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jueves, 15 de octubre de 2009

Capitulo L- VENGANZA FINAL

Llegamos al final de la primera temporada, pero seguiremos con más, esto no acaba aquí.



SAYA
Salí al exterior junto con Kai. La base estaba a unos cincuenta metros de dónde nos encontrábamos nosotros. Eché un último vistazo a la nave viendo como se cerraba la compuerta, suspiré y volví a mirar hacia el frente. Encendí el auricular como dijo Jim para estar en contacto con él en todo momento.
Atravesamos el bosque, se creo un silencio incomodo entre Kai y yo… no pensaba romperlo y tal y como lo veía, él tampoco.



KAI
No tardamos mucho en llegar a la base, fue fácil acceder a ella, de vez en cuando Jim nos daba indicaciones desde la nave, pero por lo demás había un silencio bastante incómodo. Me asomé desde detrás de un árbol y pude ver las compuertas de la base custodiadas por dos civiles.
-“Lo mejor será que os los carguéis” –dijo Jim desde el otro lado del auricular. Miré una de las pistolas y la cargué, apunté a la cabeza de uno y disparé dando en el blanco. El otro soldado miró a su compañero y acto seguido hacia donde estábamos nosotros, sin vernos. Cargué de nuevo y le disparé también.
-Hecho.



SAYA
Miré a Kai cuando empezó a cargarse a los soldados. La pistola hizo un ruido atronador, me tapé los oídos y después miré a Kai.
-Será mejor que me dejes eso a mí, como sigas armando tanto escándalo nos pillaran en nada.- Puse los ojos en blanco y miré por si había algún otro soldado más. Parece que se había montado alboroto después de escucharse los dos balazos.
-Genial…- Suspiré, la puerta principal estaba desierta, pero no podíamos arriesgarnos a entrar por ella, seguro que estaba petado de soldados por el otro lado. Miré hacia arriba, había un conducto de ventilación. Sonreí y me agazapé.
-Vamos.


KAI
Miré a Saya mientras se agazapaba, alcé una ceja y la imité. Miré hacia arriba, donde había mirado ella y suspiré.
-Vamos a morir… -la seguí.

-“Eso, saliros del plan, me encanta”.


SAYA
-Cierra el pico, Jim, deja esto a los profesionales.- Me arrimé a la pared y miré a Kai.
-Vale, aúpame, pero procura no abrirme la cabeza con nada como la última vez.- Me di la vuelta, de cara a la pared.



KAI
-Qué graciosa, tienes chispa hasta en estos momentos… -la cogí sobre los hombros y la elevé despacio.
-No vaya a ser que te des en tu linda cabecita. –dije con cierta sorna.
-“No sé de qué estáis hablando, pero será mejor que estéis calladitos”


SAYA
Kai me elevó hasta que pude alcanzar la rejilla, la retiré apartándola a un lado.
-Al menos yo tengo cabeza, no como tú, degenerado.- Dije mirando a Kai. Me impulsé y me metí dentro del conducto, saqué la cabeza y le miré.
-¿Te echo una mano o puedes tu solo, James Bond?



KAI
-Tranquila, Lara, no necesito tu ayuda. –cogí impulso con las piernas y salté hacia el conducto. Me agarré con las manos y subí del impulso, Saya estaba justo en frente de mí, así que me caí encima de ella.
-Muy bien, no podrías haberte apartado, no, ahora estamos atascados.

-“Guao, James Bond y Lara Croft haciendo manitas… Oh, Saya, tengo tu escote en primera plana”.


SAYA
-Joder…-Miré a Kai, me estaba aplastando, entre el conducto con lo estrecho que es y el otro capullo diciendo esas cosas… me iba a dar algo.
-Cierra la puta boca, Jim o te la cierro yo.- Suspiré y apoyé las manos en el metal del conducto. Me arrastré hacia atrás para poder separarme de Kai.



KAI
Me agarré al conducto de manera que Saya pudiese salir tranquila y sin tensiones, bastante teníamos ya.
-Jim, calla. –dije a la vez que Saya le mandó callar.
-“Vale, vale… Entonces buscad alguna forma de salir, yo estoy buscando los planos en los archivos, vosotros… no vayáis muy deprisa, no vaya a ser que acabéis en un sitio que no os apetezca ni ver”.
-Tranquilo, aunque veamos a ese hijo de puta cagando no nos vamos a asustar.


