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viernes, 4 de septiembre de 2009

Capítulo XIX - UNA SALIDA, UN PASEO Y UNA CENA

Vamos teniendo más lectores, ji, ji, ji... ¿Llegaremos a ser famosas?

SAYA
Ya tenía todo listo para marcharme, tenía que ir a hablar con el consejo de sabios. Nosotros no sabíamos que estaba pasando pero ellos seguro que sí y a mí todo esto ya me escamaba demasiado. Era un fastidio tener que irme justo cuando mi hijo había aparecido, pero no tenía otra opción.
Entré en el puesto de mando donde Neo pilotaba la nave, no sé lo que me diría después del último enfrentamiento que tuvimos, pero tenía que pedirle que aterrizara para poder bajarme, me lanzaría yo misma por la borda si hubiese mar al que lanzarme, pero al prescindir de él no era correcto el tirarme y estamparme contra el suelo.
Cogí aire y me acerqué.
-Neo… necesito que me hagas un favor muy grande…- Dije con tono serio pero amable.


NEO
El hijo de Kai estaba en la nave, pues vaya, no me molestaba, la verdad, se parecía bastante a él, era lo que en realidad me aliviaba.
Tomé el control de la nave justo después de que Kara llevase al crío con cu madre, que justo la tenía detrás de mí pidiéndome un favor.
Me giré lentamente y la miré.
-¿Un favor?- me percaté que llevaba en el hombro una bolsa de tela, la esperanza creció en mi interior de repente.
-Espera, ¿es lo que creo que es? ¿Te marchas de mi nave?- No pude evitar sonreí de contento.

SAYA
Alcé una ceja. Al igual que los niños pequeños, para complacerle siempre tenía que decirle que sí.
-Sí, Neo, me voy, necesito que aterrices la nave, sé que te encantaría verme estrellada contra el suelo, pero prefiero salir de aquí a patitas y sin salir perjudicada.-Le miré y me crucé de brazos.
Se notaba que estaba contento, que yo desapareciese de la nave era un placer para él.


NEO
-Encantado, por una vez voy a ser amable contigo.- Me di la vuelta, hacia el timón y ejecuté la maniobra de aterrizaje. Por fin mi sueño se había cumplido.

KARA
Estaba en mi puesto, mirando el horizonte, por si podía ver algún signo de tierra, entonces la nave comenzó a descender. ¿Parábamos?
Bajé hasta la sala de mandos.
-Neo, ¿qué pasa?


NEO
Empecé a descender la nave poco a poco, Quimera tenía un culo muy gordo y ahora que lo pensaba, destrozado, no me vendría mal aterrizar y arreglarla.
Kara se acercó y me preguntó.
-Nada, tranquila, es por Saya, dice que se va, no me ha dicho el motivo, pero tampoco me importa, al final la voy a perder de vista.- Dije aterrizando del todo. Posé la nave en un pequeño valle perdido en no sé donde, perfecto para descansar y poder reparar la Quimera.
-Y así aprovecho y le echo un vistazo a la parte trasera, por donde se estrelló el chaval.- Dicho esto me levanté y abrí la compuerta principal.



KARA
Le seguí. Saya quería salir, pero no sabía el motivo. ¿La… la habría echado Neo?
-Eh, espera, grandullón, ¿cómo que se va? ¿Qué quieres decir con eso? –le agarré del brazo.


NEO
Me agarró del brazo, la miré y me encogí de hombros.
-Pues eso, que se marcha, no sé porque, pero a mí me encanta la idea sea cual sea.- Salí de la nave y caminé hacia la parte trasera.
-Joder… tiene el culo destrozado….



KARA
Si estaba tan contento, eso significaba que se iba de la nave, pero… Pero su hijo estaba aquí, y se había reconciliado con Kai, no podía ser eso.
Entré dentro de la nave y busqué a Saya.


SAYA
Neo aterrizó la nave y abrió la compuerta, acto seguido salí agarrando mi bolsa.
-Gracias, Neo.- Le dije con retintín. Vi a Kara hablando con él, supuse que no me estaba escuchando, así que, seguí mi camino.



