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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Capítulo LIV - JAMES

Dios Santo, ¡¡estamos todos locos!!

JIM
Por dentro me sentía feliz porque volvería a ver a Erika, pero no sabía cómo iba a encontrármela, y la verdad, tenía miedo.
Estaba en la cocina buscando algo de comida, hacía un par de días que no comía nada decente y no me vendría nada mal.


NEO
Entré en la cocina una vez puesto en marcha la nave.
Jim estaba allí, seguro que lo estaba pasando mal, tendría que ver a Erika y no acabaron muy bien, que se diga…
Me acerqué y me coloqué a su lado.
-¿Qué pasa, colega?


JIM
Miré a Neo cuando entró.
-Aquí estoy, con una rica ensalada que os he robado de la nevera, tenía buena pinta y tiene mejor sabor. Ahora es mía. –di otro pinchazo a la ensalada metiéndomela en la boca.
-Kara es buena cocinera, digo yo que tú serás el que limpie la casa. –me reí.


NEO
Sonreí y me senté a su lado.
-Estás nervioso, ¿verdad? Por ver a Erika… me refiero.- Le miré, tal vez mi pregunta le molestaría.
-Perdón… no es asunto mío.


JIM
Negué.
-No sólo estoy nervioso, es que tengo miedo… Sé que ella me quería cuando decidió quedarse en un hospital, yo mismo fui el que le pedí que lo hiciese, pero no sé cómo va a reaccionar cuando vuelva a verme. Hablaba con los médicos cada cierto tiempo y no ha evolucionado nada pero tampoco ha empeorado… -miré a Neo.
-Joder, estoy cagado.


NEO
-No te preocupes, Jim, piensa que ella lo hizo para no causarte daño al verla enferma, Erika no lo hizo para destrozarte, ella creyó que el verla tú así es lo que te destrozaría…- Suspiré.
-Es complicado, pero es su elección, tienes que comprenderlo…


JIM
-Lo sé, Neo, lo que me preocupa no es eso. Lo que me preocupa es lo que dirá al verme de nuevo, y si querrá venir con nosotros, y si viene, qué pasará con ella y conmigo. –seguí comiendo, tenía el estómago vacío.


NEO
-Jim, tú y Erika no habéis acabado, ella te quiere, aunque lo niegue. Las mujeres son así de orgullosas, lo negarán una y otra vez hasta que finalmente lo admitan.- Sonreí levemente.
-Vamos, anímate, Erika no se negará a venir con nosotros, ya lo verás.


JIM
Le miré.
-Eso también me preocupa. Ella está enferma, y en el hospital no han conseguido ninguna mejora, ¿qué pasará si sale de allí? ¿Empeorará? –suspiré.
-En serio, llevo un año comiéndome el coco con lo mismo…


NEO
-¿Y por qué no has ido a verla este ultimo año? Así te habrías quedado más tranquilo sabiendo como era su estado…- Le miré.
-De todas maneras, no te comas más el coco, pronto estará aquí y se lo podrías preguntar tú mismo.


JIM
Le miré.
-Gracias. –le di un pequeño toque en el hombro.
-¿Y tú qué tal con Kara? Me ha dicho Saya que habéis acabado casándoos.


NEO
Sonreí.
-Si, al final decidió casarse conmigo. La verdad es que me hace feliz estar con ella… aunque tengamos nuestras diferencias, siempre intentamos ver el lado buena de la situación.


JIM
-Eso está bien, con paciencia se puede llevar bien. –seguí comiendo.
-El día que me case yo las ranas tendrán una cresta punky y los cerdos volarán en ala delta… -me estiré.
-Sería divertido ver eso.


NEO
Me reí.
-Si… eso estaría bien…- Me levanté.
-Bueno, chaval, tengo cosas que hacer, disfruta de tu ensalada. Si me disculpas…- Me despedí con la mano y salí de la cocina en dirección al puesto de mandos. Antes de sentarme en mi sofá, me gustaba echar un vistazo al panorama por el gran ventanal de enfrente. Todo parecía estar en calma… pero…
-¿Qué es eso?- Cogí los prismáticos y miré a través de ellos.
-Es una… ¿una chica?- Miré bien, esa chica me sonaba mucho… pelirroja…
-¡Joder!- Frené la nave en seco, fue un frenazo bastante brusco.


JIM
De repente la nave dio un frenazo que hizo que la fuente se cayese al suelo rompiéndose en mil pedazos que sonaron a cristal, me agarré a la mesa.
-¿Qué…? –corrí hacia la sala de mandos, Neo estaba parado frente al ventanal.
-Neo, ¿qué ha pasado?


NEO
Descendí la nave a gran velocidad frenando de nuevo en el momento justo en que la panza rozó el suelo. Abrí la compuerta y antes de salir, agarré una de las pistolas que estaba en el armero.
-Es Erika.- Dije mirando a Jim.
-Está en el bosque, herida…- Salí corriendo fuera de la nave, supuse que Jim me seguiría.

JIM
…Tenía que ser una broma, no podía estar hablando en serio. ¡¿Qué coño hacía Erika en medio del bosque herida?!
Corrí detrás de Neo, con el corazón a varios latidos por segundo, tenía que haberse equivocado, por favor, que no fuese ella…


NEO
Seguí corriendo a gran velocidad, atravesé el bosque parando en seco cuando la vi. Iba con la bata del hospital, ensangrentada de arriba abajo y pálida…
-¡Erika!- Me acerqué corriendo, la agarré antes de que se desplomase contra el suelo.
-Erika…eh, pequeña…- Me miró, tenía la mirada vidriosa y perdida.
-… ¿qué te han hecho?- La acaricié la cara, se desmayó en mis brazos.

JIM
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Pensaba que iba a ser más fuerte, tenía todo preparado para cuando la viese, pero esto no me lo esperaba.
-Erika… -corrí hacia donde la sostenía Neo y la cogí entre mis brazos.
-Erika, vamos… -apoyé la cabeza en su pecho cerrando los ojos con fuerza dejando escapar una lágrima.
Miré a Neo.
-Los mataré a todos… -me incorporé con Erika entre mis brazos y comencé a llevarla a la nave. Después de todo ese tiempo con la última imagen de ella atravesando la puerta de un hospital con la cara apunto de estallar a llorar y ahora la encontraba herida en medio de un bosque, si habían sido los mismos que habían hecho las explosiones o lo demás los torturaría hasta que llorasen pidiendo clemencia.

