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viernes, 4 de septiembre de 2009

Capítulo XVIII - UN POCO DE TERNURA

Fanservice (8) A Nyla le va a encantar, lo presiento...
¡¡Qué monos son algunos, madre!! ^^


KARA
Llevaba al pequeño Kai de la mano por el pasillo, Neo iba detrás de nosotros, lamentándose de los destrozos de su querida nave.
-Vamos a buscar a mamá, ¿la echas de menos? –pregunté al hijo del Jefe, ¿tendría que recibir un trato especial por ello?



KAI JR.
Seguí a Kara por la nave en busca de mi madre.
-Si, aunque no solo a mi mamá, también a mi papá.- Dije mirándola y dedicándola una sonrisa.



KARA
Qué niño más rico. Sonreí a su vez, no me recordaba a sus padres en ese aspecto, era un crío muy dulce comparado con ellos dos, no me podía explicar a quién salió. Llegamos a la cubierta. Saya estaba allí, apoyada en el borde.
Sonreí y me agaché a la altura del niño.
-Ahí tienes a mamá, ve con ella.



KAI JR.
Kara se agachó y me miró.
-Muchas gracias.- La agarré de la mano y se la besé.
-Siempre te llevaré en mi corazón.- Sonreí y la di un beso en la mejilla y fui hacia mi madre.



KARA
…………
Joder, con el niño. Que me llevaría en el corazón, y me besó en la mano… y en la mejilla…
Definitivamente, estos niños de hoy en día nacen con la adolescencia en la chepa. Me levanté aún sorprendida y con la boca abierta.
-Jolines con el principito.


KAI JR.
Llegué hasta mi madre y la vi. Sonreí y corrí hasta ella.
-¡Mamá! ¡Mami!- Corrí hasta saltar sobre ella y abrazarla. Por fin estaba con ella, la echaba tanto de menos.



SAYA
Estaba en la cubierta, después de curar a Kai de sus heridas, decidí ir a tomar un poco el fresco.
Hacía aire, y se estaba de lujo. Justo cuando iba a volver a dentro, algo se abalanzó sobre mí.
-¿Qué…?- Kai, mi hijo, estaba en la nave, ¿pero como era posible?
-¡Kai!-Le miré y acto seguido le abracé con fuerza cerrando los ojos.
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo has llegado hasta aquí?-Me daba igual, me agaché y le abracé de nuevo. Le llené la cara de besos, le agarré de la cara y apoyé mi frente en la de él.
-Pequeñín mío…


KAI. JR
La abracé con fuerza.
-Jo, mamá, tranquila, estoy bien. He llegado hasta aquí montado en una nave, un chico me secuestró y me metió en su nave, pero yo le di su merecido y le robé una nave. Leí tú carta y como me dijiste busqué una gran nave roja, la Quimera, ¿y sabes qué? ¡La he encontrado!- Respiré hondo mirándola.



SAYA
Kai empezó a contarme muchas cosas, que si naves por aquí, un chico por allá, la Quimera…
-Ey, ey, ey, para el carro, nene. Espera… Joder.-Kai me dio un capón.
-¿Pero que haces?




KAI. JR
Mamá dijo una palabrota y la di un capón, como ella me hacía a mí.
-No seas mal hablada…- La señalé.
-Tú siempre me dices lo mismo, además, cuando me quejaba a papá el me decía: pues haz lo mismo tú con ella.- Intenté imitar a mi papa, pero no me salió muy bien.


SAYA
Le miré asombrada, así que Kai de dedicaba a decirle esas cosas a su hijo, ¿eh? Suspiré y me levanté agarrándole de la mano.
-Vamos a buscar a tu padre, verás que sorpresa se va a llevar.- Le conduje por el pasillo hasta llegar al camarote de Kai, abrí sin llamar junto con Kai Jr.
-¿Hola? Kai, tengo algo que enseñarte.- Dije cantarina.