SAYA
Logré salir de debajo de Kai. Empecé a reptar a lo largo del conducto. Puse las cargas donde me indicaba Jim.
Llegué a una rejilla, miré a través de las rejas y vi una sala, era una especie de laboratorio. Miré a Kai y le indiqué con el dedo que guardara silencio, me moví hacia un lado para hacerle espacio y mirase por las rejillas.



KAI
Saya me hizo una señal y me acerqué al espacio que ella me había dejado. Acabamos totalmente pegados por el poco espacio que había, tuve que pasar mi brazo por encima de ella para poder caber, nos asomamos a la rejilla.


SAYA
-Parece un laboratorio.- Susurré para Kai. Jim me comunicó que pusiese otro explosivo. Miré a Kai.
-Saca de mi mochila otra carga.- Miré de reojo mi mochila y después a Kai. Me di cuenta que había muy poco espacio entre él y yo, prácticamente pegados.


KAI
Aprovechando que tenía el brazo sobre su espalda, abrí la mochila y busqué una de las cargas, al no haber casi espacio, tuve que pasar la mano por encima de su cabeza y pasársela por ahí, cuando la cogió cerré la mochila para que no se cayesen por el camino.


SAYA
Agarré la carga y me giré tumbándome boca arriba. Pegué el explosivo en el techo del conducto y destapé el detonador.
-Ya está.- Miré a Kai, le tenía justo encima, me sonrojé levemente, pero seguro que él lo notó.


KAI
Desvié la mirada cuando Saya se me quedó mirando, en esos momentos tuve el impulso de soltárselo todo, pero definitivamente no era el momento.
-Venga… -retrocedí como pude para que pudiese darse la vuelta de nuevo y seguir adelante.
-“Venga, coño, dejad de quedaros mirando cada vez que tenéis oportunidad, parecéis unos niñatos. ¡Ay! ¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho yo?”
-“Calla, niño.” –oímos a Kara.
-Gracias…


SAYA
Me reí levemente y me giré. Seguí hacia delante hasta que Jim me dijo que frenase. Miré hacia la derecha, el conducto se dividía en dos sentidos.
-¿Derecha?- Le dije a Jim.
-Ok…- Giré a la derecha y seguí reptando seguida de Kai. Iba tan confiada que no me di cuenta de que el conducto estaba suelto, los tornillos se soltaron y sentí como el tubo se inclinaba hacia delante. Me quedé quieta.
-Mierda…- El conducto se partió haciéndonos caer al suelo. Caí encima de una mesa partiéndola en dos. Me froté la espalda con cara de dolor.



KAI
El conducto se rompió y caímos sobre una mesa partiéndola. Sacudí la cabeza y miré a mi alrededor.
-Hostia puta… -estábamos en la puta sala de reuniones, había lo mínimo veinte soldados allí.
-“No os mováis… con tranquilidad”
-Cierra la boca… -me coloqué cerca de Saya.
-Encantado de haberte conocido. –no lo dije en serio, era para confundir a los soldados, pensando ellos que estábamos perdidos, pero yo sabía que Saya tenía algo en mente.



SAYA
Me levanté y miré a los soldados que enseguida nos apuntaron con sus rifles. Respiré hondo y miré atenta. Miré a Kai de reojo.
-Idem…- Uno de los soldados se acercó dispuesto a arrebatarme las pistolas. Cuando estiró su mano hacia el cinturón, yo le agarré de la muñeca y se la retorcí propinándole una patada en el pecho, agarré su rifle y empecé a disparar a los demás soldados que reaccionaron al verme atacar a uno de sus compañeros.



KAI
Cuando Saya reaccionó el resto se puso en marcha, me di la vuelta, coloqué ambas manos ya cargadas con las pistolas a los lados del costado de Saya y disparé a los mamones que intentaban matarla. Giré la cabeza y mientras disparaba hacia ellos con una mano con la otra disparé a los que había a mi espalda.



