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miércoles, 12 de enero de 2011

Capítulo- XCIX - “SI, QUIERO”

KAI
Saya y yo volvimos a casa solos, los demás siguieron con la fiesta. Sabía que ella lo hacía por mí, pero… al menos así le podría mostrar lo que tenía en mente. No sabía si le iba a gustar o le iba a resultar indiferente, pero lo había preparado para que le gustase.
Llegamos a casa y cerré la puerta, era noche cerrada y los niños dormían.
-Ya estamos en casa… -dije mirándola y esbozando media sonrisa.

SAYA
Entré en casa y dejé el abrigo colgado en el perchero de la entrada. Me giré y miré a Kai.
-¿No me digas?- Sonreí y me acerqué jugueteando con su corbata.
-Fíjate que yo pensaba que nos habíamos metido en casa de otro.- Solté una risotada y le di un toque en la nariz con la punta de su corbata.
-Bueno, ¿y cual es esa sorpresa que me tenías preparada?

KAI
La agarré de la cintura y la pegué a mi cuerpo, posando mis manos en su espalda.
-Eso puede esperar un poco, ¿no? –sonreí y la besé en los labios con sensualidad, ahora estábamos solos y no me preocupaba que nos viese nadie.
La miré.
-¿O no puedes esperar? –sonreí.

SAYA
Le miré y sonreí.
-Hombre, pues no sé…- Me encogí de hombros.
-Me gustaría ver la sorpresa, pero si tienes algo mejor pensado que hacer, tú verás.- Sonreí agarrando su corbata de nuevo.
-Me lo puedes dar luego, si quieres.- Le di un beso corto en los labios y después le miré alzando las cejas.

KAI
La cogí de la cara y la volví a besar, con más pasión, tirando de su labio.
-Hombre… la sorpresa puede esperar… -la volví a besar haciendo que apoyase su espalda en la pared.
-No corre ninguna prisa. –la volví a besar.

SAYA
Le agarré de la nuca con mis manos cuando me besó haciendo que apoyase la espalda en la pared.
Le mire y sonreí levemente.
-No, eso no corre mucha prisa, pero si veo que te corre prisa otra cosa.- Esta vez fui yo la que le besé tirando de su corbata con mi otra mano tras su nuca.

KAI
Posé mis manos en su espalda, bajando ligeramente hasta la parte trasera de sus muslos, acariciándola.
Se notaba que no llevaba nada de ropa interior, por culpa de Edward, lo que no le había hecho esa noche…
-Creo que podríamos subir al cuarto, ¿no? –sonreí y le di un pico.

SAYA
Miré a Kai y me encogí de hombros.
-Tú verás, has sido tú el que me ha “atacado” en pleno recibidor.- Solté una risotada y me encogí de hombros de nuevo.
-Si crees que vas a poder aguantar subiendo las escaleras para llegar al cuarto, tú verás.-Sonreí y asentí.
-Hay un largo camino.

KAI
Sonreí y la besé.
-Muy fácil, te atacaré por la escaleras… -la agarré de la mano tirando de ella, haciendo que se chocase contra mi cuerpo, volviendo a besarla.
-¿Podrás aguantar tú? –me acerqué a ella, pegando mi nariz a la suya.

SAYA
Me reí y le aparté empujándole suavemente.
-Kai, me subestimas.- Negué con la cabeza sonriendo y me dirigí hacia las escaleras para subir al cuarto.
-Pues claro que puedo aguantar.- Le miré de reojo mientras subía las escaleras. Me giré y le miré.
-¿Vienes?

KAI
Alcé las cejas, ella siempre podía aguantar a la perfección cualquier cosa relacionada con el sexo… -Claro… -la seguí subiendo las escaleras mientras me desabrochaba la corbata, ahora que ya estaba descolocada.

SAYA
Sonreí y le miré mientras subíamos las escaleras. Cogí su corbata cuando se la desabrochó y me la coloqué cobre los hombros mientras nos dirigíamos al cuarto. La puerta del cuarto de Kai Jr. estaba cerrada al igual que el del cuarto de las hijas de Natty, el castillo estaba muy silencioso, me daba algo de grima…

KAI
Terminamos de subir las escaleras y agarré mi corbata por los dos extremos, acercando a Saya a mí.
-Ya hemos pasado las escaleras y he aguantado. –le di un pico y le arrebaté mi corbata mientras me dirigía hacia la habitación.
El servicio también estaba acostado, todo estaba en silencio, sólo nosotros hacíamos ruido en la casa.

SAYA
Miré a Kai y sonreí cuando me quitó la corbata. Posé mis manos en sus costados y rocé sus labios con los míos.
-Vaya, que chico tan duro, has aguantado sin tocarme mientras subíamos las escaleras.- Sonreí y le besé en los labios.
-Eres todo un campeón ¿eh?- Me reí.

KAI
Entrecerré los ojos mirándola.
-Qué mala leche… -la agarré de la cintura y posé mi mano en lo más bajo de su espalda, haciendo que se inclinase a poca distancia del suelo.
-Te gusta mucho hacerme de rabiar…

SAYA
Me agarré a la nuca de Kai cuando me inclinó de esa manera, como si estuviésemos bailando un tango.
Me reí y le miré.
-Pues claro, ya sabes que vivo solo para eso.- Le miré con ojillos inocentes y sonreí.
-No tienes ni idea de cómo me pones cuando me tratas como un auténtico caballero.- Sonreí y le miré a los ojos.
-Espera, que ahora me desmayo.- Me llevé la mano a la frente y dejé caer la cabeza hacia atrás simulando que me desmayaba.

KAI
Puse los ojos en blanco.
-Entonces voy a tener que besarte para que te despiertes, supongo… -suspiré y la cogí de la nuca, la besé en los labios como supuestamente lo haría un caballero, sin alzarla de donde estaba.


SAYA
Sonreí mientras me besaba y posé una de mis manos sobre su mejilla suavemente.
Le miré sin borrar la sonrisa de mis labios.
-Deberías comportarte más veces como un caballero, te favorece ¿sabes?- Me reí levemente agarrándome a su nuca con la mano libre para no caerme.
-Ahora, deberías llevarme en volandas hasta la cama ¿no?

KAI
Asentí.
-La verdad es que sí, un caballero debería llevarte en volandas a la cama… -suspiré. -Lo haré entonces. –la agarré de las piernas alzándola para cogerla en volandas.
-Mi lady… -sonreí y la llevé hasta la habitación el volandas, cerrando la puerta con el pie.

SAYA
Sonreí y me agarré a él cuando me cogió en volandas entrando en el cuarto.
-Creo que te pediré más veces que me subas en volandas hasta el cuarto, me estoy acostumbrando.- Asentí y sonreí de nuevo mirándole mientras me acercaba hasta la cama.

KAI
Me acerqué a la cama y la posé suavemente sobre ella, colocándome poco a poco entre sus piernas, la miré de cerca, apoyando suavemente mi cuerpo sobre el suyo, sin hacerla daño.
La besé en los labios, apoyando mis manos a cada lado de ella.

SAYA
Sonreí y posé mis manos sobre sus costados y ascendí suave y lentamente hacia sus hombros agarrando el cuello de su chaqueta. La retiré con suavidad mientras seguía besándole en los labios con sensualidad. Le miré cogiendo aire y volví a besarle acariciando sus carnosos labios retirando su chaqueta del todo y dejándola a un lado de la cama. Cerré los ojos y le besé en la mejilla y fui descendiendo por su barbilla rozando su piel con mis labios.

KAI
Cerré los ojos y después la miré besando de nuevo sus labios, jugueteando con ella, apartándolos y juntándolos, después los pegué a los suyos completamente acariciando su muslo, subiendo levemente su vestido hasta casi su cintura.
La besé con fuerza y después la miré cogiendo aire.

SAYA
Le miré a los ojos respirando de manera agitada y sonreí dándole un beso corto pero intenso.
Llevé una de mis manos a su cuello acariciándole con la punta de mis dedos. Cerré los ojos y volví a besarle encerrando su labio inferior entre los míos sintiendo que me estremecía cuando me acarició el muslo subiéndome el vestido. Descendí mis manos por sus costados agarrando su camisa entre mis dedos. Tiré de ella suavemente sacándola de dentro de sus pantalones y empecé a desabrochársela lentamente mientras disfrutaba de sus labios.

KAI
Acaricié suavemente su vientre, su ombligo, subiendo por su pecho. Acaricié uno de sus pechos con suavidad sin parar de besarla.
Bajé mis labios por su cuello a la vez que bajaba mi mano por todo su torso, notando cómo su piel se ponía de gallina. Llegué hasta su entrepierna, la cual empecé a acariciar con suavidad.

SAYA
Cerré los ojos y respiré con más fuerza notando sus caricias echando la cabeza levemente hacia atrás. Hundí el vientre varias veces seguidas enredando mis dedos en el pelo de Kai.
Le miré y rocé sus labios con la punta de mi lengua retirando su camisa con lentitud hasta que me deshice de ella por completo dejándola al mismo lado de la cama donde se encontraba su chaqueta.
Posé mis manos en la parte más baja de su espalda y ascendí mis dedos hasta sus hombros.

KAI
Pasé mis dos manos hasta su cintura subiendo su vestido más allá hasta que logré despojarla de él.
La besé entre los pechos, acariciando su vientre con suavidad, bajando por todo su torso hasta su pelvis, donde volví a subir hasta sus labios, los cuales besé.

SAYA
Le miré mientras me besaba por el torso y bajaba hasta mi pelvis.
Hundí el vientre y cerré los ojos mordiéndome el labio inferior. Le agarré de la cara cuando me besó cogiendo una bocanada de aire.
Bajé mis manos hasta su cinturón, el cual desabroché dejándolo a un lado. Encogí las piernas rozando sus costados con la piel de mis muslos y le agarré de la nuca besándole con más intensidad.

KAI
Seguí besando sus labios desabrochando mi pantalón mientras con la otra mano acariciaba su torso desnudo hasta su cuello.
La miré quitándome los pantalones y la volví a besar, rodeando su cintura con mis brazos, juntando su cuerpo al mío en su totalidad.
Ella ya estaba totalmente desnuda, a mí sólo me quedaban los calzoncillos.

SAYA
Deslicé mis manos por su espalda presionando su piel con mis dedos. Le besé con suavidad ascendiendo de nuevo mis manos hasta su nuca.
Le miré a los ojos agarrándole de la cara. Me volvía loca mirar esos ojos tan azules, tan penetrantes. Me hacían sentir escalofríos por todo el cuerpo.
Le besé en los labios y llevé mis manos hasta sus calzoncillos retirándolos con suavidad hasta que se los quité del todo.
Los dejé a un lado y volví a mirarle. Rodeé sus hombros con mis brazos y le besé con más intensidad que antes pegando mi pelvis a la de él aumentando mi respiración.

