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lunes, 1 de febrero de 2010

Capitulo- LXXXI- UNA MANO DISPUESTA A AYUDAR.

KYLE
Con más de una queja e insultos a mi espalda conseguí que me siguiesen, no iba a ser nada fácil viajar con un grupo de personas que no confiaban en mí y al menos dos de ellas querían pegarme una soberana paliza.
De vez en cuando miraba atrás por si paraban, la nieve cada vez abundaba menos, pero seguía haciendo frío. Todos menos el tipo de hielo y el de fuego estaban helados, incluyéndome a mí.
Llegamos a una zona donde el camino había tomado dos direcciones, y yo, no lo conocía. Me asomé a ambos lados, no me sonaba para nada, pero supuse que tomando el camino que tomase al final llegaría a algún punto que conocía.
Tomé uno de los dos caminos, esperaba que no hubiese réplicas, o mejor, que nadie se hubiese dado cuenta de que había dudado, me ahorraría un mal trago…



AXEL
Seguimos al tiparraco ese… pero que mal me caía y encima teníamos que seguirle a todas partes por que supuestamente él sabía donde estaba Draco, ¿no nos podíamos encargar nosotros de encontrarle? Me ponía enfermo…
Suspiré y me crucé de brazos mirándole cuando el camino se partió en dos…
-¿No sabes por dónde ir?- Parecía dudoso, pero al final se decidió por un lado.
-Dios… que poco me gusta este tío, ¿seguro que sabes por dónde ir, chulapa?


KYLE
Giré la cabeza mirando al llamitas de reojo.
-Por muy mal que me caigas te diré con respeto que sé mejor que ninguno de vosotros dónde estamos. –seguí mirando al frente. No les había hecho nada y estaban todos con el ansia de querer asesinarme, la gente podía llegar a ser muy irracional.


AXEL
-Te aseguro que no necesitamos tú ayuda para anda, hace días que estamos buscando a Draco y nos va bien, por mí ya puedes ir largándote de aquí, por si no te has dado cuenta, ninguno te queremos en el grupo.- Le miré.
-No eres de fiar, lo siento, pero es la verdad.- Le adelanté golpeándole el hombro con el mío.



KYLE
Puse los ojos en blanco, ni un crío haría ese tipo de tonterías dada la situación, me froté el hombro cuando sentí que una mano me agarraba de él y me tiraba al suelo.
Me quejé cuando la espalda me dio contra el suelo, miré a mi agresor, cómo no, era el rubiales grandote.
-Te picas muy fácilmente, ¿no? –me alzó agarrándome de la camiseta.
-Joder, joder, tío, no te pases, bájame.


ERI
-Para cabrear a Eddie ya puedes ser o el tío más capullo que hay o tocarle mucho las narices, puedes elegir cuál crees que has hecho. –dije mirándole, miré a Eddie.
-Tranquilo, déjale en el suelo.


EDWARD
-No, no creo que lo haga. –el tío intentó zafarse, pero no le solté.
-No tienes ni idea de por dónde ir, ¿verdad? Nos estás metiendo en la boca del lobo y por si fuera poco estoy seguro de que todo esto es una trampa, seguro que nos quieres entregar a Draco, ¿no? ¡Contesta! –le zarandeé.



KYLE
Era lo único que me faltaba por oír de ellos, malditos capullos, ya me habían descubierto, pero no dejaría que les quedase seguro, seguiría con la coartada hasta el final, o me esperaba la muerte en breve.
-¿Qué tal si me sueltas, grandullón?


SAYA
-Nos iba muy bien desde el principio sin su ayuda, si es que nos está ofreciendo alguna…- Negué con la cabeza mirando a Eddie y a Kyle.
-Yo no quería ir con él, lo dije, no aceptaba a este tío en el grupo… seguro que nos lleva a alguna trampa…- Suspiré mirando a Kyle.



KYLE
-Cree lo que te de la gana, yo solo quiero acabar con ese hijo de puta, pero solo no puedo, es demasiado fuerte para mí, por eso necesito ayuda, sino, ya ves si me hubiera ido solo sin tener que contar con vosotros para nada, pero ese es el caso, que sois los 5 Elegidos, sois vosotros los que podréis con él, no yo, por eso os llevo hasta allí, para poner fin a esto de una vez… -bajé la cabeza.
-No entendéis de lo que la gente es capaz de hacer por poder traer la paz a este mundo, si os he defraudado en el pasado era por necesidad, Draco me ha arrebatado todo lo que tenía, y seguirá haciéndolo con el resto del mundo si no acabamos pronto con él. –les miré.
-Tenéis que confiar en mí aunque sea sólo para guiaros hasta allí, es un sitio muy escondido para encontrarlo así por las buenas, me ha llevado mucho tiempo hallarlo, y eso es de lo que carecéis, de tiempo. –suspiré.
-No pretendo engañaros.


AXEL
Negué con la cabeza cruzándome de brazos.
-No me lo creo…- Resoplé y miré a Saya, tenía muy mala cara.
-De todas maneras, tenemos que movernos, Saya no esta en condiciones de andar parándose cada dos por tres… debemos seguir un poco más y buscar algún sitio para que descanse…- Miré a Edward.
-Suéltale de una vez, pero no seas nada educado.- Sonreí.



EDWARD
Miré a Axel de reojo y solté al capullo tirándole contra el suelo, se quejó frotándose la nuca.
-No abras la boca hasta que te perdamos de vista o te la cerraré con el puño. –seguí caminando, me caía gordo, y por su culpa estaba de mal humor desde por la mañana, y la cosa seguiría así seguramente días…



AXEL
Suspiré y asentí.
-Vámonos de una vez.- Agarré a Kyle del brazo y le empujé para que siguiese caminando delante de nosotros.
-Y tú, cumple con lo tuyo, guíanos hasta la guarida y cuando estemos allí ya puedes ir perdiendo el culo y largándote de nuestra vista.- Le seguí de cerca, no le perdiría de vista.


KAI
Miré a Saya, no tenía buena cara y aún faltaba un tramo para pasar del frío. La cogí de la mano y la miré.
-Aguanta un poco, estamos cerca… -la besé la mano.
-Pasa de los malos rollos de estos, sólo conseguirás estresarte y ponerte peor.



SAYA
Miré a Kai y asentí.
-Tranquilo, estoy muy bien…- Sonreí levemente y le acaricié la mejilla cuando me besó la mano.
-No te preocupes por mí, nene.-Asentí para que viese que estaba “bien”, aun que en el fondo me empezaba a encontrar muy cansada.
Cerré los ojos un momento respirando hondo.
Los abrí de nuevo y miré al animal encargado de mi cuidado.
-Sigamos…- Empezó a caminar de nuevo.



ERI
Al par de horas parecía que el ambiente era más cálido, había una temperatura bastante aceptable, estábamos ya alejándonos del País del Hielo. En el camino me había pegado a Axel como una lapa para no caer enferma yo también, acostumbrada al calor.
Me sonaron las tripas, llevé mi mano a mi vientre.
-Creo que aquí podríamos parar un rato, podemos comer y Saya debería descansar un poco, ¿no? –miré a Axel.


AXEL
Miré a Eri y asentí.
-Si, estaría bien, además, esta a punto de anochecer. Acamparemos por aquí, ya que parece que no hace frío por esta zona.- Miré a Kyle.
-¡Eh, tú! Paramos aquí.- Me senté en el suelo y encendí una buena hoguera para que entrasen en calor los demás.



SAYA
Me bajé del animal cuando por fin paramos para acampar.
La cabeza me retumbó cuando hice el esfuerzo llevándome la mano a la frente…
-Oh… mierda…- Me aparté corriendo y me agaché sintiendo que tenía náuseas, así pasó, empecé a vomitar… Dios, que mal me encontraba…



KAI
Me acerqué a Saya corriendo.
-Saya… -la recogí el pelo, estaba peor de lo que pensaba, no íbamos a poder seguir en esa situación, por suerte ya habíamos pasado la racha del frío.
La agarré por si la fallaban las fuerzas, aún tenía fiebre a pesar del frío que había pasado, me daba que no era un simple resfriado…


SAYA
Me eché el pelo hacía atrás, estaba acalorada y ahora me sentía muchísimo más cansada después del esfuerzo para vomitar…
Respiré hondo sentándome en el suelo.
Miré a Kai apoyando la frente en su pecho.
-Estoy hecha una mierda, ¿eh?- Solté una risotada.


KAI
Fruncí el ceño agarrándola de los hombros.
-Saya, estás muy mal, esto no puede ser un simple resfriado, debes de tener otra cosa. –la cogí en brazos y la coloqué sobre un saco.
-¿Qué sientes?



SAYA
Miré a Kai y negué.
-No lo sé, me duele mucho la cabeza, me siento febril, me duele la garganta y bueno… náuseas...- Cerré los ojos de nuevo cuando Kai me tumbó en el saco. Me coloqué de lado mirándole.
-Será algún virus, me quedé muy débil después de salir de las cuevas, es muy normal que pillase alguna cosa de esas… lo único que necesito es dormir… ya verás como mañana me despierto como una rosa.- Sonreí.


KAI
La acaricié el pelo mirándola, no me gustaba nada el aspecto que tenía y lo mal que se sentía. Bajé la mirada.
-No nos moveremos de aquí hasta que te pongas bien a no ser que encontremos alguna forma de curarte y no sea aquí, ¿de acuerdo? –cerré los ojos, si empeoraba no sabía qué hacer, tenía que llevarla corriendo a la ciudad al hospital, pero estábamos bastante lejos de cualquier ciudad.



SAYA
Suspiré y asentí.
-Está bien, nos quedaremos aquí hasta que me cure.- Le miré y me acerqué apoyando mi cabeza en su pierna. Le agarré de la mano cerrando los ojos.
-Me pondré bien en seguida, te lo prometo…


KAI
Cerré los ojos de nuevo y la besé la mano pegándola a mi rostro, me mataba verla tan débil, sólo me hacía recordar aquella vez en que la perdí, y tenía el corazón corriendo como un caballo encabritado, más me valía calmarme si no quería liar yo una buena también con mi debilidad…
Suspiré y acaricié su mano esperando a que se durmiese, aunque, aún así, no me apartaría de su lado.



SAYA
Entrelacé mis dedos con los suyos. Acerqué su mano a mi rostro y la besé juntando su palma con mi mejilla caliente.
-Estás tan fresquito…- Al parecer el frío ya me había pasado, era lo que tenía la fiebre o tenías un frío que morías o mucho calor…
Suspiré sin separar su mano de mi cara a la cual, de vez, en cuando besaba.
Empecé a sentir el sueño poco a poco, el cansancio había hecho mella en mí y ahora pasaba factura… no tardé ni cinco minutos en dormirme.


KAI
Esperé a que Saya se durmiese, debía descansar mucho para recuperarse pronto. Su cara estaba caliente, pero parecía que la había bajado la fiebre. Me tumbé a su lado y le tapé un poco con el saco hasta la cintura.
La acaricié el brazo con el dorso de la mano y la besé en la frente. Me acosté a su lado. Era muy pronto, pero no tenía nada mejor que hacer.


