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miércoles, 23 de septiembre de 2009

Capítulo XXXVI - VIEJOS AMIGOS

En este capi contamos muchas cositas, no os perdáis nada, no pestañeéis o os lo perderéis, muahhahahaha xD


NEO
Volvimos de hacer la compra a las diez de la noche, justo a la hora de la cena, a mí me sonaban las tripas y es que yo siempre he tenido unas buenas tragaderas.
Ayudé a Sein a poner la mesa mientras Kara preparaba la cena, olía fenomenal y cada vez tenía más hambre.
El gato se me cruzaba en mi camino cada vez que llevaba algo entre las manos, al final, una de las veces acabé pisándole el rabo y cayendo al suelo con una bandeja llena de salsa rosa…
Puto gato… Kara me echó la bronca por pisar a su “cosita”, eso, y a mí que me den.
Una vez limpio, me senté en la mesa y esperé a que Kara, con un cabreo de aupa, sirviera la zampuña.


KARA
El muy bruto de Neo pisó a mi Em en la cola y tiró todo por los suelos, pero qué burro llegaba a ser a veces, ¿qué le había hecho mi bebito? Dejé los filetes sobre la mesa y me senté al lado de mi hermano, que estaba babeando por una comida de verdad.
-Qué aproveche. –empecé a comer.



NEO
La miré, intenté explicárselo, pero ella se volcaba en el puto gato, no me creía.
-Kara, ha sido tu “bebito” el que se ha cruzado por donde yo pasaba, y no solo una vez, si no, dos, tres, cuatro…- Suspiré, seguro que no la hacía entrar en razón ni de coña.


KARA
-Es un gato, Neo, anda por la casa, es normal que se te cruce, lo esquivas y punto, no le pisas. –dije echándole los filetes en el plato.
-Y no me digas que no puedes esquivarlo cuando puedes esquivar balas.


NEO
Suspiré, no quería liarla y menos en su casa, pero ese gato no me gustaba un pelo… esta noche me veo durmiendo en el sofá, seguro.
-Muy bien, ha sido culpa mía.- Miré al gato.
-¿Estás bien “bebito” de mamá? ¿El malo de Neo te ha hecho daño?


KARA
El gato maulló de una manera que yo no conocía. Le miré como movía la cola. Fruncí el ceño, noté a Sein algo nervioso.
Me agaché y cogí al gato.
-Dame un beso, Em. –maulló. Miré a Sein frunciendo el ceño.



SEIN
-No me mires así, Kara. Era un gato muy viejo, tenía más problemas que años. –Kara se acercó, me levanté.
-¿A dónde vas?


KARA
-¡¿Has reemplazado a mi gato por otro?! –salí tras él mientras corría por la casa.
-¡No corras, mamón de mierda! ¡Voy a matarte, hijo de puta! –descolocamos media casa mientras le perseguía.


NEO
El gato se subió a mi regazo acojonado cuando Kara se puso a gritar y a perseguir a Sein por la casa. Les miré y suspiré. El gato maulló, le miré y le di un cacho de pan.
-Que aproveche…


SEIN
Destrozamos media casa antes de que Kara me diese un puñetazo en todo el ojo. Cenamos los tres en silencio y sin mirarnos, Neo pasando de nosotros, Kara super cabreada y yo con el ojo pipa.



NEO
No dije nada durante la cena, incluso el gato no se movió de encima de mis piernas, después de intentar asesinarme, me había cogido cariño. Ronroneaba mientras le acariciaba en el cuello con los dedos. Miré a Kara.
-Lo siento… por lo que le ha pasado al verdadero Em…


KARA
Dejé las cosas en la mesa y me levanté.
-Es igual… -cogí mis cosas algo entristecida y me llevé mis cosas a la cocina. Mi gatito ya no estaba, igual que Tigre, menuda mierda de mes, encima me encontraba mal.
Me puse a lavar los platos sin decir nada más.


NEO
Asentí sin decir nada. Me levanté.
-Voy a salir un rato fuera…-Miré a Sein.
-¿Vienes un rato fuera conmigo?


SEIN
Le miré cuando me propuso eso y asentí. Miré a Kara.
-Lo siento, K… -no me miró. Salí con Neo al porche.


NEO
Me senté en las escaleras del porche y saqué de mi bolsillo un paquete de tabaco, lo abrí y saqué un cigarro. Busqué el mechero, pero no lo encontraba…
-Sein… ¿te importaría prestarme una llamita?- Señalé el cigarro.


SEIN
Me senté a su lado y chasqué los dedos haciendo que saliese una pequeña llama que encendió el cigarro.
-¿Mi hermana es así siempre? Aquí siempre ha estado de mal humor.



NEO
Pegué una calada al cigarro apartándolo de Sein para que lo le pegase el humo en la cara.
-A ratos… normalmente es muy mimosa, pero tiene muy mala uva cuando se trata de cosas que le importan. Tiene mucho temperamento.- Le miré.
-Al contrario que tú y que yo, somos muy tranquilos.


SEIN
-Nació dando berridos y no paró desde entonces. –sonreí.
-Siento habérosla encasquetado, pero fue ella la que se fue. –me apoyé en el suelo con las manos detrás, mirando al techo del porche.
-Ha sufrido mucho desde que éramos unos canijos, y no la culpo, pero yo qué sé… Creo que a veces se pasa bastante, y me quiero disculpar por ella, a veces tengo que actuar como el mayor.


NEO
Sonreí y le miré.
-Me caes bien, Sein, me alegro de que Kara tenga un hermano como tú.- Me tumbé a su lado mirando al techo.
-Oye, Sein, ¿te gustan las naves?