KAI
La besé como ella lo hizo cuando me abrazó contra ella.
Apoyé mis antebrazos a los lados de sus costados, acariciando su vientre y sus pechos con mis dedos pulgares.
La miré a los ojos mientras penetraba con suavidad.

SAYA
Cerré los ojos y jadeé levemente cuando penetró. Le besé con suavidad abrazándome a él y rodeándole con mis brazos. Encogí una de mis piernas hundiendo el vientre cuando entraba en contacto con su abdomen a cada penetración. Jadeé de nuevo dejando escapar un suave gemido sintiendo las caricias de nuestros sexos y nuestras pelvis. Me abracé a él con más fuerza pegándome a su cuerpo por completo.

KAI
Respiré junto a su oreja besando el lóbulo con suavidad mientras me movía despacio, marcando los movimientos con intensidad.
Pasé mis labios con suavidad por su mejilla y su mandíbula, acaricié el otro lado de su cuello con mis dedos, ascendiendo por su mandíbula y su mejilla. Bajé mis labios hasta su clavícula sin parar de penetrar.

SAYA
Acaricié el pelo de su nuca con mis dedos mientras me besaba por la clavícula. Recosté la cabeza sobre el colchón y cerré los ojos jadeando cada vez con más intensidad a medida que penetraba más. Mi cintura se contoneaba involuntariamente siguiendo los movimientos de Kai. Eché la cabeza levemente hacia atrás y solté un gemido delatando lo excitada que estaba.

KAI
Jadeé besando su cuello con suavidad, pasando mis labios por su piel, sintiendo su excitación. Acaricié con mi mano su costado hasta llegar a su cuello. Abracé su cuerpo contra el mío, acariciando la parte baja de su espalda.
La besé en los labios con intensidad penetrando con más fuerza.

SAYA
Dejé escapar un gemido más intenso con mis labios besando los suyos cuando penetró con más fuerza haciendo que jadease rápidamente.
Me abracé a él rodeando su espalda con mis brazos.
Clavé mis dedos en su piel y eché la cabeza para atrás gimiendo de nuevo sin llegar a gritar.
Miré a Kai aún abrazada a él y le miré a los ojos jadeando. Le besé, fue un beso corto a causa de los jadeos. Me quedé con mi nariz pegada a la de Kai y respiré con intensidad cerrando los ojos.
-Te quiero… no sabes cuanto…

KAI
Cerré los ojos y la besé en la mejilla.
-Yo también… y tampoco sabes cuánto… -la besé en el cuello acariciando sus labios con la yema de mis dedos. La miré sin dejar de penetrar.
-Por eso mañana me casaré contigo. –sonreí y la besé más fuerte. Hice que mis penetraciones se intensificasen.

SAYA
Cerré los ojos con fuerza y abrí la boca jadeando con más intensidad gimiendo a cada penetración. Llevé mis manos a su espalda y descendí apretando su piel con mis dedos hasta que llegué a los cachetes de su culito duro el cual apreté con más fuerza.
Hundí el vientre y contoneé la cadera notando como la excitación me hacían llegar al clímax perfecto.
Encogí las piernas y me abracé a Kai con fuerza teniendo el orgasmo antes que él.

KAI
Noté que Saya llegaba al orgasmo antes que yo, pero no por eso paré, aún me quedaba un poco.
Apoyé la frente en su hombro y penetré de nuevo un par de minutos hasta que llegué al orgasmo. Suspiré depositando un beso en su cuello.
Acaricié su hombro.

SAYA
Dejé que Kai penetrase un par de veces hasta que llegó al orgasmo.
Me relajé recostándome bien sobre el colchón y acaricié la espalda de Kai con mis manos de manera suave. Respiré hondo recuperando el aliento y bajé la cabeza para besarle en la frente con dulzura.
-Puedes llamarme pesada, pero no me canso de decírtelo.- Susurré y sonreí.
-Te quiero.- Le acaricié la oreja con uno de mis dedos dejando que recostase la cabeza en mi pecho.

KAI
Sonreí acariciando su hombro.
-No me canso de oírlo, tranquila. Yo también te quiero, mucho, muchísimo. –la miré.
-Te quiero. –la besé en los labios.
-Te quiero. –la besé en el cuello.

SAYA
Me reí levemente y le abracé.
-Oye… ¿cuál era la sorpresa que querías darme?- Le miré jugueteando con su flequillo y poniéndoselo de punta con mis dedos.
Sonreí y le miré alzando las cejas.

KAI
Puse morritos alzando la mirada.
-Vale, lo haré. –sonreí y le di un pico.
-Sólo porque me lo pides tú. –le di un beso más largo y me levanté.
-Aunque te lo advierto, no sé si será una sorpresa que te gustará… -me encogí de hombros y me agaché y saqué una guitarra clásica de debajo de la cama, sentándome después encima de ella, frente a Saya.

SAYA
Miré a Kai cuando se levantó y sacó una guitarra de debajo de la cama.
Alcé las cejas sentándome sobre le colchón y tapándome el torso con las sábanas.
Sonreí y miré la guitarra, después a él.
-Kai… ¿vas ha tocar la guitarra?- Sonreí emocionada. No sabía que Kai supiese tocar la guitarra.


KAI
Carraspeé algo avergonzado.
-Bueno… hace mucho tiempo que no lo hago, pero… -me coloqué bien la guitarra sobre las piernas- Mi madre me enseñó cuando era pequeño, a penas me acuerdo, pero hay una cancioncilla que me he preparado estos días para tocártela. –afiné las cuerdas.
-No sé qué tal me saldrá… -miré a Saya.
-¿Quieres oírla?

SAYA
Sonreí y apoyé la espalda en el cabecero de la cama tapándome bien con las sábanas mirando a Kai.
Asentí y me mordí el labio inferior mientras Kai se preparaba para tocar para mí,
-Claro que quiero oírla.- Asentí de nuevo y le miré sonriendo.

KAI
Sonreí y coloqué los dedos sobre los acordes primeros para empezar a tocar. La miré y empecé a chocar mis dedos contra las cuerdas de la guitarra, tocando lentamente, era una canción que me cantaba y tocaba mi madre de pequeño, una canción más bien romántica que nunca me llegó a gustar del todo, pero quería que a Saya sí le gustaría, a mi madre le emocionaba tocarla.
La miré sonriendo.

SAYA
Sonreí y le miré cuando empezó a tocar la guitarra. Al principio parecía que le costaba un poco, pero enseguida pude oír la melodía.
Sonreí ruborizándome cuando me miró sonriendo. Bajé la cabeza sin dejar de sonreír y escuchando como tocaba. Era una canción lenta y relajada, muy romántica. La madre de Kai tenía muy buen oído para la música.

KAI
A lo largo de la canción iba saliéndome mejor, y eso que llevaba muchos años sin tocar, era extraño. A mitad de canción se me ocurrió que quizá podría cantar un poco de la letra, aunque mi voz no era lo mejor de mí, pero… Saya parecía emocionada con la canción, lo malo sería que la estropease…
Carraspeé y empecé a cantar a más de mitad de canción, pero bajo, comido por la vergüenza, y casi al mismo volumen que la guitarra.

SAYA
No aparté la mirada de Kai mientras tocaba con la guitarra. Sonreí aún más cuando le escuché cantar por lo bajo. No lo hacía nada mal y me sentía emocionada al descubrir algo nuevo de Kai. Llevábamos diez años juntos y nunca me había dicho que sabía tocar la guitarra…
Mantuve el silencio y sin apartar la mirada de Kai, estaba muy atractivo tocando la guitarra y encima desnudo.

KAI
Parecía que a Saya la estaba gustando cómo tocaba. La sonreí mientras seguía cantando, cada vez con menos vergüenza. La canción estaba a punto de acabar, eso me consolaba, así tendría menos margen para meter la pata.
Terminé al fin la canción mirando a Saya a los ojos.
Reposé mis brazos sobre la guitarra esperando una reacción o algo que me dijese si la había gustado.
-Sé sincera, por favor…

SAYA
Miré a Kai y sonreí cuando terminó la canción. Suspiré como una adolescente tonta ante su cantante favorito. Me mordí el labio y me acerqué gateando sobre la cama hasta colocarme frente a él. Sonreí y posé mi mano sobre una de las suyas y cerré los ojos acerando mi rostro al suyo hasta que mis labios acabaron sobre los de Kai. Le besé de manera dulce y le miré separándome. Sonreí algo colorada.
-Ha sido precioso.

KAI
Sonreí y la agarré de la nuca para volver a besarla.
-Me alegro de que te haya gustado… La verdad es que me daba apuro no poder hacerlo bien y que no te gustase… -miré la guitarra.
-No la toco por lo menos desde los diecisiete, y nunca la he cantado… pero me alegra mucho de que haya salido bien. –sonreí.

SAYA
Miré la guitarra y la cogí colocándola encima de mis piernas como la tenía Kai hacía un segundo. Posé una de mis manos en los acordes y con la otra toqué un par de notas.
Solté una risotada y le miré.
-Yo no sé tocar muy bien, pero alguna nota que otra si.- Me reí levemente y volví a tocar un par de notas más.

KAI
Sonreí y me acerqué mirando qué notas tocaba.
-No lo haces mal. –solté una risotada y me coloqué detrás de ella, posando mis manos sobre las suyas.
-¿Puedo ayudarte? –sonreí besándola en la mejilla.

SAYA
Miré a Kai cuando se colocó detrás de mí y sonreí.
-Vale.- Asentí y me eché el pelo a un lado para que no le estorbase a Kai.
Suspiré y dejé que me enseñase a tocar la guitarra. Era algo nuevo que compartiríamos los dos y prometía ser divertido.

KAI
Apoyé mi barbilla en su hombro besando de nuevo su mejilla. Acaricié suavemente sus manos con las mías y coloqué sus dedos en la cuerdas correspondientes con los acordes.
Solté una risotada haciéndola mover los dedos.
-Oh… my love… -canturreé, como si fuese la película de Ghost.

SAYA
Me reí levemente y le miré de reojo mientras me guiaba para tocar las notas de la guitarra.
-Contigo parezco una profesional.- Me reí de nuevo y volví la mirada a la guitarra.
Seguí tocando las notas que me decía Kai con su ayuda. Apoyé la nuca en su hombro y cerré los ojos dejándome guiar por Kai.

