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jueves, 10 de septiembre de 2009

Capitulo XXV- TORNEO DE LUCHA (2ª Parte)

El desenlace de este torneo está cerca, prestad atención a todo detalle, la cosa está que arde.

JIM
El próximo era el combate de Erika, y no me encontraba nada a gusto. Estaba nervioso, más que ella, como no. Todos la animaban a que partiese la cara de ese tío, pero no podía pensar en más que le iba a dar una paliza a ella y se me revolvía el estómago.
La llamaron por megafonía, y lo último que podía hacer ya era darle ánimos.
Me acerqué y la cogí de la mano.
-Mucha suerte.



ERIKA
Jim se acercó a mi cuando me nombraron para salir a combatir. Me agarró de la mano deseándome suerte, sonreí y salí a escena.
Miré a toda la peña, había un montón de gente. Anduve hasta subirme a una roca alta.
-Guay.- Dije emocionada, esto me iba a gustar, sentía la adrenalina. Se abrió la puerta de enfrente de donde salió mi rival. Era un tío enorme, musculoso y con pinta de bruto. Se acercó hasta mí, alcé la cabeza y le miré poniendo mis brazos en jarra.
-Esto mejora por momentos.- Le miré de arriba abajo, si, seguro que se una hostia me tumbaba, pero yo al ser más pequeña, era más ágil. Sonreí de nuevo cuando Draco anunció que podíamos empezar.
El bruto cerró el puño y lo lanzó violentamente contra mí. Salté hacia atrás haciendo una voltereta en el aire antes de que el puño me alcanzara. El tío se cargó la roca y me miró rabioso. Uy, ahora si que estaba cabreado.
Me levanté, pues caí al suelo sobre una de mis rodillas. Junté mis manos y cerré los ojos un momento, los volví a abrir, mis pupilas se volvieron blancas y de mis manos salió una enorme ráfaga de viento que empujó al grandote lejos de mí. Me mantuve alerta, el tío chocó contra la pared de las gradas haciendo un buen boquete. Mis ojos se volvieron blancos, anduve alrededor del grandote que volvió al ataque. Salté y le propiné un codazo en la nuca haciendo que cayese al suelo. Aterrice en su espalda y posé una de mis manos en su nuca, otra en dirección al cielo, me concentré y un rayo impactó en la mano que tenía hacia el cielo, recorrió todo mi cuerpo hasta llegar a la nuca del tío. Salté de su espalda antes de que este saltara en cachitos pringando todo el escenario.
-Gané.



JIM
Cuando vi el tamaño del tío que se iba a competir contra Erika me dio un sudor frío en la nuca. De un manotazo la aplastaría.
-Mamá… -dije tapándome los ojos. Rápidamente los tuve que abrir, porque si no me perdía la rapidez con la que Erika vencía a esa mole.
Puse los ojos en blanco y suspiré aliviado.
-¡¡Bravo!! ¡Esa es mi chica!



ERIKA
Volví dentro, todo el mundo estaba impresionado, seguro que pensaban que una cría como yo no era capaz de vencer a un tío así.
-Menos mal que iba a destrozarme, ¿eh?-Le dije a Jim guiñándole un ojo.
-Esta chica.- Me señalé.- Tienes muchas cosas ocultas, soy todo un secreto.- Sonreí y le miré.



JIM
Sonreí, no supe si tomármelo a broma o no.
-Eso da miedo. –le dije con un tono fantasmón.
-Lo has hecho genial. Sabía que lo harías muy bien. –sonreí sincero



ERIKA
Le miré y sonreí.
-Voy a cambiarme, necesito ayuda, así que tú te vienes conmigo.- Le agarré de la camiseta y lo llevé conmigo al vestuario. Es verdad que necesitaba ayuda, me había costado un montón ponerme esto y ahora para quitármelo las sufriría canutas.
Cerré la puerta y me puse delante de él dándole la espalada.
-Quítame los broches, no llego.


JIM
Oh, primero me propone sexo y ahora que la desnude, vamos de mal en peor, porque esto era presente.
-Cl-claro. –me acerqué y la obedecí. Comencé a quitarla los broches con cuidado para que no saltara ninguno, cuando los quité todos di un paso atrás.



ERIKA
Me quité la pechera y la retiré a un lado. Me giré y le miré.
-Dentro de ese armario está la bolsa con mi ropa, ¿puedes traérmela mientras me quito esto?-Le señalé uno de los armarios. Cuando se giró me quité la camiseta de nailon quedándome con el sujetador que llevaba abajo, acto seguido me quité las mayas junto con las coderas y los guantes.



