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lunes, 22 de febrero de 2010

Capitulo- LXXXV - JACK

SAYA
Esa noche la pasaríamos en el bosque de nuevo. Axel había hecho un trato con uno de los capitanes del barco. Era el único que iría a la isla y no debíamos desaprovechar la oportunidad… aun que yo no me sintiese con ánimos para nada…
Mientras los demás se quedaban en el bosque cenando, yo me acerqué al muelle para contemplar el océano.
Me senté sobre la tabla del muelle y contemplé como el barco de mi hermana zarpaba rumbo al horizonte… esa sería la última vez que la vería.
Suspiré y bajé la cabeza, no sé por qué, pero mi mente se llenó de recuerdos de mi hermana Mika…
Cada vez que me acordaba de su muerta más culpabilidad sentía, pues era cierto, fue mi culpa que ella muriese…
Me hubiese cambiado por ella de haber podido.
Alcé levemente la mirad hacía el agua en la cual re reflejaba la luz de la luna…
-Mika… espero que puedas perdonarme algún día…


KAI
Saya había ido sola al muelle, estaba algo cabizbaja desde que habló con Sharon, no debió aparecer, y menos ahora que no se encontraba de ánimos como para tirar cohetes…
Después de cenar decidí ir a ver cómo estaba. Cuando llegué estaba sentada frente al agua. Me acerqué arrodillándome detrás de ella y la abracé por los hombros pegándola a mi pecho.
-¿Necesitas hablar?


SAYA
Kai se acercó a mí y me abrazó. Le agarré de los brazos con mis manos para que no me soltase y acercándole más a mí.
Bajé la cabeza y negué sintiendo como mis ojos se humedecían a causa de esos malditos recuerdos…


KAI
Saya lo estaba pasando muy mal… Me senté con ella entre mis piernas sin soltarla y la pegué a mí protegiéndola con mis brazos, la besé en el pelo, noté cómo sus ojos derramaron lágrimas, sabía que todo era por los recuerdos que ahora afloraban en su mente sobre sus hermanas, y eso no podía hacerla olvidarlo ni dejar de sufrir por ello, siempre lo tendría en el fondo de su corazón aunque ella no tuviese la culpa.



SAYA
Miré al frente sin poder borrar esos recuerdos que tanto me atormentaban.
Había estado una temporada sin pensar en ello y ahora volvían…
-Tú dices que la culpa no fue mía… pero tan solo lo dices para que me sienta bien, pero no es así… la culpa fue mía, todo ha sido culpa mía…


KAI
-Sabes que no quiero que hables así, y hemos hablado de ello muchas veces. Fue un accidente, Saya, te lo repetiré hasta que se te meta en la cabeza, ¿es que no ves que no tuviste la culpa? Si tú hubieses asustado al caballo a propósito comprendería que te sintieses mal, pero no fue así. –la besé en la mejilla.
-Si Mika supiese que estás tan mal por ella se sentiría culpable… Tú no la mataste, Saya, fue un accidente.



SAYA
Negué con la cabeza cerrando los ojos. Una lágrima se deslizó por mi mejilla cayendo sobre la tabla del muelle.
-No fue un accidente… debería haberme estado quieta, pero siempre he sido una cabra loca y no obedecía a lo que me decían… no me extraña que pasase algo así… - Bajé la cabeza de nuevo.
-No debería haber sido ella la que murió… no se le merecía.


KAI
La abracé contra mi pecho acunándola.
-Sólo eras una niña, mi vida, no tienes que culparte. –la besé en la sien acariciándola la espalda y un brazo.
-Llora si quieres desahogarte, pero, por favor, deja de culparte…



SAYA
-No puedo dejar de culparme y estoy harta de llorar… no puedes hacerme cambiar de idea… no sabes lo que es ver como tú propia hermana muere por un error tuyo…- Negué con la cabeza tirando una piedra al agua.
-Hay veces que llego a pensar que… todo el que está a mi lado se perjudica de alguna manera…


KAI
Suspiré.
-Eres idiota… -apoyé mi cabeza en la suya.
-Todo el mundo influye de buena o mala manera en todo el mundo. Fíjate si aquel día que te atreviste a ir a agradecerme que te salvase no lo hubieses hecho. Ahora tú seguirías siendo una ninfa exiliada y yo un amargado solitario. –cerré los ojos.
-No podemos evitar cometer errores en la vida, Saya, pero no podemos culparnos de todo lo que ocurre malo, si no, yo estaría siempre culpándome de la muerte de mi hermana por haber permitido que Xan la matase, pero… sé que ella se interpuso delante de Kuroi para salvarle… Tú eras una niña y estabas jugando como todo niño haría, fue un golpe de mala suerte que te cruzases con el caballo con tu hermana montada, pudo haber sido cualquiera… -suspiré, sabía que no la importaba cuánto la dijese.



SAYA
Suspiré y me levanté.
-Ese otro cualquiera podría haber sido yo…- Negué con la cabeza cruzándome de brazos.
-Olvídalo… sé que escucharme decir esas cosas no te gusta… si quieres puedes irte con los demás… yo me voy a quedar aquí un buen rato…


KAI
-Saya… sólo quiero que no te sientas mal con eso, porque no tiene sentido torturarse… -suspiré y me levanté.
-Si no te molesta, me quedaré aquí contigo. –la agarré de la cintura y la besé en la mejilla con suavidad, no hablaríamos más del tema, seguramente, nunca nos poníamos de acuerdo.



SAYA
Suspiré y me encogí de hombros mientras me besaba en la mejilla.
-Como quieras… no me molestas… - Miré al frente apoyando la nuca en su hombro.
Alargué mi mano tras su nuca acariciándole con suavidad. Agradecía que estuviese ahí, su compañía era lo que más necesitaba en esos momentos.
-Gracias por… intentar animarme…


KAI
Cerré los ojos depositando un beso en su cuello.
-Lo que sea por mi reina. –abrí los ojos mirando al mar, no sabía por qué, pero el instinto me decía que el peligro no había pasado, quizá Sharon seguía por ahí y nos había engañado…
No… era algo peor.


SAYA
Giré la cabeza y le miré. Noté que se ponía algo tenso.
-¿Qué pasa?- Fruncí el ceño extrañada, cuando Kai se ponía de esa manera era por que había algo que le escamaba…
-¿Notas algo?- Miré hacia el muelle y los barcos…



KAI
Había alguien allí que nos estaba observando, lo presentía. Miré a mi alrededor atento mientras Saya miraba al muelle.
-Hay alguien… -Saya miró también, en la dirección contraria a la que ella miraba, pude ver, al otro lado del muelle, a un hombre mirando al mar con una gabardina, giró la cabeza y pude ver unos ojos de un color azul casi plateado que me miraban. Esos ojos me resultaron muy familiares, pero el hombre se fue antes de que pudiese reconocer quien era…



SAYA
Vi que Kai se quedaba mirando a un hombre al otro lado de muelle.
Noté que Kai se ponía aún más tenso y en guardia.
-¿Sabes quién ese?- Dije después de que tío se marchase.
Miré a Kai y posé una mano sobre su mejilla para que me mirase.
-Eh… ¿estás bien?


KAI
Me quedé mirando a aquel tipo mientras se marchaba, me daba muy mala espina y… no, él no podía ser, era imposible…
Cerré los ojos, Saya me hizo mirarla.
-…Sí, estoy bien… Es sólo que… me ha parecido conocer a ese tipo, pero no…



SAYA
Miré de nuevo hacía el otro lado del muelle, aquel hombre había desaparecido.
Kai no dejaba “intimidarse” por nadie, y nadie le ha vencido nunca… o si…
Kai murió a manos de un antiguo amigo suyo el cual también murió… pero, ese hombre… tenía un aura el cual no me gustaba.
Miré de nuevo a Kai.
-Es una tontería, pero… ¿Crees que ese hombre podría ser… Jack?


KAI
Miré a Saya de nuevo, eso mismo había pensado yo. Retrocedí un par de pasos.
-Claro que no, él no puede ser, murió, yo le maté, me aseguré de que estuviese bien muerto, me costó la vida hacerlo… -miré de nuevo por donde se había ido.
-Ese tipo no era Jack. –me di la vuelta.
-Creo que deberíamos irnos a dormir.


SAYA
Me acerqué hasta ponerme al lado de Kai. Agarré su mano.
-Te has puesto muy nervioso…- Y era verdad, se había separado de manera brusca y su manera de hablar se había enfriado de repente…
Me giré poniéndome frente a él.
-Tranquilo… no tienes por que ponerte nervioso…- Agarré sus manos y me alcé levemente cerrando los ojos y depositando un suave beso en sus labios.
Me separé levemente mirándole.
-¿Esto te tranquiliza?


KAI
Tragué saliva.
-No estoy nervioso… sólo estoy alerta, ese tipo nos estaba mirando y no me hace ninguna gracia… -la miré, ella sabía que estaba nervioso, pero no podía evitarlo, Jack había logrado acabar conmigo, si no hubiese sido por los sabios seguiría bajo tierra…
La abracé, no quería admitir que estaba nervioso, eso generaría el miedo, y de ese tipo el único miedo que tenía era que volviese a estar vivo, porque si a alguien que había conseguido asesinar le habían devuelto la vida no iba a ser nada fácil volver a arrebatársela.



SAYA
Le abracé acariciándole la espalda y la nuca.
Se le notaba muy nervioso, ese tío le había alterado y no era nada bueno.
Suspiré y le agarré de la cara para mirarle a los ojos, sus pupilas estaban levemente dilatadas y su color azul se había intensificado…
-Está bien… vamos a dormir…- Le agarré de la mano y me giré caminando hacía el campamento.


KAI
La seguí suspirando, dirigí mi mirada de nuevo al lugar por donde se había ido. Por un momento pude diferenciar una capa con una sonrisa perfilada, pero al pasar esa imagen tras un árbol ya no pude verlo, ¿era una broma? Alguien sabía quién era Jack y me estaba intentando asustar, seguro que era eso, no me dejaría engañar, Jack estaba muerto.



AXEL
Nos despertamos bastante temprano, pues nuestro barco zarpaba al amanecer y debíamos estar allí antes de que se fuese.
El capitán del barco nos dio una bienvenida muy poco agraciada, pero bueno, eran gajes del oficio, nunca encontrarías a un capitán con una sonrisa de oreja a oreja.
Nos dio un camarote para todos, ya que el barco no era muy grande y tampoco había muchas camas, así que a algunos nos tocaría dormir en el suelo sobre el saco.
-Que glamour, ¿eh?


ÁNIMA
Subimos al barco y nos mostraron el camarote, el único, donde dormiríamos todos, como al aire libre, pero con dos o tres camas, cosa que Eri agradecería con su espalda hecha polvo.
Nada más subir al barco ya me dio mala espina, no sabía por qué, pero ya sabía con certeza que en el barco yo iba a acabar mareada…
Me senté en una sillita que había en el camarote dejando mi mochila en el suelo.
-Jimmy, ¿cuánto crees que tardaremos en llegar?



JIMMY
Miré a Ánima dejando la mochila en un lado del camarote.
-Pues no lo sé, Ánima, las veces que he ido allí, a parte de ser pocas las veces, no he calculado el tiempo… estaba demasiado ocupado pensando en otras cosas como para pararme a calcular el tiempo de viaje.- Me acerqué a la única ventana que había a un lado de la pared, al cual abrí, al menos así se iría el olor a rata muerta.



ÁNIMA
Me levanté cuando el barco empezó a moverse, apoyé la mano en la pared, aunque por suerte no llegué a desequilibrarme. Miré a Jimmy, todo esto debía ser muy duro, volver allí…
Me acerqué y me agarré a su brazo mirándole, la brisa marina entraba por la ventana dejando un suave aroma.
-Jimmy… si no quieres no tienes por qué volver allí.