AXEL
Kai y Saya se acotaron. Por la cara de Saya, parece que la fiebre le había bajado alguna décima.
Me acerqué y posé mi mano en su frente… aún la notaba caliente, tendría treinta y ocho y medio como mucho, pero aún seguía teniendo…
Suspiré y posé mi otra mano libre encima de su pecho, cerré los ojos y busqué el punto dónde se concentraba el dolor y lo que provocaba la fiebre.
Una vez localizado, empecé a absorber ese calor innecesario librando a Saya del mal estar.
Retiré mis manos y sonreí.
Me levanté y sacudí las manos sonriente.
-Pero que máquina soy.


KAI
Abrí los ojos y vi cómo Axel absorbía el calor innecesario de Saya, le miré cuando se levantó y se sacudió las manos.
-Gracias, máquina, aunque también podrías haberlo hecho antes. –sonreí y abracé a Saya, ya no tenía fiebre.



EDWARD
Miré a Axel.
-Tío, tus poderes curativos contra la fiebre sí que molan, yo sólo podría reanimar un corazón en parada, eso si no me sobrepaso y lo frío… Aunque pensándolo mejor, lo mío mola más. –sonreí y miré al fuego. Las llamas que provocaba un Piro eran mucho más vivas y alucinantes que unas provocadas de forma artificial.
Miré a Kyle de reojo, se había acostado y dormía como un bebé.
-Ojala se trague la lengua…


AXEL
Miré a Kai cuando me dijo que podría haberlo hecho antes… será quejica… encima que le ayudaba…
Puse los ojos en blanco y me senté a un lado mirando a Edward.
Dirigí mi mirada al payaso de turno que dormía como si nada, despanzurrado y roncando como un cerdo…
Suspiré y volví la mirada a la hoguera… ya teníamos bastante nosotros como para cargar con ese gilipollas…



ERI
Miré a Axel y le besé en la mejilla.
-Creéis que ese tío nos está mintiendo, ¿verdad? –miré a Kyle de reojo.
-No me da buena espina todo lo que ha hecho, si estamos seguros de que es una trampa, ¿por qué no le mandamos a paseo y seguimos buscando?


AXEL
Miré a Eri y fruncí el ceño.
-Ohm, enhorabuena, Eri, es lo que hemos dicho tanto yo como Saya desde un principio, pero resulta que nadie dice nada más. Por mí ya le habría mandado a tomar por culo desde que apareció en las cuevas…- Resoplé mirando de nuevo a la fogata.



ERI
Bajé la mirada al fuego.
-No parece que a Kai le importe mucho, está más centrado en Saya. Eddie ya ha dejado claro que le odia, y yo… ya sabes mi opinión. –le miré.
-Si estamos todos de acuerdo, creo que, antes de que él se despierte, deberíamos irnos, para evitar que nos persiga, si es una trampa lo que pretende seguirá detrás de nosotros, ¿no?


AXEL
Suspiré y miré a Eri.
-No sé que pensamientos tiene este tío, si nos meterá en una trampa o no, pero…- Asentí.
-Creo que me parece una buena idea, aunque, deberíamos contar también con la opinión de Kai… aun que esté centrado en Saya, sabemos que en el fondo también desea encontrar a Draco antes que nada, así que… yo prefiero mantenerme al margen hasta saber su opinión…


KAI
Estaba escuchando la conversación, de modo que cuando oí mi nombre decidí entrar en ella.
-A mí como si le explotáis los sesos mientras duermo, ese tío me cae gordo y no confío en él, vámonos antes de salir el sol y listo.-no abrí los ojos, intentaba que me entrase el sueño.



AXEL
Miré a Kai.
-Pues nada, ya habéis oído al Jefazo, nos piraremos de aquí antes de que amanezca.- Miré a Kyle por si nos estaba escuchando, pero roncaba como un descosido…
Entrecerré los ojos y me acerqué a Kyle. Empecé a mover los brazos delante de su careto por si se estaba haciendo el dormido, pero no… estaba roque.
-Je, je, así me gusta, dormidito como el gran hijo de…- Me callé antes de decir una burrada.



ERI
Le miré, tenía una mano extendida sobre el suelo, me reí.
-Axel… -susurré.
-¿Por qué no le dejas un regalito de los tuyos? Ya sabes, para cuando despierte… -Axel se divertía de lo lindo gastando bromas, seguro que podría hacerle alguna putadita.



AXEL
Miré a Eri y fruncí el ceño.
-¿Y qué regalito le dejo? ¿Me has visto cara de payaso?- Me senté de nuevo en mi sitio.
-Si quieres dejarle un regalo ya puedes dejárselo tú, yo paso de ensuciarme las manos con eso.- Señalé al gorrino con la barbilla.
-Yo me voy a la cama, que mañana nos toca madrugar de lo lindo.- Me tumbé en mi saco quitándome la camiseta.
-Que descanséis.


EDWARD
Negué con la cabeza y miré a ese… idiota.
-Yo le dejaría de regalito cortarle los mismísimos huevos, si es que tiene, y freírselos para desayunar, pero eso le despertaría, y no es plan. –me tumbé en mi saco mirando al cielo.
-Me quedo de guardia, por si despierta darle un sopapo en la cabeza y para cuando empiece a amanecer, os despierto. –Eri asintió y se dispuso a dormir también.
A los diez minutos, sólo podían oírse los sonidos del bosque y la leña crujir. Era tal la calma que acabó entrándome la modorra, por lo que me senté para no dormirme, aunque no sirvió de mucho, acabé sobándome.



AXEL
Abrí los ojos al notar que el humo de la hoguera se me metía por la nariz…
Me senté y vi que la fogata ya estaba medio apagada y que el sol asomaba por el horizonte…
-Mierda…- Miré a Kyle, aún estaba dormido, al igual que los demás.
Miré a Eri y la zarandeé levemente para despertarla. Después me acerqué a Edward, al cual también desperté.
Por último me acerqué a Kai y a Saya, que tenía mejor aspecto después de que la noche anterior le bajase la fiebre.
-Kai, será mejor que nos movamos ya, esta amaneciendo…


KAI
Abrí los ojos cuando Axel me despertó. Me senté desperezándome y cogí a Saya en brazos, saco incluido. La monté sobre la criatura, que ya estaba despierta. Le mandé que caminase despacio, no fuese a ser que despertara al cazurro de Kyle.
Todos habían recogido ya, así que nos dispusimos a marcharnos.


SAYA
Abrí los ojos cuando noté movimiento. Estaba montada encima del animal de Kai… eso significaba que nos íbamos.
Me senté sobre la criatura y miré a Eri y a Axel mientras recogían sus cosas.
-¿Nos… nos vamos?-Dije mirando a Kai.
Fruncí el ceño extrañada al ver que se acercaban sin hacer ruido, ya que Kyle estaba aún dormido…
-Ohm… ya entiendo…- Me llevé la mano a la frente… parece que la fiebre había bajado, pero aún me sentía cansada y algo febril.
Suspiré y miré al frente tapándome con la manta, hacía algo de fresco.
Fruncí el ceño de nuevo al escuchar un pequeño zumbido… miré a mi alrededor para saber si se trataba de alguna abeja o… yo que sé…
Alcé la cabeza al ver una sombra grande encima de nosotros. Abrí los ojos ampliamente al descubrir que se trataba de una nave con el emblema de Draco.
-¡Kai!- Dije señalando la nave que empezaba a aterrizar, pero antes de que la nave rozase el suelo, unos soldados bajaron de ella agarrándose a una cuerdas.



KAI
-Mierda… -hice que el animal corriese y empecé a correr yo animando a que los demás me siguiesen, no podíamos dejar que nos alcanzasen.
-¡Corred! –seguimos corriendo, pero sentí un dolor punzante en el omoplato. Miré, tenía una daga clavada.
Miré hacia atrás y pude ver a Kyle levantado, había sido él.
-Hijo de puta… -me paré y agarré la daga, tiré y la saqué, la tiré al suelo cuando uno de los aliados de Draco se colocó delante de mí.



SAYA
Miré a Kai cuando se quejó. Kyle se había despertado y le había atacado… Fruncí el ceño, lo sabía, sabía que era un traidor.
Me bajé del animal y corrí hacia Kai, pero un guardia me agarró por detrás inmovilizándome. Hice fuerza para poder zafarme de su agarré, pero me era imposible, pues estaba falta de fuerzas.
Vi como apresaban a Eri y también a Axel que lo inmovilizaron con una red especial anti-Piros, cada vez que intentaba encenderse, esa red le absorbía las fuerzas dejándole exhausto…
Esposaron las manos de Eri, al igual que las mías.
-¡Soltadme!- Grité haciendo de nuevo fuerza e intentando golpear a mi agresor…
Nos apresaron a todos menos a Kyle, ese gran hijo de puta… La nave aterrizó dejando salir a una decena de soldados armados que nos apuntaron y rodearon como si fuésemos una amenaza… De entre ellos salió Nyla, la exmujer de Neo… esa zorra aún seguía viva, joder.
Kyle pasó por mi lado esbozando una sonrisa triunfal dibujada en sus labios. Apreté los dientes y me zafé del agarre del soldado, corrí hasta Kyle propinándole una patada en sus partes y un rodillazo en la boca cuado se agachó.
El soldado de antes me golpeó tras la pierna haciéndome caer de rodillas al suelo. Me apuntó con su rifle en la sien… yo no aparté la mirada de Kyle, mataría a ese cabrón…


KYLE
Habían descubierto el pastel y estaban intentando escapar. Cuando pasé por su lado, Saya me atacó. Me encogí y la miré, me acerqué y la di un puñetazo en la cara.
-Si hubieses confiado desde el principio habría sido más fácil, mona, pero habéis preferido meter la pata. –sonreí.



SAYA
Cerré los ojos con fuerza cuando Kyle me golpeó en la cara haciéndome sangrar y caer de lado. El soldado me agarró de nuevo de manera brusca.
Miré a Kyle con la boca llena de sangre. Cogí airé y le escupí en la cara toda la sangre que tenía acumulada.
Esta vez la que sonrió fui yo.
-¿Cómo quieres que confíe en ti si en la primera de cambio nos vendes al enemigo…?- El soldado me levantó tirando de mí… seguro que me golpearía de nuevo y esa vez no me levantaría, estaba demasiado débil como para defenderme.


KAI
Kyle levantó el brazo para volver a golpear a Saya.
-¡Estate quieto! –me miró.
-Déjala, no seas cobarde y golpees a alguien desarmado y encima débil, ¿no ves que está enferma? Eres un cobarde y… -se acercó, respondí a su gesto, pero me agarraron. -Tú y todos tus amigos moriréis…


KYLE
Sonreí.
-¿En serio crees eso? –señalé a su alrededor.
-¿No ves la situación, majestad? Estáis todos atrapados, os llevaremos ante Draco, como queríais, sólo que… en vez de matarle vosotros, él os matará. –le di un puñetazo en el estómago para evitar que se moviese, cayó de rodillas. Miré al grandote, le tuvieron que retener de manera especial si no querían acabar electrocutados, sonreí triunfal.
-Contigo sí que me voy a divertir… -solté una risotada y me reuní con Nyla.
-Apareces como caída del cielo.


NYLA
Bajé de la nave justo a tiempo de que Kyle perdiese los nervios y se pusiese a darles palizas a los prisioneros.
Le miré y sonreí cuando se acercó. Mantuve mí pose firme con las manos a la espalda.
-Ya me conoces, Kyle, siempre cumplo con mis promesas.- Volví la mirada al frente, hacia mis prisioneros.
-Puedes cobrar tú recompensa dentro, como acordamos.- Le miré de nuevo.
-Tú cumples con tu parte y yo…- Le acaricié el mentón con mi dedo índice.
-… cumplo con la mía.- Sonreí de nuevo.
-Entra y descansa, yo me encargo del resto.



