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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Capitulo XXIII- LA CARRERA DE NAVES.

Una expectacular carrera de naves da comienzo en este capitulo, pero tendrá un final algo desastroso, hasta ahí puedo contar. XD



KAI
Había pasado una semana desde lo ocurrido en el castillo. Cuando llegué a la nave volví a ser el mismo de antes, igual de frío, por lo que todos se asombraron, salvo Neo, que se puso completamente contento cuando por fin se libró de Saya.
Casi no salí de mi camarote, me dedicaba a idear estrategias para ir a por Draco, o para eliminar a James. La comida no solía catarla, al menos no si Erika no me la traía a mi cuarto.
Lo de Saya me estaba afectando más de lo que esperaba, y no lo soportaba. Salí de mi camarote, se celebraba ese día la competición de naves, y aprovechando, Neo se había apuntado. Nos habíamos enterado de que después de las carreras había unos combates, nos apuntamos todos, aunque Jim insistió en que no dejara participar a Erika, pero yo dejé que hiciesen lo que les diese la gana.



NEO
Kai andaba muy raro últimamente, se le veía muy afectado por la ausencia de Saya, pero yo no podía evitar sentirme feliz por que ella no estuviese por aquí.
Pasó una semana, me apunté a la carrera de naves, fui el único de toda la tripulación que se apuntó a la carrera, los demás, excepto Jim, se apuntaron al torneo de lucha cuerpo a cuerpo.
Quería enterarme bien de las reglas, así que, me separé del grupo para ir a leer les reglas.
REGLAS:
1-Todo participante debe presentarse con una nave piloto sin armamento de serie.2- La línea de salida debe ser respetada por todos los participantes, deben permanecer todos a la misma altura. (50 centímetros de distancia)
3- Están totalmente prohibidas las embestidas o cualquier movimiento que ponga en peligro la vida de cualquier participante.
4- El ganador no puede mofarse de los perdedores restregándoles el premio a la cara.
La última regla me pareció algo gilipollas, pero…
Al lado estaba la lista de los que iban a participar, en total éramos 10…
-Un momento…- El último nombre que leí me dejó descolocado.
-No me jodas…- Fui en busca de Kai, esto tenía que verlo.



KAI
Estaba entre el público que presenciaría la carrera. Aún no estaba muy completo, pues faltaban veinte minutos para que la carrera diera comienzo. Paseé por los alrededores observando a los participantes, eran bastante diferentes para ser todos pilotos.
Me apoyé en la pared de una caseta de primeros auxilios, y esperé allí.


NEO
Había arrancado la lista del corcho donde se situaba, no lo echarían de menos, había más por ahí.
Encontré a Kai al lado de la casa de auxilio, me acerqué y le extendí el papel.
-Tienes que ver esto, mira quien participa en la carrera. El décimo participante es tu hijo…- Le miré algo confuso, ¿un niño tan pequeño iba a correr en la carrera?



KAI
Cogí el papel, en efecto, el décimo participante era Kai. ¿Cómo había sido capaz Saya de dejar al crío participar en una cosa tan peligrosa? Luego era yo el irresponsable.
-Bueno, ¿y yo qué puedo hacer? No está bajo mi tutela, no puedo detenerle.


NEO
Le miré.
-Hombre, el que no va a hacer nada soy yo. Eres su padre, me imagino que tendrás que actuar como tal, ¿no?- Al ver que pasaba olímpicamente de mis ideales, le miré y le dejé allí con el papel en la mano. No podía perder el tiempo, dentro de quince minutos empezaba mi carrera y tenía que estar a punto.
Me acerqué a la línea de salida, donde estaba colocada y con los motores encendidos mi nave de carreras, era tan roja como la Quimera, pero piloto. Parecía un bólido de carreras. Me monté en ella. Miré a mi alrededor por si avistaba al hijo de Kai o a Saya. Bingo. No vi al pequeñajo, pero si la vi a ella. Estaba ante una nave plateada hablando con un mecánico. Kai no haría nada, pero yo no me quedaría de brazos cruzados.
Me bajé de la nave y caminé hasta ella, me puse detrás sin que me viera.
-¿Te parece bonito dejar que tú hijo participe en esta carrera?


