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sábado, 21 de noviembre de 2009

Capitulo- LV- DEJARSE LLEVAR

Ya estamos aquí con otro nuevo capi, espero que os esté engachando igual que a mi. XD



ERIKA
Me levanté muy temprano, me sonaban las tripas… anoche no cené nada y ahora tenía el estómago vacío… Me puse el pantalón y salí del cuarto con sigilo, todos dormían aún. Fui a la cocina, la nueva nave era muy espaciosa aunque fuese más pequeña que la Quimera…
Entré y abrí la nevera… la volví a cerrar sin coger nada. Después de cómo me porté con ellos no merecía nada de ellos… Me senté en una de las sillas y encogí las piernas.



KARA
-¿No hay nada de tu agrado? –pregunté apoyada en el marco de la puerta, parecía muy demacrada y delgada.
Me acerqué a la nevera.
-Te prepararé algo de verdad, no esa comida asquerosa de hospital. –sonreí y abrí la puerta de la nevera, busqué algo que pudiese gustarle.


ERIKA
Miré a Kara.
-Gracias…- Sonreí levemente. Volví la mirada al suelo agarrando mis rodillas. Suspiré y la volví a mirar.
-Kara, perdóname…


KARA
Saqué huevos y bacon de la nevera, los dejé encima de la encimera y sonreí. Me acerqué a Erika y la abracé.
-No te preocupes, nena, sé que estabas asustada y tus motivos tendrás.



ERIKA
La abracé con fuerza cerrando los ojos.
-Os echaba de menos…- Dije sin dejar de abrazarla.
-De verdad, lo siento mucho, no os merecéis que os trate así…


KARA
La besé en la cabeza.
-No te preocupes, todos estábamos ayer un poco nerviosos… Bueno, un poco no, bastante. No sabes la noche que he pasado oyendo al fanfarrón de Neo y en el pasillo a Kai, Saya debió hartarse de él y echarle de la habitación. –sonreí y la miré.
-Mírate, si estás en los huesos, ¿qué comías?



ERIKA
-Bueno… no comía…- Desvié la mirada.
-No hacía nada, siempre se llevaban la bandeja de comida intacta… - La miré de nuevo cuando mi estómago sonó.
-Y como ves… tarde o temprano sufro las consecuencias…


KARA
La miré boquiabierta.
-¿Pero estás loca? ¿Cómo se te ocurre hacer eso? –saqué la sartén y un plato para preparar el desayuno.



ERIKA
-Lo siento…- Bajé la cabeza de nuevo y miré como preparaba el desayuno. Olía de maravilla… me trajo viejos recuerdos, buenos recuerdos.
-Veo que no has perdido tu toque en la cocina.


KARA
Sonreí.
-Claro que no, y más estando casada con un hombre que no sabe más que hacer una tortilla. –me reí y eché los dos primeros huevos en el plato.
-Más te vale comértelo todo, y en su defecto, repetir si no quieres vértelas conmigo enfadada. –la fulminé con la mirada y sonreí.



ERIKA
Sonreí y miré los huevos en el plato.
-Tiene muy buena pinta, de verdad.- Sonreí ampliamente y empecé a desayunar.
-Están riquísimos, Kara… - La miré.
-Como echaba de menos esto.


KARA
-Hombre, cómo no echar de menos mi comida. –sonreí y la miré.
-No te dejes nada. –hice un par de filetes de bacon y se los eché al plato, saqué más comida para cuando el resto de la tropa se levantase y me senté a su lado.



ERIKA
-¿Cómo es estar casada con el grandullón?- Pregunté metiéndome en la boca un trozo de bacon.
-Pareces muy feliz.


KARA
Sonreí y me encogí de hombros.
-Él me ha hecho muy feliz, aunque tenemos nuestros deslices, y lo malo es que siempre la que la caga soy yo… Y ni siquiera sé si me ha perdonado de la última que le hice. –suspiré y sonreí.
-Creo que se cansará de mí enseguida.



ERIKA
-No creo que se canse de ti, tendría que ser un idiota sin cerebro para cansarse de ti.- Sonreí y bebí un poco de agua.
-Seguro que ya estás perdonada, Neo es un osito de peluche, grande y blandito… bueno, blandito por dentro, porque lo que es por fuera… puf.- Me reí.



KARA
-Oye, zorra. –me reí y la di un toque en el brazo.
-A ver qué vas a decir tú no de mi hombre. –sonreí.
-Pues espero que me haya perdonado porque le echo de menos, hace dos días que no me da un beso… -me quejé como una niña pequeña.



ERIKA
Me reí cuando me golpeó en el brazo.
-Seguro que si.- Me levanté cuando terminé de desayunar.
-Mira, el plato limpio, ¿eh?


KARA
-Muy bien, Erika, ya puedes salir a jugar con los demás niños. –sonreí.
-Si quieres más te preparo lo que quieras. Salvo fresas, no hay. Hablando de eso, Kai me matará… -sonreí y me levanté con ella.



ERIKA
-Tranquila, estoy llena.- Me reí.
-Jo, hace mucho que no lo digo…- Dejé el plato en el fregadero.
-Gracias de nuevo, Kara.- La besé en la mejilla y salí de la cocina.



KARA
Sonreí y suspiré cuando salió.
-Una menos para el desayuno. –lavé el plato.




NEO
Entré en la cocina cuando Erika salió… tenía mejor cara, me besó en la mejilla y todo…
Kara estaba allí, fregando los platos. Me acerqué por detrás y la agarré de la cintura, la besé en el cuello.
-Buenos días mujer ardiente.- Sonreí.
-Y perdona por como me puse el otro día, soy un oso muy gilipollas.


KARA
Sonreí mordiéndome el labio, dejé el plato en el fregadero, me giré, le cogí de la cara y le besé.
-Te he echado de menos, oso tonto. –rodeé su cuello con mis brazos y le besé de nuevo.



NEO
La agarré de la cintura sin parar de besarla.
-Yo también te echaba de menos.- La besé de nuevo pegándola a mí.
-Soy un oso muy tonto.- Sonreí.


KARA
-Sí, pero yo soy una gata mala, que se junta con niños salidos. –le seguí besando, recorriendo sus labios pegándome completamente a él.



NEO
Sonreí y la acaricié la espalda descendiendo hacia su traserito.
-Mmm… como lo echaba de menos.- Me reí y la besé en la punta de la nariz.
-Perdóname, preciosa.


KARA
-Yo no tengo que perdonarte nada, el que tenía que perdonarme eras tú. –encerré sus labios entre los míos bajando mis manos a su abdomen.
-¿Tú sabes qué tortura se pasa sin tus besos?



NEO
La agarré de la nuca con una mano mientras que con la otra la posé en su espalda para mantener su cuerpo junto al mío.
-Te quiero, pequeña.- La volví a besar. Me encantaban esos desayunos…



KARA
Le besé con más fogosidad, enredando nuestras lenguas, sonreí y me senté en la encimera para estar a mejor altura, le cogí de la cara y le besé con ganas, las reconciliaciones sin duda eran magníficas.


NEO
Sonreí y la agarré de los muslos mientras la besaba de forma fogosa. Su lengua quemaba, ¿qué podía esperarme de ella? Era puro fuego.
La besé el cuello de la misma manera apretando sus muslos con mis dedos sin llegar a hacerla daño.



KARA
Sonreí y le acaricié los hombros. Le mordí en el cuello sonriendo.
-¿Este es tu desayuno, grandullón? –le volví a besar agarrándole del pelo.



NEO
Sonreí.
-El desayuno de los campeones, nena.- La besé cuando me agarró del pelo.
-Tu eres mi desayuno.- La besé de nuevo.
-Mi almuerzo.- Dije con mis labios recorriendo su cuello.
-Mi comida.- La acaricié los muslos, apasionado.
-Mi merienda… - La besé de nuevo recorriendo su cintura por dentro debajo de la camiseta.
-… y mi cena.- Sonreí.