KYLE
Sonreí.
-Eres un encanto, rubia. –les eché un último vistazo y entré en la nave, después de todo, había sido más fácil así, no tuve que llevarles hasta la guarida desde ese lugar, habríamos tardado semanas.



NYLA
Me acerqué hasta mis prisioneros. Solté una risotada cuando les vi tan… aprisionados.
-Vaya, vaya, vaya, con que los 5 elegidos, ¿eh?- Me reí de nuevo.
-¿Quién lo diría? Yo creo que más bien deberíais llamaros los 5 fracasados.- Sonreí y agarré el mentón de la ninfa alzando su cabeza para que me mirase. La limpié la sangre que le caía del labio con el dedo.
Sonreí y la solté. Caminé hasta la otra chica, parecía asustada y miraba al suelo.
-Draco me dará mucho por vosotras.- Sonreí de nuevo y me acerqué hasta el Rey del Hielo.
-Me alegro de volver a vele, majestad.- Dije acariciando su mejilla con el reverso de mi mano. Me reí de nuevo cuando se apartó y me miró con rabia y odio.
-Lleváoslos dentro y aseguraros de que no puedan escapar.- Me giré y volví hacia la nave a paso ligero.



AXEL
Los soldados me levantaron, con red incluida. Grité intentando zafarme de los soldados, pero esa red tenía algo que me dejaba sin fuerzas.
Nos metieron en la nave y despegaron alejándonos de allí.
Nos dejaron en una celda maniatados con cadenas a la pared, los cinco estábamos metidos en un buen lío.
Tiré de las cadenas con fuerza y grité de nuevo de la impotencia.
-¡¡HIJOS DE PUTA!! ¡¡¡CABRONES DE MIERDA!!! ¡¡COBARDES, SOLTADNOS!!- No podía utilizar mis poderes, pues la celda estaba preparada para nosotros, nos neutralizaban de esa manera tan… cobarde.



KAI
Bajé la cabeza suspirando, nos habían pillado y no habíamos podido ni defendernos. Miré a Saya, ahora se pondría peor después de todo lo que estaba pasando…
-Axel, cálmate, por mucho que grites no te van a soltar. –fruncí el ceño, me dolía la herida de la espalda ya que tiraba por la postura que tenía con las cadenas.
-Saya, ¿te encuentras bien?



SAYA
Miré a Kai al cual tenía en la pared de en frente.
-Si… estoy bien…- Me dolía el labio a horrores, cada vez que hablaba me tiraba…
Bajé la mirada de nuevo, me dolían las muñecas de la puta cadena…
Alcé la cabeza apoyando la nuca en la pared y cerrando los ojos.
La puerta de la celda se abrió dando paso a un tío grandote. Me fijé en lo que llevaba en la mano y lo que llevaba en la otra, un hierro al rojo vivo con la letra D y en la otra un cubo con piedras calientes para poder calentar el hierro.
-Joder… nos van a marcar como al ganado…- El hombre nos miró y sonrió. Su mirada se paró en Eri…
-Eri…


AXEL
Miré al tío grandote cuando su mirada se clavó en Eri…
-Ni se te ocurra tocarla…- Tiré de las cadenas.
-No la toques…- El grandullón agarró a Eri despojándola de la camiseta de un tiró.
-¡Hijo de puta!- Apreté los dientes, pero no podía hacer otra cosa… no podía impedir que la hiciesen daño.
Acercó el hierro al hombro desnudo de Eri.
-¡¡NO LA TOQUES!!


SAYA
Miré a Eri, que estaba a mi lado. Teníamos las manos encadenadas, pero no las piernas.
Fruncí el ceño cogiendo aire y con las pocas fuerzas que tenía, me coloqué sobre una rodilla y con la otra pierna, le propiné una patada en el brazo al grandote haciendo que tirase el hierro y se le clavase en el pie.



ERI
Cuando aquel tipo grande fue a marcarme en el hombro con el hierro al rojo vivo me pegué completamente a la pared, pero me agarró. Saya consiguió deshacerme de él y se le cayó el hierro justamente en el pie. Respiré hondo y le di una patada en la cara haciéndole caer lejos de mí, si no venían ahora más soldados a darnos nuestro merecido iba a ser un milagro.
Respiré fuerte pegándome por completo a la pared.
-No te me acerques…


AXEL
Suspiré aliviado cuando Saya intervino entre el tiarrón ese y Eri.
Miré fijamente al grandote que salió de la celda cojeando y maldiciendo por lo bajo. Cerró la puerta de la celda y se marchó
Miré a las chicas.
-¿Estáis bien?- Saya asintió, tenía mala cara, se la notaba muy cansada.
Miré a Eri.
-Tranquila, pequeña, nos iremos de aquí en seguida…- Asentí y sonreí intentando animar el ambiente.



KAI
Tragué saliva, Saya cada vez estaba peor.
-Saya, no hagas más esfuerzos, ¿me has oído? Quédate calmada o te pondrás peor, mi vida… -suspiré intentando deshacerme de las cadenas, aunque sabía que resultaba en vano.
-Jodidos seguidores de Draco…



SAYA
Miré a Kai, aunque me costó mover la cabeza… lo veía todo nuboso y desenfocado.
Bajé la cabeza respirando hondo, abrí los ojos de nuevo y entonces fue cuando poco a poco empecé a dejar de oír… de ver y finalmente caí redonda al suelo.
No podía aguantar más, debía ser fuerte, pero me sentía muy débil…



KAI
-Saya… -estaba tirada en el suelo, se había desmayado.
-¡Saya! –tiré de las cadenas, pero eran muy fuertes.
-¡¡Saya!! –seguí tirando, no podía acercarme más.
-Joder, Saya…



ERI
Saya había acabado inconsciente en el suelo, había perdido todas sus energías.
-Saya, Saya, responde… -intenté acercarme lo más posible, pero no podía alargar mis manos hacia ella.
-Saya, cielo, responde…


JIMMY
Aparecí en la celda donde estaban los cinco elegidos junto con Ánima.
Estaban encadenados. Me aparté la capucha de mi cabeza y les miré.
-Ánima, desencadena a las chicas.- Me acerqué a Kai y saqué mi espada de mi vaina. Empuñé con fuerza y descargué la hoja de la espada en las cadenas de Kai rompiéndolas en mil pedazos. Le extendí mi mano para ayudarle a levantarse.
Esbocé media sonrisa mirándole.
-Nunca viene mal una mano amiga.


KAI
James apareció de repente con su amiga y me liberó mientras la chica desencadenaba a Saya y la tumbaba en el suelo.
En cuanto James logró soltarme me acerqué corriendo a Saya y la sostuve entre mis brazos.
-Saya… -posé la mano en su rostro, volvía a tener mucha fiebre y estaba sin fuerzas.
-Dios… -la besé en la frente.



ÁNIMA
Deshice de sus cadenas a Saya, estaba inconsciente y ardiendo, parecía que estaba enferma, aunque por la temperatura daba la impresión de que estaba envenenada.
Kai la cogió entre sus brazos antes de que pudiese hacer nada. Me acerqué a la otra chica y la quité las cadenas, ella se acercó a otro de ellos. Me incorporé y miré a Jimmy.



JIMMY
Miré a Ánima y asentí.
-Kai.- Saqué de debajo de mi capa su espada.
-Toma, creo que la necesitarás.- Miré al grandote rubio y golpeé sus cadenas con mi espada.
-¿Crees que podrás llevar a Saya hasta la salida?-Pregunté liberando al Rey del Fuego de sus cadenas.
-Necesito a Kai, es buen espadachín.



KAI
James me entregó mi espada… la había encontrado él, y yo la había dejado abandonada… La agarré contra mi pecho y miré a Saya cuando Edward se acercó para cogerla en brazos.
-No, no, no puedo dejar que…



EDWARD
-Kai… -posé mi mano en su hombro.
-Saya estará bien, este chico te necesita, ¿no? Si nos ha ayudado y os conoce es porque es amigo vuestro, si dice que te necesita, debes ayudarle, yo cuidaré de Saya, sabes que no permitiré que la pase nada. –la miró y asintió. Me agaché y la cogí en brazos, estaba ardiendo.
-Se pondrá bien. –miré al chico.
-¿A quién debemos agradecer nuestra liberación?


JIMMY
Miré a Saya, estaba muy pálida.
Me acerqué hasta ella cuando estuvo en brazos del grandote.
Saqué de la bolsita que llevaba atada al cinto una pequeña baya de color rojo, la cual acerqué a la boca de Saya. Presioné con mi dedo pulgar y el índice haciendo que la pequeña frutita soltase un jugo rojo que cayó dentro de la boca de Saya.
En cuanto el líquido se introdujo en su cuerpo, esta abrió los ojos cogiendo una buena bocanada de aire.
-Ya está.- Sonreí y miré al grandullón.
-Jimmy, ese es mi nombre, y ella es Ánima, mi compañera.


EDWARD
Miré a Saya, había recuperado la consciencia, ese chico nos estaba librando de todos nuestros problemas en pocos minutos.
-Gracias, Jimmy.


ÁNIMA
Sonreí, Jimmy lo tenía todo preparado y estaba saliendo genial, me acerqué, Saya parecía estar mejor gracias a la pequeña baya. Oí un ruido y me giré, miré al hombre grandote.
-Vamos, hay que salir de aquí, pronto llegarán y no pueden alcanzaros. –el grandullón asintió y salió de allí el primero con Saya.



JIMMY
Empezaron a salir todos. Antes de que Kai saliese, le agarré del brazo.
-Necesito que me ayudes en algo.- Le enseñé un par de explosivos.
-Lo has hecho antes, ¿no?- Esbocé media sonrisa.
-Me gustan los fuegos artificiales.- Le entregué un par de explosivos.



KAI
Miré los explosivos.
-Te gusta eso de ir explotando guaridas a tu padre, ¿cuántas van, delincuente juvenil? –cogí los explosivos y salí de allí esperando a que James me siguiese, decía que me necesitaba, y yo le ayudaría.
Volví a mirar a Saya, suspiré.



JIMMY
Miré a Kai cuando salió de la celda.
-Delincuente juvenil, dice.- Solté una risotada y le seguí.
Kai miraba a Saya muy preocupado, posé una mano en su hombro y sonreí.
-Tranquilo, ahora está bien, confía en mí.- Pegué un explosivo en medio del pasillo.
Corrimos hacia la sala de mandos, donde estaban todos reunidos. Por suerte la nave era pequeña y no tardaríamos media hora en llegar a una sala o a otra… era una exageración, claro.
-Esperad.- Les dije en un susurro.
Me adelanté y asomé la cabeza para ver quién había en la sala.
Estaba el piloto, Nyla como la capitana, Kyle y un par do soldados más.
Miré a Kai y le indiqué la pared para que colocase ahí un explosivo.
Volví la mirada a la sala de mandos y desenvainé mi espada.
-Bien, mientras Kai y yo nos encargamos de entretenerlos, Ánima se encargará de aterrizar la nave. No la pegaremos al suelo, así que, tendréis que saltar, ¿todo claro?