SAYA
Nos enteramos del torneo, Kai estaba encabezonado en participar, así que, al final le dejé.
Llegamos allí por la mañana y le inscribí en la carrera, no me convencía del todo, pero no podía hacer otra cosa.
Después de que su padre se marchase, no había levantado cabeza y no nos vendría un poco de diversión a los dos.
Estaba hablando con uno de los revisores cuando una voz muy familiar me alarmó. Me giré y vi a Neo.
-Ohm…-Dije, así que Neo y los demás estaban por aquí, estupendo.
-No te metas en esto, Neo, no es de tu incumbencia.



NEO
La miré, seguía siendo igual de chula.
-Es verdad, no me incumbe, pero ya que su padre no hace nada para impedir que tu hijo se estrelle en la carrera, pues me meto yo. Haz que tu hijo se retire, esto no es un juego, Saya.-La miré serio, no me importaba nada ella, solo el pequeño.


SAYA
Volví la mirada hacia la nave de mi hijo. No quería escuchar su idioteces.
-Márchate, Neo, la carrera está a punto de comenzar.- Dije esperando a que el niño apareciese
.


NEO
Me dio la espalda, la agarré de los hombros para que me mirara.
-Vas a condenar a tu hijo a una muerte segura, estos tíos son uno salvajes, en cuanto vean a tu hijo irán a por él a saco. Haz que renuncie, aún no es tarde, hazme caso, Saya.- El pequeño Kai apareció con su equipo ya puesto preparado para correr. Me acerqué a él y sonreí.
-Eh, ¿dónde vas campeón?



KAI JR.
Corrí hacia mi nave, iba a empezar la carrera sin mí y no sería justo.
Vi a mi madre con Neo, el piloto de la nave roja. Entonces mi papá estaba aquí también. Iba a preguntárselo cuando me preguntó él a mí.
-Pues, a la carrera, como tú.



NEO
Le miré y sonreí.
-Oye, ¿y por qué no lo dejas para cuando seas un poco más grande? No es buena idea que un niño de tu edad monte en una cosa de esas.- Le señalé la nave.



KAI JR.
-Pero mamá me deja, ya me ha inscrito. Además, quiero que mi padre me vea correr en la carrera, voy a ganar para que vea lo fuerte que soy.- Dicho esto me monté en mi nave y la arranqué.



NEO
Ni caso, otro como su padre. Me levanté y le miré mientras arrancaba su nave. Miré a Saya.
-Y que no te veo por la labor de impedirle nada, haré algo por él ya que sus padres se oponen. Cuidaré de Kai en la carrera intentaré bloquear las embestidas y le mantendré con vida, por los dos… Vaya mierda de padres.- La miré con asco y después me dirigí al chaval.
-Pues nada, enano, nos vemos en la carrera.- Me dirigí a mi nave y me monté en ella preparado para comenzar. Lo único que me faltaba era un beso de buena suerte. Busqué a Kara con la vista entre la gente, no sé si la divisaría.



KARA
No me hacía ninguna gracia que Neo participara en esa carrera después de ver a todos los pilotos: parecían unos brutos sin escrúpulos que sólo iban por el premio. Si Neo salía mal parado les incendiaría a todos las naves con ellos dentro.
Sonó por megafonía que faltaba poco para que comenzase la carrera, y quise ver a Neo antes de ello. Me colé entre la gente, dando empujones. Le vi con su nave roja mirando a todas partes. Me metí entre las naves, y varios me gritaron, pero los ignoré. Corrí hacia donde él estaba y de un salto me subí a sus hombros, abrazándole.



NEO
Vi a Kara correr hasta mi nave, me abrazó, yo la esperaba. Sonreí y correspondí a su abrazo. Los demás participantes silbaban ante la escenita, pero a mí me daba igual. La miré agarrándola de la cara.
-No te preocupes, morena, soy un gran piloto, esto es lo mío.-Sonreí y acto seguido la besé inclinándola levemente hacia atrás.
-Cuando regrese te lo devolveré con creces, mi niña.- La acaricié el rostro. Dieron la alarma por megafonía, esto empezaba. Ayudé a Kara a bajar de la nave, me senté y me abroché los cinturones. La capsula se cerró, miré a Kara y la guiñé un ojo para que no se preocupara.



