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lunes, 16 de noviembre de 2009

CAPÍTULO LIII - JIM, TE NECESITAMOS

¿Lo echábais de menos? Aquí un nuevo capi ^^

SAYA
Me encontraba sin fuerzas, no podía mover ni un músculo… no recordaba nada… todo me resultaba borroso… Me costaba respirar, notaba como mis pulmones se esforzaban en conseguir oxígeno…
Moví la cabeza de un lado a otro lentamente, agudizando el oído para percibir algún sonido familiar que me ayudase a ubicarme y saber donde estaba. Me pesaban los párpados y las articulaciones adormiladas como si me faltase el riego sanguíneo…
Abrí la boca con la esperanza de que al menos saliese de su interior alguna palabra… pero el esfuerzo fue inútil.
¿Qué me pasaba? Sentía como si estuviese en un cuerpo extraño, que no era mío, al cual mandarle la orden de levantarme.
Abrí la boca de nuevo, esta vez hubo suerte…
-¿K… Kai?

KAI
-Hola. –dije, después de tanto tiempo de esperar alguna reacción intentó moverse. Cogí una de sus manos entre las mías y la besé. Estaba sentado a su lado en la cama y no quería separarme de ella.
-¿Cómo te encuentras?

SAYA
Mis oídos lograron percibir algo… parecía una voz, difusa… no la entendí… Supuse que sería Kai. Tenía el cuerpo totalmente dormido, sentía un hormigueo general.
Intenté girar la cabeza en dirección se aquella voz distorsionada pero me era imposible…
Cogí una gran bocanada de aire llenando mis pulmones.
-Mal… no me encuentro… b-bien…


KAI
-Tranquila. –la acaricié la frente, estaba hecha polvo.
-No intentes esforzarte, poco a poco, ¿vale? –la besé en la frente tapándola bien con la manta, ella tendría más frío que yo. Miré hacia otra cama más alejada, donde Kara se echaba una siesta junto a Kai. Volví a mirar a Saya.
-No pasa nada, ¿vale?

SAYA
Me llevé una mano a la cara como pude, agarré entre mis dedos débiles la venda negra que me cubría los ojos y me la retiré arrastrando el brazo, ahora mismo la venda me molestaba.
-¿Por qué… me encuentro tan… débil?


KAI
Apagué la lámpara que había encendida a nuestro lado para que no dañase su vista si abría los ojos, aunque si me mirase…
-¿No… lo recuerdas?

SAYA
Me quedé un momento breve en silencio, intentando buscar en mi memoria lo sucedido anteriormente… Negué con la cabeza, abrí los ojos y miré a mí alrededor… Giré la cabeza y miré a Kai… ¿podía… mirarle?
-… no… no lo recuerdo…- Fruncí el ceño, extrañada.


KAI
Parecía que me estaba mirando, pero era prácticamente imposible.
-Utilizaste toda tu energía para cargarte a ese hijo de puta, pero… no sirvió de mucho, la verdad.

SAYA
Seguí mirándole con la duda en mis ojos.
-Kai… ¿qué hijo de puta? ¿De quién me hablas?- Me esforcé todo lo que pude en recordar… recordar…
-¿Qué es lo que pasó?


KAI
Saya se había olvidado por completo, ¿o quería gastarme una broma? No, eso no podía ser, ¿cómo pudo haberlo olvidado?
-Saya, un sombra nos atacó, estuvo manipulándote, ¿no lo recuerdas? –yo recordaba sus ojos clavados en mí como mil cuchillas.

SAYA
Parpadeé varias veces.
-¿Qué un sombra que?- Me reí levemente.
-¿Pero qué dices, Kai? Los sombras ya no existen, ¿recuerdas? Es imposible que uno de ellos viniese y atacase y mucho menos me manipulase…

KAI
Empecé a asustarme. La cogí de la cara, estaba claro que podía mirarme.
-Saya, ¿desde cuando puedes mirarme sin que te haga daño a los ojos? –la miré directamente, sus ojos seguían de un oscuro y profundo negro, como los de aquel tipo, me separé.

SAYA
-… no lo sé… antes me dañaba… pero…- Bajé la cabeza, recordaba una potente luz procedente del cuerpo de Kai, esa luz me cegaba… ahora, al mirarle… ya no había luz… ¿o en realidad era la oscuridad que se había vuelto más densa?


KAI
La abracé, lo último que necesitaba ahora era que la dejase sola.
-Draco y James siguen vivos, y tenemos un nuevo enemigo, de modo que, aunque no tengo ni idea de cómo lo has olvidado, tendrás que acostumbrarte a ello.


SAYA
Le abracé también… la reacción que había tenido hace un segundo cuando me ha mirado a los ojos me dejó impactada, aunque hice lo que pude por no demostrarlo…
-Draco y James… si, de ellos si me acuerdo… pero del otro… - Cerré los ojos cuando sentí mi cuerpo desvanecer, aún no me había recuperado del todo.


KAI
-Eh, eh… -suspiré y la tumbé con cuidado, aún no estaba del todo recuperada. Y no sólo eso, había olvidado lo ocurrido con aquel tipo. Me tumbé junto a ella y la abracé contra mi pecho, lo único que nos quedaba ahora era esperar a que volviese Neo.


NEO
Volví de llevar a los últimos al refugio del reino del Viento. Estaba cansado y lo único que deseaba era sentarme en un sitio más cómodo que mi incómoda silla donde me sentaba para conducir la nave. Aterricé y salí de ella para reunirme con Kai.
Entré en el refugio, Kara estaba acostada junto con el cachorro de Kai, sonreí y miré a Kai papá, que estaba tumbado junto con Saya… Me arrasqué la nuca, no era momento de interrupciones…

KAI
Abrí los ojos cuando oí a Neo entrar y me incorporé levantándome de la dura camilla.
-¿Qué tal? ¿Están ya todos allí? –pregunté en un susurro, no quise despertar a nadie.

NEO
Miré a Kai y asentí.
-Si, tranquilo Jefe, está todo arreglado… esto…- Me acerqué.
-Oye, Jefe… ¿vais a volver con nosotros? Me refiero… a la nave…

KAI
Miré a Saya que seguía dormida.
-La verdad es que ahora mismo debo ocuparme de restaurar mi país, no sé si debería irme de aquí. –le volví a mirar.

NEO
Asentí.
-No hay ningún problema, nosotros no tenemos nada que hacer, además a Kara le encanta estar con tu cachorro, así que, nos quedaremos un poco más.


KAI
Suspiré.
-Realmente no sé qué hacer, Neo. Tengo que ocuparme de la ciudad, pero yo sólo ahora mismo no puedo hacer nada. –estaba hecho un lío. Si les acompañábamos, podríamos encontrar respuestas y buscar a Draco y James de nuevo…
-¿Qué debo hacer, Neo?


NEO
Me froté el pelo suspirando.
-Pues no sé Jefe… lo que necesites o lo que elijas… cuenta conmigo…- Sonreí.
-De verdad.


