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miércoles, 6 de enero de 2010

Capitulo- LXXIII - METER LA PATA 4 VECES AL DÍA... NO ES BUENO.

KAI
Quedaban un par de horas para llegar a las puertas del Reino del Rayo, bostecé, esa noche apenas había pegado ojo, no recordaba qué era dormir a la intemperie y sin una maldita cama.
Miré a lo alto, la Torre del Rayo se divisaba a lo lejos, quizá a dos horas y media de donde estábamos.
-¿Sabéis cómo llegaríamos antes? A galope. –dije mirando de reojo a Saya, esperaba su rotunda negativa.



SAYA
Ya se veía a lo lejos la torreta del País del Rayo. Habíamos reanudado la marcha muy temprano y la verdad es que íbamos muy bien de tiempo.
Kai me había convencido de que me montase de nuevo en su caballo con la promesa de que no le haría correr… así que accedí… hasta que claro, tuvo que meter la pata.
Le miré cuando dijo lo de galopar.
Sin dudarlo un instante, me bajé del caballo de un salto y dándole una palmada en el trasero al animal, hice que se pusiese a correr enérgicamente. Kai se tragó la rama de un árbol cercano cuando el caballo empezó a correr sin control.
No dije nada cuando Kai se dio la hostia, se la merecía.
Pasé por su lado sin ni siquiera mirarle.
-Espero que hayas disfrutado de la galopada.- Escuché la risa de Axel a mi espalda.



KAI
Me llevé la mano a la boca, por suerte no me había partido los dientes, pero sangraba por el labio. Escupí la sangre en el suelo.
-Me está bien empleado, por capullo. –me llevé la mano a la boca para aplicar frío y que no se me hinchase el labio.
-Lo siento… -dije levantándome, el caballo había salido corriendo, al menos iba en dirección correcta.
-Supongo que ahora por gilipollas me toca ir a pata. –seguí a Saya y miré de reojo a Axel cuando se rió, me lo recordaría el resto de mi vida…


AXEL
Kai se tragó la rama de un árbol cuando Saya golpeó el trasero del caballo.
La hostia fue tremenda, pensaba que se había partido la boca entera, pero al ver que solo había sido el labio suspiré aliviado y dejé aflorar la risa.
-Madre mía de mi vida, la próxima, veo a Kai con una dentadura de madera.- Me tapé la boca aguantándome una carcajada.
-Lo siento…- Dije cuando Kai me miró.
-Pero te está bien empleado por hacerla de rabiar… sobre todo a Saya, tiene un temperamento…- Dije sacudiendo la mano.


KAI
-Oh, vaya, gracias por haberme avisado de que tiene temperamento, no llegas a decírmelo tú y sigo sin saberlo hasta mi tumba. –me rasqué la nuca.
-Sólo he dicho la verdad, no era para hacerla de rabiar, si la he mirado es porque sé que no la iba a gustar la idea, pero esto me ha servido para no volver a abrir la boca en el viaje.



SAYA
Había adelantado camino después de darle su merecido a Kai. Me encontré con su montura pastando al lado del río. Suspiré y me acerqué al animal agarrando las riendas. Me fijé en que le faltaba la silla de montar. Miré a mí alrededor y la encontré junto a un árbol a varios metros. Me acerqué y la cogí sacudiendo las hojas que habían caído encima.
Volví hacia el animal y lo ensillé de nuevo, agarré las riendas y volví sobre mis pasos hasta alcanzar a los demás.
Me acerqué a Kai tirando del caballo con suavidad.
-Toma.- Le entregué las riendas a Kai.
-Procura que no se escape de nuevo, parece un animal muy nervioso.- Dije con retintín.


KAI
La miré cogiendo las riendas del caballo.
-A ti lo que te hubiera gustado es que el caballo se hubiese encabritado para darme yo con la cabeza en el suelo, con suerte me habría quedado tonto y no te daría más la brasa… -el caballo me estornudó en la nuca.
-¡Joder! –me pasé la mano limpiándome.
-¿Qué te pasa? ¿Tienes gripe o qué? Qué asco… -busqué algo con lo que limpiarme en los bolsillos, pero no tenía nada.
-Menudo viajecito.



AXEL
Pasé por al lado de Kai y de Saya. Acaricié la cabeza del animal con suavidad.
-Pobrecillo el caballito que tiene alergia al malote de Kai.- Me reí y me aparté por si a Kai se le ocurría pegarme… era todo violencia…
Me bajé de mi caballo ya agarré las riendas.
-Anda, que ya os vale, perdiendo el tiempo con el jamelgo.- El caballo relinchó.
-No, no, tranquilo, si me refería a Kai.- Me reí de nuevo, ahora si que me zurraba…



KAI
Suspiré.
-Si supieses lo a gusto que estaba en la nave, donde había gente madura… No te lo puedes imaginar. –agarré su chaqueta y me la pasé por la nuca, quitándome la mucosidad del caballo.


ERI
-¡Eh! –me bajé del caballo y aparté la mano de Kai de la chaqueta de Axel.
-Joder, que luego la que lava la ropa en el río como lo hacía mi abuela soy yo… Qué asco, ese caballo tiene que tener algo estomacal, aquí hay restos de hierba… Puaj. –le quité la chaqueta.
-Sería más divertido si te hubiese manchado la camiseta… -guardé la chaqueta.
-¿No tienes calor? –sonreí y me volví a subir al caballo.



AXEL
Miré a Eri y alcé una ceja cuando me dijo lo de la camiseta.
-No, mi amor, no tengo calor.- Le miré subiéndome a mi caballo.
-¿Lo tienes tú?- Solté una risotada… ay… estas mujeres, siempre intentando que uno se despelote delante de ellas…
-Mujeres.- Hice que el caballo empezase a andar.


ERI
-¿Qué? ¿Cómo que mujeres? Sois vosotros los salidos, esto sólo ha sido un caso localizado, es normal que quiera verte desnudo, vestido ya te veo todo el día, te tengo muy visto… -hice andar al caballo pasando por el lado de Axel.
Le miré.
-¿O me equivoco?


AXEL
Miré a Eri y esbocé media sonrisa.
Suspiré y solté las riendas del caballo.
-Lo que hay que hacer para complacer a una dama.- Agarré el extremo de mi camiseta y me la quité dándosela a Eri.
Sonreí y agarré de nuevo las riendas.



SAYA
Miré a Axel cuando se quitó la camiseta.
-Ay, su madre bendita…-Me quedé paralizada.
-…joder, Axel, ¿te has dedicado todo este tiempo a inflarte los músculos? Podrías internarte en un gimnasio… ¡Oma, que rico!- Sonreí… se me estaba pegando la gilipollez de Kara…
Me encogí de hombros y seguí caminando.
-Con hombres así da gusto caminar.


KAI
Seguí caminando, giré la cabeza y vi a Axel sin camiseta, la cara de gilipollas que se me debió quedar no tenía precio.
-Joder, ¿vas a posar para un calendario? Si tanto tiempo tienes para ir al gimnasio podrías emplearlo más en darle una vida sexual activa a tu mujer.


ERI
Me sonrojé y miré a Kai.
-Pues para que lo sepas, polito, Axel no necesita darme más vida sexual, ya es bastante plena, y a juzgar por la cara de Saya, mejor que la tuya. –me crucé de brazos. Le acababa de llamar polito y no sólo eso, es que me había metido con él, es que Axel a veces sacaba lo peor de mí, por suerte no me pegaría… creo…



AXEL
Me reí y miré a Kai. Me acerqué a Saya y la agarré con uno de mis brazos subiéndola a mi caballo y colocándola entre mis piernas medio tumbada.
-Bueno, lo de Saya tiene arreglo, eso es porque no ha estado nunca con un Piro, pero eso se puede arreglar.- Sonreí y la agarré de la nuca acercándome a su rostro e intenté besarla, pero me dio una hostia en la cara.
-¡Ala! Encima que quería darte una vida plena de sexo, la cual no te da Kai… que desvergonzada.- La miré de nuevo.
-Pero me gustan las chicas peleonas.- Sonreí de nuevo e intenté besarla de nuevo poniendo morricos.
-Dame un besito, Sayita, un besi…- Me golpeó en todas mis partes reales.
-Vale… mensaje recibido.- La solté dejando que bajase del caballo mientras yo me retorcía…mis pelotas…


SAYA
Axel intentó besarme dos veces, ¿pero de qué coño iba?
-¡Axel, ni se te ocurra, maldito idiota!- Le golpeé en sus partes y logré soltarme.
-Será capullo…- Le miré mientras se retorcía sobre el caballo… no pude aguantar la risa…
-Será… si querías besarme haber esperado a que Eri y Kai no estuviesen presentes…- Me reí de nuevo.



KAI
Cerré los ojos mientras andaba.
-Pues la verdad es que, visto lo visto, como os queréis tanto y tal, había pensado en fugarme con Eri, creo que ella me daría más cuartelillo.