SEIN
Le miré.
-Bueno, nunca he tenido la oportunidad de saberlo, no he subido todavía a una. Bueno, sí. Cuando fui a despedirme de Kara cuando se fue, pero a penas entré. –miré al frente.
-Supongo que me gusta más la tierra, tengo una moto y todo eso.


NEO
-¿Tienes moto? Vaya, ¿y que moto es?- Le miré dando una calada al cigarro.
-Verás, es que yo también tengo una, es una Harley, algo vieja, pero una mano de pintura y como nueva.


SEIN
Cuando me preguntó qué moto tenía le guié hasta el garaje y abrí la compuerta para mostrarle mi Honda roja. Tenía que limpiarla constantemente si quería tenerla brillante, pero ese día no me había dado tiempo, ya que habían llegado ellos.
-Ven, te la enseñaré. –dije encendiendo la luz del garaje y acercándome a la moto aparcada al lado de un armario.



NEO
Apagué el cigarro antes de entrar en el garaje. Me enseñó la moto, era una Honda muy bonita.
-Se nota que la cuidas mucho.- Me agaché y miré la moto más de cerca.
-Algún día vendré con mi Harley y nos iremos a dar una vuelta, hay una pista no muy lejos de aquí, no sé si seguirá en funcionamiento, pero bueno. Allí se hacen muchas competiciones y cosas de esas, pueden tunear tu moto por un precio muy asequible.


SEIN
-Bah, no me gustan las tuneadas. A mí lo que de verdad me gusta de la moto es ir libre y coger velocidad por las zonas abiertas, sentir el aire en la cara. –me crucé de brazos.
-Una vez unos amigos me dijeron que me apuntase a una competición de esas. La primera vez que intenté hacer un salto… bueno… -me subí la pata del pantalón y le mostré la cicatriz que tenía desde la rodilla hasta pocos centímetros encima del tobillo.
-Esto fue lo que me pasó.


NEO
Sonreí y asentí.
-Te entiendo, Sein, yo he competido bastantes veces, por suerte nunca me ha pasado nada. Gané mi moto en una competición… pero un día, decidí dejar las motos por las naves, y aquí me ves, un gran piloto.


SEIN
Sonreí.
-Me alegra saberlo. Al menos no morirá nadie allí arriba por culpa del piloto, en todo caso será por culpa de la burra de la capitana. –miré detrás, después suspiré.
-Menos mal que no estaba detrás de mí, ya me duele este ojo bastante.


NEO
Sonreí.
-Si…bueno, debería ir a ver a Kara, está como una fiera y necesitará algo de consuelo… espero no acabar ya también con un ojo morado.- Suspiré y salí del garaje. Me encontré con el gato fuera, maulló y me dio un par de toques en las piernas con sus patitas.
-¿Qué? Antes casi me matas y ahora quieres mimos. Mira, lo nuestro no puede funcionar, tú eres un gato, yo un humano y ya me han hecho daño muchas veces.


KARA
-No sé si es peor un gato que una víbora. –dije desde la puerta, me había portado mal con los dos y debía disculparme.
Bajé las escaleras hasta estar a un par de metros de Neo.
-Perdona por lo de antes…


NEO
Agarré al gato con un brazo. Kara bajó las escaleras y se disculpó. Sonreí y la acaricié la mejilla con la mano que me quedaba libre.
-No tienes porque disculparte… Creo que este enano me ha sacado de quicio.- Dije mirando al gato. Le cogí de una patita con suavidad he hice que mirara a Kara.
-Díselo tú, Micifuz.- Arrimé la carita del gato a mi mejilla.
-Kara es muy buena, Micifuz lo dice.- Sonreí.


KARA
Sonreí.
-Creo que a veces me paso mucho, lo siento de verdad… y con mi hermano también la he cagado, debo de haberle dejado el ojo hecho un cráter. –dije rascándome la sien mirando hacia otro lado, a veces llegaba a ser realmente burra.


NEO
La miré y sonreí.
-No somos perfectos, Kara, nadie es perfecto. Tenemos nuestros cambios de humor y nuestro carácter. Además, Sein lo entiende, es un buen chico… Es una lástima que yo no tenga hermanos…- Suspiré.
-Ve a hablar con él si quieres, está en el garaje…- Entré en la casa con el minino en mis brazos.



KARA
Sonreí.
-A veces eres demasiado comprensible conmigo. –le di un beso en la mejilla y me fui a disculparme con el enano, le había dejado un buen recuerdo en el ojo, pobrecillo…


ERIKA
La nave estaba desierta, excepto por Jim y Kyle que andaban por ahí a su rollo. Me entró el hambre y fui a tomar algo a la cocina. Me preparé un bocadillo y un vaso de leche. Que tranquilidad…


KYLE
Fue una suerte que aquel puñado de piratillas de pacotilla pasase de la nave por completo, me había quedado solo con los jóvenes y no pasaban por el piso subterráneo nunca, de modo que me fue facilísimo cargar con todos los tesoros que pude en una nave piloto.
Sólo quería hacer una cosa más: Despedirme de Erika y ya de paso cabrear un poco al rubito.
Fui a la cocina siguiendo sus pasos y la encontré comiendo. Suspiré.
-Esto… pequeña… tengo que irme. –dije haciéndome el apurado y triste.


ERIKA
Estaba terminando de cenar cuando Kyle entró en la cocina diciendo que se iba ya.
-Ohm, pues a dios.- Dije sonriente, quería quitármelo de encima ya…
-Buen viaje.


KYLE
Desvié la mirada.
-Se me hace duro irme sin más. –la miré y me acerqué.
-¿Puedo hacer algo antes de irme? Me gustaría recordarte así para siempre…


ERIKA
Me levanté de la silla cuando vi que se acercaba. Di un par de pasos hacia atrás apartándome.
-¿Q-qué quieres?...- Le miré sin fiarme, ¿dónde estaba Jim cuando le necesitaba?