KAI
Asentí.
-Gracias… -esbocé media sonrisa, sabía que podía contar con él, al menos ahora.
-Creo que ahora poco puedo hacer aquí, supongo que si vamos con vosotros podremos hacer algo de utilidad… De todas formas debo hablarlo antes con Saya.

NEO
-Claro.- Sonreí.
-Voy a preparar las cosas en la nave, prepararla para el viaje y eso. Cuando sepas lo que vas a hacer me avisas.- Salí del refugio y me dirigí a la nave.

KAI
Asentí y dejé que saliese, miré a Saya, aún le faltaría algo de tiempo para recuperarse, de modo que la dejé dormir tranquila.
Me acerqué y cogí a Kai en brazos, Kara se despertó.
-Lo siento. –susurré y le tumbé junto a Saya, Kara se levantó.


KARA
Me estiré.
-No tenías que llevártelo, estaba bien aquí. –me rasqué la nuca.
-Voy a buscar a mi costillita, tú haz lo que quieras, pero te aseguro que si venís con nosotros sí que podéis hacer algo más útil que estar aquí.

NEO
Me ocupé de la nave, le llené el depósito y organicé un poco los camarotes. Me dejé caer en mi cama cuando terminé, estaba destrozado de ir de aquí para allá, seguro que me saldrían agujetas…


KARA
Entré en la nave, era tarde y Neo debía estar hecho polvo después de tanto mareo con viaje aquí viaje allá sin parar. Le encontré tumbado en la cama, me acerqué.
-Gordo, tienes que estar cansadísimo. –le besé en la mejilla.
-Supongo que quieres la cama para ti solo, mañana te haré un masajito. –le besé en los labios levantándome a su lado.

NEO
-Estoy destrozado…- Me quité la camiseta y el pantalón dejándolos a un lado. Me volví a tumbar sobre el colchón.
-Puedes dormir conmigo si quieres, no tienes porque dormir en otro lado.

KARA
-Ya, pero seguro que quieres estirarte cuanto quieras. Además… -coloqué su ropa sobre una silla- Yo me he echado una buena siesta con Kai Jr. –sonreí.
-De modo que ahora puedo recoger un poco el trajín que han dejado esos Fríos por aquí. –sonreí.
-Tú duerme.

NEO
-Está bien… tranquila…- Bostecé achuchándome a la almohada, me tapé con la sábana hasta la cintura y dejé que el sueño se apoderase de mí.


KARA
Me dirigí a la puerta y sonreí cuando le vi acurrucado como un crío. Cerré la puerta y salí. Volví al refugio, todos dormían, así que me dispuse a recoger la nueva nave, la Black Hole.

SAYA
Me desperté, casi había anochecido y el refugio estaba solitario… escuché las risas de Kai Jr. Supuse que estaba con Kara. Me froté la cabeza, me dolía aunque no era gran cosa…
Me levanté de encima de la camilla y salí al exterior, por suerte, lo que quedaba de sol no me dañaba y el mirar a los demás tampoco, aunque ahí seguía la luz.
Me crucé de brazos y sonreí al ver como Kai ayudaba a Kara a llevar cosas al interior de la nueva nave de Neo.

KAI
Me apoyé en la pared al lado de Saya.
-Parece que estás mejor, ¿no? –le pregunté mirando al niño intentando alzar una caja muy pesada, a veces era tan orgulloso como sus padres…

SAYA
-Si, eso parece…- Le miré y sonreí levemente. Rodeé su cintura con mis brazos apoyando la cabeza en su pecho. Sentí su frescor… era agradable…

KAI
Rodeé sus hombros con mis brazos y la besé en el pelo, parecía estar mucho mejor.
-Me alegro, cielo. –la acaricié la espalda, parecía que hasta me había echado de menos.

SAYA
-Me da rabia no acordarme de lo que sucedió en el bosque con aquel sombra… ¿fue él quién me hizo esto en los ojos?- Dije sin apartar la cabeza de su pecho, me relajaba escuchar el palpitar de su corazón.

KAI
Bajé la cabeza apoyando los labios sobre su cabeza.
-Sí. –Kai se cayó al suelo, pero Kara le levantó, si no fuese porque la conociese creería que era su niñera.
-Encontraré la manera de devolverte tus ojos.


SAYA
Suspiré y cerré los ojos asintiendo ligeramente…
-Sé que te incomodan mis nuevos ojos… intentaré no cruzarme con los tuyos…- Agarré su camisa con fuerza entre mis dedos.

KAI
Fruncí el ceño.
-No digas eso, Saya… -la cogí de la cara, alzándola para que me mirase. Sus ojos eran iguales a los de aquel tipo, pero no podía dejarme intimidar, eran los ojos de Saya. Suspiré.
-No te preocupes, ¿vale?


SAYA
Desvié la mirada sin bajar la cabeza.
-No puedo hacer eso, Kai… sé que te incomodo, no quiero que finjas…- Kai intentaba hacerse el fuerte, pero debió de pasar algo en el bosque para que él se intimidase cuando me miraba a los ojos…

KAI
Desvié la mirada cuando ella lo hizo también.
-Pero no te preocupes, de verdad. Tú te acostumbraste a no intimidarte conmigo a lo largo del tiempo, yo me acostumbraré a tus ojos el tiempo que estés con ellos. No es para tanto, sólo… ha cambiado el color. –la besé en la cabeza.


SAYA
Bajé la cabeza, esta situación era demasiado incómoda… no poder mirar a los ojos de Kai era como si faltase algo entre él y yo… su mirada es algo fundamental en nuestra relación, siempre sabía seducirme con una sola mirada pero ahora…
Suspiré y miré a Kai pero no directamente.
-¿Vamos a ir con ellos en su nave?

KAI
-Eh. –hice que me mirase a los ojos. No me gustaba tener que ver a aquel tipo en los ojos de mi mujer, pero no podía dejar que Saya dejase de mirarme.
-Mírame cuando te hable, ¿vale? –la besé y la volví a abrazar.
-He esperado a que despertases, depende de lo que tú digas.


SAYA
-¿De lo que yo diga?... ¿desde cuando elijo yo? Eso es cosa tuya… yo haré lo que tú digas…- Giré la cabeza para mirar a mi hijo que jugaba con Kara.
-Si quieres que nos vayamos por mí bien, si en su defecto nos quedamos, estaré contigo.

KAI
-Sí, lo sé, pero quería contar con tu opinión. –la acaricié el pelo y la volví a besar en la cabeza.
-Entonces si no tienes ningún problema nos iremos con ellos, creo que seremos más útiles fuera de aquí que dentro.


SAYA
-Me parece bien…- Asentí y le di un toquecito en la punta de la nariz para animarle, sonreí.
-Que sepas que aún eres mi Copito.

KAI
Desvié la mirada.
-A ver qué día se te olvida eso, joder… -sonreí mirándola de reojo y la mordí la oreja con cuidado.
-Tú siempre serás mi Cascada…


SAYA
Le di un golpe suave en sus partes nobles.
-Guarro, marrano, asqueroso…- Me crucé de brazos.
-Eres un cerdo.- Le miré con el ceño fruncido.
-Yo aquí dándote cariños y tú con esas guarradas… hombres….