ERI
Miré a Kai sonrojada y con los ojos como platos.
-¿¿Pero qué dices?? Una cosa es que te tenga respeto y otra muy diferente es… No pienses que voy a estar contigo, antes vendo a Axel en un mercado de ocasión. Eres… frío, calculador, asqueroso, seco, soso, tienes la gracia en el culo, eres un capullo, por no decir algo más fuerte, y un amargado, paso de ti, hombre ya. –hice que mi caballo fuese al trote para pasar de largo.


KAI
-Pero bueno, la mosquita muerta… Pues tú no eres una mujer diez precisamente. Eres una niñita consentida, una infantil, ñoña, llorica, y para colmo, estás escuálida, no sé que ha visto Axel en ti, pensaba que tenía mejor gusto. –se giró y me miró con sus ojitos de perro pachón.
-Oh, venga, por favor, ¿ya vas a llorar?



ERI
-…Eres un mamón, un capullo integral, no tienes sentimientos, ojala te pudras tú sólo, que mueras solo, porque no te mereces a nadie, hijo de puta. –me bajé del caballo.
-No me vuelvas a dirigir la palabra.


AXEL
Me baje del caballo y miré a Kai.
-Tío, te has pasado…- Resoplé y fui corriendo detrás de Eri. Ella era una chica bastante sensible y cualquier cosa ofensiva la afectaba… Kai no tenía tacto ninguno.
Me acerqué a Eri y la miré.
-Eri, pequeña, no le hagas ni puto caso, solo es un tío amargado que no sabe como divertirse. De la única manera que lo hace es humillando a los demás…- La agarré de la cara para que me mirase.
-¿Estás bien?


ERI
Le miré cuando me cogió de la cara y asentí.
-Sí… sólo es un tío tonto que no tiene madre… -le miré y me volví a subir al caballo.
-Normal que Saya te dejase, lo raro es que haya vuelto contigo. –hice que el caballo caminase, ya me había puesto de mal humor, al menos cuando tuviésemos a Eddie con nosotros estas cosas ya no pasarían.



KAI
Fruncí el ceño. No sólo había empezado ella a insultar después de una simple broma, es que ahora tenía a todos en contra mía, seguro que Saya también me regañaría más tarde por insensible, estaba claro que si antes no me había metido con Eri era por algo, ¿por qué lo había hecho ahora? Era tontería meterse con una cría.
Seguí caminando tirando de mi caballo.



SAYA
Se había montado una buena, Kai y Eri no paraban de insultarse y como no, Kai hizo que Eri se pusiese casi a llorar, era una chica demasiado sensible…
No dije nada, me mantuve al margen, no quería meter más la pata. Eri estaba cabreada y Kai, irritado, mejor no decir nada…
Agarré las riendas del caballo de Axel, ya que él se había montado con Eri en el suyo y había dejado abandonado al otro…
Seguimos caminando una media hora más, aproximadamente, seguíamos en silencio y sin mirarnos… tenía ganas de que Edward se uniese al grupo, era el único que nunca se cabreaba y el que intentaba que no hubiese conflictos entre nosotros… era el alma de las fiestas…
Sonreí levemente al acordarme de él. Levanté la cabeza y vi que habíamos llegado ante la puerta del Reino del Rayo.


EDWARD
Me encontraba debajo de mi coche, arreglando un par de fallos que había tenido últimamente, cuando oí a dos marujonas hablar de que habían llegado cuatro tipos raros en caballos, salí de debajo del coche y las miré.
-Señoras, vayan a hablar de eso a la peluquería, anda… -las señoras se marcharon refunfuñando y volví a meterme debajo del coche.
-Maldito cable, te encontraré tarde o temprano, no te escondas. –me dio un calambre.
-¿Te metes conmigo? Pues que sepas que no me ha dolido. –se me cayó el tubo de escape a la cabeza, me froté la frente.
-Vale, eso sí…


SAYA
Entramos en la ciudad… no estaba tan estropeado como el del Hielo y el del Fuego… tendrían más suerte.
Dejamos a los caballos atados en unos árboles que había a la entrada.
La gente nos miraba extrañados, parecía como si nunca hubiesen visto a otras personas…
-Vamos a buscar la casa de Eddie y nos piramos…- Suspiré y seguí caminando hasta que la final dimos con su casa.
Había un coche aparcado delante de la puerta, estaba algo desguazado y por la pinta que tenía debía ser de Edward al cual encontramos debajo del coche.
Sonreí y me acerqué. Le di un par de toques en el pie con el mío y carraspeé.
-Esto, señor Edward, está prohibido tener en posesión coches desguazados, así que, no tengo otra opción que detenerle por robo a mano armada. ¡Ese coche es mío, ladrón!


EDWARD
-¿¿Qué?? –abrí los ojos como platos, ¿qué coche robado ni qué niño muerto?
-Agente, no sé de que me habla, soy un chico bueno, siempre cojo de la mano a las viejecitas para cruzar y pago mis impuestos debidamente… -salí de debajo del coche impulsándome encima del monopatín en el que estaba apoyado.
-Le juro que… Wojojo, menuda agente, ¿es de por aquí? –sonreí y me levanté, abracé a Saya con fuerza.
-¡¡Sayaaa!! –dije como un niño feliz después de volver a encontrarse con su perrito después de haberse perdido.



SAYA
Eddie me abrazó con fuerza mientras gritaba mi nombre.
-¡¡Eddieee!!- Sonreí y me subí encima de él rodeándole el cuello con mis brazos.
Le miré, tenía la cara llena de grasa por lo del coche. Sonreí y le limpié un poco las mejillas y empecé a darle besos por toda la cara.
-Mi Eddie, mi Eddie, mi Eddie.- Le achuche con más fuerza sin dejar de comérmelo a besos.



EDWARD
La achuché con fuerza.
-Mi Saya… mi chica favorita, mía… y… oh, mierda, Kai, estás aquí. –miré a Saya.
-Te dije que la próxima vez vinieses sin él… -susurré.
-Ahora no podemos disfrutar el uno del otro, y eso que Xan estaba fuera… -sonreí.
-Igualmente estoy contento de verte. –la di un pico.



SAYA
Solté una risotada cuando me dio un pico.
-Eddie, no deberías provocarme de esa manera, sabes que soy capaz de comerte los morros delante de los demás sin importarme nada.- Sonreí y le di otro pico bajándome de sus brazos. Me había manchado de grasa.
-Vaya, y encima guarreados… esto promete.- Alcé una ceja.



KAI
Me crucé de brazos y carraspeé.
-Creo recordarte que cuando te hablé de esto te enfadaste conmigo y te ofendiste, ¿quieres el condón que me diste anoche para usarlo con Edward?



EDWARD
-Eh, eh, eh, ehhhh. Calma, granizado de limón, no te estreses, que Saya sólo juega conmigo, y si no… no es asunto tuyo. –la abracé y la agarré del culito.
-Oh… sí, lo echaba de menos. –le saqué la lengua a Kai.


SAYA
Miré a Kai cuando dijo lo del condón… ya estaba con sus celos.
Le miré y me crucé de brazos.
-Ohm, no, tranquilo, no hace falta que me des ningún condón. ¿Por qué no te lo reservas para utilizarlo tú con Génesis?- Le miré seria.
Si el atacaba con sus celos, yo no me iba a callar. Además, él sabía de sobra que yo iba de coña con Edward, en cambio el con la niñata de medio metro no.



EDWARD
Hice que Saya me mirase girándola la cabeza.
-Pero bueno, no digas eso, mala. No te pongas al nivel del bebé llorón, ¿no ves que está celosito? Ay… -dije agarrándola del moflete.
-¿Quién es mi ninfa cañón? Tú… -la volví a abrazar y miré serio a Kai.
-Tú y yo tenemos que hablar. –le amenacé con la mirada señalándole.
-A mi ninfa nadie la hace daño, sobre mi cadáver despedazado. –la besé en la cabeza.
-¿Quién quiere café?


SAYA
Miré a Eddie.
-Yo, y bien cargado.- Dije separándome y miré a Kai de reojo… odiaba cuando empezaba con sus celos…



AXEL
Nada más llegar a casa de Edward, el ambiente de tensó entre Kai y Saya…
Posé una mano en el hombro de Kai.
-Esos celos… tanto tú como Saya tenéis que controlarlos, macho…- Suspiré.
-Vamos dentro, te tomas una tilita y te relajas.


KAI
Quité la mano de Axel de mi hombro y pasé de largo.
-Yo me voy a dar una vuelta, cuando nos vayamos, me avisáis… -metí las manos en mis bolsillos y me dirigí a la ciudad cuando alguien me agarró del cuello de la camisa por detrás.



EDWARD
-Tú no te vas a ninguna parte, granizado de limón, lo primero, me estás ofendiendo cuando no aceptas mi café, que me salga aguado no quiere decir que no esté bien, y lo segundo, tú y yo tenemos que hablar, así que no te escaques y entra el primero en la casa, come on, un, dos, un dos. –mientras andaba por el camino de piedras hacia la puerta le di con el pie en el culo para que acelerase.
-Vamos, tortuga, queremos llegar hoy.