NEO
Seguí a Jim sin soltar la pistola, miré a mí alrededor… no era muy normal que Erika hubiera aparecido en medio del bosque y ensangrentada…
Entrecerré los ojos mirando las copas de los árboles… sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral cuando pude distinguir una sombra entre las ramas.
Miré hacia atrás, por donde se había ido Jim y después miré el árbol de nuevo…
-No está…- La sombra había desaparecido, pero aún sentía como nos observaban…
Me giré y volví a la nave junto a Jim, había que ayudar a Erika.


JIM
Llevé a Erika lo más deprisa que pude a la nueva sala de curas que habían instalado, la tumbé sobre una camilla y la miré, estaba pálida.
-Dios, ¿qué la han hecho? –desabroché el camisón de hospital que llevaba para poder mirar qué clase de heridas tenía.


SAYA
Estaba en mi nuevo cuarto, cotilleando un poco e investigando como funcionaba el termostato cuando sentí de nuevo aquella presencia que sentí en el bosque…
Salí del camarote y me dirigí hacia la enfermería, algo me decía que tenía que ir allí. Cuando entré me quedé congelada…
-Erika…- Fruncí el ceño cuando vi en su piel las mismas marcas negras que tenían los ciudadanos del reino del Hielo.
Me acerqué y la miré.
-Estás marcas… las ha provocado un sombra.


JIM
Apreté los puños apoyándome en la camilla y bajando la cabeza.
-No les basta sólo con joderle la vida a la gente, tienen que seguir hasta no parar, no entiendo qué política buscan… Ellos no son humanos, son monstruos… -enjugué mis lágrimas y miré a Erika, acaricié su frente con mi mano, no sabía cómo podría curarla. No pude hacerlo la otra vez, ni en ese momento…


SAYA
Miré a Jim, le acaricié la espalda intentando calmarle.
-Tranquilo, Jim…- Bajé la cabeza y suspiré.
-Ayúdame a curarla, después la subiremos a su camarote y esperaremos a que despierte, tal vez ella sepa algo de lo ocurrido…


JIM
La miré y asentí. Al menos Saya parecía poder hacer algo, y si era así, era lo mejor que podíamos hacer.
Después de hacerle las curas la llevamos a su nuevo cuarto y la tumbé sobre su cama, arrodillándome a su lado en el suelo.


SAYA
Miré a Jim.
-¿Vas a quedarte con ella? Creo que sería mejor que la dejases sola hasta que despierte… pero sé que te vas a negar, así que… si despierta, avísanos…- Le acaricié el pelo con cariño. Me levanté y salí.


JIM
Cuando Saya salió, cogí la mano de Erika. Estaba helada y áspera. La besé con ternura cerrando los ojos. Llevaba un año soñando con que volvía a encontrarla, y encontrarla de esta manera era lo segundo peor que me podría haber imaginado.


ERIKA
-¿Dónde estoy?- Fue lo primero que salió de mi boca cuando recobré la consciencia.
Abrí los ojos poco a poco, estaba dolorida de pies a cabeza… tal vez estaba muerta… pensaba que el morirse era descansar, pensaba que me libraría del dolor, pero ni muerta soy capaz de descansar…
Miré el techo… ¿techo? ¿Dónde estaban las nubes y los ángeles? Eso no era el cielo, si fuese el cielo no me dolería nada… estaba en el infierno, seguro…
Sentí que alguien me cogía de la mano, giré la cabeza lentamente y miré. Me pareció distinguir una cabellera rubia, tenía la mirada borrosa, no podía ver con claridad.
Rubio…
-¿James?


JIM
Abrí los ojos, Erika se había despertado. Cuando levanté la cabeza para mirarla me llamó James…
Por un momento un millón de pensamientos cruzaron mi mente, pero lo dejé en que pudo haberse hecho un lío.
-Erika, soy yo, Jim…


ERIKA
¿Jim?... Jim estaba…
Me incorporé rápidamente y le miré.
-¿Qué haces aquí? ¿Dónde estoy? ¡¿Por qué estas tú aquí?!- Me sentía desorientada, Jim… James… ¿¿Qué estaba pasando??


JIM
Erika estaba desorientada y nerviosa. Posé mi mano en su hombro.
-Erika, tranquila, todo está bien, calma… Estás a salvo.


ERIKA
-¡No! ¡Tú no deberías estar aquí! ¿Por qué no estoy en el hospital?...- De momento me vino a la mente todos los recuerdos, lo que sucedió en el hospital.
-¿Dónde está James?


JIM
Fruncí el ceño con fuerza.
-¿Fue ese cabrón? Fue él, ¿verdad? Él te hizo esto… -apreté los dientes.
-Lo mataré, te juro que lo voy a matar, Erika, no volverá a hacerte daño.


ERIKA
-James no me hizo esto…- Se me inundaron los ojos de lágrimas.
-Él… me salvó…- Dejé que se me escaparan unas lágrimas.
-¿Dónde está?


JIM
…No podía creerlo, ella creía que James la había salvado… Eso era del todo imposible…
-Erika… James no está, te encontramos herida en mitad del bosque, ¿quién te hizo esto? –no podía creer que estuviese tan desorientada como para pensar que James la había ayudado.

ERIKA
Miré a Jim.
-James me salvó la vida, se arriesgó por mí… tengo que encontrarle… podría estar…- Me tapé la cara llorando.
-No puedo dejar que le pase nada…


JIM
La agarré de los hombros.
-Erika, él no pudo haberte salvado, él ha intentado matarnos. Erika, James no te salvó. Los que bajamos a por ti fuimos Neo y yo, no James…

ERIKA
-¡Suéltame!- Me encogí en la cama sin dejar de llorar.
-Pensáis que James es malvado… pero yo sé la verdad…- Pegué mi espalda contra la pared.
-Él me necesita… necesita mi ayuda para ser libre…

JIM
-¿De qué estás hablando? –negué con la cabeza y me levanté.
-No sabes lo que estás diciendo, Erika, nada de lo que dices tiene sentido… -me llevé la mano a la cara.
-No entiendo nada… -salí de su cuarto dejando la puerta abierta y conteniendo las ganas de gritar. Busqué a Saya y cuando la encontré paré frente a ella.
-Erika está despierta… dice que James la ha salvado. Ve tú a hablar con ella… porque yo no puedo. –salí a la cubierta, necesitaba tomar el aire.