KARA
Busqué por toda la nave, pregunté a todo el mundo, nadie sabía dónde estaba. ¿Pero cuando se había ido? Neo acababa de abrir la puerta cuando le pregunté… ¡Aprovechó ese momento para irse! Hija de…
Me pregunté si sabría Kai lo que estaba pasando, porque a mí me mosqueaba ese asunto.
Vi a Jim acercarse desde los pasillos.

JIM
Esa noche tenía mi primera cita en años, así que quería hacerlo bien. Para que saliese bien, no podía dejar que cenásemos cualquier tontería, así que busqué a Kara para pedirle que preparase algo en especial.
La encontré en la cubierta, y me acerqué a ella.
-Hola… ¿puedo elegir menú para esta noche? –antes de dejarla contestar proseguí- Pimientos rellenos y emperador, ¿guay? Gracias, te debo una. –volví al pasillo.



KARA
Me pidió un menú especial para la cena, y ni siquiera me dejó opinar. Se fue sin escuchar ni una sola palabra, me encogí de hombros.
-Hombres…


SAYA
Me fui alejando cada vez más de la Quimera, adentrándome en el bosque, cerca del reino del hielo. Sabía que cerca estaba también el reino del rayo y entre medias el templo del gran consejo, es allí donde me dirigía para informarme de los planes que tenía James con los niños y la razón de porque estaba tan empeñado en regalar un tesoro como trofeo. Lo malo es que no quieran colaborar, los sabios están tan obsesionados con el poder que son capaces de venderse.



KAI
Estaba en mi cuarto, limpiando la espada, que había sufrido varios estragos a lo largo de los años, llevaba conmigo desde hacía mucho. Kai estaba echado en mi cama, durmiendo un rato. Hacía tanto que no veía a ese pequeñajo que ya me daba igual si ese día me seguía a todas partes, pero como no me seguía, me quedaba yo con él.
Saya dijo que saldría, así que no me preocupé en saber donde estaba.
Kai se dio la vuelta. Era un niño inquieto hasta durmiendo.


KAI JR.
Miraba a mi papá mientras limpiaba su espada sin darme cuenta me quedé dormido.
Me desperté al ratito, mi padre seguía allí, con su espada ya limpia. Me senté en la cama frotándome los ojos y bostezando a la vez.
-Hola, papi.- Le saludé y estiré los brazos para que me cogiera.



KAI
El crío se despertó poco después de terminar de limpiar la espada y quiso que le cogiera en brazos. Dejé la espada en la mesa, me levanté y le cogí.
-¿Quieres que te enseñe la nave?


KAI JR.
Me cogió en brazos y yo apoyé la cabeza en su hombro medio sopa.
-Si.- Dije y sonreí. Mamá me contó que era muy grande y me emocionaba que mi papá me la enseñara.


KAI
-Bueno, pues te la enseño. Pero tienes que estar despierto, si no, no te enteras de nada. –salí del camarote y comencé a enseñarle todas las partes de la nave, desde la cubierta hasta la bodega, donde se puso a jugar con Tigre.


KAI JR.
Me enseñó toda la nave, era alucinante, cuando sea mayor me iba a comprar una.
Encontramos a Tigre en la bodega, me puse a jugar con él, le echaba de menos. Cuando mi mamá venía a verme siempre traía con ella a mi gatito y jugábamos juntos.
Miré a mi papá y me acerqué a él.
-¿Me sigues enseñando más cosas?



KAI
Me acerqué con las manos en los bolsillos.
-Como tú quieras, pulga, ¿qué quieres ver ahora?


KAI JR.
Sonreí y le agarré de la manga de la camiseta. Me encogí de hombros.
-No sé, ¿a qué jugáis cuando os aburrís?- Pregunté tirando de la manga.



KAI
Pestañeé.
-Pues… somos mayores, hijo, no jugamos. Aunque bueno, hay otra niña a bordo, ¿quieres que te la presente? –le cogí y lo cargué a mis hombros.
Caminé por los pasillos hasta llegar al cuarto de Erika, llamé.
-¿Se puede?



ERIKA
Llamaron a la puerta, me pareció escuchar la voz del Jefe. Me levanté de la cama, pues hasta ahora solo me dedicaba a leer. Me acerqué a la puerta y abrí.
-Hola, Je…- Llevaba a un niño en sus hombros.
-¡Anda! No me diga que es su hijo.- Sonreí y dejé que pasaran.