AXEL
Entramos en casa de Edward y nos sentamos en la cocina, alrededor de la mesa.
Me senté en una silla al lado de Eri y de Saya… que guay, rodeado de nenas…
Me crucé de brazos mientras Edward preparaba el café.
Se hizo un silencio sepulcral en la cocina. Miré a todos.
Eri seguía de bajón, Saya no miraba a Kai y Kai… estaba echo una fiera aunque no dijese nada, pero su cara lo demostraba.
Suspiré y miré a Edward.
-Bueeeeeno…- Sonreí.
-Eddie de mi amor, tenemos que hablar pichón mío…


EDWARD
Me giré y di un golpe en la mesa, haciendo que las chicas se sobresaltasen.
-Ya has vuelto a serme infiel, ¿verdad? –me tapé los ojos e hice ruidos imitando un sollozo.
-¿Con quién ha sido esta vez? ¡Dime! –le miré.
-¡¡Dímelo, capullo degenerado!! –posé mis manos en la mesa mirándole fijamente, Kai estaba mirando por la ventana y parecía hasta ofendido, las chicas me miraban entre atónitas y asustadas.


AXEL
Abrí los ojos como platos cuando dio un golpe en la mesa.
-Joder… Eddie…- Dije con una leve vocecilla… no tenía ni idea de que se pondría así.
Miré a Kai de reojo y después a Edward. Estiré el brazo y señalé a Kai.
-¡Está bien, confesaré! ¡¡Te he sido infiel con Kai!!- Dejé caer la cabeza contra la mesa y me cubrí con los brazos haciendo como si estuviese llorando.
-Soy un miserable, pero… pero… pero… ¡es qué me pierden los culitos prietos como el de Kaito!


KAI
Me levanté retirando la silla.
-Yo paso de seguir aquí con tanta gilipollez, si queréis hacerme sentir mal, no hace falta, ya que soy un amargado.



EDWARD
Le miré, posé la mano en su hombro y volví a sentarle.
-Que te sientes, cojones. –le señalé con mi dedo muy cerca de su cara.
-Estamos jugando, y si no te unes, te callas, pero no te ofendes y te vas, tú te quedas aquí quietecito hasta que nos vayamos, deja de amargarte, que eres un asqueroso, coño, bébete la leche. –me giré y cogí la cafetera por el cuerpo y la dejé en la mesa directamente, le volví a señalar con la mano roja.
-Por tu culpa me he quemado. –hice que lloraba y me senté encima de Axel enseñándole la mano a Saya.
-Me he hecho pupa…


AXEL
-Ala, toma ya, 120 Kg. de masa pura encima de mi… perfecto.- Sonreí y aparté mis manos, no quería tocar nada de lo que después me arrepienta.
Posé mis manos detrás de mi nuca y miré a Eri guiñándola un ojo mientras Eddie se ponía cariñoso con Saya.


EDWARD
Miré a Axel.
-Calla, quejica, contigo no tengo nada de qué hablar, grosero. –le di una pequeña torta y me levanté, les eché café sólo a Axel y Eri, a Saya y Kai les puse sólo leche.
-Eso es porque estáis ya muy alterados como para tomar más cafeína. –cogí la cafetera y me bebí el café que quedaba.
-Calentito… -la dejé en el fregadero y me senté en una silla.
-¿Qué me contáis?


SAYA
Suspiré y apoyé los codos sobre la mesa mirando a Edward.
-Pues nada bueno. No sé si te habrás dado cuenta, pero esto no es una visita cordial.-
Alargué mi mano a la carcasa donde tenía las flechas y saqué de ella el plano que le enseñé a Axel.
-Echa un vistazo a esto. Lo robé de unas cavernas submarinas. Supuestamente es el plan de Draco para hacer funcionar su arma.


EDWARD
Miré el pergamino detenidamente, todos esperaban a que respondiese… Giré el pergamino.
-Coño, ahora sí veo algo. –lo observé, era un poco raro.
-Bonitos dibujos… -miré a Saya.
-Esto no me gusta, pinta mal, vamos a morir, ¿verdad? Sedme sinceros.


SAYA
Le miré y me encogí de hombros.
-Puede, posiblemente, si, segura al cien por cien.- Le quité el pergamino y lo volví a meter en la carcasa.
-Ya que corremos el riesgo de poner a personas inocentes en peligro, hemos decidido ir los cinco por nuestro camino… tal vez podamos parar a Draco o si no…- Me recosté sobre la silla estirando la espalda.-…morir en el intento.


EDWARD
Asentí.
-Guay… ¿Sabes? A mí no me apetece morirme… Tengo muchas cosas que hacer; cortar el césped, ir a recoger al niño al colegio… Eso de morir no entra en mis planes… -me miraron serios.
-Vale, vale… Es sólo que no me hace gracia tener que irme y dejar aquí a Xan con el niño, no sería la primera vez, me matará… Y si no me matará Draco, vale, pero Xan es peor…


SAYA
-¿Piensas qué el morir también entra en nuestros planes, Eddie?- Suspiré.
-Bueno, si, yo ya me he muerto una vez, sé lo que me espera al otro lado, pero… no me apetece tener que volver allí…- Axel, Eri y Edward me miraron extrañados.
-¿Qué?


AXEL
Miré a Saya alzando una ceja.
-Alto, alto, alto, alto, espera un momentito…- La señalé.
-¿Cuándo te has muerto tú? Por que yo te veo vivita y coleando ahora mismo, así que… espera…- Me puse blanco como la pared.
-Tal vez… soy como el niño del sexto sentido y… en ocasiones veo muertos.- La última frase la susurré imitando al niño del sexto sentido.
-Y otra cosa… ¿quién coño es esa Génesis?


SAYA
Miré a Axel.
-Sobre el tema de mi muerte… es algo complicado, simplemente el muy cabrón de Dark quiso haces estofado conmigo, pero como veis, ni el mismo diablo se libra de mí… y sobre Génesis, pues… mejor pregúntaselo a Kai, lo único que saldría de mi boca son insultos, seguro que él habla maravillas de ella…- Miré la taza que tenía delante.



AXEL
Cogí aire inflando el pecho.
-Debería mantener la boca cerradita, ¿verdad? Creo que así sería mucho mejor.- Me di un golpe en la frente.
-Soy gilipollas…- Susurré para mí mismo.


KAI
Sin mirar al resto de la gente me crucé de brazos.
-Génesis es una chica de diecinueve años, el año pasado me encapriché de ella y le fui infiel a Saya, dijo que me había perdonado, pero ya veo que me guarda rencor por ello y no me ha perdonado… -miré por la ventana, ese tema de verdad me jodía, me dolía el pecho sólo de estar hablando de ello, pero como ya había metido la pata hoy no podía defenderme, salir de viaje con ellos no había sido buena idea.


EDWARD
Le di una patada a la mesa haciéndola volcar con todas las tazas.
-Perdón, tengo que controlar mis instintos asesinos de alguna manera, no lo puedo evitar. –sonreí y coloqué la mesa y recogí los cachos de cristal rotos por el suelo.
-Recogeré esto antes de que llegue Xan… -miré a Kai y le amenacé con un cristal roto.
-Ya verás que bien vas a dormir esta noche.


AXEL
Me aparté cuando Edward tiró la mesa de una patada.
Le miré acojonado y después volví a acercarme apoyando las manos sobre la tabla de la mesa.
Suspiré y miré a Saya y después a Kai.
-Creo… que me voy ha callar lo que me queda de vida, no quiero meter más la pata y joder un matrimonio más… como con mis vecinos…- Me rasqué la nuca cuando Eri me miró. Seguro que se había acordado de lo que pasó con el matrimonio joven que vivía al lado de nuestro palacio… digo vivía por que…acabaron divorciándose y viviendo cada uno en una esquina del reino.
Sonreí falsamente cuando Eri me miró.


EDWARD
Suspiré tirando los cristales al fregadero.
-Si lo sé me quedo debajo del coche… habéis conseguido sacarme de mis casillas, y eso es difícil… Bueno, no se puede retroceder el tiempo. –fui hacia las escaleras.
-Voy a preparar mis cosas… y a ponerme tapones para la bronca. –subí las escaleras, esperaba que no se peleasen en mi ausencia, o sería fatal.



AXEL
Apoyé un codo en la mesa y mi mejilla en la mano recostándome hacia delante en la silla mientras esperábamos a Edward.
Suspiré y miré a Kai que seguía mirando por la ventana. Desvié mi mirada lentamente hacia Saya que no se movía, parecía una estatua…
Bostecé tapándome la boca y me levanté estirándome.
-Pues nada…-Agarré mi camiseta y me la puse. Agarré mi silla y la acerqué a la de Kai sentándome delante de él. Apoyé los codos en mis rodillas y le miré.
-Ey, Kai, venga, no estés de morros.- Dije con tono tranquilo, no pretendía mosquearle, solo animarle un poco.
-Perdona por sacar el tema de Gé… esa chica, no es cosa mía y hago mal metiéndome donde no me llaman… pero, pensaba que a ti no te afectaban las cosas del pasado, ¿no? Hace un año que pasó y no creo que fuese tan grave, la verdad.- Hablé en un tono bajo, solo para Kai.


