hice, y Erika creo que también.



JIMMY
Asentí y miré hacia otro lado… encontrar a otra persona… para mí sería difícil, todas las personas que me conocen, la mayoría, me odian… ¿quién se fijaría en mí?
Suspiré y miré a Kai sonriendo.
-¿Sabes que conocí a Saya antes de que apareciese en la Quimera?- Por la cara que puso parecía que sabía poca cosa.
-La conocí en los campos de adiestramiento. Son como campos para aprender a luchar y esas cosas. Mi padre, es decir, Draco lo organizó para aquello que quisiesen unirse a él…- Me crucé de brazos.
-Seguro que te preguntarás que hacía Saya en un sitio así… no te lo ha contado todo, ¿verdad?


KAI
Asentí.
-Sí, algo que había contado Saya sobre ello, ella fue la que nos avisó de cómo eras, y por el cómo la trataste en nuestro primer encuentro ya me figuraba que os conocíais. –le miré.
-Oye, deberías echarte, has tenido que pasarlas canutas.



JIMMY
Negué.
-Estoy bien, por eso te he dicho que te vayas a dormir ya. Yo me quedaré aquí y descansaré.- Le miré.
-De verdad, sería una tontería que te quedases aquí toda la noche.


KAI
-Si, hombre, para que Saya me eche la bronca por haberte dejado solo… -me estiré, me crujió la espalda.
-Mmm, es tentador, y creo que estarás bien… -me levanté.
-Nos vemos mañana, sé un buen chico y duerme.



JIMMY
Asentí y sonreí.
-Claro, papi, seré un buen nene.- Me tumbé en la camilla y me tapé con la sábana.
-Que descanses.- Dije colocando mis manos bajo mi nuca mirando al techo.


KAI
Me fui al cuarto y me eché al lado de Saya que dormía profundamente, todos estábamos mejor, aunque prácticamente yo no había recibido ningún daño.
La abracé por la cintura y no tardé mucho en dormirme al pasar el resto de la noche en vela.



ERIKA
Abrí los ojos y miré la hora. Eran las nueve y media de la mañana y notaba que hacía calor…
Bajé la mano a mi cintura, el brazo de Jim me rodeaba abrazándome contra su pecho. Me giré con cuidado y le miré sonriendo levemente. Me sentía muy agradecida, de no ser por él habría muerto…
Acaricié su mejilla con el reverso de mi mano, lo había pasado muy mal… mi niño.



JIM
Me sentía aún inconsciente, pero noté la mano de Erika acariciarme la cara, suspiré fuerte y la junté a mí casi involuntariamente, ya que estaba medio dormido, no quería que se levantase aún.


ERIKA
Apoyé las manos en su pecho cuando me pegó él. Sonreí y cerré los ojos apoyando mi mejilla en su cuello. Hacía bastante calor, miré de reojo la ventana, se colaba la luz del sol entre las rendijas de las persianas…
Volví la mirada a Jim y le miré mientras dormía.



JIM
Sentía el calor del sol en mi nuca, y al estar ya casi despierto, la besé en el hombro.
-Hace solecito. –canturreé.
-¿Volverás a tomar el sol en ropa interior?



ERIKA
Me reí encogiendo el hombro.
-No, esta vez lo haré desnuda, así no se me quedará la marca de la ropa interior.- Me reí de nuevo.
-Supongo que tú me echarás la crema.


JIM
-Por supuesto, no te escaparás de mis masajes con cremita por todo el cuerpo. –la di besitos por el hombro, aunque se había encogido.
-Si te encoges no puedo darte mimos.



ERIKA
Me reí y le miré.
-Es que me haces cosquillas….- Sonreí y me mordí el labio.
-¿Me echarás crema por todo el cuerpo? ¿Pero por todo, por todo?


JIM
Abrí los ojos levemente mirándola.
-Por todo, todo, hasta donde tú me dejes llegar. –esbocé media sonrisa, entonces fruncí el ceño.
-Espera… ¿qué es esto? –señalé su labio, me acerqué y la di un pico.
-Ui, un besito. –sonreí escondiendo la cara en su pecho mientras esperaba su risa.



ERIKA
Pestañeé algo cortada. Le miré cuando escondió la cabeza en mi pecho.
Empecé a reírme rodeando su cabeza con mis brazos.
-Pero que gamberro eres.- Le agarré de la cara y le di un beso más largo en los labios.
-Tú también tenías algo en los labios.


JIM
Sonreí maliciosamente.
-Soy un gamberrete. –la mordí con cuidado en el labio antes de besarla de nuevo, acariciando sus rizos pelirrojos entre mis dedos.



ERIKA
Rodeé su cuello con mis brazos haciendo que se tumbase encima de mí mientras le besaba.
-Que bien, ya no das calambre.- Sonreí y le volví a besar sin miedo a que me diese un chispazo.



JIM
Suspiré mientras la besaba, no recordaba la gran descarga que la había dado hacía pocos días, casi la dejaba tiesa…
Cerré los ojos intentando olvidarlo, aunque me sentía culpable por haber sido tan irresponsable.