KARA
Sonreí y le volví a besar.
-Entonces supongo que comida no te hace falta, me ahorras trabajo. –me reí y le volví a besar rodeando su cuello con mis brazos.
-Si cada vez que te como engordase sería una tía obesa, ¿sabes? –me reí y le volví a besar.
-¡Qué rico estás, omá!



NEO
-Bueno no solo te pondrás fondona, el caramelito de Neo tiene muchas cosas más, como vitaminas y minerales…- La besé haciendo que se inclinase levemente hacia atrás.
-Lo que el cuerpo necesita.


KARA
Sonreí.
-¿Me estás describiendo lo que da tu cuerpo o el producto de un nuevo zumito de frutas? –me reí haciéndole cosquillas, al incorporarme me di con la cabeza en el armario.
-Ah, joder, ya he salido accidentada. –me reí y me bajé de la encimera.
-Me pasó lo mismo la última vez que lo hicimos ahí, fue bochornoso… -me volví a reír.


NEO
Me reí con ella.
-No pasa nada, lo bueno que tiene la nave es que hay muchos sitios nuevos para elegir.- Alcé una de mis cejas.
-Suena tentador, ¿eh?


KARA
Puse cara de interesante alzando mis cejas.
-Fíjate que aún hay sitios por explorar grandullón, ¿tú crees que la nave saldrá de una pieza si cada vez que nos de por destrozar cosas acabemos rompiendo algo? –me reí y abrí un armario, casi me llevé la puerta.
-¿Ves? –cerré sonriendo.
-¿Qué rompemos ahora? –dije agarrándole del culo con ambas manos.



NEO
Sonreí agarrándola de la cintura.
-No sé, pero me gustaría hacerlo encima del panel de mando alguna vez, nunca lo hemos probado ahí…- Me reí.
-Voy a darme una duchita y ahora vuelvo para desayunar… a no ser que te quieras bañar conmigo.


KARA
Me mordí el labio.
-Mamón… tengo que preparar el desayuno… -miré la sartén.
-Ahora no porque estamos sobrevolando a kilómetros y podríamos estrellarnos, pero… cuando estemos en tierra vamos a reventar el puesto de mandos y pienso arrancar la palanca de cambios de cuajo. –hice el gesto de sacar la palanca de su sitio y sonreí de forma seductora.



NEO
-Uf, nena, no sabes como me pones.- Me quité la camiseta delante de ella, sabía que eso la volvía loca.
-Voy a ducharme, última oportunidad, nenita de fuego.


KARA
Miré la hora, estaban a punto de levantarse los que quedaban.
-Pero… -me mordí el labio mirando su torso de infarto.
-Dios, cómo te odio. –fui hacia él y le besé de forma pasional.



NEO
La agarré y la subí encima de mí cuando se acercó.
-¿Entonces qué? ¿Te vienes conmigo a las duchas? Los demás son bastante mayorcitos como para prepararse café.- La besé por el cuello de forma excitante, acariciando su piel con la punta de mi lengua.



KARA
-Deja de hablar de cafés ni leches. –sonreí y le besé tirando de su labio.
-¿No tenías una ducha que tomar, grandullón? Ya que estás aquí… semi-desnudo para mí… -me mordí el labio acariciando su pecho.


NEO
Sonreí y me dirigí a las duchas con ella aún encima de mí.
La bajé una vez allí, cerré la puerta de la primera ducha, menos mal que se me ocurrió hacerlas individuales y encima con su puerta y su cerradura. Agarré de nuevo a Kara y la besé de forma fogosa pegándola a la pared.



KARA
Le besé con fogosidad compitiendo contra él y sus besos. Revolví su pelo mientras le comía enterito. Me quité la camiseta del pijama y volví a besarle.



NEO
Agarré su camiseta cuando se la quitó y la lancé hacia atrás saliendo por encima de la puerta. Sonreí y la volvía a besar con mucha más fogosidad que antes.
Cuando Kara y yo hacíamos el amor, siempre se convertía en una competición, a ver quién superaba a quién, se volvía muy divertido.
La acaricié su cintura desnuda sin parar de besarla.



KARA
-Contigo coger peso es imposible. –dije entre besos.
-Si no paramos de quemar calorías. –jadeé y le mordí el cuello acariciando sus hombros con fuerza, jugueteé con mi lengua en su cuello, dejando una buena marca que le duraría un par de días, sonreí.
-Te voy ganando.


NEO
Me reí.
-Esto va a durar lo suyo.- Dije señalando el chupetón que me acababa de hacer.
Esbocé media sonrisa mientras seguía acariciando su cintura y sus costados. La besé en el cuello atrapando la piel entre mis labios. Subí una de mis manos lentamente por su torso, acariciando su ardiente piel con pasión hasta alcanzar uno de sus pechos. La besé mientras la acariciaba con suavidad.



KARA
Jadeé sonriendo mientras mordía su labio inferior. Bajé mis labios por su cuello de nuevo, pasé mi lengua por toda su garganta hasta que llegué de nuevo a sus labios, jugueteando con su lengua y la mía.
-Nene, no sé como he vivido veinte años sin ti, no sé cómo. –le volví a besar.


NEO
Agarré la tira de su pantalón y se lo quité tirándolo también por encima de la puerta. Encendí el grifo del agua caliente sin dejar de besarla. Al cabo de pocos minutos, Kara estaba totalmente empapada. Tenía un aspecto salvaje y excitante. Sonreí y la volví a besar acariciando su cuerpo mojado.


KARA
Eran ya incontables veces las que habíamos vivido esta escena y no me cansaba de repetirla una y otra vez, los dos haciendo el amor en las duchas con nuestros cuerpos empapados por el sudor y el agua.
Acaricié toda su espalda clavando mis uñas ligeramente, arañándole.



NEO
Tensé los músculos de mi espalda cuando sentí sus uñas arañando mi piel. No me dolía, me producía más excitación. La agarré de los muslos. Tenía el pantalón del pijama mojado y ella la braguita. Me despojé del pantalón retirándolo a un lado, no pude lanzarlo fuera de las duchas.
Sonreí y agarré la braguita. Se la quité con suavidad mientras la besaba acariciando sus labios con mi lengua.



KARA
Le acaricié el pecho mientras me bajaba al suelo, me mordí el labio pícara bajándole los calzoncillos. Me deshice de ellos lanzándolos al otro lado de las duchas y le volví a besar con pasión.



NEO
La volví a alzar siguiendo su beso.
Acaricié sus muslos y sus ingles con suavidad mientras mi lengua jugaba con la de ella. La agarré de la cintura y me pegué más a ella penetrando con suavidad pero intensamente.



KARA
Gemí agarrándome fuerte de su pelo. Me agarré de sus hombros y le besé con fogosidad moviendo mi cadera con la de él.
Le mordí el cuello por la excitación.



NEO
Dios, Kara estaba que ardía, pero lo que se dice arder, quemaba.
Resoplé entre la excitación y la quemazón. Tuve que darle al agua fría.
-Puf… mucho mejor…- Seguí a buen ritmo jadeando y gimiendo.



KARA
-Nunca… ¿nunca te acostumbrarás? –pregunté entre jadeos, si seguía en ese plan un día le iba a matar. Gemí clavando las uñas en sus hombros.


NEO
Sonreí sin dejar de moverme.
-No te preocupes… estoy bien.- La besé aumentando el ritmo. La agarré de la cintura presionando mis dedos en su piel.



KARA
Jadeé con intensidad agarrando su nuca.
-Acabarás achicharrado, no puedo evitarlo, es tu culpa… -sonreí recorriendo su nuca y su pelo con mis manos.