KAI
Miré a Axel.
-Tú no sabes nada. La cagué pero bien, y Saya nunca me va a perdonar que me hubiese encaprichado de una niña teniéndola a ella. –volví a mirar por la ventana.
-No sé cómo fui capaz de hacerlo… soy despreciable, tal y como tú has dicho, aunque no te refirieses directamente a mí. –bajé la cabeza.
-Creo que debió haberme dejado en ese mismo momento.



AXEL
-Bueno, Kai, no es para tanto. Los hombres somos así, seamos Piros o Fríos. Es normal que caigamos en la tentación además, las mujeres siempre han sido el punto débil del hombre…- Me rasqué la nuca.
-No sé, yo lo veo de una manera muy distinta a ti… desde que estoy con Eri, no he podido fijarme en ninguna otra mujer que no fuese ella y ya sabe de sobra la vida que llevaba yo antes de conocerla, pero… es porque Eri me da todo lo que necesito, tiene todo lo que quiero, tal vez… tú viste algo en aquella chiquilla que no tiene Saya, por ejemplo… no sé… es mi opinión.- Me crucé de brazos y le miré.
-Sabes muy bien que Saya te perdonará, es demasiado buena para no perdonarte, lo que pasa es que… no se esperaba esto y está dolida, pero no creo que te guarde rencor…


KAI
-Saya no me perdonará, si después de un año no lo ha hecho no lo hará. Y me guarda rencor, si no, no habría dicho lo que ha dicho con ese retintín. –suspiré.
-La pedí perdón de rodillas, suplicándola que me perdonase, si supieses lo… lo sucio que me sentí, debe pensar que soy despreciable, con todas las veces que se le ha presentado la ocasión de serme infiel y ha conseguido salir del paso sin problemas… Y yo a la primera de cambio, zas, puñalada trapera. –me levanté.
-Voy a salir fuera un rato… -me dirigí a la puerta cuando, en el pasillo, me choqué con el pecho de Edward.


EDWARD
-Ey, ¿a dónde vas tan deprisa? ¿Es que no pensabas esperarme? Jo, de verdad, qué impaciente… -fui a poner la mano en su hombro para girarle, pero me dio un manotazo.
-Au… vale, ya decía yo que estabas tardando en espabilar, llevo mangoneándote desde que has llegado y no decías nada. –me dio un puñetazo en el abdomen.
-…Au… Tío… que no soy de… vale, soy de piedra, pero duele… -le empujé y cayó al suelo.
-Además, hoy ya me tienes frito, fíjate.


AXEL
Me levanté de la silla y miré a Kai como le propinaba a Eddie un puñetazo en la tripa.
-Madre… aquí se va a liar parda…- Kai cayó al suelo… normal, Edward era un gorila y el pobre de Kai era un mico…
Me llevé la mano a la frente sin querer imaginarme a Kai enrabietado.
-Ey, ey, ey, venga tranquilidad, macho, que… que no, joder, nada de peleas.-Me acerqué a Kai y le agarré del brazo para ayudar a levantarse, pero no le solté, sabía muy bien que intentaría vengarse de Edward.


KAI
Intenté librarme del brazo de Axel, pero no me soltó.
-¡Suéltame! –tiré para que me soltase, pero me agarró más fuerte.
-¡¡Suéltame, joder!!



EDWARD
Agarré a Kai del cuello de la camisa, casi le alcé en el aire.
-Cálmate, copito, no estás en condiciones de meterte en una pelea, ¿sabes? Te recuerdo que te saco dos cabezas y por muy cabreado que estés sigo siendo más fuerte que tú, y no quiero hacerte daño porque sé que Saya se cabrearía conmigo, así que no me hagas volver a pegarte, que soy un hombre pacífico. –como intentó atacarme de nuevo, le di un puñetazo en el estómago que le hizo retorcerse hasta caer al suelo de rodillas.
-Te lo he avisado, baja esos humos.


SAYA
Me levanté de la silla y me acerqué a Edward colocándome entre él y Kai.
-¡¿Se puede saber qué coño estáis haciendo?!- Miré a Kai y después a Edward con el ceño fruncido.
-¡No vuelvas ha golpearle, Edward! ¡Déjale de una puta ves y que haga lo que quiera, es libre de ello!- Miré a Axel que agarraba a Kai del brazo.
-Suéltale.- Axel obedeció y le soltó. Posé una mano en el pecho de Edward empujándole hacia atrás para apartarle de Kai.
-Si quiere irse, que se vaya, no podéis impedírselo.


AXEL
Solté a Kai cuando Saya me lo ordenó… esa mujer daba miedo cuando se cabreaba.
Miré a Kai y me agaché a su lado posando una mano en su hombro.
-Kai… ¿Quieres que te ayude a salir? Es mejor que tomes algo de aire fresco.


KAI
Tragué saliva y me agarré a su brazo mientras me levantaba, salí fuera, si Axel me seguía era cosa suya, yo ya había llenado mi cupo de cagadas en el día y aún faltaba un largo recorrido hasta que acabase, si salía del día vivo y aún comprometido con Saya daría gracias al dios que me lo hubiese concedido.
Me senté en la acera con la mano en el estómago, había descargado su alma contra mí el muy capullo.



AXEL
Me quedé apoyado en la pared de la casa mientras Kai se sentaba en la acera. Suspiré y me rasqué la nuca y le miré sin decir nada… Se había liado una buena y yo me sentía culpable por sacar el tema de la criaja esa… Miré por la ventana hacia la casa, Eri ayudaba a Edward a colocar las cosas que se habían descolocado después de la peleita. Saya estaba sentada sobre el sofá de la sala de estar, se tapaba la cara con las manos, lo más seguro es que estuviese llorando o vete tu a saber…
Me senté al lado de Kai y posé mi mano sobre su hombro.
-… lo siento…


KAI
Mantuve los ojos cerrados cuando Axel llegó.
-No sé por qué te disculpas tú, el que la ha cagado he sido yo, y últimamente lo hago mucho, Saya y yo no debimos volver, así ella estaría mejor sin tener que aguantar todas mis gilipolleces y lo mal que se lo hago pasar, o quizá… si en vez de ella hubiese muerto yo y el imbécil de James no me hubiese revivido todo sería mejor para ella, sólo sé meter la pata…



AXEL
Miré a Kai y suspiré.
-Jo, Kai, si que has cambiado, tío… yo recordaba a un Kai orgulloso que nunca tenía la culpa de nada y le importaba una mierda los demás, pero… veo que Saya a influenciado mucho en tu forma de ser…- Asentí alucinado… ese no era el Kai que yo conocía…
-Bueno… me gusta tú mejoría.- Sonreí y le miré.


KAI
-Siento ser tan pasota en estos momentos, pero me da igual, Axel. –cubrí mi cabeza con mis manos.
-Haga lo que haga, siempre tengo merecido que me den una paliza, o que me maten, creo que el único que en toda su vida no ha querido estrangularme ha sido mi propio hijo, y todavía no sabe que le fui infiel a su madre…



AXEL
Suspiré.
-Bueno, el niño no tiene porque enterarse, es pequeño e inocente, es mejor que no le digáis nada, ni tú ni Saya…- Me froté el mentón.
-Creo que lo que deberías es hablar con Saya y daros un tiempo…- Me miró, parece que no lo entendía…
-Quiero decir, que, si las cosas entre ella y tú van algo mal por culpa de la chica esa, pues… que os deis un tiempo, por ejemplo, mientras estemos los cinco juntos, déjala a su aire, que se relaje y así de paso tú también te relajaría un poco…-Asentí levemente.
-Sé que será difícil estar en el mismo grupo y no poder… ya me entiendes, pero si lo vuestro va ha pique, por mi parte, creo que es lo mejor…


KAI
Me agarré el pecho con la mano.
-No, yo eso no puedo hacerlo. Darnos un tiempo significaría que las cosas no van nada bien, y estoy seguro de que todo acabaría desmoronándose, tengo que hacer algo, pero no puedo permitirme darnos un tiempo… Y sé que si la digo eso la mataría… -bajé la cabeza.
-Aunque con lo cabreada que está conmigo, lo más posible es que me pida más que un tiempo…


AXEL
Suspiré.
-No creo… Saya no es así, te quiere mucho como para dejarte del todo. Os he visto y… no la vería capaz. ¿No la has visto antes defendiéndote? Incluso cabreada no deja de estar pendiente de ti…- Me eché el pelo hacia atrás mirando el cielo.
-No sé, yo te he dado una opción, en tú mano está el...- No terminé la frase, escuché unos pasos detrás de mí. Giré la cabeza y vi que era Saya.
-P-pues eso… ¡¿sabes qué he tenido gemelos?! Bueno, no yo, sino Eri, p-pero…- Me levanté soltando una risotada.
-Que ya os dejo solos…- Entré en la casa dejando a Saya y a Kai solos, tenían cosas de que hablar.