KARA
Me besó y subió a la nave. Sonreí intentando no demostrar que estaba preocupada, lo último que necesitaba él ahora era no poder concentrarse. Me despedí con la mano mientras él cerraba la cápsula.
-Ten cuidado, grandullón. –le dije en alto, para que me oyese. Me besé la mano y luego la posé en el cristal. Sonreí de nuevo y me alejé de la nave corriendo, empezaban a arrancarlas. Salté la valla del público y me colé entre la gente, pero me mantuve en primera fila.



NEO
La miré y sonreí, me coloqué en la cara la mascarilla de oxígeno, era reglamentaria. Miré el semáforo que indicaba la salida mientras escuchaba al comentarista diciendo el nombre se cada competidor. Éramos diez en total, ocho hombres enormes y con pinta de burros. Divisé al pequeño Kai, como prometí, yo le protegería, lo más seguro es que fueran a por él.
Miré de nuevo el semáforo, el color cambió al amarillo e inmediatamente al verde. Dieron el pistoletazo de salida y las naves salieron disparadas. Me quedé alucinado cuando vi la nave plateada de Kai salir disparada sin dificultad sacando ventaja a los demás corredores incluyéndome a mí.
Si quería mantenerme cerca de él ya podía espabilar. Nuestra carrera se transmitía por una enorme pantalla en las gradas, para el público. Eran tres vueltas llenas de dificultades, ningún problema para mí.
Adelanté a varios quedándome en sexto lugar mientras que el pequeño Kai ya estaba en tercera posición. Se le daba muy bien esto.


KAI JR.
Pisé a fondo el acelerador haciendo que adelantara a los demás en seguida. Grité de emoción cuando sentí la velocidad.
-¡¡¡¡WOOOOOOOOOOO!!!- En seguida me adelantaron, pero no importaba, seguí intentado ponerme en cabeza. Vi que el primero me adelantaba, era un electro y tenía muy mala uva. Bajé la palanca del acelerador y le adelanté por arriba consiguiendo el primer puesto. Grité de nuevo pasando por un túnel oscuro, tuve que encender las luces laterales para ver si se me acercaban por algún sitio. Dos me acorralaron, uno en mi lado derecho y el otro en mi lado izquierdo.
-¿Si? Ahora veréis.- Antes de que me cerraran el paso, apreté la palanca del freno haciendo que los otros dos chocaran entre sí cuando se acercaron para impedir que me moviese. Me reí cuando vi que sus naves se quedaban hechas añicos. Les adelanté y salí del túnel el primero.


NEO
Vi una explosión dentro del túnel… mierda. Aceleré, lo más seguro es que fuera la nave del Kai, le habían tendido una trampa. Pero no, vi que eran dos naves de otros dos competidores, suspiré aliviado, no era Kai.
Aceleré y salí del túnel, dos naves me distanciaban de Kai. Intenté pasar pero eran unos cabrones, se pusieron delante de mí tapando mi campo de visión. Perdí de vista la nave plateada.
-¡Joder!- Grité e intenté adelantar, pero nada, los muy desgraciados me tenían calado. La carretera era demasiado estrecha para adelantarlos por un lateral y por abajo era imposible. Me percaté de que un tercer participante me adelantaba por arriba y se posicionaba encima de los dos que tenia delante. Me quedé observando, entonces lo comprendí, justo cuando el tercer corredor se posicionaba encima de la nave de Kai. Pretendía aplastarle.
-¡No! ¡Mierda!- A tomar por culo. Me abrí paso entre los dos corredores cargándome los alerones de mi nave. Una de las naves que me bloqueaba se estrelló contra una roca y la otra patinó hasta que saltó en llamas…..y pensar que ese podría haber sido yo.
Aceleré y pude ver como Kai volaba en zig- zag intentando quitarse al otro de encima, si seguían así se estrellaría. Pasamos por la meta, solo quedaban dos vueltas y yo tenía que hacer algo para impedir que el chico saliese herido.
Nuestra posición era peligros, Kai estaba delante de mí con el capullo ese encima haciendo que la panza de la nave desquebrajase el cristal de su cabina, yo permanecía detrás intentando llamar la atención del atacante.
De nuevo pasamos por la meta seguidos de los demás corredores, escuché los gritos del público emocionado y el comentarista anunciando nuestro percance. Última vuelta y aún sin quitarle al crío aquel parasito asqueroso. El cabrón seguí aporreando la cabina de Kai, decidí actuar, empujé la nave de Kai haciendo que se apartara del peligro y tragándome yo la última embestida que provocó que estallara mi cabina. Uno de loa cristales se me clavó en el hombro perdiendo totalmente la movilidad de mi brazo izquierdo. Grité de dolor y de rabia, alcé el morro de mi nave e hice que estallara el motor de la nave que tenía encima.
Kai llegó sano y salvo a la meta seguido de mi que al no poder controlar el timón, hice que mi nave derrapara estrellándose contra las gradas.