KYLE
Me acerqué a ella.
-Sólo quiero llevarme un recuerdo… -la cogí de la barbilla, haciendo que alzara la cabeza, y la besé en los labios. Me encantaba jugar a esto, y era tradición llevarme al menos un beso de una chica.


JIM
Me dolía la cabeza, tenía que tomarme algo o me estallaría en mil pedazos. Vi la luz de la cocina encendida, supuse que sería Erika la que estaba allí, aunque tampoco me sorprendería que fuese el gorrón.
Cuando crucé la puerta me encontré a ese gilipollas besando a mi novia.
Sentí como la vena del cuello se me hinchaba. Corrí hacia él, le enganché del hombro y le propiné un buen derechazo en la cara. No calculé bien, y le di tan fuerte que me hice daño en los nudillos.
Respiré fuerte de la furia.
-¡No vuelvas a tocar a mi novia, desgraciado! ¡¿Me has oído?!



ERIKA
Kyle me besó, ya sabía yo que tramaba algo. Abrí los ojos ampliamente quedándome como un palo. Jim llegó y le apartó dándole un puñetazo en la cara.
Cogí aire y miré a Kyle.
-¡¿Pero que coño haces?!- Grité y le di yo otro puñetazo en toda la cara, justo en la otra mejilla.
-¡Pederasta de mierda!


SAYA
Entré en la nave para cenar algo y darme una duchita y quitarme el sudor pegajoso que creaba este sitio. Entré en la cocina y me encontré con Jim, soltándole un puñetazo a Kyle y acto seguido Erika.
-¡Eh!- Grité y entré en la cocina, me puse entre Kyle y los otros dos.
-¿Pero que hacéis? ¿Es que los adolescentes de hoy en día no sabéis entreteneros con otra cosa?- Miré a Kyle, tenía la cara como un pan.


JIM
Miré a Saya sin creérmelo.
-¡Ese puerco estaba besando a Erika! –dije, y acto seguido fruncí el ceño por el dolor de cabeza, no debería gritar ahora.
-Me despisto un momento y ese tío intenta camelarse a mi novia. –me giré, quizá estaba demasiado celoso y Erika se sentiría violenta o pensaría que era posesivo y machista, pero ese tío se había pasado de la ralla.



SAYA
Miré a Kyle, le agarré del brazo y le saqué de la cocina.
-¿Pero que haces? Esa chica tiene novio, ¿te parece bonito ir por la vida acaparando lo que no es tuyo? Y no me digas que no lo sabías porque sí que lo sabías…- Suspiré cruzándome de brazos.
-No vuelvas a acercarte a ella si quieres seguir con vida…- Le miré.
-Es un consejo, no una amenaza…


KYLE
Sonreí.
-Lo que pasa es que tienes envidia. –la cogí de la cara y la besé a ella también. Ya había recibido dos puñetazos, qué más daba uno más.



SAYA
Me puse tensa cuando me besó. Cerré el puño, le agarré de la camiseta y le propiné una patada en sus partes nobles.
-¡Oye, tío! ¡Porque sea una ninfa no significa que puedas aprovecharte de mí como quieras! ¡Te he ayudado, pero creo que la que te va a matar soy yo!


KYLE
Vale, no me dio en la cara…
Me agarré mis partes nobles mientras ella me gritaba, me las había cascado… Al menos me había llevado no uno, sino dos besos, la miré.
-Agradezco que me hayas ayudado, yo sólo quería despedirme… -me incorporé aún dolorido y me fui hacia la puerta.


SAYA
Le miré.
-Hay otras maneras de despedirse, mamón…- Bufé cabreada y me fui a las duchas, necesitaba un baño de agua fría en seguida.


KYLE
Estos piratillas de pacotilla se habían quedado sin la mitad de sus recursos sin darse cuenta, era una pena no haberles cogido más, pero la nave no soportaba más carga.
Me subí y me puse el cinturón.
-Bueno, nenas, espero veros en el futuro. –dije a las chicas de la nave, aunque no me oyesen. Despegué y me alejé de allí antes de que alguien se percatara de que su sala de los tesoros estaba medio vacía.



SAYA
Kyle se marchó de la nave, más le valía no volver o le arrancaba su miembro viril con las manos. Me metí en los baños, aunque fuera el turno de los tíos. Jim estaba muy ocupado intentando evitar que besasen a su chica, Neo en casa de Kara y Kai perdido por ahí junto con Axel… no había peligro.
Me senté en el suelo de las duchas y dejé que el agua fría me refrescara. Encogí las piernas contra mi pecho pensando en mi comportamiento…
Seguro que Eri pensaba que era una borde por haberla hablado así, pero últimamente me irritaba cualquier cosa… Aún me sentía culpable por la muerte de Tigre, no me lo contó y así dudo que pudiera haberle ayudado en algo….


JIM
Alguien… llamó a la nave… Era tan extraño que alguien llamase a esa puerta que por un momento pensé que estaba loco.
Me acerqué y abrí, allí había una chica que preguntaba por Saya, ¿ya se había hecho amigas en el poco rato que llevábamos aquí?
La guié por los pasillos, parecía algo tímida, iba mirando a todas partes pero sin alejarse de mí.
Oí agua caer, así que supuse que estaría en las duchas. Me acerqué a la entrada.
-Saya… han venido a verte.