KAI
-No te piques, Gotita. –la agarré de la cintura y la besé en la nariz.
-Si yo también lo digo con cariño, no sé por qué te pensarás guarradas, sólo te lo llamo de forma cariñosa.

SAYA
Alcé una de mis cejas, seguía con los brazos cruzados.
-Ya, claro, eres un rencoroso, lo hiciste porque no te gusta que te llame Copito…- Le miré con cara de niña buena.
-Malvado…

KAI
-Malvado dice. –la besé juntándola más a mí y rodeándola de la cintura.
-Si yo lo hago con todo el cariño del mundo, la rencorosa eres tú. –la volví a besar.


SAYA
-¿Yo soy la rencorosa? Hala, por listo te quedas sin besos.- Me aparté y me giré cruzándome de brazos.
-Que sepas que estoy indignada…

KAI
La agarré de la cintura y la pegué a mí.
-Tú no te marchas de aquí. –la besé en la mejilla, Kara y Kai volvieron a salir, y se quedaron esperándonos.
-Parece que vamos a embarcar.


SAYA
-Pues vamos… - Me separé y me dirigí hacia la nave negra.
Cogí a mi hijo en brazos y entré en la nave junto con Kara y con Kai.

KARA
Cuando todos estuvimos en la nave cerré la compuerta.
-Espero que su estancia sea agradable en el Black Hole, majestades, tenemos toda clase de servicios y comodidades, para más información, al armario empotrado de mi marido. –sonreí y le revolví el pelo a Kai.
-Qué rico eres despeinado.


KAI JR.
Me reí y la agarré de la mano.
-Ayyy… no me despeines, muñeca.- Me reí de nuevo y me lancé a sus brazos desde los brazos de mi mamá.
-A mi me gustaría peinarte, me gusta mucho tu pelo. A mamá se lo suelo peinar cuando me voy a dormir.


KARA
-A mí también me gustaría que me peinases. –le peiné su pelito rubio con los dedos. Les llevé hasta la nueva sala de mandos.
-Bueno, esta mola mucho más que la anterior, ¿verdad? –señalé los mandos.
-Hay muchos más botones y baratijas para toquetear y todo eso.

KAI JR.
-Que guay, le diré a Neo que me enseñe a pilotar, así de mayor podré ayudarle cuando te cases conmigo.- Sonreí y la abracé. La besé en la mejilla.

KARA
Sonreí y le abracé con fuerza.
-No digas eso muy alto, cachorro, Neo está por aquí, podría ponerse celoso. –sonreí y miré a Saya.
-Se empeña en que me tengo que casar con él, Saya, ¿serás la madrina? –me reí.

SAYA
Sonreí.
-¿Dónde vas tú, enano? Kara está casada con Neo… pero bueno, seré la madrina.- Kai empezó a gritar de alegría.
-En menuda te has metido, Kara, te aseguro que no se le va a olvidar…

KARA
-Bueno, es un niño, me lo perdonará. –sonreí y le besé en la mejilla.
-¿Me quieres mucho, Kai? –sonreí y le besé en la mejilla con fuerza.
-En cuanto se levante Neo nos iremos. –miré a Kai.
-¿Quieres ir a despertarle? –sonreí maliciosa.


KAI JR.
Sonreí y me bajé de un salto. Fui corriendo al cuarto de Neo y entré.
-¡Neo! ¡Neo! ¡Neo!- Salté sobre la cama destapándole y tirando de la sábana.
-¡¡Vamos!! Mis papis ya están dentro, Kara me ha dicho que viniese a despertarte.- Le agarré del brazo y tiré de él.
-Vamooooossss...


NEO
-¡¡Terremoto!!- La cama empezó a temblar y las sábanas salieron despedidas destapándome por completo. Me incorporé y vi a Kai Jr.
- Me cago en Zipi- Zape y en la hermanas Bolena… coño…- Miré a Kai, que salió corriendo fuera del cuarto.
-Será posible… con lo a gusto que estaba yo…- Suspiré y me levanté, me vestí y agarré a Kai subiéndolo a mis hombros.
-Ya estoy despierto, aquí está el piloto.

KARA
Neo entró con Kai sobre los hombros, me acerqué, y agarrándole del cuello de la camisa le besé.
-Hola, piloto. –sonreí a Kai.
-Eres un buen despertador, ¿cuánto cobras por ello?


KAI JR.
Sonreí agarrándome al pelo de Neo.
-Soy el mejor, el más fuerte, el más listo, el más guapo, el más valiente el maaaaas…- Me resbalé, Neo me agarró y me quedé colgando en su brazo.
-También el más torpe…- Sonreí.
-Mirad, parezco un mono.- Me reí.


KARA
Sonreí y le di una palmada en el brazo a Neo.
-Vamos, hombre mono, hay que levantar esto del suelo, no nos vamos a quedar aquí eternamente. –me senté en mi silla reservada exclusivamente para mí y encendí el ordenador.
-Veréis qué maravilla.


NEO
Me senté en mi sofá dispuesto a encender esa maravilla se nave.
-Muy bien, señoras y señores, siéntense y abróchense los cinturones de seguridad, están a punto de presenciar una de las 7 maravillas del mundo hecho por…- Apreté el botón que ponía los motores de la nave en marcha.
- El menda.- Sonreí y me crucé de brazos. La nave despegó solita, de manera suave y ligera.

KARA
Sonreí negando con la cabeza.
-Sólo los genios somos modestos. –dije sonriendo mientras sentaba al canijo de Kai en mis piernas.