SAYA
Se me acabó la munición del rifle, uno se acercó, di la vuelta al arma y le golpeé a mi atacante en la frente haciendo que cayese fulminado. Agarré las ametralladoras del anterior soldado y disparé intentando esquivar las balas de los enemigos.
Una bala me rozó el costado, me quejé sin dejar de disparar, agarré un cargador y cargué de nuevo una de las ametralladoras, Me agazapé en el suelo y empecé a disparar de nuevo.


KAI
Seguí disparando librándome así de unos cuantos. Me giré de nuevo, Saya se las apañaba sin mí. Disparé varias veces, cuando me quedé sin munición solté las pistolas, alcé las manos y el par de soldados que quedaban frente a mí quedaron totalmente congelados. Cogí las pistolas y las lancé hacia ellos, desquebrajándose el hielo con ellos dentro.



SAYA
Me levanté y me giré, entraron más por la puerta, seguro que habían dado la voz de alarma y no nos habíamos enterado. Miré hacia la puerta, eran seis soldados, tres se pusieron de rodillas y los otros tres detrás apuntándonos con los rifles. Miré a Kai y ambos, a la vez nos escondimos cada uno detrás de una mesa. Apoyé la espalda en la pared, la mesa me cubría de los balazos. Cargué la ametralladora y una vez que dejaron de disparar, me asomé levemente, estaban cargando de nuevo, aproveché y empecé a disparar.


KAI
Empecé a cargar una de las ametralladoras que había en el suelo mientras Saya disparaba.
-“Joder, tratad con más cariño mis gemelas…” –dijo Kara al otro lado.
-Calla. –me asomé por encima de la mesa y empecé a disparar a los que corrían hacia mí.
-“Cuidado, a Saya la están acorralando”. –miré a Saya y disparé a dos que tenía encima.


SAYA
Empezaron a acorralarme y encima ya no me quedaba munición. Tiré el arma y saqué de mi bota una navaja, empecé a rajar a todo el que de me acercaba. Kai se cargó a los que quedaban.
Le miré y me levanté. La sala estaba hecha una mierda, los focos agujereados y las paredes desquebrajadas.
-Puf…



KAI
Oímos gritos de júbilo al otro lado de los auriculares.
-“¡Ha estado genial! Repetidlo, porfa…”
-“Chicos, coged mis pistolas, anda… no las dejéis ahí…”
-Vale, tranquilidad. –me levanté y miré a Saya.
-¿Todo en orden?



SAYA
Miré a Kai y asentí.
-Todo en orden.- Tenía una rozadura en el costado pero no era para tanto.
-Vamos, terminemos con esto de una vez…- Dije agarrando mi navaja y guardándola dentro de mí bota.



KAI
Agarré las pistolas descargadas de Kara y me las guardé, pero me hice con un par de armas enemigas, no era plan de ir desarmado. Agarré la mano de Saya para ayudarla a salir de entre todos esos cadáveres, aunque tuviese que pisarlos.
Tropezó en el último “escalón” y cayó sobre mí.
-¿Estás bien? –la incorporé.


SAYA
Tropecé con uno de los cadáveres, Kai me agarró.
-Si… solo he tropezado, estoy bien.- Me agarré a sus brazos y desvié la mirada.
-Vámonos…- Me separé y caminé hacia la puerta.



KAI
La seguí.
-“Vale, tortolitos, más interrupciones de estas y desconecto, dais asco… ¡Ah! ¡Joder, Kara!”
-Cierra la puta boca, Jim… -salimos fuera de la sala y nos asomamos al pasillo.
-Parece que no hay nadie. –miré al techo, había cámaras.
-Genial… -las señalé para que Saya las viese.


SAYA
Miré las cámaras de vigilancia, se movían de un lado a otro casa diez segundos.
-Tenemos que saltearlas… uno a uno…- Le miré.
-Tenemos diez segundos, así que…


KAI
Asentí.
-Pasaré yo primero. –me coloqué en la pared de manera que la cámara en ese momento no me viese, esperé a que se girase y comencé a caminar de manera lateral lo más deprisa que pude para hacerme el recorrido de una vez. Llegué hasta un tramo ciego entre una cámara y otra y le hice una señal a Saya de que viniese.



SAYA
Kai pasó primero, esperé su señal, entonces empecé a caminar hacia él lo más pegada a la pared que pude. Me coloqué a su lado y miré atenta por si venía alguien en nuestra dirección.


