Los sueños, sueños son... o no.

Por si os habéis quedado con la intriga sobre qué soñó Saya, aquí tenéis la respuesta.
No os pongáis triste por el final, es un simple sueño. ^^


Una a una, las imágenes fueron dibujándose en mi mente. Al principio difusas, borrosas, pero, poco a poco se aclararon hasta el punto en que lo i todo a la perfección.
Me situaba en frente de la puerta principal de la Quimera la cual se abrió de golpe produciendo un estruendo cuando chocó contra el suelo agrietado y arenoso de la isla del Metal.
El ambiente volcánico me rozó la piel irritándola de manera espantosa, suspiré y miré a mí alrededor en busca de algún indicio de vida.
Como no, Neo me golpeó en el hombro nada más verme. Bajó la plataforma cargado con un saco a la espalda, Kara le siguió dedicándome una mirada algo sospechosa, como si no se fiase de mí. Jim y Erika fueron los siguientes en abandonar la nave seguidos de Kai.
Le miré, algo me dijo en mi interior que sería la última vez que nos veríamos. Sacudí la cabeza borrando aquella sensación, envainé mi daga y salí detrás de ellos.
Cada uno se fue por un lado, a por munición, agua, comida, ropa, etc.
Yo me encargué de la comida, visité cada tienda que veía en busca de alimentos en buen estado y ricos en vitaminas, en eso si que parecía una madre, “quería lo mejor para mis niños”.
Me reí por dentro y esbocé una leve sonrisa que el carnicero interpretó como un saludo.
-¿Qué te pongo, bonita?-Me preguntó con una sonrisa agradable en los labios, le respondí sonriéndole de igual modo.
-Pues… póngame 15 chuletones de buey, por favor.- Asintió y en seguido me los sirvió y me los cobró.
-Gracias.- Me despedí y me dirigí a la siguiente tienda próxima al puerto.
No podía olvidarme de aquel escalofrío que sentí cuando vi salir a Kai de la Quimera. Le busqué con la mirada, pero ni rastro de él.
Compre la fruta deprisa y corriendo y enguanto terminé fui a buscarle.
Para mi alivio, se hallaba frente a un armero comprobando las armas que necesitábamos.
Sonreí levemente contemplando lo serio que se ponían ante los “aparatos” que podrían proteger nuestras vidas. Bajé la mirada un instante pensando que lo que me había pasado en la nave era tan solo producto de mi imaginación.
Me apoyé en una tabla de madera y le seguí contemplando desde lejos. Fue entonces cuando sucedió lo que jamás debería suceder, y menos delante de mí.
Una bala pasó rozándome la cara e impactando en el hombro de Kai haciendo que este sangrara salvajemente. Miré de donde había venido la bala, vi a un grupo de 5 soldados apuntando directamente a Kai, que se había llevado una mano al hombro herido.
Les miré, y luego a Kai, corrí en dirección hacia él con la intención de ayudarle, pero no llegué a tiempo.
Empezaron a masacrarle con ametralladoras. Chillé su nombre desesperada y corriendo hacia él sin parar, vi que se desplomaba en el suelo, inerte, sin vida.
Yo corría, pero por más que yo aceleraba, él se alejaba. Gritaba su nombre llorando y aterrada… Las imágenes desaparecieron dando paso al horror y a la confusión de si aquello era un sueño o realidad.