ERIKA
Miraba al techo sin parpadear en ningún momento, no tenía ganas ni para eso… si por mi fuese, dejaría de respirar, pero era necesario para “vivir”… aunque en el fondo yo estaba muerta…
Seguí mirando el techo blanco del cuarto del hospital… fuera había mucho alboroto, tenía entendido que habían trasladado a muchos ciudadanos del reino del Hielo…
No teníamos bastante… ese Kai, era un desastre como rey y como persona… ¿a quién voy a juzgar? Yo no valgo como nada, ni siquiera como cadáver…
Suspiré y escuché como la puerta de mi cuarto de abría, me traían la cena… vaya gilipollez, nunca empezaba ninguna de las comidas… decían las enfermeras que estaba muy delgada y demacrada, como siguiese así moriría… ¿y a qué esperaba?
Como siempre, me dejaron la bandeja con la cena encima de la mesilla que tenía al lado de la cama, ni la miré. La enfermera se acercó y me cambió la bolsita del suero.
-Vamos, pequeña, tienes que comer algo, el suero no te mantendrá con vida para siempre.- No la miré, seguí con la mirada clavada en el techo.
-Largo.- Dije secamente, sin sentimiento alguno, parecía una cáscara vacía, pues así me sentía.
La enfermera se marchó, miré de reojo la bandeja de la cena y la lancé contra la pared de una patada.
-A la mierda tanta cena…- Suspiré y cerré los ojos… en mi mente apareció el rostro de Jim… fruncí el ceño y me llevé las manos a la cabeza.
-¿Por qué… sigues… torturándome? Lárgate de mi cabeza…- Las luces se apagaron, era la hora de dormir… yo me pasaba toda la santa noche despierta, no conciliaba el sueño desde que me ingresé voluntariamente, de eso hará casi diez meses…
Cerré los ojos intentando no recordar a nadie ni nada… Todo estaba en silencio, por fin… no se escuchaba nada, paz… Abrí los ojos cuando escuché un golpe en el pasillo. Me levanté y me quité el suero sacándome la vía del brazo. Salí de la habitación y miré hacia ambos lados del largo pasillo… estaba oscuro y no se escuchaba nada sospechoso.
Me encogí de hombros y me giré hacia la habitación, el golpe de antes se repitió, más intenso… Miré hacia el lugar de donde venía el golpe… fruncí el ceño extrañada y me dirigí hacía allí a paso lento y con precaución… Una de las puertas del fondo se abrió lentamente…
-No me jodas, esto parece una película de Stephen King…- Negué con la cabeza y me acerqué a la puerta que se había abierto, me asomé con cuidado y miré dentro… era el cuarto de la limpieza.
-Pues vaya… y yo que esperaba encontrarme con un zombie o algo…- Cerré la puerta y me giré para volver a mi habitación. Me quedé congelada al ver delante de mí una figura, era una figura humana, vestido de negro y encapuchado… tragué saliva y di un paso hacia delante cuando la figura dio un paso hacia mí.
Me quedé contra la pared, la figura se acercó hasta mí, demasiado cerca, se quitó la capucha… el corazón dejó de latirme por un momento…
-James…- No me dio tiempo a hacer y decir nada más, me tapó la boca y lo último que recuerdo es que me desmayé… esa fue la primera vez que dormí en casi un año… soñé… soñé con Jim…

KAI
La verdad es que la nave, aunque era más pequeña que la Quimera, tenía más clase y más ventajas, hasta se estaba más cómodo y más libre, no había tanto cable ni tanta tubería.
-Te lo has currado de lo lindo. –le dije a Neo observando la sala de arriba abajo.

NEO
Me reí y miré al Jefe.
-Eso no es nada, Jefe, es verdad que me la he currado, esta joya puede hacer lo que quieras, crear escudos, tienes armas por un tubo, puede sumergirse a más de 500 metros del nivel de mar y bueno… puedo hacerla invisible… - Me rasqué la nuca.


KAI
Le miré de soslayo.
-Nada, yo creo que aquí ponemos un enchufe y salimos volando. –sonreí y miré por el ventanal.
-Mis maestros me decían de pequeño que era un genio, pero viéndote a ti y a Jim me quedo muy atrás.

NEO
Me reí y posé una mano sobre su hombro.
-Ven, te voy a enseñar tu camarote, bueno, y el de Saya… ya verás, te va a gustar.- Alcé las cejas y me levanté.
Le guié por el pasillo y abrí la puerta del camarote de Kai. Salía al exterior el frío del cuarto.
-Fresquito, ¿verdad?- Me aparté.
-Adelante, Jefe.


KAI
Entré, tenía una decoración bastante medida como para haberla decorado Neo.
-Esto… es cosa de Kara, ¿verdad? –sonreí mirándole, la temperatura era bastante agradable.
-¿Preparasteis… una habitación sólo para nosotros?


NEO
-Pues no, listo, es cosa mía.- Sonreí cruzándome de brazos.
-Verás, pensé que entre siempre estaremos de aquí para allá y el clima será variado, así que, cree unos camarotes “especiales”. Por ejemplo, el tuyo…- Me acerqué a la puerta, al lado, en la pared, había un termostato.
-… tiene un balance de temperatura, aquí puedes elegir los grados bajo cero que quieras, o subirlo a tu gusto, así te sentirás como en casa… aunque no hay nieve, hasta ahí no llego.- Me reí.

KAI
Le di un ligero puñetazo en el hombro.
-O te estás volviendo un blando o te has aburrido mucho durante este año. –solté una pequeña risotada.
-Muchas gracias, no pensé que harías esto por nosotros, ni siquiera podías saber si volveríamos a vernos. –fruncí el ceño.


NEO
-Un blando dice… ¿y tu qué, Jefe?- Le di un codazo en un costado. Sonreí.
-Algo me decía que volveríamos a vernos, nunca se sabe, ¿no?- Me encogí de hombros.
-Pues nada, que disfrute de su estancia en el Black Hole… ohm, deberías ver los baños, son la hostia, eso si que fue idea de Kara…- Salí del cuarto.


KAI
-Uh, no me lo pierdo. –dejé que me guiase hasta los baños, cuando abrió la puerta yo abrí los ojos como platos.
-Jo-der. –era un baño enorme, simulando una gran bañera de sauna.
-Menuda movida habéis montado, esto está genial, esta nave es… Wo, una joya, ¿sabes? Deberías presentarla en un concurso, ganarías un pastón.

NEO
Me reí y le miré.
-Black Hole es mi mayor obra, no pienso utilizarla para ganar dinero… de momento…- Sonreí y me alejé por el pasillo hacia la sala de mandos.


KAI
Sonreí negando con la cabeza. Suspiré.
-Parece que para ellos nunca cambian las cosas. –cerré la puerta y me dirigí hacia la sala de mandos y miré a Kai, que estaba sobre las piernas de Kara.
-¿Qué, enano? Estarás contento, tan canijo y ya se rinden las mujeres a tus pies.


NEO
Miré al pequeño Kai que no dejaba de achuchar a Kara, negué sonriendo… estos críos…
-Ey, enano, te veo, ¿eh? A ver que hacemos con mi mujer.- El cachorro me sacó la lengua apoyando la cabeza entre los pecho de Kara… mis pechos, eran míos… jo…

KARA
Me reí cuando vi la cara de Neo y achuché a Kai contra mi pecho.
-¿Hacia dónde nos dirigimos, piloto celoso? –volví a reírme mirando la cara de Neo, sabía que en realidad no estaba celoso, pero me gustaba hacerle de rabiar.


NEO
Les miré de soslayo alzando una ceja, suspiré y volví la mirada al frente.
-Jefe, ¿hacía donde pongo el rumbo?- Pregunté algo serio. No me gustaba nada que Kara jugase conmigo de esa manera… no me ponía celoso porque el crío la abrazara, pero me jodía que Kara intentase ponerme celoso, le gustaba ese rollo…

KARA
Acerqué mi silla a la suya.
-No te enfades, tonto. –le besé en la mejilla.

KAI
Miré a Neo cuando me preguntó.
-¿Qué? ¿Cuándo he vuelto a ser el Jefe? A mí no me preguntes, Neo, no sé dónde pretendes llevarnos, tú eliges.