KAI
Iba a doblar la esquina cuando vi que un soldado se acercaba hacia nosotros, Saya iba a avanzar, por lo que estiré el brazo para evitar que se moviese y vigilé que el civil no viniese hacia
nosotros.


SAYA
Kai me frenó evitando que avanzara, seguro que había avistado a un soldado. Estiró el brazo y su mano fue directa a uno de mis pechos. Miré su mano y después le miré a él. Carraspeé y cuando me miró alcé mis cejas. Señalé su brazo con mi mano.



KAI
Aparté la mano conteniendo la risa, ahora no podía hacer ruido, la guiñé un ojo y volví a asomarme, el soldado ya no caminaba por ese pasillo, me mordí el labio para no reírme.
-Lo siento… -susurré.



SAYA
Entrecerré los ojos y le golpeé el hombro.
-Ya hablaremos luego…- Me asomé al pasillo y miré, le adelanté, sobretodo para que sus manos no volviesen al pan.



KAI
Llevaba mucho rato, muchos días esperando la ocasión y ya no podría soportarlo más. Me mordí el labio mientras la seguía por la pared.
-Saya… -oí una llamada desde el otro lado del pasillo, un soldado venía hacia nosotros. Cogí la navaja que Saya tenía en la bota y se la lancé a la cabeza. Suspiré.
Giré la cabeza y la miré a los ojos.
-Cásate conmigo… otra vez.



SAYA
Abrí los ojos como platos y le miré.
-¿¿Qué?? ¿¿Crees que este es el mejor momento para eso??- Un soldado vino frente a mí, saqué una de las pistolas que llevaba en mi cinturón y le disparé entre ceja y ceja. Vaya momento más “intimo” para pedirme que me casase con él.
-Podrías habérmelo pedido en otro momento mejor que este.



KAI
-No, este es el mejor momento.
-“Kai, por favor, no me jodas…” –se distorsionó el sonido un momento.
-“No le escuchéis, pasad de él” –me quité el jodido auricular. Agarré a Saya de la cintura.
-Saya, cásate conmigo.


SAYA
Me agarró de la cintura, al otro lado del auricular se escuchaba a Jim pelear con Kara, me tenían la cabeza loca, y encima Kai me proponía matrimonio al borde de la muerte…
-Perfecto… este es el momento perfecto…- Miré por encima del hombro de Kai, un civil le apuntaba, agarré la nuca de Kai haciendo que se colocase a un lado y disparé. Le miré.
-Supongo que tengo que contestar ahora, ¿no?


KAI
Tragué saliva por miedo a que la respuesta fuese “no”, pero asentí ante su pregunta. No podía oír a Kara y Jim, pero sabía que estaban totalmente en silencio esperando la respuesta de Saya.


SAYA
Le agarré de la nuca y le besé presionando mis labios con los suyos con fuerza.
-¿Hace falta que te diga algo más?- Sonreí.



KAI
Kara gritó tan fuerte que oí lo que decía por el auricular de Saya.
-"¡¡Abrid el champán!! "–sonreí y la volví a besar. Por un momento pensé que me iba a rechazar y ahora estaba tan aliviado…
Me separé al poco.
-Hay trabajo que hacer…


SAYA
Asentí y le seguí.
-Kara, por tu madre, deja de gritar, me vas a dejar sorda, coño.- Caminé detrás de Kai, Por la zona donde estábamos ya no había cámaras, así que no corríamos peligro. Coloqué cargas por diferentes puntos mandados por Jim.
Sin darnos cuenta, llegamos ante la puerta de la sala principal, ahí dentro estaban Draco y James…


KAI
Miré a Saya y saqué varias cargas de mi mochila. Coloqué tres a lo largo de la puerta sonriente.
-Pollo a la barbacoa… -la miré.
-Al fin acabaremos con esos hijos de puta.