NEO
Sonreí intensificando la penetración.
La agarré de los muslos y me incliné hacia delante para poder tener acceso a su cuello.

-Yo tampoco puedo evitarlo…-


KARA
Gemí fuerte cuando intensificó las penetraciones.
Le besé con fuerza agarrándole de la nuca, entre beso y beso se encontraban nuestros jadeos y gemidos.



NEO
Seguí sus besos con fuerza y aumentando el ritmo. La agarré de las manos entrelazando los dedos e hice que alzara los brazos por encima de su cabeza apoyándolos en la pared. La besé por el cuello con fogosidad sin parar de moverme seguidamente.



KARA
Cerré los ojos alzando la cabeza.
-Dios, Neo… No pares. –gemí de nuevo moviendo la cadera con la de él. Sentí cómo el agua que caía sobre mi cuerpo se iba evaporando, estaba ardiendo.
-Imagínate cómo me tienes, oso, que evaporo el agua.



NEO
Solté un gemido potente, entre la excitación y la quemazón. Fruncí el ceño cerrando los ojos. Más de una vez me había pasado, Kara se calentaba mucho y yo acababa dándome friegas con agua fría en mis partes… pero uno se acostumbraba… supongo…
Agarré uno de sus muslos haciendo que alzara un poco más la pierna. Tenía su otra mano inmovilizada. Intensifiqué aún más gimiendo de nuevo.


KARA
Gemí mirándole sonriendo.
-Madre mía, Neo, debes estar cagándote en mí. –me mordí el labio moviéndome con intensidad.
-Seguro que me odiarás mañana… -gemí fuerte, si seguía con ese vaivén pronto llegaría al orgasmo.


NEO
Apoyé mi mano en la pared con fuerza, estaba a punto de llegar al orgasmo… fruncí en ceño con más fuerza y solté un intenso gemido, entre dolorido y de placer.


KARA
Me agarré fuerte a su espalda, no podía evitar llegar a esas temperaturas, pero podía intentar reducirlas, a Neo parecía dolerle. Absorbí el agua de la ducha mezclándola con mi calor para que éste disminuyera, era el mayor problema que teníamos a la hora de tener relaciones.
-Lo siento, nene. –gemí fuerte.



NEO
Ya no podía más, tuve el orgasmo. Gemí con fuerza, me ardía hasta la cabeza. Jadeé y alcé la cabeza dándole caña al agua fría.


KARA
Seguí el orgasmo de Neo, rápidamente le dio al agua fría, debió de haberlo pasado peor. Me separé respirando profundamente y le dejé el agua para él sólo.
-¿Estás bien, grandullón?



NEO
Jadeé recobrando el aliento.
-Si… estoy bien.- La miré y sonreí acariciándola la cara.
-No te preocupes…- Bajé la mirada hacía mis entrepierna.
-Joder…- Estaba roja… seguro que me saldría otra ampolla más…
-Puf…


KARA
-No es la primera vez que pasa, deberíamos hacer algo con esto, no podemos seguir en este plan. Se te va a… no sé. Esto no puede ser bueno. –le acaricié la nuca, mi temperatura iba bajando.
-Sería más fácil si no fuese una Piro…



NEO
La miré y negué.
-No te preocupes, preciosa, esto no es nada, no te sientas culpable.- Sonreí y la abracé.
-No quiero que cambie nada en ti… me gustas tal y como eres, una mujer ardiente.- Sonreí y la besé en la frente.



KARA
-Sí, pero cielo, no sé, esto no puede ser bueno. –cogí una toalla y me la puse alrededor de mi cuerpo.
-Voy a preparar el desayuno y a prepararte algo para el dolor… -suspiré y sonreí.
-Lo siento, de verdad.


NEO
-No es nada, en serio…- La miré y sonreí. La besé antes de que se fuera.
-De verdad, no te preocupes.- La besé de nuevo.
-Ahora voy para allá, terminaré de ducharme.- La guiñé un ojo.



KARA
Sonreí y le acaricié. Salí para vestirme en mi cuarto y me fui hacia la cocina para preparar el desayuno. Me sentía algo culpable por hacerle daño y no saber cómo poner remedio.



ERIKA
Estaba en mi cuarto reflexionando sobre mi comportamiento… había tratado fatal a los demás cuando no se lo merecían, sobre todo Jim… suspiré y me levanté de la cama… no sabía si seguiría dormido…
Me planté delante de su puerta y llamé con los nudillos.


JIM
Oí la puerta, había dormido a ratos y ahora estaba despierto. Suspiré y miré la puerta. Me rasqué la nuca y me senté en la cama.
-Adelante. –lo único peor que podría pasar por la puerta que nada era Kai, no, James, pero él no llamaría a mi puerta…



ERIKA
Miré el pomo de la puerta después de escuchar la voz de Jim diciendo que pasase.
Acerqué mi mano con intención de abrir… pero la retiré…
Suspiré y me rasqué la frente.
-Vamos Erika… no seas gallina ahora…- Susurré para mí misma…
Tragué saliva y agarré el pomo, abrí la puerta y me asomé con cuidado.
-Ho…hola…


JIM
Era Erika, parecía mentira que el día anterior no quisiese ni mirarme a la cara y ahora venía hasta mi cuarto.
-Ohm… -desvié la mirada.
-¿Vienes a decirme que no vuelva a inmiscuirme en tu vida?



ERIKA
Bajé la cabeza y me quedé junto a la puerta.
-No… he venido a disculparme… os traté como una mierda y no os lo merecéis… lo siento…- Desvié la mirada.
-Sobre todo tú… no te merecías ese trato, después de todo lo que has hecho y haces por mí… pero Jim…- Le miré.
-No me metí en el hospital con la intención de hacerte daño, es lo último que quiero. Hacerte daño…- Suspiré.
-Tienes que entender que si rechazo tu ayuda no es por gusto, es por ti… no quiero que esto te afecte… si te hubiese quedado conmigo en aquel hospital no habías vivido… sé que piensas que tú vida ya es una mierda… pero te aseguro que es lo mejor…


JIM
-¿Lo mejor? –me levanté.
-¿Crees que sabes qué es lo mejor para mí, Erika? Habría matado para estar contigo antes que tener que volver con el que se hace llamar mi padre. –desvié la mirada, me acerqué y la miré.
-Ha sido una verdadera gilipollez el dejarte en aquel hospital. Tú has sufrido a lo largo de este año, yo he sufrido y no han conseguido ni curarte ni hacerte mejorar, y ahora que vuelves… -desvié la mirada de nuevo, no quería decir en alto lo que me pasaba por la cabeza, sólo empeoraría.



ERIKA
Se me humedecieron los ojos. Le miré seria.
-Ahora que vuelvo… ¿qué? No te cortes en decirlo, ya me he llevado muchos palos en la vida, se como encajarlos…


JIM
La miré.
-Que ahora que vuelves prefieres estar con ese tío que ha intentado matarnos antes que conmigo que lo he dado todo por ti… -me di la vuelta, no iba a darle el placer de verme llorar de nuevo.
-Es igual. He estado un año sin ti, estoy acostumbrado a conformarme con recordarte… -me llevé la mano a la cabeza agarrándome el pelo.
-Olvídalo, no debería estar diciendo esto.


ERIKA
-Así que… es por eso… por James…- Bajé la cabeza.
-Para que lo sepas, no estoy con él porque sienta algo, estoy con él porque tiene el remedio para mi enfermedad… y no es cáncer, como pensábamos…- Le miré.


JIM
La miré.
-¿Qué? –fruncí el ceño.
-Erika, ¿qué quieres decir? ¿No es cáncer? –me acerqué a ella.
-¿Entonces qué es?