ERI
Había ido a buscar a Saya, Kai me había dicho dónde se encontraba su nave, y no dejaría que se fuese sin disculparme por haberla hecho sentir mal y sin despedirse de mí, aunque esa noche la pasarían allí.
Cuando llegué me recibió un chico. Le seguí hasta unas duchas, donde supuestamente estaba Saya. La llamó, pero no me esperé a que saliera, no iba a ver nada del otro mundo y que no hubiese visto ya.
Me quedé quieta delante de la ducha donde ella estaba y me arrodillé frente a ella. Me estaba mojando la ropa, pero no me importaba.
-Lo siento, Saya. –le dije sincera, no quería verla disgustada.


SAYA
Eri entró en las duchas y me pidió perdón. Levanté la cabeza y la miré.
-Eres tonta, no deberías haber venido después de cómo me comporté contigo y con Axel, por el bochorno que le hice pasar a Kai…- Bajé de nuevo la cabeza.
-No me pidas perdón por actos que no has hecho, soy yo la que te ha faltado el respeto y encima delante de tú marido y en tú propia casa…



ERI
-Eh… -me acerqué y la cogí de la cara, haciendo que me mirase.
-No digas eso, no me has faltado al respeto, fui yo la que se metió donde no la llamaban, y fui una tonta al no ver que estabas decaída… -apoyé mi frente en la suya.
-Kai nos lo ha contado todo, y lo siento muchísimo, cariño, no pensé que lo estabas pasando tan mal… -la abracé.
-Tú no te preocupes, ¿vale? Puedes contar conmigo para lo que sea.


SAYA
Sonreí y la abracé con fuerza, me da igual estar empapada, me da igual estar desnuda, Eri era mi mejor amiga y la quería como a una hermana.
-Gracias, Eri…- Dije sin separarme de ella.



AXEL
Kai y yo fuimos a buscar a las chicas, Saya se había ido hace un buen rato y Eri había ido a buscarla.
Seguí a Kai hasta la nave y entramos, según él, debería estar aquí. Miramos en su camarote, pero nada, finalmente acabamos en las duchas. Allí estaban, Saya desnudita abrazando a mi mujer, empapada.
-Joder macho, me ha tocado la lotería, ¡otra escena lésbica en lo que llevo de día!- Me llevé las manos a la cabeza.


SAYA
Abrí los ojos como platos cuando escuché la voz de Axel. Allí estaban, tanto Kai como su amiguito contemplando la escena. Entrecerré los ojos y agarré la pastilla de jabón, se la lancé dándole en la cara y con efecto, porque rebotó y golpeó el cabezón de Kai.
-¡¿Sé puede saber que hacéis ahí plantados como dos viejos salidos?!


KAI
Habíamos ido a buscar a las chicas, pero nada más entrar en las duchas Axel hizo el peor comentario que pudo haber hecho, y el jabón rebotó de su cara a mi cabeza. Cerré los ojos cuando cayó al suelo, más tarde me saldría un chichón.
Abrí los ojos, Saya tenía cara de cabreada y Eri nos miraba un poco colorada.
-Sólo queríamos ver dónde estabais. –dije agarrando a Axel del cuello de la camisa y tirando de él para sacarle de allí.



SAYA
Suspiré y miré a Eri. No pude aguantarme la risa, empecé a descojonarme y me levanté tapándome con la toalla.
-Vamos a ver a estos dos… los voy a matar.- Dije riéndome.


ERI
Me reí con Saya, estaba feliz de que ella sonriera, no podía ver a mi mejor amiga decaída, la cogí de la mano y tiré de ella hasta fuera, me coloqué frente a Axel, que tenía la marca del jabón en la cara.
-¿Cómo se te ocurre mirarnos mientras establecemos una conversación de mujer a mujer, eh? –me crucé de brazos intentando no reírme.


AXEL
Salieron de las duchas, me froté la nariz, pues era lo que mas me dolía. Eri empezó a echarme la bronca.
-No ez mi cupa que eztéiz en la ducha, una deznuda por competo y la ota moja… ¿qué coño me paza en la boca?- Mierda… tenía cachos de jabón pegados entre los dientes, me la había comido pero bien. Las chicas empezaron a reírse, miré a Kai que intentaba aguantarse la risa.
-Ja, ja, ja, mu graciozo…


SAYA
Me descojoné viva cuando Axel empezó a hablarnos en un dialecto extraño.
-Joder, Axel, que bien imitas a Silvestre.- Me reí de nuevo.


KAI
Intenté aguantarme la risa cuando Axel intentó quitarse el jabón que tenía en la boca, no sabía cómo había podido rebotar estando la mitad entre sus dientes.
-Te queda muy bien ese acento, un idioma cutre… pada un paiz cutre. –dije al final imitándole. Me mordí el labio para no reírme después de ello.


SAYA
Le di una colleja a Kai.
-No te metas con los países ajenos y menos…- Me reí de nuevo.
-Con los idiomas nuevos, ¿qué cultura tienes tú, Copito?


AXEL
Ahora el que se reía era yo, miré a Kai.
-¿Copito?- Me tuve que agarrar a la pared para no caerme de la risa.
-¡Que bueno!



ERI
Me tuve que tapar la boca para que Kai no me viese reírme por el mote que le había puesto Saya, miré a Axel.
-¿De qué te ríes tanto, Mechita? –me tapé la boca riéndome.


KAI
-Me… ¿Mechita? –no pude contenerme la risa, tuve que apoyar un brazo en el hombro de Saya, enterré la cara en él y me desahogué a gusto.
-¡Mechita! ¡Es buenísimo! ¿Cómo no se me había ocurrido?


AXEL
Miré a Kai, se empezó a reír a carcajadas, reconozco que nunca le había visto reírse de esa manera.
-Perdona, pero Mechitaz ez un apodo baztante… Joder, voy a labame la boca y luego abamos…- Fui al cuarto de baño para quitarme la porquería de la boca.