SAYA
Asentí y avisé a Kai y a los demás.
Al poco estábamos reunidos en el camarote de Erika. No tenía buen aspecto, aunque se alegró de vernos.
-Erika… ¿cómo estás?


ERIKA
Me alegré bastante al ver a Saya, al Jefe, a Neo y a Kara. Estaban estupendos…
-Estoy bien, algo dolorida, pero mejor que antes…- Me senté sobre la cama con mis piernas contra mi pecho.

SAYA
-Bueno, tranquila, el dolor cesará en un par de días, necesitas descansar y yo me ocuparé de tus heridas… -suspiré y la acaricié uno de sus mechones rojos.
-Oye, Erika… Jim me ha dicho que afirmas que James te salvó… ¿qué pasó?

ERIKA
Les miré, a cada uno… no me iban a creer.
-James vino a buscarme al hospital… al principio pensé que quería matarme o secuestrarme, pero no fue así. Me sacó del hospital contra mi voluntad, eso es verdad y lo admito, estaba bastante asustada, pero después…
Me llevó al bosque, a una casa abandonada, debía ser la casa de un hada o algo parecido. Como decía, estaba asustada, no sabía sus intenciones hasta que me lo explicó todo…- Me miraban intrigados. Suspiré y reanudé lo sucedido.
-Me explicó que quería traicionar a su padre… sigue vivo a pesar de haber volado su cuartel, James se libró porque… estaba encerrado en las mazmorras medio desangrado por Aleera… En este ultimo año, se ha dedicado a buscar a Draco, quería vengarse por el castigo que le impuso en las mazmorras, le torturó y no sé qué más… en fin… No logró encontrarlo, pero por fortuna, encontró a otra persona…- Les miré.
-Su hermano mayor, Dark.


KAI
Escuché todo lo que contaba Erika. Aunque no me terminase de creer lo que decía de Jame había que admitir que no tenía motivos para mentir. Dark… Ese tenía que ser el cabrón que atacó a Saya…
Miré a Erika.
-Entonces explícanos si no ha sido James, ¿quién te ha hecho eso? ¿Dark?


ERIKA
Miré a Kai y asentí.
-Nos atacó estando en la cabaña… James… me protegió, pero ese tío es muy peligroso, controló la mente de James, hace lo que quiere con las personas con solo mirarlas a los ojos… James luchó contra él, mientras yo escapaba… Pero como podéis ver, a mi también me alcanzó su poder…- Dije enseñándoles las marcas de mi cuerpo.
-No sé nada de James desde entonces… me salvó y se lo debo, no puedo quedarme de brazos cruzados.- Los demás me miraban no muy convencidos.
-¿Qué pasa? Si, ya sé que James ha hecho cosas horribles, pero sé que fue sincero conmigo aquel día… parecía otra víctima más…


KAI
-Tú misma lo has dicho: parecía. Después de todo lo que ha hecho del lado de su padre nos resulta muy difícil creerte, Erika, al menos a mí. No es por ti, sino por él. Y aunque esta vez te haya ayudado… Lo más seguro es que lo hizo por algo que tiene planeado, dudo mucho que lo haga simplemente por ayudarte. –no sabía si el resto estaba de acuerdo conmigo, pero mi opinión era firme.


ERIKA
Le miré seria.
-Te recuerdo, Kai, que James no es el único calculador y manipulador en este mundo, mírate en el espejo, ahí tienes un ejemplo.- Fruncí en ceño.
Era la primera vez que desafiaba a Kai y la primera vez que defendía a James… seguro que no sería la última.

KAI
Si ahora teníamos a una tripulante que defendía al enemigo y se enfrentaba a mí no tenía mucho sentido, pero según Saya la necesitábamos, que hiciesen lo que quisiesen, yo ya no podía elegir quién entraba y quién salía.
-Lo recordaré en el momento que tú recuerdes quién ha estado salvándote el pellejo todo este tiempo y no ha intentado matarte. –me di la vuelta y salí de allí, no sabía que la habían hecho, pero desde luego, nada bueno.


ERIKA
-¡Ahora no te hagas el héroe! ¡Al menos James no le ha puesto los cuernos a nadie, gilipollas!- Me sentía furiosa. Descargué mi energía contra uno de los armarios que salió volando estampándose contra la pared haciéndose migas.


KAI
Me giré, esa niña estaba gilipollas.
-¿De qué coño hablas? Claro, tu país está en perfecto estado y por eso ya crees que James te protege, ¿no? James y su padre se están cargando todo el mundo, ¿es qué no lo ves? Miles de personas han muerto por culpa de las jodidas explosiones que prepara tu nuevo héroe, ¿sabes? Gente inocente está muriendo a sus manos, y me echas en cara todo a mí. Si te sientes furiosa date un golpe contra la pared, ¿quieres?


SAYA
Miré a Erika y después a Kai. Bajé la cabeza, miré de reojo a Erika, vi que cargaba una bola de energía en su mano.
-Erika…- La agarré de la muñeca negando.
-No… ni se te ocurra.- La miré a los ojos.


ERIKA
Saya frenó mi intento de atacar a Kai. Deshice la bola de energía y la miré…
Se me cortó la respiración cuando miré sus ojos…
La aparté de un golpe haciendo que cayese al suelo.
-¡Sus ojos! ¡Son sus ojos! ¡Largo de aquí! ¡¡Fuera!!


KAI
Ayudé a Saya a incorporarse.
-¿Qué? ¿Te dan miedo sus ojos? Te recuerdo que los ojos de ese cabrón que tienes por amigo son iguales. –me puse delante de Saya.
-Y si tienes que atacarme, hazlo, no tienes agallas.


KARA
Me levanté.
-Bueno, ya está bien, ¿estamos todos gilipollas o qué? Kai, deja de dar por culo y vete de aquí con Saya, Neo, trae algo de comer para Erika, largo todos. –me senté con Erika en la cama y la abracé, escondiendo su rostro de la mirada de los demás.
-Dejadla tranquila, ya lo está pasando bastante mal como para que encima la estéis machacando, Kai, fuera.


KAI
Eché un último vistazo a Erika y me giré sacando a Saya de allí, esa cría se había vuelto verdaderamente huraña desde la última vez que la vimos.

ERIKA
-Kara… tu también te vas… quiero estar sola. En cuanto me recupere me largaré de esta puta nave.- Me separé de Kara.
-Largo.- Dije secamente frunciendo el ceño.