ERIKA
Sonreí y le miré enredando mis dedos entre el pelo de un nuca.
-Gracias por venir ha rescatarme, Jim… - Le miré a los ojos.
-No quería morir y dejarte…


JIM
Bajé la mirada cuando me agradeció que la rescatara.
-No podía dejar que te fueras después de todo lo que has luchado por quedarte… -la miré a los ojos.
-Pero todo lo planeó James, él me llevó hasta allí e hizo todo el trabajo, lo único que hice yo fue cogerte y huir, él fue el que verdaderamente te salvó.



ERIKA
Desvié la mirada.
-Ohm… James… entonces le daré las gracias cuando le vea…- Suspiré y volví a mirarle.
-Jim… tengo que contarte algo… cuando Drak atacó el templo del anciano sabio, yo quise bajar ha ayudar, pero James me lo impidió… yo intenté convencerle, pero… para evitar que corriese peligro… me besó… lo único que recuerdo es que me desmayé…


JIM
Desvié la mirada, yo había confiado en ese tipo, y él sólo intentaba conquistar a Erika de todas las maneras, aunque ella no quisiese.
-Me estoy cansando de que esté siempre con esos juegos, no es la primera vez que lo intenta, y esta vez lo ha conseguido. He confiado en él pero sigue haciéndolo…



ERIKA
-Jim…- Le agarré de la cara para que me mirase.
-… eso fue hace mucho, es una tontería, sabes de sobra que no siento nada por él. Solo agradecimiento por salvarme del hospital… es verdad que no ha parado de intentar… bueno, de intentar que esté a su lado, pero eso hace tiempo, no lo ha vuelto ha hacer…- Suspiré.
-Creo que comprende que yo soy tuya y que es inútil luchar por mí…


JIM
Desvié la mirada cuando terminó de hablar, aunque tenía mi cara sujeta entre sus manos.
-Se ha dado cuenta un poco tarde, no quiero que creas que estoy celoso, pero me enfurece que haga siempre lo que quiere, y no te deja en paz. Si es cierto lo que has dicho de que ha rectificado te creeré. –dije mirándola.
-Pero no voy a darle más cuartelillo, una más y lo decapito.



ERIKA
Suspiré y le solté. Me senté sobre el colchón retirando las sábanas.
-Otra vez con ese maldito rollo del novio celoso…- Me levanté cruzándome de brazos.
-Tranquilo, no hace falta que le des cuartelillo, ya sé tratar esto yo sola.- Me acerqué al armario y agarré una toalla.
-Voy ha darme una ducha…- Abrí la puerta y salí.


JIM
Me tumbé de golpe.
-Enfádate lo que quieras, yo ya estoy harto de que esto se repita una y otra vez. –dije, aunque no creí que me oyese, ya que había salido. Me llevé la mano a los ojos, empezaba bien la mañana y por sacar un tema de conversación inapropiado se jodió todo el día.


NEO
Me levanté temprano, antes que Kara que seguía durmiendo. Era muy normal, estaba muy cansada por la pelea contra Draco del día anterior.
Me levanté y me vestí. Salí del cuarto y me dirigí a la sala de mandos para buscar un paraje tranquilo y abastecernos con frutas, a parte de que necesitábamos un poco de tranquilidad…
Me senté en mi sillón y miré el GPS, por suerte nos encontrábamos lejos de las ruinas del reino de las sombras y ahora sobrevolábamos el bosque. Puse el GPS en marcha y busqué un claro o algún sitio cerca de un manantial.



KAI
A pesar de que me había acostado después que Saya, me levanté antes. La dejé dormir y salí ya vestido. Desayuné un café, no había nada preparado, y me paseé por la nave, vi a Neo en la sala de mandos y entré, parecía que había madrugado.
-Buenos días, piloto de la Black Hole.



NEO
Giré la cabeza y miré a Kai.
-Buenos días, Jefe.- Volví la mirada al frente.
-¿Qué te parece si aterrizo la nave en algún sitio tranquilo? Estaba pensando que tal vez a las chicas les siente bien un poco de aire fresco, tranquilidad y, bueno, la naturaleza…


KAI
Bostecé mirando por el gran ventanal hacia el exterior.
-No estaría mal, nos hemos llevado un buen susto con todo esto de Erika y después con James, por suerte no hemos sufrido muchas heridas graves. –le miré.
-Por cierto, ¿qué tal tu hombro?



NEO
-Bien, mi hombro está bien…-Le miré y asentí.
-Soy un toro, no, un oso. Una heridota así no me afecta.- Esbocé media sonrisa. El GPS empezó a pitar. Giré la cabeza y miré.
-Ohm, mira, Jefe. ¿Qué te parece por aquí?- Señalé.
-Esto está lleno de árboles frutales y cerca hay un río. ¿Aterrizo?


KAI
Me acerqué para ver el paraje, parecía un lugar tranquilo y natural, a Saya le gustaría. Divisé una cascada cuando pasamos por encima del río, sonreí.
-Sí, sí, este lugar es perfecto, creo que me gusta, baja aquí.


NEO
-Muy bien.- Descendí la nave con suavidad hasta esconderla entre unos enormes árboles de tronco grueso. Servirían para ocultar la Black Hole por un tiempo.
Una vez aterrizada la nave, abrí la compuerta. La brisita de la mañana entró refrescándome los pulmones.
Me levanté y aspiré.
-Mmm… que bien huele.- Sonreí.