SAYA
Salí fuera después de recapacitar un poco… Kai había salido fuera y ni siquiera había ido yo a preguntar que tal estaba…
Kai estaba hablando con Axel, después de decir un par de idioteces y meterse dentro de la cada de Edward, me acerqué y me senté a su lado.
Miré su mano, vi que se agarraba el pecho con ella. Le miré a la cara un momento antes de volver la mirada al suelo.
-Kai…- Le miré de nuevo con los ojos llenos de lágrimas.
-…lo siento…- Me mordí el labio dejando escapar mis lágrimas. En esos momentos me sentía miserable, no merecía su perdón por mi comportamiento… había dicho cosas horribles y no se lo merecía.



KAI
La abracé con fuerza.
-No… yo lo siento… nunca podré perdonarme lo que te hice… no es justo que teniéndote a ti me fijara en otra mujer, y que ni a penas alcanzaba la mayoría de edad, no podré perdonármelo nunca… -apoyé la frente en su hombro.


SAYA
Negué sin dejar de derramar lágrimas.
-No tienes la culpa, Kai, no tengo que perdonarte nada… he sido yo la gilipollas y la desconfiada… y lo siento de verdad.- Cerré los ojos rodeándole con mis brazos sintiendo que mi pecho se oprimía por culpa del sufrimiento que provocaba en Kai.
-Siempre te hago lo mismo, nunca aprendo y acabo haciéndote mucho daño…- Le acaricié la nuca.



KAI
La abracé intentando que se calmase y dejase de llorar.
-¿Tú no sabes que el amor y el dolor van siempre de la mano? Si no te quisiese tanto como te quiero, no me harías daño, el problema es que te quiero demasiado, y si tú no me quisieses a mí, tampoco te haría daño que hiciese determinadas cosas, es por eso por lo que siempre estamos igual…



SAYA
-No, Kai, no quiero que sea siempre igual, quiero dejar de hacerte sufrir. No puedo hacerlo más, intento evitarte dolor pero cada vez que creo que la culpa es tuya y me enfado… me doy cuenta que la culpable soy yo…- Negué y me separé llevándome las manos a la cara apartándome el pelo.
-No quiero seguir así…


KAI
La cogí de las manos para que me mirase.
-Saya, no seas tonta, no es tu culpa, todos cometemos errores y todos metemos la pata, no tienes que ponerte así, es tu personalidad, no quiero que cambies. Es más… siempre te das cuenta tú antes que yo, y eso no es bueno… Aunque la culpa sea mía, siempre eres tú la que viene pidiendo perdón, y no es justo… Deberías estar muy enfadada conmigo, no triste porque me hayas podido hacer daño, si me siento dolido no es por tu culpa, es por la mía, porque… te prometí que te haría feliz, pero no lo consigo...



SAYA
Le miré.
-Ahora el que dice tonterías eres tú. Sabes muy bien que me haces feliz, seré feliz sabiendo que tú lo serás…- Bajé la cabeza.
-La que no sabe que hacer para qué tú seas feliz soy yo… no sé como acertar para que te sientas bien y a gusto…


KAI
Solté una risotada.
-Sabes que yo soy feliz mientras te tenga a mi lado, lo único es que no sé demostrar que soy feliz… Lo siento, soy así de inexpresivo. –sonreí.
-Y no llores. –la limpié las lágrimas con mis pulgares.
-No hay nada que me de más pena que verte llorar, ni un perrito herido ni un niño pobre, me apena más verte triste.


SAYA
Ladeé la cabeza para mirarle mientras me limpiaba las lágrimas.
-Lo siento, pero yo si me expreso, y con mucha claridad.- Sonreí y le abracé de nuevo haciendo que apoyase la cabeza en mi hombro. Le acaricié la nuca con mis manos mientras le daba suaves besos por el hombro.
Cerré los ojos y suspiré sin soltarle.


KAI
Suspiré.
-Me he dado cuenta de que, desde el día que decidiste casarte conmigo la primera vez, eres masoca, pero desde que accediste la segunda, ya eso es una dura enfermedad que no se cura, te lo digo yo. –sonreí abrazándola con fuerza.
-Me parece que tienes un gusto pésimo.



SAYA
Solté una pequeña risotada cuando dijo que era masoca.
-Cállate si no quieres que te achuche al caballo con la gripe.- Sonreí de nuevo y le besé en la mejilla sin dejar de abrazarle.
-No soy masoca, lo que me pasa es que te quiero.- Le agarré de la cara y le besé en los labios.


KAI
Sonreí.
-Pues eso, masoca. –la volví a besar.
-Eres una completa masoca, mira que enamorarte de mí, es un delito. –la volví a besar, agarrándola de la cintura para pegarla a mí.



SAYA
Sonreí agarrándole de la nuca mientras me besaba. No pude reprimir un par de lágrimas mientras le besaba… habíamos sufrido mucho y aún no podía dejar de sentirme culpable después de todo aunque me dijese que no era la culpable, yo me sentía así…


XAN
Iba de camino a casa cuando me encontré en la puerta a Kai y Saya.
Fruncí el ceño extrañada cuando les vi. Me acerqué.
-¿Hola?- Miré la ventana y pude ver también a Axel y Eri con Edward.
-¿Ha… pasado algo?


SAYA
Alcé la cabeza cuando escuché una voz femenina que me resultaba familiar.
-Hola… Xan…- Miré a Kai de reojo, sabía que se pondría de mal genio. Noté como se tensaba, pues me tenía agarrada de la cintura y sentí como sus dedos se aferraban a mi piel.
-No pasa nada, bueno… creo que será mejor que te lo explique Edward…


XAN
Asentí y miré la puerta sacando las llaves.
-Claro…- Les miré y sonreí lo más amable que pude.
-Me… me alegro de veros…- Dije por último y me acerqué a la puerta dispuesta a entrar en mi casa.


KAI
-Seguro que te resulta muy divertido volver a vernos, debes de tener unas ganas de montarnos una fiesta… -dije con sarcasmo sin mirarla, la odiaba más que a nadie, ella, Draco y Dark encabezaban mi lista negra.
-Sí, yo también me alegro tanto de verte…


XAN
Miré a Kai cuando dijo eso con sarcasmo…
Suspiré y me crucé de brazos.
-Veo que sigues tan rencoroso como siempre…- Negué con la cabeza.
-Si tanto asco te da verme, ¿por qué has venido sabiendo que me ibas a ver? Que sepas que no fuiste el único que perdiste un ser querido.- Ya me estaba hartando de esta situación.



SAYA
Miré a Xan cuando empezó a provocar a Kai.
-Xan, será mejor que entres en casa, Edward quiere hablar contigo…- Fue a hablar pero yo la corté.
-Si aún sientes respeto por la amistad que nos unía anteriormente, abrirás esa puerta y entrarás sin decir nada más…- La miré a los ojos, aunque estuviésemos a una distancia pronunciada, podía ver el azul de sus ojos.


XAN
Miré a Saya y sin decir nada más abrí la puerta y entré. Kai me ponía los pelos de punta, me aterraba y a la vez me cabreaba… no le soportaba y esperaba que se fuese pronto.


SAYA
Suspiré cuando entró haciéndome caso de mis consejos.
Miré a Kai que seguía agarrado a mí.
-¿Estás bien?- Le agarré de la cara para que me mirase… sus ojos brillaban de puro odio y rabia.


KAI
-No tiene ningún derecho a decirme eso, no fue culpa de Hanna que Kuroi matase a su amiguito, no tenía que haberse metido, pero lo hizo, y mi hermana está muerta por su culpa, no contenta con eso siempre que me ve aprovecha para recordarme que lo hizo con derechos, ¡y no los tenía! –dije dando un puñetazo en mi propia rodilla, no podía creer que, encima ella me odiase a mí. Ella había matado a mi hermana, pero, ¿yo que le había hecho a ella?
Lo peor de todo, es que no podía vengar a Hanna por Edward…


SAYA
Le miré y suspiré. Apoyé mi frente en la de él acariciándole la nuca para que se relajara.
-Tranquilo, Kai. Hanna no se merecía la muerte, ni ninguno de los que murieron, pero… hay veces que el destino es desgraciado con aquellos que no se lo merecen… Ojala pudiese retroceder el tiempo, pero no puedo…- Le acaricié la mejilla.
-¿Quieres que vayamos a dar una vuelta hasta que Edward esté listo para irse? Así no tendrás que aguantar a esa pedorra rubia.- Sonreí mirándole.


KAI
-Si te soy sincero, tampoco es que me haga mucha gracia aguantar al pedorro rubio después de la hostia que me ha metido… -me levanté suspirando.
-Supongo que todas las hostias que me he llevado hoy las merecía, así que la cosa no tiene arreglo. Vámonos antes de que me de por pisotear las flores del jardín o quemar el coche.