KAI
Tocamos juntos una canción, yo guiando a Saya con las manos, posando sus dedos en las cuerdas. La besé en la mejilla cuando apoyó la cabeza en mi hombro.
Cuando terminamos la canción sonreí y la miré. Rodeé su cintura con un brazo y la bese en los labios abrazándola contra mi pecho.

SAYA
Giré la cabeza posando mi mano en su nuca cuando me besó en los labios haciendo que mi espalda se pegase en su pecho.
Sonreí y le miré a los ojos.
-Creo que esta ha sido la experiencia más erótica que he tenido en la vida.- Me reí poniéndome colorada y bajé la mirada retirando la guitarra y tapándome el pecho con las sábanas.

KAI
Sonreí y la agarré de la cintura pegándola de nuevo a mí, besándola con fuerza en la mejilla. Ya que había retirado la guitarra, la dejé en el suelo y me tumbé en la cama con ella encima.
La tumbé a mi lado después y la besé de nuevo en los labios.
-Me alegro de eso… -acaricié su hombro con mi mano.

SAYA
Sonreí y posé una de mis manos en su mejilla acariciándole suavemente.
No me podía creer que al final llegase la fecha de nuestra boda. Hacía mucho tiempo que Kai me lo pidió… y en que momento, pero ahora estaba más ansiosa que cuando me lo pidió ese momento.
Me acurruqué al lado de Kai posando la cabeza en su pecho y rodeando su cintura con uno de mis brazos.

KAI
Sonreí y la abracé con fuerza.
Deposité un beso en su frente acariciando su pelo.
-Te quiero… -la volví a besar con fuerza y después cerré los ojos. Teníamos que levantarnos pronto por la mañana, y ya era bastante tarde…

SAYA
Sonreí y cerré los ojos acariciando su pecho con suavidad.
-Y yo a ti…- Deposité un beso sobre su pecho y me acurruqué colocando una pierna mía encina de las de Kai y sonreí.
Al final caí dormida en seguida, era algo tarde y estaba un poco cansada, además de que estaba emocionada por que llegase el día.

NATTY
Ya estaba casi preparada, me había vestido, peinado, maquillado… Eso sí, la resaca me tenía la cabeza como para quedarme en la cama… Me había dado cuenta de que Kai había bajado hacía un rato con Max, pero a Saya no la había visto…
Me dirigí a la habitación, a ver si podía ayudarla con alguna cosilla, cuando una de las doncellas me pilló por el pasillo y me dijo que le entregase a la reina un paquete que acababa de llegar.
Lo cogí y llamé a la puerta.
-Saya, ¿estás despierta?

SAYA
Kai se había levantado antes que yo. Ya estaba abajo preparado y esperándome.
Me desperté un poquitín tarde, me metí en el baño para darme una ducha rápida y vestirme. No quería hacer esperar a Kai… anda que yo también… quedarme dormida…
Nada más salir de la ducha, me tapé con la toalla y me dispuse a ponerme el vestido que me mandó Sharon, pero escuché la voz de Natty detrás de la puerta.
-Si, si, un momento, ya me visto… se me han pegado un poco las sábanas, lo siento.

NATTY
Entreabrí la puerta.
-¿Puedo pasar, chiqui? Tengo algo para ti, parece ser un regalito de boda, no sé de quién es… -me froté la frente.
-No sabes qué resaca tengo, espero que tú hayas dormido bien porque yo tengo unas ojeras…

SAYA
Saqué mi vestido del armario y miré hacia la puerta.
-Estoy algo ligera de ropa, así que, dámelo y me harías un gran favor si bajases y tranquilizases a Kai, seguro que está de los nervios por que no he bajado aún.- Me sequé el pelo con una toalla y asomé la cabeza por la puerta.

NATTY
Alcé las cejas.
-Oy, chica, ¿aún te preocupa que te vea desnuda? –le di el paquete que me había dado la doncella.
-Kai por el momento está más preocupado por si todo está perfecto, no hay prisa, además, tienes una hora para arreglarte. –la besé en la mejilla.
-Mucha mierda, yo voy a tomarme algo para la cabeza y a vestir a las niñas, si necesitas algo avísame, ciau. –me di la vuelta y me fui, ya que no me necesitaba ahí.

SAYA
Cogí el paquete que me había traído Natty y cerré la puerta cuando se marchó.
Suspiré y dejé la caja encima de la cama. Había una pequeña tarjetita con el nombre de “Kara” impreso en ella. Alcé las cejas y solté una risotada… ya me imaginaba que era, seguro que algún picardías o algo de su estilo…
Me senté en la cama y abrí la caja. Abrí los ojos ampliamente cuando vi lo que había en su interior…
-Un… picardías…- Asentí y cogí el corsé blanco a juego con el tanguita y los ligueros. Los miré con detenimiento sin poder aguantarme la risa… esta Kara era única.
Negué con la cabeza y me mordí el labio inferior…
-Pues nada, tendré que ponérmelo.- Me deshice de la toalla y me puse primero el tanguita blando, más bien transparente, y después los ligueros. Acto seguido me puse el corsé y me lo abroché tirando de las ataduras de la parte de atrás.
Una vez puesto me miré en el espejo.
-…joder… a Kai le va a dar un infarto cuando me vea así…- Me miré bien y silbé.
-Pero que buena que estoy.- Solté una risotada y me puse el vestido encima del corsé y las medias blancas. Abrí los ojos como paltos cuando vi que, por culpa del corsé, los pechos estaban más… más… alzados y prietos… no tenía bastante ya con el embarazo que encima el corsé me las “hinchaba” más.
Suspiré y me encogí de hombros, no podía hacerle nada, mejor, así le alegraría la vista a Kai. Me senté en la cama y me puse los zapatos, la verdad es que el picardías era bastante cómodo, no notaba que lo tuviese puesto.
Cuando terminé de ponerme los zapatos, me terminé de secar el pelo con el secador y me dispuse a bajar para encontrarme con Kai y los demás. Estaba algo nerviosa y emocionada, pero intentaba no demostrarlo.
Me dirigí al jardín que había detrás del castillo, es dónde íbamos a celebrar la boda, así que me fui para allá.

KAI
La corbata me estaba poniendo nervioso, no hacía más que descolocarse, no estaba recta.
Suspiré colocándola por cuarta vez. Estábamos ya todos fuera, excepto Saya, la novia siempre se hacía esperar… Tragué saliva mientras me hacía el nudo, que no me salió…
-¡Dios! –solté la corbata.
-¡Max! –suspiré, no quería ponerme nervioso.
-Ayúdame…

SAYA
Salí fuera y vi a Kai muerto de los nervios intentando ponerse bien la corbata. Le pidió ayuda a Max que estaba algo liado colocándole la corbatita a Kai Jr.
Miré a mi hijo, iba igual vestido que su padre, solo que a él le quedaba mejor el traje.
Max se quedó mirándome al igual que Kai Jr. con la boca abierta. Sonreí algo nerviosa y les saludé con la mano mientras me seguían con la mirada.
Me acerqué a Kai y agarré su corbata haciéndole yo el nudo.
-Pero mira que eres desastre, Kai.- Solté una risotada y le hice bien el nudo de la corbata. Le miré y sonreí, estaba muy guapo con ese traje y muy bien peinado, no comparado como cuando se levantaba, aun que…

KAI
Tragué saliva cuando vi a Saya. Llevaba el vestido que le había regalado su hermana, y era lo único que había hecho bien en la vida… Saya estaba deslumbrante, y… notaba su figura algo distinta, pero preciosa…
-Guao… Me casaría contigo… -sonreí.

SAYA
Sonreí y le coloqué bien la corbata bajo la chaqueta del traje.
-Ohm, ¿es qué no tenías intenciones de casarte conmigo? Vaya, y yo que me había hecho ilusiones.- Me reí y le miré cuando la corbata se quedó en su sitio.
-Olé, ahora si que estás perfecto.- Asentí y sonreí.

KAI
Sonreí y la cogí de la barbilla para mirarla a los ojos.
-No te como entera aquí mismo y ahora porque no quiero saltarme los procedimientos, pero… grr… -sonreí y la besé suavemente en la mejilla, la miré.
-¿Vamos? –coloqué mi brazo para que se agarrase a él.

SAYA
Sonreí y me agarré a su brazo.
-Vamos.- Vi que en frente estaba el pequeño altar con Jimmy situado arriba del todo, ya que iba ha ser él el que nos casaría. Su primer mandato como sabio.
Natty ya estaba allí con las niñas y Max junto con Ánima y Kai Jr. que le había puesto una pajarita a Ziper. Me reí cuando vi al perro sentado al lado de Kai Jr. con porte elegante… incluso el perro…
Miré a Kai y sonreí mientras nos acercábamos al altar.

KAI
Suspiré, no podía apartar la mirada de Saya, brillaba con luz propia, y me recordaba a esos tiempos cuando aún era ninfa y tenía ese brillo especial…
Caminamos hacia el altar y miré a James que estaba vestido con su túnica blanca. Esbocé media sonrisa y miré después a mi hermano y los demás, Kai era una especie de mini yo…

JIMMY
Kai y Saya aparecieron al final. Me había preparado para casarles, cosa bastante fácil y la cual me habían encomendado el consejo. Accedí encantado de la vida, más bien por qué Kai me lo pidió también.
Miré a Saya, era imposible fijar la mirada en ella. Estaba preciosa y deslumbrante. Sonreí y suspiré cuando estuvieron frente a mí. Los demás se colocaron detrás de ellos, a un par de pasos alejados del altar, pues solo los novios podían tener acceso a él a parte del sacerdote, claro, sino cuéntame que hacía yo ahí…
Suspiré y abrí el libro que me habían dado los sabios mayores para que pudiese dar comienzo la ceremonia.
-Lo primero de todo, majestad, es daros las gracias por concederme el honor de poder ser yo mismo quién os una en matrimonio.- Asentí e incliné la cabeza levemente ante Kai y Saya.
-Bien, si no tienen nada que decir los presentes, les ruego silencio… o me pongo a repartir hostias y comulga hasta el más ateo…- Eso último lo dije en bajo, cosa que no impidió que Saya soltase una pequeña carcajada.
-Lo siento…- Carraspeé y pasé las páginas del dichoso libro hasta que encontré el versículo adecuado.
Suspiré y miré a Kai.
-Cogeros de las manos, por favor… solo los novios…- Dije mirando a los invitados por si no me habían entendido bien.
Carraspeé de nuevo y miré el versículo que tenía que leer. Me aclaré la garganta y empecé a leerlo.
-Nos reunimos una mañana más para unir en santo matrimonio a Kai, Rey del Hielo y a Saya, futura Reina del Hielo… vaya…- Asentí y alcé las cejas.
-… ante los ojos de los Dioses Elementales y…- Suspiré y levanté mi dedo índice para que esperasen un segundo. Seguí leyendo para mí mismo y negué con la cabeza. Agarré el libro y lo cerré de golpe lanzándole detrás de mí.
Miré a Kai y suspiré.
-Vamos a ver, ¿tú quieres que Saya vuelva contigo?