ERIKA
-No lo sé con exactitud… James me lo explicó, tenía que ver con algo que me pasó de pequeña y que no he contado a nadie… ni siquiera a mi padre…- Miré a Jim.
-Es verdad que estoy enferma, pero no me muero… en realidad, lo que tengo me mantiene con fuerzas a la vez que me daña…- Jim me miraba confuso.
-No sé como explicarlo…- Suspiré.
-Creo que es mejor que te cuente lo que me pasó…- Cogí aire y pensé un momento, acto seguido le volví a mirar.
-Poco después de que mi padre se marchase a combatir y me quedase yo sola ocurrió algo que no debería haber ocurrido… Como cada fin de semana, me iba a pescar al lago que hay entre la frontera del País del Viento y del Agua… no sé como, cuando iba de vuelta, me encontré con una patrulla sombra. Ellos no me vieron, suerte por mi parte, pero en un despiste, me tropecé y caí encima de una mina que habían colocado los propios sombras para tener la ciudad bajo control… bueno… esa mina estalló al caerme yo encima…El “veneno”, por llamarlo de alguna manera, se expandió y yo lo inhalé por completo…- Miré a Jim.
-Estaba asustada, no sabía lo que pasaba… me desmayé… solo recuerdo que a los tres días, me despertaba encima de una camilla en el hospital…- Bajé la mirada al suelo.
-Los ataques que me dan es ocasionado porque… ese veneno ataca a todos los órganos de mi cuerpo, pero a la vez los hace más resistentes… James me dijo que la única manera de poder liberarme de ese veneno es, por así decirlo, “purificándome” con el tesoro del viento, ¿pero quién lo tiene? Draco, mientras él conserve el tesoro más irá en aumento mi enfermedad…


JIM
Bajé la cabeza, me resultaba extraño todo eso. La miré.
-¿Y por qué quiere ayudarte él a ti? –me contradecía a mí mismo, si estaban juntos, lógicamente la ayudaba porque sentía algo por ella… y era evidente que ella también sentía algo por él.
Dirigí la mirada a sus ojos. Y cada vez que la miro me pregunto: ¿Cómo fui capaz de dejarla atravesar aquella puerta sola? Me arrepentía más que nunca de haberla dejado ir, ahora la había perdido…
Al menos, sabía que no iba a morir de cáncer…



ERIKA
Me encogí de hombros y le miré. Me miraba a los ojos… bajé la cabeza y suspiré.
-No lo sé… aún no se lo he preguntado… solo me dijo que era muy importante y significaba mucho para él…


JIM
Me giré.
-No hace falta que lo digas así, Erika, ya sé que estáis juntos, os vi en el bosque, y lo siento, sólo quería avisarte, no lo hice aposta. –me tapé la cara con la mano, debía ser un cuadro en ese momento.



ERIKA
-¿¿Qué??- Me reí y le miré.
-No, no estoy… oh, vamos…- Me reí de nuevo.
-Jim, no estoy con James, solo es un buen amigo, es solo eso, se ganó mi confianza. Lo del bosque solo fue para convencerme de que me quedase en la nave con vosotros.- Le aparté la mano de su cara.
-Es verdad, Jim, te lo juro.- Sonreí.


JIM
No la miré.
-No tienes por qué darme explicaciones, ¿no? –la miré, parecía que iba en serio, pero el cómo le miraba…



ERIKA
-Tú te has pensado que James y yo teníamos algo, yo te lo he aclarado y es no. Me ayudó y me lo explicó todo, no quiero que le pase nada, es verdad, pero porque le debo que me haya explicado la verdad.- No solté su mano. Suspiré.
-Jim… créeme…


JIM
La miré, la veía algo apurada, de modo que debía estar diciendo la verdad.
-…Te creo, no tengo otra opción. No tienes motivos para mentirme. –miré su mano agarrando la mía, no pensé que volvería a cogerme de la mano así.


ERIKA
-No tengo razones para mentirte, Jim…- Vi que miraba nuestras manos juntas. Solté su mano sin brusquedad.
-Perdón… si te molesta, no volveré a hacerlo…- Suspiré y le miré.


JIM
Volví a coger su mano, no sabía cómo reaccionaría, pero necesitaba hacerlo. Acerqué mis labios a los suyos y los junté. Hacía tanto tiempo que quería volver a besarla…
Me separé con cuidado, la miré a los ojos.


ERIKA
Abrí los ojos después de que me besase… Le miré y agarrando su mano con fuerza.
Llevé mi mano libre a su nuca indecisa, le acerqué y le besé de nuevo. Sentí como mi labio inferior temblaba ligeramente, estaba nerviosa… hacía tanto que no le besaba que me había olvidado de lo que se sentía… Tenía el corazón a mil…


JIM
Agarré su cara con ternura, la había echado tanto de menos… Seguí el beso con más intensidad, recorriendo cada centímetro de sus labios y respirando fuerte.



ERIKA
Llevé mis manos a cada lado de sus costados. Había crecido, por lo que tuve que ponerme de puntillas o no llegaba. Le seguí besando con dulzura, había extrañado aquellos labios y su forma de besar… lo bien que lo hacía.



JIM
Acaricié su pelo y su espalda y la besé con ganas, no podía separarme de ella, llevaba tanto tiempo soñando con aquel momento…
Rodeé su cintura con mis brazos alzándola levemente para que no tuviese que ponerse de puntillas y no la solté.


ERIKA
Rodeé su cuello con mis brazos para poder sujetarme cuando me alzó. Me separé un momento para coger aire, le miré y le acaricié la barbilla con mis dedos. Recorrí su labio inferior con mi Pular sin dejar de mirarle a los ojos. Me acerqué de nuevo y le volví a besar con intensidad.



JIM
La acaricié el pelo, me sentía tan contento después de esto… Sonreí separándome levemente para mirarla a los ojos, seguía siendo mi Erika, sólo tuvo un mal día, y me había tomado muy a pecho el verla abrazada a James, ahora sabía que seguía sintiendo algo por mí.
Volví a besarla.



ERIKA
Le agarré de la nuca con suavidad acariciándole el pelo. Le miré, posé mi dedo índice en sus labios.
-Jim… no… ¿no estás cabreado conmigo ni siente rencor ni nada por lo que te he hecho?


JIM
Sonreí, la besé la mano y la miré.
-¿Por qué iba a guardarte rencor o estar enfadado? Bueno, ayer estuviste… rara, pero… Está todo arreglado, ¿no? –sonreí.



ERIKA
Suspiré y le miré.
-Supongo que si… aunque…- Me separé un poco para mirarle.
-Jim… aún te quiero, con toda mi alma, no puedo olvidarme de ti y todo este tiempo en el hospital no he hecho otra cosa que acordarme de ti… pero…- Me froté los brazos desviando la mirada.
-Tengo miedo… tengo miedo de que volvamos ha estar juntos y pasé algo que nos vuelva a separar…


JIM
-Eso… eso es algo normal, Erika, pueden pasar mil cosas, pero eso pasa siempre… ¿de qué tienes miedo? –la abracé.



ERIKA
Le miré.
-De mí misma… tengo miedo de hacer algo que pueda perjudicarte a ti y hacerte daño y no quiero hacerte más daño, Jim, no puedo…- Me separé y bajé la cabeza.
-Te quiero… pero no puedo volver a atarme a ti…


JIM
Fruncí el ceño.
-No… no lo entiendo, Erika… Sé que no quieres hacerme daño, pero… ¿qué quieres evitar? Sufriré igual si estás conmigo que sin mí si se trata de ti, te quiero y eso no va a cambiar… -bajé la cabeza, no iba a poder hacerla cambiar de opinión.



ERIKA
Me acerqué e hice que alzara la cabeza agarrándole de la barbilla.
-Respóndeme a algo, ¿qué te haría sufrir más, estar conmigo a pesar de que siempre ocurrirán cosas que nos separen o estar sin mí y vivir tu vida sin preocupaciones?