NEO
Miré a Kai.
-Se supone que tú eras el Jefe de la tripulación… aunque no esté entera…- Suspiré.
-Podríamos ir a buscar a Erika y a Jim, no sé… tal vez necesiten nuestra ayuda…


KAI
Le miré.
-¿Lo dices en serio? Neo, no sé si ellos nos necesitarán a nosotros, pero una cosa si está clara, nosotros los necesitamos a ellos, aunque no sé si… Después de todo lo que pasó querrán volver. –me crucé de brazos. Los chavales del grupo se habían separado por culpa de la enfermedad de Erika y probablemente si tenían que volver a juntarse…


NEO
Me encogí de hombros.
-Pues nada, vamos a buscarles.- Puse rumbo al reino del Rayo. No tenía ni idea de si Jim quería volver a vernos… las cosas habían cambiado mucho y eso le había hecho madurar… Erika no se embarcaría por culpa de su enfermedad… Lo teníamos crudo.

KAI
Estaba dando una vuelta por la nave junto a Saya mientras llegábamos al País del Rayo, decidí mostrarle los baños.
-Ya verás como se lo han trabajado. –abrí la puerta, seguro que le encantaría.

SAYA
Alcé las cejas cuando vi los baños, una gran piscina circular de agua caliente….
-Una… ¿sauna?- Pestañeé y asentí.
-Veo que se han esforzado lo suyo.- Me reí y miré la sauna.
-Es enorme…


KAI
La agarré de la cintura por detrás posando mis labios sobre su pelo.
-¿Te gusta? Porque a mí me encantaría probarla contigo. –sonreí y la besé la nuca recorriendo sus caderas con mis manos.

SAYA
Me reí agarrando sus manos.
-Pero que morro tienes, seguro que aprovecharás cuando me duche para meterte tú también.- Sonreí. Miré la sauna, la verdad es que me tentaba a darme un bañito…

KAI
-Hombre, cómo lo sabes. –hice ademán de tirarla al agua.
-Uy, con lo fácil que es tirarte, ¿qué pasaría si te doy un empujoncito? –la empujé de nuevo pero no dejé que cayese.

SAYA
-Ni se te ocurra, Kai, si caigo yo, caes tú, así que ten mucho cuidado, te lo advierto…- Le agarré de los brazos para evitar caer yo sola.
-Que peligro tienes…

KAI
Sonreí y la incorporé.
-Tranquila, su majestad, basta de bromas por hoy. –la solté y la besé en la mejilla.
-Espero que si nosotros no podemos convencer a Jim lo hagas tú, él te tiene más cariño que cualquiera de nosotros.

SAYA
Me crucé de brazos.
-Ohm… con que Jim me tiene mucho más cariño que tu, ¿eh?- Bajé la cabeza.
-Y yo que pensaba darme un baño contigo, quitarme la ropa delante de ti muy despacio, quitártela a ti…- Me acerqué posando mis manos en sus costados.
-Dejar que me hagas tuya mientras el agua nos acaricia la piel, sentir como me erizas la piel y como me excitas…- Le empujé haciendo que cayese a la sauna. Me separé para prevenir que me tirase también. Sonreí.
-Que disfrutes de tu baño.- Le mandé un beso.
-Hata luego.- Salí de los baños.

KAI
Fruncí el ceño levantándome.
-Creo que esta mujer me odia, no sé por qué tengo esa impresión… -escurrí el agua de la camisa y salí de la sauna para cambiarme de ropa, aún quedaba un camino largo por recorrer.

NEO
Seguía en los puestos de mandos, pilotando la nave, aunque era algo muy sencillo… Miré el navegador, faltaban unos cuantos kilómetros para llegar al reino del Rayo.
Me asomé por la ventana y miré el desolado paisaje… estaba todo carbonizado y destruido…
Suspiré y me recosté sobre el respaldo de mi sofá.

KARA
Volví a la sala de mandos después de ordenar la nave. Me coloqué detrás de Neo y le abracé el cuello besándole en la mejilla.
-¿Echas de menos a tu Jim?

NEO
Seguí pilotando cuando llegó Kara.
-Que raro que no estés con tu niño del alma, ¿no?- Dije mirando el navegador.

KARA
-¿Sigues enfadado? –pregunté apenada, no pensé que le hubiese sentado tan mal.
-Pero no te enfades, sabes que no lo digo en serio. –le besé de nuevo en la mejilla.

NEO
-Kara, no sé que será esto para ti, pero a mi no me va tu rollo.- Me levanté poniendo el PA.
-Y más intentando ponerme celoso con un crío que no para de sobarte, y no me digas que es un niño, porque me da igual, Kai sabe muy bien lo que hace…- La miré y salí de la sala de mandos.

KARA
-Pero Neo… -salí detrás de él.
-Sabes que no lo hago con mala intención, ni siquiera pensé que tomases en serio que achuche al crío… Lo siento… -le seguí por la nave.

NEO
-Kara, no me importa que le achuches, que le mimes, es un niño y lo entiendo, pero no me gusta la manera que tiene de agarrarte, es demasiado listo y sabe lo que hace… y encima tú rematas la faena con tus bromitas intentando ponerme celoso, pues no, preciosa, a mi no me mola ese rollo.- me alejé por el pasillo.

KARA
Le seguí.
-Neo, ¿cómo va a saber qué es todo eso? Sólo tiene siete años, no sabe ni qué es un condón. –me coloqué a su lado.
-De acuerdo, no te va ese rollo, lo he captado, lo siento, ¿vale, cielo? –le agarré de la cara.
-Vamos, no te enfades, anda…

NEO
Aparté la cara agarrándola de las manos.
-Cuando lo vea lo creeré…- La miré serio y me alejé hacia la sala de máquinas.


KARA
Suspiré y me fui dejándole solo, estaba molesto y era mejor dejarle en vez de dar más cizaña.

KAI
Salí a la cubierta donde estaba mi hijo y me asomé. El País del Rayo tenía un aspecto tan devastador como el País del Hielo.
-Kai, ¿por qué no vas dentro con mamá?

KAI JR.
Negué.
-No, yo quiero estar aquí. Me gusta el cielo.- Sonreí y me senté en el suelo.
-Hay más casas rotas, ¿por qué?


KAI
Suspiré.
-Los malos quieren acabar con todo, pero nosotros somos demasiado fuertes, de modo que no podrá contra nosotros. –miré la ciudad.
-Pero bueno… supongo que no todos somos igual de fuertes.

KAI JR.
-Nosotros somos más fuertes, mira.- Hice fuerza con el brazo.
-¿Has visto que fuerte soy?- Sonreí.


KAI
-Ey… -toqué si brazo.
-Me cago en la leche, estás más fuerte que yo, no lo puedo creer, ¿se puede saber qué comes? –resoplé y sonreí revolviéndole el pelo. Marqué mi brazo.
-Mira, yo sólo tengo un poquito, seguro que me echas un pulso y del susto ya me vences.