KARA
Desde un principio no me gustó lo que veía, los corredores eran unos brutos y no tendrían compasión. Cuando empezó la carrera mi corazón iba a una velocidad bastante rápida, y mi respiración era muy lenta.
En la pantalla pude ver cómo los corredores se embestían entre unos y otros, y el corazón me daba punzadas. No apartaba los ojos de la pantalla nada más que para mirar si pasaban por la meta.
En una de las veces, Neo perdió los alerones de la nave. Me llevé las manos a la boca.
-Dios mío… -mi respiración aceleró.
Cuando pude ver que estaba bien no pude calmarme, porque más tarde una nave se le echó encima, y vi cómo volaban los cristales de la cabina.
-¡¡No!! –grité, estaba histérica, seguro que le habían hecho algo.
Cuando por fin cruzaron la meta por tercera vez, yo estaba dispuesta a correr hacia la pista, pero la nave de Neo se estrelló contra el público, unos metros por mi derecha.
-¡¡¡Neo!!! –chillé mientras corría entre la gente, dando empujones a diestro y siniestro sin tener piedad con nadie, sólo me importaba él.
-¡Neo! ¡¡Neo!! –grité apartando a la última línea de gente que rodeaba la nave. Aparté los pedazos de nave destrozados con tal de llegar a la cabina.
-¡Neo! ¡Neo, respóndeme! ¡¡Neo!!



NEO
El impacto fue brutal, si no fueran por los cinturones habría salido volando. Todo se llenó de humo, seguramente de los motores. Me quité la mascarilla de oxígeno y me dispuse a quitarme los cinturones cuando escuché la voz de Kara, llamándome.
-Mierda, ¡Kara! ¡No te acerques, el motor está a punto de estallar, lárgate!-Grité intentando liberarme, pero no podía, entre el brazo herido y que los cinturones se habían quedado atascados no podrías salir de allí.
-¡¡Kara!! ¡¡Vete!!- Empezaron a salir llamas.
-Joder…


KARA
Cuando pude verle, su brazo tenía sangre y estaba enganchado con los cinturones. Empezó a salir humo de la nave mientras Neo me gritaba que me apartara.
-No me voy de aquí sin ti. –nerviosa, intenté arrancarle el cinturón, pero como él, tampoco pude hacerlo. Tiré nerviosa, pero seguí sin hacer nada, sólo pude hacer una cosa, y era protegerle. Me metí dentro de la cabina como pude y le cubrí con mi cuerpo lo más que me fue posible, y absorbí el fuego de nuestro alrededor, pero no pude extinguirlo todo.


NEO
Kara se metió en la cabina para protegerme del fuego que se extinguió, pero no del todo.
-Kara… sal de aquí, te lo suplico.- La miré, sabía que no iba a salir de esta. Entonces, poco a poco la nave dejó de echar humo y el fuego se apagó del todo, el metal se congelaba a una velocidad asombrosa.
-¿Pero que…?-Pude ver por uno de los cristales al pequeño Kai congelando los motores posando las manos en ellos.
-Kai…- Saya saltó en frente de nosotros y arrancó los cinturones con su daga, la miré cuando me extendió la mano, la agarré y nos ayudó a salir de la cabina, a Kara y a mí.
Saya me había salvado, ¿por qué?
Una vez fuera, me atendieron los equipos médicos llevándome a la casa de auxilio, miré a Kai y a su madre.



