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jueves, 30 de julio de 2009

Capítulo II - "EL QUE MANDA SOY YO"

Esperamos que os haya gustado el primero, he aquí el segundo ^^ Es más cortito, pero tiene sus puntos ;)


SAYA
¡¿Qué?! No, este hombre daba las cosas por hechas. ¿Quedarme, yo? ¿Ser parte de su tripulación? ¿Qué me mangonease como hacía con el resto? No, eso si que no.
-Kai, espera, yo no he…- Cerró la puerta antes de que yo acabase la frase. Cerré los puños con fuerza, ¡encima me volvió a encerrar con llave! Me acerqué a la puerta y le pegué una patada con todas mis fuerzas, no logré nada, solo aboyar el rectángulo de metal. Jadeé de la impotencia, sabía de sobra que no me gustaba estar encerrada y el muy cabrón…Se me ocurrió algo. Me concentré y busqué a Tigre con la mente, pues se comunicaba conmigo por telepatía.
-Tigre… necesito tu ayuda.- Le dije a través de mi mente, pero no sabía si me escucharía o no.


KARA
Había bajado al puesto de mandos donde estaba Neo, como siempre, serio y pasivo, qué hombre más aburrido. Me senté a su lado mirando los botones del gran panel.
-¿Qué? ¿Te diviertes? –le pregunté, aunque sabía que la respuesta lógicamente debía ser que sí, a este hombre le chiflaba su trabajo, y a mí me encantaría también si el estúpido de Kai no me lo pisase y si alguien me hiciese caso en esta mierda de nave. Le miré.


NEO
Seguía ante el timón, de vez en cuando cambiaba las palancas para apagar un motor y encender otro. Kara se acercó a mí y se sentó a mi lado en una silla. Sabía que se aburría conmigo, pero yo estaba cumpliendo con mi trabajo.
-¿Divertirme? Oh, si, me lo paso en bomba.- Dije con sarcasmo.
-Mi nave está hecha un asco, casi nos matan y seguimos aquí, como siempre…- La miré mientras bajaba una de las palancas y paraba la nave, esta no se caía, pues se mantenía gracias a las placas de gravedad. Me levanté y la miré.
-Mi trabajo es super.- Sin decir nada más, dejé el puesto de mando y me dirigí a la sala de máquinas, pues un motor estaba hecho papilla.
Bajé las escaleras y me quedé petrificado… Un enorme lobo albino se situaba en frente de mí, gruñéndome con furia y enseñando los colmillos, largos y afilados.
-Joder… ¡Capitán!- Subí de nuevo las escaleras, sabía de sobra que el lobo me perseguía.



KARA
Le miré asqueada, a veces los hombres podían ser tan… gilipollas…
-No es culpa mía que tu chatarra no sepa estarse sin caerse a pedazos, querido. –le dije en el mismo tono que él había empleado conmigo, con ironía. Me crucé de brazos cuando salió de la sala de mandos.
-Hombres, qué asco, de verdad. –me balanceé en la silla varias veces hasta que le oí gritar, me agarré al puesto de mandos para no caerme del sobresalto.
-Putas ratas… -dije mientras iba corriendo.
-¿Y ahora qué…? –chocó contra mí de lleno, haciéndonos caer a los dos al suelo, él encima de mí.
-¡Qué haces, imbécil! ¡Quítate de encima! –posé las manos en su pecho para apartarlo de mí, entonces vi un lobo dientes de sable saliendo de la sala de máquinas.
-Ohh… mierda, qué pedazo de rata…



NEO
Me choqué contra Kara y acabamos en el suelo, yo encima de ella. Miré de reojo hacia atrás y vi como el lobo venía corriendo, directo a nosotros. Mierda.
Agarré a Kara y la levanté.
-¡Vamos, corre!- La dije tirando de ella para poder coger las armas. El lobo nos perseguía allá donde fuésemos. Nos acorralo en una pared aullando y arrimando su hocico a mi cara, gruñó con fuerza con ademán de atacar, pero de repente, el lobo giró y se adentró al pasillo de los camarotes tranquilamente y meneando el rabo.
-Esto…-