KAI
Alcé las cejas, James no parecía ponerse serio para casarnos… bueno, lo haría más ameno…
Miré a Saya y me encogí de hombros.
-Pues claro que sí… -sonreí siguiéndole el rollo.

JIMMY
Asentí y volví la mirada a Saya.
-Vale, y tu, Saya, ¿le aceptas?- Tanto Dios y tanto elemento al final acabaría durmiéndome de pie y con el libro sobre mis manos de lo aburrido que me resultaba. Mejor casarles de manera más liberal y divertida y punto.
Miré a Saya esperando su respuesta.

SAYA
Miré Jimmy y después a Kai encogiéndome de hombros.
-Si no hay más remedio…- Sonreí y miré a Jimmy de nuevo. Me parecía mucho mejor la manera que tenía de casarnos, deberían aprender de él, así las bodas no parecerían entierros.

JIMMY
Asentí de nuevo y miré a los novios.
-Pues ya esta todo aclarado. Solo faltan los anillos y punto.- Miré a Kai Jr. que se acercó con las dos cajitas con los anillos dentro. Las cogí y sonreí guiñándole un ojo al peque que me devolvió el gesto volviendo con sus tíos después.
Le entregué a Kai la cajita donde estaba el anillo de Saya para que se lo pusiese.

KAI
Carraspeé y cogí la cajita. Tal y como nos estábamos tomando todo sólo tendría que caérseme el anillo para tener que agacharme y se rompiese el pantalón…
Abrí la cajita y saqué el anillo. Miré a Saya y cogí su mano, colocando el anillo en el dedo correspondiente.
-Espero que esta vez sea para siempre…

SAYA
Miré a Kai mientras me ponía el anillo y sonreí. Cogí la cajita con el anillo de Kai y la abrí sacándolo con cuidado. Agarré la mano de Kai y se lo puse mirándole a los ojos.
-Si, yo también espero que sea así…- Sonreí de nuevo sin poder apartar la mirada de sus ojos.

JIMMY
Sonreí y me guardé las cajitas en el bolsillo de la túnica.
-Dicho esto, no queda nada más por hacer que comeros la boca y…- Miré a Kai y a Saya… dicen que si las miradas matasen… pues yo digo: si las miradas dijesen otra cosa… Saya ya estaría en pelotas delante de todos…
Puse los ojos en blanco y sonreí negando con la cabeza.
-Ala, ala, ya puedes besarla.- Dije mirando a Kai, ya que se le veía con ganas al muchacho.

KAI
Sonreí y la cogí de la cintura, haciendo que se inclinase al igual que la noche anterior, como lo hacía un caballero…
La besé en los labios con ganas, llevaba queriendo besarlos desde que había llegado a colocarme la malita corbata. La miré a los ojos cuando me separé levemente.
-Te quiero. –la volví a besar mientras oía los aplausos y vítores…

SAYA
Sonreí agarrándome a Kai cuando me inclinó hacia atrás para besarme.
Le miré algo atontada y colorada, sobre todo cuando escuché los gritos alocados de Natty…
Me incorporé aún agarrada a Kai y sonreí algo avergonzada…
Miré a Kai.
-Yo también te quiero.

NATTY
Aplaudimos cuando Saya y Kai se metieron ese morreo, vaya película… No me imaginaba que el soso fuese a hacer algo así.
-¡Bravo, sosete! –aplaudí y silbé. Me llevé la mano a la cabeza.
-Ay, qué resaca, por Dios… -cogí a Alice en brazos.
-Ala, niñas, adentro, que hace frío… -el resto de la ceremonia se celebraría dentro, así que nada, adentro.

JIMMY
Me agaché para coger mi libro de entre la nieve y después me volví hacia Kai.
-Bueno, creo que yo ya he acabado aquí. La lástima es que no puedo quedarme al banquete… tengo que irme al senado, si después tengo un rato libre, me pasaré.- Sonreí y miré a la parejita.
-Espera que esta vez os dure mucho tiempo, ¿eh?

KAI
Sonreí agarrando a Saya de la cintura.
-Esta vez hasta que la muerte nos separe, y… más allá de la muerte. –la besé en la mejilla.
Miré a James.
-Pues, que te sea leve, Ánima se quedará triste de que no puedas bailar con ella… -miré a Ánima, que estaba a unos metros, abrigándose los brazos y mirando a Jimmy.

JIMMY
Asentí y miré a Ánima y suspiré.
-Lo sé, pero ya bailaré con ella más tarde, eso seguro. No pienso tirarme allí todo el día.- Negué con la cabeza y les miré.
-Que os lo paséis bien, majestades.- Esbocé media sonrisa e incliné la cabeza en señal de reverencia y me alejé para volver al senado.

KAI
Miré a Saya y suspiré.
-Estás helada, ¿verdad? –la besé en la frente.
-Venga, vamos dentro, mi Reina del Hielo. –sonreí y entramos en el castillo, aunque… más tarde volveríamos a salir, tenía otra sorpresa para ella preparada en el jardín, pero ahora tocaba
fiesta.

SAYA
Agradecí el entrar en el castillo. Fuera hacía algo de frío y desde que estaba embarazada, el frío me afectaba aún más… no sabía por que…
Entramos detrás de los demás que se metieron en la sala donde estaba el trono de Kai. Al entrar me vinieron a la mente recuerdos de cuando venía a ver a Kai cuando tan solo éramos unos adolescentes…
Siempre iba a verle y él… me echaba…
Suspiré y miré el trono sonriendo levemente.
Miré a Kai y sonreí con más amplitud.
-Este sitio está tal y como lo recordaba…

KAI
Me encogí de hombros.
-Hace siglos que no organizamos ninguna fiesta aquí, es normal que esté igual que antes, supongo… -miré a la orquesta que tenía preparada para que tocase e hice una señal para que empezasen a tocar.
Cogí la mano de Saya.
-¿Me concede este baile, majestad?

SAYA
Nada más entrar en la sala, la orquesta que estaba allí empezó a interpretar una balada. Miré a Kai cuando me pidió que bailase con él.
Sonreí y asentí.
-Claro, estoy encantada de poder bailar con el rey.- Agarré su mano firmemente y le seguí hasta el centro de la sala.

KAI
Me llevé a Saya al centro del salón, no sabía si Max y Natty bailarían, pero… a los niños no los veía por la labor…
Miré a Saya y sonreí.
-Espero no pisarte… O que no me pises tú… -la agarré de la cintura y la mano para empezar a bailar.

SAYA
Miré a Kai cuando me coloqué frente a él. Sonreí y me llevé la mano a los pies cuando dijo lo de pisarle.
-Espera.- Me quité los zapatos dejándolos a un lado de la sala.
Sonreí y miré a Kai de nuevo.
-Ya estás, así al menos si te piso no te haré daño.- Me reí y agarré la mano de Kai colocando la otra tras sus hombros.

KAI
Solté una risotada cuando se quitó los zapatos y asentí.
-Ya verás como te pise yo qué guantada me vas a soltar… -puse cara de terror.
-Que sea lo que Dios quiera… -me reí y empezamos a bailar al ritmo de la balada. Siempre me había dado reparo, pero en mi boda no podía permitirme no bailar con mi mujer.

SAYA
Puse los ojos en blanco cuando me dijo lo de la guantada. Sonreí después y seguí sus pasos al ritmo de la música de la orquesta. Sonreí y le miré mientras bailábamos. Hacía mucho que no bailaba con Kai… aun que… ahora que recordaba… era prácticamente el primer baile que me marcaba con él, al menos en serio.
-No lo haces mal, por ahora no me has pisado.- Solté una risotada y le miré.

KAI
Entrecerré los ojos.
-Claro que no te he pisado, soy un bailarín de primera clase, Saya, si te piso… -me acerqué a ella, con mi nariz prácticamente pegada a la suya- es porque tú no te muevas como debes. –me reí y seguí los pasos.
-Es broma…

SAYA
Le miré y entrecerré los ojos. Pisé unos de sus pies con uno de los míos sin mucha fuerza pero para que se enterase.
-Uy, lo siento.- Le pisé el otro pie, a posta y sonreí.
-Uy, vaya, que torpe soy.- Alcé las cejas y le miré con una sonrisa traviesa perfilando mis labios.


KAI
La miré negando con la cabeza.
-Sí, sí que eres una torpe… Ten cuidado a ver si se me va a ir el pie y te dejo sin juanetes… -alcé las cejas y esbocé media sonrisa.
-No quisiera hacerte daño, y tú vas descalza… -me encogí de hombros.
-¿No podemos estar en paz ni bailando?

SAYA
Desvié la mirada pensativa mientras bailaba con Kai. Le miré y negué con la cabeza.
-No.- Sonreí.
-Has sido tú el primero en picarme, así que ahora no te quejes si te piso.- Me encogí de hombros y miré la orquesta mientras tocaban… no sabía que Kai tuviese su propia orquesta…

KAI
Miré donde miraba Saya, los de la orquesta tocaban para nosotros, aunque tenían frío, estaban todos con abrigo…
-Me parece que debí haber contratado a gente de aquí… Voy a tener que pagarles el doble por condiciones infrahumanas… -solté una risotada.
-¿Tú tienes frío? Aquí no hace mucho más calor que fuera.

SAYA
Le miré y me encogí de hombros.
-Hace la misma temperatura que siempre, por mí no te preocupes. Pero si quieres ahorrarte el tener que pagarle a la orquestas el doble, creo que deberías subir un pelín más la calefacción, solo un pelín.- Asentí y sonreí.
-Seguro que Natty te lo agradece y los miembros de la orquesta se relajan un poco más.

KAI
Miré alrededor.
-Está bien. –busqué a alguien del servicio con la mirada, había dos doncellas en la puerta, llamé a una con la mano.
Al poco rato la calefacción fue subiendo de temperatura, lo noté, aunque no me desagradó mucho, seguía habiendo una buena temperatura para mí.
-¿Has visto que buen niño me he vuelto? –esbocé media sonrisa.