KAI
-Vale, no te lo digo. –lo bajé de mis hombros y lo dejé en el suelo.
-Kai, esta es Erika, y seguro que juega contigo.


KAI JR.
Una chica nos abrió la puerta, la miré cuando mi padre me dejó en el suelo.
-Hola, soy Kai.- Dije extendiendo mi mano.



ERIKA
Sonreí y le estreché la mano.
-Yo soy Erika. Con que tu eres el famoso Kai, ¿eh? Me alegro de conocerte.- Miré al Jefe.
-Puede irse, yo me quedaré con él un rato.- Sonreí y vi como el pequeño Kai se subía a mi cama y empezaba a saltar sobre ella.

KAI
Miré como Kai se subía encima de la cama
-Más te vale portarte bien, o vendré a por ti, ya lo sabes.
Miré a Erika.
-No le quites un ojo de encima, es el demonio personificado.
Salí del camarote y me dirigí a la compuerta, dejando a Kai con Erika



ERIKA
Miré al pequeño Kai y me senté en la cama mientras él botaba. Sonreí.
-Como sigas así me vas a dejar sin cama para dormir.- Sonreí de nuevo y le agarré. Se empezó a reír el muy condenado.
-Por lo que veo, nos lo vamos a pasar bien.



NEO
Con mucho esfuerzo, logré sacar de dentro de la Quimera la nave piloto con la que se estrelló el niño. Estaba destrozada, aún no sé como sobrevivió, será que le amparan los ángeles.
Suspiré y empecé a soldar el metal reventado y colocando de nuevo las tuercas con los tornillos.
-Menos mal que sé de mecánica, porque si no, nos quedaríamos a mitad de camino con la nave hecha una mierda.


JIM
Salí fuera, Neo estaba intentando reparar la nave, me acerqué y me situé detrás. Cogí una llave inglesa y le di en el culo.
-Un garde.* –empuñé la llave a la altura del pecho.
-No repararías eso tú solo sin mí, grumete.

*"En guardia" en francés ^^


NEO
Jim apareció y me dio en el culo con la llave inglesa. Le miré.
-¿Perdón? Mira, niño, yo he construido esta nave, no me vengas con esas, bacalao.- Sonreí y seguí a lo mío colocando chapas donde antes las había y ahora no.


JIM
-Eres un muermo. –dejé la llave en su sitio y me agaché a su lado.
-Menudo porrazo, ¿qué le has hecho? Mira que te tengo dicho que no es un coche de choque, pero nada, tú a chocarte con navecitas ajenas… ¿Qué voy a hacer contigo? –decía mientras miraba el sistema eléctrico, que podía verse desde fuera.



NEO
Le miré.
-No he sido yo, ha sido el hijo de Kai, justo cuando iba a sacar una de las lavadoras, ¡PUM! La pared reventó y la nave piloto entró dentro jorobándolo todo, menos mal que el crío no salio herido.- Terminé de soldar las primeras chapas.
-Esto me va ha llevar lo suyo, lo más seguro que hasta mañana al atardecer no estará preparada, y no es recomendable volar con este boquete… menos mal que a Saya se le ocurrió la idea de irse y así aterrizar la nave.- Me senté a su lado y abrí una cerveza.


JIM
-A lo mejor estarías más entretenido si tuvieses a Kara por aquí, eh. –sonreí.
-Podemos turnarnos para reparar este arañazo, sabes que trabajo más deprisa que tú, pocholito. –sonreí pasándole una herramienta.


NEO
Agarré la herramienta mientras pegaba un trago a mi cerveza.
-Ja, ja, ja, lo que haga con Kara no te interesa, niño. ¿A caso te pregunto que hace tú con Erika o con Saya? Vaya, estás hecho todo un ligonzote, ¿eh?- Le di con el codo en el brazo.
-Como te pille el Jefe intimando con su exmujer, es capaz de cortarte el cuello.


JIM
Sonreí irónico y le aparté el brazo.
-Como tú bien has dicho, querido Neo, lo que haga o deje de hacer con ellas dos, no te interesa, abuelo. –sonreí.
-Esta noche cenaremos ricos pimientos rellenos y un delicioso emperador con mayonesa, mmm… -saboreé.