SAYA
Me reí levemente y agarré sus manos haciendo que rodease mi cintura por detrás.
-No seas gamberro, anda. Con lo cuidadito que lo tiene.- Sonreí y caminé tirando de él para que me siguiese sin apartar las manos de mi cintura.
-Será mejor que te aleje de aquí, serás capaz de congelar la casa entera con Eri y Axel dentro…- Ahora que me acordaba de Eri.
-Ohm, y otra cosa. Ten más cuidado con lo que le dices a Eri, sabes que es una chica muy sensible y a parte de que ella se pasó, tu también te pasaste con ella.


KAI
Cerré los ojos.
-Me da igual, ¿sabes? Era hora de que alguien se lo dijera, parecía que por ser más sensible que la media nadie podía meterse con ella, pues ya está bien, que aprenda a no hacer las cosas sin salir perjudicada. –abrí los ojos y la miré.
-Y no me mires así, es mayorcita, sólo tiene dos años menos que yo y hasta Jim es más maduro que ella, parece mentira que tenga dos hijos… -desvié la mirada.


SAYA
-Bueno, puede que Eri tenga una personalidad algo… bueno, es una chica que… ha tenido una mala infancia y entiendo que se comporte así…- Me giré y le miré mientras caminaba hacia atrás. -Oye, tú no puedes criticarla, ¿te recuerdo quién es el que tiene la personalidad más rara de los cinco?... vale, es Axel…- Me reí.
-Pero, que no, además, siéntete afortunado. Eri es la única que te guardaba respeto anteriormente, ¿no lo recuerdas?


KAI
Resoplé.
-A estas alturas ni mi propio hijo me guarda respeto, así que si te soy sincero me da igual, como si me saca la lengua cada vez que me ve, sólo se molestará más. ¿Se puede saber por qué la defiendes tanto? Pensé que querías más a Edward que a Eri.


SAYA
Me encogí de hombros.

-Ya bueno, Eddie es mi mejor amigo y Eri es mi mejor amiga, normal que la defienda.- Sonreí cuando le vi ponerse tan serio. Me acerqué y le agarré de la mano poniéndome a su lado.
-Anda, vamos y deja de pensar en tonterías.



KAI
Alcé las cejas.
-Claro, como tú no tienes archienemigos y todo el mundo te quiere no tienes ningún problema, ¿verdad? Si tuvieses idea de lo apartado que me siento en nuestro propio grupo de amigos llorarías de pena. –la miré.
-Edward no es que me odie, pero es capaz de abrirme en canal si sabe que te he hecho daño, aunque Axel sea mi “mejor amigo” de vez en cuando podríamos acabar en un combate a muerte, acabo de picarme de por vida con Eri y bueno, tú quieres matarme, así que imagínate.



SAYA
Le miré y me reí jugueteando con su mano entre la mía.
-Edward solo se siente molesto, Axel es un buen amigo y Eri te respeta… yo, bueno es verdad que hay veces que quiero matarte, pero sabes que en realidad nunca lo hago.- Le besé en la mano haciendo que pasase su brazo por encima de mis hombros. Pasé uno de mis brazos por su espalda.
-Pobrecillo mi…- Miré a mi alrededor.-… Copito.- Susurré para que nadie más me escuchase. Me acerqué y le besé en la mejilla.



KAI
Puse los ojos en blanco, me acerqué a su oído.
-Aunque lo susurres, me sigue resultando molesto, ¿sabes? –dije en bajo y la miré, se estaba divirtiendo a mi costa.
-Y sabes que el mote que tengo para ti es mucho más ofensivo, más que nada por lo que representa, así que yo me conformo con que me llames Kai. –esbocé media sonrisa.



SAYA
Le miré y sonreí.
-Puedes llamar lo que te de la gana, no voy a cambiar tu mote. Como si quieres gritar el mío a los cuatro vientos, me da igual.- Me encogí de hombros tarareando, haciéndome la indiferente.



KAI
-Eso lo dices porque nadie sabe el por qué te llamo Cascada, si lo supiesen, ¿no te daría algo de vergüenza saber que toda esta gente sabrá lo que me haces? –me tapé la boca cuando me reí, posiblemente no la molestaría, pero igualmente era gracioso



SAYA
-No me dejo influenciar por la gente, es más, me siento orgullosa de lo que hago y lo bien que lo hago.- Le miré.
-Copito.- Entrecerré los ojos, a ver si ahora se reía.



KAI
-Cascada. –metí mis manos en los bolsillos y cambié de dirección, no tenía ni idea de dónde estaba, pero como me seguiría tarde o temprano, no nos perderíamos, llegamos a un mercadillo, en ese país siempre había mercadillo cuando íbamos, ¿nunca lo quitaban o qué?



SAYA
Seguí a Kai metiéndonos en los mercados. Estuvimos picándonos pero nos lo pasamos muy bien los dos juntos.
Al final nos sentamos en la fuente de la plaza. Esperaríamos a que Axel y los demás viniesen para irnos de allí.
Estaba anocheciendo y corría airecito fresco, se estaba muy a gusto allí.
-¿Qué haremos ahora? ¿Huiremos de Draco o iremos a por él nosotros?-Pregunté sentándome de lado y de cara a Kai mientras metía la mano en la fuente.


KAI
Miré al suelo.
-Pues si te soy sincero, no estoy seguro… La verdad es que acabar con él sería lo ideal, supongo. Pero no sé si nosotros cinco podremos solos. –me tumbé en el borde de la fuente, apoyando mi cabeza en las piernas de Saya.
-Una vez pudimos acabar con Rikki nosotros cinco solos, pero, ¿qué quieres que te diga? Él estaba enfermo y sabía de sobra que ese día le íbamos a matar, Draco no está enfermo y se cubre las espaldas con Dark y Aleera, es una putada.



SAYA
Le miré y acaricié su flequillo con la mano que tenia libre.
-Puede que sea más complicado, pero lograremos acabar con él… Draco se merece morir al igual que sus secuaces.- Le miré y alcé una ceja.
-¿A caso tienes miedo, hombre de hielo? No tendrás canguele de que te hagan pupita, ¿no?- Sonreí y me incliné besándole en la frente.



KAI
La agarré de su nuca para que no se separase.
-Si tú lo dices, tengo mucho, mucho miedo… -la miré y me encogí de hombros.
-No me da miedo Draco, lo que me da miedo es que pueda haceros daño, y no me hace ninguna gracia, es eso.



SAYA
Le miré y froté mi nariz con la de él.
-No te preocupes, Draco será el que salga huyendo. Ya sabes la mala leche que tengo cuando no se hace lo que yo quiero, en cuanto me vea gritar y cagarme en toda su estirpe se rendirá, ya lo verás.- Sonreí y le di un besito en la punta de la nariz.



KAI
Me rasqué el mentón frunciendo el ceño.
-Permíteme dudarlo. Si no se ha acojonado mirando a los ojos a su propio hijo, dudo que se acojone con cuatro gritos tuyos, la verdad. Ese tío es de lo más siniestro, ¿alguna vez habrá tenido novia con ese careto de maldad que tiene? –la miré.
-Sí, lo que digo es una gilipollez, lo sé. –toqué el agua con la mano que me colgaba dentro de la fuente.
-Este tío tarda mucho en recoger sus cosas, ¿pretende llevarse la casa entera?



SAYA
Miré hacia atrás, supuestamente donde conducía la casa de Eddie.
-Pues no sé… estará despidiéndose de su hijo, ya sabes lo mimoso que ese hombre…- Sonreí y volví la mirada a Kai.
Suspiré y alcé la cabeza cerrando los ojos disfrutando del aire fresco.



KAI
Solté una risotada.
-Me parece a mí que lo que he hecho ha sido joderte la vida… Si hubieses seguido siendo ninfa, disfrutarías de la naturaleza, de la lluvia de tu país, del agua, de la libertad, tienes que estar atada a mí… Si no nos hubiese unido el viejo, quizá serías más feliz siendo ninfa.



SAYA
Abrí los ojos y bajé la cabeza para mirarle.
-Pero…-Fruncí el ceño.
-¿Por qué dices eso, Kai? Puede que disfrutase más de la naturaleza, pero no era feliz… la vida de una ninfa siempre ha sido muy esclavizada… siempre en el mismo lugar, no podía separarme del templo, me tenían totalmente prohibido estar con otras personas y sobre todo el contacto físico… no me gustaba esa vida… echo de menos algunas cosas, pero muy pocas…- Le miré a los ojos.
-Nunca me arrepentiré de que el viejo nos uniese… perdí los poderes de ninfa, pero gané mucho más.


KAI
-Yo diría que perdiste mucho más. Yo preferiría estar esclavizado a un templo el resto de mi vida sin mojar antes que estar conmigo. Brr, sólo de pensarlo me entran escalofríos. –sonreí mirándola.
-Además, hemos atentado contra la naturaleza, ¿cómo se nos ocurre traer al mundo un hijo mío pero tan hiperactivo como tú? Iremos al infierno. –dije dándole un toque en la nariz.