SAYA
Suspiré y me crucé de brazos.
-Eso espero…- Miré como Kai colocaba las cargas alrededor de la puerta. Cuando terminó le miré.
-Larguémonos de aquí de una vez…



KAI
Me levanté y salimos corriendo a lo largo del pasillo buscando la salida y poniendo las cargas sobrantes cada cierto tiempo. Cuando por fin divisamos la puerta, tres soldados se colocaron frente a ella, frenamos en seco.
-De puta madre… -fui a sacar las armas, pero empezaron a rodearnos en varios grupos.
-Genial…



SAYA
Perfecto… nos rodearon, solo contábamos con mis dos pistolas y con las armas de Kai y ellos estaban armados hasta los dientes. Respiré hondo y miré a los soldados. Uno par de soldados me desarmaron al igual que a Kai. Sacaron unas esposas con al intención de arrestarnos, miré al soldado de las esposas.
-Tócame y será lo último que harás en esta asquerosa vida…- El soldado retrocedió un paso.



KAI
Saya dijo eso y la dejaron tranquila, a mi me bastó con fulminarles con mi mirada de hielo, un par retrocedieron y otros se quedaron parados.
-“Tío, tened cuidado… Como muráis os juro que yo mismo os revivo para volver a mataros”.


SAYA
Joder… empezaron a cargar sus armas, iban a reventarnos a balazos como no hiciésemos nada al respecto… Miré a Kai de reojo, parecía tranquilo, miraba a los soldados y estos retrocedían intimidados...
Tan rápido como pude, agarré una carga explosiva y la detoné, se la lancé a uno de los soldados que estaba a mi lado agarrándola con miedo. Cogí a Kai de la mano y tiré de él aprovechando el aturdimiento y la confusión. Hice que Kai se tumbara en el suelo boca abajo, me tumbé a su lado cubriéndole la cabeza con mis brazos. La carga explotó llevándose por delante a los soldados y la puerta principal.


KAI
Alcé la cabeza cuando terminó la explosión, miré a Saya.
-¿Estás loca? Casi nos matas… -me levanté lo más rápido que pude y tiré de ella.
-Rápido, salgamos de aquí. –no la solté mientras corría, salimos de allí lo más deprisa posible y nos dirigimos a la nave.



JIM
-Guay… -esperé a que estuviesen lo suficientemente lejos de la base y agarré el interruptor que activaba las cargas.
-Creo que esto va a ser algo “explosivo” –sonreí y detrás de mí el resto miró atento al exterior. Me levanté y los cuatro nos asomamos a la ventana.
-Tres…
-Dos…
-Uno…
Sonreí triunfante.
-Pum. –activé el detonador y la base secreta de Draco comenzó a volar en mil pedazos, provocando una gran explosión.



SAYA
Salí corriendo junto con Kai que agarraba mi mano. La basé empezó a explotar, nos giramos y miramos hacia las explosiones, las cuales ya no nos alcanzaban. Me sequé el sudor.
-Vaya…- Dije sorprendida. Miré a Kai y sonreí. Salté sobre él gritando de alegría. Le abracé con fuerza, Draco había muerto, James era historia…



KAI
Sonreí cuando Saya saltó sobre mí y la abracé con fuerza. Al fin, después de tantos años intentándolo, habíamos logrado acabar con aquellos que habían traído la ruina al planeta. Y además eso no era lo único que me hacía feliz. Saya había cedido a casarse conmigo otra vez, después de todos los errores y todo lo malo que había hecho.
La miré y la besé contento y la abracé más fuerte, no cabía en mí de contento.



SAYA
Sonreí y le abracé aún encima de él.
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero…- Le llené la cara de besos y le abracé contra mi pecho.
-¿Sabes que te quiero?



KAI
-Sé que yo te quiero más. –apreté mis labios contra los suyos agarrándola de la cintura. La bajé de mis brazos sin dejar de besarla, la agarré de la cara y bebí de ella tanto cuanto quise. Se oían gritos de júbilo por el auricular, sonreí sin dejar de besarla. Lo agarré y lo tiré al suelo.



SAYA
Sonreí y le agarré de la nuca y la cadera pegándole a mí por completo.
-Te quiero, mi amor…- Le agarré de la cara con suavidad y le volví a besar con pasión. No me importaban nada los demás, solo estar con Kai, mi vida, me aferraba a él para vivir.



KARA
Sonreí después de todos los saltos que se habían puesto a dar todos y abracé a Neo. Ya eran tres cosas buenas: Kai y Saya se casaban, es decir, nos íbamos de boda, yo misma me casaba con mi Neo, y para mejorar las cosas, esos dos mamones no volverían a molestarnos en la vida.
Besé a Neo sin dejar de abrazarle.