JIM
Negué con la cabeza.
-Sabes que siempre pensaré en ti, mi mayor preocupación si no estás conmigo es la misma que si estás conmigo: tú. –retrocedí un paso.
-Pero haré lo que tú desees. Es lo que siempre hago, si prefieres… que no estemos juntos, yo te dejaré en paz, pero no me pidas que te olvide y no te ayude, no podré hacerlo.


ERIKA
Suspiré y le miré.
-Está bien… no te pido que te olvides de mi, sé que te negarás y te será imposible, pero en esto no puedes ayudarme, no porque no quiera, es que no puedes…- Desvié la mirada.



JIM
-Sí que puedo, te protegeré con mi vida, te protegeré cuanto sea necesario. –la cogí de las manos. -Te quiero, y haré lo que sea posible. –suspiré y la besé en la frente.
-No puedes evitarlo. –sonreí y la miré.
-Me va a ser difícil tenerte por aquí y no poder… tenerte, pero lo haré por ti.



ERIKA
-No puedo luchar contra la cabezonería en persona.- Suspiré y le miré.
-Gracia Jim.- Le besé en la mejilla.
-Intentaré que esto sea lo más ameno posible…- Sonreí y me acerqué a la puerta.
-Deberías ir a desayunar. – Abrí, me giré hacia él antes de irme.
-Ohm, otra cosa, me gusta como te queda la perillita.- Sonreí y cerré.



JIM
Sonreí, cuando cerró la puerta suspiré.
-Menuda mierda… -me senté en la cama y bajé la cabeza, quizá me iba a resultar imposible verla cada día y no poderla besar ni volver a abrazarla como lo hacía antes…


SAYA
Me levanté antes que Kai, por suerte se había clamado y dejé que volviese a la cama después de echarle… no paraba de ladrar como un perro viejo… menuda vejez me esperaba…
Me metí en el baño y me lavé un poco la cara, después de haber pasado por lo que pasamos con Erika, sentía que tenía los huesos molidos…
Me mojé la cara con agua y me la sequé con una toalla. Me miré en el espejo… me quedé sin aliento cuando vi la cara de un hombre reflejado en el cristal. Caminé hacia atrás soltando un grito sordo. Sus ojos… eran aterradores.


KAI
Me giré en la cama, noté que estaba demasiado vacía. Fruncí el ceño.
-¿Saya? –debió haberse levantado ya. Me senté.
-¿Estás en el baño?



SAYA
Seguí mirando el espejo, la imagen de aquel hombre seguía reflejada. Cerré los ojos y cuando los volví a abrir, en el espejo solo estaba mi reflejo. Cogí aire y me froté la cara. Me giré hacia la puerta para salir, me choqué contra Kai soltando un grito.
-¡Dios, Kai!- Me llevé la mano al pecho.
-…lo siento… me has asustado…


KAI
Grité cuando lo hizo Saya al chocarse conmigo y me llevé la mano al pecho.
-Dios… la que me has asustado has sido tú. –puse los ojos en blanco.
-Joder, no soy tan feo…



SAYA
-Perdón…- Le miré.
-Es que…- Miré de nuevo el espejo.
-Me ha parecido ver… bueno… nada…- Le volví a mirar.
-Siento haberte asustado, lo siento…


KAI
-Te estás disculpando mucho, ¿qué pasa? –la cogí de los hombros apartándola y miré al espejo, sólo me veía a mí mismo y el reflejo de Saya, la miré, estaba temblando.
-Saya, ¿qué pasa? –la cogí de la cara, parecía asustada.


SAYA
-No es nada, en serio…- Desvié la mirada.
-Solo… me ha parecido ver a alguien que no era yo reflejado en el espejo… pero son imaginaciones mías…- Suspiré.
-Creo que me estoy volviendo loca…


KAI
Puse los ojos en blanco.
-A ti siempre te pasan cosas raras, ya no me sorprende que un día vengas diciendo que sientes una presencia, que crees que va a salir un Alien de tu barriga o algo de eso, ¿qué quieres que te diga? –sonreí.
-Quizá sea por esos nuevos ojos tuyos.



SAYA
Suspiré poniendo los ojos en blanco.
-No digas tonterías… -Salí del baño y me senté en la cama.
-He visto algo… era un hombre… sus ojos eran iguales que los míos solo que más aterradores…- Me tapé la cara.
-Estoy loca, no cabe duda.


KAI
Desvié la mirada.
-Quizá… has visto al tipo que nos atacó aquella vez, tu mente debe haberse acordado de su cara o algo… Sólo sé que era aterrador… -me senté a su lado.
-Dark…


SAYA
Le miré y negué.
-Aún diciendo su nombre no lo recuerdo… No lo entiendo, todos sabéis quién es y yo que supuestamente fui la que peor salió parada por su culpa no logro acordarme de él…- Suspiré frustrada.
-No lo entiendo…


KAI
-Puede que sea un recuerdo que tu mente quiso eliminar para no hacerte daño por el miedo que pasaste, a veces pasa… O fue él el que hizo que le olvidases para cubrirse las espaldas. –la acaricié el pelo.
-Sabes que yo voy a estar contigo.




SAYA
Le miré apoyando los codos en mis rodillas.
-¿Tan mal lo pasé? ¿Qué me hizo?- Clavé mis ojos en los suyos.
- Uy… perdón…- Desvié la mirada.
-No quiero incomodarte.


KAI
La di un toque en la frente.
-Haz el favor de dejar de hacer eso. Él… te hizo daño, pero no sé… no sé exactamente lo que viste, pero no debió ser nada bueno, además… Sólo su presencia era algo… escalofriante.


SAYA
Fruncí el ceño y le miré de nuevo.
-¿Te intimidó? Para acobardarte a ti tiene que ser un tío espeluznante.- Me rasqué la frente y apoyé la cabeza en su hombro.
-¿Qué crees que buscaba? Perdona por hacerte tantas preguntas, es que… me da rabia no acordarme de nada.


KAI
Bajé la cabeza rodeando sus hombros con mi brazo.
-No lo sé, pero fue él el que hizo aparecer a la bestia que te hizo eso en los ojos, puede que… ya que Erika sabe algo de James… sepa algo de él.



SAYA
Me erguí y le miré.
-Oye, Erika ya no tiene las marcas en los brazos… ¿cómo se curó? Es que estoy haciendo memoria, y cuando la trajeron estaba llenita de marcas y anoche, cuando Neo aterrizó la nave para ir a buscarla, me fijé y ya no las tenía…- Me quedé pensativa.
-Creo que pudo ser James el que la curó…


KAI
Fruncí el ceño.
-No me hace ninguna gracia todo esto, aquí huele a pescado podrido y pienso averiguar qué es lo que se cuece. –la miré.
-No puede ser que todos se estén cachondeando y yo no haga nada.


SAYA
Suspiré y miré al suelo.
-Creo que te precipitas, te niegas a que esté en la nave pero, ¿a caso te h dicho alguien que él quiere ser parte de la tripulación? Aún no sabemos nada y no creo que James se quiera quedar a no ser que lo haga por Erika…- Le miré.



KAI
-Pues entonces no sé por qué insistes en que le de una oportunidad si va a ser acercarse a él e intentar rajarnos… -apoyé la frente en su cabeza.
-Alguien va a tener que hablar con Erika, yo no pienso hacerlo, la última vez que me acerqué a ella el rubito intentó electrocutarme.