SAYA
Miré a Kai mientras de reía en mi hombro. Me mordí el labio riéndome también.
-Kai… para ya, te va ha dar algo…- Su risa era contagiosa, así que, acabamos los dos partiéndonos el culo.


ERI
Me reí con ellos, Axel estaría poniendo el baño perdido y por supuesto luego lo dejaría así.
-Espera, cariño, que te ayudo. –dije riéndome camino al baño, este Kai… y nunca le había visto reírse, menudo cambio.


KAI
Intenté parar de reírme, aunque me costó.
-Dios… Mechitas es mucho mejor que Copito, admítelo. –me entró la risa otra vez, pero pude frenarla, me llevé la mano al estómago.
-Madre mía, si lo sé venimos antes.


SAYA
Sonreí y le miré mientras se reía. Me gustaba verle reír…
-¿Sabes que estás más guapo cuando te ríes?- Dije haciéndole cosquillas en el abdomen.
-Que malo eres con Axel, ya no te doy el regalito que tengo para ti.


KAI
Aún seguía sonriendo cuando dijo aquello.
-¿Regalo? ¿Qué regalo? Si es una pastilla de jabón no la quiero. –dije retrocediendo.


SAYA
Le miré y alcé una de mis cejas.
-Ohm, ¿con que esas tenemos, eh?- Agarré el gel de ducha y le enchufé en la camisa.
-¡Sorpresa!


KAI
-¡Eh! ¡Eh! ¡No te pases! –dije intentando huir, me estaba llenando de gel de ducha.
-¿Qué es esa falta de respeto? –me tapé la cara haciéndola creer que me había dado en los ojos. Cuando se acercó, la quité el bote y empecé a enchufarla a ella.
-Esto te pasa por querer meterte conmigo.


SAYA
El muy idiota me asustó, pensé que le había dado en los ojos. Cuando me acerqué, me arrebató el bote de gel y empezó a mancharme a mí.
-¿Meterme contigo?- Me reí intentando quitarle el bote.
-Tú has empezado a meterte conmigo, ahora sufrirás las consecuencias.



ERI
Había ayudado a Axel a limpiarse sin dejar las duchas hechas un cristo, dejé que se secase con una toalla mientras salía. En el momento que salí, Saya y Kai estaban tirando de un bote de gel, cuyo tapón salió volando, dejando que todo el gel cayese encima de mí.
Cerré los ojos y abrí la boca del susto, después abrí los ojos.
-Pero qué… -me miré un mechón de pelo empapado con gel de ducha de color blanco.
-Og… no diré lo que parece porque todos lo sabemos…


AXEL
Al fin tenía la boca limpia y hablaba con normalidad. Salí para vengarme de Kai cuando me quedé congelado al ver la escenita.
Todo estaba hecho un asco, pringoso y pegajoso.
-Joder… ¿qué ha pasado aquí?- Miré a Eri, tenía algo blanco, jugoso y pegajoso colgando en uno de sus mechones. Miré a Eri y después a Kai.
-¡Macho! Ya te vale, que es mi mujer, pero que cerdo, si te has puesto cachoncillo haber ido al baño como todos.- Miré a mi alrededor.
-Como lo has puesto todo… yo no pienso limpiarlo.



ERI
Di a Axel en el brazo.
-¡No seas marrano! –dije intentando contener la risa, me quité el gel que tenía en el pelo como pude.
-Dios, necesito una ducha… -me reí a la vez que Kai y Saya.
-Vale ya de reíros a mi costa… -dije tapándome la cara mientras me seguía riendo.


SAYA
Me reí y me acerqué a Eri.
-Vamos, te ayudaré a quitarte esto y de paso me enjuagaré para quitarme el gel de encima.- Miré a Kai.
-Sé de uno que esta noche no se libra.- Dije bien alto para que se enterase, acto seguido acompañé a Eri a las duchas para poder quitarse el gel.


AXEL
-Uuuuh, ese no seré yo, ¿no, Saya? Esperadme que os acompaño a las duchas.- Fui tras ella.
-Yo también estoy sucio, una me frota por delante y la otra por detrás.- Verás que hostia me iba a ganar.


KAI
-Quieto parao. –le agarré del cuello de la camisa por detrás y tiré de él.
-Ya me parece una cochinada por tu parte querer ver a tu mujer en las duchas mientras nosotros estamos aquí al lado, pero con Saya no te pases ni un pelo, Mecherito.


AXEL
Sonreí y le agarré de detrás del cuello con mi brazo, le froté el pelo.
-Era broma, Escarchita…no, espera, ¿cómo era? ¡Copito!- Le froté de nuevo.
-Ois, Copito de mi alma queriiiiiiida.- Esta última frase la canturreé.


KAI
Me aparté de él propinándole un empujón en el pecho, seguro que no le dolería, estaba como una piedra.
-A mí mariconadas las justas, Mechita. –cogí un buen pegote de gel y se lo puse en la cabeza haciéndole una cresta.
-P-e-r-fecto.


AXEL
Me pringó el pelo de gel.
-Ohm, ¿me queda bien?- Le pregunté señalándome el pegote.
-Se lo preguntaré luego a Eri, a lo mejor me ve más atractivo y todo.


KAI
Negué con la cabeza, qué pena.
-Os invito a pasar aquí la noche. Estoy seguro de que las chicas querrán estar más tiempo juntas, podríamos pasar la noche en la cubierta, seguro que te gusta vivir una aventura fuera de las puertas de tu castillo. –dije apoyando mi mano en su hombro.