NEO
Abracé a Kara cogiéndola en brazos. La besé y sonreí.
-Lo hemos logrado, princesa, todo a terminado.- La volví a abrazar con fuerza. No me podía creer que toda esta pesadilla hubiese acabado. Draco se había ido al otro barrio junto con su infernal hijo, los rebeldes habíamos ganado.


JIM
Cuando detonó la explosión y dejamos de gritar de alegría me senté en una silla con las manos en la cara.
-Puf… qué alivio, por Dios. –sonreí mirando cómo lo celebraban Kara y Neo.


NEO
Miré a Jim y le di un golpe en el hombro con suavidad.
-Eres muy bueno, te lo debemos a ti, Jim.- Sonreí y le revolví el pelo.
-Todo un cerebrito.- Me reí.


JIM
Sonreí apartando su mano de mi pelo y posando después mi mano en la maraña de pelo.
-Gracias por la observación, si lo de cerebrito me habría dado por satisfecho, jefe. –le di la mano.
-Somos todos unos cracks.



NEO
Sonreí y miré a Kara. La di un beso, entonces me di cuenta de que Erika no estaba en la cocina. No había salido de su cuarto en toda la mañana, ni siquiera para ver la explosión en la base.
-Oye… ¿dónde está Erika? Hace rato que no sale del cuarto.- Miré a Jim.


JIM
Suspiré, ya se me había chafado la felicidad.
-Voy a verla. –me levanté y me encaminé hacia el cuarto de las chicas lo más deprisa que pude. Me acerqué a la puerta y llamé.
-¿Erika?



ERIKA
Estaba tumbada en la cama, escuché la puerta y después la voz de Jim. Me giré y le miré. Noté como me pesaban los párpados y no me sentía con fuerzas… debía tener una pinta horrible.
-Hola…


JIM
Pasé y me arrodillé al lado de Erika.
-Ey… -la agarré de la mano.
-Princesa, ¿qué te pasa? ¿Te encuentras mal? –posé mi mano sobre su frente.


ERIKA
Negué con la cabeza.
-No muy bien, la verdad…- Dije en un hilo de voz.
-Me encuentro débil y me arde el pecho…


JIM
Fruncí el ceño y pasé un brazo bajo su cabeza y con la mano libre la acaricié la cara con suavidad.
-Mi vida, necesitas un médico…



ERIKA
Desvié la mirada.
-Los médicos no solucionaran nada, Jim, he tratado con muchos especialistas y no han sabido hacer nada más que decir que no saben que hacer, paso de que me vea un bufón con bata blanca…- Tosí levemente.


JIM
-Pero Erika… acordamos que no te rendirías, no puedes dejar esto pasar así… al menos podrían ayudarte a… -suspiré casi desesperado.
-Algo se podrá hacer…



ERIKA
-No voy a ver a un médico, Jim, no insistas, es mi decisión.- Cerré los ojos.
-No se puede hacer nada, ya te lo dije en su momento, me estoy muriendo y no puedo hacer nada por evitarlo, es mi destino…


JIM
-¡No! –tuve que levantar la voz, odiaba cómo Erika se rendía sin ponerle remedio sabiendo que podía luchar.
-Ya basta, Erika, no quiero oírte decir eso, no vas a morirte, no voy a permitirlo, ¿es que no lo entiendes? Dices que tienes asumido que vas a morir, pues asume esto: Yo no voy a dejar que mueras. –apoyé la frente en su pecho.
-Y se acabó el sufrir en silencio, cada vez que vea que estás mal voy a ayudarte sin importarme lo que digas o hagas…



ERIKA
-Haz lo que quieras. No voy a cambiar de parecer…- No me moví, si quería lograr que Jim me odiase, tenía que hacerlo de cualquier manera, así le ahorraré sufrimiento cuando muera.