JIM
Obedecí, busqué su ropa en los armarios y cuando me giré me la encontré semidesnuda. De la impresión, solté la ropa, y tuve que pegarla contra mi pecho para que no se cayese mientras giraba la cabeza para no mirarla.
-E-E-Erika, podrías avisar, coño. –dije tendiéndola la ropa sin mirarla.



ERIKA
Me reí por su reacción.
-Perdona, hijo, pensaba que no te asustarías de ver a un chica en ropa interior.- Agarré la ropa y le miré. Giraba la cabeza hacia otro lado, que mono. Sonreí y dejé la ropa en un banco, me acerqué y me pegué a él totalmente acorralándole contra el armario.
-Soy tu novia, tienes derecho a mirarme cuanto quieras.- Le empecé a besar por el cuello mientras mis manos recorrían su abdomen.


JIM
Me tenía acorralado contra la pared, con su cuerpo semidesnudo, y empezó a besarme el cuello. ¿¿Pero qué quería?? ¿¿Hacerlo ahí mismo, o sólo quería calentarme?? Cerré los ojos, mientras me fallaban las piernas, la agarré de los hombros.
-Erika, ¿qué haces? –pregunté con la piel erizada.


ERIKA
Se ponía cada vez más nervioso, me agarró de los hombros.
-Jim, te asustas por nada, solo estoy mimándote, pero veo que eres mucho más infantil de lo que yo pensaba.- Me aparté y cogí mi ropa, me vestí y salí del vestuario.
No me había enfadado, solo decepcionado, este chico era muy crío para tener 17 años.


JIM
Me quedé paralizado, se había… Me llevé la mano a la cabeza, ya la había cagado. Me había puesto muy nervioso, pero es que había entrado muy a saco y me había asustado, menuda mierda…



NEO
Estaba alucinando, la que se había armado en un momento, Saya, Kai y después la pequeña Erika, era la que más alucinado me había dejado, ahí donde las ves parece muy inocente, pero creo que de ahora en adelante tendré más cuidado con ella.
Miré a Kara cuando anunciaron su nombre, suspiré y la solté la mano.
-Ten cuidado, morena
.


KARA
Me llamaron por megafonía, sonreí pícaramente, me lo iba a pasar en grande, hacía mucho que no usaba mi fuego y me quedaría bien a gusto.
-Descuida, grandullón, no me pasará nada. –le cogí de la cara, le besé y bajé hacia el escenario saltándome la valla.



NEO
La miré mientras se marchaba, respiré casi agobiado, no podía evitar preocuparme por ella. Si la pasaba algo malo… me cargaría a todo el que se me pusiera en frente, Kara había pasado de ser mi capitana a mi razón de ser.
Apoyé los codos sobre mis rodillas y la observé con atención por si tenía que intervenir.


KARA
Cuando llegué al escenario estiré un poco los músculos, me había quedado agarrotada de esperar sentada. Cuando me estaba colocando el guante izquierdo, una mujer rubia subió al escenario. Tenía más pinta de prostituta que de luchadora. A pesar de los atuendos reglamentarios, llevaba una ropa muy provocadora, enseñando cacho. Solté una risotada cuando subió con sus botas de tacón.
-Vaya, si ha venido Barbie Putón. –dije sonriendo.
No me había fijado en las listas a qué elemento pertenecía, pero rápidamente me lo demostró creando una pequeña cascada de agua que caía desde su mano al suelo, mi sonrisa se borró. Ella tenía ventaja y lo sabía.
-Genial.



NEO
Una mujer rubia despampanante apareció en frente de Kara, al principio pensé que lo único que venía buscando aquella rubia de bote era lucirse, pero me quedé sin habla cuando vi que de su mano salía una cascada de agua.
-Mierda…- Me levanté y me apoyé en las verjas de las gradas. Esto tenía mala pinta.