KARA
El chucho nos acorraló contra la pared, cerré los ojos, no tenía otra cosa mejor que hacer si iba a desgarrarme la piel. Esperé… esperé… abrí un ojo lentamente, el lobo se estaba marchando, entonces abrí los ojos bien.
-¿Qué puñetas hace? –pregunté dando un paso al frente.
-¡Eh, lobito! ¿Es qué no me vas a comer? ¿Mi carne no es lo suficiente para ti? –pregunté agarrándome de un muslo incitándole.
-Vamos, carne fresca… bah. Tú no eres un lobo ni eres nada. –dije, acto seguido miré a Neo.
-¿Qué? ¿Te has hecho pis en los pantalones, eh?




TIGRE:

Menudo susto se habían pegado aquellos dos, si fuera humano estaría riéndome a carcajadas.
La chica me incitó a que fuera y la devorase, giré la cabeza y la miré, acto seguido me concentré en conectar su mente con la mía.
-{No, gracias, la carne no es mi punto fuerte. Resérvala para el tío que tienes al lado}-Dicho esto, seguí mi camino en busca del olor se Saya.


KARA
Oí una voz en mi cabeza. Era una voz fuerte y penetrante, pero… ¿¿me hablaba el lobo?? Di un respingo sobresaltada.
-¡Qué cojones…! –empecé, pero cuando me dijo lo de la carne… me sonrojé.
-Puto chucho de mierda… -con paso ligero subí de nuevo a mi puesto.
-Cárgatelo tú si quieres, yo paso de tratar con mascotas de otros.



NEO
Kara dio un respingo a mi lado, la miré extrañado cuando se sonrojó y volvió a su puesto. Yo también debería hacerlo, pero no me fiaba del lobo, así que, le seguí, suponiendo que no intentara atacarme. Siguió caminando por el pasillo hasta pararse en frente del camarote de Kai, ¿qué andaba buscando en el camarote del Jefe?
El lobo aulló de una manera insoportable, me tapé los oídos, pues me dañaba hasta el tímpano. Le observé y vi como de un manotazo abría la puerta del camarote.
-Pero que coño…- Saya, la exmujer de Kai salió y le abrazó acariciándole el lomo, acto seguido se subió en él.
-Ey, ¿no pensarás irte? Kai ha ordenado que no te dejemos ir, así que….no…no te vayas.- Miré al lobo que volvía a gruñir.



SAYA
Tigre vino en mi busca, menos mal, tiró la puerta de un zarpazo y yo me subí a su lomo no sin antes agradecérselo.
-Vámonos de aquí, tenemos cosas que hacer.-Mi raptor se puso delante y me soltó que Kai había ordenado que no me dejaran ir.
-Dile a Kai, que es vuestro Jefe, no el mío.-Dicho esto, me puse en marcha esquivando al humano.


KAI
Me puse frente al pasillo cuando Saya intentaba salir por él. Genial, otra vez ese chucho, qué pesadez de bicho, ¿por qué no se moría de viejo? Me crucé de brazos.
-No me gusta nada que hayas roto la puerta, y menos que intentes irte sin despedirte de nadie. –dije serio.
-Quiero que te quedes, que nos ayudes a acabar con el Gobierno desde dentro, y si te vas ahora, no podrás hacer otra que caer y caer kilómetros hasta comerte el suelo, y no creo que te apetezca mucho. –suspiré, esa mujer era muy cabezota.
-Si te quedas tu trabajo se facilitará, porque no estarás sola, y ambos salimos ganando.



SAYA
Como no, el rey de Roma, me jodió la salida por el pasillo. Me apeé del lomo de Tigre y me puse en frente de Kai y con todas mis fuerzas la propiné un puñetazo en la cara.
-¡No puedes decidir por mi y menos encerrarme como si fuera tu prisionera o tú esclava!- Le miré con furia, era un maldito cabrón.
-Aterriza la nave y déjame ir, no quiero colaborar con vosotros, no quiero colaborar contigo, ¿me has oído? ¿Te queda bastante claro? Paso de tu tripulación de esta nave y sobretodo de ti.