KAI
Me asomé, la verdad es que era un lugar bonito para descansar.
-Esto le va a encantar a las chicas. –sonreí y me agaché ligeramente cuando un ave entró en la nave.
-Tienes un inquilino. –el pájaro se chocó contra una puerta antes se seguir su vuelo.
-Uhh… creo que éste es uno de esos sitios con plantas alucinógenas…


NEO
Miré al pajarraco cuando se estampó contra la puerta.
-Estos pájaros agilipollados…- Negué.
-Ese debería hacerse el test de alcoholemia.- Sonreí y salí. Aún siendo por la mañana temprano, el sol calentaba, sin llegar a asfixiar.
-Esto está bien.


KAI
Cuando noté el calor encima de mí borré mi sonrisa.
-Oh, sí… genial, está genial. –coloqué mi mano sobre los ojos haciendo de visera para cubrirme del sol.
-Paraísos tropicales, ¿qué más se puede desear?


KAI JR
Me desperté y me asomé por la ventana al escuchar como cantaban los pájaros… ¿pájaros?
Salí corriendo sin vestirme, salí con el pijama. La puerta grande de la nave estaba abierta.
Abrí los ojos como platos cuando vi que estábamos en la selva…
-¡Wooooooooo!- Salí corriendo quitándome la camiseta del pijama y los pantalones lanzándolos por ahí.
-¡Qué guay, con piscina y todo!- Corrí hasta el río.



KAI
Cuando vi a Kai correr hacia el exterior y quitarse la ropa por el camino, corrí hasta él y le agarré de los calzoncillos alzándole en el aire.
-Eh, Mowgli, ¿a dónde vas tan deprisa? –le cogí en brazos y le miré.
-¿Se puede saber a dónde ibas así tan tranquilo sin pedirme permiso para salir y sin llevarme contigo, eh?



KAI JR
Miré a Papá y torcí el morro.
-No soy Mowgli, soy Tarzán y tú... podrías ser Chita, o Jane.- Me reí.
-Oh, tu ser Jane, yo ser Tarzán, buga, buga.- Me reí colgándome en su brazo con las manos y los pies.
-Mira, soy el hombre mono.


KAI
-Estás loco, banano. –le dejé en el suelo y me quité la camisa dejándola con la ropa de Kai.
-Hace calor, así que te dejo darte un baño, pero me voy contigo. –miré a Neo.
-Si Saya sale dile dónde estamos. –corrí hacia el río quitándome los pantalones al paso.
-¡El último que se tire es un mono!



KAI JR
Corrí detrás de Papá quitándome el calzoncillo.
-¡Y el primero se pone un tutú y baila el Lago de los Cisnes!- Me tiré detrás de mi papi haciendo una bomba.



KAI
Cuando el niño cayó al agua enseguida le alcé, el río tenía corriente y si no se daba cuenta con lo enano que era pronto se iba a casa con el río.
-Pero bueno, loco, has perdido los calzoncillos, guarro. –miré el agua, bajaba muy limpia y clara.
-Fíjate, parecemos un anuncio de Font Vella. –me reí.



KAI JR
Miré hacia atrás y señalé.
-Los calzoncillos están allí, no los he perdido, me los he quitado por el camino.- Antes de que Papá me dijese nada ni me diese una colleja, me tiré de cabeza desde sus brazos y me sumergí haciendo pedorretas con el aire.


KAI
Negué con la cabeza y me acerqué a la orilla, sentándome sobre una piedra. Me revolví el pelo, el agua estaba muy fría, mejor, así aliviaba el calor del sol.
El niño jugaba tan feliz haciendo el loco por el agua y “pescando” con las manos los peces que por ahí había.


ERIKA
Salí de la ducha, me percaté de que la nave estaba en tierra. Me vestí y salí para ver que pasaba... no pasaba nada…. Kai y su hijo estaban en el río dándose un baño y Neo, montando una especie de jabalina con una navaja y una cuerda… Fruncí el ceño, extrañada y me acerqué a Neo.
-Oye, Neo, ¿qué hacemos aquí? ¿Y para que es ese palo?


NEO
Miré a Erika y sonreí.
-Ohm, ya te has levantado.- Sonreí y me giré para mirarla.
-Pues nada, ¿no queríais unas vacaciones?-Miré de nuevo la jabalina.
-Y esto, es para coger la fruta que hay en los árboles más altos. La lanzo y atrapa la fruta, así de simple.


ERIKA
Asentí algo confusa.
-Ohm… vacaciones… fruta… claro…- Me senté en el césped, la verdad es que se estaba muy bien.
Suspiré y me dejé caer sobre el suelo.



KARA
Me levanté con la espalda algo dolorida, aún tenía la herida y se tenía que curar. Me vestí y me di cuenta de que había demasiado silencio en la nave y además estábamos parados.
Salí fuera, parecía que estábamos en una especie de selva tropical.
-Joder… -me eché el pelo hacia atrás y vi a Neo con una especie de lanza extraña, le miré con el ceño fruncido y me crucé de brazos, la luz del sol me estaba jodiendo la vista.
-Cariño, no es que dude de tu inteligencia, pero… ¿qué cojones estás haciendo?