KAI
Estaba sentado al borde de la cama, poniéndome la camisa, preparado para salir, cuando Saya abrió la puerta, la miré, entonces bajé la mirada.
-Kai… -¿¿cómo había llegado el niño hasta aquí??



KAI JR.
Mi papá estaba vistiéndose, vaya hombre, todavía en la cama.
Sonreí y corrí hasta subirme encima de él.
-¡Papi, papi, papi!- Grité abrazándole y dándole besos en la mejilla.



KAI
Cuando se tiró sobre mí el vientre me ardió, pero no dije nada. No hacía más que llenarme de babas y llamarme. Posé una mano en su espalda y la otra en la cabeza.
-Eh… tranquilo, enano. –sonreí y le abracé.
-¿Cómo has llegado aquí? –pregunté sin dejar de abrazarle. He de aceptar que le había echado de menos, era mi hijo, joder.



KAI JR.
Me senté sobre su pierna para que estuviese mejor. Le miré la cara, tenía tiritas.
-¿Qué te ha pasado, papi?-Dije estirando mi manita hasta la herida de su labio.
-¿Te han pegado? ¿Por qué? Si tú eres muy bueno.- Le miré y le di un toqué en la nariz.




KAI
Sonreí. Este niño y su apego hacia mí… Le cogí de la cabeza, acercándole a mí y deposité un beso en su pelo revuelto.
-Estoy bien, pulga, me han pegado, pero ya estoy mejor. –volvía sonreír.



KAI JR.
Asentí y sonreí.
-Sabía que te pondrías bien, eres muy fuerte.- Le agarré del brazo.
-Algún día tendré los brazos como tú.- Sonreí y miré a mamá.
-¿A que sí, mamá?



SAYA
Sonreí y les miré, vaya dos, se notaba que eran padre e hijo.
Me apoyé en la pared para no interrumpir, asentí cuando Kai Jr. me preguntó.
Seguí mirándoles sin decir nada.



KAI
Revolví el pelo de mi hijo.
-¿Tienes hambre? ¿Quieres ir a comer algo? –le cogí en brazos mientras me levantaba y me acerqué a la puerta.
-¿Vienes con nosotros, mamá?



SAYA
Se levantó con Kai en brazos. Sonreí y abrí la puerta.
-Antes de irnos, Kai, cuéntale a papá lo que me has dicho antes.- Miré a mi hijo incitándole a contarlo.


KAI JR.
Suspiré y miré a papá.
-Pues… Un chico muy feo vino al castillo mientras el tito dormía como un cerdo, roncando y armando mucho jaleo, bueno, el caso. Me levanté porque no podía dormir, y no es porque tuviese miedo, es porque… bueno, vale, tenía miedo, ¿y qué? Todos los niños de mi edad lo tienen…estooooo… entonces, salí al pasillo y me encontré con el chico ese tan feo, tenía un brazo de metal, ¡que alucine! Pues eso, me secuestró y me metió en su nave, tan fea como él, me ató con cadenas junto con un montón de niños de mi misma edad, no sé porque necesitaba tantos niños… a lo mejor era un ogro, ¡como Shrek! Bueno, me desperté y rompí las cadenas, ¡¿Sabes como, papá, sabes como?! Pues utilicé el truco que me enseñaste de congelarlas, lo hice y me solté. Entonces el chico feo entró y quiso capturarme de nuevo, pero yo le di su merecido, ¡pum, pom, pam! Me monté en una nave piloto y fui en busca de la Quimera, antes de estrellarme en tres naves más…- Miré a mi papi.
-¿Vamos a comer algo?


KAI
En lo que me contó todo aquello nos dio tiempo a llegar a la cocina, sacar el pan y el fiambre de la nevera, hacer el sándwich y colocarlo en un plato. Después me preguntó lo de la comida.
-… -alcé el plato y se lo entregué, pues el había sentado encima de la mesa de la cocina.