JIMMY
Apoyé un brazo en la pared al lado de la ventana mirando por ella.
Mi semblante se puso serio cuando Ánima me dijo que no tenía que volver si no quería…
-Ya, pero debo ir, no puedo dejar solos a los cinco elegidos… - La miré un momento y me fijé en como agarraba mi brazo… después de lo que había pasado seguía arrimándose a mí… al menos me alegraba saber que no me tenía miedo…



ÁNIMA
Apoyé la cabeza en su pecho.
-La profecía sólo habla de los cinco elegidos, si les dejas solos se las apañarán bien… - me agarré más fuerte a su brazo.
-Ellos lo comprenderán si decides no ir, y yo estaré contigo… -quizá el no ir allí le ayudaría a recuperarse psicológicamente, lo estaba pasando realmente mal y seguir adelante era la opción más dolorosa que podía tomar.



JIMMY
Negué con la cabeza mirando de nuevo por la ventana. El mar parecía tranquilo y se podía ver como el sol se alzaba por el horizonte…
-No voy a dejarles solos, esta tarea también me pertenece a mí… debo acabar con Draco si quiero ser libre… aun que, no sé cual será el resultado ni como acabaré…- La miré de nuevo y suspiré posando mi mano libre sobre su cabeza.



ÁNIMA
Le miré a los ojos, le cogí de la cara y le besé poniéndome de puntillas para que él no tuviese que agacharse.
-Eres muy valiente, Jimmy… Estás dispuesto a volver a allí para ayudarles… -le abracé apoyando mi mejilla en su pecho, escuchando como latía su corazón.
-Estaré a tu lado cuando me necesites.



JIMMY
La miré y asentí.
-Lo sé…y lo agradezco…- Posé una de mis manos en su cabeza mientras que la otra la posaba tras su espalda.
Suspiré sin apartar la mirada de la ventana y sin soltar a Ánima.
Si por mí fuese, me perdería en una isla desierta junto con ella dejando atrás todos los problemas…



EDWARD
Me senté en una de las camas.
-Puaj, si lo sé os llevo yo nadando, que porquería de barco. –miré al suelo y pisé una cucaracha que salía de debajo de la cama.
-Plof. –miré a Saya, no parecía estar en plan de bromitas, así que me abstendría a decir nada.
Miré a Eri que se había puesto detrás de Axel.
-¿Te dan asco las cucarachas? –me reí cuando asintió pegando su cara a la espalda de su mecherito.



AXEL
Alcé una ceja cuando Eddie espachurró con su pie una pobre cucaracha.
-Asesino.- Bajé la mirada cuando sentí que algo me corría por la bota.
-¡Anda, mira, que chula!- Me agaché y agarré entre mis dedos a la cucaracha que estaba encima de mi bota.
-Que bonita, la llamaré negrita.- Arranqué de mi camiseta un hilito y se lo até alrededor a negrita.
-Ya está, así no se me escapa.- Sonreí.
-¡Corre, negrita, tú pedes, eres la más rápida!


ERI
Me faltó tiempo cuando Axel cogió a esa asquerosa cucaracha para gritar.
-¡¡Suelta ese bicho, por tu madre, Axel!! –me separé de él todo lo deprisa que pude y salí de la habitación.
-Yo no duermo ahí, no pienso dormir en una habitación con cucarachas, prefiero ir a nado. –me tapé la cara negando con la cabeza.
-Qué asco…


AXEL
Miré a Eri.
-Pero que histérica, madre, solo es un bichito.- Sonreí alzando con el cordoncito a negrita que movió las patas y las antenas de manera graciosa.
-Pero mira que graciosa es ella.- Solté una risotada y miré a Eri.
-Está bien, todas las mujeres a la cubierta, nosotros nos encargaremos de limpiar el cuarto para vosotras.- Sonreí y empujé suavemente a Saya por la espalda para que saliese.
-Ánima, tú también, todas fuera.



ÁNIMA
Pasé por delante de Axel alejándome considerablemente de la cucaracha que sostenía en un hilo.
-Encantada. –salí de allí con Eri y Saya para marcharnos a la cubierta, no sabía si a ellos les importaban los bichos, es más, a Saya tampoco parecían importarle poco, pero lo que sabía es que a mí mucha gracia no me hacían y si dormía sin que una cucaracha me rondase por las sábanas dormiría mejor.



AXEL
Sonreí y cerré la puerta después de que ellas se marchasen.
Me giré y miré a mis compañeros dando una palmada.
-¡Bien, chicos! Manos a la obra. Edward, encárgate de sacudir las sábanas, Kai, quita las telarañas y tú, James, airea un poco los colchones. Yo me encargaré de poner los sacos de dormir encima de los colchones y de barrer un poco esto.


KAI
Miré a Axel.
-¿Nos has visto con cara de chachas? ¿Y quién te ha nombrado líder de la oposición limpieza? –me crucé de brazos.
-¿Por qué nos tienes que meter a nosotros en este fregado y no limpias tú que tanta ilusión te hace? –puse los ojos en blanco cuando recibí una colleja.
-¿Qué coño…? –Edward me miró disculpándose por darme con un colchón.
-Venga, por favor…



JIMMY
Tosí cuando, al sacudir las sábanas, el polvo me entró en la boca y en la nariz.
-Joder, cuanta mierda tiene esto…- Kai me miró alucinado.
-¿Qué? Axel tiene razón, además lo hago por las chicas, no dormirán a gusto con la habitación así.- Saqué la funda de la almohada por la pequeña ventana sacudiéndola y librándola de insectos y a saber que más cosas.


KAI
Puse los ojos en blanco.
-Me ha tocado trabajar con hombres a los pies de sus chicas… -me acerqué a una esquina apartando las telarañas del techo llevándome por medio dos arañas.
-¿Hace cuántos siglos no limpian este cuarto? Da verdadero asco, y me gustaría saber de dónde han salido tantos bichos terrestres en un barco… -tiré la telaraña incluidas sus huéspedes por la ventana.


AXEL
Me reí acercándome a Kai con una montaña de sábanas mugrientas.
-Uy, Kai, que súper sexy estás cuando te pones a limpiar. Deberías hacerlo en casa cuando Saya y tú estéis a solas, ya veras que cachondilla se pone.- Solté una risotada, tirando por la ventana las sábanas mugrientas.
-Que asco, coño.


KAI
Suspiré quitando todas las telarañas que veía a mi alcance.
-No me lo digas, además de todo esto, luego seremos nosotros los que dormiremos en el suelo… Esto de ser caballeroso te cuesta un ojo de la cara… -Edward me dio un empujón que me tiró al suelo, con una cucaracha justo frente a mí.
-Ag… aquí queda una… -la aplasté con el puño.



AXEL
Me reí de nuevo y le ayudé a levantarse.
-Pero que dices, si tienes un morro que te los pisas. Tú no dormirás en el suelo, Saya no lo permitiría. Además, entráis de sobra en una cama de estas. Ella es menudita y tú pequeñín, no como yo… Eri y yo no entramos los dos juntos en una camucha de estas.- Sonreí de nuevo y barrí el suelo con un trozo de cepillo que había a un lado de la puerta.


ÁNIMA
Estábamos las tres fuera, en la cubierta, que tampoco es que estuviese como los chorros del oro… ese capitán era un poco desastre para la limpieza, ya querría ver cómo tiene su cuarto…
Me apoyé a la barandilla mirando el mar, que se extendía a lo largo y ancho, no se podía ver nada en el horizonte, señal de que la isla no estaba muy cerca.
Miré hacia los camarotes donde estaban los chicos, la estaban armando buena para limpiar una habitación…



AXEL
Después de un buen rato, salí en busca de las chicas para que viesen el nuevo “cuarto”.
Abrí la puerta y dejé que entrasen.
-Bueno, chicas, totalmente desinfectada, sin sábanas mugrientas y sin ninguna clase de bichos… eso si, a falta de sábanas limpias hemos tenido que poner los sacos de dormir, pero bueno, algo es algo, ¿no?- No había quedado como los chorros del oro, pero al menos el suelo estaba libre de bichos y polvo al igual que las camas.



ERI
Sonreí cuando vi el aspecto de la habitación después de que los chicos se pusiesen manos a la obra. Miré a Axel.
-Si es que cuando te pones de líder… -le cogí de la cara y le besé en la mejilla.
-A ver si limpias así de bien en casa y podemos prescindir de todas esas señoritas que te ven desnudo más que yo… -rodeé su cintura con mi brazo, parecía que no había más bichos, y eso me aliviaba, no los aguantaba, y eso que llevábamos semanas durmiendo en mitad del campo.


AXEL
Rodeé los hombros de Eri con mis brazos apoyando la mejilla en su cabeza.
-No te preocupes, creo que he encontrado mi verdadera meta en la vida, quiero ser artista… que no, quiero ser una chacha.- Me reí y la besé en la cabeza.
-Me ha costado mucho deshacerme de negrita, ¿eh? Pero bueno, ya era mayor y era hora de que abandonase el nido.- Sonreí achuchándola con fuerza contra mi pecho.
-Bueno, ya tenéis un sitio limpito para pasar la noche.


ERI
Me reí, aunque la verdad, lo de la cucaracha no me hacía gracia…
Le miré.
-Adoro a mi hombre-chacha. –le di un pico.
-Qué atentos y qué monos sois cuando queréis. –me reí de nuevo dándole otro pico, los demás estaban mirando que no quedase ninguna criatura desagradable en la habitación.



JIMMY
Las chicas entraron mientras yo terminaba de estirar el saco de dormir en la cama de Ánima. Esa noche no dejaría que durmiese en el suelo por nada del mundo, ella más que nadie necesitaba descansar por… aguantarme.
Sonreí mirando como Eri le lanzaba flores al currante de Axel… que tío, estuviésemos en la situación que estuviésemos nunca perdía el buen humor y los ánimos… me daba envidia.



ÁNIMA
Cuando entramos todo estaba mucho mejor, tenía mejor aspecto, sonreí a Jimmy y me acerqué, mi sonrisa se ensanchó al ver que él también sonrió mirando a Eri y a Axel, hacía varios días que no sonreía y era como un día soleado entre varios días de tormenta.
Le cogí de la mano y le besé en la mejilla.
-Muchas gracias por el servicio de habitaciones.


JIMMY
Miré a Ánima cuando se acercó y me besó en la mejilla. Esbocé una sonrisa dulce tan solo para ella, ya que era la única que me hacía sonreír de verdad y tan solo con ella mostraba como era realmente, tanto de físico como de forma de ser.
Asentí agarrando su mano con suavidad.
-De nada.- Sonreí de nuevo.
-Es la primera vez que limpio una habitación, yo nunca he hecho algo tan… ¿divertido?- Solté una risotada.
-Pero tranquila, no será la última vez, en cuanto terminemos con Draco y podamos irnos los dos, juro que limpiaré tu cuarto y si hace falta toda la casa entera.- Sonreí de nuevo y miré a los demás que estaban a sus cosas.
Desvié la mirada un momento sonriendo algo avergonzado.
-Ánima, tengo que decirte una cosa y creo que es importante… - Sin soltar su mano, me arrodillé ante ella y alcé la cabeza para poder mirarla a los ojos.
Los demás se giraron rápidamente cuando vieron mi posición.
Sonreí de nuevo sin apartar la mirada de Ánima. Lo que iba a hacer me marcaría la vida para siempre…
-Ánima, te quiero, eres lo que más adoro, amo, quiero, deseo, poseo y la persona más importante para mí y quiero que sepas, que por muchas cosas que pasen y puedan ocurrir, yo siempre estaré a tú lado, protegiéndote y queriéndote sin descanso, por eso… ¿quieres casarte conmigo?