KARA
Sonreí a pesar de la desventaja.
-Bonitas botas. –comenté, dando a conocer mi opinión sobre su mala indumentaria.
-Gracias, bonito rostro, qué pena que se vaya a desfigurar. –me dijo, y parecía segura, aunque con esos aires de chula me recordaba a Kai… Me había puesto de mala leche.
Coloqué las manos a cada lado y dejé que la energía fluyese a través de ellas en forma de llamas que las rodeaban.
-No me das miedo por hacer que te caiga agua de la mano, si es eso lo que pretendías. –dije poniéndome en posición.
-¿Vamos a estar de cháchara o vamos a luchar? –Dijo ella colocándose con una mano frente suya y la otra detrás, inclinándose hacia mí, y haciendo que un pequeño efluvio de agua la rodease en forma de espiral, como si quisiese lucirse
-Luchemos. –declaré haciendo que las llamas aumentaran de tamaño hasta superar mi altura, alcé las manos al frente, expulsando el fuego contra ella. Con una sola mano, envió el agua que la rodeaba hacia mi ataque, apagando el fuego. Aproveché ese momento de ceguera entre las dos y salté hacia ella, propinándola un puñetazo en la cara, haciéndola retroceder. No me dio tiempo a más, pues expulsó un gran chorro contra mí, empotrándome contra la pared. Cuando el chorro cesó caí al suelo de culo, y empapada
-¿Eso es todo? –vacilé levantándome. Me dolía la espalda, pero no tenía ninguna herida. Del mismo movimiento que sacudía el agua de mis manos, hice brotar dos lanzas de fuego. Soplé un mechón mojado en mi frente que no me dejaba ver bien, y lancé ambas lanzas, que iban a bastante velocidad. La muy hija de su madre saltó colocando el cuerpo de tal forma que ninguna la rozó.
-Será… -se rió al recobrar la posición, y del agua que había en el suelo, comenzó a hacer que saliese a presión hacia arriba. Salté a tiempo para que una no me alcanzase, y evaporé otra que me daría en toda la cara. Cuando se cansó del numerito, a mí alrededor salía humo del agua evaporada. Todo estaba encharcado ahora. Nuestros poderes estaban algo bajos, así que ambas llegamos a la conclusión de que había que atacar con las manos.
Corrimos las dos la una hacia la otra y la primera en atacar fue ella, me devolvió el puñetazo, pero en el mentón, haciendo que me bailara la mandíbula, sentí que una muela se salía de su sitio y la escupí al suelo.
-Hija de puta… -la maldije cargando una patada contra su estómago que la hizo retroceder. No la di tiempo a reaccionar y propiné otro puñetazo en el otro lado de la cara. Me agaché, barriéndola y haciéndola caer de espaldas, pero ahí estuvo rápido, y me lanzó un chorro de agua que me hizo girar en el aire hasta caer. Me hice polvo los antebrazos al chocar contra el suelo, la miré, se estaba levantando.
Yo la imité, corrí hacia ella cargando el puño derecho a la altura de mi cabeza. Ella se defendió con ambas manos la cabeza sin darse cuenta de que con la izquierda cargaba mi mano en forma de cuchilla, rodeada de fuego Cuando la alcancé, atravesé su estómago, con el fuego rodeando mi extremidad, y una vez dentro de la carne, ella me miró acongojada. Extendí el fuego a través de su sangre, dejándola sin una sola gota sin evaporar.
La solté, estaba agotada por todo el esfuerzo, y me dejé caer de rodillas mientras todos los rebeldes me aplaudían. Cerré los ojos y me tumbé boca arriba sobre el agua que había en el suelo.
Sabía que Neo se habría preocupado por mí, así que le busqué entre el público con la mirada y alcé el pulgar, diciéndole que estaba bien, después me volví a dejar caer, agotada.

Observé la pelea sin apartar la vista de Kara, esa hija de la gran puta jugaba sucio. Más de una vez sentí el impulso de bajar y liarme a hostias con esa guarra. Me controlé, esta totalmente prohibido bajar a ayudar.
Estuve en tensión los minutos que estuvo Kara allí abajo, que para mí se hicieron horas. Estaba tan tenso que sin querer doble las barras de la verja en la que estaba apoyado. Me dio igual, solo me dedicaba a mirar a Kara, la ganó y por fin respiré aliviado. Sonreí cuando levantó el pulgar haciéndome saber que estaba bien.
-¡Sí! ¡Esa es mi chica! ¡¡¡Esa es mi morena!!!- Grité y silbé emocionado. Bajé de las gradas y corrí por los pasillos hasta introducirme en el escenario. La gente empezó a silbar cuando agarré a Kara de la cintura con una mano y de la nuca con la otra para terminar en un beso. La abracé con fuerza y la miré a la cara. Estaba cansada, sonreí la cogí en brazos, a pesar de tener mi brazo jodido, pero me daba igual. Salimos de allí victoriosos.