NEO
Miré a Kara y me encogí de hombros.
-¿Qué? Que pilote una nave no significa que no sepa hacer más cosas, por ejemplo con la madera.- Volví la vista a la jabalina y seguí con lo mío.
-¿Cómo te encuentras?


KARA
Me acerqué y miré lo que estaba haciendo echándome un mechón de pelo tras la oreja.
-Vaya, qué… interesante… ¿Vas a pescar? ¿O vas a cazar gamusinos? –me reí y me senté al lado suya cuando vi a lo lejos a Kai Jr. y Kai Padre jugando en el agua.
-Y por un segundo pensaba que estabas raro…


NEO
Me reí levemente y la miré. Parecía que estaba mucho mejor.
La enseñé la lanza.
-Esto no es para pescar ni cazar gamusinos…- Me levanté.
-Es para coger fruta.- Lancé la jabalina con fuerza. Esta atrapó las frutas que había en una rama alta del árbol más próximo. Cuando calló al suelo, me acerqué y la cogí.
Saqué la fruta, estaba atravesada, pero en buen estado. Se la entregué a Kara y sonreí.
-Su desayuno.


KARA
Sonreí y cogí una de las frutas que había atravesadas en la lanza y la miré. Di un mordisco y le miré.
-No sé lo qué es, pero está rico. –sonreí y le besé.
-Qué mono eres, osito, mira que traernos a este sitio, parece Hawai.


NEO
Sonreí y me volví a sentar.
-¿Qué tal has pasado la noche?- Pregunté dejando la lanza a un lado quitándome la camiseta.
La miré de nuevo.
-Enséñame la espalda.


KARA
Sonreí cuando se quitó la camiseta.
-¿Para qué? Ya me has enseñado tú la tuya, voy servida. –sonreí y me giré levantándome la camiseta hasta los hombros, vi cómo padre e hijo jugaban en el agua.



NEO
Sonreí negando con la cabeza cuando dijo eso.
Miré su espalda.
-Ohm, esto está muy bien.- Bajé su camiseta de nuevo.
-Saya te curó bastante bien.- La agarré de la cintura con cuidado juntando su espalda a mi pecho. La di besitos por el cuello.
-¿Sabes que es un bosque muy exótico? Podríamos perdernos por ahí tú y yo solitos.- La mordí suavemente en el hombro.
-Mmm… el oso tiene hambre.


KARA
Me reí.
-Qué juguetón está el osito, eh. –me giré cogiéndole de la nuca y le besé.
-Mmm no me has dado unos buenos días decentes, creo que te voy a tener que sancionar. –le puse un dedo en los labios y me alejé de él.



NEO
-¿No te apetece perderte un rato por el bosque con este pedazo de hombre?- Vi que se alejaba.
-No me obligues a ir a por ti, sabes que el oso es muy rápido.- Esbocé media sonrisa y me levanté. Al ver que seguía alejándose.
-Muy bien.- Di una zancada colocándome delante de ella. Pasé mis manos a su culito y la besé por el cuello haciendo que retrocediese pegada a mí.



KARA
Me reí.
-Pero bueno, esto es una sanción, no puedes acercarte a mí… -dije intentando apartarle, pero el muy capullo no soltaba.
-Ah, con que con esas tenemos, eh, te gusta saltarte las normas… -sonreí mirándole mientras alzaba una ceja.



NEO
-¿Desde cuando tontear con mí mujer es saltarse las normas?- Seguimos andando hacia atrás hasta que ella dio con la espalda en la pared de la nave.
Apoyé un brazo en la pared mientras seguía agarrando su culito de caramelo con la otra mano.
Esbocé media sonrisa y me incliné besándola el cuello de nuevo, dándola suaves mordisquitos.



KARA
Cerré los ojos.
-Te estás saltando las normas porque yo no te dejo hacer esto… -me mordí el labio y llevé mis manos a su torso desnudo mientras me besaba por el cuello.



NEO
-Ya lo veo.- Sonreí con mis labios pegados a su hombro.
-Ya veo como te resistes…- La bajé suavemente el tirante de su camiseta. Descendí mis labios por su hombro.
Hice que se pegase a mí atrayéndola con mi mano aún en su cachetito.


KARA
Cerré los ojos dejándome llevar, clavé las uñas en sus abdominales. Sonreí.
-Yo también soy una chica en contra de la ley. –dije mirándole cuando se quejó, me mordí el labio traviesa.



NEO
Fruncí el ceño cuando me clavó las uñas en el torso.
-Au… y después soy yo el oso…- Sonreí y la volví a morder en el cuello, esta vez más travieso… para vengarme.



KARA
Me estiré casi poniéndome de puntillas.
-Eres muy vengativo. –le cogí de la cara y le besé.
-¿Por qué no recogemos un par de frutitas a ver si por casualidad encontramos algún afrodisíaco y nos lo pasamos bien un rato? –me reí pasando un dedo por su pecho.



NEO
La miré y alcé las cejas.
-Ohm… podría ir a buscarlo… pero creo que es una escusa para que te deje en paz, ¿verdad?- Sonreí y me separé.
-Muy bien, pero tú te lo pierdes.- La guiñé un ojo y entré en la nave, tenía que hacer un par de cosillas antes de volver a ponerla en marcha de nuevo.