ÁNIMA
Jimmy dijo que quería hablar algo serio conmigo, en ese momento el corazón se aceleró, ¿de qué querría hablarme? Cuando se agachó, hincando rodilla en el suelo, el corazón se paró, ¿qué… qué estaba haciendo?
-Ji… -escuché lo que dijo, que… quería ca… casarse conmigo…
Me llevé la mano a la boca cuando me lo dijo, ¿pero cómo me hacía eso? Cerré los ojos sintiendo que se me llenaban de lágrimas, asentí.



JIMMY
Sonreí ampliamente cuado vi que se llevaba la mano a la boca y asentía mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas.
Me levanté y la abracé con fuerza contra mí.
En ese momento me sentía feliz, no existía nada ni nadi más que ella y yo… aún que detrás de nosotros escuchamos gritos y silbidos de alegría, pero aún así me centré en Ánima.
Apoyé la frente en su cuello rodeándola con mis brazos y repitiéndola al oído todo lo que la quería… no me cabía en el pecho todo el amor que sentía por ella…



ÁNIMA
Abracé con fuerza a mi Jimmy derramando lágrimas en su hombro, en esos momentos no sabía describir toda la felicidad que podía llegar a sentir, incluso llegué a perder el control de mis piernas y tuve que agarrarme a Jimmy para no caerme. Si quería casarse conmigo, era porque quería pasar conmigo el resto de sus días, y que me quería tanto como me había hecho creer.
No dejó de susurrarme palabras al oído mientras el resto nos felicitaban y silbaban, aunque, poco a poco, fueron dejándonos solos en la habitación.
No dije nada, no podía articular palabra, ni siquiera pude decir el “sí” con palabras, sólo pude abrazarle con fuerza y llorar de felicidad sobre su hombro.



JIMMY
Sonreí y la agarré de la cara para mirarla. Estaba sonriendo y llorando a la vez. Solté una risotada y limpié sus lágrimas con la yema de mis dedos con suavidad.
Me fijé en que la habitación estaba vacía y la puerta cerrada, nos habían dejado intimidad…
Sonreí de nuevo y la miré a los ojos acariciando sus mejillas con mis dedos.
-Te quiero.- La besé inclinándome hacia delante sin soltar su rostro de entre mis manos.


ÁNIMA
Rodeé su cuello con mis brazos agarrándole de la nuca mientras me besaba, no le soltaría ahora que le tenía de nuevo entre mis brazos, ahora estaríamos juntos siempre…
Me separé levemente mirándole directamente a los ojos, no había dicho nada desde que se arrodilló…
-Yo también te quiero, y quiero casarme contigo. –volví a besarle atrayéndolo hacia mí por completo.



JIMMY
Posé mis manos detrás de su espalda mientras seguía su beso, cada vez más apasionado.
Me separé cogiendo aire y mirándola de nuevo a los ojos y sonriendo, pero duró poco tiempo, pues mis labios volvieron a sellar los suyos de inmediato. No quería apartarme de ellos ni un segundo, la quería toda para mí, toda entera.
Bajé mis manos por su espalda hasta su cadera haciendo que su cuerpo se pegase al mío por completo.


ÁNIMA
Seguí su beso con pasión agarrándome al vello de su nuca y su camiseta. Al retroceder un pie, noté la cama detrás de mí. Sin soltar sus labios, tiré de él sentándome sobre la cama y tumbándolo sobre mí, no dejé de besarle. Rodeé su cuello con mis brazos de nuevo posando mis manos en su nuca.



JIMMY
Sonreí con sus labios rozando los míos cuando se tumbó sobre la cama y me situó a mí encima de ella. Apoyé las manos sobre el colchón, a cada lado de su cabeza y la besé de nuevo de forma apasionada, saboreando sus suaves labios.
Agarré su nuca con una de mis manos mientras que con la otra busque su muslo haciendo que encogiese la pierna para poder acariciar su piel con suavidad.


ÁNIMA
Encogí mi pierna cuando me acarició, recorriendo su espalda con mis manos hasta llegar al extremo de su camiseta, la cual retiré para acariciar su pecho y su abdomen. Recorrí todo su torso con mis manos sin dejar de besarle. Tiré con fuerza de sus labios y le volví a mirar a los ojos, sabía que quería estar con él para siempre sólo con mirarle a los ojos…
Volví a besarle clavando ligeramente mis dedos en su pecho.


JIMMY
Ascendí mi mano lentamente por su muslo hacia su cadera hasta alcanzar su camiseta.
La subí poco a poco besando la piel de debajo de su ombligo y fui subiendo recorriendo su vientre con mis labios mientras que con mis manos retiraba la camiseta a un lado para poder volver a su cintura desnuda.
Ascendí mis labios hasta su cuello mientras descendía mis manos por su torso.



ÁNIMA
Cerré los ojos jadeando levemente mientras sus labios se concentraban en mi cuello y sus manos en mi torso.
Arañé sin brusquedad su espalda y volví a besarle en los labios, adoraba besarle y más de esa manera, busqué su cuello con mis labios. Llevábamos muchos días sin tener intimidad, y, aunque esto lo hubiésemos hecho aún pocas veces, era algo que echaba de menos.



JIMMY
Seguí acariciando su torso con la mayor suavidad posible, la trataría como a una reina, se lo merecía, eso y más… mucho más…
Cerré los ojos cuando me besó por el cuello sonriendo.
Ascendí mis manos por su cintura y por debajo de los pechos haciendo que encorvase el cuerpo levemente. La besé por debajo de los pechos rozando su piel con mi lengua mientras me encargaba de quitarle la parte de arriba de su ropa interior.



ÁNIMA
Seguí besándole con intensidad, no podía creer que me hubiese pedido matrimonio, nunca lo habría imaginado, pero sin pensármelo dos veces le había dado el sí… Era algo normal que la respuesta fuese casi automática, quería pasar el resto de mis días a su lado, viviendo juntos, casi no me acordaba de mi cometido en la vida, pues a su lado era capaz de olvidarme de todo lo malo que había hecho.
Cogí su mano buena entrelazando sus dedos con los míos mientras le besaba en los labios.



JIMMY
Seguí su beso como ella quería, con mucha pasión. Nuestras lenguas jugueteaban mientras nuestros labios mantenían una conversación bastante interesante…
Bajé la mano que me quedaba libre hacia su pantalón, el cual desabroché suavemente sin parar de besarla, tan solo para poder recuperar el aliento.
Agarré el extremo de su pantalón con mis dos manos y fui bajándoselo por las piernas acariciándola con mucha suavidad hasta que logré arrebatárselo del todo.
Ascendí mis manos por sus piernas desnudas, sus muslos y sus ingles hasta que llegué a su cadera donde frené.
Volví a unir mis labios ansiosos con los de ella besándola de la misma manera que antes.



ÁNIMA
Jadeé sintiendo cada roce y cada beso como algo único y eterno… Seguí sus besos y agarré el extremo de su pantalón tirando de él hacia abajo para despojarle de él. Me acerqué a su oído.
-Te quiero. –susurré y acto seguido mordí el lóbulo de su oreja con cuidado de no hacerle daño mientras retiraba su pantalón.



JIMMY
Me quejé de forma juguetona cuando me mordió el lóbulo de la oreja.
Sonreí y la besé con fuerza haciendo que echase la cabeza hacia atrás.
La besé por la garganta y seguí bajando hasta su clavícula mientras dejaba que me quitase los pantalones, no los necesitaba para nada, al igual que ella su ropa interior.
La retiré acariciándola la piel de las ingles y las piernas.



ÁNIMA
Nos quedamos los dos completamente desnudos, no importó ni el lugar, ni la situación, estábamos expresando nuestro amor de forma libre y, por un lado, celebrando que íbamos a casarnos. Aunque hubiese sido en este lugar tan… así, había sido la petición de boda más bonita que había visto en mi vida.
Continué sus besos.



JIMMY
Una vez estuvimos libres de ropa, agarré una de sus piernas y penetré con suavidad soltando un gemido. Cerré los ojos jadeando y penetrando de nuevo. Seguí un ritmo lento y constante, procurando que ambos sintiésemos placer.
Gemí de nuevo acercando mis labios a su cuello…
Estar en esa situación con Ánima me hacía sentir el hombre más afortunado del mundo, en esa situación y en cualquier otra, con tal de compartirlo con ella, yo ya era dichoso…



ÁNIMA
Gemí con fuerza agarrándome a su nuca cuando penetró. Dejé caer los hombros sobre el colchón jadeando mientras penetraba de nuevo. Cerré los ojos con fuerza gimiendo con sus movimientos, tocaba el cielo con sus besos y caricias.
Podrían ofrecerme cualquier cosa: agua en un desierto, montañas de dinero, yo elegiría a mi Jimmy, siempre.



JIMMY
Mantuve un ritmo suave, sin aumentar ni reducir la velocidad.
Gemí apoyando las manos en el colchón agarrando el saco entre mis dedos con fuerza.
Cerré los ojos mientras jadeaba con fuerza penetrando de nuevo.
La besé, aún que fue un beso corto, pero aún así no separé mis labios de ls de ella, más bien, se rozaban cada vez que jadeábamos.


ÁNIMA
Me agarré fuertemente a sus hombros, sintiendo el frío de su brazo metálico bajo mi mano izquierda. Le acaricié el cuello mirándole a los ojos, nuestros labios no llegaban a separarse del todo.
Le besé antes de proferir otro gemido, me encantaba cómo se movía, cómo me rozaba y todas sus caricias, era prácticamente perfecto en todo…


JIMMY
Cerré los ojos cuando me besó jadeando con bastante fuerza.
Me atreví a aumentar la velocidad, pero no la suavidad. Quería tratarla con el mayor cuidado posible ofreciéndola todo mi amor…
Gemí después de separar mis labios de los de ella mirándola a los ojos.
Llevé mi mano izquierda a su muslo presionando su piel levemente.



ÁNIMA
Jadeé echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos, sabía que pronto terminaría todo aquello, pero no me importaba mientras él estuviese a mi lado. Le miré y le besé con fuerza acariciando sus hombros y su pecho desnudo, recorrí su cuello con mis labios y mi lengua, después me abracé a sus hombros jadeando.



JIMMY
Apoyé los labios en su cabeza penetrando de manera intensa, estaba a punto de tener el orgasmo, después de tanto tiempo sin intimar con Ánima pasaba factura.
Posé la mano de metal en el saco y lo agarré con fuerza teniendo el orgasmo.
Cogí aire jadeé de manera bastante audible.
Apoyé la frente en su hombro tragando saliva.
Separé la cabeza de su hombro y la miré sonriendo. La agarré de la cara y la besé en la frente cerrando los ojos.



ÁNIMA
Tuvimos el orgasmo al mismo tiempo, me agarré a su nuca con fuerza y después relajé mis piernas cogiendo aire con intensidad para que penetrara en mis pulmones. Sonreí a su vez y cerré los ojos cuando me besó en la frente.
Rodeé su cuello con mis brazos y le besé en los labios, dulce e intensamente al mismo tiempo. Hice que se recostase a mi lado, aunque quedamos muy apretados en la cama, pero no tenía peligro de caer, él estaba junto a la pared y yo abrazada a su cuello, y pensar que sólo un par de días antes sufría por si no quería volver a tenerme a su lado…


JIMMY
Sonreí y la agarré de la cintura pegándome a ella del todo. Apoyé la frente en su hombro dándola suaves besos por la clavícula.
Suspiré y negué soltando una risotada.
-Debí de haberte pedido el matrimonio en otro sitio más… adecuado, ¿no crees?- Sonreí mirándola a los ojos agarrando uno de sus mechones rizados.