KARA
La miré algo confundida, sólo quería defenderla y me estaba echando… Me levanté suspirando.
-Como quieras. –salí de allí tras Kai, Erika estaba muy rara, ese James debió hacerla algo…

ERIKA
Me apoyé en la pared y miré la habitación… tenía ganas de destrozarlo todo, sobre todo de destrozarle la cara al cabrón de Kai.
Me froté la cara suspirando. En cuanto estuviese bien, me largaría de la nave, jamás me volverían a ver…


JIM
Estaba en la cubierta, apoyado sobre la barandilla. No paraba de pensar en lo que había dicho Erika… ¿Cómo podía James hacer eso después de todo lo que había hecho?
Suspiré, quizá sí que encajaba. Él sólo era una estúpida marioneta que Draco usaba a su antojo, es normal que quisiese cambiar eso… ¿Pero ayudar al enemigo? No tenía sentido…

ERIKA
Empezaba a anochecer, era hora de largarse de allí. Me encontraba con fuerzas, me vestí con ropa limpia y cogí una mochila en la cual metí un par de armas y cargadores. Me cargué la mochila al hombro y me giré hacia la puerta. Solté un chillido sordo cuando vi delante de mí a James.
-…James…- Susurré.

JAMES
Aparecí en el camarote de Erika.
-Vaya, con que ese piloto se ha construido una nave nueva, que mañoso.- Miré a Erika, tenía marcas en los brazos. Agarré su muñeca con suavidad y posé mi mano encima de su antebrazo. Absorbí la energía negra librándola de las marcas.
-Como nueva.- La miré y sonreí.

ERIKA
Tragué saliva cuando me agarró de la muñeca, me liberó de las heridas, sentí que me quitaba un peso enorme de encima.
-Gracias…- Le miré bien.
-Tú… no estás… ¿estás herido?


JAMES
Esbocé media sonrisa cuando me preguntó.
-Bueno, mi hermano es poderoso, pero yo soy muy escurridizo, tranquila, estoy perfectamente… ¿estabas preocupada por mí?- Alcé una de mis cejas.

ERIKA
Carraspeé.
-No… ¿pero qué dices? ¿Preocupada por ti?... bueno… un poco…- Le miré.
-Vale, si, si, estaba muy preocupada por ti, ¿te vale?- Bajé la cabeza avergonzada.
-¿Qué haces aquí? Te podrían ver, y que se diga no les caes muy bien por aquí.

JAMES
-He venido a verte.- Al ver que se asombraba sonreí.
-¿Qué? No me avergüenza decirlo, estaba muy preocupado por ti, me aterraba que te Dark te hubiese alcanzado…- Miré el camarote y después su mochila.
-¿Te ibas a algún sitio?

ERIKA
-Si… bueno… iba a buscarte.- James se echó a reír.
-¿Qué te parece tan gracioso?- Me crucé de brazos y le miré seria.
-No quiero estar aquí, no creen lo que digo y Kai me pone de los nervios…- Suspiré y le miré.
-Llévame contigo…


JAMES
Esta chica era alucinante. Es la única persona que me hacía reír en mucho tiempo.
-¿Qué? No puedo hacer eso, Erika, mi padre me está buscando, y no porque me eche de menos y encima tengo a Dark pisándome los talones, correrías mucho peligro si vienes conmigo…- Suspiré.
-Me gustaría que vinieses, pero aquí estarás a salvo, ellos cuidarán de ti.

ERIKA
Suspiré y dejé caer la mochila al suelo. Bajé la cabeza resignada. Era inútil intentar convencerle… no me llevaría con él.
-Está bien… pero…- Le miré.
-Prométeme que volverás a verme, vendrás siempre que puedas… por favor….- Le supliqué, entonces fue cuando escuché pasos.
Neo entró en el camarote con la cena.
-Mierda… ¡espera, Neo!- No me escuchó, se fue a avisar a los demás… estábamos jodidos.

KAI
Neo dio aviso de que James estaba en la nave, y si estaba en la nave…
Agarré mi espada, me levanté de la silla de la cocina y corrí hacia el cuarto de Erika, le arrancaría el otro brazo a ese hijo de puta.
Cuando llegué, efectivamente, James estaba ahí.
-¡Maldito hijo de puta! –cargué la espada de hielo, y antes de darle tiempo a reaccionar, hice un mandoble que desató varias estacas de hielo en su dirección.

ERIKA
-¡¡No!!- Me puse delante y creé una barrera de viento que hizo que las estalactitas se fragmentasen en mil pedazos.
-Kai, no le hagas daño…- Le miré seria. No deshice la barrera. Los brazos de James rodearon mi cintura. Me quedé quieta.


JAMES
Erika me protegió con una barrera, estaba de espaldas a mí. Rodeé su cintura con mis brazos y me acerqué a su oído.
-Volveré siempre que quieras y me necesites.- Susurré y acto seguido la besé en la mejilla. Miré al reycito y desaparecí entre las sombras.


KAI
Erika lo dejó escapar, no sólo le protegía, es que nos estaba traicionando. Una vez deshizo la barrera, ya que su amiguito se había marchado, la agarré del cuello.
-¿Cómo has podido? ¡¡¿Cómo has podido, Erika?!! –la tiré contra su cama.
-¡Eres una traidora! ¡Te has aliado con el enemigo!

ERIKA
-¡¡No es el enemigo, maldito gilipollas!!- Me levanté y le encaré.
-No me das ningún miedo, ¿quieres matarme? ¡Hazlo! No cambiaré de idea respecto a James…

KAI
Apreté los dientes con fuerza, esa niña estaba jugando con fuego y se iba a quemar, impacté el reverso de mi mano contra su mejilla, haciéndola retroceder. Empuñé mi espada.

JIM
Oí mucho revuelo y quise ver qué pasaba. Cuando llegué al cuarto de Erika, Kai la amenazaba con su espada. Respiré fuerte, cargué en mi mano una bola eléctrica que lancé contra Kai, haciéndolo chocar contra la pared, recibiendo una gran descarga.
-¿Qué cojones estabas haciendo, tarado?