KARA
-Eh… -me crucé de brazos, miré la lanza.
-Muy bien, iré yo a por fruta. –la cogí y me adentré entre la maleza, alguna fruta exótica me serviría para cocinar un buen manjar.


SAYA
Me desperté bastante tarde. Cuando miré el reloj vi que marcaban las doce y media…
Me estiré apartando las sábanas con los pies, al parecer hacía calor… más calor que hacía un par de días.
Me levanté de un salto y miré por la ventana. La nave estaba en tierra y en el exterior se abría un profundo y extenso bosque tropical. También había un río y una cascada.
Sonreí y me vestí con ropa ligera, una camisetita corta y unos pantaloncitos.
La nave estaba en silencio, lo que me dio a entender que estaban todos fuera, incluido Jimmy.
Cuando salí, Kai Jr. se acercó a mí corriendo, estaba mojado y desnudo.
-Pero bueno, niño, ¿quién te ha dejado andar por ahí en pelotas?... no me lo digas….- Le froté el pelo mojado.


KAI JR
Me acerqué a Mamá cuando se despertó y salió ha jugar conmigo.
-Hola, mami.- Sonreí y la miré.
-Ven ha darte un baño conmigo, pero no hagas caso a Papá, él me llama Mowgli. Pero yo no soy Mowgli, yo soy Tarzán…- La dije que se acercara.
-… y él la mona Chita… ¿o era mi mono Amelio?


KAI
Le di un capón a Kai.
-Niño, yo no soy ninguna clase de mono, ¿oído? –le di sus calzoncillos.
-Y haz el favor de ponértelos, como venga cualquier bicho te va a morder el pito, y no creo que quieras mear lombrices.



KAI JR
Me escondí tras las piernas de Mamá.
-¡No! No voy ha ponerme eso, me hace daño en el pito…- Miré a Mamá.
-¿Vienes ha jugar conmigo en el río?- Sonreí tirando de su pantalón.



SAYA
-Ey, ey, ey…- Me agarré el pantalón.
-Como sigas así me lo vas ha bajar…- Suspiré y le cogí en brazos.
-Ahora ponte el calzoncillo, por favor.- Le miré con ternura.
-Por Mamá, venga, piojín.- Junté mi nariz con la de él y sonreí.
El crío se los puso encantado. Le dejé en el suelo y se fue corriendo junto a Jimmy.
-¿Ves, Kai? Las cosas hay que hacerlas con cariño y suavidad, así consigues lo que quieres.


KAI
La saqué la lengua y me crucé de brazos aireándome el pelo, pasando la mano por toda la cabeza. -Porque eres su mami querida y porque le tienes amenazado. –escurrí los calzoncillos sin quitármelos.
-¿Tenemos bañador?



SAYA
-Al menos de mujer si, me imagino que el tuyo también está en el cuarto.- Miré al crío mientras se tiraba en bomba al agua.
-Trae también el del crío.- Sonreí y miré a Kai.
-¿Vas tú o quieres que vaya yo?


KAI
-No, tranquila, voy yo… -pasé por su lado.
-Tú disfruta del paisaje, y además, si no voy yo ya me tachas de vago. –entré en la nave con los pies mojados aún y me fui a por bañadores para los tres.



SAYA
-¿Perdón?... ¿qué le tacho de vago? Tendrá morro…- Suspiré y miré el “paisaje”, tal y como me dijo Kai, el vago.
Sonreí, la verdad es que era muy bonito, y me hacía sentir como antes. Antes solía corretear por el bosque subiéndome a los árboles y bañándome desnuda en los manantiales…
Suspiré y vi como Neo lanzaba una jabalina para atrapar las frutas altas. Negué con la cabeza y me acerqué a uno de los árboles más altos. El tronco era grueso, así que me facilitaría a la hora de trepar.
Me impulsé y de un salto me agarré a la rama más próxima. Subí y salté a la siguiente y así sucesivamente hasta alcanzar la copa. Se veía todo el bosque e incluso la desembocadura del río en el mar. Sonreí de nuevo y me dejé caer deslizándome por el tronco hasta caer encima de la primera rama, en la cual me tumbé, como hacía antes.


KAI
Volví con bañadores para los tres, y como los había elegido yo, había cogido uno para Saya que lógicamente me gustaba.
Cuando llegué estaba subida a un árbol, tumbada en una rama, negué con la cabeza y me acerqué.
-¿Qué? ¿Te gusta el paraje entonces? Te has adaptado enseguida.


SAYA
Me giré con total agilidad tumbándome boca abajo cuando escuché la voz de Kai.
-Si, echaba de menos esto.- Le miré.
-¿Ya has vuelto de vaguear?- Sonreí apoyando la cabeza en mi brazo.



KAI
Le tiré el bikini a la cara, aunque lo cogió antes de que cayese.
-Anda, póntelo, hace calor y no querrás estar con la ropa puesta para que se te pegue. –silbé para llamar al enano y alcé su bañador para que lo viese.