ÁNIMA
Sonreí posando mi mano en su mejilla.
-Para mí ha sido perfecto… -acaricié su frente y su mejilla.
-Bueno… habría sido perfecto si no me hubiese puesto a llorar como una tonta. –me reí levemente apoyando la frente en su cabeza, le di suaves besos.
-No me importa el lugar ni la situación siempre que seas tú, lo sabes.



JIMMY
Sonreí y pasé mis brazos por detrás de su espalda abrazándola contra mi pecho.
Cerré los ojos y suspiré besándola en la cabeza.
Quería aprovechar los días que nos quedaban de paz con ella.
Ahora tenía una esperanza por la que luchar. Quería pasar el resto de mi vida con Ánima y ni Dark ni Draco le impedirían.


KAI
James le había pedido matrimonio a Ánima. Eran muy jóvenes para casarse, pero… ¿qué iba a decir yo? Como si la primera vez que me casé con Saya hubiese tenido muchos más años que James…
Estábamos todos en la cubierta, el cielo se estaba nublando, se pondría a llover en pocas horas.
Suspiré y miré a los lados en el mar, la sensación no desaparecía y no me gustaba un pelo.



SAYA
Estábamos en la cubierta, Jimmy y Ánima querrían su intimidad después de la buena noticia.
Se estaban formando nubes de lluvia, iba a caer una buena, a parte de la lluvia, presentía algo más… algo que me crispaba los nervios, pero no sabía con exactitud el que..
Miré a Kai, que se encontraba al otro lado del barco, mirando el mar.
Suspiré y me acerqué abrazándole por detrás, él también estaba nervioso desde que vimos a aquel tipo en el muelle de la playa.
-¿Estás bien?- Le pregunté posando mis manos en su pecho.



KAI
Posé una mano en una de las de Saya y asentí.
-Es ese maldito presentimiento, me parece que por la noche haré guardia, hay algo que me escama y no sé si vamos a estar en peligro… -suspiré y la miré girando la cabeza.
-No te preocupes, son cosas mías. –esbocé media sonrisa y volví mi mirada al mar.


SAYA
Le miré cuando se giró. Me fijé en que seguía teniendo las pupilas ligeramente dilatadas y más azules…
Suspiré y miré al mar sin soltarle.
-Haré guardia contigo, no quiero que te quedes solo…- Apoyé los labios en su espalda mirándole, aún que él seguía con la mirada clavada en el mar.



KAI
Suspiré.
-Me gustaría decirte que no hace falta que te quedes despierta por mí, pero supongo que es irremediable hacerte cambiar de idea. –cogí una de sus manos y la llevé a mis labios depositando un beso en ella.
-Gracias.



SAYA
Sonreí apoyando la mejilla en su espalda.
-No tienes por que dármelas.- Solté una pequeña risotada.
-Lo pasaremos bien, contándonos batallitas, mirando las estrellas, contándonos más batallitas, ya sabes, esas cosas que se suelen hacer de noche.-Me encogí de hombros.
-A no ser que a ti se te ocurra algo más interesante que hacer.- Sonreí de nuevo acariciándole la nuca con una de mis manos.


KAI
Solté una risotada y la miré de reojo, me giré cogiéndola de la cintura.
-Se me ocurren muchas cosas que hacer por la noche, no te imaginas cuántas. –la besé rodeando su cintura con mis brazos, la tensión era menor cuando estaba con Saya, y lo prefería.
-Espero que no sea nada y que mis sentidos me jueguen una mala pasada.



SAYA
Le acaricié el cuello bajando al pecho y subiendo al cuello de nuevo mirándole a los ojos.
-… no creo que vaya a pasar algo, aún que… estás muy alterado desde que viste a ese tío… a decir verdad, yo tampoco estoy muy segura, pero…- Negué y sonreí acariciándole con suavidad.
-No te preocupes, si pasa alguna cosa, que no creo, yo te protegeré.


KAI
Solté una risotada.
-Está bien, me siento seguro si sé que tú me proteges. –sonreí y la besé abrazándola con fuerza contra mí, ella era la que necesitaba ayuda y me estaba ofreciendo la suya a mí, sin importarle lo mal que lo pudiese estar pasando ella… Era un egoísta…
La miré suspirando y miré de nuevo al mar, estaba seguro de que esa noche iba a tener que usar mi espada…



AXEL
Estaba apoyado en la barandilla del barco mirando el mar…
-Vaya caca, el mar es un rollo, solo hay agua… agua por todas partes y yo no la bebo ni en botella…- Suspiré bajando la cabeza.
-¡Anda, mirad que chulo! ¡Delfines!- Señalé el mar, justo al lado del casco del barco se podían ver a los delfines saltar y nadar a gran velocidad saltando de nuevo.



ERI
Me asomé cuando Axel dijo que había delfines.
-Guaaao… qué bonitos… -miré a Axel.
-Con que el mar es un rollo. –sonreí y miré a los animalillos que no paraban de saltar al lado del barco, parecía que hasta nos estaban siguiendo.
-Tener uno de estos en la pecera de casa sería divertido. –me reí.



AXEL
Miré a Eri y me reí.
-Si, seguro, lo malo es que no cabe.- Me reí de nuevo y volví la mirada hacía abajo para seguir contemplando a los delfines. Uno de ellos saltó y resopló soltándome toda el agua en la cara.
Cerré los ojos escupiendo el agua que se me había metido en la boca.
-Agua…odio en agua…


ERI
Me reí cuando uno de los delfines empapó a Axel, me tapé la boca mientras me reía.
-Creo que lo saben… -entonces, el mismo delfín, me hizo la misma jugarreta que a Axel. Cerré los ojos y me quité el agua de la cara con las manos, después miré al delfín.
-Vaya, tenemos un graciosillo… -el delfín emitió un sonido cantarín y volvió con los demás.



AXEL
Me reí señalándola.
-¿Ahora quién se ríe?- Me quité el agua que aún me quedaba en la punta de la nariz.
Me había mojado también la camiseta… que gracioso…
-Con razón les llaman los payasos del mar…- Suspiré apartándome de la barandilla antes de que una ballena me vomitase encima.


ERI
Le miré escurriéndome el pelo y echándomelo a un lado.
-Creo que deberíamos ir a cambiarnos, ¿no? –me acerqué y posé las manos en su abdomen.
-Aunque… no sé por qué, mojadito me gustas más… -sonreí y me alcé para besarle con las manos aún en sus abdominales…


AXEL
Miré a Eri y sus manos en mi abdomen.
-Vaya, parece que el agua del mar para ti es como un afrodisíaco, ¿eh?- Me reí y miré al cielo.
-¿Para que quieres que me cambie si dentro de nada se va a poner a llover? Mejor así, ¿no? Me podrás ver mojado de pies a cabeza.- La guiñé un ojo.


ERI
Me reí desviando la mirada, cuando me guiñaba el ojo me recordaba a cuando nos conocimos y me hacía recordar ciertas cosas como taquillas…
Le miré sonriendo.
-Tendrás que entrar antes de que empiece a llover, mi amor, o te sentará mal. –le agarré de la camiseta tirando de él hacia abajo para poder besarle de nuevo.


AXEL
-Naaaaa, no pasa nada, con tal de alegrarte la vista soy capaz de quedarme uno, dos o los días que hagan falta bajo la lluvia, al fin y al cabo es… agua.- Sonreí mirándola y alzando las cejas.
Llevé mis manos a su culito respingón, una en cada cachete.
Me incliné hasta que mis labios rozaron su oreja.
-A mi también me gustaría verte mojadita y enjabonada, o mejor aún… enjabonarte yo y después empaparte en sudor mientras te hago el amor.- Me separé mirándola y esbozando media sonrisa.
Alcé las cejas mirándola de arriba abajo antes de alejarme y volver hacia la barandilla.


ERI
Me reí como una idiota cuando me habló así al oído y me tapé la oreja sonriendo cuando se alejó.
-¿A dónde crees que vas? –tiré de su manga.
-No puedes decirme eso para después irte… -le abracé poniendo mis manos en sus cachetes.
-¿Me dices eso para seducirme y acto seguido te largas? –le besé de nuevo cuando sentí una gota caer en mi mejilla, alcé la mirada al cielo.



AXEL
Me reí y alcé la mirada al cielo.
-¿Ves? Ahora nos mojaremos los dos y pareceremos dos bayetas.- Me reí y volví a mirarla mientras las gotas empezaban a caer de forma abundante calándonos enteros.
-Mojada estás muy sexy, como pase algún otro barco pirata te me van a lleves, entonces, ¿qué haré yo?


ERI
Me reí posando las manos en su pecho ya mojado, le besé en el cuello.
-Descuida, que eso no pasará, nene. –me reí y le mordí en el cuello, le miré sonriendo de forma picarona.
-Creo que deberíamos ir a darnos una ducha, nos hemos puesto perdidos… -me miré, estábamos los dos empapados, le sonreí de manera sensual y me separé de él sinuosamente.


AXEL
La miré.
-¿Ya te vas? ¿Con lo bien que nos lo estamos pasando bajo la lluvia? Además, ¿quién te ha dicho que en este barco haya una ducha, lo siento nena?, pero lo dudo.- Me reí encogiéndome de hombros.
-Y si la hay…no me quiero imaginar como está.


ERI
Bajé la cabeza.
-Jo… -le miré con lágrimas de cocodrilo.
-¿Entonces dónde vamos a hacerlo alocadamente hasta saciar nuestras descontroladas ganas de sexo? –me eché el pelo a un lado y me escurrí levemente la camiseta, la verdad es que pensaba que debíamos entrar, Axel caería enfermo como siguiese mucho tiempo debajo del agua fría, y yo tampoco me iba a librar…



AXEL
-Anda, deja esas ganas de sexo alocado para otro momento y otro lugar más adecuado.- Sonreí y me acerqué hasta ella.
-Vamos dentro, no quiero coger una pulmonía y menos que tú caigas enferma.- La besé en la frente empujándola suavemente a dentro.



ERI
Le miré de reojo y posé mi mano en su frente.
-¿Qué te pasa, mi vida? Estás rechazando sexo, ya te has puesto malito, ¿verdad?- suspiré encogiéndome de hombros.
-En fin, supongo que no es el sitio más adecuado y limpio del mundo… -rodeé su cintura con uno de mis brazos agarrándome a su camiseta mojada.


AXEL
Solté una risotada.
-No, no estoy malito, lo que pasa que este lugar no es el más adecuado, pero no te preocupes, ya te daré una buena noche de sexo cuando regresemos.- La besé en el hombro entrando dentro de los camarotes para poder secarnos.
La verdad es que el agua no era mi mejor aliado y agradecería poder secarme.
Caería un buen chaparrón y seguro que no pararía de llover en toda la noche, pobre de Kai y de Saya, aun que, bueno… a ellos no les afectaba el agua para nada.



KAI
Estaba tan perdido en el mar que no me di cuenta de que había empezado a llover, alcé la mirada, estaba cayendo una buena. Pestañeé varias veces y miré a Saya, estaba calada de arriba abajo.
-Saya, será mejor que entres, no quiero que caigas enferma… -ella quería quedarse conmigo, pero el frío la afectaría.
-No es necesario que te quedes, además, no estaré mucho tiempo, se me está pasando la tontería. –sonreí.