KAI
-No sé si me hace mucha gracia tu plan, y no sé si llego a comprenderte de todo, pero bueno, te haré caso. –me asomé y empuñé mi espada con la izquierda y cogí los explosivos con la derecha, coloqué el explosivo y miré a James.
-Cuando digas.



JIMMY
Asentí y le miré.
-Tranquilo, si sale según tengo pensado, entonces tendremos una oportunidad.- Sonreí y miré a Ánima.
-A mi señal, te pones en los mandos y aterrizas la nave, ¿de acuerdo?- Posé mi mano en su mejilla depositando un beso en su frente.
-Saldrá bien.- La guiñé un ojo y empuñé mi espada con fuerza.
Miré a Kai y sonreí.
- A ver quién se carga a más.- Esbocé media sonrisa y corrí hacia el interior de la sala atravesando con mi espada a un soldado que estaba de espaldas a mí.
-¡Uno!- Le grité a Kai mientras Nyla y Kyle se giraban hacia mí gritando como unos descosidos.
Cercené la cabeza de otro soldado cuando hizo ademán de dispararme.
-¡Dos!


KAI
Entré al mismo tiempo que James y empuñé de nuevo mi espada, la había echado de menos.
Rebané la cabeza a uno que fue a atacar a James por la espalda.
-Uno, campeón. –me giré y atravesé a otro.
-Dos. –miré a Kyle, que buscó entre sus bolsillos un arma con la que atacarnos.
Fruncí el ceño y empuñé la espada mientras otro venía a atacarme, le rajé desde el estómago hasta el cuello.
-Tres.



JIMMY
Miré a Kai y sonreí. Vi que Nyla intentaba clavarle una daga por la espalda. Agarré a Kai del hombro haciendo que se agachase. Junté mi espalda con la de Kai rodando sobre él y golpeando la cara de esa zorra con mis pies haciendo que se alejase golpeándose la espalda con la pared. Me acerqué y profiriendo un grito de guerra atravesé su vientre con mi espada dejándola insertada en la pared. Agarré el pomo de la espada y la saqué de su vientre girando sobre mi mismo y rebanándola la cabeza quedándome de espaldas a ella.
-Tres y empate.


EDWARD
Miré al interior de la sala, casi todos estaban muertos, había un puñal en el suelo, me agaché dejando a Saya apoyada en la pared y lo cogí. Kyle era de los pocos que quedaban vivos, y tenía que ser para mí. Fruncí el ceño y apunté cuando corrió hacia Kai. Iban a chocar, pero no lo permití. Lancé el puñal dando en la cabeza de aquel capullo. Le dio en toda la sien, cayó al suelo de lado.
-Esa cuenta para Kai. –miré a Saya y volví a cogerla.



KAI
Edward mató a Kyle, se la tenía jurada y le tocaba acabar con él, aunque me cedió el punto. Miré a James y me encogí de hombros.
-Supongo que eso son cuatro.


JIMMY
Miré al grandullón quedándome con la boca abierta.
-¡Eh! Eso no vale, ese no cuenta para Kai… pero que morro.- Sonreí y aparté al piloto de un empujón.
-¡Ánima!- Grité para que se acercase y aterrizase la nave.
El piloto se lanzó contra mí empuñando una barra de hierro. Interpuse mi espada entre la barra y mi cara impidiendo que esta me dañase. Apreté los dientes y con todas mis fuerzas, empujé de nuevo al piloto haciendo que tirase la barra. Levanté mi espada y me herí de muerte en el pacho. Cayó al suelo ensangrentándolo.



ÁNIMA
Corrí hacia el interior de la sala cuando Jimmy me ordenó. Esquivé los cadáveres que había en el suelo casi sin mirarlos, no era muy agradable. Me senté frente a los mandos y los estudié para poder aterrizar como Jimmy me había enseñado.
-Bien, agarraos a algo. –agarré la palanca adecuada y comencé a descender la nave, teníamos que salir de allí para poder hacerla detonar.



JIMMY
Me acerqué hasta Ánima apoyándome en el asiento.
Miré por el ventanal y después el GPS para saber a cuanta altura nos encontrábamos del suelo.
-Deja la nave más o menos a dos metros del suelo.- Le dije a Ánima mientras apretaba el botón para que se abriese la compuerta.
Miré al grandote y a sus acompañantes.
-Bien, ya podéis ir bajando.


EDWARD
Asentí cuando James me indicó. Agarré bien a Saya para que no cayese en la bajada, aunque por suerte estábamos bastante cerca del suelo. Salté y caí bien, me aparté para que el resto pudiese bajar sin problemas. La siguiente en bajar fue Eri, miramos arriba, la nave volaba cerca del suelo.


JIMMY
Una vez bajaron todos de la nave, miré a Kai y a Ánima.
-Vamos, ahora vosotros dos.- Saqué de mi bolsita el detonador de los explosivos.
-En cuanto estéis fuera de la nave, corred sin mirar atrás. Poneos a cubierto, esto va a pegar un buen zambombazo.- Esbocé media sonrisa mirándoles.



ÁNIMA
Miré a Jimmy mientras nos dirigíamos a la salida, teníamos que alejarnos a toda prisa. Kai saltó primero y avisó al resto de lo que debían hacer.
Me agaché antes de saltar y miré a Jimmy.
-Confiamos en ti. –sonreí y miré al suelo. Salté cayendo bien, empecé a correr detrás de Kai, aunque esperaba que Jimmy me siguiese de cerca nada más hacer detonar los explosivos.


JIMMY
Suspiré cuando al final la nave se quedó vacía, tan solo conmigo a bordo.
Miré el PA y lo programé para que se levase a más de cincuenta metros de altura, donde la explosión no pudiese dañar a nadie.
Tuve que agarrarme al asiento, por que la nave empezó a ascender sola y muy deprisa.
-Joder…- Como pude y tambaleándome, llegué al explosivo que había puesto Kai en la pared. Lo destapé y puse la cuenta atrás.
Miré al ventanal, estaba elevándose demasiado deprisa…
Me agarré a la pared para poder acercarme a la compuerta. Me asomé y vi que por lo menos había veinte metros desde la nave al suelo, sobrevolaba las copas de los árboles.
Respiré hondo y tragué saliva.
-Bien… allá voy.- Cogí carrerilla y salté justo cuando el explosivo detonó. La explosión no me alcanzó, pero la honda expansiva si, empujándome contra un árbol, al cual me agarré para no meterme la hostia contra el suelo.
Fui descendiendo de rama en rama hasta que al final alcancé el suelo.
Jadeé del susto y del esfuerzo.
Corrí hacia donde estaban los demás y detoné las últimas bombas que explosionaron a la vez haciendo que la nave volase en mil pedacitos, los cuales se desintegraron sin dejar rastro.
Resoplé aliviado frotándome la nuca.
-Dios… por poco no lo cuento…


ÁNIMA
Vi a Jimmy caer desde bastante altura.
-¡Jimmy! –cayó sobre un árbol, por suerte, pudo agarrarse sin salir herido. Cuando vino hacia nosotros respiré aliviada y fui hacia él, le abracé rodeando su cuello con mis brazos.
-No vuelvas a asustarme así. –le besé en la mejilla y le miré por si tenía alguna herida.
-Estás bien, ¿verdad?



JIMMY
Miré a Ánima y asentí sonriendo.
-Si, tranquila, estoy bien…- Miré a los demás, parecían estar bien.
-¿Estáis bien, no?- Me acerqué.
-Vamos, os llevaré a un sitio seguro, allí descansaremos un poco.- Les indiqué que me siguiesen con la cabeza.


KAI
Miré a James y asentí, me acerqué a Edward y cogí a Saya en brazos, parecía que estaba mejor gracias a lo que le había dado James.
-¿Estás bien? ¿Cómo te encuentras? –la besé en la frente para ver si le había bajado la fiebre, parecía que sí.



SAYA
Miré a Ki y asentí.
-Si, estoy bien, ya puedes bajarme, creo que podré andar yo sola…- No sé que me dio Jimmy, pero me encontraba muy bien, no tenía fiebre y el mal estar había desaparecido por completo.
-De verdad, Kai, estoy bien… no te preocupes…


KAI
La miré.
-¿Segura? –al ver que asentía la dejé lentamente en el suelo, la verdad es que tenía muy buen aspecto, pero no me fiaba de que estuviese completamente curada sólo con comer una baya, aunque a estas alturas, no sé de qué me sorprendo.
La abracé besándola en la cabeza.
-Me alegro de que estés bien…



SAYA
Apoyé la frente en su pecho cerrando los ojos. Sonreí correspondiendo a su abrazo.
-Yo también me alegro…- Los demás se pusieron en camino, era hora de abandonar ese sitio.
-Vámonos ya.- Dije separándome de Kai y agarrando su mano.
Me alegraba de que Jimmy hubiese aparecido, si no, no sabía que habría sido de nosotros.



ERI
Habíamos conseguido salir de allí gracias a aquellos chicos, no sabía quién eran exactamente, pero sabía que nos habían ayudado sin pedir nada a cambio y sin saber siquiera quiénes éramos, aunque parecía que al menos a Kai si le conocían.
Me acerqué a Axel y pasé mi brazo por su cintura.
-Ahora que hemos salido de allí… ¿por dónde iremos?


JIMMY
Miré a la chica rubia y sonreí.
-Tranquila, os llevaremos a nuestra pequeña guarida. Es tan solo para que descanséis y poder hablar… tengo cosas que deciros y os puede interesar bastante.- Volví la mirada al frente y les guié a través del bosque con Ánima a mi lado agarrando mi mano.
Tardamos unos diez minutos en llegar hasta allí, era una pequeña aldea deshabitada, pero al parecer en buen estado, aún había casas las cuales se podían aprovechar.
Les conduje hasta una de las casas más grandes y a la cual le faltaba algo de tejado, pero por lo demás, estaba bien.
-Pasad.


KAI
James nos llevó hasta una casa abandonada, ese chico lo tenía todo muy preparado, había salido bien y estábamos todos en perfecto estado.
-James… Ya no sé cómo agradecerte todo lo que haces por nosotros…



JIMMY
Miré a Kai y sonreí.
-No quiero nada… bueno, tal vez algo, pero ya te lo diré más tarde, ahora pasa, tenemos que hablar…- Dejé que entrase junto con los demás.
Ánima y yo pasamos los últimos, cerré la puerta y me senté en una silla.
-Acomodaos, debéis estar reventados.- Suspiré y saqué la bolsita pequeña que llevaba en mi cinto. La abrí y les enseñé las bayas rojas.
-Estas bayas son muy buenas para fortaleceros, comeos alguna, os sentiréis bien, os lo prometo.


EDWARD
Miré al chico.
-Es alucinante todo lo que te has montado, ¿cómo sabías que estábamos ahí dentro y además en peligro? ¿De qué os conocéis? –miré las bayas, si habían curado a Saya, a nosotros no tenía por qué sentarnos mal, supuse.