AXEL
Sonreí y miré a Kai.
-Te lo agradezco, Kai, pero los críos están solos en casa y no me gusta. Lo siento, pero si lo preferís, podéis veniros tú y Saya, hay habitaciones de sobra.- Me crucé de brazos.
-¿Qué me dices?



KAI
Miré hacia la pared de las duchas, como si así pudiese ver a Saya.
-No me parece mala idea, aunque tendré que hablarlo con Saya, supongo que no será ningún problema. –dije sonriendo al pesado de mi amigo.
-Pero antes de salir deberíamos asearnos un poco, menuda escena iban a montar dos reyes con estas pintas paseando por las calles, ¿no crees? –pregunté mientras me acercaba a las duchas, incitándole a seguirme.



AXEL
Miré a Kai pillando lo que quería decirme.
-Hombre, como no, no podemos ir dando mal ejemplo.- Le seguí hasta las duchas donde seguro que estarían las chicas desnuditas y empapadas.


KAI
Cuando fuimos a entrar recibí el golpe de un jabón en la frente.
-¡Captado mensaje! –retrocedí.
-Me temo que nos han oído y no son tontas.
-Saya, ¿quieres que vayamos hoy con ellos? –le pregunté desde fuera.


SAYA
Estaba terminando de ayudar a Eri con el pelo cuando escuché los dos marranos que esperaban fuera. Pretendían meterse aquí con nosotras, ni de coña. Agarré uno de los jabones y lo lancé, no se a quién di, pero le estaba bien empleado.
Miré a Eri cuando Kai me preguntó. La guiñé un ojo para que me siguiera el juego.
-Ohm… pues, sí, lo prefiero. Pero yo duermo con Eri, paso de dormir con un cerdo degenerado, además, dormir con una chica… me pone tan cachonda.- Me aguanté la risa y miré a Eri para que no hiciese ruido.



ERI
Me tapé la boca para que no se me oyera reírme.
-Sí, a mí también me parece una muy buena idea. –dije convencida.
-Además, vosotros también podéis dormir juntos. –dije alegre y acto seguido me tapé la boca de nuevo para que no oyesen como me partía de la risa.


SAYA
Me reí a su vez.
-Uuuuh, Kai, acuérdate de llevarme una cámara, hay que inmortalizar ese momento.- Ya no podía más, empecé a reírme de ellos a carcajadas.


AXEL
Me reí sarcásticamente y miré a Kai.
-¿Puedo matar a tu mujer o prefieres hacerlo tú?- Dije cruzándome de brazos.
-Que graciosilla que eres Saya, te iría bien como payaso en las ferias.


ERI
-Pero cariño, si lo decimos en serio. –dije sin reírme, le guiñé un ojo a Saya.
-Hace mucho que no estoy con Saya y la echo de menos, seguro que tú también echas de menos a Kai. –sonreí.
-Anda… sé que tú quieres… -dije intentando no reírme.


AXEL
Esbocé una sonrisa forzada.
-Eso, y encima la otra le sigue el juego… genial.- Las escuché reírse, se lo estaban pasando pipa las dos ahí dentro.


SAYA
Me reí y miré a Eri.
-Vamos, Axel, si seguro que te mueres por que mi Kai se acueste en la misma cama que tú. Te pase el brazo por los hombros, te acaricie la espalda y al final… ¡Zas! En toda la boca.- Me descojonaba a gusto.



AXEL
Suspiré tranquilo.
-Muy bien… ya la mato yo.- Entré en las duchas sin importarme lo que me dijera ni Kai ni las chicas que empezaron a llamarme de todo cuando las vi desnudas.
-¿Y ahora qué, eh? Venga, meteros conmigo ahora.- Se taparon con las toallas, aproveché y las quité el jabón para que no pudieran escalabrarme.



ERI
Me tapé cuando Axel entró, iba a enganchar el jabón, pero l agarró él antes. Me coloqué delante de Saya.
-Si me ves a mí, bueno, porque soy tu mujer, pero si te pones a mirar a Saya desnuda te aseguro por la tumba de mi abuela que me voy a coger un cabreo que no sé lo que te voy a hacer, así que o sales de aquí o te tragas el champú. –sonreí dulcemente.


AXEL
Coloqué mis manos a cada lado de mi cintura, miré a Eri serio y tranquilo.
-Muy bien… pero me llevo lo que es mío.- Agarré a Eri y me la cargué al hombro como un saco de patatas.
-Chao…- Sonreí y salí de las duchas con mi mujer chillando y pataleando sin parar.


ERI
Me agarró y me subió sobre su hombro, me empezó a llevar fuera de la ducha.
-¡No! ¡Axel, por Dios! ¡Para! ¡Axel, estate quieto! –me agarré a su espalda para no caerme, y cuando salimos me puse roja al ver a Kai, me agarré de la parte baja de la toalla para que no me viese nada. Dios, qué vergüenza.
-¡Axel! ¡Bájame ahora mismo!



KAI
Sonreí cuando Axel sacó a Eri cargada de su hombro y entré en las duchas, Saya estaba con la toalla alrededor del cuerpo.
-Uh, menudas vistas. –sonreí y me acerqué.
-¿Qué cuchicheáis tanto de nosotros? ¿No ves que no queremos dormir juntos? ¿Qué diría su pueblo? “A parte de aliarse con el enemigo se acuesta con él, oh…”. Mala reputación, Saya. –tiré de su toalla quedándomela yo.


SAYA
Axel se llevó a Eri consigo, iba a salir a buscarla cuando entró Kai. Me quedé donde estaba y le miré.
-Estaría bien, piénsalo, la gente del reino del hielo hablaría más de ti.- Me arrebató la toalla. Me tapé los pechos con los brazos.
-Dame la toalla, graciosillo.- Me puse roja.