SAYA
Miré a Kai alzando una ceja. Solté una risotada.
-Tranquilo, solo es agua, no voy a caer enferma, o, ¿a caso has olvidado que he vivido diecisiete años con agua? Ya estoy acostumbrada.- Alcé levemente la cabeza y cerré los ojos sintiendo como las gotas frías de agua mojaban mi piel… había echado de menos esa sensación.
-Además, sabes cuanto me gusta la lluvia…


KAI
Sonreí y volví a mirar al mar. Estaba todo oscuro como la boca del lobo, y posiblemente mis ojos podían verse a lo lejos por el brillo celeste que emitían. Suspiré, no me sentía del todo a gusto aún, ¿quién sería aquel tipo que me recordó a mi asesino, antiguo amigo de la infancia?
Apoyé las manos en la barandilla, no me dio tiempo a reaccionar cuando sentí que una bala rozaba mi mejilla derecha haciendo saltar la sangre.


JACK
Al fin lo había encontrado, Kai, después de todo, él también seguía vivo, aunque… no de la misma forma que yo. Sonreí triunfal cuando nuestro barco alcanzó su tartana a pocos metros. Al ser totalmente negra nuestra nave, no pudieron divisarnos a la distancia a la que nos encontrábamos con la lluvia en mitad de la noche.
-Ahí estás, mi rey. –miré a uno de los piratas.
-Asústale un poco. –cargó su pistola de larga distancia y disparó sin apenas apuntar, rozó su mejilla.
-Perfecto. –eso sirvió para alertarle, porque se puso en guardia. Me subí sobre el borde del barco con mi espada en mi diestra, la espada de la misma familia que la de Kai, estrenada por el mismo maestro, sonreí triunfal mientras nuestro barco se acercaba hacia la tartana en la que viajaba Kai.


KAI
Nada más recibir el impacto me puse en guardia, un barco se acercaba velozmente hacia nosotros, era una nave negra y a lo lejos pude ver un inconfundible mechón azulado.
-Está vivo. –era Jack, ¿quién lo había resucitado? Miré a Saya.
-Es él…


SAYA
Entrecerré los ojos cuando divisé una enorme mancha negra a un par de metros del barco.
-¿Qué es…?- No me dio tiempo a decir nada más. Retrocedí un par de pasos cubriéndome la cabeza cuando escuché el estruendo de un disparo.
-¡Mierda!- Por suerte no dispararon más.
Aparté las manos de mi cabeza y me acerqué a Kai.
-¿Estás bien?- Tenía la mejilla ensangrentada.
-Te han dado…- No parecía muy grave, por fortuna solo era un rasguño.
Giré la cabeza para ver quién había disparado.
La mancha negra resultó ser un barco enemigo.
-…ese es Jack…- Estaba subido a la barandilla del barco blandiendo sus espada.
-¿Cómo puede seguir vivo?- Kai sacó sus espada también, estaba dispuesto a luchar con Jack… de nuevo.
-Está vez no lucharás solo. La última vez que te enfrentaste a ese tío yo no pude hacer nada para evitar tu muerte… pero ahora estoy aquí y no pienso dejar que te gane la batalla…- Le miré seria.
-Y me da igual que te niegues…- Volví la mirada hacia el barco. Al lado de Jack había un tipo alto, vestido totalmente de negro y su rostro estaba cubierto por una capucha negra.
Mi corazón se sobrecogió cuando lo reconocí.
-Ese es… Dark…- En efecto. Pudimos verle el rostro cuando se despojó de la capucha. Nos dedicó esa maldita sonrisa burlona que hacía que se me pusiesen los pelos de punta.
-Mierda… ahora si que estamos jodidos…



JIMMY
Estaba tumbado en la cama junto con Ánima. Nos habíamos vestido, mínimamente, pero nos habíamos vestido. Sobre todo por que Edward, Axel y Eri habían vuelto ya al cuarto.
Kai y Saya se habían quedado fuera haciendo guardia, no sabía exactamente por qué, pero sus razones tendrían… sobre todo Kai, que parecía muy nervioso desde que nos montamos en el barco…
Miré a Ánima, que estaba profundamente dormida. Sonreí acariciándola la mejilla con mis dedos… eran tan hermosa… parecía un ángel entre mis brazos…
Fruncí el ceño y giré la cabeza hacia la ventana cuando sentí una presencia poco amigable…
Me recosté sobre la cama sin apartar la mirada de la ventana.
Escuchamos un ruido agudo y después… una explosión hizo que el barco se balancease de manera brusca.
Agarré a Ánima con fuerza mientras el barco se calmaba poco a poco.
-¿Qué coño ha sido eso?- Nos miramos unos a otros confusos… algo estaba pasando fuera.
Me levanté sin ni siquiera ponerme la camiseta y agarré mi espada que descansaba posada en la pared.
Ya sabía de quién era esa presencia… Dark estaba aquí, en el barco, y si no era así, estaba muy cerca…
-Voy a echar un vistazo fuera…- Abrí la puerta topándome con el capitán de nuestro barco. Me miró asustado y con los ojos fuerza de sus órbitas.
-¡¡Maldición, atacan mi barco, por vuestra culpa, todo esto es culpa vuestra, vosotros los habéis traído aquí, vosotros sois los culpables, me matarán, destruirán mi barco!! ¡¡Esos malditos demonios del mar, lo destrozaran todo!!- Miré al hombre agarrándole de los hombros.
-¡¿Qué pasa?! ¿Quiénes son esos? ¿Y por qué nos atacan?- El capitán negó separándose de mí con brusquedad.
-¡¡¡No!!! ¡No quiero morir! ¡Esos demonios arrasan con todo…!- El hombre no acabó la frase, pues la hoja de una espada le atravesó el pecho haciendo que muriese en el acto.
-¡¡Dios!!- Desenvainé mi espada preparado para luchar con el dueño de esa espada… no resultó ser otro que…
-Dark… sabía que eras tú…



JACK
El barco pegó un cañonazo al de Kai, haciéndolo temblar. Sonreí y me alcé en mi sitio para observar mejor el panorama. Esta vez Kai no estaba solo, tenía a su mujercita al lado dispuesta a ayudarle, qué conmovedor…
-¡Nos volvemos a ver, viejo amigo! –Kai me fulminó con la mirada, estaba cabreado, y con razón, yo era el único que había conseguido matarle, teníamos unas habilidades muy similares, salvo que ahora yo contaba con ventaja.
Hice que mi cuerpo se desmaterializase para aparecer sobre Kai, empuñando mi espada, la cual paró con la suya, este nuevo poder de la Oscuridad me iba a ser beneficioso.
-¿Sorprendido? –pregunté cuando frunció el ceño, me empujó haciendo que aterrizase sobre el borde del barco, de cuclillas.



KAI
Ya entendía por qué Jack estaba vivo: Dark le había devuelto la vida y le había otorgado nuevos poderes.
Fruncí el ceño empujándolo alejado de mí, pero era ahora más ligero y cayó en el borde del barco sin problemas.
-¿No tenías bastante, Jack? Teniendo dos poderes como híbrido que eres tienes que apoderarte de la Oscuridad también, siempre has sido muy ambicioso… -cargué mi espada y le lancé varias estacas de hielo que él mismo absorbió con la mano.



JACK
Sonreí absorbiendo el hielo que me lanzaba, se veía acorralado.
-Tienes envidia de que yo posea tres poderes y tú sigas siendo igual de débil. –alcé una gran cantidad de agua del mar que se hallaba tras de mí y lo lancé contra él, llevándome también a su mujer por el camino, de la cual me había olvidado.
-Hoy completaré mi venganza y nadie podrá revivirte esta vez.



SAYA
Retrocedí un par de pasos cuando Jack envistió a Kai, aun que no llegó a dañarle, por suerte… Kai seguía siendo rápido y muy hábil, pero ese Jack… ahora contaba con el poder de la Oscuridad, lo teníamos bastante chungo…
Alcé la cabeza cuando una ola nos vino encima a Kai y a mí lanzándonos contra el otro lado del barco. Cerré los ojos cuando mi espalda colisionó con la madera del dichoso barco.
Caí al suelo acuclillada sobre un pie y una rodilla frotándome la zona de los riñones con la mano.
Abrí los ojos y miré a Jack, después giré la cabeza para ver como estaba Kai.
Me levanté como pude y volví la mirada a Jack frunciendo el ceño.
-Te quedarás con las ganas de completar tu venganza, maldito idiota.- Me acerqué un par de pasos quedándome frente a Jack, situándome entre él y Kai.
-Antes de que toques un pelo a Kai, tendrás que pasar por encima de mi cadáver y te aseguro que no te lo pondré nada fácil.- Abrí las manos de par en par dispuesta a utilizar mi nuevo “poder” en cualquier momento, y si no servía de nada, sería capaz de luchar con él cuerpo a cuerpo.
Los hombres al mando de Jack empezaron a abordar nuestro barco situándose detrás de su jefe acorralándonos.
Les miré, uno a uno, hasta clavar de nuevo mi mirada en la de Jack.



JIMMY
Retrocedí lentamente mirando a Dark. Agarré la espalda con mi mano derecha haciéndola girar mientras que la otra mano la tenía levantada delante de mí cuidando de que no se acercase más…
Miré a Axel y a los demás de reojo mientras seguía atento a los movimientos de Dark.
-Axel… salid de aquí, Kai y Saya necesitarán vuestra ayuda… yo me encargo de Dark…- Axel me miró algo inseguro pero no rechistó. Salió del camarote junto con los demás. Sabía que Ánima se quedaría conmigo, así que, no la dije nada.
Volví la mirada a Dark que no paraba de sonreír empuñando su enorme espada.
-Bien, Dark, esta en nuestra última batalla, tú o yo… ¿quién perecerá?- Esbocé media sonrisa.
Dark sabía de sobra que en lo que respectaba a la lucha con estadas, yo le sacaba ventaja, pero… eso no quería significar que yo tuviese una victoria segura… Dark era más poderoso que Draco… y ya era decir…
Dark soltó una risotada y miró a Ánima que permanecía a mi lado.


DARK
Me acerqué al enano de James empuñando mi espada ensangrentada. Los demás elegidos salieron de la habitación, mejor así, tan solo quería a mi hermano.
Me reí mirando a su preciosa novia.
-Creo que te equivocas, James… no somos tú y yo, también está ella.- Señalé a la chica. Sonreí de nuevo y miré a James.
-Sabes que no haré excepciones, si ella se mete por medio la mataré.- Me reí de nuevo cargando mi espada en alto, la cual chocó con la de James que era el triple de fina que la mía, pero resistente…


JIMMY
Fruncí el ceño cuando amenazó con matar a Ánima.
-¡No!- Grité antes de que nuestras espadas chocasen provocando un metálico estruendo.
-No la tocarás… ¿me has oído? Ni un pelo, antes acabaré con tu vida, gusano.- Con todas mis fuerzas, apreté los dientes profiriendo un grito y empujé a Dark hacía atrás con mi espada haciendo que se empotrase contra la pared a gran velocidad. Las paredes se desquebrajaron cuando el cuerpo de Dark chocó contra ellas.
Agarré el pomo de mi espada con las dos manos y le miré frunciendo con fuerza el ceño.



DARK
James me empotró contra la pared con bastante fuerza… maldito crío… había progresado mucho en todo este tiempo…
Me aparté de la pared gruñendo de rabia.
-Eso no ha sido nada, maldito piojo…- Sonreí apretando los dientes.
Cogí impulso y salté sobre el dándole una buena estocada haciendo que cayese sobre una de las camas, la cual se partió en dos con nosotros encima.
Hice fuerza cuando la hoja de mi espada chocó contra la de James. El muy cabrón también resistía la embestida mirándome con rabia.
Poco a poco me fue empujando hacia atrás apartándome de él.