NEO
Contemplé la pelea de Kara con esa Aqua. Fue una batalla algo inquietante e interesante, el fuego contre el agua.
Yo también tuve esos poderes hace mucho, podría decir que la muerte de aquella Aqua me dolió en un sentido, yo también era una Aqua, o lo fui y ver como a una persona de tu mismo elemento la arrebatan la vida no es plato de buen gusto.
Neo fue en busca de Kara, la gente se volvió loca al ver a los tortolitos, sonreí levemente y me retiré de allí.



JIM
Erika y yo presenciamos el combate de Kara desde las gradas. Yo no me fijé mucho, seguía sintiéndome mal, y cada vez que la miraba no sabía qué decir. La miré.
-Erika… ¿puedes venir conmigo un momento? –le pregunté cogiéndola de la mano.



ERIKA
Miré el combate de Kara sin mucho interés, aunque estuvo bastante emocionante. Miré a Jim cuando me agarró de la mano y me pidió que fuese con él. Asentí y me levanté. No sabía lo que quería ahora, parece que lo dejó bastante claro en el vestuario, para él las chicas en ropa interior es como ver a la niña del exorcista en pleno ataque.


JIM
La llevé a través del pasillo de los vestuarios y me paré, colocándome frente a ella, parecía mosqueada, no sabía si lo que tenía en mente la iba a cabrear más o por el contrario conseguiría que me perdonase… ¿A quién quiero engañar? ¡Me va a dejar!
-Yo… -suspiré, la agarré de la cara y la besé, para darme tiempo a calmarme.
-Lo siento, lo siento mucho, soy un imbécil, ¿vale? Soy… soy un mierda, un nenuco… y me avergüenzo mucho de lo que he hecho… lo siento, pequeña… -la besé en la frente y después apoyé la mía en la suya.



ERIKA
Empezó a pedirme perdón sin parar, besándome sin parar. Me quedé un poco sin saber que hacer. Apoyó su frente en la mía. Se le veía muy arrepentido. Le miré separándome un momento.
-Jim… ¿qué se supone que tengo que perdonarte?- Sonreí y le miré a los ojos.
-No me he cabreado por lo del vestuario, lo que pasa es que… no sé, pensaba que no te ibas a asustar, has tenido una reacción parecida a la de un niño cuando ve a su madre en pelotas.- Le abracé.
-Jim, soy tu novia, no me importa que me veas desnuda o con un abrigo que me cubra hasta más allá del cuello.


JIM
Me abrazó y yo la correspondí.
-Sí, lo sé… pero… es que tienes un cuerpo tan bonito y perfecto que no sé… no me parece que deba mirarte… Nunca he estado con una chica, Erika, no sé cómo reaccionar. Pero te prometo que intentaré que eso cambie, por ti, y por mí… -la besé en el pelo estrechándola contra mí.



ERIKA
Me reí levemente y le miré y sonreí.
-Pero que mono eres.- Le agarré de la nuca y le besé con ternura.
-Creo que soy yo la que tiene que empezar a cuidar de ti.- Sonreí y le agarré de la mano.
-Anda, vamos, quiero ver que tal esté Kara.



KARA
No me hacía falta ir a la enfermería, sólo estaba cansada, pero Neo me llevó por si tenía alguna herida que yo desconociese. Nada más tumbarme en la camilla se me revolvió el estómago.
Miré a todos lados, todo eso me recordaba a los tiempos de guerra, a Jane, a Kyle… Cerré los ojos intentando olvidarme de todo aquello, pero el olor seguía ahí. Empecé a sudar y quizá me empezaba a dar una taquicardia, el corazón me iba muy deprisa.
Tragué saliva, no aguantaba más allí.
Me levanté de la camilla, aunque estaba agotada, hice el esfuerzo por irme de allí.


NEO
Miré a Kara, se levantó con intenciones de irse.
-Ey, ¿dónde vas? Espera a que te vea un medico, mujer, puede que tengas heridas o alguna rotura que no notes.- La agarré de los hombros y la miré a la cara.
-¿Qué te pasa?- Tenía el semblante algo pálido y estaba sudando.
-Kara.- La agarré de la cara.- ¿Qué te ocurre?



KARA
Le agarré de los hombros.
-Neo, por favor, quiero salir de aquí, déjame salir… -le pedí ya segura de que tenía taquicardia, estaba sudando. Ese tipo de sitios me tenían traumatizada y no lo sabía hasta hoy.
-Neo, de verdad, déjame irme.