SAYA
Puse los ojos en blanco y miré la fuente. Suspiré y me encogí de hombros.
-Pues al infierno, no cambiaría lo que tengo por nada del mundo.- Le miré de nuevo retirando la mano que tenía de dentro de la fuente haciendo que un chorro mojase a Kai.
Me reí por la cara que puso.
-Lo siento.


KAI
Me limpié el agua de la cara.
-Sigues empeñada en mancharme desde que te estrellé ese tomate en la cabeza, ¿verdad? Eres muy rencorosa. –me senté revolviéndome un poco el flequillo para quitarme el agua, la fulminé con la mirada.


SAYA
Sonreí mandándole un beso. Me quité las botas y metí los pies en la fuente.
-No soy rencorosa, Kai, solo intento divertirme un poco contigo.- Me levanté y anduve dentro de la fuente mojándome los pies hasta las rodillas.
Le miré y sonreí.
-Deberías aprender a divertirte.- Alcé una pierna haciendo que el agua salpicase de nuevo a Kai. Me mordí el labio sonriendo.
-¿Ves? Como hago yo.


KAI
Me limpié la cara.
-Ya, graciosa, pero tú te diviertes a mi costa, y eso no es justo. Además, divertirse es para la plebe, yo soy un rey. –sonreí y la salpiqué.
-Lo siento, yo sí soy rencoroso.


SAYA
-La plebe, dice. Serás creído.- Sonreí y anduve por el centro de la fuente.
-Pues déjame decirte que, serás un Rey muy atractivo y que vuelves locas a las doncellas del castillo, pero eres muy aburrido, cielo mío.- Me acerqué y le volví a salpicar, esta vez de cerca.


KAI
La miré serio, esta vez la empujé, haciendo que cayese de lleno al agua.
-Pues para ser tan aburrido bien que has decidido pasar el resto de tus días conmigo, ¿no va a ser muy aburrido, cielo mío? –solté una risotada y me alejé, sabía que después de esa me tiraría al agua a mí también.



SAYA
Caí de culo sobre la fuente.
-…Au…- Me levanté con la ropa y el pelo empapado. Me froté el culo con las manos, me había hecho daño.
Miré a Kai que se alejó para que yo no le alcanzase.
-Si tu huye, tu huye…- Salí de la fuente.
-Me has hecho daño en el culo, después cuando quieras meterme mano y veas que no te dejo, no te quejes porque te rechazo, es porque tengo un buen moratón….- Giré la cabeza un poco para poderme mirar mi traserín. Me bajé un poco el pantalón para poder mirarme la piel… la tenía enrojecida. Miré de nuevo a Kai.
-Bestia… siempre acabo marcada, pues la próxima vez que hagamos el amor te dejaré la espalda como un código de barras… au…- Me froté con suavidad.


KAI
-Anda, venga, venga… -froté donde se había hecho daño, aunque precisamente era eso lo que ella pretendía impedir.
-No me marques tanto, anda, no sabes lo que escuecen los arañazos cuando me ducho, cada vez que me cae el agua me acuerdo de ti, capulla. –me reí.
-Ala, sana, sana, culito de rana… No ha sido para tanto, si sabes que soy un tío que no tiene madre…


SAYA
Le di un manotazo cuando me frotó el trasero.
-Quieto con las manos, no quiero las manos de un Rey sin tacto con las mujeres cerca de mi culito… ni de ninguna otra parte de mi cuerpo…- Dije mirándole y cubriéndome la zona de los pechos con mis brazos.
-Cabrón…- Le fulminé con la mirada.


KAI
Me crucé de brazos.
-¿Ves? Si lo sé no hago nada divertido contigo, la próxima vez me quedaré sentado en mi hamaca esperando que llegue mi muerte y me enterréis junto a un olmo viejo. –me hice el dramático poniéndome la mano sobre la frente.


SAYA
-¿¿Divertirte?? Kai, ¿¿qué me has roto el culo??- La gente que pasaba se quedó mirando la escenita.
-… mierda… no quería decir eso, no me refería a… vaya…- Me sonrojé cuando la gente empezó a cuchichear… la verdad es que había sonado muy mal…
Miré a Kai entre cortada y furiosa, seguro que se estaba partiendo el pecho con mi comentario…


KAI
Me llevé la mano a la boca, aunque intenté no reírme, ya bastante tenía con los cuchicheos de la gente, pero no podía evitarlo.
-Vale, perdona, cielo, la próxima vez lo haré por delante, así no te romperé el culo. –no pude contenerme la risa, la gente me miraba raro, pero me daba igual.



SAYA
Me puse aún más roja cuando Kai soltó eso, lo mataba, yo a este tío me lo cargaba…
-… gracioso…- Miré a la gente.
-No le hagan caso, el pobre es un acosador que no me deja tranquila, esta zumbado…- La gente se alejó.
Le miré entrecerrando los ojos.
-Yo tendré el culo roto, pero te aseguro que te arrancaré la piel a tiras y después te la tendrías que volver a coser con pegamento… mamón…- Eché a andar.
-Será capullo…


KAI
Seguí riéndome cuando se fue.
-¿Pero a dónde vas? –dejé caer los hombros.
-Joder, está visto y comprobado que yo si gasto una broma alguien en el mundo muere. Espérate, que sólo era una broma, joder, me lo has puesto a huevo. –bajé la cabeza.
-Bastante tengo hoy ya, no te cabrees otra vez…



SAYA
Suspiré y le esperé, no estaba cabreada, había sido divertido. Me crucé de brazos y le miré alzando una ceja.
-Te cuesta mucho divertirte, ¿eh?- Sonreí y le miré.
-Ya te vale, mira que decir esas obscenidades por la calle, marrano.


KAI
-Si sabes que me da igual que todo el mundo se entere que hago el amor con mi mujer, y no tiene porque importarle a ellos por donde te lo haga, somos libres, ¿no? –la gente de mi alrededor soltó unas risitas y Saya se volvió a sonrojar.
-Y yo que pensaba que te daba igual todo esto, ¿cómo se me pudo ocurrir?



SAYA
Le miré y le di un golpe en el pecho con la mano.
-Kai, para…- Sonreí de la vergüenza.
-Cállate ya…- La gente no paraba de reírse.
-Dios, te voy a matar, Kai.- Me tapé la cara poniéndome aún más roja y riéndome yo también.



KAI
Me reí, al final la muy capulla se estaba riendo también.
-Qué mona estás cuando te pones roja. –sonreí y la cogí de la mano.
-Anda, vamos a ver si podemos pillarnos algo de comer, ¿te apetece un helado? Me encantan los helados, ¿no te lo he dicho nunca?



SAYA
Le agarré de la mano y me tapé la cara con la otra.
-Necesito algo frío para bajar la temperatura… Dios, que bochorno…- Me mordí el labio, la gente no paraba de mirarnos.
Suspiré y sonreí cuando por fin llegamos a una heladería.
Me fijé que en el cártel ponía los nombres de cada helado.
-Ahí va…- Uno se llamaba “Copito”.
-No… - Empecé a reírme de lo lindo. El heladero me miraba anunciando mientras yo me retorcía de la risa.
Señalé el helado con el famoso nombre.
-Mira, Kai, tu hermano gemelo desaparecido.- Me reí de nuevo.



KAI
La fulminé con la mirada.
-Tú sigue cachondeándote y cuando te lo compres te lo tiraré a la cara, capulla. –miré a otro lado, ahora le tocaba a ella reírse de mí, no fallaba, era el karma.


SAYA
Miré a Kai sin dejar de reírme. Me dirigí al tendero.
-Un “Copito”, por favor…- Dije entre risas. Suspiré controlándome.
-Gracias.- Le dije al heladero cuando me lo entregó. Era una bolita de nata helada con sirope de chocolate encima en una tarrina. Cogí una cucharita y miré el helado y después a Kai.
-Yo ya tengo mi “Copito”, Copito.- Me mordí el labio aguantándome la risa.


KAI
-Sí, quizá prefieras estar con ese copito, seguro que está asqueroso, llevará algo exótico y raro como mango o maracuyá, o cualquiera guarrería que sepa mal en un helado. –me hice con un helado de fresa y salí sin esperar a Saya, ya me seguiría descojonándose la muy capulla.



SAYA
Seguí a Kai metiéndome en la boca la cucharita manchada con el sirope de chocolate.
Me puse a su lado.
-Toma, pruébalo, está muy rico.- Cogí un pedacito de bola con chocolate.
-Anda, no te enfades tú ahora. Ya verás como te gusta.- Sonreí ofreciéndole la cucharita.



KAI
-No, seguro que sabe a porquería. –insistió, así que le quité la cuchara y me la metí en la boca.
-No eftá mal. –la miré, cogí la cucharita y la pinché en su bola de helado mientras volvía con mi cucurucho de fresa.