JIMMY
Bloqué su ataque con mi espada cuando Dark me lanzó contra el suelo levándonos una cama de por medio.
Dark hacía fuerza con tal de partir mi espada y así tener acceso a mi cuerpo, pero yo no le dejé. Ejercí fuerza empujándole poco a poco hacia atrás hasta que pude librarme de él.
Posé un pie pobre su pecho y le empujé con fuerza tirándole al suelo.
Me levanté quitándome de encima los pedazos de metal que quedaban de la cama, aparte de las plumas.
Jadeé y me acerqué hasta Dark que estaba en el suelo.
Alcé la espada dispuesto a cercenarle la cabeza, pero desapareció justo cuando mi espada chocó contra el suelo del barco cortando tan solo la madrea.
Sabía que aparecería detrás de mí, pero no me dio tiempo a reaccionar antes, así que, rápidamente, di un paso hacia delante para librarme de su ataque, cosa que no conseguí, pues la hoja de su espada me rajó la espalda desde el hombro hasta los riñones.
Proferí un grito girando sobre mí mismo dándole la cara a mi adversario que no dejaba de sonreír mientras yo sentía como la sangre se deslizaba a lo largo de mi espalda.
-Puede que me cortes a cachitos, pero eso no te librará de venir al infierno conmigo…- Gruñí jadeando con fuerza… iba a ser una lucha difícil.



ÁNIMA
Dentro sólo quedábamos Jimmy, su maldito y sádico hermano y yo, comenzaron a luchar y no supe qué hacer. Podría usar mi poder para controlar el cuerpo de Dark y poder ayudar a Jimmy, pero no sabía cuan poderoso podía llegar a ser Dark y si podría penetrar en su cuerpo, pero tenía que intentarlo.
Le miré mientras él y Jimmy se enfrentaban en la lucha, concentrándome en entrar en su cuerpo. No paraban de moverse y el que Dark hiriese a Jimmy me hizo desconcentrarme por completo, corrí hacia él antes de que se acercase Dark de nuevo, le miré bien, parecía que podía continuar.
Miré a Dark con el ceño fruncido.
-Maldito sádico, no mereces vivir. –me posicioné delante de Jimmy y transferí mi alma al cuerpo de Dark. Logré entrar, pero estar ahí dentro era peor que cualquier otra cosa que pudiera ver: todo era oscuridad, muertes, muchísimas muertes, sangre… un dolor insufrible en el pecho me hizo salir de aquel cuerpo endemoniado y volver al mío temblando. Sabía que debía hacer algo o acabarían matándose el uno al otro, debía resistir aquel maldito cuerpo por mucho que me costase.
Tragué saliva sintiendo gotas de sudor derramarse por mi sien.
-Mierda…


DARK
Aquella niñata intentaba meterse en mi cuerpo con sus poderes, los cuales no me afectaban en absoluto.
-No intentes controlar lo que es demasiado para ti, estúpida cría.- La golpeé la cara con mi brazo apartándola de entre James y yo haciendo que cayese al suelo a mas de tres metros de donde estábamos nosotros.
Miré a James y sonreí.
-Y después de esta pequeña pausa, podemos continuar.- Aproveché que James estaba herido para atacar. Interpuso su espada entre él y yo, pero, como estaba a falta de fuerzas a causa del desangre, cayó sobre una rodilla haciendo un intento absurdo de impedir mi envestida, cosa que no consiguió, pues la hoja de mi espada se incrustó en su hombro derecho atravesándole la piel.
Me reí mientras él gritaba de dolor.
Hundí aún más mi espada en su piel hasta que noté que la hoja daba con algo duro: el metal de su brazo.
-Te arrancaré el brazo de nuevo, criajo.


JIMMY
Apreté los dientes cuando Dark golpeó a Ánima, cosa que me distrajo. Aprovechó que estaba herido para acorralarme. Su espada se clavó en mi hombro derecho haciéndome gritar de puro dolor. Cerré los ojos con fuerza mientras agarraba la hoja de su espada con mis manos. Si seguía hundiendo la espada me cortaría el brazo de cuajo.


ÁNIMA
Me llevé la mano al costado donde me había golpeado tras el gran golpe que había recibido por parte de Dark, escupí, tenía sangre en la boca. Miré a Dark, estaba a punto de arrancarle el brazo metálico a Jimmy.
-¡No le toques! ¡Suéltale! –debía ayudarle, lo intentaría de nuevo, por mucho que doliese o me costase. Respiré hondo y traspasé mi alma de nuevo al cuerpo de Dark. De nuevo pude ver todo aquello que me aterrorizaba hasta hacerme temblar, pero tenía que ignorarlo si quería salvar a Jimmy.
De nuevo se presentó el dolor en el pecho, pero me concentré en los brazos. Tiré para poder sacar la espada del hombro de Jimmy, aunque Dark era muy poderoso.
Mentalmente me mordí el labio, tiré todo lo fuerte que pude apartando la espada de Jimmy, la tiré lo más lejos posible e intenté mover el cuerpo de Dark para apartarlo de Jimmy. Me estaba costando sudor y sangre el poder moverle un pie detrás del otro, pero poco a poco pude darle tiempo a Jimmy.
El dolor en el pecho era muy fuerte, y la oscuridad llegaba a penetrar en mi alma como si ésta fuese sólida, si seguía ahí por mucho tiempo afectaría también a mi propio cuerpo, pero debía darle más tiempo a Jimmy…



DARK
Giré la cabeza y miré a aquella niña que intentaba controlar mi cuerpo, logró retirar mi espada, pero no tenía nada de control sobre mí.
-Ya me estoy hartando de ti…- Caminé hasta ella haciendo que su “espíritu” saliese de mi cuerpo.
La miré y esbocé media sonrisa.
-Imbécil.- La propiné una parada en el mentón haciendo que sangrase por la boca.
Me incliné ante ella y la agarré del cuello apretando con fuerza.
-Me desharé de ti primero, así no te meterás más por medio, ¿te parece?- Apreté con más fuerza.
Abrí los ojos ampliamente cuando sentí un dolor punzante en el estómago. Bajé la cabeza y pude ver sobresalir por mi abdomen la punta de la espada de James… ensangrentada…
-C-cabrón…- Solté a la chica.


JIMMY
Dark fue a por Ánima… no, no lo iba a consentir…
Me levanté con el hombro ensangrentado y agarré mi espada con mi mano izquierda. Sin pensármelo dos veces, atravesé su espalda, ahora que estaba desprevenido no osaría tele transportarse.
Me acerqué a su oído y apreté los dientes.
-Suéltala, hijo de puta.- Así pasó, la soltó y giró la cabeza para mirarme. Saqué la espada de su espalda y profiriendo un grito de rabia, giré sobre mí mismo haciendo que la hoja de mi espada cercenase su cabeza por completo, separándola de sus hombros.
La sangre salpicó en mi rostro, pero no hice nada, ni me moví. Tan solo me quedé mirando como la cabeza caía a un lado y el cuerpo hacia atrás.



ÁNIMA
Me apoyé en el suelo con los brazos temblando, había pasado muy mal trago y al final no había conseguido más que hacerle devolverme a mi cuerpo, pero eso ayudó a Jimmy para poder atacarle, al menos, algo había servido.
Vi la cabeza de Dark caer frente a mí sin cuerpo, abrí los ojos ampliamente, ¿lo había vencido?
Me separé rápidamente y miré a Jimmy, que estaba malherido.
-Jimmy… -me levanté y le agarré de la cara.
-Lo siento, quise apartarle… -le besé cerrando los ojos y miré la cabeza de Dark, no me gustaba un pelo, era demasiado fuerte y seguramente se regeneraría.
-Tenemos que hacer algo antes de que vuelva a regenerarse…


JIMMY
Me levanté soltando la espada ensangrentada. Me llevé la mano izquierda al hombro derecho, no paraba de sangrar…
Miré a Ánima y después miré la cabeza y el cuerpo inerte de Dark…
-No… no se regenerará… tan solo…- De repente, tanto la cabeza como el cuerpo empezaron a desvanecerse creando un humillo negro.
Retrocedí un par de pasos junto con Ánima, la cual coloqué detrás de mí.
-… desaparecerá…- Dark desapareció sin dejar rastro. No quedó nada de él, tan solo la sangre que se derramó de su cuerpo…


ÁNIMA
Miré el hombro de Jimmy, estaba sangrando de manera abundante.
-Dios, Jimmy… -me miré y me arranqué la mitad de mi camiseta taponando la herida lo mejor que pude, sabía que eso le dolía, pero si se desangraba podía morir.
-Tengo que pararte la hemorragia y curarte la herida… -tragué saliva y tiré levemente de él para sentarle en una cama que seguía en pie.
-No te muevas, intentaré que deje de sangrar…



JIMMY
Me senté en la cama sin apartar la mirada del suelo. Hice una mueca de dolor cuando Ánima me taponó la herida con un trozo de su camiseta.
-No te preocupes… estoy bien…- Miré seriamente el suelo.
¿Cómo podía haberse tele transportado si su cabeza estaba…?
No me cuadraba… aquí había gato encerrado…
Dark seguía vivo, tan solo… se había ido para poder regenerarse…
Apreté los dientes y cerré los ojos con fuerza sintiendo un escozor en el hombro y en la espalda…
Solté un pequeño alarido y miré mi hombro derecho… la herida estaba llena de estrías negras, las cuales se unían entre ellas para regenerar mi piel.
-Aparta, Ánima… ¡aparta!- Me llevé la mano a la herida notando como se unía bajo ella.


ÁNIMA
Miré el hombro de Jimmy, otra vez eran las estrías negras, no podía ser que otra vez pasase…
-Jimmy… -le miré y retrocedí levemente sólo porque él me lo ordenó, pero tenía que hacer algo, ¿es que eso le estaba curando o matando?
Miré de nuevo la herida, pero Jimmy se tapaba con la mano, estaba sufriendo de nuevo.
Respiré hondo.
-¿Qué ocurre? ¿Qué te está haciendo? –pregunté con miedo…



JIMMY
Jadeé y miré a Ánima apretando los dientes sintiendo ese infernal escozor.
Cerré los ojos con fuerza… el escozor fue cediendo poco a poco…
Aparté la mano… la herida estaba cerrada, al igual que la de la espalda, aun que esa no la había notado a penas…
-… tranquila… estoy bien…- Miré a Ánima jadeando y sudando por el esfuerzo.



ÁNIMA
Me llevé la mano a la boca.
Aparte de desgarrarle por dentro y matarle de dolor le había curado esas heridas, ¿a cambio de nada?
Le miré bien, estaban cerradas y parecía que ya no sufría, le miré a los ojos agarrándole de la cara.
-Entonces estás bien, ¿verdad? –apoyé mi frente en la suya suspirando.



JIMMY
Asentí mirando mi brazo de metal… ese cabrón casi me lo arranca de nuevo…
Cerré los ojos cerrando el puño.
No estaba muerto, de eso estaba seguro… no le había matado… había resultado muy fácil y ojala fuese así, pero… Dark era muy peligroso y tenía poderes mayores que los mío… una simple espada no acabaría con él… volvería… estaba seguro…


KAI
Jack nos miraba triunfal frente a nosotros, Edward, Eri y Axel llegaron, les miré y ellos se percataron de la presencia de Jack, al que no conocían, supuse. Me situé al lado de Saya.
-No utilices tu poder, estarás débil y puede que te hagan daño, sólo úsalo en caso de emergencia. –alcé mi espada apuntando al enemigo y la miré.
-Resérvalo por si estamos en peligro.