JIM
Respiré fuerte.
-Sé lo que estás intentando hacer, Erika. Intentas que me rinda yo también, pero no voy a hacerlo… -no quise que ella viese que tenía ganas de llorar por no hacerla sufrir, pero las lágrimas empezaron a delatarme.
-No voy a aceptar que te vas a morir, ¿sabes por qué? Porque eres el gran amor de mi vida y puede que seas la única persona en este mundo que logra arrancarme una sonrisa aunque todo el resto del mundo se me caiga encima… No voy a dejar que mueras porque te quiero… y si tú te vas… mi vida ya no tendrá sentido…



ERIKA
Cerré los ojos con fuerza reprimiendo las ganas de llorar. No me moví, no me sentía con fuerzas para nada… me rompía el alma ver a Jim así, pues todo lo que había dicho era el significado que tenía él en mi vida, pero no podía permitir que me viese en este estado, porque si yo estoy mal él se pondrá peor y tenía que evitarlo…


JIM
-Erika. –hice que me mirase a los ojos.
-Prométeme que vas a luchar, que lucharás por vivir… por seguir a mi lado… Por estar siempre juntos… -no podía dejar que ella se rindiese, todo mi mundo se iría con ella.


ERIKA
Le miré.
-¿Estas dispuesto a vivir con una niñata enferma a la que la quedan poco menos de un año de vida? Mira que eres iluso…- Dije aquello con toda la frialdad que pude, pero verle así me destrozaba, así que mi intento salió hecho un fiasco…


JIM
-Si esa niñata enferma eres tú… Siento decirte que te seguiré allá a donde vayas, estés enferma o sana… Si se trata de ti haré lo que sea, pero no me pidas que te olvide o te odie, jamás lo haré. –la besé en los labios lo más cálidamente que pude, necesitaba que dejase de evitarme de una vez por todas.



ERIKA
Me besó… esto no marchaba bien… tenía que hacerle daño aunque eso me causara dolor a mí también, pero no me importaba…
-Jim…- Dije agarrándole de la cara suavemente apartándole. Bajé la mirada.



JIM
-No, Erika. Sabes perfectamente que me dolerá más que te rindas a otra cosa, no voy a ceder, no esperes que te deje y que permita que te mueras, porque eso no va a pasar, nunca. –la volví a besar, no iba a permitirlo jamás, antes tendría que matarme.



ERIKA
Giré la cabeza cuando intentó besarme de nuevo.
-¿Qué tengo que hacer para que me dejes? No quiero que me ayudes, no quiero, déjame, joder, olvídame…


JIM
-No puedes hacer nada. Deja de intentarlo. –apoyé la cabeza en el colchón.
-Ya hemos tenido antes esta conversación… No voy a dejarte nunca, asume eso y no el que vayas a morir porque no va a pasar… ¿Es que no deseas vivir feliz? –no pude levantar la cabeza ni dejar que viese como salían mis lágrimas como un grifo.



ERIKA
-Sería más feliz si dejaras de intentar evitar lo que es imposible, ¿quiero ser feliz? A estas alturas ya me importa poco mi felicidad…- Me tumbé sobre mi costado y cerré los ojos, no me encontraba bien… para nada
.


JIM
-¿Es que no lo ves, Erika? Te estás cerrando completamente, y eso no es así, tienes que tener esperanza. Yo pensé que querías seguir conmigo, que querías saber qué pasó con tu padre y volver a verle si está vivo… Tienes aún muchas cosas por hacer, no puedes rendirte.



ERIKA
Me giré y le miré.
-Basta Jim, para de decirme lo que debo o no debo hacer con mi vida, he asimilado lo que me viene encima, si tú no lo respetas pues lo siento, es mi elección y no puedes hacer nada, déjame en paz, no quiero escuchar nada más.- Me volví a tumbar dándole la espalda.



JIM
Cerré los ojos y la miré. Me subí en la cama y la abracé por la cintura con fuerza, no quería soltarla.
-Te quiero demasiado como para dejarte ir.



ERIKA
No me moví, me quedé tumbada con los ojos cerrados, Jim era un cabezón y no me dejaría ni aunque le amenazase de muerte… Tendría que empezar a ser más dura si quería que se alejase de mí… pero dudaba de conseguirlo…



KAI
Saya y yo subimos a la nave después de largo rato de celebraciones los dos solos. Cuando abrimos las compuertas Kara me abrazó.
-¡Coño!



