Carta de Saya a Kai. Jr.

Hola Kai.
Perdona por no escribirte antes ni darte si quiera una explicación de porque me fui, pero hay cosas que es mejor que tu mente infantil no sepa, cosas que no entenderías y cosas que es mejor evitarte.
Con esto no quiero asustarte, ni mucho menos, lo que deseo es que estés bien, que pronto terminará toda esta pesadilla y estaremos de nuevo juntos, como una familia. Mis dos niños favoritos, mi Kai mayor y mi Kai. Jr.
Seguro que te sientes solo y perdido, pero sabes que estoy contigo, esté donde esté, mi amor.
Tengo muchas cosas que contarte, la primera es que he encontrado a tu padre, se enfadó mucho cuando me vio, pero bueno, ya se le pasará con el tiempo. Está de capitán en una enorme nave de color rojo, como la de los cuento s que tienes en tu cuarto y te leía antes de irte a dormir, muy grande pilotada por un hombre también muy grande. Cuando volvamos te la enseñaré, seguro que te gusta. Imagino la cara de ilusión que se te pondrá. ¿Qué más? ¡Oh, sí! Tú padre me dio un golpe en la cabeza con un saco lleno de frutas, pero no creas que me quedé quieta, yo le espachurré un tomate asqueroso en toda la cabeza, deberías de haberle visto con todo el líquido manchándole la cara, pero como no, tú querido papi hizo que se torciera la jugada y el plátano que se estaba comiendo aterrizó en mi cara haciéndome marcas como a una india.
La verdad es que no lo pasamos bien, pero te echamos mucho te menos, peque. No puedo dejar de desear que llegue el día en el que te tenga de nuevo entre mis brazos acunándote y dándote todo mi amor.
Espero que tu tío Max esté cuidando bien de ti o le mataré cuando vuelva.
Haz los deberes del colegio y comete todo lo que te pongan las camareras del palacio… y otra cosa… cierra con candado la puerta del cuarto de tu padre, es por tu tío y tu tía, seguro que tendremos que cambiar las sabanas cuando regresemos.
Bueno, hijo, se bueno y paciente, volveremos antes de lo que esperas en la nave roja.
No dejes de otear el horizonte, te quiero Kai, mi niño, mi tesoro, mi hijo.

PD: Seguro que tu padre te mandará una segunda carta mintiendo sobre lo de el tomate y el plátano… le tengo aquí presente criticándome mientras escribo, echándome las culpas a mi, tú, hijo, ni caso. Confía en tu madre, que es más sabia. Te queremos.

SAYA.