SAYA
Sonreí y me volví a tumbar boca arriba. Me quité la camiseta y la dejé caer aterrizando en la cabeza de Kai. Me reí tumbándome boca abajo para atarme el bikini por el cuello y la espalda.
Me quité el pantaloncito y la braguita colocándome la del bikini, como no, Kai había elegido el blanco, muy ajustado y la braguita no llegaba a ser un tanga, pero casi.
Me puse de nuevo el pantalón quedándome tan solo con la parte de arriba.
-Serás un vaguete, pero veo que no te cortas a la hora de elegir mi bikini…


KAI
Me quité su camiseta de la cara y la miré.
-Ya sabes, no hay que desaprovechar las buenas oportunidades. Podía elegir y lo he hecho. –sonreí y le entregué al enano el bañador, aunque tardaría lo suyo en ponérselo, con lo entretenido que estaba intentando tirar a James al agua…



SAYA
Me puse de pie en la rama y empecé ha andar por ella descalza. Miré a Kai y me giré andando hacia atrás con las manos en mi espalda.
-Parece que no he perdido mi toque.- Sonreí de nuevo saltando de la rama aterrizando justo delante de Kai.



KAI
La miré.
-Mmm, no hace falta que te hagas la chula, yo ya sé lo buena que eres haciendo esto. –sonreí y miré cómo la quedaba el bikini.
-Grrr…



SAYA
Sonreí.
-Nunca te quedó bien mirar descaradamente, Kai.- Me reí andando alrededor de él. Cuando estuve en el lado contrario contrarío de su rostro, le soplé en la oreja apartándome después.
-Y eso que solo llevo la parte de arriba del bikini al descubierto, si te enseñase como me queda la braguita te desmayarías por una subida de tensión, y no por culpa del sol.-
Sonreí de nuevo.


KAI
Alcé las cejas.
-Tú en cambio no has dicho nada sobre mi bañador, pensé que te gustaba mi físico, pero ni te has fijado… -me encogí de hombros.
-Mala suerte. –cogí la ropa y la llevé hacia la entrada de la nave, dejándola a un lado.



SAYA
Me reí y le miré.
-¿Qué si no me fijo? Dios que no…- Susurré para mí misma.
Suspiré y le seguí con las manos en mi espalda.
-Claro que me fijo, Kai, lo que pasa es que cuando me vuelvo realmente loca es cuando te veo desnudo por completo…- Le repasé con la mirada y sonreí.



KAI
Sonreí.
-Ya lo veo… -me incorporé mirándola.
-¿Sabes qué voy a hacer ahora? –me acerqué a ella quedando a dos escasos centímetros.
-Tirarte al agua. –la cogí en brazos, aunque se revolvió, la llevé hasta el río y la tiré al agua, pantalón incluido.



SAYA
-¡Kai, para, no!- Demasiado tarde, Kai me lanzó al agua sin darme tiempo a reaccionar.
Saqueé la cabeza del agua y le miré entrecerrando los ojos. Me acerqué y le salpiqué el agua que guardaba para él en mi boca. Me reí y me aparté de nuevo, sabía que intentaría vengarse.



KAI
Sonreí.
-Te recuerdo que acabo de salir del agua, estoy mojado. –me tiré al lado de ella y la agarré de la cintura pegándola a mí. La besé.
-Tocada y hundida.



SAYA
-No del todo.- Me hundí y me colé entre sus piernas. Salí del agua subiéndome a su espalda a caballito hundiéndole a él.
-Ahora si, tocado y hundido.- Me quité de encima para dejarle salir del agua.


KAI
Saqué la cabeza y la miré mal.
-Eso es trampa y un juego de niños. –me senté en la misma roca de antes mirándola. La agarré del pantalón y se lo quité del tirón.
-Guo, fiesta. –lo tiré por ahí. Me reí por la gilipollez que acababa de hacer.


SAYA
Tiró de mi pantalón arrebatándomelo del todo. Al tirar también tiró de una de las ataduras de la braguita de mi bikini.
-¡Kai, eres un bestia!- Agarré rápidamente las tirillas y me lo até de nuevo sin mirarle.



KAI
Me reí.
-Habría sido divertido si te hubiese arrancado el bikini junto con el pantalón y ahora estuvieses desnuda. –me reí de nuevo y me acerqué.
-No es para tanto. –la até el bikini.
-Ya está, nena, de nuevo con tu bikini. –la besé en la mejilla.



SAYA
Le aparte empujándole.
-Quita, ya me lo ato yo.- Le miré.
-Y dame mi pantalón.- Alargué la mano para coger mi pantalón.



KAI
-Pero mujer, ¿a dónde vas tú a por el pantalón? Si estás en el agua, tanto pantalón, tanto pantalón. ¿Te da vergüenza el bikini? Si has ido media vida enseñando casi todo el cuerpo con tus ropitas de ninfa… -sonreí.



SAYA
Le miré frunciendo el ceño.
-¿Qué coño vergüenza? Quiero que me lo des y punto, es mi pantalón.- Alargué de nuevo el brazo para cogerlo, pero Kai me lo impidió alejándolo de mi alcance.