SAYA
Sonreí y asentí.
-Muy bueno, cuando quieres.- Solté una risotada y negué con la cabeza mientras seguía bailando con él.
Noté como poco a poco la temperatura de la sala iba subiendo hasta que alcanzó un buen ambiente cálido, no muy asfixiante, pero cómodo.
Los miembros de la orquesta parecieron agradecerlo por que tocaron con más soltura, eso o que Kai les había amenazado de muerte…

KAI
Estuvimos toda la mañana ahí metidos todos, bailando, comiendo lo que nos traían las doncellas, bebiendo un poco, sólo un poco de champán para celebrar…
Entonces me acerqué a Saya y la cogí de la mano.
-Ven, quiero enseñarte algo.

SAYA
Estaba hablando con Natty y Ánima cuando Kai se acercó a mí cogiéndome de la mano.
Dejé mi copa de champán encima de la mesa donde estaban servidos los aperitivos y miré a las chicas.
-El deber me llama.- Sonreí y me giré hacia Kai.
-Uuh, ¿qué me quieres enseñar, ladrón?... grrrr…- Solté una risotada y le seguí cogiendo su mano.

KAI
Puse los ojos en blanco.
-Nada que te vaya a excitar, Saya… -sonreí y la llevé hasta el último ventanal, el que había al lado de los tronos, tapiado por una cortina.
-Cierra los ojos… -cogí sus manos y las puse sobre sus ojos.
-No hagas trampa… -la di un suave beso en los labios y me acerqué a la cortina, la cual corrí hacia un lado, dejando ver en el exterior, en la parte del bosque que aún pertenecía al palacio, una estatua de hielo eterno, igual que la que le hice tiempo atrás en el lago, aunque… ésta era más pequeña…
Carraspeé.
-Puedes abrirlos…

SAYA
Puse morritos cuando me dijo que no me excitaría la sorpresa. Solté una risotada y entonces fue cuando me obligó a taparme los ojos. Suspiré y esperé a que me dijese que loa abriese.
Retiré las manos y abrí los ojos cuando me dio la señal. Miré por la ventana y vi el bosque y entre unos árboles pude distinguir una pequeña estatua de hielo. La misma estatua de hielo que Kai hizo para mi antes de enfrentarnos a Draco.
Miré a Kai sorprendida y después a la ventana de nuevo.
-… Kai… te dije que no me hicieses una estatua…- Suspiré y miré de nuevo la figura de hielo. Era más pequeña pero mucho más hermosa que la otra.
Negué con la cabeza y le miré.
-… yo… no… no sé que decir, Kai…

KAI
Me rasqué la nuca.
-Sé… que me lo dijiste… pero no sé, a mí me gustó mucho, y quería hacerla para ti, es mi regalo de bodas. –bajé la mirada al suelo.
-No me apetece deshacerme de ella, pero si no te gusta la guardo para que no la veas… -la miré.
-No hace falta que digas nada…

SAYA
Miré a Kai y suspiré resignada acercándome a él. Ya estaba hecha, así que, no se podía hacer nada…
-Si que me gusta, Kai, es preciosa y todo lo que hagas por mí, sea material o no, me va a gustar siempre…- Negué con la cabeza y le agarré de la mano.
-No quiero que te deshagas de ella… está bien donde está…- Miré la estatua y después a él. Sonreí.
-Gracias.- Le besé en la mejilla.

KAI
Sonreí.
-La he puesto ahí para que la veas tú, la gente que la vea pensará… que eres esa ninfa, preciosa, mística… -sonreí de nuevo y la besé suavemente.
-Pero que ellos piensen lo que quieran, lo que importa es que la he hecho para ti, para que sepas que no has perdido la magia que me enamoró de ti.

SAYA
Le miré y sentí como mis mejillas se tornaban rojas…
Bajé la cabeza y la apoyé en su pecho cerrando los ojos y agarrándome a su chaqueta.
-No sabes cuanto te odio… siempre me haces sonrojarme y…- Froté mi frente contra su pecho para que no me viese colorada y encima derramando lágrimas…

KAI
Me mordí el labio y la abracé contra mi pecho besando su pelo.
-No me odies, no lo soportaría… -sonreí y miré a la estatua, me había quedado bastante idéntica a Saya, me gustaba mucho.
Suspiré.
-¿Estás llorando de la pena o de la emoción?

SAYA
Le di un golpecito suave en el pecho con mi puño sin levantar la cabeza de su pecho.
-Cállate… no estoy llorando…- Me enjugué las mejillas con mi otra mano y le miré levantando la cabeza.
-...- Snif.

KAI
Sonreí, la cogí de las mejillas y la besé en los labios con suavidad, hasta había conseguido que se emocionase…
-Me alegro de que acabe gustándote, pensé que te ibas incluso a enfadar… -sonreí acariciando sus mejillas sonrojadas.

SAYA
Le miré aún colorada y negué con la cabeza.
-No seas tonto ¿cómo voy a enfadarme por una cosa tan bonita como esa?- Sonreí y rodeé su cintura con mis brazos. Cerré los ojos y alcé la cabeza para besarle, pero me dio por mirar de reojo…
-…………- Alcé las cejas y parpadeé un par de veces.- Esto… ¿Natty nos está… grabando?- Señalé a Natty que nos apuntaba con una cámara digital.

NATTY
Cuando Kai se llevó a Saya, supe que le iba a enseñar una sorpresa, así que saqué corriendo la cámara de video y empecé a grabarles. Grabé todo, e incluso se me saltaron las lágrimas cuando le dijo aquello tan bonito… Joder con el soso…
Miré a Saya cuando me pilló grabándoles.
Me pasé la mano por mis mejillas mojadas.
-Seguid, no atendáis a la cámara…

SAYA
Miré a Natty y sonreí negando con la cabeza.
-Qué manera de estropear el momento…- Miré a Kai y sonreí
Me encogí de hombros y le agarré de la chaqueta tirando de él. Le besé en los labios presionándolos con fuerza mientras que Natty nos grababa.
Hoy era un día especial, así que, no me importaba mucho.

KAI
Sonreí y la abracé rodeando su cintura con mis brazos, haciendo que se alzase levemente del suelo.
No me importaba que nos grabase, más tarde tendríamos un recuerdo de la boda…
-Te quiero, reina. –susurré, eso la cámara no lo oiría, y la volví a besar.

SAYA
Sonreí y le acaricié la nuca mientras me besaba.
Me sentía muy feliz, era el mejor día de toda mi vida. Había pasado muchas cosas con Kai, toda mi vida a su lado, prácticamente, y como todas las personas, habíamos tenido buenos y malos momentos, pero era mejor olvidarse de los momentos malos y quedarme con los buenos. Esperaba que esta fuese la definitiva y que nada me separase de Kai.

ÁNIMA
Sonreí mirando a Saya y Kai. Se notaba que estaban muy enamorados, y había sido una boda divertida y esa era realmente una escena preciosa. Era una pena que Jimmy no estuviese allí, me habría gustado bailar con él, pero tenía cosas que hacer, era importante.
Suspiré y me senté en una silla mirándoles.

KAI
Miré a Saya, me sentía dichoso de poder estar así con ella, llevábamos mucho tiempo esperando a casarnos, ahora por fin volvíamos a estar casados, esta vez haría lo posible porque no tuviésemos que separarnos más, ya que la última vez había sido por culpa mía, por estar más atento al reino que a mi familia.
-Te prometo que me entregaré a vosotros… No volveré a cometer el mismo error.

SAYA
Miré a Kai cuando dijo eso. Bajé la cabeza y negué.
-No, Kai. Tienes un deber que cumplir y la última vez no supe verlo… - Sonreí y le miré.
-Te aseguraré que esta vez seré más considerada e intentaré ayudarte en todo lo que pueda.-Asentí y sonreí.
-Pero de momento disfrutemos de la fiesta, anda.- Le agarré de la mano y tiré de él para volver a bailar.

KAI
Sonreí y la seguí cuando quiso ir a bailar.
-Está bien, vamos a disfrutar de la fiesta. –la agarré de la cintura pegándola a mí.
-¿Te gusta… el tango? –alcé las cejas posando mi mano en su espalda y miré a la orquesta, que empezó a tocar música de tango.
Miré a Saya esbozando media sonrisa.

SAYA
Sonreí y miré a Kai.
-¿Para qué me preguntas si ya lo sabes?- Suspiré y sonreí de nuevo.
-Está bien, bailemos un tango.- Posé una de mis manos en su nuca pegando mi cuerpo al suyo cuando empezó a sonar la música.

KAI
Sonreí. Del tango no sabía mucho, pero lo básico lo podía llevar, y a Saya la gustaba, sobre todo porque había que estar todo el rato muy pegados.
Empecé el baile poniendo una mano en lo más bajo de su espalda y pegándola a mi cadera, con nuestras narices casi chocándose. Bailamos al ritmo de la música, muy pegados.

SAYA
Mi rostro se quedó muy cerca del de Kai mientras bailábamos el tango. Kai me hizo girar sobre mi misma y después me agarré a él de nuevo posando mis manos en su nuca alzando una de mis piernas hasta la su cintura.
Sonreí mirándole a los ojos.

KAI
Sonreí agarrando su pierna a la altura del muslo cuando la subió a mi cintura, hice que se inclinase levemente hacia atrás y deposité un beso en su cuello haciendo después que se incorporase.
La agarré de la cintura con un brazo sonriendo, el tango era un baile muy sensual, y nuestros cuerpos no se separaron más que cuando ella giraba.

SAYA
Seguimos bailando bajo la mirada de los demás que estaban en el salón. Kai bailaba muy bien el tango, cosa que me facilitaba los pasos.
Kai Jr. nos mirada sentado en una sillita junto a su tío que nos silbaba de vez en cuando.
Las doncellas que mandó Axel como regalo también nos miraban, sobre todo a mí… aun que sus miradas no eras muy simpáticas, más bien asesinas. Las ignoré por completo y seguí disfrutando del baile con Kai.

KAI
Nos tiramos todo el día bailando, hasta que llegó la noche. No había disfrutado tanto desde… no lo recordaba. Además… al final había cogido hasta el punto, por suerte no se me notaba en la voz, sólo que me reía más de lo normal.
Me levanté de la silla donde estaba sentado y miré a los demás, ya parecían cansados de estar todo el día allí.
-Bueno… creo que la fiesta ya puede terminar, ¿no? –me revolví el pelo, no comprendía cómo me había soportado el peinado todo el día.