KAI JR.
Me reí.
-Te puedo coger en brazos y todo, mira.-Le agarré de una pierna y empecé a tirar hacia arriba. Volví a intentarlo.
-Jooo…con mamá si me saleeeee.- Volví a tirar.


KAI
Sonreí y levanté la pierna para que creyese que podía.
-¡Dios! ¡Qué fuerza! ¡No la levantes más, se partirá! –me agarré a la barandilla, en otros aspectos sí, pero en el equilibrio yo era un show.

KAI JR.
-¿Ves? Soy muy fuerte.- Me crucé de brazos,
-No soy un niño pequeño, soy mayor y fuerte.- Sonreí. Miré la espada de mi papi.
-¿Puedo cogerla?

KAI
Miré la espada a mi espalda.
-¿Quieres cogerla? –parecía interesado, aunque…
La desenvainé y posé sobre la punta sobre el suelo agarrando la empuñadura. El crío ya había portado una pistola, no creo que le pasara nada por intentar levantar la espada.
-Puedes intentarlo, pero si logras levantarla, que creo que es posible… -dije alabándole- Intenta no hacerlo muy deprisa, despacio y siempre apuntando al frente, ¿de acuerdo?

KAI JR.
-De acuerdo.- Agarré la espada con las dos manos.
-Pesa un poco…- Logré levantarla, pero se me cayó.
-Creo que no soy tan fuerte…


KAI
Le miré, parecía algo desilusionado. Cogí la espada y la coloqué entre sus manitas.
-Cógela fuerte y firme, siente el frío de la espada. –agarré bien la empuñadura con sus manos entre las mías para que no se le cayese la espada.
-Si le caes bien a la espada ella te ayudará a levantarla. –la fui alzando poco a poco para que viese como subía.
-¿Ves? Ahora eres más fuerte. –sujeté bien sus manos a la empuñadura.
-Conéctate con el frío de la espada, cierra los ojos para concentrarte. –una vez cerró los ojos fui soltando la espada, puso sostenerla.
-Ahora ábrelos.

KAI JR.
Abrí los ojos asombrado.
-La estoy cogiendo, no pesa.- Sonreí y miré a papá.
-¡Yuhuuu! ¡Yupiii!- La alcé con una mano.
-¡Qué guay, papá! Puedo sostenerla y no me pesa.

KAI
Sonreí.
-En un par de años, cuando tengas la edad, te enseñaré a usarla para que aprendas a defenderte como un verdadero príncipe. –posé la mano en su cabeza.
-¿Qué te parece? Eres más fuerte de lo que pensabas.

KAI JR.
Sonreí y asentí.
-Cuando sea mayor y me enseñes a utilizarla, seré un guerrero y protegeré a la gente que me necesite, también a las chicas guapas, por supuesto.- Sonreí de nuevo y le devolví la espada a mi padre.


KAI
Sonreí y guardé mi espada.
-Estoy orgulloso de ti, hijo. –le revolví el pelo.
-Pero… no molestes mucho a Kara, creo que Neo está algo enfadado, ¿por qué no le molestas a él? Creo que es más divertido.

KAI JR.
Esbocé media sonrisa traviesa.
-Hummm… guay…- Entré en la nave corriendo y fui a buscar al ogro-Neo.

KAI
Esbocé media sonrisa cuando salió corriendo, ese niño era algo hiperactivo y estaba algo loco, pero, ¿qué podía esperar con la madre que tenía?
Miré la ciudad, no tenía seguro que Jim quisiese venir con nosotros, pero nos sería de gran ayuda.

SAYA
Salí fuera después de recorrerme la nave entera. Estaba mucho mejor que la Quimera, he de reconocer que Neo tenía buena mano para la mecánica.
Encontré a Kai mirando la ciudad el Rayo, estaba igual de desolada que la del Hielo. Me acerqué y me puse a su lado.
-¿Qué tal el bañito? Ha sido refrescante, ¿eh?- Me mordí el labio aguantándome la risa… seguro que me guardaba rencor.


KAI
La miré de soslayo.
-No me hables, estoy enfadado contigo. –no usé mi tono serio, en verdad no estaba enfadado, ya le devolvería la pelota más tarde.


SAYA
Apoyé la espalda sobre la barandilla.
-Oh, vamos, no te enfades…- Saqué una botella de absenta.
-Te invito a un trago… es de la reserva especial de Neo, la he birlado, ya le compraré otra.- Le miré y le ofrecí la botella.
-Toma…


KAI
Agarré la botella.
-No te creas que por darme un traguito de absenta birlada voy a perdonarte, tiradora de personas al agua. -di un trago rápido sin dejar que el líquido rozase mi lengua. Un escalofrío me recorrió la nuca.
-Qué rico.

SAYA
Me reí y le quité la botella.
-Tan solo era una bromita de nada.- Pegué un trago.
-Seguro que tú me la devolverás más tarde.- Le ofrecí de nuevo la botella.

KAI
-Cielo, como me conoces. –cogí la botella y besé a Saya en los labios, acto seguido di otro trago a la absenta, la nave comenzó a descender.
-Eso es que paramos ya o que tu hijo está sacando a Neo de sus casillas.

SAYA
-No sé, pero si descendemos ya significa que Neo puede pillarme con una de sus botellas, y paso de que me eché a patadas.-Le quité la botella antes de que diese otro trago.
Sonreí y me la escondí dentro de la chaqueta.
-Yo no he hecho nada.


KAI
Sonreí.
-Sabes que te va a pillar, así que ya puedes correr, nena, porque a Neo sólo le para una cosa… bueno, espera, eso era antes, puede que Kara también le pare ahora. Tú por si acaso corre si no quieres morir.

SAYA
Le miré de soslayo.
-Tu siempre con tus ánimos…- Sonreí.
-Me la guardaré y me la beberé esta noche, yo solita, no la compartiré contigo.- Le miré indignada.
-Por listo, por no querer protegerme.


KAI
-Te protegería si no me hubieses tirado al agua, cariño, ya sabes que siempre estoy disponible si no me siento indignado contigo. –la saqué la lengua y me encaminé hacia el interior de la nave.

SAYA
-Ois, el finolis…- Entré detrás de él.
Era hora de encontrar a Jim… este no volvería a la nave ni aunque le amenazásemos con un cuchillo al rojo vivo contra sus pelotas…
Neo aterrizó la nave, abrió las compuertas y salimos fuera. Estaba todo en ruinas y había indicios de más explosiones por los alrededores.
Suspiré y miré a la gente que había recuperado lo que podían y se encaminaban fuera de la cuidad…


KARA
Bajé con todos de la nave, llevaba a mi espalda una mochila con primeros auxilios por si las moscas alguien necesitaba, miré a Neo, no sabía si seguía cabreado, pero mejor dejarle tranquilo.
-Voy a ir por la zona este. –caminé hacia la parte este de la ciudad, aunque me iba a dar igual ir por un lado que otro, al menos el trabajo de intentar convencer a Jim era cosa de ellos, yo no tenía suficiente trato con él.