KAI
-¿Pero para qué coño quieres el pantalón, Saya? –la abracé.
-Dime, ¿por qué necesitas el pantalón ahora? Te estás bañando conmigo, disfruta y punto. –la eché agua por los hombros.
-Con lo que te gusta a ti el agua, deja el pantalón ahí, coño.



SAYA
Le miré y posé mis manos en su pecho, le empujé suavemente haciendo que se desequilibrase y se hundiese de nuevo.
-Ups… estas torpe, ¿eh?- Sonreí y me crucé de brazos esperando a que saliese del agua.


KAI
La agarré de la pierna y tiré de ella, haciendo que se hundiese, aunque rápidamente se deshizo de mi agarre, en el agua no podía competir contra ella. Salí del agua y me subí a la orilla tosiendo.
-Asesina. –me reí y por culpa de la risa volví a toser.



SAYA
Le miré y me reí.
-¿Necesitas que te haga el boca a boca o puedes respirar por ti mismo?- Dije colocándome el sujetador del bikini ajustándomelo bien.



KAI
Posé mi pie entre sus pechos para que no se acercase.
-Ala, mira donde ha caÍdo el pie… -meneé la cabeza.
-Coño… en serio, es el calor. –me eché agua por la cara.
-¿Cuántos grados habrá? ¿Treinta? –me coloqué el bañador, porque por detrás se me había bajado ligeramente, oí la risa de Kara, eché una mirada hacia atrás y volví a Saya. Miré mi pie y lo aparté lentamente.
-Jejeje…


SAYA
Le miré entrecerrando los ojos.
-Gracias…- Salí del agua escurriendo el agua de mi pelo. Me fijé que la otra atadura de la braguita también estaba suelta. Me la até y miré a Kai que me miraba.
-¿Qué?


KAI
-Nada, Saya, no te miro más… -me hundí bajo el agua, parecía algo molesta, así que lo mejor era no tocarla más la moral. Me fui río arriba, aunque la corriente era bastante fuerte, ya que me acercaba a la cascada. Miré a lo lejos, la cascada llevaba mucha corriente, no podría hacer lo que tenía previsto…



SAYA
Miré a Kai mientras nadaba hacia la cascada… Me quedé pensativa y alcé la mirada hasta la cima de la cascada, sonreí y fui corriendo hasta allí. Subí las rocas y me posicione en la central, la cual partía la cascada en dos. Me acuclillé para mirar a cuanta altura estaba la cascada de lo que era en río y si me dolería la caída.



KAI
Alcé la cabeza cuando vi un cambio de luz por un momento, Saya estaba sobre la cascada.
-Pe-pero por Dios, muchacha, bájate de ahí… Que te vas a hacer daño…
-me alejé para poder verla mejor.
-Saya… ¿no te irás a tirar?



SAYA
Miré a Kai cuando se percató de que estaba en lo alto de la cascada.
Me erguí y me acerqué al filo de la roca, habría por lo menos nueve o diez metro de altura. Miré de nuevo a Kai y sonreí. Di un par de pasos hacia atrás y cogí carrerilla. Hice el salto del ángel cayendo al agua de cabeza. Buceé a toda velocidad y saqué la cabeza profiriendo un grito eufórico.
-¡Dios, que subidon!- Sonreí de nuevo echándome el pelo hacia atrás.


KAI
Me llevé la mano a la cara.
-Madre mía: sapos, langostas, una mujer maniática de las compras, no… una mujer suicida. –miré a Saya, parecía tan feliz que no podía replicarla nada. Suspiré.
-¿Ha sido divertido?


SAYA
Miré a Kai y asentí aún eufórica.
-Deberías probarlo…- Miré de nuevo la cima de la cascada. Sonreí y me acerqué apoyando las manos en sus hombros.
-Vamos pruébalo.- Empecé a dar saltos. Le miré y paré.
-Vale, vale, me estoy quieta…


KAI
Sonreí y miré arriba.
-¿Quieres que salte contigo? –en ese momento estaba tan contenta como una niña pequeña, y me gustaba que estuviese así. Salí del agua y tiré de ella.
-Anda, vamos a ver cómo es eso de tirarse desde una cascada.


SAYA
Le miré y abrí los ojos ampliamente.
-¿En serio?- Sonreí y salí del agua.
-¿Te… te quieres tirar…?- Señalé la cascada. Vi que Kai se dirigía hacia la cima, así que le seguí.
Una vez arriba me asomé en el filo agachándome.



KAI
Me crucé de brazos, la altura en sí sorprendía.
-Joder… ¿no hay peligro de estamparse contra una piedra? Me gustaría conservar la cabeza un par de años más… -me agarré a su brazo asomándome e hice ademán de empujarla.
-No tienes miedo, eh… -retrocedí un poco.



SAYA
Me encogí de hombros y le miré mientras caminaba por el filo de la roca.
-No, ¿tú si?- Sonreí haciendo que me caía.
Me reí y me acerqué a Kai.
-Oh, vamos, has llegado hasta aquí, ahora no puedes rajarte.