MAX
Miré a Kai cuando se levantó. Sonreí y asentí.
-Yo por mi parte si, las peques están cansadas así que será mejor que suba a acostarlas.- Dije mirando a Kai mientras acomodaba a Alice sobre mi hombro que se había quedado frita. Me levanté de la silla agarrando a la peque evitando que se cayese.
-Me he divertido mucho, Kai y me alegro de que todo esto te haya salido bien.

KAI
Asentí.
-Yo también me alegro, y… bueno, gracias a James la ceremonia no ha sido un coñazo. –solté una risotada.
-Pero tendríais que haber bailado un poco también, ¿no? –miré a Saya.
-Bueno, pues nosotros nos vamos ya para arriba. –sonreí y volví a mirar a Saya.
-¿Vamos?

SAYA
Miré a Kai cuando se levantó cosa que hice yo también. Max se marchó para acostar a las crías junto con Natty. Kai Jr. se había ido a dormir hacía ya un buen rato, por lo que no nos preocupamos por él. Ánima se marchó también para esperar a Jimmy que volviese del senado… el pobre se tiró todo el día allí.
Sonreí y miré a Kai asintiendo.
-Vamos.

KAI
Sonreí y cuando se marcharon todos miré a Saya.
-Bueno… Es nuestra noche de bodas, ¿verdad? –esbocé media sonrisa y la cogí en volandas.
-No te lo he dicho en todo el día, pero… ¿te han crecido ya los pechos? –alcé una ceja mirando sus pechos, parecían si no más grandes más realzados.

SAYA
Miré a Kai y después me miré el escote.
-¿Qué?... Ohm… es… es por culpa del embarazo, siempre se me hinchan los pechos.- Asentí intentando convencerle.
-¿No te acuerdas del embarazo de Kai Jr.?- Alcé las cejas y sonreí. Esperaba que se lo creyese o si no descubriría el pastel.

KAI
Negué con la cabeza.
-No, cariño, estaba… criando malvas los primeros meses de tu embarazo… -intenté no darle importancia.
-Aún así es muy pronto, ¿no? ¿Te… has comprado un sujetador nuevo? –sonreí mientras subía las escaleras con Saya en brazos.

SAYA
Desvié la mirada algo avergonzada, es verdad, cuando me quedé embarazada de Kai Jr. fue justo cuando Jack apareció…
Miré a Kai y negué cuando dijo lo del sujetador.
-¿Qué? No, no, ya te he dicho que es por el embarazo… piensas que es pronto pero no para las hormonas.- Me encogí de hombros.

KAI
Asentí.
-Vale… -sonreí y llegamos a la habitación.
-Mmm, pues entonces será por el embarazo… -abrí la puerta y la dejé sobre la cama.
Cerré la puerta.
-Es nuestra noche de bodas. –alcé las cejas.
-¿Qué podríamos hacer?

SAYA
Miré a Kai y sonreí mordiéndome el labio.
-Pues no sé.- Me puse de rodillas sobre la cama y me acerqué a Kai que estaba de pie al lado de la cama. Le agarré de la corbata y le miré a los ojos.
-A mi se me ocurren muchas cosas que hacer.- Le di un beso en el lado derecho del cuello mientras deshacía el nudo de la corbata.
-Podríamos desnudarnos el uno al otro.- Susurré dándole otro beso en el lado contrario del cuello y tiré suavemente de la corbata hasta que me libré de ella. Colgué la corbata en el cabecero de la cama y miré a Kai muy de cerca.
-O si lo prefieres me desnudo para ti.- Sonreí y le mordí en el cuello a la altura de la nuez.

KAI
Me mordí el labio mirándola de cerca.
-Siempre te desnudo yo… ¿te desnudarías para mí hoy? –pasé mi mano por su cuello bajando despacio hasta su pecho.
Alcé las cejas y la besé.

SAYA
Agarré a Kai de la chaqueta cuando me besó. Le besé de manera fogosa y sensual, rozando su lengua con la mía. Me separé lentamente tirando de su labio inferior. Le miré y sonreí posando mi mano en su pecho.
-Hoy haré una excepción y me desnudaré para ti.- Me aparté un poco colocándome en el centro de la cama.
-Yo también tengo una sorpresa para ti.- Me llevé las manos al extremo de la falda del vestido y la fui subiendo muy lentamente sin apartar la mirada de Kai. Ascendí mis manos con mucha suavidad dejando ver las ligas blancas y el tanguita a juego.

KAI
Abrí los ojos como platos cuando vi las ligas y el tanga que llevaba, eso no lo tenía de antes…
-Sa-Saya… -meneé la cabeza, la última vez que se vistió de forma parecida fue el día de mi cumpleaños, y aún no se había desnudado del todo…
Me crucé de brazos esperando a que siguiese con el pequeño espectáculo.

SAYA
Esbocé media sonrisa y seguí subiéndome el vestido por la cadera y finalmente me desprendí de él dejándolo caer al suelo. Miré a Kai para ver que reacción tendría al verme con ese picardías tan provocativo. Sonreí y me acerqué a gatas hasta quedarme frente a él. Llevé mis manos a su cinturón y me puse de rodillas mirándole.
-¿Qué te parece mi nuevo conjuntito de lencería?

KAI
Resoplé.
-Saya… -carraspeé.
-Bueno, te queda… genial… Y me has mentido, los pechos no están así por el embarazo… -miré sus pechos, que estaba muy realzados por el corsé que llevaba.
-Estás divina.

SAYA
Solté una risotada cuando me miró los pechos.
-Chico listo.- Le agarré de la barbilla haciendo que me mirase a la cara. Sonreí de nuevo y le besé de golpe, con intensidad agarrando su chaqueta y retirándola dejando que cayese al suelo. Me separé levemente y le miré a los ojos sonriendo.

KAI
La miré y la agarré de los hombros tumbándola sobre la cama. La besé en los labios con intensidad poniéndome sobre ella, poniendo mis rodillas alrededor de su cintura.
-Cómo sabes provocarme… -la besé de nuevo, y después bajé mis labios a su cuello. Acaricié sus pechos con una de mis manos.

SAYA
Cogí una bocanada de aire cuando me tumbó sobre la cama y se colocó encima de mí besándome de esa manera. Le agarré de la nuca con fuerza haciendo que alzase la cabeza y le miré esbozando media sonrisa.
-¿Dónde crees que vas?- Rodeé su cintura con mis piernas e hice que girase colocándome encima de él. Sonreí y agarré sus muñecas colocando sus brazos por encima de su cabeza. Le besé en los labios con fogosidad enredando mi lengua con la suya.

KAI
Me había dejado atrapado debajo de ella. No podía moverme, me tenía doblegado. La besé con fuerza, juntando y enredando nuestras lenguas.
La miré cogiendo aire.
-¿Hoy vas a mandar tú? –sonreí y la volví a besar, tirando de su labio cuando me separé de su rostro.

SAYA
Sonreí y le miré cuando separó sus labios de los míos.
-Por supuesto, y espero que hagas todo lo que yo te diga, TODO.- Sonreí de nuevo de manera traviesA y solté sus muñecas lentamente.
-Quieto.- Esbocé media sonrisa posando una mano al lado de su cabeza. Posé un dedo sobre sus labios y descendí lentamente por su barbilla y su cuello hasta su camisa la cual empecé a desabrochar acercando mis labios a los suyos. Jugueteé con ellos apartando los míos cada vez que intentaba besarme.

KAI
Me relamí los labios cuando jugueteó con mis labios sin dejarme besarla. Quería que hiciese todo lo que ella mandase…
Agarré sus labios entre los míos, atrapándolos mientras llevaba mis manos a su cuello para evitar que se escapase.


SAYA
Solté una risotada cuando me agarró para poder besarme. Era imposible hacer de rabiar ha este hombre, bueno, mientras mantuviese las manos sobre mi cuello y no más abajo me bastaba.
Abrí su camisa cuando terminé de desabrochársela y descendí mis manos por su pecho hasta su abdomen. Le acaricié con intensidad, presionando su piel con fuerza. Me incliné hacia delante y le besé por el pecho rozando su piel con mi lengua.

KAI
Cerré los ojos y la miré, no me dejaba hacerla nada, era ella la que se estaba beneficiando de mí todo el rato…
Puse morritos y bajé mis manos a su cintura, después de ponerse ese modelito no podía prohibirme disfrutar de ella, era injusto.

SAYA
Solté una risotada, al parecer no podía resistirse, en fin…
Le miré y sonreí quitándole la camisa del todo.
La dejé caer al suelo y besé los labios de Kai con fuerza, dejando que se viciase todo lo que quisiese. Acaricié su abdomen y descendí mis manos hasta la tira de su pantalón. Me senté sobre él y desabroché su cinturón retirándolo y colgándolo junto con la corbata. Miré a Kai y llevé mis manos al botón del pantalón y lo desabroché tirando después del pantalón hacia abajo. Le dejé tan solo con el calzoncillo. Me volví a sentar sobre él y agarré la tira de su calzoncillo inclinándome para volver a besarle.

KAI
Acaricié sus muslos apretando mis dedos contra su piel y subí hasta su trasero prácticamente desnudo, acariciándolo suavemente.
Sonreí sin dejar de besarla y subí las manos hasta el corsé, buscando por dónde podía desabrochar lo que lo sujetaba.
Alcé la cabeza por encima de su hombro para mirar, pero no encontraba nada, maldita lencería moderna…
Agarré los extremos del corsé a su espalda y tiré. Sonó algo desgarrado, pero al menos se lo había quitado.
-…Lo siento…

SAYA
Miré a Kai cuando rompió el corsé.
Alcé las cejas y bajé la mirada al corsé que estaba suelto. Después volví a mirar a Kai.
-Eres un burro…- Entrecerré los ojos y agarré el corsé lanzándolo fuera de la cama. Mi torso estaba completamente desnudo, al menos me quedaba el tanguita y las medias blancas a juego.
Agarré la nuca de Kai y le besé con fuerza, el muy cabrón se había cargado el corsé, pero la manera que lo había hecho me excitó aún más.

KAI
Parecía que al fin y al cabo no la había molestado mucho. La abracé contra mi cuerpo con fuerza mientras me besaba. Acaricié su espalda desnuda hasta su cuello, donde posé mi mano.
-Te compraré uno nuevo… -la besé en el cuello, el cual mordí, dejando una gran marca que se notaría durante días.

SAYA
Cerré los ojos cuando me mordió el cuello haciendo que soltase un pequeño grito.
Posé mis manos en sus costados y las descendí lentamente acariciando la piel con mis uñas.
Agarré la tira de su calzoncillo y los bajé levemente metiendo mis manos dentro acariciando su entrepierna con suavidad.