SAYA
Asentí cuando Kara nos explicó su plan.
-Bien…- Me giré para comentarles que íbamos a hacer… pero estaba claro. Neo, Kai incluso Kai Jr. se me quedaron mirando.
-Ha quedado bastante, claro… iré a buscar a Jim…- Suspiré y me encaminé hacia la ciudad… que cabrones… me cargaban a mí el marrón.


KAI
Sonreí, todos sabíamos que Saya era la más indicada para ello.
-Suerte, Kai, deséale suerte a mamá. –me despedí de ella con la mano y seguimos a Neo, como me encantaba el sabor de la venganza.


SAYA
-Suerte la que te voy a dar yo cuando vuelva… le arrancaré las pelotas como esto me salga mal…- Farfullé para mi sola.
Apreté el paso y me introduje en la ciudad. Di vueltas como una tonta, ¿dónde coño le buscaba yo?
Pregunté a una anciana y ella me indicó el camino hacia la casa de Jim, parecía que el chico era bastante popular en este reino…
Me encaminé hacia lo que quedaba de su casa… estaba hecha un asco…
-¿¡Jim!? - Dije asomando la cabeza por lo que quedaba de puerta.

JIM
La mierda de explosión se había llevado por delante toda la casa, por suerte aún quedaban un par de cosas que salvar de mi cuarto. Me llevé la mano al labio, me volvía a sangrar.
-Joder. –saqué un pañuelo y me limpié cuando oí que alguien me llamaba.
Me levanté del suelo de lo que quedaba de mi cuarto.
-¡No queda nada que llevarse de aquí! ¡Largo! –no sería la primera vez que me preguntaban si podían llevarse algo de lo que me quedaba. Cuando pude ver quien estaba frente a la casa me quedé parado.
-Oh… Saya… -fruncí el ceño.
-¿Qué haces aquí?


SAYA
Le vi sentado en el suelo, me acerqué salteando las vigas de la casa que ahora estaban en medio del suelo.
-Ohm… solo vengo de visita.- Me acerqué a él.
-Hola, Jim.- Sonreí. Vi que tenía sangre en el labio, pero por lo demás parecía estar bien.

JIM
Me lamí el labio sintiendo el sabor metálico en mi boca.
-¿Visita? El Reino del Hielo debe estar hecho un asco al igual que este, ¿cómo es que no estás allí? En fin, pensaba que era tu reino… -volví a sentarme a quitar la mierda de encima de mi portátil muerto.

SAYA
Ahora venía la parte difícil. Me puse de cuclillas delante de él y le miré seria… esperaba no intimidarle con mis nuevos ojos…
-No vengo sola… Kai y los demás andan por aquí… queremos que vengas con nosotros, aún formas parte de la tripulación.


JIM
Vi sus ojos, estaban totalmente negros, como los de aquel tipo…
Retrocedí envolviendo mi mano con rayos y apuntándola.
-Lo sabía, tú no eres Saya, aléjate, casi me matas la otra vez, pero ahora seré yo quien acabe contigo, cabrón. –cargué mi otra mano de energía, esperaba que me diese tiempo a acumular al suficiente para matarlo de un golpe o volvería a darme una tunda…

SAYA
-Oh, joder…- Me levanté y retrocedí. Le miré seria.
-Ni se te ocurra electrocutarme si no quieres que te meta una buena patada en ese culo de niñato que tienes.- Le advertí.
-Jim… no lo hagas…


JIM
En sus palabras me recordaba a Saya, pero sus ojos eran totalmente iguales a los del tipo que se cargó la ciudad, la miré con el ceño fruncido y acumulando energía.
-¿Cómo sé que eres Saya? Puedes ser él disfrazado, los Sombras sois todos unos cabrones.

SAYA
-¿Él? ¿Pero de que coño me estás hablando? Mira, te lo advierto, tengo un hijo pequeño y se muy bien tratar a los niñatos como tú, te juro que como descargues tus rayos contra mí, no solo te matará Kai, sino que te arrancaré las pelotas de cuajo.- Le señalé entrecerrando los ojos.

JIM
Dudé de nuevo, hablando de tanto Kai sólo podía ser Saya…
-Si te descargo esto no tendrás oportunidad de arrancarme las pelotas, simplemente morirás. –la mantuve a distancia, no quería bajar la guardia, tenía que asegurarme de que era ella.

SAYA
Suspiré y le miré. Me acerqué a él a sabiendas que podría recibir una buena descarga, pero tenía que arriesgarme si quería que confiase en mí.
-Jim… sé que parezco muy cambiada y es por culpa de algo que me pasó y no consigo acordarme… pero a pesar de mi cambio, sigo siendo yo…- Me quedé en frente de él, a menos de un metro.
-Me prometiste que no te pondrías en peligro, así yo no tendría que curarte más… pero veo que tengo que seguir siendo tu enfermera personal, ¿no?- Sonreí.

JIM
Tragué saliva, no sabía por qué exactamente, pero la creía. Hice desaparecer los rayos de mis manos y bajé los brazos mirándola. Sus ojos eran… eran espantosos.
-¿Qué te ha pasado?

SAYA
-Y yo que sé, Kai dice que me atacó un tío, pero… no me acuerdo de ningún tío… solo de una enorme bestia y nada más…- Suspiré y desvié la mirada.
-Tienes que volver con nosotros, Jim, te necesitamos… creemos que el causante de todo esto podría ser Draco… pero no estamos seguros, por eso vamos todos a averiguarlo.

JIM
Cogí mi ordenador del suelo.
-¿Y para qué me necesitáis a mí? No sé luchar, Saya, sólo sé jugar con el ordenador, a la hora de la verdad no me servirá para acabar con Draco ni James ni con nadie. Ni siquiera pude rozar al cabrón que provocó esto, ¿crees que podré ayudaros de verdad? –cogí la bolsa con la que había venido y me la cargué al hombro.

SAYA
-¿Pero que dices, Jim? Eres muy importante, tus estrategias, tu cerebro… no es por nada, pero eres el más inteligente de la nave, y que conste que no es peloteo…- Sonreí.
-En serio, Jim… si ti no somos nada… por favor, hazlo por mí…

JIM
Desvié la mirada, la verdad es que tampoco tenía mucho que hacer aquí, y si podía librarme de mi padre definitivamente era algo muy tentador…
Miré a Saya, no sabía si era todo cuento simplemente para que fuese con ellos, pero no tenía otra cosa mejor que hacer, al menos allí valorarían mi trabajo, y podría irme siempre que quisiera.
-Necesito pensarlo un poco, aún tengo cosas aquí… -salí de la “casa”, o lo que quedaba de ella, pasando sobre los escombros.

SAYA
Suspiré y me senté sobre lo que quedaba de una silla carbonizada…
-Kai… te mataré… en que berenjenal me he metido…-Me froté la cara y esperé a que Jim tomase una decisión…


JIM
Estuve cerca de una hora buscando, pero no había nada más que salvar, definitivamente lo había perdido, ¿cómo podía haber pensado que un pen-drive sobreviviría a un incendio? Me senté en el suelo a un par de metros de Saya suspirando.
-Ya no tengo nada más que perder, no tengo ni siquiera mis recuerdos, así que iré con vosotros.