SAYA
Sonreí y cogí la cucharilla. Le miré de reojo y solté una pequeña risita.
-Te…- Señalé su nariz.
-Tienes la punta de la nariz manchada. Debe ser que cuando has lamido el cucurucho te has pringado.- Pasé mi dedo índice por la punta de su nariz quitándole los restos del helado.
-Guarro.- Me lamí en dedo.
-Mmm… fresa.- Sonreí.



KAI
Me rasqué la nuca.
-¿Sabes de qué me acabo de dar cuenta? Con tanta “diversión” parecemos una pareja de adolescentes que acaba de empezar a salir, y ni siquiera nosotros éramos así al principio. Era más bien como: yo te atacaba, te ponías roja, nos enrollábamos, sexo, roja… -me empecé a reír.


SAYA
Sonreí y le miré mientras dejaba que el chocolate se derritiese junto con la nata.
-Y… ¿Qué versión te gusta más? ¿La de antes o la de ahora?- Sonreí y volví la mirada a mi helado.


KAI
Me encogí de hombros.
-Pues no lo sé, la verdad. Aquello fue nuestro primer tramo en la relación, y nunca se puede olvidar, era como… magia. Pero no sé, ni siquiera te quería, ahora te quiero más que nunca, porque claro, si cada día te quiero más, imagínate… -sonreí y seguí comiendo mi helado mientras caminábamos entre la gente.



SAYA
Sonreí y le volví a mirar.
-¿Quién crees que se enamoró primero del otro? ¿Tú o yo?... la verdad, no sé ni para que preguntó si ya me sé la respuesta.- Solté una pequeña risotada… pero tenía curiosidad.
Lamí la cucharilla mientras esperaba su respuesta.


KAI
La miré.
-Pues siento decirte que estás equivocada, porque tú te crees que te enamoraste primero de mí y eso es mentira. Yo llegué a gustarte antes, pero también empecé a quererte antes de que tú me quisieses a mí. –seguí con mi helado.
-Y así sigo, ya ves.



SAYA
Fruncí levemente el ceño cuando me dijo que fue él el primero en quererme…
-Vaya… pues todo este tiempo pensé que fui yo la primera…- Me encogí de hombros.
-Va ha resultar que tú tienes mejor memoria que yo.- Sonreí y le miré.



KAI
-No creo que sea eso… -metí los labios en el helado para que no se enterase mucho de lo que iba a decir.
-Es que no te lo dije en su momento… -dije mirando para otro lado, era demasiado orgulloso para aceptar que me había enamorado, y simplemente, no se lo dije hasta que lo hizo ella.


SAYA
Le miré y tragué el pedacito de helado que tenía en la boca.
-Yo me enamoré de ti, pero… no me atreví ha decírtelo, por eso… tardé lo mío en confesártelo.- Sonreí levemente mirando el helado.
-Éramos demasiado orgullosos, creo yo.- Le miré.



KAI
-Oh, ¿eso crees? –sonreí mirándola.
-¿Cómo puede ser que nos costase tanto y ahora me sea tan fácil decir que te quiero? –la cogí de la cintura pegándola a mí.
-Te quiero. –la besé.


SAYA
Sonreí acariciándole la mejilla con la mano que tenía libre mientras me besaba. Le miré cuando se separó.
-Lo sé, y yo también te quiero.- Le di un beso más corto y me separé suavemente para seguir con mi helado.



EDWARD
-Guay… si lo sé, venimos cinco minutos más tarde, lo mismo os pillamos en pleno polvo… -dije cargando bien la mochila a mi hombro, me había costado tanto desprenderme de mi niño y mi mujer… y el sexo…
Me apoyé en Axel, me entraron ganas de llorar.
-Otra vez abstinencia, odio salir de viaje con vosotros…


AXEL
Miré a Eddie y le di un par de toques en la cabeza.
-Ea, ea, ea… ya pasó.- Vi que me miraba serio.
-¿¿Qué?? Si estás en abstinencia tendrás que apechugar con lo que te toca, a mi mujer ni tocarla y… y conmigo no cuentes, yo te quiero mucho pero ya no llego a tanto.


EDWARD
-Descuida, querido amigo, apechugaré con lo que me toca… -volví sobre nuestros pasos, tocaba una caminata a caballo, genial…
-Qué solito me voy a sentir, seguro que mi niño ya llora mi ausencia, con lo que me quiere…


ERI
Me llevé la mano a la boca mirando lo triste que estaba Edward.
-Jo, pobrecito, me da mucha pena… Siempre que nos vamos nosotros nos tenemos los unos a los otros, pero él siempre se queda solito, y como bien dice, sin sexo…


AXEL
Me encogí de hombros poniéndome una chaqueta limpia.
-Yo no puedo hacer nada, Eri.- Me subí a mi caballo después de dejar la mochila a un lado de la silla de montar.
-¿Qué? ¿Nos vamos?


KAI
Miré a Axel subido en su caballo.
-Ya, el caso es que ahora somos cinco en tres caballos, y nadie puede ir con Edward o el caballo se partirá en dos, ¿Eri irá contigo?



AXEL
Suspiré y me bajé del caballo.
-Voy a por más caballos, ahora vengo… ais…- Fui a una cuadriga donde alquilaban caballos, escogí uno bastante grandote para Edward, me salió algo caro, pero bueno…
Volví al rato con el caballo de Eddie.
-Ya está, un caballo para cada uno. Solucionado.


KAI
-Como te estresas, si pensaba que estaba bien así, incluso a Eri la había hecho ilusión ir contigo. –dije cruzándome de brazos.


ERI
Estaba acariciando a mi caballo cuando Kai dijo eso.
-Qué va… a mí no me metas en el saco, aburrido. –miré a Axel.
-Me gusta estar pegadita a ti, ya lo sabes, pero eso tiene fácil solución, porque estamos juntitos cuando nos bajemos del caballo y no hay más. –me subí en mi caballo.


AXEL
Miré a Eri.
-Como quieras, pequeña, si quieres montar conmigo déjale ese caballo a Saya y listo.- Sonreí y miré a Saya, seguro que se negaría.
-No podemos dejarlo aquí, así que, nenita, no puedes negarte.


SAYA
Miré a Axel y después al caballo.
-No, además Eri va montado en él. No acareéis más con los caballos. Ya tenéis uno cada uno, ¿no? Pues ya está… prefiero ir a patita…


AXEL
La miré.
-¿Pero como vas a ir a patita? Los caballos son rápidos, te quedarás atrás, mujer. Móntate con Kai, él te llevará segura, mejor con él que con ninguno de nosotros, ¿no?


SAYA
-Q-que no, yo iré andando, iré rápido, descuida… iré corriendo si hace falta, pero no volveré a montarme en una bestia de esas…- Me cargué al hombro mi carcasa con las flechas y el arco y esperé a que se pusiesen en marcha para seguirles.


KAI
Todos nos subimos a los caballos, miré a Saya, parecía preparada para una maratón.
-¿Te crees el conejito rosa de Duracel? ¿Quieres hacer el favor de subirte al caballo? –suspiré y la tendí la mano.
-¿No confías en mí?


SAYA
Le miré y asentí.
-Claro que confío en ti, Kai… en quien no confío es en el animal en al cual estás montado…- Suspiré.
-No quiero montar más en esos bichos, de verdad… iré lo más deprisa que pueda…


KAI
-Saya, no podrás seguirnos el ritmo, y el caballo no va a hacerte nada, vas conmigo. No puedo dejar que vayas corriendo detrás de nosotros, lo siento, pero me niego. –volví a extenderle la mano.



SAYA
Cerré los ojos y suspiré.
-Vale… está bien…- Agarré la mano de Kai y me monté detrás de él.
-Como vuelva a vomitar o me caiga la tendremos buena.- El caballo resopló moviendo las patas traseras.
Me agarré a Kai con fuerza.
-Dios… lo odio…


KAI
Solté una risotada.
-Tranquila… si le gustas. –el caballo estornudó.
-Creo que no va a durar mucho vivo, así que tampoco supone un gran problema, la verdad. –el caballo me miró.
-No me mires así, deberías mirarte ese resfriado.



SAYA
Miré a Kai mientras hablaba con el bicho.
-¿Podemos irnos ya? Tengo un hematoma en el culo y el asiento es incómodo… no es por meter prisa, pero…- Alcé las cejas.



KAI
Me reí.
-Pues menos mal que no es por meter prisa. –hice que el caballo se pusiese en marcha, el resto nos siguió, ahora teníamos un viaje en el que debíamos enfrentarnos con Draco cara a cara, y esta vez, no podíamos perder.

2 comentarios:

  1. Adoro a Eddie, aunque Axel es muy divertido y Eri monisima....¿con cual me quedo? xD

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  2. Chicas, sabemos que estáis impacientes por seguir leyendo la historis de Hijos de la Luna, pero debemos deciros que no la continuaremos hasta haber acabado con esta, le falta poquito, así que, tened un pelín de paciencia. ^^

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