KAI
Me propinó un puñetazo en toda la cara, genial, nadie me había hecho un regalo tan bonito desde hacía años, la miré mientras hablaba con mi labio partido y sangrando. Ella soltaba su charla, y bla, bla, bla, yo me pasé el reverso de la mano por la herida.
-Vale, mira, te explico. No voy a hacer que paren la nave, no voy a dejar que te vayas, y no voy a dejar que vuelvas a pegarme, así que aplícate el cuento tú también. Aquí mando yo, y estás aquí, ¿no? –la miré a los ojos, aún con los míos azules como el hielo.
-Reconsidéralo, es una oportunidad de ayudarnos mutuamente, acabaremos con Draco, de eso estoy más que seguro.



SAYA
Miré de reojo a Tigre, que se alejaba junto con Neo. Genial, me dejaba sola…Supongo que era porque no quería meterse en nuestras cosas.
Miré a Kai, le había partido el labio, no pensaba que le daría tan fuerte, de todos modos, se lo merecía por no dejarme ir y tomar las decisiones por mí.
-Si, supongo que mandas tú, pero a mi me estás obligando a colaborar, siempre intentas que haga lo que tu quieres y yo caigo como una gilipollas…y no sé porque.- Bajé la cabeza, no debería haberme metido en la nave desde un principio, todo me había salido al revés.


KAI
Puse los ojos en blanco.
-Yo sí que lo sé, pero no lo diré para que no te enfades más. –dije cruzándome de brazos y apoyándome en la pared.
-Yo te dejaría irte, Saya, me encantaría perderte de vista, lo sabes, pero te necesito aquí dentro. Somos pocos, como puedes ver, y nos haces mucha falta, sobre todo en los combates. Ahora te lo estoy pidiendo como amigo: Por favor, quédate y ayúdanos. –era muy raro y difícil verme pedir algo por favor, así que más le valía aceptar.


SAYA
¿Qué lo sabía? Yo si que sabía lo que sentía por él, Después de seis años y aún pensaba en él.
Se apoyó en la pared cruzándose de brazos, esta vez me lo pidió por favor. Suspiré y cerré los ojos apoyando la frente en uno de sus brazos.
-No, Kai, solo me necesitas tú, sabes que aquí no pinto nada si no estás tú.- Dicho esto me separé y le limpié la sangre que le caía por la barbilla.
-Ve y que te curen eso, estás sangrando.



KAI



Genial, me había pillado en cierto modo. Ella sabía perfectamente que siempre la había querido y por mucho tiempo que pasase y muchas putadas que me hiciese no podría dejar de quererla, pero aún así quiso volver a divorciarse de mí, porque no era la primera vez que lo intentaba. Yo sólo quería que ella fuese feliz, y si lo era estando sola es lo que me llevó a concederla el divorcio, cuántas veces me había arrepentido de ello.
-…Tú tómatelo como quieras, es mi última palabra. –dije apartándola de mí y largándome por el pasillo hasta mi camarote, cuya puerta estaba rota, por lo que decidí seguir por el pasillo.





SAYA
Su última palabra de momento. Se apartó de mí, eso me sintió como una puñalada, pero era lo mejor. Me divorcié de él por eso mismo, seguíamos caminos diferentes y ninguno nos conducía a la felicidad mutua, así que, decidí alejarme y vivir mi vida, pero nunca me doy cuenta de que mi vida es él.
Se alejó por el pasillo hasta que le perdí de vista, pues no me quedaba otra que aceptar su proposición y quedarme, era él es que estaba al mando, ¿no?

1 comentario:

  1. Genial!!! la cosa mejora. Me encanta ese Kai y su precioso regalo: todo un puñetazo en la face. Y lo de "aquí mando yo" sólo ha faltado añadir "tienes dos opciones la mia y la incorrecta".
    Repito esto mejora.
    PD. que grandes son las ratas por allí ¿no?

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