KARA
-¡Jefe! –abracé a Kai en cuanto entró por la puerta.
-¡Sois unos hachas, lo habéis conseguido! –solté a Kai, qué desagradable abrazar a un témpano de hielo… Miré a Saya y la abracé.
-Felicidades, hueso, casi has sido capaz de negarte y todo…


SAYA
Kara me abrazó, me quedé cortada cuando lo hizo.
-…ya… gracias, Kara.- Me separé sonriendo levemente.
-Me gustaría sentarme…



KARA
-Oh, claro, supongo que estaréis hechos polvo… -agarré la muleta que se me había caído al suelo y retrocedí para dejarles pasar.
-Ha sido bestial, tendríais que haberlo visto desde aquí. Ha hecho: ¡BAM! –Kai me miró de reojo.
-Sí, ahora no me mires como si estuviese loca, tendrías que haber estado aquí.



SAYA
Me senté en una silla recostándome sobre el respaldo. Suspiré agotada. Me quejé llevándome una de mis manos al costado, el cuál estaba herido por el roce de una bala.
-Uy… se me había olvidado…- Me levanté y rebusqué por el botiquín.


KAI
Agarré a Saya de los hombros cuando fue a levantarse.
-Tranquila… -la volví a sentar.
-Déjame curarte eso… -miré la herida, no era de mucha importancia, por suerte.
-No me has dicho que te habían herido… -coloqué la mano sobre la herida y la dediqué una media sonrisa.


SAYA
-No me había dado cuenta hasta ahora…- Miré su mano sobre mi costado. Di un pequeño respingo cuando sentí el hielo, la suerte es que la herida no era muy grande.
Miré a Kara, que nos observaba empanada.


KARA
Esbocé una sonrisa cuando Saya me miró y supe qué quería decir. Di la vuelta sobre las muletas y volví a la cocina con Neo, supuse que querrían intimidad.


SAYA
Sonreí y volví la mirada hacia mi costado intacto. Me bajé la camiseta y miré a Kai.
-Muchas gracias, Doctor Escarcha.- Sonreí y me levanté.



KAI
Solté un bufido seguido de una sonrisa.
-¿Doctor Escarcha? –me levanté.
-Eso es nuevo, señorita Cascada. –dije revolviéndola el pelo.


SAYA
Me coloqué el pelo.
-Quieto, Copito.- Me reí revolviéndole a él su pelo intocable.
-Voy a ser tu mujer de nuevo, así que, tendrás que acostumbrarte.



KAI
Hice una mueca cuando revolvió mi pelo.
-Será posible… -la miré con cara de enfurruñado.
-¿Y este es el precio a pagar? ¿Me despeinarás? ¿O también conlleva otro tipo de torturas?


SAYA
Me llevé uno de mis dedos a mi labio inferior pensativa.
-Tengo muchas torturas en mente, pero ahora lo único que voy a hacer es darme un baño, ya te torturaré más tarde.- Le besé el labio de abajo.
-Ñam…- Sonreí y me dirigí al baño.


KAI
Sonreí y pocos minutos después estuvimos los dos bajo las duchas besándonos y abrazándonos dejando caer el agua bajo nuestros cuerpos desnudos.
Habíamos pasado tanto tiempo separados y de nuevo, después de seis años habíamos vuelto a encontrarnos por una simple casualidad de entrar justamente en esta nave.
Desde que Saya había vuelto a aparecer en mi vida, todo había dado un nuevo giro, todo había cambiado de un modo supremo, y no sólo a mí, sino a todos.
Sentí que después de todo, lo que estábamos viviendo era sólo una especie de repetición de lo ya vivido.
Nos conocimos, tuvimos un noviazgo lleno de peleas y buenísimos recuerdos hasta que finalmente decidimos casarnos, ahora pasaba igual, sólo que en vez de conocernos, nos reencontramos. Agradecía a quién fuese el que hubiese hecho a Saya el tomar la elección de aparecer en la Quimera aquel día, quizá debía estarle agradecido a Tigre también por ello después de todas las gracias que debía darle por cuidar de Saya, ella estaba viva gracias a él.
Aunque sabía que el camino no acababa aquí, besé y acaricié a Saya aquel día como si fuese la última vez, sólo por disfrutar el uno del otro.

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