ERIKA
Kai me golpeó en la mejilla. No dije nada. Miré a Jim y acto seguido agarré la mochila y salí del camarote dispuesta a marcharme de allí.
No podía quedarme más tiempo allí y más si cada vez que viniese James se iban a poner de esa manera… así solo pondría en peligro su vida…


JIM
Miré a Erika. Dijese lo que dijese el resto, yo ahora podía creerla, había comprendido todo, y si James quería deshacerse de Draco, no podía por menos que ayudarle, aunque no por él, sino por Erika.
Miré a Kai, no había caído en la inconsciencia, pero no se movía, luchaba porque el aire entrara en sus pulmones.
Volví la vista a Erika.
-Yo te creo, quiero ayudarte.

ERIKA
-Ya, que me crees, dices…- Atravesé el pasillo.
-Jim, eres el primero que ha dicho que no quiere saber nada de esto, pues ya está.- Llegué a la sala de máquinas, por suerte Neo no estaba. Apreté el freno. La nave frenó de forma brusca, tuve que agarrarme al panel para no caerme.
Miré a Jim.
-No intentes arreglar nada.- Abrí la compuerta, estábamos a bastante altura, pero sobrevolábamos el mar, así que, sería como hacer puenting.


JIM
Cada palabra que salía de su boca me sentaba como un puñal atravesándome, esa no era la Erika que yo conocía.
-He soñado contigo cada noche desde que me hiciste dejarte en ese maldito hospital… No he sido capaz de olvidarte, y cuando al fin vuelvo a verte no haces más que… Romperme el alma… -bajé la mirada.
-Cuando te he oído llamarme James he sentido como me rompía en mil pedazos, pero eso no ha sido más que una mera prueba de que… Me has olvidado por completo. Me alegro de que hayas sabido rehacer tu vida, pero de que abandones a tus amigos así… No lo creía en ti… -me puse al lado de ella, no la dejaría saltar, no al menos sola.

ERIKA
Miré a vacío y después a Jim cuando me dijo eso.
-No he rehecho mi vida, Jim… pero al menos he conocido a una persona que me comprende y e da igual que sea el enemigo, vuestro enemigo…- Miré de nuevo el mar.
-Yo no considero a ninguno de esta nave mi amigo… no tengo amigos…-Le miré de nuevo.
-Yo no puedo tener amigos.- Me coloqué bien la mochila y me acerqué al borde.
-Buena suerte.


JIM
La agarré del brazo sin ejercer mucha fuerza y tiré de ella hacia atrás para evitar que se tirase.
-¿Qué coño te pasa, Erika? ¿Amigos, enemigos? ¿De qué coño me hablas? ¿Es que no te llega el riego a la cabeza? ¿Qué piensas hacer tú sola? ¿Ayudarás a James, y entonces qué? Si vas con él lo único que pasará es que pases más peligro, Erika.

ERIKA
Me zafé de su agarre con brusquedad.
-Déjame en paz, Jim. Vive tu vida y a mí olvídame.- Me volví a acercar al borde dispuesta a tirarme.


JIM
-No pienso dejar que te ocurra nada malo, por eso iré contigo. Y me da igual lo que me digas, si tú te encabezonas en irte yo me encabezono en seguirte. –me coloqué a su lado, esta vez tendría que usar más que palabras para convencerme de que la dejara ir.

ERIKA
Me encogí de hombros.
-Tú mismo, yo ya te he dado a elegir.- Cogí impulso y me tiré de cabeza al vacío. Me zambullí en el agua cuando llegué abajo.


JIM
Saya me mataría después de esto, pero no podía dejar que Erika volviese a correr peligro, y menos si iba detrás de ese tipo, no me fiaba de él por mucho que quisiese cambiar de bando.
Me tiré tras ella y caí a un par de metros de donde cayó.

ERIKA
Salí del agua y llegué a la playa. Jim me había seguido.
-Genial…- Saqué de la mochila ropa seca, la dejé en la arena y me quité la ropa mojada.
- Pero mira que eres pesadito… podrías haberte quedado con tu familia feliz.

JIM
-¿Crees acaso que si estuviese feliz habría ido detrás de ti tan tranquilamente? –tuve un escalofrío por el frío, solté un chispazo con la mano.
-Si supieses lo enormemente feliz que he estado a lo largo de este año hasta me darías un premio de felicidad, vamos… -miré hacia arriba, no sabía qué había hecho exactamente Erika, pero Neo se iba a mosquear.

ERIKA
Me giré y le miré.
-¡Oh! Siento mucho haberte jodido la vida, pero te lo advertí, podíamos haber ahorrado sufrimiento desde el principio, te encabezonaste diciendo que cuidarías de mí y no salías de esa idea, pues lo siento pero es tarde.

JIM
-En ningún momento te he culpado a ti. Sólo te he dicho que estás equivocada si piensas que he sido feliz. –parecía muy a la defensiva para no haberla hecho nada malo.

ERIKA
-Olvídame, ¿quieres?- Terminé de vestirme y guardé la ropa mojada dentro de la mochila. Alcé la cabeza cuando vi la nave descender…
-Mierda…- Cerré la mochila y miré a Jim.
-No me sigas.


JIM
Fruncí el ceño.
-No sé qué te pasa, pero voy a ayudarte pase lo que pase, Erika. –la miré, definitivamente, había cambiado, pero muchísimo…
-Si para ayudarte tengo que ayudar a James lo haré.

ERIKA
-No quiero tu ayuda, no la necesito, sé cuidarme solita. No os necesito, dejadme en paz, joder.- Me eché la mochila a la espalda y empecé a caminar lo más deprisa posible con tal de que los de la nave me impidiesen irme.

JIM
La seguí.
-¿Sabes que hablando así te pareces a Kai? Pensaba que le odiabas. –la nave estaba aterrizando, nos pillarían…

ERIKA
-Pues que bien.- Seguí caminando sin mirar atrás.
Si intentaba picarme poco iba a conseguir, no me dejaba llevar por ese tipo de chorradas.

JIM
Suspiré y la seguí de cerca, iba bastante deprisa, por lo que tenía que mantenerme alerta si no quería perderla.
-¿Pero sabes dónde está James?

ERIKA
No contesté, seguí con la marcha sin ni siquiera mirarle. Giré la cabeza hacia atrás por si me habían pillado, pero no conseguí ver nada. Miré de nuevo al frente, me choqué contra algo.

JAMES
Pillé a Erika fuera de la nave… esta chica era muy poco obediente.
-¿Sé puede saber dónde coño vas tú? Te dije que te quedaras en la nave…- Vi que el rubiales iba con ella.
-Ohm, ya veo… escapada juntos, ¿eh?- Esbocé media sonrisa.