KAI
-Uh, te has puesto roja. –dije doblando la toalla en mi brazo.
-Me parece que no te la voy a dar, hay unas buenas vistas desde aquí sin ella. –la tiré a un lado y coloqué las manos tras mi espalda. Sonreí.
-¿Crees que me voy a acostar con un hombre teniéndote a ti, mi reina?


SAYA
Tiró la toalla a un lado… joder… no me importaba que me viese desnuda, pero a veces me intimidaba…
Miré la toalla y después a Kai.
-¿Me vas a tener aquí el tiempo que tu quieras, no?- El rubor iba a más, pero que capullo que era cuando quería.


KAI
Sonreí malicioso. Me acerqué a ella, noté cómo se ruborizaba más por momentos. Volví a por la toalla y se la devolví.
-Tranquila, no voy a hacerte nada, y menos si te pones así. –se la coloqué encima de la cabeza.
-¿Te vas a vestir o prefieres que salga?


SAYA
Sonreí y agarré la toalla, me la puse sobre el cuerpo pero sin enrollarla.
Le agarré de la camisa.
-Kai, ¿cuánto hace que no me besas?- Pregunté aún con el rubor en mi rostro.
Con el tema de la muerte de Tigre, me había distanciado un poco de Kai y hacía un par de días que no tenía mimos con él.


KAI
-Mmm… -me rasqué la barbilla.
-Creo que 54 horas, 23 minutos y 20 segundos, ahora 21, ¿por qué? ¿Quieres que te bese? –sonreí, la agarré de la cara acercándola a mí y la besé.


SAYA
Le agarré de la nuca con una mano mientras que con la otra me agarraba la toalla. Se separó pero yo no le solté. Me quedé pensativa un momento.
-Creo… que ha sido un beso corto para tanto tiempo, ¿no crees?- Le agarré con las dos manos de la nuca, adiós toalla, y le volvía besar con más ímpetu y pasión que antes.


KAI
La agarré de la parte de atrás de la cintura mientras la besaba. Tenía razón, poco beso para mucho tiempo. Acaricié su espalda mientras nuestros labios volvían a encontrarse, enredándose y deseándose. No la solté hasta que ella quisiera separarse.


SAYA
Solo habíamos pasado dos días sin ni siquiera rozarnos, y claro, después viene las consecuencias, me engancho a sus labios y no puedo despegarme de él…
Seguí besándole, solo me separaba el tiempo necesario para coger aire y volver a juntar mis labios con los de él… lo bueno es que no se había dado cuenta de que antes, el gilipollas de Kyle me había besado…


KAI
Quedaba claro que no podíamos vivir el uno sin el otro. La pegué más a mí, besándola con ganas. Después de todo, por muy mal que nos llevásemos y aunque algún día nos odiásemos, cosa que veo imposible, siempre estaba la atracción física que teníamos tan fuerte el uno por el otro, sumándolo más todo el amor que sentíamos era la fusión perfecta para no querer separarnos.
Seguí besándola, hasta que me cansara pensé, pero así no acabaríamos nunca.


SAYA
Me pegó más a él, si esperaba que yo parase esto iba listo y más si me pegaba a él.
Le acaricié la nuca bajando por su cuello, le agarré del mentón y le miré sin separarme mucho de su rostro. Sonreí rozando la punta de mi nariz con la de él.
-Ey, tigre… ¿no nos estaban esperando Axel y Eri?- Le pregunté entre jadeos, acto seguido le besé encerrando su labio inferior entre los míos.


KAI
Dijo que nos estaban esperando, pero no se separó de mí y me volvió a besar. La acaricié el cuello con las manos y me separé en contra de mi voluntad.
-Tienes razón, están esperándonos. –no la miré para evitar la tentación, pero ella me volvió a besar y yo no la aparté.


SAYA
Le volvía a besar con ganas, me acerqué a la puerta y la cerré.
-Que esperen sentados…- Le agarré de la nuca y de la espalda juntándole totalmente a mi cuerpo desnudo y mojado. Apoyé mi espalda en la pared y alcé una de mis piernas hasta quedar el muslo a la altura de la cintura de Kai.


KAI
A la porra. La agarré fuerte contra la pared y la sujeté la pierna de Saya que estaba enroscada a mi cintura.
Bajé mis labios a su cuello mientras acariciaba todo su cuerpo desnudo con mis manos, no se podía mantenernos tanto tiempo separados, era delito.


SAYA
Le descamisé en un momento dejando su torso desnudo. Recorrí su espalda con mis manos llevándolas a la parte más baja de su abdomen, bajo el ombligo.
Le besé en los labios con fogosidad enroscando mi lengua con la suya.
Para la próxima vez ya lo sabía, no empieces a besarle si sabes donde vamos a acabar.
Ahora mismo me importaba todo muy poco, que Axel y Eri estuviesen esperando, bueno, pues que se entretengan como hacemos nosotros.
Jadeé mientras Kai recorría mi cuerpo con las manos. Sentía el deseo por cada célula de mi organismo, correr por mis venas… empezaba a excitarme.


KAI
Seguí besándola sin parar, sin pensar en nada más que ella, en sus besos, en sus labios…
Enredé mis dedos entre sus cabellos jadeando con sus labios pegados a los míos.
-Me sacas de quicio, pierdo totalmente el control contigo…


SAYA
Sonreí jadeando, le besé el cuello empezando por debajo de su oreja.
-No es malo perder el control de vez en cuando…- Le agarré de los hombros deslizando mis labios por su cuello hasta la clavícula.


KAI
Agarré mi cinturón y empecé a desatármelo mientras recorría mi cuello con sus labios. Jadeé de manera audible y la volví a besar en los labios tirando el cinturón a un lado.
-Pero siempre me estás haciendo perder la cabeza, siempre. –volví a besarla. No la estaba replicando, simplemente destacaba su don de hacerme perder los estribos.