KAI
-No me rajo, estoy cogiendo carrerilla. –y conciencia de que me la voy a pegar…
La miré y sonreí.
-¿Saltas conmigo? ¿O me vas a hacer saltar a mí solo? Yo que me… -miré al suelo.
-Vale, ya me tiro, no me mires como si fuese un niño que tiene miedo a los rayos… -me acerqué al borde y miré.
-¡Qué se aparten los peces! –retrocedí, esta vez sí para coger carrerilla, corrí y salté. Por unos instantes noté que me subía el estómago a la garganta, después caí al agua. Cuando saqué la cabeza para respirar tuve ganas de gritar.
-¡¡Guaoo!! –me revolví el pelo.
-¡Como mola!



SAYA
Me senté sobre la roca y miré como Kai se tiraba. Sonreí y le saludé con la mano desde arriba.
-Bien, me ha quedado muy claro que no eres un rajado.- Me levanté y cogí carrerilla tirándome de nuevo.



KAI
Me eché el pelo hacia atrás, el corazón me iba a mil, pocas veces había sentido esa sensación de adrenalina de forma tan gratificante.
Saya se tiró poco después que yo, esperé a que saliese de debajo del agua.



SAYA
Salí del agua aparándome el pelo de la cara. Miré a Kai y sonreí sentándome en una roca cerca de la cascada.
-Te ha gustado, ¿eh?- Me reí levemente jadeando para coger aire.
-Es mejor que un polvo rápido, ¿verdad?- Sonreí recostándome sobre la roca.


KAI
Me quedé pensativo.
-Bueno… todo dependiendo del polvo, y depende con quién… -sonreí.
-Como sólo lo he probado contigo puedo decirte que un polvo rápido contigo es… buf. –sonreí y me acerqué cogiéndola de la cintura.
-He de admitir que ha sido… divertido.


SAYA
-Eeeeehh… espera.- Posé mi mano en su pecho y le miré extrañada.
-¿Has dicho divertido? Que yo recuerde esa palabra no entra en tu vocabulario señor yo no digo vulgaridades, soy un rey y tengo que comportarme como tal…- Me reí y aparté la mano apoyándola junto a la otra en la roca.
-Vale, puede que haya exagerado un poquito.- Sonreí y le alboroté el pelo con suavidad.



KAI
La acaricié la cara haciendo que me mirase.
-Cuando estás contenta verdaderamente es cuando eres tú, loca. –me reí y la besé en la frente.
-Qué loca estás, me encantas. –la besé en los labios.



SAYA
Sonreí y me aparté quitándole la humedad de los labios. Me reí cuando me miró.
-Es que tienes la boca mojada y entre que tus labios ya son bastante… pues eso, bastante voluminosos, pues no puedo besarte bien.- Sonreí acariciándole el bigotito de encima de sus labio superior con mis dedos.
-Me gusta mucho tu bigotito, te hace más interesante.


KAI
-Oh, ¿quieres decir… -sonreí- que antes era soso? –me acerqué más.
-Más interesante… Yo que lo tenía porque no me apetecía afeitarme… -sonreí y la besé.
-¿No te molesta cuando me besas de manera… pasional?



SAYA
-Humm… pues no me había dado cuenta…- Le miré y sonreí.
-Tendré que comprobarlo.- Me senté y le agarré de la nuca. Pegué mis labios a los de Kai con fuerza, de forma… pasional, como él decía. Me puse de rodillas agarrándole bien de la nuca sin dejar de besarle.
Me separé jadeante al igual que él.
-Pues no… no me molesta…- No solté su nuca.


KAI
Sonreí.
-Pues me alegro, porque me gusta cómo me queda, la verdad… Además, te hago cosquillas en el cuello… -acerqué mis labios a su cuello y la di suaves besos, acariciándola con los labios y con la barba la hacía cosquillas, sonreí cuando la oír reírse.



SAYA
Encogí el cuello sintiendo como se me erizaba la piel.
-El cuello es uno de mis puntos débiles, capullo, no me hagas sufrir más.- Sonreí tumbándome de nuevo sobre la roca. Le miré y le indiqué con el dedo que se acercase. Le agarré de la nuca de nuevo y roce mis labios con los de él. Sonreí y agarré su labio inferior entre los míos tirando suavemente.



KAI
La besé como ella quiso, intentando no incitar más caricias al sexo, ella me había pedido que ese tema lo tuviésemos ligeramente apartado hasta que pudiese controlarse, y era una pena, pero debíamos intentarlo.
La acaricié el rostro con el reverso de la mano mientras la miraba.
-¿Te has fijado en que estamos en una cascada como aquella otra vez? Es verdad que es un poco diferente, pero… me gusta.



SAYA
-Si me he fijado… y a mi también me gusta.- Sonreí y miré la cascada. Después le miré a él y suspiré…Me levanté de la roca.
-Voy ha volver con Kai Jr. No me fío de que esté por ahí haciendo el cabra…- Le miré esbozando una sonrisa algo forzada.
-Te veo… luego…- Me giré y me dirigí de nuevo hacia donde estaban los demás… tenía que evitar situaciones como estas si quería aprender a controlarme… quedarme a solas con Kai no era lo más apropiado.



KAI
Miré cómo se marchaba, suspiré, a ella la resultaba duro tener que hacer eso y encima yo no se lo ponía fácil, perfecto…
Me levanté y salí de allí, algo habría que hacer en la nave más que estar todo el día bañándose o divirtiéndose…

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