KAI JR.
-¡Guay!-Agarré el plato y pegué un buen mordisco al sándwich
-¿Sabéis que participaré en una carrera de naves dentro de poco?


SAYA
Le miré cuando dijo lo de la carrera de naves.
-¿Qué? ¿Una carrera de naves? ¡¿Tú eres tonto?! – Grité.
-¡¿Cómo se te ocurre inscribirte en una carrera?!



KAI
-Me parece muy bien, hijo. –dije echando el plato al fregador- Pero no vas a ir.
Le miré.
-Eres muy pequeño, y ya es bastante alucinante que hayas llegado hasta aquí solo. Iremos a casa y te quedarás allí.



KAI JR.
-¿Qué? Jo, papá, no soy tan pequeño, además en ese torneo hay un premio muy importante, seguro que si sabes cual es me dejarías participar…- Dije terminando el sándwich.
Tragué y les miré.
-Es uno de los tesoros sagrados.



KAI
Me quedé algo parado.
-Pero hijo, ¿cómo van a dar un tesoro sagrado? Eso no es algo que se pueda regalar, ¿no lo entiendes? –le bajé de la mesa.
-No insistas. No irás a esa competición.



KAI JR.
Saqué de mi bolsillo del pantalón un papel con el anuncio del torneo, en el papel salí el chico feo y abajo la foto de uno de los tesoros.
-Mira, no miento…-Se lo entregué a mi papá.



KAI
Cogí el papel y lo miré. James aparecía, y también el tesoro del Rayo. Me acerqué a Saya y se lo mostré.
-Esto tiene que ser una trampa, no pueden regalar un tesoro sagrado, no tiene sentido. Gane quien gane, si pierde el pavo este, pierden el tesoro.



SAYA
Cogí el papel y lo miré, fruncí el ceño.
-¿Por qué querría James o su padre regalar uno de los tesoros’? Los necesitan, son esenciales para ellos…- Me quedé pensativa un momento.
-Kai ha dicho antes que en la nave de James habían más niños, ¿verdad? ¿Para que quieren a tantos niños?


KAI
Me quedé pensativo. Eso era algo que se me escapaba de las manos, ¿qué querrían hacer con ellos?
-No lo sé, pero si Kai ha sido el único que ha podido escapar, esos niños siguen allí. Por cierto, ¿esto a qué viene?


SAYA
Miré el papel y luego a Kai.
-Ya sé lo que voy a hacer.- Salí de la cocina en dirección a la bodega. Noté como mi hijo me seguía. Abrí la puerta y me encontré con Tigre de cara.
-Tigre, nos vamos.



TIGRE
Saya abrió la puerta y entró junto con su hijo, ya decía yo que notaba un olor nuevo en la nave.
-¿Nos vamos? ¿Dónde?... Está bien, nada de preguntas.



KAI JR.
Seguí a mi mamá hasta una especie de sótano, abrió la puerta y vi a Tigre.
-¡Tigre!- Me lancé sobre él subiéndome en su lomo y abrazándole. Vi como mi madre recogía las cosas y las metía dentro de una bolsa de tela.
-Mamá… ¿Te vas?


SAYA
Recogí mis cosas.
-Sí, pero no tardaré, Tigre se quedará contigo, también está papá, así que, sé bueno.- Agarré mi bolsa y le di un beso a Kai en la mejilla.
-Se bueno, ¿vale, peque?-Le acaricié la mejilla y acto seguido salí de la bodega.



JIM
Erika estaba en su cuarto, y yo me había comportado como un inútil. Seguro que ahora se sentiría mal por mi reacción, así que decidí ir a verla, y, al menos quitar los malos rollos.
-Toc, toc. –dije llamando a la puerta, me asomé.
-¿Se puede
?