KARA
Cuando ya pensé que todo estaba perdido, empecé a notar frío a nuestro alrededor. Cuando miré fuera, ya con lágrimas en los ojos, vi a Saya y a su hijo. No entendí lo que pasaba hasta que nos sacaron de allí. Creo que entré en estado de shock por la emoción, porque no me enteré cuándo pusieron a Neo sobre la camilla, pero le vi ahí y me acerqué a cogerle la mano. Parpadeé para no derramar las lágrimas, seguía nerviosa.



KAI JR.
Bajé rápido de mi nave, me daba igual el trofeo, corrí hasta la nave de Neo y sin pensármelo coloqué las manos sobre el ardiente metal y empecé a congelar el motor con el truco que me había enseñado papá.
Neo me había salvado la vida y no quería que le pasara nada, Mi madre se acercó corriendo y les sacó de la cabina cuando ya no había fuego. Estaban a salvo. Sonreí y vi como se llevaban a Neo a curarle.
El Jefe de la carrera vino para darme el premio, negué.
-No, déselo a Neo, me ha salvado la vida, yo no lo quiero.- El Jefe hizo lo que le dije y le entregó el tesoro a Neo, sonreí.
-Gracias, Neo.


KARA
No me aparté del lado de Neo, aunque seguía distraída. Por un momento pensé que moriríamos ahí juntos, pero nos habían salvado. Kai entregó a Neo el tesoro del Rayo. Me quedé mirándole mientras se lo entregaba, entonces me espabilé. El niño nos había salvado.
Sonreí, me agaché y le di un abrazo.
-Muchas gracias, cariño, nos has salvado la vida. –estaba hecha un flan, no sabía como reaccionar así que me quedé con el niño entre los brazos.


NEO
No me lo podía creer, la persona a la que más odio tenía en el mundo es la persona que me ha salvado la vida. Miré a Kai cuando me entregó el tesoro.
-Pero… es para ti, tú has ganado la carrera…- Miré el tesoro cuando me lo entregó. Sonreí.
-Gracias, chiquitín.- Miré a Saya.
-Creo que estoy en deuda contigo y te debo una disculpa, lo siento y gracias por ayudarnos.



KAI JR.
Kara me abrazó, vaya, era la única chica que no me molestaba que me achuchara. Sonreí y miré a Neo.
-Es para ti, gracias a tu ayuda he podido ganar, te lo mereces más que yo por salvarme.- Sonreí y miré a mi mamá.
-¿Puedo ir con ellos a la enfermería?



SAYA
Contemplé la escena sin decir nada, mirando a mi hijo y como le agradecía a Neo que le hubiese salvado la vida, la verdad es que yo también estaba en deuda con él.
Neo me lo agradeció y me pidió perdón por su comportamiento anteriormente. Negué sin decir nada, no hacían falta palabras. Kai me preguntó si podía ir con ellos.
-Está bien, si ellos quieren, pero no molestes.- Sonreí levemente.


KARA
Sonreí levantándome.
-Gracias por todo, Saya. Como bien ha dicho Neo, estamos en deuda contigo. –volví a sonreír y cogí la mano de Kai para que viniese con nosotros, ya que quería acompañarnos, y fuimos a la enfermería. No me gustaban las heridas de Neo, esperaba que se las pudiesen curar bien.



SAYA
Kara me lo agradeció también, tan solo asentí. Les miré mientras se marchaban hacia la enfermería con Neo que no tenía muy buen aspecto. Kai agarró la mano de Kara y me miró, se despidió con la mano de mí, sonreí y le contesté a la despedida de la misma manera.
Entraron en la casa de auxilio, suspiré y miré al cielo cuando escuché un trueno, en un segundo se puso a llover a lo monzón. La gente empezó a correr a mi alrededor en busca de un refugio para resguardarse del chaparrón. Me cubrí con la capucha de mi sudadera y me senté en las gradas, algo apartada de la casa de auxilio, cerca de la pista de carreras, a la espera de que saliesen de allí.