SAYA
Le miré.
-Insinúas que hable yo con ella, ¿verdad?- Suspiré.
-¿Por qué siempre me toca a mí el trabajo duro? Aunque no me lo hayas dicho, pero sé que me tocará a mí hablar con ella ya que nadie en esta nave tiene huevos…


KAI
-Díselo a Kara, ella tiene huevos y se lleva bien con ella, ¿no? El que tengo claro que no hablará con ella seré yo. –me levanté estirándome, cogí la camisa negra que había en la silla y me la puse.

-Yo voy a comer algo, me ruge el estómago.


SAYA
Asentí sin moverme del sitio.
-Bien… yo bajaré más tarde… ahora no tengo hambre…- Me dejé caer sobre el colchón suspirando.



KAI
Sonreí y me acerqué, me situé sobre ella y empecé a darla suaves besos por el cuello.
-¿No tienes hambre, dices? –fui dando besos por todo su cuello y su clavícula.


SAYA
Sonreí.
-No, no tengo hambre.- Le miré acariciándole la nuca.
-Me haces cosquillas, Kai…- Me reí levemente disfrutando de sus besos.
-Me pones la piel de gallina, pirata.


KAI
-Mmm, ese es mi cometido, reina. –atrapé su piel entre mis dientes travieso y subí a sus labios acariciando su pierna.
-¿Sigues sin hambre? Porque yo voy a comerte entera… -sonreí juguetón
y volví a besarla.


SAYA
Le agarré del pelo de la nuca echando su cabeza hacia atrás.
-Te gusta mucho hacerme de rabiar y después no aguantas las mías, cuidado con lo que hacemos, su real majestad.- Agarré su labio inferior entre mis dedos con suavidad.


KAI
Mordí sus dedos sin hacer fuerza.
-Vale, me estaré quietecito, encima que te estaba haciendo disfrutar… -me levanté y me coloqué la camisa.
-Seré un chico bueno y me lo comeré todo.



SAYA
Sonreí y le lancé un beso.
-Así me gusta.- Me tumbé de nuevo atravesada en la cama.
-Si después quieres el postre yo te lo daré, pero te tienes que comer todo si quieres postre, claro.

KAI
-Mmm, no te gusta el sobeteo con la ropa puesta, lo he captado. –sonreí y abrí la puerta.
-Me voy, ya que no me quieres aquí… -salí y cerré la puerta, esperaba que al menos con eso se hubiese olvidado un poco de la cara de aquel tipo, era realmente aterrador.



SAYA
Sonreí antes de que cerrase la puerta. Me tumbé de lado cuando se fue, no podía olvidarme de lo sucedido en el baño… Cerré los ojos, pero en mi mente aparecía aquel hombre… Me encogí sobre el colchón tapándome la cara con mis manos.



NEO
Justo después de ducharme, fui a desayunar. Volví al tajo una vez terminé de jalar.
Me acerqué a mi sofa y me senté como pude, me dolía toda la parte de las ingles junto con mi amiguito.
Puse cara de dolor cuando me denté.
-Vamos, no me jodas, ni que tuviese almorranas…- Una vez conseguí sentarme miré el GPS para asegurarme de a donde nos dirigíamos.


JIM
Fui a la sala de mandos, Neo estaba ya allí, al pie del cañón desde por la mañana. Me acerqué y me senté a su lado.
-¿Qué hay? –miré el panel y el GPS.


NEO
Miré a Jim cuando se acercó.
-Hombre, pero si ya está aquí el fresco de la nave.- Sonreí.
-¿Qué tal te va? ¿Has hablado con Erika?


JIM
Me eché hacia atrás.
-Si, la verdad es que he tenido más que palabras con ella, pero todo ha quedado en que tal como están las cosas están bien. –le miré.
-Prefiero dejar el tema así, si no te importa… ¿qué tal tú con Kara? No os he visto juntos desde que he vuelto a la nave.


NEO
-Bien, estamos bien, ella a sus cosas y yo a las mías.- Le miré y sonreí.
-Más que palabras, ¿eh? Eso significa que sigue enamorada de ti, ¿no?- Alcé una de mis cejas.
-Pero Jim, no deberías dejarlo así, insiste un poco, no seas tan buenazo…- Suspiré.
-Si es verdad que James solo va ha verla a ella significa que quiere algo de ella, y no creo que sea solo su compañía y hablar…- Me crucé de brazos.
-Lo que te quiero decir, Jim es que si aún la quieres no te rindas, no tires la toalla, ya has hecho muchas cosas por ella y ninguna te ha hecho feliz, deberías empezar a pensar en ti. ¿Quieres estar con Erika? Pues ve a por Erika.


JIM
Negué con la cabeza.
-No puedo, Neo… Ella no quiere que sigamos juntos y yo no puedo obligarla a algo que no quiere. Eso sí, si James me infla mucho las pelotas no puedo prometer que no vaya a liarme a hostias con él… -me acordé de él y se me revolvió el estómago.


NEO
-Eres tonto, Jim. Erika quiere seguir contigo, lo que pasa es que su vida ha sido algo dura y tiene miedo, tienes que hacerle ver que no tiene nada que temer.- Miré el panel.
-Así no conseguirás nada, Jim, tienes que ponerte en marcha, hacer algo si de verdad la quieres.


JIM
-Sí que la quiero, pero antes que mi felicidad quiero la suya, y sé que si está conmigo sólo va a sufrir más. Aunque también sé que el no estar juntos tampoco nos hace ningún bien, porque los dos queremos y… -me llevé las manos a la cabeza.
-Joder, no sé qué hacer… Quizá si consigue enamorarse de otro chico será más feliz… -le miré.
-¿O no?


NEO
Suspiré.
-Definitivamente, Jim, estás hecho un lío. Yo te doy una solución, darle a entender que la quieres y no vas a impedir que se te escape. Si te cruzas de brazos y dejas que pasen las cosas es como si nada, llegará otro más espabilado, James, y te la quitará. Y eso no quieres que ocurra, ¿verdad?- Alcé una de mis cejas.



JIM
Fruncí el ceño.
-Ni de broma voy a dejar que ese mamonazo se lleve a mi Erika, él el último de todos… -suspiré.
-La quiero, y voy a luchar por ella, me cueste lo que me cueste.




NEO
-Dios existe.- Me reí y le miré.
-Menos mal que decides espabilar un poco.- Me levanté cagándome en todo lo cagable… Como me dolían los… puf…
Miré a Jim y sonreí forzosamente.
-Te preguntarás que me pasa, ¿no? Je, je, je… pues… que he dormido de mala postura y ya ves, tengo una contractura de caballo de aúpate y no te menees.


JIM
-Es que ya estás muy viejo, Neo, los treinta ya no son para estar echando polvos locos en las duchas. –sonreí, les había oído cuando quise ir a ducharme.
-Lo raro es que no estés feliz después de echar un polvo, ¿no?



NEO
-Anda, enano, cállate.- Sonreí y le di un toque en la frente.
-Y haz caso a mis consejos…- Miré hacia la puerta cuando vi pasar a Erika hacia la cocina.
-No te rindas y a por ella.- Susurré para que no me oyese Erika.
-Luego hablamos.- Me alejé por el pasillo.



JIM
Tragué saliva y fruncí el ceño cuando se fue, ¿pretendía que atacase ahora?
Me levanté y fui hacia la cocina, miré a Erika, no me había dado cuenta de que, aunque estaba algo delgada por haber estado en el hospital, ahora estaba más mayor y tenía un cuerpo mejor formado.
-Hola.



ERIKA
Me giré y miré a Jim.
-Hola, dormilón.- Sonreí y me metí en la boca una galleta de chocolate.
-¿Quieres?- Le ofrecí una. Aunque hubiesen pasado todas esas cosas, intentaría volver a ser la misma de antes, sonriente y alegre, no quería amargar a nadie.


JIM
Sonreí y mordí la galleta que tenía en la mano ofreciéndome, la miré a los ojos y me separé sin apartar la mirada masticando la galleta.
-Tienes que comer más. –posé mis manos en su vientre.
-Estás escuálida.