JIMMY
Miré al grandote.
-Ahora viene lo difícil…- Suspiré pasando mi mirada por los tres que aún no me conocían.
-Mi verdadero nombre no es Jimmy… soy James… el hijo “traidor” de Draco…- Me quedé en silencio… no sabía como iban a reaccionar, Kai Saya ya me conocían y sabían que había cambiado, pero ellos no…



ERI
Alcé las cejas, era el hijo de Draco…
-Vaya… ¿has… dicho traidor? ¿Eso quiere decir que le has traicionado a él? –no sabía nada de eso, habíamos estado mucho tiempo aislados del mundo trabajando en la ciudad, no sabíamos que el hijo de Draco le había traicionado…



JIMMY
Asentí y me rasqué la nuca.
-Si, la verdad es que hace mucho que dejé de servir a Draco… decidí ir por el buen camino.- Solté una risotada y les miré… parece que no se lo había tomado tan mal.
-Estas bayas me las daban cada vez que Aleera me mordía como castigo por decepcionar a Draco. Siempre acababa exhausto y sin sangre, estas bayas son alucinantes, son capaz de curar una herida de muerte… serían geniales si pudiesen resucitar a los muertos…


EDWARD
Asentí.
-Vaya… ¿Sabes? Esa traición es la más beneficiosa para la humanidad que he visto… -sonreí mirándoles, no sabía quién era la otra chica, pero supuse que simplemente era su novia.
-Entonces… ¿Nos llevarás hasta él? Aunque… no sé si a ti te gustará la idea de lo que queremos hacer…


JIMMY
Miré al rubio y fruncí en ceño extrañado.
-¿El qué? ¿Matar a Draco? A mi como si le descuartizáis en pedacitos, es más… me gustaría unirme a vosotros…- Les miré.
-Tanto vosotros como yo buscamos lo mismo, yo quiero deshacerme de Draco y poder ser libre de una vez, y vosotros buscáis lo mismo, no solo para vosotros, si no también para las personas que viven en este infierno…- Me rasqué la frente y les miré de nuevo.
-Dejadnos ir con vosotros.


ERI
Alcé las cejas.
-Vaya… De modo que quieres matar a tu padre… -tragué saliva, yo también odiaba al mío, pero no hasta el punto de matarle… claro que él no se había cargado a media nación ni intentado dominar el mundo… Uh… eso sonaba muy friki…
-Vaya, yo… si no nos traicionas a nosotros, por mí vale. No lo digo por ti, ese Kyle nos ha tocado mucho las narices.


JIMMY
Miré a la chica rubia.
-Kyle era uno de los capitanes de mi padre, junto con Nyla. Ellos dos eran muy buenos engañando y traicionando, os aseguro que yo no soy como ellos, si pensara en traicionaros os mataría ahora mismo sin andarme con juegos, pero no es el caso. Quiero ayudaros y en serio.- Suspiré y miré la casa.
-Podéis quedaros aquí el tiempo que queráis, ahora mismo Draco no planeará atacar nada ya que se ha quedado sin personal y dos de sus mejores capitanes la han palmado, digamos que está sin personal. Y por Dark tampoco os preocupéis, Draco le tendrá entretenido buscándole un nuevo ejercito…


ÁNIMA
-Digamos que ahora andan con las negociaciones, por el momento la cosa está calmada, aunque no deberíamos bajar la guardia del todo, los seguidores de Draco podrían ser reclutados para su ejército personal y eso a Dark no le llevaría mucho tiempo… De modo que estaremos alerta, al menos nosotros. –me levanté del sitio.
-Voy… a dar un garbeo, no vaya a ser que tengamos “visitas inesperadas”. –sonreí y salí de la casa, Jimmy querría hablar con “sus antiguos amigos”.


JIMMY
Miré a Ánima cuando se marchó. Volví la mirada a los demás cuando cerró la puerta.
-Chicos, no tengo buenas noticias… por eso he decidido unirme a vosotros, necesitáis mi ayuda para poder vencer a Draco. Se vuelve más fuerte cada día y será un enemigo demasiado difícil de abatir…- Suspiré y me crucé de brazos.
-Draco tiene un plan. Un plan para reducir a los 5 elegidos. Como ya sabéis, al menos Kai y Saya, destruí a innumerables soldados de Draco, pero siguen habiendo más y se multiplican… Draco tiene muchos seguidores y tiene pensado algo más, algo terrible y de lo que tenemos que encargarnos, impedirle que desencadene sus planes.- Cogí aire.
-A parte de su arma secreta tiene planeado, en la noche de luna nueva, cuando en el cielo no hay nada más que estrellas y todo se vuelve oscuro, abrir una puerta que conduce al infierno para poder resucitar a aquellos sombras que perecieron en la batalla de hace seis años, en la que vosotros participasteis. Va ha reunir a un número sin fin de guerreros muertos, inmortales, para poder acabar con vosotros… esa noche es dentro de tres días, si no se lo impedimos, Draco tendrá al mando la destrucción, ya no podremos pararle…


EDWARD
Abrí los ojos como platos cuando Jimmy nos contó los planes de Draco.
-¿Qué… QUÉ? ¿Cómo que abrir las puertas del infierno? ¿Cómo pretende hacer eso? ¿Ese tío está majareta? –me llevé la mano a la cabeza.
-Eso en primero lugar es una aberración, y lo segundo, ¿cómo puede abrir las puertas del infierno? Es una locura.


JIMMY
Les miré y asentí.
-Puede hacerlo, con los 5 tesoros sagrados.- Me levanté de la silla.
-¿Es qué no os dais cuenta? Draco posee esos tesoros, con ellos puede hacer lo que quiera, tanto abrir las puertas del infierno como las del cielo. Esos tesoros son llaves hacia otros lugares y cayendo en las manos equivocadas se convierten en un arma poderosa capaz de borrar un planeta entero.- Les miré.
-Pero hay algo que puede contrarrestarlo, y sois vosotros cinco, con vuestros elementos.- Miré a Saya.
-Ya sé que tú no tienes elemento, pero, ¿no te has preguntado por qué tienes es poder para creas barreras? Es vuestro destino. Al ser tocada cuando era aún ninfa te convertiste en una humana, pero al ser la elegida entre los sabios y aparecer en la profecía eso te da un nuevo don.- Saya me miraba perpleja, como si le estuviese hablando en chino.
-Saya, sin tu nuevo poder estaríais acabados, ¿lo entiendes? Ninguno puede fallar, por eso se te fue concedido…-Miré a los cinco que no sabían que decir.



ERI
Desvié la mirada, todo lo que nos estaba contando era algo difícil de asimilar, no sólo teníamos que impedir que dominase el mundo, también teníamos que evitar que abriese las puertas del infierno…
-Esto… nos va a venir grande… -lo dije en plural, pero más bien me venía grande a mí, no sabía cómo íbamos a impedir todo eso nosotros cinco contra aquel tipo que tanto daño había hecho al mundo.
-Joder… -miré a Jimmy.
-Tú sabes cómo podemos derrotarle, ¿verdad? Me refiero a qué debemos hacer exactamente.


JIMMY
Les miré y suspiré.
-Veréis, hay algo que no os he contado… hace mucho, al poco de “nacer” yo, mi padre me llevó a sus aposentos, abrió una urna y me mostró el arma… - Me apoyé en la pared.
-Es una esfera de color negro y si te fijas, puedes ver y escuchar a aquellos que han muerto a manos de Draco… era espeluznante…- Sentí un escalofrío recorrerme la columna vertebral.
-Cuanta más maldad cree Draco, más grande se hace esa esfera… hace mucho que no la veo, pero debe ser grande, demasiado grande… del tamaño de un balón o aún más grande…- Negué con la cabeza.
-Lo que más rabia y coraje me da es que… lo tenía en frente, a escasos metros de mí y no fui capaz de alargar la mano y cogerlo… podría haber evitado esto…- Suspiré de nuevo.
-Pero eso no importa. Lo que de verdad debe importaros es la puerta del infierno, yo os ayudaré a evitar su apertura. Detendremos a Draco.


KAI
Miré a James mientras hablaba.
-La verdad es que pareces todo un líder, James… Creo que deberías liderarnos tú. Tienes buenas y claras ideas, estás más que motivado para cumplir esta misión y conoces mucho que nosotros no sabíamos, me parece que deberías guiarnos. –miré a los demás, seguramente recibiría su aprobación.


JIMMY
Miré a Kai.
-¿Qué? Oh, no, yo no puedo ser vuestro líder, Kai…- Sonreí y negué.
-De verdad, os lo agradezco, pero… no puedo ser un líder. Yo soy vuestra mano amiga, una mano dispuesta a ayudar, pero no puedo ser un líder…- Me senté de nuevo y me eché el pelo hacia atrás.
-Seguro que ya conocéis a las hermanas de Aleera, ¿verdad?- Por la cara que puso Kai, me quedó claro que sí.
-Bien, pues, antes de abandonar la guarida de Draco y traicionarle, pasaba por al lado de sus aposentos, si se puede definir así… No sé que demonios hacían, lo único que sé es que no paraban de leer la profecía e invocar y conjurar… además, me acuerdo de que tenían un tanque en cuyo interior reposaba un líquido azulado…- Negué.
-No sé para que era o es eso, o para quién, pero no creo que sea nada bueno…


KAI
Le miré.
-¿Lo ves? Sabes muchas cosas, James, tú estuviste ahí dentro, conoces un millón de cosas sobre ellos que el resto del mundo desconoce, tienes que guiarnos tú, no puedes permitir que… quien quiera de nosotros, que nos sabemos ni a dónde ir nos diga qué hacer, ¿entiendes? Sólo puedes ser tú, enséñanos el camino, el mundo estará a salvo gracias a ti.


JIMMY
Solté una risotada y miré a Kai de nuevo.
-Lo siento, pero no seré vuestro líder, como mucho el guía y el guarda espaldas, pero nada más, de verdad, lo siento, pero yo creo que él más indicado para ese puesto eres tú.- Me levanté.
-Es mi última palabra.- Abrí la puerta.
-Descansad y dormir, yo iré en busca de la comida.- Salí de la casa cerrando la puerta de nuevo.


ÁNIMA
Volvía con fruta para todos entre mis brazos, cuando llegué oí decir a Jimmy que no sería el líder, ¿es que le habían propuesto liderarles? Abrió la puerta y salió, se chocó conmigo, aunque no se cayó nada.
-¿Te han propuesto como líder?



JIMMY
Me giré y frené antes de chocar contra Ánima que regresaba con frutas.
La miré y asentí.
-Si, pero no lo he aceptado.- Solté una leve risotada alejándome de la puerta.
-No creo estar preparado para liderarles, no estoy seguro de que si esto saldrá bien…- Me froté el pelo de la nuca alborotándomelo.
-El más indicado es Kai, es un rey fuerte y seguro de sí mismo, además ellos llevan con él mucho tiempo, confían más en él que en mí…- Hice una mueca y negué.
-No creo que pueda hacerlo bien…


ÁNIMA
Dejé la comida a un lado.
-¿Pero se puede saber qué estás diciendo? –me posicioné delante de él y le cogí de la cara. -Lo harás genial, tú no conoces todas las tretas de Draco y sus puntos flacos, ellos te necesitan como agua caída del cielo y si te han propuesto como líder es porque confían en ti, ¿no lo ves? Quieren que les guíes, tú eres el más indicado, no Kai. Él no sabe qué esconde Draco y sin ti están perdidos, por eso confían en ti, no les defraudes, sé que lo harás genial.