ERIKA
Salí de la ducha y fui a mi cuarto, en la puerta estaba Jim. Le di un toque en la espalda por detrás.
-Si, puedes pasar, estoy fuera.- Me agarré la toalla alrededor de mi cuerpo para que no se me viese nada.


JIM
Erika vino por detrás y me dio un toque en la espalda. Del susto me alteré y me di con la puerta en la cabeza.
-Au… -me froté la frente y la miré. Estaba totalmente desnuda, sólo llevaba una toalla que la tapase, totalmente mojada, con el pelo recogido y… sentí como la sangre subía a mi rostro.
-Eh… yo… si quieres… espero a que te vistas y luego… luego vuelvo… si… eso…




ERIKA
Alcé las cejas y sonreí ante su balbuceo.
-No me importa, tengo vestidor.- Entré dejando que entrara él. Me giré y le miré.
-Por cierto, ¿qué te ha pasado en la nariz?



JIM
Entré detrás de ella, aún sonrojado, y cerré la puerta.
-¿Esto? –me reí.
-Fue lo que recibí por besar a Saya. Se quedó a cuadros. Debe ser por… lo bien que beso. –la miré- No soy egocéntrico, pero puedo presumir de ser buen besador.



ERIKA
Le miré algo extrañada.
-¿Buen besador? No es por nada, Jim, pero si eres tan bueno besando, ¿por qué no lo demostraste anoche cuando te besé yo?- Le miré cruzándome de brazos.


JIM
Sonreí.
-Por eso precisamente, Erika. Me besaste tú. Para saber lo que es un buen beso… te tengo que besar yo. –esa conversación nos la estábamos tomando muy a la ligera, y hasta ese momento no me había percatado de la gravedad de la situación…



ERIKA
Asentí, no me creía lo que estaba a punto de hacer, pero bueno…
Me acerqué hasta él y le miré, no me di cuenta de lo cerca que estaba hasta que le miré.
-Muy bien, demuéstramelo, a ver si te ganas el titulo de buen besador.- Sonreí y posé mis manos en su pecho.



JIM
Tragué saliva, sentí como mi cuerpo se cargaba de energía y me separé de ella, podría electrocutarla.
-Eh… je, je. Erika, esto no es un juego, no te voy a besar así porque sí, ¿crees que me gusta jugar con los sentimientos de las personas? -¡¿pero qué acabas de soltar?! ¡Estúpido, imbécil!
-Bueno… yo… tú me entiendes…



ERIKA
Sonreí.
-Vale, entonces no te creeré.-Dicho esto me volví a acercar y al igual que anoche, le robé un “beso”.
-Te besaría de otra manera, pero… no sé. ¿Me enseñarías?


JIM
-¿Quééé? Ni hablar de peluquín. –me alejé colorado, ¿¿por qué me había besado otra vez?? ¡¿Por qué?!
-Erika, todo el mundo sabe besar, ¿vale? –dije soltando una risa nerviosa mientras me chocaba con una mesa por retroceder tanto. Me quedé acorralado.



ERIKA
-¿Por qué te pones tan nervioso? Solo es un beso, con Saya no te da tanto corte, solo te pido que me enseñes, solo eso, no te estoy pidiendo que te cases conmigo o que te tires por la borda. Es una chiquillada, yo te enseñé a disparar, y eso no es una chiquillada…



JIM
Empezó a hablar. Y no se callaba. ¿Por qué insistía tanto en que la enseñara a besar? ¿O era sólo una táctica para…? Quería que la besase…
No terminó de hablar cuando me acerqué, la cogí de la cara con suavidad y junté mis labios con los de ella, moviéndolos despacio, recorriendo cada centímetro de los suyos y saboreando su esencia.

(FANSERVICE!! XD)



ERIKA
No me dio tiempo a terminar la frase. Me estaba besando, y de que manera…Madre mía de mi vida y de mi corazón, este chico era todo un maestro.
Le agarré de la nuca siguiendo sus movimientos, no sabía besar, pero aprendía muy deprisa.
Mientras le besaba, solté la toalla que me cubría el cuerpo sin darme apenas cuenta hasta que… Se me cayó.
Me separé de golpe y me tapé los pechos con los brazos.
-Mierda….