ERIKA
Bajé la mirada a su mano.
-Si, lo sé. He perdido bastante peso.- Me levanté la camiseta hasta por debajo de los pechos.
-Bueno, ya recuperaré el peso… y el color… estoy muy pálida. – Me bajé la camiseta colocándomela bien.



JIM
Me mordí el labio, al rozar su piel sentí ganas de besarla, me separé levemente.
-Sí, deberías comer más, Erika. Aunque sigues estando muy guapa. –
sonreí.



ERIKA
Sonreí y le miré.
-Hombre, muchas gracias, es el primer piropo que recibo desde hace mucho.- Me metí en la boca lo que quedaba de mi galleta.
-Bueno, voy a darme una ducha. Nos vemos.- Sonreí y salí de la cocina.



JIM
Me mordí el labio.
-Yo tenía pensado también darme una ducha… ¿por qué no estrenamos el nuevo baño? –sonreí.


ERIKA
Me paré en el camino y me giré.
-Ja, ja.- Sonreí y me giré de nuevo. Seguí mi camino hacia mi cuarto. Entré y me quité el pijama, cogí una toalla y me la enrollé alrededor de mi cuerpo. Salí de nuevo, Jim seguía plantado en medio del pasillo. Puse los ojos en blanco y sonreí… estos hombres… seguí mi camino hacia las duchas.



JIM
Me quedé chafado, y pensar que podría meterme en el nuevo baño con ella… Eso no era algo para amigos, sólo para parejas…
Pero si no lo hacía ahora, lo conseguiría más tarde, de eso podía estar seguro.



ERIKA
Entré en el baño, me quedé impresionada al ver la piscina de agua caliente que había dentro. Neo se había esforzado lo suyo y le había quedado un a obra de arte. Entré y dejé la toalla a un lado. Me acerqué e introduje un pié dentro de la piscina. Me mordí el labio cerrando los ojos cuando la noté tan calentita. Me metí poco a poco sintiendo como el agua calentaba mi piel y mis músculos… necesitaba un buen baño de agua caliente… me sentía en el paraíso. Anduve por toda la piscina sumergiéndome. Me senté en las escaleras estirando todo mi cuerpo. Estaba en la gloria.


JIM
No podía desaprovechar la oportunidad, además de que los baños eran mixtos, ahí nos podíamos bañar todos a la vez.
Entré en los baños, Erika estaba tan a gusto que no se dio cuenta de que entré, sonreí y me quité la ropa despacio para no desconcentrarla y entré en el agua.


ERIKA
Me giré cuando sentí que alguien se metía en el agua.
-Jim…- Me encogí tapándome todo lo que pude.
-¿Qué… qué haces aquí…?


JIM
Me escondí en el agua para que no me viese, yo tampoco podía verla a ella.
-Bueno, te he dicho que quería bañarme, estos baños son mixtos… -sonreí.



ERIKA
Me senté en las escaleras con mis brazos tapándome la zona de los pechos… seguro que me había sonrojado…
-Ohm…- Bajé la mirada.
-De todas maneras yo ya he terminado…- Acababa de meterme…



JIM
-Erika, acabas de entrar. –sonreí.
-No tienes por qué avergonzarte, después de todo… no hay nada que no haya visto ya. –me reí y me hundí hasta el cuello.
-Sólo es un baño, tranquila.



ERIKA
Le miré quedándome en el mismo sitio, sentada en las escaleras, encogida.
Suspiré y asentí.
-Lo siento… es que, se me hacer raro, perdona.- Sonreí más tranquila y me destapé apartando los brazos.


JIM
Me mordí el labio sin mirarla directamente, no la resultaría nada cómodo, pero tenía la tentación de mirarla…
-Se está bien, ¿a qué sí? Neo ha hecho un buen trabajo con la nueva nave…



ERIKA
-La verdad es que si, no pensaba que después de perder la Quimera volvería ha construir otra…- Miré al techo, eché un vistazo rápido al decorado y a la sala en sí, estaba muy bien, transmitía tranquilidad.
Volví a mirar a Jim, sonreí.


JIM
Sonreí.
-¿Sabes? Te… te he echado tanto de menos que… -sonreí triste desviando la mirada.
-Olvídalo, no es nada importante. –metí la cabeza debajo del agua y volví a salir colocándome el pelo hacia atrás.


ERIKA
-¿Qué? ¿Qué ibas a decir?- Dije acercándome. Frené antes de estar a su altura…
-Lo siento… no quería presionarte…- Bajé la cabeza jugando con el agua entre mis dedos.


JIM
Me alejé brevemente cuando se acercó, no quería que viese los… “cambios” que había sufrido mi cuerpo a lo largo de aquel año.
-Tranquila, no me presionas. –no la miré directamente.
-Lo que quería decir… Bueno… te he echado tanto de menos que pensé… cuando me devolviste el beso antes… -la miré a la cara.
-Que todo podría volver a ser como antes. –Sonreí- Pero bueno, ya has tomado una decisión, es sólo eso, que lo pensé…


ERIKA
Cerré los ojos y suspiré. Le volví a mirar.
-No… no puedo seguir con esto, es demasiado fuerte…- Me acerqué agarrándole de la nuca y le besé. No podía seguir fingiendo que era fuerte, le quería y le había echado de menos, ya bastante le había hecho sufrir ya era el momento de devolverle su felicidad.



JIM
Abrí los ojos ampliamente, no pensé que tendría que esperar tan poco para empezar a ver resultados. Cerré los ojos y posé mis manos sobre su cuello mientras continuaba su beso, esta vez no la dejaría separarse de mí.


ERIKA
Agarré su pelo con fuerza besándole con intensidad. Le rodeé el cuello con el otro brazo acercándole a mí. Me separé para coger aire volviendo a besarle seguidamente con más intensidad y fuerza que antes.



JIM
Rodeé su cintura con mis brazos juntándola completamente a mí, apoyando la espalda en el borde de la piscina.
-Te quiero. –dije separándome ligeramente, volví a besarla con intensidad.


ERIKA
Sonreí respirando con fuerza. Le agarré de la nuca apoyando los codos en el borde. Enredé mis dedos entre sus rizos rubios pegando mis labios a los suyos con la misma intensidad que antes.


JIM
Acaricié su espalda y sus rizos pelirrojos empapándola con mis manos mojadas.
Bajé mis manos hacia su cadera, no la solté, bajé mis labios a su clavícula.



ERIKA
Cerré los ojos sintiendo sus labios deslizarse por mi cuello. Le agarré de la nuca acariciando sus hombros con la mano que me quedaba libre.
Le miré con la respiración agitada, mi pecho se movía de arriba abajo con intensidad a causa de la situación.
-Haz lo que quieras conmigo.- Dije en un susurro acercando mis labios a los suyos.



JIM
La miré a los ojos.
Junté de nuevo mis labios a los suyos y la besé con intensidad, la cogí de la cara y busqué su lengua con la mía.
-Te quiero, Erika. –la miré a los ojos manteniéndola muy cerca de mí.
-Te quiero con toda mi alma. –la volví a besar abrazándola por la cintura.



ERIKA
Respondí a cada beso con la misma intensidad. Sonreí y le miré.
-Yo también te quiero, Jim…- Le besé de nuevo saboreando sus labios, introduje mi lengua jugueteando con la suya.
Acaricié su espalda, era más ancha y más musculosa que antes. Seguí acariciando descendiendo mis manos por sus costados bajo el agua.



JIM
No la solté ni un momento, esperaba que no se fijase en los moretones de mi abdomen o empezaría a preguntar sobre ellos y en ese momento sólo quería disfrutar de ella.
Bajé mis manos a sus muslos y besé su cuello con la misma intensidad que besaba sus labios.