SAYA
Miré a Kai seria y después a Jack.
-Utilizaré mi poder cuando a mi me parezca, estoy harta de reservarme, si me quedo sin fuerzas es cosa mía…- Los hombres de Jack empezaron a rodearnos armados con espadas y armas de fuego.
-¿No te parece bastante ya el peligro que corremos?


KAI
Alcé mi espada mirando a Jack.
-No nos enseñaron así, Jack, te has vuelto un cobarde escondiéndote detrás de unos soldados con armas. –corrí hacia él pero con el agua de la lluvia hizo ligeras agujas que me atravesaron la piel de los brazos, retrocedí, quedó claro que no podía acercarme. No quería que Saya perdiese sus fuerzas, pero realmente su poder era lo que nos ayudaría ahora, quizá lo único que podía.
La miré.
-Tienes razón, sí que estamos en peligro…


SAYA
Miré a Kai cuando retrocedió herido por el ataque de Jack.
Sus hombres nos apuntaron con sus armas… iban a disparar sin miramiento ninguno…
-Joder…-Miré a Kai y después a Jack.
-Tengo una idea… atácale, del resto me encargo yo…


KAI
Debía hacerla caso, seguramente tenía una buena idea. Miré a Jack y corrí de nuevo hacia él, aunque volvió a usar el mismo ataque, logré alcanzarle, nuestras espadas chocaron y logré que se desequilibrara, aunque desapareció posicionándose un par de metros a la izquierda, sonriendo. Malditos poderes sombra…



SAYA
Kai corrió hacia Jack, antes de que las finas agujas de agua lograsen dañar a Kai, me concentré y cree una barrera haciendo que cubriese el cuerpo de Kai, así, los ataques de Jack no le afectaban. Cuando Jack se apartó de Kai, yo deshice la barrera.
Miré a Kai.
-Este es el plan, tú atacas y yo seré tú escudo…


KAI
Miré a Saya, estaba creando una barrera, de esa manera podía luchar contra Jack sin salir herido. No era noble por mi parte poseer esa ventaja, pero eso nos ponía en similares condiciones.
Asentí aprobando su plan y embestí de nuevo contra Jack, que me bloqueó con su espada.
Pude ver tras mi espalda que los demás se ponían en marcha contra los soldados, Edward al lado de Saya para protegerla mientras ella me protegía a mí…
En esa distracción, Jack me atacó, pero la barrera me protegió, esbocé media sonrisa y le devolví el ataque haciéndolo retroceder.



JACK
Kai contaba con una ventaja insultante, yo no podía dañarle en esas condiciones.
-Maldito. –me tele transporté tras él, pero no sirvió, tenía una maldita barrera. Intenté atravesarla con la espada las veces suficientes hasta que se giró y acometió contra mí, haciéndome una larga herida en el pecho.
-Tsk… -retrocedí de nuevo y miré a su mujer, ella era la que controlaba las barreras.



SAYA
Seguí concentrada en Kai, siguiendo sus movimientos y procurando cubrirle por todas partes, cosa que… no me resultó muy difícil como yo pensaba…
Edward se situó a mi lado para cubrirme de los hombres de Jack. Axel apoyaba junto con Eri…
Intenté no desconcentrarme, lo que más deseaba es que Kai saliese ileso y si hacía falta me tiraría así todo el día, hasta que no me quedase ni una gota de mi aliento.



JACK
No sabía cómo lo hacía, pero esa tía estaba protegiendo a Kai con un poder extraño que no conocía, ¿acaso ella también había sido otorgada de poderes sombra? Fuera como fuese, tenía que deshacerme de ella para poder luchar contra Kai.
El pecho me escocía por la herida, pero corrí hacia ella con la espada en alto. Dos metros antes de poder atravesarla, el tío grandullón que estaba a su lado cargó su puño, el cual esquivé tele transportándome detrás de la chica, pero sentí algo punzante atravesarme un hombro. Fruncí el ceño y miré, era una maldita flecha.
Miré a la que me había atacado y realicé el ataque de las agujas de agua con ella haciéndola retroceder.
-No os interpongáis en mi camino. –cuando me giré el puño de Kai impactó contra mi cara derribándome varios metros alejado a la chica de las barreras.



KAI
Miré a Saya una vez alejé a Jack, estaba ilesa.
-Descansa un poco, ahora no la necesito. –esperaba que al menos retirase la barrera unos segundos o acabaría agotada. Ahora tenía más ventaja sobre Jack y la aprovecharía, quitase la barrera o no.
Antes de poder hacer nada embistió de nuevo, haciendo chocar nuestras espadas.
-Guardar tanto rencor no trae nada bueno, no puedes atacar fríamente, sólo atacar sin sentido. –le empujé hacia atrás, haciendo que se chocase contra la pared y se quejase por el dolor.



JACK
Fruncí el ceño mirando a Kai con furia y me incorporé dolorido.
-No soy como tú, soy un híbrido, más fuerte que un elemental normal, y a contrario que los Fríos, puedo actuar sin parecer una estaca de hielo, como haces tú con todo. –volví a embestirle, haciéndole retroceder por el choque de nuestras espadas.
-Siempre has sido frío y nunca has sabido tratar a las personas, por eso nadie te aceptaba, sólo yo, el imbécil de turno. –logró empujarme con su espada haciéndome caer de espaldas, me tele transporté lejos de él, subido al tejado de la cabina interior del barco.
-Sólo juego un poco contigo por los viejos tiempos, Kai, puedo matarte cuando quiera… -entonces sentí un fuerte dolor en el costado, me había alcanzado en una de las estocadas y había hecho un buen tajo sangrante, del cual no me había percatado hasta el momento, el frío de mi cuerpo no me había permitido sentirlo.



SAYA
Jack intentó deshacerse de mí, pero gracias a la ayuda de Edward y de Eri, este no consiguió su cometido.
Kai me pidió que deshiciese la barrera, pero… no podía hacerlo, no iba a dejar que ese desgraciado del pelo a lo pitufo le hiriese lo más mínimo.
Pero… él me lo pidió, así que, de momento deshice la barrera, pero no aparté la mirada de Kai, por si tenía que volver a extenderla… parecería egoísta solo protegerle a él, pero los demás ya tenían bastante protección, Kai era el que más peligro corría… ¡a la mierda si parecía egoísta! No abandonaría a Kai.
Axel y los demás se ocupaban de los hombres de Jack, aun que yo también tuve que deshacerme de unos cuantos.



JACK
La señorita de las barreras al fin dejó a Kai libre de barrera, por lo que ya jugábamos en las mismas condiciones.
Aún sintiendo ese dolor en el costado, me tele transporté hasta estar situado justo en frente de Kai y, aunque se defendió, logré cortarle cerca del cuello, en el hombro izquierdo, el de la espada.
-Genial, ¿eh? –me empujó hacia atrás como pudo y caí sobre dos de mis aliados, me levanté apartándoles.
-Malditos inútiles, acabad con ellos, no servís para nada. –Kai volvió a por mí, seguimos parando los ataques del otro largo rato. Aunque él tuviese el hombro herido, el frío de su cuerpo le ayudaba, cosa que a mí no tanto, por muy frío que fuese sólo era un híbrido.



SAYA
Kai y Jack seguían con ese incansable duelo… sus fuerzas estaban muy equilibradas y ambos eran rápidos y ágiles… esto no tenía final.
Saqué de mi bota una navaja con la cual degollé un par de cuellos.
Mientras dejaba caer el cuerpo de uno de los hombres de Jack, me fijé que un rezagado se subía de nuevo a su braco dando la orden a los que aún quedaban allí que cargasen los cañones… iban a disparar y a destrozar el barco… de esto tenía que encargarme yo.
Pasé por encima de los cadáveres posicionándome justo en frente del braco enemigo. Cerré los ojos alzando la cabeza y abriendo las manos separando los brazos.
Empecé a extender la barrera a lo largo de nuestro barco justo cuando escuché la palabra “¡Fuego!”. Las enormes balas de los cañones chocaron contra la barrera destruyéndose con el contacto. Cerré los ojos con fuerza intentando no desconcentrarme, si conseguía cubrir el barco tal vez tendríamos una mínima oportunidad de salir ilesos y de una pieza.



KAI
El filo de mi espada logró herir el ojo de Jack, haciendo una herida permanente desde su mejilla izquierda hasta la frente dejando su ojo inutilizado. Retrocedió con la mano sobre la herida gritando y maldiciendo toda mi familia.
Cuando fui a atacar de nuevo el muy cabrón consiguió devolverme el golpe, pero cerré los ojos antes de que pudiese dejarme tuerto, aunque la herida estaba ahí.
Ambos aprovechamos la herida del otro para alejarnos a curarnos como pudimos. Yo era puro, por lo que mi hielo era más potente que el suyo, tardaría menos en curarme.



JACK
Kai me alcanzó el ojo. Pude sentir el intenso dolor y cómo la sangre se derramaba desde la cuenca de mi ojo a lo largo de mi mejilla, seguro que me dejaba ciego… No me había hecho ya bastante a lo largo de mi vida, ahora me dejaba tuerto.
-¡¡Me cago en toda tu estirpe!! –le devolví el golpe, cosa que me ayudó para concentrar mi poder de oscuridad en el ojo, la piel sanaría, pero no sabía si podía salvar mi ojo, había dañado toda la retina.
Como supuse, cuando la piel se regeneró, el ojo sólo me mostraba un fondo negro.
-Hijo de… -le miré y corrí hacia él con un grito de guerra, él logró interponer la espada, pero acometí varias veces seguidas, cada vez haciéndole ceder más.



SAYA
Escuchaba los gritos de guerra de Jack y los de Kai mientras seguía concentrada en cubrir el barco con mi barrera. No cedían los cañonazos que chocaban contra el muro invisible librándonos de las explosiones.
Ya llevaba bastante rato así y notaba como me fallaban las fuerzas… mis piernas empezaban a desfallecer, pero no iba a ceder, no dejaría que esos hijos de la gran puta destrozasen todo lo que tocasen.
Apreté los dientes respirando con fuerza, pero seguí concentrada… me estaba costando mucho… demasiado…
Uno de los cañonazos golpeó con tal fuerza que hizo que me desequilibrase. Mi pierna derecha falló haciendo que la hincase en el suelo. Solté un pequeño grito pero aún así me levanté como pude, pero otro cañonazo me hizo caer al suelo de nuevo.
Cogía aire con fuerza intentando levantarme. Entonces fue cuando sentí que alguien me agarraba del brazo. Al principio pensé que sería uno de los hombres de Jack, pero era Axel.


AXEL
Estaba luchando contra aquellos hijos de puta, eran demasiados y nosotros tan solo cuatro gatos.
Kai tenía su duelo privado mientras nosotros nos encargábamos de despejar el terreno.
Lancé a uno por la borda cuando me fijé que Saya se dejaba caer al suelo y se levantaba una y otra vez… nos estaba protegiendo con su poder, pero, si seguía así se quedaría son fuerzas.
Me acerqué a ella y la agarré del brazo para ayudarla a levantarse.
-Vamos, nena, no puedes desfallecer ahora, te necesitamos…- La miré, estaba falta de fuerzas.
-… ten, te prestaré mi fuego.- Sonreí sin soltar su brazo. Traspasé mi energía a Saya haciendo que se repusiese en seguida.


SAYA
Axel me prestó parte de su energía elemental, que se canalizó en mi cuerpo saliendo al exterior con una gran llamarada la cual se extendió junto con la barrera. Ahora, las balas de los cañones se calcinaban con el contacto sin llegar a explotar.
Extendí aún más la barrera, me sentía llena de energías, cosa que tenía que aprovechar, aun que noté como de mi nariz salía un fino hilo de sangre.