SAYA
Jadeé haciendo que mi aliento rozara la piel de su cuello. Hundí en vientre cuando me rocé con el abdomen de Kai. Le agarré del pelo de la nuca y le besé con fuerza sin dejar de jadear.
-Me gusta que pierdas la cabeza.- Dije entre jadeos.


KAI
Agarré la otra pierna que le quedaba libre y la coloqué también alrededor de mi cintura mientras la besaba con ansia. La besé por el pecho, agarré el pantalón y tiré de él hacia abajo intentando que ella no cayese mientras la sujetaba contra la pared.
Gemí cuando sentí sus manos recorrer mi nuca y mi espalda, esta mujer me llevaría al cielo sin tener que morirme.



SAYA
Dejé escapar un gemido cuando me beso por el pecho, le agarré de la nuca con las dos manos enredando mis dedos entre su pelo. Jadeé con más intensidad y deslicé mis dedos por su espalda presionando su piel. Le mordí el labio inferior introduciendo después mi lengua acariciando la suya.


KAI
Le di una patada al pantalón que ya estaba en el suelo, y lo mandé lejos. Le mordí le labio mientras me deshacía también de los boxer con una mano.
-Hoy no estás por la labor de desnudarme, eh. –sonreí y la volví a besar.


SAYA
Sonreí y le miré.
-¿Quiere su majestad que le desnude?- Me mordí el labio y la agarré de las manos justo cuando iba a quitarse el boxer.
-Habérmelo pedido…- Llevé sus manos una a cada uno de mis pecho, sonreí y le besé deslizando mis manos por su cadera hacia abajo agarrando la tira de su boxer.
Se lo bajé palpando bien la piel de sus ingles y de sus muslos. El boxer cayó al suelo, mis manos volvieron a subir y esta vez le acaricié entre las piernas, para rabiarle un poco.


KAI
Gemí cuando empezó a tocar en zonas tabú. La besé con fuerza, pegándola totalmente a la pared, y, apartando sus manos, penetré, no poco a poco, sino a traición, jadeando con fuerza.


SAYA
Gemí a lo bestia cuando penetró, pero que burro… Le clavé las uñas en la espalda jadeando.
Le miré.
-Hijo de…- No pude terminar de insultarle, penetró de nuevo haciéndome gemir otra vez igual que antes. Mis uñas se hundieron más en su piel.


KAI
Gemí mientras penetraba, no la daría tiempo ni a insultarme, más le valía que no.


ERI
Cuando por fin me libre de ir al hombro de Axel por más de media nave decidí ir a por mi ropa, estaba cogiendo frío por esa nave semidesnuda y mojada, aunque ya poco con el paseo que me había dado mi marido.
Él me siguió hasta el baño con la broma de que seguro que como nos habíamos descuidado Kai y Saya estaban montándoselo en las duchas.
-Eres un marrano a veces, ¿sabes? –dije agarrando la toalla que de vez en cuando tiraba de ella hacia abajo para picarme.
Llegué hasta la entrada de los baños.
-Saya, ¿dónde esta mi…? –cuando entré tuve que volver sobre mis pasos a toda prisa, estaban haciendo justo lo que Axel había dicho, le miré agarrándome de la frente para que el flequillo no me molestara. Por suerte no me habían visto, estaban muy implicados en ello.
-Mejor esperamos, ¿vale, cielo? –le empujé por el pasillo para que no se diesen cuenta de que habíamos estado allí.



AXEL
Seguí a Eri bromeando e intentando arrebatarle la toalla. Fue a entrar en las duchas, abrió y cerró al instante. No hacía falta que me dijera nada, joder, debía ser adivino…
Sonreí y me giré cuando Eri me empujó hacia la salida.
-¡¡Siii!! ¡Uuuuh! ¡¡Sexooooo!!- Grité para que me oyesen.
-¡¡Living la vida loca!!


ERI
-¡¿Quieres cerrar la boca?! –susurré empujándole.
-¿Te gustaría que mientras estamos en medio de la faena pasase por la puerta Kai y gritase eso? –suspiré poniendo los ojos en blanco.
-No sé ni por qué lo pregunto, eres capaz de decirme que sí. –nos alejamos del pasillo.
-Te lo advierto, como te vayas hoy duermes con los gemelos, y dan patadas, muchas.


AXEL
Sonreí travieso.
-Ji, ji, ji, ji, molaría ver como Kai la diña mientras está dándole al mambo, siempre va de durito y de fantasmón por la vida…- Suspiré y miré a Eri.
-Está bien, me portaré como un buen chico.


KAI
Cuando acabamos con nuestros jueguecitos nos metimos los dos bajo una ducha, eso sí, sin dejar de besarnos, duchándonos con nuestros labios juntos y nuestros cuerpos también pegados.


SAYA
Nos duchamos juntos aún dándonos caricias y besos mutuamente. Me arrepentí después, le había dejado la espalda hecha un cristo al pobre. Le acaricié la zona dañada con cuidado.
-Que burra soy a veces…lo siento.- Sonreí besándole en la cara.


KAI
-No pasa nada, yo tampoco he sido ningún santo. –sonreí y acto seguido la besé de nuevo, agarrándola con ambas manos los cachetes del culo. El agua nos caía y limpiaba nuestros cuerpos mientras seguíamos compartiendo caricias.



SAYA
Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos acariciándole la espalda. Le di besos suaves en el cuello disfrutando del momento.
Nos quedamos ahí hasta que caímos en la cuenta de que Axel y Eri nos llevaban esperando un buen rato…. Tampoco importaba mucho.

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