KAI
Cogí aire con fuerza y cerré los ojos echando la cabeza hacia atrás.
La miré y acaricié sus pechos besándola con intensidad. Descendí mis manos lentamente por sus caderas y agarré su tanga, del cual tiré hacia abajo, arrebatándoselo de una vez.
La seguí besando y acaricié sus caderas jadeando.

SAYA
Hundí el vientre cuando me arrebató el tanguita quedándome tan solo con las medias blancas. Respiré de manera agitada aún con mis dos manos dentro del calzoncillo acariciándole su sexo con mucha suavidad notando como iba poniéndose erecto.
Le besé en los labios introduciendo mi lengua dentro de su boca jugando con la de él.

KAI
Jadeé con intensidad sintiendo sus caricias y sus besos. La miré a los ojos de manera profunda recorriendo su rostro con mis dedos, entonces la volví a besar con fuerza, tirando de su labio y jugando con su lengua.
Acaricié todo su torso y sus piernas.

SAYA
Cerré los ojos jadeando y agarré sus calzoncillos con una de mis manos mientras que con la otra seguía acariciando su entrepierna. Tiré el calzoncillo al suelo e hice que Kai se tumbase sobre la cama. Le acaricié el pecho y entonces me senté sobre su pelvis haciendo que penetrase por completo en intensamente. Alcé la cabeza y abrí la boca dejando escapar un gemido. Me mordí el labio y empecé a mover la cintura de adelante hacia atrás con lentitud sintiendo el roce de nuestros sexos.
Miré a Kai recorriendo su pecho con mis manos.

KAI
Gemí con fuerza cuando se sentó de repente con esa energía. Tragué saliva y la cogí de la cintura cuando empezó a moverse. La miré acariciando su vientre con mis pulgares, moviendo mi pelvis y mi cadera junto a ella, intensificando los movimientos y aumentando el placer.

SAYA
Jadeé a cada movimiento encorvando la espalda hacia atrás y descendiendo mis manos por su abdomen acariciándolo con las uñas. Fruncí el ceño y gemí de nuevo de la misma manera que antes. Apreté mis muslos contra su cadera cambiando los movimientos, de arriba abajo con mucha suavidad y lentitud.
Mi cuerpo empezó a aumentar su temperatura y sintiendo cada vez más placer y excitación a cada nueva penetración.

KAI
Apreté los dientes y me mordí el labio cada vez que cambiaba de movimiento o de ritmo, cuando Saya era la que mandaba realmente disfrutaba, era muy buena y sabía lo que me gustaba.
Acaricié su vientre y sus pechos con suavidad, dejándome llevar por sus movimientos.

SAYA
Posé mis manos en las suyas cuando me acarició los pechos. Cerré los ojos sintiendo sus caricias haciéndome gemir de nuevo. Jadeé y me mordí el labio sin parar de moverme. Cada roce hacía que mi temperatura subiese un par de grados más sintiendo escalofríos por la espalda.
Volví a cambiar de movimientos, esta vez moví mi cadera en círculos de manera muy suave haciéndolo más placentero. Cerré los ojos con fuerza y gemí de manera muy intensa, casi gritando.

KAI
Me senté agarrando su espalda, la besé en el cuello con intensidad, subiendo por su mandíbula, pasando por su mejilla y regresando a sus labios.
La abracé con fuerza haciendo que los movimientos fuesen más intensos y placenteros. La besé bajo la barbilla.

SAYA
Posé las manos en la nuca de Kai cuando se sentó. Cerré los ojos jadeando con más fuerza mientras me besaba bajo la barbilla. Le agarré del pelo con fuerza y gemí descendiendo mi otra mano libre por su espalda presionándola con mis dedos. Hundí el vientre mientras seguía moviéndome con nuestros sexos completamente unidos. Alcé la cabeza y gemí otra vez aumentando la velocidad y la fuerza de las penetraciones haciéndolas más sentidas y agudas. Fruncí el ceño y abrí la boca dejando escapar un grito de placer. Llegué al orgasmo, fue bastante fuerte debido a que estaba más excitada.

KAI
Tuve el orgasmo al mismo tiempo que Saya, había sido intenso y muy placentero, eso nos había hecho disfrutar a los dos mucho.
La miré cogiendo aire y la besé en la barbilla, acto seguido sonreí.
-Nuestro primer polvo de casados…

SAYA
Solté una risotada jadeando y le miré.
-Siéntete afortunado, me has quitado la virginidad.- Me reí de nuevo y pasé mis manos por su pelo terminando en su nuca.
Le miré y le besé en la comisura de los labios.
-Puedes llamarme viciada, salida o todo lo que quieras, pero…- Le miré y sonreí.
-¿Estás dispuesto a ir a por el segundo polvo de casados?- Jugueteé con una de sus orejas acariciándola con suavidad.

KAI
Alcé las cejas.
-Vaya, parece que después de todo el día bailando el horizontal y ahora en vertical aún no estás cansada… Así que quieres más… -sonreí y la tumbé sobre la cama besándola en los labios. Si ella quería otra vez, pues otra vez, podríamos dormir por el día si hiciese falta, no corría ninguna prisa.

SAYA
Sonreí cuando me tumbó accediendo a lo que le pedí.
-Espera.- Levanté levemente una de mis piernas y señalé las medias.
-¿Me las quitas? No me gustaría estropearlas.- Sonreí mordiéndome un dedo de forma inocente.
El corsé se había roto pero al menos el tanguitas y las medias aún resistían.

KAI
Sonreí y me senté en la cama cogiendo su pierna alzándola sobre mi hombro. Agarré el fin de la media con suavidad y poco a poco hice que descendiese por su pierna hasta acabar en su pie, el cual besé con delicadeza.
-Así no les pasará nada. –sonreí.

SAYA
Le miré mordiéndome el labio mientras me quitaba la media. Sus manos frías me ponían la piel de gallina con cada caricia.
Dejé caer la pierna suavemente sobre la cama y levanté la otra posando el pie en su pecho.
-Aún falta la otra.- Alcé las cejas y sonreí apoyando los codos sobre la cama y sin apartar los ojos de los de él.

KAI
Sonreí y agarré la media besando su tobillo. Empecé a tirar con suavidad hacia mí, depositando suaves besos a lo largo de su pierna. Retiré la media dando un pequeño mordisco en su pantorrilla y sonreí travieso.
Dejé que la media cayese al suelo.
-Intactas, como tú las querías.

SAYA
Le miré y solté una pequeña risotada.
-A sí me gusta.- Me recosté sobre los cojines de la cama y le miré mordiéndome el labio inferior.
Le indiqué con el dedo que se acercase para que se tumbase encima de mí.
-Ven aquí, hombre de hielo.

KAI
Sonreí y me acerqué gateando hasta ella, tumbándome encima sin hacerla daño, tal como me había pedido. Posé mis antebrazos sobre el colchón y mi barbilla sobre su pecho, mirándola a los ojos.
-Ya estoy aquí. –la besé en los labios con suavidad.

SAYA
Sonreí y le acaricié la barbilla cuando me besó.
Le miré a los ojos aún sonriendo. Le acaricié la cara con el reverso de mi mano mientras me sumergía en sus profundos ojos azules.
-No me dejes nunca, Kai… sin ti estaría perdida…

KAI
Solté una risotada.
-Qué cosas tienes, ¿por qué te iba a dejar yo? ¿Quién en su sano juicio te dejaría escapar dos veces? –la cogí de la barbilla.
-Tú, Kai y nuestro futuro hijo sois mi vida, jamás voy a dejarte… -acaricié sus labios.
-Tú no me dejes a mí… ¿de acuerdo?

SAYA
Sonreí y negué con la cabeza mirándole.
-Jamás.-Rodeé su cuello con mis brazos y le besé con pasión acariciando la piel de sus hombros.
No cometería el mismo error dos veces, me olvidaría del pasado y viviría el presente.
Viviría solo para Kai y para mi familia, lo que de verdad me importaba. Quería a Kai más que nunca y jamás se me pasaría por la cabeza abandonarle. Esta vez si teníamos algún problema, intentaría solucionarlo antes de buscar medidas erróneas.

KAI
Abracé con fuerza su cintura al besarme ella. Nos besamos con intensidad, a pesar de estar todo el día bailando, no estábamos a penas cansados, y eso era bueno, podríamos aprovechar nuestra noche de bodas como los dos queríamos
Acaricié su espalda de arriba abajo suavemente con la yema de mis dedos, sintiendo su piel aterciopelada bajo ellos.

SAYA
Estaba segura de que pasaría toda la noche disfrutando de Kai, no estaba cansada y al parecer él tampoco. Además, dentro de ocho meses tendríamos muy poco tiempo para los dos ya que tendría que pasar la mayor parte del día cuidando del peque de la familia.
Era mejor que aprovechase ahora que tenía tiempo, aquí y en la luna de miel.

KAI
Habíamos estado haciendo el amor a lo largo de la noche… varias veces… No llegué a contarlas, no me resultó importante, pero si sé que no paramos hasta acabar agotados.
Cuando me desperté, eran las tres de la tarde, y era normal, a penas habíamos dormido. Suspiré estirándome, me encontraba como nuevo, y nos sobraba tiempo para coger la nave al Reino de las Hadas, podíamos cogerla por la noche y dormir en el viaje.
Suspiré colocando mis manos bajo mi cabeza cerrando los ojos con una sonrisa.

SAYA
Me desperté cuando sentí movimiento en la cama. Abrí los ojos levemente sin moverme, aún estaba adormilada. Cerré los ojos de nuevo respirando profundamente.
No sabía que hora era, ni me importaba, estaba de lujo y no tenía prisa en levantarme. Me tumbé boca abajo y suspiré cerrando los ojos y apoyando la cabeza en la almohada.
Había pasado una estupenda noche y ahora tenía sueño… como no.

KAI
Miré a Saya, que estaba abrazada a su almohada y parecía no querer levantarse. Me acerqué a ella y la besé suavemente en la mejilla.
-Duerme cuánto quieras. –me levanté y me acerqué a la ventana para bajar la persiana y que no entrase luz en la habitación.
Me puse unos pantalones y salí de la habitación, iría a comer algo, me rugían las tripas.

SAYA
Encogí un hombro cuando Kai me besó en la mejilla soltando un ruidillo que ni yo misma sabría deducir.
Sonreí levemente y suspiré acomodándome en la almohada cuando bajó la persiana y se marchó. Me llevé la mano al vientre y volví a sonreír, esta vez más ampliamente. No podía notarlo, pero sabía que estaba ahí, creciendo poquito a poco. Me quedé ahí tumbada dejándome llevar por el sueño de nuevo.