KAI
Había estado observando la carrera durante todo el recorrido. Más de una vez Kai estuvo en peligro, pero Neo estuvo ahí para ayudarle y lo agradecí, aunque una de las veces tuve que intervenir. Uno de los que iban un poco atrasados tenía un hueco para misiles, y estaba dispuesto a lanzar uno, de modo que taponé la salida con hielo, nadie se percató de ello salvo el conductor, que más tarde insultaría a toda mi estirpe.
Empezó a llover y la gente se puso a resguardo. Yo me quedé bajo la lluvia, no me resultaba molesta. Me quedé quieto donde estaba disfrutando de la lluvia, luego decidí acercarme a la nave para recoger las inscripciones de los combates que de realizarían esa misma tarde.
Cuando pasé cerca de la casa de auxilio, vi allí sentada a Saya. Por un momento mi corazón se resintió, pero no hice ningún gesto que pudiese indicarlo, y seguí caminando sin dedicarla una mirada.



SAYA
Cerré los ojos sintiendo como el agua de la lluvia mojaba la piel de mis piernas, que era lo único que llevaba al descubierto. Mi ropa estaba empapada, pero no me importaba, es más, lo agradecía. Una de las veces que me dio por mirar a la casa de auxilio pude distinguir a Kai entre los goterones de la lluvia, Rápidamente giré la cabeza, como si no le hubiese visto. Mi corazón se agitó y mi respiración se aceleró. Me quedé quieta, dando a entender que no me había dado cuenta de su presencia, pero seguro que él lo sabía. Respiré hondo y volví a mirar, esta vez más disimuladamente y cubierta por la capucha. Al ver que se dirigía a la nave pasando de largo, respiré más tranquila.


KAI
Ambos nos ignoramos, parecíamos un par de adolescentes peleados, menuda estupidez. Subí a la nave y busqué las inscripciones, estaban en la sala de mandos y no me fue difícil encontrarlas.


JIM
Después de la carrera, que tuvo varias bajas, empezó a llover, y Erika y yo nos resguardamos bajo el tejadillo de una caseta de bebidas cerrada. Tenía un poco de pelusa, porque Erika iba a participar en los combates y no me hacía gracia que se pusiese a hacer esfuerzos con su enfermedad, pero eso a ella le daba igual, y al Jefe, que volvía a ser el mismo de siempre, también.
Me apoyé en la pared de la caseta con las manos dentro de la chaqueta, mirando la lluvia caer en la pista.



ERIKA
Empezó a llover de una manera asombrosa. Jim y yo nos resguardamos bajo un tejadillo.
-Vaya, como llueve.- Sonreí y le miré. Me coloqué delante de él y le abracé rodeándole la cintura, apoyé la cabeza en su pecho, estaba tan calentito, daba gusta estar tan cerca de él.



JIM
La rodeé también con mis brazos, aunque seguía mosca con ella y el Jefe.
-Sí, eso, ahora hazme mimos… -le dije, se notaba que estaba picado, pero no lo dije a mala fe, simplemente pretendía ser sarcástico.



ERIKA
Le miré cuando me dijo aquello con tono sarcástico.
-Jim… ¿estás cabreado?- Pregunté preocupada.
-Quiero participar en el combate, sé que estoy enferma, pero puedo con ello, no te preocupes por mí, estaré bien.- Le acaricié la mejilla con dulzura.
-Vamos, cachorro, no te enfades conmigo, no lo soporto.


JIM
Puse los ojos en blanco.
-Sé que eres muy buena con las armas de fuego y todo eso, pero en estos combates no se permite ningún tipo de arma, ¿y si te hacen daño? ¿O te agotas y te da otro ataque? ¿Cómo quieres que no me preocupe?



ERIKA
Negué sonriendo.
-No seas tonto, también soy buena cuerpo a cuerpo, Neo me enseñó un par de trucos de combate.- Sonreí y le di un pico.
-Y no solo en el combate cuerpo a cuerpo soy buena. También hay otras actividades cuerpo a cuerpo que se me dan bien, cuando quieras te lo demuestro.- Esto último se lo dije en bajito y cerca del oído.


JIM
No sé si soy un mal pensado, pero eso me sonó a proposición de sexo… Sentí que mi rostro adquiría un leve tono rojizo.
-Sí, bueno, no te desvíes del tema, jovencita. Que no me gusta que te metas con tíos grandes, pueden hacerte mucho daño, y yo no respondo si los frío.



ERIKA
Sonreí y le agarré de la nuca.
-Mi héroe.- Le besé tiernamente acariciándole la nuca con suavidad. De repente dejó de llover, el cielo se despejó dando paso al arco iris.
-Mira.- Salí del tejado y miré al cielo.
-Que bonito.