JIM
Le miré cauteloso, no me fiaba ni un pelo, y encima sonreía como si tuviese un plan.
-Confío en que Erika tenga razón y sea cierto que quieras acabar con Draco, porque si no es así me iré ahora mismo, pero con Erika.

JAMES
Sonreí de nuevo y agarré la mano de Erika con suavidad.
-Erika se viene conmigo un momento, tú espera aquí, ricitos.- Guié a Erika un poco apartados del rubio.
Miré a Erika con seriedad.
-Erika… no hagas esto, vuelve con ellos, te prometo que iré a verte siempre que pueda, pero no puedes venir conmigo… no ahora, correrías mucho peligro y no soy lo bastante fuerte como para protegerte…- La acaricié la mejilla con la mano que me quedaba libre ya que la otra sostenía aún su mano.
-Eres muy importante para mí…


ERIKA
Le miré a los ojos, había sinceridad en ellos, no me mentía…
Bajé la cabeza y asentí.
-De acuerdo, James… volveré a la nave…- Le volví a mirar.
-Pero vuelve, al menos para saber que estás bien…- Sonreí cuando asintió. No pude evitarlo, rodeé su cintura con mis brazos apoyando la cabeza en su pecho.

JIM
Vi a Kara a lo lejos, corrí para avisar a Erika de que estaban aquí, estaba… abrazando a ese tío…
Me quedé inmóvil en el sitio, no pude ni irme ni abrir la boca, por un momento…
Negué con la cabeza.
-Erika, están aquí…

ERIKA
Miré a Jim cuando me avisó. Asentí y miré a James si soltarle.
-Te mucho cuidado, ¿vale?

JAMES
Sonreí y la agarré de la cara con suavidad, acerqué mis labios a su frente besándola. La miré acariciándola las mejillas.
-Te lo prometo.- Me separé de ella soltando su mano.
-Nos vemos, ricitos.- Dije despidiéndome de Jim. Miré de nuevo a Erika y la guiñé un ojo. Desaparecí envuelto en las sombras.


JIM
Respiré fuerte, no podía creerme lo que había visto.
-¡Tengo nombre, capullo! –desvié la mirada, ahora tocaba correr para huir de la tripulación, y si nos pillaban iban a darme de palos por atacar a Kai, y a Erika la iban a dar de palos por idiota.

ERIKA
Me giré y miré a Jim.
Caminé en dirección contraria, hacia la nave… tenía que cumplir la promesa que le hice a James de mantenerme a salvo… estar en la nave era lo único que me mantendría viva… aunque por dentro estuviese muerta…


JIM
Miré a Erika, volvía a la nave.
-Pe… ¿se puede saber qué haces? –la seguí, Kara llegó corriendo, paró frente a nosotros sofocada y con una mano en el pecho.


KARA
Al fin les pillé, paré cansada de correr.
-¿Se puede saber qué coño os pasa? ¿A dónde pensabais ir? –suspiré, al menos no parecía que fueran a salir corriendo.


ERIKA
Seguí andando hacia la nave, en esos momentos no tenía oídos ni palabras para nadie. Ni siquiera miradas… ignoré por completo a Kara… es verdad, ellos no me habían hecho nada para que recibiesen ese comportamiento por mi parte… pero me sentía furiosa y antes de pagarla con ellos, prefería pagarla conmigo misma…


KARA
Erika estaba de lo más rara, me mordí el labio al verla pasar por mi lado sin ni siquiera mirarme. Miré a Jim, su cara era un verdadero cuadro, parecía que iba a ponerse a gritar en cualquier momento.
Suspiré y me acerqué a él.
-Venga, canijo, vamos dentro. –le acaricié la nuca mientras echábamos a andar, él era el más afectado por el nuevo carácter de Erika.
Llegamos a la nave, Jim se fue a su cuarto y Erika al suyo. Negué con la cabeza, algo gordo estaba pasando.


SAYA
Pillé a Jim por el pasillo, justo cuando atravesaba la puerta de su cuarto, frené le puerta con mi mano.
-Jim, tenemos que…- Me fijé en su cara… de repente todo el cabreo que tenía encima por lo que le había pasado a Kai desapareció.
-Jim…- Entré y le agarré de la cara.
-¿Qué pasa, pequeño?


JIM
Saya me frenó al intentar entrar en mi cuarto, me iba a matar por haber atacado a Kai, o eso pensaba hasta que me preguntó qué me pasaba. Negué con la cabeza.
-Nada. –mi voz no sonó nada convincente, pero sabía que si pronunciaba una palabra más empezaría a derramar lágrimas y no quería volver a llorar, era de débiles, y yo quería ser más fuerte.


SAYA
Le miré preocupada, suspiré y le rodeé con mis brazos. Le acaricié la nuca.
-Lo estás pasando mal con esto… lo siento, de verdad…- Erika había vuelto, pero no era la misma, había intentado fugarse y su amigo era James… todo estaba hecho un lío, no tenía ni pies ni cabeza y el más afectado era Jim…

JIM
Tragué saliva y rodeé la cintura de Saya con mis brazos.
-Siento lo de Kai. –cerré los ojos suspirando, no tenía ganas de nada más que tirarme a la cama y quedarme ahí, pero agradecía que Saya intentara apoyarme.

SAYA
-Tranquilo, no piensas más en eso… ya me encargo yo de todo…- Le miré agarrándole de la cara.
-Ojala pudiese hacer algo por ti, Jim… pero sé que todo lo que pueda ofrecerte será inútil para devolverte a Erika…

JIM
Negué.
-Déjalo, Saya. Ya me da igual, ¿sabes? Lo único que me importa ahora es que ella esté bien, pero si ni siquiera ella me deja ayudarla no puedo hacer nada. –abrí la puerta de mi cuarto.
-Ella tiene razón, no la dejo en paz, y es hora de que deje de insistir, ella no quiere que lo haga y yo estoy cansado de dedicar mi tiempo a algo inútil. La ayudaré como pueda sin que ella se entere, y si se entera pues nada… -entré y cerré la puerta. Caminé hacia mi cama y me tumbé boca-arriba con los ojos cerrados.

SAYA
Suspiré y me rasqué la nuca.
-Estamos jodidos…- Miré el pasillo.
-Ahora a calmar a la bestia de Kai… puf…- Caminé en dirección a mi camarote, había dejado a Kai en la cama cuando me lo encontré en el camarote de Jim, estaba que no podía ni moverse, pero lo que se dice gritar y cagarse en todo lo cagable… para eso si estaba bien.