SAYA
Asentí y me levanté.
-Bien… vámonos…- Salí de la casa junto con Jim. No hablamos durante el camino, se le notaba afligido y tristón… lo había pasado mal cuando abandonó la nave y lo estaba pasando mal ahora que volvía a ella…
Le miré y pasé mi brazo por detrás de sus hombros, le besé en la mejilla.
-Se te echaba de menos, rubio.


JIM
La miré de reojo.
-Gracias, si es por animarme. –miré al frente, no sabía exactamente a qué nave se refería, pero conociendo a Neo había hecho una mejor que la Quimera, una mucho mejor equipada. La Quimera estaba bien, pero le faltaba mucho para ser perfecta.
-¿Qué tal los demás?

SAYA
-La verdad es que muy bien, Kara y Neo se casaron y el peque está allí con ellos. Kai sigue siendo un cascarrabias y bueno, yo sigo dando caña al asunto.- Sonreí.
No hablé de Erika, de no ser que a Jim le sentaría fatal y de que… desde que volvió a su casa, no sé nada de ella….


JIM
-Me alegro de que todos estéis bien. –miré en dirección al hospital, allí estaba mi padre, pero no tenía ganas ni de despedirme de él, de modo que seguí adelante.
-¿Sabéis… algo de…? -tragué saliva, me costaba pronunciar su nombre desde que tuve que dejarla sola en aquel jodido hospital-¿Sabes algo de Erika?

SAYA
Le miré y negué.
-No, pero también vamos a buscarla, está en el hospital, así que no nos costará mucho encontrarla, además, por fortuna, el país del Viento está intacto…- Volví la mirada al frente.
-No te preocupes, no iremos a ninguna parte sin nuestra francotiradora pelirroja.

JIM
Bajé la mirada. Si había sido capaz de internarse en un hospital durante tanto tiempo sin querer contar con nadie ahora sería totalmente capaz de negarse a venir, y estaba seguro de que lo haría, aunque ya estaba acostumbrado a vivir sin ella, la seguía queriendo y al menos me gustaría volver a verla.
-Espero que esté bien. –suspiré y pude divisar la nave, era negra, algo pequeña que la Quimera, pero parecía mucho más resistente, Neo se la había currado.
-Vaya…

SAYA
-Es molona, ¿eh?- Sonreí.
-Creo que se llama “Black Hole” o algo así…- Miré a mi alrededor, los demás aún no habían regresado.
-Bueno… pues vamos dentro, les esperaremos ahí.


JIM
Asentí. Al menos Neo me había alegrado un poco el día sabiendo que podía tirarme toda la tarde recorriendo su nave de arriba abajo.

SAYA
Estuvimos esperando a los demás en la nave. Jim la recorrió de arriba abajo varias veces, parecía maravillado.
Yo me senté en el asiento del piloto, no creo que a Neo le importase…


NEO
Volvimos como llegamos, sin Jim. No le encontramos por ninguna parte, y cuando llegamos a su casa, él ya había desaparecido. Dedujimos que Saya ya lo había encontrado y nos esperaban en la nave.
Entré seguido de los Kais. Allí estaba Saya, sentada en mi sillón.
-Oye, Jefe, ¿le podrías decir a tu mujercita que se levante de mi sitio?

KAI
-Lo siento, Neo, es una mujer con carácter, no se deja mandar así como así, tendrás que hacer uso de la fuerza o de las cosquillas. –le hice cosquillas a Saya para que se levantase del asiento antes de que Neo entrara en la fase caníbal.


SAYA
Me reí apartando la mano de Kai.
-Pero bueno, ¿tú de qué parte estás?- Me levanté dejando el sitio libre.
-Ohm, se me olvidaba, Jim está aquí, anda por ahí dando una vuelta.

KAI
-Te dije que tú sola bastabas para traer a Jim. –me senté en el lugar de Neo mirando el paisaje.
-Vaya, buenas vistas, ¿cómo es que desde mi cuarto no se ve esto?


NEO
-Pues porque no tienes ese privilegio, vamos, levanta el culo de mi sillón, leches.- Le dije señalando al pasillo.
-Serás mi Jefe, pero ese es mi sillón, el único culo que tiene que soportar es el mío.

KAI
Le miré inclinando la cabeza hacia atrás.
-Pareces estresado. –me levanté sacudiendo el asiento para quitar restos de polvo.
-Listo para el señor. –oí a Kai reírse, sonreí apoyándome en la pared.


NEO
Me senté dejando a un lado la mochila con las provisiones.
-Así me gusta, es mi sillón, mío, y de nadie más…- Les miré entrecerrando los ojos de forma sospechosa.

JIM
Entré en la sala de mandos después de dar la tercera vuelta a la nave, casi todos estaban allí.
-Vaya, Neo, no has cambiado nada. Bueno sí, estás más gordo, se te nota fondón, ¿qué? ¿La vida de casado te da mucho para llenar el buche? –esbocé media sonrisa.


NEO
Sonreí cuando vi al rubio.
-Hombre, pero si ya está aquí el cerebrito.- Me levanté y me acerqué, le di un toque en el hombro.

JIM
-Ey. –me medí con él.
-No me falta nada para alcanzarte, ¿o es que ya empiezas a menguar? –sonreí cruzándome de brazos, juraría que antes me sacaba más centímetros.

NEO
Me reí.
-Serás tú, que comes muchos petit suise.- Sonreí apoyando uno de mis codos en su hombro.
-Aún sigues siendo un canijo.

JIM
Le di un golpe en el pecho.
-No soy ningún canijo, ya tengo los dieciocho y mido 1.80, así que no te pases con el “canijo”. –miré el panel de mandos.
-Te has vuelto un vago, hay más mandos pero la mayoría son de armas.


NEO
-Haré como si no hubiese escuchado nada…- Me reí de nuevo y volví a mi sillón.
-Pues nada, ya que te has recorrido la nave entera sabrás instalarte en algún camarote.


JIM
-Supongo que no hay problema con eso. –miré al pequeño Kai y le acaricié la cabeza sin revolverle el pelo, a mí me lo hacían de pequeño y no lo soportaba.
-Aquí falta alguien, ¿no?


KARA
-No. –respondí entrando por la puerta con provisiones, las dejé al lado de las de Neo.
-Aquí parece que hay menos problemas con los heridos, no quieren ir a ninguna parte y la reina afirma que están perfectamente así que ningún problema.


NEO
-Pues nada, larguémonos ya, levantemos la nave.- Cerré las compuertas y encendí los motores. La nave se elevó hasta que estuvo a una altura pronunciada. Puse rumbo al País del Viento, nuestro objetivo era encontrar a Erika.

1 comentario:

  1. Me encanta el nombre de la nave, es como el título de una canción.

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