NEO
La miré y asentí.
-Está bien.- La cogí en brazos, salimos de la enfermería y anduve con ella en brazos hasta el exterior para que respirase aire puro.
-Ya está, princesa, ya hemos salido.- Me senté en un banco con ella en mis piernas.
-¿Qué te ha pasado ahí dentro?-La pregunté acariciándola el pelo.



KARA
Cuando estuvimos fuera me tapé la cara con las manos inclinando mi cuerpo hacia adelante, después cogí aire y respiré hondo varias veces. Cerré los ojos y me tomé mi tiempo para contestar.
-Me… me he puesto muy mal… no quiero entrar más en una enfermería, Neo. –le pedí aún con el corazón latiendo deprisa.



NEO
La vi muy mal, estaba temblando y con el corazón a mil.
-Está bien, tranquila, no volveré ha meterte allí, nunca, ¿de acuerdo?- La abracé contra mi pecho para que se tranquilizara. La besé en la frente acariciándola la espalda.
-Te quiero, Kara.



KARA
Le abracé y cerré los ojos sin moverme. Me ayudaba mucho que él estuviese a mi lado, aunque siguiese algo nerviosa. El recordar todo aquello y estar en un sitio como aquel me había puesto fatal.
-Lo siento…



NEO
Suspiré y la miré.
-No tienes porque disculparte, mi vida. Estoy aquí contigo, ¿vale?- La acaricié la barbilla y sonreí.
-Eres mi morena, ¿no?- Sonreí de nuevo infundiéndola tranquilidad y confianza.



KARA
Sonreí y le abracé por el cuello. Se diría que no sé apreciar el hombre que tengo, sí que lo aprecio, sólo que en ese momento no me encontraba con fuerzas ni de diferenciar un perro de un caballo por los nervios.



KAI JR.
Salí de la enfermería junto con mi papi que le habían curado las heridas. Corrí hasta la calle donde me encontré con Kara y Neo abrazados.
-Puaj, ni en la calle me libraré de los mimos…- Me entró un escalofrío al verlos tan juntos. Miré a todas partes en busca de mi mami o de mi papi por si les veía, pero no. Caminé por la calle dirigiéndome hacia la pista donde había corrido antes, pero tampoco les vi.
Estaba tan tranquilo cuando sentía que me agarraban de la camiseta y me elevaban del suelo.
Me giré para ver quien era.
-… oh, no, el chico feo….



JAMES
Pero que casualidad, justo cuando decidí ir a dar una vuelta me encuentro con el enano de Kai Jr. Sonreí y me acerqué por detrás, le agarré de la camiseta y le elevé haciendo que me mirase.
-¿Feo? Tú te has mirado, enano de mierda. Ahora no te escaparas, puedes llamar a tu papi o a tu mami, me da igual. Ya verás que sorpresa se van a llevar cuando vean a su hijito destripado.- Sonreí y desenvainé mi espada. El niñato puso cara de miedo y chilló cuando vio mi espada.



KAI JR
Sacó su espada…. Creo que me hice pipi en los pantalones. Lo único que pude decir fue:
-¡¡¡Mamá, papá!!!



KAI
Kai salió corriendo y le perdí de vista. Cuando llegué al final del pasillo, divisé a James amenazando a mi hijo con la espada. Me acerqué sigilosamente, desenvainé la espada y se la coloqué en la nuca, rozándole con la punta.


JAMES
Me giré rápidamente mirándole y amenazando el cuello del enano con mi espada.
-Envaina tu espada o el crío morirá, tú verás. Entrégame el tesoro del rayo y dejaré al crío vivito y coleando.- Miré a Kai presionando la hoja de mi espada sobre el cuello de su hijito.


SAYA
Escuché a mi hijo gritar, así que sin dudarlo fui a buscarle para ver que le pasaba. Paré de golpe cuando vi a James amenazando el cuello de mi hijo con su espada. Kai estaba en frente de él con la suya. Corrí hasta ellos y miré a James.
-Hijo de puta, ¡suelta a mi hijo!



KAI
Le desafié con la mirada, pero por supuesto iba en serio. Aparté la espada de su cara y la tiré a un lado.
No me moví del sitio, me mantuve mirándole a los ojos, más de una vez había conseguido que la gente se acojonase con ello, pero este tío no tenía sangre en las venas.