KAI
Iba a arrancarle la cabeza a ese crío, después me haría un pincho moruno con ella y lo aplastaría con mi pie hasta que sólo quedasen pedazos de él…
Saya entró, pero sola.
-¿Dónde está ese canijo delincuente?


SAYA
Entré en el camarote y cerré la puerta. Anduve hasta colocarme a los pies de la cama, miré a Kai y me crucé de brazos.
-Está descansando… hoy no tiene un día muy bueno… ni él ni ninguno de esta nave.

KAI
Di un golpe en la cama, parecía que poco a poco iba recuperando la movilidad.
-Ese crío me busca y me va a encontrar, voy a darle tal paliza cuando me levante que no se va a acordar ni de por qué está aquí. –suspiré, cerré los ojos e intenté calmarme, ya que no podía desatar mi rabia lo mejor era calmarse.


SAYA
-Sabes porque lo ha hecho, ¿verdad?- Le miré.
-Estaba protegiendo a Erika, ¿en qué coño estabas pensando? Kai, ibas a matarla…- Le miré seria.

KAI
-No tenía en mente matarla, me estaba tocando mucho los cojones y quería que al menos se callase, pero esa niña ya no se intimida por nada. –apoyé la cabeza en la almohada.
-¿Tú también me vas a soltar una descarga?


SAYA
-No, Kai, no voy a soltarte una descarga, pero que te des cuenta de lo que haces…- Suspiré y me senté en la cama.
-Esto nos afecta a todos, Kai, pero aunque pienses lo contrario… creo que Erika dice la verdad…- Me giré y le miré.
-James no es el enemigo.

KAI
Me quedé mirándola serio.
-No sé qué coño has bebido, Saya. Tú eras la primera que quería acabar con él… -desvié la mirada.
-Mira, en esta nave estamos todos locos, lo mejor es que nos vayamos a un despeñadero y digamos adiós al mundo, no hacemos más que cagarla, ¿James es el bueno? Entonces nosotros seremos los malos si hemos intentado matarle… -la miré, lo decía en serio.
-¿Por qué crees eso?


SAYA
-Sé que cada día que pasa piensas que se me va la cabeza o que estoy loca por las visiones que tengo, esos sueños, las premoniciones… pero… si Erika dice que James la ayudó y que no resulta ser una amenaza, ¿por qué no la creemos? Ella no mentiría con una cosa como esta… no sé… presiento que dice la verdad…- Miré a Kai.
-Creo que James corre peligro y que nos necesita…

KAI
-Después de cómo se ha estado comportando con todo el mundo no sé verdaderamente si la que está loca es ella, y de todas formas, Saya, ¿qué ha hecho James por nosotros? Sólo nos ha jodido la vida. ¿Crees que merece que le ayudemos? No, señora, no soy una hermanita de la caridad. –miré por la ventana, me sentía furioso con toda esa situación.

SAYA
-Kai, ese chico es una marioneta a manos de Draco, lo único que quiere es ser libre… ¿recuerdas a Kuroi? Él era una marioneta a manos de Ricky, logró liberarse gracias a la ayuda de tu hermana, pudo seguir adelante sin hacer daño a nadie… James también merece una segunda oportunidad, como todo el mundo, ¿no crees? Y hablo con una persona que ha tenido más de una segunda oportunidad…

KAI
La miré.
-¿Tanto placer os da echarme todo en cara? –di con la cabeza en la almohada.
-Haz lo que quieras, Saya, yo ya no mando aquí, si quieres meterlo aquí, hazlo, si acabamos todos muertos no digas que no lo avisé. –la miré.
-¿Qué os ha dado a las mujeres con él?


SAYA
Suspiré y me levanté.
-Paso de discutir contigo, está claro que no eres capaz de brindarle una oportunidad a nadie, existe lo bueno y lo malo, solo para ti, nada intermedio…- Me crucé de brazos.
-Y no digas que ya no mandas, siempre has mandado tú, si no hacemos lo que quieres te mosqueas, siempre ha sido así, Kai.

KAI
La miré.
-Saya… -suspiré.
-Quería decir que yo ya no soy el Jefe… Yo formé esta tripulación, pero ya no somos una tripulación… Estamos juntos a medias, y lo de la oportunidad… No quiero decir que no vaya a dársela, pero tengo miedo de que intente matarnos. Le arrebaté su brazo y no parará hasta arrebatar uno mío. Y no sé tú, pero después de todo lo que ha hecho a mí no me hace gracia que esté en la misma nave que Kai. Si le vamos a dar una oportunidad, de acuerdo, se la doy, pero a la mínima que vea un indicio de traición le tiraré por la borda.

SAYA
Le miré y suspiré.
-Te aseguro que no tendrás que hacerlo…- Me acerqué a la puerta dispuesta a salir.
-Ohm, eso si.- Me giré y le miré.
-Si veo yo un indicio de que intentas abrirle en canal si él haber hecho nada, solo por venganza, seré yo quién te tire por la borda, ¿entendido?

KAI
Sonreí.
-¿Sabes que me pone mucho que me amenaces? –suspiré y me acomodé.
-Vale, pero a Jim si voy a matarle, porque ha empezado él, parezco un pollo frito.

SAYA
Me reí y me acerqué.
-Mmm… pollo frito.- Me subí a la cama y le besé en la frente.
-Y no te quejes tanto, bebé. Solo te falta berrear y pedir el chupete.

KAI
Fruncí el ceño.
-A ver qué harías tú si fuese a ti a la que hubiese chamuscado, me gustaría verlo. –bufé.

SAYA
-Oh, venga, Kai, eres de hielo, puedes curarte en seguida, si fuese un humano como Neo lo entendería, pero siendo tú me extraña que estés en la cama, eres un exagerado.- Entrecerré los ojos.
-Lo que te pasa es que eres un vaguete y no te apetece moverte.

KAI
-Gracias por tu voto de confianza, cielo, es lo que más me gusta te di. –desvié la mirada, ya casi había recuperado toda la movilidad, así que intenté levantarme.