KAI
Cuando terminé de comer decidí darme un buen baño, no me había duchado desde la mañana anterior y con todo el ejercicio que había hecho… ejem…
Me fui hacia el baño que había en el pasillo, no quería molestar a Saya mientras dormía. Entré y cogí del armario una toalla y jabones. Me desvestí rodeando mi cintura con la toalla y me acerqué hasta la bañera que tenía, en la cual cabía más de una persona.
Me metí sintiendo el agua caliente, la verdad es que en esos momentos no me molestó. Me senté suspirando y apoyé los brazos fuera de la bañera, se estaba muy bien, y en cuanto pasasen un par de minutos, me sentiría en la gloria.
No sé cuantos minutos pasé allí, quizá diez o quizá veinte, serían más de las cuatro ya… Entonces oí la puerta abrirse, aunque juraría haber echado el pestillo…
Sonreí, sería Saya que acababa de levantarse.
-Buenos días… ¿has dormido…? –entonces me di cuenta de que no era Saya cuando una de las doncellas de Axel se arrodilló a mi lado con una esponja.
-Buenos días, majestad, ¿queréis que os frote con la esponja? –negué con la cabeza.
-Eh… no, gracias, me apaño yo solo.
-Yo me pido un brazo. –dijo una al otro lado mío.
-Yo el otro.
-Yo las piernas.
-¡Yo el pecho!
-Yo la espalda…
-Y yo la entre…
-¡No! –grité separándome de ellas lo más deprisa que pude.
-Pero anda, no seáis tímido… -dijo una acercándose y acorralándome contra la bañera mientras las otras me rodeaban.

SAYA
Me desperté pasadas las cuatro y media. Bajé a la cocina para poder comer algo, tenía es estómago vacío. Me puse un culot limpio y el jersey negro de Kai.
Antes de llegar a las escaleras pasé por el cuarto de baño que había en el pasillo. Escuché risillas y algo de chapoteo detrás de la puerta. Al principio pensé que sería Kai Jr, jugueteando con Ziper cuando se lo metía en la bañera con él, pero vi que las risitas eran procedentes de las doncellas que envió Axel. Fruncí el ceño cuando también percibí la voz de Kai, por lo que no me lo pensé dos veces al abrir la puerta.
Me quedé mirando la escena, Kai estaba completamente desnudo y las seis doncellas estaban a su alrededor metiéndole mano.
Entrecerré los ojos y miré a Kai.
-Uy, perdón… no pretendía interrumpir, su alteza real.- Cerré la puerta de un portazo y me dirigí a la cocina…
Estos hombres eran un asco, la noche anterior te prometen hasta la luna y al día siguiente ya están montándose orgías…

KAI
Abrí los ojos como platos cuando justamente Saya abria la puerta, si es que no podía haber elegido cualquier otro momento…
-¡Saya! ¡No pienses…! –cerró de golpe enfadada…
-Mierda… -me levanté de la bañera, en ese momento las doncellas soltaron una exclamación.
-Os dije que no cometieseis ni la mínima, ¿qué es lo que no entendisteis? –rodeé mi cintura con la toalla que tenía preparada y salí de la bañera. Me dirigí a la puerta y salí, Saya se iba por el pasillo.
-Saya, espera… -fui tras ella.

SAYA
Seguí caminando haciendo caso omiso de Kai cuando me llamó.
-Sigue disfrutando de tu baño con esas asquerosas babosas dándote friegas por el cuerpo, a mí déjame en paz.- Fruncí el ceño y bajé las escaleras.
Como sabía que esas malditas guarras aprovecharían para meterle mano y, claro, él se dejaba, era un hombre y ninguno se resistiría a seis pares de tetas… que asco.

KAI
Negué con la cabeza.
-Pero Saya, ¿qué estás diciendo? –agarré la toalla, que se había soltado y había estado a punto de caerse.
-De verdad que yo no he hecho nada, han sido ellas y las estaba echando. –la seguí por las escaleras.
-Sólo has visto dos segundos de lo que ha pasado ahí dentro, no sabes lo que ha pasado.

SAYA
Bufé y me giré para mirarle. Entrecerré los ojos y negué con la cabeza.
-Sois todos iguales, en cuanto se os ponen un par de chicas que estén de buen ver os olvidáis de lo demás.- Me giré de nuevo y me metí en la cocina cuando terminé de bajas las escaleras. Seguro que habían sido ellas, pero a él no le habría molestado de no ser por que le había pillado, si es verdad que habían pasado dos segundos, en mi lugar, me habría sobrado uno para echarlas.

KAI
Resoplé poniendo los ojos en blanco y entré en la cocina tras ella.
-Saya, por favor, sabes que yo no soy de ese tipo de hombres, no me dejo llevar así, y después de todo lo que te he demostrado esta noche, ayer en todo el día, y en general todo este tiempo… Y me acusas así, no sabes lo que ha pasado ahí dentro, Saya. –me coloqué delante de ella.
-Por favor, no te cabrees, no tiene sentido.

SAYA
Suspiré y le miré cuando se colocó delante de mí. Cerré los ojos respirando más tranquila y volví a mirarle.
-Kai, tengo más cosas en la cabeza a parte de un par de mechas, no soy tonta.- Pasé por su lado y me acerqué al frutero para coger algo que llevarme al estómago.
-Te creeré cuando las eches de este castillo.- Cogí una manzana y salí de la cocina.

KAI
La seguí, parecía su perrito faldero…
-De acuerdo, si así consigo que me creas, las echaré. Además, advertí que no hiciesen el tonto, he aquí mi ultimátum. –noté fresco de cintura para abajo, miré y vi que no llevaba la toalla rodeando mi cintura.
Giré la cabeza y vi que se me había caído varios metros atrás.
-…

SAYA
Bajé la mirada y alcé una ceja viendo que no llevaba toalla. Volví a mirarle a la cara y suspiré.
-Buenos días, amor.- Mordí la manzana y me dirigí hacia las escaleras para recoger las cosas de la habitación, sobre todo el picardías que me había regalado Kara. Dejé ahí a Kai con toda su cosita al aire, que se las apañase como pudiese.

KAI
Carraspeé y volví a por la toalla, tapándome. Me pasé la mano por la nuca y me dirigí a por mi ropa, lo malo es que las doncellas estaban allí y no me haría gracia si me cogían y me metían de nuevo a la bañera, ahí ya sí que Saya no perdonaría…
Abrí la puerta, las doncellas seguían ahí, sólo que alguna que otra llevaba menos ropa que antes.
Desvié la mirada.
-Señoritas, largo todas del baño, directas a la entrada, ahora. –dije seriamente, ellas sonrieron y se marcharon del baño, no sin mirarme descaradamente antes.
Suspiré y entré, cerré con pestillo, que comprobé que estaba roto…
Me vestí y me dispuse a echar a las doncellas, o al menos a devolvérselas a Axel.

SAYA
Antes de entrar a la habitación pasé por el baño, vi a las doncellas, algunas metidas dentro de la bañera y casi desnudas… resoplé con fuerza y me fui al cuarto a paso ligero. Cerré la puerta sin ninguna delicadeza y me apoyé en ella frunciendo el ceño.
Respiré hondo y me agaché para coger el picardías que estaba desperdigado por el suelo. Recogí el tanguita con las medias y después el corsé, el cual estaba desgarrado por detrás. Puse los ojos en blanco… pero que bruto era Kai…
Suspiré y lo guardé en el armario, ya me encargaría de coserlo.
Esperaba que Kai echase a esas malditas golfas o lo haría yo, y no les gustaría verme cabreada.

KAI
Una vez estuve vestido me dirigí a la entrada del castillo, donde estaban las seis doncellas sonrientes y ya vestidas.
Carraspeé situándome delante de ellas.
-Bien, dejé muy claro desde el principio que no me gustaba vuestra presencia aquí, y os di una oportunidad que acabáis de malgastar, por cierto justamente el día después de mi boda, ahora mismo os voy a echar de aquí, pero como se estropee algo de mi matrimonio por culpa vuestra iré a por vosotras. –suspiré cruzándome de brazos.
-Así que ya habéis oído, recoged vuestras cosas y largo de aquí. –las doncellas pusieron caras tristonas.
-Pero, majestad…
-No, largo todas de aquí, se acabó la oportunidad, fuera. –
me di la vuelta y me dirigí a la habitación donde supuestamente estaba Saya. Ya había hecho lo que quería, esperaba que después de lo perfecto que había sido todo no se estropease por esto…
Pasaron las horas y llegaron las siete de la tarde, ya tenía todo preparado para marcharnos, esperaba que Saya no siguiese enfadada…
Las maletas estaban ya cargadas en la nave, me había despedido de Kai y los demás y esperaba a Saya en la entrada.

SAYA
Kai me esperaba abajo, aún seguí picada por el pequeño “baño relajante” que se había pegado con esas malditas… por suerte las había echado, de no ser así las había arrancado los pelos del todo el cuerpo. No sabían de lo que era capaz una mujer embarazada…
Antes de bajar, pasé al cuarto de mi hijo para despedirme, que esperase si quería.
Sonreí cuando vi al piojo sentado en su moqueta jugando con las hijas de Natty… algo muy raro. Ziper fue el primero que se lanzó a mis brazos. Me agaché y le acaricié entre las orejas mientras él me lamía los brazos.
-Si, yo también voy ha echarte de menos.- Sonreí y miré a los renacuajos que ni me miraron.
-Pero bueno ¿es qué no os vais a despedir de mí o qué?- Kai Jr. se levantó con su sonrillisa de pícaro y me abrazó. Esbocé media sonrisa y le miré.
-Sé bueno, ¿de acuerdo? No solo con el personal y los tíos, también con tus primas, que no me entere yo ¿eh?- Kai se puso serio un momento pero después sonrió abrazándome de nuevo.
-No estaremos lejos mucho tiempo, volveremos en una semana.- Le besé en la mejilla varias veces, cosa que le arrancó una mueca de disgusto.
-Ya paro.- Me levanté y le froté el pelo. Miré a mis sobrinas y sonreí.
-¿Vosotras no me dais un beso?- Se acercaron corriendo y cada una me dio un beso en una mejilla. Me reí levemente y las besé yo a ellas.
-Lo mismo os digo.- Me levanté y miré a Ziper.
-Creo que le dejaré a él al cargo.- El cachorro ladró. Sonreí y suspiré.
-Me voy peques, sed buenos, ¿eh?- Me despedí con la mano y salí del cuarto cerrando la puerta. Bajé las escaleras para encontrarme con Kai e irnos…