ERI
Saya estaba agotada y Axel fue a ayudarla con su fuego. Logré deshacerme de los últimos enemigos que me molestaban y corrí junto a Saya, gracias a Axel podía mantenerse, pero de su nariz salía sangre.
-Saya, te ayudaremos. –alcé los brazos frente a mí y con el aire que provocaba la tormenta comencé a moldear la barrera haciéndola más consistente y sólida, ya que movía el viento con velocidad alrededor del barco. Necesitábamos resistir hasta que dejasen de atacar, por suerte, Eddie se apañaba con los que quedaban dentro del barco.



SAYA
Axel me ayudaba bastante y ahora que Eri me ayudaba con la barrera me sentía aún mejor, aún que mi nariz no paraba de sangrar.
Los cañonazos no paraban, ¿es qué no se le acababan nunca las balas?
Apreté los dientes de nuevo con fuerza manteniendo la barrera como podía.
Cogí airé y proferí un grito haciendo que la barrera saliese disparada volando por los aires el barco de Jack. La explosión nos impulsó a nosotros lanzándonos al otro lado del barco el cual también se hizo pedazos.
Todos nosotros incluidos Jack y Kai, caímos al mar perdiéndonos junto con los restos del barco.


JACK
No sé qué pudo pasar, pero acabamos todos en el agua y mi barco destrozado, ¿qué coño habrían hecho?
Salí a la superficie buscando aún a Kai, ahora tenía incluso más ventaja que él.
Lo vi a lo lejos buscando con la mirada, ¿me buscaba a mí o a su querida? Se había vuelto un blando.
Fruncí el ceño y provoqué una ola que lo tragó hundiéndole, buceé tras él. Tenía una ligera ventaja, le había pillado distraído y ahora intentaba buscar su espada que se hundía a su lado.
Embestí contra él hiriéndole en el brazo derecho, acto seguido se giró y me miró furioso. Entrecerré los ojos y nadé para entregarle su espada, no había olvidado las normas de nobleza y teniendo tanta ventaja dejarle sin espada sería insultantemente fácil.
Volvió a armarse y mientras se defendía comenzó a ascender. Lancé una honda expansiva bajo el agua con la espada, lanzándolo fuera haciéndolo ascender varios metros en el aire para luego volver a caer de golpe.


SAYA
Caímos al agua después de haber destrozado los bracos “accidentalmente”.
Rápidamente, saqué la cabeza del agua para poder respirar.
De repente, Kai salió disparado a varios metros cayendo a gran velocidad al agua de nuevo.
Jack seguí con su guerra interminable, y como no, Kai le seguía el juego…
Yo no podía hacer nada, giré la cabeza y vi un trozo grande de madera. Nadé hasta él y me subí seguida de Axel, el cual ayudó a Eri subir.
Seguimos contemplando la batalla, pues era lo único que podíamos hacer…


KAI
Caímos al agua, eso sólo le daría ventaja a Jack, maldito capullo.
Cuando volví a caer al agua me dolieron todas las heridas que me había provocado, me estaba ganando y no me dejaba un segundo de descanso. Tosí incorporándome, Jack había desaparecido.
-¿Dónde…? –no bajé la guardia, posiblemente saldría de debajo del agua a atacarme. Pasó un buen rato y no pasó nada, me sentía cansado y necesitaba agarrarme a algo. Las heridas me escocían con el agua salada…
Nadé hasta donde estaban los demás, aunque Edward estaba bastante alejado y subido a un cacho de madera bastante grande, posiblemente para no electrocutarnos. Me agarré al trozo de madera, al fin podía dejar de hacer fuerza para no hundirme.


JIMMY
No tenía ni idea de lo que había pasado fuera del barco, pero acabamos todos en el agua.
Sostuve a Ánima entre mis brazos situándonos encima de un trozo pequeño de madera. Kai mantenía una dura lucha contra un chico el cual no conocía de nada.
Miré a los demás que también contemplaban la escena tan atónitos como lo estábamos Ánima y yo.
En un momento, pareció que aquel tío desapareció, eso le dio algo de ventaja a Kai, ya que estaba echo una mierda.
-¡¿Qué cojones ha pasado aquí?!- Tuve que gritar alto, pues nos situábamos bastante lejos los unos de los otros.


KAI
Alcé la mirada cuando oí la voz de James, estaba con Ánima situados a lo lejos. Poco a poco conseguimos reunirnos todos, aunque Edward seguía alejado con su particular soledad.
-Otro barco nos ha atacado y en medio de la pelea… pum. –miré a Saya, supuse que había sido ella la que había provocado tal explosión, ¿quién tenía si no un poder tan poderoso?



JIMMY
Asentí a lo que me dijo Kai.
-Genial…- Suspiré.-… bueno, lo importante es que estamos bien…- Miré a Ánima, me aliviaba saber que había salido ilesa de todo esto.
-¿Y ese tío? ¿Quién era?- Miré al mar… había desaparecido tan de repente…


KAI
Miré a James y suspiré.
-Cuando era niño ese tipo era el único amigo que tenía, aunque más tarde se convirtió en enemigo por robar una espada de mi padre, le desterró, y como yo le di la razón, ahora me odia, cree que soy como el resto de los niños que le marginaban por ser híbrido. –más de uno frunció el ceño, era estúpido, pero era así.
-Me guarda mucho rencor por no protegerle.



SAYA
Escuché lo que decía Kai. Fruncí el ceño y me arranqué un pedazo de camiseta para poder limpiarme la sangre que aún resbalaba por mi nariz.
-Claro, y en vez de abrirle los ojos y convencerle de que no fue tu culpa prefieres liarte a espadazo limpio con él…- Negué con la cabeza echando la cabeza hacia atrás para que dejase de sangrarme la nariz.
-Los hombres y su orgullo…


KAI
Miré a Saya.
-Detrás de todo eso aún queda el que le robó una espada a mi padre la cual ahora usa para intentar matarme otra vez. Ya intenté explicárselo una vez y no quiso escucharme, ya no hay nada que hacer con él. –cerré los ojos, el hombro me dolía más que el resto de las heridas, y como siguiese así no podría mover el brazo. Posé mi mano sobre la herida y apliqué hielo.
-No es cuestión de orgullo, sino de traición.



SAYA
Le miré y negué.
-No, Kai, ni de orgullo y tampoco de traición, se trata de amistad, ¿conoces el significado de esa palabra? Seguro que Jack tenía unas buenas razones por las cuales robó esa espada tan preciada para tú “papi”, ponte en su lugar, Kai, ¿cómo te habrías sentido tú en su lugar? Piénsalo, no es por defenderle a él, es para que os deis cuenta que esta lucha no lleva a ningún lugar.- Suspiré y miré al mar. Era una perdida de tiempo hablar con él, siempre se aferraría al honor y a su padre…
-¿Dónde esta esa amistad?... olvídalo, no es cosa mía, no debo meterme en tus cosas…- No le miré, seguí concentrada en que de mi nariz no saliese más sangre.


KAI
Bajé la mirada.
-Ya no queda nada de esa amistad, él vino después de muchos años sólo para matarme y lo consiguió, eso no es amistad ni es nada. –me falló el hombro, no me servía de nada el hielo, me tuve que agarrar con el otro brazo.
-¡Joder! –me llevé la mano al ojo, estaba bien, pero me dejaría marca, seguro.
-Después de todo lo que me ha hecho lo poco que puedo hacer es rebanarle la cabeza y matarle otra vez. –miré al mar, estuviesen o no de acuerdo, después de esto no tendría perdón.


SAYA
Resoplé y tiré el trozo de camiseta manchada de sangre al agua.
Me levanté y le miré.
-Pues que tengas muy buena suerte…- Dicho esto me lancé de cabeza al agua y nadé hasta alcanzar un trozo de madera que había un par de metros alejados.
Ya me estaba cansando de escuchar tantas idioteces de venganza, rencor y honor…
Así estaría más tranquila.


ÁNIMA
No entendía nada de lo que estaban contando, ¿un chico híbrido? ¿Es que eso existía? No me atreví a preguntar, todos sabrían que no tenía ni idea del mundo y que era una completa ignorante, aunque seguramente ya lo sabían…
Saya se alejó de nosotros, parecía disgustada con Kai. Yo no comprendía muy bien todo eso pues de la amistad poco sabía…
Suspiré y sentí que algo fuerte me impulsó hacia abajo, hundiéndome en el agua, sin darme a tiempo a reaccionar y poder agarrarme. Me tiraba del pie hasta el fondo, moví los brazos y las piernas, pero no pude liberarme.



KAI
De repente, Ánima se hundió en el agua, ese debía ser Jack.
Me sumergí, al fin volvía a aparecer. Nadé siguiendo a Ánima, que intentaba librarse de él, pero no podía. La agarré de la mano y tiré, pero una nueva honda expansiva me alejó, ¿es que la quería a ella?
Volví a descender, Ánima se quedaba sin aire.



JIMMY
-¡¡Ánima!!- Grité y seguidamente me lancé al agua sin pensármelo un segundo.
Buceé lo más rápido que pude aguantando el aire, no iba a dejar que ese cabrón se la llevase.
Use la tele transportación acercándome más y más a Ánima, hasta que alcancé su mano. Tiré con fuerza pasando mi otro brazo por detrás de su cintura.
Ánima se quedaba sin oxígeno, la agarré de la nuca y junté mis labios con los de ella pasándole mi aire. La agarré con fuerza y me tele transporté con ella de nuevo hasta el trozo de madera, donde pude coger una buena bocanada de aire.



JACK
Al subir a la superficie agarré el pie de la chica de James, esto le atraería a él y a Kai, dos pájaros de un tiro, podría llevárselo a Dark vivo para llevarme mi recompensa…
La niña no tenía a penas fuerza y pude llevármela con facilidad, pero no caí en la cuenta de que James también era Sombra y se la llevó tele transportándose.
Kai vino detrás, a él si que podía matarle tal como estábamos.
Saqué la espada de nuevo, pero se me adelantó y consiguió herirme en el brazo, haciéndome soltar el arma.
Le lancé otra honda expansiva cogiendo mi arma y tele transportándome lejos de allí, no era plan de luchar en esas condiciones, que se ahogara si quisiese.



JIMMY
Tumbé a Ánima sobre la madera apartándola el pelo de la cara.
Gracias a la bocanada de oxígeno que la había proporcionado bajo el agua, había podido aguantar hasta volver a subirla a la superficie.
-Ánima… ¿estás bien?- Dije agarrando su cabeza entre mis manos colocándola de tal manera que pudiese coger bien el aire.


ÁNIMA
Cogí una gran bocanada de aire cuando salimos del agua, aunque acto seguido tosí agua que había tragado, por suerte ya estábamos fuera.
Miré a Jimmy, me había salvado otra vez…
-E-estoy bien… -cerré los ojos, ¿por qué me había cogido a mí? Le miré y después a los demás que miraban para ver si era verdad que estaba bien.
Respiré hondo varias veces, necesitaba llenar de oxígeno mis pulmones.


JIMMY
Asentí aliviado cuando contestó.
Sonreí cogiéndola de la nuca con suavidad. Casi se queda sin aire por culpa de ese hijo de puta, pero no dejaría que la pasase nada mientras yo estuviese aquí.
Suspiré y apoyé la frente sobre mi rodilla, a mi también me faltaba el aliento.


KAI
Subí lo más rápido que pude a la superficie y me agarré a la tabla cogiendo aire, por casi no lo conté. Me subí, Ánima estaba ahí y parecía estar bien, pero Jack había vuelto a escaparse.
Lo peor de todo es que podía aparecer cuando quisiese y nos pillaría de improviso si decidía atacar de nuevo.
No teníamos barco y no sabíamos dónde ir, estábamos atrapados.

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