JAMES
Sonreí malévolo cuando Kai hizo lo que yo ordené. Saya apareció también.
-Ooooh, mira, mami y papi están aquí, han venido a ver tu muerte, pequeño Kai.- Me reí y vi que Saya daba un paso hacia delante.
-Cuidado, mami, ¿a caso quieres que le corte el pescuezo a tu nene?- Les miré a los dos.
-Muy bien, dadme lo que quiero y soltaré al crío, con tranquilidad y hablando se entiende la gente.



SAYA
Di un paso hacia delante, pero James amenazó a Kai aún más.
-¿Qué coño quieres?- Le pregunté nerviosa, miré a Kai que estaba a mi lado como si nada, miré de nuevo a James.
-¡¿Qué quieres?! ¡Puto niñato de los cojones!



JAMES
Miré a Saya cuando empezó a gritar.
-Oh, cállate, pesada.- Con un movimiento de la mano lancé una bola de energía que impactó en el vientre de Saya lanzándola a cinco metros de distancia contra un puesto ambulante.
-Ups, me pasé.- Sonreí cuando el niño llamó a su mami.
-Oh, lo siento, peque, pero mamá se estaba poniendo pesada, y ahora….- Miré a Kai.
-¿Qué será papá? ¿Un verdadero pirata que no devuelve lo que roba o… te salvará y será el papá ideal?



KAI
Le miré mientras se reía de nosotros. De un solo movimiento, le cogí de la muñeca y se la retorcí, haciendo que soltara la espada, a la que propiné una patada para alejarla, entonces le agarré del cuello con una mano mientras con la otra agarraba la camisa de mi hijo por detrás, sujetándole.
-Suéltale, ahora.



JAMES
Me agarró del cuello. Me reí divertido.
-Cuidado reycito, puede que me hayas quitado la espada, pero… soy un elemental, puedo consumir a tu hijo cuando quiera, y no querrás que le desintegre, ¿verdad?-Me reí de nuevo con ganas mientras teñía de negro la camiseta del enano.



KAI
La mano con la que le agarraba el cuello aplicó hielo, congelándole las cuerdas vocales, ya estaba harto de escucharle, además aplicaba dolor. Miré de reojo a Kai.
-Nosotros también somos elementales. –intenté con eso que me entendiese, sólo bastaba con que él también atacara su otro brazo para que le soltase.



KAI JR.
Miré a papá, asentí y agarré la mano del chico feo, empecé a congelarle los dedos, y después la mano entera seguida de la muñeca y el brazo, sonreí cuando me soltó.
-Ya está papi.- Dije y miré como congelaba a James. Tenía cara de dolor, suspiré y miré a mi papá.
-Papi, déjale… no merece la pena, es un niño tonto que no tiene madre.- Tiré del pantalón de mi padre.
-Vámonos.


KAI
Sonreí en mi fuero interior, el niño tenía razón, pero debía acabar con él… no, no delante de Kai. Le lancé contra el suelo y me di la vuelta, miré a Saya.


JAMES
Me soltó por petición del canijo. Les miré cuando se alejaban. Gruñí de impotencia y me desvanecí desapareciendo de ese lugar.



SAYA
Salí de entre los escombros con una mano en mi vientre, por suerte no me había hecho nada grave, tan solo me había abierto la cabeza contra la pared y todo me daba vueltas.
James ya no estaba y mi hijo estaba a salvo, corrió hasta mí y me abrazó.
-Estoy bien….


KAI
Me acerqué y me agaché a su lado. Coloqué la mano cerca de la herida y apliqué hielo para curarla, miré a Kai mientras lo hacía, posiblemente querría aprender este “truco” más tarde.



SAYA
Kai se acercó, sabía muy bien a que, se suponía que quería olvidarme ¿no? Había hecho mal en venir hasta aquí pero eso también significaría que no quiero que vea Kai Jr. Es su padre y no puedo arrebatarle ese placer.
Colocó su mano cerca de mi herida, aparté su mano cuando intentó curarme, le miré seria.
-Para eso ya está la enfermería.- Es lo primero que le dije después de una semana si saber el uno del otro. Me levanté aún mirándole, fría y pasiva.


KAI JR.
Mis padres se miraron como si fueran a pegarse o algo peor. Cuando mi padre iba a curarle la herida de la cabeza a mi madre, está le apartó la mano, ¿por qué?
Les miré a los dos, primero a mamá y luego a papá. Me encogí de hombros. Estos adultos eran muy raros.



KAI
No podía evitar que fuese una desagradecida, así que me marché por donde había venido. Kai estaría mejor con ella que conmigo, así que no me preocupaba. Salí de los pasillos de la enfermería y me dispuse a volver a mi nave.

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