NEO
Sonreí.
-Si yo no te digo nada, allá tú. Erika no es tan importante, pero Saya es como un tesoro para Kai, yo que tú la dejaba en paz, además, ella está con el Jefe que no caga… lo siento, macho…-Posé una mano sobre su hombro.
-Pero no hay esperanzas con Saya.


JIM
Le miré de reojo.
-Ay, Neo, Neo… -le miré a la cara.
-Saya es agua pasada, amigo, nada más. Tienes que ponerte al día, cómprate la Gaceta.
Me levanté.
-¿Te traigo algo? ¿Comida? ¿Una mujer? –me reí.



NEO
Le miré extrañado, nunca entenderé a los adolescentes.
-¿A ti que te pasa? ¿Has bebido agua del mar por casualidad?- Sonreí y le tiré la cara un trapo sucio.
-Anda, lárgate, desaparece de mi vista.- Sabía muy bien que aquellas palabras eran de coña.




KARA
Crucé por el lado de Jim mientras salía donde estaba Neo. Estaba manchado de grasa con una cerveza en la mano, grr… Me acerqué por detrás silenciosamente y coloqué mis manos sobre sus ojos.


NEO
Me taparon los ojos por detrás.
-Ey… así es imposible ver lo que estoy haciendo.- Sonreí y llevé mis brazos a la espalda hasta palpar dos cachetes, duritos y redonditos.
-Uuuh… este culito me suena.



KARA
Me agarró del culo y sonreí.
-Eso es mío, tío salido. –retiré mis manos de sus ojos, llevándolas a su barbilla y alzándole la cabeza y le besé.
-Estás embadurnado en grasa, me gusta.


NEO
Sonreí.
-Es lo que tiene este oficio, preciosa, que siempre acabo de grasa hasta las pestañas.- Sonreí y la volví a besar.



KARA
Sonreí.
-¿Quieres que te ayude? Aún queda un rato para que empiece a hacer la cena, y estoy muy solita y aburrida. –me senté a su lado mirando la fisura en la nave.
-Es un buen agujero.


NEO
Sonreí y miré el boquete.
-Si, es demasiado, pero puedo encargarme yo solo, no hace falta que te ensucies tus hermosas uñas de porcelana.- Bromeé y la ensucié la nariz con una gota de grasa.
-Uy… dicen que es buena para la piel.


KARA
Le di un empujón con la mano. Odio ese tipo de comentarios.
-¿Qué pasa contigo? Eso ha sonado muy machista, y a mí eso no me gusta ni un pelo, así que modera tus palabras, moreno. –le dije, y acto seguido cogí un trapo y se lo pasé por la cara.
-Y si es tan bueno para la piel, lo vas a necesitar.


NEO
Se había cabreado, no pensaba que se iba a poner así de esa manera.
-Oye, Kara, no pretendía… bueno, que no lo decía de manera machista, solo era una broma, de verdad.- Me estampó el trapo en la cara, me lo retiré.
-¿Te has cabreado?- La pregunté con carita de niño bueno.



KARA
Le miré de reojo, pero qué tonto. Me reí.
-Oye, hombre-trapo, te sienta bien la suciedad, ¿crees que podrías estrenar una nueva gama de ropa? Podrías hacerte famoso. –le quité el trapo y le besé.
-No me enfado si no vuelves a hacer un estúpido comentario de machista.


NEO
Asentí aún con la cara de niño bueno.
-Eso solía decírmelo mi madre, cuando llegaba del taller con mi padre.- Apoyé la cabeza en su hombro.
-Te prometo que no volveré a decir más esas cosas.



KARA
-Me parece bien. –le besé en la cabeza acariciándole la oreja desde el otro lado, como si fuese un perro.
-Bueno, ¿por dónde empezamos?



NEO
Cerré los ojos.
-¿Empezar? Ahora estoy descansando y más si estás tú aquí.- Giré la cabeza y la di besitos en el cuello. La agarré de la cintura apretándola contra mí.



KARA
Mmm, eso era más divertido que trabajar, la verdad. Le seguí el juego sentándome sobre él. Aún me quedaban un par de horas para que anocheciese, nadie me echaría de menos en la cocina a esas horas.

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