JIM
Se separó bruscamente de mí, dejándome con los labios en el aire, entonces me di cuenta de que se le había caído la toalla y se tapaba avergonzada. Me giré con rapidez, sonriendo de manera estúpida. Aquel beso había sido el mejor de mi vida… había sido tan especial… Y… ¡¡y qué cuerpazo, dios santo!! Va siempre tan tapada que nunca había reparado en sus curvas perfectas y… Dios, me estoy volviendo un salido.



ERIKA
Rápidamente me escondí tras el vestidor, avergonzada.
Me había besado y encima me había visto desnuda… Sonreí y me vestí con lo primero que vi, una camiseta naranja y un pantalón corto vaquero.
Respiré hondo y salí de detrás del vestidor. Me acerqué a él y le miré entrecerrando los ojos.
-Hummm… creo…. que te mereces el título.- Sonreí y acto seguido salí de mi camarote.


JIM
Sonreí aún algo sonrojado. La seguí, no sabía por qué, pero me hizo gracia seguirle el juego.



ERIKA
Vi que me seguía sonriendo como un pasmarote, me reí y me giré.
-¿Dónde vas? ¿Acaso te has quedado con las ganas de besarme de nuevo?-Sonreí y le miré cruzándome de brazos.
-A mi no me importaría.- Y era la verdad, no me importaba, es más, deseaba que me besara de nuevo.


JIM
Sí, quería besarla de nuevo, volver a besarla cada día, cada vez que tuviese ganas besarla sin que pasase nada. Había sentido cosas que jamás había sentido. Me acerqué, la cogí de la nuca y la volví a besar. Me sentía tan bien ahora…



ERIKA
Sin pensárselo, me agarró de la nuca y me besó de nuevo. Cerré los ojos y me dejé llevar por su beso. Cada vez aprendía más y hacíamos que el beso fuera más enérgico, más potente.
Le agarré de la espalda acercándole más a mí, nunca me habían besado de esa manera, y lo que sentía en mi interior era muy difícil de explicar con palabras.
Sus labios eran tan suaves, tan carnosos, podría seguir besándole toda la noche de no ser porque necesitaba respirar y porque…
Me separé para coger aire, estaba jadeando y pegada a Jim, le miré a los ojos y sonreí.


JIM
Cogí aire. El besarla había sido como comer pipas; cuando empiezas no puedes parar.
-Esto… -sonreí algo nervioso, me rasqué la nuca.
-Yo… lo siento… es que… -me sentía como un niño.



ERIKA
Sonreí y le acerqué a mí haciendo desaparecer la distancia entre sus labios y los míos de nuevo. Volví a besarle intentando imitar sus movimientos con mis labios.
Me separé lentamente para respirar de nuevo.
-Uy, lo siento.- Sonreí y me separé del todo.


JIM
Me sentía un poco estúpido, pero me gustaba sentirme estúpido. Por un lado, no es que fuese un niño, pero sí un adolescente, y me sentía como tal al besar y tocar a Erika, y no me importaba otra cosa. Respiré hondo mirándola.
-Esto… no es que tengamos mucho que hacer en esta nave pero… ¿te apetecería...? No sé, ¿cenar a la luz de la luna en la cubierta? –me reí.
-Sé que parece una tontería, pero… tómatelo como… ¿una cita?


ERIKA
Sonreí, me estaba pidiendo una cita, y a la luz de la luna. Sonreí ampliamente.
-¿También eres todo un experto conquistando a una chica?-Bromeé.
-Pues claro, me encantaría cenar contigo.- Asentí y me acerqué, le di un suave beso en la comisura de los labios y acto seguido me retiré hacia la cocina.

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