JIM
Nos quedamos los dos embobados mirando el arco iris, era un fenómeno de la naturaleza precioso, digno de ver. La volví a mirar y la besé en la frente, me preocupaba lo que la pusiese pasar.



KARA
Estaban curando las heridas del hombro de Neo. Yo no me apartaba de su lado ni le soltaba la mano, seguía nerviosa. Cuando terminaron de curarle yo permanecí ahí, esperando a que él diese la orden de marcharnos.



NEO
Me curaron las heridas en seguida, noté algo de molestia cuando me arrancaron el pedazo de cristal incrustado en mi piel, pero por lo demás, no me quejé.
Kara no se separaba de mi lado, aferraba mi mano con fuerza y preocupada. Kai estaba sentado en un silloncito mirándome sin decir nada.
Sonreí.
-Ey, vamos, estoy bien, solo ha sido un rasguño de nada.- Me vendaron el hombro.
-¿Veis? Como nuevo.- Sonreí y me incorporé. La movilidad en mi brazo volvió poco a poco y el dolor cesó. Miré a Kara, la agarré de la barbilla con cuidado para que me mirara.
-Ey, morena.- La abracé, lo había pasado fatal.


KARA
Le abracé con fuerza, respirando aliviada. Casi se me salió el alma del cuerpo cuando vi que su nave se estrellaba.
-Me has dado un susto de muerte, cabrón… -le dije con la voz temblorosa


NEO
La acaricié el pelo con ternura.
-Lo siento, pequeña…- La besé en la frente y la miré a la cara.
La besé en los labios para que se tranquilizara.



KARA
Le cogí de la cara mientras me besaba, había pasado tanto miedo que sin poder remediarlo, ahora no podía parar el tembleque de mis manos.
-Anda, vámonos de aquí, los hospitales me dan yuyu.



KAI JR.
Me levanté cuando empezaron darse besos en la boca, puaj, otros como mis tíos.
Salí fuera, estaba todo mojado, ¿había llovido?
Vi a mi mamá acercarse cuando salí, sonreí y corrí hasta ella saltando a sus brazos.
-Hola, mami.



SAYA
Dejó de llover así que, me despojé de mi capucha, aún así tenía el pelo empapado. Vi salir a mi hijo de la enfermería, me levanté y caminé hacia él. Corrió hasta mí y se subió a mis brazos de un salto. Sonreí y le besé en la nariz.
-Hola, piojo. ¿Cómo está Neo?- Pregunté justo cuando salía de la enfermería con el brazo vendado y acompañado de Kara que no le soltaba la mano. Sonreí tristemente de manera que no me viesen.



KARA
-Ya está todo en orden, Neo ya está bien, así que podemos ir a comer. –dije sin soltarle la mano a Neo.
-Vuelvo a daros las gracias, no sé qué habría pasado si no nos hubieseis ayudado.



SAYA
Asentí y les miré.
-Llevaros a Kai con vosotros a comer, yo tengo que hacer un par de cosas antes. Ya comeré algo de algún mercadillo.- Dije dejando a mi hijo en el suelo.



NEO
Miré a Saya.
-Oh, venga mujer, no seas así, ven y come con nosotros, ¿dónde vas a encontrar mejor comida que no sea en la Quimera? Y más con nuestra excelente capitana como cocinera.- Sonreí.
-Hay tiempo de sobra, luego harás lo que tengas que hacer.


KARA
-Claro, tienes que venir con nosotros, te lo ordeno. –sonreí.
-Y si lo que te preocupa es Kai, tranquila, no come con nosotros. –le di mi mano libre a Kai sonriendo y tiré de los dos dirección a la Quimera, esperando que Saya nos siguiese.


SAYA
-De verdad, os lo agradezco, pero tengo que hacer unas cosas que requieren mi atención, lo siento.- Miré a Kai.
-Sé bueno, piojo.- Le guiñé un ojo y acto seguido me alejé al sentido contrario a la nave.



NEO
Se negó a venir a comer con nosotros, se la veía muy distante, con todos, incluyendo a su hijo. Suspiré y seguí a Kara hasta la nave junto con Kai Jr.

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