ERIKA
Noté como subía la excitación cuando me acarició los muslos. Me mordí el labio presionando mis dedos contra la piel de su espalda con fogosidad. Jadeé deslizando mis dedos por toda su espalda hasta subirlas de nuevo a su nuca. Encogí una de mis piernas para poder juntar mi cuerpo al de Jim por completo.


JIM
Respiré fuerte y seguí besándola, acaricié sus caderas y su vientre con mis manos, deslicé mi lengua por su cuello para después dejar una marca con mis labios.
Acaricié de nuevo sus muslos mientras volvía a sus labios.



ERIKA
Jadeé con más intensidad apretando mis labios contra los suyos. Deslicé una de mis manos por su pecho mientras que con la otra agarraba su nuca. Descendí mis labios por su cuello y seguí bajando a la altura de su garganta. Le besé con fuerza saboreando su piel.



JIM
Respiré con fuerza acariciando su piel, no dejé de besarla por donde me dejasen sus labios, la miré a los ojos.
-¿Quieres hacer esto? ¿Estás segura? –la di un beso antes de dejarla responder.


ERIKA
Asentí besándole.
-Si, si quiero hacerlo.- Le besé de nuevo con fogosidad. Hacía tanto que no compartía caricias con Jim, ni besos ni disfrutaba del sexo con él que ya casi se me había olvidado… lo deseaba tanto, deseaba tanto volver a sentir sus caricias y sus besos…



JIM
Respiré con fuerza de nuevo, la cogí de la cara besándola con más delicadeza, acaricié sus muslos alzándola levemente hacia mí y penetré poco a poco, jadeé y encerré sus labios en los míos.



ERIKA
Abrí la boca cogiendo una buena bocanada de aire cuando penetró.
Jadeé de nuevo agarrando el vello de su nuca. Le besé con torpeza debido al temblor leve de mi labio inferior que me causaba la excitación. Cerré los ojos con fuerza dejándome llevar por el movimiento que hacía Jim. Solté un gemido agarrando con más fuerza el pelo de su nuca.


JIM
Hacía tanto tiempo que soñaba con volver a compartir estos momentos con Erika…
-Erika… -susurré agarrándola del pelo con delicadeza y a la vez con fiereza por la excitación.


ERIKA
Alcé la cabeza gimiendo de nuevo.
-J-Jim…- Gemí de nuevo apretando mis muslos contra su cadera haciendo presión. Jadeé seguidamente a medida que Jim intensificaba sus movimientos. Más aumentaba la excitación y por lo tanto más intensos y altos eran mis gemidos.
-¡Jim!


JIM
Besé su cuello agarrando su cintura, recorriendo cada centímetro de su piel con la yema de mis dedos. Moví mis labios por todo su cuello y su clavícula mientras subía mis manos por su torso hasta su cuello, el cual acaricié con necesidad.
Busqué sus labios de nuevo, jadeando por la excitación y respirando deprisa.



ERIKA
Le agarré de los hombros jadeando sin parar. Le besé con fuerza gimiendo con mis labios pegados a los suyos. Moví mi cintura y mi cadera para hacer que el movimiento fuese más intenso y rápido. Mordí su labio inferior recibiendo un chispazo.
Me levé la mano a la boca y le miré.
-Au…


JIM
Me mordí el labio mirándola preocupado, cuando me ponía muy nervioso mi cuerpo se cargaba automáticamente de electricidad estática.
-Lo siento…



ERIKA
Me mordí el labio riéndome levemente. Le agarré de la nuca y me acerqué de nuevo.
-Estás que hechas chispas, ¿eh?- Le besé de nuevo.


JIM
Sonreí y seguí su beso, menos mal que no la había hecho daño, recorrí su espalda con ambas manos mientras seguía moviéndome.
-Lo siento, me haces llegar a descargas altas. –no dejé de besarla.


ERIKA
-Si… muy altas…- Gemí agarrando fuerte el pelo de su nuca, me mordí el labio jadeando.
-No pares, Jim…- Le besé introduciendo mi lengua enredándola con la suya.



JIM
La abracé aumentando la intensidad mientras me perdía en sus besos. Acaricié toda su espalda y sus muslos de arriba abajo sin parar y sin separarme un solo centímetro de ella.


ERIKA
Rodeé su cuello con mis brazos y acaricié su pelo enredándolo entre mis dedos.
-Te quiero…- Le besé con fuerza.
-Te quiero, Jim.- Le volví a besar agarrándole con fuerza del pelo.


JIM
-Yo más. –dije entre beso y beso.
-Yo muchísimo más. –la besé el cuello con ansia agarrándola del pelo mojado entre mis dedos.
-Te quiero más que a nada.



ERIKA
Cerré los ojos con fuerza. Sentía que estaba a punto de llegar al orgasmo. Agarré con fuerza sus hombros y me puse tensa.
-¡Oh, Jim!- Gemí con fuerza teniendo el orgasmo.


JIM
La abracé cuando sentí que iba a llegar al cénit, pensé que ella no iba a llegar pero lo hicimos a la vez, la besé con fuerza mientras desahogaba el orgasmo.
La miré a los ojos sonriendo y la besé dulcemente.
-Te quiero, Erika. –susurré.



ERIKA
Sonreí jadeando. Le agarré de la cara apoyando mi frente en la suya.
-Y yo a ti, Jim… te quiero, mucho…- Cerré los ojos aún con mi frente en la suya.



JIM
No borré mi sonrisa, la cual no esbozaba hacía mucho tiempo, y la besé abrazándola a mí, me resbalé poco a poco hasta que acabamos bajo el agua.



ERIKA
Saqué la cabeza de debajo del agua echándome el palo hacia atrás.
-¿Qué haces?- Me reí.
-¿Quieres ahogarme?- Le salpiqué agua en la cara.



JIM
Me reí y me tapé la cara.
-Eh, eh, no te pases. –me reí y la hice cosquillas para acto seguido besarla en el cuello.
-No intentaba ahogarte, jo.


ERIKA
Me reí y le rodeé el cuello con los brazos. Sonreí y le di un besito en la nariz.
-Soy una tonta, ¿lo sabías?- Dije dándole suaves besos por la cara.



JIM
-Sí, algo había notado en tu forma de… -me reí.
-¿Por qué lo dices? –tracé formas en su hombro mientras me cubría de besos.


ERIKA
-Por que solo una tonta dejaría escapar a un hombre como tú, tan dulce, tan cariñoso, tan mimoso.- Le seguí besando por la cara bajando por su cuello.
-Y… que te quiero mucho, fíjate.


JIM
Sonreí y la miré.
-¿Sabes que eres la primera persona que dice la palabra “hombre” refiriéndose a mí? –la di un pico y la aparté el pelo mojado que tenía en la cara.
-Fíjate como son las cosas que yo también te quiero, vaya.


ERIKA
Sonreí y me acerqué a las escaleras. Subí saliendo del agua sin taparme. Me agarré el pelo echándomelo a un lado. Miré a Jim aún sonriendo.
-¿Crees que será una especie de enfermedad?- Dije con voz aterciopelada girándome para mirarle mordiéndome el labio.



JIM
Fruncí el ceño sonriendo.
-¿Una enfermedad? ¿El qué? No creo que sea una enfermedad. Bueno, lo tuyo puede que sí, vamos, ¿quererme a mí? –hice una pedorreta y sonreí.


ERIKA
Sonreí y me tapé con una toalla. Me acerqué a la salida, le miré antes de irme.
-Disfruta de tu baño, ricura, yo voy a vestirme.- Sonreí y salí de las duchas camino a mi cuarto.


JIM
Me mordí el labio y me hundí poco a poco en el agua creando burbujitas en su superficie.

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