SAYA
Me aparté para que pudiese levantarse.
-Quejica.- Me mordí el labio cuando me miró con cara de asesino… si las miradas matasen… yo estaría bajo tierra desde hace mucho.
-Perdón…

KAI
-Vete a buscar a tu James, a lo mejor no se queja tanto. –me levanté y salí de la habitación, por suerte no me había pillado ningún punto importante, pero se la iba a devolver de todas formas.
-Voy a ver si mi hijo es capaz de apoyarme o si también me tacha de mala persona.

KAI JR.
-Hola, colega.- Saludé a papá cuando me encontré con él en el pasillo.
-Mira lo que me ha regalado Kara, una chaqueta de cuero negro. Era de su hermano, le queda muy pequeño y me la ha dado a mí.- Sonreí.
-¿A qué mola?


KAI
Miré a mi hijo…
-Te… te queda bien… -ya se me revelaba el niño y se me volvía motorista a los seis años…
-Si a ti te gusta puedes llevarla.

KAI JR.
-Ya sé que puedo llevarla, papi chulo, es un regalo de Kara.- Sonreí poniéndome rojito.
-La llevaré tooooodos los días.- Miré la chaqueta.


KAI
-Em… creo que no, mamá creo que estará de acuerdo cuando digo que deberías cambiarte de ropa de vez en cuando. –sonreí.
-Además, si vamos a un lugar caluroso deberías quitártela, el resto del tiempo sí puedes llevarla.

KAI JR.
Me encogí de hombros.
Pero yo quiero llevarla siempre, me da igual que haga calor… me gusta…- Me entró la risita floja.
-Me la ha regalado Kara.- Canturreé.

KAI
Ese niño estaba loco…
-Haz lo que quieras, Kai… -pasé de largo poniendo los ojos en blanco, hasta a mi hijo se le iba la pinza.
-Eso sí, díselo a mamá, a ver qué opina ella sobre lo de llevarla todos los días.

KAI JR.
-Valeeeeee.- Seguí canturreando corriendo a contarle a mi mami lo de la chaqueta.
-¡Yuhu! ¡Yupy! – Seguí corriendo por el pasillo dando saltos de lo contento que estaba.

KAI
Miré cómo poco a poco Kai iba perdiendo la cabeza a medida que avanzaba por el pasillo.
-Yo necesito unas vacaciones… -me fui de ahí, no quería ver ni un solo indicio de locura más o me volvería loco yo.

NEO
Había puesto la nave en marcha de nuevo después de que Erika la parase… aún me preguntaba como logró hacerlo.
Tenía el rumbo puesto y controlaba la nave sentado en mi sofá y con el timón entre mis manos. Había anochecido, y la verdad es que después de la tempestad viene la calma…
Vi entrar al Jefe.
-¿Qué tal, Jefe?


KAI
-No quiero saber nada de nadie, creo que eres el único con algo de cordura por aquí. –me senté en lo que sería el sitio de Kara y me llevé la mano a la cabeza.
-No sé cómo estoy haciendo esto, pero… Tendremos a James en la nave.

NEO
Abrí los ojos como platos y le miré.
-¿Qué? ¿James? ¿¿En mi nave?? ¿¿¿Estamos locos o qué???- Miré al frente.
-Estamos locos…


KAI
-Eso es lo que llevo diciendo yo un buen rato. Me va a arrancar el brazo, va a volver a secuestrar a mi hijo, va a matarnos a todos, pero aún así… Nada, de inquilino. –puse los ojos en blanco, a lo mejor el que estaba loco definitivamente era yo.

NEO
-De puta madre… genial…- Miré al Jefe.
-No me lo digas, si nos negamos, Erika y seguro que Saya también se tirarán a nuestro cuello, ¿verdad?


KAI
-Sí, y posiblemente si Kara apoya a Erika acabe uniéndose a ellas, de modo que no hay más opción que darle una oportunidad a ese bastardo hijo de… qué noche más bonita… -miré al suelo, tenía ya la sensación de que Saya me escuchaba estuviese donde estuviese.

NEO
-Pero bueno… ¿estás no tienen bastante con nosotros que quieren meter a otro tío dentro de la nave?- Suspiré.
-Me las imagino: James tumbado en una cama, posiblemente en la tuya, por eso de que te tiene asco y esas cosas, y alrededor de él, Erika, Saya y Kara haciéndole miles de cosas… adorándole como a un Dios…


KAI
Miré a Neo.
-No me hace gracia que mi mujer alabe a un niñato de mierda en mi cama, no… -negué con la cabeza.

NEO
-Vaya diíta, primero esto y después… algún hijo de puta me ha birlado una de mis botellas de Absenta, era de reserva…- Suspiré y le miré.
-No sabrás por casualidad quién ha sido, ¿verdad?

KAI
Me quedé mirando al panel de mandos intentando no reírme, le miré.
-La verdad es que estaba bastante fuerte para ser de reserva… -sonreí.
-Ha sido culpa de Saya, las mujeres y la tentación son algo contra lo que el hombre nunca ha podido luchar desde Adán… Sólo que en vez de una manzana ha sido una botella de alcohol.

NEO
-¡Será hija de puta!-Me levanté de un salto.
-¡Que cabrona, ha sido ella todo este tiempo! ¡¡Me cago en Chanquete y en el Capitán Garfio!!- Miré a Kai.
-¿Y tú te lo has estado callando? Pero… que hija de…- Bufé.

KAI
-Es mi mujer, ¿vale? Deja de insultarla, además, sólo ha sido una botella, de la cual yo también he bebido. –me giré en la silla.
-Y si te falta también whisky he sido yo…

NEO
-Me da igual que sea tu mujer, como si es la virgen en persona, pero bueno, ¿quién se cree para robarme a mí?- Me crucé de brazos y miré a Kai.
-Eso, tú pasa como de comer mierda… hija de puta…


KAI
-Cálmate, yo te compraré una, Neo. Palabra. –miré fuera, parecía que no íbamos a tener una buena noche, se estaba cubriendo el cielo de nubes.

NEO
Asentí cabreado.
-Bien, y yo mataré a tu mujer. Palabra.- Me crucé de brazos y me senté de nuevo en mi sofá, se estaba empezando a nublar… esa noche habría tormenta…


KAI
-Vamos, Neo, no te enfades. –le acaricié la cabeza.
-Ala, ala… -me reí.
-Va a ser una noche muuuuy larga, me temo.

2 comentarios:

  1. La verdad es que no podemos describir lo felices que somo con vuestros comentarios y que os guste tanto nuestra historia ^^
    Seguid leyendo y si tenéis alguna idea que queráis contarnos, adelante.

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