JIMMY
Agarré sus manos mirándola a los ojos.
-No puedo aceptar, Ánima… no lo entenderías… si quiero corregir los errores que cometí en el pasado, debo esforzadme y sacrificarme por ellos, pero ser líder… lo veo injusto para una persona como yo, no me lo merezco…- Solté sus manos bajando la cabeza.
-Voy a por algo de agua, no tardaré…- Me giré y caminé en dirección al río…



ÁNIMA
Le miré mientras se alejaba. El problema no estaba en eso, el problema de Jimmy, era que no confiaba en que nadie confiase en él, estaba muy arrepentido de muchas de las cosas que había hecho a lo largo de su vida, e iba a resultarle difícil volver a confiar…
Le dejé solo, quizá cambiase de opinión si veía que de verdad le necesitábamos.
Cogí la comida y entré para ofrecérsela a los demás, no sabía cuánto tiempo llevaban de viaje.



AXEL
Me quedé muy pensativo al igual que los demás después de que James se marchase… Draco era un cabrón y buscaría la manera de acabar con nosotros, de cualquier modo, si eso incluía tener que resucitar a los muertos, pues también lo hacía…
-Genial, ahora también nos tendremos que enfrentar a los no muertos, momias… que soy un rey, cojones, no Brendan Freezer…- Suspiré.
Se abrió la puerta dejando pasar a la compañera de James. Traía algo de fruta, bien, porque tenía hambre.


ÁNIMA
Puse la fruta sobre una mesa y empezaron a comer, verdaderamente tenían hambre.
-He oído… lo que le habéis propuesto a Jimmy… Creo que él sería un buen líder en esta misión, pero él no confía en sí mismo y cree que no sabrá hacerlo… Pero estoy segura de que sería un líder ejemplar. –sonreí.
-Simplemente haced lo que os diga, será lo mismo si es líder o no, él sabe lo que habéis de hacer. –les miré, ellos eran los famosos cinco elegidos… parecían personas normales y corrientes…



SAYA
Miré a la chica y después a los demás.
-No deberíais darle el coñazo, si no quiere ser líder sus motivos tendrá…- Suspiré apoyando la espalda en la pared.
-A mí, sinceramente me da igual quién sea el líder, ni si quiera sabía que teníamos uno…- Me encogí de hombros.


KAI
Fruncí el ceño y me rasqué la nuca. Mi labor como líder parecía ser una verdadera basura para Saya.
-En fin, dejemos que haga lo que quiera, el caso es que nos lleve hasta Draco y nos ayude a acabar con él, lo demás es cosa suya. –comimos y esperamos a que James volviese, y volvió con agua para todos, parecía un hotel…
Nos acostamos pronto, después de todo lo que estaba pasando no era plan malgastar las horas de descanso.
Nos despertó Ánima, James nos iba a guiar hasta Draco, pero debíamos darnos prisa si queríamos llegar antes de tres días.
Viajamos durante todo el día, sin interrupciones, todo estaba bastante tranquilo, y era extraño…
-James, ¿dónde se encuentra exactamente la guarida donde está ahora Draco?



JIMMY
Nos despertamos bastante temprano, era mejor empezar a caminar antes de que saliese el sol y aprovechar el día entero.
Miré a Kai cuando me preguntó, levanté el brazo y señalé una montaña en el horizonte.
-Allí. La guarida de Draco está debajo de esa montaña, que curiosamente se trata de un volcán, ¿quién buscaría dentro de un volcán?- Volví la mirada al frente.
-Draco es muy listo tratándose de buscar guaridas inalcanzables…


EDWARD
-Pues a mí me parece un pardillo. –dije con las manos en los bolsillos.
-Es un capullo de primera, pero si hubiese sido más inteligente, no se habría quedado sin su ejército y sin sus aliados más fuertes, nos subestima, y nosotros lo sobreestimamos a él. Somos más fuertes, coño, somos los malditos cinco elegidos, podremos con él y con lo que nos echen encima. No nos hace falta una profecía para saber que nosotros vamos a derrotarle.


AXEL
Miré a Edward alzando las cejas desinteresado.
-Coño, Edward, ¿qué has desayunado hoy? ¿Cocaína o Eroína? Joder, sabiendo que vamos a una batalla, tú ya te subes al podio sin saber como vamos a acabar…- Suspiré y seguí caminando mirando a mí alrededor.



EDWARD
-Pensadlo bien. ¿Qué va a hacer un cincuentón canoso con los poderes ya chuchurríos contra un tío que prende fuego con soplarte en la cara, una chica que puede atravesarte el perolo con una flecha, un pipa que te congela los huevos… -Kai puso los ojos en blanco- …
una mujer que te lanza al otro barrio sin tocarte y un gorila que te convierte en una antena parabólica con patas? ¿Qué lógica hay en que nos gane?


JIMMY
Solté una risotada.
-Qué poco conocéis a Draco y a Dark. Ellos son pura oscuridad, ni el fuego, ni el rayo ni el viento ni siquiera las barreras mentales son capad de neutralizar a esos dos… tienen unos poderes demasiados poderosos que ni ellos mismos se atreven a utilizar… en el caso de Draco, claro, por que a Dark se la repamplinfla utilizarlos o no, es un sádico… -Seguí caminando sin apartar la mirada del volcán.


KAI
-Muy bien, pongamos que son inmortales. No les afectan los elementos, son pura oscuridad, vale. Entonces, ¿cómo vamos a derrotarles? Porque no he conocido nunca un ser así, lo más parecido que me he encontrado fue a Riki, y ese no se regeneraba cada vez que le atravesábamos… porque estaba enfermo… ¿No pueden ponerse enfermos? Quiero decir, ¿no se les podría envenenar?


JIMMY
Miré a Kai.
-No, verás, todo aquello que esté relacionado con la oscuridad y la maldad, les beneficia, les da más energía, no sé si me entiendes…- Suspiré.
-Cualquier cosa que hagáis que esté relacionado con actos malvados, les dará más fuerza, si les enfadáis, les provocáis… todo eso les “alimenta”.- Bajé la mirada.
-Solo hay una cosa que puede vencer a esa oscuridad…


ÁNIMA
-Y esa cosa es la “luz”, o algo así, ¿no? Pero, ¿a qué te refieres con eso? Lo contrario de la oscuridad es la luz, pero hay muchas formas de interpretarlo, ¿cómo se les puede vencer? Porque no creo que con un acto de bondad se vayan a poner enfermos… -le miré.
-¿Tú… tampoco lo sabes?



JIMMY
Miré a Ánima de reojo.
-No, no es eso… es difícil de explicar, viene en la antigua profecía… veamos, la “luz”, en todas las religiones y culturas es lo contrario a la oscuridad, pero… la luz se puede apagar, ¿verdad? Y si se apaga esa luz se vuelve oscuridad, en cambio la oscuridad no puede volverse luz, es una oscuridad continua, no puede cambiar…- Resoplé.
-Sé que suena paranoico, pero es así, yo no sé exactamente como vencerles, lo único que sé es que vosotros podéis… y es con vuestro poder…


KAI
Me encogí de hombros.
-Eso no tiene sentido. Si es inmune a los elementos y dices que con nuestro poder podemos vencerle… es contradictorio, ¿qué poder tenemos nosotros que no implique daño físico que provocarles? –negué con la cabeza.
-A medida que avanzamos me da la impresión de que todo esto está siendo en vano y que acabaremos todos bajo las garras de Draco hagamos lo que hagamos.



JIMMY
Sonreí.
-Kai, solo es contradictorio si hablamos de atacarle por separado, tú con tú hielo, Axel con su fuego, etc…Yo me refiero a que juntando vuestros elementos, creáis un arma definitiva, la contraria a la que tiene Draco, así es como podéis vencerle…-Bajé la cabeza de nuevo.
-Yo digo que no se como vencerle, por que los que debéis descubrir como acabar con él sois vosotros…


KAI
-¿Y si la profecía dijese que para vencerle debemos sacrificarnos y morir? No me haría mucha gracia, si os soy sincero. Tengo una boda pendiente y niños que traer al mundo. –Edward me miró extrañado.
-No me mires así, si te molesta que haya más como yo, mátame antes de que sea tarde. –se descojonó vivo él sólo, me crucé de brazos.
-Genial…


AXEL
Miré a Edward mientras se descojonaba solo.
-Lo que digo, este se ha drogado…- Dije metiéndome en la boca la decimoquinta baya.
-Jo, están buenas estas cositas.- Sonreí mientras masticaba la baya que tenía en la boca.



JIMMY
Giré la cabeza parándome en el camino cuando escuché decir eso a Axel…
-Axel… ¿cuántas bayas te has comido?- Me indicó con la mano más de diez.
-¿Más… más de diez? Oye, Axel, no es por nada, pero esas bayas son medicinales, es como un anti-inflamatorio, y como toda medicina tiene sus efecto secundarios y…- Axel cayó al suelo redondo.
-… pues eso… que si te tomas más de las recomendadas, te caes “pa” tras del sueño…- Me froté la cara con la mano.



ERI
Me agaché agarrando a Axel.
-Axel… Joder, ¿qué le han hecho esas bayas? –me guardé las que le quedaban.
-Este hombre es como un crío, no controla el nivel de caramelos que se mete al cuerpo… ¡Axel! –le zarandeé.
-Despierta, no hay tiempo para dormir.


JIMMY
Me llevé la mano a la frente.
-Ay, madre…-Suspiré y miré a los demás.
-Será mejor que hagamos un alto en el camino… este se tirará casi todo el día durmiendo… esas bayas son muy fuertes…- Me senté en una roca y bajé la cabeza suspirando, ¿y querían que yo fuese el líder? Pues anda que la que había liado por no contarles ese detallito con las bayas… menudo líder…


EDWARD
-¿Qué alto ni que leches por este de aquí? Esto se arregla así de rápido. –le cogí y le cargué a mi hombro.
-Ale-hop. –le coloqué.
-Como pesa el jodio, ¿cuántas bayas se ha comido? ¿Seis toneladas? –me costó lo mío, pero al fin y al cabo pude con él.
-Qué vamos a perder el resto de la tarde por este pipa, no te jode… Ala, caminando.


SAYA
Miré a Axel cuando cayó al suelo dormido…
-Pero mira que hay que ser tonto…- Negué con la cabeza y miré como Edward cargaba con Axel...
-Dios, Eddie, yo no sé como puedes con esa mole. ¡Ya sé! Cuando paremos a descansar te haré un buen masaje.- Sonreí guiñándole un ojo.


EDWARD
-Aahhh, qué bien, si lo sé esto le llevo todos los días a caballito. –sonreí.
Caminamos un rato, pero no pasaron diez minutos y ya estaba sudando como un pollo por culpa del calor corporal de Axel.
-Lo que me faltaba… -le dejé sobre el suelo, el capullo tenía hasta cara de felicidad… Me quité la camiseta y, como cuando limpiaba el coche, la colgué en un extremo de mi pantalón.
-Mucho mejor así… -me agaché y volví a cargar con el desgraciado, qué bien se me iba a quedar el hombro…


SAYA
Seguíamos caminando, se notaba el calor cada vez que nos acercábamos a la zona del volcán. El sol pegaba de frente y me estaba jodiendo bastante.
Giré la cabeza una de las veces en la que un rayo de sol de coló entre las hojas de los árboles deslumbrándome… bendita la hora que lo hice, pillé al buenor… a Eddie, quitándose la camiseta… que estampa…
-Dios… creo que vuelvo a tener fiebre…- Dije para mí misma.
Carraspeé y volví la mirada al frente… ¡Oma, que rico!



ÁNIMA
Miré al frente cuando Saya habló, estaba el hombre enorme sin camiseta, menuda espalda, vaya músculos, qué estampa…
No pude apartar la mirada, cada músculo tenía otro al lado, ¿a qué gimnasio iba ese hombre? Encima se giró y sus abdominales eran otro cuadro.
-Va-vaya…



JIMMY
Miré a Ánima de reojo, vi que se quedaba embobada viendo a Edward sin camiseta…
Puse los ojos en blanco y me acerqué sacando de mi bolsillo un pañuelo.
-Ánima, se te cae la baba, nena.- Le entregué el pañuelo.
-Creo que necesitarás esto…- Me separé negando con la cabeza… mujeres.
Me giré y seguí caminando… la verdad es que hacía bastante calor…



ÁNIMA
Desvié la mirada cuando Jimmy me ofreció un pañuelo.
-Sólo estaba contando los músculos de su espalda, creo que tiene más de lo normal, algo de forma genética un tanto… parece que toma anfetaminas… -le miré.
-Es igual, no quiero un pañuelo, no estoy babeando. –dije tapándome la boca.


JIMMY
La miré y me reí.
-Ya, claro, contando sus músculos.- Negué de nuevo.
-Pues te tirarás toda la tarde y no habrás acabado, ese tiene más músculos que órganos en el cuerpo…- Seguí caminando.
-Anda, sigamos, cervatilla…


ÁNIMA
Me acerqué y rodeé su cintura con mis brazos.
-Cállate, si te digo que no estaba babeando es porque no estaba babeando, sólo babeo por ti y lo sabes… -no le solté, hacía calor, pero me encontraba mucho más a gusto entre sus brazos.


JIMMY
La miré y alcé una ceja. Sonreí y seguí caminando con Ánima agarrándome por la cintura.
Empezó a atardecer, justo cuando el sol picaba más. Paramos un rato en la ladera de un río para llenar las cantimploras y poder refrescarnos un poco.
Dejé mi mochila a un lado y me despojé de la capa metiéndola dentro de la mochila. Acto seguido, me quité la camiseta y la mojé en el agua del río. La escurrí encima de mi cabeza mojándome el pelo, el cuello y la espalda.
Si no salía humo era un milagro…



ÁNIMA
Cuando paramos a beber agua, Jimmy empezó a desnudarse para echarse agua por la cabeza. Mientras bebía agua, miraba cómo se echaba agua por el torso y la cabeza.
-Vaya… -cuando fui a coger más agua, calculé mal, metí la mano dentro y caí de cabeza al río. Eso me pasaba por babear.



JIMMY
Miré a Ánima cuando cayó al agua de cabeza. La agarré del brazo ayudándola a salir.
-Pero bueno, chica, tu ya te has refrescado por hoy, ¿no?- No pude aguantar la risa, ni yo ni ninguno de nosotros.
La aparté el pelo de la cara y la miré aún riéndome.
-¿Estás bien?- Cogí aire calmando mi risa.



ÁNIMA
Tosí tapándome la boca.
-Perfectamente… -volví a toser.
-Es que… quería refrescarme el pelo… y bueno… tenía tanto calor que… me he tirado entera. –sonreí sentándome en el césped, estaba muy mal, pero que muy mal…


JIMMY
Me senté a su lado apartándola el pelo que estorbaba.
-Pero cervatilla, eso no se hace así.- Sonreí y me acerqué pasando uno de mis brazos por detrás de sus hombros pegándola a mí. La besé en la sien cerrando los ojos.
-¿De verdad estás bien?- Pregunté con mis labios pegados a su sien y solo para ella, ya que debería sentirse abochornada escuchando a los demás reírse.



ÁNIMA
-Que sí, que estoy perfectamente… -dije algo sonrojada, los demás se estaban destornillando de mí de lo lindo, yo y mis hormonas adolescentes…
Me encogí escondiendo la cara en su pecho.
-¿Ves por qué te digo que sólo babeo contigo? Me has hecho caerme al agua…



JIMMY
Me reí levemente y la abracé.
-¿Yo tengo la culpa? Vaya…- Sonreí y la agarré de la barbilla para mirarla.
Sonreí de nuevo y la besé en los labios.
-Estás muy guapa mojada, ¿te lo había dicho alguna vez?


ÁNIMA
Me reí y bajé la cabeza.
-No, porque nunca me he caído a un río de cabeza, no al menos contigo delante… -sonreí y le miré, estaba tan guapo con las gotas de agua cayendo por su flequillo… Le cogí de la cara y volví a besarle, que se riesen ahora.


SAYA
Nos reímos cuando Ánima se cayó al río… pobrecilla. Menos mal que estaba Jimmy para consolarla…
Sonreí y me agaché para llenar mi cantimplora. Me agarré el pelo en una coleta alta y me mojé la nuca dándole un buen trago a mi cantimplora… Dios, que calor hacía, joder…
Miré al volcán, cada vez faltaba menos para llegar…



KAI
Metí la mano en el agua y empecé a aplicar frío por la zona por la que estaba Saya, al menos así el calor se iría más rápido, también enfrié el agua de su cantimplora agarrándola mientras bebía. Me tumbé boca arriba sobre la hierba con las manos bajo la nuca.



SAYA
Miré a Kai cuando enfrió el agua de mi cantimplora.
-Gracias, pero no hacía falta, el agua baja de las montañas nevadas, ya está bastante fría como para que la enfríes más…- Sonreí.
-Al final acabaremos cogiendo un resfriado.


KAI
-Ni se te ocurra volver a ponerte enferma. –cerré los ojos concentrando en mi cuerpo una fina capa de hielo que me cubría la piel y me protegía del calor.
-Es lo que nos faltaba ahora, que volvieses a ponerte enferma después de todo lo que ha pasado… Tú mantente fresca como una lechuga.


SAYA
Le miré y puse los ojos en blanco.
-Tan romántico como siempre…- Me levanté bebiendo de nuevo de la cantimplora, yo no tenía la culpa de ponerme mala…
Cogí mi mochila y me senté en el suelo a la sombra de un árbol esperando a que Jimmy dijese algo o nos marchásemos ya.


KAI
La miré, se sentó alejada de mí. Me llevé las manos a la cara, si es que no podía decir nada que no la sintiese mal, menudo tacto, joder. De todas formas, lo hiciese o no con buena intención, ella lo tomaba como algo malo, ¿es que no sabía expresarme o qué?



JIMMY
Axel seguía dormido…este no se levantaba hasta la hora de la cena.
Una vez terminamos de refrescarnos nos pusimos en marcha de nuevo. Pararíamos más tarde para cenar y buscar un sitio para dormir, esa noche iba a ser bastante calurosa…


SAYA
Me levanté colocándome la mochila a la espalda cuando Jimmy se puso en marcha junto con Ánima. Nos pusimos de nuevo en marcha, faltaba poco para llegar y nos esperaba una lucha difícil…
Detrás de mí iban Edward con el dormilón de Axel… ese si que se pegaba la gran vida.



ERI
Axel no se despertaba, llevaba toda la tarde durmiendo, no me hacía ninguna gracia que no se despertase aún, es que ni se inmutaba.
-Jimmy… ¿seguro que sólo le dejan dormido? Mira que lleva toda la tarde inmóvil, no le creará ninguna otra cosa, ¿verdad?


JIMMY
Negué.
-Tranquila, a mí también me pasaba lo mismo… me quedaba dormido un par de horas largas y después me despertaba, eso sí, me encontraba de lujo.- Sonreí y miré a Eri.
-No te preocupes, tendrás oportunidad de echarle una buena bronca por “drogarse”



ERI
-Es que este hombre no controla lo que se mete en la boca, es como un niño grande… -le miré, estaba con una sonrisa triunfal, seguro que soñaba con cosas guarras, como siempre…
-Parece feliz…


SAYA
Giré la cabeza y miré a Axel, es verdad que parecía feliz…
-A saber que está soñando, o con quién…- Le agarré de la nariz, roncó y apartó la cara moviendo la nariz. Me reí levemente.
-Mira, por fin se ha movido.


ERI
-Si seguro que está fingiendo… -le di una colleja.
-¡Despierta y deja de vacilarme, pelirrojo, ya me tienes quemada! –me crucé de brazos, resultaba que estaba dormido profundamente. Le iba a dar una buena bronca…



SAYA
Miré a Eri y me reí.
-Déjale, está dormido de verdad, es normal después de haberse comido más de diez bayas… será glotón…- Negué con la cabeza y seguí caminando acomodándome la mochila sobre el hombro.



KAI
Miré a Saya cuando avanzó y la cogí de la mano, tiré de ella levemente y la coloqué a mi lado.
La besé en la mejilla.
-Saya… ¿tú crees que venceremos? –dije en bajo, no era plan de poner a todos de mal humor.


SAYA
Miré a Kai cuando me agarró de la mano y me colocó a su lado.
Fruncí el ceño extrañada y bajé la cabeza levemente.
-¿Por qué hablas tan bajito?-Pregunté al mismo volumen que él.
-Ni que me estuvieses contando un secreto inconfesable.- Le miré y alcé las cejas.



KAI
-Porque quiero que solo me oigas tú, y si hablo más alto, no me oirás solo tú… -dije en el mismo tono.
-Saya… ¿y si morimos ahí dentro? Hemos estado infinitas veces en peligro de muerte, pero esta vez puede que sea más seguro que vayamos a morir… -la miré.



SAYA
Suspiré y miré al frente.
-¿No podrías ser un poco más positivo, Kai? Hemos estado en peligro de muerte, pero hemos logrado salir, ¿no? ¿Por qué esta vez iba a ser diferente?-Le miré de nuevo.
-Bueno… los adversarios son peligrosos, pero… no sé, creo que hay que ser un poco optimista en estos momentos… Tienes miedo, ¿o qué?


KAI
La miré y después desvié la mirada al suelo.
-La verdad… es que sí. –la miré.
-Sabes que tengo mucho miedo de volver a perderte, Saya… Si sucede, sabes que no voy a pensarme dos veces ir detrás de ti. –cerré los ojos y acerqué su mano a mis labios, posando un beso en ella.


SAYA
Le miré y golpeé su mejilla, no fuerte, pero de manera firme.
-No digas eso, Kai, sabes que no soporto que pienses eso… si a mi me ocurre algo, tienes a Kai Jr. ¿Qué pasaría con él? ¿Le dejarías solo?- Suspiré y bajé la mirada al suelo.
-Lo siento… pero compréndeme…odio que digas eso como si yo fuese lo único importante en tú vida, también está Kai…- Los demás nos miraron, pero Edward se encargó de que siguiesen caminando, esto era entre Kai y yo.



KAI
-Ya lo sé, Saya, pero ya he comprobado en mi propia carne que no puedo seguir mi vida sin ti a mi lado, ¿no lo entiendes? –bajé la cabeza.
-Por eso… si pasa algo ahí dentro… no quiero que te arriesgues, ¿me has oído bien? Te conozco, y sé que no vas a dudar en sacrificarte si hace falta, y no quiero que lo hagas.



SAYA
Le miré de nuevo agarrándole de la barbilla para que me mirase.
-No puedes pedirme eso, sabes que no lo haré. No puedo quedarme quieta si veo que te hacen daño, ¿quieres que haga eso?- No sé ni para que preguntaba, ya me sabía de sobra la respuesta.
-Olvida el tema, Kai… no quiero discutir…- Le solté y me giré para volver con los demás.



KAI
Bajé la mirada sin dejar de caminar, Saya iba a hacer lo que le daba la gana, no iba a poder impedir que hiciese lo que quisiese con tal de ayudarme, pero…
Cerré los ojos tragando saliva, por culpa del calor sentía sudor en la nuca.



JIMMY
Seguimos caminando hasta que anocheció, al menos hacía aire y refrescaba un poco.
Axel se despertó al fin. Encendió una hoguera mientras Eri le echaba la bronca y le llenaba de besos al mismo tiempo… que gente más rara.
Calentamos la cena y después apagamos la hoguera de nuevo, con la luz de la luna y de las estrellas teníamos bastante para alumbrarnos.



ÁNIMA
Me senté al lado de Jimmy después de cambiarme de ropa y apoyé la cabeza en su hombro, cerré los ojos.
Me agarré a su brazo.
-¿Cuánto falta más o menos para llegar? ¿Un día? ¿Más?



JIMMY
Miré a Ánima pasando mi brazo por detrás de su espalda haciendo que apoyase su cabeza en mi pecho.
-Como muy tarde llegaremos mañana por la noche, descansaremos y por la mañana asaltaremos la guarida de Draco.- La besé en la frente apoyando la barbilla en su cabeza.
-Te he metido en esto y sé que no entraba en tus planes de futuro, ¿verdad? He sido un egoísta… deberíamos habernos quedado en la cabaña donde nos conocimos, la habría reconstruido para nosotros.- La miré y sonreí apartándola un mechón rebelde de su rostro.



ÁNIMA
Sonreí y posé un dedo en sus labios mirándole, me tumbé apoyando mi cabeza en sus piernas.
-Shh… Desde ahora tus planes de futuro serán los míos, sólo si tú quieres, claro… -le acaricié el mentón, le agarré y le besé.



JIMMY
Sonreí y la agarré de la mano que tenía ella en mi mentón. La besé con ternura.
Había estado tan concentrado en la búsqueda de los cinco elegidos que había desatendido totalmente a Ánima.
Lo único que quería ahora era poder pasar esa noche con ella, a mí lado, tenerla solo para mí.
Acaricié su rostro mirándola a los ojos.
-Te quiero, cervatilla.- Esbocé media sonrisa.



ÁNIMA
Sonreí y rodeé su cuello con uno de mis brazos, le volví a besar, saboreando sus labios, sonreí y le miré, le besé en la nariz.
-Yo más, por eso quiero estar contigo y hacer de tu futuro el mío. –le volví a besar, acariciando el vello de su nuca.



JIMMY
Sonreí posando una de mis manos en su cintura mientras la besaba.
La miré acariciándola la frente con la mano que me quedaba libre.
-Deberías descansar, hemos caminado mucho y mañana nos espera otro día duro.- Sonreí tiernamente y deposité un beso bajo su cuello.



ÁNIMA
Suspiré y le acaricié el mentón con mis dedos.
-Vale… pero descansa tú también, eres nuestro guía, y debes tener la mente despejada, eh. –sonreí y me senté recogiendo mi melena en una coleta. Le besé en la mejilla y me levanté para prepararme para “ir a la cama”.



JIMMY
La miré y sonreí cuando me besó en la mejilla.
Suspiré y me despojé de la camiseta limpia, ya que cuando habíamos parado decidí ir a darme un baño.
Me tumbé en uno de los sacos que me dejó Axel, ya que llevaban de sobra.
Llevé mis manos a mi nuca y miré al cielo.
Sentía que pronto llagaría mi libertad, ya podía olerla cada vez que el viento suave soplaba… por fin podría vivir junto a Ánima…



ERI
Terminamos de cenar, miré a Axel y sonreí.
-Es que ya te vale… ¿tanta hambre tenías para comerte quince bayas? Ahora no debes tener sueño, ¿verdad? –coloqué bien el saco y me tumbé.



AXEL
Puse los ojos en blanco y me crucé apoyando la espalda en el tronco de un árbol.
-¿Vas a empezar otra vez? No, no tengo sueño, así que haré la “guardia” esta noche.- Suspiré mirando al cielo.



ERI
Me tumbé.
-Pues nada… Hasta mañana… -me acomodé en el saco y cerré los ojos, sólo faltaba un día para encontrarnos con Draco, y no sabíamos exactamente cómo íbamos a vencerle, pero… ya salvamos el mundo una vez, podríamos hacerlo una segunda.



AXEL
Miré a Eri.
-Hasta mañana.- Volví la mirada al cielo y suspiré. No podía tranquilizarme, mañana nos esperaba otro largo y aburrido día de camino y pronto encontraríamos a Draco… la batalla final… o eso esperaba.


KAI
Saya y yo estábamos alejados de la hoguera, como siempre, aún así tenía mucho calor, me sudaba la nuca. Me tumbé respirando hondo, no me sentía bien, por lo que intenté dormirme. Me pasé la mano por la frente varias veces.
Miré a Saya.
-Voy a alejarme un poco más, tengo demasiado calor… -levanté el saco y lo eché más lejos.



SAYA
Miré a Kai.
-Claro…- Fruncí el ceño al verle tan acalorado, me parecía extraño, ya que, si Axel al ser un Piro podía soportar temperaturas muy bajas, Kai debería soportar temperaturas elevadas, su hielo no se acababa nunca…
-Kai…- Pasé mi mano por su nuca, estaba empapado.
-Oye, Kai… si tienes mucho calor, deberías refrescarte un poco con el agua del río. Como te dije antes, baja bastante fría de las montañas, eso te aliviaría…


KAI
Miré a Saya pasándome la mano por la nuca, me llevé la mano a la boca y empecé a toser.
-Joder… creo que no es por culpa del calor… -volví a toser, me tapé la boca, cuando aparté la mano había sangre.
-No… joder, otra vez no… -busqué un pañuelo.
-No, ni de broma puedo enfermar yo ahora… -me limpié la sangre y me levanté para dirigirme al río.


SAYA
Kai empezó a toser sangre…
-Kai… ¿qué te pasa?- Se levantó y se marchó hacia el río. Me levanté y le seguí.
-Kai…- Me acerqué hasta él.
-¿Qué pasa? ¿Por qué toses sangre?- Le miré, pero no tenía ninguna herida que le provocase la sangre.
-¿Qué te pasa?- Me estaba empezando a asustar de verdad.



KAI
-Tranquila, no es nada grave… -cuando llegué al río me agaché y bebí agua directamente y me mojé la nuca.
-Es por culpa de la puta máquina, los sabios me tienen manía y debe ser que le metieron algún defecto solo para joderme, o simplemente son efectos que provoca que, bueno… ya sabes, mantener vivo un corazón inmóvil es algo jodido… -aspiré hondo y la miré sonriendo.
-Estoy bien.


SAYA
Le miré seria cuando sonrió.
-Yo no sé donde coño vez la gracia, Kai, en vez de decírmelo prefieres callártelo y seguro que con la escusa de que no quieres preocuparme, y una mierda…- Me levanté llevándome las manos a la frente.
-Si me lo hubieses dicho antes podríamos haber hecho algo, pero como siempre, lo mantienes todo en secreto…- Suspiré y le miré.



KAI
-Saya, no lo he mantenido en secreto… -me eché agua en la frente.
-Me ha pasado alguna vez estando contigo y ha sido peor, ha acabado en infarto, una o dos veces me ha pasado en el trascurso que no estábamos juntos… Son como efectos secundarios, como si fuese un cólico o un golpe de calor, no es nada grave si no desemboca en un infarto, y como ves, ya estoy bien… -me eché agua por el pelo.



SAYA
Suspiré e intenté tranquilizarme… hacia demasiado calor, entre eso y lo que nos acontecía no estaba de muy buen humor… y además se me sumaba esto…
-Y como no, pensarás luchar contra Draco así…- No necesitaba respuesta, sabía muy bien que empezaría con su royo de que es su misión y esas cosas del deber…
Asentí sintiendo como mis ojos se humedecían levemente… era demasiada presión la que estaba soportando y ya no podía más… esas zorras y sus conjuros, la traición de Kyle, mi enfermedad, la muerda de poder que tenía el cual me dejaba molida, el enfrentamiento contra Draco… y encima Kai estaba jodido con la máquina de su corazón… no podía más, quería que la pesadilla se acabase.
Cerré los ojos respirando hondo, controlando las ganas de gritar, pero las lágrimas me delataban…
Bajé la cabeza y miré a Kai que aún estaba de cara al río. Me acerqué hasta él y me acuclille detrás de él rodeando su cintura con mis brazos. Apoyé mi mejilla en su espalda y cerré los ojos derramando alguna que otra lágrima.
-Lo siento… no debería haberme puesto así, pero… tengo mucho miedo, Kai, estoy aterrada... No quiero que te pase nada… yo si que me moriría si veo que te ocurre algo, no podría soportarlo… - Le abracé con más fuerza escuchando el latir de su corazón.



KAI
Saya me abrazó, estaba llorando, la había preocupado…
Suspiré y me giré, la abracé con fuerza contra mi pecho.
-No te preocupes, mi vida… -la besé en la cabeza y la acaricié, que llorase cuanto quisiese, era demasiada presión y abstenerse a desahogarse era lo peor que podía hacer.
-Desahógate… -la besé de nuevo en la cabeza notando sus lágrimas en mi hombro.


SAYA
Le abracé con fuerza apoyando la cabeza en su pecho, en esos momentos necesitaba su apoyo, saber que estaba allí conmigo…
-Estoy cansada de todo esto, luchando… siempre en guerra... quiero volver a casa y olvidarme de todo… ¿por qué nosotros?...- Las lágrimas me ahogaban. Respiré hondo limpiándome las lágrimas con una de mis manos.
-No puedo más…


KAI
La besé en la mejilla acariciándola el pelo.
-Pronto acabaremos con Draco… Todo habrá terminado, volveremos a casa y nos casaremos, mi vida, todo estará bien, confía en mí. –la volví a besar, temblaba por culpa de la tensión y las lágrimas, la frustración de todo lo que estaba ocurriendo hacía mella en ella y había estado conteniéndolo mucho tiempo…


SAYA
Le miré y asentí.
-Confío en ti, Kai, ciegamente… pero… - Bajé la cabeza apoyando la frente en su pecho.
-Olvídalo… me obsesiono demasiado…- Me limpié las lágrimas y le miré de nuevo.
-Lo siento… odio montar estas escenitas…- Me separé levemente y suspiré.



KAI
La cogí de la cara y la besé en las mejillas, enjugando sus lágrimas con mis labios y acariciándolas con mis pulgares.
-No tienes por qué disculparte, todo saldrá bien, te lo aseguro. –la besé en los labios con suavidad y volví a abrazarla.


SAYA
Cerré los ojos y correspondí a su abrazo apoyando la frente en su hombro.
Suspiré y me separé de nuevo.
-Vamos a dormir… -Le miré y sonreí levemente.
-Debes de estar cansado…- Le acaricié el cuello con suavidad con la yema de mis dedos.
-… vamos…- Me separé del todo agarrándole de la mano.


KAI
Me levanté agarrándola de la mano. Busqué alguna baya por los bolsillos, me evitaría el volver a toser sangre…
Nos acostamos sobre los sacos y la junté a mí, apoyando su frente en mi pecho. La abracé, haciendo ademán de protegerla con mis brazos.

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